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Nº 22 | AÑO 2016

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CONCEPTOS 73 Mariela Rodríguez Rech, Estéticas extremas. El
Palpitaciones del goce
cuerpo de la posmodernidad en las prácticas artísticas UN TRÍO DE MELODRAMA*
05 Jacques-Alain Miller, Un trío de melodrama CINE
11 Mónica Torres, Goces y tormentos de la obsesión
76 Carla Leonardi y Nilda Hermann, Hacer cine en
20 Samuel Basz, El aire: del trauma original al objeto a
tiempos de Internet – Entrevista a Alexander Katzowicz
JACQUES-ALAIN MILLER
22 María Leonor Solimano, “La tercera”, perspectiva
del concepto. La palpitación íntima del goce 78 Elsa Maluenda, El precio del acceso al deseo
81 Alejandra Antuña, Carol, la porfía de ellas
ÉPOCA 83 Joaquín Carrasco, Hacerse violentar como modo
de goce
Atrapados en las redes
25 Mónica Torres, Erotomanía y fetichismo en los LITERATURA
tiempos que corren…
Homenajes
28 Aníbal Leserre, Verdad virtual y pausa presencial
86 Gustavo Dessal, Shakespeare, una ruptura res-
31 Graciela Musachi, Otros tiempos
34 Ana Ruth Najles, Vociferación
pecto del destino
87 Cecilia Parrillo, En el nombre de Shakespeare
Malestar en la civilización - Promesas de feli- 89 Ivana Bristiel, A propósito del Quijote… Entrevista
E l seminario de Jacques-Alain Miller del DEA y del doctorado del Campo Freudiano estudió durante 1985-
1986 el escrito de Jacques Lacan “La dirección de la cura y los principios de su poder”.1 Publicamos
el establecimiento de la clase dedicada al capítulo V titulado “Hay que tomar el deseo a la letra”, en
cidad a Silvia Hopenhayn donde Lacan reinterpreta el sueño de la Bella Carnicera, que puede encontrarse en el capítulo IV de “La
36 Eric Laurent, Mentiras de la felicidad I: El tejido 92 Ludmila Malischevski, Del vacío a la invención interpretación de los sueños, de Freud. [N. de la R.]
del fantasma bajo la rúbrica de Amélie Nothomb

CONCEPTOS | Palpitaciones del goce


40 Osvaldo Delgado, Actualidad de “El malestar en la 1. Una vuelta de tuerca y una curiosa duplicación el detalle? Propongo que retomemos una vez más
Relatos Breves
cultura”. Sobre nuestra deuda con Freud el comienzo de la página 606.
94 Alex D., Un recuerdo robado…
43 Bárbara Navarro, El mercado de los chirimbolos En una primera vuelta, la forma de no ser engaña-
45 Héctor Gallo, Crueldad y sublimación LIBROS Y REVISTAS Ya les hice notar este curioso hecho: lo que se pre-
do es interpretar el deseo de salmón como deseo
48 Marita Manzotti, Cuerpos en crisis: ¿dónde me pongo? senta en el primer parágrafo sobre el registro de
Comentarios de caviar. La vuelta de más, la que hace Lacan, es
la demanda es retomado en el segundo sobre el
ÍNDICE

Elegir el sexo 100 Nilda Hermann, Amor, locura y violencia en el registro del deseo. Y esto para ubicar el conjun-
50 Fabián Fanjwaks, Invenciones del sexo siglo XXI de Silvia Ons Esto es lo que expliqué y que se podría resumir con
to. Ahora, respecto de ese sueño canónico, vale
54 François Ansermet, Elegir el sexo: la paradoja del la pena ser más exigentes de lo que hemos sido.
parlêtre CONCEPTOS judía tan cara a Lacan: “¿Por qué me dices que vas
Pido que me expliquen qué quiere decir el carácter
57 Jésus Santiago, El ser hablante más allá del bina- a Lemberg para que yo crea que vas a Cracovia,
Pasiones familiares repetitivo de esta página. Cuando aprendíamos la-
rio hombre-mujer cuando vas a Lemberg?”.2
102 Eric Laurent, El análisis de niños y la pasión familiar tín, el profesor nos decía que el mejor método era
110 Leticia Acevedo, Secretos de familia La vuelta de tuerca suplementaria dada por Lacan saber diez páginas de Cicerón de memoria, y que
COYUNTURAS en este escrito está desarrollada en la página 606 tendríamos así en la boca la esencia de la latinidad;
Lazos y Soledades de los Escritos, y el comienzo de la página 607. Esta
A cuarenta años del golpe… y bien, el análisis de Lacan del sueño de la Bella
114 Adela Fryd, Modalidades femeninas de la soledad página está compuesta de manera curiosa; leyendo
60 Ernesto Snajer Carnicera merece ese tipo de atención de parte de
116 Sandra Petracci, Un lugar: “tres sitios”. Universos línea por línea se repite, se envuelve de manera bi-
61 Guillermo Saccomanno, El otro ahora los psicoanalistas que se inspiren en la práctica de
únicos que habitan una soledad compartida zarra. Se podría pensar que la composición no es
62 Sandra Szir, 40 años sus propios menús.
118 Jacinta Duer, Erotomanías contemporáneas perfecta. ¿Acaso no dice Lacan en su Seminario
62 Laura Galarza, La voz Para subrayar esta curiosa duplicación que les se-
120 Mónica Lax, El misterio de lo que funciona que se trata de un texto suelto, tan trabajado, rees-
ñalo tienen, en el tercer parágrafo, un “para nada”,
RADIO LACAN CLÍNICA DE LO NO-FAMILIAR crito como otros? Pero la hipótesis es débil. Pode-
dos líneas abajo “el fracaso”, y si toman en la parte
mos hacerlo mejor.
64 Fabián Fajnwaks, Replicar nuestras voces - Entre- 123 Fabián Fajnwaks, La relación al partenaire des- 8 el segundo parágrafo, en la segunda frase antes
vista a Liliana Mauas pués del pase: del fantasma al sinthome Freud presenta el sueño como un problema, un
125 Marina Recalde, Escritura del caso clínico, escri- resto, un desafío, como un contraejemplo; la Bella “para nada”, en la primera parte; “todo ha fallado”,
TEATRO tura del testimonio Carnicera es popperiana, ella querría demostrar en la segunda.3 Esto les muestra el doblete de la
127 Bruno de Halleux, Las lágrimas que la teoría del Profesor Freud es falsa aportando demostración.
66 Marie-Hélène Brousse, ese contraejemplo. Y el Profesor Freud le muestra
69 Claudia Zampaglione, en qué ese contraejemplo no lo es. Luego llega el
Beckett con Lacan LECTURAS ON-LINE
Doctor Lacan que da cuenta de aquello que el Pro-
ARTES VISUALES fesor Freud descubrió a través de la distinción entre
CONFORMACIÓN Y MÓDULOS DE INVESTIGA- demanda y deseo. ¿Cómo se articula todo esto en ¿Cómo se estructura este asunto de la demanda y
72 Analía Domínguez Neira, Manos, y no anónimas CIÓN DEL DEPARTAMENTO

Incluimos una sección virtual con artículos que suman material a los aquí publicados. * Establecimiento de la clase del seminario de Jacques-Alain Miller (del DEA y del doctorado del Campo Freudiano) de 1985-1986 dedicado al texto
de Jacques Lacan, “La dirección de la cura y los principios de su poder”1, cuya versión original está publicada en la revista La Cause freudienne
invita a estas Lecturas On-Line en www.revistaenlaces.com.ar 31, “Le dire du sexe”, París, 1995.

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el deseo en el sueño? Les ruego remarcar que está cila a partir del momento en que miramos el detalle ha quedado atravesado, cuando todo en él está sa- “Pues por muy precisamente simbolizada que esté
repartido entre la paciente, su amiga y el marido. Se de la frase que ubicamos anteriormente. tisfecho?”.7 Y sí, nuestro carnicero, duro de cocer, si la demanda por el accesorio teléfono recién inven-
trata de un trío de melodrama. puedo decirlo así, es más histérico de lo que pensa- tado, es en vano. La llamada de la paciente no tiene
mos. Tiene perfectamente derecho al deseo. Y por- éxito; bueno sería ver a la otra engordar para que su
Un poco como en el caso de Jung en el que, si
3. Una matriz no tan disimulada que “el deseo es su insatisfacción”, ese carnicero, marido la paladee”.8 En efecto, a él sólo le gustan
en medio de sus vituallas –pienso en La curée (La las rellenitas, de ningún modo va a ayudar a su ami-
la semana última en la pizarra, los personajes lle-
Contrariamente a otros textos en los cuales Lacan jauría) de Zola– no sueña más que con adelgazar. ga a seducir a su marido alimentándola.
gan desdoblados, con un alto y un bajo, cada uno
valorizó el carácter casi matemático de las trans-
llega con demanda y deseo. Tres veces el binomio “Es el mismo resorte que, en el sueño, va a hacer “Pero, ¿cómo puede ser amada otra (...) por un hom-
formaciones –por ejemplo en “La carta robada”–,
demanda/deseo. Los arreglos entre tres son más del deseo de su amiga el fracaso de su demanda”. bre que no podría satisfacerse con ella, (él, el hom-
aquí también hay una matriz pero está disimulada.
complicados cuando cada uno llega con su deman- Es de una precisión absoluta. El sueño es una res- bre de la rebanada de trasero)?”9 ¿Qué puede inte-
Es verdad, por ejemplo, el deseo de la amiga no
da y con su deseo. puesta, una respuesta a la demanda y al deseo de
-
la amiga, una respuesta doblemente articulada que es el secreto de su deseo? “Esta es la pregunta que
- tonces, damos vueltas sin cesar. La única forma de
coloca en escena un “sí” y luego un “no”. le retorna al sujeto [volveremos sobre este punto,
- salir de esto es logicizar los elementos de la forma
el sujeto se ha vuelto una pregunta, una pregunta
cación con el marido. más simple: El sueño responde positivamente a la demanda de
por el deseo del hombre, por la división del deseo
ir a cenar poniendo en escena la demanda corre-
A veces hay algo que obnubila en el hecho de no
lativa, recíproca, que es la de dar una cena. Pero,
- hombre, y la tajada de salmón ahumado viene al
Amiga Marido BC en razón del deseo subyacente a la demanda de la
lugar del deseo del Otro”. Está la pregunta y está
amiga, la paciente desea que la demanda no sea
que Lacan había resuelto el tema con su S1. Siem- D D D también la respuesta.
satisfecha. Esto se traduce muy simplemente por:
- d d d “Es el (...) resorte que va a hacer del deseo de su ¿Qué es lo que permite hacer de ese salmón la res-
amiga el fracaso de su demanda.” -
otra. El ser humano no es la gallina que podemos
gadez, incluso es la palabra . No se trata del
- Como resultado de este esquema tenemos el Y es “el mismo resorte” que hemos señalado res-
caviar ruso, es el magro salmón. En el fondo, ¿cuál
tos de este análisis de Lacan es precisamente que sueño. pecto del marido: demanda a las rellenitas y desea
es el deseo del que se trata? Si desvestimos lo que
en el momento en que se tiene la solución aparece a las delgadas.
una nueva, y luego otra. Por esto mismo S1, que es La amiga. Sabemos cuál es su demanda; Lacan
lo dice con todas las letras –¡¿por qué dije que di- La paciente toma a su cargo la demanda de su ami- por las delgadas. El marido tiene un deseo oculto
el hilo de Ariadna de lo que llamé el laberinto de las
simula la matriz en cuestión cuando está tan cla- ga; demuestra su buena voluntad pero es para con- por las delgadas, y esto llega a simbolizarse en este
-
ra?! –: “Así el sueño de la paciente responde a la tradecir mejor el deseo de esta amiga que ella ha pobre trozo pequeño de salmón ahumado. En cuan-
bre, es a la vez el hilo y el laberinto.
demanda de la amiga que es la de ir a cenar a su captado bien. El sueño realiza su deseo, que su ami- to al deseo de la paciente, no se trata simplemente
- casa”.5 La demanda de la amiga es ir a comer a la - de que no haya cena, sino de ser el objeto del de-
da: respecto de la Otra mujer y respecto del hom- casa de la BC –para la Bella Carnicera. ¿Cuál es date en tu casa, no hay nada aquí para vos”. Estos seo. Esto se complementa muy bien: por un lado,
bre. Es el corazón del asunto. el deseo que podemos suponer en esta demanda? elementos se acoplan con una precisión matemática.
Respuesta: “y no se sabe qué demonios la empuja lado, pasa a ser ella misma la que conviene a su
- Esta articulación, que no es para nada complicada,
a ello, aparte de que se cena bien allí, sino el hecho deseo. Ella sospecha que si es la conveniente para
permite deducir el sueño, explica por qué, en el sueño,
del que nuestra carnicera no pierde el hilo; y es que la demanda de su marido, no lo es para su deseo.
haciendo desde hace mucho tiempo. Es una “mi- la paciente quiere dar una cena, por qué no lo consi-
crolectura”, según se expresa Jean-Pierre Richard. su marido habla siempre de ella ventajosamente”.6 gue, y en qué ese contraejemplo es, por el contrario, “Como este deseo no alcanza para nada (...) no ten-
Y en una “microlectura” los lomos de burro son No sabemos cuál es su deseo en este caso, pero sí una pieza que apoya la teoría del Profesor Freud.
montañas. ¿Cuál es nuestro hilo de Ariadna en ese que el marido se interesa en ella, que ella despierta que renunciar a mi deseo de dar de cenar –se trata
algún deseo en él, y que, de pronto, esto despierta Pero este no es todo el asunto. No hacemos más
laberinto atiborrado de lomo de burros? Es el bi- de una expresión un tanto sorprendente “dar de ce-
cierto deseo en ella. Podemos nombrar su deseo: que reformular la interpretación de Freud. Lo hace-
nario demanda y deseo. Ya es algo darse cuenta nar” siendo del registro de la demanda en el pará-
deseo de hacerse apreciar, adular, ver por el ma- mos en términos de demanda y deseo. El modus
de esto, pues Lacan pone delante, al comienzo del grafo precedente– (o sea a mi búsqueda del deseo
rido. Luego comentaremos algo respecto de ese operandi de este asunto es el deseo del Otro.
texto, el binario metáfora y metonimia, que es ope- de Otro que es el secreto del mío)”.10
ratorio, casi formalizado, mientras que el binario deseo; por el momento tan sólo quiero delinearlo. ¿De qué se trata? De un deseo de segundo orden.
¿Esto implica que allí habría otro estrato del deseo?
demanda y deseo es más secreto, de un manejo Pasemos al marido. ¿Qué demanda el marido?, lo Justamente por allí comienza Lacan su análisis del
¿Nos obliga a establecer un nivel suplementario? Si
más delicado, que no tiene nada de automático. Se sabemos: redondeces. Y ¿qué desea? delgadez. sueño de la Bella Carnicera: el deseo es más com-
tomamos a la letra el hecho que Lacan dice “deseo
trata de un asunto de encuentro. El melodrama de Está escrito exactamente así; podría poner, en los plicado de lo que creemos; un deseo puede ocultar
de dar de cenar”, ¿dónde alojar ese elemento?
la Bella Carnicera es complejo, puesto que para
márgenes de “La dirección de la cura...”, como en
cada uno de los tres personajes, hay demanda y - El texto continúa: “todo ha fallado, y usted dice que
“Televisión”, pequeños matemas. Ahora, delgada
deseo. seo, y bien, un deseo puede siempre ocultar otro. el sueño es la realización de un deseo”.11 Tenemos
como ella es, no está hecha para nada para gus-
Encontramos aquí un deseo de segundo orden. Te- la impresión de ir para atrás, porque hemos obteni-
En ese sentido, la frase “es el mismo resorte que, tarle a él, que sólo se interesa por las rellenitas.
nemos, en el caso de la paciente, un doble deseo, do ya la solución: el fracaso.
en el sueño, va a hacer del deseo de su amiga el Redondeces es lo que él demanda explícitamente,
un deseo articulado a la demanda de la amiga di-
fracaso de su demanda”4 es lo que dice apreciar en las mujeres. Pero ocurre En la parte precedente encontramos: “...es en va-
rectamente atrapado por el deseo del marido.
que me esfuerzo actualmente es en que no com- que, por otro lado, tiene interés por esta linda del- no. La llamada de la paciente no tiene éxito; bueno
prendemos nada! La comprensión del conjunto va- gada. “¿No tendría él también un deseo que se le sería ver a la otra engordar para que su marido la

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paladee”.12 Tenemos un doblete. ¿Por qué esto se una realización del deseo de la amiga, realiza el de- Es preciso imaginarnos esto en el teatro. A la Bella dicho a ella el día anterior que se estaba poniendo
redobla? ¿Por qué volvemos a pasar por los mis- seo de la paciente, “que fracase”. El éxito está en Carnicera la vemos primero en escena portando las gordo y que quería hacer un tratamiento para adel-
mos puntos? el fracaso. Ese fracaso se explica por el deseo del galas de la amiga. Fuera del escenario, en la ciudad gazar; se levantaría temprano, haría ejercicios, se
hombre contradicho por el deseo de la paciente. está vestida como caviar, la vemos en escena ves- sometería a una dieta severa y sobre todo, no acep-
taría más invitaciones a cenar. Ese dato es total-
Segunda demostración, la de Lacan: esta vez la
4. Amar. Desear. Gozar. se trata de un fracaso: no hay nadie, el teatro está mente indicativo. El marido, luego de algunos días,
vacío, ella se va de allí. El espectador inteligente es taladrado por algún deseo. ¡Cuando los señores
quiere decir esto? Que toma a su cargo el deseo, y
¡Ah, la buena histérica! Hablemos de ella. La Be- concluye: ella nos representa el fracaso, no el suyo se ponen en la cabeza adelgazar busquen a la mu-
por eso Lacan escribe: “mi deseo de dar de cenar”.
lla Carnicera sabe con quién coge su marido. Una sino el de su amiga, porque lleva puesto el vestido jer! Piensa en renunciar a las satisfacciones de la
Ese comienzo de la frase me ha irritado especial-
cosa es que tenga una aspiración amorosa respec- salmón, el de su amiga. carnicera, del estómago, y ¿por qué, por quién? Tal
mente porque, una de dos: o esta expresión era de
- vez no se trata solamente de que le gusten las del-
una completa inconsecuencia de Lacan que nos Seguramente la actriz es ella, la Bella Carnicera,
jeres un tanto rellenitas las que lo excitan. “¿Cómo gadas, aunque se acueste con las rellenitas, sino
había explicado que el “dar de cenar” era del re- pero lleva puesto el vestido salmón, y esa vesti-
podría una mujer ser amada por un hombre que no que ¡quería él mismo estar más delgado! La delga-
gistro de la demanda; o, había que encontrar otra menta es la que cuenta, no su identidad fuera del
sabría satisfacerse con ella?” El clivaje demanda/ dez no es solamente un rasgo eventual del objeto
cosa. Y es la construcción que les propongo. No le escenario. No se trata de su fracaso; ella interpreta
deseo está articulado sobre la disyunción, la de-
encuentro lugar a ese comienzo de frase si no es el fracaso de su amiga cuyo deseo ha adivinado.
gradación de la vida amorosa: por un lado satis-
en ese esquema. Por lo tanto, el “yo” del sueño no es simple: “soy Vuelvo sobre la frase “el trozo de salmón ahuma-
facerse en la cama, por el otro amar; por un lado
yo” la que quiero dar de cenar, y “yo” es también do viene a tomar el lugar del deseo del Otro”. Esta
disfrutar, gozar, por el otro desear, amar. Del lado del marido, tenemos un deseo secreto, y
la mujer de salmón, es decir, la otra. El sujeto de la forma de expresión no la encontraremos en Lacan.
tal vez desconocido para él mismo, por la mujer
Quisiera que retomáramos a partir de la estructura. demanda es la paciente en tanto que sustituye la
Esta página debe leerse con los matemas de La- demanda de la amiga –mientras que el sujeto del lugar del del deseo del Otro”. No es im-
de su deseo con el del Otro, del deseo de sacar el
can porque está escrita con esos matemas –y es lo deseo que fracasa es la amiga. posible que tengamos aquí la emergencia de ese
deseo a la luz, el deseo de atender el deseo. Esto
que nos permite dar cuenta de ese doblete. sintagma de Lacan: está ausente en esta página, y
pasa por la cena, de allí: “deseo de dar de cenar”. La Bella Carnicera sale con su vestido salmón. Vuel-
la encontramos tan solo en la parte superior de la
Algunos parágrafos después, y sin que sepamos Ese deseo no se realiza. ¿Entonces? No olvide- ve, y Lacan escribe: “El trozo de salmón (...) viene al
página 607. Se ha vuelto para nosotros una palabra
por qué, vemos dos veces: “para nada”, “todo ha mos la delgadez. lugar del deseo del Otro”. ¿Haberlo dicho antes? Ella
de pase, el . Pero estamos
fallado”. ¿Qué pasó entre tanto? Lo he dicho: en vuelve, y aún está vestida con sus ropas salmón.
En la primera parte, para dar cuenta de que esto no allí en sus primeros pasos. Intentemos entenderlo
la primera parte, el sueño es comentado desde el marche, era necesario hacer alusión al deseo del El salmón está siempre presente, por supuesto, en su frescura original, como los que escuchaban a
punto de vista del deseo de la amiga y de la res- marido, a su deseo por las delgadas por sobre su pero ahora tiene otro valor: esta vez se trata del Lacan en esa época.
puesta al deseo de la amiga; la segunda vez, son deseo por las gorditas. En la segunda parte, vol-
dichas las mismas cosas, pero esta vez a partir de Bien pensado, tenemos sobre ellos una ventaja,
vemos a recorrer el camino, y esta vez la paciente fracaso total.
porque ¿qué tiene para transmitir en sus recuerdos
- Hay salmón y salmón. Estudiamos el primero, el un Pontalis? Nada más que su fascinación por el
¿Adónde está la realización del deseo? Para res-
ción femenina, y el segundo fracaso, “todo ha fa- personaje de Lacan. Lacan lo cautivó tanto que tuvo
ponder a esto Lacan saca de su bolsillo, si puedo
- metáfora y metonimia. Aquí se trata de otro salmón, que deshacerse de él, romper, mientras que noso-
decirlo así, la delgadez y el deseo que se adjunta
ción masculina. tros provenimos de allí, solo vemos la demostración
a ella. En el primer tiempo, la delgadez es la de la
La palabra que produce el corte es precisamente de Lacan que es a reconstruir sobre tal página.
El texto parece estar construido al revés –lo he amiga, y es la atracción que experimenta el marido
trozo. Antes, Lacan no decía trozo de salmón, opo-
la que explica el deseo de la esposa: que no fun- Es cierto que su sueño realiza el deseo del marido
nía simplemente salmón con caviar. Todo gira en
como una catedral engullida, con sus pisos, sus pa- cione. Aquí volvemos a encontrar esta delgadez en
trozo.
sajes ocultos. Lacan comienza por decir con Freud: el segundo tiempo. El pobre pedacito de salmón ofrece esa cena: no hay invitación a cenar –casi
el deseo del sueño es el deseo de la amiga. Es en indica el fracaso de la cena, pero es también el Formulemos la pregunta: “El trozo de salmón ahu- nada para comer, cintura.
razón de ese deseo que es necesario que aquello objeto mismo del deseo que brilla en ella. mado, está en el lugar del deseo del Otro”; ¿por
¿Cómo es que el trozo de salmón viene “al lugar del
que satisface el deseo de la paciente no funcione. qué no podemos decirlo en el episodio anterior,
Perdónenme por ser prolijo, estamos ante un asun- deseo del Otro”? En tanto que lo simboliza como
-
- to en sí mismo. deseo de delgadez. Es, entonces, un símbolo, un
ción femenina? ¿Por qué? Porque el salmón está,
manda de la amiga, pero no su deseo. Luego, se- -
sin duda, en el lugar del deseo, pero del otro con
gunda demostración, sobre la vertiente de la identi-
dar de cenar, que es el deseo de la Bella Carnicera
cómo la relación del salmón con el deseo está arti-
del marido. El deseo de dar de cenar responde a en tanto que ella sigue el rastro del deseo de su
Lo que está ahora claro en ese parágrafo es el culada antes; no hay Otro (A), sino otro (a).
su deseo de encontrar a la amiga y a este deseo se marido respecto de la amiga.
“Todo ha fallado, y usted dice que el sueño es la Pueden leerlo en la página 601 “...al deseo de otra”.
lo hace fracasar. Como la paciente tomó a su cargo La frase “el trozo de salmón ahumado viene al lugar
realización de un deseo. ¿Cómo arregla Ud. esto,
el deseo del marido –eso les explica la expresión del deseo del Otro” choca, por lo repentino, porque
profesor?”.14 Se trata de retomar la pregunta inau-
“mi deseo de dar de cenar”– ese nuevo fracaso antes no se nos ha hablado para nada de ese “de-
gural a partir de su fracaso, pero ya no se trata de 6. El logogrifo
constituye un segundo desafío a la teoría de Freud. seo del Otro”.
-
De allí el “¿cómo arregla Ud. eso, profesor?”.13
mula ahora la pregunta es una mujer en tanto que Hay una anotación capital del texto de Freud que no ¿Qué es lo que hace soñar a la Bella Carnicera? El
Primera demostración, la de Freud: el sueño no es ha sido retomada: que el marido, gordito, le había deseo: ¿qué desea su amiga? ¿Qué desea cuando

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adula el salmón? ¿Qué desea cuando quiere venir
a cenar? ¿Qué desea el marido cuando hace el elo-
trozo: retranscribe el diá-
logo del marido con el pintor introduciendo allí la GOCES Y TORMENTOS DE LA OBSESIÓN*
gio de la amiga? ¿Y qué cuando quiere adelgazar? palabra, a continuación lo antepone a salmón e ins-
El sujeto histérico es el conjunto de esas preguntas, cribe al salmón en el registro macho.
es esta pregunta sobre el deseo del Otro como tal, MÓNICA TORRES
y las preguntas están todas aquí simbolizadas, con-
hombre en tanto que deseante. Pero no es todo.
densadas en el salmón –miren sus aletas, es el sal-
món de la amiga, miren su trozo, es el salmón del
el objeto del deseo macho cuyo soporte es una vez
todo, si se puede decir así, es el alfa y omega del
deseo. Por eso, dice Lacan, es un logogrifo:15 con-
más el salmón. Para revelar su valor fálico hará fal-
ta ir más allá del trozo de salmón entero en toda su
E n esta clase voy a partir de lo que plantea Jac-
ques-Alain Miller en el capítulo IX de su curso
Extimidad,1 donde recurre a las tres letras de lo que
como solución es el acto, en el sentido fuerte de la
palabra, el acto analítico.
densa los mil y un valores del deseo, y aquí, en todo gloria. Existen muchas indicaciones que se pueden Hasta aquí entendemos que: la existencia de la falta
no puede decirse. Si pensamos en el binarismo sig-
caso, responde a la vez al “¿qué quiere una mujer?” hacer respecto del salmón. Es cierto que, como al- en el Otro es lo que permite que exista el objeto a.
y a los misterios de la división del deseo macho. guno de ustedes lo ha planteado, entre el trozo de Así aparece en el grafo del deseo. La tendencia del
especialmente, al goce en la neurosis obsesiva.
Supongamos el trozo de salmón. salmón y el salmón entero hay una diferencia del neurótico es atribuir su objeto de goce al Otro, tien-
Para ello, tomaremos un triángulo que esclarece
de a alojarlo en el Otro, se lo atribuye a otro que es
¿De dónde parte Lacan? De la idea de que la histé- cuál es la diferencia entre el símbolo fálico, o sea,
quien le hace tal o cual cosa. Es muy difícil a veces
en un análisis impedir que hablen del otro, de la
su deseo, y también que ella desea ser el objeto de -
amiga, del marido, del novio o, especialmente en la
ese deseo, que no es lo mismo. Salmón es un sig- cante sino a la lógica del goce.
obsesión, del socio. Siempre es el otro el responsa-

CONCEPTOS | Palpitaciones del goce


Trozo es un sig- Establecimiento: Gerardo Battista y Blanca Sánchez ble de lo que le pasa al sujeto. En la neurosis este
Trozo Versión no revisada por el autor objeto no tapona completamente la falta, lo cual
de salmón: los dos se unen. En la primera escena, Lo que no puede decirse
ocurre en la perversión. El neurótico se divide, aun
la Bella Carnicera se viste con las ropas salmón, y más la histérica que el obsesivo.
en la segunda con ropas trozo –o también se pone
el vestido salmón y sobre él un pequeño broche en Si no está la falta en el Otro no puede estar el ob-
- jeto a. El neurótico todo el tiempo trata de velar esa
cante, el deseo del Otro guarda el salmón que viene falta atribuyéndole su objeto de goce al Otro; esta
de la amiga y en su lugar pone la palabra trozo. Es extimidad neologismo
la construcción de Lacan, porque en el sueño ana- lacaniano : éxtimo es íntimo y a la vez externo, lo
lizado por Freud no tenemos la palabra trozo. Tene- que más mío es y lo que más le atribuyo al Otro, lo
mos ese “un poco de salmón ahumado”. La palabra que me parece que pierdo cuando pierdo al Otro,
trozo es un aporte de Lacan que no está en el texto por ejemplo, en la separación de un amor.
de Freud, lo que nos muestra que, llegado el caso, Pasemos a la letra phi, , el falo con mayúscula,
hace falta buscar el punto de Arquímedes un tanto que es adonde me quiero detener hoy. Estas letras
de lado, desfazado. NOTAS S ( ), a y indican un límite relacionado con lo
Este triángulo2 del Seminario 20 está formado por
Esto va a complicarse todavía más. Es necesario los tres registros: imaginario, simbólico y real. Las que no se puede y son diferentes formas de la ex-
que haya habido en algún momento un juego de 1 Lacan, J., “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escri- timidad.
tos 2, Siglo XXI, Bs. As., 1987, pp. 600-622.
espejos, dado que no es lo mismo estar vestida con a real y de real vuelven a imaginario, y en el trayec-
2 Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales -
un vestido salmón con broche –o desgarrón– que to de cada una, vemos tres letras de lo que no se
del psicoanálisis, Paidós, Bs. As., 1987, p. 112.
estar disfrazada de salmón. Ahora, un tercer tiem-
3 Lacan, J., “La dirección de la cura y los principios de su poder”, op. puede. Entre I y S ubicamos el S( lo que puede mostrarse. Hice este recorrido para
cit., p. 606. de la falta en el Otro, que es el matema mayor de lo llegar a esta letra que está en juego en el goce
con la cabeza, el cuerpo, las aletas, si es que tiene, 4 Ibíd. que no puede decirse del todo. Esta falta en el Otro del obsesivo. Si decimos “letra” se entiende mejor,
5 Ibíd. p. 605. está en la estructura neurótica; si no, estaríamos en aunque en el Seminario La transferencia Lacan no
o de la , sino del baile en
6 Ibíd. p. 606. la psicosis. va a
¡Allí aplaudimos!
7 Ibíd. juntar real con imaginario. Pensemos que el título
8 Ibíd. de uno de los capítulos de este Seminario es “La
es el objeto a que responde a lo real y que tiene
7. La gloria del salmón 9 Ibíd. presencia real”3 en la obsesión.
que ver con el goce. Podríamos decir que es “una”
10 Ibíd.
invención de Lacan, antes no existía este objeto. Tanto el a como lo éxtimo nos explican la parte de
11 Ibíd.
Es el primer real y sería el límite de lo que puede lo simbólico incluida en lo real y no lo real en lo sim-
- 12 Ibíd.
hacerse en la dimensión del semblante. Frente a bólico. El a nombra o escribe el goce innombrable
ción femenina. Lacan, que quiere dar su valor a la 13 Ibíd.
lo que no se puede hacer, lo único que quedaría mientras que el tiene relación con el goce prohi-
14 Ibíd.
ese salmón hacia el lado del marido. Para lograrlo 15 Ibid. p. 607. * Clase 8 del Propedeútico “Clínica de las neurosis” perteneciente al Instituto Clínico de Buenos Aires (ICdeBA), 10 de agosto de 2015.

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