Sismos y volcanes están estrechamente relacionados debido a la actividad geológica en la corteza
terrestre. Los terremotos, también conocidos como sismos, son vibraciones causadas por la liberación de energía en la corteza terrestre, generalmente asociados al movimiento entre placas tectónicas. Por otro lado, los volcanes son estructuras geológicas por las cuales emergen magma en forma de lava, ceniza volcánica y gases del interior de la Tierra, con erupciones que varían en intensidad y frecuencia. Los terremotos volcánicos se producen cuando el magma y los gases suben a la superficie, generando tensiones en la corteza. La vigilancia sísmica en los volcanes es crucial para detectar variaciones en la actividad sísmica que puedan indicar una erupción inminente