Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Personajes
Claudio: Rey de Dinamarca, Hermano del Rey Hamlet (Demera Francisco)
Gertrudis: Reina madre del príncipe Hamlet (Muñoz Maria)
Espectro: del Rey Hamlet padre (Laica Rommel)
Hamlet: Príncipe de Dinamarca (Lopez Gabriel)
Ofelia: Pretendida de Hamlet (Simbaña Emylce)
Horacio: Amigo de Hamlet (Coello Nataly)
Bernardo: Soldado (Rivadeneira Lucia)
Francisco: Soldado (Cevallos Paula)
Criado: siervo del palacio (Vallejo Nicole)
Dos Guardias (Noroña Camila y Tobar Danna)
Laertes: Hijo de Polonio y hermano de Ofelia (Romero Jorge)
Polonio: Padre de Ofelia y Laertes (Garzon Samuel)
Narrador (Mencias Luciana)
Logistica (Peña Estefania)
Acto Primero
Se abre el telón
Escena I
NARRADOR: Hace poco ha fallecido el rey Hamlet, y su viuda la reina sin esperar mucho tiempo se
ha casado con Claudio el hermano del rey, que ahora es el nuevo rey de Dinamarca, ocupando el
trono que le corresponde al príncipe Hamlet. En la explanada delante del Palacio Real. En una
noche oscura. Se encuentran FRANCISCO y BERNARDO haciendo la guardia. (salen francisco y
Bernardo)
ESPECTRO.- eso espero mi querido Hamlet, recupera el honor y enfrenta al enemigo, el cual
además sedujo a tu madre y la convirtió en su esposa.
Se cierra el telón
ACTO 2
Se abre el telón
(Entran Hamlet y Horacio)
Narrador: luego del inesperado encuentro de Hamlet con el espectro, éste se dirige a casa de
Horacio, en el centro de la ciudad, para contarle lo ocurrido.
– HAMLET: hola Horacio ¿cómo estás?, disculpa que vengo a esta hora a tu casa, pero me sucedió
algo extraño mientras estaba en los jardines del palacio.
– HORACIO: tranquilo Hamlet, cuéntame ¿qué te ha sucedido?, porque no te veo nada bien.
– HAMLET: vi al fantasma de mi padre, el cual me reveló que fue asesinado por mi tío Claudio.
– HORACIO: Hamlet, seguramente esa imagen es parte de tu imaginación. Recuerda que has
estado en un ambiente de mucha tensión durante estos días.
– HAMLET: no estoy loco, estoy seguro que sí era él. Ahora me pones en duda, igualmente
investigaré a mi tío hasta encontrar la respuesta.
Se cierra el telón
ACTO 3
Se abre el telón
(Se encuentran cenando Hamlet, Gertrudis y Claudio)
Narrador: a Hamlet le cuesta conciliar el sueño, tiene ojeras, ha adelgazado y su humor no es el
mismo. Durante una cena en el castillo, el príncipe convence a uno de sus criados para llamar la
atención gritando, como en un ataque de locura, que al difunto rey lo habían asesinado. Una
estrategia con la cual pensaba analizar el comportamiento de su tío Claudio.
– NARRADOR: Hamlet observa la postura corporal del tío, que no es normal, esto lo hace deducir
que la confesión del fantasma era verdad.
– GERTRUDIS: (Se dirige a la silla de Hamlet) ¿hijo estás bien, después de escuchar tal barbaridad?
– HAMLET: para ser sincero hace tiempo que no lo estoy, ni me siento a gusto con la unión marital
entre tú y mi tío Claudio.
– GERTRUDIS: (sorprendida) ¿¡Hamlet qué terrible acusación estás haciendo!?, ten cuidado hijo no
pierdas la cabeza, sin tener pruebas de un acto tan soez como ese.
(Salen todos se queda Hamlet solo meditando en voz alta) (Ofelia escondida escuchando)
HAMLET: Ser o no ser... He ahí el dilema. ¿Qué es mejor para el alma, sufrir insultos de Fortuna,
golpes, dardos, o levantarse en armas contra el océano del mal, y oponerse a él y que así cesen?
Morir, dormir...
Nada más; y decir así que con un sueño damos fin a las llagas del corazón y a todos los males,
herencia de la carne, y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir, dormir... ¡Soñar acaso!
¡Qué difícil! Pues en el sueño de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán cuando despojados de
ataduras mortales encontremos la paz? He ahí la razón por la que tan longeva llega a ser la
desgracia.
¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo, la injusticia del tirano, la afrenta del
soberbio, la angustia del amor despreciado, la espera del juicio, la arrogancia del poderoso, y la
humillación que la virtud recibe de quien es indigno, cuando uno mismo tiene a su alcance el
descanso en el filo desnudo del puñal? ¿Quién puede soportar tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la
vida una carga tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la muerte —ese país por descubrir,
de cuyos confines ningún viajero retorna— que confunde la voluntad haciéndonos pacientes ante
el infortunio antes que volar hacia un mal desconocido.
La conciencia, así, hace a todos cobardes y, así, el natural color de la resolución se desvanece en
tenues sombras del pensamiento; y así empresas de importancia, y de gran valía, llegan a torcer su
rumbo al considerarse para nunca volver a merecer el nombre de la acción. (Aparece Ofelia a la
vista de Hamlet)
OFELIA: Señor mío como estás, después de estos días tan difíciles.
HAMLET: Humildemente bien bien
OFELIA: Señor, tengo recuerdos vuestros que hace mucho que quiero devolveros. Recibidlos ahora,
os lo suplico. (Ofelia entrega varias cartas y objetos)
HAMLET: No, no, nunca te he dado nada.
OFELIA: Mi honorable señor, sabéis muy bien que sí, y con ellos, palabras compuestas con tan
dulce aliento que daban a las cosas mayor precio. Ya que han dejado su perfume, volvedlas a
tomar, pues para un noble espíritu los ricos dones terminan y se vuelven pobres cuando quienes
los dan se muestran poco amables. Aquí están, mi señor.
HAMLET: Ha, ha, ¿eres honesta?
OFELIA: ¡Señor…!
HAMLET: ¿Eres hermosa?
OFELIA: ¿Qué quiere decir vuestra señoría?
HAMLET: Que si eres honesta y hermosa, tu honestidad no debería aceptar ningún trato con tu
hermosura.
OFELIA: ¿Podría la hermosura, señor, tener mejor comercio que con la honestidad? HAMLET: No
debiste creerme. Pues la virtud no puede contagiar nuestra vieja cepa sin que nos quede algún
recuerdo. No te amé.
OFELIA: Tanto más me dejé engañar. (Sale HAMLET)
OFELIA: (sola) ¡Ay, qué espíritu este tan noble destruído! El ojo, lengua, espada del cortesano, del
soldado, del sabio; la esperanza y la flor del justo Estado; espejo de la elegancia, modelo de
gallardía, blanco de todas las miradas. ¡Y todo arruinado! Y yo la más infeliz, miserablede las
mujeres yo que he sorbido la miel de sus promesas melodiosas, he de ver como su mente noble y
soberana como dulces campanas destempladas pierden el tono; aquellas formas incomparables de
su florida juventud, se han marchado con el delirio. Pobre de mí; haber visto lo que vi y ver ahora
lo que veo.
Se cierra el telón
ACTO 4
Se abre el telón
– GERTRUDIS: Hamlet anoche pensé lo que mencionaste de Claudio, pero creo que tu
comportamiento extraño es porque me casé con él.
– HAMLET: nunca estuve de acuerdo con la boda, ni se guardó duelo a mi padre. Ahora todo
apunta a que el tío Claudio, armó el plan para quedarse en el trono.
– GERTRUDIS: (llora) ¿¡Hamlet qué has hecho!? necesitas ayuda hijo mío, has matado a Polonio en
tu locura de venganza desmedida. (Gertrudis va en busca de Claudio) (salen todos)
– CLAUDIO: mi estimado Leartes, debo informarte con mucho pesar que Hamlet mató a Polonio sin
piedad, ni respeto a ti, ni a la fallecida Ofelia.
– LEARTES: es indignante lo que hizo con mi padre, acuchillándolo sin ningún remordimiento,
¡cuánto odio siento por Hamlet! Por él perdí también a mi hermana.
– CLAUDIO: Debes vengar la muerte de tu familia. El príncipe Hamlet no merece vivir, últimamente
rechazaba a Ofelia, quien tanto lo amaba y ahora, incluso se atrevió a matar a Polonio.
Se cierra el telón
ACTO 6
(Está Leartes con su espada, el veneno y una copa con vino en la mano)
– NARRADOR: Hamlet llega a Dinamarca, le escribe a Leartes, acepta su propuesta y se reúne con
él. Leartes coloca veneno en el filo de la espada para asegurarse de asesinarlo en la primera
oportunidad, pero también agrega un poco del peligroso líquido en una copa de vino, en caso de
que se encuentren rodeados de personas a la hora de tomar acción. (Este fragmento se recrea tal
como lo dice el narrador)
– LEARTES: ¡tú no supiste valorar el amor de mi hermana!, actuabas como “alma en pena” y,
además, te atreviste a matar a mi padre, Ofelia no lo soportó, pero yo me vengaré (saca la
espada).
– LEARTES: ¡sí! ¡Vamos a pelear!, ¡enfréntate como un hombre! (Luchan con sus espadas)
(Aparece Gertrudis)
– NARRADOR: Leartes hiere a Hamlet por un costado, sin embargo, sigue vivo y logra responder
con una estocada que lesiona a su contrincante. En ese momento se acercó Gertrudis tomando la
copa de vino que había dejado Leartes en el salón de al lado, y apenas alcanzó a ver la pelea,
cuando cayó al piso, muriendo envenenada.
(Aparece Claudio)
– NARRADOR: más atrás de Gertrudis venía el rey Claudio y, en medio de la impotencia de ver a su
madre agonizar, Hamlet toma fuerzas antes de morir y asesina a su tío atravesándolo con su
espada.
Fin.