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1. ¿Por qué fue Patch Adams al manicomio?

Patch Adams se interna voluntariamente por su comportamiento suicida y su


sensación de no pertenecer en ningún lado.

2. ¿Qué le quiso decir el matemático a Adams cuando le preguntó cuántos dedos veía?
Quería demostrar que se puede ver más allá de lo evidente sin los límites de la
conformidad, el temor o la pereza. Así, al mostrar cuatro dedos esperaba que las
personas cuenten también la distorsión generada por la vista en la que los dedos se
duplican.

3. ¿Qué lo hizo decidir ir a la escuela de Medicina?


En su estadía en el manicomio fue testigo de la indiferencia de los médicos y el buen
efecto que la escucha activa y la empatía tenía en sus compañeros pacientes. Al darse
cuenta de eso, decide empezar sus estudios en Medicina con el fin de brindar ayuda
profesional y humanitaria.

4. ¿Cuáles son los mensajes que se pueden identificar en la película?


La película argumenta el cómo la comunidad médica suele deshumanizarse en la busca
de rigidez y reconocimiento, identificando a los pacientes por sus síntomas en lugar de
sus nombres, concentrándose en el entrenamiento técnico y no en las habilidades
sociales, estableciendo jerarquías que mitifican a los médicos y los elevan a un nivel
superior que al de sus pacientes y sus colegas, etc. El protagonista hace una disrupción
de ese status quo demostrando que el médico puede acompañar sus conocimientos
con un trato humano y un buen humor. En palabras de Patch Adams, el médico no solo
debe tener la responsabilidad de retrasar la muerte sino de brindar una vida digna.
En general, la película comunica la importancia de la empatía y el buen humor en las
profesiones que implican el trabajo directo con personas, sobre todo las que
involucran servicios de salud; sin embargo, su mensaje humanitario es aplicable
también a la vida cotidiana en la que las circunstancias nos pueden inclinar a ser
personas crueles e indiferentes.

5. ¿Qué es lo que motiva a las personas a ayudar?


En la película vemos cómo el ser testigo de la reacción alegre al ayudar a una persona
desencadena la voluntad de seguir ayudando. Puede verse esto en lo que motivó a
Patch Adams a estudiar medicina en primer lugar, pero también se evidencia en cómo
las personas que presencian estos actos son motivadas a ayudar voluntariamente,
desde las enfermeras y estudiantes hasta los pacientes del manicomio. Al final de la
película, la cadena de ayuda que empezó el protagonista termina en que los infantes
que ayudó en el hospital lo apoyen en su audiencia ante el jurado, demostrando que
incluso ellos decidieron poner en práctica su predicamento.
Hunter Adams se ingresa voluntariamente en el departamento psiquiátrico de un hospital
debido a sus tendencias suicidas y su comportamiento peculiar. Ahí conoce a sus compañeros
de asilo: Arthur, un retirado matemático cuya persecución intelectual lo llevó a la insanidad y
Rudy, su compañero de habitación que padece de alucinaciones. En sus interacciones con el
médico a cargo se da cuenta de la indiferencia con la que es tratado él y los demás pacientes,
que no son escuchados con atención y son vistos como enfermos mentales y no humanos.
Cuando decide hablar con Arthur, este apoya su sentido del humor y su perspectiva
humanitaria, reconociéndole que el hecho de haberlo visitado demuestra su empatía con los
demás; en esta visita, Adams repara un vaso descartable que estaba goteando en el escritorio
colocando un pedazo de cinta del mueble en la apertura, este gesto hace que Arthur lo apode
“Patch”, parche en inglés. Esa noche su compañero no podía dormir a causa de las
alucinaciones que le impedían ir al baño, Patch, en lugar de tomar por sentado su condición, le
sigue la corriente y decide deshacerse junto a él de lo que le aterraba: las ardillas imaginarias.
Al ver los efectos positivos en el ánimo de las personas con las que interactuó, decide darse de
alta y perseguir su nuevo sueño: estudiar medicina y ejercer la profesión para ayudar a los
demás con cariño y empatía.

En la escuela de Medicina, Patch ya ha adoptado su personalidad cómica y alegre, esto es del


agrado de unos y el desagrado de otros. En la facultad conoce a Truman, un compañero con el
que es afín, juntos van al hospital a pesar de que estén a un año de poder ver pacientes. Ahí,
Adams decide ingresar a uno de los cuartos en el que encuentra niños víctimas de cáncer, tras
observarlos decide hablar con uno de ellos e improvisar comedia con los objetos que tenía al
alcance, entre ellos, una perilla para enemas que usa como nariz de payaso. El acto se esparce
a todos los niños de la habitación quienes entre carcajadas colaboran con la actuación
humorística de Patch. A pesar de no tener permitido el acceso a los pacientes, el protagonista
vuelve un hábito el visitar a los pacientes para entablar pláticas y compartir su buen humor de
manera extravagante ayudándose de disfraces y objetos peculiares. Después de un tiempo, se
gana el reconocimiento de las enfermeras y es seguido por algunos de sus compañeros en su
manera de tratar a los internados. Sin embargo, a pesar de sus excelentes calificaciones, su
comportamiento irreverente despierta el desprecio de algunos miembros de la escuela, entre
ellos, el decano. El decano Dean Walcott advierte constantemente a Patch sobre la
incomodidad de su forma de actuar y su falta de respeto por las normas, le prohíbe a Adams la
visita a pacientes hasta su tercer año y él lo desobedece con discreción.

Luego de pasar tanto tiempo en el entorno médico, a Patch le sorprende la indiferencia y


frialdad con la que el sistema de salud trata a sus pacientes, priorizando las formalidades y el
beneficio económico antes que su bienestar. Esto lo motiva a empezar un proyecto de hospital
gratuito en el que el buen humor sea la característica principal con el apoyo de sus
compañeros y los amigos que hizo cuando estaba internado. Arthur, el matemático, ayuda a
Patch con la compra de una vieja cabaña en el terreno deseado para el futuro hospital. En esta
cabaña, por un tiempo, recibe enfermos sin recursos y abre sus puertas a todo aquel que
busque atención médica, robando insumos del hospital y a veces improvisando la atención.
Tras muchos meses de acumular malas opiniones por su personalidad y sus métodos, el
decano y los altos mandos del hospital y la escuela deciden expulsarlo. Adams apela su caso
ante el comité de la comunidad médica apoyado por alto rendimiento académico. En esta
audiencia exclama su descontento con la deshumanización con la que los médicos tratan a los
pacientes y es apoyado por un grupo de niños que ayudó en el hospital, portando su
característica nariz roja. El comité concluye que Patch Adams es una buena influencia para la
Medicina e insisten en que culmine sus estudios como médico sin ningún obstáculo.

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