Los cristianos debemos agradecer CADA DÍA a nuestro Padre por habernos hecho aptos
para participar de la herencia de los santos, que es toda bendición espiritual, en
la luz de su presencia eterna. Gracias Padre porque en Cristo tenemos rendención; gracias porque fuimos librados de la potestad de las tinieblas, siendo esclavos fuimos comprados por su sangre, la cuál nos limpia de todo pecado. Colosenses 1:12-14