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La
Guerra Gaucha
2a. EDICION
M. GLEIZER-EDITOR
TRIUNVIRATO 537
BUENOS AIRES-1926
OBRAS DEL MISMO AUTOR
VERSO
Las Montañas del Oro (agotado}
Los Crepúsculos del Jardín (2.a edición)
Lunario Sentimental (agotado}
Odas Seculares „
El Libro Fiel
El Libro de los Paisajes „
Las Horas Doradas „
Romancero (2.a edición)
PROSA
La Reforma Educacional (agotado}
El Imperio Jesuítico
La Querrá Gaucha (segunda edición, en venta)
Las Fuerzas Extrañas (agotado}
Piedras Liminares
Prometeo
Didáctica
Historia de Sarmiento
Elogio de Ameghino
El Ejército de la Illada
El Payador (tomo primero}
Mi Beligerancia
Las Industrias de Atenas
La Torre de Casandra
El Tamaño del Espacio
Acción
Füosoficula
Cuentos Fatales
La Organización de la Paz
Estudios Helénicos
I La Funesta Helena
II Un Paladín de la Iliada
III La Dama de la Odisea
IV Héctor el Domador
El Angel de la Sombra (novela)
La
Guerra Gaucha
EDICIONES M. GLEIZER
El Angel de la Sombra
1 VOLUMEN
La Guerra Gaucha
VOLUMEN
LEOPOLDO LUGONES
La
Guerra Gaucha
2a. EDICION
M. GLEIZER-EDITOR
TRIUNVIRATO 537
BUENOS AIRES-1926
Queda hecho el depósito
que marca la ley.
Copyright by Gleizer 1926
¡VIVA LA PATRIA!
Poné seis,
Poné siete,
Poné ocho,
Tap& tu biz
¡Oid mortales.-.
— Rendios!
— Viva la Patria!
— Fuego!
— Fuego!
El verso se cortó como una cuerda, pues el mendigo
cayó esa vez. Varios tiros convergieron a su cabeza ti
rándole boca abajo como en el revolcón de un corcovo.
Aquella muerte decidió la catástrofe. Sobrecogidos
de pavorosa estupidez, estrecháronse unos contra otros
apretados como las hebras de un nudo. Un vago deseo
de acabar pronto substituyó al entusiasmo del sacrifi
cio, y la pelea degeneró en un fusilamiento.
Las mandíbulas se desencajaban; algunos se cubrían
el rostro. El capitán comprendió también que el fin lle
gaba. Caído el anciano, su clarín, y un poco su abuelo
también, ya no les quedaba media docena de suspiros.
Con clarovidenca especial, su mente minuciaba nimie
dades, y deseos, locos deseos de gritar le venían, pero
no encontraba qué.
El canto, aquel delirio de un minuto, acababa de pa
sar como un trago de vino. De sus devaneos imperiales
no conservaba ni el recuerdo. Una bala le voló el falu
cho, y entonces acudió el grito buscado para retar al
último plomo:
— Hijos de putal... Metan fierro!
Fuego! aulló por última vez el bosque, y bajo la hu
mareda acuchillada de fogonazos cayó el resto de la
banda.
La tarde diluía en su frescor las fragancias silves
tres. Un rayo de sol, regando de luz el soto, se estiró
hasta el capitán, y bajo los árboles obscuros, como be
sándolo, le alumbró la frente...
BAILE
SI me hubieras avisado
Cuando te Ibas a bañar,
Yo te habría hecho un pocito
Llenito de agua de aza’r.
En el mar de tu pelo
Navega un peine,
Y en laa olitas que hace
Mi amor se duerme. . .
Vidita de mi vida,
Dame un besito,
A la moda *e mi tierra
Repicadito.
61 tu corazonclto
Fuera de azúcar
Todo el día estuviera
Chupa que chupa.
Tiene mi palsanlta,
Un diente menos;
Por ese portilllto
Nos entendemos.
Ah Lima,
Quien no te conoce no te estima.
Llovía y llovía...
Como la luna hizo con agua, no cambiaría el tiempo
hasta el cuarto creciente. Cuatro días después seguía lo
mismo, encenegándose todo, enronqueciendo cada vez más
sus gárgaras las avenidas.
Las paisanas, puestas á la obra, reparaban su pandilla
de esqueletos, curando aquí una herida y consolando allá
un pesar. Plagados de úlceras, latigueados por escalofríos
que les fruncían el pellejo como pespuntes, atemoriza
ba su palidez barbuda; y como eran vencidos, sanaban
más difícilmente que los enfermos de la insurección.
Llovía y llovía...
Por el cielo plúmbeo rodaban las tormentas, una tras
otra, sus densidades fuliginosas. Algún trueno propa
gaba retumbos. Incesantemente cerníase la garúa con
vertida vuelta á vuelta en cerrazones y chubascos. So
bre el azul casi lóbrego de la sierra, flotaban nubarrones
de cuyo seno descolgábase á veces una centella visible á
lo lejos, como una linterna por un cordón. Temprano
anochecía, trocándose presto en noche el gris; y mucho
si hacia el poniente amagaba pasajera rubicundez. Los
árboles como que se desparramaban, sin un gorgeo, sin
138 LA QUERRA GAUCHA
Pacha Mama,
Pacha Canea,
Pacha luntu,
Señora Santa Ana. . .
baban por encariñarse con esa ascua como con una car
ne, transfundiéndole una especie de obscuro numei.
Otras veces, mientras el fuelle dormía, repujab .n las
prendas valiosas haciéndolas florecer en sólidas rosá-
ceas; ó grataban sangrientas herrumbres; ó fundían
en rústicos crisoles de barro y) lana, vaciando la pella
en hoyos ahuecados para moldes...
La guerra, no obstante, perjudicaba aquella industria.
No se veía sino por excepción tal cual virola ó vasija
de plata; y lo que es oro, ni pizca. Hierro, no más,
desde en las espuelas descuajadas hasta en las argollas
luidas. Y del bizarro arsenal salían, rejuveneciéndose
para ojalar cuero godo otra vez, ó para piropear la
muerte por esos cerros, las tercerolas, “flamantes como
doncellas”, decía el maestro, los chuzos despidiendo
rayos de mirada.
Del contacto con tales herramientas, así como de las
conversaciones que á su patrón y á los montoneros oía,
despuntó en el idiota una aversión. Godas... Matu-
i*ra/ngos...
Estas palabras equivalían á un espolazo en su instin
to; algo como la interjección con que se azuza a un
animal de presa.
Por la tarde, cuando el maestro suspendía la obra
para coquear un poco, recorría él los circunstantes al
cores con su honda en bandolera ó con su zampona. Ser
víanle de blanco, ora las lagartijas que se solazaban
por ahí, ora sus ovejas al estabularlas. Antes, al ma
rrar un tiro, reía; ahora se apuñeaba el pecho, furioso.
Sucedíale igual cuando fisgaba los peces; y como si
al calor de la ira se desligara su conciencia de la
VADO 155
—La campana!
Ovillejo, ovillejo.
Cara de indio viejo. . .
—El quirquincho!
—El norte...
—El poniente...
—El sur...
Sordamente finalizaba aquel diálogo en que se dis
cutía el horizonte.
Por momentos, subrayando las palabras, un gesto re
sumía el paisaje: miles de leguas, el país sublevado, los
incendios. JLia guerra ocupando los caminos; un escena
rio de humaredas y galopes; tiroteos, alaridos, trom
petazos. Nada de sueño.
Todo el mundo sobreentendía las dos únicas órdenes:
ataque y dispersión. Una pandilla que se lanzaba de
improviso, incrustándose en el enemigo. Dos minutos
de hachear y revolverse entre un revoleo de lazos y
de sables. Tumbos, bayonetazos... Al fin una descarga,
y bajo la humareda el puñado de jinetes desmigaján
dose en galopes.
El que olvidaba una consigna, se rascaba la nuca un
poco; y persignándose, acometía á cuerpo perdido. Si
la suerte lo ayudaba, sucumbía. Si no, prisionero, lo eje
cutaban.
Con frecuencia carecían de bastimentos y de vicios.
Fumaban de á tres en un cigarro, pasándose sucesiva-
TÁCTICA 195
Lavadas de cal,
Peinadas de sol,
Subid, torrecitas,
Subid al azul...
Golondrina ..
. . londrina ..
. . . ondrin ..
. . . ndrin ..
. . . drin ..
... rin ..
... in ..
... n ..
POR...PE...R...JURO...
TALION
Advertencia............................................................................ 7
Estreno ........................................................................... U
Alerta....................................................................................... 25
Sorpresa.................................................................................. 39
Baile . .................................................................................... 53
Juramento............................................................................... 64
Serenata................ 80
Despedida................................................................................ 94
Castigo........................................................................... 105
Carga....................................................................................... 115
A muerte......................................... 126
Milagro.................................................................................... 136
Vado......................................................................................... 147
Vivac........................................................................................ 158
Artillería................................................................................. 170
Jarana.......................... 180
T&ctlca..................................................................................... 194
Al rastro................................................................................. 203
Chasque........................... 219
Dianas..................................................................................... 227
ün laso.................................................................................... 241
Tallón...................................................................................... 254
tJílemes.................................................................................... 267
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