Viacrucis

Indulgenciado
heridas… cuánto sufriste… que frío estás Hijo... desciende cual rocío de Redención, sobre
tus dedos están helados... qué tiesos, parece la tierra
como si estuvieran despedazados... tesoro mío...
amor santo. ¿porque habéis quitado el alma a mi
Hijo?». Y llora desconsolada.
Viacrucis
Para ganar indulgencias
ORACIÓN
De acuerdo con el Enchiridion Indulgentiarum
¡Oh Purísima Señora! En tu Corazón de 1968, el ejercicio del Viacrucis obtiene la
Inmaculado queremos amar por agradecimiento; indulgencia plenaria. cumpliendo con los
amar para reparar, amar para pedir, amar para siguientes requisitos:
consolarte.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).  Confesión Sacramental.

V. Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan  Comunión Sacramental.

sobre Ti.  Rezar por las intersecciones del Santo
R. Descansa en mi corazón y ten misericordia de
mí. Padre, por lo menos un Padre Nuestro, un
Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
 Tener la intención de ganar la indulgencia.
Sangre divinísima, que brotas para
nosotros de las venas del Dios humanado,

32
Lo único que exige esta práctica, es
meditar sobre la Pasión y Muerte del Señor, y
recorrer
1
contaminada y sobre las almas a las que el
pecado las hace semejantes a los leprosos. Heme
aquí, yo te acojo, Sangre de mi Jesús, y te
derramo sobre la Iglesia, sobre el mundo, sobre
los pecadores, sobre el Purgatorio; ayuda,
conforta, limpia, enciende, penetra y fecunda.
iOh jugo dívinísimo de· Vida! Que la
indiferencia y la culpa, no pongan obstáculo a tu
fluir, antes, por los pocos que te aman, por los
innumerables que mueren sin TI, acelera y
difunde sobre todos esta divinísima lluvia, para
que se acerquen a Ti, confiados durante la vida,
sean por Ti, perdonados en la muerte y lleguen
contigo a la gloria de tu Reino. Así sea.

33
las catorce estaciones, a no ser que, por el
número de perronas que participan, el
movimiento de todos los presentes no pudiera
hacerse con orden, en cuyo caso basta que quien
dirija el Viacrucis sea quien recorra las
estaciones, mientras los demás permanecen en
sus lugares.
Los fieles legítimamente “impedidos”, podrán
ganar la misma indulgencia si dedican un cierto
tiempo -por ejemplo un cuarto de hora a la
piadosa lectura o meditación de la Pasión y
Muerte de nuestro Señor Jesucristo.
La selección de textos de este Viacrucis estuvo a
cargo de: Misioneras del Rosario, Aztecas #38, Villa
del Carbón, Estado de México. Tel.: 91-591-30323.
Editado por Teodoro García Maldonado, Campos
Elíseos #154-302, Col. Polanco, C.P. 11580.
México, D.F. Tel: (5) 5310946, Fax (5) 2551479.
2
Décima cuarta estación
Jesús es colocado en el Sepulcro.
V. ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí, yo
moriré por ti.
R. Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
El pequeño cortejo, después de haber bajado el
Calvario, encuentra el sepulcro de José de
Arimatea, excavado en la parte calcárea. Entran
con e1 cuerpo de Jesús y lo colocan sobre la
piedra para la unción. Entra también la Virgen…
nadie más porque la cámara preparatoria es
reducida, y sí entrasen muchos, no podrían
moverse. Las otras mujeres se quedan a la
puerta. María se inclina sobre su Hijo y llora...
lo vuelve a limpiar con el velo que tiene todavía
Jesús en su Cuerpo. El único baño que Jesús
recibe son las lágrimas de su Madre, que
llorando dice: «¿Qué te han hecho Hijo mío? ...
¡Pobre Hijo! cuántas
31
 ORACIÓN

iOh dulcísimo Jesús! En el corazón de tu Madre

Santísima te decimos: «Eres realmente el Hijo de
Dios, el Salvador; Jesús sálvanos por tu nombre;
Padre, perdónanos; Señor no somos dignos, pero
sí Tú nos perdonas y vienes a nosotros, nuestras
almas serán curadas, y no pecaremos más para,
no volver a enfermarnos y ofenderte. Jesús,
confiamos en Ti».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan

sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mí corazón y ten misericordia
de mí.

30 3
nos salvemos. Padre, en tus manos
encomendamos nuestro espíritu».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Décima tercera estación
La Virgen recibe el cuerpo de su Santísimo Hijo.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
José y Nicodemo piden el cadáver de Jesús a
Longinos, quien los envía con el Procónsul,
Regresan con el permiso de Pilatos. José y
Juan se quitan el manto y mientras Juan
28
Sabemos que eres el Salvador, ¡Sálvanos
Jesús!
Rey de la corona de espinas, por tu
martirio de amor, sé para nosotros el Amor que
socorre. Abre con tus manos traspasadas los
tesoros de la Gracia y de las gracias.
Ven a nosotros con tus pies heridos.
Santifica la tierra y a nosotros con la sangre que
gotea de tus llagas, que son joyas de tu realeza
de Redentor.
Abre al amor nuestros corazones con las
llamas de tu corazón abierto por nosotros.
Si te amamos seremos salvados aquí, en
la hora de la muerte y en el último juicio. Venga
tu Reino, Señor, en la tierra, en el cielo y en
nuestros corazones.
“Difúndelo. Regala una copia
Dios te abundara con gracias”
5
 Invocación
Jesús Rey de Amor, ten piedad de nosotros,
Porque queremos amarte, ayúdanos a amarte.
Porque reconocemos que Tú eres el Rey
verdadero, ayúdanos a conocerte cada vez más.
Porque creemos que Tú puedes todo, confirma
nuestra fe con tu misericordia.
Tú, Rey del mundo, ten piedad del pobre
mundo y de nosotros, que estamos en él. Tú, Rey
de la paz, concede la paz a1 mundo y a nosotros.
Tú, Rey del Cielo, concédenos llegar a
ser tus súbditos. Tú sabes que lloramos,
consuélanos, Tú sabes que sufrimos aliéntanos.
Tu sabes que tenemos necesidad de todo,
ayúdanos.
Nosotros sabernos que sufrimos por
culpa nuestra, pero esperamos en Ti. Nosotros
sabemos que es muy poco lo que sufrimos en
comparación a lo que merecemos sufrir, pero
confiamos en Ti. Nosotros sabemos lo que te
hemos hecho, pero también sabemos lo que Tú
has hecho por nosotros.
detiene la escalera, José y Nicodemo4 suben con
cuñas y tenazas. La Virgen, temblando,
sostenida por las mujeres, se coloca junto a la
Cruz. La mano izquierda está desclavada. El
brazo cae cuan largo es. Dicen a Juan que
también suba y que deje la escalera a las
mujeres. Juan apenas si puede sostener el cuerpo
de su Maestro.
La Virgen se sienta al pie de la Cruz, pronta a
recibir el cuerpo sobre sus rodillas. Pero
desclavarle la mano derecha es algo difícil. Pese
a todos los esfuerzos de Juan, el cuerpo se
cuelga hacia adelante y la cabeza del clavo rasga
más. Finalmente lo logran. Juan sigue
sosteniendo el cuerpo de Jesús por las axilas, con
la cabeza echada sobre la espalda, entre tanto
que Nicodemo y José lo sostienen por los muslos
y las rodillas, bajándolo cuidadosamente por la
escalera. Ahora está en las rodillas de su
Madre... Ella lo acaricia... le habla... lo besa y lo
baña con sus lágrimas.
29
 Primera Estación ¿Cuántos? Menos de veinte, entre un
millar 6
pecados de todo el mundo a sumergir al
náufrago Jesús en su amargura. Vuelve, sobre
Jesús es condenado a muerte.
todo, la sensación más dura que la misma Cruz,
más cruel que cualquier otro tormento, de que
ORACIÓN
Dios lo ha abandonado, y que su plegaria no
llega a Él...
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí, Es el tormento extremo; el que apresura la
yo moriré por ti. muerte porque exprime las últimas gotas de
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí. sangre de los poros, porque machaca las
restantes fibras del corazón, porque acaba con lo
Descripción
que el saberse abandonado había empezado: la
"Jesús no se opone a nada. Deja que se le golpee
muerte. Esta fue la primera causa de la muerte
y se burlen, sin decir una palabra. Los soldados
de Jesús. iOh Dios Mío! que lo castigaste por
suspenden sus burlas, al oír que alguien les
nosotros.
ordena que lleven al reo ante Poncio Pilatos. En
Muere pues el Inocente, el Santo muere, muere
cuanto Jesús entra en el patio y aparece en medio
el que es la Vida. Matado por tu abandono y por
de los soldados Pilatos lo señala con la mano
nuestros pecados.
diciendo: iOh lo tenéis. ¡Ahí tenéis a vuestro
Rey!
Jesús extiende su mirada sobre la gente, busca,
ORACIÓN
en medio de este mar de caras que lo odian, a sus
amigos. Finalmente los encuentra.
¡Oh Dulcísimo Jesús! Unidos a Ti, decimos:
«Padre, Padre ¿por qué nos has abandonado?
Somos pecadores, pero si nos abandonas
pereceremos. Vuelve, Padre Santo, para
que
y de tu paz. Padre, perdonaos porque 27
no saben lo
que hacen».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Duodécima estación
Jesús muere en la Cruz
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
En la agonía solitaria, total, cruel, hasta
sobrenaturalmente cruel de Jesús- Víctima.
Vuelve e1alud del dolor sin consuelo, que en el
Getsemaní lo aplastó. Vuelven las olas de
los 26
de enemigos... inclina su cabeza abatido ante tal
abandono. Le cae una lágrima… luego otra...
después la siguiente... ante su llanto, no hay
compasión, tan sólo odio.
Pilatos se queda pensativo, mira atentamente a
Jesús. Quisiera y no quisiera condenarlo. Pero lo
domina el temor humano y dice: «En una
palabra, ¡Queréis que lo mate, o no? Que se
haga. Pero que la sangre de este justo no se le
busque en mis manos».
Se lava las manos ante el pueblo. Regresa a su
silla, llama al centurión Longinos, ordena que
pongan en el cuello de Jesús la tablilla en que
está inscrito: «Jesús Nazareno, Rey de los
Judíos» Enseguida ordena: «Que vaya a la cruz»
ORACIÓN
¡Oh, dívinísimo Jesús! Tú permitiste que te
condenaran injustamente, enseñándonos así la
humildad y mansedumbre; haz nuestro Corazón
semejante al tuyo.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).

7
 Descripción
Es el turno de Jesús. Se extiende sobre el leño
sin oponerse. Los dos ladrones se mostraron tan
rebeldes que, no dándose abasto los cuatro
verdugos, tuvieron que intervenir varios
soldados para sujetarlos. Para Jesús, no hay
necesidad de esto. Se tiende y pone la cabeza
donde le dicen que lo haga. Abre los brazos
como se le ordenan, extiende las piernas como se
lo mandan. Tan sólo se preocupa de acomodarse
el velo.
Dos verdugos se sientan sobre su pecho para
tenerlo seguro. Otro le toma el brazo derecho. El
cuarto tiene el clavo largo, cuadrangular,
puntiagudo, como de dos y medio centímetros de
diámetro. Coloca la punta del clavo en el pulso,
levanta el martillo y da el primer golpe.
Jesús que tenía los ojos cerrados, al sentir el
agudo dolor da un grito y se contrae; abre sus
ojos que nadan en lágrimas.
La mano derecha ha sido ya clavada. Pasan
a la izquierda. El agujero no corresponde a
la muñeca. Tornan un lazo, la amarran y
la
la calle es una trampa para sus24pies vacilantes,
un tormento para su espalda llagada, para su
cabeza coronada de espinas, sobre la que cae un
sol demasiado caliente.
Jesús está congestionado por la fatiga, por la
fiebre, por el calor... entrecierra un poco sus ojos
para poder ver el camino deslumbrante por los
rayos del sol... pero... tiene que abrirlos, porque
tropieza con piedras y hoyos. La llaga de la
espalda se hace cada vez más grande y el dolor
aumenta.
ORACIÓN
¡Oh, dívinísimo Jesús! Que abrazaste con tan
inmenso amor, este madero santo que te llevaría
a cumplir el plan de salvar al género humano,
haz que nosotros también abracemos con amor la
cruz de cada día.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
9 de
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi Corazón y ten misericordia
de mí.
Segunda estación
Jesús abraza amorosamente la Cruz y
empieza el camino al Calvario.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
Traen las cruces. Las de los dos ladrones, son
más cortas. La de Jesús muy larga. Longinos
da la orden de ponerse en marcha. Al punto
se ve que Jesús está muy débil. Vacila al bajar
los peldaños, estorbado tanto por la cruz, que
le oprime el hombre llagado, como por la
tablilla escrita que se balancea y le corta el
cuello, Jesús camina jadeando. Cada hoyo
estiran hasta dislocar la coyuntura. Ahora apenas
si se llega a la muñeca. No les queda más que
clavar en el metacarpo. Jesús ya no se queja.
Es el turno de los pies. Como la cuña está un
poco más abajo y los pies no llegan, jalan de los
tobillos del pobre Jesús.
Los que estaban sentados sobre el pecho de
Jesús, se levantan para sentarse ahora sobre sus
rodillas, porque Jesús, involuntariamente, retiro
las piernas al ver brillar el clavo demasiado
grande, más del doble que el que emplearon para
las manos. Golpean, golpean…
Al áspero golpe del martillo, contesta un
levísimo gemido de Paloma; el gemido de María
que se inclina a cada golpe como si el martillo
diese sobre ella.
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Contigo decimos: ¡Padre
Nuestro! Te rogamos por todos los hombres
encadenados en el error. Haz que regresen estos
prisioneros al gran mar de tu
misericordia

25
 Tercera estación
Jesús cae a tierra por primera vez.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Jesús jadea mucho más. El sudor le baña el
rostro, con la sangre que le brota de las heridas
causadas por la corona de espinas; da muestras
claras de caer. La intervención pronta de un
soldado, que está muy cerca, impide que caiga
en tierra. Sufre horriblemente al subir llevando
consigo el peso considerable de la Cruz. Se topa
con una piedra saliente y, como va muy agotado,
tropieza con ella; cae sobre la rodilla derecha,
pero logra levantarse con la mano izquierda. La
plebe grita de alegría... Jesús avanza, cada vez
más inclinado y jadeante ... congestionado...
calenturiento.
Se lo pone cuidadosamente para que no se le
10
caiga...
ORACIÓN
¡Oh dulcísimo Jesús! Concédenos despojarnos
de nuestros malos hábitos e inclinaciones y junto
con la vida que nos das, danos también la
santidad por medio de la fuerza que viene de ti.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R, ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Undécima estación
Jesús es clavado en la Cruz.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Sí aumentas tu amor en mí.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
23
Descripción
Se ordena a los sentenciados que se desvistan,
Los dos ladrones lo hacen sin ningún pudor. Los
verdugos les ofrecen tres pedazos de tela para
que se cubran las ingles. Los ladrones los toman
con horribles maldiciones. Jesús, que se ha ido
quitando sus vestiduras despacio, por el dolor de
las heridas, lo rehúsa. Tal vez piensa que todavía
puede conservar los paños menores que tuvo en
la flagelación, pero se le dice que aun este se
quite. Extiende su mano al verdugo y le pide el
pedazo de tela para cubrirse. Es realmente el
aniquilado, el nada, el reducido a tener que pedir
un trapo a los delincuentes. La Virgen lo ve, se
quita el largo y fino velo blanco que le cubre la
cabeza bajo el manto obscuro, y que ha bañado
con sus lágrimas. Lo da a Juan, para que lo de a
Longinos y éste a Jesús, El centurión toma el
velo sin protestar. Cuando ve la espalda de
Jesús, llena de golpes y heridas que sangran, le
da el velo de la Virgen. Jesús lo reconoce.
ORACIÓN
¡Oh Dívinísimo Jesús! Por los méritos de esta
caída, ayúdanos a levantamos de nuestras
derrotas, decididos, cada vez más, a no volver a
pecar.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Cuarta estación
Jesús encuentra a su Madre,
en el camino del Calvario.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
11
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan soldados, de los que uno ha levantado la
sobre Ti. Cruz, mientras el
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia paso, y tendiendo los brazos hacia su hijo, grita:
de mí. ¡Hijo!... No puede abrazarlo ni besarlo, aunque
Novena estación levemente lo tocase, sería una tortura. Sólo
ambos corazones angustiados se besan.

Jesús cae por tercera vez. ORACIÓN

V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí, ¡Oh dívinísimo Jesús! Por las perlas del llanto de
yo moriré por ti. tu Madre, ayúdanos a decirte con el corazón
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí. «Jesús, acepto todo, todo lo que quieras
mandarme; confió en tu bondad».
Descripción (Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Esta vez no cae porque haya tropezado, sino V. ̶Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
que de pronto perdió las fuerzas como por sobre Ti.
un síncope, cae cuan largo es, pegando su R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
rostro contra las baldosas mal unidas. Los de mí.
soldados tratan de levantarlo, pero como
parece que está muerto, van a avisar al Quinta estación
Centurión. Mientras van y vienen, Jesús
vuelve en sí; lentamente con la ayuda de dos
Jesús es ayudado por Cirineo
20
 a cargar la Cruz.
Descripción
13
La Virgen sostenida del brazo de Juan, se separa,
majestuosa en su dolor, de la orilla del monte y
valerosamente se pone en medio del camino.
Trata de pasar entre los soldados que van a pie,
pero como tienen prisa, quieren rechazarla con
las astas. Ella suplica a los soldados que la dejen
pasar... Longinos siente compasión y grita:
¡Dejadla pasar!... Jesús al verla grita; ¡Mamá! En
ese grito vibra la confesión de todos y cada uno
de sus dolores del alma, de su corazón, de su
cuerpo. Es el grito agudo y desgarrador del Niño
Dios que muere solo, entre verdugos, en medio
de los peores tormentos… que llega a tener
miedo hasta de su propio aliento. Es el lamento
de un niño aterrorizado por visiones horrorosas...
busca a su Madre, para que, con su beso fresco,
calme el ardor de la fiebre y para que su voz
ahuyente los fantasmas, y su abrazo haga menos
terrible la muerte... María se lleva su mano al
corazón, como si hubiese recibido una puñalada;
se ve que levemente vacila, pero se recobra,
apresura el
otro le ayuda ponerse de pie, se coloca en su
12
lugar, pero está completamente agotado.
ORACIÓN
¡Oh dívinísimo Jesús! Que tu misericordia
descienda sobre nuestros corazones, para que
seamos compasivos, al ver caer a nuestros
hermanos, sin sentir por ello desdén o
indignación ayudándoles a levantarse aun a costa
de nuestro sacrificio.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Décima estación
Jesús se despoja de sus vestiduras.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
21
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
Cirineo, un hombre muy robusto, como de
cuarenta y cinco años de edad, de pie junto a su
asno, que se ha espantado y al que quiere echar
para atrás, mira atentamente el cortejo. Al verlo,
Longinos le ordena: «¡Oye, ven aquí! ¿Ves a ese
hombre?» Y señala a Jesús. «No puede seguir
así. El Cirineo obedece por temor a ser azotado,
pero al ver que la Virgen no puede abrazar a su
Hijo, siente una profunda compasión y se
apresura a levantar la cruz con la delicadeza de
un padre, para no mover la corona o rozar las
llagas.
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Ayúdanos a decir con
el alma: «Dios mío, cargo mi cruz todo lo
sufro en el Corazón de tu Hijo, y según tus
santos 14
Jesús: «Gracias, piadosas mujeres, pero no
lloréis por mí, hijas de Jerusalén… sino por los
pecados... los vuestros y los de ellos... de vuestra
ciudad. Bendice. Juana… de o tener más hijos…
madres… llorad por vuestros hijos… porque…
esta hora no pasara… sin castigo. ¡Y que
castigo! Si así es para el inocente. Llorareis de
haber concebido, amamantado y de tener todavía
vivos los hijos… las madres de aquella hora…
lloraran porque… en verdad os digo… caiga
bajo los escombros… os bendigo… idos a
casa… rogad por Mi».
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús!, arrodillados a tus pies te
entregamos todo: nuestro pasado, nuestro
presente y nuestro futuro; todo te lo dedicamos y
te lo damos. Da a tus siervos lo que sabes que es
mejor. Confiamos en Ti
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

19
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Octava estación
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Sí aumentas tu amor en mí.
Descripción
Cuando Jesús llega a donde están las mujeres,
éstas lloran más fuerte y se inclinan
profundamente en señal de saludo. Luego, con
valor avanzan y se arrodillan a sus pies, mientras
Él se detiene jadeante... y, sin embargo,
encuentra el modo de sonreírles. Juana de
Cusa, tiene en su mano una jarra de plata y
la ofrece a Jesús, quien no la acepta. Por
18
otra parte, jadea tanto, que no podría beber.
Dice
designios, lo ofrezco en reparación de todo lo
malo e imperfecto que hay en mis obras».
(Padre Nuestro, Ave Marra y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Sexta estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Una mujer que trae consigo a una joven
criada, con un pequeño cofre, lo abre y saca
un lino finísimo cuadrado, lo ofrece al
Redentor, quien lo toma, y como no
puede limpiarse el rostro
mano, la compasiva
con una sola
Viacrucis

Indulgenciado
mujer le ayuda, procurando no mover la corona.
Jesús pone el fresco lino sobre su pobre rostro y
se lo tiene, así como si encontrase un gran
consuelo. Devuelve el lino y dice: «Gracias».
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Imprime en nuestras
almas tu rostro, para que sea nuestro consuelo,
nuestro guía, tu absolución y tu bendición.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti. · agacharse para levantarla, se ve claramente la
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Séptima estación
Jesús cae a tierra por segunda vez.
16
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Jesús avanza. La tablilla que lleva colgando le
estorba la vista. La túnica, al caminar más
encorvado, le impide caminar; nuevamente
tropieza y cae de rodillas, hiriéndose de nuevo
donde ya antes se había herido.
La Cruz, que se le escapa de las manos, cae
golpeándolo duramente en la espalda. Al
llaga que la Cruz le ha formado con el roce,
abriendo las muchas llagas que le produjeron los
azotes y que han formado una sola, de la que
brota suero y sangre.
ORACIÓN
iOh dívinísimo Jesús! Por este dolor y el de tu
Madre Santísima, alcánzanos del Padre Celestial,
la piedad para los que no creen en ti.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
17
contaminada y sobre las almas a las que el
pecado las hace semejantes a los leprosos. Heme
aquí, yo te acojo, Sangre de mi Jesús, y te
derramo sobre la Iglesia, sobre el mundo, sobre
los pecadores, sobre el Purgatorio; ayuda,
conforta, limpia, enciende, penetra y fecunda.
iOh jugo dívinísimo de· Vida! Que la
indiferencia y la culpa, no pongan obstáculo a tu
fluir, antes, por los pocos que te aman, por los
innumerables que mueren sin TI, acelera y
difunde sobre todos esta divinísima lluvia, para
que se acerquen a Ti, confiados durante la vida,
sean por Ti, perdonados en la muerte y lleguen
contigo a la gloria de tu Reino. Así sea.

33
heridas… cuánto sufriste… que frío estás Hijo... desciende cual rocío de Redención, sobre
tus dedos están helados... qué tiesos, parece la tierra
como si estuvieran despedazados... tesoro mío...
amor santo. ¿porque habéis quitado el alma a mi
Hijo?». Y llora desconsolada.
Viacrucis
Para ganar indulgencias
ORACIÓN
De acuerdo con el Enchiridion Indulgentiarum
¡Oh Purísima Señora! En tu Corazón de 1968, el ejercicio del Viacrucis obtiene la
Inmaculado queremos amar por agradecimiento; indulgencia plenaria. cumpliendo con los
amar para reparar, amar para pedir, amar para siguientes requisitos:
consolarte.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).  Confesión Sacramental.

V. Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan  Comunión Sacramental.

sobre Ti.  Rezar por las intersecciones del Santo
R. Descansa en mi corazón y ten misericordia de
mí. Padre, por lo menos un Padre Nuestro, un
Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
 Tener la intención de ganar la indulgencia.
Sangre divinísima, que brotas para
nosotros de las venas del Dios humanado,

32
Lo único que exige esta práctica, es
meditar sobre la Pasión y Muerte del Señor, y
recorrer
1
 ORACIÓN

iOh dulcísimo Jesús! En el corazón de tu Madre

Santísima te decimos: «Eres realmente el Hijo de
Dios, el Salvador; Jesús sálvanos por tu nombre;
Padre, perdónanos; Señor no somos dignos, pero
sí Tú nos perdonas y vienes a nosotros, nuestras
almas serán curadas, y no pecaremos más para,
no volver a enfermarnos y ofenderte. Jesús,
confiamos en Ti».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan

sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mí corazón y ten misericordia
de mí.

30 3
las catorce estaciones, a no ser que, por el
número de perronas que participan, el
movimiento de todos los presentes no pudiera
hacerse con orden, en cuyo caso basta que quien
dirija el Viacrucis sea quien recorra las
estaciones, mientras los demás permanecen en
sus lugares.
Los fieles legítimamente “impedidos”, podrán
ganar la misma indulgencia si dedican un cierto
tiempo -por ejemplo un cuarto de hora a la
piadosa lectura o meditación de la Pasión y
Muerte de nuestro Señor Jesucristo.
La selección de textos de este Viacrucis estuvo a
cargo de: Misioneras del Rosario, Aztecas #38, Villa
del Carbón, Estado de México. Tel.: 91-591-30323.
Editado por Teodoro García Maldonado, Campos
Elíseos #154-302, Col. Polanco, C.P. 11580.
México, D.F. Tel: (5) 5310946, Fax (5) 2551479.
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Décima cuarta estación
Jesús es colocado en el Sepulcro.
V. ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí, yo
moriré por ti.
R. Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
El pequeño cortejo, después de haber bajado el
Calvario, encuentra el sepulcro de José de
Arimatea, excavado en la parte calcárea. Entran
con e1 cuerpo de Jesús y lo colocan sobre la
piedra para la unción. Entra también la Virgen…
nadie más porque la cámara preparatoria es
reducida, y sí entrasen muchos, no podrían
moverse. Las otras mujeres se quedan a la
puerta. María se inclina sobre su Hijo y llora...
lo vuelve a limpiar con el velo que tiene todavía
Jesús en su Cuerpo. El único baño que Jesús
recibe son las lágrimas de su Madre, que
llorando dice: «¿Qué te han hecho Hijo mío? ...
¡Pobre Hijo! cuántas
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 Invocación
Jesús Rey de Amor, ten piedad de nosotros,
Porque queremos amarte, ayúdanos a amarte.
Porque reconocemos que Tú eres el Rey
verdadero, ayúdanos a conocerte cada vez más.
Porque creemos que Tú puedes todo, confirma
nuestra fe con tu misericordia.
Tú, Rey del mundo, ten piedad del pobre
mundo y de nosotros, que estamos en él. Tú, Rey
de la paz, concede la paz a1 mundo y a nosotros.
Tú, Rey del Cielo, concédenos llegar a
ser tus súbditos. Tú sabes que lloramos,
consuélanos, Tú sabes que sufrimos aliéntanos.
Tu sabes que tenemos necesidad de todo,
ayúdanos.
Nosotros sabernos que sufrimos por
culpa nuestra, pero esperamos en Ti. Nosotros
sabemos que es muy poco lo que sufrimos en
comparación a lo que merecemos sufrir, pero
confiamos en Ti. Nosotros sabemos lo que te
hemos hecho, pero también sabemos lo que Tú
has hecho por nosotros.
detiene la escalera, José y Nicodemo4 suben con
cuñas y tenazas. La Virgen, temblando,
sostenida por las mujeres, se coloca junto a la
Cruz. La mano izquierda está desclavada. El
brazo cae cuan largo es. Dicen a Juan que
también suba y que deje la escalera a las
mujeres. Juan apenas si puede sostener el cuerpo
de su Maestro.
La Virgen se sienta al pie de la Cruz, pronta a
recibir el cuerpo sobre sus rodillas. Pero
desclavarle la mano derecha es algo difícil. Pese
a todos los esfuerzos de Juan, el cuerpo se
cuelga hacia adelante y la cabeza del clavo rasga
más. Finalmente lo logran. Juan sigue
sosteniendo el cuerpo de Jesús por las axilas, con
la cabeza echada sobre la espalda, entre tanto
que Nicodemo y José lo sostienen por los muslos
y las rodillas, bajándolo cuidadosamente por la
escalera. Ahora está en las rodillas de su
Madre... Ella lo acaricia... le habla... lo besa y lo
baña con sus lágrimas.
29
nos salvemos. Padre, en tus manos
encomendamos nuestro espíritu».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Décima tercera estación
La Virgen recibe el cuerpo de su Santísimo Hijo.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
José y Nicodemo piden el cadáver de Jesús a
Longinos, quien los envía con el Procónsul,
Regresan con el permiso de Pilatos. José y
Juan se quitan el manto y mientras Juan
28
Sabemos que eres el Salvador, ¡Sálvanos
Jesús!
Rey de la corona de espinas, por tu
martirio de amor, sé para nosotros el Amor que
socorre. Abre con tus manos traspasadas los
tesoros de la Gracia y de las gracias.
Ven a nosotros con tus pies heridos.
Santifica la tierra y a nosotros con la sangre que
gotea de tus llagas, que son joyas de tu realeza
de Redentor.
Abre al amor nuestros corazones con las
llamas de tu corazón abierto por nosotros.
Si te amamos seremos salvados aquí, en
la hora de la muerte y en el último juicio. Venga
tu Reino, Señor, en la tierra, en el cielo y en
nuestros corazones.
“Difúndelo. Regala una copia
Dios te abundara con gracias”
5
y de tu paz. Padre, perdonaos porque no saben lo
que hacen».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Duodécima estación
Jesús muere en la Cruz
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
En la agonía solitaria, total, cruel, hasta
sobrenaturalmente cruel de Jesús- Víctima.
Vuelve e1alud del dolor sin consuelo, que en el
26
Getsemaní lo aplastó. Vuelven las olas de
los
de enemigos... inclina su cabeza abatido ante tal
abandono. Le cae una lágrima… luego otra...
después la siguiente... ante su llanto, no hay
compasión, tan sólo odio.
Pilatos se queda pensativo, mira atentamente a
Jesús. Quisiera y no quisiera condenarlo. Pero lo
domina el temor humano y dice: «En una
palabra, ¡Queréis que lo mate, o no? Que se
haga. Pero que la sangre de este justo no se le
busque en mis manos».
Se lava las manos ante el pueblo. Regresa a su
silla, llama al centurión Longinos, ordena que
pongan en el cuello de Jesús la tablilla en que
está inscrito: «Jesús Nazareno, Rey de los
Judíos» Enseguida ordena: «Que vaya a la cruz»
ORACIÓN
¡Oh, dívinísimo Jesús! Tú permitiste que te
condenaran injustamente, enseñándonos así la
humildad y mansedumbre; haz nuestro Corazón
semejante al tuyo.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloría).

7
 Primera Estación ¿Cuántos? Menos de veinte, entre un
millar 6
pecados de todo el mundo a sumergir al
náufrago Jesús en su amargura. Vuelve, sobre
Jesús es condenado a muerte.
todo, la sensación más dura que la misma Cruz,
más cruel que cualquier otro tormento, de que
ORACIÓN
Dios lo ha abandonado, y que su plegaria no
llega a Él...
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí, Es el tormento extremo; el que apresura la
yo moriré por ti. muerte porque exprime las últimas gotas de
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí. sangre de los poros, porque machaca las
restantes fibras del corazón, porque acaba con lo
Descripción
que el saberse abandonado había empezado: la
"Jesús no se opone a nada. Deja que se le golpee
muerte. Esta fue la primera causa de la muerte
y se burlen, sin decir una palabra. Los soldados
de Jesús. iOh Dios Mío! que lo castigaste por
suspenden sus burlas, al oír que alguien les
nosotros.
ordena que lleven al reo ante Poncio Pilatos. En
Muere pues el Inocente, el Santo muere, muere
cuanto Jesús entra en el patio y aparece en medio
el que es la Vida. Matado por tu abandono y por
de los soldados Pilatos lo señala con la mano
nuestros pecados.
diciendo: iOh lo tenéis. ¡Ahí tenéis a vuestro
Rey!
Jesús extiende su mirada sobre la gente, busca,
ORACIÓN
en medio de este mar de caras que lo odian, a sus
amigos. Finalmente los encuentra.
¡Oh Dulcísimo Jesús! Unidos a Ti, decimos:
«Padre, Padre ¿por qué nos has abandonado?
Somos pecadores, pero si nos abandonas
pereceremos. Vuelve, Padre Santo, para
que
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados
27 pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi Corazón y ten misericordia
de mí.
Segunda estación
Jesús abraza amorosamente la Cruz y
empieza el camino al Calvario.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
Traen las cruces. Las de los dos ladrones, son
más cortas. La de Jesús muy larga. Longinos
da la orden de ponerse en marcha. Al punto
se ve que Jesús está muy débil. Vacila al bajar
los peldaños, estorbado tanto por la cruz, que
le oprime el hombre llagado, como por la
tablilla escrita que se balancea y le corta el
cuello, Jesús camina jadeando. Cada hoyo
de
estiran hasta dislocar la coyuntura. Ahora apenas
si se llega a la muñeca. No les queda más que
clavar en el metacarpo. Jesús ya no se queja.
Es el turno de los pies. Como la cuña está un
poco más abajo y los pies no llegan, jalan de los
tobillos del pobre Jesús.
Los que estaban sentados sobre el pecho de
Jesús, se levantan para sentarse ahora sobre sus
rodillas, porque Jesús, involuntariamente, retiro
las piernas al ver brillar el clavo demasiado
grande, más del doble que el que emplearon para
las manos. Golpean, golpean…
Al áspero golpe del martillo, contesta un
levísimo gemido de Paloma; el gemido de María
que se inclina a cada golpe como si el martillo
diese sobre ella.
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Contigo decimos: ¡Padre
Nuestro! Te rogamos por todos los hombres
encadenados en el error. Haz que regresen estos
prisioneros al gran mar de tu
misericordia

25
 Descripción
Es el turno de Jesús. Se extiende sobre el leño
sin oponerse. Los dos ladrones se mostraron tan
rebeldes que, no dándose abasto los cuatro
verdugos, tuvieron que intervenir varios
soldados para sujetarlos. Para Jesús, no hay
necesidad de esto. Se tiende y pone la cabeza
donde le dicen que lo haga. Abre los brazos
como se le ordenan, extiende las piernas como se
lo mandan. Tan sólo se preocupa de acomodarse
el velo.
Dos verdugos se sientan sobre su pecho para
tenerlo seguro. Otro le toma el brazo derecho. El
cuarto tiene el clavo largo, cuadrangular,
puntiagudo, como de dos y medio centímetros de
diámetro. Coloca la punta del clavo en el pulso,
levanta el martillo y da el primer golpe.
Jesús que tenía los ojos cerrados, al sentir el
agudo dolor da un grito y se contrae; abre sus
ojos que nadan en lágrimas.
La mano derecha ha sido ya clavada. Pasan
a la izquierda. El agujero no corresponde a
la muñeca. Tornan un lazo, la amarran y
la
la calle es una trampa para sus24pies vacilantes,
un tormento para su espalda llagada, para su
cabeza coronada de espinas, sobre la que cae un
sol demasiado caliente.
Jesús está congestionado por la fatiga, por la
fiebre, por el calor... entrecierra un poco sus ojos
para poder ver el camino deslumbrante por los
rayos del sol... pero... tiene que abrirlos, porque
tropieza con piedras y hoyos. La llaga de la
espalda se hace cada vez más grande y el dolor
aumenta.
ORACIÓN
¡Oh, dívinísimo Jesús! Que abrazaste con tan
inmenso amor, este madero santo que te llevaría
a cumplir el plan de salvar al género humano,
haz que nosotros también abracemos con amor la
cruz de cada día.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
9 ORACIÓN
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Se ordena a los sentenciados que se desvistan,
Los dos ladrones lo hacen sin ningún pudor. Los
verdugos les ofrecen tres pedazos de tela para
que se cubran las ingles. Los ladrones los toman
con horribles maldiciones. Jesús, que se ha ido
quitando sus vestiduras despacio, por el dolor de
las heridas, lo rehúsa. Tal vez piensa que todavía
puede conservar los paños menores que tuvo en
la flagelación, pero se le dice que aun este se
quite. Extiende su mano al verdugo y le pide el
pedazo de tela para cubrirse. Es realmente el
aniquilado, el nada, el reducido a tener que pedir
un trapo a los delincuentes. La Virgen lo ve, se
quita el largo y fino velo blanco que le cubre la
cabeza bajo el manto obscuro, y que ha bañado
con sus lágrimas. Lo da a Juan, para que lo de a
Longinos y éste a Jesús, El centurión toma el
velo sin protestar. Cuando ve la espalda de
Jesús, llena de golpes y heridas que sangran, le
da el velo de la Virgen. Jesús lo reconoce.
¡Oh Dívinísimo Jesús! Por los méritos de esta
caída, ayúdanos a levantamos de nuestras
derrotas, decididos, cada vez más, a no volver a
pecar.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Cuarta estación
Jesús encuentra a su Madre,
en el camino del Calvario.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.

11
 Tercera estación
Jesús cae a tierra por primera vez.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Jesús jadea mucho más. El sudor le baña el
rostro, con la sangre que le brota de las heridas
causadas por la corona de espinas; da muestras
claras de caer. La intervención pronta de un
soldado, que está muy cerca, impide que caiga
en tierra. Sufre horriblemente al subir llevando
consigo el peso considerable de la Cruz. Se topa
con una piedra saliente y, como va muy agotado,
tropieza con ella; cae sobre la rodilla derecha,
pero logra levantarse con la mano izquierda. La
plebe grita de alegría... Jesús avanza, cada vez
más inclinado y jadeante ... congestionado...
calenturiento.
Se lo pone cuidadosamente para que no se le
10
caiga...
ORACIÓN
¡Oh dulcísimo Jesús! Concédenos despojarnos
de nuestros malos hábitos e inclinaciones y junto
con la vida que nos das, danos también la
santidad por medio de la fuerza que viene de ti.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R, ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Undécima estación
Jesús es clavado en la Cruz.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Sí aumentas tu amor en mí.
Descripción
23
La Virgen sostenida del brazo de Juan, se separa,
majestuosa en su dolor, de la orilla del monte y
valerosamente se pone en medio del camino.
Trata de pasar entre los soldados que van a pie,
pero como tienen prisa, quieren rechazarla con
las astas. Ella suplica a los soldados que la dejen
pasar... Longinos siente compasión y grita:
¡Dejadla pasar!... Jesús al verla grita; ¡Mamá! En
ese grito vibra la confesión de todos y cada uno
de sus dolores del alma, de su corazón, de su
cuerpo. Es el grito agudo y desgarrador del Niño
Dios que muere solo, entre verdugos, en medio
de los peores tormentos… que llega a tener
miedo hasta de su propio aliento. Es el lamento
de un niño aterrorizado por visiones horrorosas...
busca a su Madre, para que, con su beso fresco,
calme el ardor de la fiebre y para que su voz
ahuyente los fantasmas, y su abrazo haga menos
terrible la muerte... María se lleva su mano al
corazón, como si hubiese recibido una puñalada;
se ve que levemente vacila, pero se recobra,
apresura el
otro le ayuda ponerse de pie, se coloca en su
12
lugar, pero está completamente agotado.
ORACIÓN
¡Oh dívinísimo Jesús! Que tu misericordia
descienda sobre nuestros corazones, para que
seamos compasivos, al ver caer a nuestros
hermanos, sin sentir por ello desdén o
indignación ayudándoles a levantarse aun a costa
de nuestro sacrificio.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Décima estación
Jesús se despoja de sus vestiduras.

V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
21
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Novena estación
Jesús cae por tercera vez.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Esta vez no cae porque haya tropezado, sino
que de pronto perdió las fuerzas como por
un síncope, cae cuan largo es, pegando su
rostro contra las baldosas mal unidas. Los
soldados tratan de levantarlo, pero como
parece que está muerto, van a avisar al
Centurión. Mientras van y vienen, Jesús
vuelve en sí; lentamente con la ayuda de dos
soldados, de los que uno ha levantado la
Cruz, mientras el
paso, y tendiendo los brazos hacia su hijo, grita:
¡Hijo!... No puede abrazarlo ni besarlo, aunque
levemente lo tocase, sería una tortura. Sólo
ambos corazones angustiados se besan.
ORACIÓN
¡Oh dívinísimo Jesús! Por las perlas del llanto de
tu Madre, ayúdanos a decirte con el corazón
«Jesús, acepto todo, todo lo que quieras
mandarme; confió en tu bondad».
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Quinta estación

Jesús es ayudado por Cirineo
a cargar la Cruz.
V. ̶ Te amo dulcísimo13Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Octava estación
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Sí aumentas tu amor en mí.
Descripción
Cuando Jesús llega a donde están las mujeres,
éstas lloran más fuerte y se inclinan
profundamente en señal de saludo. Luego, con
valor avanzan y se arrodillan a sus pies, mientras
Él se detiene jadeante... y, sin embargo,
encuentra el modo de sonreírles. Juana de
Cusa, tiene en su mano una jarra de plata y
la ofrece a Jesús, quien no la acepta. Por
otra parte, jadea tanto, que no podría beber.
Dice
designios, lo ofrezco en reparación de todo lo
malo e imperfecto que hay en mis obras».
(Padre Nuestro, Ave Marra y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti.
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Sexta estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús.
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción

Una mujer que trae consigo a una joven
criada, con un pequeño cofre, lo abre y saca
un lino finísimo cuadrado, lo ofrece al
Redentor, quien lo toma, y como no
puede limpiarse el rostro con una sola
mano, la compasiva
15
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentaras tu amor en mí.
Descripción
Cirineo, un hombre muy robusto, como de
cuarenta y cinco años de edad, de pie junto a su
asno, que se ha espantado y al que quiere echar
para atrás, mira atentamente el cortejo. Al verlo,
Longinos le ordena: «¡Oye, ven aquí! ¿Ves a ese
hombre?» Y señala a Jesús. «No puede seguir
así. El Cirineo obedece por temor a ser azotado,
pero al ver que la Virgen no puede abrazar a su
Hijo, siente una profunda compasión y se
apresura a levantar la cruz con la delicadeza de
un padre, para no mover la corona o rozar las
llagas.
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Ayúdanos a decir con
el alma: «Dios mío, cargo mi cruz todo lo
sufro en el Corazón de tu Hijo, y según tus
santos 14
Jesús: «Gracias, piadosas mujeres, pero no
lloréis por mí, hijas de Jerusalén… sino por los
pecados... los vuestros y los de ellos... de vuestra
ciudad. Bendice. Juana… de o tener más hijos…
madres… llorad por vuestros hijos… porque…
esta hora no pasara… sin castigo. ¡Y que
castigo! Si así es para el inocente. Llorareis de
haber concebido, amamantado y de tener todavía
vivos los hijos… las madres de aquella hora…
lloraran porque… en verdad os digo… caiga
bajo los escombros… os bendigo… idos a
casa… rogad por Mi».
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús!, arrodillados a tus pies te
entregamos todo: nuestro pasado, nuestro
presente y nuestro futuro; todo te lo dedicamos y
te lo damos. Da a tus siervos lo que sabes que es
mejor. Confiamos en Ti
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

19
mujer le ayuda, procurando no mover la corona.
Jesús pone el fresco lino sobre su pobre rostro y
se lo tiene, así como si encontrase un gran
consuelo. Devuelve el lino y dice: «Gracias».
ORACION
¡Oh dívinísimo Jesús! Imprime en nuestras
almas tu rostro, para que sea nuestro consuelo,
nuestro guía, tu absolución y tu bendición.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
V. ̶ Te amo dulcísimo Jesús, mis pecados pesan
sobre Ti. · agacharse para levantarla, se ve claramente la
R. ̶ Descansa en mi corazón y ten misericordia
de mí.
Séptima estación
Jesús cae a tierra por segunda vez.
16
V. ̶ ¡Oh mi adorado Jesús! Crucificado por mí,
yo moriré por ti.
R. ̶ Si aumentas tu amor en mí.
Descripción
Jesús avanza. La tablilla que lleva colgando le
estorba la vista. La túnica, al caminar más
encorvado, le impide caminar; nuevamente
tropieza y cae de rodillas, hiriéndose de nuevo
donde ya antes se había herido.
La Cruz, que se le escapa de las manos, cae
golpeándolo duramente en la espalda. Al
llaga que la Cruz le ha formado con el roce,
abriendo las muchas llagas que le produjeron los
azotes y que han formado una sola, de la que
brota suero y sangre.
ORACIÓN
iOh dívinísimo Jesús! Por este dolor y el de tu
Madre Santísima, alcánzanos del Padre Celestial,
la piedad para los que no creen en ti.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).
17