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Discipulado según Cristo

Preguntas para meditar.

1. En tus propias palabras, ¿Qué significa ser un discípulo de Cristo?

Para mí, ser un discípulo de Cristo, es ser una persona seguidora de Él, que a
medida que se conoce del maestro, es capaz de defender Sus ideas, doctrinas y
métodos.
Un discípulo es una persona que se goza en su maestro y quiere ser como Él, es un
seguidor que tiene un corazón dispuesto que escucha y también obedece.
Un discípulo de Jesús no necesariamente es alguien que es enviado a predicar el
evangelio por el mundo, sino una persona que está en aprendizaje constante de lo
que significa ser cristiano.

2. ¿Por qué Jesús nos llama a un compromiso tan radical con Él?

El compromiso con Jesús es radical o drástico ya que es un compromiso que nos


lleva a gastarnos, ser discípulo es un sacrificio una entrega diaria, que nos llama a la
casa de Dios, pero que también nos desafía a salir del templo, no necesariamente a
otros países si no es posible, sino que partir desde casa. Uno de los pasos o
demostraciones de este compromiso es recibir el bautismo.

El compromiso con Dios debe ser tal que nos haga preguntarnos a diario: ¿Qué
estoy entregando yo al reino?

3. ¿Por qué es importante ver que nuestro juramento a Cristo es primero y está
por encima del trabajo de discipular a otros?

Creo que es importante, ya que antes de discipular a otros, debo recordar que yo soy
discípulo de Cristo, por ende, estoy en constante conocimiento y crecimiento en
conocer a Jesús y eso es lo que posteriormente le transmito a otros, mi testimonio y
mi conocimiento de mi Maestro.

Ahora, el discipular a otros debe ser también la motivación personal que me haga
comprometerme con Cristo y seguirle a Él, buscando también recibir de Él sus
galardones cuando estemos con Él en el cielo, mismos galardones que le entregaré a
Sus pies.

4. ¿Qué es más importante para ti sobre el discipulado y que te cuesta trabajo


hacer? ¿Qué es lo que más temes?

Lo más importante para mí, tiene que ver con parecerme más a Cristo y a la vez es
lo que me cuesta hacer, el deseo está, pero mi lucha está en poner más de mí a diario
para lograrlo. Sé que no seré igual a Él en esta tierra, pero hablo de parecerme a Él,
de reflejarlo a otros.
Mi temor es el no reflejarlo lo necesario a mis hijos, para que ellos tomen la
decisión de seguir a Cristo también.

5. ¿Cómo la promesa de Mateo 11:28-30 y 28:20 te ayuda en tu disposición de ir y


discipular a la gente?

Me ayudan porque creo en estas promesas, porque Jesús ya ofrece ser mi descanso,
porque me entrega Su yugo fácil y Su carga ligera, porque me acompaña a diario,
me entrega su Espíritu Santo y me dice que Él es soberano por sobre todo.
Entonces, con todas esas garantías, mi disposición está al 100%.

6. Jesús dijo que discipular a otra persona significa enseñarles a obedecer. ¿Estás
excluido del trabajo de discipular a otros si no posees el don de enseñar?

Algo que aprendí en el discipulado es que cada uno de nosotros debe ser capaz de
enseñar, aun sin tener el don de la enseñanza, en ese caso, hay que ser intencionales.
No necesariamente debo tener un curso de discipulado y enseñar a 10 hermanos
juntos, basta con que lleve a una persona a Cristo y no la deje “botada” después, ahí
comienza el trabajo de discipular. También uno enseña con su propio testimonio,
por lo que nadie está excluido de discipular a otros. Y, por último, fue un mandato
del Señor, entonces básicamente si no lo hago, no estoy obedeciendo.

7. ¿Quiénes son algunas personas por las cuales puedes empezar a orar desde
ahora? ¿Cómo puede Dios usarte para discipularlos, trabajar con ellos, para su
progreso y gozo en la fe?

Las personas en las que pienso en este momento, son mis hijos.
Dios puede usarme mostrándoles a ellos a Cristo, ser un reflejo de Él en casa, en la
intimidad que es donde nuestra familia nos conoce más, entonces a medida que ellos
crecen, es mi desafío y lo que Dios me ordena también.

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