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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024


Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
La revista CONECTADAS de la Asociación Ministerial es una publicación en línea de recursos
para esposas de pastores producida por la División Interamericana Trimestralmente.

Asociación Ministerial de la División Interamericana, Secretario Ministerial: Pr. Josney Rodriguez, Asoc. Secretaría
Ministerial: Cecilia Iglesias, Directora de la Revista: Cecilia Iglesias, Coordinadora de Contenido: Meriviana
Ferreyra, Editora: Ana Laura Namorado, Traducción Inglés: Rony Arturo Ruiz Saucedo, Francés: Kossivi Sanvi,
Dirección Creativa y Diseño: Busani / Sam Hdz. Lara.

8100 SW 117th Avenue Miami, Florida 33183 USA, Año 2024.

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INDICE

Asociación Ministerial SIEMA / 1er. Trim. 2024


EL y YO ME SERÉIS
TESTIGOS
05 14
QUERIDA Salud eterna
AMIGA MI Saltar de nuevo
04 PEQUEÑA
Mi refugio GREY
11
Mantas de
bendición

QUÉ BUENA
TESTIMONIOS IDEA
A TU SALUD 25 36
19 La enfermedad
llega para sanar
ENTRE No toques más
Quinoa, la madre NOS
de todos los granos 29
Noticias del
extranjero

NUESTRAS
NOTICIAS
A CARCAJADAS 38
37 Unión de Honduras
Unión Mexicana Central
Cree usted en Dios
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MI REFUGIO

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Los seres humanos necesitamos seguridad; sentir que pase lo que pase,
estaremos protegidos y alguien nos defenderá. A los 9 años decidí
bautizarme. Lo hice junto a mi hermano, y ha sido la mejor decisión que
pudiera hacer. En ese momento encontré mi refugio: quería saber más,
cantar, participar de las actividades en la iglesia, aun cuando en mi entorno
las cosas no estaban bien y mi familia pasaba por momentos difíciles, tanto
que estar en casa no era el mejor lugar. En cambio, estar en la iglesia me
convencía de no querer salir de ella.

Encontré un padre que estaba dispuesto a cuidarme, proveerme lo que


necesitaba y que estaría ahí siempre que lo necesitara. La iglesia se volvió
mi refugio y es que no importaba lo que pasara, Dios sabía cómo hacerme
notar que Él estaba ahí, aun cuando se desplomaran otras fuentes de
seguridad sin Jesús. No importaba a dónde iba; lo había encontrado y mi
corazón sentía paz y confianza porque no estaba sola.

Una vez que nos dejamos encontrar por Jesús, adquirimos la certeza
de no estar solas. El Espíritu Santo consuela nuestro corazón por muy
angustiadas que estemos, por muy confundidas y desorientadas, promete
guiarnos. Si algo no entendemos, nos enseñará también la verdad.

Encontré el refugio perfecto, y Dios ya tenía un lugar para mí.

Ivania Marissa Rodríguez Carrasco, Psicóloga


y consejera del Inst. Adventista Metropolitano,
Tegucigalpa, Honduras.Interamericana.

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SALUD
ETERNA
Apocalipsis 21: 1-5 TLA
1.Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues ya el primer
cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que
el mar. 2 Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén,
bajaba del cielo, donde vive Dios. La ciudad parecía una novia
vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio. 3 Y oí
que del trono salía una fuerte voz que decía:
«Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos,
y ellos serán suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será
su único Dios. 4 Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás.
Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún
dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir.»
5 Dios dijo desde su trono: «¡Yo hago todo nuevo!» Y también
dijo: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de
confianza.»

ILUSTRACIÓN:
El teólogo Karl Barth nos cuenta la historia de algunos soldados
japoneses que fueron encontrados muchos años después de
la victoria de los aliados sobre Japón, en la Segunda Guerra
Mundial y lo difícil que resulta aceptar las buenas nuevas de la
salvación.

Ellos fueron separados de su regimiento durante la invasión de


las fuerzas aliadas, se escondieron en la jungla. Pensando que
todavía estaban en guerra, abrían fuego contra cualquiera que
se acercara a su escondite.

Por varios años habían vivido temiendo a sus enemigos, y


sufriendo de soledad por la separación de sus familiares.
Atentos sólo a sus necesidades primordiales, desconocían los
acontecimientos mundiales.

Cuando finalmente fueron encontrados y se les dijo que la


guerra había terminado, rehusaron creerlo. Sospechaban que
se trataba de una trampa para lograr su rendición. ¡y se dijeron
que no saldrían de su escondite para ir a la prisión!

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Pueden imaginar esto, la noticia que podría haber aliviado sus tensiones, la
nueva de que no necesitaban temer y de que podían regresar a sus hogares
para reunirse con sus familiares bajo una completa amnistía, era demasiado
buena, según ellos, para ser verdad. Casi imposible de creer.

Los soldados no habían hecho nada para ganar el perdón. No habían escrito
ninguna petición formal. Sin embargo, varios años antes el conflicto había
terminado y todavía seguían prisioneros de ellos mismos.

En cierto sentido, aunque lo desconocían, estaban en condiciones de ser


aceptados. Todo lo que tenían que hacer era: salir de la jungla, aceptar el
ofrecimiento de amnistía y retornar felices a sus hogares y familiares.

Cuando leía esta anécdota, me identifiqué con ella, porque muchas veces
eso es exactamente lo que nos pasa. Todo está listo para retornar al hogar,
lo decimos con nuestros labios, pero ¡cuánto nos cuesta aceptar algo que
es completamente gratuito!, especialmente, si al aceptarlo, debemos hacer
algunos cambios en nuestras vidas.

Sin lágrimas. (Apocalipsis 21:4)


Porque las primeras cosas pasaron: La Nueva Jerusalén se distingue por lo que
no tiene – sin lágrima, sin tristeza, sin muerte o dolor. Luego se mostrará que
la Nueva Jerusalén no tiene templo, no hay sacrificio, no hay sol, no hay luna,
no hay oscuridad, no hay pecado, y no hay abominación.

“El hombre viene hacia el mundo con un llanto; y se va con un quejido, y todo
lo que hay en medio es más o menos entonado con un lamento sin esperanza
…Pero los Aleluya del mundo renovado ahogarán a las penas para siempre.”
(Seiss)

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos: “‘Toda lágrima,’ pues son
muchas; lágrimas de afecciones privadas, como las lágrimas de María y
Martha, y de la viuda de Naín; lágrimas de simpatía y misericordia como las
que lloraron Jeremías y Jesús sobre los pecados y las calamidades de Jerusalén;
lágrimas de inocencia perseguida, lágrimas de contrición y penitencia por
las faltas y crímenes en contra de la bondad y majestad del cielo; lágrimas
de defraudación y negligencia; lágrimas de anhelos de lo que no puede ser
nuestro; éstas, y cualquiera otra causa en las mejillas de los mortales, serán
secadas para siempre.” (Seiss)

Pero la idea de las “lágrimas del cielo” nunca deben de ser utilizadas como
algún tipo de manipulación de culpa sobre esta tierra. “No hay ninguna base
para imaginar, por este texto, que el santo derramará lágrimas en el cielo en
cuanto a los errores de su vida pasada en la tierra. El énfasis está en el consuelo
de Dios, no en el remordimiento de los santos.” (Walvoord)

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Todas las cosas son hechas nuevas. (Apocalipsis 21:5)

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

El que estaba sentado en el trono. Este es un anuncio con autoridad, el


cual viene del mismo trono de Dios. Este es uno de los pocos momentos
en Apocalipsis en donde claramente vemos a Dios hablar directamente
desde Su trono.

He aquí, yo hago nuevas todas las cosas: Esta declaración está en el


tiempo presente, “Estoy haciendo todo nuevo.” Esta es la consumación
de la obra de Dios de renuevo y redención, al empezar aquí y ahora en
nuestro tiempo presente.

Pablo vio esta obra de transformación en este lado de la eternidad: “Por


tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día …De modo
que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 4:16, 5:17)

VISIÓN DE LA TIERRA NUEVA


(Testimonios para la iglesia, tomo 1, ps.69-70)

Encabezados por Jesús, todos descendimos desde la ciudad hacia esta


tierra, sobre un monte muy grande, que no pudo soportar a Jesús y se
partió dando lugar a una enorme llanura. Luego miramos hacia arriba y
vimos la gran ciudad, con doce fundamentos y con doce puertas, tres
de cada lado, y con un ángel en cada puerta. Todos exclamamos: “Ya

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desciende la ciudad, la gran ciudad; viene de Dios y del cielo”,
y la ciudad descendió y se estableció sobre la llanura en la que
nos encontrábamos. Luego comenzamos a contemplar las cosas
gloriosas que había dentro de ella. Vi casas muy hermosas que
parecían de plata, soportadas por cuatro columnas engarzadas con
perlas, algo muy hermoso a la vista, que debían ser habitadas por
los santos y que tenían una repisa de oro. Vi a numerosos santos
entrar en las casas, quitarse sus brillantes coronas y colocarlas en
la repisa, y luego salir al campo que rodeaba las casas para hacer
algo con la tierra; pero no era nada semejante a lo que hacemos
con la tierra aquí. Una luz gloriosa brillaba alrededor de su cabeza
y alababan continuamente a Dios.

Vi además otro campo lleno de flores, y al cortarlas exclamé:


“¡No se marchitarán!” Luego vi un campo de pasto alto, cuya
contemplación causaba gran alegría; era un verde intenso con
reflejos plateados y dorados mientras ondeaba orgullosamente
para gloria del rey Jesús. Luego entramos en un campo lleno de
toda clase de animales: leones, corderos, leopardos y lobos, todos
juntos en perfecta armonía. Pasamos en medio de ellos y nos
siguieron pacíficamente. Luego penetramos en un bosque, que
no era semejante a los bosques que conocemos aquí en la tierra;
en cambio era un lugar iluminado y lleno de gloria; las ramas de
los árboles se mecían, y todos exclamamos: “Y habitarán en el
desierto con seguridad, y dormirán en los bosques” (Ezequiel
34:25). Pasamos a través de los bosques porque íbamos en
camino al monte de Sion.

Durante nuestro recorrido nos encontramos con un grupo que


también contemplaba las glorias del lugar. Noté que sus vestidos
tenían una franja roja en el borde, sus coronas eran brillantes y su
ropa era de color blanco puro. Al saludarlos, le pregunté a Jesús
quiénes eran. Contestó que eran mártires que habían muerto por
él. Los acompañaba un grupo muy numeroso de niños, y también
ellos tenían sus vestidos con una franja roja. El monte Sion se
encontraba justamente frente a nosotros, y en él se alzaba un
glorioso templo y alrededor del monte había otras siete montañas,
cubiertas de rosales y lirios. Vi a los niños subir a esas montañas si
así lo deseaban, usar sus alitas y volar a la cumbre de las montañas,
y allí cortar flores que nunca se marchitaban. Había toda clase

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de árboles alrededor del templo para hermosear el lugar,
los bojes, los pinos, los abetos, los olivos, los mirtos, los
granados; y las higueras se inclinaban con el peso de los
higos; todo esto hacía que el lugar se viera magnífico. Y
cuando estábamos por entrar en el templo, Jesús elevó
su hermosa voz y dijo: “Solamente los 144.000 entran
en este lugar”, y todos exclamamos: “¡Aleluya!”

Este templo estaba sostenido por siete magníficas


columnas, todas ellas de oro transparente y engarzadas
con perlas. No puedo describir las cosas hermosas que
vi allí. Oh, si pudiera hablar en el lenguaje de Canaán,
entonces podría describir algo de la gloria del mundo
mejor. Vi allí mesas de piedra en las que los nombres de
los 144.000 se encontraban esculpidos con letras de
oro.

Después de contemplar la gloria del templo, salimos y


Jesús nos dejó para ir a la ciudad. Pronto escuchamos
nuevamente su hermosa voz que decía: “Venid, pueblo
mío, porque habéis pasado por gran tribulación y habéis
hecho mi voluntad y sufrido por mí; venid a la cena.
Yo me ceñiré y os serviré”. Exclamamos: “¡Aleluya!” y
entramos en la ciudad. Vi allí una mesa de plata pura
que tenía muchos kilómetros de longitud, y sin embargo
nuestros ojos podían ver hasta el extremo. Vi el fruto
del árbol de la vida, el maná, almendras, higos, granadas,
uvas y muchas otras frutas. Le dije a Jesús que me dejara
comer. Él me contestó: “Ahora, no. Los que comen de
esta fruta no vuelven más a la tierra. Pero dentro de poco
tiempo, si eres fiel, comerás del fruto del árbol de la vida
y beberás del agua de la fuente. Tú debes volver a la tierra
y relatar a otros lo que te he revelado”. Luego un ángel
me condujo suavemente a este mundo oscuro. A veces
pienso que ya no puedo permanecer durante más tiempo
aquí en la tierra, porque todas las cosas me parecen tan
tristes y deprimentes. Me siento muy sola aquí, porque
he visto una tierra mejor. Ojalá pudiera tener alas como
una paloma, porque entonces podría volar lejos al lugar
de reposo.

Cecilia Iglesias, Directora Siema División Interamericana.

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MANTAS DE
BENDICIÓN
Cuando pusimos manos a la obra, empezamos a ver las manos de
Dios trabajando.

“¿Estás seguro de que debo darle esta manta?”, preguntó mi marido.


“¿Qué tal mejor la de los gansos de Canadá?”. Miró incrédulo el
material de la manta de oración que yo había seleccionado para un
joven con el que trabajaba.

En realidad, este era el material que Dios había elegido para este
joven. Esta era la tela que Él me había indicado claramente que
tomara de las muchas selecciones precortadas en el armario
designado en la iglesia. ¿Quién era yo para cuestionar Su guía? Me
limité a sonreír a mi marido y levanté suavemente el paño grueso y
suave amarillo cubierto de docenas de osos panda.

“¡Supongo que a tu amigo le gustan los pandas!” respondí con una


sonrisa.

A él no le hizo tanta gracia como a mí, pero rápida y diligentemente,


junto con nuestra amiga Laurie, empezamos a elevar oraciones
por esta alma dolida mientras hacíamos nudos a lo largo de los
flecos del vellón para mantenerlo unido. Qué simbólico: Así como
estábamos uniendo los dos trozos de vellón con los nudos atados
con oraciones, Dios estaba uniendo a esta persona por el dolor que
estaba sufriendo. ¡Qué Salvador tan amoroso!

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BENDITA SEA LA UNIÓN

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Allá por el verano de 2018 Dios me impresionó que el presupuesto
anual del equipo de oración en nuestra iglesia necesitaba comenzar a
alcanzar a más personas. ¡Y Él ya tenía un plan para hacerlo! Norman y
Diane Douglas nos habían mostrado una colcha de oración unos años
antes como testimonio de cómo Dios estaba alcanzando a las personas
a través de un próspero ministerio de oración en Florida. Cada colcha
estaba personalizada, y los hilos que mantenían unida la tela se anudaban
mientras el equipo de oración oraba por las necesidades específicas de
la persona.

Cuando me presentaron este hermoso concepto, me sentí abrumada.


Sonaba maravilloso. Pero como no tenía experiencia en acolchar y no
conocía a nadie en mi iglesia local que supiera hacerlo, dejé la idea en un
segundo plano.

Unos años más tarde Dios trajo a mi mente las mantas de oración. Me
recordó que yo sabía lo que eran las mantas de vellón. Entonces Él
plantó la idea en mi cabeza de que de la misma manera que los hilos
de los edredones estaban atados con oraciones por los individuos, los
flecos del vellón también podrían estar atados con oraciones. Fue un
reto fascinante que acepté.

Con la bendición de nuestro pastor principal para utilizar el resto de


nuestro presupuesto anual del equipo de oración, y con el acuerdo
sincero del equipo para poner a prueba el ministerio de la manta de
oración durante al menos dos meses, comenzamos nuestro viaje en la fe.
Compramos el valor de nuestro presupuesto de vellón y dijimos: “Señor,
haremos el trabajo, pero necesitaremos que Tú proveas. Hemos usado
todo el dinero que tenemos”. Poco sabíamos entonces.

Pero ahora puedo decir con certeza que nuestro querido Señor es fiel.
Él conoce cada una de nuestras necesidades y actúa incluso antes de
que seamos conscientes de nuestra necesidad de invocarle. Su promesa
en 2 Crónicas 7:14 es clara: “Si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, se humilla, ora, busca mi rostro y se convierte de sus malos
caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y
sanaré su tierra”. ¡Cuánta sanación necesitan los que están dentro de
nuestras iglesias y comunidades! Dios sabe cuánto nos duelen aquellos
por quienes oramos. ¡Somos Su cuerpo! Y así como una parte del cuerpo
sufre, todas las demás partes sufren con ella (ver 1 Corintios 12). Qué
sensación de impotencia puede invadirnos cuando reconocemos este
sufrimiento a través de la oración, pero podemos estar seguros de que
nuestro Padre celestial sabe cómo aliviar ese sufrimiento. Él puede alejar
cualquier duda que el maligno intente arrojarnos a la cara. Y lo más
hermoso de 1 Corintios 12, que habla de ser el cuerpo de Cristo, es el
capítulo que sigue, que nos inspira a actuar y responder con amor.

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Esto es lo que sucedió: Empezamos a ver las manos de nuestro
Dios amoroso trabajando, porque nos estaba usando como
sus manos y sus pies. Oramos por cada persona, pidiéndole
al Espíritu Santo que nos mostrara cosas específicas
para orar por ella. Atamos cada manta con oraciones, y
mientras trabajábamos y orábamos por cada dolor, también
experimentamos la curación que Dios estaba empezando a
hacer en la vida de esa persona. En lugar de sentir inquietud
por la situación en la que se encontraban estas personas,
empezamos a experimentar alegría por ellas y la anticipación
de lo que Dios haría a través del poder de su Espíritu Santo.

Pedimos la bendición de Dios para estas personas y también


la recibimos. No hemos parado desde nuestro humilde
comienzo, y me llena de alegría compartir que ni una sola
vez nos ha faltado saldo en nuestra cuenta para comprar
más vellón. Dios nos ha sido fiel. No hay poder en ninguna
manta de oración que hayamos confeccionado; sin embargo,
cuando un alma querida recibe su manta, a menudo se
produce un brote de lágrimas y emoción, un reconocimiento
abrumador de que, en su situación específica, no está sola. Y
a menudo hay una conexión especial con el color o el dibujo
de su manta. Dios tiene una manera increíble de llegar a estos
seres queridos.

Eso es justo lo que ocurrió con nuestro amigo del principio


de la historia. Era un joven fuerte, cubierto de tatuajes y
que bebía hasta suicidarse. Estaba sumido en una continua
conmoción mental a causa de un divorcio que le había
destrozado el corazón, y sus amigos y familiares intentaban
organizar una intervención para recuperarse. Mi marido sólo
le había visitado una vez, pero este joven le pidió orientación
espiritual.

¿Podría volver mi marido con una manta cubierta de osos


panda de peluche? Recordé el versículo en el que Samuel
buscaba al próximo rey de Israel, yendo de un hermano a
otro, dándose cuenta de que ninguno de los hombres fuertes
y finos a los que miraba había sido elegido. Dios le dijo:
“La gente mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el
corazón” (1 Samuel 16:7).

Mi esposo tomó la manta de oración que habíamos atado con


más de cien pedidos y bendiciones guiados por el Espíritu
Santo y anudados en los bordes. Estas oraciones habían sido
elevadas al trono de Dios mientras citábamos promesas de
las Escrituras y orábamos por este hombre. Al sacar el vellón
amarillo de la bolsa de regalo, los ojos del joven se iluminaron.

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“¡Me encantan los pandas!”, exclamó. “¡Siempre

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me han gustado, desde que era niño!”. Hubo una
conexión instantánea al darse cuenta de que el Dios
del universo se preocupaba por él de una manera
tan especial. Cuando le puso la manta sobre los
hombros, fue como si Dios mismo le rodeara con
sus brazos con amor. Y cuando mi marido le dijo a
este joven que cada nudo representaba una oración
que había sido elevada a Dios en su nombre, las
lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. No
estaba solo.

Esta conmovedora escena se ha repetido


muchísimas veces desde entonces. Es un hecho
innegable que este Dios al que servimos tiene
un plan y un propósito para cada uno de sus
queridos hijos. Sus incesantes bendiciones se han
demostrado a través de este pequeño ministerio
que ahora ha llegado a cientos de personas en
nuestra iglesia y comunidad, e incluso en todo
el mundo. ¿Y en cuanto a mi marido? Estaría
encantado de regalar una manta llena de huellas de
oso panda a un hombre adulto, ¡si eso es lo que Dios
quiere! Porque sabe que no son mantas normales:
son mantas de bendición.

Sarah Rogers vive y ejerce su ministerio en la hermosa Columbia


Británica, Canadá, con su marido, Walter. Él es el pastor de niños
de la Iglesia del Valle (CIV), una iglesia adventista del Séptimo Día.
Los Rogers tienen cuatro hijos, de 2 a 10 años, y Sarah ayuda a
codirigir el equipo de oración en CIV. En su tiempo libre, le encanta
leer, cocinar, viajar, trabajar en el jardín, hacer música y recibir
gente. ¡Ella espera ver a Jesús cara a cara muy pronto!

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SALTAR DE
NUEVO
Cuando vivimos situaciones duras, nos sentimos heridos y
tristes. Eso es normal. Pero también podemos elegir. Podemos
seguir dolidos o aprender de lo ocurrido y hacernos más
fuertes. Esto se llama ser “resiliente”, que es la capacidad de
recuperarse cuando ocurren cosas difíciles.

HISTORIAS SALTARINAS
Piensa en un momento de tu vida en el que te ocurrió algo
duro, pero te recuperaste y te hiciste más fuerte. Tal vez te
mudaste a un nuevo hogar y te sentiste solo, pero luego hiciste
nuevos amigos. Tal vez tu familia se enfrentó a un reto, pero
con la ayuda de Dios encontraste una buena salida. Si no
puedes pensar en nada que te haya ocurrido, pide a uno de tus
padres o abuelos que te cuente un momento en el que se haya
recuperado. Escribe la historia o dibújala en forma de viñeta.
Recordar el pasado puede ayudarnos a afrontar los retos del
futuro.

PROMESAS SALTARINAS
Dios quiere ayudarnos a ser personas dinámicas. Cuando
ocurren eventos difíciles, Él nos ayuda a refugiarnos en su
sombra, a aprender de Él y a confiar en que puede arreglar las
cosas.
• Busca estos versículos y compáralos con las promesas
de Dios para nosotros.
• Elige tu promesa favorita y escríbela en una tarjeta,
un póster, una guirnalda o un marcapáginas para que
te recuerde la increíble promesa que Dios te ha hecho.
• Decora la promesa como más te guste.
• Haz otra promesa decorada y dásela a un amigo que
necesite ánimo.

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Botar la pelota
• Elige uno de tus versículos favoritos de la lista anterior.
• Busca una pelota inflable y sal al exterior con tu familia o algunos amigos.
• Colóquense en círculo.
• Haz rebotar la pelota de unos hacia otros. Pueden hacerla rebotar alrededor del círculo o a través de él
siguiendo un patrón aleatorio.
• Cada vez que alguien atrape la pelota, debe decir una palabra del versículo bíblico, en orden, hasta que
todos hayan aprendido el versículo.

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Jesús ayuda a la gente a recuperarse
• Jesús conoció a muchas personas que se sentían tristes, solas y sin esperanza. Pero Jesús les amaba
y les ayudaba a encontrar esperanza y curación.
• Busca estos versículos de la Biblia, nombra a la persona y averigua qué ocurrió.
• P.D. Uno de estos pasajes es una parábola. ¿Puedes encontrar cuál?

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¿Puedes pensar en otras personas que se recuperaron de problemas con la
ayuda de Jesús? ¿Quiénes eran y cómo les ayudó Jesús a recuperarse?

Entrenamiento de recuperación
Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer para recuperarte de los retos.
• Encierra en un círculo azul los que ya estés haciendo.
• Encierra en un círculo verde cualquier otro que te gustaría probar.
• Añade cualquier otra cosa que estés haciendo, o que te gustaría hacer,
en las bolas vacías.
• Comenta estas ideas con tu familia.
- Orad juntos sobre vuestro reto
- Confía en las promesas de Dios
- Memoriza versículos bíblicos alentadores
- Recuerda cuánto te ama Dios
- Perdona a los que te hacen daño
- Haz una lista de tus esperanzas
- Aprende de cada situación
- Recuerda que Dios siempre está contigo
- Ayuda a los que tienen dificultades
- Agradece a Dios tus bendiciones
- Hablen juntos de sus retos
- Encuentra un buen hobby que realmente te guste
- Consuélense mutuamente
- Observa los puntos fuertes de tu carácter
- Celebren juntos los buenos momentos

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Personajes bíblicos saltarines
He aquí algunos personajes bíblicos que se recuperaron bien después de
tiempos difíciles. Fueron vendidos como esclavos, encarcelados, obligados a
abandonar sus hogares y perseguidos por enemigos.
• José (Génesis 37, 39-46)
• Noemí (Libro de Rut)
• Daniel (Libro de Daniel)
• Ester (Libro de Ester)
• Moisés (Éxodo)
• David (1 y 2 Samuel)

Elige uno de estos personajes y lee parte de su historia. Busca los puntos
fuertes de su carácter que les ayudaron a recuperarse. ¿Qué más puedes
aprender de ellos? Cuenta su historia en imágenes, en forma de obra de
teatro o incluso reuniendo una serie de objetos de su vida que puedas colocar
en una larga fila para ayudar a contar su historia. Comparte la historia con tu
familia. A continuación, discute con ellos las siguientes preguntas. Recuerda
que no hay respuestas correctas o incorrectas.
• ¿Cuál es su parte favorita de esta historia?
• ¿Cuál es para usted el mensaje más importante de esta historia?
• ¿Qué persona de la historia se parece más a ti o qué parte de la
historia describe tu experiencia?
• ¿Qué te dice esta historia sobre cómo Dios cuida de ti a través de todos
los desafíos de tu vida?

¡Ayude a otros a saltar de nuevo!


• Lee Mateo 25:31-40.
• Con tu familia, haz una lista de personas que conozcas y que estén
pasando por momentos difíciles.
• Ora por ellos tan a menudo como puedas.
• Haz tarjetas para regalarle a las personas y escribe dentro una
oración o un versículo especial.
• Piensa qué puedes hacer para ayudarles o pregúntales.
• Todo lo que hagas por ellos, ¡también lo estás haciendo por Jesús!

Karen Holford es Directora del Ministerio de


Familia de la División Transeuropea.

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“Quinoa: la madre de todos los granos”
Una de las favoritas de mi cocina, y no solo porque en la actualidad es considerada como parte
de los súper alimentos, sino por su versatilidad. Puedes usarla en ensaladas, postres, bebidas o
platillos salados. Definitivamente es uno de los granos más completos, nutritivos y versátiles que
existen. Es libre de gluten, por lo que ayuda a las personas intolerantes.

La quinoa tiene una textura suave y un sabor muy agradable. Se cuece rápidamente. Se cuece
igual que el arroz, 1 taza de quinoa por 2 de agua. Es necesario lavarla muy bien en un colador
antes de utilizarla para retirar las saponinas que puede traer, ya que es la manera natural de
protección de la semilla.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
“Cereal tropical de quinoa”
Ingredientes:
1 taza de quinoa cocida
½ taza de piña picada
½ mango picado
½ durazno en gajos
½ plátano en rodajas
Leche de coco o cualquier leche vegetal al gusto
Preparación:
1. Servir en un recipiente la quinoa cocida
2. Agregar la fruta y servir con leche al gusto
3. Puedes agregar nueces
4. Disfrutar

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Tabouleh de quinoa
Ingredientes:
1 ½ taza de quinoa cocida
1 taza de tomates Cherry en mitades
½ taza de pepino en cuadros y sin semillas
½ taza de perejil picado finamente
2 cucharitas de menta o yerbabuena
picada finamente
3 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de jugo de limón
Sal de mar al gusto
¼ cucharadita de comino molido

Preparación:
1. Colocar todos los ingredientes en un
recipiente grande
2. Mezclar muy bien
3. Disfrutar

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
Pizza de quinoa
Ingredientes:
¾ taza de quinoa cruda
¼ taza de agua
1 diente de ajo finamente picado
½ cucharadita de sal
½ cucharadita de albahaca seca
½ cucharadita de orégano seco
Aceite el necesario
Salsa de tomate preparada al gusto
Tofu extrafirme desmoronado y sazonado con sal y levadura nutricional
Hojas de albahaca al gusto

Preparación:
1. Remojar la quinoa en 2 tazas de agua hirviendo por 30 minutos
2. Escurrir la quinoa y lavar
3. Colocar la quinoa en la licuadora, ¼ taza de agua, ajo, sal, albahaca y
orégano. Licuar hasta que tenga una consistencia lisa.
4. Calentar un sartén antiadherente. Engrasar muy bien y verter la mitad
de la mezcla
5. Dejar cocinar a fuego medio bajo durante 8 a 10 minutos. Pasado el
tiempo voltea con cuidado cocinar del otro lado otros 8 minutos o
hasta que queden bien doraditos por ambos lados.
6. Precalienta el horno a 220°C para dorar la pizza
7. Colocar las pizzas en una bandeja para hornear ligeramente engrasada.
8. Colocar la salsa y el tofu sazonado. Agrega los ingredientes favoritos
9. Hornea por unos 10 minutos
10. Disfruta

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Sopa de tortilla de la casa
Ingredientes:
1 cucharada de aceite
¼ taza de cebolla blanca picada finamente
1 diente de ajo picado finamente
2 tomates rojos picado en cubos medianos
1 chile pasilla sin semilla
1 tortilla de maíz en pedazos
4 tazas de agua
¼ taza de quinoa sin cocer
¼ taza de hojas de cilantro
Sal y levadura nutricional al gusto
Aguacate en cubos para servir
Limón al gusto
Tiras de tortilla fritas o totopos para servir

Preparación:
1. Colocar la quinoa en un colador y lavar bajo el chorro del agua
2. Calentar el aceite en una olla a fuego medio y dorar la cebolla,
agregar el ajo, el tomate y la tortilla en pedazos y el chile pasilla.
Cocinar unos 5 minutos a fuego medio, mezclando de vez en cuando.
3. Agrega 2 tazas de agua y deja hervir unos 5 minutos
4. Licua con mucho cuidado y vuelve a colocar en la misma olla
5. Agregar las dos tazas de agua restante y la quinoa. Mezclar bien y
dejar cocinar tapado durante 30 minutos a fuego bajo, mezclando de
vez en cuando
6. Sazona al gusto con sal y levadura nutricional
7. Servir con cilantro, los cuadros de aguacate, las tiras de tortilla fritas
y el jugo de limón

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Atole energía pura
Ingredientes:
1 litro de leche vegetal (soya, coco, arroz, almendra, etc.)
¼ taza de quinoa lavada
¼ taza de avena
¼ taza de nueces pecanas
Endulzante al gusto

Preparación:
1. Licuar la mitad de la leche con las nueces
2. Agregar a una olla con el resto de la leche
3. Agregar la avena y la quinoa
4. Endulzar al gusto y dejar hervir
5. Servir y disfrutar

Cesia Alvarado Zemleduch, Educadora, esposa de


pastor, escritora infantil y apasionada de la cocina
saludable. Colaboradora de nuestra revista SIEMA.
Vive en Fresno. California.
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LA ENFERMEDAD
LLEGA PARA SANAR
JOB 5: 17-19
Te has preguntado ¿por qué les pasan cosas malas a las personas buenas? Esta
pregunta llegó a mi mente en el año 2017. Tuve la fortuna de conocer a Dios a los
15 años, en mi juventud. Entonces, tomé la decisión de bautizarme, fui la primera
adventista de mi familia, esto me dio la oportunidad de crecer en la fe y conocer
a mi amado esposo. A los 20 años me casé y qué feliz me sentí de formar una
familia adventista. La felicidad de compartir mi fe en mi propio hogar me llenaba
de plenitud, pero dicen por ahí “de eso tan bueno no dan tanto”. En mayo del 2017
empecé a presentar algunos cambios en mi estado físico de salud, me fatigaba con
facilidad; empecé a perder peso y mi cabello menguó al punto de la calvicie. Con
el pasar del tiempo llegaron dolores articulares y musculares; lesiones en la piel,
y mi salud se deterioró hasta el punto de que dependía de mi esposo para realizar
labores básicas como bañarme, vestirme, comer o hacer algún trabajo en casa.

Pasaban los meses, me hicieron un estudio aquí, otro estudio allá, pero los
especialistas no lograban llegar a un diagnóstico específico. En octubre del 2017,
tras una inflamación sistémica, mi cuerpo colapsó: mis pulmones se llenaron de
líquido y tuve una falla renal. Me internaron en la unidad de cuidados intensivos y
días después, el reumatólogo nos comunicó: “El diagnóstico es lupus eritematoso
sistémico”. ¿Lupus qué…? nunca había escuchado de él. Empecé a investigar, es
una enfermedad crónica autoinmune, donde tu cuerpo no reconoce sus defensas,
se auto ataca y tiene estados de remisión. Cuando está totalmente controlada y
de actividad a lo que se conoce como un brote, en donde su afectación puede ser
mortal.

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Así que ahí estaba yo, a mis 21 años, con el deseo de formar un hogar, pero ahora sintiéndome una carga

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para todos. En mi mente decía: ¿Por qué yo? Soy una persona buena, voy a la iglesia, doy mis diezmos,
guardo el sábado, ¿por qué a mí? Ante tantas incógnitas, Dios fue manifestando su misericordia.
Iniciamos un tratamiento en la búsqueda de controlar la enfermedad. Dios me quitó el líquido de los
pulmones. Después de 6 meses de mono quimioterapia y de 26 pastillas diarias, nos dijeron que mis
riñones se habían desinflamado y estaban funcionando al 75%. Fue un resultado muy alentador, Dios
me libró de diálisis renales, mis riñones seguían funcionando. Este fue el primer milagro que el Señor
hizo en la enfermedad.

Me costaba entender el por qué a una edad tan temprana había llegado este síndrome a mi vida. Tras
seguir el tratamiento y escuchar los pronósticos negativos sobre tener una vida normal, me enfrenté
por primera vez a un duelo, un dolor, la pérdida de mi salud. Nos aferramos a las promesas de Dios y
dos años después, la noticia de un embarazo llenó de felicidad nuestro matrimonio, pero los cambios
hormonales hicieron que el lupus fuera más agresivo. Tras un brote sufrí un aborto espontáneo y mi
bebé y el sueño de ser mamá, se esfumaron. Nuevamente me estaba enfrentado a un duelo que no
sabía cómo manejar. No me sentía con la capacidad de sobrellevar tanto dolor físico y emocional. Mi
reumatólogo, al ver mi carencia de inteligencia emocional, me invitó a buscar ayuda. Necesitaba ayuda
para gestionar estas pérdidas, estaba emocionalmente destrozada y aunque seguía todas las indicaciones
médicas, no veía mejoría alguna. Decayó mi salud al punto de estar interna en un hospital. Fue allí, en
medio de la crisis mundial del COVID, viviendo una incertidumbre, ansiedad, aislamiento y miedo,
donde reconocí mi debilidad. Reconocí que era vulnerable y acudí a Jesús; acepté su voluntad. Acepté
que tenía una enfermedad con diagnóstico. Decidí no cuestionarme más el ¿por qué a mí? y empecé a
hablar con Dios y a preguntarle a Él: ¿Para qué a mí?, ¿qué quieres que haga Señor con esto?, ¿qué me
estás enseñando? Entendí que el diagnóstico de lupus no era mi enemigo, sino un maestro de dolor,
un profesor que me ayudaría en toda la integralidad de mi ser. Necesitaba sanar. Aprendí que todo ser
humano tiene un archivo de dolor, este ha sido colocado dentro de nosotros para desarrollar adaptación
rápida, responsabilizarnos del dolor que llega a nuestra vida, nos impulsa, define qué debemos hacer,
nos confronta para saber quiénes somos y cómo respondemos a las malas experiencias. El bien y el mal
saldrán a nuestro encuentro todos los días, el dolor se presenta como un catalizador para desarrollarnos
en la voluntad de Dios.

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Hoy puedo decir que esta experiencia me permitió adoptar 5 acciones frente

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a este maestro que es el dolor:
1. Postura frente a la vida: Aprender a ver las cosas en positivo, agradeciendo,
siendo generosos, alegres, confiando en el “yo decido”. Reconocer que no
controlamos nuestra vida, pero sí controlamos nuestra actitud.

2. La creatividad: El dolor nos permite realizar cambios, reconocer


habilidades inexploradas y colocarlas al servicio de Dios.

3. Cambio: No auto compadecernos, ser conscientes ante una situación


adversa, pero recibirla con gratitud y amor, cambiando nuestros
pensamientos y nuestras emociones.

4. Acción: Es precisamente eso, accionar, movilizarnos. Dejamos de


pensar en la situación adversa para priorizar el aprendizaje en esta misma
situación de dolor. Esto consiste en no enfocarnos en ella, sin minimizarla.
Vivirla teniendo presente que es pasajera, no es para siempre.

5. Responsabilidad: Lo que sucedió es malo, pero yo me hago cargo


de cómo lo acepto y cómo influye en mi vida aquí; ya no buscaré más
culpables sino aceptaré que soy merecedora de la misericordia de Dios; me
hago responsable de recibirla.

Amiga que me lees, no sé cuál es el maestro de dolor que está llegando a


tu vida hoy, pero confío que sabrás cómo sacarle el mayor aprendizaje. Este
diagnóstico llegó a mí para sanar mi relación con Dios y conmigo misma.
Me enseñó a no dejar nada pendiente y a gestionar desde la conciencia mis
emociones.
No puedo cerrar este escrito sin antes ser agradecida. Doy gracias a Dios

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por darme el mejor compañero de vida, un esposo devoto que ha sido pieza

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clave de este aprendizaje. Bendecida soy porque tengo dos madres, mamá de
nacimiento, un amor y entrega incansables, y mi suegra Vianey, compañera
de oración, quien nunca me ha abandonado en mis momentos de crisis.
Unidas en oración, ellas nunca me han dejado sola. A mis amigas de SIEMA
por sus visitas, llamadas y oraciones, todo el equipo pastoral de la Asociación
Noroccidente Bogotá y Boyacá, por los recursos espirituales y económicos
que han dado en este camino de aprendizaje a esta servidora.

Amiga, no olvides que eres especial y todo llega a nuestra mano para
bendecirnos y ser de bendición.

Johanna Cárdenas, Misión Noroccidente de


Bogotá y Boyacá, Unión Colombiana del Sur.

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NOTICIAS DEL EXTRANJERO

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Los comerciantes que viajaban con sus caravanas, llevando y trayendo sus mercancías
de tierras remotas, eran siempre una fuente de noticias en cada pueblo que visitaban. Y
Samaria no era la excepción. Pero esta vez, las historias que traían las caravanas eran punto
menos que increíbles. Sin embargo traían el sello de YHWH, alabado sea su Nombre. Había
que darles crédito, creyéranse o no.

“Hay un profeta del Dios vivo, a quien llaman Jonah, que recibió una orden expresa de ese
Dios invisible, para que fuera a Nínive, la ciudad capital del reino vecino de Asiria, y les
advirtiera de su pronta destrucción a causa de su maldad. El profeta, asustado con aquella
orden que representaba la muerte segura a manos de los extranjeros no creyentes en el
Dios vivo, que no iban a creer un ápice de lo que él les dijera, aunque fuera en el nombre del
mismo YHWH, alabado sea su Nombre, antiguo Dios de Israel, tomó la decisión más lógica.
Se fue al oeste, al puerto de Jope, y allí tomó pasaje en un barco que se dirigía a Tarsis, en
la gran península de los Tartesios, al otro extremo del Gran Mar, al fin de la tierra, a donde
más lejos pensaba él que podía irse para huir de la presencia de su Dios. Pero no termina allí.
Esto es sólo el comienzo...”

“Cuenta el mismo profeta, y entendemos que habrá que creerle, que mientras iban en la
travesía por el Gran Mar, él se acostó a dormir en la bodega del barco de mercaderes en el
que había contratado su pasaje. Todo iba a pedir de boca. Pero durante la segunda noche
de la travesía se levantó una gran tormenta en el mar, al punto que se rompía el barco.
Los expertos marineros, curtidos en semejantes lances con las frecuentes tormentas que
continuamente enfrentaban, bajaron las velas y luchaban con sus remos y su timón a brazo
partido, pero a pesar de su experiencia, a pesar de sus esfuerzos inauditos, no podían volver
el barco a tierra, por la gran braveza del mar. Jamás habían visto una tormenta como aquella,
que tan repentinamente y con tanta furia y desmedida saña les atacara, como si los dioses,
enojados por el más grave delito, se empeñaran en destruirles a todos.

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“Viéndose perdidos, comenzaron a clamar cada uno a sus

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dioses, pero no tornaba la bonanza. La tormenta rugía con
mayor furia en derredor de ellos. A las órdenes del capitán,
comenzaron a tirar al mar los enseres que llevaban a bordo,
para aligerar el peso de la nave, pero tampoco esto surtía
el efecto deseado. Con la vida de todos en peligro, el
capitán volvió a pedir que rogaran a sus dioses para que les
salvaran la vida. Y bajó a la bodega para ver de qué otras
cosas podían deshacerse. Allí se encontró con el pasajero
que habían tomado en Jope, profundamente dormido en
medio del equipaje, de la pesada carga que transportaban.
A empellones y a gritos, para hacerse oír por sobre el
vendaval, lo despertó y le ordenó que subiera a cubierta de
inmediato a ayudar con el barco, y a rogar a su Dios para
que les salvara la vida a todos.

“Al subir, los marineros le preguntaron que quién era, y


que de dónde venía. Les contestó que era hebreo, y que
era profeta de YHWH, del Dios Altísimo, alabado sea su
Nombre. Entre el rugir de la tempestad, entendieron que
huía de su Dios. Pero aún así le preguntaron qué podrían
hacer para salvar sus vidas y aquel barco. El profeta tenía
una sola respuesta:
«Tómenme, y échenme al mar. Sólo así se calmará esta
horrenda tormenta.»
«Imposible. Sería un asesinato. Su muerte segura.»
«No hay otra solución. Yo soy fugitivo de mi Dios.
Es por mí que se ha levantado esta tormenta. ¡Échenme al
mar pronto para que puedan salvar sus vidas!»

“Todos se miraban entre sí, horrorizados, y el capitán,


comprendiendo la gravedad del momento, asintió con un
movimiento de su cabeza. Al instante, le echaron mano
entre cuatro fornidos marineros, y lo echaron sobre la
borda. Casi instantáneamente, al tocar el pesado cuerpo
empapado las negras olas enfurecidas, se hizo la calma,
como por arte de magia. Los rostros de los marineros
reflejaban, atónitos, una asombrosa admiración ante aquel
milagro que acababa de realizarse frente a sus ojos, y se
miraban unos a otros entre estupefactos, agradecidos
y temerosos del Dios que podía enojarse tanto contra
un hombre, pero que también podía ser compasivo y
misericordioso con tantos a la vez.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
“Antes de que los marineros salieran de la profundidad
de su insondable asombro, les esperaba otro evento
estremecedor, para el que ninguno de ellos estaba
preparado. La respiración contenida en los pulmones
de ellos durante los últimos segundos, que les
parecieron casi interminables, se condensó en el más
desgarrador grito de espanto, al contemplar cómo
aquel descomunal y horripilante monstruo marino
volvía a la superficie, justo debajo del pasajero, y
con sus infernales fauces inmensamente abiertas,
‘pescaba’, por decirlo así, aquella ‘carnada’ que ellos
le habían lanzado”.

“Al borde del desquiciamiento, los marineros volvieron


a mirarse entre sí. A una, dirigieron sus miradas hacia
el capitán, que también había observado toda la
horripilante escena. Pero él, sintiéndose mudamente
aludido, tuvo que tomar control de la situación.

«¡Un momento! Yo hice lo que tenía que hacer para


salvar sus vidas y para salvar el barco. Todos ustedes
oyeron, igual que yo, sus súplicas y sus órdenes, de
que le lanzáramos al mar porque él se había fugado
de la presencia de su Dios. Tal vez él sabía lo que le
esperaba. Él dijo que era la única forma de que se
aquietara el mar y el viento sin que nos hicieran daño,
y todos sabemos que eso fue así. De modo que él se
lo tendría bien ganado con su Dios. Nosotros no lo
echamos en las fauces de aquel monstruo. Allá él y su
Dios. A mí que nadie me pida cuentas de lo que yo no
puedo controlar.»

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
“Pero falta aún lo más maravilloso de todo. Se dice que durante tres
días, Jonah, el profeta lanzado al mar, fue pasajero en el vientre de aquel
indomable monstruo. No se sabe cómo sobrevivió, porque se supondría
que hubiera sido el alimento de aquella terrible bestia. Sin embargo, se
cuenta que al cabo de los tres días, milagrosamente el monstruo se acercó
a la playa y vomitó entero aquel fatídico bocadillo que no había podido
digerir, y que seguramente le tendría enfermo.

“Cuentan que Jonah, el alegado profeta del gran Dios YHWH, alabado sea
su Nombre, pasó varias horas lavando sus ropas y todo su cuerpo, en aquel
alejado y solitario paraje donde fue “vomitado” por el increíble monstruo
del milagro. No hallaba manera de sacarse de encima aquel hedor a marisco
y a excremento, y al jugo gástrico que milagrosamente no lo había podido
digerir”.

“Secas sus ropas, se puso en camino a pie, solo, en dirección a la lejana


Nínive, a donde lo había enviado su Dios originalmente. Caminando bajo
el inclemente sol, tardó varias semanas, pero al fin, vio cerca la culminación
de su jornada.

“Desde antes de entrar a la capital propiamente, ya en el territorio político


de ésta, comenzó su fatídica predicación a cuantos estaban al alcance de
su voz:
«Arrepiéntanse, y apártense de sus pecados, porque de aquí a cuarenta
días, Nínive será destruida. Arrepiéntanse de todo corazón y quizá hallen
clemencia ante el gran Dios YHWH, alabado sea su Nombre.»

“Su sencilla pero contundente declaración era repetida vez tras vez; pero
al entrar a la gran ciudad, muchos se mofaban de sus palabras, así como de
su sencilla indumentaria. Algunos mostraban preocupación por saber más,
por saber cómo podrían hallar favor con el Dios que podría perdonar sus
pecados. Y las palabras del predicador itinerante llegaron hasta la sombra
misma del palacio real. El mismo rey y su consorte salieron a uno de sus
adornados balcones para ver y escuchar a aquel extraño y solitario hombre
que amenazaba con destruir la capital de su reino si no se arrepentían
todos, y se apartaban de sus pecados. El monarca comprendió la gravedad
del mensaje, y mandó llamar al profeta a una audiencia real.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
“Allí Jonah fue intensamente interrogado, pero él sólo tenía
un mensaje de su Dios. Sus palabras no eran arrogantes
ni soeces, pero sí firmes, claras, contundentes, y con una
precisión matemática impecable iba restando días a los
cuarenta desde el día en que había llegado a las afueras de
Nínive y había comenzado a predicar.

“Convencido el rey de que el mensaje era genuinamente del


Dios YHWH, alabado sea su Nombre, que tantas maravillas
había hecho en favor de su pueblo en el pasado, decidió
tomar acción afirmativa. Ordenó que toda la ciudad y sus
contornos ayunaran por un lapso de tres días, y que hicieran
ayunar también a toda bestia y a todo animal doméstico por
el mismo lapso. Ordenó que cada ciudadano escudriñara
su corazón y que se arrepintieran genuinamente, porque
se acercaba el día en que el profeta había anunciado que
la ciudad sería destruida. Ellos conocían la antigua historia
de Sodoma y Gomorra, cómo fueron visitadas por la ira del
mismo Dios YHWH, alabado sea su Nombre, según decían
los anales antiguos. Ellos buscarían a Dios genuinamente,
y procurarían desviar el castigo tan misericordiosamente
anunciado.

“Advertida toda la ciudad, por su parte Jonah había cumplido


su misión y había completado su cometido. Así se subió a
una colina en las afueras de la ciudad, a esperar la llegada del
día cuarenta en su cuenta regresiva para ver desde un punto
ventajoso y fuera de todo peligro, el espectáculo de la ciudad
ardiendo. Su plan personal, sin embargo, fue frustrado desde
su misma gestación, porque Dios había escuchado el clamor
de la ciudad, había aceptado su arrepentimiento, y le había
otorgado el perdón.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
“Jonah cuenta que allí aprendió otra gran lección para
su vida: que YHWH, alabado sea su Nombre, es un
Dios de amor, y un Dios perdonador, y que él también,
en su propia esfera, tenía que aprender a perdonar a
sus semejantes.”

Los mercaderes de las caravanas contaban aquella


historia con asombro reverente ante el gran Dios
YHWH, alabado sea su Nombre, que si bien no todos
le adoraban ni pretendían ser siervos suyos, sí le tenían
en gran respeto por las grandes maravillas que había
ejecutado a través de los años con su pueblo y con
los pueblos vecinos. Toda Samaria fue conmovida
por aquel relato traído fresco, recién ocurrido,
seguramente comprobable por medio de los ninivitas
y de sus vecinos, a quienes conocían de oídas, a través
de las caravanas.

Gomer, por su parte, al escuchar aquel relato, se


sintió profundamente impactada por él. Ella, que en
su niñez había conocido la mano y las extraordinarias
obras maravillosas del gran YHWH, alabado sea su
Nombre, a favor de su pueblo y a través de éste, de
labios de Hanna, su propia madre, podía comenzar a
comprender el grande y misterioso mensaje envuelto
en aquella experiencia.

No pocas veces, en sus momentos de meditación y


reflexión junto a su ventana, se descubría a sí misma
repasando aquella historia que había oído, y que tan
profundamente le había impactado, y le buscaba
aplicaciones personales, procurando entender el
mensaje que había para ella allí. Meditaba y razonaba
consigo misma. Procuraba racionalizar su presente
condición, pero el ejercicio le era tan doloroso que se
apartaba de él sin completarlo. Pero insistentemente
volvía, y volvía, y volvía. Se iba convirtiendo poco a
poco en un silente compañero suyo aquel relato tan
estremecedor. No lo podía entender del todo. Como
que presentía que para ella había un mensaje allí, pero
éste se le escapaba. No lograba aún captar el punto
que le hacía volver a él, y que en algún momento le
haría transformar su vida.

David Vélez Sepúlveda; doctor en Artes,


especializado en Literatura Hispanoamericana y
maestro de vocación.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
NO TOQUES MÁS
Hoy quiero confesarles que mi Biblia es una prueba viviente
del daño que el pecado hace en nuestras vidas. Antes que
preparen la hoguera por mi declaración, presten atención
porque nuevamente les abro mi corazón.

Dicen que “no todo lo que brilla es oro”, o en buen lenguaje


actual, “no todo lo que sale en Pinterest queda bien”. Me
declaro fan de Pinterest, es una de las apps más creativas que
existen (bájala, si aún no la tienes). Luego de la pausa comercial,
les cuento que estaba yo en mi momento de procrastinación
en dicha aplicación, y encontré una imagen con un diseño
que alguien había realizado en el costado de su Biblia. Nueva
confesión, ¡me encantó! Yo quería que mi Biblia se viera igual
de hermosa, y no pensaba dejar para mañana lo que podía
hacer hoy, así que saqué mi colección de marcadores, mi
linda Biblia último modelo con himnario incluido, y comencé
la misión que yo sola me había encomendado.

Elegí el costado inferior de la Biblia, y se vino la primera


advertencia. La hermosa orilla dorada de papel no absorbía la
tinta del marcador. Debí detenerme en ese momento, pero
no lo hice, me había empecinado (puede confundirse con
necedad también). Me fui al costado derecho, el que está más
largo, ese no me fallaría (pobre ilusa, el papel seguía siendo
el mismo). Esta vez, hice más presión en el marcador para
lograr el resultado, y bueno… ¿qué creen que ocurrió? – Al
buen entendedor pocas palabras. Ustedes si son inteligentes,
seguro desde el principio sabían que ocurriría. En buen
hondureño, resumo lo que pasó… ¡Me terminé de pasear en
mi Biblia! Traducción: La eché a perder.

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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
Claro, eso no me detuvo, ahora necesitaba repararla, así que compré
una pintura dorada, pensando que al cubrir con pintura mi mala obra
de arte, todo volvería a la normalidad. ¡Ya sé, soy un desastre! Hice
todo peor, literal. Se pegaron todas las páginas, y la pintura se cayó.
De verdad intenté de todo, hasta quise cortarles la orilla a las páginas,
pero mi mejor amigo me detuvo antes que terminara de destruirla.
Simplemente me dijo: - “Déjala como está, no la toques más.”. En
ese momento entendí que tendría que aceptar mi Biblia con su nuevo
diseño.

Quizá tienes idea cómo me sentí porque insististe en hacer algo que
parecía bueno, pero terminaste arruinando todo. Ya sé, da pena, te
comprendo, y no sólo me refiero a las ocasiones en que he tratado de
ocultar mi Biblia. Sabes, no hay mucho que hacer, las marcas siempre
van a estar, porque la solución no está en nuestras manos. Pero Dios
quiere decirte algo:
– “Ven, dejemos las cosas claras.
–¿Tus pecados te dejaron bien manchado?
– Tranquilo, ¡te dejo blanco como la nieve!
–¿Son rojos, tirando a morado?
– Calma pueblo, ¡yo los dejo blancos como la lana! Simplemente deja
eso como está, escúchame a mí, y vas a recibir lo mejor de la tierra”
(Isaías 1:18-19, ligeramente contextualizado).

Ya escuchaste al artista de tu vida, no toques más, Él se encargará de


hacerte brillar de nuevo.

Cathy Turcios, es miembro de la Iglesia Adventista


del Séptimo día en Honduras, y es integrante del
grupo Frooct, Proyecto musical dedicado a producir
música para alabar a Dios y ayudar a personas .
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Asociación Ministerial SIEMA / 2do. Trim. 2024
¿Cree usted en Dios?
¿Cuál es la diferencia entre creer intelectualmente
en Dios y tener una relación personal con Él?
Un relato que cuenta Sharon Daloz Park ilustra
muy bien la diferencia. Dice ella que un día se
encontraba en un auditorio universitario, viendo un
documental sobre la vida de Carl Jung, el conocido
psicólogo suizo.

En un pasaje de la película, alguien le pregunta a


Jung: “¿Cree usted en Dios?”. Sin pensarlo mucho,
Jung responde: “No”. De inmediato, se escuchan
las risas de los estudiantes. Ellos suponen que un
científico de la talla de Jung no puede creer en
Dios. Pero Jung no había terminado de responder,
pues luego añadió. “No tengo que creer en Dios:
Lo conozco”.

Citado por Merton P. Strommen en Passing on


the Faith, Saint Mary’s Press, 2000, pp.78,79.

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N U E S T R A S

Asociación Ministerial SIEMA / 1er. Trim. 2024


NOTICIAS
Capacitaciones realizadas con el material enviado
desde la División. UNIÓN DE HONDURAS.

Este es el grupo de Diaconisas que se certificaron este año.


Felicitamos a todas estas hermanas comprometidas en el
ministerio al servicio de la iglesia.

Esposas de pastores participando en la certificación y


acompañando a dos esposas en el día de la ordenación al ministerio.
N U E S T R A S

Asociación Ministerial SIEMA / 1er. Trim. 2024


NOTICIAS

Del Delker de Ramos, coordinadora de SIEMA de la


Unión de Honduras.
N U E S T R A S

1er. Trim. 2024


NOTICIAS

AsociaciónMinisterial
Asociación SIEMA//2do.
MinisterialSIEMA
CONCILIO MINISTERIAL, UNIÓN MEXICANA CENTRAL
Del 6 al 9 de febrero de 2023, la Unión Mexicana Central celebró su concilio ministerial YO
IRÉ, SÉ SU TESTIGO, en Ixtapa Zihuatanejo, México. El evento contó con la apreciable visita
de Ramón y Aurora Canals, de la Asociación General; Josney Rodríguez, Pedro y Cecilia Iglesias,
de la DIA. Alrededor de 123 familias, procedentes de los cinco campos del territorio de la Unión,
disfrutaron de mensajes inspiradores, convivencia social, así como un programa balanceado para
disfrutar del paradisíaco puerto guerrerense. Al final del concilio, cinco pastores fueron apartados
para el santo ministerio a través de una solemne ceremonia de ordenación.

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N U E S T R A S

NOTICIAS

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