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La teoría general tiene por fin definir el concepto del título valor; crear principios básicos comunes,
favoreciendo la analogía iuris y permitir la atipicidad en los títulos valores como una categoría diferenciada.
Atipicidad: existen títulos de valores atípicos, que no tienen una regulación específica, sin regulación
especial. Existe un art en el código civil y comercial que establece la libertad de creación.
PUNTO 1.- EL TÍTULO VALOR. CONCEPTO, CONTENIDO CREDITICIO, FUNCIÓN ECONÓMICA. LOS
VALORES ESENCIALES: CERTEZA, SEGURIDAD Y RAPIDEZ DE NEGOCIACIÓN.
TÍTULO VALOR tiene que ver con la circulación de la riqueza y circulación dineraria en especial. De
hecho, los títulos valores, nacen para la circulación de la riqueza.
Los títulos de valores son cosas muebles. Pero el régimen de las cosas muebles registrables no se aplica
al sistema cambiario. Y una de las diferencias tiene que ver con el asentimiento conyugal.
Por ejemplo, si se quiere transferir un auto se requiere el asentimiento del cónyuge, en los casos de los
títulos de valores no necesito el consentimiento de nadie.
No se utiliza ya la palabra título de crédito, porque la palabra “crédito” no se ajustaba específicamente, no
siempre eran créditos, o sea obligaciones dinerarias las que se encontraban incorporadas literalmente en
estos documentos, sino que a veces existían mercaderías que se estaban transportando y estos títulos
representaban esas mercaderías.
Cuando se habla de título de crédito dejamos de lado un montón de instrumentos comerciales que hacen
a la esencia del negocio jurídico, con lo cual muchos de esos instrumentos comerciales quedaban por
fuera de lo que se daba en el régimen cambiario.
De alguna forma a estos instrumentos que estaban por fuera había que incluirlos, y una forma de incluirlos
fue crear una ESPECIE y un GÉNERO. Es decir, título de valores como género, que engloba la totalidad
de instrumentos mercantiles, y títulos de créditos como especie, títulos que netamente refiere a créditos.
Ejemplo, un pagaré es un instrumento de crédito, ya que me da plazo para pagar.
Así bajo la nomenclatura de títulos valores se regulan en el Código Civil y Comercial de la Nación los
conocidos títulos de crédito de la denominada legislación cambiaria en un intento de incluir algunas
especies del género instrumentos para las cuales la palabra “crédito'' no se ajustaba específicamente.
De todas maneras, sea dinero, mercaderías o participaciones o sociedades, estamos hablando de riqueza
y de circulación que es la función última que tiene un TÍTULO VALOR.
La idea era englobar aquellos documentos y obligaciones mercantiles que hasta determinado momento
pertenecían solo a los mercaderes, pero a partir del transcurso del tiempo, también fueron objeto de
negociación de los particulares.
CONCEPTO DE TÍTULO VALOR: es un documento, antes exclusivamente en papel, y hoy puede también
ser informático, que representa o incorpora una obligación hacia una determinada persona, lo cual significa
que existe un acreedor y un deudor; se relaciona la existencia de una riqueza representada por un crédito
que alguien tiene, es decir, una obligación a su favor.
Esto está literalizado dentro de este documento que llamamos título valor, anteriormente, título de crédito.
Estos documentos también han sido designados como “títulos de rescate” dado que la posesión de los
mismos por parte del emisor, hace presumir su pago.
FUNCIÓN ECONÓMICA: Es impensable la economía actual sin la existencia de los TV debido a que la
circulación de riquezas se vería enormemente entorpecida.
-La facilidad y rapidez con la que circulan, tanto pequeñas como grandes sumas de dinero, resulta ser uno
de los principales beneficios que los TV otorgan tanto al mercado nacional como al extranjero
convirtiéndose así en su principal función económica.
-La facilidad en su circulación se debe a que la transferencia se realiza mediante endosos, que en principio
podemos decir que consiste en la firma en el dorso del TV del tenedor que quiere traspasar el crédito a
otra persona, sea esta física o jurídica.
La función económica que representan es integrar el activo de un determinado patrimonio y tener la
posibilidad de que al ser transferido (el TV), esto adelante su ingreso dentro de este patrimonio de la
obligación que tiene a su favor.
Hector Cámara: “el dinero era para el comercio como el agua para la agricultura”.
Si el crédito sólo queda en el activo de un comerciante tendrá que esperar a su vencimiento para que ese
activo le genere la riqueza que él tiene a su favor. En cambio, si él puede hacerse de ese valor con
anticipación podrá comprar nuevamente mercaderías, transformarlas, comerciarlas, y de esa manera ir
evolucionando en su negocio. Esta es la función económica.
-La transmisión permite que esta riqueza no quede en poder de una única persona, sino que esta persona
que tiene una obligación a su favor pueda transmitirla a un tercero en base a una negociación que haga y
de esa manera obtener anticipadamente, o antes del vencimiento de esa obligación, la riqueza que se
encuentra contenida en ella.
Cuando es numérica es muy fácil de determinarla, por ejemplo, un pagaré que diga “pagaré $100.000 a x”
entonces se pueden transferir esa obligación de $100.000, y obtener valores por 100.000 que permitan
seguir evolucionando.
VALORES ESENCIALES:
-CERTEZA. El valor esencial que representa el título valor documentado que puede transferirse, es el de
tener una certeza en la existencia de ese crédito al tiempo de la adquisición del instrumento jurídico. Tiene
certeza en la existencia de ese crédito porque queda literalizado en el documento, es decir escrito, vale
por el valor que se encuentra escrito en el documento. Puede quedar escrito es un documento informático
o soporte papel.
-SEGURIDAD en la ejecución, en la realización de ese derecho de crédito. La ley va a dotar a ese título
valor de determinadas aptitudes apoyadas en la justicia para que, a su vencimiento, el acreedor pueda
obtener ese crédito. No solo el mismo acreedor que originariamente ha aparecido en el título, sino los
posteriores acreedores que hayan tenido a su nombre o hayan sido titulares, o legitimados a obtener el
derecho que está incorporado en este título de crédito.
El sujeto que recibe el documento, además de contar con la certidumbre de la existencia del crédito, tiene
garantías suficientes de que el crédito documentado permanece inalterable e imperturbable, luego de las
sucesivas transmisiones.
-Por otro lado, tiene como consecuencia la RAPIDEZ EN LA NEGOCIACIÓN en las distintas etapas de la
circulación del crédito o SIMPLIFICACIÓN DE ESTAS POSIBILIDADES DE OBTENER EL CRÉDITO.
Gracias a la legislación se le ha dado una rapidez especial en la ejecución dotándolo de lo que se conoce
ejecutividad, con lo cual, el juez, teniendo presente o ante su vista el título dotado de determinadas
formalidades, va a dictar una sentencia que inmediatamente la justicia pone en ejecución para que el
acreedor se haga del derecho que tiene a su favor.
Se logró una mayor velocidad en el ciclo circulatorio sin lesionar la seguridad de las transacciones
(agilidad y fluidez a las operaciones de cambio). Esto se logró mediante una racional y adecuada
simplificación de las formas.
Caracteres esenciales.
Si podemos realizar una distinción entre aquellos caracteres propios del instrumento sobre el cual está
expresada la obligación (documento) encontramos a la necesidad y literalidad; y aquellos que se expresan
sobre la obligación misma asumida por el librador/creador (derecho incorporado al documento),
encontraremos a la irrevocabilidad e incondicionalidad. -
A ello debemos agregarle la característica de la autonomía, que es tratada por todos los autores. -
1) Autonomía. -
2) Necesidad. -
ARTICULO 1830.- Necesidad. Los títulos valores cartulares son necesarios para la creación, transmisión,
modificación y ejercicio del derecho incorporado.
-La posesión, presentación o exhibición, del título es necesaria para ejercer los derechos que de él
emanan (adquirir, disponer y ejercer el derecho). Nos encontramos en presencia de una característica
material: no basta con la afirmación de la posesión del título, es necesario exhibirlo para poder ejercer el
derecho cambiario del documento (cheque, pagaré, etc).
Resulta absolutamente necesario que el legitimado activo tenga o posea el documento para exigir,
entregar, negociar y transferir el derecho que en él se ha representado.
Es tal el carácter necesario del documento que se produce un condicionamiento al acreedor, al no poder
suplir con otro medio o instrumento jurídico la falta de posesión del título.
El carácter necesario tiende a tutelar genéricamente los valores de certeza, rapidez y seguridad, aunque
dicha tutela se manifiesta de modo más profundo en la certeza
3) Literalidad.
ARTICULO 1831.- Literalidad. El tenor literal del documento determina el alcance y las modalidades de
los derechos y obligaciones consignadas en él, o en su hoja de prolongación.
-El derecho que se encuentra en el título es literal porque su existencia, contenido, extensión y modo sólo
se rigen por lo expresado en él. Si no consta en el cuerpo material del título el derecho no existe, tanto el
acreedor como el deudor se tendrán que ajustar a lo que conste en el título; el primero para reclamar el
pago y el segundo para librarse de él.
El hecho de que la obligación documentada en el título se rija íntegramente por la literalidad, prescindiendo
de otros elementos jurídicos externos, constituye una notable garantía y produce una gran confianza para
los sujetos que puedan llegar a recibir el título mientras éste circule.
Pues el sujeto activo de la relación nada puede pretender que no se halle literalizado o escrito en el título,
y el sujeto pasivo tendrá la seguridad de que cumpliendo el requerimiento en los términos textuales del
documento quedará liberado.
Incondicionalidad.
La condición es aquel hecho futuro o incierto que hace que algo pueda seguir existiendo o no seguir
existiendo. En este caso no es posible someterlo a condición, a diferencia de los contratos; cuando hay
contrato se puede convenir algo que esté condicionado a que suceda algún hecho futuro o incierto; si
sucede vale y sino no vale.
En los títulos valores no es posible. Es requisito que la prestación emergente de la obligación contenida en
el título no se encuentre sometida a condición alguna que sujete su cumplimento a un hecho futuro e
incierto, condición fáctica que, de no acaecer, imposibilite el cumplimiento de la promesa.
La incondicionalidad en la obligación hace a su causa fuente que es la unilateralidad, o sea la declaración
unilateral de la voluntad, dado que la condicionalidad revela rasgos propios de fuente contractual; aunque
ello no quiere decir que no exista un plazo fijado para el cumplimiento de la obligación, demostrativo de la
existencia de crédito en la relación. La única condición será la temporalidad al cual me obligo a cumplir esa
obligación, pero para el sistema cambiario no es una condición, ej. el pagaré puede ser de dos clases, a la
vista o a determinado tiempo, al igual que el cheque, el cheque común o a pago diferido.
Irrevocabilidad.
El segundo carácter genérico y diferencial de los títulos valores es la irrevocabilidad, lo que revela el
carácter no recepticio de la obligación en sí misma.
Nacido el título para circular, los títulos valores no tienen en cuenta a un destinatario determinado.
La obligación resulta válida y firme desde su incorporación o referencia en el documento, sin posibilidad
que el creador del título valor pueda dar marcha atrás, una vez que el documento por su voluntad o no,
deje de estar en su poder.
Es decir, no puede volverse atrás. Una vez emitida la declaración unilateral donde alguien promete, debe
cumplir. “Si dice debo tanto a fulano de tal”, “pagaré tanto a fulano de tal”, esto resulta irrevocable.
Si permitiéramos la irrevocabilidad, estaríamos ante un ataque a la inseguridad jurídica porque no
sabríamos si sirve o no sirve; y a veces no va a quedar en manos de aquel que primero recibe el título
papel o recibe el título vía internet, sino que puede ser transferido. Por eso es uno de los caracteres
fundamentales.
Estos caracteres esenciales nos permiten poner de resalto que la declaración unilateral, cuando es
irrevocable e incondicionada, produce los efectos del título valor. Estamos frente al título valor que nos va
hacer acceder a lo que llamamos el plano cambiario.
Va a haber dos tipos de planos: el plano común que es el de los derechos en general que nacen de los
contratos, o de los actos ilícitos, y aquel que nace de las declaraciones unilaterales de voluntad que tienen
estas características: irrevocables, incondicionales y que además gozan de autonomía.
¿Qué es la autonomía?
El derecho incorporado al título valores un derecho autónomo, es decir provisto de circulación
independiente de las diferentes relaciones que permitan la transferencia del mismo, como lo explica el
artículo 1816 del Código Civil y Comercial de la Nación -tercer carácter genérico-.
PUNTO 3.- CARÁCTER AUTÓNOMO DEL DERECHO CONFERIDO POR EL TÍTULO VALOR. LA
CIRCULACIÓN GENERAL DE DERECHOS Y LA CIRCULACIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES.
FUNDAMENTO DEL CARÁCTER DE ORIGINARIEDAD. DEFENSAS OPONIBLES.
AUTONOMÍA.
ARTICULO 1816.- Autonomía. El portador de buena fe de un título valor que lo adquiere conforme con su
ley de circulación, tiene un derecho autónomo, y le son inoponibles las defensas personales que pueden
existir contra anteriores portadores.
A los efectos de este artículo, el portador es de mala fe si al adquirir el título procede a sabiendas en
perjuicio del deudor demandado.
En primer lugar, la autonomía tiene que ver con la transmisibilidad del documento, del título de valor.
En segundo lugar, el concepto de autonomía aplicado a los títulos valores significa la condición de
independencia que goza el derecho incorporado al documento.
Significa que el nuevo portador regular del TV puede ejercitar un derecho propio, originario, independiente,
es decir que el derecho que reconoce el título en cada uno de sus sucesivos poseedores legítimos es de
carácter originario e independiente y no restringible de cualquier relación personal, en el sentido que le es
totalmente ajena cualquier relación jurídica existente entre los anteriores portadores del documento (TV) y
el emisor del título (deudor).
¿Por qué, en cada caso en que se transmite el documento, el nuevo titular adquiere un derecho originario,
no derivado de su antecesor?
La adquisición de la posesión se produce siempre a título derivado, porque supone la transmisión del
documento de un sujeto a otro. Pero en cambio, la adquisición de los derechos cartulares, emergentes del
título, es originaria. El nuevo titular al recibir el documento que contiene el derecho, lo adquiere en forma
originaria, un derecho autónomo que le es propio, desvinculado de la situación jurídica que tenía el
transmisor; pues el derecho nace nuevo para él por estar incorporado representativamente al documento
con el que se halla unido en conexión íntima y permanente.
Cada vez que el documento se transmite, se va a transmitir de forma originaria, por contraposición al
régimen civil o al régimen contractual. Cuando yo transmito un documento, en el régimen cambiario, se
hace de forma originaria, es decir no importa los motivos por el cual se transmite, “es como si el
documento se creara de nuevo”.
Cuando el título valor incorpora el derecho al documento, las diferentes transmisiones que se operen
desde el primer acreedor hasta el último, que es el que lo va a ejecutar, no van a estar influidas por las
relaciones que hayan sucedido entre los diferentes transmitentes.
La autonomía es lo que hace realmente al propio título circulatorio, o sea que el título circule de una mano
a la otra donde va circulando el crédito incorporado y donde no se arrastran excepciones ni defensas que
pueda oponer aquel que es reclamado al pago (deudor), judicial o extrajudicialmente, pero que tengan que
ver con anteriores transmisiones del título, sino que el actor va a ser el acreedor originario y él va a ser el
deudor originario.
Las cuestiones tendrán que verse entre ellos, las excepciones que tuvieran, o las defensas que tuvieran
pero no pueden involucrar de ninguna manera a sus anteriores transmitentes.
DEFENSAS OPONIBLES.
Por un lado, ¿Cuáles son las defensas oponibles que puede oponer el que ha adquirido el título
originariamente?
Las defensas son aquellas defensas personales que tuviera aquel contra quien le transfirió el título, contra
su inmediato transmisor y no aquellas defensas que pudiera tener contra los anteriores transmisores del
título o las cuestiones que podrían haber, de alguna manera, transformado el derecho que se le transfiere
(por ej. compensación).
Se van a oponer a la persona del cual tenía el título y lo transmitió, ya que es autónomo, cada vez que el
documento circula de mano en mano se lo hace de manera independiente.
Por el otro lado, el acreedor se va a encontrar liberado de soportar alguna cuestión relativa a anteriores
transmitentes del título. No se le pueden oponer al nuevo portador las excepciones viables a anteriores
tenedores.
Solamente van a existir con relación a él las excepciones personales de aquel que le hubiera transmitido el
título, pero no la que hubieren existido entre anteriores transmitentes.
Obviamente las defensas que van a ser posibles van a ser las defensas formales, o sea aquellos vicios
reales que tenga el documento, en cuyo caso esas sí posiblemente van a ser oponibles en la ejecución del
crédito.
El artículo 1821 CCC establece las defensas que puede oponer el deudor al portador de los TV en los dos
planos: el sustancial y el procesal. Por ello al accionarse las defensas contempladas en el CCC se pueden
agregar las reguladas en el art. 544 del Código Procesal CyC.
ARTICULO 1821.- Defensas oponibles. El deudor sólo puede oponer al portador del título valor las
siguientes defensas:
a) las personales que tiene respecto de él, excepto el caso de transmisiones en procuración, o fiduciarias
con análoga finalidad;
b) las que derivan del tenor literal del título o, en su caso, del tenor del documento inscripto de
conformidad con el artículo 1850;
c) las que se fundan en la falsedad de su firma o en un defecto de capacidad o de representación al
momento en que se constituye su obligación, excepto que la autovía de la firma o de la declaración
obligatoria sea consentida o asumida como propia o que la actuación del representante sea ratificada;
d) las que se derivan de la falta de legitimación del portador;
e) la de alteración del texto del título o, en su caso, del texto inscripto según el artículo 1850;
f) las de prescripción o caducidad;
g) las que se fundan en la cancelación del título valor o en la suspensión de su pago ordenada conforme a
lo previsto en este Capítulo
h) las de carácter procesal que establecen las leyes respectivas.
Son oponibles aquellas derivadas de la literalidad, o sea todo aquello que ha sido escrito sobre el título
que haga al derecho incorporado (por ejemplo falsedad de la firma,) al tiempo de la declaración unilateral
de voluntad; si hubiera falta de legitimación en el portador; la falta de capacidad de la persona que está
adquiriendo el título en este momento; si hubiera alteraciones (cartulares 1832 - no cartulares 1850); si
hubiere prescripción o caducidad en el título o si el título hubiera estado cancelado (la cancelación del
título importa la anulación de la legitimación del portador conforme las normas del art 1852 a 1881), etc.
O si se trata un título típico, si se hubieran conformado aquellas formas que exigen cada tipicidad del título.
Por otro lado, las leyes procesales van a ser aplicables en todos aquellos pleitos que se tramiten. En
general todo esto se hace por vía ejecutiva. Una de las características que tienen los TV es que su cobro
se tramita por vía de ejecución, conforman un título ejecutivo, entonces su procedimiento es ejecutivo.
Por otra parte, la transferencia de un título es objeto de negociación. Cuando una persona se lo transfiere
a otro es por algún negocio que no va a tener incidencia en sí en el título pero que hace a la relación entre
transmitente y transmisionario de alguna manera.
Esto lo vemos muy patente en las cesiones de crédito, que luego vamos a ver como una gran diferencia
en el derecho común. La cesión de crédito permite poner como acreedor a aquel que ha recibido un
derecho de otra persona. Pero si ese derecho ha tenido algún tipo de vicisitud que lo ha achicado (como
podría ser en un derecho de dominio, algún problema de garantía de evicción o vicios redhibitorios), el
cesionario no se va a encontrar en una posición mejor que la del cedente.
En cambio, cuando se transfiere un título valor estamos transfiriendo el mismo valor que está inserto,
literalizado dentro del título.
Esto tiene su origen en el derecho comercial, en el derecho de las costumbres. Este derecho hizo que los
comerciantes del medioevo se dieran cuenta que a veces era muy bueno que existieran circulaciones de
crédito que no tuvieran la necesidad de ir a la causa de la obligación que los había generado, creando de
esta manera, las viejas letras de cambio (los italianos llamaron títulos de créditos y hoy llamamos títulos
valores).
PUNTO 4. DEFINICIÓN DE C. VIVANTE; OTRAS DEFINICIONES. FUNCIÓN DE LA TEORÍA GENERAL
DE LOS TÍTULOS VALORES.
Cesar Vivante definió al título valor como “un documento necesario para ejercitar el derecho literal y
autónomo expresado en el mismo”.
Logró que en esta definición encontremos los dos grandes aspectos que conforman al TV: el documento
necesario y el derecho literal y autónomo.
-Necesariedad del título valor: Por un lado, el sustrato material que consiste en un documento que es
necesario para el ejercicio de los derechos. Existe un documento, que es necesario tenerlo, en papel,
cuando la transmisión se hace por ser un documento cartular, y es necesario como documento informático
porque si no existe este documento informático emitido en la web no tenemos título valor.
-Por el otro, el contenido inmaterial que está integrado por los derechos que atribuye el título en su
circulación, que reviste los caracteres de literalidad y autonomía.
Es literal, porque vale por su valor escrito. No puede ser ni mayor ni menor que aquello que se ha escrito
en el título.
Es autónomo porque su circulación no afecta en las relaciones particulares de los distintos transmisores.
El último ejecutor o último portador legítimo del título va a ser el que va a poder ejercer el derecho en su
totalidad.
El verbo empleado (ejercitar) para unir los dos aspectos propone el tema de la legitimación Cartular, es
decir, el problema de las condiciones requeridas para que los derechos puedan ser ejercidos por un
determinado sujeto en función de una particular situación del mismo con el documento.
Para Darío, el título es un acto jurídico unilateral, el cual se incorpora en un documento obligaciones
irrevocables e incondicional, (el documento puede ser soporte papel, o digital), que otorgue un derecho
literal y autónomo.
Ascarelli: lo define como aquel “documento constitutivo cuyo propietario es titular autónomo del derecho
literal que en él se menciona”.
Zavala Rodríguez señala que todas las definiciones dadas luego de Vivante agregan o suprimen una o
más palabras al clásico concepto, para destacar el carácter de propiedad o de circulación, la condición de
necesidad o la índole de la literalidad, entre otros aspectos.
Sin embargo, el aspecto circulatorio de los TV no debe olvidarse, porque la finalidad que persigue es la
concepción de un sistema que facilite, asegure y garantice la circulación del crédito. No debe entenderse
que señalar la finalidad circulatoria en la definición de los títulos de crédito sea un agregado superfluo.