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INSTITUTO CANOSSIANO SAN JOSÉ

ASIGNATURA: LITERATURA

PROFESORA MARIA LAURA EIRAS

FECHA DE ENTREGA: 24 DE OCTUBRE

CATALINA SERENA

SEXTO AÑO, DIVISIÓN A


“Manuel Puig y Boquitas Pintadas: la influencia de la religión en los personajes de
la novela”

A lo largo de nuestra vida nos vemos influenciados por distintos factores que afectan
nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestra forma de ver el mundo. Muchas veces
nos encontramos con movimientos, discursos, relatos que nos llegan desde afuera y que
adoptamos como propio en nuestro día a día. Sin embargo, no es nuestra costumbre
estar analizándonos y pensando de dónde es que proviene cada uno de los valores que
tenemos. Son tantos que seria un rastreo dificultoso y exhaustivo.

No obstante, se pueden identificar ciertos factores influyentes que tienen mayor peso que
otros o que, tal vez, es más sencillo que nos demos cuenta a simple vista. Considero que
es el caso de la religión, un ente tan amplio y tan complejo. Una influencia constante
actualmente y aún más en décadas y siglos anteriores. Para hablar de esto, he decidido
elegir una de las tantas novelas de Manuel Puig. Éste último fue un escritor argentino y
autor de la novela Boquitas Pintadas, obra en la cual me enfocaré a lo largo de todo mi
trabajo.

Boquitas Pintadas es una ficción publicada en 1969 la cual narra la vida de un grupo de
chicos y chicas de distintas clases sociales que conviven en una misma ciudad que es
Coronel Vallejos, y se relata desde su adolescencia hasta su vida adulta. Todo esto
sucede en un contexto de Argentina a partir de los años 1935/1936 hasta
aproximadamente 1968, que es la última fecha que aparece inscrito en la novela, años en
los que la religión tenía un fuerte peso en la vida de las personas. A pesar de ello, Puig en
su obra no escribe implícitamente sobre “la influencia de la religión”, ni tampoco se ve a la
Iglesia como un personaje principal o importante (a excepción de algunas apariciones
específicas de las cuales hablaré después); sino que marca su fuerte presencia en los
discursos que tienen los personajes, en sus monólogos interiores, en sus diálogos con
otros personajes, en sus valores, e incluso en sus decisiones. Es un factor que influye de
forma consciente o inconsciente en la vida diaria los protagonistas de la novela. Por
último, me parece adecuado explicar que la religión, entendida como un fenómeno socio
histórico es un tema que en sí sería inabarcable, por lo que sólo me voy a enfocar en
hablar sobre las apariciones del imaginario religioso en los personajes, en otras palabras,
voy a centrarme en las representaciones vinculadas a la religión cristiana que adoptan los
personajes en relación con su entorno y su contexto social.
1. La religión como imaginario popular

En la vida diaria de los personajes de la novela, Puig va dejando en distintos momentos,


distintas situaciones o lugares, rastros o indicios de una fuerte o más leve influencia de la
religión dependiendo del personaje. Desde la decoración de sus casas y habitaciones
hasta las actividades que realizan a lo largo de su día, se incluye una mención a algo
relacionado con el catolicismo. Incluso por más mínimo que sea, son detalles que aportan
a que se haga un mayor y mejor análisis del personaje y su comportamiento, por ejemplo.

Uno de los personajes que posee una familia bastante apegada a esta religión y que se
ve reflejado hasta en los objetos de decoración de su propio cuarto es Mabel. Ya en la
tercera entrega podemos leer: “Entrando a la derecha una cama de plaza y media, con la
cabecera pegada a la pared y encima un crucifijo con la cruz de madera y el Cristo de
bronce. (…) Los libros de texto forrados con papel marrón y etiquetados ‘María Mabel
Sáenz-Colegio Nuestra Señora del Pilar-Buenos Aires”. Mabel es un personaje que crece
con la influencia de la religión porque desde su casa, sus padres le inculcan valores y
hábitos que ella en su día a día adopta. El simple hecho de tener un crucifijo sobre la
cama en la que duerme, habla de un fuerte peso del catolicismo, el hecho de que ella esté
pensando constantemente en casarse y quién de los dos muchachos es mejor para tener
y formar un futuro. Son valores, en este caso, el matrimonio que vienen de la religión y
que se inculcan de generación en generación, volviéndose una preocupación cotidiana
para, no sólo Mabel, sino también otros personajes de la novela.

Otro caso, que los personajes adoptan como una actividad cotidiana y regular, y que
incluso cuando no la realizan los adultos de la novela le exigen a sus hijos que lo hagan
es concurrir a Misa. La tradición de ir a misa todos los domingos está presente, no es una
presencia fuerte pero se puede rescatar. Personajes como Nélida o Mabel concurren
habitualmente, mientras que otros como Juan Carlos lo hace porque se lo piden su madre
y su hermana, en su agenda de 1935 se lee: “Domingo 26, Pascua de Resurrección.
Promesa ir a Misa con mamá y Celina, 10hs”.

2. La religión como formadora de juicios de valor

La religión cristiana tiene ciertos ideales que los seguidores toman y aceptan, y que
modifica la forma que tienen de pensar o de actuar frente a una situación en particular. En
la obra hay personajes que han acogido más que otros estos modelos y esto se ve
reflejado en sus monólogos interiores y sus formas de relacionarse con los otros. Nélida
Fernández es una mujer la cual se expresa y actúa frente a los demás como una persona
muy fiel a lo que se le inculcó desde la iglesia. En las cartas que ella manda se preocupa
mucho, y hasta diría que de un modo extremo, por la muerte de Juan Carlos; ella
manifiesta reiteradas veces su preocupación por si se confesó o si lo que hicieron con el
cuerpo lo avala la iglesia. A lo largo de la novela, Nené habla de lo que ella espera en su
futuro: casarse, formar una familia, ser buena esposa y madre; y todo esto nos demuestra
cómo es qué la religión influye tanto que hace que desde jóvenes ya estén pensando en
responsabilidades tan serias como lo es el matrimonio. Y más tarde, cuando Nené se da
cuenta que el matrimonio y su nueva vida no es como esperaba, ella decide soportarlo y
aguantarlo porque para ella no hay vuelta atrás.

Si observamos a los personajes que son adultos desde el principio, que son más que
nada las familias de los protagonistas, son personas aún más influenciadas y con
pensamientos más conservadores que sus hijos. Los padres de Nené no quieren que siga
andando con Juan Carlos porque estaba enfermo, ya no tenía trabajo, era una vergüenza
para su hija y no querían que la contagiara. La patrona de la Rabadilla le “aconseja” de
forma muy directa con quiénes debería estar y casarse y con quienes no, debido a su
clase social, y la Raba agradece su consejo sin siquiera pensarlo, ya que para todos a su
alrededor ella era menos que el resto. Los adultos inculcan sobre los más jóvenes ideales
con un origen que fue afectado por lo religioso y que son por ejemplo: el de “ser virgen
antes de casarse” lo cual se vuelve una de las mayores preocupaciones de Nélida antes
de contraer matrimonio; que las mujeres debían de cuidarse y fijarse con quienes
mantenían relaciones ya que eso afectaría el arreglo de un posible matrimonio; el hecho
de que por ser viuda ya no pueden mantener una vida amorosa activa con otras personas;
que se debe formar una familia y ser una buena madre, buena esposa, encargarte de las
tareas de la casa, de tus hijos y marido y ser feliz. Son cosas que los personajes, sobre
todo los femeninos, tienen muy presentes ya que se las repitieron durante mucho tiempo y
que ahora ya forman parte de lo normal en sus vidas y en sus pensamientos.

3. La religión como creadora de estereotipos

Con todo lo que se ha explicado anteriormente parecería casi imposible que los
personajes elijan y piensen por sí mismos, si constantemente son influenciados y
sofocados por la corriente religiosa y sus valores. Personajes como los que ya venimos
hablando como Nélida son aquellos que tratan de ajustarse lo más posible al rol de lo que
se espera que sea una mujer según la religión, tanto fuera como dentro del matrimonio y
en su familia, con los hijos que tiene y lo que le espera en su futuro; ella tiene presente a
Dios todo el tiempo y lo que él podría hacer con su vida o lo que le hace como castigo
(cuando habla de que sus hijos son feos) por sus acciones y sus errores. Nené espera
que Dios se apiade de ella y de su pasado y que cuando muera la deje reunirse con Juan
Carlos: “¿Dios no me las dará si se las digo? Bueno, pedí primero que si en el otro mundo
después del Juicio Final me perdona Dios, porque a Juan Carlos seguro lo perdona,
entonces que me pueda reunir con él en la otra vida. Y la segunda cosa que pedí es que
mis nenes a medida que vayan creciendo se pongan más lindos así los puedo querer más
(…)”.

Personajes como Mabel o Celina sí tratan de “cumplir” con ciertos valores que la iglesia
les ha inculcado pero ellas no se aferran tanto. A pesar de que se las presione para que
se casen y formen una familia, sus vidas no giran en torno a ello, sí les afecta el tener que
cumplir con el mandato de “ser virgen para casarse” y por eso tratan de ocultar el hecho
de que no les molesta explorar su sexualidad con hombres en su juventud antes de
contraer matrimonio. Lo cual, si se enterara el resto del pueblo, sería como arruinar su
reputación (a pesar de que los chismes que corrían ya hablaban y las trataban de malas
mujeres, ser fáciles, ser descuidadas por hacer lo que ya mencionamos).

Y personajes aún más liberales como el de la Viuda, que son constantemente juzgados y
maltratados por las personas de su alrededor. La Viuda es un personaje que a pesar de lo
que le pasó, ella no se frena, no hace lo que todas esperan que es sufrir un duelo eterno
por la muerte de su marido. Ella va en contra de los valores religiosos, y estereotipados
de la gente, y no le molesta expresar que ella tiene relaciones con otros hombres y que no
todo se termina con un suceso en su vida. Todo esto, hace que su personaje sea criticado
por la mayoría de las personas, ya que no va con lo que ellos consideran que deben ser
las acciones correctas que debe tener una mujer que es Viuda y que todavía le queda
mucho por vivir.

La religión afecta tan fuertemente los pensamientos de los personajes de la novela, que
los ciega y no los deja ver claramente. Los hábitos que tienne incorporados no aportan a
que sus acciones o sus formas de hablar de otros que no siguen las “reglas religiosas”
sean buenas formas de dirigirse o de tratar con ellos. Haciendo que se los critique,
denigre y rebaje por no ser lo que la religión les dijo que tenían que ser.
4. La religión frente a la cultura de masas

Hasta este momento venimos hablando de cómo los discursos de la religión cristiana se
han adentrado en la cabeza de los personajes y han influenciado constantemente en sus
vidas porque se lo han transmitido de generación en generación, en sus casas, su familia,
en la iglesia. Sin embargo no todo lo que adquirimos proviene de las personas con la que
convivimos constantemente, suele ocurrir que tal vez escuchamos algo de una canción,
de la televisión y lo incorporamos como nuestro. En la novela, están presentes
constantemente los tangos, los boleros, las radio novelas, las revistas que, coincidiendo
con la época, tienen un mensaje que suele ser el de “mujer/esposa buena”, matrimonio,
familia, entre otros. Y tampoco es una coincidencia que se escuchen o se lean revistas de
este estilo en personajes cuyas expectativas de su futuro están relacionadas con esos
conceptos que nombré. Manuel Puig incluye en su obra estas canciones, películas,
revistas como si fuesen algo pasajero pero que si se analizan con detalle tiene mucho que
ver con la ideología y la forma de pensar de los personajes, por eso mismo les gusta
escucharlos, mirarlos o leerlos.

Desde lo que están pasando por la radio al momento de cenar hasta las revistas que
Mabel tiene en su cuarto y a la cual recurre pidiendo consejo, todos de una forma y otra
tienen como un objetivo común mostrar el rol de la mujer, ya sea frente a los hombres, en
su matrimonio, en su vida prematrimonial. Por ejemplo, la autora de la revista Mundo
Femenino le dice a Mabel reiteradas veces que lo mejor que puede hacer es casarse con
el pretendiente que tiene porque es lo que sus padres le propusieron.

Las cosas que los personajes consumen diariamente están llenas de todo esto, viven
leyendo y oyendo los mismos discursos pero con distintas palabras, de diferentes medios
o personas. Es como si no pudiesen escapar de ello y los obligan a aceptarlo como su
destino porque la sociedad, la iglesia, la familia o quien sea lo dice así.

Palabras de cierre

La religión ha tenido y tiene un fuerte peso sobre la vida de las personas, ya sea jóvenes,
adultas o mayores. Y eso es lo que Manuel Puig nos muestra en su novela. Cómo a pesar
de que “la Iglesia” no está presente en toda la obra, a excepción de una entrega, influye
de forma directa o indirectamente en la vida de los personajes. Su poder sobre los demás
es tan fuerte que hace que su forma de pensar, sus acciones sus tratos hacia otras
personas sean de cierta forma debido a lo que se les inculcó desde la religión. Por
ejemplo la forma en la que se describe y la forma en la que tratan a la Viuda a lo largo de
toda la novela debido que es una mujer que no se queda de brazos cruzados luego de la
muerte de su esposo, y no le impide que su vida amorosa y sexual termine. Cosa que a
muchísimos personajes les choca y les sorprende ya que no es lo que ellos consideran
como lo “normal y correcto”

La influencia de la religión es tan grande que Puig no sólo lo demuestra con los discursos
que los adultos le trasmiten a sus hijos, sino que aunque no nos demos cuenta, las
canciones, las radio novelas, las revistas son un fuerte factor de la vida de los personajes
debido a que el mensaje que transmiten también está muy relacionado con los valores y
actitudes que el catolicismo tiene y trata de inculcar. La religión está tan presente en su
día a día que hasta se incluye en las decoraciones de las casas de los personajes, como
por ejemplo la Virgen de Lujan tallada en sal que adorna la comida de Nélida, el crucifijo
con la cruz de madera y el Cristo de bronce en la pared sobre la cama de Mabel.

La religión cristiana en la novela no está presente de forma implícita o como un personaje


principal, pero juega un rol tan importante como lo sería el de un protagonista. El poder
que ejerce sobre la vida de los personajes es tan grande que afecta en los personajes
influyendo en su vida cotidiana, en su rutina, en su forma de relacionarse con el otro. No
obstante, nos suele suceder que hay momentos que los personajes dicen, piensan o
actúan de cierta forma y pensamos que así es su personalidad, pero que realmente es un
discurso que la religión les inculcó y ya forma parte de su carácter y su cabeza. La religión
y el catolicismo influyen de forma constante implícita o explícitamente en los personajes
de Boquitas Pintadas, y nos hace darnos cuenta de cómo algo puede modificar positiva o
negativamente en una persona.

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