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ODA PINDARICA A GRAU

José Gálvez B. (Tarma)

Frente al océano, ¡Oh, Grau! semidiós con que esperaba redimirse un pueblo. La
lleno de bondad humana; Patria,
te evoco como un gran penante lírico; y tú, tal vez como nadie, lo sabías
al evocarte, la forjan los que sufren, los que luchan, los
¡Oh gran señor del mar! que se sacrifican;
Los mitos y los símbolos que, en el surco del pueblo, el sacrificio es la
florecen y se encarnan única semilla
en henchidas imágenes radiantes. No que hace brotar la flor del patriotismo. […]
son mentiras vacuas,
ni son fantasmagóricos alardes Tú eras la patria sobre el mar,
esas figuraciones tutelares, bajo el cielo
la leyenda, la historia y la gloria y la patria que, y más allá del horizonte,
por ellas, un hálito divino y unías la leyenda y el cantar al
infunde en lo pasado vida sacra, ejemplo,
y a las cosas que fueron las salvas del olvido; un como un nuevo Quijote.
hálito divino, Reflejo azul de una bondad divina,
que hincha las palabras, por ti, la guerra roja tuvo;
como velas de barcos atrevidos hundías barcos y salvabas vidas; aun
que van al infinito. al enemigo diste amor,
y, entre la sangre y la metralla, puro
Puede la vida triste pasaste, el alma erguida
irse como una sombra, pero quedan, de por la mano de Dios.
las almas sublimes, Y como con la patria te uniste y te confundiste, y
el resplandor y el eco eras un paradigma
de vibración perenne, que rescata en de heroísmo sin par,
una sagrada resurrección, a tu lado tuviste gallardos paladines.
a los hombres que encarnan,
en misiones eternas, ideal y abnegación… […] Pero la realidad te perseguía
Y así ¡oh Señor de nuestro mar! acechando a tu ideal.
Al evocarte vienen, con nuevos atavíos, las Duro el destino,
antiguas estampas. castiga y premia a los que osaron mucho, los
No son mentiras, no, los símbolos: castiga en la carne y en la tierra
la leyenda, la historia y la gloria y la patria.
¡Tenías que caer!
Fuiste la encarnación del sacrificio. Fuiste Y en un dantesco círculo de fuego se
la encarnación de la esperanza, y como consumó tu sacrificio cruento.
Cristo ¡Tenías que caer!
bien sabías que te sacrificabas. Como en un mito griego,
Como a un gran corazón se hizo de sangre todo el horizonte, y se
iba hacia ti la sangre de la patria, alzaron como unos semidioses los que
que su dolor sentía en tu dolor, que contigo al holocausto fueron.
por ti palpitaba, ¡Tenías que caer!
y que confiaba en ti su salvación. Tolo Se hizo de sangre todo el horizonte,
lo fuiste, todo, en un instante: la pero el mar, como nunca, fue color de laurel.
epopeya, el ensueño,
la audacia y el misterio,
lo incomprensible y casi inalcanzable

1 Metáfora 2 Símil 3 Anáfora 4Hipérbole


5 Alienación 6 Personificación 7 Antítesis
8 Epíteto 9 Hipérbaton 10 pleonasmo

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