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Guatemala posee alrededor de 340 estructuras de origen volcánico.

De estos, 39
han sido clasificadas por los vulcanólogos, aunque la lista puede ascender hasta
43.

Por Ana Lucía González

“Verdad es que hace ya mucho tiempo la montaña se abrió en su cumbre e hizo


una erupción de cenizas ardiendo, que se llenaron con ellas las casas de
Guatemala y los alrededores, y arruinaron todas las plantas y los frutos.

Vomitó además, una cantidad de piedras tan grande que si hubieran caído sobre
la ciudad la hubieran arruinado enteramente…”. De esta forma, el fraile dominico
de origen irlandés Tomás Gage (1600-1656) describió con asombro una erupción,
posiblemente del volcán de Fuego, en sus crónicas de viajes a la “Nueva España”
del siglo XVII.

Guatemala es uno de los países más montañosos del continente americano y el


de mayor cantidad de volcanes en Centroamérica. Tiene alrededor de 340
estructuras de origen volcánico, aunque algunas de estas han hecho erupción una
sola vez. “De estos, 39 han sido clasificados oficialmente por los vulcanólogos,
aunque se considera que esta lista pueda ascender a 43 volcanes”, explica Carla
Chun, del departamento de Geofísica del Insivumeh.

Los cuatro nuevos volcanes son: Campo Volcánico de Chiquimula, de 1,192


m.s.n.m en este departamento; Las Víboras, de 1,108 m.s.n.m; y Cerro Redondo
de 775 m.s.n.m, ambos en Jutiapa y Cerro Ananopa, de 383 m.s.n.m, ubicado en
El Progreso. Para los amantes de ascender cimas, el país cuenta con una
diversidad de climas, paisajes y niveles de dificultad para escalar. “Ofrece la
posibilidad de concretar una meta que muchos locales y extranjeros que nos
visitan tienen incumplida: subir por lo menos un volcán en su vida”, escribió el
alpinista guatemalteco Jaime Viñals para la revista Galería Guatemala en su
edición 57.

Estar ubicados en una tierra prolífica de colosos se debe a la naturaleza geológica


del país. La interacción de las placas norteamericana y del Caribe crean una
sutura: la falla del Motagua. Es en esta interacción donde se forma la zona de
subducción y en donde el material, a cierta profundidad y temperatura comienza a
fundirse. Esto se conoce como magma. De esta manera, el magma asciende por
las fallas y fracturas hasta ascender a la corteza terrestre y formar la cadena
volcánica al sur del país, explica la experta.

Los volcanes se clasifican en monogenéticos, es decir, solo tuvieron un periodo de


erupción durante el periodo terciario (de 65 millones de años a 1.8 millones de
años), con 35 volcanes.

Los cuatro colosos restantes pertenecen al periodo cuaternario (1.6 millones de


años, hasta la fecha). De estos, tres son los volcanes que se mantienen bajo
constante monitoreo del Insivumeh: Fuego, Pacaya y Santiaguito; mientras que el
Tacaná se mantiene con periodos de actividad reciente.
Un recurso energético

Para los estudiosos, los volcanes proporcionan información valiosa para


comprender lo que ocurre en el interior de la Tierra. En la etapa de formación del
planeta, la actividad de estos fue determinante para el abastecimiento de agua y
gases que formaron después los océanos y la atmósfera, lo que favoreció el
surgimiento de la vida.

Son además estructuras que actúan como barreras geográficas, moldean el clima,
fertilizan los suelos y proporcionan yacimientos de minerales y recursos
energéticos que pueden ser aprovechados de diversas formas. Su estudio se
puede aprovechar desde dos puntos de vista: como recurso natural aprovechable
(generación eléctrica de origen geotérmico) o como una amenaza hacia las
poblaciones cercanas debido a los riesgos que conllevan las erupciones, de
acuerdo con la Guía de Buenas Prácticas de Ascensión de Volcanes elaborada
por el Inguat.

Laguna y volcán Ipala

Volcán de Agua

Las cumbres más emblemáticas

El sueño de los montañistas se materializa cuando se alcanzan algunas de estas


cimas:

 El Tajumulco, con 4 mil 220 m s.n.m y el Tacaná, con 4 mil 93 m s.n.m son
los dos volcanes que superan la barrera de los 4 mil metros sobre el nivel
del mar. Ambos están ubicados en San Marcos. El Tajumulco es
considerado el “abuelo de los volcanes”. En lengua náhuatl su nombre
significa “En la Rinconada”. Los campesinos lo visitan para conmemorar
acontecimientos especiales. El Tacaná es objeto de veneración por los
pobladores de Sibinal.

 El Acatenango es el tercero más alto de Centroamérica y el Caribe.


Ubicado entre Chimaltenango y Sacatepéquez, se eleva 3 mil 976 m s.n.m.
Su hermano gemelo es el volcán de Fuego. Ha crecido unos 15 metros
debido a la ceniza y arena que recibió del volcán de Fuego. Le llaman
“Encantado” debido a las neblinas que cubren sus senderos.
 El Santa María es el cuarto más alto con sus 3 mil 772 m s.n.m. Su nombre
en lengua k’iche’ Gagxanul significa “Mujer Desnuda”. Es considerado el
guardián del valle de Quetzaltenango. Tuvo fuertes erupciones registradas
entre el 24 y 25 de octubre de 1902. Hacia el lado sur se encuentra el
volcán Santiaguito, que se formó el 29 de julio de 1922.

 El volcán de Agua es el quinto más alto de Guatemala, con 3 mil 766 m


s.n.m.. Es uno de los más visitados y fotografiados. Ubicado entre
Sacatepéquez y Escuintla, los kaqchikeles lo llaman Hunahpú, uno de los
dioses de la mitología maya. A raíz de la inundación causada sobre la
ciudad de Almolonga en 1541 los españoles lo bautizaron como Agua.

 El volcán de Fuego o Chigag, que en kaqchikel significa “Donde está el


Fuego”. Mide 3 mil 763 m s.n.m. Por su constante actividad y violentas
erupciones se le considera una zona de riesgo para los pobladores que
viven en sus cercanías luego de la tragedia del 3 de junio de 2018.

 Alrededor del lago de Atitlán. El Tolimán tiene un pico doble y alcanza los 3
mil 158 m s.n.m. El San Pedro, con sus 3 mil 20 m s.n.m., se escala desde
el pueblo de San Pedro La Laguna. Y el Atitlán, a la orilla del lago, se eleva
a 3 mil 537 m s.n.m.

 El Pacaya se eleva a 2 mil 552 m s.n.m. Atractivo por sus constantes


erupciones y ríos de lava, la forma de su cono cambia en manera
constante. Debe su nombre al municipio de San Vicente Pacaya. Es el
único declarado Parque Nacional.

Volcán de Fuego

Volcanes y espiritualidad

Desde la época prehispánica, estos sitios han sido considerados por los mayas
como lugares sagrados donde viven los dioses. Por eso son punto de veneración y
parte importante de la espiritualidad. De acuerdo con Alfredo MacKenney, en el
occidente, donde predomina la población indígena, existen muchos sitios
ceremoniales en las cumbres, especialmente los que sobrepasan los 3 mil metros
de altura. Estos son el Zunil, Santo Tomás, Santa María, Cuxliquel, Cerro
Quemado, Siete Orejas, Tajumulco, Tacaná y otros como el Chicabal y el
Lacandón. Fechas importantes de celebración son el 8 de diciembre y el 1 de
enero.
Volcán Chicabal

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