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Russell M Nelson
Ven sígueme: El Libro de Mormón
Russell M Nelson
Ven sígueme: El Libro de Mormón
Russell M Nelson
Ven sígueme: El Libro de Mormón
11. Esto habló por causa de la dureza de cerviz de Lamán y Lemuel; pues
he aquí, murmuraban contra su padre en muchas cosas, porque era un
hombre visionario, y los había sacado de la tierra de Jerusalén,
abandonando la tierra de su herencia, y su oro, y su plata y objetos
preciosos, para perecer en el desierto. Y decían que había hecho esto
por motivo de las locas imaginaciones de su corazón.
2 Nefi 2:11
Ven sígueme: El Libro de Mormón
12. Y así era como Lamán y Lemuel, que eran los mayores, murmuraban en contra
de su padre; y hacían esto porque no conocían la manera de proceder de aquel
Dios que los había creado.
13. Ni creían tampoco que aquella gran ciudad de Jerusalén pudiera ser destruida
conforme a las palabras de los profetas; y eran semejantes a los judíos que
estaban en Jerusalén, los cuales procuraban quitarle la vida a mi padre.
17. Y le hablé a Sam, declarándole las cosas que el Señor me había manifestado por medio de
su Santo Espíritu. Y aconteció que él creyó en mis palabras.
19. Y aconteció que el Señor me habló, diciendo: Bendito eres tú, Nefi, a causa de tu fe,
porque me has buscado diligentemente con humildad de corazón.
2 Nefi 2:16,17 y 19
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Russell M Nelson
Ven sígueme: El Libro de Mormón
5. Y he aquí, tus hermanos murmuran, diciendo que lo que yo les he requerido es cosa
difícil; pero no soy yo quien se lo requiere, sino que es un mandamiento del Señor.
7. Y sucedió que yo, Nefi, dije a mi padre: Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque
sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para
que cumplan lo que les ha mandado.
15. Pero he aquí, yo les dije: Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no
descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta que hayamos cumplido lo que el
Señor nos ha mandado.
1 Nefi 3: 5, 7 y 15
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1. Y aconteció que hablé a mis hermanos diciéndoles: Subamos de nuevo a Jerusalén, y seamos
fieles en guardar los mandamientos del Señor, pues he aquí, él es más poderoso que toda la
tierra. ¿Por qué, pues, no ha de ser más poderoso que Labán con sus cincuenta, o aun con sus
decenas de millares?
2. Subamos pues, y seamos fuertes como Moisés; porque él de cierto habló a las aguas del mar
Rojo y se apartaron a uno y otro lado, y nuestros padres salieron de su cautividad sobre tierra
seca, y los ejércitos de Faraón los persiguieron y se ahogaron en las aguas del mar Rojo.
3. He aquí, a vosotros os consta la certeza de esto, y también sabéis que un ángel os ha hablado;
¿cómo, pues, podéis dudar? Subamos hasta allá; el Señor puede librarnos como a nuestros
padres, y destruir a Labán como a los egipcios.
1 Nefi 4: 1-3
5 Y era ya de noche; e hice que se ocultaran fuera del muro. Y
cuando se hubieron escondido, yo, Nefi, entré furtivamente en la
ciudad y me dirigí a la casa de Labán.
1 Nefi 1
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1 Nefi 1:4
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16. Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque
grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los
misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me
visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las
palabras que mi padre había hablado; así que no me rebelé en
contra de él como lo habían hecho mis hermanos.
2 Nefi 2:16
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16. Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque
grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los
misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me
visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las
palabras que mi padre había hablado; así que no me rebelé en
contra de él como lo habían hecho mis hermanos.
1 Nefi 2:16
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1 Nefi 5:21
Ven sígueme: El Libro de Mormón
1 Nefi 1:15
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Como padres, se espera que seamos los principales maestros y
ejemplos del Evangelio para nuestros hijos; no el obispo, ni la Escuela
Dominical ni las Mujeres Jóvenes ni los Hombres Jóvenes, sino los
padres. Como sus principales maestros del Evangelio, podemos
enseñarles el poder y la realidad de la Expiación, de su identidad y
destino divino; y al hacerlo, proporcionarles un firme cimiento
sobre el cual puedan edificar. Al fin y al cabo, el hogar es el ambiente
ideal para enseñar el evangelio de Jesucristo.
D. Todd Christofferson
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2 Y sucedió que vi a mis hermanos, y estaban disputando entre sí concerniente a las
cosas que mi padre les había hablado.
Y aconteció que después de haber recobrado la fuerza, hablé a mis hermanos, deseando
saber la causa de sus disputas.
7 Y dijeron: He aquí, no podemos comprender las palabras que nuestro padre ha
hablado concernientes a las ramas naturales del olivo, y también con respecto a los
gentiles.
8 Y les dije: ¿Habéis preguntado al Señor?
9 Y me contestaron: No, porque el Señor no nos da a conocer tales cosas a nosotros.
11 ¿No recordáis las cosas que el Señor ha dicho: Si no endurecéis vuestros corazones, y
me pedís con fe, creyendo que recibiréis, 1 Nefi 2
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Compartan su testimonio con su familia; anímenlos a
recordar cómo se sintieron cuando reconocieron el
Espíritu en su vida y a anotar esos sentimientos en
diarios e historias personales para que, cuando ellos
lo necesiten, sus propias palabras puedan recordarles
lo bueno que el Señor ha sido con ellos.
Ronald A. Rasband
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1 Nefi 3
Ven sígueme: El Libro de Mormón
Al igual que Nefi, nosotros podemos tener la fe para “ir y
hacer”. Puede que no siempre entiendas “el porqué” de las
instrucciones de los líderes de la Iglesia o de tus padres, o
incluso de las impresiones del Espíritu Santo. No siempre
tendrán sentido, o puede que incluso parezcan imposibles de
cumplir, pero “ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas
1:37). Al seguir adelante con fe, descubrirás que Dios siempre
tiene una razón y un plan. Presidencia General de las Mujeres Jóvenes
Ven sígueme: El Libro de Mormón
1 Nefi 4
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El privilegio de recibir revelación es uno de los dones más
grandiosos que Dios da a Sus hijos.
Mediante las manifestaciones del Espíritu Santo, el Señor nos
ayudará en todas nuestras rectas aspiraciones.
Si de verdad recibimos al Espíritu Santo, y aprendemos a
discernir y a entender Sus impresiones, seremos guiados en los
asuntos grandes y pequeños.
Russell M Nelson
Ven sígueme: El Libro de Mormón
Vivimos en un mundo complejo y cada vez más contencioso. El constante
acceso a las redes sociales y un ciclo de noticias de 24 horas nos
bombardean con incesantes mensajes. Si hemos de tener alguna esperanza de
examinar la infinidad de voces y las filosofías de los hombres que atacan la
verdad, debemos aprender a recibir revelación.
En los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la
influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu
Santo.
Russell M Nelson