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La ardilla Carlota y el tesoro escondido

En un bosque frondoso y lleno de vida, habitaba una ardilla llamada Carlota. Carlota era
conocida por su inteligencia, su vivacidad y su gran pasión por las aventuras. Un día, mientras
buscaba avellanas para su invierno, Carlota descubrió un viejo mapa escondido en el hueco de
un árbol. El mapa estaba lleno de símbolos extraños y un mensaje que decía: "Sigue las pistas y
encuentra el tesoro escondido".

Carlota se emocionó al instante. La idea de un tesoro escondido en el bosque despertó su


espíritu aventurero. Sin dudarlo, decidió seguir las pistas del mapa y embarcarse en una
búsqueda emocionante.

La primera pista la llevó a una gran roca con forma de búho. En la base de la roca, Carlota
encontró una pequeña brújula. La brújula apuntaba hacia el norte, así que Carlota siguió en esa
dirección.

La siguiente pista la condujo a un arroyo cristalino. En el fondo del arroyo, Carlota encontró una
piedra con una inscripción que decía: "Cruza el agua y encontrarás la clave". Carlota buscó un
tronco o una rama para cruzar el arroyo, pero no encontró nada. De pronto, recordó la brújula
que había encontrado en la roca con forma de búho. La brújula apuntaba hacia una mariposa
que revoloteaba sobre el arroyo. Carlota siguió a la mariposa hasta que se posó en una flor. Al
examinar la flor, Carlota descubrió que uno de sus pétalos tenía forma de llave. ¡Era la clave
que necesitaba para encontrar el tesoro!

Con la llave en mano, Carlota siguió las indicaciones del mapa hasta llegar a una cueva oscura y
misteriosa. En la entrada de la cueva, Carlota encontró una cerradura oxidada. Probó la llave y,
para su sorpresa, la cerradura se abrió.

Al entrar en la cueva, Carlota se quedó maravillada. Delante de ella había un cofre antiguo
lleno de monedas de oro, joyas brillantes y piedras preciosas. Carlota no podía creer lo que sus
ojos veían. ¡Había encontrado el tesoro escondido!

Carlota tomó algunas monedas y joyas para compartir con sus amigos del bosque, pero dejó la
mayor parte del tesoro en la cueva. Sabía que era importante preservar la historia y el misterio
del lugar.

A partir de ese día, Carlota se convirtió en una leyenda en el bosque. Todos la admiraban por
su inteligencia, su valentía y su espíritu aventurero. Y aunque nunca más volvió a buscar
tesoros escondidos, Carlota siempre guardó en su corazón el recuerdo de aquella emocionante
aventura.

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