Está en la página 1de 228
Luc Boltanski y Eve Chiapello se 4 EI nuevo u del capitalismo Indice general : "7 INTRODUCCION GENERAL. DEL ESPIRTU DEL CAPITALISMO YY DEL PAPEL DE LA CRITICA, 3 1. Bleep del capitalime 5 2. Eleaptaismo y sus rtcas 7 PRIMERA PARTE El surgimiento de ura nueva configuraciénidecbgica |. LOS DISCURSOS DE GESTION EMPRESARIAL EN LA DECADA DE 1950 7 1. Las fuentes de informacion sobre el esprit del capitisme . 97 2. Lacevolucién de fa problemstica de la gestién empresaria entre as décadas de 1960 y 1990... ~ 106 3. Elcambio de las formas de movilzacién ...... 135 ‘Conclusin: La nueva gestién empresaral en tanto que respuesta a las eritcas li, LA FORMACION DE LA CIUDAD POR PROYECTOS.... 153 |. La ciadad por proyectos coe tel 2. Laorignaldad de fa ciudad por proyectos <-.-... 1+. 188 3. La genoralzacin de a representacion en red. 204 Cee nop sna 6aleapicalsmo en el plano de la moral Bo SEGUNDA PARTE Las transformaciones del caps y el desarme dela critica Il, 1968, CRISIS ¥ RENOVACION DEL CAPITALISMO ...... 241 V bosaosentioas ee eeeeee co WB 2, Reacciones y respuestas alas crtcas : aT Con: pape de rien rena del capitalism. coe OB N. LADECONSTRUCCION DEL MUNDO DEL TRABAJO .. 299 1. Elalcance de las tronsformaciones en juego 2 tas transormaciones del abajo... cece HM \. EL DEBILITAMIENTO DE LAS DEFENSAS DEL MUNDO. DEL TRABAJO 38 1. La desindicalizacin . 3 2. Las cases sociales, en tela de cio 398 3. Los efectos dels despleamiantos sobre as pruebas IiRldSS eee eseeeteeeeeseenee 6 CConclusin: fin deb erica? . 6 ‘TERCERA PARTE E] muevo esprit del exits y las nuevas formas de la critica Vi. BL RENACIMIENTO DE LA CRITICA SOCIAL 48 |. El despertar de erica soi: dela excusn ala empletaisn e ee cceeecetceeeecseeteceseeee MM 2. tHacla cleposttvos de justcla conexionisas? - 463 ‘Conclusin: El ugar del derecho .. 3B Vil. ANTE LA PRUEBA DE LA CRITICA ARTISTA .......... S27 |. Las manifestaciones de una inquetud 529 2. Qué liberacion? su 3. iQué autenticidad? 4. Laneutalizacién de la critica de fa inautentcidad y sus efectos secundarios . 582 ‘Conclsin: Un relarzamiiento dela critica artista? 531 CONCLUSION. LA FUERZA DE LA CRITICA |. Axiomética del modelo de cambio ga 3 2. Las etapas del cambio del espritu del capitalsmo ... POSTSCRIPTUM, LA SOCIOLOGIA CONTRA LOS FATALISMOS . 649. APENDICES ‘Anexo 1: Caracterlticas de los texts de gestién empreseril tlizedes 659 ‘Anexo 2: Listo dels textasfiente de ls corpus de gestién ‘Anaxo 3: Imagen estate global dels textos de gestién cempresaia! fisteeeeeeeceees 669 ‘Anexo 4: Presenca eltiva dels diferentes «cudodes» en los os corpus tesceeeee ces OT -. @l 713 Agradecimientos Este trabajo he podido realiare gracias la inte-vencé y al apoyo de suumereras personas que, por diferentes razones, han puesto a nuestra disposi cin su tiempo, su saber y su atencin, cuando no ~aspeccos éstos no menos ‘amportances para la cealzacén de un programe a largo plazo~ su amistad, su afecto 0, en e caso de los més cercanos, su resistencia infatgable. A todos clos van ditigidos estos agradeciemientos. Para la preparaci de este trabajo, heros contado con el sostén inanciero Gel grupo HEC dela fundaciin HEC, con el apoyo de Gilles Laurent, en aque ‘momento director de investigacién,y de Bersard Ramanantca,direcor gene- ral del geupo HEC, asf como con fa conperacin del grupo de socologia politica xy moral (EHESS-CNRS), del que hemos recibide una ayuda imprescindible 2 través desu secretatia, Danielle Bure. ‘Sin [a ayuda de Sophie Montant no haba sido posible realizar al menos dentro de une plaos razonabls, el ded y a menudo ingrato abajo consis ‘ence en prepaar los corps de textos de gestin empresarialy ls ficherosinfor- rméticos destinados a su tratamiento mediante el programa Prospero@, cuyos creadores “Francis Chateauraynaed y Jean-Piee Charriaud~ nos han ensefar do su manejo de forma competent. ‘Yves-Marie Abraham, soci6logo y doctorando en el HEC, y Marie-Nodile ode, ingeniera del CNRS (GSPM), nos han ayudado a completar nuestra ocumencacin: el primero elaborando un dosies de estates y la segunda ‘nalizando la prensa politica y sndical de las dcadas de 1970 y 1980. La version definiia de este bro esl resultado de un largo ¢ ingrato trabajo de arifcacién, depuracign ydeslaci, constente en transermar un manus- tito préctcament inransportabe en algo que, sin sx realmente aerodindini- co, es cuanto mens mis manejabl. Este cabafo debe mucho alas discusiones con a gente més préxima’s nosotres, en particular con Laurent Thévenot,ycon nuestros diferentes lectores: Francis Chateauraynasd, Bruno Latour, Cyril [Lemieux Peter Wegner Todos ellos han leo y criticado vivamentefragmen- (os 0 versions intemedias. Gracias. belle Basangex, Thomas Benatuil Alain Destestres y Fangois Eymazd-Duversay han asumido la dra tarea de leer todo ef texto y de proponer clasfcaciones, enmiendasy aiaddos comple ‘mentarios. Elisabeth Claverie nos ha permitido, a lo largo de toda la redaccin. de ese libro, aprovechamos de sus pectinentes abservaciones, asf como de su apoyo afectvo. Sin embargo, el acompaiiamiento més constants nos lo han ofe- cido sin duda Lie Chiapello y Guy Talbourde, que han lefdo varias veces el manuserto sin, no obsance, bajar Ie guardia. La versin fal de este trabajo leva grabado e astro desu sabi “Hemos presentado y puesto a prueba muchos de los temas desarollads en este libro en diferentes seminarios, especialmente en el seminitio «Ordenes y clases animado por Rebe:t Descimon en la EHESS (donde ls extica sin con- templacions, a la ver que perspeaces, de P A. Resental nos han estimulado cnormemente), yen el seminario «los mundos posibles>organizado en la Ecole Normale Supérieure por Thomas Bénatosil y Elie During. De gran provecho he sido tambign es minario vemanal animado pos Luc Boleanski en [a EHESS. De «ste modo, la posiiidad que hemos tenido de someter a discusin los diferen- tesmomentos de elabocacén de este trabajo ha supuesto pare nosotros una ines timable venta Nos han resultado también de gran wtiidad fs trabajos pre- sentados en este seminario por ls doctorandose investigadores prtenecientes 2 otras instituciones que han participa en é,Especialmence dts han sido las observaciones y exposiciones de Yves-Marie Abraham (sobre los meccados financieros), Thomas Bénatoul (sre la elacién entre sociclogia pragmatic y sociologa critica), Damien de Blic (sore ls escéndalosfnancieros), Damien (Carton (sobre las tfenics de conte vinculadas al trebjc), Sabine Chalvon- Demeray (bre las actuals representaciones de la familia), Julien Coupat (Gobre el sicuscionismo}, Emmanuel Didier (wbre la formacisn del concepto de exclusin), Claude Didry (sche los planes sociales), Pascal Durer (sbre la pruc- bb deportive), Arnaud Esquerre (ecbre la nocién de manipulaién), Fangois Eymard-Duverray y Emmanuelle Marchal (obre métodos de contratacin), Francis Ginsbourger y Francis Beuggeman (sobre ls contrainformes perciales realizados a peccién de ls comixés de empresa), Christophe Hélou (sobre la resistencia al contol), Jacques Hoarau (sobre Marx y la moral), Dominique Linkardty Digi Tory (sobre fa rasneaidad en un mundo en red), Thomas Peésilleux (sobre lareorganizecin de una fabric de atria), Isabelle Saporta y Erie Deidy (sobre [os nuevos movimientos sociales) y David Stark (sobre la a reorganizaciin en red del teido econémico hingaro). Querernos agradecer a todos ellos sus aportaciones, at come al resto de parccpances en ests semina- ries, cuyas observacionesy ciieas nes han sido igualmente my iis. ‘Nos heros aprovechado tambign de las encevists con Alsin Desrositres, Jean-David Fermanian, Baudouin Seye y Maryvoone Lemaire, realizadas en el INSEE ‘Quetemes, finalmente, dar ls gracias a nuestro editor Fic Vigne, quien ha confiado en nosotros y se ha mostrado infexble a la hora de pulir ls pasjes puramenteerodios, as notes iniles ls digrsionessuperluas. Ese libro tal ¥ como se presenta hoy al pblico, le debe mucho. Debemos confesr, para termina, que no hemos podido evitar,excribiendo prdcticamente cada una de las pias de est lr, preguntares lo que pense ttade l Albert Hicechman, cuya obra, més que cualquier otra, nos ha acompar ado a lo largo de todo este largo rayecto. No podemos menos que dedicarle este trabajo. Deseariamos que encontrase en ests centenates de péginas la rmaterialzaién de un homenaje al papel iremplarable que ha desemnpeiado en ta foacin de las dispsiciones, no silo intelectuaes, que nos han guiado a lo tango de todo este trabajo: como investgador através de los concepts into- Aucidos por én el andlisis socioeconémico, en particular por ls imporcancia auc, desde hace mucho tiempo, concedis l ertca, asf como pox su ejemplo como persona. Legs a cone, te un do endo cn pipnos ene elie sly cient pe secon al eo eer enc Sen dna tye de conta oro ene el hombre wet, un cna dl qe a tere rune auen ane de inaguacia deo Ganges modern Pca een qe pew qe ede acetal ftasay lo atirarn aque qu ioe Juego, aquel que quisiese evadirse de la pobreza lo arriesgabs todo. Introduciendo el juego, podia perder: Pero quien no jugaba no perdta. No podfamos sospechar que se aproxima- Geum enpo, un ip que yeh uty Qe pecan emp maken, en ele ues oo ge perder cdc emp ypotleente mi qu que oe. cow Argent Prologo Ese libro -cuyo proyecto fue concebido a comicnaos de 1995- nace dele con- fusié, presente en muchos observadores,susitada por la enexstenci de una degradacién def ituacion econdmica y social de un ndmero cada vez mayorde personas de un capialsmo en plena expansén y profundamente reorgansa- do. Esta confusin se ha visto aumentada por el estado de la crtca social ~a la aque la sociologf, por su proximidad, no sucle mostars indiferente-, que desde hhacfa un siglo nunca se haba mostrado tan desarmada como a lo largo de los ‘limes quince ao: ya sea por manifetar una indignacisa sin poder acompa- farla de propuesta altemativa, ya, eto es lo més cortient, por renunciar a denunciae una stuacin cuyo carfcte problemdtico ~es fo menos que podria decirse— no debera escapérsele, admitiendo ast, eécitamente, su fatlidad. Vsvimos log, en muchos aspectos, una situacién inversa ala que viiamos a finales dele década de 1960 pincipis dela de 1970. En aquellaépoce, el cap- talismo padecia un descenso del crecimiento y de la rentabilidad ligado, al ‘menos ein los ands egulacionists, a una rlentzacign de los incrementos de productividad asociada a un ala continua de los salaros reales, que con ruaban creciendo al mismo ritmo que ences, La erties, po su parte, se encon- ‘raba en un momento flgide, tal y como lo demostraron los acontecimientos de mayo de 1968, que pusieron en conexién de forma simultinea a una critica social de corte marxsta cisco con reivindicacions de tipo muy diferente que realiaban un lamamientoa la creatvidad, ol places al poder de la imaginacin, ‘uma liberacin que afecrase acs las dimensiones de In exstencia, a a des- truce dela «sociedad de consumo etc. En cuanto al entorno macroecond- * ie Jil, Boyer, (995; Cori, 1895 7 tmico, nos encontrébamos ante una sociedad de pleno empleo cuyos irgentes ‘no dejaban de recordarnos que se encontraba 29 lone de fardon ' Cavasa ead pac (ep el BIT) del Europace os Quince ea dl 108 or 1D seveerde 1997, ceed, sin enbur, gndesvrione se ops Geol, rasa de paro més débi, pero mientras que ls aalariados en Francia han con- servado, més © menos, su pod adquistvo, en Estados Unidos éste ha sudo un fuerte deterioro. Aunque el PIB estadounidense por habitante ha crecdo el 36 por 100 entre 1973 y medias de 1995 el salaio retribuido por hora de ta- taj no decivo, que enalba @ la mayoca de los empleos ~cxceptuando los puestos diretivs-, ha descendido un if por 100. A finales del siglo xx, en Estados Unidos, el salario real de aquellos que no ocupan puesos de dcetivos ha vuelto sls niveles que tenfacincuenta aos antes, mienras que el PIB se ha més que duplicado durante ese mismo peiodo (Thurow, 1997), Asistmes, en toda lszona de le OCDE, una convergenciaa a baje de las remuneraciones. En paf- ses como Francia, donde ls politica pblica f que han tratado de mantener el poder adquisitivo del salario minimo, han aumentado regularmente es cifas del aro la degradacin de las condiciones de vida ~que afta principatmente alos parndot- ai com el nsimero de trabaiores a tiempo parcial (156 por 100 de Ia poblacién activa acupada en. 1995, rence al 12,7 por 10 en 1992 yal 9,2 por 100 en 1982). Ente estos slimes, el 40 por 100 queria trabajar més. El empleo cde quienes tienen un trabajo es también mucho més precario. El nfimero de sexnglens atiicos (contrat de duracgn dererminada, de aprendaae, interinos, cursos remunerados, becefiiarios de contatos subvencionados y contratos de empleo-slidaridd en a Funcibn publica) se a doblado entre 1985 y 19954, EL nximero de hogaces que viven pot debajo del umbral de pobreza! ha dis- sminuido (del 1044 por 100 de los hogares en 1984 al 99 por 100 en 1994); sin ‘embargo, fa estructura de la poblacin afectada ha variado consierablemente. La pobreza afecta cada vee menos @ las ancianos y cada ver més a personas en ‘edad activa. Laevolucg de la poblacin potegida por las ayuds sociales mini mas (CERC-ASSOCIATION, 1997b) es un buen fle de las modificaciones de ls contornos de la pobreza: esta poblacs ha pasado de 3 millones de per- sonas (2,3 millones de hogaces) a finales de 1970 a cerca de 6 millones a finales de 1995 (3,3 millones de hogares). El nimero medio de peconas por hogsr ‘beneficiado con estas syudas he pasedo progresivamente de 1,3 a 1,8 con un ‘aumento significativo de la presencia de paras y familias. Las ayudas sociales pata, 21,7 por 100; Finlandia, 15 por 100; Franeia, 125 por 10; tela, 12,2 por 10; Wands, 1,6 por 100; Alemania, 9,6 pe 10D; Pregl, 7,3 por 10; Reine Unio, 7.1 por 10 Aut, 4.4 po 100). Vease Maui (1997). ' Soke losemgleosa ero pace Biull (1996) ysbe os empleos ap x, vase Belloc Lagarene (1966). "El umbel de pores define como una rent ants deimpuests por undad de con- umn inka la tad de eta mes Lat unidedes de cons son a contablizadst seo lalamadaexaa de Oxf el prime ado vale 1; ¢ sero, 0,7, yada io menor equine aos, 05. . n rfmas destnadas a los parados (Allocation de SolidartéSpécique [Sebsicio de Solara Espectca) yel RMI Revenw Minimum dTnseron [Renta Minima de Inserién])" explican la mayor parte de este aumento, mientras que el nime- x0 de benefciatis de las ayudas poe veje se ha ividdo por dos enue 1984 y 1994 com la lgada ala edad de julia de eases de edad que han cotizado durante coda su vid activa, Sefilaremos, sin embargo, que el esfuern realizado 10 ha visto compensaco por un aumento del nimero de beneicaris en 1995, como en 1598, les ha sido conuagrado el 1 por 100 del PIB, (mientras que de 1970 1982 se habia pasado del 03 al I por 100). Deno dels gastos en pro- teccitn sie, porcentvalmente, la parte consagrada a estas aytdes sociales en 1995 es inelso inferior fa asignads en 1982" Fl conjunto de esta evolucién (empolxecimiento de la poblaciéa en edad activa, crecimiento regular del némero de parados y del precariedad en el ra- bajo, estancamiento de las rentas cel abajo), mientras crecen los ingresos de tipo rentista-que conciemen tan s6loa una pequefa parte de Ii poblaciin- se traduce en el hecho de que las dsiguakdades en fa disribuci6n de fa ena han comenzado a crtcer en Francia a partir de fa segunda mitad de fa década de 1980, un movinento iniciado con anteriocidad, sin embargo, en otros paises! Estas conmociones del sivacin econdmice dels hogares han sido com pefadss por una sere de difculades, concentradas patcularmence en algunos banks (guetzacisn, creacién de hecho de 2onas de no derecho en beneicio de actividades mafioses, desarollo de la violencia de chicos cada vex més jve- " Deade el primer afi, ROM ha sida cance 400000 personas (1989). En 1995, cl imero de benefits sicendla a 946.00, cutsendoa 18 nlloes de personas, des cles un 48 por 100 era menor de 35 ates. Fata situa se explica pore hecho de que el pale ulti de ls anviguasays- ds soc rina apenas se ha marten, inca ha dismido cl de aquellas des ‘nada a os pros (poder aust el sts de soiardad espeifca descends el 15 por 100 ente 1982 y 195, lenrs qu el del subs de inser lo ha hecho un 20 por 100), Las eras aydas sociales mininas descnads a evevaspoblacones neces das (RMD han so jadas en un nivel inferior al de las ants. "El cambio de tendercia en cuanto a dsgualdades (Je una endencia al edu cin aun numen'a veces my pido) se efcra a nals dea década de 1960 en Fxcadox Unidos a medides del decade de 1970 en Jp,» Sales a misma Acad en el Reino Unido y comiemes de a década de 1980 en Alemania lay Sueia(CERC-ASSOCIA- ‘TION, 1994). ° Nombre que han eid ls barcos esc de as grandes cudadesfancesas. Se trata de barios con una fuer prsenca de poSlacisa de eign inmigrance (no exclsiva- mente de a primera generacin) de polacn cn excasos eeuto, Que han suid hab ‘tualmente un abandono importante por pate de splits soils, produciéndose de este ‘modo graves efectos de dessrveacén y sds sociales (N. del] u nes dficultad de integracion de las poblaciones provenientes dela inigractén) 1 de enmenos signficatives -por ser especialmente visibles-en la vida cote cana de ls grandes cudades (como, por ejemplo, el sumento de fa mendicidad 17de os win cecho>", a menudo évenes y muchos de ells dotados de un nivel «de cuficacn que deberia de dares acceso aun emplen). Esta igen dela miseria en el espacio pablico desempefo un papel importante en la nueva repre- sentaciGn ordinaria de la vociedad francesa. Estas situacionesextemas si bien no afeccan ain directamente més que a un némero relativamente veducido de personas, acentan el entimiento de inseguridad de todos aquellos que se sen- ten bajo la amenaza de ln pérdida del empleo bien el suo propio oe de algun ‘cewano ~cGnyuge 0 hijos en particular, es deci afin cuentas, de una amplia fraccin de la poblacion activa. La fala, durante ests aos de deteioro social, a sufrido ura evoluién cuyos efectos estamas atin lejos de haber mecido (Sullerot, 1997). Se ha con- vertidoen una institcién mucho mis inestable y fg, que afade una prec riedad adicinal ala del empleo yal sentimienta de inseguidad”. sta evolo- de a década de 1970; los individuos ncapaces de «adaptarse> al endurccimien- tw de a competencia internacional en ls décais de 1980"). Estas mismosefec- tos fueron, sn embargo, consideradosalamantes cuando la buguesa misma se vio sfetada por ellos. E aumento del paro ence fos dplomedas y entre los cuadros se ha hecho patente, s bien no es an comparable con el de los menos prvilegiads. Por otro Indo, sunque las empresas continan ofreciendo perspectivas de promocin alos elementos considerados provistos de mayor talento, evitan garentizaces la seguridad a largo plazo. El paroy las ubiacionesanteipadas de los mayores de La prueba de ello esque se rete soue todo 2 dapsone ya (abso de eserpleo, ayuda sgt.) pare hacese arg de sas poblacines, sin euesionae leg timidad de los cambios pe ls ban conducHo 2 ea siuacén seal degrada. Se sea sobre as conseevencis sin integra sabe las cuss, como acura con acai dura te el elo x, cue soli compote de una negate aver ex el sive de lor sala la ‘aude la pobre facta. Los solr, suis dl juego dl mercado, era neces mene juss su veredir, yen aquella por, no admitiaecuo, habia que adaptae cincuenta y cinco aos, que es uno de los aspectos ms lamativos del pato a lt francesa, son un testinonio de ello. Las garantas proporcinadas por ls diplo- tas, que, no obstante, constuyen an hoy un buen seguro cont el paro, ban sido igualmente puestas bajo soxpeca ane la constatacién de que aun coatan- ‘do .con el mismo diploma, los jvenes acceden a posicionesinferiores alas que accedieron sus mayorcs ala misma edad y ante la evidencia de que la entrada nla vide activa de ls nuevas generacones es fecuentemente el resultado de ‘na suecsin de empleos pecaros. los temores por el empleo vienena sumat- se las inquitudescelativas al futur dels jubilciones. El acceso als condiciones devia ejerpliicadas pr la burguesia fue, desde el siglo 0%, uno de Ios estfmolos més importantes para hacer soprtabe el esfuerzosoiccado a las ots class. Por ello, el efecto desmoralizador de este nuevo orden de cosas ~efleado por los meios de eommunicacin de masa re- -vés de ceportajes, novelas, peliculas oficcionestlevisadas~es bastante genera. El aumento del escepticismo con respecto ala capacidad dels ittuciones del ‘eritalimo~ye erate de las organizecones internacionales como le OCDE, el FMl cl Banco Mundi, de ls multinacionales ode ls mereados financiers de conservar para las generaciones actunlnenteexclaiadas el nivel de vida, de forma més general el estilo de vida de sus pares es una de ls manifescacioes ands evidences. La desconfianza se ha visto acompatads ch particular lo largo de os tes iltmos ais, de uma creciente demands socal de penssmicnto crt- co susceptible de dar forma esa inquietad dfs y de proporcionar inclusive ‘un minimo de instrumentos de inceligiblidad 0, pra sec mas precios, una vin tecign para la acid, es dei, dentro de este conteto, una esperanza. ‘Ahora bien, debernos constatar que la ereencia en el progres (asociada al ‘apitalsmo desde comienzs del siglo xox bajo diferentes formas) que constitu ‘erm, dead la década de 1950, el eredo de las clases medias, ya se considerasen de iquierda 0 de derechas, no ha encontrado un susttuc, sf exceptuamos el recutso poco encusiasta «a ls dures lees de la eeonomian, rpidamente esti ratizado bajo la denominacion de «pensamiento ico. Al mismo tempo, las Viejas ideologiascticas antisstémicas, por retomar el vocabulario de Immanuel Willestein, facasan en su funeién de desestabilizacion del orden eapiaita y ‘yA no aparecen como poctadoras de alternativas cries, El desconcietoideokgico ha sido uno de los rasgos mde evidentes de estos ‘limos aos mareados por la descomposicin de ls reprevntacionesasociadas al compromiso socioeconémico puesto en marcha durante los fics de posgue- ra, sin que ningtin pensariento ctico pareacaesar al altura de los cambios en curs, en parce, come veremos & continuacén, porque ls tnicos recursos ‘xticos movilizables nacerén para denunciar el tipo de sociedad que alcanz6 su apogeo a finales de In década de 1960 y prncpios de 1970, es deci, precis- 8 rents juso antes de que comenzase la gran tarsfrmacién expos efectos est ros viviendo hoy con toda su fuerza, Los dispositive critics disponibles no cfreen, por el momento, ninguna al:ecative de envergadura. Queda tan silo indignacin en estado bruto, el trabajo humanitario, el sufiniento converti- do en especréculo y, sobre todo después de ls hulgas de diciembre de 1995, acciones entradas en causes especies (vivirds, sn apes, et) alas que les falta atin si desean adguitirverdadera importancia, epresentaciones as afina dds, modelos de undliss renovacios yuna utopl social. Poe mis que corto plan, e copitalismo vaya cada vr mejs habiéndoselibe- redo en unos as de una parte de las trabas acumuladasa o largo de imo sg, pod también verse levado a una dees rss potenialmente morales que ya hha debidoafrontar en alguna ocasn. No es seguro que ésta pudiraoriginar en esta ocasién iy a qué precio? un «xrundo mejoc, como aconteci alos pases al hope Fri, » cde, siguensiendo sles, sino comprender el debilicamiento de la critica a to largo de los élios quince afos, asf como su coroaro, es deci fatalismo Lajas de as fms con su os aces del captain wanted seas el ered pra obtener beefs, que wo eae enpart con ls des aeidades Je ineeanbio cdr, abundn en Braudel (197, Ls eu de here), pra quien los rads jugs cptalitass scan eno a balun en fara de see oe coin jana, 3 mets 0 inca a wos de dara (54) alain de prtccones para sfnuadet ot a fora en un ee eet aj ke (452); eptvegios de fermion 9 celts de infra confident, compli de Eads, que emi waver consncemenc ee fons rata del endo.) as eg del conan mea» (73), et Del tao ads, aan bu gua ei pee 2 su alsa formal al cred ber, com dee Poly (198), sla soya verdad nt later fare dace en cto del meted dejo. a ded ica ue ls een, ls aplias tleaban rds os meds as psn en pain In el conel pico del Estado, psa Kita fa compteni, para cht el bre comerea cand es desvorbe, pr ocpaycoscnat posiones de menagl pra favorcetdesqulibis gcc plicos con el fa de alse hacia el cet el ie ‘mode benefos(Rovenalon, 1979, p- 208-22; Wale, 1985) * Fun oc fanned por enll, spin a defini del INSEE, al on- Junode sien fis ances qe ealan ks rials cand pena di- osc de ozo inmutls, dinero eas en consaparide de un pogo monet, exl- Yendocl panos pel dure (esencapicip, deo liga chaqu) yelp mmonio proeona de los independones (grees, proteones Hels, arenes comerciant) 37 20 por 100 de los hogares en Francta, que es, sin embargo, uno de los paises ms cos def mundo. A escala mundial, el porcentae es, como podemos imagines, mucho més debi, Son, por supuesto, un néimero mucho més reducido. Reagrupan no solamente a les grandes acconistes, percnas pariculares qe por su propio [peso son susceptibles de influir en la marcha de los negocios, : il & rl ee Fe fa : £ it 3 : i & z 4 a i 3 scciones deentan una influencia eviente sobre el proceso capital, sobre as prbctcas de ls empresas y las tasas de beneficios extraidas, a difeencia de lo «que ocur con los poqueiosinversoresevocades mis aba. A pesar de que constiraya una poblacién atavesada 9 su ver por grandes dexigualades pat roniales~pastendo siempre, no obstonte, de una simacn favorable en gene- ral, este grupo merece recibir nombre de capitalists er. la media en. que ‘sume como propia la exgencia de maximizaci de os beneficis, que a su vez es trasladada alas personas, seas o morales, sobre las que eercen un poder de control. Dejando por aor de lado la cuestin dels kmitaciones sisténica que pesin sobre el capitalist yen particu, ka custin de saber silos directors de empresa no pueden hacer otra cosa ms que edapars a as reqs del capitals ‘mo, nos limtaremos a retener ques adapran a estas elas y que sus aciones * En ener de 1936, cl 80 por 100 de los hoguesdapnian de una leet de shor (iets A o au beet Bo banca, Coder tea de arr pop), geo ls caida des en elas deed learn pont su tech y ton destnads pxoiaramene a so- ro popular 38 por 100 porn plano una cuenta de aor vivend (a maya con vistas a adil esidencia principal. Pre conta, as inversions capitals peas no aferan mis que en rom a un 20 por 100 dels hoyses el 22 por 100 poeta valores tmobilaros (liacones,psaros dl Estado SICAW [Socidad de Invesin en Capital, Variable} o FCP (Fondos Comune de Ivers] o acanes fra dl SICAN) e 19 por 100 un bin iodo dierent dela esidnciapeicial (INSEE Pemie, im. 454, ‘ayo de 1986. Dicho esto, los hogates que pueden exe de su purinono wna ena gua 1 arena media de os fancses, lo qu lo asia alos sentitas acomedados, represen: tan mone del Spor 100 del conjunt de as hogres, anda sn dud ds coca del por 100 gue de! 5 por 100 (Bix, Pelerkor, 1995) ‘estinguiadas en gran medida por la bisqueda de benefciossurtanciales paa su ‘propio capital yo para el que les han confiade® ‘Otro rasgo por el que caracterzamos al captalismo es el éginen saleral. ‘Tanto Marx como Weber sitéan esta forma de organizacin del trabajo en el ‘eentro de sw definicién de captlismo. Nosotros consderaremos el régimen salarial con independencia de fas formas jurdicasconcractuales de las que pueda ‘vests: o importante es que existe una parte dela poblacén que no deten- ta nada o muy poco capital yen cuyo benefco na esti orentado natuatments cel sistema, que obtiene ingress por la venta de su fuerza de trabajo (y 00 por la venta de ls productos resultantes de su trabajo), que ademés no dispone de meds de produccin y que depende pata trabajar, po lo tanto, de las decisio- nes de quienes los detentan (pues en virtud del derecho de propiedad, ests ilti- ros pueden negates el uso de dichos medio) y,finalmente, que abandon, en cl marco de la telacin salavial ya cambio de su remune:acign, todo derecho de propiedad sobre el resultado de su esfuero, que vo a para fntegramente. 2 manas de los detentotes del capital. Un segundo rasg importante del réginen salaries que el trabajadoraslariado es tebicamente libre de mestra su recha- 20 trabajar en las condiciones propuestas por el capitalist al igual qué es también libre de no proporcicnar empleos en las condiciones demardades por el ‘rabajadot Sin embargo, larelacin es desiqual en la medida que el trabsjador ‘no puede sobrevivir mucho tempo sin trebaj No obstnte, lastuaisn es bas- tance diferente del del abajo fread ol esclavitad y presupone siempre pot «ste motivo una cierta dosis de sumisign voluntaca EL céyimen sale, a ecala de Franca, asf como a escala mundial, no ha dejado de desarrollare lo largo de toda la historia del capitasmo, hasta el punto de que en Ia actualidad afecta a un porcenaje ded poblacién activa ala «que nunca antes hab aleanzado! Por un lado, eemplara poco a poco a trabajo © Desde los trabajos de Bel y Meas (1932) sabemos gus, aunque el comportaiento dees drecrore no cose nezesrament©en aisle incerese de saeco, craan de peoponconar ate, al menos unaremuneracién satsfctria fla de una ema erin mains, 7 Fae kin aageto es, septa Heileanes (1986, op. 35-45), el menos vile de la cenplotcin captain, ys que todo el marge retance obtenido del pedoct, sea cil ea surmoneane, wel a manos del apical en vd dees els de propiedad evtespon- ines af contrac de aba. ° Sein a fe eid por Vind (1996, labo asain presets en racls 130 por 100 de la poblacién ava en 1881, 40 po 100 en 1906 59 px 100 en 1931 ms del 80 por 10D hoy EI INSEE (1996) estina queen 1993 habia ve 269 pr 10 de sabia nf pblacin ei, os euls habs in go aad un LL por (0 ce parca (ablaCol-)

También podría gustarte