Monstruosa Navidad 647984

ANTOLOGÍA LITERARIA “MONSTRUOSA NAVIDAD”
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MONSTRUOSA NAVIDAD
“Verso Inefable” – Grupo literario
Primera edición: Diciembre, 2023
Diseño editorial:
Staff “Verso inefable”
Diseño de portada, maquetación,

Corrección ortotipográfica:
M. Andrei Velit Casquero
Edición del grupo Verso Inefable

Cel: (+51)918365409/(+52)5541072341
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Página web: www.versoinefable.com
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Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra

sin previa autorización escrita de los autores y los editores.
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Diciembre del 2023
«Verso Inefable» es un grupo de autores que apoya

a otros autores para desarrollar, promocionar y publicar
sus obras en redes sociales y plataformas virtuales y físicas.
CADA AUTOR CONSERVA LOS DERECHOS DE SU TEXTO
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MONSTRUOSA NAVIDAD
Antología literaria con los finalistas y

ganadores del concurso de temática
navideña “MONSTRUOSA NAVIDAD”
organizado por el colectivo “VERSO
INEFABLE”.
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ÍNDICE
• PRÓLOGO ……………………………………………………………………………. 8
Patricia Olvera
• “ANATOMÍA DE UNA NAVIDAD” …………………….…..…………………….. 13

Ximena Moreno
• “BUENA NIÑA” …………...………..….…………………………………………… 15

Génesis García
• “NAVIDAD DE MERCURIO, AZUFRE Y SAL” ……………..….…………...…..... 18

Juan Pablo Sotomayor
• “¿QUÉ HABÍA EN LA CAJA?” …………………..…..……..…….………………. 21

Roberto Gómez Cisneros
• “ESCARCHA BERMEJO” …………………………………………………..……… 25

Carmen Beera Medina
• “ALMUERZO NAVIDEÑO” …………………..……..………….………………..… 29

Félix Quispe Osorio
• “LA ÚLTIMA NAVIDAD” ……………...………….……………………..…………. 39

Luis Briseño
• “HERENCIA NAVIDEÑA” ………………………..…………………...…………... 41

Víctor Lowenstein
• “CAOS” …………………..……………………….………………...…………..….. 44
María Magdalena Lenner
• “HIJOS DE LA NAVIDAD” …….………..……….………………………………... 46

Ronnie Camacho
• “EL DESEO” …………………………………….………...………………………… 49

Susana Torres Cabeza
• “NOCHE DE PAZ” …………………….…………………..……………………….. 52

Aldo Matus
5
• “UN HOMBRE MALVADO” ……………………….…………………….………… 55

Fernando D. Martin
• “DESEO CUMPLIDO” ……………………….…………..……………….………… 58

Alberto Uriarte
• “UNA HELADA NAVIDAD” ………………..…………………………………..…. 60

Jéssica Castro López
• “CARTAS AL DIABLO” ………….……………..……………...…………………... 62

Luis Dante Gorena
• “¡JO, JO, JO, JOYAS!” …………….……………………………………….…..… 64

María de Jesús Moreno
• “REGALO DE NAVIDAD” ………………………………………..…..……………. 66

Enmanuelle Gutierrez
• “NOCHE DE PAZ” …………………………………….………………….………... 68

Harol Gastelú
• “DING DONG” ………………………….…………………………………...…….. 70

Verónica Flores
• “REGALO DE NAVIDAD” ……...……………………….…………………...……. 72

Brizaida de la Nuez
• “LA CAJA” ……………….…………………………………….…………………... 74

Andreyna Herrera
• “EL TRAJE ROJO DE LA NAVIDAD” ……….……………………………...…….. 77

Dulce Esperanza Cruz
• “FELIZ NAVIDAD” ………………………………..………………………………… 79

Erik Méndez
• “NOCHE MALA” …………………………...……………………...………...…….. 81

José Tamayo
• “MILAGRO NAVIDEÑO” …………………….………………………….………… 84

Ana Ortiz
• “ROJO” ………………………….……….……………………………….………… 87
Roberto Aguilar
6
• “FELIZ NAVIDAD” ……………………..………………………………………..…. 89

Teresa Montserrat Alvarez
• “OTRA NAVIDAD” ………….………………….……………...…………………... 92

Carlos Nuricumbo
• “NIEVE ROJA” …………….………………………...……………………….…..… 95

Yanay Peraza
• “A LA SEÑORA DE CLAUS” ……………………………………..…..……………. 97

Jinmy Castro
• “NOCHEBUENA” ……………………………….……………………….………... 100

Erik Sotomayor Valtierra
• “LA ÚLTIMA POSADA” …………….……………………………………...…….. 102

Luis Eduardo Alcántara
• “DESTRIPANDO A SANTA CLAUS” ……...…..…………………………...……. 104

Arisandy Rubio García
• “SIN VIDA” ……………….…………………………….…….…………………... 107

Heidi Molina
• “CASCABEL CASCABEL” ……………….………………………………...…….. 109

Lyanne Acosta
• “TEN LO TUYO” ………………….....................………………………………… 111

Carlos Enrique Saldivar
• “¡FELIZ NAVIDAD!” …………….………...……………………...………...…….. 113

Sylvette Cabrera
• “REGALO DE NOCHEBUENA”…..………...……………………………...…….. 115

Alejandro Reyes
• “MILAGRO DE NAVIDAD” ……...………………………………………...……. 117

Ángela Sacalxot
• “BLANCA NAVIDAD” ……………….….……..…………….…………………... 119

María Pía Flores
• “TRADICIÓN FAMILIAR” …………………..……………………………...…….. 122

Aketzali Rodriguez
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• “REGALO DE NAVIDAD” …………………….………………………………… 125

Omar Gamboa
• “DUENDE DE NAVIDAD” …………….....……………………...………...…….. 127

María Salazar
• “REGALO DE NAVIDAD” ………………..…...………………………………… 130

Jacobo Sánchez
• RESEÑAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES ……….………..………....…….. 134
• SOBRE EL JURADO CALIFICADOR …………………………..………....…….. 143
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PRÓLOGO
¡Gloria al cielo (o al inframundo) por la existencia de Verso Inefable!,
por el simple hecho de que al colectivo se han sumado lectores y escritores
de Latinoamérica (en su mayoría) y del Viejo Mundo. A mi saber, son pocas
las antologías que intentan ceñir el talento literario convocando al terror y al
horror confinado en las mentes de autores nuevos ―frescos o con trayectoria
en el medio literario― son poquísimas las que lo hacen sin solicitar una
remuneración económica de por medio. Anteriormente, esperábamos meses
enteros para que un texto de nuestra autoría saliera a la luz por sí solo.
Aunque a veces solo podíamos vislumbrar tinieblas. Las temporadas cambian,
la tecnología evoluciona a pasos colosales. Es de reconocerse el poder de
convocatoria de las redes sociales hoy en día, nunca sabe una si al entrar a
X, al IG o al facebook nos nutriremos con una minificción, con un cuento o el
fragmento de una novela que influya en nuestro estilo de narrar, o más bien,
sea un acontecimiento cotidiano el que supere la realidad y nos ofrezca como
escritores el pan de cada día.
Monstruosa Navidad, el título que se decidió para esta antología,

rebela en demasía el contenido de la misma: atrás quedaron las versiones
rosas de un Santa Claus, de sus renos, de sus enanos de su trineo; bienvenidas
sean las historias de un Krampus hambriento de niños mal portados y de su
némesis el señor Claus, de enanos demoniacos arranca dedos, de pinos
decorados con cabezas reducidas de adolescentes desaparecidos, de un
gato bien sazonado listo para degustar, incluso el grito ahogado de un niño
al recibir un regalo en una caja espeluznante. Para esta convocatoria se
recibieron más de setenta relatos. Después de leerlos todos con detenimiento
percibo que a los escritores contemporáneos no les asustan los relatos de
fantasmas, de aparecidos, de leyendas urbanas. Y es que, ¿de qué más
10
podría alimentarse el terror navideño sino de realismo?, de un realismo de

la violencia que destaca el abuso infantil; ese que tiñe a LATAM de
violaciones, de sangre, de asesinatos, de venganza.
Es innegable reconocer en esta antología las influencias literarias de

las argentinas Mariana Enríquez y Samanta Schweblin, de la mexicana
Amparo Dávila, así como del estadounidense Edgar Allan Poe.
Pasen a leer esta monstruosa recopilación de relatos, posiblemente

encuentren en alguno de sus protagonistas su lado oscuro, ese que los
acompaña en pesadillas.
Mi agradecimiento al tiempo empleado de mi colega Mirza Mendoza

quien me apoyó examinando cada cuento. Mi agradecimiento siempre a
Andrei Velit, por su ardua labor como editor, redactor y corrector de estilo
en Verso Inefable.
Patricia Olvera
Miembro del jurado
México, diciembre del 2023
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1ER LUGAR
XIMENA MORENO (ARGENTINA)
--
13
Ximena Moreno es una escritora argentina de 31 años, nacida un 4 de octubre

de 1992 en Catriel, Rio Negro y que actualmente reside en España. Autora de
relatos como La Tarántula de las Espinas, el cual se puede hallar en la revista
digital El Axioma. El Parador del Oeste; en conjunto con las obras literarias de
nueve autores latinoamericanos en la atrapante antología Voces equidistantes,
que propone la editorial Verso Inefable y La Mano de Café, material que salió
a la luz en formato físico por la editorial mexicana El Aleteo de un Mariposa,
entre otros. Ximena explora terrenos mórbidos en sus historias mediante el
terror psicológico y social, intentando reflejar la realidad oscura que muchas
veces nos envuelve. Juega con el realismo mágico e incorpora personajes
teriomorfos ahondando en lo descriptivo y manteniendo la línea del horror a
toda hora a través de escenas espeluznantes. También se desarrolla en el
ámbito de la poesía y la prosa libre, donde la muerte y el pesimismo son las
raíces básicas y juegan un papel importante en la esencia de sus producciones.
14
ANATOMÍA DE UNA NAVIDAD

--
15
Hace calor, esto es Sudamérica. Acá la nieve no desfallece sobre los

autos y los tejados de las casas. Tampoco decoran el pueblo con luces rojas
y verdes y las personas no caminan felices por la calle con sus bolsas de
compras. La navidad siempre es miserable y atolondrada. Tiene esa
naturaleza impostora que solo embauca a un sector inocente de la
humanidad; los niños. En casa se festeja a veces, cuando hay plata. Papá
trajo un chivo del campo. Él dice que lo compró, pero yo sé que se lo robó a
algún puestero que descuidó el ganado. La plata la gastó en muchas botellas
de alcohol. Podemos pasar hambre, pero el vino nunca falta.
El chivo está vivo, hay que matarlo. Lo sube a la mesa del patio y le
ata las patas. El bicho chilla y patalea, sabe que le van a hacer daño. Papá
me pide que agarre el cuchillo y se lo entierre en el pescuezo. No quiero. Me
grita y me obliga a hacerlo. Mis manos se manchan con sangre, lo estoy
haciendo mal. El animal se retuerce y convulsiona. Me asusto y papá me
regaña. Ahora la carne va a estar dura, me dice. Después de ducharme,
porque la sangre me salpicó la ropa y la cara, me voy a caminar. Pienso en
que no quiero sentarme a la mesa. Detesto que hoy sea navidad. Es la época
más disruptiva para una chica como yo y una familia como la mía.
Vuelvo a casa, papá ya está ebrio y la comida está en la mesa. Mamá

no habla. Sirve la ensalada en perfecto silencio, como le gusta a su marido.
Miro el plato, la carne está un poco cruda. Papá agarra una pata y se la
lleva a la boca. Le da un mordisco y mastica como un animal. Transpira. Se
le cae la baba por las comisuras y veo como tritura la carne con las muelas.
Me provoca asco. Se da cuenta que lo estoy mirando y me agarra de los
pelos. Mamá se levanta de la silla, pero no hace nada, solo llora. Papá me
escupe la comida en la cara y me dice lo desagradecida que soy. Entonces
agarro el cuchillo y se lo entierro en el pescuezo. Se retuerce y convulsiona,
lo estoy haciendo bien. Tengo las manos con sangre.
Ahora si es una feliz navidad.
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2DO LUGAR
GÉNESIS GARCÍA (CHILE)
--
17
Génesis García (Chile, 1990) es historiadora y escritora. Sus obras versan

sobre lo crudo de la realidad y el terror de lo cotidiano. Ha sido publicada en
más de cincuenta revistas y antologías literarias alrededor de Latinoamérica y
España. Actualmente se desempeña como tallerista y columnista.
18
BUENA NIÑA
--
19
Mariana fue una niña muy buena ese año. Hizo todo lo que le dijeron,
sin importar lo duro, doloroso o humillante que fuera. Fregó los pisos hasta
que sus manos se llenaron de ampollas y acarreó el agua desde el lejano
pozo todos los días sin quejarse. Siguiendo los deseos de su madre, dejó la
escuela para ayudar más en casa y se encargó de cuidar de sus hermanos
menores y de los animales en el campo. A partir de entonces, sus días se
convirtieron en una interminable rutina de limpiar mocos y lavar culos ajenos
hasta que perdió el asco. Lo hizo todo callada, sonriente, complaciente.
Debía esforzarse por ser una niña buena; después de todo, como solía decir
su abuela, solo las niñas buenas reciben los favores de Santa.
El trabajo era duro y las humillaciones constantes, mas no era nada

comparado al miedo que sentía cuando su tío Fernando la cogía de la mano
y la arrastraba a la casucha del patio. Mariana odiaba el olor a cerveza
barata y orines del lugar, odiaba la constante oscuridad, los bichos, las
groserías y las risas toscas de los hombres que la frecuentaban. Odiaba sus
manos grandes y toscas, las cosas que hacían con su cuerpo, la imagen de su
madre contando billetes en la entrada mientras ella sudaba y sollozaba
sobre el colchón sucio. Sin embargo, no se quejó ni una sola vez. Estaba
decidida a ser una niña buena y obedecer. Cerraba los ojos, con la mente
puesta en la Navidad que se acercaba, perdiéndose en la fantasía y
alejándose de la sucia realidad.
Finalmente llegó el 25 de diciembre. La niña abrió los ojos y no se

sorprendió al ver la cabeza de su padrastro sobre su regazo. Sonrió,
ignorando la sangre que manchaba la colcha, el piso y las paredes. Desde
el suelo, su madre abierta como un cerdo la miraba con sus ojos vacíos y los
cuerpos de sus abusadores pendían de su techo como macabros adornos
navideños. Mariana suspiró, feliz, cogiendo su lista para observar con
satisfacción que cada uno de los nombres había sido prolijamente tachado.
Sin dejar de sonreír, cogió uno de los bastones de caramelo que se asomabas
20
en las cuencas vacías de los ojos de Fernando y se lo llevó a la boca. Se lo

merecía. Después de todo, había sido una niña muy, muy buena.
21
3ER LUGAR
JUAN PABLO SOTOMAYOR
(MÉXICO)
22
Juan Pablo Sotomayor Rivas es médico de profesión. Es autor de los libros El

quinto círculo y Relatos del reino de octubre. Cuenta con un relato
seleccionado para la antología internacional Microterrores VIII. Obtuvo el
segundo lugar del concurso de cuento Los feos también escriben, segundo
lugar del concurso de Mitos y Leyendas de Festejos Macabros, ganador del
concurso de Cosmocuento chileno 2023.
23
NAVIDAD DE MERCURIO, AZUFRE

Y SAL
--
24
Mariana se mordió los labios mientras observaba el triste árbol de

navidad de su casa. Sus ramitas desnudas apenas si conseguían sostener
alguna que otra esfera opaca de plástico barato. No tenía una estrella en
la punta. Peor aún, tampoco tenía regalos debajo. Aquella sería la Navidad
más triste de su vida. Las niñas y Ernesto se habían ido a dormir apenas
terminar la cena de frijoles y pan. Ernesto estaba molido después de trabajar
dobles turnos en su miserable trabajo. Las pequeñas, emocionadas, se habían
retirado a dormir de buena gana, confiadas en recibir espléndidos y
divertidos regalos a la mañana siguiente. Quizás eso fuera lo más duro de
soportar: la esperanza y la inocencia dibujadas en sus rostros infantiles.
Dieron las tres de la mañana. Mariana seguía despierta, sentada en silencio
en la sala, sollozando en medio de la oscuridad. De pronto escuchó el breve
sonido metálico de cascabeles. Levantó la vista y se encontró con Santa Claus
entrando tranquilamente a través de la ventana, con su saco de obsequios
coloreado de símbolos místicos.
― ¿Traes regalos? ¿Nos dejarás algo? ― preguntó Mariana animada.
― Algunos dulces, es todo ― respondió Santa Claus con seriedad.
― ¿Pudieras dejarnos algo más? ¿Tal vez ropa? ¿Por favor?
― ¿Qué tienes para intercambiar? ― preguntó a su vez Santa Claus.
― ¿Cómo que para intercambiar? ― dijo Mariana atónita.
― Te daré un ejemplo de equivalencia. Son tus pies, a cambio de un

par de patines.
Mariana, espantada, se cubrió la boca con las manos.
Al llegar la mañana, las niñas se encontraron con un precioso árbol de

Navidad y con muchos regalos envueltos en hermosas cajas de colores. Entre
risas sacaron juguetes, ropa y muchas otras cosas. Ernesto bajó enseguida.
25
No se explicaba el milagro del árbol y los juguetes, pero igual se llenó de

júbilo. Luego vio a Mariana dormida recostada en el sillón. Se acercó y con
delicadeza, retiró la cobija que la cubría esperando despertarla, pero no
había ningún cuerpo debajo de la manta. Solamente quedaba la cabeza de
ella. Su rostro, sereno, mostraba una bella sonrisa de satisfacción.
26
1ERA MENCIÓN HONROSA

ROBERTO GÓMEZ CISNEROS
(MÉXICO)
27
ROBERTO GÓMEZ CISNEROS nació el 17 de agosto de

1992 en Escárcega, Campeche, México. En el año 2022 quedó seleccionado
para formar parte de la antología “Pesadillas bajo la tinta, Vol.2” con su
cuento “Sólo una vez más”. En el año 2023, su cuento “El amor y la distancia”
quedó seleccionado para formar parte de la antología “Lo que vemos al
amar, Vol.2”.
También, recibió una mención honorífica por su microrrelato “Gusto en común”
recogido en la antología “País de terror”. Todas estas antologías fueron
publicadas bajo el sello de Verso Inefable.
28
¿QUÉ HABÍA EN LA CAJA?

--
29
En 1993, un escalofriante suceso tuvo lugar en Latinoamérica. Miles de

personas en navidad, se quitaron la vida después de recibir lo que más tarde
se denominó como: La caja. Entre los casos más famosos se encuentra el de
un hombre, en Lima, Perú, que le suplicaba a su familia, entre gritos
desgarradores, que lo mataran. El hombre terminó suicidándose. Lo
encontraron tirado en un charco de su propia sangre. Se había desfigurado
el rostro con las uñas y mordido las muñecas hasta dejarlas sin carne. Otro
caso fue el de una mujer en La Habana, Cuba, que fue encontrada muerta
en su cocina. Le habían arrancado los ojos y cortado la boca de oreja a oreja
y la garganta. Una investigación posterior reveló que se había suicidado. Un
sinnúmero de suicidios tuvo lugar ese fatídico 25 de diciembre, todos
espeluznantes, y en todos hubo un elemento en común: una caja vacía con el
nombre del suicida.
¿Qué había en la caja? Nunca se supo. Y hoy, treinta años después,

cuando todos empiezan a olvidar este suceso, un niño en México duerme
plácidamente en su cama luego de la cena familiar de nochebuena. De
pronto una voz le susurra: “Levántate y baja a la sala, tienes que abrir la
caja”. El niño ignora la voz, pero esta insiste con más fuerza: “Santa te ha
traído un hermoso regalo, está bajo el árbol, tienes que bajar e ir a la sala”.
El niño se levanta y baja las escaleras, con cautela. “Mamá, papá, ¿son
ustedes?” No hay respuesta. El niño llega a la sala. Bajo el árbol de navidad,
hay una gran caja. Algo brilla en la oscuridad y se balancea en el aire. El
niño se acerca. El brillo viene de un papel que pende de un hilo. En el papel,
unas letras que dicen: “Este regalo es para ti”, seguido de su nombre
resplandecen cálidamente. El niño se emociona. Acerca una silla —pues la
caja lo rebasa—, se sube y quita la envoltura, riendo. Sin embargo, al abrir
la caja, un grito de horror se ahoga en su garganta. El niño queda paralizado
por lo que sus ojos, abiertos como platos, logran ver. Su sudor se convierte
en sangre y empieza a escurrirle por la piel mientras tiembla de miedo y frío
porque, adentro de la caja, está aquella cosa… mirándolo…
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2DA MENCIÓN HONROSA

CARMEN BEERA MEDINA (MÉXICO)
Carmen Beera Medina Leal. Es mexicana, nacida el 21 de octubre 1956. Es

maestra jubilada, amante de la lectura y la escritura de ficción.
31
ESCARCHA BERMEJO
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Falta poco tiempo para Navidad. Eso no importa, Julia ya tiene todo
para decorar. Ama esa época del año, recuerda su niñez, los regalos del
“Santoclós”, la música de villancicos, el olor a galletas recién horneadas. Las
vecinas organizan cada año el concurso del pino mejor adornado. Siempre
ganan ellas, pues seguido viajan al extranjero y traen los mejores
ornamentos. El tema ganador del certamen anterior fue sobre monos de
peluches y el otro, sobre moños gigantes. Ahora ella asegura que será la
elegida. No en balde tomó un curso en línea de la tribu Shuar de la selva
amazónica del Ecuador. Tal vez sea la única que participe pues las demás
madres estarán muy acongojadas por los quince niños que desaparecieron
desde Halloween.
“¡Seré la más original!, ¡seré la más original!” Canturreaba al ritmo del

“burrito sabanero”.
De cada punta de los picos de la estrella de metal, colgada de lo más

alto del pino, goteaba una sustancia de rojo ennegrecido, cubriendo
totalmente las ramas. Formaba una pastosa escarcha navideña color
bermejo, luego su primera esfera: una cabeza reducida con las técnicas de
los aborígenes jíbaros.
̶ ̶ Lo bueno es que se desvanecen los rasgos ̶ ̶ ¿verdad, Miguelito? ̶ ̶

dijo mientras hacía un nudo en el mechón para poderlo colgar en el árbol de
navidad y empezar a decorar con las quince esferas.
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3ERA MENCIÓN HONROSA

FÉLIX QUISPE OSORIO (PERÚ)
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FÉLIX, QUISPE OSORIO. Jauja – Junín, 1994. Cursó la especialidad Español

y Literatura en la UNCP. Ha publicado el libro de cuentos “¡ESTO ES JAUJA!”
2023 y el libro microrrelatos “PRESENCIAS MÍNIMAS” 2018.
35
ALMUERZO NAVIDEÑO
--
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Aquella noche de navidad volví a despertar por segunda vez, eran

aún las once de la noche. Salí a revisar los regalos, pero no encontré ninguno,
al volver a la cama pude sentir un fuerte hedor, di vuelta y me percaté que
un hombre estaba tras el árbol. Con pasos suaves, abandoné la sala y fui al
dormitorio de mis padres.
⎯¡Santa llegó, Santa llegó! ⎯grité con gran emoción.
⎯Tranquila hija, vuelve a la cama ⎯contestó papá cubriéndose el
rostro. Mi madre, por el contrario, no sintió mi presencia. Volví a la cama y
con esfuerzo logré dormir. Pasadas las horas, desperté con el llanto de mi
madre que estaba en la sala, mi padre hablaba con la policía “sí oficial, hay
sangre sobre el suelo, entraron por la ventana…”. No logré escuchar más.
Ese veinticinco de diciembre vi alterado a papá, pasmada a mamá, no volvía
ver a Manchas, nuestro gatito, tampoco ningún regalo bajo el árbol.
⎯¿Viste a alguien ayer? ⎯me preguntó mamá.
⎯Sí, era Santa ⎯contesté con la inocencia de una niña de siete años.
Ella solo agachó la mirada.
⎯¿Viste a mi gato? ⎯prosiguió mi madre arrugando su rostro.
Al medio día llegó el abuelo, lo recibí un fuerte abrazo, nadie más le

tomó importancia. Le narré lo que había pasado, él me escuchaba mientras
cocinaba. “A almorzar” anunció el abuelo. Papá y mamá se acercaron a la
mesa y comieron el platillo, degustando la carne y la ensalada. Al terminar,
sin decir nada, se levantaron y fueron a la comisaría. Antes de partir, el
abuelo me abrazó con fuerza y me dijo: “cuídate muchachita, ojalá tus
padres te prestaran la misma atención que le prestan a ese asqueroso gato”.
Al momento de abrazarlo percibí un suave hedor que se me hizo familiar.
Ya en la noche, mis padres se fueron a dormir. Al pasar por la sala,
encontré bajo el árbol dos cajas de regalos, abrí el que tenía mi nombre, era
un libro de animales que tanto había deseado. Llevé el regalo que tenía el
nombre de mis padres a su dormitorio; luego, me fui a acostar. Desperté por
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el grito de mi madre, corrí deprisa y solo vi a mi padre consolándola. Vi su

caja tirada en el suelo con manchas de sangre, no entendí nada. Al salir
encontré una nota decía: “esto es lo que quedó de la cena, feliz navidad”.
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LA ÚLTIMA NAVIDAD
LUIS BRISEÑO (MÉXICO)
39
―Ya no aguanto más, hoy fue la última vez, a nadie le importa lo que
yo siento, esperan más y más de mí. Familias, luces, sonrisas, es un día
especial para todos, para mí no lo es, me piden paz, cumplir sus deseos sin
considerar siquiera lo que yo quiero, ni lo piensan, hoy se vence el contrato
de soledad que ya no quiero renovar, no soy nadie después de hoy, no me
van a extrañar mañana, por fin tomé la decisión, no lo hago por cobardía,
estoy cansado, estoy harto, no me necesitan.
Por primera y única ocasión escribo el mensaje en una carta en lugar

de leerla, y a quien la encuentre solo le pido, cuide de mi mascota: Rudolph,
es lo más valioso que me queda, no me lo quiero llevar al más allá, no se lo
merece, y por favor no saquen mi cuerpo de la villa del Polo Norte, es el
único lugar que me acogió los 364 días restantes.
Esta carta y un traje rojo desgarrado se encontraron en aquella

cabaña abandonada, el cuerpo colgante fue devorado despiadadamente
por 9 bestias artiodáctilas que merodeaban alrededor, una de ellas con la
nariz roja brillante.
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HERENCIA NAVIDEÑA
VÍCTOR LOWENSTEIN
(ARGENTINA)
41
Esther terminaba de sazonar el gran pavo navideño que había

comprado en el mercado esa mañana. Desde la ventana de su cocina
escuchaba los villancicos entonados por los feligreses de la iglesia cercana.
“Otra feliz noche de Santa Claus” murmuró, distraída, a sabiendas que la
pasaría sola esa festividad, como cada año desde que dejó el hogar familiar
hacía más de una década. Se detuvo antes de abrir el horno. Una vieja
inquietud la asaltaba cada tanto; ¿por qué elegía esa soledad absoluta?
Tenía familia, pretendientes, pero se comportaba como una ermitaña sin
explicarse ella misma actitud. Desechando sus incertidumbres, se dispuso a
asar el pavo cuando el timbre sonó a su puerta.
Esther se sobresaltó. No esperaba visitas y casi nunca llamaban a su
puerta. ¿Sería algún vecino, quizá su hermano? Ridículo, no veía a Herb
desde hacía diez años por lo menos. Cuando sonó el timbre por segunda vez
fue a abrir la puerta del recibidor.
―¡Herbert! ―dijo sorprendida en cuanto lo vio.
―¡Esther! ¡Hermanita!
Ella lo dejó pasar, sorprendida, y se miraron un momento. Herb era

joven aún, pero empezaban a salirle canas, y algunas arrugas. Se veía
distinto, pero era su hermano después de todo. Le dio un abrazo cortésmente
antes de decir algo.
―Parece que ya no me conoces. Antes me llamabas “Herb”.
―¡Oh, lo siento! ―dijo ella―, sabes que soy un poco huraña.
―Lo entiendo y acepto, Esther. Es que te he enviado emails, cartas, y
nada…
―Te pido sinceras disculpas. He estado tan ocupada con mis clases…
―Bueno, no regañemos. Sólo he venido a traerte unos papeles.
―¿Te quedas a cenar, Herbert… Herb?
―No puedo. Tomaré el tren de regreso en unas horas. Si me permites
quedarme un rato.
―Por supuesto. Pasa a la cocina y te serviré algo.
Esther le sirvió un brandy. Al primer sorbo Herbert fue al grano.
―Hermana, temo tener que informarte que nuestro padre falleció hace
dos meses ya.
A Esther se le hizo un nudo en el pecho. Apenas musitó un “lo siento,
Herb”
42
―Tenía que pasar alguna vez. Lo que vengo a decirte es que te ha

dejado la totalidad de su herencia. Títulos, propiedades, cuentas
bancarias. Todo a tu nombre.
―¿Porqué, Herb? No lo entiendo. Eres tan hijo de tu padre como yo he
sido su hija.
―Cuestión de preferencias, hermanita. Nunca me importó que fueses
su predilecta.
Esther se sentía anonadada. Le dio la espalda a su hermano, simulando
mirar el horno. Las palabras de Herbert le llegaban lejanamente, entre los
golpecitos de sus propios latidos.
―No hay razón para que no te quedes con todo, hermana. Sólo podría
cobrar yo si algo te sucediera, claro, eso me convertiría en heredero
único, es la única manera…
Esther sintió algo anudando y apretando su cuello. El aliento de su
hermano en la nuca, su ronca voz que apenas oía mientras caían sus lágrimas
y el aire no llegaba a sus pulmones.
Merry Christmas, hermanita ―dijo “Herb”.
Ella no llegó a escuchar eso.
43
CAOS
MARÍA MAGDALENA LENNER
(ARGENTINA)
44
La mañana apareció oscura. Salpicaban el cielo nubes inmundas y

pesadas que dejaban marcas oscuras en el suelo. Sin embargo, era víspera
de navidad y habría trabajo, tanto en el campo como en el taller. El
encargado revisó todo nada más llegar.
Los abetos, como soldados listos para el combate, esperaban a sus
dueños.
Era la última oportunidad para ellos.
Poco a poco el lugar se fue llenando de personas curiosas, risueñas,
inquietas. Sobre todos los niños. Ingenuos y tiernos.
En el mostrador de la entrada, el dueño del lugar había colocado

hermosos adornos: luces de colores, renos de madera, campanillas
transparentes, gnomos con sonrisas graciosas.
A medida que la mañana transcurría las nubes se abrieron un poco
para algarabía de muchos e indecisiones de otros. Sin embargo, el dueño
sintió un escalofrío y recordó la historia de sus ancestros: algo en ese lugar
permitía transformaciones.
En cuanto lo pensó, escuchó el alarido de una voz infantil. Su ayudante
ya había corrido hacia el lugar y espantado observaba como uno de los
gnomos arrancaba el dedito meñique, delicado, rosado y tierno de una niña.
Y eso funcionó como señal: las campanas se alborotaron con llamados
furiosos y desafinados, los renos lastimaban con sus patas y mordían sin
reparo arrancando gorros y orejas y los árboles envolvían con sus hojas
afiladas a quien estuviese más cerca.
Todo se transformó en una vorágine de gritos, corridas, zapatos
perdidos y sangre, mucha sangre, que como empezó, terminó.
Muchos autos llegaron al lugar de los abetos la mañana de navidad

porque siempre quedan rezagados. Sólo hallaron un cartel: TODO
VENDIDO.
45
HIJOS DE LA NAVIDAD
RONNIE CAMACHO BARRÓN
(MÉXICO)
46
Recuerdo que cuando éramos pequeños, mi hermano y yo soñábamos

con tener veinticinco años lo antes posible, para ser como nuestro padre y
nuestro tío, y cumplir con la misión que Dios encomendó a nuestra familia
desde el principio de los tiempos, pero, conforme pasaron los años, aquella
ambición infantil desapareció cuando entendimos el peso de nuestro deber,
pues mi hermano ya no estaba tan seguro de tener la fuerza suficiente para
lidiar con la responsabilidad de papá y yo, comencé a temer de todo lo que
tendría que hacer para cumplir con el rol de mi tío.
Temerosos de nuestro destino, por años intentamos huir de casa, pero

es casi imposible salir del polo norte y con los elfos vigilando cada uno de
nuestros pasos, jamás pudimos llevar a cabo ninguno de los planes de escape
que trazamos.
De ese modo pasaron las décadas y ahora, igual que la víspera de

noche buena, nuestro vigésimo quinto cumpleaños se acerca y desde el
primero de diciembre, nuestros cuerpos comenzaron a sufrir la transformación
que afecta a los hijos del clan Claus.
Mi hermano, quien siempre fue de complexión atlética, engordó

ochenta kilos de un día para otro, su cabello rubio se tornó blanco como la
nieve y pronto, se volvió la adoración de los renos de papá, mientras que
yo, destinado a seguir los pasos de mi tío, lentamente empecé a deformarme,
mis manos se convirtieron en afiladas garras, un grasoso pelaje negro revistió
cada centímetro de mi cuerpo, mis piernas mutaron en pesuñas y un par de
retorcidos cuernos de carnero, emergieron de cada lado de mi sien.
A la par que nosotros cambiábamos, nuestro padre y tío desfallecían,

pues como dicta la tradición, cada veinticinco años, un nuevo Santa y un nuevo
Krampus deben sustituir a los anteriores, ese, es el deber que Dios nos
encomendó, engendrar a dos hijos que serían entregados a la navidad, uno
que se convertirá en un símbolo de esperanza para los hombres de buena
47
voluntad y otro que sembrará el terror en el corazón de los malvados y los

pecadores.
Acaban de dar las 12:00, mi padre y mi tío han muerto, nuestro

momento llegó.
48
EL DESEO
SUSANA TORRES CABEZA
(ESPAÑA)
49
Las viandas llenaban la mesa y la familia estaba disfrutando de la

cena de nochebuena. En sus caras, algo cansadas por la hora, se reflejaba,
sin embargo, la felicidad en todas ellas, excepto en la cara de Patricia que
miraba con envidia a su hermano. En ese momento, Martín, el padre hizo
callar a todos y, levantándose, propuso un brindis: “Por Patricia, que este
año ha sacado muy buenas notas. Pide lo que quieras como regalo, Patricia.
Este año te has portado muy bien”.
Ella, se levantó lentamente también y en dijo en voz alta: “Deseo…

Deseo que Alonso nunca hubiera nacido. Deseo que vosotros os comportéis
conmigo como antes de nacer él. Quiero ser vuestra única fuente de
preocupación. Quiero que me colméis de atenciones”.
DONG, DONG, DONG, DONG… Sonaron las doce campanadas.

Había llegado la navidad. Con la última campanada, de una esquina del
comedor apareció un personaje vestido de rojo. Sus ropajes estaban sucios
y llenos de manchas y cerraba su camisola con un trozo de cuerda. Se acercó
a la mesa, comió un poco de algunos platos, bebió bastante de un par de
copas y al llegar a la altura de Patricia le susurró al oído: “Deseo concedido”.
Y dicho esto, desapareció.
Nadie más vio al siniestro personaje. Los demás habían seguido

comiendo y bebiendo con frenesí, avergonzados del resultado del brindis, en
un intento de olvidar las palabras de Patricia. Patricia pensó que había sido
una alucinación y se fue a dormir. Al despertar, la noche pasada solo era
una pesadilla. Recordó con ilusión que era Navidad y se alegró. Había
quedado esa tarde con sus amigas para ir al centro comercial y por la noche
con Marc… Mientras pensaba en ello, se percató de algo raro, unos brazos
la sostenían Abrió los ojos y vio a su madre mirándola con amor. Estaba en
sus brazos y… Estaba desnuda a excepción de… ¿Llevaba un pañal? Miró
a su alrededor, su habitación estaba decorada como la de un bebé, ¿Dónde
estaban sus posters de cantantes?
50
Su madre seguía acunándola con insistencia mientras le cantaba nanas.

Desesperada, intentó quitársela de encima pero su madre apretó más fuerte
y le dijo: “No te muevas tanto, Patricia. Venga duérmete otra vez que es
pronto. Luego te daré el biberón”.
Patricia intentó protestar y trató de huir per su madre la agarró más

fuerte, de tal forma que empezó a llorar desconsoladamente. “Niña bonita,
niña bonita, no llores, yo nunca te dejaré”, le dijo su madre.
Desde los brazos de su madre, Patricia giró la cabeza y en una

esquina de la habitación pudo ver de nuevo la siniestra figura, que, desde
allí, le decía riendo: “Es esto lo que deseabas, ¿no, Patricia?
51
NOCHE DE PAZ
ALDO MATUS (MÉXICO)
52
Las dos familias se encontraban reunidas para celebrar, conforme a

sus creencias, estas fechas de amor y de paz, y así, limar asperezas.
El primer matrimonio, la Dama y el Caballero, dueños de la hacienda

más grande del país, tenía cuatro hijos, Los seis, esperaban la llegada del
séptimo miembro de la familia. Su nacimiento, la navidad. El otro matrimonio,
el Señor y la Señora, eran trabajadores de la hacienda, leñadores y
talabarteros. Los diez miembros de la familia atendían las necesidades de
la primera conforme a los deseos de cada miembro de los hacendados...
Todas las necesidades.
Días atrás la Dama invitó al hijo mayor del Señor para la cena, hubo
desacuerdos, sin embargo, aceptaron por ser el nacimiento de la nueva
esperanza, pero bajo la condición de que todos estuvieran presentes y, que
fuera su familia la que adornara el árbol y el nacimiento. El Caballero,
aceptó bajo sus propios intereses carnales por una de las hijas de los Señores.
Llegó el día y, al terminar de degustar los sagrados alimentos, la niña

pequeña de los señores preguntó a la Dama que, si ellos no ponían árbol, a
lo que el Caballero contestó que no, pero que podía tomar lo que necesitara
ya que sus hermanos traían sus herramientas de trabajo y podían cortar el
árbol que más les gustara para adornarlo como quisieran mientras
acariciaba su mejilla con lujuria.
La pequeña dudó por unos momentos, sin embargo, la Dama respaldó

el comentario enfatizando que tomaran lo que necesitaran. La señora
observó a su familia dulcemente y asintió, era el momento.
El brillo de una hoja de metal apareció de forma repentina cortando

el cuello del Caballero. La familia del Hacendado no pudo defenderse. Los
hijos de los señores tardaron cuatro horas en montar el árbol. Los gritos y
alaridos de dolor invadían el lugar mientras los leñadores cortaban y
serruchaban los cuerpos de forma no muy ortodoxa y los talabarteros cosían
los miembros al cuerpo de la Dama que fungía como el tronco. Piernas y
53
brazos eran clasificados por tamaño para asemejar la figura de un hermoso

pino humano. Ojos, lengua, orejas, senos y testículos eran colgados entre los
dedos como si fueran esferas y bastones.
¿Ya lo podemos prender, papi?... Sí, mi niña hermosa. Ya casi es hora…

No prende… Habrá que echarle más gasolina. La niña arrojó el cerillo y el
fuego hizo su aparición mientras la Dama era consumida por las llamas y se
retorcía al sentir como su piel se iba quemando. Mira qué hermoso se mueven
las ramas de nuestro árbol, mami. ¿Cuándo va a nacer? Ya lo quiero ver. Ella
me dijo que se iba a llamar Jesús… Espera un poco; contestó con paciencia
el hermano mayor mientras la abrazaba con cariño. Por el efecto del
sufrimiento, la Dama entró en labor de parto. ¡Mira! ¡Mira!... ¡Ya está
saliendo!... ¿Ya lo puedo hacer?... No, tienes que esperar a que llore. El
recién nacido irrumpió en llanto mientras el fuego lo iba envolviendo. ¡Ahora,
tómalo y colócalo en el pesebre!... ¿No me voy a quemar?... No, si repites las
palabras que te hemos enseñado y lo haces con fe. La niña entró al fuego
cantando y repitiendo las palabras. Al finalizar, preguntó fascinada, ¿Lo
podemos hacer el próximo año?... Sí, cariño. Conforme a la tradición.
La pequeña se quedó despierta hasta que los cuerpos dejaron de

arder mientras cantaba alegremente “Noche de paz” entremezclada con la
siguiente frase:
“Tú, no te llamas Jesús. Eres Lucifer, el primer hijo negado de Dios”
54
UN HOMBRE MALVADO
FERNANDO D. MARTIN
(ARGENTINA)
55
Hubo un tiempo en que yo era pobre y malvado, dos cosas que no

necesariamente van juntas, pero la bebida es un mortero universal. Eso fue
antes de conocer a mi esposa y formar una familia.
Recuerdo que por aquel entonces pasaron por radio una alerta sobre
la reciente fuga sucedida en la penitenciaria de la zona. Se trataba de tres
reos de alta peligrosidad. Pensé que, si habían tenido el suficientemente seso
para planear una fuga, el paso siguiente consistiría en dispersarse tomando
cada uno caminos diferentes. El más fuerte se impondría al resto haciéndose
con la opción que mejores perspectivas ofrecía: cruzar el bosque. Y ese sujeto
sería sin dudas el equivalente a un trofeo de 8 puntas.
Caí en la cuenta que no me quedaban cartuchos, la última
perdigonada aún estaba dentro de la liebre que había cazado por la
mañana. Con el cuchillo recuperé un número aceptable de granos de plomo
y procedí a la recarga de un par de cartuchos a los que terminé rellenando
con fragmentos de piña de abeto a falta de algo mejor.
Conocía el bosque tan bien como una ama de casa puede conocer el
Walmart del vecindario. Sin demorarme un minuto más de lo necesario me
dirigí al acantilado. Un desprendimiento de roca había dejado una abertura
en forma de cueva de escasa profundidad y era el único refugio plausible
en kilómetros a la redonda. No era mucho más que una apuesta, y aun así
mejor que ninguna.
Al llegar, encontré el escondite desierto, pero habían cubierto con
hojas secas un alijo de ropa y comida, seguramente robados. Hallé al
presidiario no muy lejos, de espaldas a mí y llenando algunas botellas de
plástico en el curso de agua. Dejándome llevar por el espíritu deportivo silbé
una nota para llamar su atención y cuando se incorporó dándose la vuelta le
descargué ambos cañones de la escopeta a la altura del pecho.
El sujeto cayó a plomo, boqueando para recuperar el aire que el
impacto le había quitado de los pulmones. Aproveché para dejarlo a solas
56
con sus pensamientos y me puse a cavar la fosa. Ya estaba inmóvil cuando

lo cubrí con tierra, aunque no recuerdo haberle tomado los signos vitales.
De eso hace ya diez años o poco más. Ahora estoy en el mismo lugar
de entonces, sentado sobre una roca y liándome un cigarrillo mientras veo a
mi propio retoño, sangre de mi sangre, pelarse las manos talando el árbol
que se alimentó de las vísceras y de los huesos de aquel reo. Los trozos de
piña con que cargué aquellos cartuchos debían de contener semillas fértiles
al momento de penetrarle el tórax.
La naturaleza es algo asombroso. Y lo mejor de todo es que acaba de

regalarle a mi hijo el mejor árbol de navidad del mundo.
57
DESEO CUMPLIDO
ALBERTO URIARTE (PERÚ)
58
Diciembre del 95, era la primera Navidad que Elena pasaría sola en
su casa. No esperaba ni quería reunirse con familiares. Descolgó su teléfono
fijo y apagó su celular, pues decidió quedarse sola para mantener una
intimidad entre ella y sus atormentados pensamientos. La pérdida de su bebé
en un fatal accidente era motivo suficiente para no tener ánimo alguno en su
espíritu destrozado.
Faltaban tan solo algunos minutos para la medianoche. Elena, vestida de

sastre color verde y tacones altos, colocó su deseo escrito en una hoja de
papel dentro de un calcetín de rayas rojas, luego agarró una taza de
chocolate caliente y se sentó al pie de su árbol de Navidad. Frente a ella,
una caja de regalo forrada de azul, adornada con listones dorados y en
donde bien podría alcanzar un pequeño animal, le robaba la atención. En su
mente cavilosa, una frase azotaba su angustia: "cumple mi deseo".
Dieron las doce, y la caja se sacudió violentamente frente a sus ojos. Soltó
su taza de chocolate y abrió la caja a toda prisa, solo para descubrir con
alegría que su deseo se había cumplido. Pues en la pérdida de su cordura,
Elena volvió a ver a su hijo.
59
UNA HELADA NAVIDAD

JESSICA CASTRO LÓPEZ (MÉXICO)
60
Descansas tu cabeza sobre el reposabrazos del sillón. Adoras ese

sillón. Era el favorito de tu abuela y siempre te gustó por lo cómodo que se
sentía cuando recostabas tu cabeza sobre su superficie acolchada.
Eso no ha cambiado y simplemente te limitas a descansar los ojos,
mientras esperas a que la cena ya esté lista. Mejor. La última vez que
entraste a la cocina para intentar ayudar con los alimentos, tu madre y tu tía
te sacaron con el pretexto de que ya había demasiadas personas dentro y
no cabía ni una más. Claro que sabías que eso era mentira. En realidad, tu
madre ya ha probado los experimentos culinarios que has hecho de vez en
cuando, y sabe que tu sazón no es el mejor.
Bueno, supongo que ahora ya no sabrá si tu comida podría haber
mejorado. Ni ella, ni nadie más de tu familia.
¿Qué harás cuando abras los ojos y descubras el presente que dejé
para ti en la cocina? ¿Gritarás hasta que tu garganta quede en carne viva?
¿Huiras en busca de los vecinos, o de la policía? ¿Solo te desmayarás?
Me encantaría verlo. En verdad que sí, pero no pienso arriesgar mi anonimato
y mucho menos revelar mi identidad.
No aún. No todavía.
Primero, quiero demostrarte cuánto te amo. Quiero que en tu soledad

me busques y que dependas de mí y solo de mí.
Lo lograré. Estoy seguro de que la próxima navidad la pasarás en mi
casa.
Me aseguraré de que así sea.
61
CARTAS AL DIABLO
LUIS DANTE GORENA (BOLIVIA)
62
Señor Papanoel:
Le escribo después de tres largos años, ahora ya con buena letra y bien
clarita mi carta, tal como me enseñó mi profe Charo. Quiero decirle que lo
conozco desde la noche en que le vi meterse a mi cuarto por la ventana; yo ya
estaba por dormirme y usted me dijo ssshhh, poniendo un dedo sobre su boca
para que yo no hable más nada y entonces la sorpresa sería para mi solita.
Obediente como una buena niña y adivinando cuál sería mi regalo, yo me quedé
mutis para no despertar a mi abuela. Pero ahora que estoy grande, le digo con
mucha rabia que no estuvo bien lo que me hizo, me dolió bastante y hasta al
día siguiente. Pero más me dolió saber que usted había sido un mentiroso y un
farsante, porque nunca me trajo la muñeca que canta y baila, esa que tanto le
pedía en mi carta. Es usted malo, malo como el Diablo y por eso no me
arrepiento de haberle ayudado a mi abuela a dejarle encerrado como un bulto
inservible en el desván de mi casa, después que ella misma le diera con un palo
en la cabeza cuando vio que quería escaparse por la ventana. Con el tiempo,
se sentía un olor a carne podrida y hasta un ruido finito como de gusanos que
venía del sótano; decía mi abuela que debió ser algún gato muerto que
seguramente se quedó atrapado por cazar ratones. Yo creía que sí, porque
además usted ya se habría recuperado de tan tremendo garrotazo que le dio
mi abuela y seguramente se fue volando en su coche de cuatro renos. Ahora que
yo estoy más grande, no le escribo para pedirte nada, porque ya sé que usted
nunca cumple su palabra. Ya no creo en Papanoel y no me gustan las navidades.
Firma: Valentina.
63
¡JO, JO, JO, JOYAS!

MARÍA DE JESÚS MORENO
(MÉXICO)
64
Mamá y yo estábamos en la joyería y fue allí cuando lo vimos irrumpir:
Nos pidió que no lo miráramos y hasta nos obligó a tirarnos al suelo.

Yo me sentí emocionado de verlo en acción. Pasó con la tula roja por todos
los estantes, saltó a pesar de su gordura por los separadores y no dejó de
apuntar con su arma que a mi parecer era de juguete.
Luego, dijo varias palabrotas, nos amenazó y huyo. Todos tardamos un

tiempo en cerrar la boca y levantarnos del suelo.
A mí se me ocurrió pensar que era evidente que Noel recurriera a esa

ayuda para solventar todos los regalos del mundo.
65
REGALO DE NAVIDAD
ENMANUELLE GUTIERREZ
(VENEZUELA)
66
Los cuerpos de sus padres yacían inertes en el medio de la sala. Su

único hijo lloraba desconsolado, tendido a su lado y acompañado por dos
regalos circulares envueltos.
—¿No te gusta mi regalo? —preguntó una silueta oscura.
—¡Esto no fue lo que pedí! —reclamó el pequeño.
—¿No?, permíteme revisar.
Entonces, aquel hombre obeso, con la cara arrancada y cosida al

revés, avanzó tomando el primer obsequio, desenvolviéndolo para revelar
la cabeza mutilada del padre, luego: enterrando su mano en la entrada del
cuello y sacudiéndola para hacerla hablar, le respondió:
—¿No pediste marionetas para Navidad?
67
NOCHE DE PAZ
HAROL GASTELÚ (PERÚ)
68
Mamá murió repentinamente la víspera de Navidad, fecha especial en

que sus hijos, hijos políticos y nietos nos reuníamos en torno a ella. Antes de
la cena íbamos a la iglesia a escucharla cantar pues pertenecía al coro. Tenía
una voz que destacaba por su agudeza.
En casa mamá había formado un corito familiar. La primera Navidad

sin ella nadie tuvo ánimos de cantar, así que cenamos casi en silencio y nos
fuimos a dormir.
La Navidad siguiente, al conmemorarse el primer aniversario de su

muerte, decidimos reanudar la interpretación de villancicos como una manera
de tenerla con nosotros en tan magna fecha. Mi mujer había sustituido a mi
madre, aunque su voz distaba mucho a la de ella. Después de interpretar
varios villancicos, tocó el turno de Noche de paz. Cuando Marcela iba a
empezar a cantar el fragmento que dice “Brilla la estrella de paz”, en la
que mamá se lucía en las notas agudas, en lugar de la voz de Marcela
escuchamos la de mamá. Las bombillas de las luces navideñas estallaron y la
casa se sumió en las tinieblas.
Esa fue la última vez que cantamos villancicos y celebramos la Navidad

en casa.
69
DING DONG
VERÓNICA FLORES (BOLIVIA)
70
Tan sólo tenía 8 años y un único deseo de Navidad, el mismo que pidió
las dos últimas navidades. DING la campana le recordaba que la
medianoche estaba cada vez más cerca, DONG apuró el paso, aún le
faltaba el último ingrediente. Tenía frío, pero no le importaba, veía la
algarabía en los rostros de quienes se le cruzaban, tantas luces y adornos
abrumaba su corazón DING se desesperaba, no había manera de conseguir
lo que deseaba, hasta que, al fin, a unos pasos de ella un pequeño clamaba
por su madre, se había perdido. Acercándose presurosa trató de consolarlo,
enjugó sus lágrimas con un pañuelo inmaculado, eso era todo, DONG. Volvió
con una alegría enloquecida, lo tenía al fin; mientras el resto esperaba a
Santa Claus, Noel, el Salvador, ella anhelaba completar el pacto que hizo
con ese ser arcano, oscuro y peligroso para tener a su familia viva o lo más
cercano a la vida que este ente le podía ofrecer.
Después de aquella oscura noche de Navidad, por culpa de esa

espantosa guerra, las paredes se mancharon con la sangre de su familia. Ese
color rojo de su sangre, rojo navidad. Ella fue la única sobreviviente mientras
los pasos de los soldados se alejaban le dio lo que más deseaba. Así que
―por una noche al año, a cambio de las lágrimas de un inocente, un corazón
atravesado y su propia sangre― tenía los restos animados de su familia:
DING falta poco DONG; es la hora.
71
REGALO DE NAVIDAD
BRIZAIDA DE LA NUEZ (CUBA)
72
Casi es navidad. He pasado la noche limpiando la suciedad y

acomodando los regalos. Hace mucho que no festejamos juntos, pero
recuerdo cada detalle. Los adornos en el recibidor. Las postales con
inspiradoras dedicatorias para los amigos y familiares. La forma en que te
gusta condimentar el pavo y el tiempo justo de horneado. Tu pastel de
manzana. El canto a coro de todos en casa y tu envidiable espíritu navideño.
Hace exactamente tres años que no celebramos juntos. Sé que no

pasará nunca más. No después que el juzgado declaró a tu favor la custodia
de Mati. No después de esta noche en que se vence el plazo y nuestro hijo
quedará bajo tú cuidado. Ya nada habrá que nos una.
Casi es navidad y no quiero pasarlo por alto. Para todos es un día

especial. Los regalos para tu familia descansan sobre el asiento trasero del
coche en espera de ser entregados. Seis cajas adornadas con moños en
colores y tarjetas personalizas. Cada una con la felicitación por navidad y
un trozo inolvidable de Mat.
73
LA CAJA
ANDREYNA HERRERA (BOLIVIA)
74
―Mi abuelo me dijo que cuando muriera debía quemar esa caja sin
abrirla.
―¿No te da curiosidad ver qué tiene adentro?
Ambos abrieron la caja, pero solo encontraron unas estatuas de los

tres reyes magos y del bonachón del Papa Noel.
―Ahora ya sabes qué guardaba tu abuelo, no quememos las figuras,

están muy bien conservadas, pongámoslas en el pesebre navideño.
Ambos decoraron el pesebre, pero el hijo mayor al ver a sus padres

armando, les cuestionó por la figura del Papá Noel. Lo consideraba el
símbolo de las grandes empresas que materializan estas fechas para vender.
A media noche, se escuchaba unos ruidos, el padre salió del cuarto,

fue a la cocina y vio a un hombre gordo hurgando el refrigerador, cuando
vio su cara se asustó mucho; su barba estaba empapada de sangre. En un
rincón estaba el perro desmembrado, estaba paralizado sin poder gritar.
―Jo jo jo ¡Feliz Navidad!, es hora que habrás tus regalos ―reía el

Papá Noel, salpicando sangre de su boca― creo que no te salvarás, no veo
que hayas comprado Coca Cola, tampoco un lechón y menos artículos de las
grandes empresas.
De pronto la esposa fue a ver a su esposo, miró el pesebre destruido,

se dirigió a la cocina y gritó aterrorizada, porque el Papa Noel lanzó un
machete directo en la cabeza del hombre, cayendo muerto.
―Jo jo jo ¡Feliz Navidad!, creo que tú tampoco te salvarás, no

compraste productos Nestlé para celebrar, menos unos Mcdonald´s… pero
miren quién se apareció, Jo jo jo ¡Feliz Navidad! ―Papá Noel miraba al joven
que intentaba levantar a su madre que abrazaba el cuerpo inerte de su
esposo ―¡no sé a quién elegir! a la madre o al hijo que no cree en mí…
75
El joven no logró alzar a su madre, el Papá Noel se acercaba, tuvo

que huir el hijo. Mientras la madre lloraba, pudo sentir su sombra de este ser
siniestro que liberó de la caja de su abuelo, dio su último suspiro, ambos
esposos eran un charco circular. Papá Noel alzó una cámara y los fotografió
―deberían diseñar esferas con esta foto para su árbol navideño, jo jo jo…
El gordo cayó al suelo, por un fuerte golpe que recibió por detrás, se
encogió el Papá Noel, volviendo a ser una estatua. El joven lo alzó y lo colocó
en la caja para luego prenderle fuego.
El joven fue enviado a la cárcel por el homicidio de sus padres: ¿quién

le creería que fue el criminal Papá Noel?
76
EL TRAJE ROJO DE LA NAVIDAD

DULCE ESPERANZA CRUZ
(MÉXICO)
77
León escuchó que tocaban la puerta. Cuando abrió no había nadie,

pero al cerrar vio en el piso una varita de abedul. Se sobresaltó al ver el
trozo de madera. Su mente trajo a la memoria los castigos recibidos en su
infancia, en especial uno que lo atormentó por mucho tiempo desde que tenía
10 años.
Se metió a su cabaña y comenzó a beber tequila con desesperación.

Después de terminarse una botella entera cayó inconsciente. Despertó
gritando y dando manotazos en el aire. Aún presa de la resaca, se levantó
para ir en busca de su material de trabajo.
Mientras caminaba hacia el armario recordó al ser extraño con

cuernos, colmillos y pelaje oscuro que se encontró la navidad de hace 15
años y la promesa que le hizo para salvar su vida.
Se vistió con prendas rojas y tomó su bolsa grande; era momento de

repartir regalos y saldar su deuda.
78
FELIZ NAVIDAD, SEÑOR SANTA…

ERIK MÉNDEZ (COLOMBIA)
79
—¡Pero papá! No entiendo por qué Santa nunca me trae lo que pido.
El año antepasado escribí en la carta que deseaba un carro a control remoto.
¿Y qué me trajo? Un asqueroso suéter verde. El año pasado un par de medias
y una chocolatina, en vez del Dron. Pero este año será diferente, ya tengo
mi deseo y sé que se hará realidad.
En la mirada del niño había cierta seguridad difícil de ignorar.
Rafael, su padre, le agitó el cabello mientras lo instó a que ayudara

a su madre en la cocina.
El clima aquella mañana decembrina había sido muy generoso con

ellos: la nieve caía parsimoniosa, los primeros rayos del sol comenzaban a
entrar delicados y él, en cuanto su hijo viró hacia la cocina, tomó la carta
junto al árbol de navidad, y la leyó:
—Este año lo único que deseo es poder hablar contigo un momento a

solas, Santa.
El padre salió satisfecho al saber que, por primera vez podría traer
el regalo ideal a su hijo.
En la noche, Rafael disfrazado con barba blanca, y ropas rojas

esperaba ansioso al niño, mientras desde la escalera, su propio hijo
apuntaba la escopeta de dos cañones hacia él.
Feliz Navidad, señor Santa, se escuchó previo al restallido del

cartucho.
80
NOCHE MALA
JOSÉ TAMAYO (MÉXICO)
81
Aquel día, la familia García Cordero decidió ir a comprar sus

nochebuenas al monte, don Sixto era quien tenía sus invernaderos para el
invierno. La familia estaba integrada por Nancy, la mamá, Umberto, el
padre, Carol, la hija adolescente y Lila, la bebé. Buscaron detalladamente
las mejores nochebuenas. Observaron lo largo que eran los invernaderos,
teñidos por una gran alfombra de flores rojas, sin embargo, en una parte de
estos se localizaban seis nochebuenas con sólo hojas verdes. La familia
preguntó sobre la situación, y don Sixto comentó que esas eran especiales,
durante cada cosecha, siempre salían seis sin hojas rojas, que en la noche del
24 de diciembre solían pintarse a la hora de la cena. La familia García
Cordero seleccionó dichas plantas particulares, pues les pareció apetecible
presumir sus nochebuenas únicas en redes sociales, no obstante, don Sixto
sabía más, don Sixto lo sabía todo, sabía sobre los aztecas.
Entonces se llevaron las seis nochebuenas, las acomodaron alrededor

del pino de navidad, atiborrado de esferas, luces y demás. Cuando llegó la
hora, las colocaron alrededor del comedor para poder captar el momento
justo en que las hojas iban a cambiar al color rojo tradicional. Todos estaban
listos para celebrar sentados en la mesa. Los regalos puestos sobre las faldas
del pino los esperaban. La fecha más feliz del año terminó después de chocar
sus bebidas en un brindis familiar. La bebé Lila comenzó a llorar desde su
periquera, Nancy se paró en seguida, repentinamente, una de las
nochebuenas se alzó frente a ella, alargó una de sus ramas y la incrustó en
su ombligo atravesándole el cuerpo por completo. Todos gritaron
efusivamente, los gritos anunciaron la muerte. Umberto fue a tratar de
rescatar a su esposa, una rama que provenía de una de las plantas que se
encontraba detrás de él le atravesó el cuello hasta salir por la boca. Carol
intentó escapar, las seis nochebuenas la suspendieron sobre el aire para
posteriormente incrustarse en todo su cuerpo, vertiendo su sangre sobre la
cena. La pequeña Lila no paraba de llorar, al tiempo que dos ramas le
82
atravesaron los ojos. Así las hojas se tiñeron de rojo al final: el sacrificio con
el que los aztecas recobraban la fuerza.
83
MILAGRO NAVIDEÑO
ANA ORTIZ (MÉXICO)
84
El animador daba pie para que los invitados pasaran a la pista y

abrieran el baile navideño. Un mesero sirvió un vaso con whisky y agua
mineral a un hombre joven justo cuando sonó su teléfono. La sonrisa que tenía
dibujada en el rostro se esfumó al instante que una voz de fingida empatía
le señaló que, con urgencia, debía trasladarse al hospital. De un salto salió
disparado de su asiento, cayendo al suelo el gorro rojo con borla blanca que
le acababan de colocar. Al cruzar las puertas de la sala de urgencias corrió
hasta el mostrador, diciendo a bocajarro el nombre de su esposa. Una
enfermera le pidió esperar en lo que iba por el doctor. El hospital se
encontraba concurrido, se llevó las manos a los bolsos del pantalón, sentía
demasiada ansiedad, la espalda estaba perlada de sudor. Concentró la
vista en un pequeño pinito que muy mono adornaba la recepción.
Alguien le observaba, se giró sobre sus pies, su esposa se encontraba

frente a él. Su rostro lucía desencajado, pálido. Con una mueca que cambió
a sorpresa avanzó hacia ella. “¿Te encuentras bien?”, preguntó al momento
de abrazarla. No le devolvió palabra alguna. Estaba rígida y fría. La mujer
se limitó a caminar rumbo a la salida, le siguió en silencio, buscó con la mirada
al médico o la enfermera, no los vio, escuchó una conmoción por lo que se
alejó pensando que estarían ocupados en algo más grave.
El camino a casa estuvo sumergido en un incómodo silencio. Suspiró,

volteó los ojos y abrió la boca: “Discúlpame por lo de esta tarde, pero vez;
los golpes no fueron tan graves. ¿Ocupas algún medicamento?”. Dijo eso aun
sabiendo que, al salir de casa, su esposa tenía muy mala pinta debido a la
golpiza que le propinó en el vientre. “Por lo menos te saliste con la tuya, ya
no iré a la posada ni veré a esa mujer”, remató.
Al escuchar eso último, quien había sido su esposa por nueve años le
regresó una mirada vacía, no, hubo algo que el hombre observó en el fondo
de aquellos ojos que lo llevó a experimentar un descomunal terror; en un
instante la mujer pasó su pie al acelerador y tomó el volante con una rigidez
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tal que pareció una roca inamovible. El hombre luchó por destrabar aquel
agarre y notó con agónico horror que se dirigían hacia una pared bellamente
decorada con una familia abriendo regalos navideños. Su respiración
agitada cesó de tajo al recibir el impacto que prensó el interior de su coche.
Mientras, en el hospital seguían buscando el cuerpo de la occisa.
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ROJO
ROBERTO AGUILAR HERNÁNDEZ
(EL SALVADOR)
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En casa de Carlos se sentía el ambiente navideño, en la sala de estar

se podía observar un gran árbol con adornos brillantes, rodeado de luces de
todos los colores y en su base una enorme cantidad de regalos, todo esto
frente a una pequeña mesa en la cual yacían unas deliciosas galletas con
chispas de chocolate y un vaso con leche. Los adornos en las paredes también
eran adorables, los colores rojo y verde se apoderaban del lugar, aunque
esa noche había más rojo que de costumbre.
El pequeño Carlos no había podido dormir de la emoción, pues le

había escrito a Santa Claus una interminable lista de obsequios y planeaba
verificar por sí mismo que todas sus exigencias se hubieran cumplido,
lastimosamente su nombre no estaba en la lista de los niños buenos y por lo
tanto la visita recibida no fue la que él esperaba.
Por desgracia, nadie comió de las sabrosas galletas que estaban

sobre la mesa, pero la buena noticia es que Krampus se fue satisfecho esa
noche.
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FELIZ NAVIDAD
TERESA MONTSERRAT ALVAREZ
(MÉXICO)
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―¡¿Otra vez carbón?! ¡Ya estoy harto de esta puta mierda de cada
año!
Vi cómo mi hermano le lanzaba los trozos de carboncillo a la cara de

nuestra madre. Me levanté con la sangre hirviendo de rabia y le di un
puñetazo en el rostro.
―¡Si te da carbón cada año es por algo, pendejo! ―Le respondí lleno
de impotencia.
―¡Tú no te metas en esto, Ricardo! ¡Esto es entre ella y yo! ―Dijo,

escupiéndome a la cara.
―¡“Ella” es tu madre, Arsenio! ―Y me le abalancé quedando encima

de él, inmovilizándolo.
Tenía la cara de angelito, pero era un cabrón para sus cortos 9 años
y todo era culpa de nuestro padre, pues tenía su endemoniado carácter.
―¡Basta ya niños! ―Gritó ella con fuerza y nos separó en el preciso

momento en el que estaba por meterle otro golpe en el hocico.
―¡Si quieres que me calme, déjate de mamadas y dame regalos de

verdad mujer!
―Santa es el que los trae, hijo. Tienes que portarte bien si quieres que
te traiga regalos aunque sea una vez. Eso no lo decido yo.
―¡Entonces haz algo al respecto y dile a “Santa” que me dé lo que me

merezco!
Un gran agujero se abrió bajo sus pies y vimos como él caía hacia el
infierno, lleno de niños gritando de forma desesperada y que se retorcían
entre las llamas mientras suplicaban la ayuda de sus madres que los salvaran
de los azotes que les desollaban la piel y carne de los huesos a manos de
90
demonios. Alguien abría la puerta tras de nosotros y se nos acercaba con

fuertes pisadas, pero ni siquiera nos inmutamos.
―Qué bueno que por fin llegaste a casa ―mencionó mi madre con un
suspiro de alivio cuando sintió una gran mano rodeando su cintura.
―¡Ya no lo soporto, padre, es un demonio!
―Ya lo sé, ¿por qué crees que es mi hijo? ―dijo, con una sonora
carcajada y nos miró con sus grandes ojos rojos―. Mejor vamos a cenar,
traje otro niño malcriado.
―Si Krampus, querido― dijo mamá y se fue a la cocina con una sonrisa
en la cara a preparar la macabra cena humana.
91
OTRA NAVIDAD
CARLOS NURICUMBO (MÉXICO)
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“Ya es víspera de navidad. Esta es la mejor época para celebrar”, dijo

el pequeño Lucas, entusiasmado, después de haber colocado el árbol junto a
la ventana, ponerle las luces de colores y los adornos navideños. Subió las
escaleras hacia su habitación y trajo varios gorros de navidad para cada
miembro de la familia, todos se colocaron el que mejor les llamaba la
atención. Algunos eran de color verde y otros de color rojo. Su hermano
mayor, Martín, puso a un lado del árbol un muñeco. Era casi del tamaño de
Lucas, la cara del muñeco no tenía un aspecto alegre, más bien era aterrador,
mostraba su cara deformada en una grotesca mueca de terror eterno, de
ojos rojos y brillantes. A Lucas no le provocó mucha confianza al verlo, así
que fue hasta donde estaba y le colocó un gorro.
En plena madrugada bajó las escaleras y se dirigió al árbol de

navidad. Todo estaba oscuro, lo único que sobresalía era las luces de colores,
los regalos ya estaban ahí. Había uno muy grande y supo de inmediato que
era para él. Los ojos del muñeco se mezclaban con las luces de colores. Al
intentar abrir el regalo escuchó que algo se movía detrás del árbol como si
un animal estuviera saliendo, dispuesto a atacar. Lucas quedó paralizado del
miedo, la cara de horror no se desaparecía de su cara. Dos extremidades
retorcidas alcanzaron su delicado cuello y la presión hizo que emitiera un
grito que se escuchó por toda la casa, pero desapareció en el silencio.
Sujetándolo de su pequeño cuerpo lo introdujo dentro de la caja de
regalo, dejando una carta que decía: “feliz navidad”.
En la mañana siguiente su mamá, gritaba desde la planta baja; ya era

hora de abrir los regalos. Como no obtuvo respuesta, abrió el regalo y vio
que dentro se encontraba su hijo. La cara de la madre, muerta en llanto y
terror por lo que estaba viendo, quedó perpleja. Metió las manos tratando
de no romperlo y sacó a Lucas como un muñeco de plástico. ¡Otro año se
repetía! Lo colocó a un lado del muñeco de ojos brillantes y siniestro. Aquel
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muñeco con cara de terror era su hermano que el año anterior había pasado
por lo mismo.
Esta vez podría ser diferente, pensó entre lágrimas.
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NIEVE ROJA
YANAY PERAZA (CUBA)
95
¡Corre! ¡Corre, conejita! Gritan las voces de mi cabeza. No sé si para

salvarme, no sé si sobreviva, sólo sé que la nieve espesa dificulta mi carrera.
Tanto miedo por dentro, tantas luces y colores por fuera. La calle se viste con
parpadeos y villancicos. Yo sigo corriendo sin otra meta. La nieve blanca y
juguetona abraza mis tobillos. Pierdo el aliento, desfallezco por momentos.
Se aprieta mi garganta escurriendo un iceberg. La calle vacía
contempla el miedo a morir. La muerte tiene efectos segundarios que invita
a vivir. La adrenalina del momento hace que mis pasos helados no paren. El
grito de un puñal deja caer gotas rojas en el hielo. ¡Al fin respiro! Se calman
las voces.
Conseguí nieve roja entre tanta insípida nevada. Ya puedo caminar sin
correr. Ya tengo la paz que necesitaba, es increíble cómo un acto sencillo
puede resultar tan satisfactorio. El cuerpo que yace tendido en el suelo es el
primer adorno navideño de mi agrado. Este ha sido su último festivo,
desafortunado al parecer. Se nota en la manera en que me mira mientras se
atraganta con su propia sangre.
Pobre conejita, pero gracias a su sacrificio mi navidad acaba de

empezar.
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A LA SEÑORA DE CLAUS
JIMMY CASTRO (VENEZUELA)
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Seré sincero, soy una persona llena de rencor, no me importan los análisis
psicológicos o las filosofías optimistas, no creo en perdonar y olvidar, no me
interesa. No busco la tranquilidad o la felicidad. Estuve planificando mi
venganza durante años, y hoy, al fin, lo he conseguido.
Usted se preguntará qué fue lo que hizo su esposo en mi contra para que
yo acometiera tales acciones, lo lamento, no le daré el gusto de justificarme, ya
que usted le dará la vuelta a mi respuesta con excusas, analizando mi caso y,
tal vez, lo comparará con otros a los que les ha ido peor en la vida, pero que
se han comportado moralmente mejor. No me importa.
Cuando era niño, sufrí una gran decepción en una navidad que Santa nos
visitó. A pesar de mi corta edad, tenía la seguridad de que los regalos que
recibía en esa fecha tan especial, eran comprados por mis padres. Cuando
descubrí que, en realidad, su esposo intervenía en el acto quedé maravillado,
sin embargo, sus acciones produjeron consecuencias nefastas, dejándome una
huella de dolor inenarrable.
Pasadas varias semanas del evento, ocurrió la epifanía, si ese ser

fantástico era real, también debían serlo otros. Así que durante años dediqué
gran parte de mi tiempo a escudriñar en el conocimiento humano, hasta
conseguir todo lo relacionado con las invocaciones satánicas. Así es, hice un
pacto con el diablo, el cual no cumplí, y cuando vino a cobrar, gracias a un
ardid meticulosamente planificado, en vez de llevarme a mí, se ha llevado a su
esposo.
No soy tan ingenuo como para creer que podría deshacerme de alguien
como Santa, tampoco me creo lo suficientemente poderoso como para evitar
que el diablo cobrará lo que le debía, así que ahora Santa está en el infierno,
y Satanás está condenado a disfrutar de la navidad. Creo que había olvidado
mencionarlo antes, pero contra ese ser también tenía una venganza planificada.
Sin más que agregar, le deseo que pase una linda navidad.
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La carta no tenía firma, no hacía falta, la señora Claus sabía quién la

había escrito y por qué. Se sirvió un vaso de ponche navideño, se asomó a
la ventana, delante de sí estaba el paisaje de un desierto helado.
99
NOCHEBUENA
ERIK SOTOMAYOR (MÉXICO)
100
A mis papás siempre les gustó la navidad, dicen que es época de dar
y recibir.
Yo en lo personal la odio, hablo con mis compañeros en la primaria y

todos presumen sus regalos, sin embargo, noto que ellos no dan nada a
cambio.
Llega la noche buena y estoy preparada, este año pedí un triciclo y

una patineta, cierro los ojos cuando oigo la puerta y aprieto los labios cuando
siento las manos de santa en la cadera
101
LA ÚLTIMA POSADA
LUIS EDUARDO ALCÁNTARA
(MÉXICO)
102
“A ver, chamaco latoso: ¿cruz o cuernos?, adivina que te estoy

poniendo”, escuché esa conocida voz de mujer que a diario me reprende en
casa, y ante mi respuesta acertada, apretó un poco más la venda de los ojos.
Así comenzó el ritual. Tres vueltas en redondo y aparece el clásico

dale, dale, dale, no pierdas el tino. La piñata comienza a subir y bajar de
manera bamboleante. Porque si lo pierdes, pierdes el camino. Algarabía total
por estar gozando de la última posada. Ya le diste una, ya le diste dos, ya le
diste tres y tu tiempo...
Desciendo un poco la venda y observo a Luciana, que sigue parada

frente mí. Comprendo que mi tiempo se acabó. Dale, dale, dale. Entonces
mido la distancia y suelto el batazo. Las ráfagas de sangre caen como lluvia
ligera entre los vecinos, quienes minutos antes se abalanzaron felices sobre
golosinas, frutas de temporada y juguetes.
Nunca más volverá Luciana a jactarse de ser la madrastra más terrible

de las Navidades.
103
DESTRIPANDO A SANTA CLAUS

ARISANDY RUBIO GARCÍA
(MÉXICO)
104
El hombre vestido de rojo nunca me trajo nada en Navidad, por eso,

cuando anunciaron que estaría en el orfanato, decidí preguntarle por qué.
Preparé galletas y leche con pastillas mágicas de las que me dan a mí. Al
llegar, vio la ofrenda y se la comió.
Me acerqué a increparlo antes de que las cuidadoras despertaran a

los demás niños y le dije con seguridad: «Santa Claus, he sido una buena
niña. A pesar de que mis padres me abandonaron en un parque a los siete
años, saludo con amabilidad y doy las gracias si alguien hace algo bueno
por mí. Dime, ¿por qué nunca me traes regalos?». El descarado sujeto no
respondió, tan solo movió los ojos y los cerró.
Ante eso, recordé las palabras de la psicóloga: «cuando no sabemos

qué decir, las respuestas están en nuestro interior». Varias veces vi a la
cocinera destazar a los pollos para el guisado, corrí por un cuchillo y me
esforcé por hallar lo que buscaba. No conseguí nada, las explicaciones no se
ocultaban entre los pulmones del regordete bonachón, tampoco bajo su
hígado y menos junto a los riñones. Por más que revolví sus intestinos, nada
aclaró por qué en el árbol nunca encontraba un regalo con mi nombre. Me
levanté con una impotencia tan grande que mi tierno cuerpo, de solo once
años, tembló sin control y pisé, sin querer, una tarjeta que anunciaba
espectáculos infantiles y animadores para fiestas.
Desconsolada, me dirigí hacia la estancia de las niñas, pero en el

camino una encargada del albergue me detuvo. Preguntó por el rojo de mis
manos y yo negué, seguía llorando, la desolación me embargaba. La cabeza
me daba vueltas, incluso consideraba la posibilidad de que ese hombre no
fuera el verdadero Papá Noel.
Volvimos al recibidor y ahí, con los ojos desorbitados, la mujer señaló:

«¡Monstruo, has destripado a Santa Claus!». Las horas pasaron. Llegó la
policía junto con unas personas cuya bata decía «sipiatra». No logré
entender nada, hablaban de pastillas caducadas y me llamaban
105
«pisofrénica» o algo así. No hay problema, pueden hacer lo que quieran, a

pesar de todo, seguiré siendo una niña buena.
106
SIN VIDA
HEIDI MOLINA (VENEZUELA)
107
San Nicolás se encontraba algo nervioso debido a la carta que había

recibido una semana antes.
No obstante, siguió tales indicaciones: entró por la chimenea y se

dirigió a la mesa donde yacía una bandeja.
Acercándose lentamente, retiró la tapa que la cubría.
Su rostro mostraba el horror de tan macabra escena.
¡No lo podía creer!
Cristhian, un niño de tan solo ocho años, cumplió su promesa.
Le devolvía a aquel hombre de barba blanca, la pequeñita de ojos

celeste quien, durante un año, le arrebatara el amor de sus padres.
Esta vez ¡Sin vida!
108
CASCABEL, CASCABEL
LYANNE ACOSTA (MÉXICO)
109
“¡No saben lo que están haciendo!” Su rostro estaba poseído por el

terror al igual que el resto de su cuerpo. Había también desesperación. Ella
era la desesperanza personificada.
“¡Dejen de cantar!” “Paren ya”.
El cuadro era abominable, el color rojo por todos lados…su color. Lo

más atrayente es y será la música que cada año inicia en fechas más
tempranas.
A la distancia se distinguían dos hombres pequeños que

enigmáticamente crecieron y sin más la sacaron de la plaza casi a rastras.
El coro continuaba mientras las tres figuras desaparecían en el punto

más limpio donde una multitud se aseguraba de que la señora C no
interrumpiera los planes del jefe.
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TEN LO TUYO
CARLOS ENRIQUE SALDIVAR
(PERÚ)
LORETO SOLEDAD
(FOTÓGRAFA)
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Mira, Guillermo, nunca fuiste santo de mi devoción, pero te considero,

pese a todo, una buena persona. No me importa que le hayas hablado mal
de mí a una parte de la comunidad literaria. Los dos somos escritores,
eficaces en nuestra labor y eso nos hace «hermanos»; estamos en el mismo
barco y no conviene que nos hundamos, si me voy yo, te vas tú. Este bonito
libro, «La sangre manda» de Stephen King, es una muestra de mi aprecio
hacia ti. Es más, te dejo otro regalo, una historia que no han querido pasar
en las noticias porque está considerada desopilante (qué tal adjetivo
utilizaron). Mi cuñado trabaja en canal 13 y me dio el dato. Pasada la
medianoche de hoy, un enorme trineo chocó contra un ómnibus que llevaba a
varios miembros de la banda criminal Los Gallegos, sí, los que llegaron a mi
barrio a apoderarse de los parques en las noches y a pedirles cupos a los
negocios. El caso es que ese trineo iba ¡volando! Solo unos pocos, de entre la
veintena de delincuentes, sobrevivieron, pero el sujeto que manejaba el
transporte volador los atrapó, y se comió a vivos y muertos. No bromeo,
incluso sus renos se alimentaron de los cuerpos sangrantes. Hubo una testigo,
una mujer que pasaba por allí y, aterrada, dio cuenta a las autoridades. Ella
tuvo el aplomo de grabar el hecho, pero las imágenes salieron
distorsionadas. Hace tres horas, a las ocho, esa dama dijo en Internet, ya más
tranquila, que su madre le contó que Papa Noel se comía a la gente (incluso
niños) que se habían portado mal durante el año. No solo él los devoraba,
también sus renos mágicos, sus duendes y otras criaturas extrañas del lugar,
de las que hemos oído poco. Lo hace para recargar energía y crear los
juguetes y regalos que les dará a los niños buenos del mundo. Sí, aunque no
lo creas, claro, no puede comerse a todos los malvados de la Tierra, solo a
una parte, y lleva mucha carne a su hogar en el Polo Norte, como reserva
para todo el año. ¿Qué pasa, Guillermo? ¿Por qué te asustas? Es poco más
de las once, aún es Navidad, 25 de diciembre. Sí, lo veo, tu puerta se abre.
Él entra, ¡te señala! ¿Hiciste cosas horribles?
En fin, a cada quien lo que le toca, hermanito.
112
¡FELIZ NAVIDAD!
SYLVETTE CABRERA
(PUERTO RICO)
113
Fue una noche de villancicos, refrigerios y platos navideños en la

vecindad. Marisa disfrutó mucho dicha confraternización con sus amigos.
Llegó a su casa entusiasmada y contenta rebosante del espíritu de la época.
Al entrar a la habitación, cargada de regalos de última hora, vio pasar un
celaje de un extremo a otro de la alcoba. Escuchó además una carcajada
siniestra. En tanto, el cuarto se tornó gélido y se le erizó la piel al percibir
súbitamente el perfume de la colonia Versace, favorita de Giorgio.
Se llevó las manos a la boca para no gritar cuando observó que se

hundió el lado izquierdo del colchón como si un cuerpo lo ocupara. Y salió
como un bólido despavorida del lugar, demudada, con un fuego helado en
los pulmones.
Recordó en ese instante que era la víspera de Nochebuena, otro

aniversario y el pacto de sangre. Trémula y afligida encontró el velón blanco,
el rosario y la foto del difunto, los cuales colocó sobre la mesa del comedor.
En tanto elevó el credo prometido. Reconoció, en mansedumbre, el eslabón
de pecados cometidos y las penitencias correspondientes. Asimismo, el exiguo
valor de su alma. De pronto la invadió una sensación extraña y horrible, e
inmediatamente su rostro se iluminó con una malévola sonrisa. Entonces sus
pupilas divisaron las rosas marchitas que yacían desde meses en aquel
maldito florero como símbolo de la clara llamada de los náufragos desde
las tinieblas del inframundo. Sin embargo, jamás supo racionalmente, cómo
aquel extraño florero se instaló en la esquina de la credenza, en cuya base
leía: ¡Feliz Navidad!
114
REGALO DE NOCHEBUENA
ALEJANDRO REYES (PERÚ)
115
Las noches en vísperas de navidad tienen un sabor cálido, quizá sea el

olor de las calles lo que me gusta más de estas fechas; lo digo porque me
recuerda ligeramente a mi padre. No sé exactamente si fue una buena
persona o no, solo sentía seguridad al estar cerca de él, pero, anoche no
volvió más a casa. Sé que mamá miente, a cierta edad, te das cuenta de
varias cosas, probablemente solo nos abandonó, creo que en estos tiempos
es algo común, o al menos es lo que escucho en la televisión.
Ya hace 3 noches los gritos de mamá y el ruido no me permiten dormir

bien, es algo triste, quizá al menos para ella. Desearía poder ayudarla, en
especial en esta fecha. Así que hoy, pasando media noche, le daré un
presente que solo yo puedo darle.
Vaya, hace mucho no se sentía tanta calma en casa, ya casi es hora

de cenar y tengo mucha hambre, desearía poder comer algo que no sea solo
panetón y agua. Quizá solo deba dormir un poco más, por si no te lo dije,
soy ciego, no importa.
Pasaron unas horas, pasos en la sala y un fuerte grito me

despertaron… rayos, olvidé que el amante de mi madre venía a verla cada
noche, quizá ahora ya no tenga más razón de venir a casa.
116
MILAGRO DE NAVIDAD
ÁNGELA SACALXOT (GUATEMALA)
117
Los perros en la ciudad desaparecieron semanas antes de navidad.

Los niños lloraban y los adultos no tenían noticias de sus valiosas mascotas,
incluso fue extraño no ver perros callejeros comiendo entre bolsas de basura.
La mañana de navidad llegó mientras todos echaban de menos los

ladridos, cuando de manera sorpresiva los timbres sonaron y se escuchó un
golpeteo en cada puerta. Al asomar la mirada vieron a esos tiernos peludos.
Como si nada pasara, ellos movían la cola tan alegres. Los callejeros jugaban
a perseguirse y los demás fueron recibidos entre abrazos, pero un silencio
afilado cubrió cada hogar en un segundo. Esas caritas tiernas empezaron a
distorsionarse: hocicos abiertos hasta lo imposible, puntiagudos dientes en fila
hasta donde se podía ver y el chasquido de huesos mientras se movían.
Feroces ataques entre gritos de horror, sangre esparcida entre los regalos
bajo el árbol.
Un bondadoso Santa Claus puesto sobre la mesa sonríe al ver un

milagro navideño.
118
BLANCA NAVIDAD
MARÍA PÍA FLORES (PERÚ)
119
“Está prohibido bajar a la sala. Santa Claus prefiere que esperemos…

“¿Y no te has preguntado por qué?”. Desde el rellano de la escalera lo
obligaron a comprobar con amarga decepción cómo una figura familiar
depositaba cajas multicolores al pie del árbol y se alejaba a hurtadillas
conteniendo una risita traviesa. “Te lo dije, tonto, Santa Claus no existe, es
solo…”.
Su padre se ausentaba del hogar casi todo el año por trabajo. Este
último reencuentro había sido lapidario. Al día siguiente su madre le pidió
que cambiara esa carita larga. Había ganado el sorteo de la juguetería.
Podía agradecer a Santa Claus por haber sido tan generoso. Ah, y se le
permitía llevar amiguitos. El líder reconoció al hombre común detrás del
personaje desparramado en el sillón. Ni siquiera estaba tan gordo el muy
cretino. ¿Y por qué iba disfrazado de blanco? Menudo chiste. Igual sería
divertido arrancarle esa barba artificial y terminar de exponerlo frente al
mocoso deprimido. Hizo un guiño malicioso. El resto del grupo celebró la
gracia. Llegó el turno de posar para la foto. Forzaron una sonrisa y se
acomodaron junto al dichoso abuelo que súbitamente se convirtió en un
monstruo viscoso de cáusticas fauces y procedió a devorarlos. Conforme
masticaba iba tiñendo su traje de rojo y adquiriendo el voluminoso vientre
que lo caracterizaba ante la intensa mirada del primer niño. Otros chicos de
la fila que hasta entonces se habían mostrado aburridos quedaron cautivados
por la carnicería. Una voz edulcorada se oyó a través del perifoneo: “Los
aquí presentes han sido convocados por ya no creer en Santa Claus y están
en su derecho, pero no sean tan ### de arruinar la fiesta a los demás. La
Navidad es inocencia. El secreto debe permanecer protegido. No se vale
soplar. Ahora lo saben. Y aunque hay cero regalos para los ángeles caídos,
tampoco se marchan con las manos vacías. Reciben su merecido.”
El joven auditorio asintió resuelto. “JO, JO, JO”. La complacida bestia

volvió a adoptar su forma humana. Unos diligentes duendes limpiaron la
120
sangrienta escena y dispusieron bollos rellenos de mermelada como cortesía

por la visita. El sonido del reloj quebró el efecto hipnótico. Las puertas, otrora
cerradas, dieron la bienvenida oficial a decenas de criaturitas que entraron
en tropel chillonas de entusiasmo, directo a abrazar a su adorado benefactor
en cuyos ojillos luminosos el espíritu navideño parecía estar más vivo que
nunca…
121
AKETZALI RODRIGUEZ
TRADICIÓN FAMILIAR (MÉXICO)
122
De mis épocas favoritas del año, Navidad es sin duda una de mis
favoritas. Nada se compara con el ambiente decembrino, el frío que cala los
huesos, el ponche rojo ardiendo en la garganta, los villancicos sonando en las
calles, las luces brillando rítmicamente: uno, dos, tres y de fondo su cancioncita
tan peculiar, los pinos navideños decorando cada hogar, las esferas en
donde se reflejan la sonrisa de los niños al dar y recibir sus regalos…
Aaaaah los regalos, los regalos, creo que son mi parte favorita de navidad,
junto con la convivencia en familia, las risas, los abrazos, la comida, los
preparativos…
En mi familia tenemos una antigua tradición. Cada año por un breve

momento maravilloso, y por la magia de la navidad, se reúne con nosotros
un familiar que hace tiempo no vemos y todos contribuimos con un obsequio
para su llegada. Hacemos dos sorteos, primero para que se defina si vendrá
un hombre o una mujer y después hacemos papelitos para que cada uno sepa
qué va a aportar. Este año ha tocado mujer y a mí me han tocado “ojos”. Los
tengo ya en un frasco, ya compré papel para envolver con galletas de
jengibre y un gran moño rojo.
A lado de mi cuarto escucho cómo mi hermana batalla para envolver

la cabeza. Como la consiguió prematura, aún sigue sangrando; mis primos
como siempre, han dejado todo a la última hora y desde el sótano se escucha
la sierra y algunos gritos, que intentan ellos disimular cantando “Blanca
Navidad”. Ojalá esta vez sean cuidadosos y entreguen piezas completas, el
año pasado la lengua estaba a la mitad, apenas y podía hablar el tío Sam.
¡Estoy muy emocionado! Ya quiero la hora de los regalos, que mi

abuela saque el costurero y arme el cuerpo de Tía Lorena, la elegida para
llegar; un beso de todos, el pequeño ritual y la tía estará con nosotros.
Bueno, amiga mía, te dejo, que en la cocina comienza a oler a ponche,

de seguro ya toda la sangre ha sido puesta en la cacerola y al fuego. Ojalá
los primos acaben pronto para poner el relleno en el pavo; todos saben que
123
las tripas saben mejor cuando el miedo está fresco. Me gustaría seguir
escribiéndote, pero tengo mucho por hacer. En mi clóset aún tengo el resto
del cuerpo, me falta cortarlo para ponerlo en el pozole y poner el cabello
en el pino…pff ¡Cuánto trabajo! Pero valdrá la pena para que la tía disfrute
su visita. Nos vemos pronto, besos. ¡FELIZ NAVIDAD!
124
OMAR GAMBOA
REGALO DE NAVIDAD
(VENEZUELA)
125
Diez... Nueve... Ocho... Siete... Seis... Cinco...
La familia, reunida en torno al árbol de navidad, tomados de la mano,

gritaban la cuenta regresiva que despedía el año viejo al unísono. Cogidos
de las manos y dispuesto al abrazo con el cual recibirían el año nuevo.
Cuatro... Tres... Dos... Uno...
Justo en el momento en que todos se fundían en un abrazo al grito de:

¡¡Feliz Año Nuevo!! Y mientras el ¡Bam! ¡Bam! ¡Pum! ¡Pum! De los fuegos
artificiales cumplía la doble función tradicional de despedir un año y recibir
otro, el ¡Fuuuuuu! de un lanzallamas se unió al abrazo, hasta que los abrasó
por completo.
Un “santa claus”, lanzallamas en mano, su traje rojiblanco matizado

con el grisnegro del carbón, y en su rostro el reflejo del gozo y el morbo,
dibujado por una sonrisa sórdida, se acercó a lo que quedaba rostizado de
ellos. Dejando el lanzallamas a un lado, cogió las partes y las introdujo
sendas cajas de regalo que se encontraban vacías debajo del árbol de
navidad. Una vez depositado los restos chamuscados en las cajas, se las
ofreció a la joven que, sonriendo de manera turbadora, las tomó y luego de
mirar por un momento el contenido, las tapó y las colocó en la mesa donde
horas antes había cenado junto a la familia. Luego, lo ayudó a
desembarazarse del traje; y mientras lo conducía escaleras arriba hacia la
alcoba principal de la casa, le dijo:
— Gracias, Santa. Este ha sido el mejor regalo de Navidad.
Jo, jo, jo. Reía “Santa clus” mientras iba subiendo.
126
MARÍA SALAZAR
DUENDE DE NAVIDAD
(VENEZUELA)
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Una mañana de navidad la joven pelirroja Merope, se dio cuenta que

había dejado sus compras navideñas para último minuto, así que se dio una
buena ducha rápida, luego se vistió; antes de salir de su casa de cercioró de
tener ventanas y puertas cerradas, también las llaves del agua y gas, luego
tomó las llaves de su coche y salió dispuesta a comprar lo que le hacía falta,
pero se olvidó de revisar un detalle: la chimenea la cual estaba apagada a
pesar del frío que hacía por la temporada.
En la noche de navidad, la pelirroja entró a su casa sin percatarse que

algo más estaba allí con ella, al encender las luces también encendió el
arbolito que estaba en la esquina y todas las lucecitas de colores; luego fue
a dejar las compras en el mesón de la cocina, para darse cuenta de que algo
no estaba bien. Vio con mucho espanto como un duende de aspecto horroroso
salía de dentro de la chimenea y se le acercaba con sigilo mientras la pobre
chica del miedo no sabía hacia dónde moverse. Buscando que su cuerpo
reaccionara intentó caminar hacia la puerta, pero ese duende de aspecto
grisáceo, lleno de verrugas, con orejas largas y cuerpo deforme, la miraba
sonriendo y brincaba sobre el mesón quedando más cerca de ella.
La chica del susto gritó espantada tropezando con su cuerpo mientras

la criatura brincaba hasta tumbarla montada sobre su pecho, diciéndole con
voz grotesca. “¡Tú serás mi cena!”. Se escuchó su risa ahogada, con matices
de sinceridad. La pobre joven trató de gritar y allí comenzó la criatura a
pegarle mientras se reía y la rasguñaba, trataba de huir, pero no la tenía
sencilla.
Como pudo, tomó una de las luces para buscar defenderse, pero la
criatura solo se reía viendo a la pobre toda malograda y sin fuerzas. El
duende con su malicia aprovechó ver a la chica en su desdicha y tomó un
128
cable y lo rompió hasta echar chispas, luego se acercó a ella de manera

maliciosa y empezó a darle pequeñas dosis de electricidad.
Luego, después de tanto torturarla, al verla inmóvil, tiró el cable y la

comenzó a arrastrar por los pies en dirección a la chimenea mientras reía de
una peculiar forma ``Jo – Jo – Jo”.
129
JACOBO SÁNCHEZ
REGALO DE NAVIDAD (MÉXICO)
Es noche buena, casi la mitad de ella. En su cama ubicada en una
pequeña habitación del segundo piso, un despierto pre adolescente mira
extasiado aquel brillante y pesado objeto entre sus manos. Con mucho
esmero y cuidado lo limpia de la mejor manera posible, porque no desea
por ningún motivo que alguien se dé cuenta que ha sido usado, rompiendo la
tradición.
“Si mamá se entera, me matará a palos” ―piensa con preocupación―

“le prometimos que todos abriríamos nuestros regalos hasta mañana”.
Abajo, en el primer piso, los aún encendidos leños dentro de la

chimenea iluminan con su curioso resplandor al viejo, pero todavía hermoso
árbol cubierto de esferas y adornos navideños.
A los pies de este, se encuentra tendido el inerte cuerpo del padre del
jovencito, disfrazado con un reluciente traje de Santa Claus. Tiene el cráneo
roto, y de él emana una fea mezcla de sangre y masa encefálica a través
del amplio agujero. Tiene la mirada fija en un objeto que se encuentra en su
mano, una carta escrita con una apresurada y nerviosa caligrafía:
Querido Santa:
Esta es la última vez que te escribo. Nunca me has traído nada de lo que
te pido, y eso me llena de rabia y dolor porque siempre me he portado bien.
Creo que es momento de dejar de creer en ti, como todos los adultos lo hacen.
Además, las voces en mi interior me piden que lo haga, ¡Y son cada vez más
fuertes!
130
Por esto mismo y haciéndoles caso, quiero pedirte en este último deseo, que me
traigas un martillo. Sí, como lo lees, un enorme y pesado martillo. Te prometo
que le daré el mejor de los usos… Tú lo comprobarás.
Con amor y odio:
Jorgito.
131
132
133
RESEÑAS DE LOS AUTORES

Luis Manuel Briseño González
País. México
Luis Briseño de 29 años es un Ingeniero Mexicano y escritor desde ya hace tres años cuyas
obras se inclinan al terror psicológico así como a sacar a relucir a ese monstruo que
llevamos dentro, ese toque de locura que nos caracteriza como seres obligadamente
racionales.
--
Víctor Lowenstein. Escritor. Autor de seis libros de cuentos fantásticos.
Dos menciones de honor de la Sociedad Argentina de escritores (S.A.D.E) y primero y
segundo premio género cuento concursos “Siembra de letras” y antologías “Soles de
América”. Participación en más de veinticinco antologías y una docena de revistas
digitales. Víctor escribe textos ficcionales, horror, weird, y ensayos sobre literatura
moderna. Víctor nació en Buenos Aires, Argentina, un 19 de enero de 1967. Algunos de
sus libros son: “Paternóster” novela corta, ed. Fscm 2014, y “Artaud el anarquista” De los
cuatro vientos, 2015.
--
María Magdalena Lenner.
Argentina.
Docente jubilada,nacida en Chos Malal (Neuquén) y radicada en Colón, Entre Ríos;
escritora de la Editorial Birkat Elohym; participante en ferias nacionales e internacionales
con 15 libros publicados( experiencias y proyectos para docentes, cuentos/
poesías/canciones para niños)
--
Ronnie Camacho Barrón (Matamoros, Tamaulipas, México, 1994) Escritor, Lic. En comercio
internacional y Aduanas, y Técnico analista programador bilingüe.
Autor de 2 Novelas "Las Crónicas del Quinto Sol 1: El Campeón De Xólotl"
(Amazon 2019) y "Carlos Navarro y El Aprendiz Del Diablo" (Editorial
Pathbooks 2020-2022), también 10 libros infantiles "Friky Katy", "¿Tus
papás son vampiros?", "El pequeño Rey", "Los Guardianes del
bosque", "Erika otra vez", "José lo vio todo", "Una
Amiga de las Estrellas", "Las Rivales", "Los Campeones" y
"Los Trillizos mágicos", todos con la editorial Pathbooks y traducidos en 6
idiomas, su más reciente obra una antología de cuentos de terror, fantasía, y ciencia ficción
134
titulada "Entre Nosotros" (Amazon 2021).

Colaboró en 15 antologías y publicado textos en más de 145 revistas y blogs nacionales
e internacionales.
--
Susana Torres Cabeza
Nacida en Zaragoza (España) esta autora estudió psicología en Barcelona donde reside.
En no ficción le gusta leer sobre psicología social, adicciones y sectas. En ficción sus géneros
favoritos son sobre todo la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Otras aficiones que le
influyen a la hora de escribir son la música, los cómics y el cine.
Ha publicado relatos cortos de género fantástico en algunas revistas digitales y en
antologías.
--
Aldo Matus, (Octubre).Mexicano. Enfermo de nacimiento. Ha participado en diferentes
antologías nacionales e internacionales del género horror y terror. Su inspiración es el
entorno y las experiencias vividas en su realidad creando nuevas pesadillas. Siempre está
en busca de nuevas víctimas. El lector tendrá que jugar entre el tiempo y el espacio, la
confusión y la angustia para llegar a un final inesperado.
Cuenta con 3 novelas publicadas y más de 20 relatos cortos publicados en diferentes

casas editoriales en diferentes países. Su repertorio sigue en crecimiento.
--
MARTIN CALERO, Fernando D.
Ciudad de Córdoba, Argentina, 1980. Informático. Apasionado de la fotografía, el cine
y la literatura. Escribe ficción breve y ha participado en la antología digital
NECROEROTICON de Penumbria/Diversidad(es). También fue seleccionado para
participar en los próximos números del Fanzine EL ESPEJO HUMEANTE (15.5 y 16.5).
--
Alberto Uriarte Amasifuen
Nacionalidad: peruana
Ha escrito el libro físico: Creepy: relatos siniestros (2022), y los libros digitales: 100
Nanorrelatos retorcidos (2022) y Larvas en el cadáver. Microcuentos (2023), ambas
disponibles en Amazon. Ha sido finalista del Primer Premio Internacional de Cuento Breve
de Ciencia Ficción “Construcción de Universos Posibles” (2023) y administra la página
“Alberto Uriarte y sus relatos” en la red social facebook.
--
135
Jessica Castro López (Ciudad de México, 1988).- Escritora, ilustradora y creadora de

contenido. Se tituló como licenciada en la carrera de Creación literaria, por parte de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Ha publicado diversos cuentos en revistas y antologías. La mayoría en formato digital y
algunos bajo seudónimo. Se especializa en la literatura de ficción, mitología y tecnologías
literarias.
--
Luis Dante Gorena Vargas.
País: Bolivia
2do. Lugar. Premio Nal. de Cuento “Franz Tamayo”, 2017, Bolivia. 1er.
Lugar. Premio Nal. de Cuento “Adela Zamudio”, 2022, Bolivia. 1er. Lugar.
Premio Internacional “País de Terror. Antología de Microrrelato”. Verso
Inefable, 2023, México.
--
María de Jesús Moreno Estala
Nacionalidad: Mexicana
Ella trabaja todos los días; al caer la tarde regresa a casa, prepara su ropa para ir al
gimnasio por 1 hora, terminada su rutina regresa a realizar la comida. Y ya caída la
noche se sienta en una mesita a lado de una ventana, prepara un café y retoma la lectura
hasta la entrada madrugada. Algunos días cambia la lectura por la escritura.
--
Enmanuelle De Jesús Gutiérrez Ferreira, mejor conocido como Enmanuelle Ferreira, es un
joven escritor Venezolano. Disfruta narrando historias que nacen desde lo más profundo
de sus pesadillas y compartiéndola con su pequeña comunidad de lectores.
--
Harol Gastelú Palomino, Perú, 1968. Licenciado en Música y Literatura por la
Universidad Nacional de Educación. Finalista del premio Copé de cuento 2020 y del
premio Clarín de novela 2022.
--
Erik Sotomayor Valtierra de nacionalidad mexicana, originario de la ciudad de
Aguascalientes y estudiante de derecho en la misma, desarrolló un gusto por el terror a
temprana edad, y, siguiendo los pasos de su padre, decidió participar en concursos
literarios, siendo este, el primero de muchos.
--
136
Verónica Flores Ascarrunz

País: Bolivia
La autora nació en La Paz, Bolivia. Estudió Derecho en la Facultad de Derecho de Ciencias
Jurídicas de la Universidad Mayor de San Andrés. Participó en diferentes concursos
literarios siendo su principal afición desde muy joven.
--
Paola Andreyna Herrera Herrera. Nació en Potosí - Bolivia. Profesora y Licenciada de
Comunicación y Lenguajes, Secretaria Ejecutiva y Auxiliar Contable. Escritora, poeta,
gestora literaria y cultural, editora y artista.
Obras publicadas: Cuentos “Susurro del viento en medio de la tempestad”, 2020,
Miscelánea Literaria “Universo de Palabras”, 2020. Narrativa “Alondra Luna”, 2020.
Poemario “Secretos que matan”, 2016. Cuentos “Sueños Disonantes”, 2016. Poemario
“Ella y él”, 2015. Poemario “Prisión de las letras en alas de mariposa”, 2014. Poemario
“Confesiones de una Poetisa”, 2014. Cuento “El Príncipe Poeta”, 2012.
Publicó a nivel nacional e internacional, en países como: Argentina, Chile, Perú, Ecuador,
Uruguay, Colombia, México, España, Indonesia, Estados Unidos e Italia. Tiene 65 Libros
Impresos, 74 Libros Digitales); también tiene 113 Revistas Digitales y 4 Revistas Impresas
publicadas.
--
Dulce Esperanza Cruz Torres
México
Licenciada en psicología, realizó estudios de la maestría en psicología clínica, legal y
forense. Cursó el 5to diplomado en creación literaria impartido por el INBAL. Sus textos
han sido publicados en la editorial Lengua de diablo (Navidades paralelas), Calvaria
ediciones, Penumbria Botánica y en el colectivo Verso Inefable (Lo que Vemos al amar).
--
Erik Mendez: Funza, Cundinamarca, (1985). Administrador Financiero y Escritor de
novelas de suspenso y misterio, ha fusionado varios géneros literarios para crear historias
entretenidas aptas para todo público. Durante su carrera, ha escrito cinco novelas, las
cuales han tenido excelente aceptación entre los jóvenes y adultos. La versatilidad con la
que crea historias, lo llevaron utilizar la pluma de una forma genuina, rompiendo los
esquemas planteados hasta el momento dentro del ámbito literario. Asegura que su
intención primaria es dejar huella en el corazón de cada valiente que se arriesgue a
leerlo. Participante de un sin número de antologías a nivel internacional, y que le han
permitido ocupar un lugar dentro del marco de la literatura, Erik Mendez anhela que
137
llegue el día en que los libros le ganen la batalla a las armas, y así acercarnos un poco
más al propósito divino.
--
José Tamayo
Nació en Mazatepec, Morelos, México; el 6 de agosto de 1997. La mayoría de sus años
los vivió en dicho lugar, aunque durante al menos cuatro años fue vecino de la Ciudad de
México. Estudió la carrera de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del Estado
de Morelos, es egresado de la escuela de Escritores Ricardo Garibay. Integrante de las
antologías Así vas a morir: la máquina que predice tu muerte, Navidades paralelas de la
editorial Lengua de diablo, de la antología Ocurrió en Morelos, perteneciente al Fondo
editorial del estado de Morelos y de la antología Terror vol. 3, publicada por la editorial
Lebrí. Su cuento “Entre los huizaches” obtuvo mención honorifica en el Segundo concurso
de terror de La sala de lectura Argonáutica de Café la Fauna y Editorial Lengua de
Diablo. Ha publicado algunos textos en distintas revistas. El 15 de agosto del 2023,
publicó en la colección “Aquí dragones” de la editorial Lengua de Diablo, su primera
antología cuentística llamada La tierra cuarteada.
--
Ana Luisa Ortiz Martínez (Ana Ortiz), Monterrey, Nuevo León, México. Regiomontana
de profesión abogada, escritora nacida por la pasión a las historias de terror. El relato
«Nadine & August» fue publicado por el semanario digital el Ojo de Uk y en la
antología Anatomía del amor de Ita Editorial (Colombia). El relato «Paseo nocturno»
forma parte de la antología Crónicas de una noche oscura también por Ita Editorial. Los
relatos «Eternidad» y «La espera» se incluyen en la antología digital Finis Mundi de la
editorial Escritores Neoleoneses Emergentes (México). Ha colaborado con diversos relatos
para los números 28 y 29 de la revista literaria Trinando de publicación digital. Su
primera novela de terror «Negocio familiar» fue publicada este año por la editorial Alas
de Cuervo (Colombia), realizando la presentación en la Feria Internacional del Libro en
Monterrey.
--
Roberto Antonio Aguilar Hernández (San Salvador, 20 de junio de 1994) es un editor,
escritor, poeta y traductor salvadoreño. Autor de los libros Pétalos de Izote (2022),
Sentimientos y Otras Sensaciones (2023) y Cuentos Aleatorios (2023).
Participó en el II Festival Internacional de Poesía Ergo (2023). Sus textos han sido
publicados en diversas antologías y revistas de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, El
Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Italia, Malasia, México, Nicaragua, Perú y
138
Venezuela. Finalista del 12° Certamen “Picapedreros” de Poesía, Microrrelato y Guion

(España).
--
De nacionalidad mexicana, Teresa Montserrat Alvarez Pérez es una joven estudiante que
desde los 4 años de edad, mostró interés por los libros y la escritura al conocer la
biblioteca Profesor Gerardo Pedraza en el jardín principal de Uriangato. Empezó por
lecturas pequeñas adecuadas para su edad; libros infantiles, pero conforme pasaban los
años, su curiosidad y espíritu lector la llevaron a explorar diferentes contenidos literarios:
Antologías de cuentos, leyendas, mitos, novelas de ciencia ficción cómics, libros de historia
antigua, enciclopedias marinas, libros de anatomía, entre otros. Y lo que comenzó como
un solo libro, pasaron a ser más de 3 o 4 al día. Es una joven escritora con 2 cuentos
publicados; "El fantasmita triste" que se encuentra junto con otros cuentos infantiles en el
libro llamado "Los monstruos de mi cuarto" y "Diario Alien" que se encuentra publicado
de forma virtual. Actualmente, sigue leyendo y escribiendo libros e historias de todo tipo
y trata día a día de poder llegar a ser una gran escritora en un futuro.
--
Carlos Nuricumbo
País: México
Escritor aficionado por la escribir cuentos de terror, a un no he publicado y me gustaría
que más lectores leyeran un poco de lo que escribo.
--
Mi nombre completo, Yanay Peraza. Soy de Santa Clara, Cuba. 36 años.
--
Jimmy Castro, Nacido en Caracas, Venezuela, en 1977. Licenciado en Artes, mención
Cinematografía, en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, 2012.
Actualmente viviendo en Buenos Aires, Argentina.
Publicación en la antología Terror, volumen 3, de la Editorial Lebrí, México, 2023.
Cuento: Bris.
Primer lugar en la convocatoria de la antología Detectives y Bandidos, homenaje a
Roberto Bolaño, de Gold Editorial, Colombia 2023. Cuento: El techo.
Primer premio en narrativa en el Concurso de Poesía y Narrativa “HUELLAS II”, Homenaje
a Antoine De Saint-Exupery. Organizado por La Bohemia Poesía y Las Musas Despiertas,
Argentina, 2023. Cuento: El bebedor.
--
Luis Eduardo Alcántara Cruz nace en la Ciudad de México. Estudió Periodismo Ciencias
de la Comunicación en la UNAM. Escribe regularmente narrativa breve.
139
Tiene tres libros publicados: Mundanal Ruido, El Festín envenenado y Desfiladero,

microficciones en cascada. Ha sido publicado en distintas antologías de Latinoamérica y
España. Ganó en 2022 el Premio Letra D´Kambio, en París, Francia.
--
Arisandy Rubio García es licenciada en Psicología Social por la Universidad Autónoma
Metropolitana. Su labor literaria se orienta al terror, suspenso y fantasía. Cuenta con
participación en diversas publicaciones físicas o digitales a nivel nacional e internacional.
Ganadora del certamen «Historias de la Muerte» (2020) en la categoría C (adulto). «Diez
días en Chernóbil» (2022) es su primer libro publicado, está disponible en Amazon y
Google Books. Actualmente, se desempeña como autora, capacitadora independiente,
correctora de estilo y asesora literaria. Parte de su obra se puede leer en Facebook e
Instagram como @argarciacuentos.
--
Carlos Enrique Saldívar (Lima, Perú, 1982). Es codirector de la revista El Muqui.
Es administrador de la revista Babelicus. Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia
ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010), El otro engendro y algunos cuentos
oscuros (2019) y El viaje positrónico (en colaboración). Compiló antologías peruanas de
géneros y temáticas variados, impresas y digitales. Gestó Unicornios decapitados (Lektu).
--
Lyanne Acosta, nace en Guachochi, Chihuahua. Es autora de “Los fragmentos del espejo”
(2020), “Cáscaras de Manzana” (2023) “TODAS” (2021). Su trabajo puede encontrarse
en diversos medio físicos y digitales como columnas relacionadas con difusión cultural y
periodística tanto a nivel local como internacional.
Sylvette Cabrera
Nació en San Juan, Puerto Rico. Pertenece a la cosecha de 1958. Psicóloga Escolar, poeta
y narradora. Miembro del PEN Club de Puerto Rico. Amante de la literatura
hispanoamericana y la gastronomía mexicana e italiana. Sus obras aparecen en
antologías de Hispanoamérica, España y Puerto Rico. dos criaturas literarias inéditas que
esperan ver luz en el 2024.
--
Alejandro Miguel Reyes Quispe
Nacionalidad: Peruana
Al autor en cuestión le gustan las historias cortas de suspenso o trama oscura, si bien quizá
la literatura no es su rama profesional, es algo que disfruta mucho en su soledad y tiempo
libre.
140
--
Aketzali J. Rodríguez Alquicira, mexicana nacida el 15 de octubre de 1998. De
profesión politóloga por la FCPYS UNAM, de vocación escritora, maestra y cuenta
cuentos. Ha participado como cuentacuentos de historias y leyendas de terror en
diferentes escenarios entre ellos los canales de Xochimilco. Como escritora es cuentista
principalmente de cuentos terror y contemporáneo. Escritora participante de la antología
Mujeres en Pandemia y mención honorífica del Concurso Letras Muertas UNAM edición
2017.
--
María Pía Flores Zegarra
Edad 32
Nacionalidad Peruana
Comunicadora de profesión. Ha tenido la oportunidad de colaborar como voluntaria en
una serie de iniciativas educativas. Aun así, no le convence que los logaritmos se apliquen
en la vida diaria. Tampoco se ve de acá a 10 años; prefiere aventurarse. Aprende nuevos
idiomas… por gusto. ¿Su amor adolescente? Las artes escénicas. ¿Y el permanente? La
lectura (en voz alta cuando se puede). El “hubiera” no existe, pero le gusta imaginarlo.
Como cuando escribe. Hace años su profesor de Filosofía en el colegio abrió la primera
clase con la pregunta: "¿Quién eres?". Hoy solo sabe que sigue pensando...
--
Angela Eunice Sacalxot
Guatemala
Escritora. Ha publicado los libros de poesía Noche en mi ventana (Editorial POE, 2018),
Madre miedo (Sión Editorial, 2022) y Los fantasmas en el fin del mundo (Mención de honor
VI Certamen de Poesía Joven Sión Editorial, 2023). También se encuentra en antologías y
publicaciones en internet.
Su trabajo dentro de la narrativa se puede encontrar en los espacios de difusión digital
Fóbica Fest: Bosques tenebrosos (enero, 2022), Especulativas: antología Sororidad
(diciembre, 2021), antología Minificciones terroríficas (agosto, 2022) y en el suplemento
Materia Oscura número 4 de Entropía revista de terror en el arte español e
hispanoamericano (mayo, 2023).
--
Omar Enrique Gamboa Morillo. Nace el 15 de Octubre del año 1996 en el estado
Bolívar, Venezuela. a los 16 años de edad comenzó sus estudios Universitarios,
graduándose como Licenciado En Entrenamiento Deportivo. A los 24 años de edad
141
comenzó a interesarse por la escritura, participando en concursos literarios. Actualmente,

trabaja como promotor deportivo, se dedica a la escritura y a la política.
--
María De Los Ángeles Salazar Guevara.
País: Venezuela.
--
Jacobo Sánchez Hernández.
Edad: 51 años.
Estado civil: Casado (1 hijo).
Nacionalidad: Mexicana.
Libro auto publicado: “El reino oscuro”
142
SOBRE EL JURADO CALIFICADOR

MIRZA MENDOZA
143
Mirza Mendoza (Lima, Perú, 1985)

Egresada de la carrera de Contabilidad de la Universidad Nacional
Federico Villarreal.
Es Cuentista. Autora de los libros «Tenebrismo» (Editorial Sexta Fórmula,
2021) y «Futurum, ocaso de la civilización» (Editorial Libre e Independiente,
2023).
Participa en las antologías de cuentos latinoamericanos: «Escritofrenia»
(Editorial 5 Sur, Chile, 2023), «Voces Equidistantes» (Verso Inefable, 2023)
y «Agonías» (Trazos Editores, 2023). Publicada en la revista Andina N 8 de
la Universidad Andina Simón Bolívar sede Ecuador.
Coordinadora del ebook de relatos latinoamericanos «Sucesos» de Casa
Editorial Grammáta, Colombia, 2023.
Autora de los relatos virales: «Ellos algún día vendrán por ti» y «Josefina».
144
ANDREI VELIT
145
M. ANDREI VELIT CASQUERO (HUANCAYO, PERÚ)
Escritor, gestor cultural y lector febril desde la adolescencia. Egresado de

la facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad Nacional del
Centro del Perú. En el 2020 publicó su primer libro llamado “Vendrá la
muerte y tendrá tus ojos” a través de la plataforma virtual Lektu, y en
2023 publica de forma física “Los diversos rostros del abismo”, conjunto de
cuentos de tono oscuro. Es miembro del Registro nacional de trabajadores y
organizaciones de la cultura y las artes (RENTOCA). Ha sido publicado en
diversas antologías literarias a nivel nacional e internacional, revistas
literarias y páginas de arte: “360 días de historias” de la revista Pluma
literaria (Argentina, 2021), “Cornamenta IV” de la revista Almicidio
(México, 2020), “Mis días en cuarentena” de la editorial Sirena (Chile,
2020), Antología de terror “Sombra fúnebre” de la editorial “Vicio
Perpetuo” (Perú, 2021), Letras y musas edición N°1 (Perú, 2021), “El amor
y otras fantasías” de la editorial Anapoyesis (México, 2022), “Komodo
N°1” (Argentina, 2021), Revista Elipsis N° 2 (México, 2020), Katabasis
revista, número XII y XIV “Dédalo e Ícaro” (México, 2020 & 2021),
Zompantle, revista digital (México, 2021), Trémolo revista N°1 (Colombia,
2021), Revista Cuarto del Muerto, N° 2, temporada 2, La Cripta de los
lamentos (México, abril 2022), Revista de artes literarias Camaleónica
(México, 2022). Quedó finalista en el XVI Premis Literaris CONSTANTÍ
2022, organizado por el ayuntamiento de Constantí, Tarragona, España,
con su texto “La hora del juicio particular”, así como también en el “I
Certamen Internacional de cuentos de fantasía y terror homenaje a
Lovecraft 2023” organizado por la editorial Rubeo de España, con su
cuento “El último ser que le temía al sol”. Se desempeña en la actualidad
como director y editor del grupo de alcance internacional “Verso Inefable”,
espacio de difusión literaria desde el cual se promueve el trabajo de
escritores en lengua castellana. Prepara un segundo libro de cuentos y una
novela.
146
PATRICIA OLVERA
147
Patricia Olvera Rocha (CDMX, 1984). Estudió la licenciatura de Creación

Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) en
Plantel Del Valle.
De los primeros textos que leyó en la vida y le fascinaron: La gallina

degollada de Horacio Quiroga, El huésped de Amparo Dávila y El principio
del placer de José Emilio Pacheco.
Su texto Justicia robada está incluido en la antología de Esencia de

afroditas Volumen VII (2021); este texto fue presentado en el mes de
marzo del 2021 en el Foro Las rosas que nos cortaron. El feminicidio y las
universidades en el Centro Vlady de la UACM como apoyo a las madres
de compañeras universitarias asesinadas. Participó en la antología El horror
en la noche, una compilación de la escritora Sara Montaño; esta antología
cuenta con escritores de Perú, Cuba, Argentina, Ecuador y México. En
febrero del 2023 su texto Antonia, la bailadora fue publicado en la
antología literaria LO que Vemos al amar (volumen 2) publicado por el
colectivo Verso Inefable. Así mismo, su libro epistolar Cartas a mi Mejico
querido (2022) fue seleccionado para participar en la Feria Nacional del
Libro de Escritoras Mexicanas (FENALEM) 2023 que se llevó recientemente
en el estado Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
148
Verso Inefable – Diciembre, 2023
149
150

Monstruosa Navidad 647984

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ANTOLOGÍA LITERARIA “MONSTRUOSA NAVIDAD”

Primera edición: Diciembre, 2023

Staff “Verso inefable”

Diseño de portada, maquetación,

M. Andrei Velit Casquero

Edición del grupo Verso Inefable

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra

Diciembre del 2023

«Verso Inefable» es un grupo de autores que apoya

CADA AUTOR CONSERVA LOS DERECHOS DE SU TEXTO

Antología literaria con los finalistas y

• “ANATOMÍA DE UNA NAVIDAD” …………………….…..…………………….. 13

• “BUENA NIÑA” …………...………..….…………………………………………… 15

• “NAVIDAD DE MERCURIO, AZUFRE Y SAL” ……………..….…………...…..... 18

• “¿QUÉ HABÍA EN LA CAJA?” …………………..…..……..…….………………. 21

• “ESCARCHA BERMEJO” …………………………………………………..……… 25

• “ALMUERZO NAVIDEÑO” …………………..……..………….………………..… 29

• “LA ÚLTIMA NAVIDAD” ……………...………….……………………..…………. 39

• “HERENCIA NAVIDEÑA” ………………………..…………………...…………... 41

• “HIJOS DE LA NAVIDAD” …….………..……….………………………………... 46

• “EL DESEO” …………………………………….………...………………………… 49

• “NOCHE DE PAZ” …………………….…………………..……………………….. 52

• “UN HOMBRE MALVADO” ……………………….…………………….………… 55

• “DESEO CUMPLIDO” ……………………….…………..……………….………… 58

• “UNA HELADA NAVIDAD” ………………..…………………………………..…. 60

• “CARTAS AL DIABLO” ………….……………..……………...…………………... 62

• “¡JO, JO, JO, JOYAS!” …………….……………………………………….…..… 64

• “REGALO DE NAVIDAD” ………………………………………..…..……………. 66

• “NOCHE DE PAZ” …………………………………….………………….………... 68

• “DING DONG” ………………………….…………………………………...…….. 70

• “REGALO DE NAVIDAD” ……...……………………….…………………...……. 72

• “LA CAJA” ……………….…………………………………….…………………... 74

• “EL TRAJE ROJO DE LA NAVIDAD” ……….……………………………...…….. 77

• “FELIZ NAVIDAD” ………………………………..………………………………… 79

• “NOCHE MALA” …………………………...……………………...………...…….. 81

• “MILAGRO NAVIDEÑO” …………………….………………………….………… 84

• “FELIZ NAVIDAD” ……………………..………………………………………..…. 89

• “OTRA NAVIDAD” ………….………………….……………...…………………... 92

• “NIEVE ROJA” …………….………………………...……………………….…..… 95

• “A LA SEÑORA DE CLAUS” ……………………………………..…..……………. 97

• “NOCHEBUENA” ……………………………….……………………….………... 100

• “LA ÚLTIMA POSADA” …………….……………………………………...…….. 102

• “DESTRIPANDO A SANTA CLAUS” ……...…..…………………………...……. 104

• “SIN VIDA” ……………….…………………………….…….…………………... 107

• “CASCABEL CASCABEL” ……………….………………………………...…….. 109

• “TEN LO TUYO” ………………….....................………………………………… 111

• “¡FELIZ NAVIDAD!” …………….………...……………………...………...…….. 113

• “REGALO DE NOCHEBUENA”…..………...……………………………...…….. 115

• “MILAGRO DE NAVIDAD” ……...………………………………………...……. 117

• “BLANCA NAVIDAD” ……………….….……..…………….…………………... 119

• “TRADICIÓN FAMILIAR” …………………..……………………………...…….. 122

• “REGALO DE NAVIDAD” …………………….………………………………… 125

• “DUENDE DE NAVIDAD” …………….....……………………...………...…….. 127

• “REGALO DE NAVIDAD” ………………..…...………………………………… 130

• RESEÑAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES ……….………..………....…….. 134

• SOBRE EL JURADO CALIFICADOR …………………………..………....…….. 143

Monstruosa Navidad, el título que se decidió para esta antología,

podría alimentarse el terror navideño sino de realismo?, de un realismo de

Es innegable reconocer en esta antología las influencias literarias de

Pasen a leer esta monstruosa recopilación de relatos, posiblemente

Mi agradecimiento al tiempo empleado de mi colega Mirza Mendoza

Ximena Moreno es una escritora argentina de 31 años, nacida un 4 de octubre

ANATOMÍA DE UNA NAVIDAD