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Sublime Salvador

Pastor Robert Morris


Sermón No. 8/8

Bien. Quiero que busquen dos pasajes de las Escrituras: Josué cinco y Zacarías tres. Zacarías es el
penúltimo libro en el Antiguo Testamento. Así que, si es nuevo, y—hasta cierto punto—todos somos
nuevos en la Biblia, lo mejor es buscar Mateo y luego ir a la izquierda, encontrarán Malaquías y Zacarías.
Por cierto, eso es yendo hacia la izquierda.

Empezaremos en Josué, capítulo cinco, y este fin de semana terminaremos nuestra serie Sublime Gracia.
Pero realmente traté de unirlo a la época de la Navidad, conforme esperamos y nos acercamos a la
Navidad. El título de este mensaje es: “Sublime Salvador” – “Sublime Salvador”.

Estaba orando y pidiéndole al Señor cómo quería que terminara esta serie, y hace algunas semanas,
durante la alabanza en el campus de Southlake, cantamos el himno “Gloria cantemos”. La primera estrofa
dice que en Jesucristo hallamos consuelo y felicidad”. Y pensé: "¡así es!". Por eso es que soy feliz, porque
tengo un Salvador. No estoy seguro si la gente entiende cuán grande es nuestro Salvador y cuánto
necesitábamos la salvación y cuánto aún necesitamos la salvación y cuán maravilloso es nuestro Salvador.
Cuando se habla de sublime gracia, es porque tenemos un sublime Salvador.

Así que les daré una ilustración antes de entrar a la Palabra. ¿Qué sucedería si se estuvieran ahogando —
ustedes no saben nadar— y alguien los salvara? Ahora están parados en la orilla, están fuera del agua,
están seguros, tienen una frazada, están a salvo. Estaban ahogándose. Pensaron que su vida terminaría.
¿Estarían contentos? ¡Por supuesto que sí! Pero les explicaré un poco más para ayudarnos a entender cuán
felices deberíamos estar.

Qué tal si su salvador dijera: “También quiero que lo entiendan, nunca más deben tener miedo de
ahogarse porque nunca los dejaré, ni los abandonaré. Estaré con ustedes cada momento de cada día por
el resto de su vida”. ¿También lo alegraría?

El problema es que algunos de nosotros aprendimos a nadar y empezamos a pensar: “probablemente no


necesitemos un salvador ahora”. El único problema con eso es que, en realidad, no entienden cuán grande
es su pecado. Es como el océano. Y podemos lanzarlos en medio del océano, y no me importa qué tan
bien puedan nadar, ¿saben qué necesitan? ¡Necesitan un Salvador!

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Vean. Tenemos un Salvador. Lo diré nuevamente porque, durante este mensaje, lo va a entender.
Tenemos un Salvador. La razón por la que somos felices es porque tenemos un Salvador. Y si no lo sabe:
necesita la salvación. Si está casado, solo pregúntele a su cónyuge cuánto necesita la salvación. Pero hasta
hoy, aún necesitan ser salvos. Y tenemos a este gran Salvador.

Así que antes de ir a Josué cinco, les mostraré algunas otras escrituras que también se unen a esta época
acerca de Jesús como nuestro Salvador.

Lucas dos, versículo 11: “Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el
Señor”.

Mateo 1:21: Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus
pecados.

Se llama así porque Él es el Salvador. Jesús es la palabra griega, Yeshúa, pero significa Salvador. De hecho,
les mostraré del Louw Nida Lexicón griego, Jesús es una transliteración griega del nombre hebreo Josué.
Incluso Josué es la forma en que decimos Yeshúa, el nombre hebreo. Bien. No quiero desilusionarlos, pero
solo para que sepa: Jesús nunca fue llamado Jesús cuando estuvo en esta tierra. Ese es un nombre griego.
No lo llamaron Jesús hasta cerca del siglo diecisiete, por cierto.

Caramba, parece que les quité el aliento. ¡Lo siento! Lo llamaban Yeshúa, ¿sí? Ese es su nombre hebreo.
Le llamaban Yeshúa. Pero está bien que su familia adoptiva lo llame Jesús porque trataban de decir: “No,
su nombre en Yeshúa”. “No puedo decir Yeshúa”. “Entonces di Jesús”. “Muy bien, Jesús”. En griego,
Jesús significa, "Salvador". Yeshúa en hebreo significa "Dios es salvación". Y nosotros decimos Josué, esa
es la forma en que se diría en español. El nombre de mi hijo mayor es Josué.

Hay dos Josué importantes en el Antiguo Testamento. Uno fue el capitán de Israel, quien los dirigió a la
Tierra Prometida. El otro (y ese es Josué cinco), el otro, en Zacarías, fue el sumo sacerdote –quien los
regresó a la Tierra Prometida después de haber estado en cautiverio babilónico setenta años. Y Dios
decide llamar a Su hijo Yeshúa. Y hay dos importantes – uno que los dirige a la Tierra Prometida y el otro
que los trae de regreso a la Tierra Prometida después de que lo echaron a perder.

Espero que puedan ver la gracia aquí porque ustedes lo echaron a perder. De nuevo, si está casado,
pregúntele a su cónyuge por si no recuerda cuando lo arruinó. Y, si es hombre, puede preguntar y, por lo
general, ella le dará hasta fechas y horas.

Les mostraré por medio de estos dos Josués en el Antiguo Testamento lo que hace el Josué del Nuevo
Testamento. Dos cosas: número uno:

1. Él nos salva del dominio del pecado

Él nos salva del dominio —el poder, la autoridad, el gobierno— del pecado.

Cuando hablé de Josué y de que hay dos importantes en el Antiguo Testamento, seguro pensó en el
primero. El sucesor de Moisés. Lo que quizá no sabe es que su mamá nunca lo llamó Josué; su mamá no lo
nombró Josué. Se los mostraré e iremos a Josué cinco en un minuto. Se los mostraré.

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Números 13, versículo 16, dice: Así se llamaban los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra;
pero a Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué.

Es un poco más fácil en la versión Reina Valera Antigua. Me gusta que se lee mejor. Dice: “y a Oseas hijo
de Nun, Moisés le puso por nombre Josué”.

Es decir, su nombre era Oseas, que significa salvación. Moisés agregó J-O que es la palabra corta para
Jehová. Muchas palabras hebreas fueron así. Y eso es lo que significa ahora: "Dios es salvación".

Para mí es maravilloso, porque Dios dio la ley a través de Moisés y Moisés dijo: “no será suficiente. La
única forma en que vamos a llegar allá es que Dios sea nuestra salvación”. Su nombre era Ye-joshua. Y
luego, pueden pensar "¿cómo fue llamado Josué?". Si lo dice rápido algunas veces, se dará cuenta.
Yejoshua, Yejoshua, Yejoshua, Yejoshua. Y tal vez su mamá lo llamó así y así es como le quedó el nombre,
porque empezó a decirle “¡Josué, ven aquí!” No sé. Pero él es el sucesor de Moisés. Y ¿qué nos dio
Moisés? La ley.

Juan 1:17 dice: “La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de
Jesucristo”. Y Jesucristo sería Yeshúa Hamashiaj – Yeshúa, el Mesías.

Por cierto, la palabra “pero” no aparece en el idioma original aquí. Solo para que sepa por qué es tal
contraste, casi como si la ley fuera mala. “Pero” no está. Básicamente son dos declaraciones en griego. La
ley vino a través de Moisés, punto. La gracia y verdad vino a través de Jesucristo. Así que la ley no es mala.
¿Por qué? Porque la ley nos conduce a "Dios es salvación"; eso es que hace la ley. Pablo nos dice eso una
y otra vez. La ley no es mala. Nos conduce a "Dios es salvación". Nos lleva a Yeshúa.

Pero esto es lo que debemos entender. Romanos… no, les mostraré otro versículo antes. Isaías 43:11, dice:
“Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador”.

La salvación no se da por ser perfecto, sino por creer en Aquel que es perfecto.

Así es como no estamos bajo el pecado, bajo el dominio del pecado. Romanos 6:14: “Porque el pecado
no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia”.

Interpretaré lo que estamos diciendo. Él dice que no están bajo Moisés, están bajo Yeshúa. No están bajo
la ley, sino bajo la gracia.

Les mostraré en Josué capítulo cinco. Hay algo realmente sorprendente. El Josué terrenal conoció al Josué
celestial. Josué conoció a Yeshúa. Observe.

Josué cinco, versículo 13: “Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó los ojos y miró, y
he aquí, un Hombre” (con mayúscula, porque se está refiriendo a Jesús), “estaba frente a él con una
espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él”.

Si hubiera sido yo, habría dicho: Y Robert fue por el lado contrario. Y Josué fue hacia él.

Y él le dijo – esta es una gran pregunta: “¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?”. Entonces le
respondió: “No; más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor”.

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Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia y dijo: “¿Qué dice mi Señor a su siervo?”.

Entonces el capitán del ejército del Señor dijo a Josué: “Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar
donde estás es santo”. Y así lo hizo Josué.

Por cierto, lo que lo hace santo es que Dios está allí. Lo que hizo que la tierra donde estaba la zarza
ardiente fuera santa, fue que Dios estuvo allí. Eso es lo que hace santos a nuestros servicios, que la
presencia de Dios está aquí.

Bien. Me encanta la respuesta de Jesús y, de alguna forma, la leímos por encima porque nos perdimos la
primera palabra. Josué dijo: “¿Estás aquí por nosotros o por ellos?”. Y Jesús dijo: “No”. “No”.

Recuerdo hace un tiempo, cuando recibí una llamada en la casa (estamos en esa lista de “No llamar”), pero
de vez en cuando entra una llamada de telemercadeo.

Y esta persona estaba muy emocionada y me dijo que había ganado un crucero gratis. Pero para poder
mejorar mi habitación tendría que pagar trescientos dólares por persona en el crucero “gratis”. Y luego la
persona dijo esto: “¿Le gustaría cargarlo en una MasterCard o Visa?” ¿Saben cuál fue mi respuesta? “No”.

Eso fue lo que sucedió aquí. “¿Estás aquí por nosotros o por ellos?” Dijo: “No”. Lo diré de otra forma, él
dijo: “Josué, yo no vine a tomar partido, vine a hacerme cargo. No estoy aquí para estar de tu lado, estoy
aquí para llevarte a ti al lado ganador, que es Mi lado”. Y Josué se quitó sus sandalias.

Muchas personas no se dan cuenta de lo que esto significa. En la cultura judía significaba que renunciaba a
sus derechos. Cuando se quita su calzado, entrega sus derechos. Cuando Booz quiere casarse con Rut, va
con el pariente más cercano, quien tenía el derecho de casarse con ella y de rescatar la tierra. Él tiene el
derecho, se llama “el derecho de redención”.

Rut cuatro, versículo ocho, dice: “El pariente más cercano (el rescatador, dice La Palabra) dijo a Booz:
Cómprala para ti. Y se quitó la sandalia”.

Es decir, cedió su derecho. Sé que tengo el derecho, sé que soy el siguiente, pero voy a ceder mi derecho.
Escuchen, es vital que lo entendamos. La forma en que el pecado no tiene dominio sobre ustedes es
quitarse el calzado ante el Capitán del Ejército del Señor. Así es. Se somete a Dios como el Rey de su vida
y a Su gracia.

El problema es que muchos de nosotros nos volvemos a poner los zapatos y empezamos a creer que lo
podemos hacer solos. Sabemos que necesitamos un Salvador cuando alguien comparte el evangelio con
nosotros por esa primera, segunda o tercera vez, y finalmente la comprendemos. Pensamos: “necesito un
Salvador”, pero diez, veinte años después, treinta, después de haber madurado e ir clases, incluso ahora
hasta enseñando las clases, podríamos pensar que no necesitamos un salvador.

Uno de mis amigos está aquí, que ha predicado aquí en la iglesia, Bill Leckie. Bill y yo fuimos a la
universidad juntos. Bill ha pastoreado por más de treinta años y ha predicado aquí y ahora viaja e imparte
charlas. Y ha estado aquí dos veces para nuestro Presbiterio Profético y ha profetizado sobre algunos de
ustedes. Y recordé esto cuando estaba pensando en cómo algunas veces podemos confiar en nuestras
propias habilidades. Y digo esto, llamé y dije: “¿Podría usar esto?” Porque es un ejemplo – es algo pasó
hace años y todos hacemos cosas como estas cuando somos jóvenes en el Señor. Pero yo invité a Bill a ir a

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su primer presbiterio profético. Él nunca lo había hecho. Y mientras más cerca estábamos de la iglesia, más
temor le daba, lo cual es comprensible. Si fuera a profetizar sobre personas que no conoce, también
sentiría temor.

Mientras más cerca estábamos, más decía: “No puedo hacerlo”. Le dio un ataque de pánico. Decía: “¡No
puedo hacer esto! ¡No puedo! Hoy en la noche observaré”. Yo dije: “Bill, somos tú y yo. Esto se llama
equipo ministerial”. “No puedes observar”. Él dijo: “si Dios me dice algo, lo voy a decir. Si no, no diré
nada”. Yo le dije: “así es como eso funciona de todas formas”. “¡Está bien!”.

Pero él llegó inseguro de sus habilidades. ¿Saben qué pasó? Dios se manifestó. Y Bill empezó a profetizar
cosas increíbles. La gente decía: "¿cómo puede saber eso?". Y solo era que Dios estaba en él.

Después… Repito, esto fue hace años, sean comprensivos por lo que pasó. Después, estábamos sentados
en la sala de la casa del pastor. El pastor estaba aquí, ¿sí?, yo estaba por allá, y digamos que Bill estaba
acá. El pastor me miró a mí, no a Bill, me vio a mí, y yo ya había estado ministrando proféticamente
durante varios años para ese entonces, y esta era la primera vez de Bill. El pastor me vio y me dijo: “¿qué
sientes y cómo haces el ministerio profético?”. Y antes de que pudiera responder, Bill puso sus brazos
sobre el sillón así y dijo: “permítame explicarle”. Y pasó a explicar desde su vasta experiencia de una
noche, acerca del ministerio profético.

Esa noche le mostré la forma del Señor con más perfección. Se lo expliqué. A él le hizo gracia; todavía se
ríe de eso. Él dijo: “Yo no sé qué me dio”. Por cierto, la siguiente noche él no pudo escuchar nada. “¡No
puedo escuchar – no escucho nada!”. Dije: “solo necesitas arrepentirte por lo de la noche anterior”. Él
dijo: “¡Me arrepiento! Lo prometo. Me arrepiento”.

Esto es lo que me pregunto: me preguntaba, imaginen al Padre sentado aquí, Jesús aquí, y ustedes están
aquí y el Padre le dice a Jesús: “Cuéntame otra vez, ¿cómo salvaste a Robert?”. Y yo digo: “te voy a
contar. Permíteme contarte todo lo que he hecho”. ¿Me siguen? No. Estoy aquí porque el Salvador me
salvó. ¿Están conmigo? Él nos salva del dominio del pecado.

La número dos: Él nos salva de la culpa del pecado.

2. Él nos salva de la culpa del pecado.

Zacarías tres, si están allí. Zacarías capítulo tres, versículo uno. Dice: “Entonces me mostró al sumo
sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del Señor”.

La mayoría de ustedes han estado aquí por un buen tiempo y están familiarizados con el lenguaje bíblico.
Cuando se refiere al “ángel del Señor”, en el Antiguo Testamento, se refiere a Jesús. El ángel del Señor
visitó a Abraham y a Sara y les dijo: “En esta época, el próximo año, regresaré con ustedes y ustedes
tendrán un hijo”. Era Jesús. Y lo sabemos a través… pueden estudiarlo por sí mismos y verlo. “El ángel del
Señor”. Josué, el sumo sacerdote, estaba delante de Josué, El sumo sacerdote.

Y Satanás estaba a su derecha para acusarlo.

Observe que Satanás siempre está allí para acusar a los hermanos.

Y el ángel del Señor dijo a Satanás: El Señor te reprenda, Satanás. Qué buenas noticias. “Repréndate el
Señor que ha escogido a Jerusalén. ¿No es éste – refiriéndose a Josué -- un tizón arrebatado del fuego?”.
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Y Josué estaba vestido con ropas sucias.

Por favor, vean la imagen maravillosa de salvación. Es muy clara.

Y estaba delante del Ángel.

Luego respondió y habló a quienes estaban delante de Él, diciendo: “Quitadle las ropas sucias”.

Quitarlas –no solo es sacarlas, sino quitarlas-.

Y a él le dijo: Mira –está explicando lo que hizo – “he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de
gala”.

Isaías 61:10, nos dice que esas ropas son ropas de justicia (en buena relación con Dios). “Quitaré su
iniquidad y les vestiré con mi justicia”.

Si ven más abajo, en el versículo nueve: “Quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día”.

En Salmos 103:12: Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras
transgresiones.

Bien. Esto es gracia. Esto es lo que hace el sumo sacerdote. Él quita nuestros trapos de inmundicia, incluso
nuestra justicia es como trapos de inmundicia, él quita nuestro pecado, nuestra iniquidad, “He quitado tu
iniquidad”. Lo dice allí: “He quitado tu iniquidad”. Él quita nuestra iniquidad como está del lejos el oriente
del occidente; y nos viste con Su justicia. Esto es un ejemplo de lo que Jesús hace por nosotros en nuestra
salvación.

Estaba leyendo en… probablemente… hace diez o doce años, estaba batallando todavía, la iglesia estaba
creciendo, yo batallaba con mucha culpa y vergüenza por mi pasado. Estaba leyendo a través de Romanos,
en otra versión, en una moderna, como una traducción dinámica, no exactamente una traducción
equivalente, una equivalencia dinámica, que es como la Nueva Traducción Viviente y Lenguaje Actual, algo
así.

Entonces estaba leyendo y en esta versión decía: Él nos ha declarado inocentes – Él nos ha declarado
inocentes. Sin darme cuenta, expresé algo como: [gesto]. Y seguí así. Y el Señor me dijo: “¡Bueno, bueno…
¡espera! ¿Qué significa ese gesto?”. Y le respondí al Señor: “Señor, sé que me declaraste sin culpa –quiero
decir, inocente– sé que me has declarado inocente y lo aprecio. Gracias por eso. Y yo sé que me has
declarado inocente, pero tú y yo sabemos la verdad. Eso es dije. Pero, es decir, tú y yo sabemos que en
verdad soy culpable. Pero tú me has declarado sin culpa y lo aprecio, pero sé que en verdad, soy culpable.

Y fue como haberlo hecho enojar, haberlo insultado y enérgicamente en mi espíritu, no con voz fuerte, en
mi espíritu Él me dijo: “No soy injusto”. Fue fuerte. Dijo: “Y no soy mentiroso”. Yo dije: “Señor, yo no te
llamé mentiroso”. Dijo: “Sí, lo hiciste. Dijiste que yo dije algo que no era cierto. Dijiste que te había
declarado sin culpa, pero que en verdad eres culpable. Necesitas entender algo, no podría hacer eso; no
podría decir que eres inocente a menos que fueras culpable”. Eso estaba muy fuerte en mi espíritu.

Y dije: “Señor, no entiendo esto porque yo sé que soy culpable. ¿Cómo me declararías sin culpa?”. Él dijo:
“Aún no lo entiendes ¿no? Quité tu pecado – quité tu pecado. Quité tus pecados. La razón por la que te
he declarado sin culpa es porque quité tu pecado, todo tu pecado, y lo puse sobre Mi hijo. Y lo declaré

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culpable y Él murió en tu lugar. Y cuando te veo, no veo el pecado porque ya lo he quitado. Así que puedo
legal y justamente declararte inocente. No eres culpable”. Debemos entender que eso es gracia.

Nuestro increíble Salvador nos quitó la iniquidad. Una de mis escrituras favoritas, quizá para ustedes no lo
sea, está en Hebreos 7:25. Dice: “Por lo cual Él también es” –y oiga—“poderoso para salvar para siempre
a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos”.

Él es poderoso para salvar para siempre. Esta palabra para siempre en griego significa "una duración sin
límite de tiempo, por siempre y siempre, sin límite de tiempo". Él es capaz de salvar a... Él es el Salvador, y
es capaz de salvarlos por completo.

Ahora quiero que piensen acerca de estos dos Josués. Uno dirige al pueblo a la Tierra Prometida. Él otro
dirige al pueblo de regreso a la Tierra Prometida después de haber caído. Solo quiero que sepan que su
Salvador puede dirigirle de regreso, aunque usted haya cometido errores. Así de bueno es.

Tengo otro amigo que fue a la universidad con Bill y conmigo, y él llegó a ser pastor, trabajó en el
ministerio como Bill y yo; y salió de una mala vida y, ya en el ministerio, sucumbió a la presión y empezó a
beber de nuevo. Con el tiempo, volvió a las drogas, perdió su matrimonio, perdió a su familia, su ministerio
y, durante veinte años, vivió inmoralmente.

Hace algunos años, le dijo a alguien: “Quiero volver a contactar a Robert. Me gustaría ponerme al día y ver
cómo le va”. Pero no tenía intención de reconciliarse con Dios. Por cierto, lo que él hace es hacer películas,
en Hollywood; eso hace. Ustedes han visto películas en las que él ha participado, en el equipo haciendo
ciertas cosas. Y hasta ha hecho algunas actuaciones en televisión. ¿Sabe cuál ha sido una de sus
actuaciones? Ha interpretado a un predicador. ¡Qué ironía! Y él dijo lo mismo.

Así que él lo perdió todo, no andaba con Dios. Entonces, hace unos años, lo contacté y me dijo: “voy a
estar en Dallas”. Yo le dije: “Reunámonos. ¿Pero vendrías a la iglesia conmigo?”. Y él me respondió: “Sí,
llegaré”. Al tiempo, me dijo: “En verdad pensé que sería un espectáculo. Me pregunté cómo una iglesia
tan grande podría ser real. ‘Será un espectáculo. Iré’”.

¿Pero qué pasó cuando llegó aquí y no era un espectáculo y la presencia de Dios lo tocó? Él se arrepintió,
volvió al Señor. Este jueves, hace algunos días, hablamos. Él me dijo: “estoy sobrio hace nueve años y
medio”; y este otoño, predicó por primera vez en una iglesia desde que se había apartado.

¿Saben por qué? Porque el mismo Yeshúa que nos salvó es el mismo Yeshúa que puede traernos de vuelta
cuando caemos. Él es el Salvador. ¡Él es un sublime Salvador!

Quiero que inclinen su rostro y cierren los ojos. Como cada fin de semana, quiero que le pregunten al
Espíritu Santo: "¿qué me estás diciendo a través de este mensaje?". Tal vez no hayan caído de la misma
forma que este amigo mío, pero la semana pasada quizá fallaron. O tal vez en los últimos meses se
equivocaron. Tal vez hay alguna área en la que han fallado.

Quiero que sepan que tienen un sublime Salvador si tan solo regresaran –si regresan. Él los está
esperando. Tiene la capacidad de dirigirlos de regreso a la Tierra Prometida ¡se los aseguro! Y si nunca lo
han conocido, sepan que Él es un sublime Salvador y Él puede salvarlos. ¡Puede salvarlos!

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Queremos orar con ustedes. Si están atravesando por cualquier clase de dificultad –cualquiera: familia,
matrimonio, finanzas, salud, su relación con otra gente o su relación con Dios, queremos orar por ustedes.
Esto es lo que hacemos, al final de cada servicio: Tenemos un canto más de adoración, en cada campus,
en cada salón auxiliar; tenemos un canto más de adoración. En ese tiempo, tendremos líderes en frente,
repito, en cada campus, en cada salón auxiliar, y en el segundo nivel, en el balcón de Southlake,
tendremos líderes en todas las salidas, en todas las salidas. Si necesita oración en cualquier área de su
vida, en cualquier área, y todos necesitamos oración, todos la necesitamos, pero especialmente si necesita
venir ante Dios o necesita volver a Dios, queremos que venga. Déjenos ayudarle.

No se avergüence, otras personas también vendrán. Usted no será el único. Pero espero que haya algo en
su corazón que les diga: “¿Sabes? Aunque fuera el único o el primero, ya no quiero vivir así. Quiero
acercarme a este sublime Salvador”.

Si necesita oración por cualquier área de su vida, tan pronto nos pongamos en pie, pase, venga al frente
del campus en donde esté y permítanos orar con usted.

Espíritu Santo, oro porque traigas a cada persona en cada campus que necesita oración. En el nombre de
Jesús. Amén.

Versículos utilizados

Lucas 2:11 [LBLA] porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

Mateo 1:21 [LBLA] Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de
sus pecados.

Números 13:16 [LBLA] Así se llamaban los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra; pero a
Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué.

Números 13:16 [RVA] y a Oseas hijo de Nun, Moisés le puso por nombre Josué.

Juan 1:17 [RVC] La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de
Jesucristo.

Isaías 43:11 [LBLA] Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador.

Romanos 6:14 [LBLA] Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino
bajo la gracia.

Josué 5:13 [LBLA] Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó los ojos y miró, y he aquí,
un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres
de los nuestros o de nuestros enemigos?

Josué 5:14 [LBLA] Y él respondió: No; más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor. Y
Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: ¿Qué dice mi señor a su siervo?

Josué 5:15 [LBLA] Entonces el capitán del ejército del Señor dijo a Josué: Quítate las sandalias de tus pies,
porque el lugar donde estás es santo. Y así lo hizo Josué.

Rut 4:8 [LBLA] El pariente más cercano dijo a Booz: Cómprala para ti. Y se quitó la sandalia.

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Zacarías 3:1 [LBLA] Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del Señor;
y Satanás estaba a su derecha para acusarlo.

Zacarías 3:1 [LBLA] Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del Señor;
y Satanás estaba a su derecha para acusarlo.

Zacarías 3:2 [LBLA] Y el ángel del Señor dijo a Satanás: El Señor te reprenda, Satanás. Repréndate el Señor
que ha escogido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?

Zacarías 3:3 [LBLA] Y Josué estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel.

Zacarías 3:4 [LBLA] Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y a él le
dijo: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.

Zacarías 3:9 [LBLA] “y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día.

Salmos 103:12 [LBLA] Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras
transgresiones.

Hebreos 7:25 [LBLA] Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de
Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.

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