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Sede Occidente
Sustentante
2022
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iii
Dedicatoria
A las mujeres:
“Las silenciadas,
las que del miedo quedaron mudas,
las que parieron y les privaron de la semilla, las invisibles,
hoy las nombramos pa' que su llama nunca se extinga”
P. Pastor.
Agradecimientos
A las mujeres que participaron en esta investigación, por hacer posible este trabajo, por
A las y los docentes que me acompañaron a lo largo del proceso de formación profesional y en
este trabajo. En especial a Lucía, por ser maestra y guía, por haber creído en mí y animarme a
A mi mamá y papá por ser mi apoyo e inspiración para buscar el camino que me acerque a
A Andrés, Leia y Tomi, por ser compañía y ternura, son todo lo que está bien.
A mis amigas y amigos, por su cercanía y apoyo, por ser firmes en la lucha por nuestros sueños
Índice
Presentación .......................................................................................................................................... 10
Capítulo I. Diseño de la Investigación ................................................................................................. 16
1.1. Justificación ...................................................................................................................................... 16
1.2. Planteamiento del Problema ............................................................................................................. 33
1.3 Objetivos ........................................................................................................................................... 35
1.3.1. Objetivo General ................................................................................................................... 35
1.3.2. Objetivos Específicos............................................................................................................ 35
Capítulo II. Estado de la Cuestión....................................................................................................... 36
2.1. Trabajo Femenino ............................................................................................................................ 36
2.2. Condiciones de Vida de las Mujeres en el Espacio Rural ................................................................ 39
2.3. Estado y Política Agraria en Costa Rica .......................................................................................... 42
2.4. Transformaciones Políticas, Ideológicas y Culturales en el Espacio Rural Latinoamericano ......... 47
2.5 Balance general ................................................................................................................................. 48
Capítulo III. Referente Teórico ........................................................................................................... 51
3.1. Condiciones de Vida Materiales e Ideológico-Culturales en el Capitalismo ................................... 52
3.1.1. Existencia Material, Conciencia Social e Ideología .............................................................. 52
3.1.2. Acumulación Originaria y Patriarcado en la Configuración de las Clases Sociales ............. 62
3.1.3. Reproducción del Vivir Humano en el Capitalismo: Teoría de la Reproducción Social y el
Trabajo de las Mujeres ................................................................................................................ 72
3.2. Estado y Políticas Públicas: Relación con el Sector Agrícola ......................................................... 90
Capítulo IV. Estrategia metodológica ............................................................................................... 104
4.1. Fundamentos Ontológicos ............................................................................................................. 104
4.2. Fundamentos Epistemológicos ...................................................................................................... 107
4.3. Enfoque Metodológico................................................................................................................... 110
4.4. Población Participante ................................................................................................................... 111
4.5. Técnicas de Recolección de la Información .................................................................................. 113
4.6. Fases de la Investigación ............................................................................................................... 116
4.6.1. Fase Preparatoria................................................................................................................. 116
4.6.2. Trabajo de Campo ............................................................................................................... 117
4.6.3. Fase Analítica...................................................................................................................... 118
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Indice de Cuadros
Indice de Gráficos
Gráfico 1. Producción de Café Fruta en Costa Rica. Cosechas 2014-2015 a 2021-2022 ..................... 226
Indice de Tablas
Tabla 1. Indicadores generales de la condición de actividad por sexo y zona de residencia .................. 23
Tabla 2. Condiciones que caracterizan a las mujeres del campo. ........................................................... 81
Tabla 3. Características de la población participante............................................................................ 221
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Presentación
para optar por el grado de licenciatura en Trabajo Social por parte de la Universidad de Costa
San Jerónimo.
Para desarrollar esta investigación se parte del reconocimiento de la influencia del modo
conciencia social, y del patriarcado como sistema de organización social que, sobre una base
En ese sentido, se entiende el trabajo de las mujeres como parte de un sistema social que
Plantea Carrasco (1992) que “toda sociedad que pretenda asegurar un mínimo de continuidad
tiene como premisa básica su reproducción, proceso que implica la reproducción de los bienes de
la reproducción humana tiene dos aspectos a considerar, uno referido a su relación con el
subsistema de producción material ya que las sociedades deben establecer una relación entre los
familiares, y otro referido a sus propias relaciones internas para mantener una determinada
En el interior de esta estructura tiene lugar una fuerte división sexual del trabajo que ha
conducido a que la posición asignada a las mujeres en la sociedad capitalista esté íntimamente
determinará en mayor o menor medida su relación con los medios de producción mediante el valor
De acuerdo con lo anterior, se analiza la situación de las mujeres en las zonas rurales, donde
la división entre el trabajo doméstico y extradoméstico tiende a ser imprecisa, a la vez que los
de los años 80 que tuvo como resultado la transformación política, económica y social del aparato
condujo a la reforma del Estado iniciada en la década de 1990 como proceso político dirigido a la
socioambientales a partir del desarrollo y ejecución de políticas que favorecen los sistemas de
Al respecto, Avendaño et.al (2014) plantean que los cambios en el sector agrícola han
estado en las manos de una poderosa minoría que concentra el capital, dado que su principal interés
válida al servicio del sistema dominante, lo que permite la legitimación social de algunas formas
investigación como paradigma que explica las condiciones de opresión que enfrenta el
deteriorado como consecuencia de las imposiciones del sistema capitalista y patriarcal en su fase
de expansión neoliberal.
Sobre esta línea, se analiza la cotidianidad de las mujeres en un campo con poco acceso
a la tierra, a alimentos y agua limpia, limitados servicios de salud y cuidado, entre otros;
evidenciando situaciones en las que las mujeres encuentran mayores dificultades para enfrentar las
Un ejemplo de ello, que se hizo necesario explorar en el contexto actual de las mujeres, se
encuentra relacionado con las discriminaciones y opresiones que en todas partes quedaron en
evidencia con la crisis sanitaria que sacudió al mundo en el año 2020 a causa de la pandemia por
COVID-19, resaltando como rasgo fundamental que la fuerza de trabajo sobre la que se asignó la
enormemente definida en términos de género, raza y etnia (Harvey, 2020, p.92). Esto se tradujo
en una profundización de los mecanismos de opresión hacia las mujeres dentro del espacio
doméstico y en una mayor limitación para las mujeres del campo en el acceso a los recursos
necesarios para garantizar la salud y subsistencia, pero también reveló el carácter fundamental del
trabajo femenino para el sostenimiento del sistema social en su conjunto y el agotamiento de los
sistemas de cuidados.
Por tanto, el presente trabajo tiene como finalidad evidenciar la interrelación que existe
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entre el proceso de modernización estatal, el debilitamiento de la función social del Estado y las
diaria, a través del trabajo doméstico y extradoméstico, se encuentra atravesada por la relación
social capitalista y patriarcal en la praxis cotidiana de las mujeres campesinas bajo las formas de
El orden lógico con el que se abordó en este documento el tema expuesto se organiza en
justificación donde se detalla su importancia y los aportes que dicho estudio puede brindar; así
como el problema de investigación donde se describe el objeto de estudio y los objetivos que
guiaron el análisis.
indagación realizada por otros autores y autoras respecto al objeto de estudio, ahí se ubican
nacional de los cambios en la agenda política que impulsan las transformaciones en el Estado
el ámbito nacional en relación con las sujetas del estudio, además se analiza tres políticas
En el capítulo siete, una vez estudiado el contexto social y político en el que se desarrolló
los acuerdos internacionales y las políticas nacionales en relación con el objeto de estudio y la
los capítulos anteriores y el trabajo de campo. Ahí se reflexiona sobre la dinámica agraria en la
comunidad de San Jerónimo en relación con las transformaciones en el espacio rural desde la
mirada de las mujeres campesinas; además, se profundiza en la comprensión del trabajo de las
investigación que surgieron al finalizar este proceso; las primeras se organizan de acuerdo con
puedan orientarse a mejorar las condiciones de vida de las mujeres campesinas y la población
rural en su conjunto.
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Yo pregunto si en la tierra
nunca habrá pensado usted
que si las manos son nuestras
es nuestro lo que nos den.
1.1. Justificación
En una sociedad clasista, los elementos críticos para analizar la realidad se derivan de la
en clases, donde la primacía del proceso de producción se traduce en poderes de clase que “están
orgánicamente articulados a las relaciones políticas e ideológicas que los consagran y legitiman”
(Poulantzas, 1979, p.25). Dichas relaciones son esenciales en la división del trabajo, la propiedad
económica, las prácticas y las ideas, de modo que el capitalismo como formación social concreta
puede ser estudiado desde las determinaciones materiales y simbólicas de la clase social
dominante.
ha sido expropiada de sus medios de vida y sometida a la venta de la fuerza de trabajo como único
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medio para garantizar su subsistencia. Según la teoría marxista el capital domina y se desarrolla a
través del salario como método de pago por la apropiación del trabajo ajeno, cuyo valor es
determinado por el capitalista con el fin de que el o la trabajadora pueda satisfacer sus necesidades
físicas y materiales para regresar al trabajo, y con esto garantizar su explotación y dependencia.
Esta relación social refleja vínculos antagónicos en el proceso productivo que definen diferencias
Bajo esa lógica, las y los individuos socialmente determinados establecen relaciones entre
sí y con el medio que les rodea que se tornan fundamentales para la producción y reproducción
social, creando y transformando sus condiciones de existencia mediante la praxis que caracteriza
tales relaciones, esto otorga un carácter histórico, dialéctico y material al desarrollo de la sociedad.
Para Marx y Engels (1974) la primera premisa de la historia humana es la existencia de los seres
humanos vivos, en la que ocupa un lugar central su organización física mediante la que se establece
Siguiendo con los autores, es mediante el proceso de reproducción social que se garantiza
las condiciones para que las personas puedan vivir y, por lo tanto, hacer historia. A partir de ello,
se comprende que “la producción implica siempre reproducción, pues conlleva las condiciones
que garantizan su continuidad” (Rocha, 2019, p. 276), es decir, la reproducción social constituye
un proceso histórico que se ve condicionado por las circunstancias materiales a la vez que resulta
De ese modo, la reproducción social implica una reproducción material física de la fuerza
de trabajo y las condiciones necesarias para garantizar la explotación capitalista; esto incluye a la
clase trabajadora en su conjunto y a las personas que no trabajan o no pueden hacerlo (Vogel,
1979). Por tanto, debe contemplarse en toda su dimensión y significado social, repensando la
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manera conjunta como parte de una totalidad contradictoria donde se dan relaciones de opresión1
asociado las actividades vinculadas con los procesos de reproducción social, que incluye procesos
vitales como el alimento, vestido, vivienda, procreación y cuidado, como trabajo de las mujeres,
Al menos desde la era industrial, las sociedades capitalistas han separado el trabajo de
las mujeres y el segundo con los hombres, han remunerado las actividades
Lo anterior, no sólo revela una asignación sexual de funciones que otorga a los hombres
un valor y reconocimiento social superior relacionado con el trabajo productivo remunerado fuera
del hogar, también implica una subestimación simbólica de las mujeres que da lugar a una
1
La opresión se comprende en el sentido que Arruzza y Bhattacharya (2020) citan a Daniel Bensaïd para
referirse al capitalismo como “una totalidad contradictoria de relaciones de explotación, alienación y dominación (es
decir, opresión). En última instancia, el capitalismo es estas tres cosas en una” (p.44).
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multiplicidad de discriminaciones y violencias por medio del control social necesario para el
familia como espacio esencial para la codificación ideológica del género que, fundada sobre la
diferencia sexual de los cuerpos de los hombres y las mujeres, asigna a éstas pensamientos,
de la familia y las tareas de mantenimiento del orden dentro del hogar. Es un trabajo no
pago y desvalorizado que las limita a habitar el ámbito privado (Batthyány, 2021, p.25).
relacionado con el valor del trabajo productivo fuera del hogar, ocupando una posición privilegiada
organiza la división sexual del trabajo, el trabajo reproductivo es separado de las demás actividades
humanas. Consecuentemente, el dinero representa un medio de poder, pues como plantea Dalla
Costa (1972) también a través del salario se ha organizado la explotación del trabajo no asalariado.
dinero, ni poder; por tanto, se naturaliza y legitima socialmente las relaciones de poder
Desde una lectura feminista marxista esa lógica de desigualdad basada en la reproducción
género donde se destaca el patriarcado como sistema de opresión hacia las mujeres que, aunque
Al respecto, para algunas teóricas feministas, la explotación de las mujeres tuvo un papel
De tal manera, las relaciones sociales capitalistas han organizado la reproducción social
según diferencias biológicas sobre las que se construyen representaciones sociales, transformando
este hecho vital en uno social que induce al capital a establecer mecanismos de control y regulación
han sido subordinadas por las dinámicas sociales y mercantiles dominantes, ocupando una posición
de inferioridad en el sistema social; siendo las mujeres del campo quienes han enfrentado una
mayor profundización en las dinámicas de subordinación, pues al contar con menos recursos y
habitar espacios lejanos a los centros hegemónicos urbanos se les asigna una posición de tercera o
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cuarta categoría debido a su condición de clase, etnia, escolaridad, género, edad y forma de
vida cotidiana ya que se ven constantemente sometidas a prácticas de desigualdad a nivel familiar,
comunitario, estatal y en el mercado que limitan su desarrollo personal y la autonomía sobre sus
La labor de las mujeres siempre ha sido fundamental en los trabajos del campo, en el
el agua, así como en la producción de sus propios alimentos; a lo que se suma el trabajo doméstico
En ese sentido, mientras las mujeres campesinas e indígenas son quienes alimentan a la
humanidad, pues abastecen entre el 60 y el 80% de la producción alimenticia de los países más
pobres y alrededor del 50% mundial, son propietarias únicamente del 1% de las tierras agrícolas
(Mundubat, 2010). Estas cifras plantean el acceso, uso y control de la tierra como una de las
Asimismo, según la FAO (2017) “59 millones de mujeres viven en zonas rurales, 20
millones son parte de la población económicamente activa y 4,5 millones son productoras
agrícolas” (p.22). Para el caso de Costa Rica, el INEC reporta una población rural femenina de
681.665 para el primer trimestre del 2022, sin embargo, a pesar de la alta densidad de población
sigue considerando una actividad masculina, y el trabajo agrícola de las mujeres, por ende, tiende
a ser invisibilizado al ser considerado como una función secundaria a la función primaria de la
mujer que es la de cumplir con el trabajo doméstico (Deere y León, 2005), lo cual implica
exponiendo, define el valor del trabajo y la distribución de tareas bajo una división sexual del
trabajo que ha conducido a la discriminación histórica de las mujeres campesinas, pues en muchas
trabajadoras, lo que condiciona en última instancia su libre y legítimo acceso a recursos y derechos.
Es importante destacar que lo anterior se fundamenta en una violencia sexual contra las
mujeres que ha sido institucionalizada a través del Estado como espacio donde se articulan
En este sentido, el Estado concentra y materializa las relaciones políticas e ideológicas presentes
en las relaciones de producción y reproducción, de modo que define y protege las relaciones
económicas capitalistas y patriarcales generando las condiciones que se requieren para una
Para ello, según Pallares (1988), las actividades del Estado intervienen directamente en
la actividad económica e inciden sobre la sociedad por muy diversas vías. Ese conjunto de
actividades se traduce en políticas públicas que muchas veces responden al poder político y
capitalista y patriarcal, se manifiestan también en los discursos y prácticas políticas que componen
las políticas públicas. Mientras originalmente los hombres fueron incorporados a la política pública
como sujetos productivos, proveedores y jefes de familia, partiendo del supuesto de que el trabajo
productivo es realizado por ellos, la atención en las mujeres se centró como madres y amas de
casa, y su participación en el mercado de trabajo fue considerada una situación excepcional que
ampliación de derechos, ha presionado a los Estados a incorporar por la vía formal algunas medidas
que buscan avances en la garantía y reconocimiento de sus derechos, sin embargo, persisten las
formas de exclusión y opresión que para las mujeres campesinas se traducen, según FAO (2021),
trabajo que realizan en el ámbito productivo y para el autoconsumo, el bajo acceso a los medios de
producción como la tierra, agua, semillas e insumos; en dificultades para la participación política, la
poca autonomía económica y de decisión que conllevan los acuerdos patriarcales, así como la
precariedad y temporalidad de los trabajos que realizan y el bajo nivel de cobertura en los sistemas de
protección social.
económica y política de sus labores, a la vez que sirve como justificación para la exclusión de
algunas políticas y programas institucionales. Por ejemplo, en los resultados de las encuestas en la
Región latinoamericana para la medición del uso del tiempo, la mayoría de las mujeres rurales
aparecen como inactivas según la medición tradicional del trabajo pues sus actividades se ubican
En el caso de Costa Rica, para la última Encuesta Nacional del Uso del Tiempo 2017
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realizada por el INEC, existe un avance conceptual en cuanto a la definición del trabajo no
social que son indispensables para satisfacer las necesidades de las personas y las comunidades.
No obstante, resulta necesario una mayor sistematización al respecto que dé cuenta del trabajo que
realizan las mujeres en el campo, ya que los datos que arroja la encuesta corresponden a una lectura
general a nivel nacional, ocultando información cuantitativa que si bien no explica la realidad
compleja que viven las mujeres campesinas, se torna relevante para dimensionar y abordar los
fenómenos sociales que las involucran. En este sentido, plantea Carrasco (1992), si no se tiene en
consideración el trabajo asignado, asumido y realizado por las mujeres y las relaciones sociales
que esto implica, no es posible entender su participación en la fuerza de trabajo y por lo tanto los
Por otra parte, la misma encuesta refleja que las mujeres en edades entre los 20 y 54 años
dedican en promedio 40:17 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado, mientras los
hombres en el mismo rango de edad dedican 14:38 horas semanales a dicho trabajo (INEC, 2017).
De este modo, se evidencia que las actividades que se realizan para la reproducción de la fuerza
marcada división sexual del trabajo que se expresa en la construcción social del género “como
acción simbólica colectiva que permite que se construya e imponga como verdad inamovible una
idea del ‘deber ser’ de los varones y las mujeres” (Batthyány, 2021, p.19), lo que se traduce en una
sobrecarga física y mental hacia las mujeres en las tareas del hogar así como en la limitación de
Empleo 2022 sobre la condición de actividad en relación con el sexo y zona de residencia para el
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primer trimestre del año 2022, reflejan la desigualdad genérica y geográfica que forma parte de la
vida cotidiana de las mujeres que habitan el espacio rural, así se expresa en la siguiente tabla:
Tabla 1.
Los resultados muestran que la participación masculina en las actividades de trabajo rural
consideradas productivas supera en un 45% la cifra de mujeres involucradas, a la vez que la suma
más que los hombres bajo los mismos indicadores. Además, según la Secretaría Ejecutiva de
Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA, 2022) para el año anterior se registró la menor
participación de mujeres en el mercado laboral del sector agropecuario de los últimos cuatro años,
correspondiente a un 12,3% del total de población ocupada. Estos datos, aunque no son explicados
desde una lectura estructural dentro de la encuesta, pueden encontrar la causa en la división sexual
del trabajo como proceso que acentúa un sistema desigual, que condiciona el trabajo de las mujeres
asignación de las tareas que corresponden a la dimensión reproductiva que ha quedado fuera de
Los datos presentados, a pesar de brindar alguna información relevante sobre el trabajo
de las mujeres, resultan insuficientes para dimensionar el trabajo femenino en el campo, pues la
multiplicidad de actividades que realizan las mujeres campesinas no entran dentro de la lógica de
bienes y servicios que define el marco conceptual desde el que se construyen tales indicadores.
intervención estatal que considere ampliamente la situación de las mujeres y que desde las políticas
En ese sentido, el análisis de las condiciones de vida de las mujeres campesinas no puede
desvincularse del trabajo femenino en relación con el espacio que habitan, ya que éste conforma
sujetos: comunidades, gobiernos, instituciones, empresas, etc., que configuran económica, política
y socioculturalmente las relaciones que ahí se desarrollan. Así, la profundización de las relaciones
capital que, en el contexto costarricense, han consolidado las tendencias recientes para una
acumulación flexible de capital, donde el agro ha tenido un papel fundamental (Llaguno, et.al,
2014).
a partir del desarrollo de medidas que facilitan una estructura agraria predominantemente
nacional. De modo que, las políticas agrarias que ha implementado en las últimas décadas se
sistemas de monocultivo.
modelo de desarrollo que, por injerencia del capital transnacional y los Organismos Financieros
y eficiencia para alcanzar una aparente mejora de la gestión estatal que priorice el mercado y la
“libre competencia”. De manera que, tal y como plantea Harvey (2007), la soberanía estatal sobre
mercado global.
Así, en Costa Rica “desde la década de 1980 empiezan a aplicarse políticas orientadas a
el campo a través de la política agraria ha sido reconfigurada para ser funcional a los intereses del
mercado, desarrollando las condiciones necesarias para ampliar los circuitos de acumulación de
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capital. Esto se traduce en medidas que articulan el espacio rural al mercado mundial y conducen
modelo agroindustrial.
En ese sentido, desde la segunda mitad del siglo XX la estructura productiva costarricense
afectación socioambiental que fue agudizado y expandido por las políticas macroeconómicas de
básicos, los programas de ajuste estructural y los tratados de libre comercio. Estas dinámicas
capital financiero con un vínculo cada vez más fuerte con los grupos agroindustriales (Llaguno,
et.al, 2014).
de esa lógica productiva que ha transformado a Costa Rica en un país productor y exportador
masivo de frutas tropicales, preparaciones alimenticias, café y aceite de palma que, según el
informe presentado por la SEPSA (2022), juntos representan el 58,3% de las exportaciones
corresponden a cultivo de café, 72.898,05 ha. a palma aceitera y 54.783,62 ha. a banano, aunado
2
Este informe no incluye la superficie sembrada y cultivada de piña, por lo que la cifra resulta incompleta.
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a esto MOCUPP (2022) reporta 65.442,41 ha. dedicadas al cultivo de piña no reportadas
oficialmente.
Sobre esa línea, el ICAFE (2021) reporta que el banano, la piña y el café respectivamente,
fueron los principales productos de exportación durante el período 2020-2021. Así, pese a la
disminución que ha tenido la producción cafetalera en el país, continúa representando uno de los
nacional del grano, alcanzando un 14.2% de la producción nacional actual de café. Asimismo, el
uso de tierra dedicada a la producción agrícola en el cantón se centra en este cultivo, ocupando
Este panorama evidencia una producción sostenida a nivel nacional y local en las
Debido a ello, la pequeña producción campesina conformada también por “la producción
reducir las tierras de cultivo” (Federici, 2013, p.241). La producción de las mujeres campesinas
incluye gran parte de los alimentos consumidos por sus familiares, ya sean producidos o
preparados por ellas, o que son comercializados e intercambiados dentro de las comunidades para
el consumo cotidiano, a la vez que asegura “cierto control sobre la calidad de los alimentos
envenenados con pesticidas” (Federici, 2013, p.241), de modo que al expandirse la agroindustria
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se limita las posibilidades de una relativa seguridad sobre sus alimentos, la salud familiar y
elementos que explica las relaciones de exclusión y desigualdad en el acceso a la tierra y recursos
para la subsistencia de las mujeres campesinas, ya que, siguiendo con Federici (2013), “para
expandir la producción de alimentos las mujeres deben poder ampliar la cantidad de tierra a la que
tienen acceso y este acceso peligra debido a las campañas impulsadas por las agencias
internacionales para mercantilizar el uso del suelo” (p.234). De manera que el discurso
producción condicionan el modo de relacionarse con la tierra a una relación mercantil y, por lo
tanto, limita a las mujeres campesinas del derecho al acceso, uso y control de la tierra como bien
una progresiva expropiación de los bienes comunes que “ha sido –y es también– la expropiación
corporaciones y de los gobiernos que les rinden pleitesía” (Almeyra, Concheiro, Mendes y Porto-
de capital, esas medidas han tenido un fuerte impacto sobre las condiciones de vida de las mujeres,
pues tal y como plantea Brenes (2017) además de las constantes amenazas que vive el sector
agrícola costarricense a partir de la década de 1980, deben enfrentar situaciones que a menudo les
limitan las posibilidades de desarrollar sus proyectos productivos y las colocan en una situación
vida de las mujeres que habitan el espacio rural, propiamente en la comunidad de San Jerónimo en
San Marcos de Tarrazú, donde la realidad cotidiana de las mujeres se desarrolla tanto dentro de
sus hogares como en el campo bajo la lógica de la división sexual del trabajo, y se desenvuelve de
manera paralela al deterioro sistemático de los medios materiales de vida en el campo; lo cual,
como ha sido señalado, es acentuado por las políticas neoliberales y la expansión del modelo
agroindustrial.
Así, el resultado de la relación entre la política agraria (en tanto mecanismo para la
Por lo que este trabajo investigativo busca realizar un aporte teórico-metodológico sobre
la realidad que viven las mujeres del campo mediante una lectura crítica de la política dirigida al
sector agrícola y de la atención estatal a las demandas y necesidades de las mujeres campesinas
ha sido construido según una función-trabajo que bajo el precepto de destino biológico oculta la
las clases”, por lo que las actividades que realizan las mujeres campesinas determinadas por la
división sexual del trabajo y el espacio donde desarrollan su vida, siguen siendo un terreno de
orientada a un proceso de emancipación social que busca develar y desmontar los discursos y
prácticas patriarcales que han ocultado el papel primordial de las mujeres campesinas como sujetas
sociales y políticas. Siendo el espacio académico partícipe de esa situación, pues las ciencias
sociales en general y el Trabajo Social en particular tienen una deuda histórica con las mujeres del
campo, relacionada con la forma en que se comprende y aborda la realidad que viven las mujeres
campesinas y una limitada producción teórica que analice el trabajo de las mujeres y su relación
con las políticas públicas, hechos que han contribuido a la invisibilización de su contribución a la
De modo que, tal y como plantea Izquierdo (1988), estudiar las condiciones de vida de
las mujeres, requiere repensar los trabajos que desde la academia estudian a la mujer, en tanto el
marco social en que la mujer se nos presenta como susceptible de convertirse en objeto de estudio
puede ser sexista, porque la capacidad y el modo de conocer la realidad resulta de una imposición
ideológica que ve a la mujer como negación de lo masculino y por lo tanto la ubica en una
Dicha lógica comprende a la mujer como objeto de estudio, no como sujeto político; en
vida de las mujeres que habitan el espacio rural con base en el reconocimiento de su relevancia
social, partiendo de la conciencia de vernos sujetas a esa ideología y convertidas en objeto, para
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resignificar las prácticas y discursos como colectivo que enfrenta una forma común de opresión.
En ese sentido, para esta investigación resulta importante hacer un estudio que además
de visibilizar la importancia del trabajo femenino, la opresión que enfrentan las mujeres
analice su realidad de manera articulada con las políticas dirigidas al sector agrícola para
comprender cómo estas también impactan su trabajo y los espacios donde desarrollan su vida, con
el fin de generar información científica que contribuya a visibilizar las demandas de las mujeres
La vida de las mujeres se desarrolla en un contexto en el que, durante los últimos cuarenta
años, la intervención del modelo de desarrollo neoliberal ha apuntado hacia la privación de los
recursos que las personas necesitamos para reproducirnos, afectando nuestra capacidad de
reproducción e impactando con mayor fuerza las condiciones de existencia de las mujeres que
Bajo esa misma lógica, la agenda neoliberal se ha reafirmado y expandido con fuerza en
el espacio rural que ha sido impactado por políticas que amenazan al sector agrícola, y están
al mercado externo que amenaza la soberanía alimentaria y el acceso a los recursos necesarios para
la subsistencia.
Lo anterior representa una afectación hacia la población campesina que ejerce un mayor
deteriora los medios de vida y limita el acceso de las mujeres a los recursos y servicios necesarios
para garantizar la producción y reproducción de los procesos vitales en el espacio que habitan.
En ese sentido, tal y como plantea Sabaté (1995), en las zonas rurales la carga del trabajo
servicios, unido a la marcada división del trabajo entre hombres y mujeres que no reconoce de
manera justa el trabajo agrícola realizado por las mujeres, debido a que este sigue siendo
histórica hacia el trabajo de las mujeres en el campo, además de existir en el imaginario social, sea
institucionalizada mediante la política pública ya que al no ser reconocido existe un registro muy
este es en gran medida uno de los elementos que profundiza la exclusión de las mujeres como
Así, el vínculo esencial que representa el trabajo de las mujeres del campo entre la esfera
de la producción material y la reproducción social es negado, de modo que en última instancia las
mujeres son excluidas de las políticas públicas como sujetas del proceso productivo y con ello el
acceso a la tierra, recursos e insumos necesarios para el trabajo agrícola se ven limitados, afectando
espacios que mantiene a las mujeres en una situación de exclusión, explotación y desigualdad.
Comprender la discriminación hacia las mujeres del campo que limita tanto su autonomía
como el acceso a los bienes materiales de vida, es fundamental para un análisis a nivel material e
poder presentes en su vida cotidiana y en las políticas institucionales dirigidas al sector agrícola.
35
¿De qué manera se vincula la política agraria con el trabajo que realizan las mujeres en San
Jerónimo de San Marcos de Tarrazú en relación con las condiciones de vida materiales e
1.3. Objetivos
Analizar de qué manera se vincula la política agraria con el trabajo que realizan las mujeres en San
Jerónimo de San Marcos de Tarrazú en relación con las condiciones de vida materiales e
• Comprender las principales transformaciones del espacio rural en relación con la intervención
• Analizar de qué manera incide la política agraria en las condiciones de vida de las mujeres en
• Analizar los elementos económicos, políticos y socioculturales que se vinculan con el trabajo
Comandanta Ramona,
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El apartado que se presenta a continuación recoge producción teórica tanto de Costa Rica
las mujeres en el campo, las transformaciones políticas, ideológicas y culturales en el espacio rural
latinoamericano, en el Estado y la política agraria. A pesar de que no todas las investigaciones aquí
presentadas hacen referencia directa a la temática en estudio, estas alimentan el análisis a nivel
social e histórico de los fenómenos que forman parte del objeto de estudio de esta investigación.
condiciones de vida de las mujeres en el espacio rural, Estado y política agraria en Costa Rica y
negar, sin embargo, históricamente el reconocimiento de este aporte ha sido poco o nulo y empieza
que buscan visibilizar la importancia del trabajo femenino en la economía, al tiempo que
desmontan las concepciones tradicionales de la dicotomía sexo-género donde las mujeres se hacen
37
cargo de las labores domésticas y del trabajo relacionado con lo reproductivo para lo que ha sido
simbólico y económico de las mujeres, afirma que la presencia de las mujeres en el mercado laboral
niveles de escolaridad que los hombres. Sin embargo, sus niveles salariales siguen siendo
inferiores.
Es por esto, que la investigadora parte de la teoría feminista para mostrar cómo la
asociación género y economía opera en diversas vías. Desde el impacto de las políticas
macroeconómicas hasta lo más particular, es decir, en el micro nivel de las relaciones cotidianas.
oportunidades y condiciones laborales entre hombres y mujeres, el valor simbólico del trabajo de
las mujeres, las áreas de trabajo en que se desempeñan y estrategias que propiciaran relaciones
curso, ya que realizó una revisión literaria sobre el tema de la economía y el sexo-género, en tanto
los roles de género se asumen como un mandato social y cultural aprehendido que tiene
analiza el papel del orden simbólico y la carga de valor diferenciada que se atribuye según el sexo
dentro de la economía.
Por otra parte, los resultados de la investigación ubicados en el capítulo 4, colocan las
nivel productivo y reproductivo, para finalmente convocar a una reflexión sobre las tareas urgentes
para las mujeres en la agenda económica y política. A lo largo el trabajo investigativo, Florez-
igualdad de derechos hacia la mujer y señala la urgencia de políticas internas tanto públicas como
particularidades que requiere de insumos específicos en torno al espacio que habitan, es por esto
por lo que el siguiente antecedente investigativo adquiere relevancia para el objeto de estudio que
aquí se aborda.
de la Mujer, busca conocer el valor simbólico que se le da al trabajo agrícola femenino en relación
con el espacio en que se realiza, y comprender las condiciones materiales que tienen las mujeres
para producir. Analiza esas condiciones a la luz de las directrices y políticas institucionales,
Producción (CNP) y el Instituto de Desarrollo Rural (INDER); dirigidos a las mujeres del campo
hasta el 2018.
provienen de diferentes partes del país, pero se concentran al Oeste del Valle Central y participan
en la Feria del Agricultor, lo que permitió comprender las diferentes condiciones de producción
Uno de los principales hallazgos de Brenes, está en develar que la mayoría de los
de la división sexual del trabajo, que converge con los vacíos en el abordaje de las necesidades de
las mujeres del campo y la forma en que ellas tratan de responder a dichas necesidades.
Tanto los proyectos que se diseñan orientados a las mujeres, como los recursos que se
dirigen a ellos, tienden a basarse en una división sexual del trabajo conservadora, por lo que las
mujeres por sí solas no se conciben como sujetas de los beneficios de las políticas institucionales,
si no que se asumen dentro de un grupo familiar u organizacional que cumpla con los lineamientos
que la institución exige. Esto repercute en un limitado acceso a los recursos y en una imposibilidad
de lograr autonomía económica por medio de los beneficios que ofrece la institucionalidad estatal.
Por otra parte, según Brenes (2017) el valor que ellas mismas asignan al trabajo femenino
está permeado por la naturalización de los roles de género en las tareas que desempeñan, donde el
uso del tiempo se convierte en un elemento más de análisis, ya que deben cumplir eficientemente
con las tareas que les son asignadas socialmente y que se relaciona con lo que se espera de ellas
doméstico no remunerado como urgencia política, que permita entender que esa labor debe ser
social, no delegada como responsabilidad únicamente de las mujeres y reconocer el costo vital que
se desarrollan en torno a las condiciones de vida de las mujeres en el espacio rural. Primeramente,
en 1980 dirige para la Asociación Colombiana para el Estudio de la Población, una investigación
40
división del trabajo a nivel internacional, social y sexual y sus interrelaciones, un estudio a nivel
regional latinoamericano sobre el desarrollo del capitalismo y los cambios en la división sexual
del trabajo, este último vinculado con el trabajo en los hogares campesinos.
elaborado por Lilián Motta, sobre la transformación de la unidad doméstica y trabajo de la mujer
en una zona rural de avanzado desarrollo capitalista, partiendo del análisis de un contexto
sociohistórico que tiene como resultado formas de sujeción y explotación que la clase dominante
Pese a ser un estudio que parte de las condiciones de la estructura agraria colombiana,
brinda elementos que se vinculan con la realidad latinoamericana en la que el capitalismo agrario
se ha expandido e intensificado, y de la que Costa Rica no está exenta. Por tanto, se recupera
unidades de análisis que aportan para la investigación que se desarrolla en el presente trabajo.
Otro de los trabajos precedentes en este punto consiste en una investigación realizada por
Claudia Korol con organizaciones campesinas de la región latinoamericana. Este expone el acceso
a la tierra como uno de los problemas más graves que enfrentan las mujeres rurales en América
Estas cifras reflejan una realidad alarmante que viven las mujeres en el campo y sobre la
que se expresan diversas formas de opresión y resistencia. En este sentido, la investigación rescata
la importancia de acercarse al objeto de estudio desde una perspectiva histórica sobre el acceso a
41
los bienes comunes por parte de las mujeres en América Latina, tomando en cuenta la estructura
capitalista-patriarcal heredada del colonialismo, las reformas agrarias en los países de la región en
el Siglo XX y XXI y la contrarreforma neoliberal que transformó las relaciones sociales hacia lo
Otra de las investigaciones que destacan en este punto es llevada a cabo por Alejandra
Rica, donde analiza las experiencias organizativas de las mujeres en la Red de Mujeres Rurales de
Costa Rica, considerando las motivaciones que las conducen a organizarse, sus condiciones
sociales y económicas, así como los bienes y recursos productivos de que disponen. Bonilla aporta
un referente teórico que retoma la crítica al desarrollo del sistema capitalista, la crítica feminista a
mujeres del campo en el contexto latinoamericano, vinculada a características de las mujeres del
posesión de la tierra, los usos dados por estas mujeres a la tierra y su valoración.
En relación con las condiciones políticas y económicas del país, Bonilla (2017) presenta
una ubicación contextual de tiempo y espacio que da cuenta del proceso de organización de las
mujeres que habitan el campo, tanto a nivel de la Red y como a lo largo de América Latina. En ese
condiciones históricas que determinaron el espacio agrario de las subregiones abordadas y con ello
el quehacer y las demandas de las mujeres del campo. La investigación plantea además, que el
compara situaciones, si no que en palabras de la autora: “las ubica, las relaciona y muestra un
segmento del espacio rural, su población y los cambios sufridos en los últimos años” (2017, p.214).
Así, los aportes de las mujeres, sus lecturas colectivas e individuales de la realidad aportan
conocimiento dentro de la organización y para otras personas o entidades que deseen profundizar
en el tema.
Durante las últimas cuatro décadas principalmente, la gestión estatal ha sufrido una serie
ideológicas que las fundan. La investigación realizada por López (2014) para optar por el grado
analizando las condiciones históricas, las pugnas sociales y las perspectivas ideológicas que
2011-2014.
entre los años 2006 y 2014, demuestran una intencionalidad de ocultar el origen estructural de la
pobreza (conflicto capital-trabajo) bajo políticas que generan la ilusión de poder superarla
contexto neoliberal costarricense y sus repercusiones sobre las condiciones de vida de los sectores
empobrecidos que demandan de la asistencia social. Además, contempla el vínculo del Trabajo
política en Costa Rica entre los años 2006 y 2014, se encontró inmersa en un contexto convulso
debido a la intensificación de las contradicciones del sistema capitalista en las condiciones de vida
Frente a la reducción de la gestión del Estado, sobre la misma línea, destacan dos
Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica: Boza y Monge (2008), y Calvo,
trasladar funciones a la sociedad civil. Además, dentro de esta tendencia neoliberal se destacó una
carácter financiero como el BID y la CEPAL han permeado en las agendas de gobierno, inclusive
Se encontró que estos actores proponen enfoques teóricos donde predominan premisas
44
En ese sentido, las investigaciones consultadas destacaron cómo este tipo de organismos
determinan un área geopolítica donde ejercen incidencia económica y política, afianzando que
dichos países asuman ciertas políticas y programas que favorecen a sus intereses. Así como en la
Por otra parte, las transformaciones en el Estado vinculadas al espacio rural, que
fenómeno que es analizado en un artículo desarrollado a partir de una investigación previa por
Llaguno, Cerdas y Aguilar (2014), para la revista Capitalismo: tierra y poder en América Latina
(1982-2012) Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua. El cual
las prácticas de acumulación y los flujos de capital y poder, donde el sector agropecuario ha tenido
particular.
precios establecidos en el mercado internacional. Por otra parte, el artículo concluye evidenciando
un panorama que se extiende con el proceso de expansión capitalista hasta la actualidad como
estructural.
se basan los gobiernos determinan el rumbo de las políticas públicas, esto es de particular
relevancia para el presente diseño de investigación, ya que reafirma la tesis de que la política
agraria, para efectos centrales de este trabajo investigativo, ha sufrido transformaciones en los
últimos años que responden a exigencias externas y repercuten de manera directa en las
Graduación para optar por el Grado de Licenciatura en Trabajo Social, realizado por Rodríguez y
Cubero (2014); se hace relevante ya que analiza la Política de Estado para el Sector
diseñada, según SEPSA (2011) con la intención de vincular objetivos de crecimiento económico
y de desarrollo humano para las zonas rurales del país, con temas como la pesca, el turismo rural
institucional.
46
Partiendo del contexto en que se desarrolla dicha Política, se puede relacionar con la
Sin embargo, según las autoras, no establece de qué forma será el acompañamiento
estatal, técnico y financiero para alcanzar el nivel de competitividad esperado, por lo que se puede
inferir que los parámetros de esa competencia se dan de forma desigual, donde las grandes
industrias tomarían ventaja frente a un pequeño sector agroalimentario que no cuenta con las
pretende.
Por otra parte, la Política de Estado en cuestión, intenta organizar las instituciones
estatales relacionadas con el sector agropecuario, lo que brinda un margen de análisis importante
Como parte de los resultados encontrados por las investigadoras, se considera que la
Política no toma en cuenta las particularidades del sector, en términos de posibilidades ni alcances
beneficiando a quienes poseen mayor control de los medios de producción en el espacio rural. Por
otra parte, las personas informantes que participaron en la investigación revelaron desconocer la
Política, lo que evidencia un vacío en el proceso de consulta a los diversos sectores, y de impacto
histórica que tiene el Estado con el sector agrícola en cuanto a políticas que mejoren sus
condiciones, así como respecto a insumos teóricos y estadísticos que reflejen la dinámica del
47
sector, ya que existe un desfase de 20 años entre un censo agrario y el último en curso, por lo que
contribuya a la visibilización de las problemáticas que históricamente enfrentan las y los habitantes
Latinoamericano
reflexiones y contar con elementos teóricos sustentados en información sobre las principales
las acciones institucionales o por los sujetos sociales vinculados a los procesos productivos,
rezago social, una creciente migración y ciudadanía social en los territorios rurales, así como el
desafío de la cohesión social impulsada desde el Estado, las políticas y la acción colectiva rural.
La investigación retoma que, para el análisis sobre el medio rural, es necesario incorporar
las condiciones de desigualdad en las que viven millones de familias a nivel planetario. La
los bajos índices de desarrollo social (educación, salud, ingresos), así como la pérdida de
densidad en el tejido social, que genera dos fenómenos inicuos de gran trascendencia en
ciudadanía social, por parte de numerosos miembros de los hogares rurales; b) La pérdida
durante las últimas décadas se ven estimuladas por las políticas de apertura económica, impulsadas
con mayor intensidad a partir de la década de 1980, así como por las reformas institucionales.
El autor también plantea que en América Latina y el Caribe, las políticas adoptadas por
vez un reto para este trabajo por el abordaje que aquí se pretende, es que tal y como plantea Mora
(2013a) aunque los procesos agrarios siguen siendo relevantes en la mayor parte de los territorios
lo cual genera situaciones ante las cuales las iniciativas centradas en la perspectiva exclusivamente
Para efectos de este estudio, en torno a las condiciones de existencia de las mujeres en
zonas rurales y al trabajo femenino en relación con la política agraria costarricense, los trabajos
investigativos analizados en este apartado reflejan un contexto actual que resulta de una amplia
vinculan a la gestión del Estado en la política pública y que develan información sobre su impacto
en los medios materiales para la producción y reproducción de la vida diaria, así como sobre la
49
dinámica en que se desarrolla la lógica patriarcal y el desarrollo productivo del capitalismo a nivel
condiciones de vida de las mujeres rurales en particular, a través de procesos en el mundo rural
consecuente asignación de una triple función a la mujer en el trabajo agrícola remunerado y/o no
las mujeres no fue abordado en el antecedente citado que estudió la Política de Estado para el
política agraria, conformada entre otras por la Política en mención, sobre las condiciones de vida
de las mujeres, así como el papel de la mujer dentro de la dinámica productiva local y nacional
que aporte a una construcción de conocimiento para comprender la complejidad del objeto-sujeto
a converger dos tópicos de estudio para las ciencias sociales en uno que logre explicar la relación
entre la política agraria con las condiciones de vida de las mujeres en las zonas rurales a partir de
capitalista y patriarcal.
51
En el presente capítulo se expone las principales categorías teóricas que orientan este
investigación.
culturales en su función económica y social dada dentro del modo de producción capitalista, como
vida cotidiana.
discusiones teóricas sobre el trabajo femenino dentro de la división sociosexual del trabajo y su
dicotomía sexo-género que se expresan en las condiciones de vida de las mujeres, con especial
atención en el trabajo femenino dentro del espacio rural, particularmente en las labores agrícolas,
han aportado a la comprensión del Estado como forma y estructura de poder en la configuración
de las relaciones sociales propias del capitalismo, así como espacio desde el cual se elabora y
52
ejecuta las políticas públicas, para comprender cómo estas se configuran dentro del accionar
Por otra parte, se plantea algunas posiciones acerca de las transformaciones en el espacio
rural que invita, a lo largo del desarrollo de las diferentes categorías, al abordaje transversal del
ontológico al espacio en que se desarrolla la investigación y a las sujetas sociales que conforman
el objeto de estudio.
material y espiritual (donde se ubica la conciencia), dan cuenta de un vínculo teleológico que se
Para esto, los aportes del materialismo histórico-dialéctico y la teoría feminista marxista
serán la matriz teórico-metodológica para el acercamiento a los fenómenos abordados por esta
estructurada e histórica, a partir del análisis crítico del capitalismo y de su relación con el
patriarcado como formas de organización de la sociedad desde una mirada de clase y género.
se retoma primeramente del pensamiento marxista la categoría de “ser social” comprendida desde
una concepción materialista históricamente vinculada con el aspecto material en su relación directa
con la Naturaleza, y lo que para Althusser (2003) corresponde a “la vida material de la sociedad,
53
la producción de bienes materiales y las relaciones que los hombres [y mujeres] establecen en el
proceso de dicha producción” (p.25), ésta incluye los medios materiales necesarios para la
algunas les son dadas, pero principalmente las transforman a través de su propia acción (Marx y
Engels, 2004), permitiendo que se dé una relación entre las personas, así como entre ellas y el
medio natural a partir de la determinación social del acceso a los medios de subsistencia. Es decir,
las personas se organizan socialmente con el fin de lograr la satisfacción de las necesidades para
Sobre esa línea, el trabajo es entendido por Antunes (2005), como modelo del ser social
que, vinculado al sistema de valores, dirige la acción de las personas y los aspectos objetivos de
la existencia misma, lo cual, “[...] lo configura como una experiencia elemental de la vida
cotidiana, tornándose de ese modo en un componente inseparable de los seres sociales” (p.94). Tan
para la satisfacción de sus necesidades, que integra un sistema complejo en la vida social que
En tal sentido, Lukács (2004) plantea que el trabajo tiene un momento ideal o teleológico
donde las personas anticipan en su conciencia el conjunto de acciones que ejecutarán para
resultados de determinada acción, siendo además prueba de la praxis humana en tanto resulta de
Además, sostiene Lukács (2004) que, si el trabajo es una posición teleológica primaria
porque establece la relación entre las personas y la sociedad con la Naturaleza, hay posiciones
teleológicas secundarias que buscan actuar sobre la conciencia y la práctica de otras personas.
Estas posiciones secundarias operan en el ámbito de las relaciones sociales y son las que poseen
el carácter de la praxis, ya que incluyen “el momento ideal” como motivación de la acción que se
De esa manera, las posiciones teleológicas primarias y secundarias del trabajo, permiten
las condiciones de una reproducción de la vida humana con carácter de proceso, caracterizado por
“una continuidad social que incorpora, de modo extensivo e intensivo, trazos nuevos de forma
permanente, haciendo que ésta, en términos históricos, sea cada vez más compleja” (Gianna, 2014,
pp.347-348). Es decir, a partir del trabajo se hace posible una generalización del conocimiento
logrado y de las fuerzas productivas desarrolladas, que son aplicables a las necesidades emergentes
En consecuencia, se puede entender que hay una relación entre la base material y la
conciencia social que encuentra su origen en cada acto de trabajo, dotando al ser social de una
esencia histórica y material, que tiene como resultado, según Lukács (2004), un proceso en el que
momentos del desarrollo de la sociedad, pues estas deben ser consideradas como “estadios en
movimiento del proceso histórico de la humanización” (p.380). Así, se genera una continuidad que
revela el carácter de la producción y reproducción social ampliada, ya que se dan las condiciones
que posibilitan la herencia de los conocimientos y productos derivados del trabajo humano.
55
en tanto el trabajo, en la configuración del ser social, hace posible que se desarrollen las
condiciones necesarias para vivir y garantizar su reproducción, vislumbrando así, que la existencia
las condiciones naturales” (Zeitlin, 1973, p.112). Siendo el trabajo una constante que escapa de la
Por esa razón, es importante subrayar que el vivir humano no representa una reducción a
una mera instancia como “la vida”, ni la producción material por sí sola podría dar cuenta de cada
momento en “última instancia determinante en la historia” (Engels, 2014, como se citó en Rocha,
2019, p.289). Hablar del modo de producción para entender la concepción material y espiritual de
la humanidad permite identificar la forma en que se lleva a cabo el trabajo en dado momento
histórico (cómo y con qué medios se realiza), así como las relaciones objetivas que ahí se gestan
De manera que, la base de todo orden social puede ser entendida sobre la producción
como un proceso que no es solo natural, sino también social, que conlleva el intercambio y
histórica en clases o estamentos que ha establecido determinado modo de producción. Así, las
p. 71).
Por lo tanto, se entiende que del trabajo productivo no sólo resulte productos materiales,
si no que se creen las condiciones sociales necesarias para su reproducción. Lo que permite
estructura material que configura las relaciones sociales. Al respecto Marx explica que “el modo
de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos
y espirituales de la vida” (1980, p.4), donde ubica la dimensión superestructural en la que converge
Sobre esto amplía que: “no es la conciencia de los hombres [y mujeres] lo que determina
su existencia, sino, por el contrario, su existencia social la que determina su conciencia” (Marx,
1980, p.4). Es decir, el lugar que las personas ocupan en la división de una sociedad de clases
influye directamente en las condiciones de vida materiales e ideológicas de las personas, pues la
De esta relación dialéctica entre las dos dimensiones que conforman la vida social, resulta
(2003), por las concepciones, representaciones, ideas, teorías políticas, jurídicas, éticas, la
Siendo a la vez reflejo del ser social no en sentido mecanicista sino en una relación dialéctica con
la materialidad natural y social, relación además necesaria para estudiar las transformaciones
sucedidas en la sociedad.
En ese sentido, el marxismo plantea que se debe distinguir entre los cambios materiales
ocurridos en las condiciones económicas de la producción, y las formas ideológicas con que las
personas toman conciencia de sus condiciones y actúan sobre ellas. Así, “los hombres [y las
producción), modifican también, junto con esta realidad, su pensamiento y los productos de su
pensamiento” (Marx,1980, p.4). De modo que “la vida” se ve determinada en última instancia por
la base material; lo que manifiesta, de la relación entre el ser social y la conciencia social, una
En esta praxis, se forma tanto el ambiente material determinado del individuo histórico
la mujer] se mueve "naturalmente" y con el cual tiene algo que hacer cada día (p.16).
de la realidad material hacen que las personas desarrollen su cotidianidad en espacios, actividades,
vínculos y complejos sociales que inciden en su forma de actuar, ser y pensar; lo cual es
de las condiciones materiales y simbólicas que ese lugar representa. Es así como la interpretación
58
Por tanto, “[…] el hombre [y la mujer] es, ante todo, lo que es su mundo. Este ser
(Kosik, 1967, p.76). Así, en la cotidianidad la realidad se presenta como un hermetismo, un hecho
dado e inalterable, donde la experiencia inmediata es la base para sus actividades y constituye las
inmediata, tiene una esencia concreta que se mantiene en vínculo e interacción constante con la
actividad material y las relaciones sociales resultantes de la estructura capitalista, de modo que “no
totalidad social que implica una relación dialéctica e histórica entre la dimensión material e
ideológica. Esta concepción busca situar a las personas en las circunstancias objetivas e históricas
no precisamente elegidas por ellas lejos de una interpretación del comportamiento individual,
sociohistóricamente.
Así, se comprende que la relación de las personas con su entorno se elabora mediante los
aspectos conscientes y también a través de los que están implícitos en la actividad humana; por
esa razón no se puede excluir, como plantea Acanda (2002), el proceso de producción económica
de una sociedad.
59
De acuerdo con lo anterior, se puede entender la expresión del ser social y la conciencia
social a partir de las contradicciones de la vida material que, dentro del modo de producción
capitalista, encuentran su explicación en la determinación de las clases sociales. Ya que, los seres
humanos como colectivo se forman “esencialmente desde abajo hacia arriba, sobre la base de la
Bajo esa lógica, la sociedad capitalista requiere de una adaptación de las y los individuos
a las tareas determinadas según la estructura general de explotación, por lo que en la relación entre
las personas y sus condiciones de vida median mecanismos de control a nivel material e ideológico
que aseguran la dominación y, a partir de ello, se aceptan como propias las condiciones de
explotación de clase. Por tal razón, “(…) cuando se abstraen las ideas de la vida real se cosifican
conceptos que no tienen ninguna existencia separados de los hombres [y mujeres] vivos” (Zeitlin,
1973, p.116), por lo que las prácticas e ideas no existen ni cambian por sí mismas, los seres
humanos son quienes se transforman junto con las condiciones de existencia material y con ello
Sobre esta línea, Marx y Engels (1974) plantean que “las ideas de la clase dominante son
las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante” (p.50). De manera
que es el poder material de una clase social lo que permite su dominio mediante la presentación de
sus propios intereses como interés colectivo, y así garantiza la extensión de sus ideas y valores
Debido a esto, “la ideología se encuentra determinada por la función social que ejerce
dentro de una totalidad social y en un momento histórico concreto” (Gianna, 2014), pues no resulta
social.
poder. Acanda (2002) retoma el concepto de hegemonía desarrollado por Gramsci para explicar la
capacidad que tiene la clase dominante de ejercer y sostener su poder en la sociedad a través del
control de los medios de producción y la organización del consenso y dirección política, moral e
intelectual.
De modo que la hegemonía cumple una función político-ideológica que combina la fuerza
y el consenso para alcanzar el control social, por lo cual la concepción de mundo se ve determinada
según los intereses particulares de los grupos en el poder. Dicha visión de mundo forma parte de
la experiencia de vida, de manera que la ideología conforma todas las actividades humanas que
comprenden “las prácticas materiales, que se extienden a los hábitos, las costumbres, el modo de
vida de los agentes, y se moldea así, como materia vinculante, en el conjunto de las prácticas
(1999) retoma la propuesta de Althusser de revalorizar ese campo de análisis y lucha, en tanto
considera que las ideologías orgánicas vinculadas a la estructura económica son históricamente
necesarias para la organización de las masas también en sentido transformador, ya que forman el
terreno en el que se mueven las personas y sobre el cual pueden desarrollar conciencia de su
Ante esto, Gramsci citado por Acanda (2002) elabora el concepto de sociedad civil para
Allí, el componente ideológico permite el desarrollo de instrumentos mediante los cuales pueden
ser concientizadas y enfrentadas las problemáticas que emergen de las relaciones de poder en una
sociedad dividida en clases, por tanto “no puede ser percibida solo como lugar de enraizamiento
del sistema hegemónico de la dominación, sino también como el espacio desde donde se la desafía”
(Acanda, 2002, p.255). Es decir, la sociedad civil constituye el escenario para la lucha de clases y
la posibilidad para develar los mecanismos de opresión que permiten la organización social de
clases e incidir en ella para su transformación, pues, como espacio de lucha, permite organizar la
En ese espacio de lucha, Lukács (1970) advierte que la cuestión de fondo es que el origen
de las ideologías implica la existencia de estructuras sociales en las que se encuentran grupos
diversos con intereses antagónicos, donde se desarrollan pugnas alrededor de dichos intereses. Por
nivel material y espiritual en que las personas desarrollan su vida a la vez que, en determinados
procesos sociohistóricos, adquieren conciencia sobre sus condiciones de existencia para actuar
sobre ellas.
intereses; mientras el segundo sentido hace referencia a la praxis con que las personas toman
conciencia sobre su realidad concreta y la transforman. Lo cual permite comprender que las
clases sociales, pues emanan del proceso histórico y dialéctico que compone la totalidad social, ya
que representan fenómenos sociales que constituyen sistemas de relaciones donde converge las
histórica de las clases sociales y el patriarcado. Tras el estudio de los aportes de la teoría marxista,
Harnecker (1969) plantea que las clases tienen su origen y desarrollo en la estructura social como
grupos sociales antagónicos según la función que ocupan dentro del proceso productivo de cada
momento histórico, ligado a una división entre quienes producen los bienes y la riqueza social y
quienes se apropian de ella; siendo la acumulación de capital, como producto de esa relación
contradictoria entre capital y trabajo, el proceso explicativo del origen y desarrollo del capitalismo
patriarcado como modo de organización de la sociedad. Hartmann (1979) sostiene que al tomar la
teoría marxista para estudiar la posición de las mujeres en la sociedad actual, es posible demostrar
la existencia de la base material del patriarcado fundado en el control de los hombres sobre la
sexualidad y fuerza de trabajo de las mujeres, con el fin del sostenimiento y reproducción del
sistema capitalista mediante el control de sus cuerpos, tiempos y espacios; de forma que, el
63
patriarcado coloca a nivel jerárquico a los hombres sobre las mujeres, al tiempo que logra legitimar
En ese sentido, las relaciones desiguales de las que surgen las clases sociales se pueden
cabo, según Federici (2010), por la clase dominante europea como respuesta a la crisis que
enfrentaba la economía feudal. Este fenómeno se acentuó durante el Siglo XVI, permitiendo el
proceso de acumulación originaria, término introducido por Marx en El Capital, que se torna
de opresión paralelos que entran en relación con la apropiación del producto del trabajo realizado
capital y trabajo; y que ii) la separación de los trabajadores de los medios de producción,
que ordenó la riqueza sobre una base material precedente, cuya posesión conllevó la expropiación
de los medios materiales de vida de la población trabajadora para ser concentrados por un sector
fundamental para comprender el funcionamiento del capital como un proceso extendido de lo que
3
Incluye la mercantilización y privatización de la tierra, la expulsión y explotación forzosa de las
poblaciones campesinas de sus tierras, la conversión de los derechos de propiedad comunitaria, colectiva o estatal, en
derechos de propiedad privada; la supresión de los recursos comunales, mercantilización de la fuerza de trabajo y
supresión de formas alternativas de producción y consumo; la apropiación colonial de los recursos naturales; la
monetización y la tributación; el tráfico de seres humanos; la usura y el endeudamiento a través del crédito (Harvey,
2006) [Traducción propia, 2022].
64
Lo anterior, permite identificar las condiciones históricas y causales para el desarrollo del
capitalismo, que dan cuenta de la existencia de condiciones previas a las relaciones capitalistas y
las ubica en un tiempo y espacio determinados. Para Marx (1966) la acumulación originaria es
precisamente ese proceso histórico de disociación entre quienes producen y quienes poseen los
medios de producción. Dicha división engendra al capitalismo, ya que permite las relaciones
capitalistas cuyo fin es la separación de la propiedad de las condiciones de realización del trabajo
a través de la conversión del dinero, la mercancía, los medios de producción y los bienes de
consumo en capital.
Lo que conduce al enfrentamiento de dos clases sociales: la poseedora del capital a través
vende su fuerza de trabajo como única forma de sobrevivencia, teniendo el salario como medio de
pago.
Para la realización de este proceso, amplía Federici (2010), hubo una enorme
acumulación sin precedentes de fuerza de trabajo en la forma de bienes robados (trabajo muerto)
y de seres humanos en condiciones de explotación (trabajo vivo). Ese sometimiento fue dado por
tierra que estuvo remarcado, además, por formas de opresión étnicas y de género.
Siguiendo con Federici (2010), se sabe que inicialmente en Europa los comerciantes
llevaron a cabo la expropiación de gran parte de la tierra de las Islas Canarias para la producción
de caña de azúcar, un siglo más tarde se hizo manifiesto en el continente americano donde tuvo
comunales indígenas fueron apropiadas por los españoles; así como en el continente africano,
donde la caza de esclavos significó una enorme pérdida de tierras y afectaciones a la población.
65
Estos hechos, unidos a las luchas libradas por los movimientos sociales comunalistas en
toda Europa y las rebeliones contra el feudalismo, marcaron el desarrollo del capitalismo como
respuesta a la crisis feudal, “en un intento sostenido de apropiarse de nuevas fuentes de riqueza,
expandir su base económica y poner bajo su mando un mayor número de trabajadores” (Federici,
2010, p.87). Esto muestra que el capital no pudo desarrollarse sin lograr un alcance de apropiación
de los medios de producción y la fuerza de trabajo que involucrara una extensión planetaria; para
ello, ha requerido de la privación de la riqueza natural y social a través del medio histórico de la
una pobreza y mortalidad generalizada, los casos donde hubo resistencia de las y los trabajadores
fueron castigados con cárcel o muerte y el trabajo asalariado en el incipiente capitalismo sólo se
conseguía tras una ardua competencia principalmente entre trabajadores hombres; en las colonias
americanas la explotación, las enfermedades y los castigos disciplinarios destruyeron a más de dos
explotación capitalista en una refuncionalización del poder económico y social. Por eso según
individual, comunal, trabajaban en gremios y/o al servicio de los señores feudales, tuvo su base en
66
Así, ya en las últimas décadas del siglo XVIII e inicios del siglo XIX no quedaba rastro
tierra estuvo amparado por las vías formales, lo que de acuerdo con Marx (1966), “abrió paso a la
libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria de las ciudades” (p.123).
Así se explica que la clase despojada ha tenido como única opción la venta de su fuerza
de trabajo a quienes acumulan la riqueza, pues una vez saqueada la población rural, sus antiguos
medios de subsistencia quedaron disponibles para convertirse en lo que Marx (1966) denomina
capital variable, es decir, el campesinado para poder vivir debía comprar el valor de sus medios de
vida al capitalista industrial en forma de salario; a la vez que las materias primas y la producción
Con esto se muestra las contradicciones de una economía capitalista en el campo que
desde sus inicios ha estado caracterizada por la competencia, la lucha por la independencia
y propiedad en pocas manos; siendo paradójicamente defendida, según Federici (2010), por un
discurso modernizador del espacio rural sobre la afirmación del agotamiento de la tierra en manos
de los pobres y del aumento de la productividad por la innovación agrícola. Esto hizo que la
tenencia comunal de la tierra fuera vista como ineficiente y que quienes la defendían fueran
Sin embargo, la realidad misma refutaba tales argumentos, ya que, aunque hubiese
Para los trabajadores esto fue el inicio de dos siglos de hambre, de la misma manera que
hoy, aún en las zonas más fértiles de África, Asia y América Latina, la mala alimentación
‘exportación o muerte’ impuesta por los programas de ajuste estructural del Banco
al empobrecimiento de la población rural, hecho que tuvo una afectación mayor sobre las mujeres
debido a la función social que cumplieron los campos comunes, puesto que, explica Federici
(2010), al tener menos poder social y derechos sobre la tierra las mujeres dependían de ella para
su subsistencia, a la vez que significaba el centro de la vida social. Sobre esto, amplía la autora, no
se puede decir que la separación de las y los trabajadores de la tierra y la llegada de una economía
régimen anterior. Por el contrario, la privatización de la tierra no liberó a las personas trabajadoras,
supuso la liberación de capital en la misma medida en que la tierra estaba ahora “libre” para
subsistencia.
Estos cambios profundizaron las diferencias económicas entre la población rural, a la vez
que se acentúo la división social del trabajo que se estaba instituyendo alrededor del nuevo modo
de producción, la cual, como plantea Marx (1966) establece la base general de la producción de
mercancías, se presenta no sólo a lo interno de los espacios de trabajo con la división del trabajo
68
entre calificaciones técnicas, operativas e intelectuales para los fines productivos, sino que, con la
expansión del modo de producción capitalista, se amplía incluyendo los demás dominios de la
sociedad. En ese sentido, “en la sociedad del régimen capitalista de producción, la anarquía de la
social del trabajo a partir de la ubicación en los sectores que componen las clases sociales establece
las condiciones objetivas que se le presentan a las y los individuos y que se expresan en las
actividades que realizan en la reproducción de la vida diaria. Así, la división social del trabajo
según Harnecker (1969) incluye la repartición de labores que las personas desempeñan en la
sociedad, no sólo a nivel económico, sino ideológico y político, en función del lugar que ocupan
en la estructura social.
posición de las mujeres en la sociedad y en relación con los hombres, hecho que permitió una
división sexual del trabajo que separó la producción de mercancías de la reproducción de la fuerza
de trabajo, colocando este último como trabajo reproductivo no remunerado asignado a las mujeres
basándose en su capacidad biológica para procrear individuos que más tarde se convertirían en la
capitalista y se convertía en el medio de sujeción y dependencia de las mujeres hacia los hombres.
En tal sentido, Dalla Costa (1972) hace énfasis en la destrucción de la mujer como
capitalismo, tomando en cuenta que la sexualidad femenina y masculina había pasado antes del
acumulación de trabajo no remunerado o mal pagado cuando se hacía fuera del hogar, insuficiente
para que las mujeres pudieran vivir de él. Federici (2010) explica este momento como la reducción
de las mujeres a no-trabajadoras, un proceso que hacia finales del siglo XVII estaba prácticamente
completado.
divisiones jerárquicas a lo interno de la clase trabajadora construidas a partir del género; las
mujeres compartían las condiciones de despojo al igual que los hombres, sin embargo, ellas al no
tener acceso a los salarios dentro de un sistema social cada vez más monetizado, vieron feminizada
Esto permite articular el proceso de acumulación originaria capitalista con las nuevas
formas que adquirió el patriarcado en ese estadio social, al develar que la discriminación histórica
que han sufrido las mujeres como proletarias ha estado vinculada a su función como trabajadoras
no asalariadas del hogar y los cuidados, ya que al ser definidas como madres, esposas, hijas, viudas;
su condición de trabajadoras fue ocultada, de forma que “para hacer cumplir la ‘apropiación
primitiva’ masculina del trabajo femenino, se construyó así un nuevo orden patriarcal, reduciendo
a las mujeres a una doble dependencia: de sus empleadores y de los hombres” (Federici, 2010,
p.148). Lo que condujo a una explotación más intensa hacia las mujeres, quienes habían sufrido
opresión hacia las mujeres antecede al modo de producción capitalista, “el capitalismo estableció
institucionales” (Arruzza, Bhattacharya, Fraser, 2019, p.25). Por lo tanto, al ser analizado en
70
capitalista.
En ese sentido, de acuerdo con Eisenstein (1980), son “las relaciones de producción y
reproducción las que determinan las relaciones que las mujeres tienen consigo mismas y con la
sociedad como seres reproductores” (p.542). De forma que, la construcción del nuevo orden
patriarcal en el marco del surgimiento del capitalismo puso a las mujeres al servicio de la fuerza
de trabajo masculina, imponiendo una nueva división sociosexual del trabajo que configuró la
diferencia entre las tareas a realizar, así como las experiencias vitales y las relaciones sociales.
encontró en ella el lugar idóneo para la reproducción de la fuerza de trabajo, por lo que esta fue
separada de la esfera pública, reemplazando la vida comunitaria por la familiar donde paralelo a
esta división entre los espacios público y privado se estaba limitando a la mujer al ámbito
Esto permite entender el contexto en que surge la familia patriarcal cuya organización
está caracterizada desde sus bases por el poder paterno como “jefe” de la unidad familiar, hecho
que permitió la consolidación, según Mallardi (2016), de los fundamentos jerárquicos de la familia
moderna, originada en el patriarcado como sistema de dominación de los hombres sobre las
De ese modo, el capital estableció “la familia nuclear y subordinó, dentro de ella, la mujer
presenta independiente en el mercado de trabajo” (Dalla Costa, 1972, p.7). Esto se tradujo en una
surgió como la institución más importante para la apropiación y el ocultamiento del trabajo de las
mujeres, complemento del mercado e instrumento para la privatización de las relaciones sociales
universales ahistóricos, sino que se encuentran enraizados en una sociedad específica, dominada
por un modo de producción concreto (Vogel, 1979), esto devela la relación de las condiciones
sociosexual del trabajo que influye todas las esferas de la vida, pues el capitalismo a través de las
permite que seamos asociadas al imaginario de esposa y madre obediente, y las tareas que se nos
asignan no sean vistas como trabajo, sino como algo a lo que naturalmente estamos reservadas.
Esta condición, aunada a la expulsión de las mujeres del espacio público y la supresión económica,
procreación y trabajo dentro del hogar como mandato y principal función en la acumulación
capitalista.
En síntesis, “al igual que la división internacional del trabajo, la división sexual del
trabajo fue, sobre todo, una relación de poder, una división dentro de la fuerza de trabajo, al mismo
tiempo que un inmenso impulso a la acumulación capitalista” (Federici, 2010, p.176). Así, el
72
enfatiza la implicación de las tareas impuestas a las mujeres asociadas a la reproducción social,
entendida como aquella parte que concierne a la producción y reproducción de las y los individuos,
los procesos estructurales mediante los cuales el sistema capitalista garantiza su producción y
realizadas más adelante por marxistas y feministas, han habilitado el abordaje crítico para el
problema de la opresión hacia las mujeres desde un marco teórico basado en las prácticas humanas
históricamente construidas.
refiriéndose al “proceso de vida real” como premisa de toda existencia humana que remite tanto a
modo que, la producción y reproducción de fuerza de trabajo aparece como la clave para el
sostenimiento del modo de producción en su conjunto, tanto por la regeneración de trabajo como
a través de la procreación y los procesos vitales de las personas. Así, la “mercancía especial” a la
que se refiere Marx (1966) es la que provee las “condiciones para poder vivir” y por lo tanto de
forzosamente hacia el mercado de trabajo para buscar los medios de vida, vendiendo sus
73
El capital, por tanto, se genera cuando la persona trabajadora para poder sobrevivir vende
su fuerza de trabajo a quien posee los medios de producción y de subsistencia. Dicha condición
histórica además se expresa como el eje sobre el cual gira el sistema en su conjunto. Esta es la
principal condición de existencia, “(…) ya que el capital no puede existir, no puede volverse una
relación social si no tiene ante sí a un individuo sin valor, que es así obligado a vender la única
Así, se muestra la forma en que la fuerza de trabajo como mercancía es útil al capital, la
cual además requiere ser analizada en relación con el lugar que ocupa dentro del proceso de
producción y reproducción social. Al respecto, conviene retomar uno de los puntos señalados por
Althusser (2003) al considerar que la explotación existe en tanto las condiciones para la producción
capitalista están dadas; lo que conduce a pensar la relación entre explotación y producción-
reproducción desde una totalidad contradictoria y dinámica, analizando los vínculos existentes
Sobre esta línea, la Teoría de la Reproducción Social (TRS) intenta profundizar en los
elementos propios de la acumulación capitalista que generan las condiciones para el desarrollo de
relaciones de opresión (de clase, género y etnia), resaltando la centralidad de la reproducción social
en el capitalismo al sustentar que la clase es constituida por la explotación del trabajo y además
por las relaciones que lo producen y reponen, para esto fundamentalmente teoriza la fuerza de
el sistema capitalista está relacionado con la capacidad de subsistencia de las y los trabajadores en
74
determinado momento histórico. Esa idea de la reproducción de la fuerza de trabajo según la TRS
incluye todas las tareas reproductivas del trabajo doméstico, así como los afectos y cuidados;
apunta a cuestionar quién realiza ese trabajo, y porqué ese trabajo es usualmente desvalorizado
económica y socialmente; asimismo, se pone especial atención en la reproducción social del capital
(p.21), entendiendo esto en un sentido amplio pues también “abarca las actividades que sustentan
a los seres humanos como seres sociales con cuerpo, que no solo deben comer y dormir, sino
también criar a sus hijos, cuidar de sus familias y mantener sus comunidades” (Arruzza,
Bhattacharya y Fraser, 2019, p.60), al tiempo que proporciona al capital el trabajo requerido para
que la fuerza de trabajo se produzca y se reponga diariamente. De modo que, para que sea posible
En ese sentido, el debate feminista marxista coloca el rol impuesto a las mujeres en la
responsabilidad en todo el proceso de reproducción del capital. Sobre esto, Vogel (1979) explica
que la organización social de la diferencia biológica establece una precondición material para la
construcción de las diferencias de género, no dictadas precisamente por la biología, sino por la
dependencia del capital hacia las capacidades biológicas de las mujeres para la reproducción de la
fuerza de trabajo.
75
Por tanto, el feminismo marxista que ha teorizado la reproducción social hace una
que también está determinada por las diferencias sexo-genéricas y raciales, una desnaturalización
de “lo dado” en la noción del trabajo femenino como resultado de las relaciones sociales concretas,
la inseparable relación entre teoría y práctica, y la categoría de trabajo vivo como fuente principal
para la generación de riqueza donde la fuerza de trabajo como mercancía implica un proceso
contexto histórico.
Teniendo claridad de los elementos expuestos hasta este momento, existe dos tendencias
en el debate teórico sobre el trabajo de las mujeres y la reproducción social. Ambas posturas hacen
condiciones históricas a partir de lo cual Marx se ocupa de analizar cómo la forma de valor del
clase trabajadora. En este caso, se pretende un acercamiento a las categorías analíticas que aporta
76
el marxismo entendiéndolas como procesos que, desde una lectura material, histórica, dialéctica y
Selma James, Mariarosa Dalla Costa, Leopoldina Fortunati, Silvia Federici; que se ubica
ante el desarrollo del neoliberalismo como forma de expansión del sistema capitalista a un ritmo
crítico y violento que dio lugar (como se explicará con atención más adelante) a cambios
(Federici, 2013). Fundamentalmente, realizan un análisis del trabajo doméstico como creador de
la fuerza de trabajo, a la vez que exploran las formas en que el trabajo reproductivo se construye
producción, pues:
trabajo social, aparece como prestación personal de servicios cuando es, en cambio,
2019, p.36).
77
Esta no es sólo una diferencia cuantitativa sino cualitativa, que proviene de la clase de
mercancía que el trabajo de la reproducción está destinado a producir (Dalla Costa, 1972). Lo cual,
repercute en el aislamiento de la mujer dentro del hogar para llevar a cabo un trabajo que se
considera no calificado como lo es dar a luz, criar, cuidar, servir, etc.; mientras el producto del
espacio público.
Sobre esa línea, las autoras de esta corriente plantean la idea de que existe una especie de
“contrato sexual” que se acuerda entre el trabajador asalariado y el capitalista donde la plusvalía
que se genera por las mujeres en el hogar está implícita, al tiempo que posicionan la acumulación
de capital en torno a diferencias entre la clase trabajadora construidas a partir de la raza, la edad y
el género.
de valor de la fuerza de trabajo como mercancía. Parten del presupuesto de que al ser producida
por la reproducción social en la unidad familiar y entrar en intercambio mercantil dentro del modo
de producción capitalista por medio del salario, la fuerza de trabajo está cargada de valor, por ende,
el trabajo doméstico produce valor de cambio sin implicar un costo para el capital.
De modo que, el trabajo doméstico al producir valores de cambio se define como trabajo
aparece como una creación de no valor, como un proceso ‘natural’, realmente es producción de
creación de plusvalía, y su crítica al respecto radica en que la explotación de las y los trabajadores
no asalariados se ha organizado a través del salario y, por lo tanto, defienden que “el trabajo
78
1972, p. 9).
De esa manera las autoras argumentan que en el capitalismo las mujeres se convierten en
obreras no directamente asalariadas como fuerza natural del trabajo social y realizan la crítica a un
marxismo que no reconoce el vínculo entre el trabajo reproductivo y la producción de valor dentro
social como producción de valor se logra un análisis completo de la división capitalista del trabajo
De ese modo, plantea, Arruzza (2010) la conclusión lógica ante tal planteamiento es que
este trabajo debe ser retribuido y la reivindicación política que se deriva de ello es la del salario
para las amas de casa. Sin embargo, esta reivindicación, lejos de poner en cuestión la división
sexual de los roles, la refuerza, contribuyendo a mantener a la mujer dentro del espacio doméstico
Por otra parte, la vertiente de la TRS conformada por las propuestas de Silvia Vogel,
Susan Ferguson, Nancy Fraser, Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya, entre otras, advierte que el
trabajo doméstico no produce necesariamente valor de cambio, sino que “de modo crucial, produce
la trabajadora que la porta” (Arruzza y Bhattacharya, 2020, p.46). Esta diferencia con la postura
de la TRS explicada anteriormente, radica en la forma en que se entiende el valor del trabajo
En ese sentido, las autoras de esta corriente sostienen que el valor es la expresión de una
plusvalía, al tiempo que teorizan la unidad doméstica en relación con las posibilidades de
reproducción del capital. Es decir, según Ferguson y McNally (2013), mantienen la especificidad
del trabajo doméstico sin igualarlo a la mercantilización y producción de valor características del
proceso de trabajo en el capitalismo, ya que el capital no tiene control total directo sobre la esfera
En su lugar, reconocen que éste último se encuentra dentro del circuito de producción de
valor porque constituye la precondición del trabajo productivo, por lo que hacen una teorización
plusvalor.
Para esta propuesta el trabajo abstracto, como “lo abstracto” en Marx, revela la historia
de la categoría misma y su desarrollo. Así lo explica Bhattacharya (2020): “lo abstracto surgió de
las múltiples determinaciones de lo concreto, y lo concreto solo podría concebirse como tal a través
como creador de mercancías, contiene las formas del trabajo concreto y el trabajo social a través
del cual se organiza la forma del valor, de modo que los diferentes aspectos operan como unidad,
señalando no sólo cómo se genera la plusvalía sino cuáles son las actividades que permiten esa
creación de valor.
De esta forma, exponen Arruzza y Bhattacharya (2020), “las clases están compuestas de
personas históricas concretas para quienes la explotación también se lleva a cabo en formas
80
concretas que incluyen formas específicas de disciplina y opresión” (p.44), sobre lo que se
en el hogar, sino que se explica a partir del significado social que tiene el trabajo en la unidad
doméstica como precondición y condición en la dinámica del sistema capitalista, haciendo posible
su reproducción.
Así, se invita a pensar cómo y porqué el trabajo abstracto domina las formas del trabajo
concreto y las somete a la ley del valor, para explicar no sólo cómo se produce el valor en la
producción de mercancías, sino también para comprender lo que el capital puede extraer mientras
se reproduce la vida.
Por lo tanto, esta corriente feminista de la reproducción social defiende que el trabajo
asalariado no podría existir sin el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en las unidades
domésticas, de modo que “los procesos y las instituciones sociales necesarios para ambos tipos de
‘producción’ -la de personas y la de beneficios- aunque analíticamente distintas, son sin embargo
través del trabajo doméstico al producir las condiciones de posibilidad para la existencia del
Al respecto, señala Vogel (1979), el rol social que le ha dado el capitalismo al trabajo de
Ciertamente la reproducción social tiene una dimensión material que involucra la reproducción
física para garantizar la vida en sentido amplio, pero, plantean Arruzza y Bhattacharya (2020),
sobre las actitudes, predisposiciones, habilidades y subjetividades, que permite una interiorización
81
a la producción capitalista en particular, de modo que la reproducción del proceso vital se convierte
en un hecho social mediante las relaciones sociales que organizan la reproducción, así el
clase trabajadora, lo cual “(…) no significa que el capital tiene control directo sobre la esfera
conjunto del sistema” (Arruzza y Bhattacharya, 2020, p.45). Por tanto, el proceso de producción,
incidiendo sobre la realidad de las trabajadoras más allá de las leyes de la producción.
Sobre esa línea las autoras proponen que, en el desarrollo del capitalismo en su fase
actual, aunque la familia obrera es el lugar principal para la reproducción de la fuerza de trabajo
no es el único, ya que desde una perspectiva sistémica identifican la relación contradictoria del
capital con la fuerza de trabajo como una característica clave del sistema capitalista que se
encuentra en otras prácticas sociales generadoras de vida presentes también en la esfera pública.
cuidados, entre otros. Esos dos últimos espacios permiten la regeneración de procesos vitales en
la clase trabajadora y a la vez tienen la cualidad de ser trabajo productivo porque su labor está
reproducción social tanto en la familia como en la esfera pública, se desarrollan procesos sociales
que hacen compatible la reproducción privatizada de la fuerza de trabajo con un orden de género
Este punto clave en la TRS permite reconocer, según las autoras, que el componente de
opresión dentro de la misma clase trabajadora trasciende la esfera doméstica, pues implica también
pública a los dueños del capital y a trabajadores con mejores condiciones económicas determinadas
por el valor que el capital da a su trabajo y que descargan sus labores de reproducción en
Así, la TRS incorpora una reproducción de la fuerza de trabajo que está inmersa en la
para el análisis del trabajo de las mujeres y la reproducción social los postulados de la segunda
vertiente de la TRS explicada anteriormente, ya que incluye la unidad dialéctica entre la forma
histórica y lógica del capital donde la fuerza de trabajo solo puede estar disponible mediante
relaciones de explotación y opresión, así que de modo congruente con el materialismo histórico-
dialéctico aporta una propuesta feminista en la que las categorías utilizadas se derivan del
desarrollo histórico y fusiona los argumentos encontrados en la teoría marxista con la importancia
De manera que es posible comprender el trabajo realizado por las mujeres como una
construcción social, cultural e histórica que se ha organizado mediante la división sexual del
83
trabajo, en la que las labores de la reproducción social han sido consideradas principalmente como
trabajo femenino, el cual ha permanecido socioculturalmente como una categoría de trabajo sin
importancia ya que el sistema capitalista no da ningún valor a este y a quienes lo ejercen a pesar
una esfera de relaciones sociales donde se expanden las acciones de creación de vida en la que
encuentran lugar las múltiples actividades que realizan las mujeres del campo para el sostenimiento
En ese sentido, para teorizar la situación en la que se desenvuelve el trabajo de las mujeres
que habitan el campo a la luz de la TRS, es preciso señalar la relación que existe entre género y
lugar geográfico ya que, como plantean Baylina y Saramaña, se constituyen mutuamente pues es
justamente en el espacio en que se desarrolla la vida cotidiana donde las distintas relaciones de
género “reflejan y afectan tanto a la naturaleza de este espacio como a las ideas comunes sobre las
formas aceptadas de lo masculino y lo femenino” (2006, p.100). Por tanto, el análisis del trabajo
femenino dentro de la familia y la sociedad rural requiere considerar las relaciones de género para
abordar las formas de desigualdad y ejercicio de poder presentes en las unidades familiares, las
categorías teóricas que componen los rasgos ontológicos y epistemológicos de las sujetas de
estudio en esta investigación. Dentro de las ciencias sociales los debates teóricos alrededor de estas
categorías se han desarrollado desde hace muchos años y han evolucionado conforme las prácticas
agrarias y económicas han cambiado, sin existir un verdadero consenso entre las y los diferentes
autores en su definición.
84
particulares, entre otros. Aunado a esto, se han desarrollado diversas posturas alrededor de
desconocimiento del mundo propio de las mujeres del campo” (Díaz, 2002, p.25). En
consecuencia, han sido invisibilizadas las actividades productivas y reproductivas realizadas por
las mujeres, pues según los “perfiles sociales” desarrollados para su definición esas labores no son
incluidas como parte de la economía campesina, de modo que “el desconocimiento de lo femenino
En ese sentido, no sólo el aporte económico de las mujeres del campo ha sido oculto, sino
tanto ellas como su trabajo es percibido de forma subordinada, esto conlleva a una profundización
los roles patriarcales de género y se vincula el trabajo realizado en el campo con la figura
masculina.
campesinas desarrollado por Bonilla (2017) como: “las mujeres que viven y reproducen la vida
desde una relación de ellas y sus familias con la tierra, realizan actividades productivas agrarias,
85
Esta comprensión reúne elementos importantes que involucra habitar el espacio rural,
permite situar sus labores reconociendo el contexto en que se desarrollan, ya que en el campo las
actividades agrarias no son permanentes ni la única fuente de ingresos durante el año, pues
En esa línea, Bonilla (2017) propone además una serie de condiciones que identifican a
las mujeres del campo y que distinguen elementos comunes de las mujeres en la región
latinoamericana:
Tabla 2.
Las mujeres campesinas e indígenas que individualmente deben sostener a sus familias viven
una mayor discriminación, tienen menos recursos, realizan más trabajo y viven mayores
niveles de pobreza.
Las condiciones y los derechos laborales en general, y aún más en las mujeres, se deterioran
con la apertura comercial y la flexibilidad laboral.
Las mujeres campesinas e indígenas tienen bajo acceso a los servicios del sistema educativo y
a la cobertura de la seguridad social.
En esa línea, de manera central la tierra representa la principal condición material para
las personas que habitan el campo, significa el medio que posibilita las actividades que sostienen
y dan continuidad a la vida campesina, de modo que las disputas por su posesión han sido
Tal y como expone Brenes “las tensiones históricas en torno a la tierra refieren también
expropiación de miles de campesinos y campesinas alrededor del mundo” (2017, p.59) afectando
de manera particular a las mujeres, ya que en el desarrollo del capitalismo, afirma Federici (2013),
ha sido prioritaria la separación de la tierra de las mujeres debido a las luchas que ellas han llevado
Debido a eso puede comprenderse el acceso a la tierra como una demanda histórica
fundamental para las actividades de subsistencia y cuido de la vida de las mujeres campesinas y
sus familias, puesto que “es la base material esencial para el trabajo de subsistencia de las mujeres,
mundo” (Federici, 2013, p. 224). Así, el trabajo de las mujeres a través de su relación con la tierra
87
permite garantizar la producción de alimentos tanto para el autoconsumo como para la venta o el
intercambio, al tiempo que provee las condiciones para la reproducción de la vida en diversas
extensiones.
acumulación de capital y un espacio más de exclusión femenina, que resulta en una profundización
Al respecto Deere y León (2005) afirman que “la distribución de la propiedad de la tierra
excepcionalmente representa más de una cuarta parte de los propietarios” (p.8), por lo que la
posesión de la tierra está generalmente en manos de los hombres, amparada por toda la herencia
patriarcal que justifica la expropiación de recursos a las mujeres basada en la división sexo-
genérica del trabajo que, a la vez, repercute en la manera en que el trabajo agrícola se define
predominantemente como una actividad masculina, mientras las mujeres son consideradas amas
de casa y su contribución tanto a través del trabajo doméstico como agrícola no es valorada. Para
Deere y León:
simplemente como una "ayuda" a su esposo o como una función secundaria a la función
acceso a la tierra, así como a los recursos productivos necesarios para mantener la producción en
sus huertos, en los predios familiares, en el desarrollo de productos para la venta o el intercambio,
88
la creación de artesanías, entre otros. Al respecto, Sabaté, Rodríguez y Díaz (1995) relacionan esta
exclusión con el carácter diversificado con el que se realiza el trabajo de las mujeres campesinas,
pues frecuentemente el trabajo agrícola es llevado a cabo de manera simultánea con el trabajo
vez que a nivel ideológico se reproducen prácticas, pensamientos, valores y actitudes que refuerzan
el universo simbólico que el capitalismo y el patriarcado han creado para legitimar la opresión
hacia la mujer. Por ende, se profundiza el control sobre las mujeres ya que “la mayoría de las
mujeres en el campo siguen percibiendo que lo que realizan no es trabajo” (Bonilla, 2020, p.37),
aunado a la poca disposición de recursos para sostener su producción, su vida y su relación con la
Esto conduce a una comprensión de las condiciones de vida a través de las dimensiones
individual y colectiva. En ese sentido, retomando el principio materialista del que se parte para
explicar la relación entre el ser social y la conciencia social, las condiciones de vida comprenden
una dimensión material vinculada al proceso de trabajo y a los recursos tangibles o materiales con
los que se cuenta para la producción y reproducción de la vida diaria (alimentación, vivienda,
vestido, herramientas de trabajo, recursos e insumos agrícolas como tierra, agua, semillas, etc.).
Al respecto, Marx (1966) plantea que dichas condiciones materiales son la base de determinadas
formada por las ideas, símbolos, creencias e instituciones que perpetúan la forma material sobre la
Esa unidad se expresa en la forma histórica en que las personas entienden la realidad y
actúan sobre ella. Para Althusser (2003), “en la representación imaginaria del mundo que se
encuentra en una ideología están reflejadas las condiciones de existencia de los hombres [y las
De modo que hablar de las condiciones de vida de las mujeres campesinas “implica la
consideración de los aspectos objetivos y subjetivos de la vida cotidiana” (Mallardi 2016, p.62), a
partir de las determinaciones históricas condicionantes, configuradas por las relaciones de clase y
género que constituyen los mecanismos de exclusión, explotación y dominación capitalista, que se
expresan en las experiencias diarias, pues “todo modo de existencia humana, o de existir en el
Así, la cotidianidad entendida como la organización del día a día, la vida individual donde
se repite las acciones vitales, donde se da la distribución del tiempo y el ritmo en que se desarrolla
la historia individual; crea relaciones sobre la base de la propia existencia y no puede ser apartada
de la historia común, pues la cotidianidad es portadora de la historia (Kosik, 1967). De manera que
el análisis de la vida cotidiana revela lo singular y universal de las relaciones sociales donde se
insertan las acciones y pensamientos con que las personas desarrollan su vida como resultado de
En ese sentido, la comprensión de los aspectos objetivos que configuran el ser social es
tanto son los elementos que la vinculan con la totalidad de la reproducción social” (Mallardi, 2015,
p.77). De ahí que las relaciones que establecen las personas entre sí y con su entorno en la sociedad
sociosexual del trabajo la primera determinación de la vida cotidiana. De modo que se entiende
90
las condiciones de vida en términos de una realidad histórica, que se muestra como totalidad
desarrolladas algunas ideas planteadas por diferentes tendencias de la teoría marxista del Estado
para intentar aproximarse a una concepción de totalidad y articularlo de forma dialéctica con la
de la relación entre política y economía como instancias separadas pero articuladas entre sí,
retomando la discusión planteada por Marx (1980) acerca de la relación dialéctica entre lo
donde el Estado se sostiene sobre la base económica, y distingue los aparatos ideológicos (religión,
escuela, familia, partidos políticos, sindicato, prensa, cultura) y represivos (el gobierno, la
administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc.) que utiliza el Estado para
culturalmente.
economicismo que puede ocultar la perspectiva de totalidad social con la que Marx explicaba la
relación entre lo económico y lo político como un proceso articulado que forma parte de la unidad
91
de la relación social capitalista. Por ello, se hace necesario señalar que para el marxismo la
organización social y el Estado se forman del proceso de vida de las personas determinado
no como puedan presentarse ante la imaginación propia o ajena, sino tal y como realmente
son; es decir, tal y como actúan y como producen materialmente y, por tanto, tal y como
burguesía como clase dominante, tiene un carácter de clase cuya base es material pues se forma
En ese sentido, retomando los aportes de Gramsci (1962), se considera que las clases
dominantes consolidan una hegemonía en el Estado, por lo tanto, se entiende como el lugar en que
se constituye el poder de clase, cuyo carácter represivo se oculta bajo el control cultural mediante
instituciones u organizaciones.
De tal forma que el Estado establece una relación con la sociedad civil que permite
comprender su composición como “todo el conjunto de actividades prácticas y teóricas con que la
clase dirigente no sólo justifica y mantiene su dominio, sino que logra obtener el consenso activo
de los gobernados” (Gramsci, 1999, p.186). De modo que el concepto de hegemonía se torna
fundamental cuando la clase dominante logra la legitimación política, ideológica y cultural que
partir de los mecanismos de consenso y coerción con que consolida su poder económico en lo
político e ideológico. Así, las clases dominantes operan su hegemonía desde el Estado, mediante
la imposición de una estructura sociocultural e ideológica que pretende reproducir sus intereses.
las clases dominantes o fracciones de ellas en lo que denomina “bloque en el poder” que
egida de la fracción hegemónica. La lucha de clases, la rivalidad de los intereses de esas fuerzas
particularización del Estado, pues “el estado burgués se presenta formalmente separado de las
clases sociales, es justamente esta separación la que permite, a través de los distintos componentes
(p.31). Por lo que el bloque en el poder articula una política conjunta a través del aparato estatal,
política, dirigida desde la supuesta neutralidad y el interés común, al tiempo que desarticula las
clases dominadas.
expresión de las contradicciones propias del capitalismo en las luchas sociales, de manera que “las
relaciones de clase en los aparatos estatales se modifican con la respectiva relación de fuerza entre
las clases” (Hirsch, 2017, p.32) para alcanzar la contención de conflictos y asegurar la cohesión.
de la derivación del Estado pretende recuperar los conceptos desarrollados por Marx en El Capital,
y reúne elementos y categorías importantes de los autores citados anteriormente con la intención
La perspectiva de la derivación parte del análisis del Estado como forma de las relaciones
particularidad del Estado en determinado contexto. Así, lo concibe como instancia separada del
proceso de producción pero que depende de la explotación para garantizar su existencia material,
por lo que sus funciones se orientan a asegurar las condiciones necesarias para la reproducción de
capital, de manera que la forma valor y la forma política se condicionan y encuentran articuladas.
Al ser una forma política de las relaciones sociales capitalistas, el Estado se reviste de neutralidad
ocultando su interés de clase, no obstante, representa una forma histórica determinada por la
producción y reproducción social capitalista y por las relaciones de clase resultantes (Hirsch, 2017;
Por tanto, esta perspectiva considera las formas económicas y políticas como formas
diferenciadas de una misma relación de subordinación del trabajo al capital. Es decir, las
manifestaciones de opresión (género, etnia, clase, etc.) se reproducen a través de las formas
económicas y políticas, sin embargo, dichas contradicciones encuentran su límite en las crisis
capitalistas por lo que el Estado como forma política, debe hacer lo posible para contenerlas y
Debido a eso, su aparición debe ser neutral para lograr presentar el interés particular de
la clase dominante como interés general y así ocultar su naturaleza, al respecto Marx y Engels
(1974) plantean que el Estado cobra una forma propia e independiente, separada de los reales
94
intereses particulares y colectivos, pero siempre sobre vínculos materiales existentes que se forman
y diferencian en las clases sociales. Así, la dominación que ejerce el Estado bajo la forma política
Sobre esa línea, Hirsch (2017) explica que el Estado con su “monopolio de poder” es
capitalista, sin poder ser un instrumento directo de la clase económicamente dominante. Esta
separación del Estado es un aspecto clave de la relación de producción capitalista, que deja clara
la esencia de su forma política. Concebir al Estado como forma, significa entenderlo como proceso
reproducción del capital. Pensar en el Estado como forma-proceso significa también que hay un
Gramsci, se entiende que el Estado capitalista a través del reconocimiento formal y legítimo, trata
marxista, analizar la relación entre las formas políticas y la estructura de la sociedad burguesa, es
decir:
“coincidencia objetiva” entre “las funciones del estado” y “los intereses de la clase
p.87-88).
95
fase actual, pues propone un abordaje teórico de la forma Estado desde una comprensión
materialista histórica de las formas generadas por la estructura del capital y la lucha de clases.
En consecuencia, a pesar de las diferencias teóricas y los diversos enfoques que han
estudiado el Estado capitalista, desde el marxismo puede entenderse en términos generales como:
De modo que constituye una relación social estructurada que se vincula con el proceso
clase, incidiendo sobre las condiciones sociomateriales de la clase trabajadora y los sectores
oprimidos. Lo que representa una relación dialéctica del Estado con la dimensión económica,
identifica “la presencia, específica para cada modo de producción, del Estado, que concentra,
Así, en la sociedad capitalista los procesos de reproducción social han sido regulados por
interviene en las formas de organización del capital según sea el interés político, económico,
96
cultural e ideológico con el fin de crear condiciones para el sostenimiento de las relaciones sociales
central- de la relación social capitalista” (Monge, 2021, p.17). Por lo que se construye
históricamente cambiando de apariencia de acuerdo con las necesidades del modo de producción,
las corrientes ideológicas que influyen en su conformación o las pugnas entre clases, es decir,
de la forma en que el Estado media el “consenso” que asegura la hegemonía de las clases
dominantes a nivel macroestructural y sobre la vida cotidiana de las mujeres, entendiendo sus
acciones orientadas a mantener la estabilidad de los sectores hegemónicos ante las tensiones que
se puedan originar de las expresiones de desigualdad provocadas por la lógica de producción. Por
lo que el Estado, tal y como planteó Gramsci (1962) interviene por medio de la coerción cubierta
públicas.
entre el espacio en que se desenvuelven y la esfera política. Es decir, deben ser analizadas según
reproducción de capital, para ser explicadas desde el conjunto de factores que las estructuran y
condicionan.
97
Sobre esa línea, Medellín (2004) plantea que el régimen político establece los límites y
posibilidades de los procesos de estructuración de las políticas públicas, define la naturaleza con
que nacen y se despliegan, así como las condiciones que determinan su existencia, esto, permite
dimensionar la capacidad estructural que tienen los Estados y los gobiernos para concretar los
cambios que las sociedades reclaman. Siendo los gobiernos la forma concreta en la que se expresa
Estado.
Así, en las políticas públicas se evidencia el nivel de control que tiene el gobierno sobre
la sociedad y los aparatos de Estado, pues para su aplicación requiere de los recursos de consenso
y coerción que coloquen la decisión gubernamental como dirección para su accionar y se extienda
Al respecto, conviene señalar la incidencia que tienen las y los sujetos sociales en la
definición de las políticas públicas, pues en el Estado se expresa una multiplicidad de fuerzas e
intereses que coloca en el centro del análisis, como plantea Blanco, “las relaciones entre Estado y
sociedad: no como esencias sino como espacios de luchas de poder de actores diversos en
sociedades concretas” (2010, p.165). De modo que, en mayor o menor medida la presión que ejerza
determinado sector puede incidir en la respuesta del Estado por medio de las políticas públicas y
social, cultural, de los diversos sectores que componen la sociedad respecto al accionar estatal.
Asimismo, Pallares (1988) considera que las políticas públicas deben entenderse como
un proceso decisional en un tiempo determinado. Dicha decisión puede reflejar a la vez lo que no
se está haciendo, esto evidencia la atención o la omisión de ciertas demandas y sectores sociales,
98
a la vez que refleja la dirección política y el proyecto ideológico que adopta el gobierno según el
Por tanto, como plantea Brenes (2017) se debe entender que las políticas públicas:
no son aisladas, sino que responden a momentos concretos del desarrollo sociopolítico y
económico de los Estados, y las tensiones que se producen entre éstos y la sociedad como
resultado de los modelos de desarrollo que se asumen en las agendas políticas (p.40).
De esta manera, el proyecto ideológico que orienta los procesos de toma de decisiones no
es ajeno a los intereses de quienes gobiernan ni de los grupos hegemónicos, pues a la vez que
atiende algunas de las demandas de la sociedad en función del consenso, su accionar está mediado
Por ello, algunos de los componentes de las políticas públicas “son establecidos para
contener un conflicto social específico, y no necesariamente, para dar una respuesta amplia e
integral a la demanda de algún sector” (Brenes, 2017, p.40). En esta dinámica la política pública
funciona como dispositivo de la hegemonía para contener las contradicciones resultantes del
particular de las luchas por la hegemonía (Medellín, 2004), que se expresa en la orientación y
acción estatal según la intención del proyecto ideológico por el que se marca la ruta país.
expansión capitalista bajo los términos que establecen los grupos de poder a través del Estado,
reproduciendo una serie de lineamientos que garantizan la no alteración del orden social vigente,
de modo que “conflicto político y control organizacional, ponen de presente la naturaleza crítica
de las políticas públicas. Las políticas públicas dan cuenta de un determinado grado de conflicto
99
en la sociedad” (Medellín, 2004, p.16) a la vez que intentan ocultar las contradicciones que se
gestan en el seno mismo del capitalismo. Estas contradicciones son discutidas a través de los
modelos de desarrollo que incorporan los gobiernos en el capitalismo contemporáneo y que inciden
avances socioeconómicos y a la ideología del progreso. Gudynas (2011) explica que desde un
economía hacia mejores niveles de vida, mientras que, cuando se lo refiere a las personas, se lo
político” (p.22).
Siguiendo con Gudynas, la idea de desarrollo se extendió tras la Segunda Guerra Mundial
al ser presentada como respuestas prácticas para la atención de la pobreza y los desafíos de la
la desigualdad y la pobreza se resolverían por medios económicos. Más tarde se consolidó una
visión de desarrollo como “un proceso de evolución lineal, esencialmente económico, mediado
saberes que busca universalizar la cultura europea, su postura restringe las valoraciones al ámbito
producto lineal de progreso donde la Naturaleza es separada de la sociedad para normalizar los
procedimientos que ignoran las dinámicas de la Naturaleza en nombre del progreso económico y
La dirección marcada por esa concepción de desarrollo logró sostener sus apuestas
económicas, bajo la legitimidad de las políticas adoptadas por los gobiernos en las agendas
consumo y exclusión, que han llevado a la Naturaleza a los límites de su agotamiento y las
condiciones de vida de las personas a niveles cada vez más profundos de miseria y desigualdad.
“los pueblos pobres podrán algún día disfrutar de las formas de vida de los actuales pueblos ricos”
(Furtado, 1975, Gudynas, 2011, p.21), que ha tenido efectos desastrosos en América Latina
explotación humana y de la Naturaleza. En el caso de las políticas dirigidas para el sector agrícola,
al mercado externo determinada por las demandas del gran capital agroindustrial, enmarcadas en
comenzado a consolidarse, exaltando las reformas del mercado, el Consenso de Washington y las
privatizaciones; por lo que la discusión sobre el ideal desarrollista se diluía en las estrategias de
Así, las políticas que se han implementado desde ese momento para el sector agrícola
a las demandas del mercado y el capital agroindustrial. De modo que el espacio rural se ha
101
desarrollado en un ambiente cada vez más desfavorable y agresivo para el campesinado, así como
para las y los pequeños productores agrícolas, quienes han tenido que enfrentarse a la imposición
campo-ciudad, de los flujos de capital que han creado las condiciones económicas y políticas para
Ante este panorama Mançano (2012) propone una lectura paradigmática de la política
agraria, para acercarse a las visiones de mundo, intereses y determinaciones que se materializan
sobre los territorios a través de las políticas públicas desde una perspectiva de clase. Sostiene, que
este influye en la aplicación de recursos para ciertas regiones, territorios, sectores, culturas,
instituciones, etc.
Por un lado, el paradigma centrado en el capitalismo agrario, según el autor, entiende las
desigualdades provocadas por las relaciones capitalistas como un problema coyuntural que puede
ser superado mediante políticas que promuevan la integración del campesinado al mercado
capitalista, aunado a esto, asume la interpretación oficialista de los gobiernos y las organizaciones
de la agroindustria que la entienden como “una totalidad compuesta por los sistemas agrícolas,
102
ganaderos, industrial, comercial, financiero y tecnológico, que incluye a todos los agricultores
de desarrollo impuesto y las disputas por la defensa de modelos que buscan la autonomía
campesina, tomando como punto de partida la lucha de clases. En este caso, la agroindustria
representa a:
en pequeña escala y para el mercado local, configurando, por tanto, otra lógica.
a la agroindustria desde la visión del capitalismo agrario, que pretende homogenizar a todos los
sectores que participan en la producción agrícola y que habitan el campo, ocultando las diferencias
que se construyen a partir de la desigualdad de clase y las relaciones de poder que se desprenden
del sistema capitalista y patriarcal. Al tiempo que “se sigue reproduciendo la idea de que no se
p.10).
impactando el entorno cotidiano donde se desarrolla la vida de las mujeres en las zonas rurales.
Este responde al contexto inmediato donde llevan a cabo el trabajo reproductivo y las relaciones
sociales “incluye por tanto las características de la vivienda, infraestructuras, servicios locales y
103
los recursos para desplazarse” (Sabaté, et.al, 1995, p.212). Estos elementos son transversales a las
políticas públicas ya que resultan de los recursos que el Estado ponga a disposición de
determinados sectores y territorios a razón del consenso y la conflictividad que movilice la toma
de decisiones, así como del componente ideológico con que se dirija la acción estatal.
perspectiva de trabajo con las mujeres que solo alcanza a concebirlas como depositarias pasivas
de los programas de desarrollo (Bonilla, 2017). Además, reflejan un desconocimiento real sobre
las mujeres del campo, sus necesidades y sus propias demandas. De modo que han sido incluidas
en algunos casos como “madres encargadas del hogar, estimulando su papel de cuidadoras,
Ante esa situación, las mujeres han presionado a los gobiernos para que ocurran ciertos
creación de políticas específicas para las mujeres; sin embargo, las mujeres campesinas continúan
siendo sujetas secundarias de la política pública. Esto se evidencia en el deterioro del espacio rural
necesarios para el desarrollo del trabajo final de graduación, como lo es el enfoque metodológico,
Tal y como plantea Lukács (2004), se reconoce una ontología del ser social inmersa
dentro de una estructura material y dialéctica que permite entender a las mujeres como sujeto
realidad cotidiana de las mujeres. Por tanto, la lógica intrínseca de acumulación capitalista
determina el acceso a los bienes materiales para la satisfacción de las necesidades a la vez que
105
entre trabajo productivo y reproductivo, así como del despojo del poder de la mujer tras la forzada
expulsión de la población campesina de sus tierras. De modo que, al ser en apariencia separadas
el salario como forma de remuneración directa, mientras que la reproducción, al ser relegada a la
desde sus orígenes a la masculinidad, en la que se establece una relación económica entre la fuerza
de trabajo y el salario, y las mercancías de consumo que se intercambian por dinero. En esta
dinámica, el trabajo asalariado puede ser adquirido por una cantidad menor al valor de lo que
produce, pero suficiente para reponer la fuerza de trabajo, al tiempo que, según Carrasco (1999)
“la producción doméstica que proporciona los bienes necesarios para el consumo inmediato
permanece, pero ahora con una categoría de trabajo sin importancia y marginal” (p.98), en una
posición en la que el sistema capitalista no da ningún valor a ese trabajo y a quienes lo ejercen a
De la misma manera, el trabajo agrícola que realizan las mujeres campesinas ha sido
marginado, pues bajo la lógica de la división sexual del trabajo no es valorado y por lo tanto no se
registra ni se muestra en su justa dimensión en las políticas institucionales para el sector agrícola,
década de 1990 a través de los Programas de Ajuste Estructural precisaba de una nueva ofensiva
contra los bienes comunes: tierra, agua, saberes, alimentación, bosques, plantas, cuerpo. Esto
implicó además una reestructuración de la reproducción social y, como explica Federici (2010),
vida. Así, la reproducción social y las mujeres sufren un ataque sistemático, donde las mujeres
realidad, ya que sus experiencias expresan las formas de desigualdad que representan el
capitalismo y el patriarcado sobre sus medios de vida, y con ello recuperar en el análisis de los
fenómenos sociales las voces de quienes han sido históricamente invisibilizadas por la ciencia
androcéntrica al servicio del capitalismo patriarcal; ya que, tal y como plantea Pérez (2014),
Se construye sobre la ausencia de las mujeres, se niega relevancia económica a las esferas
Por tanto, intentando romper con esa forma de construcción del conocimiento, se buscó
establecer una relación horizontal con las mujeres participantes con el fin de lograr un proceso
respetuoso, donde tanto ellas como yo en calidad de investigadora pudimos aportar insumos para
construir conocimiento que, desde una mirada crítica, dé cuenta de la realidad que viven las
Por tal motivo, adopté una posición crítica vinculada al proyecto ético-político que nos
interpela como trabajadoras sociales a afrontar el entorno de forma crítica, con una lectura histórica
y aspirando a superar el individualismo impuesto por la lógica imperante, para construir nuevas
realidad social; respetando a la vez los pensamientos y posiciones expresadas por las participantes
de la investigación.
posiciona desde un análisis crítico al orden social vigente en el que ciertos sectores de la sociedad
sufren procesos de exclusión, dominación y subordinación; tal es el caso de las mujeres, que deben
enfrentar una doble opresión por parte del capitalismo y el patriarcado dada su condición de clase
y género.
Es posible comprender lo anterior desde la teoría marxista a partir del método materialista
realidad para entender los fenómenos dentro de una totalidad concreta, lo que significa comprender
la realidad como un todo estructurado y a la vez en constante cambio. Es decir, que la explicación
del fenómeno en su contexto sociohistórico revelará su esencia, podrá ser aprehendida y de esta
hay que recurrir tanto al análisis marxista y en particular a su método histórico y materialista, como
ya que tal y como plantean algunas autoras las “epistemologías tradicionales” excluyen
sistemáticamente la posibilidad de que las mujeres sean sujetas de conocimiento; por lo que es
imperante proponer teorías epistemológicas alternativas con el objetivo de legitimar a las mujeres
109
En ese sentido, Izquierdo añade que las mujeres han emergido como sujeto político en la
Solo es una contradicción aparente que las mujeres sean objeto precisamente en el
comprender y analizar los distintos fenómenos sociales en los cuales se encuentran inmersas las
mujeres, pues forma parte del proceso de concienciación que nos permite comprender
objetivamente la realidad y actuar sobre ella, a la vez que resalta el potencial transformador con el
Unido a esto, otra de las categorías fundamentales que aporta la teoría feminista a esta
investigación consiste en la comprensión del patriarcado. Izquierdo (1988) expresa que este
concepto nos remite al carácter estructural de la desigualdad sexual, por tanto, estudiar el
patriarcado es considerar aquellos factores que hacen de la desigualdad sexual una necesidad
estructural. Pues, las mujeres habitamos en un contexto común, donde vivimos una historia de
determinadas al servicio del hombre y del capital, pues es a partir de nuestra opresión que ha sido
posible el desarrollo de las condiciones que permiten la acumulación de capital. De modo que
En ese sentido, recuperando las premisas epistemológicas descritas para abordar el objeto
de estudio, esta investigación intenta analizar la realidad que enfrentan las mujeres partiendo de
110
contexto, entendiéndolas en relación dialéctica como sujetas políticas dentro de esa realidad.
agraria y el trabajo femenino en las condiciones de vida de mujeres que habitan la comunidad de
San Jerónimo en San Marcos de Tarrazú. Este constituye un objeto de estudio poco indagado desde
el Trabajo Social y busca integrar las distintas experiencias vividas en la cotidianidad por las
mujeres con la política agraria en un contexto histórico determinado; con ello se pretende brindar
cual es visto como “una forma de acercarse a la realidad, que se propone mostrar cómo las personas
construyen la realidad social y ofrecer una perspectiva más cercana a los seres humanos” (Chacón,
et.al, 2013, p.56). De esta manera, la investigación cualitativa permite una aproximación a la
comprender los fenómenos con y desde la población que los vive, y construir conjuntamente una
interpretación crítica de la realidad que permita develar las condiciones sociales, políticas,
económicas, culturales, ambientales e ideológicas en las que se desenvuelven las y los seres
ayuda a comprender el despliegue de los procesos sociales, logrando demostrar cómo las
personas y los grupos los viven. La investigación cualitativa puede ofrecer una visión
111
más holística y global de la realidad social: está inmersa en el tiempo real de las personas
2014, p. 121).
investigaciones cualitativas, ya que, según Sandoval (2002), busca reconocer que su conocimiento
supone la comprensión del sentido de esta por parte de quienes la producen y la viven. De esa
manera, es fundamental la unidad entre teoría y práctica, ya que hace posible comprender el orden
social vigente y sus repercusiones en la realidad cotidiana que enfrentan las personas. En este caso
particular, permite analizar el impacto del proceso de modernización del Estado y la política
agraria como forma de legitimación del modo de producción capitalista en su carácter expansivo
las personas participantes son los sujetos cognoscentes, quienes conocen y viven ese contexto y
realidad social cotidianamente, por tanto, durante este proceso de investigación se resguardó la
integridad y confidencialidad cada participante y se evitó que se viera afectada de forma negativa.
Bajo ese principio, se trabajó con cinco mujeres de la comunidad de San Jerónimo en San
Marcos de Tarrazú, ya que, a partir de su experiencia cotidiana, aportan una base de conocimiento
que facilitó el análisis del fenómeno en estudio, así como el contexto donde se desenvuelve su
realidad cotidiana, que está trasversado por diversas manifestaciones de violencia capitalista y
patriarcal.
112
Respecto a la viabilidad para el acercamiento con las mujeres se tuvo contacto de manera
participante.
subsistencia, para contrastar la perspectiva de las mujeres rurales sobre las labores
sobre las condiciones de vida de las y los habitantes de la zona en general, y de las mujeres
en particular.
• Género: Partiendo del reconocimiento del actual sistema económico y social, bajo una
lógica de reproducción de la vida social que divide las actividades de hombres y mujeres
según la dualidad sexo-género, las condiciones de las mujeres están marcadas por la
desigualdad tanto de clase como de género, por tanto la percepción de las mujeres sobre
sus condiciones de vida está intrínsecamente relacionada a los roles que les han sido
Marcos de Tarrazú, ya que este lugar ha sido afectado por el modelo de producción
agraria, las condiciones de vida y el trabajo que realizan las mujeres que habitan la zona,
• Edad: La edad de las mujeres participantes se encuentra entre los 18 y 60 años pues,
• Tiempo de residir en la comunidad: Las personas participantes tienen diez años o más de
vivir en la zona en estudio, pues el periodo de tiempo que pretende analizar esta
investigación corresponde a la última década, por lo que se requirió que las participantes
permite utilizar gran variedad de técnicas que facilitan la obtención de información para responder
al objeto de estudio. Según LeCompte (1995) “la investigación cualitativa corresponde a una
propias de este tipo de investigación para la recolección de información. Entre ellas se encuentra
rastrea por medio de preguntas, cuál es la información más relevante para los intereses
qué quieren decir, y con ello, crear una atmósfera en la cual es probable que se expresen
Debido a esto, la entrevista en profundidad por medio de una relación dialógica permitió
Jerónimo sobre el objeto de estudio que aborda la investigación. Lo que hizo posible vincular lo
aprehender aquellas cuestiones no previstas que van surgiendo y que pueden arrojar luz
Allí, se hace evidente el carácter flexible que posee esta técnica, ya que proporciona
libertad a quien entrevista de dirigir o redirigir las preguntas hacia donde sea más conveniente para
que, según Benguría citado por Hidalgo y Rodríguez (2014, p.126), permite recolectar la
información desde afuera, sin participar en la vida social del grupo al que observa, ni que suponga
una participación protagónica de quien entrevista. El fin de esta técnica se dirige hacia la
comunitaria.
Por otra parte, la técnica de análisis de contenido se utilizó para analizar las
legitimación del proceso de modernización del Estado y el medio rural, así como al trabajo de las
mujeres en el campo, ya que permite centrar la atención según Sayago (2014, p.5) en categorías
como la justificación del conflicto, la descripción de los hechos, la caracterización de los actores
la expresión de expectativas acerca de las consecuencias del conflicto a corto, a mediano y a largo
de estudio desde los sujetos sociales, en este caso desde la recuperación de las voces de las mujeres.
Un objeto sólo existe en virtud de las descripciones que se hacen de él, entonces, uno de
los caminos que podemos tomar, con el fin de comprender el modo en el cual la naturaleza
es percibida por los actores sociales del ámbito rural, es por medio del análisis de sus
discursos, al identificar los procesos que se encuentran latentes tras los sentidos
producidos, a partir del análisis de las huellas de las condiciones sociales de producción
Por otra parte, se trabajó con la técnica de mapeo colectivo para el trabajo con grupos,
utilizando los recursos gráficos de libre acceso desarrollados por Iconoclasistas4 para el desarrollo
de procesos de mapeo colectivo hacia una mirada territorial crítica. Entendiendo el mapeo
colectivo como:
4
Iconoclasistas es un dúo formado por Julia Risler y Pablo Ares en mayo de 2006, que se inicia como un
laboratorio de comunicación social desde el cual producen gráficas (posters, publicaciones, cartografías, etc.) e
intervenciones urbanas. En la actualidad, su actividad se despliega en tres dimensiones de saberes y prácticas: artísticas
(poéticas de producción y dispositivos gráficos), políticas (activismo territorial y derivas institucionales) y académicas
(pedagogías críticas e investigación participativa). Desde el 2008 desarrollan de forma ininterrumpida talleres de
mapeo colectivo en diversos puntos del mundo, dinamizando una percepción crítica de los territorios y potenciando
los procesos de subjetivación y producción de sentidos colectivos (Risler y Ares, 2013).
116
Un proceso de creación que subvierte el lugar de enunciación para desafiar los relatos
dominantes sobre los territorios, a partir de los saberes y experiencias cotidianas de los
con otras temáticas y señalizando las consecuencias. Esta mirada es complementada con
p.12).
disciplina de Trabajo Social, permitió llevar un registro del trabajo de campo, para detallar las
situaciones vividas; el cual constituye un “instrumento fundamental del trabajo de campo, ya que
en él debe incluirse toda la información que recopilamos para la elaboración de datos y estrategias
a las fases de la investigación cualitativa planteadas por Rodríguez, Gil y García (1996) como un
proceso flexible de carácter continúo, que, aunque no tienen un inicio y final claramente
delimitados, forman parte siempre de un camino hacia adelante en el esfuerzo por dar respuesta a
los objetivos planteados para esta investigación, dichas fases se detallan a continuación.
La primera fase está compuesta por dos etapas: la etapa reflexiva y la etapa de diseño. En
dicha fase, como investigadora, a partir de mis conocimientos y experiencias previas fui poco a
117
detalladamente sobre el tema que desea investigar y las motivaciones que le llevan hacia su
selección, cada espacio de ésta se verá permeado por las concepciones que haya en él o ella,
exista sobre este, utilizando todos los recursos con los que se cuente para ir delimitando aún más
la temática en estudio. La elaboración del marco teórico constituirá el punto final a desarrollarse
La viabilidad de la temática que se desea investigar depende en gran medida del escenario, la
población participante, los recursos con los que se cuenta, entre otros, ya que, si alguno de estos
información necesaria para abordar la temática desde las experiencias de las personas informantes
clave. En dicha fase fue importante la actitud que como investigadora desempeñé a lo largo del
proceso, pues la obtención de información depende en gran medida de la actitud y las habilidades
confianza, de esta manera la entrevista pudo fluir de mejor forma y con gran éxito.
verá afectada. Es de gran importancia la actitud con la que se realice dicho acceso,
ambiente tenso, puede que la informante clave no se sienta a gusto y solamente brinde
más cerca de obtener información realmente valiosa y que garantice una recogida
productiva de datos.
Es el proceso que se inicia tras el abandono del escenario objeto de estudio. La fase
contrastada con la teoría previamente indagada, por este motivo debe existir un sustento teórico lo
Para garantizar el éxito de esta fase se realizó una triangulación de la información, la cual
realmente importante y valiosa para que más personas conozcan sobre el tema y se enteren del
procesos investigativos que se han logrado descubrir importantes fenómenos y comprender las
causas y efectos de otros, por lo tanto, dicha fase es de gran importancia y no se debe dejar de lado
en el proceso de investigación.
En dicha fase se realizará una defensa pública de la investigación realizada y además una
rural.
estructural como en relación con el marco normativo, integrado por políticas que repercuten
material e ideológicamente en el plano nacional en una transformación estatal de doble vía, pues
esta inicia en el Estado e impacta a su vez al sector agrícola y con ello al espacio rural, así como
las condiciones de vida de sus habitantes y de las mujeres campesinas en particular. Lo cual,
Estado costarricense, donde además se caracteriza las instituciones estatales vinculadas con el
fenómeno en estudio, así como el marco legal que profundiza la transformación estatal en las
sistema capitalista ha provocado entre las naciones del mundo y a lo interno de las regiones en un
mismo país, siendo la dependencia política y económica a través de la inserción de las economías
periféricas a distintos centros hegemónicos de poder, una constante tanto durante la colonización
Tal y como plantea Veliz (2021) se puede encontrar que, en los inicios del siglo XIX, “en
toda Iberoamérica, debido a sus particularidades tanto políticas como económicas, se hallaba
Así, el poder económico devino en poder político para una hegemonía en ascenso cuyos
oligárquicos. Así, “las élites generan los elementos precursores, fundacionales tanto para lo que se
desarrolló después como para las diversas coyunturas de existencia del Estado” (Veliz, 2021, p.24).
De manera que, la dinámica capitalista permitió tener un doble papel a las oligarquías,
pues “mientras externamente serán meros agentes de los intereses de los capitales ingleses o
Así, las reformas políticas coincidieron con una propuesta de integración siempre vinculada y
países del capitalismo originario se repite en América Latina tras la formación de las repúblicas
fuente de riqueza y poder, pues para obtener ingresos de ella debía privatizarse y proletarizarse,
por lo que las leyes y las costumbres instauradas aseguraron una estructura de poder que requería
En esa línea, las actividades productivas del sector primario-exportador fueron el motor
que impulsaba los cambios en la estructura social, sin embargo, “la exclusión social es la lógica
que explica la dinámica social del régimen oligárquico” (Roitman, 2008, p.173).
123
De modo que, siendo la expropiación una de las maneras más fuertes de consolidar el
De ese modo, se conformó el proletariado urbano y rural, este último siendo despojado
de la tierra como principal medio de producción, vendió su fuerza de trabajo a los terratenientes,
propietarios de las grandes extensiones dedicadas a cultivos de exportación como cacao, café,
banano y azúcar. Sosteniendo, de esta manera, las formas de apropiación y explotación heredadas
En ese sentido, señala Roitman (2008), el desarrollo del capitalismo por la vía oligárquica
en América Latina es una de las causas del desarrollo tardío y desigual, pues los elementos
capitalismo en la región.
Unidos, en disputa con los ingleses, radicó en la necesidad de expansión hacia el Pacífico a través
del Canal de Panamá concentrando sus intereses económicos en Centroamérica para así soldar su
hegemonía.
124
Región, reservándose además el derecho de intervención. Al respecto Eliuh Root expresa ante la
Cámara de Comercio de Nueva York en 1912: "es solo cuestión de tiempo que México,
Centroamérica y las islas que aún no poseemos en el Caribe, deban quedar bajo nuestra bandera”
proceso de expansión y acumulación que desde finales del siglo XIX y en los primeros años del
siglo XX permitió a los Estados Unidos “controlar la energía, monopolizar la distribución del
aumentar su inversión directa en unas 17 veces”. (Flores, 1977, p.69), mientras en los países
Así, al interior de los países los sectores obreros y campesinos se suman a una
Mexicana en 1910 fue la primera advertencia del levantamiento de los sectores subalternos
latinoamericanos. ¡Tierra para quien la trabaja! fue la consigna que cuestionaba la estructura y
poder de un orden oligárquico que entraba en crisis, aunado a las consecuencias de la Primera
oligarquía.
125
antioligárquico, fue minando los férreos cimientos del orden patricio. Las primeras décadas del
siglo XX fueron décadas de revoluciones y cambios” (Roitman, 2008, p.203) que amenazaron el
intento de unidad entre los países de la región con el objetivo de fomentar el desarrollo económico
y garantizar la estabilidad económica y política del Istmo. Así, la Comisión Económica para
Cuadro 1.
Supuesto Estrategia
Iniciar un plan de crecimiento futuro orientado hacia un
Estancamiento económico del Istmo desarrollo industrial selectivo basado en la predominante
economía agrícola del Istmo.
Apuntar a un desarrollo conjunto de las fuerzas productivas,
Desarrollo inflexible de las fuerzas antagónico al que se buscaba anteriormente de forma aislada,
productivas volviendo inalcanzable la adquisición de grandes unidades
productivas para las economías de los estados centroamericanos.
Formas de fortalecimiento de la autonomía nacional basado en
la experiencia histórica que demuestra los peligros políticos y
Consecuencias dañinas de la dependencia
los daños económicos sobre las naciones cuando permiten que
económica y política
la propiedad y manejo de sus medios de producción estén en
manos extranjeras.
Crear un plan que beneficiara de forma igualitaria a los cinco
países del Istmo mediante la creación de empresas industriales.
Desarrollo desigual
El plan de desarrollo equilibrado operaría un Fondo que
otorgaría asistencia financiera a las industrias de integración y
126
Bajo dichos planteamientos la CEPAL consultó con las dirigencias del sector privado de
cada país centroamericano y para 1958 se firmó el Tratado Multilateral (TM) que establecía según
Piedra (1981) el libre comercio para algunos productos y el Régimen de Industrias de Integración
(RII), que preveía la creación de industrias cuyos productos serían protegidos de la competencia
externo común para los cinco países centroamericanos, lo que dio origen en 1962 al Mercado
Este mercado fue una opción de integración y organización entre Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua y Costa Rica, quienes podían comercializar sus productos libremente,
mejorar sus exportaciones, consolidar sus economías, facilitar las inversiones intrarregionales,
Sin embargo, el éxito del intercambio regional inmediato tuvo algunos obstáculos como
coyuntura el gobierno de los Estados Unidos se involucró en el proceso ofreciendo 100 millones
plantea que “el MCCA devino un mercado de reducida dimensión, pues a veces resultó que una
sola empresa era suficiente para satisfacer toda la demanda regional” (p.74). De esa forma, el
desequilibrio regional fue la causa principal de la disolución del Mercado Común, resultado de
Asimismo, Piedra (1981) refiere que en los primeros años de la década de 1960 se firmó
el Acuerdo Tripartito de Asociación Económica que establecía el libre intercambio comercial para
julio del mismo año se crea un Fondo para el Desarrollo Industrial que se convertiría más tarde en
el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Es así como para finales de 1960
todos los países del Istmo se habrían adscrito a la propuesta estadounidense que culminó en el
llamado Tratado Marco que creó la Comunidad Económica y Social Centroamericana, a partir de
Flores (1977) algunos cálculos del Banco Mundial reflejan que el 33% de los préstamos ejecutados
por el BCIE fueron otorgados a empresas extranjeras. De manera que el resultado del proceso de
integración fue la asociación de la burguesía regional al capital extranjero, éste último logrando
disponer de la fuerza de trabajo regional como mano de obra barata, proteger sus inversiones
Asimismo, las tensiones sociales alrededor del conflicto agrario crecieron, teniendo
graves implicaciones políticas y económicas para los países de la región centroamericana que,
sumado al fracaso de la iniciativa de integración que se alejó del carácter popular, resultó en un
aumento de la pobreza y el deterioro de las condiciones de vida de las y los habitantes de la región,
Cálculos oficiales indican que mientras el 80.9% de la población agrícola compuesto por
trabajadores sin tierra concentran solamente el 41.5% del ingreso agrícola total, el 5.3%
compuesto por los grandes terratenientes, concentra el 56.8% de ese ingreso (Flores,
1977, p.75).
de la pobreza que se convertía, según Acuña (2011), “en bandera de los cambios propuestos por
gobierno norteamericano incorporó modificaciones entre los vínculos preexistentes con los países
condicionada a su “colaboración”.
resoluciones del Sistema Interamericano y algunas vías para alcanzar el desarrollo social
vínculos externos se habían debilitado, a la vez que Estados Unidos ejercía un poder geopolítico
sobre la región, que se acentuó bajo el gobierno de Kennedy, donde se articuló el plan de “apoyo
al mismo tiempo, minimizar la radicalidad en las transformaciones sociales y los cambios políticos
que se estaban gestando desde algunos movimientos sociales latinoamericanos. Así, el gobierno
de los Estados Unidos intervino a través de un plan que aseguró la protección de sus intereses, al
Esta estrategia se materializó en la Alianza para el Progreso, acuerdo que fue suscrito,
según Berth (2014), en agosto de 1961 por todos los países miembros de la Organización de
norteamericano, este era un mecanismo para evitar la expansión del comunismo en América
Latina, a través de la cooperación para el desarrollo económico y social. Para lo cual el gobierno
de los Estados Unidos ofreció veinte mil millones de dólares durante un período de diez años.
De esa manera, la teoría económica desarrollista que se venía ideando desde la década
anterior con las iniciativas de integración devino en una ideología socioeconómica cuyos
postulados, según Díaz (2013), tuvieron un mayor alcance que las teorías burguesas elaboradas
para la región desde el centro capitalista, ya que partía de un análisis de los principales problemas
que incluía el interior de la economía y el sector externo, a la vez que “invitaba” a los países a la
en La Carta de Punta del Este: “Que la Alianza para el Progreso persigue el noble anhelo de realizar
en la política económica de América Latina y su relación con los Estados Unidos. Durante ese
Según Díaz, “la iniciativa contó con el apoyo de algunos gobiernos reformistas como el
p.146). Así, los conocidos “tanques de pensamiento” dilucidaron el impacto ideológico que tenía
distribución más equilibrada de los ingresos. Sin embargo, ésta no planteaba ningún compromiso
político para llevar a cabo dichas reformas por parte de los gobiernos. Por lo tanto, lejos de
favorecer relaciones más equitativas, fortaleció los centros de poder económico y político,
económica y política que se venía presentando desde años atrás. Al mismo tiempo que exacerbó
las contradicciones sociales y de clase que se reflejaron en una polarización social y una mayor
región.
A mediados de la década de los sesenta se hizo evidente que las altas expectativas que se
habían fijado para la iniciativa reformista no podían ser satisfechas, ya que los recursos disponibles
por los Estados Unidos eran inferiores a lo previsto, las reformas no eran fáciles de materializar y
De tal forma la Alianza había perdido impulso y llegó a su fin, hecho que fue confirmado
en 1967 por la propia OEA, dejando a su paso dictaduras militares en casi todo el continente, pues,
otras partes de la región, en 1963 se había establecido bajo el nombre de SOA (por sus siglas en
la segunda guerra mundial, se convierte en un elemento clave para proteger los intereses
territorio con entrenamiento y reserva de armas para las fuerzas norteamericanas ante un eventual
conflicto bélico, subordinar la dirección de las fuerzas armadas del hemisferio para proteger su
territorio al tiempo que consolidaba la hegemonía militar, económica y política; evitar que
Esto evidencia la redefinición de los procesos de poder político bajo otras formas de
dominación tanto coercitivas como administrativas, pues el poder oligárquico en la región ya había
sido amenazado décadas atrás con la Revolución Mexicana y sus apuestas por una reforma agraria
que exigía “Tierra y Libertad”, de modo que también las oligarquías terratenientes se ven obligadas
a mutar y asumir las circunstancias impuestas por la intervención internacional mediante una nueva
administración del orden que garantiza la continuidad del poder vigente y a la vez limita los
cambio estructural en la tenencia de tierra pactado entre la oligarquía y la burguesía con una clara
esta manera, el desarrollo de la agroindustria y las contrarreformas agrarias también fueron parte
las estrategias de dominio y explotación latifundistas propuestas por Estados Unidos bajo la cara
Este tipo de negociación política, en la que las fuerzas sociales dominantes diseñan y
ejecutan la reforma agraria, dio como resultado el ejercicio pleno de la hegemonía sobre los
aparatos de representación del Estado, logrando desviar el conflicto social agrario y disolviendo
las demandas por una transformación en la tenencia de la tierra que pretendía la lucha por una
Paralelamente, desde el inicio de la década de los sesenta y hasta la década de los ochenta,
políticos. La revolución verde es un ejemplo de ello, con la característica, según Picado (2008),
sin embargo, según Ceccon (2008) la expansión se dio durante la Segunda Guerra Mundial cuando
las grandes industrias, principalmente en Estados Unidos, desarrollaron una gran acumulación de
innovación tecnológica militar que no tuvo mercado al terminar el conflicto bélico. De este modo,
ocurrió una conversión de tecnología bélica a innovaciones de uso civil, por ejemplo, el tractor a
Ceccon, “tuvo como principal soporte la selección genética de nuevas variedades de cultivo de
alto rendimiento, asociada a la explotación intensiva permitida por el riego y el uso masivo de
fertilizantes químicos, pesticidas, herbicidas, tractores y otra maquinaria pesada” (2008, p.21).
Así, se define un proceso de modernización agrícola que, con el objetivo de generar altas
tasas de productividad sobre la base de una producción extensiva de gran escala y el uso de alta
tecnología, implicó un cambio radical en las prácticas agrícolas, donde el conocimiento empírico
de herencia campesina fue sustituido por el tecnológico, haciendo uso de innovaciones técnicas
como los fertilizantes de origen inorgánico y técnicas para el control de plagas mediante la
En ese sentido, el origen del término “revolución verde” lleva el sello geopolítico. Picado
(2008) plantea que se considera como primera mención pública de su denominación, el discurso
Internacional de Estados Unidos (USAID) que llevaba como título: “The Green revolution:
Accomplishments and Apprehensions”. En este, presentaba los éxitos alcanzados con el cultivo de
semillas de trigo de alto rendimiento en Asia traídas de México, y lo enmarcaba en una posible
las llamadas violentas “revoluciones rojas”. Más tarde, sería asunto de debate prioritario en las
plataformas más prestigiosas de EE. UU.; el director del Programa de Investigación Agrícola de
la Fundación Rockefeller en México, Norman Borlaug, saldría en su defensa, mismo que confirmó
el uso consensual del término al titular su conferencia de recibimiento del Premio Nobel de la Paz:
“The Green revolution, Peace and Humanity”, por sus investigaciones en México en el desarrollo
el paradigma agrario que a la vez procuraba contener el conflicto social sin transformar la
estructura agraria de la tenencia de tierra, las políticas agrarias y la propiedad privada de la tierra.
En palabras de Picado (2008), mediante “la promoción del cambio tecnológico podía evitar que
neutralidad del proceso, inició una desideologización de este enfatizando la posición combativa
Ejemplo de ello, según Picado (2008), son los informes anuales que presentaba la
Fundación Rockefeller, en la sección titulada “La conquista del hambre” para evaluar el avance de
las semillas híbridas y nuevas técnicas de cultivo. Las publicaciones de especialistas son otro
escrito por los primeros científicos enviados por la Fundación Rockefeller a México: E. C.
Rockefeller en México reconocida como revolución agraria, que daba fin a un “antes” determinado
por el predominio de una agricultura tradicional poco productiva, para dar paso a la introducción
En el contexto local, Costa Rica no fue la excepción, tal y como ocurrió en México e
India:
la guerra y los granos son dos palabras claves en la historia agraria reciente de nuestro
país. La primera de ellas, desdoblada en una guerra mundial y en una guerra civil, es un
agronómica en Costa Rica a partir de la década de 1940 del siglo XX. Por su parte, los
granos, en específico el arroz, constituyen tal vez el mejor ejemplo de la forma como la
Costa Rica se convirtió en una pieza geográficamente estratégica para Estados Unidos en
Panamá. Así, se alcanzan los acuerdos durante la década de 1940, en torno a cooperación agrícola,
producción de materias primas, créditos y ayudas financieras. Un ejemplo de esto, explica Samper
136
(2006) para el caso de las materias primas, corresponde al contrato entre la compañía bananera, el
para la compañía: su vigencia se extendería por 25 años e implicaba el cultivo de por lo menos
necesaria para el transporte de la producción, así como el uso libre de las aguas del dominio público
para el riego de sus cultivos y para la preparación de sus productos, construir canales y emplear
los materiales que se pudiese extraer de los ríos. Asimismo, la importación de semillas y otros
insumos estaría libre de gravámenes de aduana y otros tipos de cargas fiscales. Las condiciones de
ese contrato se mantendrían para la exportación de hule, balsa y caucho; todos éstos, típicos
productos de guerra. El acuerdo firmado con el Instituto Interamericano en el mismo año, con el
objetivo de aumentar la producción agrícola para abastecer la zona del Canal de comestibles,
también posibilitó las condiciones para que los estadounidenses brindaran asistencia técnica a
agricultores para que participaran de sus programas y estandarizar los productos según sus
especificaciones. Así, para 1948, este convenio se convirtió en un programa cooperativo: Servicio
Técnico Interamericano (Stica), para la adopción de la tecnología moderna por parte de los
agricultores costarricenses.
A partir de 1970, la expansión arrocera en Costa Rica, según Picado (2008), estuvo
caracterizada por una notable concentración de este cultivo por encima de los otros granos básicos,
acompañada de un peso político de los grupos de grandes arroceros, que influyó en algunos
beneficios, como la política de seguros que priorizaba la producción de arroz. Sobre la misma
137
línea, plantea el autor, el mercado de las semillas también sería controlado tanto como el de la
tierra y el capital: en 1972, se promulgó una primera ley de semillas (Nº5029) como condición
previa para la firma de un contrato con la Agencia Internacional de Desarrollo, un marco jurídico
que regulaba la producción y circulación de las semillas, y que, a partir de su ampliación en 1978
(ley Nº6289), le daría un papel cada vez más importante a la gran empresa privada en la
De tal forma, se puede ver para el caso de Costa Rica, que la Revolución Verde también
En casi todos los países de América Latina, plantea Ceccon (2008), después de muchos
años de revolución verde, se puede observar la transformación de los suelos agrícolas en suelos
erosionados que exigen costosas técnicas artificiales. Además, la compactación del suelo por las
máquinas agrícolas ha destruido la fauna, misma que ayuda al control de plagas. La salud humana
ha sido otro aspecto con afectaciones por contacto directo o por ingestión. Desde el punto de vista
social y económico para la clase trabajadora rural, ha significado sueldos miserables, desempleo,
que ha empujado a contraer impagables deudas para salvar las cosechas y por lo tanto a una
la desigualdad social.
Hoy se habla de una nueva revolución verde anunciada en la década de 1990: “la
revolución genética que uniría a la biotecnología con la ingeniería genética, promoviendo de esta
2008, p.21). Ambas han sido planteadas nuevamente con la ideologizada misión de acabar con el
primera revolución verde, es claro que el aumento en la producción de alimentos por sí solo, no
tierra en pocas manos, la acumulación de los medios de producción, la falta de poder adquisitivo
privilegio de unas pocas empresas, por lo tanto, acabar con el fenómeno de la pobreza y el hambre,
constante de crecimiento para el sistema capitalista, en la década de 1970 se origina una serie de
sistemático de los centros de poder político y económico en América Latina hasta nuestros días.
139
Se hace necesario mencionar la huelga del petroleó en 1973 como otro fenómeno histórico que
segunda mitad del siglo XX, desplazando al carbón como recurso energético primordial para la
producción industrial. Así, los países que tenían dentro de sus territorios la explotación de petróleo
adquirieron poder político además de grandes beneficios económicos, al poseer un recurso que se
volvía con fuerza indispensable para la producción y por lo tanto para la generación de capital y
el “desarrollo” de las naciones. Esto, conllevó a la formación de alianzas estratégicas que han
La OPEP surge en 1960 como estrategia de articulación entre los Estados para hacer
frente a las acciones establecidas por las grandes compañías para disminuir el precio por barril de
petróleo. Desde entonces, los países miembros han intentado reducir la producción y mantener los
precios, a la vez que, según Molina (1984) han seguido la política de dar cifras muy conservadoras
sobre sus existencias probadas para evitar recibir una mayor presión sobre la reducción de precios.
Además de propiciar la importación de petróleo desde Medio Oriente hacia los Estados Unidos,
En ese sentido, la crisis permite ser explicada a partir del alza de precios impuesta por los
inicios de la década de los años 70, pero que, como se ha venido esbozando, se hereda de varias
décadas atrás como resultado de un proceso histórico que devela la inestabilidad del mercado
Para Barraclough (citado por Molina, 1984, p.69) “la crisis de los energéticos dentro de
la cual el petróleo es punto nodal, como la de los alimentos, no es en el fondo una crisis de
producción, sino más bien, de precios y dinero, muy propia del sistema neocapitalista”. Dentro de
barato abastecimiento. No obstante, esto no desaceleró su producción ya que, como plantea Molina
(1984), en 1967 estaban estimados 400 millones de barriles y una década después, las reservas
habían aumentado a 646 millones, así, mientras la demanda mundial no disminuya, y el precio se
mantenga elevado, las reservas de petróleo seguirán en aumento siendo mayor la oferta. Pese a
ello, el uso de este ha sido controlado a través de una estrategia que apunta a la disminución de su
Tras la guerra que inició en 1973 entre Egipto e Israel, conocida con el nombre de Yon
Kippur, se materializó la amenaza latente de utilizar el petróleo como arma política, aunado al
consumo desmedido de la energía petrolífera. Esto implicó el incremento en los precios del
petróleo, justificado por el aumento en los precios del mercado abierto. Según Pérez y Saldarriaga
(s.f) los estados miembros de la OPEP decretaron un embargo para las exportaciones hacia Estados
Unidos, Japón y algunos países de Europa. Este embargo y la reducción de producción culminaron
en el aumento de un 76% en el precio del petróleo para ese momento, cuando tradicionalmente
Al cabo de varios meses, para marzo de 1974, se levantaron todas las medidas de embargo
para los países, regulando la situación y disminuyendo la presión sobre los precios.
tanto para los países “desarrollados” productores de petróleo como para los países consumidores.
Según Molina (1984), cualquier análisis sobre los efectos económicos que ha provocado el
141
aumento del petróleo, debe considerar las siguientes variables: efectos para países productores,
efecto sobre el sistema mundial de pagos y las consecuencias para países consumidores.
En ese sentido, la política de embargos y reducciones que aplicó la OPEP produjo efectos
inmediatos en la estructura productiva de los sectores en que el petróleo o sus derivados son
en las actividades productivas tradicionales, al tiempo que en el “tercer mundo” se enfrentó además
De modo que, ante el deterioro de las economías menos desarrolladas, los países recurren
a la vía del empréstito internacional que conduciría a un endeudamiento progresivo. Así, la balanza
de pagos en los países exportadores de petróleo no sufrió efectos negativos tan evidentes, ya que
según Molina (1984), el mayor costo de las importaciones petrolíferas ha sido equilibrado con un
incremento en las exportaciones de bienes de capital. Mientras que los países importadores de
petróleo han sufrido una disminución permanente de sus reservas monetarias y un acelerado
Pérez y Saldarriaga (s.f) exponen que se calcula que dichos países tuvieron que pagar
unos 10.000 millones de dólares adicionales por concepto de importaciones petroleras en 1974, y
una suma parecida o mayor en los años subsiguientes. Esta suma es cercana al valor total de la
De tal forma, los efectos recesivos en el precio del petróleo se hicieron más claros al
Esto, conduce a mirar la dimensión política de los efectos de la crisis, ya que los
acontecimientos asociados a ella han develado la influencia política alrededor del mercado
142
internacional del petróleo, así como la inestabilidad de los fenómenos políticos internacionales que
Un ejemplo de esto es que un año después de los acuerdos de repartición tomados tras la
crisis “las modificaciones introducidas sobre beneficios fueron todavía más abruptas: 95% para
los Estados y 5% para las compañías” (Molina, 1984, p.78), esto brindó mayores ganancias a
algunos Estados, lo cual tuvo implicaciones políticas y económicas que no permitían superar la
crisis. Desde entonces, la OPEP ha ejecutado algunos acuerdos que proclaman generar condiciones
para combatir el “subdesarrollo” que enfrentan algunas naciones como producto de la desigualdad
histórica, sin embargo, hasta el momento dichas iniciativas no han contrarrestado las diversas
muchos casos, explica Revueltas (1996), estos préstamos fueron contraídos por gobiernos
financiar un incremento del consumo, entre ellos, de productos de lujo importados o en gastos
En ese sentido, los efectos expuestos, permiten explicar que la crisis energética de los
años 70 tuvo su génesis en el orden económico y geopolítico propio del modo de producción
capitalista, y que sus efectos en los países latinoamericanos se siguen manifestando en las formas
de dependencia económica y política, acentuando las diferencias entre los países y a lo interior de
ellos.
sistemáticamente desde el siglo pasado. Siendo diseñados, para cada período de crisis, programas
143
de ajuste con políticas económicas que han sido presentadas con la proclama de mejorar las
Uno de los primeros programas de ajuste estructural adoptado por algunos países de la
región fue los Acuerdos Bretton Woods en la década de 1940, estos, según Martínez y Soto (2012,
liberalización del comercio”. A través de herramientas que permitieran resolver los problemas
para el desarrollo y estabilización de las economías más afectadas por la Segunda Guerra Mundial.
Para esto, según Martínez y Soto (2012), se aplicó la estrategia norteamericana que planteaba
restablecer el patrón oro como base del sistema monetario internacional, además de arbitrar la
apoyo técnico a proyectos con iniciativas de desarrollo. En este marco, nace en 1944 el Banco
(BM). De esta manera, “los préstamos a realizar por el Banco habían de tener dos finalidades
básicas: reconstrucción de los países afectados por la Segunda Guerra Mundial, y ayuda al
desarrollo –fomento– de los países subdesarrollados” (Martínez y Soto, 2012, p.37). El segundo
Organización de las Naciones Unidas que desempeña tres funciones principales: “establece las
normas del sistema monetario internacional, presta atención financiera en determinados casos a
144
los países miembros, y actúa como órgano consultivo con los Gobiernos.” (Martínez y Soto, 2012,
p.38)
1950, las políticas económicas promovidas por Bretton Woods se habían instaurado y surgen con
Aduana y Comercio (GATT) con la intención de regular las relaciones comerciales entre sus
participantes.
desarrollo instaurado por la CEPAL, el cual empleaba estrategias que fomentaban el modelo de
sustitución de importaciones, el cual se extendió desde 1950 hasta inicios de la década de los 80.
Bajo este modelo, el Estado adquirió un papel principal en la regulación de las actividades
agudización en la crisis gestada desde décadas atrás a causa de los altos precios del petróleo, el
aumento de la deuda externa y los intereses de préstamos adquiridos, al punto que algunos países
Según Martínez y Soto (2012), la gestión del Estado calificada como deficiente se
presentaba al ojo público como causante de “altos déficits públicos, mercados financieros
rígidas relaciones laborales y derechos de propiedad mal definidos” (p.42). Es por esto, que desde
145
(CW), cuyas reformas de política económica estaban basadas en una lógica de mercado
El término CW fue ideado por Williamson en 1989 para promulgar las políticas de
liberalización económica promovidas por los OFI, bajo el fundamento teórico de la teoría
económica neoclásica y el modelo ideológico y político del neoliberalismo5. En este sentido, según
Ocampo (2005), el Consenso forma parte de un conjunto de reformas orientadas a la extensión del
papel de las fuerzas del mercado, a través de reformas estructurales en las economías en desarrollo.
Bajo esa lógica, el CW contenía diez postulados que se presentaron como los principales
objetivos de la política económica que los Estados latinoamericanos debían seguir para salir del
“atraso” económico, cediendo el protagonismo al sector privado y a los OFI como propulsores del
crecimiento económico, necesario para lograr la estabilidad económica en América Latina. De esa
forma, la prioridad de las reformas apuntaba a desmontar los elementos heredados del modelo de
desarrollo del Estado interventor, y ahora debían responder a las necesidades y exigencias del
Sobre esa línea, para 1990 la mayoría de los países de la región “abrieron su comercio al
exterior, recortaron el déficit presupuestario y vendieron activos del Estado, incluyendo muchas
empresas de servicios públicos” (Martínez y Soto, 2012, p.46), siendo esto un punto clave para
5
Normalmente, el inicio del neoliberalismo suele asociarse con la década de 1980: El gran triunfo del programa
neoliberal. No obstante, se dio en los años setenta, la década de crisis del Estado de bienestar, desgastado en sus pilares keynesianos
-después del periodo de estancamiento económico y de inestabilidad político-social. (Vázquez, 2017, p.340)
146
afirmar la instauración del neoliberalismo a partir de las reformas de política económica contenidas
A continuación, se presenta cada una de las reformas que conforman dicha agenda, con
Cuadro 2.
Reformas de política
Objetivo
económica
Los déficits fiscales derivados de la política proteccionista constituyen una fuente primaria de
Disciplina fiscal dislocamiento macroeconómico que se presenta como inflación, déficit de pagos y fuga de capitales,
además, socava la confianza de los inversionistas.
Reordenación de las Se llevaría a cabo a partir del recorte al gasto público para reducir el déficit presupuestario sin recurrir
prioridades del gasto
a los impuestos.
público
Debía emprenderse para ampliar la recaudación tributaria, disminuir el gasto público y remediar el
Reforma fiscal
déficit presupuestario.
Propone que los tipos de interés sean determinados por el mercado, para evitar la asignación
Liberalización financiera inadecuada, burocrática y arbitraria de los recursos. Los tipos de interés reales deberían ser positivos,
a fin de disuadir la evasión de capitales y estimular la inversión productiva.
Tipo de cambio Prerrequisito para el crecimiento basado en las exportaciones, brindaría seguridad a los negocios para
competitivo invertir en las industrias de exportación necesaria para la recuperación de América Latina.
Liberalización de la Política orientada al exterior, para traer capital, conocimiento y experiencia del exterior, en la
inversión extranjera producción de bienes para el mercado nacional o con la expansión de las exportaciones.
directa
Impulsada por el BM y el FMI, pretendía aliviar el presupuesto del gobierno mediante la privatización
Privatizaciones
de empresas paraestatales, para la posterior liberación de recursos destinados a áreas de carácter social.
Esta agenda fue presentada como una iniciativa cuyo objetivo era aliviar los problemas
Martínez y Soto (2012) por parte de los organismos internacionales y de los expertos conocidos
como think tanks o tanques de pensamiento, quienes aseguraban que la implementación de estas
políticas por parte de los países siempre fue voluntaria, sin embargo, un gran número de aquellas
políticas económicas han conformado hasta el día de hoy algunas de las condiciones que los
organismos internacionales exigen para acceder a los préstamos y “rescates” financieros, lo que
con prácticas6 que pueden explicar los principios ideológicos7 sobre los que se basa este momento
liberalización económica, teniendo frustrantes resultados para la mayoría de los países. Esto, puede
considerarse según Ocampo (2005), como una demostración de las debilidades en las que se
6
1. El papel del Estado debe ser reducido dando paso al sector privado para una administración más eficiente;
generando las condiciones de estabilidad, gobernanza y atención a la pobreza y medio ambiente. 2. La internacionalización
prácticamente obligatoria de las economías de los países para obtener las ventajas de la globalización. Así, los países, deben
transnacionalizarse a través de la apertura de las fronteras al capital, la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), el fomento
de la exportación y el ingreso de empresas extranjeras. 3. La distribución económica se plantea bajo la metáfora de una “cascada
de la riqueza”, que desciende desde los centros de poder económico hacia los sectores menos favorecidos (Escalante, 2015, p.32).
7 En primer lugar, afirman que el Estado tiene que generar las condiciones para la existencia y el buen funcionamiento
del mercado, es decir, que no hace falta reducirlo, o eliminarlo, sino darle otra orientación. En segundo lugar, a diferencia de los
liberales clásicos, dan prioridad a la libertad económica sobre la libertad política, ven en la impersonalidad del mercado, donde
cada quien decide por su cuenta, la mejor garantía de la libertad y el bienestar. Sobre la democracia, sobre los derechos políticos
tienen más dudas, pero están convencidos de que el camino hacia la libertad comienza en el mercado (Escalante, 2015, p.34).
150
en un crecimiento rápido del producto interno bruto (PIB) o de la productividad” (Ocampo, 2012,
p.10).
condujo a una mayor dependencia de las economías latinoamericanas a las fluctuaciones del
informalidad laboral.
En ese sentido, el Banco Mundial y la CEPAL (citado en Ocampo, 2012), admiten que
mitad de los países de la región sufrieron un deterioro de la distribución del ingreso durante la
década de los noventa, y sólo muy pocos experimentaron una mejoría” (p.12). Lo anterior, se
151
presenta en un contexto en el que la gestión estatal y la política social se debilitaron, por lo que se
dio una focalización de los recursos estatales en la atención a la pobreza, siendo insuficiente para
económicas.
Ante este panorama, una década más tarde, se consideró necesario incorporar algunas
medidas a la primera propuesta del CW, donde se recalca la importancia de las instituciones en el
mercado laboral y en la pobreza. Por lo tanto, Williamson (citado por Martínez y Soto, 2012),
propuso dentro de las reformas de segunda generación, medidas para aumentar la flexibilidad del
estatal, ya que acentúan la dependencia de las economías locales a los movimientos de la economía
internacional. Esto se traduce en un mayor riesgo para la gestión de los gobiernos que limitó su
capacidad de respuesta, a la vez que implicó una continuidad de los malestares sociales que se
agudizaron bajo el modelo neoliberal, y que se siguen sin resolver hasta la actualidad.
Tal y como ha sido expuesto en el punto anterior, las políticas internacionales muchas
veces impulsadas por intereses hegemónicos tienen un impacto en las políticas nacionales y por
cambios regionales y globales que han sido expuestos previamente. Además, se relaciona los
medios naturales para la producción y reproducción de la vida como la tierra, el agua, los bosques,
donde la vida y la naturaleza se han mercantilizado, al punto de incidir en una reconfiguración del
espacio tanto económica, cultural y social como territorialmente según sus intereses.
Por tanto, en este estudio se recupera la postura teórico-analítica planteada por Llaguno
et.al (2014) basada en variables geográficas y políticas que ayudan a la comprensión de las
transformaciones más recientes del sistema capitalista a partir de dinámicas territoriales complejas
y ajustes espacio-temporales8 que dan cuenta de la acumulación y flujos de capital que han
Así, se parte de estos elementos clave para comprender los efectos de los procesos de
transformación del Estado y la política agraria en Costa Rica sobre las condiciones de vida de la
población rural y analizar un modelo de producción y de consumo de alimentos impuesto por las
corporaciones transnacionales, que tiene como constante histórica a nivel de la región una
y capital.
8
Excedentes de capital y de trabajo no rentables son absorbidos por: (a) el desplazamiento temporal a través
de las inversiones de capital en proyectos de largo plazo o gastos sociales (tales como educación e investigación), los
cuales difieren hacia el futuro la entrada en circulación de los excedentes de capital actuales; (b) desplazamientos
espaciales a través de la apertura de nuevos mercados, nuevas capacidades productivas y nuevas posibilidades de
recursos y de trabajo en otros lugares; o (c) alguna combinación de (a) y (b). Harvey (2005).
153
ganancias, donde el mercado tiene una función no sólo como mecanismo de intercambio o de
Meiksins (1998) “el surgimiento del mercado como determinante de la reproducción social
(p.4).
Es así como las condiciones del país en el proceso de colonización agrícola constituyen
la base para el desarrollo del Estado liberal, mismo en que se introduce la economía
agroexportadora con la inserción en el mercado mundial, sobre la que se entreteje una élite política
trabajo asalariado en el campo, y permite analizar una serie de fenómenos sociales a nivel
Durante el período de la colonia, Costa Rica tenía una base productiva con una inclinación
de la población.
Más adelante, entre 1830 y 1950, según Samper (2003) se expresaron formas
heterogéneas en las relaciones entre productores directos y dueños de capital, donde el trabajo
del capitalismo de base agraria que se desarrolló en el caso costarricense durante el auge
154
agroexportador, no sólo con la producción para el mercado mundial sino también para el consumo
interno.
trabajo asalariado con mayor importancia durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras del
XX, y empresas agroindustriales que controlaron en mayor o menor grado las respectivas cadenas
de producción y comercialización.
En ese sentido, la colonización agrícola según Katzman (1978) [Traducción propia, 2022]
se refiere al asentamiento planificado sobre las fronteras agrícolas, que ha estado marcado en el
contexto de América Latina por su justificación como un medio de ocupación efectiva del territorio
nacional con fines geopolíticos, un medio alternativo para llevar a la práctica una reforma agraria
el capital extranjero no fue el único beneficiario del proceso de colonización agrícola. Según Hall
2. Los “enclaves” de plantaciones en las tierras bajas de las zonas tropicales húmedas:
norteamericanas proveían el capital y la tecnología para deforestar las tierras, instalar drenajes y
escala a finales del siglo XIX y principios del XX, y continuó bajo los auspicios del Instituto de
La idea básica de política agrícola era la de invertir fondos públicos para generar riqueza
apropiación masiva por nacionales y extranjeros que limitó el acceso campesino a la tierra y colocó
impedimentos para la titulación de aquellas que lograron ocupar. Plantea Viales (2001) que para
La totalidad de las tierras vendidas y donadas en todo el país hacia 1895 era de alrededor
de 550.427 hectáreas, sin incluir la mayor parte de las grandes concesiones vinculadas
Limón- presentados por 2.225 individuos, muchos de ellos unidos por vínculos familiares
fue un determinante para el acceso a la tierra, y se puede concluir que coexistió la gran propiedad,
distaba de una distribución equitativa de la tierra. Viales (2001) expone algunos datos que
Rica. Si bien entre 1860 y 1890 fueron vendidas 142.647 hectáreas de “baldíos” y
disminuyó del 24,3% al 14,0%. Minor Keith denuncia hasta la década de 1890 al menos
170.000 hectáreas y la River Plate más de 172.000 hectáreas, entre ambos más o menos
comercial, económico y político, sobre esto, Esquivel (1985) señala que monopolizaban la
exportación e industrialización de los cultivos de café que fue el punto medular para la expansión
fundamental como eje articulador de las relaciones entre agricultores formalmente independientes
Entre las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, esa dinámica se conjugó con la
litoral Caribe y luego en el Pacífico Sur, con la expansión de la ganadería tanto de altura como de
157
plantea que:
Si en la década de 1830 el café era sólo un cultivo prometedor, entre mediados de los
economía costarricense. No sería sino hasta después de 1950 que se iniciaría un proceso
Desde esa lógica productiva, “como economía basada en dos cultivos, los capitales del
país se formaban y desaparecían, con los precios de los mercados internacionales” (Edelman, 2005,
p.101) así, la organización de la economía nacional dependía de las fluctuaciones del mercado
internacional, de manera que los ciclos recesivos del capitalismo generaban una inestabilidad que
condiciones para una nueva etapa basada en la sustitución de importaciones que buscaba fortalecer
agroexportador, dieron como resultado según Mena (2011) una elevada inflación, un deterioro en
internacionales por fortalecer la integración económica, hace que se inicie en Costa Rica un
principales organismos encargados de idear esto fue la CEPAL, que influenció la política pública
mercado ampliado que debía configurarse en torno a los principios de industrialización recíproca
y beneficio equitativo” (Rodríguez, 2002, p.141). Con esto, no sólo se promovió mayores índices
En ese sentido, la política económica en Costa Rica después de la década de los cuarenta
según Abarca y Ramírez (2016), el Estado asume gradualmente otras funciones en materia
Electricidad se creó con el fin de garantizar y expandir el suministro eléctrico, así como acompañar
el desarrollo económico del país; para el sector financiero se nacionaliza la banca en 1948, en 1950
se emitió la Ley Constitutiva del Banco Central de Costa Rica que pasaría a ser el órgano
encargado de la política monetaria del país, además se fortalece la educación pública y el sistema
impuestos sobre utilidades, territorial, municipal, etc.” (Mena, 2011, p. 57), esta legislación marcó
En esa línea, Edelman (2005) plantea que las condiciones de vida en el campo
mediación estatal del conflicto. Un ejemplo de esto es la creación del primer instituto estatal para
promover la reforma agraria: el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO) en 1960. Esto permitió
que el país iniciara un periodo de crecimiento y diversificación económica con una mejor
distribución del ingreso y mejoramiento de las condiciones de vida, por lo menos durante una
década.
que da origen al Mercado Común Centroamericano (MERCOMUN), que pretendía constituir una
este hecho y la incorporación de Costa Rica al MERCOMUN en 1962, se da el inicio formal del
a) para que un país pudiera considerarse desarrollado debía poseer una economía
productos agrícolas, c) el estado podía y debía ser, mediante una adecuada acción, el
En ese sentido, el agro se desestimuló y empieza a enfrentar una serie de desafíos, ya que
el sector industrial pasa a ser prioritario en la economía costarricense, y el Estado como partícipe
e incentivos a la industria. Este nuevo modelo requirió una importante intervención estatal, la cual
Así, expone Mena (2011), la injerencia del Estado se dio en torno a aislar la economía de
aumentar el tamaño relativo del mercado y participar como productor directo en algunas
del sector primario, lo que significó una caída de su participación en la producción nacional. Con
este panorama, hubo algunas repercusiones negativas hacia la producción agrícola en particular y
Durante ese momento, el Estado estuvo al servicio de unos pocos grupos de interés que
obtuvieron la mayor parte de las rentas, esto repercutió en una asignación de recursos ineficiente
que, aunado a la dependencia económica hacia los Estados Unidos heredada del período anterior,
conllevó a la deuda externa para garantizar la estabilidad económica y social. Hecho que se vincula
producción, acentuó la divergencia entre los países y los diferentes grupos sociales al interior de
las naciones, creando y profundizando las relaciones de dependencia, que hacen evidente, según
Ayala (2016) dentro del marco del régimen capitalista-periférico, la tendencia de las sociedades
producción que terminan acabando con la soberanía de los pueblos y someten la comercialización
de los productos a las fluctuaciones del mercado y a los intereses del gran capital. Estos elementos
161
permitirán analizar más adelante el cambio de modelo a partir de 1980, cuando el desarrollismo
llegó a su final tanto por razones internas como por los antecedentes macroeconómicos que
5.2.3. La Apología del Libre Mercado: Inicio y Consolidación del Estado Neoliberal
de políticas neoliberales que se gestaron entre las tensiones internacionales a partir de la crisis
condiciones para una nueva línea de “desarrollo” que repercutió en la transformación de la esfera
productiva.
temporalidad conveniente en el país ya que se colocan como una alternativa a las medidas
proteccionistas que el Estado había tomado a favor de su propio desarrollo. Dicha coyuntura
contribuyó a que se consolidara la posición hegemónica de una élite política que, apoyada en los
En esa línea, el neoliberalismo, tal y como plantea González (1994), ha encontrado eco
para sus teorías en los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial que proponen, entre otras políticas, la disminución de la
través de la venta de las empresas estatales al sector privado, es decir, reprivatizando las economías
nacionales” (p.30).
162
marco de la crisis de sobreacumulación en la década de 1980, que agudiza una estructura desigual
que no pueden venderse sin pérdidas, como capacidad productiva inutilizada, y/o
Lo anterior conlleva, según Rivera y Román (1990), una apertura de la economía a las
leyes de la oferta y la demanda del mercado internacional, orientando la producción nacional hacia
extranjera.
Al respecto, Villasuso (1999) explica que esta estrategia tiene su raíz teórica en la teoría
costarricense en los mercados internacionales sobre los pilares de la asignación óptima de los
transformación productiva que prioriza cultivos y bienes según las necesidades del mercado, lo
márgenes de ganancia. De forma tal que se profundiza la dependencia del país a las directrices
internacionales, dando paso a una desregulación comercial donde el Estado se torna limitado para
Por lo tanto, la agricultura debía ajustarse al modelo para satisfacer las demandas del
mercado externo, siendo estimulada por grandes capitales para la exportación a gran escala,
momento en que la sociedad costarricense se inserta en el modelo capitalista neoliberal que impone
dirigido, según Llaguno et.al (2014), hacia políticas de intervención en el campo a partir de dos
tendencias principales: “la redistribución de tierras, que continúa la política del Instituto de Tierras
(p.27).
comunitarias y de producción dentro del campesinado, modificando las relaciones sociales que allí
se reproducen. Es por esto que “una vez ganada la tierra, tuvieron que adecuarse a las diferentes
p. 38), evidenciando el resultado de un ajuste estructural que gesta un nuevo entorno institucional
y de mercado.
Es así como se genera un largo ciclo de expansión y acumulación, que se debate entre las
producción de granos básicos, para la subsistencia y el mercado local. A la vez que se crea un
vínculo entre las potencias políticas y económicas internacionales quienes ganan terreno frente a
las funciones del Estado, para promover reformas y políticas que permiten la expansión de poder
hegemónico.
Este proceso corresponde históricamente con lo que Harvey denomina “ajustes espacio-
temporales”, pues significó un giro radical en las dinámicas de acumulación orientadas “por el
objetivo de superar las crisis de crecimiento y legitimidad sistémicas que se arrastraban desde hacía
una década en los países capitalistas industrializados” (Llaguno et.al, 2014, p.22). Lo cual
conjunto.
Desde este marco, las grandes transformaciones se aceleraron con la puesta en marcha a
primer gobierno de Óscar Arias Sánchez, hecho que dará inicio, como lo afirma Mora (1989), a
una profunda transformación del sector agropecuario en Costa Rica, bajo los lineamientos del FMI
y del Banco Mundial. Es así como, la agricultura de cambio, se integra dentro de una estrategia de
que aporta el mayor valor (69% del total). Del mismo modo, los esfuerzos se concentran en
establecen condiciones necesarias para poner en marcha los programas de ajuste estructural, que
se aplicaron, tal y como plantea Llaguno et. al (2014), con el objetivo inmediato de asegurar el
pago de la deuda externa mediante la contención del gasto público, iniciar un proceso de apertura
gasto.
Sobre esta línea, en el siguiente cuadro se detalla las principales medidas económicas que
contenía cada uno de los PAE, con el fin de dimensionar el impacto en el sector agrícola nacional.
166
Cuadro 3.
fundamentalmente con el PAE I, mediante los estímulos a la exportación por medio de la apertura
campesinado en condiciones desiguales; por ejemplo, plantea Fernández (2004), se elimina los
167
producción para el mercado interno, al mismo tiempo que se apoya con asistencia técnica, créditos
impuesto territorial y de la renta a los participantes del mercado externo. Esta política, se refuerza
en el PAE II con las restricciones crediticias, lo que repercute en un deterioro de las condiciones
Asimismo, es evidente que en los tres PAE se impulsa las exportaciones con énfasis en
los productos no tradicionales, se debilita y agudiza la reestructuración del CNP hacia su poca o
nula participación, consiguiendo que la producción nacional se desplace para priorizar el mercado
externo.
economía cada vez más globalizada con consecuencias importantes en el agro, que detonaron en
reducción de sus gastos, hecho que culmina en una reducción de la intervención estatal en el área
social y de producción nacional, lo cual agudiza las expresiones de la cuestión social derivadas de
empobrecidos.
Ante esto, Llaguno et.al. (2014) agregan que el Estado deja de atender a los pequeños y
medianos agricultores, elimina los servicios de asistencia técnica y extensión, liberaliza los precios
168
de los granos básicos, encarece y dificulta el acceso al crédito por parte del campesinado y obliga
se implementaron con fuerza en la década de 1990 como continuidad de los procesos de ajuste
estructural, asumiendo los retos productivos y comerciales que imponía el mercado internacional.
Además, elimina la provisión de insumos (semillas, fertilizantes, entre otros) a bajos precios y los
que permitían al pequeño productor obtener una recompensa justa al colocar su producción en el
mercado nacional. De la misma manera que los incentivos a la exportación de bienes agrícolas no
tradicionales pasan por una política cambiaria que favorece al sector exportador, así como la
y acceso privilegiado al sistema bancario nacional, junto con toda una activa política de promoción
en el exterior.
Por tanto, la reconversión productiva que se gesta en 1980 con los PAE y reafirma un
Partiendo de lo anterior, la reforma del Estado puede analizarse como expresión histórica
desreguladoras promovidas por los Organismos Financieros Internacionales bajo propuestas que
“han sido presentadas como parte de los proyectos de modernización de los distintos países y se
plantean mejorar los niveles de gobernabilidad e integración social” (Rivera, 2006, p.16).
169
se apela a un Estado que genere las condiciones para que las personas consumidoras tengan un
mercado dónde elegir mercancías; un Estado “fuerte” (en contraposición al Estado interventor),
(Banco Mundial, FMI, BID) la reforma fue presentada a la opinión pública como una
mejorar la calidad de la gestión estatal (Vilas, citado por Rivera, 2006, p.19).
Lo anterior, como parte de las medidas impuestas por OFI con la implementación de los
Programas de Ajuste Estructural (PAE) bajo la idea de “efectividad” estatal, trae consigo
técnicas.
modelo de desarrollo, en que el Estado adquiere un papel “pasivo” donde no es interventor sino
un gestor o mediador, asumiendo una función concertadora para garantizar el “bienestar común”,
y “mantener el orden” y “el equilibrio social”. El discurso de los OFI en torno a esto se sitúa dentro
conocido como el gran impulsor de una política del máximo mercado. Según esta
orientación política, no es el Estado el mejor regulador de los servicios sociales, sino que
éstos se rentabilizan más y se distribuyen mejor a través del mercado (Sanz, 2005, p.263).
Por lo tanto, bajo la lógica neoliberal, el Estado debe garantizar que la sociedad se
mantenga unida a través del cumplimiento de valores centrales propios del liberalismo presentes
según Harvey (2007): unos fuertes derechos de propiedad privada, el imperio de la ley, y las
instituciones del libre mercado y del libre comercio; puntos esenciales para garantizar las libertades
de capitales es entregada en una actitud servil al mercado global, donde la competencia se percibe
irrelevante al Estado ni a sus instituciones particulares, sino que, con el objetivo de hacerlas
funcionales a sus intereses, producen una reconfiguración radical de las instituciones y las
prácticas estatales. Esa reconfiguración, dentro del contexto del capitalismo en su despliegue
neoliberal, se integra a una fase de transnacionalización que presenció, sobre todo en la última
década del Siglo XX, nuevas revoluciones científicas y tecnológicas, lo que globalizó el capital
como la base material para la configuración de una sociedad global marcada por la política
actividad humana, a la vez que tiene un impacto a nivel estructural como un rasgo fundamental
171
del sistema capitalista global, en tanto este es expansionista por esencia, ya que para sobrevivir
requiere acceso constante a nuevas fuentes de fuerza de trabajo, materias primas y mercados.
En ese sentido, Llaguno et. al (2014) señalan que las redes de integración del capital
nacional y transnacional sólo adquieren pleno sentido si son explicadas como parte de un territorio,
como plantea Llaguno et. al (2014), a partir de los PAE, la inclusión del país en la llamada
Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) en 1983 y su participación en la Ronda Uruguay 1986-
1994 del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), así como en la
Organización Mundial del Comercio (OMC) a partir de 1995, la firma y ratificación de acuerdos
comerciales, en particular el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, América Central y
República Dominicana, y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea; como telón de fondo
organismos internacionales, el Estado ha sido un espacio central para llevar a cabo los cambios a
lo interno del territorio, pues ha favorecido políticamente al gran capital para operar libremente
dentro del país. En consecuencia, la racionalidad técnico-productiva que se difundió entre los
Sobre esa línea, desde los primeros años del siglo XXI se han introducido también otros
mecanismos que permiten la persistencia de los ciclos de acumulación capitalista, ejemplo de ello
son los Tratados de Libre Comercio (TLC), que se han caracterizado por enmarcar los derechos
Funcionando como una estrategia política que enarbola las intenciones neoliberales de
De modo que, sobre la vía neoliberal, en las últimas décadas distintos gobiernos han
mecanismos. Así, por medio de los tratados, se ha buscado la apertura de los mercados con la
intención de generar crecimiento económico. Sin embargo, el trasfondo ideológico recoge los
intereses de sectores hegemónicos que buscan maximizar sus ganancias al insertarse libremente
plantea Brenes (2017), vienen a complejizar aún más las relaciones bilaterales, lo cual tiene un
efecto sobre las políticas agrarias, pues estas responden más a los intereses del mercado externo
Para efectos de este capítulo, los esfuerzos se centrarán en analizar la influencia del TLC
agrícola, debido a su relación con el objeto de estudio de la presente investigación dadas las
implicaciones que han tenido los TLC en la estabilidad del sector, así como la proximidad temporal
9
Generalmente conocido como Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
173
de producción en nuestro país, tal y como admite COMEX (2022) “CAFTA-DR constituye uno de
los principales instrumentos de política comercial del país. Estados Unidos es el principal socio
comercial, así como la fuente más importante de la inversión extranjera directa que recibe Costa
Rica”.
Han pasado trece años desde que el TLC-CAFTA-DR entró en vigor, confirmando
algunas de las advertencias que sectores académicos y populares realizaron respecto a las
afectaciones socioeconómicas que este tratado traería al agro costarricense y al espacio rural,
principalmente por:
comercial nacional a través de mecanismos que impulsen al sector productivo agrícola a insertarse
en el libre comercio. Sin embargo, la intención ideológica de esta propuesta apunta hacia un
que con el mismo se estaría pactando la extinción de una parte sustancial de los
benefician al sector más poderoso en ese intercambio comercial en una especie de “asimetría al
revés, pues el tratado da un tratamiento privilegiado precisamente al país más poderoso, contrario
con todos los principios de equidad en el manejo de las relaciones comerciales internacionales”
(Fernández, 2004, p.232). Unido a ello, el contenido de éste logra transformaciones legislativas
esfera productiva al plano social, agrega Fernández (2004), pues significa la posible desaparición
En cuanto al sector agrícola, Ulibarri, et.al (2004) sostienen que además de las ya
para el mercado interno, los productores locales compiten con productos subsidiados provenientes
de los Estados Unidos, en una situación de evidente desventaja que refleja la desprotección a la
producción nacional.
Aunado a esto, los plazos de desgravación arancelaria y las salvaguardas también resultan
cuotas de productos que se podrán importar desde el primer año de vigencia del Tratado,
las cuales se podrán ir aumentando año con año durante los períodos de desgravación
Esto significa que, una parte del mercado nacional se ve ocupada por alimentos
provenientes de Estados Unidos, teniendo efectos negativos sobre una producción nacional,
dependiente.
agrícola para la producción del mercado interno que se inició con los Programas de Ajuste
ornamentales y frutas tropicales, mientras Estados Unidos protege su producción desde una
acerca de la transformación en la política agraria costarricense en relación con las mujeres y los
procesos de acumulación de capital en el campo, con el fin de reflexionar sobre los mecanismos
comunes y la profundización de las relaciones de poder capitalista y patriarcal. Por tanto, realizar
un recorrido histórico desde una lectura feminista y una reflexión política entorno a la política
espacio rural, permitirá una aproximación a los discursos y prácticas que han justificado la
apropiación de los bienes comunes y de la vida de las mujeres. Lo cual, ha afectado las condiciones
de existencia de las personas que habitan el espacio rural en general y de las mujeres rurales en
particular.
política agraria, algunos antecedentes institucionales e históricos, así como aspectos relevantes que
las caracterizaron, para posteriormente reflexionar sobre cada período en términos de sus
177
agraria:
10
La inclusión subordinada es definida por Castillo (2015) como el acceso de las mujeres a la tierra
históricamente condicionado por factores patriarcales con poco impacto en la transformación de la situación,
condición y posición de las mujeres en relación con la tierra.
178
Cuadro 4.
• La política para el sector agrícola en este período no presenta una orientación clara para el sector a largo plazo.
▪ Transformación del ITCO al IDA en la administración de Luis Alberto Monge (1982). Ley N°6735.
o No continuó con miras a la distribución de tierras, lo que significó un retroceso en política agraria.
o Orientación del modelo de Desarrollo Rural Integrado.
▪ Creación del Centro de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (CENADA) (1981) con el objetivo de reducir los
intermediarios y los precios del sistema de mercadeo de productos menores como frutas y hortalizas.
▪ Control del Organismos Financieros Internacionales para promover un modelo de desarrollo basado en la Promoción
de Exportaciones
o Lineamientos de: Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), Commonwealth Development Corporation (CDC), Gobierno de los
Países Bajos, Comunidad Europea. Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI),
Organización Mundial del Comercio (OMC)
1980-1989
▪ Se promueve la atracción de inversión extranjera directa y la transnacionalización del agro.
▪ Se impulsa un nuevo patrón agrario bajo el programa “Agricultura de Cambio” de la mano de la ICC para lograr la
liberalización interna y externa del comercio y brindar apoyo a las empresas transnacionales insertas en el país.
▪ Se recorta el presupuesto para el MAG en gastos operativos.
▪ Se firman:
o Siete convenios con el FMI.
o Tres PAE con el Banco Mundial.
o Acuerdos de donación y préstamos con la USAID.
▪ Inclusión subordinada de las mujeres: Cooperativas, Programa Mujeres en Acción (1987).
▪ Ley N°7064 de Fomento del Desarrollo Agropecuario (FODESA) (1987).
▪ Incursión del modelo de Desarrollo Sostenible.
• Se fortalece el modelo de desarrollo hacia afuera que se venía formando en el período anterior, dirigido hacia las
exportaciones no tradicionales, bajo los pilares del neoliberalismo, continúa la formulación de políticas con enfoque
de desarrollo sostenible, el enfoque de MED transita al enfoque de Género en el Desarrollo (GED).
• Se pone en práctica medidas basadas en el desarrollo de la agroindustria alimentaria.
1990-2009
• Inclusión subordinada de la mujer: Oficinas Ministeriales y Sectoriales de la Mujer, Programa Mujer y Familia del
IDA.
• Ley de Promoción de Igualdad Social de la Mujer (1990).
• Costa Rica forma parte de una economía mundial integrada a través de la globalización a partir de 1990.
180
• Red Sectorial de Género del Sector Agropecuario: Promover la incorporación del enfoque de igualdad y equidad de
género en los servicios que brindan las instituciones que conforman el sector agropecuario. Es interinstitucional e
intersectorial.
• Política de Estado para el Sector Agroalimentario y el Desarrollo Rural Costarricense (2010-2021): Se establece en el
marco de los TLC, es diseñada específicamente para el sector agroalimentario, con el fin de vincular objetivos de
desarrollo humano con el crecimiento económico para zonas rurales del país. Cuatro pilares para el desarrollo del
sector con distintas áreas estratégicas: (i) competitividad, (ii) innovación y desarrollo tecnológico, (iii) gestión de
territorios rurales y agricultura familiar, (iv) cambio climático y gestión agroambiental.
• Política de Estado para el Desarrollo Rural Territorial Costarricense (2015-2030): Se proyectan acciones dirigidas a
un avance inclusivo, complementarias a los esfuerzos que realiza el Estado en materia de desarrollo humano y social,
con la generación de riqueza, gracias al fortalecimiento de emprendimientos y a las inversiones y mediante la
canalización de recursos financieros hacia proyectos competitivos en los territorios rurales. Ejes estratégicos: (i)
infraestructura de servicios para el desarrollo de los territorios rurales, (ii) equidad e inclusión de la población en el
territorio rural, (iii) gestión institucional y organizacional para el desarrollo rural del territorio, (iv) economía rural
territorial, (v) ecosistemas territoriales.
• Política de igualdad de género para el desarrollo inclusivo en el sector agropecuario, pesquero y rural costarricense
2020-2030 y I Plan de acción: Busca reducir las desigualdades de género en el desarrollo de las actividades productivas
por medio de una atención efectiva e igualitaria en la prestación de servicios institucionales del sector en su entorno
territorial y regional. Ejes de acción: Gestión institucional para la adecuación y modernización de los servicios, gestión
agroempresarial para el bienestar y la autonomía económica de las mujeres agropecuarias y rurales, investigación e
innovación tecnológica para la competitividad, adaptación y mitigación climática con perspectiva de género.
Fuente: Elaboración propia con base en Botella (2012), MAG (1999), MAG (2010), Rodríguez (2003), Salas y otros (1983), SEPSA
(2003), Villasuso (1999), Acuña (2020).
182
acceso a la tierra. Dichas políticas obedecen a la herencia del modelo anterior por lo que en
de la oligarquía.
desarrollo, debido a la dependencia que existía con el café y el banano en el mercado internacional,
por lo que se promueve una diversificación productiva que pretendía producir bienes anteriormente
importados. Para esto se dio impulso a la actividad industrial estableciéndose en 1959 la Ley de
económico. Rodríguez (2003) destaca que durante el período en que se desarrolla el modelo de
dinamismo, sino también el sector agrícola, quien aportó 1.5% a la tasa de crecimiento anual.
Este modelo impulsó una transición hacia la modernización agrícola que desplegó una
nuevos territorios, así como el control de la propiedad de la tierra. En ese sentido, plantea Guevara
et.al (2015), para 1960 fue aprobado el nuevo marco normativo destinado a regir la colonización
de tierras, de manera que en el año 1962 se fundó bajo la Ley N°2825 el Instituto de Tierras y
producción agrícola interna pues, parte de las tierras fueron asignadas a familias campesinas sin
tendencia política existente en América Latina para ese momento, como producto de las reformas
agrarias introducidas por la Alianza para el Progreso, orientada a que los países asumieran
(Acuña, 2019; Rovira, 2020). De este modo, al tiempo que se controlaba un posible levantamiento
en el hogar” orientados a que las mujeres transformaran las prácticas de cocina, higiene y
administración del hogar, con la intención de articular una reforma agraria y social que incorporara
Tal es el caso de la creación del proyecto “Clubes 4S y Amas de casa” 11 cuyo propósito
fue “elevar el nivel de vida de la familia rural mediante la participación de jóvenes y amas de casa,
(Baldizán y Cruz, 1987 en Acuña, 2019, p.69). Sobre esa línea, mientras los hombres, recibieron
11
Proyecto formulado desde el Área de Extensión Agropecuaria del entonces Ministerio de Agricultura e
Industria en 1949. Este proyecto tuvo como referencia el Programa de Clubes 4-H de los Estados Unidos. (Chavarría,
2015).
184
capacitación y recursos para el trabajo de la tierra, las mujeres eran formadas en labores como
sexual del trabajo, asociada con la reproducción dentro de la unidad doméstica como madres,
como patrimonio familiar promovido por el ITCO en ese momento. Esta orientación responde a la
denominada “teoría del goteo”, enfoque desde el cual se gestó la política pública en América Latina
dirigida a las mujeres a partir de 1950, viéndolas como “sujetos pasivos del desarrollo, es decir, se
sostenía que las mujeres podían ser beneficiadas a lo interno de las estructuras familiares, de forma
normativa que privilegiaba la asignación de tierras a los hombres, al tiempo que se reforzaba el
modernización agrícola.
influenciadas por dos enfoques que impactaron la orientación de la política agraria en la Región a
Estos enfoques se despliegan en el marco contextual de la Revolución Verde, que apuntaba a una
12
En el espacio de las Naciones Unidas, la “Década del Desarrollo de las Naciones Unidas: Propuesta para
la Acción” (1962), insistió en separar “desarrollo” de “crecimiento”, los aspectos cualitativos de los cuantitativos,
ampliándolo a cuestiones sociales y culturales, y no solamente económicos (Gudynas, 2011, p.23).
185
iniciativas orientadas a mejoras en las condiciones de mercado, entre las que destacan, menciona
otras.
campo, cuyo resultado fue una creciente proletarización del campesinado. Entre ellos se puede
mencionar la creación de los Centros Agrícolas Cantonales en 1969 por la Ley N°4521, con el
objetivo de fomentar tanto la participación de los productores agrícolas, como de la población local
tecnológica (MAG,1999). Más tarde, en 1977 se crea el Programa Integral de Mercadeo (PIMA),
Bajo la línea del Desarrollo Rural Integrado, las mujeres fueron incorporadas a través del
enfoque MED como estrategia para aumentar su productividad mediante pequeños proyectos
productivos (Moser, 1999) [Traducción propia, 2022]. Esta orientación pretendía ofrecer una
salida a la pobreza reconociendo el rol productivo de las mujeres, pero siempre ubicado en el plano
doméstico como madres o esposas, pues los proyectos desarrollados se orientaban a realizar
relacionadas al sector servicios, mientras las actividades agropecuarias quedaron en segundo plano
(Mora, 2013b).
186
De modo que la política dirigida a las mujeres bajo este enfoque continuaba
desarrollo rural integrado radica en concebirlas como agentes productivas que también requieren
recursos:
producción. Una inversión eficiente por parte del desarrollo toma en cuenta la
p.73).
toca las bases estructurales de la pobreza y desigualdad social en el espacio rural. Desde esta
En ese sentido, Deere y León (2000) mencionan que en América Latina se encontraron
sirvieron para excluir a las mujeres rurales como beneficiarias de las reformas agrarias ejecutadas
Así, a la inclusión subordinada de las mujeres en la política agraria se suma una política
cambiaria y fiscal, así como una renegociación de la deuda externa y reformas de políticas para
recuperar el crecimiento a mediano y largo plazo. Estas acciones incidieron en que los porcentajes
del déficit fiscal a inicios de la década de 1980 disminuyeran, se mantuviera el poder adquisitivo
principalmente para la canasta básica, se dio el aumento de salarios, entre otros aspectos, aplacando
exportación mediante el aumento de la productividad del campesinado con tierra (Acuña, 2019).
En esa línea, uno de los cambios más visibles para el sector agrícola en ese momento fue
la transformación del ITCO en el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) por medio de la Ley
N°6735 en 1982. Según información obtenida del IDA (2008) algunas de sus funciones consistían
en:
renovables.
productividad y en la administración de las tierras para fines productivos. Para tales objetivos, la
188
institución estuvo financiada por “la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), el Banco
Gobierno de los Países Bajos, la Comunidad Económica Europea, entre otros” (Samper, 2003,
p.173), lo que significa que sus lineamientos respondieron a las disposiciones de los OFI.
Asimismo, los PAE, las ideas de desarrollo de la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID) y otros organismos internacionales, así como los incentivos
para promover las exportaciones; impulsaron un modelo agrario que seguía la ruta del Desarrollo
denominó “Agricultura para el Cambio”, que implicaba la liberalización interna y externa del
sentido, agrega Botella (2012), a partir de 1982 la agricultura familiar se vio afectada con el
programa alimentario PL-480 que destinaba grandes cantidades de dinero para la producción de
trigo, maíz y arroz, limitando la producción local y los precios nacionales del maíz. Para tal fin el
control de la semilla era clave, por lo que en 1987 se promulgó la Ley N°6289 que propició, según
importación y exportación.
entonces en crear las condiciones para que el Estado diversificara la oferta exportable nacional e
189
incrementara los mercados de exportación, con la meta de reducir la alta dependencia nacional de
se empieza a hablar de un desarrollo rural más amplio, que integrara otras áreas de
del campesinado, pues al no lograr sostener su producción dentro del mercado interno debido a su
De esa manera, durante los años siguientes, el modelo de desarrollo orientado hacia
afuera dirigió la diversificación productiva con la mirada puesta sobre la inserción en la economía
internacional, a la vez que las políticas orientadas al equilibrio fiscal sirvieron para justificar la
reducción del gasto público y la reasignación de los recursos al sector privado dejando a su paso
condiciones de vida deterioradas para los sectores de la población menos favorecidos por las
espacio rural, que ha lesionado la seguridad y soberanía alimentaria de las familias campesinas.
190
como advierte Gudynas (2011), ha sido construido sobre objetivos abstractos de inversiones,
debates sobre la relación con el ambiente, la distribución de beneficios y asimetrías entre los países,
“modernización” asociadas al crecimiento económico han permanecido como núcleo central del
desarrollo. Tal es el caso del enfoque de “desarrollo sostenible” que trazó la ruta para las
los derechos de las mujeres desde mediados de la década de 1970, que se conjugaron al ratificarse
la defensa de los derechos humanos de las mujeres por parte de los Estados. Se basa en los
objetivo14 de lograr una igualdad formal ante la ley identificando manifestaciones discriminatorias
que incluyen trato diferenciado, omisión o exclusión, o que pueden incluso revestirse en formas
13
Actualmente, ha sido ratificada por 189 Estados; a tres décadas de su emisión y luego de cuatro
conferencias mundiales sobre la mujer, lograr el ejercicio pleno de los derechos y la igualdad de las mujeres en una
sociedad patriarcal, machista, discriminatoria y profundamente desigual, sigue siendo una necesidad de las mujeres y
una demanda de los movimientos feministas.
La CEDAW es un instrumento que aporta elementos básicos para la búsqueda de la igualdad de género.
Sin embargo, debe ser visto en relación con otros espacios, mecanismos e instrumentos complementarios. Ver Anexo
3.
14
Para ver el resumen del conjunto de artículos que responden a los objetivos planteados por CEDAW ir
a Anexo 4.
191
Pese a ello, debido a la reestructuración estatal que caracteriza este periodo y a las
reformas agrarias emprendidas en América Latina, a las mujeres rurales se les continuó excluyendo
“en gran medida como beneficiarías de las reformas (…) al suponer que los procesos eran neutros
con respecto al género, terminaron siendo sesgados y beneficiaron principalmente a los jefes de
hogar varones” (Deere y León, 2000, p.128). Así, existió una ausencia en la aplicación de
sostenible”.
regionales, como fue el caso del Programa Mujeres en Acción que promovió el trabajo remunerado
las zonas rurales del país. De modo que coherentemente con el enfoque de MED que “reclamaba
que se reconociera el papel productivo de las mujeres en este proceso de desarrollo” (Zumbado,
2003, p.25) se promovió la incursión económica de las mujeres rurales por medio de actividades
a cabo las actividades que mantienen la vida de sus familias y comunidades de manera sostenida
y autónoma.
sostenible, la política pública costarricense incorporó desde la década de 1990 algunos conceptos
que pretenden “renovar las estrategias institucionales dirigidas a las zonas rurales, tales como el
192
en el Desarrollo (GED), este último orienta aún en la actualidad las medidas institucionales en
relación con las mujeres rurales y la política agraria. Según refiere Zumbado (2003) GED
“incorpora al desarrollo los temas de las relaciones entre mujeres y hombres, el poder, y los papeles
carga persistente y cada vez mayor de la pobreza que recae sobre las mujeres,
combatiendo las causas estructurales de esta pobreza mediante cambios en las estructuras
económicas, garantizando la igualdad de acceso a todas las mujeres, incluidas las de las
zonas rurales, como agentes vitales del desarrollo, a los recursos productivos,
alcanzar un mayor impacto a través de las intervenciones y de las políticas públicas relacionadas
con la erradicación de la pobreza y la igualdad económica y política de las mujeres, con especial
15
Ver Anexo 2. Resumen de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijín: las esferas de atención, los
objetivos estratégicos que guiarán las medidas que tomen los gobiernos, instituciones nacionales e internacionales y
organizaciones multilaterales.
16
Esta orientación se hace visible en el enfoque de la nueva ruralidad que adquiere fuerza en los primeros
años del Siglo XXI, sin embargo, tiene su origen desde la década de 1990. “A medida que el enfoque reformista se
fue generalizando, su programa se amplió para incluir casi cualquier objetivo de desarrollo imaginable” (Kay, 2009,
p.622).
193
atención en las mujeres indígenas. En ese sentido la Plataforma de Acción de Beijín, pretende ser
una herramienta que oriente a los gobiernos al diseño de políticas y acciones hacia la igualdad de
género. Ya que, a pesar de los distintos grados de desarrollo, en los países de la región, la
En el caso de Costa Rica, esta tendencia fue asumida en la administración Figueres Olsen
(1994-1998) a través del enfoque de “Género, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible” que,
diplomáticamente, buscó incluir las variables de género y ambiente en las políticas estatales, pero
sin interrumpir los procesos de ajuste estructural y reforma institucional emprendidos años atrás
mercados.
En ese sentido, “la disminución de las atribuciones estatales en materia económica han
ido acompañadas de intensos esfuerzos por liberalizar las relaciones comerciales internacionales”
(González, 1994, p.30). De esa manera se trata de reducir la participación económica del Estado,
teniendo como referente el modelo del Estado liberal, cuyos postulados han demostrado restar
sector privado.
Botella (2012) menciona que, bajo los imperativos de la “modernización”, instituciones estatales
como el IDA y el MAG, experimentaron una reducción en su presupuesto, lo cual debilitó sus
Aunado a esto, Costa Rica se incorporaba al GATT para dar mayor peso a la agricultura
de Figueres Olsen que, explica Botella (2012), concretó la transformación del agro impulsada años
Es necesario resaltar que en este contexto se dieron nuevos espacios para la promoción
de derechos y participación de las mujeres rurales. Sin embargo, esto sucede paradójicamente, en
un momento en que la función del Estado se torna cada vez más limitada, y por tanto el acceso a
Social de la Mujer en 1990, la cual representó un hecho importante que significó un cambio en
cuanto al reconocimiento del acceso de las mujeres a la tierra, ya que se ponen en práctica algunas
discriminación hacia las mujeres. Esta normativa estableció la obligación de que toda propiedad
inmueble (tierra y vivienda) otorgada mediante programas de desarrollo social, debía inscribirse a
nombre de los cónyuges en caso de matrimonio, y a nombre de las mujeres en caso de unión de
por parte del hombre constituyen un hito histórico a nivel jurídico en el país para brindar acceso a
condiciones materiales para las mujeres rurales, sin embargo, la ley presentó algunas limitantes,
pues como exponen Deere y León (2000) y Acuña (2019), no fue acompañada de un proceso
integral de acceso a herramientas educativas para hacer uso idóneo de la normativa, aunado al mal
recibimiento por parte de algunos grupos de hombres quienes elevaron una denuncia por
195
aumentó respecto a las décadas anteriores, lo cierto es que las solicitudes de tierra que realizaron
las mujeres fueron parcialmente acogidas, pues para 1991 (cuando aún la ley no había sido
modificada) “solamente al 28% se le adjudicaron tierras, mientras que, del total de hombres
solicitantes, a un 68% se les adjudicó” (Acuña, 2019, p.80). Además, es necesario tener presente
hombres, 25,4% a mujeres y 48,6% a parejas” (Acuña, 2020, p.84), no obstante, aproximadamente
el 50% del área total cultivada se empleaba en las Exportaciones Agrarias No Tradicionales con
fines agroindustriales, al tiempo que se dio una caída significativa del área cultivada de granos
básicos, como maíz (con una reducción del 58%) y frijoles (reducido en un 43%), productos
desigual con el expansionismo de los agronegocios, por lo que en términos reales el acceso a la
tierra por parte del campesinado en general y de las mujeres en particular, se vio limitado por una
condiciones de subordinación de las mujeres rurales en tanto no se puede hablar de una ampliación
real de derechos cuando el acceso, uso y control de la tierra y otros recursos productivos, son
el diseño de las políticas públicas no implicó ningún obstáculo para la continuidad del proceso de
reconversión productiva. Deere y León (2000) refieren que “a medida que los gobiernos adoptaron
el lenguaje de género, también le quitaron gran parte de su potencial transformador” (p.145), pues
el enfoque de GED fue incorporado discursivamente, sin que eso significara en la práctica medidas
concretas para garantizar una justicia real de género que haya implicado una transformación en la
responder a los vacíos que deben atenderse para asegurar que los servicios de apoyo lleguen a las
mujeres rurales en la nueva coyuntura de apertura económica, por lo tanto, se establece algunas
medidas que pretenden mejorar su situación y condición de género a partir de una estrategia de
• Revalorización del aporte de las mujeres a las actividades agropecuarias y del medio rural.
• Acceso y control equitativo a los recursos y servicios que ofrece el Sector Agropecuario,
Agropecuario.
197
Según la Declaratoria, la integración de los servicios que brindan las instituciones del
Sector Agropecuario está orientada a lograr la equidad en las relaciones de género y hacer un uso
No obstante, no deja clara la estrategia para garantizar aspectos centrales para mejorar la
situación de las mujeres como lo es el acceso a la tierra. Este tipo de omisiones se ven reflejadas
en que a la fecha no se ha materializado una superación del deterioro en las condiciones de vida
de las mujeres, ni en el acceso a los recursos productivos; tampoco se ve reconocido el aporte real
del trabajo de las mujeres al sector, estando siempre ausente en las estadísticas oficiales, lo cual
refleja poca articulación entre las instituciones competentes y un ausente “enfoque de género” en
términos reales.
agroindustria en el campo, socavando los medios de producción y reproducción de vida para las
mujeres. En términos generales las administraciones que se colocan en el poder ejecutivo desde
1990 hasta 2009, implementaron políticas que redefinieron la intervención del sector público
capital.
Ese proceso de modernización del agro, se solda con la firma de los Tratados de Libre
Comercio, presentados a la sociedad como una estrategia para lograr el desarrollo, sin embargo,
los efectos que han podido constatarse en la realidad del país, como ha sido expuesto
198
anteriormente, distan de mejorar las condiciones de vida de la población, ya que en el juego del
las condiciones de vida y de trabajo de un sector que ve subordinada su sobrevivencia a las órdenes
El deterioro del sector agrícola heredado de los períodos anteriores, así como las
la nueva apuesta de desarrollo orientada a áreas que fortalecen el sector industrial y de servicios.
debate sobre la pertinencia de ampliar el alcance del Instituto de Desarrollo Agrario, de modo que
el 22 de marzo del 2012 fue aprobada la Ley 9036 que transformaba el IDA en el Instituto de
ruralidad, mediante una acción planificada y ordenada, dentro del marco de políticas
la cobertura a los territorios rurales más allá del límite de los asentamientos (…) y un
mecanismo tributario que asegura ingresos crecientes a la par de las nuevas competencias,
lo cual construye una alternativa patrimonial moderna, segura y acorde con los nuevos
actividades relacionadas con otros sectores productivos que encajen con los criterios de
Latina para orientar la política pública en las últimas dos décadas fundamentalmente. “Se ha
convertido en un concepto paraguas utilizado para referirse a cualquier nuevo desarrollo en las
esquemas de trabajo anteriores” (Kay, 2009, p. 610). La nueva ruralidad toma en cuenta elementos
como la pluriactividad creciente en el campo, las múltiples funciones del territorio rural y los
"nuevos actores" sociales, sin abordar las causas estructurales y las fuerzas políticas que han
provocado las transformaciones en los territorios rurales. Lo que ha resultado, en una lectura
limitada de la situación de las poblaciones vulnerabilizadas en el campo, pues desde este enfoque
Esto ocurre porque el enfoque de la nueva ruralidad pretende conciliar los diferentes
actores y visiones que existen en los territorios rurales, prestando poca o nula atención a las
tensiones y conflictos que se generan a partir de ellas. Así, se idealiza una convivencia
Por tanto, desde ese enfoque se incluye de forma subordinada a los sectores que enfrentan
situaciones de vulnerabilidad, pues se pretende no sólo dar continuidad, sino también fortalecer el
modelo de desarrollo neoliberal en las áreas rurales, pretendiendo homologar sus demandas con
La estrategia de “desarrollo rural territorial” dentro de esa lógica apunta, desde una visión
a partir de las cuales se delimita. Además, como una instancia que se desarrolla mediante
sus propios recursos (incluye actores, redes, actividades) (INDER, 2018, p19).
Según esa afirmación, la compresión amplia de territorio que plantea el INDER, busca
alcanzar una cohesión social que dirima las tensiones históricas desarrolladas por la acumulación
territorios. Asimismo, propone superar la primacía de las dinámicas agrarias en el territorio rural
atrayendo inversiones y “maximizando” la oferta de bienes y servicios, al tiempo que cede a las
Un aspecto importante por señalar es que el nuevo enfoque del INDER busca incorporar
los compromisos adquiridos en los convenios internaciones en relación con el llamado a “fortalecer
la participación de las mujeres en el diseño y ejecución de planes de desarrollo local, y a que preste
especial atención a las necesidades de ellas en las zonas rurales, al procurar el acceso a la tierra”
(INDER, 2018, p.21). En ese sentido, se perfila en las políticas la incorporación de las mujeres
principalmente a través de la figura de “género” y los principios de equidad e inclusión, así como
201
por medio de acciones institucionales donde destaca la representación del “sector mujer” en los
En ese sentido, la situación de las mujeres rurales en este período adquiere mayor
visibilidad, no obstante, las acciones concretas para actuar sobre las expresiones de opresión que
afectan sus condiciones de vida han sido escasas. Esto deriva en la continuidad de una inclusión
vigentes, a partir de los aportes reflexivos expuestos en este punto, con el fin de profundizar los
rasgos ideológicos que componen las tendencias actuales de la política agraria y cómo esto
6.1. Tendencias Actuales de la Política Agraria y su Relación con las Mujeres Rurales
estatal nacional han impulsado una diversificación productiva a la vez que se ha acentuado las
orientación del INDER, dentro de esa dinámica, responde a una transformación mayor que trastoca
la estructura del Estado, adecuando las políticas públicas a los requerimientos de la reproducción
capitalista.
En ese sentido, las políticas públicas “se van a conformar como parte de los dispositivos
emana de las contradicciones del capitalismo que pueden amenazar a la acumulación de capital”
202
(Monge, 2021, p.33). De manera que las demandas de la reproducción capitalista suelen ser
contradictorias entre sí, pues al tiempo que hacen ciertas concesiones a sectores subalternos,
garantizan la continuidad de las relaciones sociales capitalistas de las que surgen las
Álvarez y Bonnet advierten que “el aparato estatal no constituye en este sentido un
Estado, por tanto, se muestra como organización política del capital que adecúa las políticas e
Tal y como expresa el INDER (2018, p.18), la trasformación del IDA respondió a que “el
modelo de política pública para atender el medio rural estaba llegando a su agotamiento” por lo
que “para responder a las demandas del sector productivo, la institucionalidad pública
cual se asumió un “nuevo” enfoque de desarrollo que guía en adelante la política pública dirigida
al sector agrícola.
La práctica del desarrollo según advierten las autoridades, sería en adelante más
participativa y sensible a las necesidades de los pequeños productores, del medio ambiente y las
“minorías” étnicas, mujeres, jóvenes y otros “grupos vulnerables”. Sin embargo, el resultado no
ha sido la creación de un paradigma de desarrollo nuevo, los cambios han sido mayoritariamente
sujetos y las relaciones sociales que no están incorporadas al desarrollo (Mançano, 2012). Así, la
203
lógica de desarrollo encontrada en el capitalismo agrario, bajo las diversas denominaciones del
desarrollo sostenible, percibe la desigualdad como un problema que puede ser resuelto mediante
Por ello, aunque las pretensiones de la política agraria apunten a reducir la brecha de la
desigualdad en el campo y entre los sujetos que componen el sector, se ve determinada en última
instancia por las demandas del gran capital agroindustrial. Pues, la lógica que ha direccionado la
política agraria concibe al campesinado y al capital como parte de un sistema que no los diferencia,
la riqueza producida es desviada hacia las corporaciones que industrializan y comercializan los
Así, la política agraria pretende dar solución a las problemáticas que encuentra en el
Desde el enfoque del desarrollo rural integrado iniciado en la década de los setenta hasta la
incorporación del paradigma de la nueva ruralidad, la inclusión de las mujeres y las poblaciones
se ha mostrado versátil para incluir temas de género, ambiente y étnicos y, de forma paralela,
del capital, ya que ha acelerado nuevas formas de expansión capitalista que contribuyen a la
imperante.
Bajo esa lógica, Deere y León (2000) señalan que el enfoque de género “fue admitido sin
mayores problemas por casi todos los gobiernos de América Latina, porque era más aceptable
desde el punto de vista político tratar con el género (definido como hombres más mujeres) que con
los temas solo de mujeres” (p.144). Así, el género fue absorbido por los discursos y prácticas
desarrollistas de forma alineada con la agenda de desarrollo vigente desde los años noventa, siendo
En ese sentido, las nuevas formas de expansión del capitalismo que aducen trabajar en
función de reducir o eliminar las diferencias de género que oprimen a las mujeres, en su lugar
dar continuidad a la reproducción de capital. Para las mujeres campesinas, la inclusión subordinada
vez que se exige, en términos de eficacia y eficiencia, la adaptación de las prácticas de cultivo, los
tiempos y espacios de las mujeres a ritmos y procesos poco adaptados a la realidad de su entorno.
Esto puede observarse en la política agraria vigente; a propósito, este análisis abordará
tres políticas dirigidas al sector, elaboradas entre el 2010 y 2020, con el objetivo de profundizar
Costarricense 2010-2021” creada en la administración Chinchilla Miranda, fue diseñada con el fin
de vincular objetivos de crecimiento económico y de desarrollo humano para las zonas rurales del
país (SEPSA, 2011). Para tal propósito, toma un enfoque económico a través de cadenas
205
agropecuarias de producción y exportación para colocar a las y los productores en mercados más
más estrictas”.
En ese sentido, las funciones del INDER a través de la política agraria se mantienen al
margen de la regulación del acceso a la tierra, para lo cual apunta a reorganizar las instituciones
estatales relacionadas con el sector agropecuario17 y a una reconversión productiva que incluye a
los grupos prioritarios “mediante planes productivos que sean rentables, con base en el desarrollo
de tecnologías y equipos que permitan la transformación de la producción primaria para dar valor
Al respecto, menciona Acuña (2020), el nuevo modelo busca movilizar la tierra como un
recurso económico, lo cual puede contribuir a aliviar algunas carencias de las mujeres campesinas
y sus familias. Sin embargo, en el largo plazo amenaza la capacidad de las comunidades de decidir
cómo y qué producir según las necesidades ambientales, culturales y alimentarias, es decir, se ve
Así, la nueva visión de desarrollo rural integrado que incorpora esta Política, “parte de la
concepción de que en los territorios rurales se encuentran las reservas necesarias de recursos
materiales y humanos para generar riqueza por parte de sus pobladores, quienes requieren del
apoyo institucional y la orientación para lograrlo” (SEPSA, 2011, p.69). Bajo este supuesto, las
carencias que experimentan las poblaciones rurales se relacionan con un mal aprovechamiento de
17
Hoy en día pueden ser aglutinadas de la siguiente manera: MAG, IDA, CNP, Servicio Nacional de Aguas
Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA), el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA),
Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (CENADA), Instituto Nacional de Innovación y
Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), Oficina Nacional de Semillas (ONS), Programa Integral de
Mercadeo Agroalimentario (PIMA).
206
sus recursos, por ello, se cree que la vía de desarrollo trazada podrá generar la riqueza que mejorará
su situación. Para esto, el Estado será un mero facilitador del proceso de integración entre el
“atraso” del campo y el proyecto desarrollista, el supuesto éxito de esa integración dependerá de
Sobre esa línea, el INDER plantea que todas las adjudicaciones de tierra:
con compatibles con prácticas ecológicamente adecuadas, ni con las necesidades e intereses de las
comunidades.
En ese sentido, el alcance que se propone la Política “demanda una visión de largo plazo
y una posición país, a fin de que Costa Rica mantenga su condición de país agroexportador, con
una producción eficiente y competitiva” (SEPSA, 2011, p.19). Para lo cual ha establecido cuatro
pilares que tienen como propósito dar cumplimiento a los objetivos citados a través de la definición
de los territorios y la agricultura familiar como una actividad diferenciada para fortalecer la
economía nacional.
efecto, el discurso de lo sostenible adquiere un tono conciliador pues se coloca al lado del
Política se coloca el tema de género, este se hace parte del principio "inclusión con equidad” que
208
apela a un “acceso amplio de personas y grupos sociales a los recursos y servicios sin distinción
de etnia, género y credo” (SEPSA, 2011, p.29). La manera en que se da la “inclusión” a lo largo
de la política agrupa a las mujeres con jóvenes, indígenas y personas con discapacidad, esto puede
limitar la comprensión de las necesidades específicas de cada población. Lo cual devela, una vez
instrumentalismo que justifica la atención al género y la inversión en las mujeres como medio para
conseguir otros fines de desarrollo, y no por un legítimo principio de equidad (Zumbado, 2003).
Sobre esa línea, la segunda política a analizar corresponde a la “Política de Estado para
de Luis Guillermo Solís. Esta asume como principales enfoques el desarrollo rural territorial
también dentro del marco del desarrollo sostenible, la multidimensionalidad del desarrollo rural
núcleo de esta problemática se relaciona ante todo con la diferencia de oportunidades en las
condiciones socioeconómicas” (SEPSA, 2016, p.10). Así, la institucionalidad estatal considera que
campo al ir más allá de lo agropecuario. Por ello, utilizan el enfoque de la “nueva ruralidad” desde
una óptica que no considera las causas de la desigualdad como expresión de las contradicciones
entre el capital, el campesinado y las trabajadoras, si no como consecuencia del poco impulso que
Por tanto, la nueva ruralidad “ha permitido a las instituciones interpretar los territorios
rurales de acuerdo con sus intereses de mercantilización de la tierra” (Acuña, 2019, p.90). En ese
mercantil toma una centralidad dentro de los objetivos de desarrollo planteados, de manera que
valor agregado a la producción primaria y servicios en el espacio rural, así como el establecimiento
productivas.
De esta manera, la Política apuesta a acciones relacionadas con la innovación según los
así como las prácticas productivas y culturales asociadas. En otras palabras, la apuesta de
desarrollo en los territorios rurales se orienta hacia un desarrollo neoliberal del agro. Sobre esa
básicas. Lo social es mediatizado por encadenamientos y alianzas que buscan convertir las
210
capacidades económicas. Esta orientación pretende incorporar a todos los sujetos del territorio
rural a la agroindustria concebida como totalidad, lo cual oculta las diferencias construidas según
las relaciones de poder que se encuentran presentes en los territorios, es decir, ignoran
Sobre esa línea, el Eje 2 asume posición en el marco de los convenios firmados por el
país en relación con los derechos humanos a partir de la creación de un eje que busca la equidad e
inclusión de la población en el desarrollo rural territorial; para esto, agrupa nuevamente a mujeres,
personas con discapacidad, jóvenes, población adulta mayor y diversidad cultural, promoviendo
2016). Esto, como ha sido expuesto anteriormente, además de significar una lectura limitada de
rurales en la PEDRT 2015-2030, prácticamente se reduce a este eje, por lo que no existe una
propuesta específica para ellas, ya que el enfoque de género según la “equidad e inclusión” atañe
a hombres y mujeres y las relaciones entre sí, lo cual se aplica como fundamento para el descarte
desplazamiento de la responsabilidad estatal pues, según esa lógica, el éxito de una inclusión al
desarrollo depende de que las personas sepan ofertar sus capacidades productivas en el mercado.
En ese sentido, de acuerdo con Zumbado (2003), orientar la inclusión de las mujeres al mercado
el mercado “no está libre de prejuicios como pretende la ideología del libre mercado y las políticas
En esa línea, la PEDRT también menciona una serie de componentes vinculados con la
idea de desarrollo desde una connotación de mercado-empresa: programas selectivos y otros con
siempre homologados.
estrecha vinculación con los actores privados del territorio, en el marco de los planes de desarrollo”
(SEPSA, 2016). En ese Eje, se hace notable que la expectativa de desarrollo descansa sobre los
empresarial y su vínculo con el Estado y los territorios. Asimismo, el Eje 4 imprime dicha lógica
mercados.
Esta lógica pone a competir la producción campesina con las “nuevas” formas
particular han establecido con la tierra para garantizar su subsistencia, cuidado y reproducción
cultural.
212
sobre la línea paradigmática del desarrollo según los términos de la economía capitalista, siendo
congruente, tal y como plantea Harvey (2007), con los principios neoliberales en favor del
los elementos señalados en su objetivo general relacionados con cultura, ambiente y reducción de
destaca el pago por servicios ambientales mediante programas de incentivos, negocios verdes y
¿quién paga por este servicio ambiental? Las familias productoras no solo no son premiadas, sino
que son castigadas. Deben probar, pagar, certificar lo que están haciendo” (Altieri y Nicols en
Bonilla, 2020, p.27). Esto responde al modelo de capitalismo ecológico que se extiende desde la
década de 1970 como estrategia para monopolizar las acciones que desde el desarrollo sostenible
sido la escasez de alimentos, la concentración de los recursos y el deterioro ambiental, sin embargo,
sostenibles”.
Siguiendo las áreas estratégicas planteadas en este Eje, resulta necesario observar que la
aproximación a los ecosistemas territoriales se hace también por la vía productiva principalmente,
agroindustria piñera tuvo un ascenso exponencial mediante la apertura comercial de los mercados
de piña en China, llegando a ocupar 5.568 hectáreas ilegalmente que, junto a la inversión
extranjera, aparece como supuesta vía para la erradicación de la pobreza rural (Arias, Retana,
Torres y Peña, 2018). Esto evidencia la poderosa influencia del gran capital agroindustrial dentro
del accionar estatal y la dirección de la política agraria, puesto que desde la mirada estatal se ignora
socioambientales del monocultivo han sido denunciadas por comunidades, movimientos sociales
En términos generales, este análisis confirma lo que según Kay (2009) busca el paradigma
eliminación de las desigualdades en el campo, al tiempo que posiciona la equidad como abordaje
no crítico del proyecto modernizador en el espacio rural, apuntando a la integración de las personas
de acción 2020-2024”. Diseñada durante la administración Alvarado Quesada, esta plantea como
objetivo reducir las desigualdades de género en el desarrollo de las actividades productivas por
214
medio de una atención efectiva e igualitaria en la prestación de servicios institucionales del sector
En ese caso, el enfoque de género reconoce las diferencias sexo-genéricas como fuente
de discriminación contra las mujeres, así como “patrones culturales patriarcales discriminatorios
y el predominio de la división sexual del trabajo” (SEPSA, 2020, p.11). Además, plantea algunas
y variabilidad climática. Las cuales responden, según se indica, principalmente a causas de mala
gestión estatal y a la poca integración que han alcanzado los programas desarrollados
las mujeres en el sector en las últimas décadas, esta transformación ha sido principalmente
discursiva. Pues, la Política lejos de cuestionar el modelo de desarrollo que ha seguido las
instituciones durante los últimos cuarenta años, continúa con una estrategia de integración desde
tecnológica” (SEPSA, 2020, p.8). La idea de integrar a las mujeres al mercado y aumentar el
Así, esta Política plantea cuatro ejes principales: El primer eje corresponde a la gestión
institucional para la adecuación y modernización de los servicios que facilite la inclusión efectiva
de las mujeres agropecuarias y rurales, mediante acciones que fortalezcan la oferta de servicios
de género interseccional.
215
discriminaciones que sufren las mujeres, no obstante, es necesario realizar una lectura crítica del
término dentro de esta Política, ya que la racionalidad posmoderna con frecuencia lo entiende,
según Gordon (2020), “de un modo que evita los cuestionamientos al poder; lo usan como una
prescripción para la diversidad, que representa a seres humanos de distintos tipos y/o identidades”
bajo afirmaciones esencialistas, donde algunas relaciones de poder, entre ellas las de clase, quedan
incorporadas.
persiguen se podría afirmar que, efectivamente, la interseccionalidad es tomada allí como un medio
para integrar a “algunas mujeres que se están quedando atrás en el desarrollo humano sostenible”
(SEPSA, 2020, p.11). Es decir, se reducen los mecanismos de opresión que vivimos las mujeres a
más mujeres al modelo de desarrollo imperante. De esta manera, la Política no plantea una relación
poder capitalista y patriarcal, que forman parte de la agenda de lucha feminista que diversas
organizaciones de mujeres han identificado como parte de los intereses estratégicos para la
transformación social.
Esta Política, en cambio, persigue como objetivo reducir las desigualdades que enfrentan
las mujeres vinculadas al sector a través del desarrollo de actividades productivas con el apoyo
mujeres vinculadas al sector, mediante la mejora del acceso a la tierra, a los recursos financieros y
empresarial de las mujeres del campo, es decir, el objetivo apunta a la transformación de mujeres
gestión administrativa reconocen que las mujeres merecen los beneficios y recursos en tanto son
integradas al proceso de desarrollo, pero además porque asumiendo esa estrategia participan de
Bajo la misma lógica se encuentra el tercer eje, éste busca “aumentar la competitividad
Esta apuesta, de hecho compone algunas de las características centrales de la agricultura y el medio
formas de producción agrícola en gran escala que “son altamente vulnerables, con altos costos
ambientales y con externalidades altas” (Bonilla, 2020, p.20). De modo que las necesidades
217
prácticas de las mujeres y las poblaciones rurales se intentan satisfacer manteniendo la base
productiva del gran capital que carga con la responsabilidad de la crisis ecológica y alimentaria
que se vive actualmente, quedando intacto a la vez el sistema de opresión que se construye
de género en las actividades productivas y económicas de las mujeres rurales constituye el cuarto
eje de atención en la Política. Este se orienta a “facilitar el acceso efectivo de las mujeres rurales
(SEPSA, 2020, p.34). Con esta propuesta se espera reducir la vulnerabilidad productiva de las
mujeres, sin embargo, resulta paradójico que mientras se expresa una preocupación por las
condiciones ambientales y económicas que enfrentan las mujeres rurales, se continúe sosteniendo
un modo de producción que ha destruido los espacios en los que históricamente su participación
ha sido crucial.
El trabajo que las mujeres campesinas e indígenas han desempeñado durante siglos es el
y garantizar los alimentos han sido amenazadas por la profundización de las medidas neoliberales,
destructivas que desestructuran la economía campesina y dañan la Naturaleza. Mientras piden una
adaptación de las mujeres al cambio climático, ignorando su contribución desde las prácticas
18
“La Agroecología, concebida como ciencia y como práctica tradicional, se acuña a partir de los impactos
de la producción agroindustrial. La devastación ambiental ha sido evidenciada, y sabemos que no solo es el resultado
de las condiciones de vida urbana, sino también de las formas de producción agroindustrial” (Bonilla, 2020, p.19).
218
en el planeta contra el avance de la producción industrial a gran escala tanto dentro como fuera del
medio rural.
Algunas voces críticas advierten que las Políticas y mecanismos de inclusión de las
realmente no conducen una estrategia que apresure un cambio social, pues no cuestiona los
objetivos y métodos del desarrollo, ni tampoco las causas estructurales de la opresión hacia las
mujeres.
concepto elástico del tiempo de las mujeres, pues no captan la complejidad de nuestra experiencia
de subordinación expresada, entre otras formas, en la reproducción social. Ante esto, posiblemente
algunos recursos materiales se ponen a disposición de las mujeres, pero ninguna de estas políticas
inicia una transformación real en la estructura de opresión sobre la que material e ideológico-
Pese a ello, se rescata como medida de acción afirmativa una mayor visibilización de las
mujeres en la política pública y en el espacio rural, así como de algunas situaciones que afectan
basada en el género.
amenazado durante décadas por las políticas de reconversión productiva dirigidas por los
219
gobiernos de turno congruentes con la teoría política y económica neoliberal. Por tanto, si se espera
un resultado afirmativo para las condiciones de vida de las mujeres que habitan el espacio rural,
será fundamental que el acompañamiento que se brinde desde las instituciones sea lo
relacionado con el acceso, uso y libre control de la tierra y otros recursos para las mujeres; así
ofrece una mirada clave para comprender cómo esta se expresa en la realidad que viven las mujeres
campesinas. Por ello, se hizo necesario reflexionar sobre el accionar estatal y los enfoques teórico-
metodológicos asociados a las estructuras de poder que se expresan en la política agraria desde
una lectura histórica, dialéctica y feminista, pues esta aporta los insumos para comprender el
carácter capitalista que ha adoptado el Estado y la política agraria más allá de sus contenidos y
discursos, y que se expresan en las condiciones de vida de las mujeres rurales según los procesos
siguiente capítulo la experiencia de las mujeres dará cuenta de las transformaciones históricas
documental y la información obtenida en el trabajo de campo con las mujeres participantes de esta
a través de la observación no participante de su trabajo en los espacios que habitan y en una sesión
grupal de mapeo colectivo sobre el cuerpo de las mujeres como territorio y las transformaciones
política desarrollada en los capítulos de análisis anteriores, para una aproximación a la realidad de
las participantes desde la totalidad social, en tanto la dimensión política constituye, junto a lo
centro del análisis que orienta la producción de conocimiento desde su realidad concreta, histórica
y espacialmente situada, es decir, en esta investigación las mujeres campesinas toman un papel
221
protagónico para dar cuenta de cómo sus condiciones de vida han sido impactadas por las
agraria en la comunidad de San Jerónimo que dan cuenta de la intervención estatal y la política
agraria desde la experiencia de las mujeres; seguidamente se reflexiona sobre las contradicciones
que se derivan entre el capital y el trabajo que realizan las mujeres campesinas como precondición
y condición para la acumulación capitalista, en ese sentido, se analiza el trabajo de las mujeres en
general de las personas que participaron en el trabajo de campo de esta investigación, para ello se
establece algunos datos personales como edad, número de años que ha vivido en San Jerónimo,
estado civil, ocupación principal y número de miembros de grupo familiar conviviente. Esto
es importante señalar que la información es codificada mediante un seudónimo que será utilizado
cuando se les cité textualmente o se haga referencia a ellas, esto con el fin de proteger su identidad
19
El derecho de confidencialidad se encuentra estipulado en la Ley 9797 así como en los reglamentos de la
Universidad de Costa Rica relacionados con la ética en la investigación científica.
222
Tabla 3.
Características de la población participante
Años de Tamaño de
Número
vivir en Estado grupo
Participante Edad Ocupación de hijos e
San civil familiar
hijas
Jerónimo conviviente
Ama de casa,
Emma 31 años 10 años Casada 1 3 miembros
estudiante
Ama de casa
Sara 42 años 42 años Casada agricultura de 2 4 miembros
subsistencia
Ama de casa,
agricultura y
Flora 57 años 57 años Casada 2 4 miembros
ganadería de
subsistencia
Ama de casa,
Inés 58 años 25 años Casada agricultura 1 2 miembros
cafetalera
Ama de casa,
Clara 54 años 45 años Casada agricultura de 4 2 miembros
subsistencia
Fuente: Elaboración propia (2022) a partir de los datos recolectados en el trabajo de campo.
A partir de la información anterior, se observa que las mujeres participantes son adultas
cuya edad se encuentra entre los 31 y 58 años. Como parte de las similitudes encontradas se destaca
que todas han vivido en San Jerónimo por más de diez años, esta característica es clave para el
durante la última década, así como la incidencia que eso ha tenido en sus condiciones de vida.
Asimismo, las cinco participantes se encuentran casadas, actualmente conviven con sus
esposos, todas son madres y consideran el trabajo doméstico no remunerado como su principal
ocupación, esto permite la comprensión del trabajo femenino dentro del hogar desde sus
también a la ganadería de subsistencia y una a la siembra de café. Parte de las diferencias entre las
participantes se debe a que una de ellas actualmente se encuentra estudiando, por lo que expresó
la actividad cafetalera a lo largo de su vida y durante los últimos años tres de ellas continúan
Otra de las diferencias que poseen es que dos de las participantes no conviven
actualmente con su hijos e hija, sin embargo, continúan asumiendo labores de cuido con sus nietos
Estos aspectos son fundamentales para realizar una lectura completa sobre el trabajo
Por lo tanto, tomando en cuenta estas características, así como las experiencias
compartidas a través del trabajo de campo y la teoría en la que se sustenta este estudio, se
desarrollan los siguientes subapartados donde se condensa el análisis de sus condiciones de vida
7.2. Elementos de la Dinámica Agraria de San Jerónimo Desde la Mirada de las Mujeres
Como fue expuesto en los capítulos anteriores, la historia del agro costarricense ha estado
dependiente al capital, en ese proceso de integración el café ha sido uno de los principales
productos de exportación, al tiempo que fue proclamado durante la segunda mitad del Siglo XIX
económico dependió del cultivo y exportación de café, conduciendo a lo que se conoce como
capitalización de la agricultura. El desarrollo del sector cafetalero, al ser una actividad productiva
en potencia no solo afectó el aspecto productivo, sino que incidió en el ámbito social, de modo
productiva se ha visto deteriorada durante las últimas décadas. Al respecto, Aguilar, Araya y
Peraza (2020), enmarcan el decaimiento del café en las crisis generadas por el capitalismo
asociadas con la tendencia por generar sobreacumulación, lo cual se presenta desde la década de
1970 y se acelera con la profundización del neoliberalismo en su fase expansiva actual. En dicho
contexto de crisis tomaron parte los Programas de Ajuste Estructural, los Tratados de Libre
en los primeros años del Siglo XXI los resultados de las reformas agrarias emprendidas bajo los
exportación.
Si bien es cierto, el café continúa siendo uno de los principales cultivos exportables,
ocupando el tercer lugar en las estadísticas, según el Informe del Estado de la Nación (2018), el
incentivo de cultivo de café ha sido sustituido por la producción orientada a cultivos “más
rentables” como la piña, la naranja y la caña de azúcar. Lo cual constituye uno de los hechos
derivados del TLC con Estados Unidos en aras de fortalecer la producción para exportación de
productos como las frutas tropicales, lo cual coloca en desventaja los cultivos tradicionales con
orientación al mercado interno. Este declive coloca en una situación de “inestabilidad económica
a muchos de los pequeños y medianos caficultores que no logran hacerle frente a los frecuentes
procesos de crisis que ha experimentado esta actividad agrícola” (Aguilar, et.al., 2020, p.206).
Así, pese a continuar siendo una fuente de generación de divisas y empleo en muchas
zonas del país, la dependencia al monocultivo de café en algunos de los cantones que han centrado
tierra y los recursos productivos, a la vez que acentúa los impactos socioambientales y diversas
la cotidianidad de las mujeres participantes de esta investigación, pues el trabajo que realizan y
226
sus condiciones de vida están ineludiblemente atravesadas por el espacio que habitan y las
Al respecto, San Jerónimo es una comunidad que pertenece al distrito de San Marcos en
el cantón de Tarrazú, ubicado en la zona de Los Santos al suroeste del Valle Central. Es una región
cosecha consecutiva en el primer lugar entre los cantones productores de café en el país; “por dos
36.438 fanegas en la cosecha 2020-2021, se mantuvo como el principal cantón cafetalero de Costa
de café, siendo parte del 14.2% de la producción actual nacional del grano según datos del ICAFÉ
(2021). Allí, cada actividad económica depende del monocultivo y es parte del contexto actual de
Lo único fuerte casi que aquí en toda la zona es el café, incluso en este momento esta
zona de Los Santos es la mejor casi que al nivel mundial, porque me dijo un señor que es
camionero dice que este año es uno de los años que más café ha salido de lo que es la
zona de Los Santos, incluso de aquí de San Jerónimo de Tarrazú ha salido más café que
Tarrazú como el principal productor nacional del grano. A inicios de la década anterior alcanzó un
30% de la producción nacional (Loría, 2012), sin embargo, también ha tenido que enfrentar una
disminución generalizada de la producción en casi un 50% desde entonces. Esto, ha sido asociado
227
Asimismo, las políticas agrarias dirigidas por el Estado durante la última década han
incidido en esa situación, mediante el impulso que han dado a la producción y exportación de
2021. Un ejemplo de ello puede observarse en el siguiente gráfico respecto a la oscilación con
Gráfico 1.
cafetalera en las últimas siete cosechas, no obstante, este comportamiento ha sido la constante
desde hace aproximadamente dos décadas. Entre 1999 y 2005 se presentó un declive significativo
por cinco cosechas consecutivas, siendo las cosechas 2004-2005 y posteriormente 2018-2019, las
más bajas desde la cosecha 1985-1986 (MAG, 2007; ICAFE, 2021). En esa dirección, la cosecha
228
2021-2022 disminuyó en 6.23 puntos porcentuales respecto a la cosecha anterior, esto la ubica
Frente a esa tendencia a la baja, las y los productores han recurrido a implementar
diversos métodos sobre la ruta “modernizadora” del desarrollo impulsada por la política agraria
institucional y la presión del mercado, lo cual se observa, en el caso de San Jerónimo, en una
de agroquímicos.
Actualmente, “están como que talando demasiado lo que son las montañas y he visto que
están expandiéndose demasiado lo que eran zonas montañosas para la siembra de café” (Emma,
comunicación personal, 2022), las fincas dedicadas al cultivo de café “ahorita son de una a 25
manzanas como mínimo” (Inés, comunicación personal, 2022). Esto conduce a una concentración
de tierra dedicada al monocultivo y por ende implica una reducción de los espacios disponibles
para realizar otras prácticas agrícolas, lo cual tiene efectos específicos sobre las mujeres, ya que
Así, la actividad productiva orientada al mercado, tal y como lo establecen las políticas
dirigidas al sector durante la última década, ha debilitado la economía campesina en San Jerónimo
el desarrollo neoliberal del agro. En ese sentido, Flora identifica algunos elementos asociados a la
Fumigar antes era con unas bombitas pequeñas que usaban manual, ahora usan unos
tanques grandes con unas mangueras y los chorritos son tan finos que les rinde más el
agua y los productos, pero son mucho más contaminantes, se esparce más, sí porque aquí
arribita empiezan a fumigar y eso huele que llega hasta aquí adentro, se mete en las casas
el olor a veneno y enchila los ojos, pero eso no pasaba antes, eso de que se empezó a
sembrar así tanto café fue de unos diez años para acá (comunicación personal, 2022).
Estas consecuencias, visibles para las comunidades, han sido denunciadas además en
territorio costarricense, que lleva al país a ocupar el deshonroso primer lugar en consumo en
kilogramos de ingrediente activo de plaguicidas, por hectárea y por habitante” (Bonilla, 2020,
p.22). Esos hechos son de larga data, pues anteriormente han sido conocidas las afectaciones que
plaguicidas altamente tóxicos han provocado en la salud de muchas comunidades desde hace más
de sesenta años. El nemagón, DTT y el agente naranja por mencionar algunos ejemplos, se
comunidades agrícolas.
Al respecto, dentro de la comunidad de San Jerónimo se han dado casos donde “tiran
venenos que están prohibidos pero que los consiguen de alguna manera como el counter, eso se lo
ponen en la raíz y dura muchos años para que se vaya, eso contamina el suelo y el agua” (Flora,
comunicación personal, 2022). Lo cual, según manifiesta Flora, ha sido denunciado en ocasiones
230
pero a la fecha no ha sido resuelto. Mientras tanto, las instituciones del sector agrícola continúan
orientando las políticas públicas hacia el fomento del modelo agroindustrial y medidas paliativas
sobre los efectos de dicho modelo. Esto, se constata en las tres políticas agrarias analizadas en esta
fundamentalmente desde una mirada de negocios sostenibles, orientando las acciones en torno al
y sanitaria que genera la producción agroindustrial que, dicho sea de paso, es promovida por las
mismas políticas.
En ese sentido, el monocultivo de café en San Jerónimo, impulsado por las políticas
Hay mucha deforestación porque han cortado todo lo que son árboles (Clara,
Los ríos están secos, he visto como más sequía, falta muchísimo más el agua (Emma
Las personas aquí padecen mucho de cáncer gástrico, principalmente los trabajadores que
tienen que andar con una bomba tirando el veneno y no tienen la herramienta necesaria
para protegerse entonces aparece mucho cáncer en piel, de cerebro y estómago (Flora,
contaminados o contacto con agrotóxicos, entre otros. Es importante destacar el impacto que esto
tiene sobre el trabajo de las mujeres, puesto que son ellas “quienes, de manera particular, asumen
comunidad” (Bonilla, 2020, p.25). Tal es el caso de Clara, quien se ocupó durante varios años del
suegra:
Yo seguí con el labor del trabajo de la casa y de coger café y todo, mantener las siembras
de la casa y bueno, se enfermó mi suegra por el cáncer, eso fue mucho trabajo, más el
se enfermó mi mamá con cáncer también y la cuidé 6 años (Clara, comunicación personal,
2022).
Esa situación, además de relacionarse con el trabajo de cuidados que, bajo el mandato de
género, ha sido delegado a las mujeres, contiene algunos de los efectos que han sido mencionados
en esta sección anteriormente, ya que Clara en su relato relaciona los problemas de salud
Digamos aquí lo que es el cáncer es por todo eso, por lo mismo, porque la gente digamos
les tiran herbicida al café y al pasto, entonces los animales van al pasto a comer y viene
contaminado, y nosotros nos tomamos el café, nos tomamos la leche, todo eso llega al
tiempo que ha destruido progresivamente, como señala Bonilla (2020), formas de producción que
232
sobrevivieron hasta inicios del Siglo XXI y que permitieron la conservación de la biodiversidad al
ser sustentables y poco dependientes a los insumos externos. Al respecto algunas de las
En el tiempo mío de pequeña había caña, las familias tenían más cosas, también cerdos y
animales, y el café era poco entonces no usaban químicos ni nada de eso, tenían gallinas
y todo lo tenían suelto y era como más para la familia, ahora en cambio casi hasta en las
cunetas hay sembrado café, cortan los árboles que hay y le echan veneno (Sara,
Antes aquí la mayoría de la gente hacía frijolares y el maíz, mientras que ahora ya es muy
poca la gente que riega frijoles, siempre se hacen milpas, pero es poco por el café (Inés,
Hay algunos que ahora siembran como antes que también maíz y frijoles, con la idea de
sembramos aguacate. Todo esto para alivianar la carga por dependencia al monocultivo
De ese modo, dicha forma de producción sostiene además relaciones de poder que
profundizan formas de explotación, control y dominio, teniendo mayores repercusiones sobre las
la tierra. Tal es el caso de la inclusión subordinada de las mujeres a la política agraria, donde se ha
podido constatar que el apoyo institucional se dirige a actividades que sean compatibles con la
donde la tierra es concebida como un recurso explotable para la producción a gran escala y se
A propósito, al preguntar a las mujeres que habitan en San Jerónimo sobre la participación
de las instituciones vinculadas al sector en su comunidad, así como del alcance de la política
agraria, resultó sorprendente que todas manifestaron un abandono absoluto por parte del Estado
Lo que vienen a dar a veces es como cursos el INA, pero para hombres y mujeres (Sara,
pero aquí no han llegado, digamos aquí han venido a dar charlas o como le decía hace un
inicio, cursos el INA, pero de ahí en fuera, si la mujer quiere ponerlo en práctica lo pone,
pero no tiene ninguna alianza más, mucho menos un apoyo (Clara, comunicación
personal, 2022).
Sobre tal desigualdad y desatención se han orientado los planes de gobierno en las últimas
décadas y en especial los intereses del capital que, tal y como refiere Mançano (2012), son los que
administran las inversiones en infraestructura para las regiones, dirigiendo la atención hacia ciertas
zonas y poblaciones, a expensas de otras que viven los efectos de esas decisiones.
234
Esto permite entender las razones por las cuales los cambios de partidos políticos en los
puestos de gobierno y el impulso de nuevas políticas al finalizar e iniciar cada gestión, no logran
climático, desigualdad de género, etc.; son parte de las negociaciones de los organismos
internacionales y los gobiernos en la gestión del desarrollo, sin embargo, finalmente se asume que
Las mujeres que viven en la comunidad de San Jerónimo hasta el momento no han sido
“beneficiadas” por ninguna de las apuestas de desarrollo que se encuentran en la política agraria,
sin embargo, reproducen su vida en un espacio que refleja el impacto de las formas de
recursos que históricamente ha favorecido a los hombres. Al respecto, una de las participantes
refiere:
Al hombre sí yo he sabido que le dan, este… abonos para que le tire al café, a algunos,
no a todos, les dan herramientas, palas, palines, bombas, atomizos, para que trabajen la
tierra, en cambio a nosotras las mujeres nada (Clara, comunicación personal, 2022).
Ante esto y lo anteriormente manifestado por las mujeres participantes, conviene analizar
su situación según las determinaciones capitalistas y patriarcales que se derivan de una gestión
estatal que reproduce mediante la política pública diversos mecanismos de opresión, pues “los
injusto, violento y desigual que somete a las mujeres a mayores niveles de desigualdad, opresión,
exclusión, pobreza, incremento de las vulnerabilidades” (Castillo, 2015, p.19) bajo mandatos que
235
concentración de recursos.
Sobre esa línea, en este análisis se plantea cómo se desarrolla el trabajo de las mujeres
algunas manifestaciones de opresión hacia las mujeres al interior de los hogares, en las relaciones
comunitarias, en el Estado y en el mercado. Esto permite una aproximación desde y con las mujeres
del campo que sostienen la reproducción social asumiendo una carga de trabajo mayor junto a
sociosexual del trabajo sobre el que se estructuran las relaciones sociales, este implica la
sociohistóricos para mantener la acumulación de capital. La cuestión social forma parte de ese
proceso donde se expresan diferentes opresiones, por ello, “el proceso de acumulación en la
actualidad no puede ser indiferente a las categorías de raza, sexualidad o género, pero busca
estructuradas por el capitalismo, en las que la opresión de género, como la de clase y etnia, resulta
Es decir, aunque distintos, los sistemas de opresión son parte de una misma estructura de
236
dominación. Esto implica “un entendimiento del capital no como fenómeno económico sino como
el conjunto de las relaciones de dominación en esta sociedad” (Holloway y Picciotto, 2017, p.41).
jerarquizadas sexo-genéricamente según la división sociosexual del trabajo que separa (en
apariencia) lo productivo de lo reproductivo, razón por la cual la opresión hacia las mujeres, que
producción de valor.
reproducción de la fuerza de trabajo mediante las actividades vitales como procrear, comer,
dormir, etc., pero además involucra la crianza, los cuidados y afectos. Por lo tanto, tiene una
dimensión material que involucra la reproducción física necesaria pero además “forma los sujetos
humanos del capitalismo, sosteniéndolos como seres naturales personificados, al tiempo que los
constituye como seres sociales, formando sus habitus y el ethos cultural en los que se mueven”
(Fraser, 2015, p.114). Es decir, tiene también una dimensión ideológico-cultural que atraviesa las
encuentran relacionadas y constituyen dos elementos mediante los cuales el capitalismo como
capitalista mediante la explotación si las condiciones para ello no están garantizadas material e
ideológicamente.
En ese sentido, las tareas relacionadas con la reproducción social en el capitalismo se han
de la división sexual del trabajo, este responde a la construcción social del género que lo ha
determinado como femenino. La familia constituye, por tanto, la principal esfera en que se lleva a
cabo la reproducción social; ahí converge la relación entre la producción de mercancías en el lugar
Así, el trabajo no asalariado que realizan las mujeres en el espacio doméstico es necesario
funcionamiento del capitalismo. De modo que “(…) la reproducción social es una condición de
sectores están totalmente integrados, más bien, son dos aspectos de un proceso único” (Carrasco,
1992, p.97). Creando así, una articulación social completa entre el modo de producción y la familia
de clase trabajadora, que da cuenta de las formas patriarcales que han atravesado los espacios y
los tiempos de las mujeres asignándoles un lugar social que biológica y socialmente ha favorecido
pública. Pensemos en cierto tipo de servicios públicos: uno es el sistema de salud, otro
caso podría ser la escuela, pero incluso la disponibilidad de agua potable o de aire no
remunerado, así como a través del trabajo agrícola, participan del proceso de reproducción social.
dirigida principalmente a la pequeña producción de alimentos, que además incorpora prácticas que
se sostiene.
sin embargo, las mujeres continúan manteniendo huertos familiares y algunas inclusive, junto a
siembras, restauración de suelos y agricultura orgánica para hacer frente a los efectos del
Con mi esposo y mi hijo hacemos los atomizos para el café todo natural con lo mismo
que consumimos, como las cáscaras de las frutas, de las verduras, del mismo café (Inés,
Tenemos algunas siembras para consumo propio y están en tierra orgánica porque yo los
Nosotros y otras fincas como mi cuñado ‘Juan’20 tenemos sembrado plátano, naranja para
que hagan la sombra, árboles para controlar plagas y bichos, también maíz, frijoles, decir
20
Seudónimo.
239
“relaciones de poder opresivas que someten a las mujeres campesinas -más aún a las mujeres
mercancía más importante para el sistema: la fuerza de trabajo” (Castillo, 2015, p.31). Esta al
reproducirse principalmente en el espacio doméstico, en el campo tiene que ver también con la
satisfacción de necesidades mediante la producción de alimentos, pero además con los cuidados y
organización familiar para que sea posible la subsistencia. Estos elementos determinan la
la producción a cargo de los hombres, pero queda invisibilizado el incremento sistemático que
sufre el trabajo doméstico siempre que el volumen de trabajo ‘productivo’ se reduce, pero también
El trabajo que uno hace casi no se ve (…) [y] es un trabajo de nunca terminar” (Flora,
El trabajo del hombre es así, él va y trabaja y se ve lo que hizo, pero el trabajo de la mujer
nunca se ve lo que usted hizo, todos los días lo mismo, el mismo quehacer: se levanta,
que barre, que limpie, que desayuno, que almuerzo y al siguiente día lo mismo y al
siguiente día y los años pasan haciendo lo mismo (Clara, comunicación personal, 2022).
A esa invisibilización y carga de trabajo física y mental que supone el trabajo doméstico
se suma el trabajo agrícola que realizan las mujeres, éste tiende a ser considerado como una función
secundaria a su función primaria que es el trabajo en el hogar, lo cual se asocia con el mandato de
género que las subordina a un orden social patriarcal que refuerza la dominación masculina. Al
respecto, Bourdieu (2020) señala que el condicionamiento ideológico-cultural que presenta como
entre los géneros inscribiéndola en una naturaleza biológica que es en sí misma una construcción
social naturalizada. “La verdad es que yo siempre he pensado que toda la responsabilidad casi de
lo que es los hijos y la casa le toca a una mujer, mientras que al hombre el trabajo afuera” (Clara,
donde se jerarquiza material e ideológicamente las relaciones sociales mediante los límites
doméstico y agrícola a permanecer “invisible”, como argumenta Dalla Costa (1972), se debe a que
sostiene la autora, lo que realmente se esconde no es el trabajo doméstico en sí, sino la relación
de lo “productivo” producir mercancías, pagar salarios más bajos21, etc.; es decir, el trabajo que
realizan las mujeres “es una condición de posibilidad de la reproducción del sistema en su
De modo que, el trabajo que realizan las mujeres campesinas para la reposición
domésticas, sino valores de uso para la satisfacción de las necesidades familiares. Por ello,
sostienen Arruzza y Bhattacharya (2020), el elemento esencial de la opresión de las mujeres en las
21
“El valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia
de su poseedor [es decir, el trabajador]” (Marx, 1966, p.117). El capitalista paga un salario para la satisfacción de
necesidades, el trabajo de la reproducción en la unidad doméstica implica la producción de bienes y servicios
consumibles de forma no mercantil necesarios para la vida, que de otro modo la persona trabajadora tendría que pagar
para subsistir y recuperar la fuerza necesaria para regresar cada día al lugar de trabajo.
241
sociedades capitalistas se encuentra en el significado social que tiene ese trabajo para el capital, es
Teniendo claro esto es importante dirigir el análisis hacia cómo se expresa el trabajo de
relación dual sino como parte de una totalidad sistémica donde convergen las dimensiones material
e ideológico-cultural que perpetúan formas de opresión hacia las mujeres mientras el capital
garantiza su reproducción.
La actividad que desarrollan las mujeres, como ha sido señalado, no sólo crea y sustenta
la vida en el sentido biológico, sino que sostiene nuestra capacidad de trabajar junto a la formación
de los individuos como seres sociales con ciertos valores, destrezas, aptitudes, etc. En síntesis:
particular. Sin dicha labor, ni la vida ni la fuerza de trabajo podrían encarnarse en seres
Partiendo de ello, el trabajo de las mujeres es, en suma, el trabajo de la creación de vida.
Esta afirmación se encuentra presente en algunas de las reflexiones de las mujeres campesinas
acerca de su trabajo:
Yo pienso que si uno no hace ese trabajo no funcionaría la familia porque no, si uno no
realiza esas labores ellos no pueden hacerlo por estudio o trabajo o lo que sea, entonces
Pienso que somos tan importantes, porque sin las mujeres el mundo se detendría (Flora,
Estas afirmaciones indican la importancia de sus labores en la centralidad que tienen para
sus familias, pero también destacan que su trabajo hace posible que otras actividades se
partir de la clase social y adquiere rasgos particulares según la necesidad de subordinación de las
mujeres a los requerimientos del capital. De modo que, la opresión surge de una base sociomaterial
En ese sentido, señala Bhattacharya (2018), los espacios que han sido designados como
aparente, pero son formas históricas sobre las que el capitalismo se sostiene. Incluso, pueden estar
dentro del mismo espacio, como sucede con el trabajo que realizan las mujeres campesinas, pues:
Las mujeres en el campo producen bienes y servicios, o desde una definición más amplia,
para la producción agropecuaria, y realizan trabajos para el cuido que incluyen una gran
243
gama de actividades; todas tareas que satisfacen necesidades humanas (Bonilla, 2017,
p.33).
que generalmente se lleva a cabo en el mismo tiempo y espacio físico donde se efectúan labores
productivas, pues parte de los alimentos de consumo familiar se obtienen del mismo predio. Las
mujeres mencionan que entre las tareas que implica su trabajo diario se encuentran:
Ver las cabritas, ir a darles comida y a ordeñarlas y unos pollitos que hay por ahí, y luego
como me gusta tanto la huerta empiezo a echarles agua a cada plantita y ya de ahí vuelvo
Lo que tengo aquí [en la casa] son unas siembras de apio y unas de chile y romero,
Esas actividades al ser realizadas principalmente por las mujeres en los predios familiares
se las considera reproductivas, dicha característica tiende a invisibilizar el trabajo que realizan. De
ahí que la mayoría de las actividades que desempeñan no son remuneradas, contabilizadas o
registradas como aporte económico, por ende, en muchos casos ni siquiera son consideradas como
Por otra parte, Bhattacharya (2020) señala que el origen de esa separación entre lo
productivo y reproductivo se debe a que, dentro del lugar de trabajo, el capital tiene el control total
sobre las actividades de los trabajadores, pero en el caso de la reproducción de la fuerza de trabajo,
en la medida en que el capitalismo es una totalidad global sistémica, tiene influencia y dominio
sobre el circuito de reproducción de la fuerza de trabajo, pero no tiene control total [Traducción
244
propia, 2022]. En ese sentido, el hecho de que el trabajo de las mujeres en el campo ocurra fuera
del circuito de producción capitalista implica que no exista un límite en su jornada de trabajo, por
lo que las mujeres realizan dobles o hasta triples jornadas entre las huertas, el cuido de los
animales, las labores domésticas y de cuido a personas enfermas, adultas mayores o infantes. Al
respecto, las mujeres relatan el transcurrir de su día de trabajo entre múltiples tareas y jornadas
extenuantes:
Normalmente de levanto a las 5:30 a.m. a hacer el desayuno a mi esposo, luego ya iniciar
el trabajo de la casa. Aquí que cuidar pollos, ir y revisar las siembras, el quehacer de la
casa. Yo cuido a un viejito nicaragüense, él ya está muy mayor, tiene 85 años y él vive
en una casita aquí solo y yo todas las mañanas voy a dejarle el cafecito, le llevo
almuercito, le lavo la ropa. Luego me voy como a las 11:30 a.m. a pie arriba hasta donde
mi papá y empiezo con el trabajo en la casa de mi papá toda la labor de la casa, lo normal
barrer, limpiar, lavar, cocinar, limpiar ventanas, lavar cortinas todo el trabajo normal de
la casa, ya luego vuelvo a llegar aquí y sigo con el trabajo de aquí hasta las 10 de la noche
a veces hasta más y si estos chiquillos [los nietos] se vienen todavía más trabajo, porque
Como en el caso de Clara, la rutina diaria de todas las mujeres participantes de esta
investigación inicia muy temprano y se extiende hasta altas horas de la noche, generalmente su
jornada incluye el trabajo doméstico, en el campo y labores de cuido, y suma entre 16 y 18 horas,
como dicen ellas: “somos las primeras en levantarnos y las últimas en acostarnos” (Emma,
A pesar de que en los hogares campesinos los hombres y las mujeres comparten
distribuyendo su tiempo entre las labores domésticas, de cuido y del campo tanto en lo productivo
como en lo reproductivo. Esto se traduce en relaciones de poder y opresión hacia las mujeres pues
“en el seno del sistema patriarcal, todas las mujeres padecen una opresión por parte de todos los
hombres, todos los hombres sacan ventaja de la subordinación femenina” (Arruzza, 2010, p.118).
Uno se va y trabaja todo el santo día con ellos y ya llegan ellos a descansar y uno tiene
que seguir con el trabajo de la casa, “¡apúrese porque tengo hambre!”, aunque uno venga
que no puede casi ni pararse de cansado, “¡acuérdese que tengo hambre!”, que “¡sírvame,
Muy pocas veces él me ayuda cuando llegamos a la casa (Emma, comunicación personal,
2022).
histórica del papel central que las mujeres han tenido en los espacios productivos y reproductivos
Dichos espacios, como bien señala Acuña (2019), ocupan un lugar marginal dentro de la
cual ha representado mayores limitaciones para las mujeres en el acceso a recursos para sostener
su producción, viendo también cada vez más limitado el uso y control de la tierra pues los terrenos
proyectos productivos que se impulsan funcionan como economías de enclave que extraen toda la
riqueza de la zona lejos de fortalecer los circuitos locales de producción de bienes y servicios
(Avendaño et.al, 2014). Lo cual coloca a las mujeres en una situación de creciente vulnerabilidad
productiva y económica, por lo que muchas mujeres recurren a la recolección de café como
alternativa de trabajo asalariado que les permite generar ingresos, aunque de forma temporal, para
En ese sentido, Arruza y Bhattacharya (2020) advierten que la forma asalariada del
trabajo es una mediación entre el ser humano y su existencia en tanto permite su manutención, es
Muchas mujeres cogen en las demás fincas y tanto ese café que cogen se lo pagan, muchas
se dedican el verano a ganarse una platita y es el único tiempo que se genera aquí un
trabajo en el que usted como mujer gane dinero por recoger café y con eso uno se ayuda
en su dinámica de trabajo diaria para lograr cumplir con el trabajo doméstico y de cuidados, a la
vez que atienden sus siembras y acuden a las fincas cafetaleras. Es importante tener en cuenta que
esa jornada de trabajo implica para las mujeres un esfuerzo mayor, ya que han tenido que madrugar
para preparar los alimentos familiares y los que llevan al cafetal, además del trabajo doméstico
que generalmente efectúan al concluir su jornada como recolectoras, incluso otras mujeres asumen
las labores de cuido de sus hijas e hijos, lo cual implica para ellas también una mayor carga de
Me despierto a las cuatro de la mañana para hacer la comida y limpiar un poco la casa. A
las cinco y media empieza la jornada de recolecta hasta las cuatro o cinco de la tarde.
Para mí es muy cansado porque también tengo que hacer el oficio de la casa” (Flora,
Es muy cansado, es muy duro porque hay que irse desde la mañana y hasta casi la noche
y diay, yo al menos voy porque tengo a mi suegra viviendo cerquita y entonces ella me
cuida los bebés y yo me gano algo, pero sí es digamos muy cansado (Sara, comunicación
personal, 2022).
mujeres como ellos nos vamos al cafetal todo el día, solo venimos a la casa a comer, pero
la casa no se ordena ni se limpia como los días cuando no hay cogidas de café. (Inés,
Lo anterior forma parte de la diferencia en los roles de género según la división sexual
del trabajo que coloca en una condición de desigualdad y mayor explotación a la mujer respecto
al hombre, asumiendo formas de trabajo asalariado al tiempo que llevan a cabo las tareas de
reproducción social. De tal forma, el hecho de ocuparse de forma asalariada no implica para las
naturalizadas sociohistóricamente, por lo que suma un nuevo rol a su doble o triple jornada.
Esta desigualdad que viven las mujeres dentro del mercado de trabajo se expresa en que
dicha ocupación es vista como secundaria, pues su función principal se continúa encontrando en
infravaloración de su trabajo que se traduce en el acceso a labores estacionales o que tienen una
menor remuneración.
248
capitalista, muchas veces las mujeres cumplen la función de ser una especie de “ejército de
reserva” accesible al capital en momentos específicos según la demanda productiva. Este es el caso
de las mujeres campesinas que se incorporan, junto a otras poblaciones oprimidas, al trabajo de la
recolección, pues desde la lógica capitalista mercantil, su trabajo agrícola no es considerado como
productivo, por lo tanto, las oportunidades de trabajo asalariado a lo largo del año se centran en
recolección, debido a la necesidad de mano de obra para satisfacer la alta demanda productiva en
Aquí la mayoría del trabajo es de los hombres, entonces en la temporada de coger café
que son tres meses nada más la mayoría son mujeres, nicaragüenses y panameños (Clara,
Es la única época donde uno se puede ganar el cinquito nada más. Son veamos, es un
trayecto de tres meses, tres meses y medio a lo mucho y ya. (Flora, comunicación
personal, 2022).
excedente relativa como condición del modo de producción capitalista para la extracción de
de trabajo que van en detrimento de las conquistas y protecciones adquiridas” (Mallardi, 2015,
p.539). Esto permite que se aseguren las ganancias del sector cafetalero a expensas de los bajos
sufren las personas recolectoras, pues la apuesta de mercado y las estrategias globales de
249
encadenamiento productivo “no incluye la recolección, mucho menos a las manos que hacen
posible esta etapa de la producción. Formalmente, los recolectores no son reconocidos como
trabajadores y así lo sostiene el ICAFE, entidad estatal que representa al sector cafetalero” (Loría,
2012, p.261).
recolectoras, la ausencia de una normativa formal que regule y valide sus derechos y garantías
laborales se traduce en condiciones de explotación laboral que recae sobre una población ya de
por sí oprimida por el sistema social imperante como lo son las personas inmigrantes y las mujeres.
En esa línea, se asocia la reconversión productiva impulsada desde el Estado como uno
de los elementos que ha provocado una “asalarización de las mujeres en labores agrícolas. Dicha
extrema flexibilidad y explotación laboral” (Acuña, 2019, p.186). Las condiciones de trabajo bajo
las que las mujeres se incorporan a la recolección corresponden a altos grados de informalidad que
incluyen contratos verbales de forma temporal, además el pago se establece según los volúmenes
cosechados o a destajo que muchas veces resulta insuficiente para cubrir las necesidades de las
mujeres. Así lo expresa Sara, quien se dedica a la recolección en fincas privadas “recibo un pago
por cajuela que coja, sinceramente muy poco porque es bastante poco, es mal pagado”
(comunicación personal, 2022). Aunado a eso, algunos casos en los que la recolección se da en
fincas familiares propias no necesariamente garantiza que las mujeres tengan control y autonomía
en cuanto al uso del dinero que genera su trabajo. Al respecto, Inés comenta que el dinero de la
recolección “es para la familia, lo que le genere dinero a mi esposo es para la casa” (comunicación
personal, 2022).
250
mujeres, si no que profundiza la carga de trabajo de las mujeres al tiempo que resulta insuficiente
campesina. Sobre esto, Clara indica que “las dificultades más grandes que tenemos nosotras en el
campo, es que en el tiempo de digamos después de la recolecta de café no hay trabajo para una
laboral, baja remuneración y absoluta desprotección a sus derechos; las dinámicas familiares no
cambian pues las mujeres continúan asumiendo el trabajo reproductivo antes, durante y después
subordinadas a los hombres y a sus salarios, aunque su trabajo brinde las condiciones necesarias
nuestra libre reproducción o la de otros según nuestros deseos” (Federici, 2013, p.164). Al
En el campo uno como mujer se convierte en esclava (…) ¿porque como esclava? porque
es la primera que se levanta y es la última que se acuesta, nunca tiene una vacación, nunca
descansa y nunca tiene un salario. Entonces para mí yo hago el trabajo en la casa y cocino
Es decir, el trabajo de las mujeres está sujeto a la coacción que se deriva, siguiendo con
Federici (2013), “del hecho de que su producto debe satisfacer los requerimientos del mercado de
251
trabajo” (p.164), cuyo resultado es un sistema desigual que profundiza la opresión hacia las
mujeres y se traduce en una pérdida de libertad y autonomía, al tiempo que su trabajo permite la
femenino periódicamente da lugar a “crisis de cuidados, que agotan a las mujeres, devastan
familias y tensan las energías sociales hasta un punto de ruptura” (2019, p.58). En ese sentido,
algunas de las mujeres expresaron su cansancio respecto al trabajo cotidiano y a las relaciones que
mantienen con sus parejas, ellas consideran que el peso de la reproducción ha crecido en los
últimos años y se ha convertido en una carga en algunos casos insoportable. Sobre esto, Clara
manifiesta:
Todo llega a un límite. El trabajo de la casa yo lo siento ahora en estos años como que
más agotador, y digamos casi que los matrimonios que ahorita están somos de esas
mujeres que le ponen la carga y aguanta, pero todo llega a un límite (comunicación
personal, 2022).
en particular expresada en los diferentes espacios en los que se relacionan: familia, comunidad,
trabajo y Estado, pues a pesar de que se han dado algunos cambios en el plano social y legal
patriarcal violento, opresivo, explotador y abusivo en el que el trabajo de las mujeres es visto como
mero subsidiario de los hombres y del mercado a pesar de ser, como ha sido desarrollado en este
Como plantea Fraser (2015) la separación irreal entre lo productivo y reproductivo ignora
la realidad cotidiana y funciona como argumento para la privación de las mujeres a los medios
materiales necesarios para la subsistencia, así como para justificar los recortes del gasto público
iniciados desde los ochenta con los Programas de Ajuste Estructural, los cuales han repercutido en
la devaluación de las prestaciones sociales que suelen ser compensadas con el trabajo femenino
doméstico y de cuidados.
implementadas por los gobiernos durante los últimos cuarenta años defienden la eficacia y el
mérito productivo de las mujeres campesinas justificando su valor para el desarrollo, sin embargo,
hacen caso omiso a las relaciones desiguales de poder que viven las mujeres dentro de los hogares,
la doble o triple jornada de trabajo que asumen por el trabajo reproductivo, las desigualdades que
donde el mercado aparece como la solución más eficiente para acceder a los recursos. Por lo tanto,
se presenta una sociedad de los individuos que promueve la competencia y la apertura de mercados
como la vía para el bienestar, sin embargo, su resultado ha sido la proliferación de los poderes
253
monopólicos con todas sus consecuencias sociales, ecológicas, económicas y políticas (Escalante,
entendida de forma lineal. De ahí que el neoliberalismo en tanto proyecto político y económico
del capital ha configurado una racionalidad instrumental y una dinámica social que profundiza la
a su paso bajos salarios, altas tasas de desempleo, recortes en la inversión social y una generalizada
destrucción ambiental que afectan la subsistencia de las familias y las comunidades. Como
resultado, muchas de las responsabilidades sociales del Estado han sido trasladadas sobre las
familias, obligando especialmente a las mujeres a soportar todo el peso de la reproducción social
Estado, pues tal y como fue planteado por Poulantzas (1972) desde ese espacio se obedece a
intereses materiales e ideológicos concretos que benefician a ciertos grupos sociales en detrimento
de otros. De manera que, la forma política del Estado actual se concretiza en la política pública
que, para el caso del agro costarricense, se ha caracterizado por un desmantelamiento de la función
social estatal y una reconversión productiva que debilitó la agricultura campesina al promover un
capitalismo ejerce sobre los medios de vida, lo cual profundiza las vulnerabilidades históricas
caso de la población campesina y de las mujeres particularmente, cuyos procesos vitales se han
políticas extractivistas, que provocan una creciente afectación medioambiental a causa del modelo
productivo agroindustrial. Al respecto, las mujeres que habitan en San Jerónimo refieren que:
Aquí no viene carro de la muni, la mayoría de la gente queman la basura, vieras en este
barrio como la gente sufre de asma; yo lo hago todo en sacos y apenas se puede voy a
dejarlo allá en San Marcos, yo creo que eso es prohibido y sí es más trabajo y tiempo,
personal, 2022).
tratamiento de desechos se traduce en una carga mayor de trabajo para las mujeres, visible tanto
en las estrategias para resolver esa situación como en los cuidados de salud a familiares a causa de
padecimientos derivados de la contaminación del aire. Aunado a eso, todas las mujeres
Aquí vino el ICE a hacer una represa, toda esa agua va para el Carmen de Parrita, la de
nosotros son nacientes, muchas están secas ya y el agua muy limpia no está porque todos
255
esos químicos que hay en los cafetales caen en las poquitas nacientes que nos quedan
agroindustrial pues, como ha sido señalado en ocasiones anteriores, este demanda el alto uso de
agua para riego y contaminantes agrotóxicos que afectan las condiciones medioambientales en
miles de comunidades. Según CIM-OEA (2020) en América Latina, solo el 20% de mujeres en el
campo tiene acceso a agua potable, lo cual tiene efectos condicionantes en la reproducción social
En la línea de las implicaciones en la salud mencionadas por las mujeres, también indican
que “a nosotras lo que nos cuesta mucho es atendernos en la salud, eso es lo que más nos cuesta”
(Inés, comunicación personal, 2022). Las mujeres refieren tener un acceso limitado a la atención
sanitaria debido a la centralización de los servicios de salud pública lejos de la periferia rural, por
lo que deben trasladarse al hospital Max Peralta Jiménez, para atender situaciones especializadas
como por ejemplo “si uno está embarazado tiene que ir hasta Cartago y es complicado, pero por
algunos casos de afecciones derivadas de diversos tipos de cáncer que proliferan en la zona no son
tratadas o deben esperar mucho tiempo para ser atendidas. Cabe resaltar que en la comunidad de
San Jerónimo el servicio de transporte funciona una vez al día, por lo que, para movilizarse,
generalmente las mujeres deben gestionar bajo sus propios recursos el traslado al centro de salud.
El deterioro del sistema de salud pública es una consecuencia de las políticas de ajuste
que afectan de manera particular a las mujeres campesinas, pues dicho proceso no sólo resultó en
contaminante en las comunidades rurales, donde también bajo la lógica patriarcal de género se ha
descargado sobre las mujeres la responsabilidad de los cuidados y reproducción familiar y social.
por determinantes como el trabajo, la salud sexual y reproductiva, el medio ambiente, la pobreza,
las relaciones patriarcales y los servicios de atención sanitaria, es decir, son determinantes
que el acceso a bienes productivos como la tierra y recursos asociados a ella, inciden en que
Lo anterior es parte del contexto en que se desenvuelve la vida de las mujeres que habitan
expansión del monocultivo de café, no obstante, ese desequilibrio socioecológico se vio acentuado
profundamente en los últimos dos años a causa de la crisis sanitaria que se experimentó ante la
ambientales, alimentarias, económicas y sociales (Catalán, 2020). Uno de los rasgos más
preocupantes que sobresalen en esa línea es que gran parte de la población se encuentra en una
situación crítica en relación con el trabajo, lo cual deteriora las condiciones materiales necesarias
para hacer frente a las necesidades que emanan de la crisis económica, ambiental y sanitaria, siendo
aún más apremiante en el caso de las mujeres campesinas. Ya que antes y durante la pandemia, las
22
Declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo del 2020.
257
La pandemia por COVID-19 profundizó tanto las inequidades de género en las zonas
rurales, como las desigualdades entre la agroindustria y la agricultura familiar campesina, debido
cuenta Inés,
que empezó la pandemia no se pudieron traer casi peones entonces la gente tuvo que irse
a los cafetales digámoslo así la mayoría de las mujeres, los colegiales, escolares, y aunque
está por el gobierno muy tallado llevar a los pequeños, los menores de edad, había que
que se enfrentan las mujeres, jóvenes y la niñez que habitan el medio rural, supuso un mayor riesgo
para estas personas al estar en contacto directo con focos de infección. Esto se relaciona de igual
modo con el trabajo de los cuidados y doméstico que tuvo un aumento durante la pandemia, pues
el contagio de familiares y personas dependientes, así como las medidas extendidas por los
confinamiento:
me dé café, que me haga una cosa, que la otra, atenderlos cuando se enfermaron, aquí
pasaban los chiquitos porque la mamá23 en la casa no los podía tener, que me hacen
23
Se refiere a su hija.
258
De esa forma, las mujeres debieron adaptar sus jornadas de modo que pudieran atender
las necesidades que emergían al encontrarse todos o varios miembros del núcleo familiar en el
mismo espacio durante la mayor parte del día; simultáneamente fueron cocineras, maestras,
cuidadoras, costureras, limpiadoras etc., a la vez que continuaron cuidando las siembras y los
animales para la provisión de alimentos. De manera que, los cuidados jamás se han detenido, por
el contrario, “permitieron que la vida siguiera funcionando cuando las economías asalariadas y la
vida pública se congelaron momentáneamente” (Catalán, 2020, p.9). Aunado a eso, la desigualdad
en la división sexual del trabajo, el deterioro los sistemas públicos del cuidado y el despojo de los
bienes necesarios para la subsistencia implicaron en las mujeres una sobrecarga de trabajo y una
En ese sentido, las mujeres enfatizaron que sus condiciones de vida actuales se
producción de café a gran escala, por lo que tanto ellas como sus familias cuentan con escasos
Al respecto, la principal carencia que señalan las mujeres está relacionada con la tierra,
sostienen que “a los pequeños agricultores nos cuesta mucho, porque nosotros, aunque tengamos
cafecito y aunque nos pasemos trabajando en eso cuesta bastante, hay que tener mucha tierra,
producción agrícola en San Jerónimo que se ha profundizado durante la última década a razón de
259
las políticas agrarias dirigidas al sector y las presiones del mercado, lo cual ha estado
esparcido en gran manera, al menos para uno mujer ya no hay adónde sembrar otra cosa, ya solo
café y café” (comunicación personal, 2022). Esta afirmación señala una brecha de clase y género
despojado a las mujeres de los bienes necesarios para las labores socioreproductivas asociadas a
diferenciaciones cristalizadas, entre otras formas, en el acceso a la tierra “como parte de un proceso
estructurales.
Aquí de unos diez años para atrás todo es café, ahora si usted se va verá que hay café
sembrado hasta en la cuneta, ahora hay mucha tierra en pocas personas, muchas son
personas que tienen abundancia económica porque tienen mucho, porque ellos sí pueden
comprar y hay gente que tiene que vender lo poquito que tiene para poder sobrevivir y se
24
Término acuñado por David Harvey (2003) como metáfora de las soluciones a la crisis capitalistas a
través de “aplazamientos temporales y expansiones geográficas. La creación de espacio, la organización de divisiones
territoriales del trabajo totalmente nuevas, la apertura de nuevas y más baratas fuentes de recursos, de nuevos espacios
dinámicos para la acumulación de capital, y la penetración en estructuras sociales preexistentes de las relaciones
sociales capitalistas” (p.2).
260
menciona:
Aquí ha venido gente de afuera y adquirido terrenos grandes, los que han tenido algunos
han vendido, otros siguen con la misma magnitud de tierra solo que para sembrar café
porque lo que es San Jerónimo para poder vivir de la agricultura ahora usted tiene que
Depende con lo que se abone, con lo que se atomice, por supuesto que vamos a tener
muchos daños, tanto en la tierra como en el cultivo de café, el café que se produce aquí
ahora va con mucho químico para que produzca más, ese café está envenenado podríamos
La especialización también tiene un impacto directo sobre la división social del trabajo y
la fuerza de trabajo agrícola. Al respecto, Kay (2009) explica que el proceso de globalización
compráramos una máquina de esas de bombas estacionarias porque eso facilitaría el trabajo del
atomizo, pero nosotros no tenemos tanto café para eso como la otra gente25” (Comunicación
productividad y adaptación a las nuevas tecnologías homogenizando las prácticas agrícolas, sin
tomar en cuenta los intereses y necesidades de la pequeña producción campesina, lo que acentúa
monocultivo, se identifica como una de la causas de la desigualdad en el acceso a la tierra para las
mujeres, puesto que reduce su uso a formas que “dinamicen” la producción, generalmente
entendidas con un sesgo de género lo cual “se evidencia a lo largo de la construcción histórica de
los derechos agrarios para unas y otros” (Castillo, 2015, p.22) ya que las mujeres han tenido una
25
Se refiere a las personas que siembran en gran escala y utiliza los agrotóxicos en sus siembras.
262
mayor participación en prácticas agrícolas no intensivas, de modo que los cambios que se han dado
Por ello, es necesario definir la relación entre el acceso a la tierra para las mujeres y su
autonomía desde una lectura feminista, es decir, aproximarse a la tierra más allá de su función
cotidiana de las mujeres, sus familias y comunidades (Acuña, 2020). En relación con lo anterior,
es fundamental comprender por qué a pesar de los avances en materia legal para que las mujeres
La cifra anterior revela que ni las reformas agrarias de la segunda mitad del Siglo XX
implicaron una ampliación de tierra para las mujeres; ni tampoco la inclusión subordinada de las
mujeres en las políticas de desarrollo agrario de las últimas décadas pues, como ha sido expuesto
esposas e hijas.
acentuado la brecha de género26 en el acceso a la tierra, estos han adoptado la forma institucional,
a través de las políticas agrarias, e ideológico-cultural en relación con las tradiciones familiares de
herencia de la tierra y la ilegitimidad social asignada a las mujeres como productoras agrícolas.
principales obstáculos que las mujeres encuentran para acceder a la tierra en titulación y condición
26
Es definida como la diferencia observada entre hombres y mujeres en cuanto al acceso, uso y tenencia
de la propiedad agropecuaria (Acuña, 2020).
263
de propiedad para desarrollo productivo y habitacional, pues esta entidad no permite que las zonas
el campo según los criterios de separación entre el trabajo productivo y reproductivo. Pues se
ignora la contribución económica de las actividades agrícolas que las mujeres realizan en los
predios familiares y unidades domésticas, así como la tendencia global para las mujeres a tener
acceso mayoritariamente a espacios productivos pequeños como huertas, jardines y corrales con
animales para el consumo del hogar (Deere y León, 2000) pues la desigual distribución en el
mayor extensión y tener los recursos económicos suficientes para poder realizar la compra de
Así, el poco o nulo reconocimiento social sobre el trabajo de las mujeres campesinas se
la tierra para las mujeres. A propósito, SEPSA (2020) brinda datos alarmantes que evidencian un
registradas, el 84,4% están dirigidas por hombres, mientras que solo el 15,6 % están dirigidas por
mujeres. Asimismo, del total de títulos de propiedad con fines agropecuarios únicamente el 8,1%
están a nombre de mujeres, además los datos institucionales reportan que las mujeres solo
cotidianidad de las mujeres representan diferencias cualitativas que acentúan los mecanismos de
opresión capitalistas y patriarcales que impiden a las mujeres desarrollar sus vidas en condiciones
óptimas, pues la falta de tierra significa para ellas pérdida de autonomía en las decisiones sobre
264
los espacios que habitan, así como la imposibilidad de sembrar los alimentos necesarios para
garantizar la seguridad alimentaria para ellas y sus familias, y una continua dependencia
económica hacia las figuras masculinas, generalmente reconocidos como propietarios legítimos de
los terrenos.
En relación con lo anterior, las mujeres comentan que en San Jerónimo la mayoría de las
familias cuentan con escritura propia de los terrenos para producción y vivienda, sin embargo, en
el caso de ellas ninguna figura como propietaria de la tierra, en general afirman que la vivienda
“está a nombre de mi esposo, la tierra que trabajamos también” (Flora, comunicación personal,
2022). Solamente dos de ellas mencionaron poseer escritura de vivienda y cuentan para sembrar
con un limitado espacio alrededor de sus casas. No obstante, estas últimas indican que sus
propiedades aún no completan el debido proceso legal y ambas aún se encuentran ligadas en cierto
Yo le ayudaba a mi papá en el cafetal, pero mío mío no, ese terreno se lo dejaron a mi
hermano, a mí este, donde está la casa (…) por falta de dinero quedó en sucesión y no
El terreno todavía no tiene escrituras, está a nombre de un tío, la casa sí está a nombre
A partir de las afirmaciones anteriores se puede ver que a pesar de que la participación
de las mujeres es crucial en el espacio rural no hay una superación en las dificultades para acceder
a la tierra y los pocos casos que la tienen, tienden a ser de menor extensión o destinadas para uso
habitacional. De acuerdo con FAO (2011) esa tendencia suma limitantes para acceder a insumos
y crédito para trabajar la tierra. Las mujeres productoras que reciben asistencia técnica en Costa
Rica representan solo el 3,1%, mientras que en el caso de los productores es un 16,6% según la
265
SEPSA (2020). Las mujeres agregan un elemento más en ese sentido, ya que al no ser reconocidas
como propietarias de la tierra comentan que “las decisiones [respecto a la finca] casi que las toman
solo los hombres” (Clara, comunicación personal, 2022), de manera más específica “mi esposo
porque él es el que sabe y me dice si le puedo ayudar” (Flora, comunicación personal, 2022).
Lo anterior devela no sólo una limitación en el uso de la tierra para fines productivos o el
desarrollo libre de otras actividades, también significa que las mujeres no tienen control sobre ella
pues no deciden cómo se usa, generalmente eso se asocia con no obtener retribución económica
de lo que allí se produce, como menciona Clara “nunca me pagaron porque todo el tiempo la paga
las mujeres para decidir, las mujeres mencionan que no cuentan con el recurso económico para la
compra de tierra, por lo que identifican la herencia familiar como el único mecanismo que conocen
para acceder a la tierra de forma individual, Emma refiere que “aquí más que todo es por familias,
osea, como las herencias de los papás y entonces casi siempre a las mujeres les toca más como
para que hagan una casita, los hombres siguen con el cafetal” (Comunicación personal, 2022).
En la afirmación anterior sobresale el sesgo de género con el que las mujeres son
heredadas, pues se tiende a asumir que el trabajo agrícola corresponde a los hombres y se
invisibiliza las actividades que las mujeres históricamente han desarrollado para proveer de
alimentos y cuidados a sus familias y comunidades, pues estas tareas son relacionadas con el
concentración de tierra para fines de producción a gran escala, que ya de por sí las mujeres han
café ha implicado para ellas y las personas que habitan en San Jerónimo. En dicho proceso
trabajo de la reproducción social, sin control de la tierra, de las actividades productivas, de sus
tiempos, espacios e incluso de sus cuerpos y vidas, con ello se ha mantenido y profundizado la
Según SEPSA (2020) un 36,9% de las mujeres que habitan en las zonas rurales del país
aseguran que no tienen un trabajo remunerado porque las responsabilidades familiares de cuido
les impiden mantener un empleo fuera del hogar, sin embargo, en ocasiones la necesidad de recurso
económico para cubrir algunas de sus necesidades básicas conduce a las mujeres a optar por un
trabajo asalariado que muchas veces se da bajo condiciones de flexibilidad laboral y bajos salarios.
La recolección de café es un buen ejemplo para analizar esta situación, como fue expuesto
en el apartado anterior. No obstante, aun cuando ellas reciben un pago, expresaron que no siempre
deciden de forma autónoma qué hacer con el dinero, frecuentemente lo invierten en necesidades
de la familia, rara vez, manifestaron algunas “se da uno un gustito propio” (Sara, comunicación
personal, 2022).
Asimismo, en las fincas familiares con frecuencia el producto recolectado por las mujeres
se suma a la recolección general y en consecuencia no reciben pago por ello, esto supone en las
mujeres una invisibilización de su trabajo al tiempo que profundiza las relaciones de poder en
antoje de algo si él no tiene dinero yo jamás se lo puedo pedir, mientras que si usted
trabaja fuera del lugar usted tiene su propio dinero (Comunicación personal, 2022).
267
Con ello, como plantea Deere y León (1987) se evidencia que la división de género está
subsumida en las propias características de las actividades productivas. Lo cual, al tiempo que
limita la autonomía decisional y económica de las mujeres, supone una recarga en sus labores
reproductivas, pues a pesar de laborar en los cafetales las continúan asumiendo. Emma describe
que llevar a cabo esa dinámica de trabajo es “muy agotador, es muy cansado porque cuando es la
recolección del café uno tiene que llegar a hacer el oficio, y hacer la lavada de la ropa y todo, todo
Lo anterior, permite comprender que ellas no separan las labores de cuido, preparación
de alimentos y limpieza del trabajo en el campo, el cual incluye la recolección, pero también el
cuido de las siembras y de los animales, por eso, en un contexto profundamente desigual en donde
no pueden controlar verdaderamente la tierra y sus cultivos, en medio de altos niveles de pobreza
Al respecto, las mujeres señalan la importancia que tiene la producción de alimentos para
la subsistencia, pues “uno no pasa necesidades de comida porque aquí siembra, recoge frijoles,
recoge el café” (Inés, comunicación personal, 2022), también mencionan que “por lo menos va
uno y saca una yuquita o un plátano y con eso comemos, me encuentro unas papas de ñampí con
un culantro y algo más y es una excelente comida” (Flora, comunicación personal, 2022). La
mayoría resaltaron mantener una huerta en sus patios, generalmente “por la falta de agua la
hacemos en invierno, la hacemos para consumo nuestro” (Sara, comunicación personal, 2022).
modelo dominante, también permite a las mujeres agudizar su reflexión sobre la forma de
biodiversidad. Ellas cuestionan que el monocultivo de café “tiene mucho químico, mientras que si
se trabajara orgánico todo eso tiene un montón de beneficios para la tierra, mientras que la
herbicida que venden, eso cada día esteriliza más la tierra” (Inés, comunicación personal, 2022),
están talando lo que es el bosque, no están pensando en el futuro, ni el agua que se está
disminuyendo demasiado (…) están sembrando solo café y no cultivan otros productos
como la yuca o la papa o todas esas cosas que se pueden consumir durante todo el año
Desde ahí, según Bonilla (2017), se redimensiona su relación con la tierra pues a
diferencia de lo que quieren los hombres y lo que impone la dinámica capitalista, la mayoría de
las mujeres campesinas apuestan por la tierra para la reproducción de la vida por eso, como Sara,
algunas expresan que “la Naturaleza hay que cuidarla sembrando y cuidando los ríos, las nacientes
de agua, que no se sequen” (Comunicación personal, 2022); apelan a que las personas de su
comunidad comprendan que “para poder tener agua tenemos que tener montaña, tenemos que tener
bosque y entonces todo es café, y después de eso la contaminación del agua por medio de los
Asimismo, la relación con la tierra desde una lógica que no implica verla como recurso
Compartimos entre todas lo que tenemos como aquí no falta qué se siembre: guineos,
plátanos, limones por todo lado. Entonces uno reparte o cambia con otras mujeres de lo
269
que tenga sembrado, también semillas si hay de una que uno no tiene, así por el estilo
Así, las mujeres desempeñan una función primordial en la fuerza de trabajo rural y en el
tejido comunitario, por impulsar otra lógica de relacionarse socialmente que estrecha los lazos de
solidaridad, pero fundamentalmente por asumir la mayor parte del trabajo socio-reproductivo
mediante la provisión de alimentos, ropa y abrigo para sus familias, y por hacer frente a la sequía,
Bhattacharya y Fraser, 2019) en medio de una crisis ecológica que afecta generalizadamente a la
población y que se encuentra estrechamente relacionada con el capitalismo, a la vez que profundiza
la opresión de las mujeres. Pues los mandatos de poder que mantienen las relaciones de dominación
y explotación entre las personas y la Naturaleza ejercen una mayor violencia y desigualdad sobre
las poblaciones que enfrentan mayores vulnerabilidades según su condición de clase, género y
etnia.
sembrar y cosechar alimentos sanos y suficientes, de consumir agua limpia, de mantener cuerpos
sanos, de tener el derecho a la tierra; limita su autonomía productiva y por lo tanto el acceso a
recursos económicos para cubrir sus necesidades. Además, las dificultades en la provisión de
servicios de cuidado, salud y transporte público, así como el deterioro en la infraestructura rural
una especie de falla transitoria en el sistema capitalista, significa que la violencia de género es una
270
condición intrínseca de éste, por tanto, “tiene raíces estructurales muy arraigadas en un orden social
que entrelaza la subordinación de las mujeres con la organización del trabajo de género y la
se sostiene, a la vez que somete a las mujeres mediante el despojo de sus bienes y el control de sus
cuerpos.
En ese sentido, Flora señala que la violencia contra las mujeres actualmente se expresa
por medio de “golpes y también de necesidades básicas, eso es violencia pienso, que una mujer no
tenga lo necesario para vivir” (Comunicación personal, 2022). Lo cual, permite comprender que
sociedad capitalista y que integra formas coercitivas de sometimiento con el despojo de los medios
de vida. Por ello, para las mujeres, la liberación de todas las formas de violencia capitalista y
patriarcal converge con la posibilidad de garantizar plenamente sus condiciones materiales de vida.
capitalista las condiciones de vida están determinadas por la producción y reproducción de la vida
En ese sentido, en el presente apartado se busca analizar la praxis cotidiana de las mujeres
de la fuerza de trabajo sobre la base sociohistórica del capitalismo y el patriarcado. Pues es en esa
praxis donde las mujeres desarrollan diversas actividades necesarias para el sostenimiento diario,
que a su vez configuran pensamientos, discursos y subjetivaciones a través de las cuales dan
271
sentido a su realidad inmediata y actúan sobre ella. Es decir, en la vida cotidiana se establece una
relación dialéctica entre la dimensión material y el mundo de las ideas a partir del lugar que ocupan
en la sociedad de clases.
Esa postura analítica permite reflexionar acerca de las relaciones que las mujeres, en tanto
seres sociales, establecen entre sí y con su entorno en el marco de la formación social capitalista,
y con ello dimensionar los vínculos que se desarrollan con los elementos objetivos determinantes
para la reproducción cotidiana. Es decir, se trata de una aproximación a la vida cotidiana que
representaciones sociales que se explican a partir del modo dominante de organización social.
pues en el diario vivir convergen relaciones materiales e ideológico-culturales desde las cuales se
incluir la categoría “cuestión social” como elemento analítico particular del horizonte que
las mujeres campesinas transversada por relaciones de opresión y explotación que forman parte de
las contradicciones que emanan de la relación entre el capital y el trabajo. En tanto se comprende
que el proceso de acumulación tiene efectos condicionantes sobre el sistema como un todo; ahí se
encuentra el vínculo con la familia, el Estado y la comunidad como espacios donde se expresan
272
prácticas y discursos que reproducen la opresión y explotación de las mujeres, y que se presentan
análisis dialéctico de su realidad concreta como parte de un todo social, esto es: “la totalidad del
mundo que se revela en la historia por el hombre [y la mujer], y el hombre [y la mujer] existente
en la totalidad del mundo” (Kosik, 1967, p.220). En otras palabras, tanto las actividades que
desarrollan las mujeres en su diario vivir, como las reflexiones acerca de su trabajo doméstico y
en el campo, las estrategias de sobrevivencia, las necesidades que enfrentan, sus relaciones de
pareja y familiares, etc., dan cuenta de la particularidad histórica del sistema social imperante y
del lugar que ocupan en la jerarquía social a partir de las relaciones de opresión de clase y género
Según Mallardi (2015) la vida cotidiana presenta una estructura general que encuentra su
fundamento en las necesidades de la reproducción social, ahí los discursos patriarcales sobre la
base de la división sociosexual del trabajo han asignado a la mujer como la principal encargada de
las tareas reproductivas, las cuales se desarrollan principalmente en el espacio doméstico. En ese
A uno como mujer le toca digamos todo el trabajo en la casa, la mayoría aquí27 más que
todo somos amas de casa, con los niños, atender el esposo, todo ese trabajo me toca a mí
De lo anterior se comprende que el trabajo que realizan las mujeres corresponde a un rol
asignado, no elegido libremente, que se cumple dentro del hogar e incluye principalmente a la
27
Se refiere a la comunidad de San Jerónimo.
273
familia. Se trata de un mandato de subordinación que coloca a las mujeres en una vida sobre la que
¡Cuántas cosas yo pudiera hacer si yo pudiera! Porque mi sueño siempre fue el ser
misionera, pero al estar yo casada estoy limitada, amarrada de pies y manos (…) cuando
tiranía de un poder impersonal que dicta a cada individuo su comportamiento, su modo de pensar,
sus gustos y su protesta contra la banalidad” (Kosik, 1967, pp. 97-98). Por tanto, la familia es la
primera aproximación cotidiana a analizar para reconocer los mecanismos de opresión presentes
“catalogando la reproducción social como territorio de las mujeres dentro de la familia privada”
(Arruzza y Bhattacharya, 2020, p.117), esto implicó el ideal de separación entre lo “productivo” y
“reproductivo” y con ello ciertas ideas y patrones asociados a lo doméstico que presentan como
natural que la función principal de las mujeres se encuentre aislada de lo productivo. Así, las
mujeres hemos sido forzadas a realizar un trabajo que no se considera socialmente como trabajo
calificado: parir, criar, cuidar, alimentar, servir. Al respecto, la siguiente analogía revela el carácter
de dominación que significa para algunas mujeres el trabajo dentro del hogar:
Yo veo películas a veces de gente esclava que trabajan y trabajan y trabajan y nunca
tienen un salario, ni nunca tienen una vacación y esa es la vida de uno, aquí en la vida de
Lo que Clara describe señala precisamente la forma de explotación que toma su trabajo
en el capitalismo, pues su valor ha sido oculto por el capital y desde ahí se ha consolidado la
subordinación e infravaloración social del trabajo femenino y de la mujer. Al respecto, las mujeres
participantes de esta investigación admitieron asumir casi el cien por ciento del trabajo doméstico,
enfatizando la falta de apoyo de sus familiares, especialmente de sus parejas, en dichas actividades;
una de ellas señala que “a uno le toca todo lo de la casa y ellos28 no sé si es que no le toman
importancia o creen que el trabajo de la mujer es más liviano” (Emma, comunicación personal,
2022).
ideológico-cultural que el capital ha configurado alrededor del trabajo doméstico, ya que al ser
instaurada la estructura familiar el capital “liberó” al hombre de las funciones domésticas para que
éste destinara sus fuerzas para la explotación directa, es decir, quedó libre para "ganar" lo suficiente
para que una mujer lo reproduzca como fuerza de trabajo (Dalla Costa, 1972). Entonces, la
infravaloración social y familiar de su trabajo, y el poco apoyo que reciben en las actividades
domésticas de parte de sus esposos no se debe a que la mujer trabaje menos, que no se canse o que
su trabajo sea más liviano o menos importante, si no que este ha sido presentado como un servicio
natural al que el capitalismo necesita vaciar de valor y naturalizar para lograr la reproducción de
acumulación de capital.
un problema que debe gestionar internamente, esto ha fortalecido los lazos familiares dependientes
28
Se refiere a los hombres.
275
a la reproducción física, mental y emocional a tal punto que para algunas mujeres su función social
y familiar corresponde a ser “un complemento del hombre, entonces que la mujer haga sus labores,
que se sienta realizada y feliz complementa el trabajo del hombre” (Inés, comunicación personal,
2022).
Lo que menciona Inés, es resultado del largo proceso histórico del patriarcado en el
disciplinamiento de las mujeres que ha hecho posible el desarrollo del capitalismo, pues en lo
configurando las ideas que permiten explicar su existencia y las características de su entorno. Así,
productivo adquiere un mayor valor tanto económico como social, de ahí que al trabajo de las
mujeres dentro del hogar se le atribuya un nulo o menor valor, considerándose inferior en la
jerarquía social y familiar, por lo tanto, aparece bajo la forma de secundario o complementario, y
Para que esto suceda es fundamental que se asimile con naturalidad la división de roles
de trabajo. Precisamente esto se encuentra presente en la manera en que Sara se refiere a las labores
que realiza en su hogar: “lo hago por amor como dicen y es lo que me enseñaron desde pequeña,
atender a los hombres cuando vienen de trabajar” (Comunicación personal, 2022). En la familia,
por tanto, se asegura la reproducción física de la fuerza de trabajo y el disciplinamiento de los seres
sociales.
pensamientos, etc., es decir, el cuerpo forma parte de un proceso de construcción social donde se
le atribuye un simbolismo que se percibe como natural. Según Bourdieu (2000) las funciones de
la reproducción biológica han sido instrumentalizadas para validar la organización sociosexual del
trabajo, se trata de una construcción social arbitraria de lo biológico que se expresa en el cuerpo
en el siguiente comentario:
El ser mujer es una obra maravillosa de parte de Dios y un gran privilegio, muy cansado
como le decía al inicio porque es demasiado el trabajo que uno tiene como mujer en todo
el sentido de la palabra, pero es maravilloso saber que uno pudo cargar con los hijos, y
cuando una mujer da a luz y dicen: ¡es una chiquita!, ya uno lo sabe que esa bebé con el
pasar de los años es una que va a ser mamá también y la obra sigue creciendo y la
prácticas y pensamientos que develan el carácter social, histórico y cultural de “lo femenino”. En
ese sentido, lo que hace femenina a una mujer es “la educación recibida, las prohibiciones, las
prescripciones normativas, los condicionantes que desde el nacimiento recibe la que está destinada
través del género como constructo social que refuerza un sistema normativo de la moralidad de la
mujer, que devela que la sujeción de las mujeres no es algo natural y tampoco la violencia
masculina.
En esa línea, Clara relata cómo percibe los mandatos de la femineidad en su diario vivir:
277
dejar ir a trabajar porque “¿para qué?” que yo “no necesito”, que yo “tengo todo”, pero
no lo tengo todo, yo necesito salir, encontrarme con gente diferente, entonces vienen los
reclamos: “que el trabajo suyo es estar en la casa, es tener las cosas en la casa, como tiene
que ser, no es tampoco de andar en la vecindad y si va sabe que tiene que estar a tal hora
en la casa” y le ponen reglas, porque a uno le ponen reglas (…) yo cuido un viejito verdad,
y ahora llegué, me lo encontré llorando porque mi esposo le dijo que, que no iba a dejar
el control de los cuerpos, trabajo, espacios y deseos de las mujeres, se trata de un disciplinamiento
que en el capitalismo se instaura a través de los hombres y se logra imponer en los diferentes
espacios de la sociedad. Bourdieu (2000) afirma que “el orden social funciona como una inmensa
máquina simbólica que tiende a ratificar la dominación masculina en la que se apoya” (p.22), así
y su entorno. Por eso, cuando alguna acción o deseo de las mujeres amenaza la estabilidad
sistémica y genérica, se considera como una anomalía y suele estar acompañado de una sanción
social “a mí, que yo estoy estudiando la idea mía es obviamente di, después trabajar, me critican
por eso, porque dicen que yo voy a abandonar a mi esposo y que voy a abandonar a mi hijo y
disponibles para el trabajo socioreproductivo se dan por supuestas, se las considera ‘dones’
278
Bhattacharya y Fraser, 2019, p.63). Se parte del supuesto de que siempre habrá deseo, energía y
tiempo suficiente para llevar a cabo la producción de personas y los trabajos de reproducción social
Al respecto, Sara comenta que debido a la educación que ha recibido, para ella ser mujer
es “algo hermoso, algo que no se compara porque damos vida, tenemos una fuerza que no se
2022). En esa afirmación se destaca una eternización de la naturaleza biológica de la mujer como
construcción social que internaliza el ejercicio de poder, es lo que Bourdieu (2000) denominó
violencia simbólica, es decir, cuando quien vive la dominación la reconoce como algo natural e
incuestionable.
Así, pensar que las mujeres siempre van a cumplir con el rol familiar y social asignado
oculta las relaciones de explotación y opresión que existen alrededor de lo “femenino”, esto
conlleva a que las mujeres reproduzcan en su cotidianidad las propias relaciones de dominación
Sobre esa línea, Castillo (2015) destaca que existe un “paralelismo entre la reproducción
las mujeres hemos sido simbólicamente asociadas con la Naturaleza, así, si en la racionalidad
mujeres. De modo que, como la Naturaleza, la mujer se vuelve un recurso a conquistar y explotar,
279
lo cual denota la relación de dominación de los cuerpos de las mujeres y de la Naturaleza como
De acuerdo con lo anterior, se puede entender además la configuración del despojo que
viven las mujeres en el campo, pues habitan un espacio altamente contaminado por las formas
limitación para las mujeres de conservar los bienes necesarios para la vida y refuerza las relaciones
de dominación a las que están sometidas. En palabras de Arruzza (2010) “no existe una definición
de la mujer y de lo que se supone que debe ser su esencia que no sea un producto a su vez de este
monopolio masculino y de una paralela exclusión sistemática de las mujeres” (p.94). Así, la
dinámicas sociales y mercantiles dominantes la contribución social y económica que realizan las
profundización de mecanismos de opresión en los diferentes espacios en los que las mujeres
desarrollan su cotidiano. Por ejemplo, las mujeres mencionan que, a nivel comunitario, en San
En cualquier junta del pueblo tiene que haber mujeres porque si no, no es aceptada porque
ahora es un requisito, entonces en cuanto eso es lo único en que participan las mujeres,
establecido que las mujeres no deben participar de ciertas actividades o emitir ciertas opiniones
asociadas al espacio público, pues su lugar corresponde a lo privado. Esto refuerza el poder que
280
ejercen los hombres sobre sus vidas y profundiza la dominación patriarcal que confina a las
mujeres en el espacio doméstico a pesar de que sus labores productivas y reproductivas sean
fundamentales para la sociedad en su conjunto. Así, se limita aún más la incidencia que pueden
tener sobre su entorno, ya que no sólo encuentran condicionantes para su autonomía dentro de los
Lo meten a uno a un molde de que usted no tiene derecho a mandar porque es mujer,
usted no tiene derecho a hacer tales trabajos porque es mujer o no tiene derecho a dar
algunas opiniones porque es mujer, le tienen una limitación a uno mujer, aunque estamos
siempre hay una limitación para uno mujer (Clara, comunicación personal, 2022).
Las limitaciones de las que habla Clara, como se ha esbozado a lo largo de este estudio,
en todos los espacios de sus vidas. Desde la violencia machista que viven a lo interno de sus
formas de producción agrícola que no dimensionan las necesidades de las mujeres y deterioran el
asumidos por muchas personas en su comunidad como la ruta de desarrollo desde hace varios años,
muchas mujeres realizan, pues ocultan las implicaciones que la división sociosexual del trabajo
tiene en la vida de las mujeres, y pretenden que formen parte del desarrollo sin que ocurra una
281
alteración en el orden social hegemónico que, como hemos visto, se sostiene fundamentalmente
sobre la base de la explotación de las mujeres y la apropiación de los bienes naturales para uso
mercantil.
Tal y como señala Mallardi (2015), ese modo capitalista de entender el trabajo de las
mujeres campesinas y sus condiciones de vida apela además a un abordaje de sus necesidades
inclusión del entorno inmediato de las mujeres como soporte privilegiado y responsable de atender
retórica estatal, la familia aparece en última instancia como el espacio donde se materializan los
la atención de la cuestión social pues el Estado en apariencia brinda condiciones o recursos para
que las familias campesinas logren gestionar sus necesidades en el mercado, de modo que, sobre
la base de la división sexual del trabajo se descarga sobre las mujeres las responsabilidades
mujeres, por tanto, deben aprender a moverse dentro del mercado sin necesariamente modificar su
Por eso, las relaciones de poder basadas en el género forman parte del capitalismo como
un todo estructurado que impacta desde la percepción de las mujeres sobre sí mismas y sus
mercado. Así, sus condiciones de vida son ordenadas según la producción de la riqueza, lo cual se
hace visible, como fue expuesto en este apartado, en las prácticas, comportamientos y
Y todavía estamos lejos de que desaparezca la violencia contra las mujeres. Porque no
solo hay violencia en las casas, también en la comunidad, en el país. Por eso cuando nos hablan
de una crisis, preguntamos ¿de cuál crisis nos están hablando?, ¿de la crisis del ambiente?, ¿de la
crisis del agua?, ¿de la crisis de la tierra?, ¿de la crisis de la violencia?, ¿de la crisis alimentaria?,
si todas son una sola, y no es nueva. Es una gran crisis por lo mal que está todo distribuido.
8.1. Conclusiones
provocado en todo el mundo una destrucción socioambiental sin precedentes que hoy conduce la
vida del planeta a los límites de la supervivencia, Costa Rica no es una excepción pese a presentarse
mundialmente como un país verde, defensor de los derechos humanos y la paz social. El análisis
elaborado ha evidenciado que las políticas neoliberales promovidas en el país por los OFI y los
de los ecosistemas y la fuerza laboral para la extracción de recursos, agudizando las situaciones de
única forma válida de producción en nombre del desarrollo, basada en la concentración de la tierra,
situación de opresión que viven las mujeres, pues ellas representan gran parte de la fuerza de
capitalismo y el patriarcado para sostener sus sistemas de dominación; esta situación, en el caso
de las mujeres campesinas, ha sido legitimada por el Estado fundamentalmente a través de las
políticas agrarias.
proceso investigativo con el fin de responder a las preguntas que guiaron la comprensión del objeto
de estudio, por lo tanto, el orden lógico de estas conclusiones seguirá el hilo conductor de dichas
interrogantes.
Sobre las Transformaciones en el Espacio Rural en Relación con la Intervención del Estado
que han tenido estrecha vinculación con las políticas estatales de intervención agraria que, desde
inicios de la década de 1980 hasta la actualidad, han seguido la ruta de la reconversión productiva
Estas políticas han determinado las relaciones sociales dentro del campesinado, lo cual
el cual ha cumplido una función de motor fundamental del cambio agrario y se expresa en los
que se enmarcan en el período 2010-2021, en las visitas de campo a la comunidad de San Jerónimo
comunidad, y por supuesto en las condiciones de vida de las mujeres que habitan ese espacio.
producción agrícola hacia la siembra de tipo expansivo orientada al mercado internacional bajo el
dependiente a las fluctuaciones del mercado, que antepone sus demandas a las necesidades locales.
evidenció que la política agraria ha sido orientada en función de la gran industria agroexportadora
pues su accionar está mediado por los compromisos adquiridos con los grupos de poder político y
económico del sector, en este caso específico, estos corresponden a los terratenientes cafetaleros,
producción hacia el mercado externo. Dicho modelo productivo funciona como una especie de
enclave en las comunidades, donde se extrae la mayor parte de la riqueza humana y natural y se
acelerada concentración de tierra que ha despojado a muchas mujeres y sus familias del principal
Sobre este último aspecto, es importante señalar que la desprotección estatal a las
personas que trabajan en la recolección de café es un claro ejemplo de cómo las clases dominantes
ideológica que pretende reproducir sus intereses. En la historia de San Jerónimo, como en la
historia agraria de Costa Rica, el desarrollo del sector cafetalero no sólo afectó el aspecto
productivo, sino que incidió en el ámbito social a través de la configuración de las relaciones
sociales. Esto, aunado al poder discursivo de los sectores hegemónicos presentes en la sociedad
costarricense, colocó la producción y exportación de café como una de las principales vías para
alcanzar el “desarrollo”. El café, en ese sentido, ha cumplido una especie de misión civilizadora,
Así, en un contexto de alta flexibilización laboral bajo el imperativo de elevar los niveles de
productividad, las mujeres se han convertido en un elemento clave de explotación para el auge de
la agroindustria.
Más allá de relacionar esta problemática con el fenómeno del trabajo informal y sus
consecuencias, para esta investigación fue imperante reconocer la posición de las mujeres en la
campo, que no reconoce el valor del trabajo agrícola que realizan las mujeres para la subsistencia
siendo parte de la crisis que enfrenta el modo de vida campesino dentro de la economía capitalista.
dependencia al monocultivo, conduce a las mujeres a aceptar formas de trabajo bajo condiciones
las fuentes de empleo en la comunidad; esto forma parte de los procesos de expropiación-exclusión
propios del modo de organización social capitalista y patriarcal en su fase de expansión neoliberal.
De ese modo se concluye que el Estado, en tanto constituye una relación social
través de diversos mecanismos, ciertos procesos que facilitan la consolidación del poder de clase.
En el caso de la transformación del espacio rural en San Jerónimo, como fue señalado, ha sido
explotación de las mujeres y personas inmigrantes en la recolección de café como parte esencial
nacionales que impactan las condiciones de vida de los pueblos en su conjunto, éste también recae
con fuerza sobre las condiciones de vida particulares de algunos grupos sociales que
históricamente han sido condicionados a diversas formas de subordinación. Tal es el caso de las
mujeres, quienes hemos sufrido los efectos más crudos de la desigualdad estructural en los distintos
estadios sociales, siendo omitidas como sujetas históricas y políticas, productoras de conocimiento
y transformadoras de la realidad. En ese sentido, la política agraria, para el caso que compete esta
campesina, a la vez que incorporó a las mujeres en el plano discursivo desde una posición
subordinada que incluye el lenguaje de género a partir de una comprensión teórico-práctica que
develan falencias en la praxis política, pues es común encontrar numerosas referencias a las
las relaciones de opresión que se ordenan bajo los sistemas de dominación capitalista y patriarcal.
Pese a los cambios que se evidenciaron en torno a la posición de las mujeres dentro de la
política agraria costarricense, pues desde la década de 1950 hasta 1990 muchas de las políticas
agrarias han tenido la orientación de satisfacer necesidades básicas de grupos que han definido
en situación de pobreza se han privilegiado sus funciones de madres y esposas, siendo consideradas
como sujetos pasivos del desarrollo rural. A partir de 1990 se pudo constatar una transformación
relativa respecto a su rol dentro del sector, esto se dio fundamentalmente a través del enfoque de
desarrollo sostenible, narrativa desde la cual se orientó también la gestión de gobierno hacia el
tema ambiental, sin embargo es visible que a pesar de la visibilización que se dio a las mujeres en
ese marco, persiste un modelo de producción y distribución de tierra profundamente desigual que
288
impide mejorar sus condiciones de vida y reproduce las relaciones de dominación que enfrentan
tierra fue uno de los elementos que identificaron las mujeres asociado a los mecanismos de
agricultura campesina. El otro elemento que se identificó es el del enfoque de género para hacer
las mujeres, pues apela a una supuesta neutralidad y equidad en relación con el género desde una
homologación de los hombres y las mujeres, de modo que no definen con claridad su estrategia
política hacia las mujeres. Este enfoque no contempla las diferencias estructurales que viven las
mujeres en relación con el mandato sexo-genérico basado en la división sexual del trabajo.
Desde esa supuesta inclusión de las mujeres a partir del enfoque de género, las políticas
dirigidas al sector en la última década han destacado el aumento de la pobreza en el espacio rural
y el valor instrumental del trabajo de las mujeres como fundamento para admitir su aporte en el
pretenden aumentar los ingresos de las mujeres como agentes claves en el desarrollo, ya sea a
generación de empleo, o a través de proyectos que provean de recursos productivos donde las
en el mercado como mecanismo principal para la asignación de recursos, por lo tanto, la eficiencia
en las mujeres significa comportarse de acuerdo con la racionalidad económica del mercado y el
289
Así, la política agraria en la inclusión del enfoque de género apela una adherencia a la
enfoque se hace evidencia una orientación hacia el uso indiscriminado del tiempo y trabajo de las
mujeres y el sesgo masculino en las políticas. Pues al basarse en el crecimiento económico como
principal objetivo, quedan intactas las metas liberales de desarrollo que privilegian la producción
sociales del Estado ha significado una sobrecarga de trabajo física y mental a las mujeres, así que
exigir ciertos estándares productivos para acceder a los recursos que ofrecen las políticas
profundiza los mecanismos de opresión hacia las mujeres en relación con el trabajo
En ese sentido, la eficiencia no transforma la división sexual del trabajo que separa las
labores e intereses en femeninos y masculinos, por eso, lejos de representar un salto cualitativo, el
subordinada de las mujeres frente al acceso, uso y control de la tierra como principal condición
material de existencia, y en cuanto al acceso de recursos productivos que permitan a las mujeres
mejorar sus condiciones de vida, al tiempo que permitan su autonomía en las formas de producción
y modo de vida de acuerdo con sus intereses y necesidades, y no en función de los intereses y
profundizado la instauración de un modelo de desarrollo que apunta cada vez más hacia los
globales de valor, sin cuestionar las desigualdades de un sistema internacional que perpetua la
inequidad y la dependencia del sur al norte global, ni la construcción social del género que ha
Por lo tanto, resulta contradictorio destacar el rol de las mujeres en un contexto en que se
hoy las mujeres en San Jerónimo y en el mundo rural tienen menos acceso a la tierra a pesar de
que a nivel formal se habiliten mecanismos para la asignación de tierras y recursos, pues la tierra
Ante esto, como reflexión y cuestionamiento general en este ámbito hago eco de una
antipatriarcal, una forma que lleve, más allá de la crisis actual, a una nueva sociedad?
291
Sobre los Elementos Económicos, Políticos y Socioculturales que se Vinculan con el Trabajo
cuidados a sus familias, también hacen frente a las sequías, la contaminación del agua, la
sustentables para el ambiente, reutilizan el agua, reforestan, diversifican los cultivos y asumen
posiciones combativas ante la destrucción ambiental, en otras palabras, asumen la mayor parte del
trabajo socioreproductivo que crea y sostiene la vida. Sin embargo, sufren los efectos más agudos
de la voracidad con que el capitalismo se apropia de todos los medios de vida, pues en un ambiente
cada vez más deteriorado, deben crear nuevas estrategias para garantizar su subsistencia y la de
sus familias, a la vez que sobre sus cuerpos, tiempos y espacios se ejerce la dominación patriarcal.
Durante los últimos cuarenta años, el neoliberalismo como proyecto de extensión del
capitalismo ha atacado los servicios públicos y sociales. En nombre de la eficiencia del mercado
han privatizado los centros de salud, las escuelas y los bienes comunes; el Estado mientras tanto
brinda las condiciones para que el capital lleve a cabo su proyecto político y económico,
Lo cual, ha reforzado la desigualdad en la división sexual del trabajo y el deterioro en los sistemas
reproducción social, pues delega los cuidados en las familias y las comunidades mientras reduce
como fue señalado por Nancy Fraser en El capital y los cuidados paradójicamente los estados
capitalistas hacen depender sus economías oficiales de los procesos de reproducción social cuyo
292
autosuficiente y, por otro lado, que la tendencia a la acumulación ilimitada amenaza con
conjunto.
Es vital para el capital que los recursos destinados a la reproducción social sean siempre
los mínimos, por eso sobre la base material e ideológico-cultural de la división sociosexual del
trabajo, extrae de las mujeres la mayoría del trabajo reproductivo para, de algún modo subsidiar
los recortes en los sistemas de salud, escuelas, centros de cuido, y garantizar que la reproducción
se continúe llevando a cabo, pero con una sobrecarga en la esfera doméstica. Como consecuencia,
ecológicas y políticas, que culminan, en el contexto actual, en una gran crisis sistémica porque el
capitalismo ha explotado todas las capacidades de las trabajadoras y de la Naturaleza sin pagar los
decir, si se comprende esta ecuación desde la totalidad social, poniendo el foco en la reproducción
de la vida y la reproducción del valor como un proceso simultáneo y continúo llevado a cabo por
las personas, es posible observar que las prácticas sociales generadoras de vida no son simples
293
actividades para satisfacer necesidades del capital, estas prácticas han permitido la creación y
producción, hay una esfera de relaciones sociales donde se desarrollan las actividades que
sustentan la vida, ahí el objetivo de las trabajadoras, y de las mujeres campesinas en este caso de
estudio, es poder mejorar sus condiciones de vida, pues como fue señalado por Bhattacharya el
de sus necesidades. Las actividades que desempeñan las mujeres campesinas suponen, por tanto,
de los salarios y las prestaciones sociales, lo cual reveló que las personas trabajan no por el dinero
en sí mismo, si no por lo que el dinero permite conseguir, que son los medios de vida.
Así, el trabajo que las mujeres campesinas han desempeñado dentro de sus hogares y en
reproducción social que reúne actividades no capitalistas que crean y permiten la vida fuera del
espacio de trabajo asalariado, por lo tanto, el capital no tiene el control directo sobre qué, cómo y
cuándo se produce en el espacio reproductivo, esto conlleva a la tendencia del capital a limitar
tales actividades para aumentar su participación en la plusvalía. Por ello, el capital históricamente
mercantiliza las actividades de creación de vida, ya que estas amenazan constantemente con
recortar sus beneficios, pues si las personas somos capaces de producir y reproducir nuestras vidas
sin la mediación salarial, se pone en peligro el proceso de acumulación capitalista. Ahí radica el
la defensa del agua, la vivienda, la educación, la salud, etc., es decir, se encuentran precisamente
294
en la organización social sobre la base colectiva. Esto significa que en los propios procesos de
todo a su alcance y destruyendo las posibilidades de creación de vida que escapan de su control,
así limita los espacios para la siembra de alimentos fuera del modelo de producción extractivista,
recorta las prestaciones sociales, promueve políticas agrarias que conviertan a las mujeres
socializar, mantener los hogares, proveer de alimentos y abrigo, sembrar, cuidar los bienes
naturales y comunitarios, atender personas enfermas, adultas mayores, sostener los afectos,
un contexto donde se van agotando las capacidades individuales y colectivas para regenerar seres
campesinas permitió acercarse a la praxis de las mujeres en su diario vivir para abordar la relación
dialéctica entre la vida cotidiana y la reproducción social, y cómo eso se relaciona con la
intervención del Estado en el espacio rural, lo cual hizo posible develar algunos mecanismos de
ideológico-culturales.
295
método empleado a través de una aproximación desde la horizontalidad relacional y libre apertura
las mujeres mediante puntos focales que fueron clave para comprender la dinámica comunitaria e
Por último, construir conocimiento desde una mirada histórica, materialista y dialéctica
de la realidad, es fundamental para la investigación desde el Trabajo Social pues permite una
a lo aparente, que contribuya a realizar una lectura más próxima a la esencia del objeto de estudio
para, desde ahí, dirigir las acciones académicas, institucionales y políticas pertinentes.
8.2. Recomendaciones
Finalmente, en este apartado se plantean una serie de recomendaciones que se derivan del
proceso de investigación en relación con el sujeto-objeto de estudio, así como algunas temáticas
feminismo marxista como teoría y práctica política que apunta a reconstruir las relaciones sociales
Graduación donde se aborde la realidad material e ideológico-cultural que enfrentan las personas
296
que habitan el espacio rural, particularmente las mujeres, pues es una forma de apoyar la lucha por
mejores condiciones de vida para estas poblaciones a partir de la aportación teórica que evidencie
los mecanismos de opresión que desde el capitalismo y el patriarcado se han estructurado mediante
la apropiación de los bienes naturales comunes y de los cuerpos, tiempos y espacios de las mujeres.
a la realidad de las personas campesinas, significa apelar por una educación que trascienda las
las luchas comunitarias y nacionales, más allá de los temas concernientes a la educación, es una
tarea que ha quedado rezagada y de extrema urgencia ante la crisis sistémica que se enfrenta en el
mundo y que viven con crudeza las personas en los territorios rurales, en especial las mujeres.
Sumar esfuerzos académicos, pero también sobre la base de la acción colectiva estudiantil para
construir lazos con las comunidades y apoyar los procesos de concientización y resistencia dentro
A Futuras Investigaciones
Se sugiere a futuras investigaciones que pretendan abordar el tema del trabajo de las
mujeres, retomar los aportes teóricos de la Teoría de la Reproducción social, pues su inclusión
Universidad de Costa Rica en general, dicha teoría brinda aportes que permiten comprender las
relaciones de opresión que viven las mujeres desde una mirada de totalidad social que articula las
opresiones de clase, género y étnicas sin caer en reduccionismos posmodernos que no permiten
observar la realidad como un todo articulado que debe y puede ser transformado de la misma
297
manera. Eso es fundamental para alcanzar una praxis transformadora desde nuestro ejercicio
profesional y académico.
un área con alta conflictividad socioambiental poco abordada desde la investigación en Ciencias
En ese sentido, se destaca como una de las áreas temáticas a profundizar las condiciones
de vida y trabajo de mujeres nicaragüenses e indígenas Ngäbe en la zona de los Santos asociadas
delimitación del objeto de estudio, pero que sobresalió en la dinámica espacial dentro del territorio,
relaciones de opresión que articulan las categorías de clase, género y etnia en la región.
en las que se ha reproducido la explotación de la tierra y las manos que trabajan alrededor del
que es sumamente importante para desmontar prácticas económicas y culturales naturalizadas, que
cientos de personas alrededor de un cultivo que ha sido construido sobre el ideario cultural de una
Costa Rica que alcanzó su prosperidad y lugar en el mercado mundial por la vía cafetalera.
recomienda tomar en cuenta los hallazgos que proporciona esta investigación en relación con el
trabajo de las mujeres como precondición y condición para la acumulación de capital desde la
298
y particularmente profundizar sobre el lugar que ocupan las mujeres campesinas e indígenas en la
estructura social, pues el desarrollo de sus actividades posee estrecha vinculación con la
social desde las intermediaciones de clase, etnia y género, ya que siendo esto parte del objeto de
atención del Trabajo Social, tenemos una deuda histórica en el plano formativo con esta población.
ejercicio profesional se oriente hacia una praxis transformadora de la realidad social determinada
bajo el modo de producción capitalista y el modo de organización social patriarcal. Por lo tanto,
relación histórica entre las dimensiones que conforman el objeto-sujeto de estudio y cómo se
conjugan las fuerzas económicas, políticas e ideológico-culturales, pero además para aproximarse
a la realidad desde un método que no sólo teorice si no que actúe en esa realidad sistémica,
trabajamos. Eso es fundamental para que la esencia de una carrera de base marxista no se diluya
entre los postulados posmodernos e incluso en corrientes conservadoras que existen dentro de la
procesos de lucha campesina y feminista que se desarrollan en diversos territorios en Costa Rica,
sobre esta línea se sugiere retomar en la medida de lo posible las giras académicas a las
comunidades para tener un acercamiento a las experiencias de vida de las personas que permita
articular la teoría con las situaciones que vivencian las personas en los territorios rurales.
299
neoliberalismo, ha sufrido múltiples ataques durante las últimas décadas, estos golpean con más
fuerza a las regiones, por ello, la primera recomendación a la Universidad de Costa Rica, Sede de
las Sedes y Recintos que amenaza el compromiso permanente de las universidades públicas con
las regiones.
Investigación para que de forma articulada incorporen dentro de sus proyectos el trabajo con las
comunidades campesinas de la zona de Occidente, en particular con las mujeres que se dedican a
las necesidades de las mujeres respecto a otras poblaciones históricamente vulnerabilizadas, puesto
que en la revisión de la política agraria son incluidas de manera aglutinada con juventud, diversidad
étnica, población adulta mayor, entre otras. Esto conduce a un análisis fragmentado de su realidad,
a la omisión de los mecanismos de opresión que viven en la sociedad y a una exclusión de sus
En segundo lugar, se sugiere invertir en investigación que permita al sector conocer las
necesidades materiales de las mujeres rurales en cuanto al acceso a la tierra e insumos necesarios
300
para la producción agrícola, así como en relación con la dinámica de trabajo socioreproductivo,
para que las políticas públicas den una atención efectiva a sus necesidades e intereses.
formulación, aplicación y análisis de los censos agropecuarios, de manera que pueda existir una
base de datos robusta con insumos cuantitativos que permitan enlazar esas cifras con la
información de tipo cualitativo para comprender cómo eso se expresa en la realidad en la que se
desenvuelve la vida de las mujeres en el campo de forma extendida dentro del territorio nacional.
Para lograr este cometido, es necesario mejorar la capacidad operativa de los enlaces de género en
todas las instituciones del sector y realizar una campaña de sensibilización respecto al tema de
desigualdad de género, poniendo el foco en las mujeres como beneficiarias activas de los
programas institucionales.
301
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Anexos
Cuadro 5.
1. Entrevista a profundidad
Mujeres
Comunidad San Jerónimo
Realizada por: Mariana Garro Fallas
Julio 2022
El siguiente documento consiste en una serie de preguntas diseñadas para analizar las
condiciones de vida de las mujeres que habitan en la comunidad de San Jerónimo en San Marcos
de Tarrazú, vinculadas con el trabajo femenino, así como las transformaciones que ha atravesado
el espacio rural y la relación que existe con el accionar estatal a través de la política agraria. Toda
las participantes.
1. ¿Cuáles son las satisfacciones o alegrías que ha experimentado al vivir en este lugar?
3. ¿Cuáles piensa que son las principales dificultades que enfrentan las mujeres en su
comunidad?
8. ¿Cómo considera que la sociedad ve el trabajo de la mujer dentro del hogar y fuera de éste?
9. ¿Qué piensa del trabajo que realizan las mujeres dentro del hogar y en el campo?
10. ¿Cuál cree usted que es el valor del trabajo de las mujeres para su comunidad?
331
11. ¿Cuáles son las principales actividades dentro y fuera del hogar que usted realiza durante
el día?
12. ¿Cuál es la dinámica familiar con respecto a las labores domésticas? ¿Quiénes participan?
13. ¿Cómo organiza su tiempo durante el día, es decir, cómo es un día normal en su vida?
14. ¿Considera que existe alguna diferencia entre el trabajo que realizan las mujeres y el que
realizan los hombres en el hogar y en el campo? De ser así ¿De qué se trata esa diferencia?
15. ¿Se siente a gusto con el trabajo que realiza dentro de su hogar? ¿Cambiaría algo?
17. ¿De dónde obtienen los ingresos familiares? ¿Son suficientes para cubrir sus necesidades
y las de su familia?
21. ¿Se dedica a la producción agrícola? De ser así ¿Con qué finalidad es esa producción, es
23. ¿Alguna vez ha tenido la oportunidad de trabajar su propio terreno? o ¿Algún miembro de
24. ¿Quién toma las decisiones relacionadas al trabajo agrícola? ¿En torno a qué temas son
esas decisiones?
25. ¿Se dedica o ha dedicado a otras actividades agrícolas además del trabajo relacionado con
el café?
332
29. ¿Se siente a gusto con el trabajo que realiza fuera de su hogar? ¿Cambiaría algo?
30. ¿Alguna institución del Estado/gobierno se ha acercado para brindar apoyo a las mujeres
en la comunidad?
32. ¿Qué tipo de acciones han dirigido las instituciones estatales en esta comunidad?
33. ¿A cuál sector de la población de la comunidad han sido dirigidas las acciones de las
instituciones?
34. ¿Considera que hay diferencias en cuanto al apoyo que le dan las instituciones a los
35. ¿Cómo considera que han impactado las acciones dirigidas por las instituciones a la
comunidad?
36. ¿Cómo funciona la producción agrícola en San Jerónimo? ¿Es de la misma manera en todas
37. ¿De qué tipo es la producción agrícola: autoconsumo, intercambio, venta etc.? ¿Cómo se
comercializa?
38. ¿En algún momento se ha intentado ampliar la producción agrícola hacia otros cultivos
39. ¿Cuáles son los principales cambios que ha percibido en la producción agrícola de su
40. ¿Cómo han impactado estos cambios en la vida de las personas de la comunidad?
campo?
42. ¿A quiénes pertenecen las tierras en la comunidad, por ejemplo, son de propiedad familiar,
43. ¿Ha habido cambios en cuanto al acceso, reparto o distribución de la tierra en los últimos
años?
Monocultivo de café
Cuadro 6.
Presentación Actividad Fortalecer el vínculo Breve presentación personal. Ninguno 5 min. Facilitadora
rompe-hielo entre la participante
y la facilitadora. Explicación por parte de la
facilitadora de la actividad a realizar,
Explicar la dinámica explicando cómo intervenir el mapa
del trabajo a de manera libre y creativa a partir de
desarrollar. las herramientas y materiales que se
brindarán.
Rompecabezas Mapeo Identificar las Construcción de un rompecabezas Papelógrafo con 15 min. Facilitadora
territorial territorial de la principales del territorio utilizando pictogramas. boceto de mapa de
comunidad actividades, la comunidad.
distribución del Pictogramas
espacio, presencia de Marcadores, lápices
instituciones, de color, lapiceros,
problemáticas goma.
comunitarias y
acceso a recursos.
Presentación Exposición Conocer los La participante presenta el mapa Mapa 10 min. Facilitadora
del mapa elementos que construido y realiza una explicación
335
Cierre Reflexión y Reflexionar sobre el Plenaria sobre los elementos Ninguno 10 min. Facilitadora
despedida espacio habitado y presentados que invite conversar y
sus principales reflexionar sobre los cambios y
transformaciones. continuidades en la dinámica
territorial y comunitaria.
Cierre reflexivo.
Despedida.
Receso 10 min.
Cuerpo- Mapeo cuerpo- Reflexionar sobre el Enfocar la mirada sobre Papelógrafo con 15 min. Facilitadora.
territorio territorio mandato de género los "saberes difundidos" a partir de boceto de un
336
Presentación Exposición Conocer los La participante presenta el mapa Mapa 10 min. Facilitadora
del mapa discursos y construido y realiza una explicación
actividades sobre los discursos y actividades
relacionadas con la relacionadas con el trabajo de las
dicotomía sexo- mujeres.
género basada en la
división sexual del
trabajo.
Cierre Reflexión y Reflexionar sobre el Plenaria de conversación sobre los Ninguno 10 min. Facilitadora
despedida espacio habitado y elementos presentados que invite a
sus principales reflexionar sobre el trabajo de las
transformaciones. mujeres.
Cierre reflexivo.
Despedida.
Fuente: Elaboración propia (2022).
337
Cuadro 7.
Conferencia Internacional
Establece que la preservación y gestión de los recursos naturales se verá
sobre Medio Ambiente y 1992
enriquecida con la plena participación de las mujeres y el aporte de sus
Desarrollo
conocimientos y experiencias.
E. La mujer y los conflictos armados 1. Incrementar la participación de la mujer en la solución de los conflictos a niveles de adopción de
decisiones y proteger a las mujeres que viven en situaciones de conflictos armados o de otra índole o bajo
ocupación extranjera.
2. Reducir los gastos militares excesivos y limitar la disponibilidad de armamentos.
3. Promover formas no violentas de solución de conflictos y reducir la incidencia de las violaciones de los
derechos humanos en las situaciones de conflicto.
4. Promover la contribución de la mujer al logro de una cultura de paz.
5. Proporcionar protección, asistencia y capacitación a las mujeres refugiadas, a otras mujeres desplazadas
que necesitan protección internacional y a las desplazadas internamente.
6. Proporcionar asistencia a las mujeres de las colonias.
F. La mujer y la economía 1. Promover la independencia y los derechos económicos de la mujer, incluidos el acceso al empleo, a
condiciones de trabajo apropiadas y al control de los recursos económicos.
2. Facilitar el acceso de la mujer, en condiciones de igualdad, a los recursos, el empleo, los mercados y el
comercio.
3. Proporcionar servicios comerciales, capacitación y acceso a los mercados, información y tecnología,
particularmente a las mujeres de bajos ingresos.
4. Reforzar la capacidad económica y las redes comerciales de la mujer.
5. Eliminar la segregación en el trabajo y todas las formas de discriminación en el empleo.
6. Fomentar la armonización de las responsabilidades de las mujeres y los hombres en lo que respecta al
trabajo y la familia.
G. La mujer en el ejercicio del poder 1. Adoptar medidas para garantizar a la mujer igualdad de acceso y la plena participación en las estructuras
y la adopción de decisiones de poder y en la adopción de decisiones.
2. Aumentar la capacidad de la mujer de participar en la adopción de decisiones y en los niveles directivos.
H. Mecanismos institucionales para 1. Crear o fortalecer mecanismos nacionales y otros órganos gubernamentales.
el adelanto de la mujer 2. Integrar perspectivas de género en las legislaciones, políticas, programas y proyectos estatales.
3. Preparar y difundir datos e información destinados a la planificación y la evaluación desglosados por
sexo.
I. Los derechos humanos de la mujer 1. Promover y proteger los derechos humanos de la mujer, mediante la plena aplicación de todos los
instrumentos de derechos humanos, especialmente la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer.
2. Garantizar la igualdad y la no discriminación ante la ley y en la práctica.
341
Ilustración 1.
Articulado de la CEDAW
• Principio de igualdad y no • Principio de la • Aplicar acciones afirmativas • Promoción de cambios • Legislar para la eliminación
discriminación responsabilidad estatal para promover la igualdad socioculturales en los de todas las formas de trata
real estereótipos por roles de y explotación sexual a las
género mujeres
• Crear las condiciones para el • Derecho a adquirir, cambiar • Derecho a la educación y a • Derecho al empleo en • Derecho a la salud sexual y
ejercicio pleno de la o conservar la nacionalidad todos los recursos y igualdad de oportunidades: reproductiva
ciudadanía y la participación en cualquier caso de oportunidades de calidad, acceso, ejercicio,
política de las mujeres, en la matrimonio, tenencia de aprendizaje en cualquier remuneración, valor y
vida pública y en cargos hijos e hijas y transmisión a área del conocimiento reconocimiento social.
públicos su descendencia • Atención de la infancia
como una responsabilidad
social
• Derechos económicos y • Derechos de las mujeres • Igualdad ante ley • Eliminar la discriminación • Disposiciones generales para
sociales de las mujeres, en rurales, considerando sus • Garantizar la capacidad contra la mujer en todos los el seguimiento, rendición de
relación con el acceso a condiciones históricas de jurídica de las mujeres como asuntos relacionados con el cuentas yaplicación de las
recursos productivos, desigualdad en distintos sujetas firmantes y matrimonio y las relaciones recomendaciones del Comité
prestaciones familiares del aspectos de la vida social, administradoras de bienes familiares de la CEDAW
Estado, créditos cultural y económica
Figura 1.
Figura 2.
“Incidencia del trabajo femenino en las condiciones de vida de mujeres de San Marcos de
Tarrazú, en relación con la Política de Estado para el Sector Agroalimentario y el
Desarrollo Rural Costarricense 2010-2021”
Como requisito para obtener la Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica, se
presenta la investigación “Incidencia del trabajo femenino en las condiciones de vida de mujeres
de San Marcos de Tarrazú, en relación con la Política de Estado para el Sector Agroalimentario y
el Desarrollo Rural Costarricense 2010-2021”.
Esta investigación es realizada por Mariana Garro Fallas, cédula 1-1535-0346, estudiante de la
Universidad de Costa Rica, Sede de Occidente, Recinto de San Ramón; bajo la dirección de Mag.
Lucía Brenes Chaves. La investigación está financiada con fondos propios a través de la beca
socioeconómica que brinda la Universidad.
348
El objetivo que guía la investigación consiste en analizar la influencia del trabajo femenino en las
condiciones de vida de mujeres que viven en San Marcos de Tarrazú y su relación con los cambios
en la política agraria que ha impulsado el Estado costarricense en los últimos diez años. Para la
obtención de datos se tomará en cuenta a cinco mujeres habitantes de la zona en estudio que
dividen el uso de su tiempo entre el trabajo doméstico y el trabajo en el campo.
C. ¿QUÉ SE HARÁ?
Si usted decide participar en este estudio, las actividades que se desarrollarán son entrevistas y
observación en las actividades de trabajo en el campo, donde se pueda conocer el modo de vida de
las mujeres de su comunidad, en las actividades diarias tanto dentro como fuera del hogar así como
de su percepción sobre los cambios en el ambiente, la economía y el trabajo en el campo. Toda la
información que se compartirá en las sesiones será totalmente confidencial.
Se realizará un máximo de tres sesiones de trabajo de dos horas, el horario y lugar para la
realización de estas actividades será de mutuo acuerdo con las participantes de este estudio. Sin
embargo, si existe algún riesgo para la persona o si esto le afectaría de algún modo, se programará
otra cita tomando en cuenta las posibilidades de cada persona. Las participantes también pueden
optar por la modalidad de entrevista virtual, en caso de sentir riesgo de exposición en el contexto
de Covid-19 y contar con los medios tecnológicos para dicho fin.
Finalmente, se realizará una exposición del trabajo final a todas las participantes para que conozcan
la forma en que fue utilizada la información que brindaron.
D. RIESGOS
Un riesgo posible consiste en que la información se pierda al ser robado o perdido el dispositivo
que contiene el trabajo de investigación, lo que puede provocar algún sentimiento de inseguridad,
sin embargo, la investigadora de compromete a no mencionar nunca el nombre completo de las
personas participantes durante las entrevistas, el análisis y la exposición de datos, en su lugar se
utilizará siempre nombres diferentes al propio (seudónimos) que serán de conocimiento y uso
únicamente de la investigadora, para garantizar la protección de su identidad.
E. BENEFICIOS
Su participación en este estudio colaborará a que la investigadora documente los aportes del trabajo
de las mujeres tanto en sus hogares como en el campo, sus condiciones de vida y cómo perciben
en su comunidad los cambios relacionados a la participación de las instituciones del Estado
costarricense.
Personalmente usted no recibirá ningún beneficio directo, sin embargo, es importante mencionar
que con su participación permitirá que se documente la realidad que enfrentan usted y muchas
mujeres en el campo para que sea de conocimiento para otras personas e instituciones. Además, el
conocimiento de los resultados es un beneficio que las mujeres participantes tendrán a su alcance
y que podrá ser compartido con otras personas de su comunidad para evidenciar las condiciones
de vida de las mujeres en la zona de San Marcos de Tarrazú.
F. VOLUNTARIEDAD
G. CONFIDENCIALIDAD
Por último, la copia final del trabajo de investigación se encontrará en el Sistema de Bibliotecas,
Documentación e Información de la Universidad de Costa Rica, de acceso público físico y/o digital
para que las participantes tengan acceso a los resultados finales que surjan de la investigación.
*Se recuerda que la confidencialidad de la información está limitada por lo dispuesto en la legislación
costarricense. Por ejemplo, cuando la ley obliga a informar sobre ciertas enfermedades o sobre cualquier
indicio de maltrato o abandono infantil.
H. INFORMACIÓN
Antes de dar su autorización para este estudio, usted debe haber tenido un acercamiento con
Mariana Garro Fallas, teléfono 8481-4368 y ella debe haber contestado satisfactoriamente todas
sus preguntas.
Si quisiera más información, puede obtenerla llamando a la directora del Trabajo Final de
Graduación Mag. Lucía Brenes Chaves, profesora de la Carrera de Trabajo Social del
Departamento de Ciencias Sociales de la Sede de Occidente, al teléfono 2511-7071 en el horario
de lunes a viernes de 8:00 am a 5:00 pm. Cualquier consulta adicional puede comunicarse a la
Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica a los teléfonos 2511-4201 ó 2511-
5839, de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
CONSENTIMIENTO
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Nombre, firma y cédula del sujeto participante
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Lugar, fecha y hora
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Nombre, firma y cédula del padre/madre/representante legal (menores de edad)
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Lugar, fecha y hora
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Nombre, firma y cédula del/la investigador/a que solicita el consentimiento
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Lugar, fecha y hora
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Nombre, firma y cédula del/la testigo
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Lugar, fecha y hora