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Esto permitirá trabajar en unidad con las principales instituciones y organismos nacionales e
internacionales de ciencia y tecnología y acompañar el desarrollo de prácticas sustentables en
el sector primario, señaló el encargado de la Coordinación General de Agricultura, Santiago
Argüello Campos.
Comentó que países de Europa ya cuentan con estrategias basadas en bioeconomía, mientras
que en Estados Unidos se aplica un esquema para la industrialización de biomasa (materia
orgánica utilizada como fuente energética) y naciones como Sudáfrica, Malasia y Tailandia ya
proyectan la transición a este modelo.
En México, entidades como Nuevo León, Guanajuato, Querétaro, Quintana Roo, Jalisco y
Ciudad de México comienzan a formular políticas públicas encaminadas al uso sustentable de
los recursos naturales, manejo de desechos y circularidad de residuos.
El coordinador de la iniciativa BIOFIN del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), Alonso Martínez Caballero, señaló que uno de los retos que enfrenta la bioeconomía
circular en el país es generar productos financieros específicos y contextualizados para las
diferentes actividades que forman parte de la cadena productiva del sector.
Subrayó que a nivel internacional se trabaja en consolidar una visión de proyecto, pues se
requiere generar agroempresas, agronegocios o negocios de la biodiversidad, en donde quede
claro que lo que se comercializa no es la biodiversidad, sino los servicios asociados a ésta.
De acuerdo con el investigador del Colegio de Postgraduados (Colpos), José de Jesús Brambila
Paz, la bioeconomía es la transición a una economía basada en el conocimiento de la biología,
hacia entornos más sustentables, sin deteriorar recursos ni dejar de producir lo que se
consume.
A través del esquema se busca garantizar la seguridad alimentaria, gestionar los recursos de
forma sostenible, reducir la dependencia de recursos no renovables, mitigar y adaptarse al
cambio climático, crear empleos, mantener la competitividad y generar nuevas cadenas de
valor, anotó.
Este proyecto está conformado por Agricultura, la Comisión Nacional para el Uso y
Conservación de la Biodiversidad (Conabio), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y
Enseñanza (CATIE) y el Ministerio Federal del Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y
Seguridad Nuclear del Gobierno de Alemania.
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