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Jouko Väänänen
Andrés Villaveces
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
©2021
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
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Tel: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar
Índice general
Introducción 11
3. Primer orden 67
3.1. Lenguaje e interpretación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
3.2. Hacia la completitud de Gödel . . . . . . . . . . . . . . . . 74
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Bibliografía 179
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Introducción
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tiempo, nació la lógica matemática, a finales del siglo XIX, en parte como
un estudio de dichos fundamentos.
D. Hilbert (1862-1943) hizo hincapié en la necesidad de crear una teoría
exacta del razonamiento lógico válido; una teoría de cómo se llega paso a
paso a partir de axiomas simples a encadenamientos más complejos. Esto
marcó un gran salto para la investigación en lógica. G. Frege (1848-1925)
ya había dado forma a los llamados lenguajes de primer orden, en los cuales
los argumentos matemáticos se podían expresar de manera precisa. G. Peano
(1858-1932) dio la axiomatización de la teoría de números en 1889, y E. Zer-
melo (1871-1953), la de la teoría de conjuntos en 1908.
El método axiomático, desde luego, ya era familiar en la Grecia antigua.
Sin embargo, entonces se pensaba que los axiomas debían ser verdades ab-
solutas que describieran el mundo real. Una manera más moderna de pensar
es que los axiomas describen ciertas realidades, es decir, modelos. La teoría
de modelos de lenguajes formales se desarrolló en la década de 1930, entre
otros, por A. Tarski (1902-1983).
Los axiomas y los teoremas de la teoría de grupos describen los grupos,
los de campos describen los campos, etc. Incluso para los axiomas de la
teoría de conjuntos hay distintos tipos de modelos. Un punto de arranque de
la lógica moderna está en observar que los axiomas usuales nunca valen en
un solo modelo sino en una multitud de modelos distintos. El primero en
notar esto en el caso de la teoría de números fue Th. Skolem en 1934.
Uno de los resultados más importantes de este curso es el teorema de
completitud de K. Gödel (1906-1978) del año 1931, que dice que un enun-
ciado vale en todos los modelos de un conjunto de axiomas si y solo si se
puede deducir lógicamente a partir de estos axiomas. Claro, ya se sabía que
si un enunciado vale en algunos modelos de los axiomas pero falla en otros
(como el axioma de las paralelas en geometría), no puede deducirse lógi-
camente de los axiomas. El resultado de Gödel es interesante pues muestra
que el uso de modelos es adecuado en todos los casos. La existencia de una
deducción lógica finita se sigue de propiedades de estructuras matemáticas
infinitas.
El razonamiento lógico es un tipo especial de cálculo, un cálculo que ma-
neja sucesiones finitas de símbolos de acuerdo con ciertas reglas. Por ejem-
plo, fijemos un conjunto de letras, y llamemos palabras a las cadenas finitas
formadas con estas letras. Sea además un conjunto de ecuaciones wi = wi0 ,
donde wi y wi0 son palabras. Cada ecuación da lugar a una regla de posicio-
namiento: si la segunda parte de la ecuación ocurre en una palabra, se puede
reemplazar por el otro lado. Obtenemos, mediante un cálculo sencillo, trans-
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remas dada en ese orden (la completitud entendida prácticamente como una
“reparación” de los problemas que deja abiertos el teorema de incompleti-
tud), hay razones matemáticas e históricas que hacen que este orden sea más
natural de lo que a primera vista parecería:
Vale la pena mencionar que el presente volumen puede tener usos múl-
tiples, y puede apelar a públicos muy variados. Un curso de Lógica Mate-
mática en carreras de Matemáticas puede estar basado en los capítulos 1, 2
y 3, con incursiones selectas y breves en los capítulos 4 y 5. Un curso de
posgrado introductorio en Lógica Matemática puede constar de los capítulos
2, 3 y 5 (si el curso no hace tanto énfasis en teoría de modelos) o en los capí-
tulos 2, 3 y 4. Un curso para estudiantes con más énfasis en filosofía puede
estar basado exclusivamente en los capítulos 1 y 2, con breves incursiones
en el capítulo 3. Otro tipo de lector puede ser alguien que investigue en ma-
temática (o biología o química o lingüística o física) y que quiera afianzar su
conocimiento de los fundamentos de la lógica matemática. Los capítulos 4 y
5 podrían ser tema de un seminario o lectura propia.
Agradecemos a los muchos estudiantes (en Helsinki, Ámsterdam, Bo-
gotá, Mérida, etc.) que han seguido las notas presentadas en este orden y
han ayudado a ir afianzando y mejorando la articulación de esta visión de la
lógica matemática. Sin ellos, este libro no existiría.
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Capítulo 1
Inducción y lógica
proposicional
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1.1. Relaciones
Una relación en un conjunto A es un subconjunto cualquiera de un pro-
ducto cartesiano
An = {(a1 , . . . , an ) | a1 , . . . , an ∈ A}
R(a1 , . . . , an ).
1.2. Inducción
La forma más primitiva de inducción captura la característica esencial
del conjunto N:
0 ∈ N y si n ∈ N entonces n + 1 ∈ N. (1.1)
La idea es que N no solo tiene la propiedad 1.1 sino que es el conjunto más
pequeño que tiene la propiedad 1.1. Esto se basa en el principio de inducción
más sencillo: demostrar la afirmación P(n) para todo n ∈ N. Considere el
conjunto A = {n ∈ N | P(n)}. Si demostramos que 0 ∈ A y n + 1 ∈ A
cuando n ∈ A entonces el conjunto N por la minimalidad cumple N = A,
es decir P(n) vale para todo n ∈ N.
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F(A) = A ∪ {f(x1 , . . . , xn ) | f ∈ F, x1 , . . . , xn ∈ A} .
F0 (A) = A,
Fn+1 (A) = F (Fn (A)).
S∞
n=0 F es F-cerrado.
Lema 1.2.1 El conjunto n (A)
1.2.1. Ejemplos
E1 El conjunto N es la F-clausura del conjunto {0} en los números reales, si
F consiste únicamente de la función f(x) = x + 1.1
1
Esta no es una definición de los números naturales, sino una propiedad de estos. El
conjunto N se puede definir por medio del concepto de clausura, pero en ese caso se debe
tener la existencia de clausura en los axiomas.
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f : X × X → X y g : X → X.
a, b, f(a, a), f(b, a), g(a), g(b), f(g(a), g(b)), g(f(a, b)), . . .
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p0 [p1 ∧ [¬p0 ]]
p1 ¬p0
p0
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[¬A] negación,
[A ∧ B] conjunción,
[A ∨ B] disyunción,
[A → B] implicación,
[A ↔ B] equivalencia.
Negación
A ¬A
1 0
0 1
Conjunción
A B A∧B
1 1 1
1 0 0
0 1 0
0 0 0
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Disyunción
A B A∨B
1 1 1
1 0 1
0 1 1
0 0 0
Implicación
A B A→B
1 1 1
1 0 0
0 1 1
0 0 1
Equivalencia
A B A↔B
1 1 1
1 0 0
0 1 0
0 0 1
Ejercicios
1. Sean R y S relaciones n-arias en el conjunto A. Demuestre las leyes
de De Morgan
¬(R ∪ S) = (¬R) ∩ (¬S) y ¬(R ∩ S) = (¬R) ∪ (¬S).
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9. Demuestre que dada una sentencia proposicional ϕ que use las letras
A1 , A2 , . . . , An , tal que ϕ admite al menos un valor 1 para alguna
valuación de sus letras proposicionales, entonces existe una sentencia
proposicional ψ en las mismas letras, tal que
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ϕ↔ψ
13. Los dos problemas anteriores son adaptados del libro de R. Smullyan
What is the name of this book? ¿Cuál es, finalmente, el nombre del
libro de Smullyan?
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Capítulo 2
Hacia el teorema de
incompletitud
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2.1. Recursión
En el pensamiento matemático hoy en día solemos centrar nuestra aten-
ción en cuestiones de existencia y unicidad. En cierto sentido, estas son las
únicas condiciones que determinan nuestro concepto de un objeto o indaga-
ción matemática. Por ejemplo, cualquier relación F ⊂ A × B que satisfaga
la implicación
(F(x, y) ∧ F(x, z)) → y = z,
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1. la suma a(n, m) = n + m,
2. la multiplicación p(n, m) = n · m,
3. la exponencial e(n, m) = nm ,
5. la resta truncada
x − y, si x ≥ y
x−̇y =
0, si x < y.
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La función signo dada por sg(x) = 1−̇(1−̇x) es p.r. (la función sg(x)
arroja 1 si x > 0 y arroja 0 si x = 0).
1−̇(x−̇y) = 1 ⇔ x ≤ y
1−̇(1−̇(y−̇x)) = 1 ⇔ x < y
1−̇((x−̇y) + (y−̇x)) = 1 ⇔ x = y
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(para todos los z ≤ y donde vale R(z, ~x)), entonces la relación S es p.r..
Igualmente, la relación
es p.r.
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También podemos ver fácilmente que hay funciones que no son p.r.:
se puede demostrar que hay solo una cantidad numerable de estas, pero
el conjunto de todas las funciones N → N no es enumerable. Además, si
f0 (x), f1 (x), · · · es la sucesión de todas las funciones p.r. en una variable,
entonces
g(n) = fn (n) + 1
no puede ser p.r. (por una variante del famoso argumento diagonal de Can-
tor).
Ejercicios
1. Demuestre que la exponenciación c(n, m) = nm , las funciones cons-
tantes Ck (n) = k y la resta truncada x−̇y son p.r., y dé el árbol de
construcción de esas funciones.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
6. Demuestre que, dada una relación de equivalencia p.r. E, todas las cla-
ses son conjuntos p.r. ¿Por qué no vale la recíproca?
10. Sea f(n) = 1 si la expansión decimal del número π produce por lo me-
nos n cincos consecutivos, y f(n) = 0 en caso contrario. Demuestre
que f es p.r.
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x = qy + r, r < y.
Aquí entonces r es el residuo de dividir x por y; escribimos r = rm(x, y).
Por ejemplo, rm(321, 74) = 25, pues 321 = 4 · 74 + 25 y 25 < 74.
Si rm(x, y) = 0, se dice que x es múltiplo y y divide al número x; se
denota y | x.
Por último, usamos Pr(x) para denotar la relación unaria “x es primo”
–es decir x > 1 y sus únicos divisores son 1 y x– y PR(x, y) es la relación
binaria “x, y son primos relativos”i –si x y y no tienen divisor común fuera
de 1–.
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m = a1 s1 M1 + · · · + ak sk Mk ,
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m = 2a0 . . . pak k ,
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donde ak 6= 0.
La función i 7→ pi es p.r.
La función exp(m, i) = el exponente del número primo pi en la expan-
sión de m - esta también es p.r.
La función len(m) = 1 + máx k tal que exp(m, k) 6= 0 (casos especiales:
len(0) = len(1) = 0, exp(0, i) = 0).
Con lo anterior, se tiene entonces que
Y
k
exp(m,i)
m= pi , k = len(m) − 1.
i=0
con esto f̃(x, ~y) está codificando la sucesión f(0, ~y), . . . , f(x, ~y).
El siguiente teorema muestra que en la definición de una función p.r.
podemos usar “esquemas de recursión acumulativos”: esquemas de recursión
que usan todos los valores anteriores a un valor dado.
Teorema 2.1.16 Si g(~y) y h(x, z, ~y) son funciones p.r. y se define f(x, ~y)
f(0, ~y) = g(~y)
mediante entonces la función f es p.r.
f(x + 1, y) = h(x, f̃(x, ~y), ~y)
~
f(x+1,~y)+1 h(x,F(x,~y),~y)+1
F(x + 1, ~y) = F(x, ~y)px+1 = F(x, ~y)px+1 .
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f(x1 , . . . , xn ) = µyR(y, x1 , . . . , xn ).
h(y, ~x) = β µm β(m, 0) = f(~x) y
!
∀i < y(β(m, i + 1) = g(i, β(m, i), ~x)) , y .
2
No acotada
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β(m, 0) = f(~x) y
y = µz β(m, z + 1) 6= g(z, β(m, z), ~x) o z = y .
Por lo tanto podemos concluir que β ∈ F, con lo cual también h ∈ F, y
podemos concluir que F es cerrado bajo el esquema de recursión.
S, Prni , +, ·, −̇
A∞ (x) = Ax (x).
Se puede ver (ejercicio 10) que para toda función p.r. f existe un número
n tal que f(x) < An (x) para todo x. Así, la sucesión de las funciones An
domina a todas las funciones p.r.; por lo tanto, la función de Ackermann A∞
no puede ser p.r. (sin embargo, la función de Ackermann es recursiva3 ; véase
ejercicio 11).
3
Más información sobre la función de Ackermann se puede encontrar en [1]; más mate-
rial sobre funciones de crecimiento rápido está en [9].
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Ejercicios
1. Demuestre que π es una biyección p.r. de N × N en N.
5. Dado i ∈ N, sea
exp(i, 1)
ri = (−1)exp(i,0) · .
1 + exp(i, 2)
a) y < Ax (y)
b) Ax (y) < Ax (y + 1)
c) Ax (y + 1) ≤ Ax+1 (y)
d) Ax (y) < Ax+1 (y).
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10. Demuestre que para toda función p.r. f(x1 , . . . , xn ) existe un número
m tal que f(x1 , . . . xn ) < Am (x1 + . . . + xn ), para todo x1 , . . . , xn .
Concluya que la función de Ackermann A∞ no puede ser p.r.
n si χA (n) = 1,
f(n) =
a0 si χA (n) = 0,
tenemos que
A = {f(n) | n ∈ N}.
A = {f(n) | n ∈ N}.
A = {f(n) | n ∈ N}
N \ A = {g(n) | n ∈ N}
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A = {n ∈ N | ∃mR(n, m)}.
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Existen variantes mucho más fuertes del teorema 2.2.2. Por ejemplo, en
1970 Matiyasévich demostró [30] que la relación R(x, y) siempre se puede
escoger de la forma específica f(x, y) = 0, primitiva recursiva, donde f(x, y)
es un polinomio.
Teorema 2.2.3 La clase de los conjuntos r.e. es cerrada bajo uniones e in-
tersecciones.
¿Por qué? Note que al recorrer los naturales, los valores ρ(m) y σ(m) re-
corren todos los pares de naturales. ¡Esto es necesario para garantizar que n
aparezca en la intersección!
Ejercicios
1. Demuestre que un conjunto A es recursivamente enumerable si y solo
si existe una función recursiva f tal que
A = {n ∈ N | ∃m(f(n, m) = 0)}.
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x2 + 2x − 1.
Sintácticamente se puede decir, por ejemplo, que se trata de un polino-
mio suma de tres monomios y que el polinomio es de grado 2. Semántica-
mente, se puede decir que en los números racionales el polinomio no tiene
factorización, pero en los números reales se parte como
√ √
(x + 2 + 1)(x − 2 + 1).
45
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
9
y 12 como si fueran números distintos: estamos por ahora construyendo el
lenguaje.
Sean 0, 1, ⊕, ⊗, (, ), v0 , v1 símbolos distintos entre sí. La conven-
ción es que
1. 0, 1, v0 , v1 , · · · ∈ A,
2. si t, t 0 ∈ A, entonces (t ⊕ t 0 ), (t ⊗ t 0 ) ∈ A.
Término Abreviatura
0 0
1 1
(1 ⊕ 1) 2
((1 ⊕ 1) ⊕ 1) 3
(((1 ⊕ 1) ⊕ 1) ⊕ 1) 4
((((1 ⊕ 1) ⊕ 1) ⊕ 1) ⊕ 1) 5
etc.
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¬ símbolo de negación no
∧ símbolo de conjunción y
∨ símbolo de disyunción o
∃ cuantificador existencial existe
∀ cuantificador universal para todo
s : N → N.
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0hsi = 0
1hsi = 1
vn hsi = s(n)
(t ⊕ t 0 )hsi = thsi + t 0 hsi
(t ⊗ t 0 )hsi = thsi · t 0 hsi.
s(i), si i 6= n
s(n/a)(i) =
a, si i = n.
Sub[(t ≈ t 0 )] = {(t ≈ t 0 )}
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N |= ((v0 ⊗ 2) ≈ v1 )hs(0/7)i,
y por lo tanto,
N |= (∃v0 ((v0 ⊗ 2) ≈ v1 ))hsi.
En la fórmula ϕ anterior, las variables v0 y v1 ocurren de maneras muy
distintas: la variable v0 ocurre ligada (pues está bajo el alcance del cuantifi-
cador existencial) y la variable v1 ocurre libre (pues no queda bajo el alcance
de ningún cuantificador).
Rb Esto es análogo a lo que ocurre cuando en cálculo
decimos Φ(x) = a f(x, y)dy. El rol de x es muy distinto del de y: co-
mo integramos “con respecto a y”, la variable y como tal “desaparece” y la
función Φ depende solamente de x.
Como vemos a continuación, los valores de los términos en funciones
interpretación solo dependen de las variables que ocurren en los términos, y
la validez de las fórmulas solo depende de las variables que ocurren libres en
estas.
D EMOSTRACIÓN Ejercicio.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Sea ϕ ∈ A. N |= (¬ϕ)hsi ssi N 6|= ϕhsi ssi (hip. ind.) N 6|= ϕhs 0 i ssi
N |= (¬ϕ)hs 0 i. Así, (¬ϕ) ∈ A.
Este teorema muestra que, en realidad, el valor de verdad de una fórmula
solamente depende de las interpretaciones de sus variables libres. De ahí se
sigue que tiene sentido la notación
ϕ(x1 , · · · , xn )
para una fórmula, para señalar que sus variables libres están todas en el con-
junto {x1 , · · · , xn }. De modo similar, si a1 , · · · , an ∈ N, usamos la notación
N |= ϕ(a1 , · · · , an ) para expresar que, al reemplazar todas las ocurrencias
de xi por los valores ai , vale la fórmula en N.
La definición de Tarski de la verdad (primero en la aritmética, luego
generalizada) fue publicada en 1933 en polaco y en 1935 en alemán [36].
Más tarde, Tarski dio otra definición más exacta [37].
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
N |= ϕ
si y solo si N |= ϕhsi, para alguna s (y por lo tanto para toda s). Si una
sentencia ϕ es tal que N |= ϕ se dice que ϕ es una sentencia verdadera. Ex-
presa un hecho verdadero de la teoría de números. Un ejemplo de sentencia
verdadera es
∀v0 ∀v1 ∃v2 (((v0 ⊕ v2 ) ≈ v1 ) ∨ ((v1 ⊕ v2 ) ≈ v0 )) .
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N |= ϕ(x, y, z).
R(a1 , . . . , an ) ⇐⇒ N |= ϕ(a1 , . . . , an ).
Por ejemplo, las relaciones =, ≤ y < son aritméticas (la fórmula ϕ(v1 , v2 )
dada por [¬[∃v3 [[v2 ⊕ v3 ] = v1 ]]] define la relación < - similarmente [v1 =
v2 ] define la relación =, y [∃v3 [[v1 ⊕ v3 ] = v2 ]] define ≤).
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g(x1 , . . . , xm ) = y ⇐⇒ N |= ϕ(x1 , . . . xm , y)
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejercicios
1. Escriba una sentencia que sea verdadera si y solo si existen infinitos
números primos p tales que p + 2 también es primo.
4. Demuestre que
N |= ∃x ϕ(x, ~y) ∧ ψ(~y) hsi ⇐⇒ N |= ∃xϕ(x, ~y) ∧ ψ(~y) hsi,
5. Demuestre que
N |= ϕ(t(~y), ~y)hsi ⇐⇒ N |= ∃x x = t(~y) ∧ ϕ(x, ~y) hsi.
7. Demuestre que no existe una fórmula ϕ tal que {s | ϕhsi} sea exacta-
mente el conjunto {s | s(n) = 0 para todo n}.
8. Sea R(x, ~y) una relación aritmética. Demuestre que las relaciones
y
S(~y) ⇐⇒ ∀xR(x, ~y)
son aritméticas.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
11. Demuestre que, dada una fórmula ϕ, se puede encontrar otra fórmula
ψ que no contiene símbolos de negación (¬) tal que N |= ϕhsi ssi
N |= ψhsi para toda s. (Pista: demuestre primero el enunciado para
fórmulas de la forma (¬(t ≈ t 0 )).)
12. Sea R(x, ~y) una relación aritmética. Demuestre que las relaciones
P(~y) ⇐⇒ ∃xR(x, ~y)
y
S(~y) ⇐⇒ ∀xR(x, ~y)
son aritméticas.
13. Esboce una demostración de “el conjunto de las relaciones aritméticas
es enumerable”. Dé el inicio de construcción de una relación que no
sea aritmética.
14. Demuestre que no existe una relación aritmética R(x, y) con la si-
guiente propiedad: si P(x) es aritmética, entonces existe un m tal que
para todo n se tiene P(n) si y solo si R(m, n).
15. Sea {Ai | i ∈ N} una familia de conjuntos no vacíos, tal que la relación
{(i, j) | j ∈ Ai } es aritmética. Demuestre que existe una “función de
elección” aritmética f tal que f(i) ∈ Ai para todo i ∈ N.
16. Un conjunto A ⊂ N es casi periódico si existen m, p ∈ N tales que
n ∈ A ⇐⇒ n + p ∈ A, para todo n > m. Demuestre que todo
conjunto casi periódico es aritmético.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
0, 1, ⊕, ⊗, ≈, [, ], ∧, ∨, ¬, ∃, ∀, vn ,
Los dos conjuntos “de términos” y de “de fórmulas” (en realidad, los
conjuntos de sus números de Gödel) resultan primitivos recursivos. Usamos
ese hecho al demostrar los teoremas de Tarski y de Gödel. Las dos demostra-
ciones son similares: codificamos mediante predicados los procesos básicos
y luego una función auxiliar para verificar que la función característica del
caso es p.r.; la construcción de esto requiere detalles que solamente hacemos
explícitos en el caso del conjunto de términos.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Sea ahora g : N → {0, 1} una función tal que g(x) = 1 si y solo si existe
n ≤ x tal que len(x) = n y
Y
k
exp(m,i)
Y
x
f(i)+1
m= pi , k = len(m) − 1, f̃(x) = pi .
i=0 i=0
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Q χ (i)+1
Supongamos ahora que g(χ̃Trm (n)) = g( ni=0 pi Trm ) = 1. Revisa-
mos la definición de g (recordando que la longitud del argumento χ̃Trm (n)
es n + 1). Si Zero(n + 1), One(n + 1) o (∃i < n + 1)Var(n + 1, i), en-
tonces se tiene inmediatamente que χTrm (n + 1) = 1, pues n + 1 es número
de Gödel de un término.
Queda solo el caso en que existen i, j < n + 1 tales que Prod(n +
1, i, j)∨Sum(n+1, i, j) y exp(χ̃Trm (n−1), i) = exp(χ̃Trm (n−1), j) = 2.
Entonces χTrm (i) = 1 y χTrm (j) = 1, es decir que i y j son números de
Gödel de términos ti y tj respectivamente, y que n + 1 es número de Gödel
de un término compuesto con componentes ti y tj . Se sigue entonces que
χTrm (n + 1) = 1.
Ejercicios
1. Encuentre palabras con números de Gödel 1080 y 6930.
60
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(E(m0 ) ∧ m0 = m1 )∨
61
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
pψ(k)q ∈ A ⇐⇒ N |= θ(pψ(k)q)
⇐⇒ N |= ∃v1 θ(v1 ) ∧ v1 = pψ(k)q
⇐⇒ N |= ¬ψ(k).
Corolario 2.8.3 No existe relación recursiva R(n) tal que dada cualquier
sentencia ϕ se tenga
N |= ϕ ⇐⇒ R(pϕq).
Ejercicios
1. (Este es el Teorema del punto fijo de Gödel:) Sea ϕ(x) una fórmula
de la aritmética. Demuestre que existe una sentencia ψ tal que N |=
ψ ⇐⇒ N |= ϕ(pψq). Ayuda: mire la demostración del teorema
de Tarski.
62
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
t=t
t + t0 = t0 + t
t · t0 = t0 · t
y reglas, por ejemplo,
ϕ;ϕ∨ψ
(ϕ, ψ) ; ϕ ∧ ψ
ϕ ; ∃vn ϕ.
Un sistema axiomático es válido si todo teorema es una sentencia ver-
dadera. Es completo si toda sentencia verdadera es un teorema. Un sistema
axiomático A es efectivo si las relaciones
R(pϕq) ⇐⇒ ϕ∈B
Rn (pϕ0 q, . . . , pϕn q, pϕn+1 q) ⇐⇒ ϕ0 , . . . , ϕn ∈ X, y
∃f ∈ F con f(ϕ0 , . . . , ϕn ) = ϕn+1
63
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
G(A) = m o bien len(m) = 1 y R(exp(m, 0)) o bien
n = len(m) − 2 ≥ 0 y
se tiene Rn (exp(m, 0), . . . , exp(m, n + 1))
sea recursivo. Intuitivamente esto hace preciso que existe un algoritmo me-
cánico que calcula si existe una construcción mediante reglas deductivas, o
no. Efectividad y validez son lo mínimo que podemos pedir a un sistema
axiomático razonable.
(PA1) ∀x¬(x + 1 = 0)
(PA2) ∀x∀y(x + 1 = y + 1 → x = y)
(PA3) ∀x(x + 0 = x)
(PA4) ∀x∀y(x + (y + 1) = (x + y) + 1)
(PA5) ∀x(x · 0 = 0)
64
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(PA6) ∀x∀y(x · (y + 1) = (x · y) + x)
(PA7) ∀~x (ϕ(0, ~x) ∧ ∀y (ϕ(y, ~x) → ϕ(y + 1, ~x)) → ∀yϕ(y, ~x))
⇐⇒ N |= ¬ψ(k).
65
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejercicios
1. Sea A el sistema axiomático cuyo único axioma es la sentencia n ≈ n
y con reglas de deducción ϕ ; [ϕ ∨ ψ], ψ ; [ϕ ∨ ψ] y (ϕ, ψ) ;
[ϕ ∧ ψ]. Demuestre que A es válido.
5. Construya tres sistemas axiomáticos que sean (a) efectivo y válido pe-
ro no completo el primero, (b) efectivo y completo pero no válido el
segundo, y (c) completo y válido pero no efectivo el tercero.
66
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Capítulo 3
Primer orden
67
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
N = hN, +, ·, 0, 1i
68
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
RM ⊂ M#(R) ,
fM : M#(R) → M,
cM ∈ M.
πcM = cM
0
69
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
2. c ∈ A si c ∈ L,
Los términos hay que verlos primariamente como un símbolo que desig-
na posibles objetos. Así, f(t1 , · · · , tn ) no significa el valor del símbolo de
función f, sino una palabra cuyos símbolos son (en orden) f, (, t1 , · · · , tn y
). Como en el caso de la teoría de números, cada término se puede represen-
tar de manera única de la forma vn , c o f(t1 , · · · , tn ) donde t1 , · · · , tn son
términos.
Por ejemplo, algunos términos del lenguaje {◦, e} de la teoría de números
son ◦(e, e) y ◦(v0 , ◦(v1 , e)), usualmente denotados e ◦ e y v0 ◦ (v1 ◦ e). Del
mismo modo, en el vocabulario de la teoría de números podemos denotar los
términos ⊕(t, t 0 ) y ⊗(t, t 0 ) mediante t + t 0 y t · t 0 . Los únicos términos del
lenguaje de conjuntos ordenados {R} son palabras de la forma vn .
Si L no contiene símbolos de relación, logramos la siguiente definición
interesante del “conjunto de L-términos cerrados” M (por inducción): si f en
un símbolo de función n-ario de L, entonces definimos la función f 0 así:
f0
(t1 , · · · , tn ) 7→ f(t1 , · · · , tn ).
Si c ∈ L es un símbolo de constante, lo interpretamos con c mismo.
Entonces hemos definido una L-estructura
70
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
t = t0 (igualdades),
2. si ϕ ∈ A, entonces ¬ϕ ∈ A,
3. si ϕ, ψ ∈ A, entonces ϕ ∧ ψ ∈ A,
4. si ϕ, ψ ∈ A, entonces ϕ ∨ ψ ∈ A,
5. si ϕ ∈ A y n ∈ N, entonces ∃vn ϕ ∈ A,
6. si ϕ ∈ A y n ∈ N, entonces ∀vn ϕ ∈ A.
71
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
cM hsi = cM
vMn hsi = s(n)
f(t1 , · · · , tn )M hsi = fM (tM M
1 hsi, · · · , tn hsi).
M |= ϕhsi
Ejercicios
1. Sea L = {R}, con #(R) = 2. Sea M una L-estructura tal que M = N y
RM (m, n) ⇐⇒ n + 1 = m.
∀v0 ¬R(v0 , v0 )
72
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73
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
a) {p0 ∨ p1 , p1 → p0 }.
b) {¬p0 → p1 , ¬(p1 → p0 ), ¬p0 }.
c) {(p0 ∨ p1 ) → p2 , (p1 ∨ p2 ) → p0 , (p2 ∨ p0 ) → p1 , (p0 ∨ p1 ) ∨
p2 , ¬((p0 ∧ p1 ) ∧ p2 )}.
Th(A) := {σ | A |= σ},
Mod(T ) := {A | A |= T }.
74
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Teoría
Mod(T) ⇐= T
75
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Th(K) = Th(Mod(Th(K))).
76
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79
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
y la inducción mantiene este valor. Note que no hay que llevar la inducción
hasta los cuantificadores, pues en T no hay fórmulas con cuantificadores.
Supongamos ahora que tiene una valuación v : PL → {0, 1} tal que
v(T ) = 1. Construimos el modelo Mv así: el universo es el álgebra de térmi-
nos (cerrados). Dado un símbolo de relación n-ario R, definimos
80
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Lema 3.3.5 Sea v una valuación que respeta la igualdad (vqri). Entonces
v(ϕ) = 1, para todas las ϕ de las formas siguientes:
1. t = t 0 → t 0 = t,
2. (t = t 0 ∧ t 0 = t 00 ) → t = t 00 ,
D EMOSTRACIÓN
4. Ídem.
t ∼ t0 ⇐⇒ v(t = t 0 ) = 1.
f(t1 , . . . , tn ) ∼ f(s1 , . . . , sn ) si t1 ∼ s1 , . . . , tn ∼ sn ,
v(R(t1 , . . . , tn )) = v(R(s1 , . . . , sn )) si t1 ∼ s1 , . . . , tn ∼ sn .
81
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
D EMOSTRACIÓN Inducción.
82
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Compacidad proposicional
Esta sección es puramente proposicional: es una demostración del teore-
ma de compacidad proposicional, basada en el lema de König para árboles.
El lema de König requiere una versión débil del axioma de elección (enume-
rable: lo suficiente para demostrar compacidad en el caso proposicional).
Un árbol T = (T, <) es un conjunto T parcialmente ordenado por < =
<T tal que
Para todo t ∈ T , Prec< (t) está totalmente ordenado, y
existe un único t0 ∈ T (la “raíz” del árbol) tal que Prec< (t0 ) = ∅, y
para todo elemento t ∈ T , si t 6= t0 , t0 ∈ Prec< (t).
(Prec< (a) denota el conjunto de <T -predecesores de a, {b ∈ T | b <T a}.)
Por ejemplo, ω> ω = {t : n → ω | n ∈ ω} es un árbol, con la relación
⊂; la raíz es la función ∅. ω> 2 = {t : n → ω | n ∈ 2} es el árbol pleno
de ramificación binaria y altura ω. Una rama de T es un subconjunto lineal-
mente ordenado maximal. Por ejemplo, una rama de ω> 2 es la de sucesiones
finitas de la forma 0, 01, 010, 0101, etc. Un nodo t 0 es sucesor inmediato de
t en T si t < t 0 pero no existe t 00 tal que t < t 00 < t 0 en T . Un árbol es de
ramificación finita si cada nodo tiene finitos sucesores inmediatos.
Lema 3.3.10 (Lema de König) Todo árbol infinito de ramificación finita tie-
ne alguna rama infinita.
83
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
la construcción, hemos logrado t0 < t1 < t2 < · · · < tn < · · · , una rama
infinita de T .
Por el lema de König, el árbol así armado tiene una rama infinita - esta es
una valuación que vale 1 en todos los elementos de T .
Lema 3.3.12 Sea T una L-teoría. Si para toda v vqri existe A ∈ T tal que
v(A) = 1, entonces existen A1 , . . . , An ∈ T tales que A1 ∨ . . . ∨ An es una
cuasitautología.
84
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Pero entonces existe i ≤ m tal que M |= ϕ(ti1 , . . . , tin ). Esto implica que
M |= ∃x1 . . . ∃xn ϕ(x1 , . . . , xn ). Como M es una L-estructura arbitraria,
concluimos que ∃x1 . . . ∃xn ϕ(x1 , . . . , xn ) es válida.
⇒: Sea T = {ϕ(t1 , . . . tn ) | t1 , . . . , tn son L-términos cerrados}. Sea v una
vqri. Como la fórmula ∃x1 . . . ∃xn ϕ(x1 , . . . , xn ) es válida, se tiene Mv |=
ϕ(t1 , . . . tn ) para algunos t1 , . . . , tn ∈ Mv . Por el lema 3.3.12 aplicado a
T , existen m < ω y ti1 , . . . , tin (i ≤ m) tales que ϕ(t01 , . . . , t0n ) ∨ . . . ∨
ϕ(tm m
1 , . . . , tn ) es una cuasitautología.
Ejemplo 3.3.14 La sentencia ∃x (R(c) ∨ R(d)) → R(x) es válida, pues
la sentencia
(R(c) ∨ R(d)) → R(c) ∨ (R(c) ∨ R(d)) → R(d)
es una cuasitautología.
85
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Mv |= ϕ ⇐⇒ v(ϕ) = 1.
86
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
87
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
2. ∀xϕ(x) → ϕ(t),
3. ϕ(t) → ∃xϕ(x),
4. ∃xϕ(x) → ϕ(cϕ(x) ),
5. ¬∀xϕ(x) → ¬ϕ(dϕ(x) ),
88
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejercicios
1. Un conjunto de sentencias proposicionales T es independiente si el
conjunto {¬A} ∪ (T \ {A}) es consistente, para todo A ∈ T . Demues-
tre que si todo subconjunto finito de T es independiente, entonces T
también lo es.
89
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
T |= ϕi (t1 , . . . , tm ).
90
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
T 0 := T ∪ {θn | n ∈ N},
M |= φ ⇐⇒ (N, +, ·, 0, 1) |= φ,
M |= ¬(a = n)
para todo n ∈ N.
91
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
M |= ∀x(x ≤ n → (x = 0 ∨ · · · ∨ x = n))
Ejercicios
1. Sean ϕ0 , . . . , ϕn L-sentencias. Demuestre que {ϕ0 , . . . , ϕn , θ} es con-
tradictorio ssi ϕ0 → (ϕ1 → (. . . → (ϕn−1 → ¬θ) . . .)) es válida.
2. Suponga que la L-sentencia ϕ es consecuencia lógica de la L-teoría T .
Demuestre que existen ϕ1 , . . . , ϕn ∈ T tales que la sentencia (ϕ1 ∧
. . . ∧ ϕn ) es válida.
3. Sea T una L-teoría tal que en toda L-estructura al menos una ϕ ∈ T
vale. Demuestre que existen ϕ1 , . . . , ϕn ∈ T tales que la sentencia
ϕ1 ∨ . . . ∨ ϕn es válida.
4. Sea L = {R}, con #(R) = 2. Decimos que el modelo M es bien fun-
damentado si no existen a1 , . . . , an , . . . ∈ M tales que RM (an+1 , an )
para todo n ∈ N. Demuestre que no existe ninguna L-teoría cuyos mo-
delos sean exactamente todas las L-estructuras bien fundamentadas.
92
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
3.5. Completitud
Recuerde que en la sección 2.9 definimos el concepto de sistema axio-
mático y demostramos que no existe ningún sistema axiomático efectivo A
tal que se tenga
N |= φ ⇐⇒ φ es un teorema de A
para toda sentencia del lenguaje de la aritmética φ. Esta incompletitud desa-
parece si abandonamos el fijar un modelo único (N). Ahora mostramos cómo
asociar a cualquier L-teoría T , un sistema axiomático A tal que
T |= φ ⇐⇒ φ es un teorema de A
para toda L-sentencia φ.
Si PL0 consta de todas las L-fórmulas atómicas o de la forma ∃xφ o ∀xφ,
podemos hablar de valuación de verdad v : PL0 → {0, 1} como antes. Asimis-
mo, decimos que la L-fórmula φ es tautológica si v(φ) = 1 para cada una
de esas valuaciones v.
93
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
T `ϕ
94
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
D EMOSTRACIÓN
(1) ∀x(R(x) → P(x)) elemento de T
(2) ∀x(R(x) → P(x)) → (R(c) → P(c)) ax. cuant.
(3) R(c) → P(c) MP(1, 2)
(4) R(c) elemento de T
(5) P(c) MP(3, 4).
D EMOSTRACIÓN
(1) ∀xϕ → ϕ ax. cuant.
(2) ϕ → ∃xϕ ax. cuant.
(3) (∀xϕ → ϕ) → ((ϕ → ∃xϕ) → (∀yϕ → ∃xϕ)) tautología
(4) (ϕ → ∃xϕ) → (∀yϕ → ∃xϕ) MP(1, 3)
(5) ∀yϕ → ∃xϕ MP(2, 4)
(6) ∀yϕ → ∀y∃xϕ G∀(5)?
(7) ∃x∀yϕ → ∀y∃xϕ G∃(6)† .
?: y no ocurre libre en ∀yϕ
†: x no ocurre libre en ∀y∃xϕ.
D EMOSTRACIÓN
(1) R(x)
→ ∃xR(x) ax. cuant.
(2) R(x) → ∃xR(x) → ¬∃xR(x) → ¬R(x) taut.
(3) ¬∃xR(x) → ¬R(x) MP(1, 2)
(4) ¬∃xR(x)
→ ∀x¬R(x) G∀(3)
(5) ¬∃xR(x) → ∀x¬R(x) → ¬∀x¬R(x) → ∃xR(x) taut.
(6) ¬∀x¬R(x) → ∃xR(x) MP(4, 5)
(7) ¬∀x¬R(x) ∈T
(8) ∃xR(x) MP(6, 7).
95
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
3.5.2. Validez
Teorema 3.5.5 (Validez, [21]) Suponga que T ` ϕ(x1 , . . . , xn ). Entonces
se tiene T |= ∀x1 . . . ∀xn ϕ(x1 , . . . , xn ).
1. Si T ` ϕ → ψ y T ` ¬ϕ → ψ, entonces T ` ψ.
2. Si T ` (ϕ → θ) → ψ, entonces T ` ¬ϕ → ψ y T ` θ → ψ.
D EMOSTRACIÓN
96
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
2. Primer ítem:
(1) (ϕ → θ) → ψ hipótesis: T deduce esto
(2) (ϕ → θ) → ψ → (¬ϕ → ψ) taut.
(3) ¬ϕ → ψ MP(1, 2).
Segundo ítem:
→ θ) → ψ
(1) (ϕ hipótesis: T deduce esto
(2) (ϕ → θ) → ψ → (θ → ψ) taut.
(3) θ→ψ MP(1, 2).
2. Si T ` ¬∀xϕ(x, ~y) → ¬ϕ(c, ~y) → ψ(~y), entonces T ` ψ(~y).
97
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(1) ∃xϕ(x, ~y) → ϕ(c, ~y) → ψ(~y) hipótesis
(2) ¬∃xϕ(x, ~y) → ψ(~y) Lema 3.5.7 (2)
(3) ϕ(c, ~y) → ψ(~y) Lema 3.5.7 (2)
(4) ϕ(z, ~y) → ψ(~y) Lema 3.5.86
(5) ∃zϕ(z, ~y) → ψ(~y) G∃(4)
(6) ϕ(x, ~y) → ∃zϕ(z, ~y) axioma de cuantif.
(7) ∃xϕ(x, ~y) → ∃zϕ(z, ~y)
G∃(6)
(8) ∃xϕ(x, ~y) → ∃zϕ(z, ~y) →
→ ∃zϕ(z, ~y) → ψ(~y)
→ (∃xϕ(x, ~y) → ψ(~y)) taut.
(9) ∃zϕ(z, ~y) → ψ(~y) →
(∃xϕ(x, ~y) → ψ(~y)) MP(7, 8)
(10) ∃xϕ(x, ~y) → ψ(~y) MP(5, 9)
(11) ψ(~y) Lema 3.5.7(1).
La segunda parte se demuestra de manera similar.
98
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejercicios
En los ejercicios 1-14, escriba las deducciones. Cada paso de la deduc-
ción debe ser justificado.
99
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
2. {¬∃xR(x)} ` ∀x¬R(x)
5. ` ∀x∀yϕ → ∀y∀xϕ
8. ` (ϕ ∨ ∃xψ) → ∃x(ϕ ∨ ψ)
17. Demuestre que una L-teoría T tiene modelos ssi T 6` ϕ ∧ ¬ϕ, para
toda L-sentencia ϕ.
100
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
1. ∀x(¬(x ⊕ 1 = 0))
2. ∀x∀y(x ⊕ 1 = x 0 ⊕ 1 → x = x 0 )
3. ∀x(x ⊕ 0 = x)
4. ∀x∀y(x ⊕ (y ⊕ 1) = (x ⊕ y) ⊕ 1)
5. ∀x(x ⊗ 0 = 0)
6. ∀x∀y(x ⊗ (y ⊕ 1) = (x ⊗ y) ⊕ x)
7. (Esquema de inducción:)
!
∀~y φ(0, ~y) ∧ ∀x φ(x, ~y) → φ(x ⊕ 1, ~y) → ∀xφ(x, ~y) ,
101
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
3.6.2. Ejercicios
1. PA |= ∀x(¬(x = 0) → ∃y(y ⊕ 1 = x)).
es completa.
es incompleta.
102
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
!
R(x, z) ∧ ¬y0 = z ∧ . . . ∧ ¬yn = z
∃y0 . . . ∃yn ¬R(y0 , y1 ) ∧ . . . ∧ ¬R(y0 , yn ) ∧ . . .
. . . ∧ ¬R(yn−1 , yn )
para cada n ∈ N.
7. Sea DLO1 la teoría de órdenes lineales densos –como DLO pero sin
el axioma ∀x∃y∃z(R(y, x) ∧ R(x, z))–. Demuestre que DLO1 es in-
completa.
103
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Capítulo 4
Teoría de modelos
Introducción
En teoría de modelos de primer orden controlamos las clases de estruc-
turas mediante sus teorías. Consideremos para empezar los siguientes tres
pasos: fijar una estructura M, tomar su teoría Th(M) y regresar a la clase de
modelos de esta teoría, Mod(Th(M)).
En detalle, estos son los tres pasos:
105
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Mod(T ) = Mod(Th(M)).
106
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
107
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Usamos en este capítulo dos notaciones para los modelos: por un lado, sole-
mos denotar nuestras estructuras mediante “letras góticas” A, B, C, . . . ; en
ese caso, las correspondientes mayúsculas latinas A, B, C, . . . señalan los
universos de las estructuras, y las interpretaciones de símbolos del vocabu-
lario L se suelen denotar mediante fA , RB . También usamos a veces letras
como M, M 0 y N, por ejemplo, para denotar L-estructuras.
108
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
A ⊆ B,
Usamos la notación A ⊆ B.
1. A ⊆ B, y
109
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
1. X ⊆ B ≺ A,
110
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
1. A ≺ B.
111
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
∀x¬(xn = 0)
112
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejercicios
Demuestre que
113
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Hay que revisar, por supuesto, que esto efectivamente da una L-estructura,
es decir, que las interpretaciones están bien definidas. Por ejemplo, si supo-
nemos que f1 ∼U g1Q , . . . , fn ∼U gn , debe ser cierto que (de acuerdo con
nuestra definición) R U Ai ([f1 ]U , . . . , [fn ]U ) no dependa del representante
de la ∼U -clase, es decir, que {i ∈ I | (f1 (i), . . . , fn (i)) ∈ RAi } ∈ U si y
solo si {i ∈ I | (g1 (i), . . . , gn (i)) ∈ RAi } ∈ U. Pero esto es cierto, pues
114
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
m
{i ∈ I | Ai |= ψ(g(i), f1 (i), . . . , fn (i))} ∈ U.
3
En particular, toda estructura A es elementalmente equivalente (ver definición 4.1.1) a
cualquiera de sus ultrapotencias AU .
115
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Q
Supongamos
Q primero Q que U Ai |= ϕ([f1 ]U , . . . , [fn ]U ). Entonces existe
g ∈ U Ai tal que U Ai |= ψ([g]U , [f1 ]U , . . . , [fn ]U ). Por la hipótesis
de inducción, Xg = {i ∈ I | Ai |= ψ(g(i), f1 (i), . . . , fn (i))} ∈ U. Pe-
ro Xg ⊂ {i ∈ I | Ai |= ∃xψ(x, f1 (i), . . . , fn (i))}, con lo cual {i ∈ I |
Ai |= ϕ(f1 (i), . . . , fn (i))} ∈ U. Por otro lado, si Y = {i ∈ I | Ai |=
ϕ(f1 (i), . . . , fn (i))} ∈ U, podemos para cada i ∈ Y escoger un elemento
bi ∈ Ai tal que Ai |= ψ(bi , f1 (i), . . . , fn (i)) (testigo de la existencial en
cada modelo). Esto nos da una función g0 con dominio Y: g0 (i) = bi . Po-
demos extender g0 de manera arbitraria a elementos de I fuera de Y: como
Q ∈ U cualquier extensión g de g0 a una función de dominio Q
Y I satisfará
A
U i |
= ψ([g] U , [f ]
1 U , . . . , [f ]
n U ), con lo cual se tendrá que U Ai |=
ϕ([f1 ]U , . . . , [fn ]U ).
Ahora sí demostramos el teorema de compacidad mediante ultraproduc-
tos.
D EMOSTRACIÓN del teorema 4.2.1. Hacemos la siguiente construcción:
sea I = Pfin (T ). Tomamos, para cada i ∈ I, un modelo Ai |= i.
Definimos ahora un ultrafiltro: primero tomamos la familia S de todos
los subconjuntos de I de la forma Iσ = {i ∈ I | σ ∈ I}. Observamos que S
tiene la propiedad de intersecciones finitas: {σ1 , . . . , σn } ∈ Iσ1 ∩ . . . ∩ Iσn .
Tomamos un ultrafiltro cualquiera que contenga Q a S.
Ahora, verificamos que el ultraproducto U Ai |= T . Si σ ∈ T , entonces
si σ ∈ i, Ai |= σ, por lo tanto, Q{i ∈ I | Ai |= σ} ⊃ Iσ y Iσ ∈ U. Por el
Teorema de Łoś, tenemos que U Ai |= σ.
116
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Teorema 4.2.5 (NoBO) Inexpresabilidad del buen orden: no existe una sen-
tencia σ tal que (A, <, · · · ) |= σ ssi (A, <) está bien ordenado.
Löwenheim-Skolem ascendente
El siguiente es uno de los teoremas más importantes de la teoría de mo-
delos; permite construir extensiones arbitrariamente grandes de cualquier es-
tructura infinita.
117
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(R∗ , +, ·, <, 0, 1)
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
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4.2.3. Ejercicios
1. Sean L = {≺} y L 0 = {}, con #(≺) = #() = 2. Si M es un L-
modelo, sea M 0 un L 0 -modelo, con M 0 = M y
M |= ϕ ⇐⇒ M 0 |= ϕ 0 .
Q = {(a, b, c) ∈ N3 | a + b = c}
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
a) ∀x¬x < x
b) ∀x∀y∀z(x < y < z → x < z)
c) ∀x∀y(x = y ∨ x < y ∨ y < x)
d) ∀x∃y(x < y ∧ ¬∃z(x < z < y)
e) ∀x∃y(y < x ∧ ¬∃z(y < z < x)
V = {(x, y, z, w) ∈ C4 | x2 − y3 + (w − 7)5 + z = 0}
ψ0 (x, y, z, w, 7) = x2 − y3 + (w − 7)5 + z = 0
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(C, +, ·, 0, 1).
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Ejemplos
No es difícil ver que (Q, <) es ℵ0 -saturado, pero no es ℵ1 -saturado.
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4.3.2. Ejercicios
Demuestre que si A es infinito y es κ-saturado, entonces |A| ≥ κ. Demues-
tre que si A es saturado (=|A|-saturado) y B ⊂ A es definible en A e
infinito, entonces |B| = |A|.
√
Cortes de Dedekind. Describa el tipo de 2 sobre Q en√(R, +, ·, <, 0, 1).
Compárelo con el corte √ de Dedekind “usual” de 2. Considere de
nuevo el tipo p = tp( 2/Q; (R, +, ·, <, 0, 1)). ¿Es principal? ¿Es al-
gebraico? ¿Es trascendente? Arme el “corte de Dedekind al infinito”
de un elemento mayor que todos los racionales. ¿Es consistente? De
serlo, ¿dónde habría realizaciones de este tipo?
Tipos en ACF0 . Tenemos tipos√ algebraicos (es decir, con finitas solucio-
nes), como el tipo tp( 5/Q). Observe que la noción de “algebraico”
y “trascendente” depende del conjunto de parámetros. Por ejemplo,
tp(π/Q; C) es trascendente, pero tp(π/C; C) es algebraico. Generalice
e intente describir todos los tipos algebraicos y todos los tipos trascen-
dentes dentro de C.
Tipos de reales no estándar. El tipo
es consistente con la teoría de los reales. Los reales lo omiten (es decir,
no hay real que realice ese tipo). Como es consistente con la teoría de
los reales, se realiza en alguna parte. Cualquier realización ε es un
infinitesimal positivo. Explique todo esto.
125
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Lo anterior se itera un número finito de veces. Note que en ese caso ¡no es
necesario tomar proyecciones! Es decir, cuando hay eliminación de cuanti-
ficadores el álgebra booleana de definibles (la “jerarquía boreliana”, la “jer-
arquía proyectiva”, etc.) es trivial.
Más precisamente, lo anterior quiere decir que si uno toma unos S básicos
T
Bij , los cierra bajo combinaciones booleanas finitas, digamos B = i j Bij ,
y luego toma una proyección de B, ¡la imagen bajo proyección ya estaba en
la familia original!
Que una teoría tenga eliminación de cuantificadores tiene consecuencias
enormes.
Demostrar eliminación de cuantificadores es un verdadero arte, que usual-
mente requiere entender bastante bien la teoría de la cual se está demostrando
la eliminación. Tesis de doctorado completas han tenido partes sustanciales
consistentes en lograr alguna eliminación de cuantificadores en algún con-
texto algebraico específico. Por lo general, hay que enriquecer ligeramente
los lenguajes para obtener la eliminación.
T |= ∀x[ϕ(x) ↔ ψ(x)].
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Teorema 4.4.3 (QE; “criterio de vaivén”) Sea T completa para las sen-
tencias libres de cuantificadores, con |L| = κ. Entonces son equivalentes:
1. T admite QE.
2. Si A, B |= T son tales que |A| ≤ κ y B es κ+ -saturado, A0 ( A y f es
una inmersión de A0 en B, entonces f se puede extender propiamente
a una inmersión de alguna subestructura C de A en B.
4.4.1. Ejemplos
Teorema 4.4.4 1. La teoría de órdenes lineales densos sin extremos ad-
mite QE.
2. La teoría ACF admite QE.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Ejemplos
Si K es un campo (en el lenguaje usual de anillos τring ) y A ⊂ K,
acl(A) contiene a la clausura algebraica usual (de teoría de campos)
de A en K.
(que se obtiene reemplazando los elementos de cl(B) por los que les corres-
ponden mediante la función ya construida en el tipo tp(bi /(B∪{bj | j < i})).
Es un ejercicio verificar que este proceso es exhaustivo en ambos lados
(acl(B) y acl(B 0 )).
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
cl : P(M) → P(M)
Crecimiento A ⊂ cl(A).
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^ := {b
cl(A) ^ | b ∈ cl(A)}.
Ejemplo
Sea M un espacio vectorial. No es difícil ver que M es minimal (los
subconjuntos de M definibles con parámetros son todos combinaciones boo-
leanas finitas de soluciones de ecuaciones lineales, luego son combinaciones
booleanas finitas de síngletons [o de M mismo o el conjunto ∅]: conjuntos
finitos o cofinitos).
131
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
donde A − A = {a − b | a, b ∈ A}.
Hecho 4.7.5 Todo espacio afín es una geometría. Su localización con res-
pecto a cualquier punto es una pregeometría isomorfa a la del espacio vec-
torial inicial.
Ejemplo
Grupos minimales: sea (G, +) un grupo minimal. De nuevo se puede
armar el “espacio afín” asociado a G, con los mismos puntos pero con la
nueva noción de clausura claff (A) = A + hA − Ai. Y de nuevo se tiene que
si se localiza esta construcción a cualquier elemento g ∈ G, se recupera el
grupo inicial.
Así, algunos pares afín/localización se describen a veces en términos de
“olvidar el 0/recuperar un 0”.
132
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
4.7.3. Dimensión
La manera usual de tratar las nociones de independencia, generadores,
dimensión en espacios vectoriales se generaliza a todas las pregeometrías.
Definición 4.7.8 (Dimensión) Sea (M, cl) una pregeometría. Dado un sub-
conjunto A ⊂ M, la dimensión (combinatoria) de A es el cardinal de
una base de A. Denotamos este cardinal mediante dim cl (A) o simplemen-
te dim(A) cuando no hay ambigüedad. Si B ⊂ A, la dimensión relativa
es la dimensión de A en la pregeometría (localizada) MB ; la denotamos
dim(A/B).
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
4.7.4. Ejemplos
La dimensión en espacios vectoriales (coincide con la dimensión com-
binatoria cuando se toma cl = span).
134
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
A \ acl(B) ⊂ ϕ(A) :
o bien contiene el conjunto (no vacío, pues |B| < |A|) A \ acl(B), o bien es
un subconjunto no vacío de algún ϕi (A) finito.
Esto implica que A es saturado.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
ϕ(A, ā) y ¬ϕ(A, ā) son ambos infinitos, lo cual contradice la minimalidad
de la estructura A.
Los hechos anteriores justifican la siguiente definición de minimalidad
fuerte.
137
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4.9. O-minimalidad
Una clase importante de teorías (que incluye la teoría RCF de los cuerpos
real-cerrados) es la de teorías o-minimales (la letra o en este caso proviene
de “orden”).
Axiomas de cuerpos en +, ·,
∀x∀y∀z(x ≤ y → x + z ≤ y + z),
junto con
∀x∃y(y2 = x ∨ y2 + x = 0),
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
X
2n
!
∀x0 . . . ∀x2n ∃y y2n+1 + xi yi = 0 .
i=0
1. M es o-minimal,
139
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Una clase rica especial de funciones sobre los reales es una clase V de
funciones de dominio Rn para algún n e imagen Rm para algún m, que con-
tiene todos los polinomios con coeficientes reales, cerrada bajo composición,
con selección de cero y con límites.
En detalle:
(COMP 1) Si f : Rn → Rm ∈ V, g : Rm → Rp ∈ V, entonces
h : Rn → Rp ∈ V, donde para todo x ∈ Rn , h(x) = g(f(x)),
(COMP 2) si f : Rn → Rm ∈ V, g : Rm → Rp ∈ V, entonces
h : Rn → Rm+p ∈ V, donde para todo x ∈ Rn , h(x) = (f(x), g(x)),
Más de una década antes, Wilkie había demostrado que los reales expan-
didos con la función exponencial ex , Rexp = (R, <, 0, 1, +, −, ·, ex ) son una
estructura o-minimal. Ese trabajo resolvió una pregunta que había enunciado
Tarski varias décadas antes. El resultado de Wilkie usa resultados bastante
avanzados para capturar la geometría de variedades exponenciales reales.
Por el teorema anterior, la función exponencial está incluida en una familia
de funciones rica y especial.
Muchas otras expansiones de los reales o de otros cuerpos real-cerrados
han resultado ser o-minimales; sin embargo, demostrar la o-minimalidad
suele ser difícil y requerir mucha matemática externa a la lógica (resultados
de van den Dries han establecido la o-minimalidad de varias expansiones
mediante funciones analíticas).
Otro resultado muy importante, establecido por Peterzil y Starchenko [42],
es que la conjetura de tricotomía vale para estructuras o-minimales:
140
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Capítulo 5
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
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V
i<j<n+1 ¬xi = xj .
V
ϕ∞ : n∈N ∃x0 . . . ∃xn
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negaciones,
V
conjunciones de la forma i<γ ϕi para γ < κ,
W
disyunciones de la forma i<γ ϕi para γ < κ,
∃v0 . . . ∃vj . . . ϕj
| {z }
j<θ
para θ < λ,
∀v0 . . . ∀vj . . . ϕj
| {z }
j<θ
para θ < λ.
146
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
M |=s φ
2
De hecho, en la llamada jerarquía de grandes cardinales, los fuertemente compactos
están bastante arriba; más allá de los medibles y mucho más allá de los inaccesibles. Dado
cualquier cardinal inaccesible κ, se tiene que el nivel Vκ de la jerarquía de von Neumann
es modelo de ZFC. Pero si κ además es el mínimo inaccesible, entonces Vκ resulta ser un
modelo de ZFC donde no hay inaccesibles, pues κ ∈ / Vκ .
147
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
148
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
1. Sea M el modelo para el vocabulario vacío con universo {0, 1}. (a)
Describa una estrategia ganadora para II en G(M, ∀v0 ∃v1 ¬v0 = v1 ).
(b) Describa una estrategia ganadora para I en G(M, ∀v0 ∀v1 ∃v2 (¬v2 =
v0 ∧ ¬v2 = v1 )).
2. Muestre que G(M, φ) siempre está determinado, es decir, alguno de
los jugadores tiene estrategia ganadora.
3. Muestre que es imposible que ambos jugadores tengan estrategia ga-
nadora en G(M, φ).
Rm m
0 , · · · , Rn , · · · (m, n ∈ N)
149
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
ϕ(x1 , · · · , xn , X1 , · · · , Xm )
para denotar que sus variables libres vi están entre las x1 , · · · , xn , y sus
variables libres Rij están entre las X1 , · · · , Xm . La definición de verdad para
fórmulas de primer orden extiende la que teníamos para fórmulas de primer
orden, así: las interpretaciones de verdad para un L-modelo M ahora están
dadas por funciones arbitrarias
S : N2 → ℘(Mm )
M |= Rm
n (t1 , · · · , tm )hs, Si ⇔ (t1 hsi, · · · , tm hsi) ∈ S(m, n),
M |= (∃Rm
n ϕ)hs, Si ⇔ ϕhs, S(n/A)i para algún A ⊂ Mm ,
M |= (∀Rm
n ϕ)hs, Si ⇔ ϕhs, S(n/A)i para todo A ⊂ Mm .
150
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
1. ∀x(¬(x ⊕ 1 = 0))
2. ∀x∀y(x ⊕ 1 = x 0 ⊕ 1 → x = x 0 )
3. ∀x(x ⊕ 0 = x)
4. ∀x∀y(x ⊕ (y ⊕ 1) = (x ⊕ y) ⊕ 1)
5. ∀x(x ⊗ 0 = 0)
6. ∀x∀y(x ⊗ (y ⊕ 1) = (x ⊗ y) ⊕ x)
7. (Inducción:)
∀R10 R10 (0) ∧ ∀x(R10 (x) → R10 (x ⊕ 1)) → ∀xR10 (x) .
Note que la única diferencia entre estos axiomas de Peano de segundo or-
den y los de primer orden (página 101) está en que reemplazamos el esquema
de inducción de primer orden por un axioma (ahora único) de segundo orden.
151
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
no es recursivamente enumerable.
N |= ψ ⇔ pϕP → ψq ∈ ValII .
1. Las relaciones
R(pϕq) ⇐⇒ ϕ ∈ B
Rn (pϕ0 q, · · · , pϕn q, pϕn+1 q) ⇐⇒ f(ϕ0 , · · · , ϕn ) = ϕn+1
para todo f ∈ F
son recursivas.
152
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
∃x ∀y(R10 (y) → y ≤ x)∧
!
∀z ∀y(R10 (y) → y ≤ z) → x ≤ z .
153
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
5.4. Simbiosis
Para algunas lógicas la veracidad de
M |= φ (5.1)
puede ser una pregunta que requiere algo de teoría de conjuntos no trivial
para su solución. La simbiosis es un concepto que hace explícito este fenó-
meno.
En lógica de segundo orden hay una sentencia φHC tal que
(R, +, ·, 0, 1) |= φHC ssi vale la hipótesis del continuo. (5.2)
En este caso uno debe decidir la hipótesis del continuo para poder decidir si
(5.1) es verdadera o no. La hipótesis del continuo resulta ser independiente
de los axiomas ZFC de la teoría de conjuntos; esto hace que el significado
de (5.1) sea muy problemático en este caso.
Consideremos (5.1) cuando φ es de primer orden, en cierto sentido el
extremo opuesto de la situación anterior. En este caso, (5.1) es absoluta en el
siguiente sentido: si suponemos que (A, ∈) es un modelo transitivo de ZFC
tal que M ∈ A, entonces
154
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
ssi
|{a ∈ M : M |=s(a/0) φ(v0 , ~z)}| = |{b ∈ M : M |=s(b/1) ψ(v1 , ~z)}|.
La extensión de la lógica de primer orden con este cuantificador es simbiótica
con el predicado
Cd(x) ssi x es un cardinal.
La importancia de la simbiosis es que pone en evidencia de manera clara
y contundente el grado de dependencia que una cierta lógica tiene con res-
pecto a la teoría de conjuntos. Por otro lado, revela la relación íntima que
hay entre la teoría de conjuntos y la teoría de modelos.
Ejercicios:
155
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
UO / A(U)
A
i ρU
V
?
V / A(V)
A
156
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
157
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
ϕ atómica:
1. ϕ ≡ x = y: A U σ1 = σ2 ssi σ1 = σ2 ,
2. ϕ ≡ R(x1 , . . . , xk ): A U R[σ1 , . . . , σk ] ssi (σ1 , . . . , σk ) ∈
RA(U) ,
ϕ = ψ ∧ χ: A U ψ ∧ χ ssi A U ψyA U χ,
158
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
de equivalencia.
159
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(A fuerza en x la fórmula ϕ en los gérmenes [σ1 ]∼x , . . . , [σk ]∼x ) ssi existe
U 3 x abierto con σ1 , . . . , σk ∈ A(U) tal que A U ϕ[σ1 , . . . , σk ].
m
existe U 3 x tal que para todo y ∈ U A y ϕ[[σ1 ]∼y , . . . , [σk ]∼y ] .
160
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
σ ⇔ `i σ,
• ∃xφ(x) ↔ ¬∀x¬φ(x),
• ¬¬φ ↔ φ.
161
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Más allá del caso particular (pero sumamente complejo y rico en apli-
caciones) del forcing conjuntístico, los haces permiten un tránsito natural a
conexiones entre la teoría de modelos y la geometría algebraica.
La lógica de haces surgió de trabajos de Ellerman [8], Macintyre [29] y
ha sido desarrollada por Caicedo [3] y algunos de sus estudiantes en Bogotá.
162
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
2. Si M, N ∈ K, M ≤K N, entonces M ⊂ N,
3. ≤K ordena parcialmente a K,
5
Tò lógos en griego es el discurso, la palabra; es la raíz de la palabra lógica. En contraste,
tò harmótton es el buen encaje, la buena inmersión, el “buen encuadre”. Es la raíz de la
palabra armonía.
163
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
4. (Coherencia) Si M ⊂ N ≤K N 0 y M ≤K N 0 entonces M ≤K N,
5.6.1. Ejemplos
Unos ejemplos de AEC:
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Transferencia de categoricidad
165
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
K = PC(L, T 0 , Γ 0 ) := {M 0 L | M 0 |= T 0 , M 0 omite Γ 0 }.
Más aún, si M 0 , N 0 |= T 0 y ambos omiten Γ 0 , M = M 0 L y N = N 0 L,
M 0 ⊂ N 0 ⇔ M ≤K N.
Corolario 5.6.5 (Número “de Hanf” de una AEC) Si una AEC K tiene un
modelo de cardinal ≥ i(2LS(K) )+ entonces tiene modelos arbitrariamente
grandes.
166
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
(M0 , N0 , a0 ) ∼ (M1 , N1 , a1 )
si y solo si
M0 = M1 ,
existen Ñ y K-inmersiones f` : N` → Ñ tales que f0 (a0 ) = f1 (a1 ) y
f0 M0 = f1 M1 .
167
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Modelo monstruo
Cuando una AEC K satisface la propiedad de amalgamación, la pro-
piedad de inmersiones juntas (Joint Embedding Property, JEP) y no tiene
modelos maximales, se puede demostrar que tiene un modelo monstruo, es
decir un modelo M que es
fuertemente homogéneo: todo isomorfismo f : M → N con M, N ≤K
M y |M| = |N| < |M| se puede extender a algún f^ ∈ Aut(M).
168
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
169
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
=(x1 , . . . , xn , y) (5.5)
y
Si =(x, y) y =(y, z), entonces =(x, z).
M |=X φ
170
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
x y z
s0 10 5 1
s1 20 6 2
s2 10 1 1
s3 20 1 2
Ahora que les hemos dado un significado a los átomos (5.5), podemos ha-
cer algunas observaciones. Es posible usar equipos para explicar, suponiendo
que el significado definido en términos de equipos corresponda a nuestra in-
tuición, por qué =(x, y) no implica =(y, x). Para esto, basta considerar el
equipo
x y
s0 1 0
s1 2 0
y observar que este equipo satisface = (x, y) pero no = (y, x). De manera
similar, podemos explicar por qué = (x1 , x2 , y) no implica = (x1 , y). Para
esto es suficiente notar que el equipo
x1 x2 y
s0 1 0 0
s1 1 1 1
171
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
Es fácil verificar que X satisface tanto =(x)∨ =(y) como =(x)∨ =(z), pero
no =(x) ∨ (=(y)∧ =(z)). Recuerde que =(y) es la fórmula (5.5) con n = 0.
Para la fórmula atómica x = y definimos
Igualmente,
172
Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
x = z ∨ =(x, y) (5.6)
si consta de dos partes, una de las cuales satisface x = z y la otra =(x, y).
Esto se puede interpretar como decir que x determina totalmente a y en este
equipo excepto en el pedazo donde x = z. En este sentido, (5.6) representa
un tipo de dependencia más débil que (5.5), específicamente que la depen-
dencia =(x, y) se tiene solo en una parte del equipo.
Finalmente, consideremos los cuantificadores. Recuerde que en lógica de
primer orden tenemos el concepto de interpretación modificada s(n/a) (una
interpretación igual a s excepto que a vn le asigna el valor a [ver página 48]).
Cuando modificamos un equipo completo X podemos usar valores diferentes
para cada s ∈ X. Suponga que F : X → M. Definimos
X(n/F)
¬x = y
¬R(x1 , . . . , xn )
mediante
∧, ∨, ∃, ∀.
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
M |= φ,
si M |=X φ vale para todo equipo X (de manera equivalente, para algún
equipo no vacío). Una sentencia es válida si es verdadera en todo modelo.
M |= ∃z∀x∃y(=(y, x) ∧ ¬y = z).
y de aquí
M |=X ∃z∀x∃y(=(y, x) ∧ ¬y = z).
El recíproco es similar.
He aquí una aplicación interesante del lema anterior. Sea ψ la disyunción
de una cantidad suficientemente grande de sentencias de primer orden falsas
en la estructura (N, +, ·, 0, 1). No importa qué es exactamente la sentencia
ψ, siempre y cuando se pueda hacer algo de teoría de números elemental
en los modelos de ¬ψ. Para convertir a ψ en una sentencia de la lógica de
la dependencia es necesario reescribirla de tal manera que solo tenga nega-
ciones ante fórmulas atómicas. Usando el lema 5.7.4 podemos escribir una
sentencia θ de la lógica de la dependencia, en el vocabulario de la aritmética,
que exprese que algún elemento tiene infinitos predecesores. Note que entre
aquellos modelos donde falle ψ, los modelos de θ son precisamente los no-
estándar. Ahora, dada cualquier sentencia φ de la lógica de la dependencia
en el vocabulario de la aritmética, tenemos que
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Índice alfabético
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Lenguaje, teorías y modelos Väänänen-Villaveces
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