Está en la página 1de 102

E N M P

Investigación y Análisis MINISTERIO


PÚBLICO
Escuela Nacional
del Ministerio Público
ISSN 2221-6812

Año 2 [•] Número 3 enero-junio 2012

ENMP Investigación y Análisis


ARTÍCULOS

APORTES DE LA LEY 133-11:

LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO


LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO
Wilson M. Camacho Peralta
NOVEDADES DE LA LEY ORGÁNICA
DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Jesús Fernández Vélez
PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD Y PODER DE ACUSAR:
APARENTE ANTINOMIA DEL MINISTERIO PÚBLICO
Raúl Reyes Vásquez

NÚMERO 3 • enero-junio 2012


LA CARRERA DEL MINISTERIO PÚBLICO:
GARANTÍA DE OBJETIVIDAD E INDEPENDENCIA
EN LA INVESTIGACIÓN
Arístides José Trejo Liranzo
REFLEXIONES EN TORNO AL RÉGIMEN DE CARRERA
DEL MINISTERIO PÚ BLICO
Juan Carlos Bircann Sánchez
LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL
EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
Danissa A. Cruz Taveras
LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR LAS ACTUACIONES
DEL MINISTERIO PÚBLICO
Edward Veras Vargas
MINISTERIO PÚBLICO Y CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS PARA EL CASO DOMINICANO
Orlidy Inoa Lazala

NOTAS INSTITUCIONALES

ENTREVISTA A DON JORGE CHAVARRÍA GUZMÁN


Fiscal General de Costa Rica
ISSN 2221-6812 MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional In Memorian: Dra. Carmen Amarilis Cruz Félix
del Ministerio Público

Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público Santo Domingo, República Dominicana
3 EDITORIAL

5 APORTES DE LA LEY 133/2011:


LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO
WILSON M. CAMACHO PERALTA

22 NOVEDADES DE LA LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO


PÚBLICO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
JESÚS FERNÁNDEZ VÉLEZ

35 PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD Y PODER DE ACUSAR:


APARENTE ANTINOMIA DEL MINISTERIO PÚBLICO.
RAÚL REYES VÁSQUEZ

44 LA CARRERA DEL MINISTERIO PÚBLICO:


GARANTÍA DE OBJETIVIDAD E INDEPENDENCIA
EN LA INVESTIGACIÓN
ARÍSTIDES JOSÉ TREJO LIRANZO

55 REFLEXIONES EN TORNO AL RÉGIMEN


DE CARRERA DEL MINISTERIO PúBLICO
JUAN CARLOS BIRCANn SÁNCHEZ

62 LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL EN LA


REPÚBLICA DOMINICANA
DANISSA A. CRUZ TAVERAS

76 LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR LAS ACTUACIONES


DEL MINISTERIO PÚBLICO
EDWARD VERAS VARGAS

83 MINISTERIO PÚBLICO Y CUERPO TÉCNICO


DE INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS PARA EL CASO
DOMINICANO
ORLIDY INOA Lazala

NOTAS INSTITUCIONALES

90 ENTREVISTA A DON JORGE CHAVARRÍA GUZMÁN


FISCAL GENERAL DE COSTA RICA
Consejo ACADÉMICO
ENMP. Investigación & Análisis
Dr. Radhamés Jiménez Peña
Procurador General de la República
Dr. Jesús María Fernández Vélez Comité Editorial
Procurador General Titular de la Corte de Apelación
del Departamento Judicial de San Cristóbal Ramón Emilio Núñez N.
Director
Dr. Pedro Mateo Ibert
Procurador Fiscal del Distrito Judicial Orlidy Inoa Lazala
de San Juan de la Maguana Editora

Dr. José Fernando Pérez Vólquez Wilson Manuel Camacho Peralta


Presidente del Colegio de Abogados de la República
Ilena Carolina Rosario Rodríguez
Dominicana (CARD)
Félix Tena de Sosa
Dr. Antonio Medina Calcagno
Decano Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Evelyn Ma. Colón Arias
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
Claudia Rocío Encarnación Díaz
Pedro Domínguez Brito Danissa A. Cruz Taveras
Jurista
Miembros
Dr. Servio Tulio Castaños Guzmán
Vicepresidente Ejecutivo
Fundanción Institucionalidad y Justicia (FINJUS) Consejo Consultivo
Ramón Emilio Núñez N. Alberto Binder
Director General Instituto Latinoamericano sobre Seguridad
y Democracia (ILSED). Argentina
Rafael Blanco Suárez
Wilson Manuel Camacho Peralta Universidad Alberto Hurtado. Chile
Gerente de Capacitación Samuel Vuelta-Simon
Escuela Nacional de la Magistratura. Francia
María Olivares Paulino
Gerente de Comunicaciones e Imagen Institucional Manuel Miranda Estrampes
Fiscal del Tribunal Constitucional. España
Orlidy Inoa Lazala
Gerente de Políticas Públicas, Investigación y Análisis Luis Ramírez
Instituto de Estudios Comparados
Rosa Ma. Cruz Bejarán en Ciencias Penales. Guatemala
Gerente de Información y Atención al Usuario
Paula Ramírez Barbosa
Procuraduría General de la Nación. Colombia
Francia Manolita Sosa Semíramis Olivo de Pichardo
Coordinadora Gestión de la Capacitación Ex-Procuradora General de la República.
Wendy Yocasta Hiciano República Dominicana
Coordinadora de Información y Atención al Usuario
Raquel Martínez López de Vivigo Aura Celeste Fernández Rodríguez
Coordinadora Biblioteca Ex-Directora de la Escuela Nacional del Ministerio
Piedad Antonia Cabral Flores Público. República Dominicana
Coodinadora de Administración y Finanzas
Vanessa Mariela Cobo Echenique
Coordinadora de Políticas Públicas, Investigación y Análisis
Ilena Carolina Rosario Rodríguez
Coordinadora de Políticas Públicas, Investigación y Análisis
© Escuela Nacional del Ministerio Público
Calle Socorro Sánchez No. 156, Gazcue
Tel.: 809-682-2141 / Fax: 809-686-6777
Taurys Vanessa Guzmán Soto
Santo Domingo, República Dominicana
Asistente de la Dirección www.enmp.gov.do • www.pgr.edu.do

Asistentes de Departamentos
Xiomara de la Rosa MINISTERIO
María Leticia de León PÚBLICO
Escuela Nacional
Jesse James Ventura del Ministerio Público

Francis Peralta Presidencia Red de Capacitación


del Ministerio Público Iberoamericano
Osmel Ventura (RECAMPI)

Hansel Miguel Linares


Permitida la reproducción para fines no comerciales,
Nikolái Urraca a la condición de citar la fuente.
Recepción Las opiniones emitidas en el presente documento, son
responsabilidad excusiva del autor o autora del mismo
In Memoriam
Dra. Carmen Amarilis Cruz Félix
(1963-2009)

La Escuela Nacional del Ministerio Público dedica este número de su Revista


ENMP, Investigación y Análisis, sobre la Ley Orgánica del Ministerio
Público, a la memoria de la Dra. Carmen Amarilis Cruz Félix, quien fue una
destacada representante del Ministerio Público, profesora de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo y la más entusiasta precursora de la Escuela
Nacional del Ministerio Público desde la antigua Unidad de Capacitación de
la Procuraduría General de la República.
EDITORIAL

La Escuela Nacional del Ministerio Público dedica este tercer número de su


revista ENMP. Investigación y Análisis a uno de los temas más importantes para el
Ministerio Público en este momento, su Ley Orgánica, la cual ha venido a fortale-
cer las grandes conquistas que ha alcanzado tras ser configurado en la Constitu-
ción de la República.
Esta nueva Ley establece un novedoso sistema de Carrera, y le otorga a los
fiscales una mayor independencia y empoderamiento en el desempeño de sus fun-
ciones, cada vez más estelares dentro del sistema de justicia que conforma un Es-
tado Social y Democrático de Derecho.
Tal cual se señala en unos de los escritos, este cuerpo normativo es uno de los
más completos de todos los que anteriormente han regulado el Ministerio Público
dominicano, pues en su articulado se diseña una institución con estabilidad, in-
dependencia, altamente transparente, dinámica, y capaz de enfrentar la crimina-
lidad con eficiencia.
Así también, se desarrolla un título del órgano de gobierno del Ministerio Pú-
blico, el Consejo Superior del Ministerio Público, el cual ha sido uno de los ma-
yores logros a nivel institucional, puesto que descentraliza la toma de decisiones
para la correcta gestión de las cuestiones que la ley le confiere.
Es menester enfatizar la creación de un cuerpo técnico de investigación de la Poli-
cía Nacional, bajo la dependencia funcional del Ministerio Público, lo que sin lugar a
dudas contribuirá a mejorar las labores de investigación y persecución de los delitos,
promoviendo una verdadera dirección funcional por parte de los fiscales.

[5]
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Respecto de la independencia en las actuaciones de los fiscales, la ley fija ciertos
aspectos que fortalecen este importante pilar de todo sistema de justicia penal
efectivo, como lo es el Principio de Autonomía frente al Poder Político, estable-
ciéndose que no se podrá optar por ningún cargo electivo público ni participar en
actividad político-partidista. Dicho mandato busca que aún los miembros de libre
escogencia de esta institución deban abstenerse de participar en actividad políti-
ca, de cualquier índole, durante el periodo en que ocupen esas funciones so pena
de ser destituidos.
De esta manera, la clase política solo podrá exigirles a los miembros del Minis-
terio Público aquellas conductas que sean compatibles con los principios rectores
de su actuación recogidos y desarrollados en la propia ley.
Como vemos, el análisis profundo de las implicaciones que tiene esta nueva ley
de cara a la institución, devenía en una prioridad para nosotros, de ahí la necesi-
dad de recurrir al talento e ingenio de destacados juristas y miembros del Ministe-
rio Público para que expresaran su visión de tan trascendentes cambios.
Queremos agradecerles, finalmente, a estos colaboradores: Wilson Camacho,
Jesús María Fernández Vélez, Edward Veras, Raúl Reyes Vásquez, Juan Carlos
Bircann, Arístides Trejo, y Danissa Cruz. Disfruten de este tercero número y su
valioso contenido.

Ramón Emilio Núñez N. Orlidy Inoa Lazala


Director Editora

[6]
Aportes de la Ley 133-11.
Ley Orgánica del Ministerio Público
Wilson M. Camacho Peralta

RESUMEN abstract

El Ministerio Público Dominicano goza hoy día de la Dominican Public Prosecutors now enjoy the greater
mayor estabilidad con la que ha contado en toda su histo- stability that has ever had in its entire history. His career
ria. Su carrera se encuentra protegida por la Constitución is protected by the Constitution of the Republic, besides
de la República, siendo además completada por una ley que being completed by a law. The Bill 133-11, stands as the
la configura magistralmente. La ley 133-11, Ley Orgánica most complete regulatory body of those who have gover-
del Ministerio Público, se erige como el cuerpo normativo ned this institution. Its 114 articles design a stable institu-
más completo de los que han regulado el Ministerio Públi- tion, independent, highly transparent, dynamic, capable of
co Dominicano; sus 114 artículos diseñan una institución dealing with crime, contribute to public safety and streng-
con estabilidad, independencia, altamente transparente, then the rule of law in the country.
dinámica, capaz de enfrentar la criminalidad, contribuir a
la seguridad ciudadana y fortalecer el Estado de Derecho
en el país.

PALABRAS CLAVE
Organización, rendición de cuentas, independencia, transparencia,
capacidad de respuestas, Principios Rectores, instrucciones, estándar de
control, planificación, investigación científica, reducción de la impunidad.

I. Introducción

El texto constitucional aprobado por el


constituyente de enero del 2010, dio por El autor es Abogado y Psicólogo, Procurador
Fiscal de la Provincia Espaillat, docente de la Es-
primera vez fisonomía constitucional al cuela Nacional del Ministerio Público, donde ac-
Ministerio Público1, indicando el constitu- tualmente funge como Gerente de Capacitación.
Miembro del Comité Editorial de la Revista:
yente que la ley regularía la designación de ENMP Investigación y Análisis, con una Espe-
los miembros a excepción del Procurador cialidad en Derecho Penal y Procesal Penal de la
Universidad APEC, Diplomado en Litigación
General de la República y la mitad de los Penal en Juicios Orales de la Universidad Alberto
adjuntos de este2, la representación3, su Hurtado, Chile, y maestrante de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo en el Programa de
sistema de carrera, escuela de formación, Maestría, Derechos y Relaciones Internacionales.

1 Ver Art. 169

2 Ver Art. 171 datoS del autor


3 Ver Art. 172 párrafo I.

«Aportes
Revista de la Escuela de del
Nacional la Ley 133-11.Público,
Ministerio Ley Orgánica del Ministerio
No. 3, enero-junio Público»
2012, [7]
pp. 7-23
inamovilidad, régimen disciplinario, preceptos que rigen su actuación, sus órganos
de gobierno 4, así como las funciones del Consejo Superior del Ministerio Público
no indicadas en la Constitución5.
El Congreso Nacional cumpliendo con el mandato constitucional aprobó la
Ley 133-11, Ley Orgánica del Ministerio Público la cual fue promulgada por el
Poder Ejecutivo en fecha 7 de junio del citado año. Con esta producción legis-
lativa se dota al Ministerio Público Dominicano de un marco regulatorio auto-
suficiente, moderno, acorde con los nuevos tiempos, propio de la realidad do-
minicana y a tono con las exigencias que en este sentido, había demandado la
institución en sentido particular y la sociedad en sentido general, el cual permi-
te a este órgano del sistema de justicia dominicano, desempeñar de forma más
efectiva su función.
Esta ley constituye un paso más en la profesionalización de los operadores del
sistema de justicia y permite al Ministerio Público, operador de primer orden, ju-
gar un rol acorde con las exigencias sociales, y en consecuencia, dar respuestas a
las mismas, enfrentar de manera más eficaz la criminalidad, contribuir a mejorar
los niveles de seguridad ciudadana, al tiempo que le permite colaborar en mayor
medida en la construcción de un Estado de Derecho en la República Dominicana.

II. Aportes de la Ley Orgánica del Ministerio Público

Son varios y significativos los aportes que esta legislación hace a la organiza-
ción del Ministerio Público, y en consecuencia, al ordenamiento jurídico domini-
cano, en el presente artículo destacamos los siguientes:
1. Otorga al Ministerio Público una estructura organizativa propia. 2. Propicia
la rendición de cuentas. 3. Modifica la estructura interna. 4. Redefine los órganos
operativos. 5. Obliga a la transparencia en las instrucciones que se pueden impar-
tir. 6. Responsabiliza al Ministerio Público sobre el manejo de la información en la
investigación de los procesos penales. 7. Sanciona penalmente al funcionario que
se negare a prestar colaboración al Ministerio Público. 8. Incorpora nuevos Prin-
cipios Rectores de la actuación del Ministerio Público. 9. Permite crear procuradu-
rías regionales y especializadas. 10. Crea el escalafón del Ministerio Público. 11.
Plantea una Dirección General de Persecución. 12. Plantea una Dirección General

4 Ver Art. 173

5 Ver Art. 175

[8] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
de Carrera. 13. Crea la Dirección General Administrativa. 14. Permite a la Escuela
Nacional del Ministerio Público convertirse en Instituto de Educación Superior.
15. Crea la Inspectoría General. 16. Crea el Cuerpo Técnico de Investigación de la
Policía Nacional. 17. Crea el Cuerpo de Investigadores Técnicos Especializados. 18.
Crea el Fondo de Retiro del Ministerio Público.

1. Estructura Organizativa Propia


La Ley Orgánica del Ministerio Público otorga al mismo una estructura organi-
zativa propia, concretizando de esta forma la posibilidad que en este sentido per-
mite la Constitución y abandonando la antigua formación refleja al Poder Judicial.
El Ministerio Público desde su origen en el Continente Europeo durante el siglo
XIX, se ha organizado en forma similar al Poder Judicial. Esta organización fue
replicada en América Latina, y en consecuencia, República Dominicana fue parte
de la misma. La organización refleja es contraria a la lógica del Ministerio Público,
dificulta a esta institución la creación de un perfil propio, así como el uso de los
recursos humanos, entre otros. Esta organización es disfuncional en un sistema
acusatorio, ya que en este, el Ministerio Público adquiere protagonismo, recibe
nuevos roles y se convierte en el motor del Sistema de Justicia Penal.
La organización tradicional plantea al Ministerio Público en base a la existen-
cia de tribunales y no sobre la incidencia de la criminalidad en una determinada
demarcación territorial, lo que implica una organización rígida y poco operativa,
además que dificulta las posibilidades de dar respuesta en tiempo oportuno a las
demandas de seguridad por parte de la ciudadanía.
El Ministerio Público dominicano hoy día cuenta con una organización propia,
superando en consecuencia las disfuncionalidades legislativas antes menciona-
das, lo que le permitirá, tal como lo establece el legislador en el tercer consideran-
do de la citada ley, cumplir de forma eficiente, ágil y transparente con sus atribuciones
constitucionales. Esta innovación abre las puertas a la creación de procuradurías
regionales o especializadas, temas que abordaremos más adelante.

2. Rendición de Cuentas
La forma como normalmente se ha organizado el Ministerio Público no con-
templa mecanismos que obliguen a la institución a rendir cuenta de sus actuacio-
nes. El Centro de Estudio de Justicia de las Américas sobre este particular indica
“Un segundo aspecto en que el diseño del Ministerio Público ha sido defectuoso, es la ca-

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [9]


rencia de mecanismos institucionales que aseguren una clara vocación por rendir cuenta
pública de su gestión”6.
Este defecto organizacional también ha sido superado en la República Domini-
cana con la entrada en vigencia de la ley 133-11, la que en su artículo 3 manda al
Procurador General de la República a elaborar anualmente las memorias de ges-
tión de la institución que dirige y someter las mismas a la aprobación del Consejo
Superior del Ministerio Público. El referido artículo indica que el Procurador Ge-
neral de la República debe además rendir cuenta en audiencia pública de su ges-
tión, explicando la utilización de los recursos públicos otorgados, las dificultades
presentadas, entre otros.
Esta norma propicia la transparencia en el manejo de fondos públicos, posibili-
ta el escrutinio social y por consiguiente permite a la ciudadanía valorar la forma
como se gestiona esta importante institución del sistema de justicia dominicano.
Este canon legal no establece sanción por el incumplimiento de su mandato, lo
que hace necesario que el Consejo Superior del Ministerio Público supla reglamen-
tariamente esta circunstancia, facultad que le otorga la ley de marras en su artí-
culo 47 numeral 25 a fin de dotar de contenido material el citado artículo 3. No
obstante lo anterior, es necesario adoptar prácticas estandarizadas que permitan
el acceso a la información sobre la gestión del Ministerio Público, siempre dentro
del marco de la Constitución y las leyes.
Las instituciones públicas están llamadas a generar una cultura institucional
tendente a rendir cuenta de sus actuaciones, lo cual ha sido trabajado por la Pro-
curaduría General de la República en los últimos años, llegando a ser reconocida
en más de una ocasión como la institución más transparente del sector público.

3. Estructura Interna
El artículo 4 de la ley de marras establece: “Estructura interna. El Ministerio
Público está integrado por el Procurador General de la República, quien lo dirige, los pro-
curadores adjuntos del Procurador General de la República, los procuradores Generales
de Corte de Apelación, los procuradores fiscales y los fiscalizadores”.
Como se puede advertir, esta norma elimina los cargos de Fiscales Adjuntos y
Procuradores Generales de Cortes de Apelación Adjuntos. La ley 133-11 modifica
la estructura interna del Ministerio Público y reserva la posición de adjunto, solo,

6 Centro de Estudio de Justicia de las Américas, CEJA: Desafío del Ministerio Público en América Latina,
Chile, 2005, p. 42.

[10] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
a los Procuradores Generales Adjuntos, es decir, a los adjuntos del Procurador Ge-
neral de la República y aumenta el número de los mismos de 9 existentes en la ley
78-03 a 14. A partir de la entrada en vigencia de esta ley, las Fiscalías estarán con-
formadas por Fiscalizadores, Procuradores Fiscales y un Procurador Fiscal Titular,
el cual será designado por un periodo de 4 años, pudiendo ser reconfirmado para
un segundo y único periodo consecutivo. Las Procuradurías Regionales, por su
parte, y siguiendo este modelo, estarán conformadas por Procuradores Generales
de Corte u otros miembros del Ministerio Público y por un Procurador General de
Corte Titular, el cual será designado por cuatro años y podrá optar igualmente por
un segundo y único periodo consecutivo.
Los Adjuntos del Procurador General de la República, por su parte, serán selec-
cionados en un cincuenta por ciento por el Presidente de la República y el restante
cincuenta por ciento dentro de los Ministerios Públicos de carrera que ostenten la
posición de Procuradores Generales de Cortes de Apelación, siempre que cumplan
con los requisitos constitucionalmente establecidos. Estos procuradores ostenta-
ran la condición de adjuntos por el tiempo que permanezca el Procurador General
de la República que los seleccionó, pudiendo luego ser reconfirmados por el Procu-
rador entrante, ser reubicados u optar por el retiro.
La titularidad rotativa alrededor de las Fiscalías, de las Procuradurías Regio-
nales, así como en la posición de Adjunto del Procurador General de la República,
dinamiza la carrera del Ministerio Público, permite la renovación del liderazgo
interno de la institución, democratiza la organización y se constituye en un aporte
de gran valía para el fortalecimiento y el éxito de la misma.
Debo aprovechar este apartado para señalar que la Ley Orgánica del Ministerio
Público al igual que la Constitución de la República, no hace referencia a la existencia
de una Procuraduría General de la República, lo que implica que la institución se de-
nomina Ministerio Público y es dirigida por un Procurador General de la República.

4. Órganos del Ministerio Público


La ley 78-03 establecía como órganos del Ministerio Público los siguientes:
“Consejo General de Procuradores, Consejo Superior Disciplinario y el Consejo Disci-
plinario Departamental”7. La 133-11 reitera la estructura interna y el órgano de
gobierno del Ministerio Público que ya había establecido la ley 30-11 de corta du-
ración, y establece además los órganos operativos. Hoy día, conforme el artículo 4

7 Estatuto del Ministerio Público, ley 78-03 del año 2003, artículo 25, p. 31.

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [11]


de la ley 133-11: “…Su órgano de gobierno es el Consejo Superior del Ministerio Públi-
co”. En cuanto a los órganos operativos el citado artículo establece: “…Sus órganos
operativos son la Dirección General de Persecución del Ministerio Público, la Dirección
General de Carrera del Ministerio Público, la Dirección General Administrativa del Mi-
nisterio Público y la Escuela Nacional del Ministerio Público”.

5. Instrucciones
Esta legislación divide en dos las instrucciones a impartir al Ministerio Público,
a saber: Instrucciones Generales y Particulares. Las Instrucciones Generales solo las
puede impartir el Procurador General de la República y la ley limita a tres los pun-
tos sobre los que puede versar. Estos puntos son: dirección de la investigación de
los hechos punibles, el ejercicio de la acción penal y su oportunidad o la protección
de víctimas, testigos u otros sujetos. La ley establece en su artículo 8 que el Direc-
tor General de Persecución del Ministerio Público y los Procuradores Generales de
Cortes de Apelación podrán solicitar su reconsideración cuando sean contrarios a
las disposiciones de la Constitución de la República, los tratados internacionales
adoptados por el Estado, la legislación nacional, los precedentes jurisdiccionales vin-
culantes y los reglamentos y políticas adoptados por el Consejo Superior del Minis-
terio Público. El Procurador General de la República podrá ratificarlas, modificarlas
o revocarlas según lo estime procedente. La solicitud de reconsideración no exime
al Ministerio Público del cumplimiento obligatorio de las Instrucciones Generales.
Como se puede ver las Instrucciones Generales deben ser cumplidas natural-
mente por todo el Ministerio Público; y estarán a cargo de vigilar el cumplimiento
de las mismas el Director General de Persecución y los Procuradores Fiscales Titu-
lares. La ley manda a los Procuradores Generales de Corte de Apelación Titulares a
fomentar y a los Procuradores Fiscales Titulares, por sí mismos o por intermedio
de los miembros del Ministerio Público a su cargo, a gestionar, la resolución al-
ternativa de disputas, conforme a las políticas de persecución y las Instrucciones
Generales, a la luz de los artículos 38 numeral 7 y 42 numeral 4 respectivamente.
El incumplimiento de las Instrucciones Generales no presenta sanción de for-
ma expresa en la ley, a diferencia de la particulares en las que si lo hace, debe
inferirse que las razones para esto es el propio carácter general de las referidas ins-
trucciones, no obstante, puede colegirse tácitamente de la lectura de los artículos
78 numeral 4 y 91 numeral 1 que el incumplimiento reiterado de las mismas cons-
tituye falta grave. El Consejo Superior del Ministerio Público puede transparentar
la situación mediante reglamentación disciplinara como lo prevé el anteriormente
citado artículo 47 en su numeral 25.

[12] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Las Instrucciones Particulares, conforme el artículo 9 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público, objeto de análisis, pueden ser impartidas por el Procurador
General de la República, el Director General de Persecución del Ministerio Público
o el superior jerárquico inmediato. A este particular hacen referencia además los
artículos 30 numeral 9; 42 numeral 9 y 52 numeral 5. En caso de que se advierta
negligencia manifiesta en la gestión de los casos, el Procurador General de Corte
de Apelación Titular podrá impartir Instrucciones Particulares a los Procuradores
Fiscales Titulares.
Los encargados de las Procuradurías Especializadas pueden, por intermedio del
Director General de Persecución, dictar Instrucciones Particulares a los Procura-
dores Fiscales Titulares cuando se corresponda con sus ámbitos especializados y
el interés público lo haga necesario. Estas instrucciones deben ser impartidas por
escrito motivado y permite que el funcionario que las recibe, en caso de encon-
trarlas ilegales, arbitrarias, inconvenientes o se fundamenten en consideraciones
político partidarias, pueda impugnarlas, de igual forma mediante escrito motiva-
do. En caso de que exista peligro en la demora, el funcionario objetante debe cum-
plirlas, con exoneración de responsabilidad como consecuencia del acatamiento.
Estará a cargo del Director General de Persecución tramitar las Instrucciones Par-
ticulares que le sean requeridas por el Procurador General de la República y las
Procuradurías Especializadas.
Las Instrucciones Particulares deben ser acatadas por todo el Ministerio Públi-
co cuando son realizadas por el Procurador General de la República directamente
o a través del Director General de Persecución del Ministerio Público, y deberán
versar siempre sobre la dirección de la investigación de los hechos punibles, el
ejercicio de la acción penal y su oportunidad o la protección de sujetos protegidos
o cuando el interés público comprometido lo hicieren necesario.
La ley 133-11 reduce considerablemente el ámbito de acción de los Procura-
dores Generales de Cortes de Apelación ya que solo los Titulares podrán dictar
Instrucciones Particulares y deberán siempre dirigirlas a los Procuradores Fiscales
Titulares, no pudiendo hacerlo de manera directa con el resto de los componentes
de las Fiscalías, los cuales recibirán instrucciones directas del Procurador Fiscal
Titular respectivo, además de los funcionarios señalados en el párrafo anterior.
El incumplimiento de las Instrucciones Particulares dictadas de conformidad
con la ley constituye falta grave a la luz del artículo 91 numeral 3, sancionable con
suspensión por hasta noventa (90) días sin disfrute de sueldo. Esta legislación trae
una innovación en la sanción por falta disciplinaria, aumentando la posibilidad de
suspensión de 30 días que contemplaba la ley 78-03 hasta los 90 días ya indicados.

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [13]


La forma como la ley 133-11 regula las instrucciones que pueden ser impar-
tidas al Ministerio Público asegura la transparencia de las mismas, ya que como
hemos referido deben ser impartidas solo por aquellos funcionarios a los que la
ley otorga dicha facultad, quienes deben impartirlas por escrito, conteniendo las
motivaciones que la sustentan y respetando la Constitución, los tratados interna-
cionales, las leyes adjetivas y los precedentes jurisdiccionales vinculantes.
Esta regulación asegura además la independencia de los representantes del Mi-
nisterio Público, los cuales solo deben obediencia absoluta al contenido normativo
establecido en el artículo 13 de la citada ley, que define el Principio de Legalidad,
lo que debe eliminar en los hechos las injerencias indebidas en la gestión de los
procesos puestos a cargo de este funcionario del sistema de justicia dominicano.
La ley 133-11 cierra el círculo, blindando al Ministerio Público de las injerencias
externas y asegura que a lo interno solo se realicen dentro del marco de la ley, fo-
mentando la cultura democrática de la institución y posibilitando la erradicación
del autoritarismo.

6. Manejo de la información
en la investigación de los procesos penales
La Constitución de la República expresa en su artículo 44 numeral 4 “El manejo,
uso o tratamiento de datos e informaciones de carácter oficial que recaben las autori-
dades encargadas de la prevención, persecución y castigo del crimen, sólo podrán ser
tratados o comunicados a los registros públicos, a partir de que haya intervenido una
apertura a juicio, de conformidad con la ley”. El Código Procesal Penal en su artículo
93 numeral 1, refiriéndose a la dirección de la investigación de los hechos punibles
por el Ministerio Público y sus alcances, indica: “El cumplimiento obligatorio por parte
de los funcionarios y agentes policiales de todas las órdenes relativas a la investigación de
los hechos punibles emitidas por el Ministerio Público o los jueces. La autoridad adminis-
trativa policial no debe revocar o modificar la orden emitida ni retardar su cumplimiento”.
El artículo 10 de la ley 133-11 hace referencia a la dirección funcional de las in-
vestigaciones que realice la policía o cualquier otra agencia ejecutiva de seguridad
o de gobierno que cumpla tareas auxiliares de investigación con fines judiciales,
señalando que la misma está a cargo del Ministerio Público. Este artículo señala
además lo siguiente: “El Ministerio Público es el responsable del manejo de la informa-
ción sobre las investigaciones de conformidad con la ley”.8

8 Ver artículo 290 del Código Procesal Penal.

[14] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
La anterior comparación normativa nos permite ver como la ley 133-11 viene a
definir quién, de los que participan en la investigación de hechos penales, es el fun-
cionario con la responsabilidad de manejar la información surgida de los mismos.
Esto implica que en los hechos, el Ministerio Público debe asumir cómo, cuándo,
dónde y qué hechos de la investigación pueden hacerse públicos y debe en conse-
cuencia impedir que la policía lo haga, como ha ocurrido tradicionalmente en el país.
La divulgación indebida de las informaciones surgidas en un proceso de inves-
tigación puede comprometer la responsabilidad penal, civil y disciplinaria de la o
las personas que lo hicieren y definitivamente causa perjuicios a la investigación,
a las partes envueltas en el proceso y al conglomerado social. La sociedad no solo
necesita ser informada, sino que además necesita la reducción de la impunidad de
las infracciones a las leyes y esto se puede afectar cuando tergiversando los inte-
reses sociales, un elemento se coloca por encima del otro. El manejo inadecuado
de la información relativa a la investigación de hechos punibles se traduce en un
obstáculo al normal funcionamiento de la administración de justicia.

7. Colaboración con el Ministerio Público


La Ley 133-11 indica en su artículo 12 que el Ministerio Público podrá requerir
colaboración de cualquier funcionario o autoridad de la República para el cumpli-
miento de sus funciones. Este artículo expresa que el funcionario que se negare a
prestar colaboración incurrirá en Obstrucción de Justicia, creando por primera
vez este tipo penal en República Dominicana y establece como sanción la estable-
cida en el artículo 188 del Código Penal el cual prevé pena de reclusión menor, es
decir, en una posible condena de 2 a 5 años.
El tipo penal Obstrucción a la Justicia ha existido históricamente en otras le-
gislaciones, como es el caso de la legislación española y la de Estados Unidos, entre
otras, con el fin de eliminar posibles obstáculos al normal funcionamiento de la
administración de justicia, por parte de un funcionario público, en nuestro caso
particular o de cualquier ciudadano en sentido general. El referido tipo penal tie-
ne un alcance restrictivo en nuestro caso, ya que es visto como un delito especial
propio, por lo que solo un funcionario lo puede cometer, no obstante el mismo
debería ser parte de nuestra legislación penal con una dimensión mayor según
nuestro criterio particular.
La existencia de este tipo penal facilitará sin lugar a dudas la colaboración para
con el Ministerio Público y en consecuencia el mismo podrá aumentar su capaci-
dad de respuesta al tiempo que contribuye a la reducción de la impunidad.

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [15]


8. Nuevos Principios Rectores
La ley 78-03, enmarcaba la actuación del Ministerio Público en nueve principios,
a saber: Legalidad, Unidad de Actuaciones, Indivisibilidad, Jerarquía, Objetividad,
Responsabilidad, Independencia, Probidad y Oportunidad. Por su lado la Consti-
tución del 2010 enmarca la actuación del fiscal en la geografía de seis principios,
como son: legalidad, objetividad, unidad de actuaciones, jerarquía, indivisibilidad y
responsabilidad. El constituyente obvió, al no referirse de manera directa, los prin-
cipios de independencia, probidad y oportunidad. La Constitución indica en su ar-
tículo 173 que la ley regulará los preceptos de la actuación del Ministerio Público no
contenidos en esta.
La ley 133-11 trae como Principios Rectores del Ministerio Público, los siguien-
tes: Legalidad, Oportunidad, Objetividad, Respeto a las Víctimas, Independencia,
Inamovilidad, Probidad, Responsabilidad, Exclusividad, Indivisibilidad, Unidad
de Actuaciones, Jerarquía, y Apoliticidad. Esta legislación aumenta a 13 los princi-
pios que rigen la actuación del Ministerio Público, elevando el estándar de control
en la actuación del referido funcionario. Los principios subrayados constituyen las
innovaciones de la referida ley con la incorporación de los mismos.
El principio de legalidad, repetido en todas y cada una de las leyes referentes a
la organización del Ministerio Público, presenta en esta ocasión innovaciones en
su configuración geográfica. Su contenido ha sido ampliado con la incorporación
de la obligación del Ministerio Público de someter su actuación a los precedentes
jurisdiccionales vinculantes lo que en consecuencia amplia el marco dispositivo al
que el Ministerio Público debe sujetar su accionar.
Otro elemento novedoso en el contenido del citado principio lo constituye la
referencia a que en caso de oscuridad o insuficiencia de las normas jurídicas, el
Ministerio Público deberá tomar en cuenta los principios fundamentales que ins-
piran el ordenamiento jurídico dominicano en el sentido más favorable a la perso-
na, incorporando el Principio Pro Homine como parte del cuadro regulatorio de la
actuación del Ministerio Público.

9. Procuradurías Regionales y Especializadas


Como hemos dicho anteriormente en este artículo, el Ministerio Público po-
see hoy día una organización propia que le permite crear procuradurías regiona-
les o especializadas independientemente de la existencia o no de tribunales en
la demarcación de que se trate. Esto es posible debido a que la labor del Minis-
terio Público va más allá del mero trámite de expedientes propio de la cultura

[16] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
inquisitiva. El Ministerio Público por mandato de la Constitución tiene hoy día
la responsabilidad de formular e implementar la política del Estado contra la
criminalidad y dentro de esta gestión debe prevenir, controlar y perseguir los
hechos punibles, lo que lo obliga a organizarse de forma que pueda alcanzar esos
objetivos.
El Consejo Superior del Ministerio Público puede crear Procuradurías Re-
gionales, las cuales deberán estar a cargo de un Procurador General de Corte
de Apelación y para ello solo debe atender a criterios de extensión territorial,
carga de trabajo, facilidad de comunicación y eficiencia en el uso de los recur-
sos. Del mismo modo este órgano podrá crear Procuradurías Especializadas,
las cuales se constituirían en órganos complementarios de la Dirección Gene-
ral de Persecución, sujetas a su director y a cargo de un Procurador General de
Corte de Apelación. Estas Procuradurías tendrían alcance nacional o regional
y para la creación de las misma debe tomarse en cuenta la complejidad de los
casos, la vulnerabilidad de las víctimas, el interés público comprometido o las
prioridades institucionales.

10. Escalafón del Ministerio Público


Un escalafón se define como una lista de individuos pertenecientes a una insti-
tución clasificados según su grado, tomando en cuenta los meritos, la antigüedad,
entre otros. Cada grado puede estar compuesto por varios niveles dependiendo
del modelo organizacional que elija cada institución dentro del diseño de un sis-
tema de carrera.
Un sistema de carrera consiste en un conjunto de reglas técnicas que permi-
ten gestionar el talento humano con el fin de mejorar la eficiencia de la insti-
tución, promover el desarrollo y profesionalización equitativo del personal que
ha ingresado a ella por méritos, honestidad e idoneidad y establecer igualdad
de oportunidades de acceso a la misma.
Dentro de la carrera del Ministerio Público debe perseguirse la competencia de
sus miembros, el ascenso estratégico, equilibrado, transparente, ordenado y esca-
lonado de los mismos, al tiempo que capta del medio jurídico lo mejor de los que
tienen interés en ingresar a la carrera. El escalafón del Ministerio Público es una
herramienta útil para este propósito.
La construcción del escalafón del Ministerio Público amerita de un proceso pro-
fundo de planificación que permita una organización estratégica, visionaria, capaz
de contribuir a la construcción de una institución flexible, dinámica, eficiente y

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [17]


eficaz, en condiciones óptimas de responder a las demandas tanto externas como
internas.
El escalafón debe construirse sobre la base de criterios claros, objetivos, equi-
tativos y vinculados a temas como la capacitación, evaluación de desempeño, vista
esta cualitativa y cuantitativamente, así como el tiempo de permanencia en cada
grado del mismo.
El escalafón debe ser parte de un plan de carrera, el cual debe reglamentarse y
ser aprobado por el Consejo Superior del Ministerio Público, a la luz del referido
artículo 47 numeral 25 de la ley 133-11. Es nuestro deseo, como parte de esta ca-
rrera, que esta reglamentación permita construir un Ministerio Público cada día
más fuerte, con mayor capacidad de respuesta a las demandas sociales y unido a
los mejores intereses de la nación.

11. Dirección General de Persecución y Dirección General de Carrera


La Dirección General de Persecución y Dirección General de Carrera son crea-
das por la ley 30 del 2011, no obstante queremos referirnos a ellas y hacerlo con-
forme la legislación vigente que es la Ley 133-11, tomando en cuenta que son
aspectos novedosos dentro del Ministerio Público, además de que esta última
incluye algunos elementos nuevos. Sobre la Dirección General de Persecución
la ley 133-11 indica que la misma estará a cargo de un Director General, el cual
será seleccionado por el Procurador General de la República entre los Procurado-
res Generales Adjuntos, con mandato establecido por un periodo de cuatro años,
renovable por un único periodo consecutivo. El Director General de Persecución
deberá ser un Ministerio Público de carrera, aunque la norma no lo indica de for-
ma expresa, a la luz de lo establecido en el articulo 30 numeral 14, el cual indica
que el Procurador General de la República designará a este funcionario dentro
de los Procuradores Generales de Corte de Apelación que cumplan con los requi-
sitos para ser sus adjuntos y esto a su vez son funcionarios de carrera. Entre sus
funciones se destacan: formular políticas de propuesta de persecución, coordi-
nar el sistema de protección de víctimas, testigos y sujetos en riesgo, gestionar
las Procuradurías Especializadas, dirigir los cuerpos de investigadores técnicos
del Ministerio Público, entre otras.
En cuanto a la Dirección General de Carrera, establece la referida ley, que la
misma estará a cargo de un Director General que será designado por el Consejo Su-
perior del Ministerio Público, previo concurso de expedientes divulgado en al me-
nos dos medios de circulación nacional. Su mandato durará cuatro años y podrá

[18] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
serle renovado por un segundo y único período consecutivo. Entre sus funciones
se acentúan las siguientes: ejercer la dirección funcional de la carrera del Minis-
terio Público, planificar la gestión de la carrera, gestionar y mantener actualizado
el escalafón, crear y mantener actualizado el registro del Ministerio Público, reco-
mendar al Consejo Superior del Ministerio Público, por intermedio del Procurador
General de la República, la convocatoria de concursos públicos para aspirantes a
Fiscalizador o concursos internos para ascensos cuando en el escalafón existan
dos o más integrantes en condiciones de optar o cuando se trate de una posición
directiva, ejecutar los concursos internos cuando corresponda, gestionar el siste-
ma de evaluación de desempeño, formular las escalas salariales y programas de
compensación, entre otros.

12. Dirección General Administrativa


La Dirección General Administrativa es una creación de la ley 133-11, la que
sobre el particular señala que la misma estará a cargo de un Director General que
será designado por el Procurador General de la República y ratificado por el Conse-
jo Superior del Ministerio Público. Dentro de sus funciones se destacan: Ejercer la
dirección administrativa, financiera, presupuestaria, de planificación, de personal
y de los servicios generales del Ministerio Público, diseñar y actualizar un sistema
de indicadores sobre la información financiera, formular las escalas salariales y los
programas de compensación del personal técnico y administrativo, entre otras.

13. Escuela Nacional del Ministerio Público


El artículo 61 de la ley 133-11 define la Escuela Nacional del Ministerio Público
como el órgano responsable de la capacitación de los miembros del Ministerio
Público, los aspirantes a Fiscalizador y su personal técnico y administrativo. Es-
tablece además, que la misma tiene categoría de Instituto de Educación Superior
y que una vez obtenida la acreditación oficial correspondiente, estará autorizada
a expedir títulos y certificados con el mismo alcance, fuerza y validez que tienen
los expedidos por las instituciones de educación superior. Indica la norma que la
referida escuela, podrá formular recomendaciones sobre los planes de estudio de
las carreras de derecho y otras relacionadas con su ejercicio a través del Ministerio
de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. En iguales términos la concibió pre-
viamente la ley 30-11.
Los programas de capacitación establecidos en la ley 133-11 son los siguientes:
Programa de Capacitación Inicial, el cual se contempló por primera vez en la ley

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [19]


78-03 como Programa Inicial de Formación (PIF), derivando por consiguiente, en
una modificación al nombre del referido programa y ajustándolo a la realidad de la
escuela, la cual constituye en esencia un centro de capacitación. El cambio de nom-
bre traerá un consecuente cambio en las siglas de PIF a PCI; Programa Ordinario
y Especializado de Capacitación, los cuales contienen, en sentido estricto, la ca-
pacitación continua y se traducen en una innovación de cara al viejo Programa de
Perfeccionamiento contenido en la ley 78-03; Programa de Capacitación conjunta
para Ministerio Público y Policías y Programas de Adiestramiento para el personal
técnico y administrativo.
La Escuela Nacional del Ministerio Público (ENMP) cuenta con un Consejo Aca-
démico, establecido en la ley 30 al igual que en la 133, la ley 78-03 hacía referencia a
un Consejo Directivo. La ley 133-11 indica que la ENMP estará a cargo de un Director
General diferenciándose de la ley 78-03 que ponía la escuela a cargo de un Director y
un Subdirector. Se establece como uno de los requisitos para ser Director General de la
Escuela Nacional del Ministerio Público, tener doce años de ejercicio profesional, con
experiencia docente asumiendo, en este sentido, la concepción de la ley 78-03 en este
aspecto y apartándose de la ley 30 que sobre este particular establecía una experiencia
de siete años.

14. Inspectoría General


La ley 133-11 crea la Inspectoría General del Ministerio Público definiéndola
como un órgano permanente encargado de investigar, de oficio o por denuncia, las
faltas atribuidas a los miembros del Ministerio Público y presentar las acusaciones
cuando corresponda. Establece la referida ley que estará a cargo de un Adjunto
del Procurador General que provenga de la carrera, quien fungirá como Inspector
General designado por el Consejo Superior del Ministerio Público, a propuesta del
Procurador General de la República y que su mandato durará dos años, pudiendo
serle renovado por un segundo y único período consecutivo.
Este organismo tendrá a su cargo las investigaciones disciplinarias sobre cual-
quier irregularidad que se atribuya a un Ministerio Público en el ejercicio de sus
funciones, lo que permitirá asegurar el comportamiento del Ministerio Público
conforme los mandatos de la Constitución, las leyes y los precedentes jurisdiccio-
nales vinculantes.

15. Cuerpo Técnico de Investigación de la Policía Nacional


Uno de los aportes más significativos, sin lugar a dudas, lo constituye la crea-

[20] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
ción mediante esta ley del Cuerpo Técnico de Investigación de la Policía Nacional,
el cual tendrá a su cargo, con carácter exclusivo, todas las actividades policiales de
investigación y persecución del delito bajo la dirección legal del Ministerio Públi-
co, no pudiendo sus miembros participar en actividades policiales diferentes de
las que les asigne el Ministerio Público en el marco de sus atribuciones.
Este cuerpo técnico policial fortalecerá significativamente la efectividad de las
labores de investigación de los delitos, lo cual ha sido un requerimiento del Minis-
terio Público a partir de la reforma procesal penal y fortalecerá además las accio-
nes de este órgano de persecución frente al crimen.
El Ministerio Público deberá acompañar a la Policía Nacional en este histórico
proceso de dotar al país de un cuerpo técnico de investigación profesional, eficien-
te, con rigor científico, tal como lo ha concebido el legislador y lo ha reclamado la
sociedad dominicana. Esta creación se traducirá sin lugar a dudas en una herra-
mienta vital para dar respuesta contundente al crimen y aumentar los niveles de
seguridad ciudadana.

16. Cuerpo de Investigadores Técnicos Especializados


La ley 133-11 faculta al Procurador General de la República para proponer al
Presidente de la República, por sí mismo o a requerimiento del Consejo Superior
del Ministerio Público, la formación de cuerpos de investigadores técnicos espe-
cializados subordinados directamente al Ministerio Público. Los integrantes de
los cuerpos de investigadores técnicos especializados estarán bajo la dirección del
Director General de Persecución del Ministerio y brindarán soporte a las procura-
durías y unidades especializadas del Ministerio Público.

17. Fondo de Retiro del Ministerio Público


La ley 133-11 crea un Fondo de Retiro del Ministerio Público como incentivo
para promover la permanencia en el cargo y el retiro en condiciones de dignidad.
La administración del fondo, así como las condiciones y el procedimiento para
otorgar este beneficio serán regulados en el reglamento que al efecto adopte el
Consejo Superior del Ministerio Público.

Retos del Ministerio Público. Algunas Reflexiones


a modo de Conclusión
El Ministerio Público tiene el reto de lograr que el marco regulatorio constitui-

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [21]


do por su Ley Orgánica sea aplicado en la forma que fue concebido por el legisla-
dor, debe evitar a toda costa que sea desvirtuado en la práctica. Es necesario que
esta ley no agote solamente su contenido formal y sea en los hechos dotada de
contenido material.
El Consejo Superior del Ministerio Público tiene como reto erigirse en el guar-
dián de la institucionalidad del Ministerio Público, debe convertirse en un celoso
vigilante de la legalidad, procurando siempre cumplir con los fines para los que
fue creado, es decir, desconcentrar la toma de decisiones administrativas del Pro-
curador General de la República, reducir los niveles de verticalidad en la toma de
decisiones, completando así el proceso de democratización e independencia inter-
na del Ministerio Público. Debe además asegurar la transparencia y constituirse
en un contrapeso ante los intereses políticos que puedan amenazarla misma.
El Consejo Superior del Ministerio Público debe asegurar además que en la ges-
tión de esta importante institución del sistema de justicia dominicano, lo urgente
no sustituya a lo importante, lo conveniente a lo necesario y la confianza institu-
cional no sea pagada con apatía; debe procurar el aumento de la confianza institu-
cional, la cual se fortalece cuando, entre otras cosas, éstas satisfacen las demandas
de sus usuarios internos y externos.
El Ministerio Público debe asumir el reto que constituye la rendición de cuen-
tas de sus actuaciones y de este modo granjearse mayores niveles de confianza de
la población. Otro de sus grandes retos lo constituye asegurar que en los hechos
las instrucciones se dicten en la forma que establece la ley y con los niveles de
transparencia que concibió el legislador.
Sin lugar a dudas un elemento espinoso lo constituye la elaboración del esca-
lafón del Ministerio Público, para el cual la institución debe hacer un reflexivo
ejercicio introspectivo y asegurar que se configure en base a criterio claros, com-
partidos, donde reine la meritocracia, estrictamente apegado a los ideales de jus-
ticia en su contenido más puro y se tomen en cuenta los más nobles intereses de
la institución.
Dentro de los retos del Ministerio Público a la luz de la ley 133-11 el de mayor
impacto será hacer realidad el ideal del legislador de que la institución cuente con
un Cuerpo Técnico de Investigación, integrado por personas que se seleccionen
por sus competencias, libres de cualquier nivel de contaminación, comprometidos
con los mejores intereses de la nación y prestos a colaborar con la realización de
investigaciones penales científicas y, en consecuencia, contribuir con la reducción
de la impunidad en cualquier manifestación del delito.

[22] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Este nuevo marco jurídico definitivamente revoluciona la regulación del Minis-
terio Público, incorporando instituciones inexistentes anteriormente en nuestro
ordenamiento jurídico en sentido general y en relación con este órgano del siste-
ma de justicia dominicano en sentido particular. Enhorabuena!

«Aportes de la Ley 133-11. Ley Orgánica del Ministerio Público» [23]


Novedades de la Ley Orgánica
del Ministerio Público de la República Dominicana
Jesús Fernández Vélez

RESUMEN abstract

Con la promulgación de la Ley número 133-11, en fe- With the enactment of Law No. 133-11, dated July 9,
cha 9 de julio del 2011, el Ministerio Público obtiene un 2011, prosecutors obtained an important step in the stren-
importante avance en su fortalecimiento como institución gthening of the institution as rector of the investigation,
rectora de la investigación, persecución y tramitación hacia prosecution and handling to the criminal courts of the cri-
los tribunales de justicia penal encargados de la aplicación minal action as well as in the strengthening of operational
de la normativa penal de la acción penal; así como en el autonomy and consolidation of its Career System.
afianzamiento de su autonomía funcional, administrativa The Constitutional Reform proclaimed on January 26
y financiera, y en la consolidación de su Sistema de Carrera. of 2010 establishes definitely the institutional location of
La Reforma Constitucional proclamada el 26 de enero the Public Prosecutor within the justice system, bringing to
de 2010 consagra definitivamente la ubicación institucio- substantive level its purposes and powers as the represen-
nal del Ministerio Público dentro del sistema de justicia de tative of society in the delicate task of prosecuting viola-
la República Dominicana, elevando al nivel sustantivo sus tions of criminal laws.
fines y atribuciones como representante de la sociedad en
la delicada misión de promover el enjuiciamiento de las vio-
laciones a las leyes penales. PALABRAS CLAVE
Constitución de la República, Ministerio Público, Leyes Orgánicas,
Procurador General de la República, Consejo Superior, Sistema de Justicia,
Investigación, Política Criminal, Principios, Autonomía, Carrera.

Introducción

El Ministerio Público de la República


Dominicana, de procedencia francesa, en Graduado de Doctor en Derecho, 1989,
en la Universidad Autónoma de Santo Do-
la época de la monarquía, ha tenido una mingo. Tiene un Postgrado en Argumenta-
muy lenta evolución en nuestro país, pues ción Jurídica de la Universidad de Alicante,
España. Ha realizado varias especialidades,
su accionar y existencia tradicionalmente diplomados y cursos en las áreas de dere-
se tornaron intrascendentes y a expensas cho penal, procesal penal y constitucional.
Impartió docencia durante catorce años de
de los mandantes que se sucedían en el so- varias asignaturas de las ciencias jurídicas
lio gubernativo. en dos universidades dominicanas. Actual-
mente es Procurador General de la Corte
De ser tenida como una especie de co- de Apelación del Departamento Judicial de
San Cristóbal.
modín a través de largos años, es en la pri-
mera década del siglo XXI, a partir del año
2004, lo cual era un mandato de su Ley,
número 78-03 del 15 de abril de 2003, de- datoS del autor

[24] Revista
Revista de la de la Escuela
Escuela Nacional
Nacional del Ministerio
del Ministerio Público,
Público, No.
No. 3, 3, enero-junio
enero-junio 2012,2012
pp. 24-36
nominada Estatuto del Ministerio Público, que en su artículo 117 se expresaba:
“Los miembros del Ministerio Público que se encuentran en funciones a la entrada en
vigencia del presente Estatuto permanecerán en sus cargos hasta el término del presente
período presidencial, salvo que incurran en algunas de las faltas disciplinarias previstas
anteriormente que conlleven su destitución”.
El texto constitucional del 26 de enero 2010 coloca al Ministerio Público en
una perspectiva de autonomía funcional, administrativa y presupuestaria, lo cual
viene a consumarse en su Ley Orgánica, marcada con el número 133-11 del 9 de
junio del año 2011.
La nueva ley contiene innumerables figuras o aspectos novedosos que merecen
ser publicitados, a los fines de conocer más ampliamente la riqueza institucional
contemplada para este órgano especializado, responsable de la formulación e im-
plementación de la política del Estado contra la criminalidad y director de la inves-
tigación y de la acción penal pública en representación de la sociedad.
En este análisis presentamos una visión sucinta de las diversas legislaciones
que en el tiempo han tratado de organizar y normar la vida del Ministerio Público
de la República Dominicana, con énfasis en la Reforma Constitucional del 26 de
enero de 2010 y en su Ley Orgánica número 133-11.

I. Normativas Concernientes al Ministerio Público

Desde la formación de la República Dominicana como Nación políticamente


organizada el 6 de noviembre de 1844, con la Constitución de San Cristóbal, y en
las treinta y ocho reformas que ha tenido el Pacto Fundamental, ha sido preocu-
pación del legislador el encuadrar institucionalmente al Ministerio Público como
órgano de persecución de las conductas que la sociedad ha erigido en ilícitos o
tipos penales cuya inobservancia implica la pena privativa de libertad, entre otras
sanciones, puesto que en la Constitución y sus numerosas modificaciones el Mi-
nisterio Público ha sido contemplado, no obstante, con diversas denominaciones.
En el año del 1844 se le designó como agente del Ministerio Público ante la Su-
prema Corte de Justicia, nombrado por el Poder Ejecutivo. En la segunda reforma
de la Constitución, del año 1854, pasó a nombrarse agente del Poder Ejecutivo.
Más tarde se le llamó Ministro Fiscal; y en la revisión constitucional del 7 de mayo
de 1877 aparece por primera vez el nombre de Procurador General para designar
al máximo representante de este organismo, hasta la actualidad, que conocemos
como Procurador General de la República.

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [25]


Al margen de los ámbitos de la Ley Suprema, la primera ley adjetiva u ordinaria
que pretende una especie de organización del Ministerio Público es la marcada con
el número 1822, del 16 de octubre del año de 1948, publicada en la Gaceta Oficial
número 6847, denominada “Ley Sobre Sustitución de Miembros del Ministerio
Público”. La misma establece la sustitución del Procurador General de la Repúbli-
ca, de los Procuradores Generales de las Cortes de Apelación y de los Procuradores
Fiscales a través de sus respectivos Abogados Ayudantes. La sustitución recaía en
orden a la antigüedad en el nombramiento, cuando los funcionarios a sustituir tu-
vieren designados a dos o más Abogados Ayudantes. Contemplaba, de igual modo,
la exigencia de reunir las mismas condiciones de aptitud requeridas a los funcio-
narios titulares; y al ejercer de pleno derecho sus funciones tendrían los mismos
deberes y responsabilidades que los titulares que reemplazan.
Mediante la Ley número 473, del 22 de septiembre de 1969, Gaceta Oficial nú-
mero 9157, se modificó el artículo 5 de la Ley 1822, en el sentido de que cuando
los Abogados Ayudantes de los Procuradores Generales de las Cortes de Apelación
y de los Procuradores Fiscales estuvieren imposibilitados para actuar como susti-
tutos del titular, por causa de enfermedad, licencia o cualquier otro impedimento,
o cuando alguno de dichos funcionarios no tuviera Abogado Ayudante, actuaría
como sustituto el Abogado de Oficio de dicho Tribunal, y a falta de éste podía ser
designado por el Procurador General de la República o el Procurador General de la
Corte de Apelación correspondiente, según el caso, un abogado de los Tribunales
de la República que reuniera la capacidad requerida por la Constitución.
Por último, en el artículo 6 de dicha Ley 1822 se establece que el Poder Ejecuti-
vo podía, no obstante las previsiones de esta Ley, designar en cualquier momento
como sustituto temporal del Procurador General de la República o del Procurador
General de una Corte de Apelación o de los Procuradores Fiscales, a cualquier per-
sona que reuniera las condiciones de aptitud exigidas por la ley.
El Ministerio Público dominicano también ha sido vislumbrado, aunque de
manera no sistematizada, en el Código de Procedimiento Criminal de 1808, re-
formado en 1832 por la monarquía restaurada en Francia, y adoptado en nuestro
país por medio del Decreto número 2250, de fecha 27 de junio de 1884. En el
mismo tenor, por los códigos Penal y de Procedimiento Civil, de la misma época
e igual procedencia francesa. Por las leyes 821 del 21 de noviembre de 1927, de
Organización Judicial y 659 del 17 de julio del 1944, sobre Actos del Estado Civil.
En el Código Procesal Penal, instituido por la Ley número 76-02, de fecha 19 de
julio de 2002, recibe un tratamiento de motor del proceso penal, al pautar las fun-
ciones, unidad y jerarquía de sus funcionarios, y la inhibición y recusación de sus

[26] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
miembros, así como la relación de éste con los órganos auxiliares de investigación.
También, en la Ley 136-03 que constituye el Código para la Protección y los Dere-
chos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes; en la Ley 164-00, que crea la
Procuraduría General Adjunta para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales; en la Ley General de Electricidad número 125-01, que establece la Pro-
curaduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico de la República Dominicana;
y en un sinnúmero de leyes más que contienen infracciones penales.

II. El Ministerio Público y su Sistema de Carrera

La Institución adquiere perfiles propios al promulgarse su ley conocida como


Estatuto del Ministerio Público, sancionada con el número 78-03, promulgada el
15 de abril del año 2003. Tenía por objeto garantizar la idoneidad, estabilidad e
independencia de sus miembros en el ejercicio de sus respectivas funciones1. De
igual manera, consagra un sistema de Carrera Especial, instituyendo los diversos
cargos como de Carrera del Ministerio Público, previo cursar estudios y evaluacio-
nes organizados por su naciente escuela2.
Esta Ley da origen a que el Ministerio Público sea establecido como un órgano
del sistema de justicia, garante del estado de derecho y funcionalmente indepen-
diente en sus actuaciones, correspondiéndole la dirección de la investigación de
los hechos punibles en representación de la sociedad, la puesta en movimiento, y
ejercicio, de la acción pública, y la protección de víctimas y testigos en el ámbito de
las actuaciones que realice3.
Contenía nueve Principios Rectores que normaban sus actividades, los cuales
son: Legalidad, Unidad de Actuaciones, Indivisibilidad, Jerarquía, Objetividad,
Responsabilidad, Independencia, Probidad y Oportunidad.
Este Estatuto es el inicio de los momentos estelares de sus reformas, ya que
crea, además de la definición institucional y sus principios de actuación, el Conse-
jo General de Procuradores, el Consejo Superior Disciplinario, los Consejos Disci-
plinarios Departamentales, la Escuela Nacional del Ministerio Público, la Carrera
del Ministerio Público, evaluaciones de desempeño y la designación o ingreso de
fiscalizadores por concurso público.

1 Artículo 1 de la Ley 78-03 del 15 de abril de 2003, que crea el Estatuto del Ministerio Público.

2 Art. 3 de la Ley 78-03.

3 Art. 6 de la Ley 78-03.

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [27]


Un aspecto estelar en el avance de la Carrera Fiscal en el país es la promulgación
del Decreto número 873-04 del 17 de agosto del año 2004 por parte del Presidente
de la República, en el que dispone que los miembros del Ministerio Público de-
signados a la fecha y los que fueren designados, hasta tanto se haya concluido la
evaluación que más adelante se indica, tendrán carácter de provisionales y podrán
ser sustituidos por el Presidente de la República en cualquier momento, sin nece-
sidad de justificación alguna. En su artículo 2, “dispone que la Escuela Nacional del
Ministerio Público proceda a la evaluación de los actuales integrantes del Ministe-
rio Público y de los profesionales que aspiren a ser designados en el mismo, a los
fines de que puedan ser recomendados para su designación definitiva, conforme
al artículo 44 de la Ley 78-03”. En su tercer artículo, se instruye a la Procuraduría
General de la República para que, en coordinación con la Escuela, proceda a la eva-
luación a que se refiere el artículo precedente, debiendo establecer un calendario
para ello y las reglamentaciones que fueren de lugar.
En consecuencia, el Consejo Directivo de la Escuela Nacional del Ministerio
Público aprobó en fecha 8 de diciembre de 2005 el Reglamento de Carrera del Mi-
nisterio Público para el ingreso de los miembros en funciones, y posteriormente
refrendado por el Poder Ejecutivo mediante Decreto número 04-06, de fecha 05
de enero de 2006. Este Reglamento de la Carrera establece el ingreso al Ministerio
Público mediante tres mecanismos: 1. Por Concurso Público de Oposición para
aspirantes a ingresar al Ministerio Público en el rango de Fiscalizador. 2. Por el
procedimiento especial en los distintos rangos del Ministerio Público, con una
antigüedad acreditada de al menos ocho años en la función de Ministerio Público
u otra equivalente. Y, 3. Por las evaluaciones para el ingreso a la Carrera de los
miembros del Ministerio Público en funciones, en los distintos rangos de la ins-
titución, al momento de la entrada en vigencia del Reglamento de Carrera y que
fueron evaluados en las jornadas de selección.

III. El Ministerio Público en la Constitución del 26 de


Enero de 2010

La Constitución de la República promulgada el 26 de enero del año 2010 es una


Carta Singular en la historia del constitucionalismo dominicano, llamada por su
principal promotor, el Presidente de la República Dr. Leonel Fernández, como “la
Constitución del siglo XXI”, la que apuntala con precisión al Ministerio Público, en
siete de sus artículos, del 169 al 175, en el ámbito del sistema de justicia. Lo define
como “el órgano de justicia responsable de la formulación e implementación de la

[28] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
política del Estado contra criminalidad, dirige la investigación penal y ejerce la ac-
ción pública en representación de la sociedad”4. También, garantizará los derechos
fundamentales que asisten a ciudadanos y ciudadanas, promoverá la resolución
alternativa de disputas, dispondrá la protección de víctimas y testigos y defenderá
el interés público tutelado por la Ley. Incluye, a su vez, al Procurador General de
la República como uno de los miembros integrantes del Consejo Nacional de la
Magistratura.
Esta reforma le garantiza el goce de autonomía funcional, administrativa y pre-
supuestaria. Para las actuaciones o el ejercicio de sus funciones contiene los prin-
cipios de: legalidad, objetividad, unidad de actuaciones, jerarquía, indivisibilidad
y responsabilidad.
Para la designación, contempla que el Presidente de la República nombra al Pro-
curador General y la mitad de sus procuradores adjuntos. El nombramiento de los
demás integrantes está normado por el sistema de carrera, organizado conforme
a la ley que regula su inamovilidad, régimen disciplinario y aquellos preceptos que
rigen su actuación, su escuela de formación y órganos de gobierno, garantizando
la permanencia de sus miembros de carrera hasta la edad de setenta y cinco años5.
Finalmente, crea el órgano de dirección, llamado Consejo Superior del Minis-
terio Público. Determina quienes son sus integrantes, la forma de su elección y
las funciones que ha de desempeñar como mecanismo de gobierno interno del
Ministerio Público.

IV. La Primera Ley Orgánica del Ministerio Público Do-


minicano
El texto constitucional de enero de 2010 establece que la ley regulará el fun-
cionamiento y accionar del Ministerio Público, que por el contenido del cuerpo
que pauta se trata pues de una Ley Orgánica. En efecto, la primera ley orgánica
tendente a normar al órgano persecutor de los ilícitos penales en la República Do-
minicana es la número 30-11, del 20 de enero de 2011. Tuvo por objeto esencial
regular el funcionamiento del Consejo Superior del Ministerio Público, estable-
ciendo las reglas para su integración y el ejercicio de sus facultades administrati-
vas y disciplinarias, a los fines de “asegurar un proceso transparente y objetivo de

4 Arts. 169 y 170 de la Constitución del 26 de enero de 2010.

5 Art. 171 de la Constitución del 26 de enero de 2010.

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [29]


designación, ascenso y jerarquización de los representantes del Ministerio Público
conforme a los principios de la Carrera…”6.
Esta disposición congresional aún cuando crea diversos mecanismos y figuras
institucionales respecto de los representantes de la sociedad en la persecución de
los hechos relevantes para la justicia penal, su énfasis esencial está en la organiza-
ción y composición del Consejo Superior, pues es lo que se desprende del Consi-
derando Segundo, cuando expresa “Que con la creación de este órgano se plantea una
profunda reforma de esta institución, desconcentrando la toma de decisiones adminis-
trativas de la figura del Procurador General de la República y reduciendo los niveles de
verticalidad en la toma de decisiones, completando así el proceso de democratización e
independencia interna del Ministerio Público”.
También auspicia el nacimiento de varios órganos operativos de apoyo al Con-
sejo Superior, como son la Dirección General de Persecución del Ministerio Públi-
co, la Dirección General de Carrera, la Escuela Nacional, dirigida por un Consejo
Académico, en lugar de Consejo Directivo, la Contraloría General, la Dirección Ge-
neral Administrativa y la Secretaría General del Ministerio Público; así también,
el régimen disciplinario del Ministerio Público, y el reconocimiento de derechos
adquiridos de sus miembros incorporados a la Carrera al momento de su entrada
en vigencia.
La Ley 30-11 tuvo una corta vigencia en el tiempo, puesto que fue derogada por
la Ley marcada con el número 133-11 de fecha 9 de junio del año 2011, que es la
actual Ley Orgánica del Ministerio Público de la República Dominicana.

V. Novedades de la Actual Ley Orgánica del Ministerio


Público
La promulgación de la disposición número 133-11 como Ley Orgánica del Mi-
nisterio Público (LOMP) constituye un hecho sin precedentes en el proceso de su
modernización, luego que sus funciones hayan sido reguladas por la Constitución
de la República. Los aspectos novedosos a destacarse en esta legislación tienen su
nacimiento, como se ha expresado, en la Reforma Constitucional del mes de enero
de 2010. Al igual que esa reforma, esta ley lo define como el órgano del sistema de
justicia responsable de la formulación e implementación de la política del Estado
contra la criminalidad, dirige la investigación penal, ejerce la acción penal pública

6 Art. 1 de la Ley 30-11 del 20 de enero de 2011.

[30] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
en representación de la sociedad y promueve la resolución alternativa de disputas
y la protección a las víctimas y testigos.
Así mismo, disfruta de autonomía funcional, presupuestaria y administrativa.
Le impone la rendición de cuentas, en el sentido de que el Procurador General de
la República con la asistencia de los Directores Generales del Ministerio Público,
elaborará anualmente las memorias de gestión y las someterá a la aprobación del
Consejo Superior a principios de noviembre. También las remitirá al Poder Ejecu-
tivo a más tardar el 15 de diciembre. El Procurador General rendirá cuentas en au-
diencia pública en el mes de marzo, en las que expondrá los resultados obtenidos
por el Ministerio Público durante la gestión del año anterior7.
En su estructuración interna, indica que el Ministerio Público está integrado
por el Procurador General de la República, quien lo dirige, los Procuradores Ad-
juntos del Procurador General, los Procuradores Generales de Corte de Apelación,
los Procuradores Fiscales y los Fiscalizadores. Su órgano de gobierno interno es el
Consejo Superior del Ministerio Público. Sus integrantes, por esa sola condición –
expresa– no ostentarán ninguna superioridad jerárquica sobre las actuaciones que
realicen los miembros del Ministerio Público en ejercicio de sus funciones.
Está compuesto por el Procurador General de la República, quien lo presidirá;
un Procurador Adjunto del Procurador General elegido por sus pares; un Procu-
rador General de Corte de Apelación o su equivalente elegido por sus pares; un
Procurador Fiscal o su equivalente elegido por sus pares; y un Fiscalizador elegido
por sus pares. Serán electos por tres años, y no podrán ser reelectos para el perío-
do subsiguiente, excepto el Procurador General de la República, que permanecerá
mientras dure su mandato.
A este órgano de control se le atribuyen amplias funciones. Entre ellas desta-
can las de dirigir y administrar el sistema de carrera, la supervisión y control de
la administración financiera y presupuestaria, el control disciplinario sobre sus
representantes, funcionarios y empleados del Ministerio Público, con excepción
del Procurador General de la República; la evaluación del desempeño del Minis-
terio Público y del personal administrativo. Asimismo, el traslado provisional o
definitivamente de miembros del Ministerio Público de una jurisdicción a otra, a
solicitud del propio interesado, o por otros motivos.
El Consejo Superior tiene facultades para disponer el ascenso de los Miembros
de la Carrera del Ministerio Público conforme al escalafón y los concursos inter-

7 Art. 3 de la Ley 133-11, del 9 de junio de 2011.

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [31]


nos, cuando corresponda; de regulación y custodia de los bienes secuestrados o
incautados y la designación de los directores generales de los órganos operativos,
entre otras prerrogativas.
Se crean los órganos operativos del Consejo Superior, los cuales son la Direc-
ción General de Persecución, la Dirección General de Carrera, la Dirección General
Administrativa, el Contralor del Ministerio Público y su Escuela Nacional. Los di-
rectores serán elegidos por el Consejo, previo concurso público, por un período de
cuatro años, y podrá renovarse por un segundo y único período consecutivo.
La Ley contiene innovaciones en relación con la integración del Consejo Di-
rectivo de la Escuela Nacional del Ministerio Público, ahora denominado Consejo
Académico, ya que además del Procurador General de la República, quien lo pre-
sidirá, pudiendo delegar sus funciones en el primer o en el segundo sustituto, se
agrega además un Procurador General de Corte de Apelación, con experiencia o
capacitación en educación superior, elegido por sus pares por un período de dos
años; el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo; el Presidente del Colegio de Abogados de la Repú-
blica Dominicana; y un jurista de reconocida capacidad y solvencia moral, con ex-
periencia docente, elegido por el Consejo Superior, por un período de dos años; un
Procurador Fiscal, con experiencia o capacitación en educación superior, elegido
entre sus pares por un período de dos años; un representante de una organización
no gubernamental vinculada al sector Justicia, seleccionado por el Consejo cada
dos años, y al Director General de la Escuela, con voz, pero sin voto, y con funcio-
nes de secretario del Consejo.
La LOMP otorga facultades al Procurador General de la República para que en
el marco de la política criminal del Estado, dirigida a prevenir, controlar, gestionar
y perseguir los hechos punibles, pueda impartir instrucciones generales sobre la
dirección de la investigación, el ejercicio de la acción penal y su oportunidad, y la
protección de víctimas, testigos u otros sujetos. El Director General de Persecu-
ción del Ministerio Público y los Procuradores Generales de Cortes de Apelación
podrán solicitarle su reconsideración cuando colidan con disposiciones de la Cons-
titución de la República, la legislación nacional, el bloque de constitucionalidad
y los reglamentos y políticas adoptados por el Consejo Superior del Ministerio
Público, el cual podrá ratificarlas, modificarlas o revocarlas según lo estime pro-
cedente. La solicitud de reconsideración –añade la Ley– no exime al Ministerio
Público del cumplimiento de las instrucciones generales8.

8 Art. 8 de la Ley 133-11.

[32] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
De igual manera, el Procurador General de la República, el Director General
de Persecución del Ministerio Público o el superior jerárquico inmediato pueden
emitir instrucciones particulares. Estas últimas deben impartirse por escrito.
El texto señala que el funcionario que las recibe podrá impugnarlas, mediante
escrito motivado, cuando las considere manifiestamente ilegales, arbitrarias o
inconvenientes. Plantea además que la solicitud de reconsideración no exime al
funcionario instruido de la obligación de cumplimiento cuando exista peligro
en la demora. Pero lo exonera de las responsabilidades que se originen de su
acatamiento9.
La dirección funcional de las investigaciones penales que realicen la policía o
cualquier otra agencia ejecutiva, de seguridad o de gobierno que cumpla tareas
auxiliares de investigación con fines judiciales está a cargo del Ministerio Público,
cuyos miembros pueden impartirles órdenes e instrucciones, y éstos deben cum-
plirlas sin poder calificar su fundamento, oportunidad o legalidad, y supervisarán
la legalidad de sus actuaciones. Se establece, por igual, que el incumplimiento in-
justificado de estas órdenes da lugar a responsabilidad penal y disciplinaria. El Mi-
nisterio Público es el responsable del manejo de la información sobre las investi-
gaciones10. Este aspecto rompe con una cultura enraizada por décadas en la policía
y otras agencias auxiliares de seguridad, en relación con el manejo y difusión de
informaciones relativas a casos en proceso o en fase preparatoria.
En relación con los principios rectores del Ministerio Público, su Ley Orgánica
contiene cuatro nuevos, esto es, no contemplados en la Reforma Constitucional
del año 2010 ni en las derogadas leyes números 78-03 y 30-11, que son: respeto a
las víctimas, inmovilidad, exclusividad y apoliticidad, y se unen a los ya existentes
de: legalidad, oportunidad, objetividad, probidad, responsabilidad, independen-
cia, indivisibilidad, unidad de actuaciones y jerarquía.
Otras atribuciones son contar con un cuerpo técnico de investigación de la Po-
licía Nacional, y con otros órganos propios de investigación técnica; también la ley
133-11 le encarga nuevas funciones, entre ellas, custodiar y conservar todos los
objetos, instrumentos y evidencias vinculados al hecho punible o que hayan sido
incautados o secuestrados como consecuencia de la investigación. Exceptuando la
custodia, análisis y disposición de las drogas y sustancias controladas, que pone a
cargo el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).

9 Art. 9 de la Ley 133-11.

10 Art. 10 de la Ley 133-11.

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [33]


Asimismo, administrar el registro de antecedentes penales y emitir las certifi-
caciones correspondientes; atender las solicitudes de las víctimas y procurar que
sean informadas acerca de sus derechos; disponer las medidas para proteger la
vida e integridad física de las víctimas y testigos, de sus familiares y demás inter-
vinientes en el proceso penal, cuando fuere necesario; vigilar todos los lugares de
arrestos y de encierro de personas en el país, a los fines de garantizar el respeto a
los derechos fundamentales; y canalizar la ejecución de las sentencias y decisiones
judiciales mediante el auxilio de la fuerza pública11.
El texto suprime las categorías de procuradores adjuntos de Corte de Apela-
ción y de fiscales adjuntos, convirtiendo a éstos en procuradores generales ante
las Cortes y en procuradores fiscales; ambas instancias encabezadas por Procura-
dores Titulares, elegidos cada cuatro años por el Consejo Superior del Ministerio
Público. La única denominación de adjunto lo es para los Procuradores Adjuntos
del Procurador General de la República. Dispone, además, la creación de Procura-
durías Regionales y Especializadas, distribuidas en el territorio nacional, a cargo
de Procuradores Generales de Corte de Apelación, en atención a criterios de ex-
tensión territorial, carga de trabajo, facilidad de comunicaciones y eficiencia en el
uso de los recursos.
La actual legislación orgánica del Ministerio Público rompe con el esquema tra-
dicional de la distribución geográfica del Fiscalizador, quien estaba asignado a un
municipio o circunscripción de un Juzgado de Paz, ya que lo concibe como el nivel
jerárquico básico del organismo, para operar en la demarcación territorial de una
Fiscalía, bajo la supervisión directa del Procurador Fiscal Titular.
Ciertas innovaciones aparecen en relación con los derechos de sus miembros,
pues además de las ya conocidas, se plantea que deben ser protegidos contra las
amenazas y ataques personales o contra sus familiares, de cualquier naturaleza,
en ocasión del ejercicio de sus funciones. El de exigir a la institución que los de-
fienda y que se persiga la responsabilidad penal y civil de quienes atenten contra
su libertad, su vida, su integridad física o síquica, su honra o su patrimonio con
motivo del desempeño de sus funciones. En el mismo orden, gozan de la garantía
de inamovilidad en el cargo, pudiendo accionar en justicia ante la jurisdicción con-
tenciosa administrativa para la tutela de sus derechos.
El régimen de sanciones ha sido incrementado, al agregar varias obligaciones,
prohibiciones, inhabilitaciones, incapacidades e incompatibilidades, enumerán-

11 Art. 26 de la Ley 133-11, del 9 de junio de 2011.

[34] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
dose la abstención de participar en actividades político partidarias, la prohibición
de los hábitos de juegos de azar o de frecuentar lugares donde se realicen acti-
vidades que afecten la dignidad o el decoro propios de la función de Ministerio
Público; la prohibición de dedicarse tanto en el servicio como en la vida privada a
actividades que puedan afectar la confianza del público en su condición de fiscal;
y la abstención a contraer deudas u otras obligaciones con personas naturales o
jurídicas contra las que haya puesto en movimiento la acción pública.
En relación con el régimen disciplinario, han sido incrementadas las faltas y
sanciones. Las faltas están tipificadas como leves, graves y muy graves. Las faltas
leves dan lugar a amonestación verbal o escrita. Las faltas graves dan cobertura a
la suspensión sin disfrute sueldo de hasta noventa días, en vez de treinta días de
la ley anterior; y las faltas muy graves dan lugar a la destitución. La normativa es-
tablece la Inspectoría General y el Consejo Disciplinario, de primera instancia. En
segundo grado o apelación el juzgamiento disciplinario corresponde al Consejo
Superior del Ministerio Público.

Conclusiones

La reforma procesal del año 2002, con la aprobación del Código Procesal Penal,
hace revolucionar todo el accionar del Ministerio Público en la República Domi-
nicana, ya que le asigna de manera específica la exclusividad de la dirección de la
investigación, persecución y acusación en justicia de los hechos penales. Sus res-
ponsabilidades han sido elevadas a niveles considerables al constitucionalizarse
sus funciones en el marco de la Reforma de la Constitución.
El signo de los tiempos acarrea innumerables tareas en cuanto al desempeño y
la indagación de los tipos penales de reciente aparición en el mundo globalizado,
puesto que el crimen organizado, expresión de la mundialización, representa se-
rios retos para el combate de la criminalidad de nuevo cuño, con manifestaciones
que se advierten en el narcotráfico, el sicariato, testaferrato, el lavado de activos o
blanqueo de capitales, el terrorismo, entre otras graves modalidades.
La hora presente demanda que el Ministerio Público se embarque en el estudio,
prevención y persecución de tipos penales de esta época, tales como la ciberdelin-
cuencia, los delitos de alta tecnología y los que pudieren cometerse a través de las
“redes sociales”, la interceptación de datos o señales, los sabotajes y robos electró-
nicos y tecnológicos, la clonación de sistemas informáticos, el comercio ilícito de
bienes y servicios por internet, el robo de identidades, el tráfico ilícito de perso-
nas, la trata de migrantes y la extinción de derecho de dominio de bienes y cauda-

«Novedades de la Ley Orgánica del Ministerio Público de la República...» [35]


les provenientes de actividades delincuenciales. Confío en que este nuevo marco
legal permitirá un mejor despliegue de las acciones de investigación y persecución
de los crímenes actuales que la sociedad demanda resolver de forma efectiva.

[36] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Principio de objetividad y poder de acusar:
Aparente antinomia del Ministerio Público
Raúl Reyes Vásquez

RESUMEN abstract

Los Principios Rectores han ido surgiendo paulatina- The guiding principles have emerged gradually as an
mente como plataforma ideológica del Ministerio Público, ideological platform of Public Prosecutors to give greater
para dar mayor cobertura a los originados en los primeros coverage to those originated in the first time of the insti-
tiempos de la institución, presentada ahora con nuevo tution, now presented with new faces and other shapes to
rostro y otros perfiles para el cumplimiento de su alta mi- fulfill its lofty mission for safeguarding the fundamental
sión de tutelar la defensa de los derechos fundamentales rights of all members of society.
de todos los miembros de la sociedad.

PALABRAS CLAVE
Ministerio Público, principios rectores,
principio de objetividad, psicología, discrecionalidad,
poder de acusar.

Introducción

Las atribuciones del Ministerio Público


están definidas por la Constitución en los Doctor (UASD). Magíster en Derecho
Procesal Penal (PUCMM). Antiguo profe-
artículos 169 y 170; la Ley Orgánica 133- sor de Derecho Penal y Derecho Procesal
11, en el artículo 1; el Código Procesal Pe- Penal en la UNPHU. Ha sido Adjunto del
Procurador General de la República y Pre-
nal, en su artículo 88. Esos textos invisten sidente de la Cámara de Cuentas. Ha par-
a sus representantes con amplias potesta- ticipado en varios seminarios sobre temas
jurídicos en el país y en el extranjero. Autor
des para investigar los hechos reputados de la obra: “El Divorcio, Teoría y Práctica”.
violatorios a la ley penal, pero exigiéndoles Ha escrito varios artículos de índole jurí-
dica.
la observancia de reglas precisas tendentes
a consolidar la legalidad de sus actuacio-
nes, como muro de contención para preve-
nir que sucumban y se vuelvan ilusorias las
garantías de los derechos fundamentales. datos del autor

«Principio
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio
de objetividad Público,
y poder de No. 3, enero-junio
acusar: 2012, pp. 37-45
Aparente antinomia...» [37]
Tras la conquista de derechos para las personas y las colectividades, los ór-
ganos de expresión del sistema de justicia - en nuestro caso el Ministerio Pú-
blico -, se ven compelidos a intervenir en esferas que hace tiempo desbordaron
sus facultades primigenias, ahora afianzadas por las normas constitucionales
y los instrumentos sobre derechos humanos adoptados por nuestro derecho
interno, así como por su Ley Orgánica, condensados en los llamados “Princi-
pios Rectores del Ministerio Público”, cuya amplitud no permite abordarlos
en conjunto. Por consiguiente, el presente comentario estará circunscrito al
PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD. Su ponderación será proyectada primeramente
en el plano legal. Luego como factor psicológico. En tercer lugar intentaremos
relacionarloo con el poder de acusar y, finalmente, se hará un ensayo de con-
clusión. Ante todo presentaremos un esquema del nacimiento de esta singular
institución.
Sinopsis histórica.- El origen de la institución del Ministerio Público ha
sido catalogado como “antiguo y modesto”1. En sus inicios, en el siglo XIV, sus
miembros estaban ubicados cerca del poder absoluto, con la misión primordial
de velar por la percepción de los haberes reales, privativos del monarca, no coin-
cidentes, por cierto, con los intereses generales de la comunidad. De ahí su cali-
ficativo de “procuradores del rey” y “abogados del rey”. Huelga decir que su origen
es francés.
Con el discurrir del tiempo estos voceros particulares se fueron convirtiendo
en representantes del poder público ante los tribunales, hasta llegar al lugar que
ocupan en el presente, incorporados al sistema de justicia, con rango constitucio-
nal, a cuyo cargo está la responsabilidad de formular e implantar la política del Es-
tado contra la criminalidad, bastión de la lucha contra las crecientes modalidades
de las acciones delictivas.

I. La objetividad del Ministerio Público considerada en


el plano legal

El Ministerio Público estuvo marginado en nuestro país por tiempo inmemo-


rial. En la última década ha venido conformando su verdadera fisonomía y el rol
de primer orden llamado a cumplir. Los juristas, las instituciones privadas preocu-
padas por la buena marcha de la justicia, los organismos internacionales y los pro-
pios gobiernos se han dedicado a hacer una revaluación de este estamento básico

1 F. Goyet: Le Ministère Public. Librairie du Recueil Sirey, Paris, 1953, Pág. 1.

[38] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
del sistema judicial. Estas inquietudes fueron acogidas por la Constitución del 26
de enero de 2010, y por primera vez en la historia dominicana quedó consagrado
en el más alto nivel institucional, adaptado a los tiempos modernos. Sus perfiles
están hoy definidos. Sus competencias, poderes y atribuciones, están acordes con
los fines perseguidos por los sistemas penales implantados en gran parte de la co-
municad internacional. La evolución de sus roles ha sido incesante; se observa la
tendencia de hacer a los representantes de la institución “garantes de los derechos
fundamentales que asisten a las personas, defensores del interés público tutelado por la
ley, promotores de la resolución alternativa de conflictos y protectores de las víctimas y
testigos”2.
La Carta Sustantiva del Estado3; la “Ley Orgánica del Ministerio Público”4; y
el Código Procesal Penal5, ubican el principio entre las normas supremas del Mi-
nisterio Público. Su enunciación encierra un deseo, anhelo o aspiración; viene a
superar la concepción prevaleciente durante siglos, que signaba a sus integran-
tes como personeros de persecución y arbitrariedad, generadores de abusos sin
nombre, atributos negativos hoy ampliamente superados. El nuevo rostro exhibi-
do ahora por El Ministerio Público en el seno de la sociedad, sustentada sobre la
plataforma de valores constitucionales, jurídicos, éticos y sociales, denominados
“Principios Rectores”6.
El PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD tiende a decolorar el estigma de persecu-
tor y arbitrario recaído sobre los integrantes de esta corporación durante cen-
turias. El concepto-referido a la investigación penal-, está repleto de sutilezas;
de ahí nacen situaciones embarazosas para la institución, pues, en principio,
los hechos deben ser visualizados entre una víctima en busca de protección
y un sindicado en demanda de garantías. Para no caer en vaguedades estos
funcionarios deben hacer acopio de una serie de elementos conducentes a su
aplicación en exacta dimensión y en la temporalidad adecuada.
En cuanto a la dimensión conceptual de la objetividad como principio de ac-

2 Artículo 1 de la ley 133-11 de fecha 7 de junio de 2011.

3 Artículo 70.

4 Artículo 15.

5 Artículo 260.

6 Estos principios han ido ensanchándose en el transcurso del tiempo, en correspondencia con el nivel
de respeto a los derechos humanos alcanzado por la sociedad. La Ley Orgánica del Ministerio Público
recientemente aprobada, consagra los principios de legalidad, oportunidad, objetividad, respeto a las
víctimas, independencia, inamovilidad, probidad, responsabilidad, exclusividad, indivisibilidad, unidad
de actuaciones, jerarquía, apoliticidad.

«Principio de objetividad y poder de acusar: Aparente antinomia...» [39]


tuación del Ministerio Público, los textos legales la ubican en todo el campo de
ejercicio de sus funciones, que comprende:
• Dirigir la investigación penal.
• Ejercer la acción penal pública en representación de la sociedad.

Es este plano dual el Ministerio Público interactúa con los sujetos proce-
sales con objetividad, al recibir la noticia criminis. En este supuesto existe una
imputación recaída sobre alguien. Pero la imputación, según Pérez Sarmiento,
puede ser entendida en un sentido estático y en un sentido dinámico. En el
primero, no pasa de ser la “mera atribución de un hecho punible”7. En el segun-
do allana el camino para llegar a “atribuirle la comisión de un delito concreto a una
persona”8. En su nivel estático, según dicho autor, la imputación no se agota con el
aspecto considerado, sino que comporta tres elementos:
• Calificación jurídica del hecho imputado.
• Calificación de las circunstancias que inciden sobre
la responsabilidad penal.
• La pretensión punitiva.
En el sentido dinámico la imputación requiere llevar a cabo un conjunto
de diligencias resumidas en la investigación9. Lo anterior nos lleva a apreciar
cómo debe ser el comportamiento valorativo del Ministerio Público respecto de la
característica de la imputación de cara al principio de objetividad impuesta por la
Constitución y la ley. Esto nos lleva a analizar el aspecto psicológico comprendido
en el caso.

II. La objetividad en el plano psicológico

Determinar como se comporta el Ministerio Público en las situaciones enun-


ciadas, cuyos factores integrantes lo llevan, de una parte, a asumir juicios de valor
concretados en una postura o toma de decisión, mientras por otro lado le exige
manifestarse objetivamente. Momento reflexivo adecuado para establecer un vín-

7 Pérez Sarmiento, Eric Lorenzo: Fundamentos del Sistema Acusatorio de Enjuiciamiento Penal. Editorial
Temis, Bogotá, 2005.

8 Loc. Cit.

9 Loc. Cit.

[40] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
culo de causalidad entre factores preponderantes; están involucrados la conducta
voluntaria o involuntaria, el resultado derivado de tal conducta, el nexo de causa-
lidad objetiva y la imputación de que se trate10.
La objetividad está íntimamente vinculada con la legalidad, pues ambas requie-
ren ajustar las actuaciones al marco de las garantías protectoras para todo indivi-
duo vinculado a un hecho de naturaleza penal. En esta tesitura el Ministerio Públi-
co se encuentra colocado en una disyuntiva: tiene el deber de proteger a la víctima
de un ilícito penal; a la vez debe actuar con neutralidad en esta etapa frente a la
persona sindicada, a fin de respetar sus derechos fundamentales.
El principio de objetividad envuelve un elemento psicológico como guía para
adecuar el objeto dado con la realidad a investigar, a fin de situarse en una pers-
pectiva adecuada para permitir la formulación de hipótesis de admisión o de des-
estimación, bien sea de una querella o de una denuncia presentada a su examen.
Esta búsqueda está respaldada por una percepción sensible, constituida por el
hecho mismo. Para extraer su esencia y precisar su sentido será necesario buscar
grados de coincidencias desde distintos niveles de observación, a partir de los
cuales sea factible emitir juicios sobre el hecho y sus circunstancias de tiempo,
lugar y modo. Esto se explica porque la objetividad, considerándola como méto-
do de investigación científica, no se agota con las coincidencias intersubjetivas;
se extiende a la verificabilidad desde estratos distintos. Pero el Ministerio Públi-
co no puede actuar con criterios subjetivos; él no asume la defensa de derechos
que le son propios, actúa a nombre de la sociedad. No debe conformarse con
la existencia de un parecer coincidente; debe meditar si el juicio forjado en su
mente –hipotético, por demás-, posee tal grado de verificabilidad trascendente
de su personal apreciación. Al proceder de esta forma, según nuestra particular
apreciación, estaría siendo objetivo frente a los sujetos procesales envueltos en
la controversia o enfrentados en el conflicto. Como puede apreciarse, la objeti-
vidad no es un simple vocablo. Es un estado de la mente libre de interferencias,
producto del examen sereno y responsable de quien en un momento dado puede
asumir decisiones orientadas a consolidar la institución o a debilitarla en cuanto
a su credibilidad. Como además está llamado a actuar con independencia, esta
cualidad, a través de la objetividad, le suministra elementos para evaluar e in-
terpretar los hechos a los fines de adoptar una posición respecto al sujeto sobre
quien recae sospecha de autoría o de complicidad.

10 De Jesús, Damásio E.: Imputación Objetiva. Editorial B de F, 3ra. Edición, Buenos Aires, Argentina,
2006. Pág. 48..

«Principio de objetividad y poder de acusar: Aparente antinomia...» [41]


La tarea no es sencilla. Talvez sea preferible, como señala un autor “sustituir el
concepto de objetividad por el de concordancia, que ofrece la ventaja de poseer un equi-
valente numérico, capaz de indicar el grado de objetividad”11. El principio de objetivi-
dad se concreta en la obligación de extender la investigación a las circunstancias
de cargo y también a las que sirven para el descargo del imputado, según dispone
el artículo 260 del Código Procesal Penal, coincidente con el artículo 15 de la ley
133-11, aunque esta última resulta más específica todavía.

III. La objetividad y el poder de acusar

El manejo durante de más de un lustro de los Principios Rectores del Ministerio


Público, varios de los cuales estaban reconocidos antes de la entrada en vigencia
de la ley 133-11, no obsta para confundir la objetividad con la imparcialidad. Uno
se pregunta ¿cuál es el fundamento del principio de objetividad? Es un concepto
complicado; encierra la valoración de la antijuridicidad del hecho y la tipicidad de
la conducta. Algunos han pretendido definirlo como pauta de investigación mo-
tivada en el pragmatismo y en eventuales economías procesales12. Las anteriores
reflexiones nos llevan a confrontar la objetividad con el poder de acusar que tiene
este funcionario.
El Ministerio Público tiene a su disposición varias alternativas para procurar la
solución de los conflictos generados por la comisión de ilícitos penales, sobre todo
cuando se encuentra en el procedimiento preparatorio, etapa en la cual tiene plena
vigencia el principio fundamental que cataloga el juicio como última ratio del pro-
ceso penal. Pero el ejercicio de esta facultad, no está erigida en derecho absoluto
por ninguna disposición legal; no puede ser enteramente discrecional, pues de lo
contrario no sería posible que “el derecho sea puesto al servicio de las personas,
sus intereses y sus libertades fundamentales”13.
Decimos esto porque la objetividad, al igual que el principio de oportunidad y
el de legalidad, “son expresiones ambiguas provistas de una pesada carga valorativa”14.

11 Traxel, citado por Friedrich Dars, en “Diccionario de Psicología”. Editorial Herder, S. A., Barcelona,
España. 1994. Págs. 527-28.

12 Cruz Castro, Fernando: El Ministerio Público en el Nuevo Código Procesal Penal Costarricense. Trabajo
incluido en el volumen denominado Reflexiones sobre el Nuevo Proceso Penal; publicado por el Fondo
Editorial del Colegio de Abogados. San José, Costa Rica, 1997.

13 Roy Medina, Dr. Eduardo, loc. cit., pág. 3.

14 Diez-Picazo, Luis María: El poder de acusar. Editorial Ariel, S. A., Barcelona. 2000. Pág. 13.

[42] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
En efecto, en el cumplimiento de sus deberes en cuanto al ejercicio de la acción
penal, el Ministerio Público está obligado a adoptar decisiones de variados conte-
nidos y de consecuencias a veces no previstas. Su accionar está circuido por man-
datos superiores de la Carta Sustantiva del Estado, para morigerar las variadas
posibilidades permitidas por los vastos poderes que le confieren “márgenes ineli-
mitables de discrecionalidad” 15.
El principio considerado abre al Ministerio Público un amplio horizonte de-
cisorio, en cuyos contornos existe la posibilidad de influencias provenientes
de agentes externos, sean políticos, económicos, sociales o de otra índole. Para
aquilatar que esas taras están ausentes, hay varias pautas que permiten catalo-
gar la objetividad como tal:
• Mantener la investigación en el círculo del relato proporcionado por la
parte interesada.
• Eliminar los factores extrajurídicos; no asumir decisiones de carácter dis-
crecional, con tintes arbitrarios, ante cuya presencia colapsan por “efecto
dominó” los otros principios de la institución, pues no serían eficaces.
• Evitar la manipulación del material fáctico por parte de los sujetos proce-
sales, o personas con autoridad o simples particulares.

En definitiva, la objetividad se aprecia por medio de un análisis de los he-


chos, ajeno a las sugerencias e influencias ajenas, sin elementos contaminantes
de parcialidad, fuera de perturbaciones distorsionantes.
En el ejercicio de la acción penal el Ministerio Público excita el deber de
responderle a la sociedad, mediante actuaciones protectoras de los derechos de
todos. Si se decide por aplicar el principio de objetividad, el fiel de la balanza de
su decisión debe quedar en el justo medio.
Como expresa Díez-Picazo: “Cada hecho delictivo y cada delincuente pueden
presentar rasgos propios, cuya complejidad psíquica y social exige una valoración que
no puede hacerse mediante mera interpretación y aplicación de las correspondientes
normas jurídicas”16.
De la aplicación del principio de objetividad se derivan varias consecuencias,
unas positivas, otras negativas. Son positivas cuando:

15 Ib., contratapa.

16 Ob. Cit., pág. 18.

«Principio de objetividad y poder de acusar: Aparente antinomia...» [43]


• Consolidan la independencia funcional del Ministerio Público.
• Afianzan el respeto de los derechos fundamentales.
• Resalta la necesidad de precisar los cargos.
• Evitan el desgaste jurisdiccional, no llevando adelante una investigación
desprovista de base de sustentación17.

Devienen negativas cuando:


• Confunden la objetividad con la discrecionalidad, vía de escape para la
arbitrariedad.
• Aplican criterios subjetivos.
• Accionan en forma vacilante, traducida en vaivenes conceptuales, que
permiten afirmar, por aplicación de la fórmula Giuliani, que: “…no ejerció
la acción porque hubo presiones indebidas; ejerció la acción penal fue porque
hubo ánimo persecutorio”18.

¿Puede el Ministerio Público actuar con objetividad en el desempeño de sus


funciones?
Depende de muchos factores. Debe enfrentar las gravitaciones de las ener-
gías ancestrales inoculadas en la institución. Todo está sujeto a sus concepcio-
nes personales y jurídicas, como también a la reciedumbre de su carácter y la
definición de su personalidad.
¿Hasta dónde se entiende la objetividad? Algunos, como Beling, consideran
que la objetividad debe ser completa, porque si bien es cierto que el Ministerio
Público representa el interés del Estado, no es menos verdad que ese interés
busca que el culpable sea castigado y el no culpable absuelto.
En nuestro sistema penal, ¿hasta dónde llega la objetividad del Ministerio
Público? El artículo 260 del Código Procesal Penal establece el criterio en cuan-
to al alcance de la investigación. No podemos pretender ir más allá. Tampoco
es admisible postular la “justicia de la apariencia”, a que se refiere Díez-Picazo.
La objetividad como principio tiene un radio de influencia de mucho menor

17 Chaia, Rubén Alberto: La Investigación Penal. Delta Editora, Entre Ríos, Argentina, 2006. Pág. 39.

18 Cfr. Dìez-Picazo: Ob. Cit., pág. 103.

[44] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
alcance que otras de las normas de actuación de estos funcionarios de nuestro
sistema de justicia.

CONCLUSIONES

Lo expuesto pone de relieve la trascendencia del proceso de reforma inicia-


do con la trasformación del sistema penal. La adopción y puesta en práctica
de nuevos Principios Rectores del rol del Ministerio Público frente a la diver-
sidad de situaciones planteadas en el seno de la sociedad, representada por el
Ministerio Público, en el devenir de cambios constantes, en cuya dinámica no
es posible soslayar la necesidad imperativa de vinculación con las corrientes
renovadoras que están impulsando diversos países de América Latina, ante las
cuales el Ministerio Público no puede permanecer indiferente.
Como toda institución, el Ministerio Público ha evolucionado para adaptar
su función a las demandas cada vez más exigentes de las personas, cuyos re-
querimientos se amplían de manera incesante y a la par y se multiplican sus
derechos. De manera correlativa esta institución, en su rol de representante de
los derechos más elevados de la sociedad, está en el deber de elaborar mecanis-
mos adecuados para dilucidar con criterios objetivos, cuestiones que de otra
manera se volverían arbitrarias por su propia naturaleza.

«Principio de objetividad y poder de acusar: Aparente antinomia...» [45]


La carrera del Ministerio Público: Garantía de
objetividad e independencia en la investigación
Arístides José Trejo Liranzo

RESUMEN abstract

El Ministerio Público concebido en la Constitución Po- The Prosecution intended by the Constitution of
lítica del 26 de enero del año 2010 está provisto de unas January 2010 is provided with guarantees of tenure, career
garantías de inamovilidad, estatuto de carrera, capacita- status, ongoing training, access to competitions for entry
ción permanente, acceso a concursos para su ingreso y pro- and promotion within the institution, right to challenge
moción a lo interno de la institución, derecho de impugnar the guidelines ordered by their superiors when they are
las direcciones ordenadas por sus superiores jerárquicos not consistent with the legality of their actions and disci-
cuando no estén acorde a la legalidad de sus actuaciones plinary proceedings respectful of the minimum guarantees
así como de un procedimiento disciplinario respetuoso de of due process of administrative law, all these rights and
las garantías mínimas del debido proceso administrativo guarantees that encourage the pursuit of an objective and
sancionador, todas ellos derechos y garantías que propi- independent criminal investigation.
cian el ejercicio de una investigación penal objetiva e inde-
pendiente.

PALABRAS CLAVE
Objetividad, independencia, Carrera, autonomía de actuación,
inamovilidad, traslado, concurso, capacitación, derecho formal y
sustancial, proceso disciplinario.

El Ministerio Público fue hasta la Cons- Abogado. Socio fundador de la Firma


de Abogados Núñez Trejo Díaz, docente de
titución política del 26 de enero del año la ENMP, y especialista en Control Tribu-
2010 una institución pública de difusa tario por la Universidad de Castilla La
Mancha, España.
ubicación en las Constituciones anterio-
res. La más reciente de ellas, votada y pro-
clamada por la Asamblea Nacional el 25
de julio del año 2002, mantuvo la deno-
minación del Ministerio Público y de los
funcionarios que lo componen como un
efecto reflejo de la organización del Poder
Judicial. Su primera aparición en dicha
Constitución se encuentra en el art.66 datoS del autor

Revista
[46] Revista
de la de
Escuela
la Escuela
Nacional
Nacional
del Ministerio
del Ministerio
Público,
Público,
No. 3,
No.
enero-junio
3, enero-junio
2012,2012
pp. 46-56
que establecía lo siguiente: “Art.66.- El Ministerio Público ante la Suprema Corte
de Justicia estará representado por el Procurador General de la República, perso-
nalmente o por medio de los sustitutos que la ley pueda crearle…”.1 De esa forma
tan precaria el Constituyente se referirá a cada uno de los funcionarios de este
órgano en los diferentes niveles del sistema de justicia dominicano sin establecer
una definición propia del Ministerio público, sus funciones y competencias.
La Constitución Dominicana del 26 de enero del año 2010 rompió de una
vez y por todas con esa anquilosada tradición de restarle importancia a esta
institución del Estado que juega un rol determinante en la vida en democracia
de las naciones. Como respuesta a la sentida necesidad de diferentes sectores
académicos, profesionales, actores del sistema de justicia, políticos y ciuda-
danos en sentido general, de que el Ministerio publico tuviera una definición
precisa en la Carta magna de la nación la asamblea nacional revisora decidió
dedicarle a la Institución del Ministerio Público todo el capítulo quinto con-
tenido en el Título quinto dedicado al Poder Judicial en la recién promulgada
Constitución política de enero del año 2010. La reforma no solo se limitó a
definirlo y a establecer sus funciones sino que abordó los temas relacionados a
su integración e incompatibilidades de sus miembros, al sistema de carrera y a
la creación de su órgano de gobierno interno. Precisamente el objetivo de este
artículo es dimensionar el salto cualitativo que ha producido la sociedad domi-
nicana al rediseñar la institución del Ministerio Público en su ordenamiento
interno sometiendo a sus miembros al beneficio de un sistema de carrera.
En efecto la Constitución en el artículo 173, al referirse a la carrera del Mi-
nisterio Público establece: “Artículo 173.- Sistema de carrera. El Ministerio Pú-
blico se organiza conforme a la ley, que regula su inamovilidad, régimen disci-
plinario y los demás preceptos que rigen su actuación, su escuela de formación
y sus órganos de gobierno, garantizando la permanencia de sus miembros de
carrera hasta los setenta y cinco años.”2
En la actualidad esa reserva de ley que hizo el asambleísta revisor ha sido
llenada por la Ley Orgánica del Ministerio Público no. 133-11 del nueve de
junio del año 2011, que destina los títulos tercero, quinto y sexto al órgano de
gobierno interno del Ministerio Público, a su régimen estatuario y su régimen
disciplinario, respectivamente . Son estos tres títulos de la Ley Orgánica del

1 Senado de la República. Constitución de la República Dominicana. Artículo 66. Parte inicial.

2 Asamblea Nacional Revisora. Constitución de la República Dominicana. Santo Domingo: Editora


Judicial, enero, 2010. Art.173.

«La carrera del Ministerio Público: Garantía de objetividad e independencia...» [47]


Ministerio Público los que de forma más directa garantizan la inamovilidad y
estabilidad en el cargo de los miembros de esta importante institución publica.
A partir de la nueva configuración del régimen estatutario del Ministerio
público quedará en el pasado la clásica aseveración de que este órgano no era
más que el brazo político y represor al servicio del Poder Ejecutivo. Esto así
porque una vez que sus miembros son incorporados a la carrera cuentan con
un conjunto de derechos y garantías así como de deberes y obligaciones que los
hacen por un lado menos vulnerables a los caprichos de los políticos partidis-
tas y de los sectores interesados en que se le reconozcan ventajas ilegales en
la investigación de algún ilícito y por el otro lado sus actuaciones están some-
tidas a los principios de legalidad y objetividad y restringidas por un catálogo
de prohibiciones, inhabilitaciones, incapacidades e incompatibilidades cuya
inobservancias conllevan sanciones disciplinarias que van desde la amonesta-
ción verbal hasta la destitución del cargo.
A fin de sustentar con la misma Ley Orgánica no.133-11 la afirmación de
que el régimen de carrera es una garantía de objetividad e independencia en la
investigación penal desarrollaremos a continuación algunos aspectos de esta
ley que fortalecen la independencia del miembro de carrera del Ministerio Pú-
blico ante los perniciosos y tradicionales hábitos de manipulación de las actua-
ciones de estos funcionarios públicos en su quehacer diario que fueron hereda-
dos desde el régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo en esta democracia
imperfecta de nuestra nación.
1. Autonomía de actuación del Ministerio Público frente al Poder
Político. Por mandato del párrafo segundo del artículo 172 de nuestra
Constitución los representantes del Ministerio Público no podrán optar
por ningún cargo electivo público ni participar en actividad político par-
tidistas. Para que no quedara dudas sobre esa incompatibilidad, el régi-
men estatutario del Ministerio publico establece que todos los miembros
de esta institución publica, ya sean de carrera o no, deben de abstenerse
de participar en actividad político partidista3 así como de integrar aso-
ciaciones, fundaciones o entidades que le generen conflictos de intere-
ses o que tengan carácter político partidario.4 Esta obligación y a la vez
prohibición legal hace que aún los miembros de libre escogencia de esta
institución por el Presidente de la República tales como el Procurador

3 Art.78 numeral 11 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

4 Art.79 numeral 5 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

[48] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
General de la República y el 50 % de los Procuradores Adjuntos de éste,
una vez nombrados en sus cargos deban abstenerse de participar en nin-
guna actividad político partidista durante el periodo en que ocupen esas
funciones so pena de ser sancionados disciplinariamente pues la inobser-
vancia de dicha prohibición constituye una falta muy grave que da lugar a
la destitución.5 Aunque el Procurador General de la República no está so-
metido al régimen disciplinario establecido en la Ley Orgánica así como
tampoco al juicio político previsto en los artículos 80 y 83 de nuestra
Constitución Política, lo cierto es que una conducta mostrada por este en
contravención de dicha prohibición expresa generaría una crisis de legiti-
midad de sus actuaciones que producirían ingobernabilidad a lo interno
del Ministerio Público así como falta de credibilidad hacia la comunidad
en sentido general, lo cual pudiera generar un proceso de interpelación
ante cualquiera de las Cámaras legislativas que diera al traste con la re-
comendación de destitución de este importante funcionario público.6 De
manera que la clase política solo podrá exigirles a los miembros de esta
institución aquellas conductas que sean compatibles con los Principios
Rectores de su actuación recogidos y desarrollados en el capítulo II del tí-
tulo I de la Ley Orgánica dentro de los que aparece por cierto el principio
de apoliticidad. Conforme este principio, los miembros del Ministerio
Público pueden objetar las Instrucciones Particulares que les dicten sus
superiores cuando se fundamenten en consideraciones político partida-
rias.7 Como se puede apreciar no existe ninguna justificación para que un
funcionario del Ministerio Público oriente sus actuaciones de investiga-
ción por factores de interés político partidista y eso definitivamente es
un extraordinario avance institucional que deberá madurar en la psique
de los que ostentan el privilegio de formar parte de esta Institución del
Estado y en los que conforman sus órganos de gobierno interno y gre-
miales.
2. Objetabilidad de las instrucciones impartidas por los superiores
jerárquicos cuando estas sean ilegales, arbitrarias o inconvenien-
tes. Algunos funcionarios del Ministerio publico pueden verse tentados
a traficar con el poder que le otorga la ley tratando de emitirles a los

5 Ver art.92 numeral 5 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

6 Ver art. 95 de la Constitución Política Dominicana.

7 Ver art.25 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

«La carrera del Ministerio Público: Garantía de objetividad e independencia...» [49]


funcionarios de nivel inferior Instrucciones Particulares que, antes de fa-
vorecer la investigación en curso, vayan dirigidas a alejarla de alguna per-
sona, lesionarle derechos constitucionales a otra o simplemente vayan
dirigidas a estancar o detener el avance de la misma para favorecer un
sector o a una persona determinada. Con anterioridad a la ley 78-03 del
Estatuto del Ministerio Público y de la actual ley no. 133-11 que derogó
la anteriormente indicada, el funcionario sometido a este tipo de presio-
nes no tenía ningún mecanismo institucionalizado mediante el cual este
pudiera revelarse contra estas instrucciones a todas luces ilegales y arbi-
trarias y cuando asumía una postura digna y honesta negándose a aceptar
las mismas terminaba siendo trasladado a otra posición o simplemente
destituido del cargo. En la actualidad la Ley Orgánica, aunque reconoce
como uno de los Principios Rectores del Ministerio Público el principio
de jerarquía a través del cual se le reconoce al Procurador General de la
República, al Director General de Persecución del Ministerio Público o al
superior jerárquico inmediato la posibilidad de emitir Instrucciones Par-
ticulares a sus subordinados, también le da la posibilidad a estos últimos
de impugnar u objetar mediante escrito motivado dichas instrucciones
cuando las consideren manifiestamente ilegales, arbitrarias o inconve-
nientes. El mecanismo creado en el artículo 9 de la referida ley, al exigir
que tanto la impugnación del subalterno así como la ratificación, mo-
dificación o revocación de dichas instrucciones se produzca de manera
motivada y por escrito, obliga a ambas partes a ser muy reflexivas en sus
posturas pues la posición que adopten quedará registrada y dará la opor-
tunidad a los órganos de gobierno del Ministerio Público a examinar sus
respectivas conductas lo cual va en beneficio de la transparencia de sus
actuaciones en un Estado social y democrático de derecho. De manera
que ya no resulta tan fácil manipular una investigación para favorecer
intereses espurios pues los fiscales poseen mecanismos institucionales
que los protegen de ese tipo de actividad corrupta, lo cual procura una
investigación mucho más objetiva e independiente.
3. Sometimiento de los miembros del Ministerio Público a un estric-
to sistema de obligaciones, prohibiciones, inhabilitaciones, inca-
pacidades e incompatibilidades que, unido a un régimen discipli-
nario, garantizan un adecuado sistema de consecuencias para los
funcionarios que se divorcien de un comportamiento ético en su
accionar. El fenómeno de la corrupción es consustancial al ser humano.
Mientras exista actividad humana la posibilidad de que esta sea minada

[50] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
por la corrupción siempre estará latente. Esas posibilidades se exacerban
en la medida en que dicha actividad tenga por objetivo ejercer algún nivel
de poder sobre otros seres humanos. El rol del Ministerio Público es uno
de los más expuestos a esta tara social pues es este funcionario quien tie-
ne la posibilidad de perseguir a los infractores de la ley, solicitarles con-
denas, medidas cautelares que recaen sobre la persona y el patrimonio
de la gente. En fin se trata de un funcionario público con mucho poder
sobre sus conciudadanos y por lo tanto debe ser sometido a un estricto
sistema de control a fin de evitar el ejercicio abusivo de dicho poder. Es
por esta razón que la Ley Orgánica 133-11organiza un catálogo de obliga-
ciones, prohibiciones e inhabilitaciones8 que procuran que los miembros
del Ministerio Público se abstengan de realizar conductas o actividades
que socaven la imagen pública de honestidad, integridad, credibilidad y
moralidad del Ministerio Público o que cuestionen su independencia res-
pecto de los demás órganos públicos o de las demás partes del proceso.
Resultan de particular interés a fin de preservar la objetividad en la in-
vestigación de los hechos delictivos, las inhabilitaciones contenidas en
el art.80 de la referida ley. Mediante este catálogo de inhabilitaciones
deberán abstenerse de participar en una investigación aquellos represen-
tantes del Ministerio Público que tengan un interés personal o sean parte
de una investigación, que tengan vínculos de consanguinidad, afinidad o
tutor o curador con las partes o sus representantes legales en los grados
dispuestos por dicho artículo, tener una litis pendiente o una enemistad
capital con alguna de las partes, una relación de negocios o laboral con
los involucrados en una investigación, entre otras inhabilitaciones.9 El
párrafo del art. 80 hace aplicable su contenido a los miembros de la poli-
cía u otras agencias de investigación o seguridad y a cualquier auxiliar del
Ministerio Público en una investigación. A fin de que dichas disposicio-
nes no constituyan letra muerta la inobservancia de las mismas conlle-
va sanciones disciplinarias que pueden ser interpuestas por los órganos
disciplinarios correspondientes ante la denuncia fundamentada de cual-
quier usuario del sistema de justicia. Como se puede apreciar el régimen
estatutario del Ministerio Público pone al servicio de los ciudadanos y
ciudadanas las herramientas que facilitan la fiscalización de la conducta
pública y privada de los representantes del Ministerio público a fin de

8 Ver arts. 78,79 y 80 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

9 Ver contenido del art.80 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

«La carrera del Ministerio Público: Garantía de objetividad e independencia...» [51]


garantizar que sean los individuos más idóneos los que ocupen una fun-
ción pública de tanta responsabilidad social y que sean sus hechos y no
las coyunturas políticas las que forjen el destino de su carrera dentro de
la institución.
4. Derecho de recibir capacitación periódica y especializada en con-
diciones de igualdad. No puede existir objetividad e independencia en
la investigación si el funcionario público que la dirige no tiene una ca-
pacitación adecuada y oportuna pues sus acciones estarían dirigidas por
su ignorancia y subjetividades. El acceso a una institución especializada
en la formación de fiscales como lo es la Escuela Nacional del Ministe-
rio público que está permanentemente pensando en las necesidades de
capacitación de estos funcionarios, hace la diferencia en el desempeño
profesional de este funcionario. La especialización de los conocimientos
en atención a los ámbitos de investigación de los fiscales y fiscalizadores
ha generado en estos actores mayores capacidades de evaluación, fiscali-
zación y direccionamiento de las actividades de investigación ordenadas
a los miembros encargados de la investigación de la Policía Nacional y de
las agencias especializadas de persecución. Este proceso de enseñanza/
aprendizaje ha generado mejores resultados en las estadísticas relaciona-
das con la persecución y condena de los infractores lo cual se convierte en
un elemento disuasivo de la actividad criminal.
5. Garantía de inamovilidad y permanencia en la función pública así
como el derecho de promoción en la carrera en atención a los mé-
ritos acumulados de los representantes del Ministerio Público. La
conquista cualitativamente más significativa de la sociedad dominicana
relacionada con la institución del Ministerio Público es sin lugar a dudas
la garantía de inmovilidad de sus miembros hasta su edad de retiro salvo
la ocurrencia de cualquiera de las otras causas de cesación en el servicio
previstas en el art.83 de la Ley Orgánica. Ninguna investigación podrá
estar presidida por el principio de objetividad si quien la lleva a cabo se
siente amenazado por una eventual destitución por recomendación de
quienes son sujetos de dicha investigación o de sus relacionados. Tam-
poco tendría sentido agotar un riguroso programa de capacitación per-
manente de los miembros del Ministerio Público si la estabilidad en la
función de quienes se sometan al mismo estaría sujeta a los vaivenes de
la política o de los intereses económicos de turno en los órganos de poder
político. La real independencia del Ministerio Público se logra cuando
todos sus actores están sometidos a un régimen estatuario garantizado
[52] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
constitucionalmente pues se sanciona con la inconstitucionalidad e ile-
galidad la destitución arbitraria que no respete el debido proceso discipli-
nario y administrativo y obliga a la restitución en el cargo del funcionario
así desvinculado de la carrera.10 Las garantías mínimas de legalidad, úni-
ca persecución, separación de funciones y debido proceso en el procedi-
miento disciplinario hacen que el único mecanismo legal existente para
desvincular de la carrera a uno de los miembros del Ministerio público
responda a criterios objetivos y legítimos que garantizan la imparciali-
dad de la decisión rendida. En adición a estas garantías, la conformación
pluralista tanto del Consejo Superior del Ministerio Público así como de
los Consejos Disciplinarios dificultan que las decisiones rendidas por este
sean manipuladas por los miembros de libre elección por el Presidente
de la República. Como contrapartida del establecimiento de un régimen
disciplinario estricto está el sistema de promoción en la carrera en aten-
ción de los méritos acumulados, evaluación de desempeño, capacitación
y tiempo en el servicio. La Ley Orgánica crea una Dirección General de
la Carrera en el art.55, la cual tendrá la responsabilidad a través de un
Director elegido por concurso público de oposición, de administrar dicha
carrera, ejecutando las políticas que cree el Consejo Superior del Minis-
terio Público en esta área pero sobre todo cumpliendo las funciones que
le confiere la ley en el art.57, dentro de las que se encuentran la reco-
mendación a dicho Consejo de la convocatoria de concursos públicos para
aspirantes a fiscalizador o concursos internos para ascensos así como la
ejecución de dichos concursos internos cuando corresponda11. De esta
manera no solo se erradica el tráfico de influencia para producir la des-
titución de un miembro de este órgano público sino que el ingreso y fu-
tura promoción dentro del mismo debe responder a criterios técnicos,
académicos y relacionados con la propia trayectoria del ciudadano que
elija como vocación de vida servirle al Estado como representante de la
sociedad en la persecución de la criminalidad en el sistema de justicia
dominicano.
Los que acabamos de desarrollar son solo algunos de los aspectos forma-
les de la ley que sientan las bases para construir con la voluntad de políticos,
funcionarios públicos y ciudadanos, el Ministerio Público objetivo e indepen-

10 Ver art.74 numeral 5 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

11 Ver art.57 numerales 9 y 10 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

«La carrera del Ministerio Público: Garantía de objetividad e independencia...» [53]


diente que ordena y manda la Constitución de la República y la Ley Orgánica
no.133-11. Sin embargo, dado el poco tiempo que ha transcurrido desde la
promulgación de esta norma, están pendientes de ejecutarse en la realidad sus
aspectos sustanciales que se verifican en la vida cotidiana de dicha institución.
Su verificación en la realidad dependerá de la voluntad política de los órga-
nos del gobierno interno del Ministerio Público, de la actitud que asuman los
miembros de la estructura inferior de ese órgano, sus asociaciones y la comu-
nidad en general.
Hasta que nuestra clase política no madure, la concepción de la separación
de poderes, la garantía contra el uso abusivo del poder a través de los meca-
nismos de pesos y contrapesos creados por la Constitución de una sociedad
democrática, siempre existirá la tentación de manipular a esta institución del
Estado. La sociedad toda debe velar porque aquellos miembros del Ministerio
Público que cumplan con más eficacia con los valores y principios recogidos en
su régimen estatutario sean los que ocupen las posiciones directivas de mayor
relevancia a lo interno de este órgano. Exigir de esta el mantenimiento de la
transparencia en la ejecución de los concursos de oposición que celebre tan-
to a lo interno como a lo externo. Velar porque no se disfrace el castigo a un
fiscal objetivo, responsable e independiente con la figura del traslado a otra
jurisdicción “por ser necesario y útil al servicio12”. Es importante señalar que el
mecanismo de los traslados arbitrarios puede ser el mecanismo al que acudan
con mayor frecuencia quienes deseen desesperar y sancionar a un fiscal efi-
ciente dada la fórmula genérica que utilizó el legislador al usar la frase “por ser
necesario y útil al servicio”. Sin embargo, es importante que quienes piensen
así no se llamen a engaño pues, por muy abierta que esa fórmula legal sea, la
misma está sujeta a control a través de la razonabilidad del acto administrativo
y su armonía con otros derechos constitucionales de los que son acreedores los
miembros de esa institución.
Ya la jurisprudencia de la jurisdicción administrativa comparada se ha pro-
nunciado en ese sentido como lo muestra la Sentencia no. 126503 del 25 de
marzo del año 2010 dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del
Consejo de Estado Colombiano que trató precisamente del traslado de un em-
pleado de la Fiscalía General de la Nación Colombiana y estableció en su deci-
sión que “Los traslados, como forma de provisión de cargos públicos, bien se
trate de empleados de carrera, de libre nombramiento y remoción o en provi-

12 Ver art.47 numeral 5 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.

[54] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
sionalidad, no pueden implicar condiciones menos favorables, vistas no sólo
desde una perspectiva objetiva (salarios, prestaciones, nivel del cargo, funcio-
nes, etc.) sino en el contexto subjetivo (costo de vida, relaciones familiares,
etc). De tal suerte, que si se produce una disgregación del núcleo familiar, como
en este caso, es indudable que ello se traduce en una desmejora de las condi-
ciones del servidor público trasladado. No hay que olvidar que la familia es una
institución de rango constitucional, a la que la Carta Magna le asigna el doble
carácter de “núcleo esencial” e “institución básica” de la sociedad, por este mo-
tivo merece amparo especial por parte de esta y del Estado. Al reconocerle el
constituyente esta calidad en el artículo 5º de la Carta, perteneciente al Título
Primero, estableció que la protección aludida a la familia es además un princi-
pio fundamental del Estado Social de Derecho Colombiano. El marco de pro-
tección a esta institución cobija aspectos tales como el patrimonio familiar, la
paternidad y maternidad responsable, la honra y las relaciones familiares; por
ello, no se compadece con la lógica que el Estado como protector y garante de
derechos fundamentales, desconozca uno de los más importantes cuando jue-
ga el papel de empleador, cual es el tener una familia y no ser separado de ella.
Verificado entonces que la administración con los actos acusados infringió las
normas en que debió fundarse, toda vez que el traslado del actor violó sus dere-
chos fundamentales en cuanto implicó unas condiciones menos favorables, la
Sala despachará favorablemente las pretensiones principales de la demanda.”13
Sobre el traslado en razón de la necesidad del servicio el Tribunal Constitu-
cional colombiano en la Sentencia T-532/98 se ha pronunciado en el sentido
siguiente:
“Conforme a la jurisprudencia de esta Corporación, conviene señalar que
la facultad de los nominadores para trasladar funcionarios para atender a las
razones del servicio administrativo se considera, en principio, ajustada a las
normas constitucionales y legales, sin que por la expedición de los correspon-
dientes actos pueda predicarse arbitrariedad o abuso del poder y menos aún
violación de los derechos de las personas; con mayor razón, en cuanto se con-
sidera que la adecuada y eficiente prestación del servicio público es piedra an-
gular sobre la cual se erigen la organización y funcionamiento del Estado. La
facultad de trasladar funcionarios debe obedecer a razones ciertas, objetivas y
fundadas de buen servicio administrativo, cuando se trata de funcionarios de

13 Enlace: http://www.actualicese.com/normatividad/etiqueta/servidores-publicos/. Retirado en fecha:


14 febrero 2012. El resaltado en negro es del autor del artículo.

«La carrera del Ministerio Público: Garantía de objetividad e independencia...» [55]


carrera administrativa. En los casos de los empleados de libre remoción existe
una mayor discrecionalidad, lo cual no implica que la administración pueda
actuar arbitrariamente, invocando razones abstractas de buen servicio. Una
medida de esta índole, debe obedecer a una justificación mínima en cuanto a
la necesidad de atender a la oportuna, eficaz y eficiente prestación del servicio.
En razón de la naturaleza de las funciones que cumple el servidor público, se
justifica que en ciertos casos en que se comprometen servicios esenciales o
básicos del Estado, la administración goce de un grado mayor de discreciona-
lidad.14
Como se puede verificar en las decisiones antes expuestas la decisión de
trasladar a un funcionario público perteneciente al Ministerio Público no está
abandonada a la libre discreción del superior jerárquico sino que debe ser debi-
damente motivada y responder a reales necesidades del servicio que no puedan
ser enfrentadas por otra medida que no sea el traslado de ese funcionario.
Además del tema de los traslados arbitrarios también deberá evitarse que
se utilice el régimen disciplinario para premiar por complicidad de los órganos,
las inconductas de los infractores de la ley o como mecanismo de persecución
y sanción injusta de aquellos miembros que por mantener una posición res-
ponsable se decide eliminarlos “Institucionalmente” de este órgano de perse-
cución.
Esas y otras amenazas gravitarán permanentemente sobre los miembros
que conformen esta institución. Sólo si los miembros de esa institución hacen
suyas esas conquistas y la defienden, tanto en la toma de decisiones de los plu-
rales órganos de Dirección que creó la Ley Orgánica así como en la gestión de
la más humilde Fiscalía, podremos ver convertidas esas garantías formales de
la ley en garantías sustanciales que hagan de la investigación de los ilícitos en
la República Dominicana una actividad dirigida por los principios de legalidad,
objetividad, independencia y probidad.

14 Enlace: http://www.notinet.com.co/serverfiles/servicios/archivos/constitucionales/T-532-98.HTM#_
ftn4. Retirado en fecha: 14 febrero 2012. El subrayado y el resaltado en negro es del autor del artículo.

[56] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Reflexiones en torno al régimen
de carrera del Ministerio Público
Juan Carlos Bircann Sánchez

RESUMEN abstract

Lo primero que resultaba indispensable modificar para The first thing necessary to modified to allow Public
permitir al Ministerio Público cumplir sus nuevas funcio- Prosecutors to fulfill their new roles were the constitutio-
nes eran las disposiciones constitucionales y su Ley Orgá- nal provisions and its organic law to define their structure
nica que definieran su estructura y funcionamiento. Dicha and function. This reform was carried out in parallel with
reforma se ha realizado de manera paralela a la del Código the Criminal Procedure Code, culminating with Law 133-
Procesal Penal, culminando en la Ley No. 133-11 que re- 11 which reflects the recommendations and demands of
coge las recomendaciones y reclamos de amplios sectores large sectors regarding the needs of autonomy and a ca-
respecto a la necesidad de que el MP sea una institución reer system to ensure the independence of their functions
autónoma y que se instituya sobre la base de un sistema and optimal quality based on the continuity and perma-
de carrera a fin de garantizar la independencia de sus nent training.
actuaciones y una óptima calidad de las mismas en base a
la continuidad de esfuerzos y formación permanente.

PALABRAS CLAVE
Carrera, derechos adquiridos, inamovilidad, independencia,
Ministerio Público, reforma constitucional.

La necesidad de transformación y Licenciado en Derecho, egresado de la


Pontificia Universidad Católica Madre y
adecuación de múltiples leyes, aspira- Maestra (PUCMM), 1994. Miembro del
ción muy sentida de la sociedad domini- cuerpo docente de la Escuela Nacional del
Ministerio Público. Autor de la obra Estu-
cana, ha tenido su punto culminante en dios sobre Criminología y Derecho Penal
lo que hemos denominado una explosión (Colección ENMP, Vol. III). Actualmente se
desempeña como Procurador General de la
cámbrica legislativa, que ha visto en el Có- Corte de Apelación del Departamento Judi-
digo Procesal Penal (Ley No. 76-02) y el cial de Santiago.
Estatuto del Ministerio Público (Ley No.
78-03) a dos de sus mejores exponentes.
Igual que en esta fase inferior de la Era
Paleozoica, en que se produjo una brusca
transición en el registro fósil, una explo- datoS del autor

«Reflexiones
Revista de la Escuela Nacional del
en Ministerio Público,
torno al régimen deNo. 3, enero-junio
carrera 2012,
del Ministerio pp. 57-63
Público» [57]
sión de vida, nuestro sistema jurídico ha recibido el soplo vivificante de nove-
dosas corrientes doctrinales que ha tocado la sensibilidad hacia el cambio en
las comunidades profesional y académica. Este boom legislativo no se limita a
los ámbitos del Derecho Penal y Procesal Penal, sino que invade positivamente
otras esferas como la legislación inmobiliaria y el régimen de las sociedades
comerciales. Actualmente se debaten en el Congreso los proyectos de reforma
a los códigos Civil y Procesal Civil.
El Ministerio Público, como órgano del sistema de justicia, ha salido forta-
lecido institucionalmente a raíz de estas importantes reformas, que culminan
en la Ley Orgánica del Ministerio Público (Ley No. 133-11. G. O. No. 10621,
del 9 de junio de 2011).
Anteriormente, a la luz de lo dispuesto por el Art. 3 de la Ley No. 78-03,
que consagraba el Estatuto del Ministerio Público, a partir de la fecha de su
publicación los miembros del Ministerio Público quedaban incorporados a la
Carrera; pero este mismo texto condicionaba de manera expresa su ingreso
a que cursaran “los estudios que se establecerán en virtud del reglamento que se
dictará para el funcionamiento de la Escuela Nacional del Ministerio Público”. Esta
misma ley fue que instituyó el Consejo General de Procuradores, que, entre
otras funciones, debía presentar al Ejecutivo el listado para la designación de
los miembros del Ministerio Público, con excepción del Procurador General de
la República y sus Adjuntos, conforme al Art. 24, de entre los que hayan sido
evaluados por la Escuela Nacional del Ministerio Público, “a partir de su entrada
en funcionamiento”.
Conviene precisar que la Escuela Nacional del Ministerio Público (ENMP)
inició sus funciones en lo que respecta a la reglamentación y aplicación de los
procedimientos de evaluación el 10 de abril de 2005. De ahí que a los nom-
bramientos contenidos en decretos anteriores a esa fecha se les haya dado el
carácter de provisionales, con la salvedad de que los así designados debían ser
evaluados y, si fuere de lugar, recomendados para su designación definitiva con-
forme al Art. 44 del Estatuto.
Con la reforma constitucional del 26 de enero de 2010 se obtiene un impor-
tante avance en el fortalecimiento institucional del Ministerio Público, sobre
todo al consolidar su régimen de Carrera y tornar protagónico su rol en la im-
plementación de la política criminal del Estado y la dirección funcional de la
investigación.
Precisamente, ese era el reclamo hecho por el Magistrado Procurador General
de la República, Dr. Radhamés Jiménez Peña, en la Conferencia Nacional del Mi-

[58] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
nisterio Público. En su discurso, pronunciado en fecha 25 de enero de 2007 en el
Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, entre otras cosas,
el Magistrado Procurador expresó: “Una de las debilidades históricas del Ministerio
Público ha sido la carencia de un sistema de carrera. Esto ha creado tres problemas fun-
damentales. Primero, ha impedido que estos funcionarios actúen con independencia en
el cumplimiento de sus funciones. La segunda dificultad es que la designación libre de
fiscales ha llevado en ocasiones a que ocuparan cargos dentro de la institución personas
sin la preparación o vocación mínimas necesarias para ellas… Tercero, la falta de carre-
ra implicaba que no existiera continuidad de esfuerzos ni de formación”.1
En el marco de esa misma tesitura se pronunció el Vicepresidente Ejecutivo
de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), Dr. Servio Tulio Casta-
ños Guzmán. En sus palabras de apertura a su acostumbrada Mesa Redonda
sobre Transparencia y Gobernabilidad, con el tema La Transparencia del Siste-
ma de Carrera del Ministerio Público: Ingreso y Evaluación, expresó: “La justicia
penal, quiérase o no, requiere de un Ministerio Público profesional y estable
con la misma intensidad que requiere jueces independientes” (2).
Ahora bien, si hacemos un ejercicio mental extrapolando a lo social la Ter-
cera Ley de Newton (Principio de Acción y Reacción), según la cual toda fuer-
za que actúa sobre un cuerpo recibe de éste una fuerza igual, pero en sentido
contrario, vemos que muchos de estos cambios generan fuerzas adversas. En
Psicología Social se le llama Resistencia al Cambio y es una forma de canalizar
la ansiedad que produce enfrentarse a una realidad nueva, a una dimensión
desconocida. En ese contexto es que surgen personas o grupos que promueven
la contra-reforma, levantando como bandera el populismo penal. Debo admi-
tir que se precisa gran esfuerzo para que, después de muchos años de repetir
rutinariamente procedimientos, completar formularios, actas y estudiar “ex-
pedientes”, tengamos que romper los viejos esquemas y asumir los nuevos pa-
radigmas dentro del proceso penal. Ese sentimiento de angustia lo experimen-
té cuando, con la nueva legislación en mis manos, veía en los estantes de mi
oficina las obras de Stefani, Levasseur & Bouloc, Bouzat & Pinatel, las cátedras
de Hipólito Herrera Billini, el Derecho Procesal Penal de Del Castillo, Pellerano
& Herrera y los enjundiosos tomos de Dalloz, a los que recurríamos como un
oráculo para sustentar nuestras defensas.
Así las cosas, no resulta extraño que aparezca gente que vea con recelo la
Carrera del Ministerio Público, como pasó en su oportunidad con la Carrera

1 Constitución y Sistema de Justicia, UASD, 2007.

«Reflexiones en torno al régimen de carrera del Ministerio Público» [59]


Judicial. Los jueces, cuando eran designados regularmente por el Senado, re-
cibían presiones de políticos inescrupulosos, situación que desapareció con la
designación de jueces de carrera. Lo mismo vale para el Ministerio Público,
que, por la naturaleza propia de sus funciones, siempre está sujeto a este tipo
de situaciones conflictivas.
A partir de la reforma a la Constitución en 2010 la Carrera del Ministerio
Público tiene rango constitucional, lo que está expresamente consagrado en el
Capítulo V, Sección II, Art. 173, que reza:

“Sistema de carrera. El Ministerio Público se organiza conforme a la ley, que


regula su inamovilidad, régimen disciplinario y los demás preceptos que rigen
su actuación, su escuela de formación y sus órganos de gobierno, garantizando
la permanencia de sus miembros de carrera hasta los setenta y cinco años”.

Como puede apreciarse de la lectura del Capítulo V de la Constitución, en


los Arts. 169 a 175, la misma define de forma genérica al Ministerio Público y
cuáles son sus funciones, precisando que institucionalmente goza de autono-
mía funcional, administrativa y presupuestaria. Respecto a su designación e
integración vemos que la Carta Magna solamente se refiere al Procurador Ge-
neral de la República, quien es designado, igual que la mitad de sus Adjuntos,
por el Presidente de la República (Art. 171) y quien representa al Ministerio
Público ante la Suprema Corte de Justicia. Respecto a los demás miembros,
en lo tocante a su designación y funciones, el Constituyente lo deja a la ley. La
parte in fine del Art. 171 prescribe que “la ley dispondrá la forma de designación
de los demás integrantes del Ministerio Público”. El Art. 172 (Integración e incom-
patibilidades) se refiere únicamente al Procurador General de la República; los
demás miembros del Ministerio Público son referidos simplemente como “las
y los demás representantes establecidos por la ley”. El Párrafo I del mismo texto
sólo menciona al PGR y sus adjuntos; en cuanto a los demás miembros del MP
establece que “Su representación ante las demás instancias judiciales será dispues-
ta por ley”.
Del análisis de estos textos de la Constitución se desprende que la Carrera
del Ministerio Público está definida a nivel macro en la Carta Sustantiva, pero
sus detalles se dejaron al legislador. De ahí es que surge la necesidad de discutir
y aprobar el marco normativo que regirá las actuaciones del Ministerio Público
y sus diferentes organismos y funciones. Eso es lo que ha hecho la Ley No. 133-
11 o Ley Orgánica del Ministerio Público.

[60] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Un aspecto que merece destacarse es que, aparte de la consagración de su
autonomía funcional en la Constitución (Art. 170), la misma ha sido concebida
de forma refleja a la del Poder Judicial. Por ejemplo, en el Art. 169 leemos que
el Ministerio Público “es el órgano del sistema de justicia…”. En el Art. 171 halla-
mos que para ser Procurador General de la República o uno de sus adjuntos se
precisan “los mismos requisitos que para ser juez de la Suprema Corte de Justicia”.
Finalmente el Art. 172 establece que el PGR es quien representa al Ministerio
Público ante la Suprema Corte de Justicia y que su representación “ante las
demás instancias judiciales” será determinada por ley.
Dentro de los dos modelos de organización del Ministerio Público en Amé-
rica Latina, a saber, como órgano extrapoder, situado fuera de los poderes tra-
dicionales del Estado, opción seguida por la mayoría de los países de la región
(Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú y
Venezuela), o como institución insertada dentro del Poder Judicial pero con
estatuto de autonomía funcional, la República Dominicana se inclinó hacia
este último.
En el documento Desafíos del Ministerio Público Fiscal en América Latina2 en-
contramos que “en forma paralela a la reforma de los códigos procesales penales,
buena parte de los países de la región han avanzado en modificaciones a los estatutos
legales que regían sus Ministerios Públicos”.3
En la Ley No. 133-11 el régimen de Carrera lo encontramos descrito en el
Art. 71, que reza así: “Miembros del Ministerio Público. La carrera del Ministerio
Público es autónoma y se rige exclusivamente por la Constitución, la presente ley y
los reglamentos adoptados por el Consejo Superior del Ministerio Público. El ingreso
a la carrera del Ministerio Público se realizará a través del cargo de Fiscalizador tras
haber aprobado un concurso público de oposición y el programa de capacitación de-
sarrollado por la Escuela Nacional del Ministerio Público. Los cargos de Procurador
General de la República y sus procuradores adjuntos no forman parte de la carrera
del Ministerio Público, aunque la mitad de estos últimos se integra con miembros de
la carrera”.
Como nadie resulta ajeno al contexto social en que vive y las instituciones se
constituyen con hombres y mujeres de carne y hueso, reales, existentes en una
realidad determinada, es menester tener en cuenta el universo social y político

2 UNIBE, 5 de junio de 2008.

3 Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA). Alfabeta Artes Gráficas; Santiago, Chile, 2006.

«Reflexiones en torno al régimen de carrera del Ministerio Público» [61]


en que se desarrollan y realizan sus funciones. Como la reforma procesal pe-
nal ha transferido una cuota importante de poder al Ministerio Público, sobre
todo en lo tocante a la persecución penal, muchas de las presiones que antes
se dirigían al sistema judicial ahora se enfocan en el Ministerio Público, con la
agravante de que esto coincide con el proceso de transición y fortalecimiento
de dicha institución. Como consecuencia de ello, vemos frecuentes intentos
de intervención de personajes de la política, funcionarios de orden y jerarquía
diversos y hasta asociaciones profesionales en la determinación de su línea de
acción y en algunos casos en la tentativa de conducción de casos específicos.
Por otro lado, la lucha de poder, natural en toda sociedad organizada, lleva a
cada cual a defender su espacio, lo que considera ha ganado o mantenido en el
tiempo, conservar el statu quo. En ese contexto es que debemos ver aquellas
discrepancias en torno a la creación de la Policía Técnica Judicial.
Para exorcizar los malignos demonios del intervencionismo, fundamentado
en la relación de patronazgo, y consolidar un sistema basado en los méritos,
es necesario fortalecer el sistema de Carrera del Ministerio Público. Por esta
razón, desde el año 2005, con alto criterio de transparencia y profesionalismo,
la Escuela Nacional del Ministerio Público, que tiene categoría de Instituto de
Educación Superior, y por tanto, facultada para expedir certificaciones y títulos
con el mismo alcance, fuerza y validez que los expedidos por otras instituciones
de educación superior (Art. 61 Ley 133-11. También así lo consignaba el Art.
104 Ley 78-03), previa aprobación de su Consejo Académico, ha desarrollado
los programas Inicial y Extraordinario de Formación, en los que han participa-
do como docentes prestigiosos académicos nacionales y extranjeros. Aparte de
estos programas debemos mencionar la oferta académica completiva y perma-
nente, especialmente en las áreas de investigación, litigación y recursos.
Pero no nos llamemos a engaño, cuando referí la resistencia al cambio como
una especie de ley del alma humana que ve con desconfianza toda innovación,
en cualquier orden, de aquellos que asisten a sus primeras tentativas, lo cir-
cunscribí al pensamiento conservador, pero legítimo, y también necesario para
la selección de las ideas, de los juristas que crearon fama en la praxis penal al
amparo del viejo Código de Procedimiento Criminal. Los grandes Maestros,
que, en su momento, fueron precursores de cambios, pero que hoy, en una
sociedad que se ha transformado considerablemente, no podemos permanecer
indiferentes ante su extraña ilusión de pretender impedir toda aspiración de
progreso. Sin embargo, las más serias amenazas a la Carrera del Ministerio
Público no provienen de ese litoral, sino de sectores que aspiran a que la ins-
titución se mantenga genuflexa ante otros poderes del Estado, resucitando el

[62] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
clientelismo y la corrupción, fuente de impunidad y de la toma de decisiones
injustas y arbitrarias.
Por esta razón, aparte del blindaje constitucional, el legislador, en el Art.
110 de la Ley No. 133-11, estableció de manera clara lo siguiente:
Art. 110.- Derechos adquiridos. En la implementación de la presente ley se
asegurarán los derechos adquiridos de los funcionarios del Ministerio Público que
fueron incorporados como miembros de carrera al amparo de la Ley No. 78-03 y la
reglamentación respectiva.
¿Y cuáles son esos derechos? Los que están enumerados en los Arts. 73 y 74
de la Ley No. 133-11, que se definen como generales y especiales, respectiva-
mente. Entre estos últimos está la garantía de inamovilidad en el cargo, salvo
que se incurra en alguna causal de destitución prevista en la misma ley. Huelga
decir que en el anterior Estatuto la inamovilidad en el cargo estaba prevista en
el Art. 75-A.
Como puede verse, aquellas propuestas hechas por el Magistrado Procura-
dor General de la República en el Aula Magna de la UASD fueron incorporadas
a la Constitución y posteriormente desarrolladas con amplitud en la Ley Orgá-
nica del Ministerio Público. Así las cosas, al momento de presentar dicha ley,
en un breve mensaje el Magistrado expresó: “El mayor logro institucional lo cons-
tituye el establecimiento de un Sistema de Carrera para garantizar la permanencia
de sus integrantes hasta los 75 años de edad, y promover sus ascensos, separando así
la función de las actividades políticas partidarias”.4

4 Op. Cit. P. 23.

«Reflexiones en torno al régimen de carrera del Ministerio Público» [63]


La Cooperación Jurídica Internacional
en la República Dominicana
Danissa A. Cruz Taveras

RESUMEN abstract

El crimen organizado en sus diversas modalidades es Organized crime in its various forms is a reality that
una realidad que traspasa nuestras fronteras. Este flagelo transcends our borders. This scourge is one of the main
constituye uno de los factores principales del atraso y sub- factors of backwardness and underdevelopment of our
desarrollo de nuestros países, sin embargo, ha evoluciona- countries, however, it has evolved together as developed
do conjuntamente como avanzan las sociedades desarrolla- societies advance. In this sense, international legal coo-
das. En ese sentido, la cooperación jurídica internacional es peration is the most effective tool for States in combating
el instrumento más eficaz con que cuentan los Estados a la transnational organized crime effectively.
hora de combatir eficientemente la Delincuencia Organiza-
da Transnacional.

PALABRAS CLAVE
Crimen organizado, extradición,
cooperación jurídica, investigación, Europol.

Introducción

Somos conscientes que el crimen or- Abogada, egresada de la Universidad


Iberoamericana. Especialista en Argumen-
ganizado en sus diversas modalidades tación Jurídica por la Universidad de Ali-
es una realidad que traspasa nuestras cante. Actualmente se desempeña como Pro-
curadora Fiscal del Distrito Nacional, con
fronteras. Este flagelo constituye uno asiento en el Despacho del Procurador Gen-
de los factores principales del atraso y eral de la República, asistente para asuntos
internacionales.
subdesarrollo de nuestros países, sin
embargo, ha evolucionado conjunta-
mente como avanzan las sociedades de-
sarrolladas.
Es por esto, que hoy en día, no pode-
mos dejar de hablar del tema de la coo-
peración internacional. Esta ha dejado datoS de la autora

Revista
[64] Revista
de la de
Escuela
la Escuela
Nacional
Nacional
del Ministerio
del Ministerio
Público,
Público,
No. 3,
No.
enero-junio
3, enero-junio
2012,2012
pp. 64-77
de ser una cuestión burocrática para convertirse en una de las herramientas
esenciales para el combate de esta realidad.
Debido a las características de estos fenómenos delincuenciales, donde los
impetrantes se caracterizan por las facilidades de insertarse en las esferas le-
gales e ilegales, dentro de las actividades políticas y económicas de los Estados,
muchas veces teniendo consecuencias nefastas para nuestro sistema democrá-
tico, debemos estar alertas ante esta realidad y, según el rol que nos toca des-
empeñar, poner todo nuestro esfuerzo para combatir estas acciones delictivas
que tanto daño hacen a nuestra sociedad.
Cada día, el crimen organizado, con sus fuertes niveles de corrupción, de-
viene en más sofisticado y complejo. El tráfico de armas y municiones, trafico
de drogas, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, corrupción, lavado
de activos, cyber crime o delitos cibernéticos, terrorismo, etc., son actividades
bastantes prolíferas, con una estructura orgánica bastante compleja y con ten-
táculos o ramificaciones bastante fuertes, tanto a lo interno como a lo externo;
es por esto, que son denominadas industrias del crimen.
Ahora bien, combatir estos fenómenos de forma aislada no es una tarea fá-
cil, es por esto que debemos verlos como un circuito o un todo, donde se hace
necesario el esfuerzo aunado de los países cuyos intereses han sido lesionados
y su seguridad jurídica vulnerada. Para esto, se hace menester contar con me-
canismos ágiles y eficientes de cooperación, con el conocimiento claro de que
el crimen organizado no respeta fronteras.
Luego de esta breve contextualización de las tendencias actuales de la crimi-
nalidad, quiero pasar a esbozarles de una manera conceptual en que consiste
entonces la Cooperación Internacional y dentro de esta, hacer referencia a una
de sus modalidades: La Extradición.

I. La Cooperación Jurídica Internacional

Las relaciones entre los Estados se enmarcan dentro de una esfera de igual-
dad, equidad, reciprocidad, cooperación, autodeterminación y sobretodo de
respeto a la soberanía de los pueblos.
La cooperación internacional en materia penal se rige a partir de los acuer-
dos bilaterales o multilaterales suscritos y ratificados por los países, y en su au-
sencia por los principios generales de derecho internacional de voluntariedad
y reciprocidad.

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [65]


En virtud de lo establecido en nuestra Carta Magna del 26 de enero de 2010, es-
pecíficamente en el Art. 261, las autoridades judiciales están obligadas a interpretar
dentro de las normas del proceso penal, a partir del llamado Bloque de Constitucio-
nalidad, las disposiciones no solo contenidas en la Constitución Dominicana, sino
además en los Tratados Internacionales ratificados por el Congreso Dominicano.

I.1. Marco Jurídico de la Cooperación Jurídica Internacional en Ma-


teria Penal en República Dominicana
La ley procesal penal de la República Dominicana consagra los parámetros
que rigen la cooperación judicial en materia penal. La República Dominicana
hace referencia en su Constitución al Bloque de Constitucionalidad y hace par-
te de varios acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de asistencia jurí-
dica internacional y sobre extradiciones.
La legislación vigente en esta materia es la siguiente:

a) En el derecho interno:
1. Constitución de la República Dominicana: Artículo 26, 74 numeral 3,
93 letra 1, 128 numeral 1, letra d y 3b; 185 numeral 2. En estos textos se consa-
gran en la norma constitucional, el Bloque de Constitucionalidad y la posición

1 Artículo 26.- Relaciones internacionales y derecho internacional. La República Dominicana es un Estado


miembro de la comunidad internacional, abierto a la cooperación y apegado a las normas del derecho
internacional, en consecuencia:
1) Reconoce y aplica las normas del derecho internacional, general y americano, en la medida en que
sus poderes públicos las hayan adoptado;
2) Las normas vigentes de convenios internacionales ratificados regirán en el ámbito interno, una
vez publicados de manera oficial;
3) Las relaciones internacionales de la República Dominicana se fundamentan y rigen por la
afirmación y promoción de sus valores e intereses nacionales, el respeto a los derechos humanos
y al derecho internacional;
4) En igualdad de condiciones con otros Estados, la República Dominicana acepta un ordenamiento
jurídico internacional que garantice el respeto de los derechos fundamentales, la paz, la justicia,
y el desarrollo político, social, económico y cultural de las naciones. Se compromete a actuar en
el plano internacional, regional y nacional de modo compatible con los intereses nacionales, la
convivencia pacífica entre los pueblos y los deberes de solidaridad con todas las naciones;
5) La República Dominicana promoverá y favorecerá la integración con las naciones de América, a
fin de fortalecer una comunidad de naciones que defienda los intereses de la región. El Estado
podrá suscribir tratados internacionales para promover el desarrollo común de las naciones, que
aseguren el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes, y para atribuir
a organizaciones supranacionales las competencias requeridas para participar en procesos de
integración;
6) Se pronuncia en favor de la solidaridad económica entre los países de América y apoya toda
iniciativa en defensa de sus productos básicos, materias primas y biodiversidad.

[66] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
del Estado Dominicano en cuanto a los acuerdos internacionales y la obligación
de reconocerlos como parte de su derecho interno.

2. Leyes adjetivas:
Como miembro del Ministerio Público, debo destacar en primer orden lo es-
tipulado en la Ley Orgánica del Ministerio Público, 133-11 de fecha 9 de Junio
de 2011, donde se consagra, dentro de las funciones del Procurador General de
la República, específicamente en el Art. 30 numerales 23, 24 y 25, las de coor-
dinar la cooperación judicial internacional, representar al Ministerio Público
en los organismos internacionales y la firma de convenios internacionales con
entidades extranjeras.
Esta disposición de la Ley del Ministerio Público, amplía el campo de acción
del Procurador General de la República, como autoridad central de la mayoría
de los convenios internacionales en materia de Cooperación Jurídica Interna-
cional, por lo que deviene en ser una pieza clave en la Lucha contra la Delin-
cuencia Organizada Transnacional.

Otras leyes adjetivas que complementan la normativa jurídica de


la República Dominicana en materia de Cooperación Jurídica Inter-
nacional:
• El Código Procesal Penal Dominicano Arts. 155 al 165
• Ley 72-02 de fecha 07/06/2002 contra Lavado de Activos provenientes
del Tráfico Ilícito de Drogas y Sustancias Controladas y otras infracciones
graves.
• Ley 137-03 de fecha agosto de 2003 sobre Tráfico Ilícito de Migrantes y
Trata de Personas
• La Ley 267-08 de Antiterrorismo,
• Ley 53-07, sobre Delitos de Alta Tecnología.

Y, en la actualidad, se discuten en el Congreso Nacional un proyecto


de ley que sanciona y castiga la Corrupción, una ley que tipifica el tráfico
ilícito de armas, una ley para la protección de víctimas y testigos y la mo-
dificación al Código Penal en el cual se encuentra tipificado el delito de
Sicariato.

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [67]


b) Derecho Internacional:
1. Instrumentos Jurídicos Internacionales: Bilaterales y Multilate-
rales
Los instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes entre la Repú-
blica Dominicana y otros Estados, en materia de Cooperación Jurídica Interna-
cional lo podemos dividir, para un mejor estudio en Bilaterales y Multilaterales.
-Bilaterales:
• Tratado de Extradición con los Estados Unidos de América y República
Dominicana de fecha 19/06/1909 (aprobado mediante Resolución no.
4960 del 11 de junio del 1910, G.O. no. 2124 de fecha 2 de agosto del
1910).
• Tratado de Extradición y Asistencia Judicial en Materia Penal entre Es-
paña y República Dominicana, Madrid, de fecha 04/05/1981 (aprobado
mediante Resolución no. 189 del 14 de diciembre del 1983).
• Convenio sobre Asistencia Judicial Mutua en Materia Penal entre la Re-
pública Francesa y República Dominicana, suscrito el día 14 de enero de
1999 (aprobado mediante Resolución no. 99-99 del 5 de noviembre del
1999).
• Tratado de Extradición entre la República Francesa y República Domini-
cana (aprobado mediante Resolución no. 136-01 de fecha 9 de agosto del
2001).
• Tratado de Extradición entre Brasil y República Dominicana (aprobado
mediante Resolución no. 488-06 de diciembre del 2006).
• Y sobre aquellos que se han convertido en los verdaderos instrumentos
para la lucha contra la delincuencia organizada, en un mundo globalizado
como en el que nos ha tocado vivir, podemos mencionar los siguientes
Acuerdos Multilaterales de los cuales República Dominicana es parte:

-Multilaterales:
• Convención de Derecho Internacional Privado (La Habana 20/02/1928),
Código de Derecho Internacional Privado (Código de Bustamante). Art.
388 (Exhorto o Comisiones Rogatorias) y Art. 344 (Extradición). Publi-
cada en la Gaceta Oficial no. 4042 del 2 de enero de 1929, depósito co-
rrespondiente en fecha 12 de marzo del 1929).

[68] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
• Convención sobre Extradición suscrita en Montevideo, Uruguay, adoptada
en la 7ma Conferencia Internacional Americana de fecha 26 de diciembre
de 1933 ( publicada en Gaceta Oficial no. 426 de fecha 17 de octubre de
1934, depósito correspondiente en fecha 26 de diciembre de 1934).
• Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Tratados de fecha
23 de mayo de 1969 (ejecución provisional). Adhesión el 1 de abril de 2010.
• Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefa-
cientes y Sustancias Sicotrópicas (suscrita en Viena, en fecha 20 de di-
ciembre de 1988). Art. 7 (Asistencia Internacional), Art. 6 (Extradición)).
Adhesión 21 de Septiembre de 1993.
• Convención Interamericana contra la Corrupción Adoptada en Caracas,
Venezuela, en fecha 29/03/1996. Articulo 14 (Asistencia Internacional)
y Articulo 13 (Extradición). Depósito del Instrumento de Ratificación 8
de junio de 1999.
• Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional de fecha 15 de noviembre del 2000. Art. 18 (Asistencia In-
ternacional) y Art. 16 (Extradición), ratificada el 26 de Octubre de 2006.
• Convenio sobre los aspectos civiles de la sustracción internacional de Me-
nores, firmado en la Haya el 25 de octubre de 1980 (Resolución del Con-
greso Nacional 177-04, promulgada por el Poder Ejecutivo 24/05/2004,
depósito del instrumento de adhesión 11/08/2004).
• Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relati-
vo a la venta de Niños, la prostitución infantil y pornografía infantil. (Re-
solución del Congreso Nacional no. 362-06, promulgada por el Poder Eje-
cutivo 03/10/2006, depósito del instrumento de adhesión 06/12/2006).
• Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de personas, espe-
cialmente mujeres y niños que complementa la Convención de las Nacio-
nes Unidas sobre la Delincuencia Organizada Transnacional de fecha 15
de noviembre de 2000 ( Resolución del Congreso Nacional no. 492-06,
promulgada por el Poder ejecutivo el 22/12/2006, depósito del instru-
mento de Adhesión 05/02/2008).

Otros convenios que no puedo dejar de mencionar en la materia que nos


ocupa son: la Convención de Mérida contra la Corrupción del 2003 ( Aprobada
en octubre de 2006), la Convención contra la Financiación del Terrorismo de

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [69]


1999 y la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Trafico Ilícito
de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros materiales relacionados
(CIFTA), entre otras, ya que facilitan la cooperación internacional y nos permi-
ten, ante los casos de criminalidad compleja, obtener pruebas esenciales para
los procesos judiciales que hayan podido recolectarse en un país extranjero.

I.2. Mecanismos de Cooperación Judicial


En la mayoría de los países, son aceptados como mecanismos de coopera-
ción judicial para que los jueces y fiscales puedan solicitar asistencia jurídica
internacional los siguientes:

A. Cartas o Comisiones Rogatorias:


Son las solicitudes de asistencia judicial que se dirigen a las autoridades judi-
ciales extranjeras para la obtención de información o pruebas o para la práctica
de diligencias. Las cartas rogatorias que se dirigen a las autoridades extranje-
ras se formulan de manera ordenada, breve, clara y concisa y deben contener
los siguientes parámetros generales mínimos:
• Nombre de la autoridad judicial encargada de la investigación.
• Autoridad judicial a la cual se dirige la solicitud.
• Descripción completa de las pruebas e informaciones que se soliciten
• Relación sucinta de los hechos, objeto de investigación, con indicación del o
de los procesados (nombre, nacionalidad, cedula, fecha de nacimiento etc.).
• El tipo penal objeto de la investigación.
• Importancia de la prueba requerida.
• Solicitud de que se certifique que las pruebas fueron practicadas válida-
mente, de conformidad con la ley procesal del Estado Requerido.
• La suscripción de la solicitud por parte del funcionario judicial de conoci-
miento.
• La certificación de firma y ejercicio del cargo.

Todas las solicitudes serán practicadas de conformidad con el derecho in-


terno del Estado requerido y siempre que sea posible, de conformidad con lo
peticionado en la rogatoria.

[70] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
B. Exhortos:
Son las comisiones que libran las autoridades judiciales a un agente diplo-
mático o consular para que adelante determinadas diligencias, las cuales serán
aportadas a un proceso o investigación. Entre las más frecuentes se encuen-
tran: notificación personal de decisiones judiciales, interrogatorios de partes,
entrevistas, recepción de elementos materiales probatorios, testimonios, pre-
sentaciones personales, videoconferencias, entre otros.
• En el diligenciamiento de una comisión rogatoria se debe tener en cuenta
que el agente diplomático o consular:
• No tiene poder coercitivo ni conminatorio.
• No puede ejercer coacción sobre las personas o bienes para la práctica de
la diligencia.
• No puede hacer uso de la fuerza pública para la ejecución de la comisión.
• Este tipo de comisión opera generalmente cuando se trata de diligencias
relacionadas con ciudadanos del país requirente en el exterior.
• En algunos países existe una legislación restrictiva que exige que las dili-
gencias judiciales relacionadas con sus nacionales necesariamente tienen
que surtirse a través de sus propias autoridades (carta rogatoria: Italia,
Argentina, Alemania, Medio Oriente etc.).
• No es viable solicitar a un cónsul la obtención de información que esta
amparada por reserva, como es el caso de la información bancaria, finan-
ciera o comercial.
• Si se trata de pruebas que deban ser practicadas, se especificaran los re-
quisitos especiales para su recepción y se darán las informaciones adi-
cionales que se consideran útiles para el adecuado cumplimiento de la
comisión.
• Para la recepción de los testimonios, se especificarán los hechos concre-
tos sobre los cuales debe versar el interrogatorio y se deberá acompañar
el cuestionario respectivo.

C. Notas Suplicatorias:
Son las solicitudes de asistencia judicial elevadas a las representaciones di-
plomáticas acreditadas ante los gobiernos. Se tienen que hacer vía diplomática,
esto es, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería). Su fina-

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [71]


lidad principal radica en la obtención de información o elementos probatorios
como en el caso del otorgamiento de visas a ciudadanos, recepción de testimo-
nios de un Ministro o funcionario diplomático de nación extranjera acreditado
en el país.etc.
Las notas suplicatorias se elaboran siguiendo los parámetros de una carta
rogatoria, se encabeza la solicitud al Señor Embajador de la República o nación
extranjera, se explica el objeto de la Nota Suplicatoria, se resumen los hechos
del caso, entre otras cosas
Es necesario precisar que en el caso dominicano se puede prestar asistencia
judicial penal, incluso si la conducta por la cual se solicita la misma no se en-
cuentra tipificada en el derecho interno, salvo que resulte contraria a los prin-
cipios consagrados en la Constitución nuestra, por lo que estos instrumentos
pueden ser utilizados por los funcionarios judiciales para casos de asistencia
jurídica internacional.

D. Las Solicitudes de Extradición:


-Concepto:
La Extradición es el procedimiento por el cual una persona acusada o conde-
nada por un delito conforme a la ley de un Estado es detenida en otro y devuel-
ta para ser enjuiciada o que cumpla la pena ya impuesta.
Si bien existe una cooperación internacional muy activa para la represión
de los delitos, continua existiendo la regla de que un Estado no está obligado a
conceder la extradición de un delincuente extranjero, solamente si existe Tra-
tado Internacional con el Estado que requiere la extradición.
Cuando no hay tratado, el Estado requerido está facultado para acordar la
extradición, pero no está obligado a concederla. En el caso de la Republica Do-
minicana, la jurisprudencia emanada de la SCJ, establece que debe existir un
tratado de extradición entre los países para poder conceder la extradición.

-Requisitos:
En la mayoría de los Tratados de Extradición se requiere que el Estado re-
quirente demuestre la existencia de causa para enjuiciar o castigar al requerido;
que el delito imputado se haya tipificado como tal en la legislación penal del
Estado requerido como en la del Estado requirente (Principio de doble incri-
minación).

[72] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Se establece la extradición con respecto a las personas procesadas o conde-
nadas por las autoridades de un Estado y que se encuentre en el territorio de
otra. Para ello se requiere que la condena o proceso en el otro Estado sea de
cierta gravedad: una condena superior a un año, un proceso por un juicio del
que pueda resultar sanción superior a dos años.
Se solicita además que el Estado requirente tenga jurisdicción para conocer
y fallar el delito. No se extraditará hacia los Estados que tengan pena de muerte
y en caso de que el mismo delito por el que se requiere a un individuo ya haya
sido juzgado en el Estado requerido (principio del non bis in idem).

-Clasificación:
• Activa: Acto de petición del país requirente al país donde se encuentra el
individuo (Estado requerido)
• Pasiva: Es el que recae en el Estado requerido (captor o poseedor) de la
persona requerida (Estado requirente)
A modo de observación, debo resaltar que la extradición en la mayoría de los
tratados en vigor experimenta ciertas limitaciones. Una de las más relevantes
es la de la nacionalidad de la persona requerida. Por regla general, la mayoría
de los Estados niegan la extradición de sus propios nacionales. Solo existen seis
Estados que se han mostrado dispuestos a entregar a sus propios nacionales,
estos son: Reino Unido, Estados Unidos, Argentina, República Dominicana,
Uruguay y Colombia. Los demás países niegan la extradición de sus nacionales
e incluso esta previsto en su Constitución.
En cuanto al derecho internacional se establece la obligación de extraditar,
sin embargo cuando se trata de nacionales del Estado requerido la entrega es
facultativa, pero, en caso de denegación queda la obligación subsidiaria de que
se juzgue al delincuente y comunicar el fallo al Estado requirente.

-Procedimiento en la República Dominicana:


La extradición pasiva en la República Dominicana, antes de la entrada
en vigencia del Código Procesal Penal, se trataba de un proceso meramen-
te administrativo que se tramitaba directamente de la entonces Secre-
taria de Estado de Relaciones Exteriores a la Procuraduría General de la
República y en esta dependencia, el funcionario a cargo, estimaba si era
pertinente o no la entrega del peticionado. Así las cosas, se enviaba el dic-

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [73]


tamen al Poder ejecutivo y este emitía el decreto otorgando o denegando
la extradición.
Con la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, el trámite de coope-
ración judicial de extradición se ha judicializado, esto es, el Estado requirente
envía por la vía diplomática (Cancillería) a la Procuraduría General de la Repú-
blica, la cual, si entiende pertinente, apodera al Juez Presidente y a los demás
miembros de la Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia a los fines de que
conozcan los méritos de la Solicitud de Extradición que realiza un determinado
Gobierno, emita la orden de arresto a fines de extradición y solicite la incau-
tación de los bienes que guarden relación con la infracción que da a lugar a la
solicitud de extradición.
La pertinencia o no de esta solicitud se realiza en audiencia pública, donde
se le da la oportunidad al impetrante para que se defienda sobre la solicitud
que pesa en su contra. Así mismo, y a los fines de igualdad del proceso, se en-
cuentra representado el Estado requirente. A Grosso modo, podemos decir que
la Suprema Corte de Justicia, regularmente, verifica los requisitos de forma
de la solicitud, no es su competencia conocer los hechos de fondo ni declarar
culpable o no al imputado.
La sentencia de Extradición que encuentra o que no encuentra méritos para
la Extradición es notificada a la Procuraduría General de la República y esta la
envía al Poder Ejecutivo y, como una decisión política que es, tiene la facultad
de otorgar o no el decreto que ordene la extradición.
Hasta el momento, el Poder Ejecutivo ha sido consecuente con las decisio-
nes que ha tomado el Poder Judicial.
Existe otro sistema, y es la entrega voluntaria del impetrante, esta se reali-
za con un trámite simplificado, ante notario público, que le permite ir volun-
tariamente hacia el Estado requirente a fines de enfrentar los cargos por los
que se le acusa, sin necesidad de presentarse en audiencia pública en la Su-
prema Corte de Justicia. A la mayoría de los solicitados en extradición, se les
recomienda el uso de este sistema ya que presentan una actitud conciliatoria
que en la mayoría de los casos el Estado requerido promueve la negociación
de la pena.
Sin embargo, en cuanto a la extradición activa, el Código Procesal Penal en
su artículo 161, establece que cuando se tiene noticias de que un imputado
respecto del cual se ha presentado la acusación y se ha dictado una medida de
coerción privativa de libertad, se halla en país extranjero, el juez o tribunal

[74] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
competente tiene la facultad de ordenar el trámite de su extradición, a petición
del Ministerio Público o de las partes.
Nuestra experiencia ha sido muy pobre, ya que de los Estados Unidos de
Norteamérica solo hemos logrado extraditar a un solo norteamericano de as-
cendencia dominicana que cometió un crimen en Santiago de los Caballeros,
trámite de extradición que duró aproximadamente 5 años.

I.3. Técnicas Especiales de Investigación Aplicadas a la Cooperación


Jurídica Internacional
Son operaciones especializadas que se desarrollan a través de una in-
fraestructura compleja, dotada de medios suficientes destinados a in-
tervenir y obtener información y elementos útiles de una organización
criminal.
Estas actuaciones se amparan en lo establecido en los diferentes instrumen-
tos internacionales adoptados por nuestros Estados, a saber:
A. Infiltración de Organización Criminal: Técnica de penetrar una or-
ganización criminal con el fin de obtener información útil en el marco de una
indagación o investigación, previo estudio, valoración, decisión, y autorización
de la autoridad judicial competente.
B. Agente Encubierto: Es el funcionario de policía, o investigador que in-
filtra una organización, previa autorización judicial, con el objeto de establecer
las características de la organización, sus miembros, funciones de los mismos,
modus operandi y toda información que permita desvertebrar la organización.
C. Entrega Vigilada: Técnica de investigación consistente en dejar que
una mercancía ilegal se transporte en el territorio nacional, entre o salga
de él, bajo la vigilancia de una red de agentes de policía judicial previo a la
obtención de las autorizaciones y ritualidades exigidas por el Código de
Procesal Penal.
D. Operación Internacional: Se entenderá por operación interna-
cional, el procedimiento de investigación que involucre las técnicas de
investigación establecidas en la Ley Procesal Dominicana y en los ins-
trumentos internacionales suscritos y ratificados por la República Do-
minicana, que se realicen conjuntamente con autoridades judiciales y de
policía judicial extranjeras.
Conclusiones y recomendaciones

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [75]


En cuanto al tema de cooperación internacional y para el desenvolvimien-
to de las delicadas actuaciones en este campo, es importante fomentar la ca-
pacitación y asistencia técnica. También debemos enfatizar sobre la vías para
fortalecer la cooperación jurídica internacional, si se toma en cuenta que las
relaciones entre los Estados han de enmarcarse dentro de un plano de igualdad
y reciprocidad, que constituye el terreno ideal para que se desarrolle la coope-
ración, siendo la forma más viable y efectiva la asistencia judicial mutua.
Es por esto, que los esfuerzos de cooperación deben ir dirigidos hacia el for-
talecimiento de la capacidad de respuesta de cada uno de los Estados, tanto a
nivel interno como a nivel internacional, para lo cual es esencial el estableci-
miento de mecanismos adecuados para ello.
No podemos dejar de reconocer que en muchos países tenemos deficiencias
a nivel investigativo, no solo en cuanto a recursos, sino a técnicas que permi-
tan actuar de manera eficiente. Lo ideal sería que tomemos las experiencias de
otros modelos de cooperación, como por ejemplo, el Sistema de Información
Schengen, el cual es una compleja base de datos que permite que las fuerzas de
seguridad y las autoridades judiciales puedan intercambiar información acerca
de personas sobre las que pesan órdenes de captura o de extradición, así como
la creación del Europol, uno de los principales avances registrados en los últi-
mos años en materia de cooperación entre las fuerzas del orden, órgano perte-
neciente a la Unión Europea e integrado por agentes policiales y aduaneros, y
el Eurojust, estructura central de coordinación cuya finalidad es permitir que
funcionarios de la Policía Judicial y fiscales puedan colaborar en la investiga-
ción de delitos que afecten países de la región, el cual ha implementado con
éxito lo que es la Orden de Detención Europea, en vigor desde enero de 2004,
con el objetivo de poner fin a los lentos procesos de extradición, a través de un
mecanismo de solicitud directa.
Otro tema que no podemos dejar pasar en este artículo, y que es pieza fun-
damental en materia de cooperación, es la asistencia y protección a las víctimas
y testigos dentro del proceso penal, de tal forma que su colaboración facilite,
sin mayores traumas, la obtención de las informaciones sobre los hechos de-
lictivos, por lo que la conformación de equipos de investigación en ese sentido
con entidades policiales y judiciales es una herramienta importante en materia
de cooperación internacional.
Queremos que todos tomen en consideración que a través de la cooperación
judicial y la asistencia penal mutua entre los países, garantizamos un mayor
fortalecimiento de la democracia de nuestros países y un sistema de justicia

[76] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
menos corruptible, y por tanto, la consolidación de la anhelada institucionali-
dad.
Desde el rol que nos toca jugar en el proceso penal, entendemos que debe-
mos reafirmar el compromiso de mejorar el sistema investigativo en materia
criminal, fomentar el trabajo interdisciplinario mediante equipos especiali-
zados de investigación y sobre todo el intercambio de experiencias con otras
Fiscalías para generar conocimientos de la actividad criminal organizada, si
en verdad queremos luchar y obtener resultados eficaces en la lucha contra el
Crimen Organizado.

«La Cooperación Jurídica Internacional en la República Dominicana» [77]


La responsabilidad civil por las actuaciones del
Ministerio Público
Edward Veras Vargas

RESUMEN abstract

La Ley Orgánica del Ministerio Público ha adoptado en The Public Prosecutors Organic Law has adopted Ar-
su artículo 20, como parte del Principio de Responsabilidad ticle 20, as part of the Principle of Responsibility that go-
que gobierna sus actuaciones, un régimen de responsabili- verns its actions, a civil liability regime of its members and
dad civil de sus miembros y del Estado, por las faltas en el the State, for the faults in the performance of the function,
desempeño de la función, que no tiene ningún precedente which has no precedent in the Dominican Republic. The
en la República Dominicana. La pieza le brinda una única piece provides a single action to the injured and the same
acción al perjudicado, y la misma debe dirigirse a la juris- should be directed to the administrative court against both
dicción contencioso administrativa, tanto contra el Estado the State and against the servant. By studying the prece-
como en contra del “funcionario”. Al estudiar los preceden- dents in France, and analyzing more carefully the text, the
tes en Francia, y al analizar más cuidadosamente el texto, el author suggests that perhaps was a mistake to adopt this
autor sugiere que tal vez fue un error adoptar este régimen system in the country, being more in accordance to execu-
en el país, por ser más acorde a los funcionarios del Poder tive branch public servants, in wich are not included pro-
Ejecutivo, entre los cuales no están los miembros del Mi- secutors.
nisterio Público.
PALABRAS CLAVE
Ministerio Público, principio de responsabilidad, responsabilidad
civil, funcionario, falta civil, falta administrativa, falta penal, tribu-
nal contencioso administrativo, Constitución, Poder Judicial, Poder
Ejecutivo, administración pública.

La Ley Orgánica del Ministerio Pú-


blico (en lo adelante “LOMP”)1, reem- Abogado en ejercicio y profesor univer-
sitario.
plaza y deroga la Ley núm. 78-03 sobre
el Estatuto del Ministerio Público. La
“LOMP” es un cuerpo normativo am-
plio y detallado, que pierde de vista
escasos pormenores a la hora de regu-
lar la vida institucional del Ministerio
Público, adecuándola al texto constitu-
cional en vigencia desde el 26 de enero
de 2010.

datos del autor


1 Ley núm. 133-11, promulgada el 7 de junio de 2011.

[78] Revista
Revista de la de la Escuela
Escuela Nacional
Nacional del Ministerio
del Ministerio Público,
Público, No.
No. 3, 3, enero-junio
enero-junio 2012,2012
pp. 78-84
Uno de los puntos más llamativos para quien escribe, al revisar el texto de
la “LOMP”, fue precisamente el peculiar régimen de responsabilidad civil por
las actuaciones de estos depositarios del poder público, que se aparta de todo
precedente en la República Dominicana y en Francia. Si bien se trata de un ré-
gimen establecido en un solo artículo, ya veremos la contundencia de los cam-
bios que este implica. El artículo de la “LOMP” que da lugar a nuestro análisis,
en lo que sigue de este trabajo, es el que a continuación se copia:
“Artículo 20.- Principio de responsabilidad. Los integrantes del Ministerio
Público serán sujetos de responsabilidad penal, civil y disciplinaria, de con-
formidad con las normas legales correspondientes. El Estado será responsa-
ble solidariamente por las conductas antijurídicas o arbitrarias del Ministerio
Público. La acción para perseguir esta responsabilidad patrimonial en la juris-
dicción contencioso administrativa prescribirá en un año, contados desde la
ocurrencia de la actuación dañina. Cuando haya mediado dolo o culpa grave
del funcionario, el Estado podrá repetir las sumas pagadas realizando el cobro
respectivo a quien causó el daño”2.
Contrario a lo que ocurre con la responsabilidad disciplinaria de los miem-
bros del Ministerio Público, que fue objeto de una extensa regulación en el
Título VI de la “LOMP” (Ver artículos 84 al 100), este texto escueto parece que
dará mucho de qué hablar, dadas las líneas grises que demarcan, precariamen-
te, las implicaciones de su inminente aplicación.
En la jurisprudencia francesa, siempre ha sido claro que el derecho civil so-
bre la responsabilidad por el hecho del otro, y entre ella la de los comitentes
por el hecho de sus mandatarios o preposés, no es adecuado para cimentar la
responsabilidad del Estado por el hecho de sus funcionarios (Cfr. Civ. 7 juill.
1953, D., 1953, 644). Esta verdad de Perogrullo se ha sustentado en múltiples
hechos incontestables, entre ellos la diferencia ostensible que existe entre el
simple contrato de mandato (regulado por los Arts. 1984 y siguientes del Có-
digo Civil), y el hecho de estar investido con las facultades constitucionales
para el ejercicio de un cargo público, sea o no electivo (Colmar, 13 oct. 1924,
D.P. 1925, 2, 59, note Devaux). A partir de este principio, los franceses extraje-
ron las siguientes conclusiones: i) cuando el órgano de la administración actúa
como poder público, realizando actos de gobierno, entonces no compromete su

2 Este artículo difiere sustancialmente de su equivalente en el viejo Estatuto del Ministerio Público,
que leía: “Los representantes del Ministerio Público serán sujetos de responsabilidad penal, civil y
disciplinaria de conformidad con las normas legales correspondientes”.

«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [79]
responsabilidad; ii) la incompetencia de los tribunales civiles para conocer de
las acciones en responsabilidad por los actos de la administración; iii) una con-
cepción de la falta en el servicio administrativo diferente a la falta en el sentido
que se ha aplicado la ley civil; iv) responsabilidad del Estado sin falta probada o
presumida; v) admisión o no de responsabilidad según el carácter necesario del
servicio, conciliándolo con los poderes y derechos de la administración; y vi)
irresponsabilidad personal de los funcionarios, de tal suerte que la administra-
ción no tiene en contra de ellos la acción en repetición que a la postre tendría
el comitente condenado (contra su mandatario o preposé) en el derecho de la
responsabilidad civil ordinario (Cfr. Lalou, Henry; “Traité Pratique de la Res-
ponsabilité Civile”, 5eme. Edition, Dalloz, Paris, 1955, p. 855).
A simple vista, es notorio que las “reglas de oro” francesas sobre la respon-
sabilidad civil de la administración y de sus funcionarios, han sido tomadas en
cuenta por la “LOMP”, aunque con importantes variaciones. Por ejemplo, en
ambos casos las acciones en responsabilidad contra el Estado parecen ser de la
competencia exclusiva de la jurisdicción contencioso administrativa.
Pero mientras en Francia la administración sería, en principio, la única res-
ponsable, sin contar con una acción en repetición en contra del funcionario
que haya cometido el acto que comprometa la responsabilidad del órgano ad-
ministrativo, la “LOMP” se esmera en dejar claro que “en caso de dolo o culpa
grave del funcionario”, habrá una acción en repetición del Estado en contra del
funcionario. Igualmente, mientras en Francia es responsable la administración
sin que ello arrastre al funcionario, en la “LOMP” dominicana es el Estado que,
sin importar el carácter leve de la falta del funcionario, deviene en civilmente
responsable, de manera solidaria, por la actuación del representante del Minis-
terio Público que haya incurrido en la falta.
Ante la realidad que se devela ante nuestros ojos, cabe preguntarse si era
o no conveniente, o al menos ortodoxo, introducir los cambios que trajo la
“LOMP” en esta materia, estableciendo el mismo régimen tanto para la acción
en responsabilidad en contra del Estado como para la acción en responsabili-
dad en contra de los funcionarios3. No estoy convencido de que la respuesta
afirmativa sea la correcta a esta última interrogante…
La mayoría de los autores que he consultado sobre el tema establecen dis-
tinción entre responsabilidad del funcionario y responsabilidad del Estado (o

3 Usamos el término “funcionario” en algunos casos, para usar la terminología de la “LOMP”, aunque no
creemos que sea correcto para designar los miembros del Ministerio Público.

[80] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
de la Administración), por un lado, y de otro lado tratan de fijar criterios de
distinción entre las faltas personales de los funcionarios y las faltas en la pres-
tación de los servicios públicos que comprometen la responsabilidad de la ad-
ministración. Siguiendo la jurisprudencia francesa citada más arriba, solo las
faltas administrativas deberían generar la responsabilidad civil del Estado en
ese país, en cuyo caso la competencia sería arrastrada al tribunal contencioso
administrativo. En cambio, siempre hablando de la situación en el país galo,
cuando la falta fuera personal del funcionario, es claro que la acción en respon-
sabilidad sería llevada, en dicha nación, ante los tribunales civiles ordinarios.
Esa distinción parece muy lógica, pues las relaciones de la administración
con un particular, en ocasión de la prestación de un servicio público, son un
tema de la evidente competencia del derecho administrativo, y no así la comi-
sión de una falta extraña a la prestación misma del servicio, aunque sea come-
tida por el propio funcionario llamado a prestarlo.
También hay que tener en cuenta que la distinción que nos ocupa parece
estar orientada, en Francia, a respetar la separación de los Poderes del Estado,
de modo que una decisión de la autoridad judicial no pueda interferir con las
decisiones de otro Poder del Estado, en este caso con el Poder Ejecutivo, y difi-
cultar la buena marcha de las oficinas públicas con persecuciones bochornosas
contra los funcionarios. Si la falta fuera cometida en ocasión de la prestación
del servicio público, el afectado debería conformarse entonces, en Francia,
con la indemnización del Estado, sin que el funcionario pueda ser demandado
personalmente ni por el afectado ni por el propio Estado (Cfr. Trib. Confl. 24
févr. 1906, D. P. 1907, 3, 102; Trib. Confl. 8 juin 1907, D.P. 1909, 3, 18; Civ. 16
nov. 1908, D.P. 1910, 1, 423; civ. 12 juin 1923, D.P. 1926, 1, 232; Colmar, 13
oct. 1924, D.P. 1925, 2, 59, note Devaux; Paris, 30 juill. 1942, Gaz. Pal. 13 oct.
1942).
Las reglas francesas anteriormente expuestas, que sin dudas ofrecen una
solución más conveniente para el Estado, fueron dejadas de lado por el legisla-
dor nacional al redactar el Art. 20 de la “LOMP”, en la que tampoco se estable-
cieron criterios para distinguir entre las faltas personales de los representantes
del Ministerio Público y aquellas faltas o deficiencias en la prestación del ser-
vicio público a su cargo. De aquí se deduce que el Estado Dominicano podría
ser condenado como solidariamente responsable de indemnizar a personas
afectadas por faltas que no necesariamente estarían vinculadas directamente
con la prestación de un servicio público, aunque fueran cometidas por algún
representante del Ministerio Público desde su despacho oficial, defraudando la

«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [81]
confianza de quienes lo invistieron con los poderes inherentes a una función
pública de la cual éste abuse.
El criterio usado por la jurisprudencia francesa, para determinar que el Es-
tado no es responsable por la actuación personal de un funcionario, es total-
mente opuesto al seguido por la “LOMP”: si el agente se ha servido de su fun-
ción para satisfacer sus propios intereses, ambiciones o pasiones (es decir, si
comete faltas graves), entonces en Francia comete una falta personal, de la cual
no es responsable el Estado (Cfr. Civ. 5 janv. 1921, D.P. 1921, 1, 17); en cambio,
en República Dominicana, la comisión de ese tipo de faltas por los miembros
del Ministerio Público, convierte al Estado en “solidariamente responsable” de
tales faltas.
Podría argumentarse, en beneficio de la disposición legal dominicana bajo
escrutinio, que el Estado tiene la solvencia que no tiene ninguno de sus ser-
vidores, y que la norma tiende a proteger a los administrados. Sin embargo,
esos nobles fines pueden garantizarse instituyendo una póliza de seguros obli-
gatoria para cubrir la responsabilidad por las actuaciones de los representan-
tes del Ministerio Público, a cargo de cada uno de ellos, lo cual podría incluso
generalizarse para todas las profesiones jurídicas y para todos los servidores y
auxiliares de la justicia.
No obstante lo anterior, existen situaciones en las cuales una misma falta
puede ser considerada al mismo tiempo como una falta penal y como una falta
administrativa, cuando el acto delictivo esté estrechamente ligado al cumpli-
miento de la función, de la cual no se distingue ni podría ser separado el de-
lito (Douai, 4 mars 1935, D.P., 1936, 2, 51). Sólo se ha admitido una solución
contraria, en Francia, cuando el funcionario culpable de una infracción a la ley
penal se haya alejado o separado del ejercicio de sus funciones (Nancy, 22 févr.
1940, D.H., 1940, 139).
Continuando con el análisis sobre la pertinencia o no de haberse inspirado
en la responsabilidad por los hechos de los funcionarios de la administración
pública, al votar la “LOMP”, cabe destacar que el tantas veces citado artículo
20 de esta ley se refiere a los miembros del Ministerio Público como “funciona-
rios”. Desde nuestra humilde óptica, ese término suele utilizarse para designar
a los miembros de cierta jerarquía dentro de la administración pública, dirigida
por la rama ejecutiva del Estado. Por ese motivo no luce castiza ni ortodoxa su
utilización en el caso de los miembros del Ministerio Público, además de ser
contrario a nuestro diseño constitucional. No es casual entonces que cuando
la Constitución, dentro de su Título IV dedicado al Poder Ejecutivo, específica-

[82] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
mente en el Capítulo III relativo a la Administración Pública, use permanente-
mente la palabra “funcionario” (o su plural) para referirse a los miembros de la
administración pública.
Por demás, si bien el Procurador General de la República y la mitad de sus
adjuntos seguirán siendo designados por el Presidente de la República (Artí-
culos 171 de la Constitución; 28 y 31 de la “LOMP”), es particularmente rele-
vante para esta explicación que las disposiciones constitucionales relativas al
Ministerio Público están ubicadas en el Título V, Capítulo V, de la Constitución,
dedicada al Poder Judicial, y no en el Título IV, que ya vimos está dedicado al
Poder Ejecutivo.
Coherente con ese criterio, el constituyente no habla jamás de “funciona-
rios” dentro del apartado dedicado al Ministerio Público, sino que se refiere
a “integrantes del Ministerio Público” (Art. 171 de la Constitución), a que el
“Ministerio Público estará integrado por…” (Art. 172 de la Constitución), a
“representantes” (Art. 172 de la Constitución), evitando en todos los casos uti-
lizar el término que criticamos.
Ante tantas situaciones jurídicas contrarias a la posición asumida por la
“LOMP” sobre este aspecto, cabe preguntarse entonces cuál ha sido en Francia
el régimen adoptado para poder perseguir la responsabilidad civil de los inte-
grantes del Ministerio Público.
Los artículos 505 y siguientes del Código de Procedimiento Civil establecen
un procedimiento para las acciones en responsabilidad civil en contra de los
jueces, el cual, además de ser prácticamente letra muerta, es de la competencia
de la Suprema Corte de Justicia (Ver Art. 509 del Código de Procedimiento
Civil Dominicano, idéntico al del Código de Procedimiento Civil Napoleónico –
Ancien Code-). Es evidente que una interpretación literal del texto mencionado
(Art. 509 del Código de Procedimiento Civil) conduce a rechazar su aplicación
a las demandas en responsabilidad civil en contra de los representantes del Mi-
nisterio Público, por una razón muy contundente: los fiscales no son jueces. No
obstante, la jurisprudencia francesa ha optado por aplicar este procedimiento
a todas las acciones en responsabilidad civil en contra de servidores judiciales,
incluidos los representantes del Ministerio Público (Trib. Civ. Caen, 12 juin
1849, D.P. 1850, 3, 30; Bençanson, 23 juin 1873, D.P. 1874, 2, 145)4.

4 La jurisprudencia en ese sentido no es firme. Existen en Francia tantas decisiones a favor como en
contra de esta postura, en un constante vaivén.

«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [83]
La información contenida en el párrafo anterior es muy trascendente, pues
denota que si bien es cierto que, mucho antes de que en Francia se estableciera
un régimen especial de responsabilidad civil por los hechos de la administra-
ción, ya la responsabilidad civil de los miembros del Ministerio Público había
sido objeto de una regulación por vía pretoriana, mucho más conveniente a los
afectados que aquella contenida en el Art. 20 de la “LOMP”, y más respetuosa
de la real posición del Ministerio Público dentro del aparato Estatal.
A modo de conclusión, me permito tomar prestada la frase “a veces, menos
es más”. Por tanto, al dársele una redacción tan ambiciosa al artículo 20 de la
“LOMP”, se incurrió en la poco elegante situación de adjudicarle a las acciones
en responsabilidad civil por los hechos del Ministerio Público un régimen to-
talmente ajeno e inadecuado para dicha institución, que no forma parte de la
administración pública ni es una dependencia del Poder Ejecutivo. Estoy con-
vencido de que una mejor salida habría sido que la “LOMP” adoptara expresa-
mente, para las acciones en responsabilidad contra los miembros del Ministe-
rio Público, el procedimiento de los artículos 505 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, relativo a las demandas en responsabilidad civil en contra
de los jueces.
No obstante, una vez sean aprobados todos los reglamentos necesarios para
que sea aplicada la “LOMP”, momento hasta el cual su aplicación queda sus-
pendida, quedando vigente de manera provisional el expresamente derogado
Estatuto del Ministerio Público (¡!)5, tendremos ocasión de ver cómo funcio-
nan en la práctica las acciones en responsabilidad civil por las actuaciones de
los miembros del Ministerio Público.

5 Ver Arts. 108 y 109 de la “LOMP”.

[84] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Ministerio Público y Cuerpo Técnico de Investigación.
Análisis para el caso dominicano
Orlidy Inoa Lazala

RESUMEN abstract

El Ministerio Público, a raíz de la promulgación del Có- The Prosecution, following the enactment of the Cri-
digo Procesal Penal vigente, adquiere una nueva dimensión minal Procedure Code, acquires a new dimension in crimi-
dentro del proceso penal, ahora convirtiéndose en el Di- nal procedure, becoming the Director of Criminal Investi-
rector de la Investigación. Esto necesariamente ha llevado gation. This necessarily led to the need for the assistance
a la necesidad de contar con la colaboración de un cuerpo of a technical investigation team to provide support in the
técnico de investigación que le dé apoyo en la labor de in- investigation and prosecution of crimes. In this paper we
vestigación y persecución del delito. En el presente trabajo analyze the dominican legal framework, and a brief com-
se hace un análisis del marco jurídico dominicano, además parative analysis.
de un breve análisis comparado.

PALABRAS CLAVE
Ley Orgánica del Ministerio Público, Código Procesal Penal,
policía técnico-judicial, cuerpo de investigaciones.

I. Introducción.
Contexto jurídico
Abogada, especialista en Derecho Pro-
cesal Penal. Gerente de Políticas Públicas,
Con la promulgación del Código Pro- Investigación y Análisis de la ENMP,
cesal Penal (CPP), Ley 76-02, se estable- donde también ha sido docente.
ció un nuevo paradigma en el procesa-
miento, persecución e investigación de
los crímenes y delitos. La figura del Mi-
nisterio Público adquirió funciones este-
lares dentro del proceso, dejando de ser
un mero tramitador del juez para conver-
tirse en el verdadero motor de la acción
penal y de la resolución de los conflictos,
en el director de la investigación penal. datoS de la autora

Revista de la Escuela Nacional del Ministerio


«Ministerio Público,
Público No. Técnico
y Cuerpo 3, enero-junio 2012, pp. 85-91
de Investigación...» [85]
En tal sentido, el propio artículo 92 del CPP fija las responsabilidades de
dirección de investigación que tienen los fiscales al señalar que los agentes de
policía, cuando se trata de realizar las diligencias orientadas a la investigación
de los crímenes y delitos, deben practicar las diligencias orientadas a la individua-
lización física e identificación de los autores y cómplices del hecho punible y llevar a
cabo las actuaciones que el Ministerio Público les ordene, previa autorización judi-
cial si es necesaria.
Como vemos, se establece claramente que estos agentes policiales, en el
marco de estas actuaciones, están subordinados en todo momento a las órde-
nes del Ministerio Público. Dicha dirección presenta, a su vez, los siguientes
alcances (art. 93):
El cumplimiento obligatorio por parte de los funcionarios y agentes policia-
les de todas las órdenes relativas a la investigación de los hechos punibles emi-
tidas por el Ministerio Público o los jueces. La autoridad administrativa poli-
cial no debe revocar o modificar la orden emitida ni retardar su cumplimiento.
A requerimiento del Ministerio Público, la asignación obligatoria de funcio-
narios y agentes policiales para la investigación del hecho punible. Asignados
los funcionarios y agentes, la autoridad administrativa policial no puede apar-
tarlos de la investigación ni encomendarles otras funciones que les impidan el
ejercicio de su comisión especial, sin autorización del Ministerio Público.
La separación de la investigación del funcionario y agente policial asignado,
con noticia a la autoridad policial, cuando no cumpla una orden judicial o del
Ministerio Público, actúe negligentemente o no sea eficiente en el desempeño
de sus funciones.
El numeral dos deja bien claro que la ley procesal no crea un cuerpo técnico
especializado, sino que asume que estas funciones de investigación bien las
puede realizar la policía ordinaria bajo las órdenes del Ministerio Público.
En otros países, como veremos más adelante, se ha optado por la creación de
cuerpos técnicos especializados adscritos, incluso, al Ministerio Público, para
la investigación de los crímenes y delitos.
Recientemente, con la promulgación de la Ley 133-11, Orgánica del Minis-
terio Público, se opta por la creación de un cuerpo de investigación, pero to-
davía adscrito a la Policía Nacional. El art. 101 de dicha ley señala: Se crea el
Cuerpo Técnico de Investigación de la Policía Nacional, que tendrá a su cargo, con
carácter exclusivo, todas las actividades policiales de investigación y persecución del
delito bajo la dirección legal del Ministerio Público. Sus miembros no podrán partici-

[86] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
par en actividades policiales diferentes de las que les asigne el Ministerio Público en
el marco de sus atribuciones.
En todo caso, los miembros de este Cuerpo Técnico de Investigación depen-
derán funcionalmente del Ministerio Público, y la autoridad administrativa
policial no podrá darle órdenes ni instrucciones de ningún tipo.

Dentro de sus funciones, se señalan (art. 104):


Investigar los hechos punibles de acción pública.
Individualizar a los autores y cómplices del hecho punible.
Reunir los elementos de prueba útiles para determinar la verdad sobre la
ocurrencia de los hechos.
Ejercer las demás tareas que le asigne la ley.

Independientemente de la solución jurídica, o administrativa, que se provea


para la realización de estas funciones, lo que sí es cierto es que en la medida en
la que se adopte un modelo menos centralizado en la policía ordinaria y más in-
clinado hacia el Ministerio Público, mayores posibilidades de éxito tendrá esa
dirección funcional de la investigación de los crímenes por parte de los fiscales.
Es importante señalar que la Ley 133-11 no cierra la posibilidad de que el
Ministerio Público pueda contar con cuerpos de investigadores especialidades
propios. En ese sentido, el art. 105 establece: El Procurador General de la Repú-
blica podrá proponer al Presidente de la República, por sí mismo o a requerimiento
del Consejo Superior del Ministerio Público, la formación de cuerpos de investigado-
res técnicos especializados subordinados directamente al Ministerio Público.

II. Breve análisis comparado

a. Chile
Chile cuenta con la Policía de Investigaciones, cuerpo cuya estructura ad-
ministrativa fue tomada de la policía francesa (inspector, comisario, prefecto).
A partir del Decreto Supremo No. 5.115, del 26 de diciembre de 1932, se se-
paró de los Carabineros la Sección de Seguridad de la Policía de Investigaciones
y se la declaró en reorganización. Posteriormente, la Ley No. 5.180, del 19 de
junio de 1933, consagró la autonomía administrativa del servicio, establecien-

«Ministerio Público y Cuerpo Técnico de Investigación...» [87]


do que los Servicios de Investigaciones, Identificación y Pasaportes eran una
sola repartición de carácter civil, dependiente del Ministerio del Interior.
Esta decisión de dar autonomía a los Servicios de Investigaciones, recono-
ciendo su identidad profesional en el sistema policial, dio paso a una nueva
etapa en la historia de la policía chilena, sentando las bases de su estructura
administrativa y marco legal.
En septiembre de 1974 la institución pasó a depender del Ministerio de De-
fensa, como queda hoy día en la actualidad.
Un dato interesante es que para 1896 se incorporan las primeras mujeres a
la función policial, cuya misión estuvo orientada a la investigación de delitos
de connotación sexual.

b. Colombia
En Colombia la ley establece como órganos de Policía Judicial, los de carác-
ter permanente, supletorio y transitorio.
Dentro de los órganos que ejercen funciones de Policía Judicial con carácter
permanente, se cuentan los servidores investidos de esta función que hacen
parte (CPP, art. 201), del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), adscrito a la
Fiscalía General de la Nación, de la Policía Judicial de la Policía Nacional (Dec.
1512 de 2000, art. 38) y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
Adicionalmente, ejercen funciones permanentes de Policía Judicial de ma-
nera especial dentro de su competencia, la Procuraduría General de la Nación,
la Contraloría General de la República, las Autoridades de Tránsito, los Direc-
tores de los establecimientos de reclusión y el personal de custodia y vigilancia,
conforme con lo señalado en el Código Penitenciario y Carcelario, los Alcaldes
municipales y los Inspectores de Policía (CPP, art. 202).
Ejercen transitoriamente funciones de Policía Judicial, los entes públicos
que por resolución del Fiscal General de la Nación hayan sido autorizados para
ello. Estos deberán actuar conforme con las autorizaciones otorgadas.
De manera supletoria, la Policía Nacional ejerce funciones de Policía Judicial
en los lugares del territorio nacional donde no existe un cuerpo investido de la
referida función de manera permanente.
En Colombia se sigue el modelo dominicano, pues existe una Dirección de
Investigación Criminal adscrita a la Policía Nacional, []que ejerce las funciones
de Policía Judicial, llevando a cabo la investigación penal por iniciativa propia

[88] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
o por orden impartida por la Fiscalía General de la Nación. Esta dirección tiene
competencia territorial.
A su vez, la Fiscalía General cuenta con un Cuerpo Técnico de Investigación
que asume las funciones más técnicas como los servicios forenses, de genética
y de administración de la información técnica y judicial que sirve de base para
las investigaciones penales. En nuestro caso esto sería el INACIF.

c. España
La Policía Judicial en España es un órgano auxiliar de los órganos jurisdic-
cionales, es decir, del Poder Judicial y del Ministerio Fiscal, que tiene por obje-
to investigar los delitos públicos que se cometan en el territorio, practicar las
diligencias necesarias para comprobarlos, descubrir a los delincuentes, recoger
todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito, y entregarlos a la autori-
dad judicial y/o fiscal en su caso.
De acuerdo a su configuración, organización y principios de actuación y fun-
ciones, la Policía Judicial se puede abordar en dos aspectos:
En el proceso penal deben respetar y hacer cumplir la Constitución españo-
la, velando al mismo tiempo por los derechos fundamentales de las y los ciuda-
danos y por la mejor eficacia posible de la investigación criminal.
Su función es de carácter auxiliar, pues ni son el órgano acusador, ni tam-
poco el decisor, aunque su actuación tiene gran importancia en la instrucción
de la causa. Por eso la Policía Judicial es una clase de personal no jurisdiccional
auxiliar.
En España, como aquí, ni el juez ni el Ministerio Fiscal pueden investigar
por sí los delitos, pues ni tienen las posibilidades, ni conocimientos técnicos,
ni están capacitados para ello, con lo cual la Policía Judicial se convierte en el
principal auxiliar en la administración de justicia.
La actuación de la PJ comienza inmediatamente sean requeridos para ello,
aunque todavía no se haya incoado formalmente ningún acto procesal, tenien-
do la obligación de participar a la autoridad judicial la comisión de un delito
público, así como de consignar las pruebas que puedan desaparecer, recoger y
poner en custodia cuando conduzca a su comprobación y a la identificación del
delincuente y detener en su caso a los sospechosos.
De acuerdo al artículo 126 de la Constitución española, la Policía Judicial
de España depende de los jueces, de los tribunales y del Ministerio Fiscal en

«Ministerio Público y Cuerpo Técnico de Investigación...» [89]


sus funciones de averiguación del delito y descubrimiento y aseguramiento del
delincuente, en los términos que la ley establezca.
El comienzo de la tarea de la policía judicial puede provenir de una de
estas tres fuentes:
Por propia iniciativa al llegar a su conocimiento el delito público.
A excitación del órgano jurisdiccional, que puede provenir bien por denun-
cia en el juzgado de guardia de un delito público, bien por la presentación de la
querella en los delitos privados; o
Por orden del Ministerio Fiscal.
Es bueno señalar que tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia
Civil poseen en sus estructuras unidades orgánicas de Policía Judicial, así como
unidades adscritas a juzgados y tribunales. Las policías autonómicas que tie-
nen competencias para ello, también tienen estas unidades orgánicas dentro
de sus estructuras.
Por otra parte, aunque en la Ley Orgánica 2/86 de fuerzas y cuerpos de se-
guridad se otorga como competencia exclusiva las materias de policía judicial
a los cuerpos estatales (Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil), en los últi-
mos años algunos cuerpos de policía local también desempeñan funciones de
policía judicial.
Respecto a la ubicación orgánica de la Policía Judicial en España, hoy día
todos los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, tanto si dependen
del gobierno central, como de las comunidades autónomas, o de las sedes loca-
les, son miembros de la misma Policía Judicial. Sus funciones corresponden a
todos los que conforman las fuerzas y cuerpos de seguridad, cualquiera que sea
su naturaleza y dependencia.
Sin embargo, la dependencia orgánica de la Policía Judicial se incardina en
el Ministerio del Interior.

conclusiones

Aprovechando el nuevo marco normativo que establece la ley 133-11, se re-


comienda que el Ministerio Público, con el apoyo de la Policía Nacional, realice
un levantamiento de aquellos oficiales que mejor se ajusten a un perfil defini-
do de investigador judicial, por la experiencia y la capacitación, y que, una vez
identificados, sean entonces debidamente evaluados y distraídos a este nuevo

[90] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
cuerpo con funciones específicas de investigación de los crímenes y delitos bajo
la dirección funcional del Ministerio Público.
Para el caso de reclutamientos futuros, se recomienda realizar concursos
públicos, vía la Escuela Nacional del Ministerio Público, cuyo enfoque deben
ser jóvenes, preferentemente, con grado de licenciatura, que presenten aptitud
para estas funciones.
Tomando como base la brecha que la propia ley abre a que se creen cuerpos
de investigadores técnicos adscritos al Ministerio Público, se recomienda ana-
lizar primero el marco constitucional vigente, pues le otorga con carácter de
exclusividad a la Policía Nacional las funciones de investigación y persecución
del crimen.

Referencia bibliográfica

Gómez, J.L. (2008). La Policía Judicial en España: Aspectos Orgánicos y Proce-


sales Penales. Instituto Colombiano de Derecho Procesal, () 85-113
Policía Nacional de Colombia (2008). Política Estratégica, Operacional y del
Servicio de Policía. Bogotá, Colombia
Escuela de Estudios e Investigaciones Criminalísticas y Ciencias Forenses
(2008). Policía Judicial en la Práctica. Bogotá, Colombia: Daza, A.
Código Procesal Penal Dominicano, Ley 76-02
Ley Orgánica del Ministerio Público, Ley 133-11

«Ministerio Público y Cuerpo Técnico de Investigación...» [91]


NOTAS INSTITUCIONALES

Entrevista a don Jorge Chavarría Guzmán


Fiscal General de Costa Rica1

(TRANSCRIPCIÓN)

Orlidy Inoa (entrevistadora):


Nos encontramos aquí con el señor Jorge Chavarría, consultor internacional que
nos está visitando en el marco de un proyecto con la USAID, para desarrollar una
serie de talleres con fiscales dominicanos y docentes de la ENMP.
Hoy vamos a tener un breve conversatorio sobre temas importantes para la figu-
ra del Ministerio Público, pero antes de entrar en materia yo quisiera preguntarle
primero cómo ha sido su experiencia de trabajo aquí en la escuela y que nos hable un
poco sobre el trabajo que ha venido desarrollando hasta el día de hoy.
Chavarría:
En la escuela hemos tenido unas largas jordanas de trabajo con el modelo
de gestión de la escuela, sobre la investigación penal, y también trabajamos un
poco con un plan de capacitación con la anterior directora; ahora pues tengo la
felicidad, la dicha, de estar nuevamente con ustedes. Ahora estamos tratando
de trabajar con un grupo de capacitadores para iniciar la implementación del
modelo de gestión.

1 Esta entrevista tuvo lugar antes de que don Jorge Chavarría ocupara la función de Fiscal General de
Costa Rica, en ocasión de su participación como docente de la ENMP.

[92] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Orlidy:
Hablando de los planes de capacitación tomando en cuenta su vasta experiencia
en la materia, cuál usted considera que son esas cuestiones preponderantes y más
importantes, desde el punto de vista de la capacitación integral de un fiscal, que no-
sotros como centro de capacitación especializada debemos de poner más énfasis, es
decir, ¿cuáles son esas cuestiones en las que debemos insistir más?
Chavarría:
La capacitación de fiscales es un tema bastante complejo porque el fiscal es
un profesional que se saca de los esquemas tradicionales en los cuales trabajan
las sociedades, o sea, un fiscal no es un abogado, un fiscal es mucho más que un
abogado, él tiene que dominar la doctrina jurídica pero además tiene que ma-
nejar criminalística, tiene que saber medicina legal, tiene que tener posiciones
de liderazgo para dirigir a la policía, debe saber de planificación, dirección de
despacho y además debe tener una visión de análisis del entorno social en el cual
está encontrado, entonces estamos hablando de un profesional muy completo
y de un perfil muy complejo que en las universidades no hay; las respuestas de
los ministerios públicos o los primeros problemas que enfrentan los ministerios
públicos es el problema universitario, o sea, las universidades por lo general no
todas dan una persona que comuna el derecho penal y el derecho procesal pe-
nal, esto va a depender mucho del trabajo de las unidades de capacitación y las
escuelas de capacitación: de cuál es el producto que están generando las univer-
sidades locales, porque a veces las escuelas de capacitación tienen que suplir las
deficiencias de la universidad, un derecho procesal penal con temas como teoría
del delito, por ejemplo. Lo que quiero decir que además de tratar áreas como la
dirección de la policía, aspectos gerenciales, criminalística, planificación, estruc-
turación de la investigación, aspectos específicos como el conocer los fenómenos
de la criminalidad compleja internacional, trata de personas, tráfico de personas,
narcotráfico, lavado de dinero, etc., la escuela de capacitación tiene que entrar a
suplir la necesidad en materia de derecho procesal penal y derecho penal, dogmá-
tica penal. Para mi es fundamental la labor de la escuela…
Orlidy:
Sobre todo con toda esta formación tan teórica…
Chavarría:
Para eso están las universidades de post grado, no se trata de desarrollar
académicos, se trata de desarrollar personas que manejan diestramente la ex-
periencia jurídica y una investigación para presentar un caso adecuadamente

«Notas institucionales» [93]


ante los tribunales y conseguir una sentencia condenatoria, pero además las
escuelas de capacitación o unidades de capacitación de los ministerios públi-
cos deben estar muy vinculadas a la Fiscalías general o al procurador general,
dependiendo del esquema que tenga el Ministerio Público de cada país, muy
vinculadas porque la capacitación es el punto, como bien señalaste; es la educa-
ción en el detalle, nosotros vamos a escuchar ampliamente los criterios de cual-
quier pensador del mundo, con una libertad de cátedra que entonces permite
cualquier tipo de pensamiento, más en una escuela de capacitación es distinto
porque no se trata de discutir el pensamiento de manera libre como hacemos
en la universidad sino más bien de influir en la forma que los fiscales hacen los
casos para darle satisfacción a los intereses del usuario. Entonces la capacita-
ción tiene un norte distinto a la educación universitaria, y eso muchas escuelas
no lo entienden y entonces se dedican mucho a la parte teórica. La capacitación
tiene que tener efectos directos en la forma en que el fiscal hace las cosas para
producir un cambio.
Orlidy:
Bajo el nuevo paradigma en que se instaura el modelo procesal acusatorio, el fiscal
se ha convertido en una de las figuras más relevantes dentro del proceso porque viene
a ser el director funcional de la investigación, entonces en este aspecto qué implica
estas nuevas facultades que tiene el fiscal en términos de su interrelación con los
demás actores dentro del sistema y específicamente con la policía. ¿Cómo debe darse
ahora esta relación y qué es lo que implica en la práctica esta nueva facultad que
tiene ahora el fiscal?
Chavarría:
Ese es uno de los grandes logros de la reforma procesal y de la reforma del
sistema de justicia en general, porque de lo que se trata es que se separó al Juez
de la investigación para garantizar un enjuiciamiento imparcial, porque el Juez
cuando participaba de la investigación se prejuiciada de alguna manera con
relación al imputado, era juez y parte, por supuesto, como juez no iba a cues-
tionar la investigación que él mismo había hecho; en este sistema, se separa la
función de juzgar y entonces el fiscal adquiere un rol, este rol importantísimo
de dirigir la investigación. La dirección de la investigación implica un gran pro-
fesionalismo tanto del Ministerio Público como de la policía, o sea una policía
con una baja autoestima se va revelar contra el fiscal, y ¿porqué hay una policía
con una baja autoestima? bueno porque no entiende que su rol es al servicio del
ciudadano y no para pelearle cuotas de poder al fiscal, o sea, si pelea cuotas de
poder es porque se siente inferior al fiscal, cosa que no tiene razón de ser. Este

[94] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
es uno de los problemas a veces más serios en la relación de fiscales – policías,
no de toda la institución de la policía sino de algunos policías con autoestima
muy baja y que tienen reacciones muy negativas. Entonces eso plantea un gran
reto para los cuerpos policiales. Lo cierto del caso es que tampoco debemos
verlo como una amistad, o sea, como una relación de amigos, sino que es un
trabajo en equipo pero regido por reglas muy claras. La policía debe de obede-
cer al fiscal y punto, no hay vuelta de hoja, la ley lo establece.
Si el fiscal no puede tener una policía adecuada no puede hacer bien su tra-
bajo, es imposible, me explico: el que está llamado a recolectar la prueba, a dar-
le el tratamiento con el procesamiento técnico adecuado, es la policía y ese es
uno de los principales problemas que actualmente se presenta en varios países.
Orlidy:
Hablando sobre eso, cuál es su opinión respecto de la creación de un cuerpo poli-
cial o de una policía técnico judicial como existen en otras países que pertenezca al
Ministerio Público y que trabaje en la investigación para el Ministerio Público, no
una policía aislada que haga labores preventivas y también labores de investigación,
¿es usted partícipe de la creación de un cuerpo aparte que se dedique a labores de
investigación?
Chavarría:
Yo creo que uno de los principales problemas de América Latina es que en
muchos países no hay policías, me explico; no hay policías en el sentido de que
las legislaciones procesales no la contemplan. Lo que hay son gendarmerías, la
gendarmería del siglo XIX que anda en la calle con su ---------. Pero eso no es ser
policía judicial; un policía es un hombre capacitado, un hombre que tiene pri-
mero un nivel básico de educación, que sabe escribir bien, que sabe redactar un
informe que tiene que ir ante un juez y un tribunal y tiene que tener cierta edu-
cación para desempeñarse delante del juez, fundamental, ya sea bachillerato o
algunos grados académicos intermedios y además debe tener todo un proceso
de capacitación en el área específica de su trabajo, porque tampoco hay un po-
licía multifacético que siempre dé para todo. Hay policías de narcotráfico que
necesitan un perfil especifico, pero el que trabaja drogas no es igual al que tra-
baja el lavado, cada uno requiere ser o manejar un área de conocimiento distin-
ta, igual en delitos sexuales que requieren otro tipo de perfil y entonces ese es
uno de los principales problemas con la policía. A muchos agentes capacitados
los meten en una patrulla y los mandan a vigilar cualquier cosa en la calle y de
esa forma los están desperdiciando, pero ¿por qué se desperdicia, por qué ocu-
rre esto? porque no hay una policía con sentido de institución, por eso yo estoy

«Notas institucionales» [95]


de acuerdo en que se separe esta función, o sea debe haber una gendarmería
que se encargue del mantenimiento del orden público, que se encargan de la
atención a los delitos de flagrancia, pero debe ser un servicio serio, profesional
que confía en sí mismo, que sea auxiliar de la justicia, ni siquiera auxiliar del
Ministerio Público, auxiliar de la JUSTICIA, que es quien va a hacer posible que
la prueba se extraiga y se traduzca adecuadamente, permitiendo así la emisión
de una sentencia condenatoria. Es decir, es imposible que logremos efectos en
la criminalidad si trabajamos con una silla a la que le falta una pata.
Orlidy:
Sobre todo porque es un trabajo muy técnico, que necesita personas especializas,
que sepan lo que están haciendo, que sepan manejar una prueba, que sepan manejar
una evidencia, si no es así es casi imposible el trabajo para el fiscal. Y ya hablan-
do sobre todos estos avances de la reforma, qué usted me puede decir con relación
al impacto que ha tenido la ola de reforma en los diferentes sistemas procesales de
nuestros países, o sea, ¿cómo se ha reflejado en la sociedad, cómo esta reforma ha
ayudado a avanzar el sistema de justicia, es este caso, penal?
Chavarría:
Yo creo que realmente el paso que dio América Latina en los países que han
adoptado la reforma ha sido un paso importantísimo, y eso es fundamental
para que cualitativamente se dé un salto en relación a la calidad de los servicios
de justicia a los que tenemos que recurrir los ciudadanos; ahora, ese salto por
sí mismo no lograra nada, si no está acompañado de un desarrollo institucional
y ese desarrollo institucional implica una policía profesional, especializada y
una policía que tiene que tener un pensamiento de vanguardia; el policía que
está pensado dentro de la reforma, que es un policía que piensa como Walter
West o el fiscal, tiene una formación jurídica, entonces esto ha provocado como
señalábamos anteriormente bastantes problemas a nivel de la región, y es un
reclamo ciudadano que no sea así, el cual parece muy justo, porque la crimina-
lidad que hay en nuestros países se ha incrementado indudablemente, pero no
se ha incrementado por causa de la reforma, o sea, ninguna ley va a hacer que
una persona deje de tomar una decisión de cometer un delito.
Orlidy:
Claro y a eso iba, que imagino que es una situación que se da en otras latitudes:
la gente siempre le echa la culpa al código o la misma reforma, dicen “es un código
muy garantista, entonces la criminalidad ha aumentado, tenemos que aumentar las
penas” o sea, esa cultura autoritaria, ese populismo penal como le llaman, pero sabe-

[96] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
mos que en realidad no es así, toda reforma debe ir acompaña de un cambio cultural
de los actores, ninguna reforma per se va a cambiar las cosas de la noche a la maña-
na.
Chavarría:
Sí por supuesto, hay un pensamiento muy simplista, muy populista, de gen-
te que realmente no tiene respuestas y como no tienen respuestas frente a
la criminalidad, porque la criminalidad obedece a otros factores, como es la
pobreza o como es la falta de alternativas de desarrollo de los jóvenes o como
es la extensión del problema del tráfico de drogas, etcétera, porque hay co-
munidades donde la policía se pasea pero para cobrarle al traficante no para
combatirlo, entonces todo esto se confabula y el Ministerio Público recibe un
ataque muy injusto, porque no se le da en primer lugar un cuerpo adecuado de
investigación para llevar adelante su caso.
El discurso me parece que es un discurso hipócrita, un discurso muy intere-
sado, pero sobre todo un discurso que está basado en faltas de proposiciones
serias de alternativas para prevenir el delito; hay una gran responsabilidad en
la prevención del delito, nosotros somos como el médico, ya nos llega el pa-
ciente quebrado a emergencias y tenemos que ver qué hacemos con la vícti-
ma, cómo le ayudamos y luego realizar el diagnóstico, etcétera, para darles la
atención y el respaldo, y segundo, llevar su caso para que el paciente se pueda
mejorar, pero ya es una fase donde en nada se afecta la tasa de criminalidad.
La prevención es función de otros órganos muy de políticas públicas no de po-
líticas de persecución criminal o de políticas criminales, políticas públicas que
tienen que ver más con desarrollo económico, donde se involucran todas las
instituciones del Estado.
Orlidy:
Y haciendo énfasis en esa persecución eficaz de los delitos, hablando específica-
mente sobre la persecución penal estratégica de los delitos, que es un término nove-
doso que muchos sistemas están intentando implementar como mecanismo eficaz
en la investigación y persecución de los delitos, ¿usted entiende que los fiscales de
nuestra región están hoy día verdaderamente preparados para implementar políti-
cas de este tipo, me refiero en términos de recursos, de capacitación, o si usted conoce
alguna experiencia exitosa que nos pueda comentar?
Chavarría:
Bueno en este momento la gran actividad de los Ministerio Públicos de la
región es desarrollar políticas de persecución, lo cual es fundamental, o sea, la

«Notas institucionales» [97]


política de persecución penal lo que hace es que le da un norte al Ministerio
Público, señalándole a los fiscales cuáles son las áreas prioritarias a las que de-
ben dárseles atención, puesto que los recursos son limitados y entonces se re-
quieren definir algunas prioridades, con el fin de satisfacer al usuario en áreas
que en ese momento son sensibles. En ese sentido, las políticas de persecución
indudablemente son fundamentales para llevar adelante en este momento un
Ministerio Público exitoso. En el pasado, se funcionaba como órganos desca-
bezados sin ninguna sistematización, digamos una provincia funciona de una
manera otra provincia funciona de otra, un pueblito por allá funciona como
quería, entonces la política de persecución lo que hace es señalar un norte y
el resultado, por tanto, es mayor eficiencia. Se están señalando áreas de prio-
ridad, criterios que deben seguirse para darle coherencia a las acciones que
tengan repercusiones sociales. No es solo llevar el caso a juicio, sino también es
darle un abordaje estratégico a la criminalidad, lo que se logra solo trabajando
de cerca con la policía para desarrollar una estrategia de abordaje integral.
Orlidy:
Muy bien. Pensando en ese usuario que muchas veces toca la puerta de la justicia
y no recibe respuesta, ¿cómo cree usted que influye esta percepción subjetiva que
tiene la ciudadanía de la seguridad y el desempeño del fiscal en el propio trabajo y la
propia imagen del Ministerio Público?
Chavarría:
Sí, yo creo que es fundamental y acá la importancia de la política de perse-
cución, porque normalmente el fiscal es como el médico: el médico puede estar
pensando exclusivamente en la atención al paciente, qué tratamiento debe dar-
le, en hacer un buen diagnostico y darle seguimiento para ver si el tratamiento
que le está dando tiene resultados o no con relación al paciente en concreto,
pero si tiene una epidemia ya no puede pensar igual, cuando hay una epidemia
tiene que pensar qué es lo que está causando la epidemia, tiene que pensar
estratégicamente, entonces al fiscal hay que sacarlo un poco de esa manera de
trabajar exclusivamente en el caso, que lo viene haciendo así porque no hay una
política. Decirle: compañero, además de atender el caso y el resultado, preste
atención a que se trata de una epidemia…un ejemplo sencillo, o sea, usted no
puede investigar los robos que se comenten solo como simples robos, incluso
puede tomarse la persona que lo cometió, pero resulta que detrás de esos robos
hay una organización, hay un grupo que trabaja organizadamente que tiene
respaldos y si uno no detecta el grupo seguirá investigando robos y entonces
seguirán robando. Es mejor si se orienta la policía y se dice bueno lo que vamos

[98] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
a hacer acá es trabajar de forma distinta porque por lo visto están trabajando
con un plan preestablecido, con coautores, entonces vamos a enfrentarlo dife-
rente, con mayor inteligencia.
Orlidy:
Claro, es una visión estratégica e integral del delito que se debe conducir para
obtener verdaderos resultados.
Chavarría:
Exactamente, y la criminalidad hoy día ya es muy cambiante.
Orlidy:
Y ya para finalizar don Jorge, en sentido general, ¿como usted estima el nuevo
modelo de gestión implementado por el Ministerio Público aquí en el país, sus con-
sideraciones, y hacia dónde usted cree que nosotros ahora debemos de dirigir los es-
fuerzos?
Chavarría:
Bueno yo creo que el Modelo de Gestión de Fiscalías de República Domini-
cana es una de las experiencias más avanzadas de América Latina, que incluso
he escuchado diferentes comentarios muy positivos de funcionarios de otras
países que han estado acá en contacto con el modelo. Realmente merece una
felicitación la Procuraduría General de la República y los compañeros fiscales.
Algo muy importante para llevar adelante este modelo de gestión, que va a ser
el futuro del Ministerio Público, es la carrera fiscal; con fiscales sin permanen-
cia es imposible llevar a cabo una institucionalización adecuada del Ministerio
Público. Sé que la implementación de la carrera se ha llevado a cabo aquí en
Dominicana con éxito, uno ve las mismas caras con el transcurso de los años,
lo cual implica que hay una carrera que está funcionando, que hay una estabi-
lidad y el futuro es un reto. Ahorita, por ejemplo, hay un espacio de reflexión
para ver cuáles son los vacíos que hay en la investigación y en eso estamos tra-
bajando, junto a fiscales profesionales y técnicos que están haciendo aportes
muy importantes, lo cual indica que el Ministerio Público y la Escuela Nacional
del Ministerio Público han venido trabajando en el camino indicado y están ya
desarrollando su propia manera de pensar y actuar.
Orlidy:
El reto entonces sería seguir consolidando todos esos avances.
Chavarría:

«Notas institucionales» [99]


Sí, deben ser consolidados. La Escuela debe trabajar muy de cerca de los
diagnósticos que se hagan en relación a esto de la estrategia, o sea, la Escuela
debe hacer preguntas de índole estratégica en el sentido digamos de nutrirse
y capacitarse primero para luego producir el conocimiento en relación a áreas
nuevas de criminalidad y ajustar su oferta de capacitación a las necesidades
que se van presentando; pero yo lo veo muy bien, yo soy muy optimista con
República Dominicana, pues ha demostrado que viene siguiendo un camino
muy claro y que ha tomado decisiones muy importantes y avanza firmemente
en esa decisión.
Orlidy:
Es muy gratificante ver que las cosas están avanzando y que los demás lo perciben
así. Don Jorge, en nombre de la Escuela Nacional del Ministerio Público, le doy las
gracias por esta entrevista, y sobre todo por haber aceptado esta invitación de venir
a pasarse con nosotros esta semana aquí, que yo sé será de muchísimo provecho para
la institución. Muchas Gracias.-

[100] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
E N M P
Investigación y Análisis MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional
del Ministerio Público
ISSN 2221-6812

Año 2 [•] Número 3 enero-junio 2012

ENMP Investigación y Análisis


ARTÍCULOS

APORTES DE LA LEY 133-11:

LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO


LEY ORGÁNICA DEL MINISTERIO PÚBLICO
Wilson M. Camacho Peralta
NOVEDADES DE LA LEY ORGÁNICA
DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Jesús Fernández Vélez
PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD Y PODER DE ACUSAR:
APARENTE ANTINOMIA DEL MINISTERIO PÚBLICO
Raúl Reyes Vásquez

NÚMERO 3 • enero-junio 2012


LA CARRERA DEL MINISTERIO PÚBLICO:
GARANTÍA DE OBJETIVIDAD E INDEPENDENCIA
EN LA INVESTIGACIÓN
Arístides José Trejo Liranzo
REFLEXIONES EN TORNO AL RÉGIMEN DE CARRERA
DEL MINISTERIO PÚ BLICO
Juan Carlos Bircann Sánchez
LA COOPERACIÓN JURÍDICA INTERNACIONAL
EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
Danissa A. Cruz Taveras
LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR LAS ACTUACIONES
DEL MINISTERIO PÚBLICO
Edward Veras Vargas
MINISTERIO PÚBLICO Y CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS PARA EL CASO DOMINICANO
Orlidy Inoa Lazala

NOTAS INSTITUCIONALES

ENTREVISTA A DON JORGE CHAVARRÍA GUZMÁN


Fiscal General de Costa Rica
ISSN 2221-6812 MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional In Memorian: Dra. Carmen Amarilis Cruz Félix
del Ministerio Público

Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público Santo Domingo, República Dominicana

También podría gustarte