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NOTAS INSTITUCIONALES
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público Santo Domingo, República Dominicana
3 EDITORIAL
NOTAS INSTITUCIONALES
Asistentes de Departamentos
Xiomara de la Rosa MINISTERIO
María Leticia de León PÚBLICO
Escuela Nacional
Jesse James Ventura del Ministerio Público
[5]
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Respecto de la independencia en las actuaciones de los fiscales, la ley fija ciertos
aspectos que fortalecen este importante pilar de todo sistema de justicia penal
efectivo, como lo es el Principio de Autonomía frente al Poder Político, estable-
ciéndose que no se podrá optar por ningún cargo electivo público ni participar en
actividad político-partidista. Dicho mandato busca que aún los miembros de libre
escogencia de esta institución deban abstenerse de participar en actividad políti-
ca, de cualquier índole, durante el periodo en que ocupen esas funciones so pena
de ser destituidos.
De esta manera, la clase política solo podrá exigirles a los miembros del Minis-
terio Público aquellas conductas que sean compatibles con los principios rectores
de su actuación recogidos y desarrollados en la propia ley.
Como vemos, el análisis profundo de las implicaciones que tiene esta nueva ley
de cara a la institución, devenía en una prioridad para nosotros, de ahí la necesi-
dad de recurrir al talento e ingenio de destacados juristas y miembros del Ministe-
rio Público para que expresaran su visión de tan trascendentes cambios.
Queremos agradecerles, finalmente, a estos colaboradores: Wilson Camacho,
Jesús María Fernández Vélez, Edward Veras, Raúl Reyes Vásquez, Juan Carlos
Bircann, Arístides Trejo, y Danissa Cruz. Disfruten de este tercero número y su
valioso contenido.
[6]
Aportes de la Ley 133-11.
Ley Orgánica del Ministerio Público
Wilson M. Camacho Peralta
RESUMEN abstract
El Ministerio Público Dominicano goza hoy día de la Dominican Public Prosecutors now enjoy the greater
mayor estabilidad con la que ha contado en toda su histo- stability that has ever had in its entire history. His career
ria. Su carrera se encuentra protegida por la Constitución is protected by the Constitution of the Republic, besides
de la República, siendo además completada por una ley que being completed by a law. The Bill 133-11, stands as the
la configura magistralmente. La ley 133-11, Ley Orgánica most complete regulatory body of those who have gover-
del Ministerio Público, se erige como el cuerpo normativo ned this institution. Its 114 articles design a stable institu-
más completo de los que han regulado el Ministerio Públi- tion, independent, highly transparent, dynamic, capable of
co Dominicano; sus 114 artículos diseñan una institución dealing with crime, contribute to public safety and streng-
con estabilidad, independencia, altamente transparente, then the rule of law in the country.
dinámica, capaz de enfrentar la criminalidad, contribuir a
la seguridad ciudadana y fortalecer el Estado de Derecho
en el país.
PALABRAS CLAVE
Organización, rendición de cuentas, independencia, transparencia,
capacidad de respuestas, Principios Rectores, instrucciones, estándar de
control, planificación, investigación científica, reducción de la impunidad.
I. Introducción
«Aportes
Revista de la Escuela de del
Nacional la Ley 133-11.Público,
Ministerio Ley Orgánica del Ministerio
No. 3, enero-junio Público»
2012, [7]
pp. 7-23
inamovilidad, régimen disciplinario, preceptos que rigen su actuación, sus órganos
de gobierno 4, así como las funciones del Consejo Superior del Ministerio Público
no indicadas en la Constitución5.
El Congreso Nacional cumpliendo con el mandato constitucional aprobó la
Ley 133-11, Ley Orgánica del Ministerio Público la cual fue promulgada por el
Poder Ejecutivo en fecha 7 de junio del citado año. Con esta producción legis-
lativa se dota al Ministerio Público Dominicano de un marco regulatorio auto-
suficiente, moderno, acorde con los nuevos tiempos, propio de la realidad do-
minicana y a tono con las exigencias que en este sentido, había demandado la
institución en sentido particular y la sociedad en sentido general, el cual permi-
te a este órgano del sistema de justicia dominicano, desempeñar de forma más
efectiva su función.
Esta ley constituye un paso más en la profesionalización de los operadores del
sistema de justicia y permite al Ministerio Público, operador de primer orden, ju-
gar un rol acorde con las exigencias sociales, y en consecuencia, dar respuestas a
las mismas, enfrentar de manera más eficaz la criminalidad, contribuir a mejorar
los niveles de seguridad ciudadana, al tiempo que le permite colaborar en mayor
medida en la construcción de un Estado de Derecho en la República Dominicana.
Son varios y significativos los aportes que esta legislación hace a la organiza-
ción del Ministerio Público, y en consecuencia, al ordenamiento jurídico domini-
cano, en el presente artículo destacamos los siguientes:
1. Otorga al Ministerio Público una estructura organizativa propia. 2. Propicia
la rendición de cuentas. 3. Modifica la estructura interna. 4. Redefine los órganos
operativos. 5. Obliga a la transparencia en las instrucciones que se pueden impar-
tir. 6. Responsabiliza al Ministerio Público sobre el manejo de la información en la
investigación de los procesos penales. 7. Sanciona penalmente al funcionario que
se negare a prestar colaboración al Ministerio Público. 8. Incorpora nuevos Prin-
cipios Rectores de la actuación del Ministerio Público. 9. Permite crear procuradu-
rías regionales y especializadas. 10. Crea el escalafón del Ministerio Público. 11.
Plantea una Dirección General de Persecución. 12. Plantea una Dirección General
[8] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
de Carrera. 13. Crea la Dirección General Administrativa. 14. Permite a la Escuela
Nacional del Ministerio Público convertirse en Instituto de Educación Superior.
15. Crea la Inspectoría General. 16. Crea el Cuerpo Técnico de Investigación de la
Policía Nacional. 17. Crea el Cuerpo de Investigadores Técnicos Especializados. 18.
Crea el Fondo de Retiro del Ministerio Público.
2. Rendición de Cuentas
La forma como normalmente se ha organizado el Ministerio Público no con-
templa mecanismos que obliguen a la institución a rendir cuenta de sus actuacio-
nes. El Centro de Estudio de Justicia de las Américas sobre este particular indica
“Un segundo aspecto en que el diseño del Ministerio Público ha sido defectuoso, es la ca-
3. Estructura Interna
El artículo 4 de la ley de marras establece: “Estructura interna. El Ministerio
Público está integrado por el Procurador General de la República, quien lo dirige, los pro-
curadores adjuntos del Procurador General de la República, los procuradores Generales
de Corte de Apelación, los procuradores fiscales y los fiscalizadores”.
Como se puede advertir, esta norma elimina los cargos de Fiscales Adjuntos y
Procuradores Generales de Cortes de Apelación Adjuntos. La ley 133-11 modifica
la estructura interna del Ministerio Público y reserva la posición de adjunto, solo,
6 Centro de Estudio de Justicia de las Américas, CEJA: Desafío del Ministerio Público en América Latina,
Chile, 2005, p. 42.
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a los Procuradores Generales Adjuntos, es decir, a los adjuntos del Procurador Ge-
neral de la República y aumenta el número de los mismos de 9 existentes en la ley
78-03 a 14. A partir de la entrada en vigencia de esta ley, las Fiscalías estarán con-
formadas por Fiscalizadores, Procuradores Fiscales y un Procurador Fiscal Titular,
el cual será designado por un periodo de 4 años, pudiendo ser reconfirmado para
un segundo y único periodo consecutivo. Las Procuradurías Regionales, por su
parte, y siguiendo este modelo, estarán conformadas por Procuradores Generales
de Corte u otros miembros del Ministerio Público y por un Procurador General de
Corte Titular, el cual será designado por cuatro años y podrá optar igualmente por
un segundo y único periodo consecutivo.
Los Adjuntos del Procurador General de la República, por su parte, serán selec-
cionados en un cincuenta por ciento por el Presidente de la República y el restante
cincuenta por ciento dentro de los Ministerios Públicos de carrera que ostenten la
posición de Procuradores Generales de Cortes de Apelación, siempre que cumplan
con los requisitos constitucionalmente establecidos. Estos procuradores ostenta-
ran la condición de adjuntos por el tiempo que permanezca el Procurador General
de la República que los seleccionó, pudiendo luego ser reconfirmados por el Procu-
rador entrante, ser reubicados u optar por el retiro.
La titularidad rotativa alrededor de las Fiscalías, de las Procuradurías Regio-
nales, así como en la posición de Adjunto del Procurador General de la República,
dinamiza la carrera del Ministerio Público, permite la renovación del liderazgo
interno de la institución, democratiza la organización y se constituye en un aporte
de gran valía para el fortalecimiento y el éxito de la misma.
Debo aprovechar este apartado para señalar que la Ley Orgánica del Ministerio
Público al igual que la Constitución de la República, no hace referencia a la existencia
de una Procuraduría General de la República, lo que implica que la institución se de-
nomina Ministerio Público y es dirigida por un Procurador General de la República.
7 Estatuto del Ministerio Público, ley 78-03 del año 2003, artículo 25, p. 31.
5. Instrucciones
Esta legislación divide en dos las instrucciones a impartir al Ministerio Público,
a saber: Instrucciones Generales y Particulares. Las Instrucciones Generales solo las
puede impartir el Procurador General de la República y la ley limita a tres los pun-
tos sobre los que puede versar. Estos puntos son: dirección de la investigación de
los hechos punibles, el ejercicio de la acción penal y su oportunidad o la protección
de víctimas, testigos u otros sujetos. La ley establece en su artículo 8 que el Direc-
tor General de Persecución del Ministerio Público y los Procuradores Generales de
Cortes de Apelación podrán solicitar su reconsideración cuando sean contrarios a
las disposiciones de la Constitución de la República, los tratados internacionales
adoptados por el Estado, la legislación nacional, los precedentes jurisdiccionales vin-
culantes y los reglamentos y políticas adoptados por el Consejo Superior del Minis-
terio Público. El Procurador General de la República podrá ratificarlas, modificarlas
o revocarlas según lo estime procedente. La solicitud de reconsideración no exime
al Ministerio Público del cumplimiento obligatorio de las Instrucciones Generales.
Como se puede ver las Instrucciones Generales deben ser cumplidas natural-
mente por todo el Ministerio Público; y estarán a cargo de vigilar el cumplimiento
de las mismas el Director General de Persecución y los Procuradores Fiscales Titu-
lares. La ley manda a los Procuradores Generales de Corte de Apelación Titulares a
fomentar y a los Procuradores Fiscales Titulares, por sí mismos o por intermedio
de los miembros del Ministerio Público a su cargo, a gestionar, la resolución al-
ternativa de disputas, conforme a las políticas de persecución y las Instrucciones
Generales, a la luz de los artículos 38 numeral 7 y 42 numeral 4 respectivamente.
El incumplimiento de las Instrucciones Generales no presenta sanción de for-
ma expresa en la ley, a diferencia de la particulares en las que si lo hace, debe
inferirse que las razones para esto es el propio carácter general de las referidas ins-
trucciones, no obstante, puede colegirse tácitamente de la lectura de los artículos
78 numeral 4 y 91 numeral 1 que el incumplimiento reiterado de las mismas cons-
tituye falta grave. El Consejo Superior del Ministerio Público puede transparentar
la situación mediante reglamentación disciplinara como lo prevé el anteriormente
citado artículo 47 en su numeral 25.
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Las Instrucciones Particulares, conforme el artículo 9 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público, objeto de análisis, pueden ser impartidas por el Procurador
General de la República, el Director General de Persecución del Ministerio Público
o el superior jerárquico inmediato. A este particular hacen referencia además los
artículos 30 numeral 9; 42 numeral 9 y 52 numeral 5. En caso de que se advierta
negligencia manifiesta en la gestión de los casos, el Procurador General de Corte
de Apelación Titular podrá impartir Instrucciones Particulares a los Procuradores
Fiscales Titulares.
Los encargados de las Procuradurías Especializadas pueden, por intermedio del
Director General de Persecución, dictar Instrucciones Particulares a los Procura-
dores Fiscales Titulares cuando se corresponda con sus ámbitos especializados y
el interés público lo haga necesario. Estas instrucciones deben ser impartidas por
escrito motivado y permite que el funcionario que las recibe, en caso de encon-
trarlas ilegales, arbitrarias, inconvenientes o se fundamenten en consideraciones
político partidarias, pueda impugnarlas, de igual forma mediante escrito motiva-
do. En caso de que exista peligro en la demora, el funcionario objetante debe cum-
plirlas, con exoneración de responsabilidad como consecuencia del acatamiento.
Estará a cargo del Director General de Persecución tramitar las Instrucciones Par-
ticulares que le sean requeridas por el Procurador General de la República y las
Procuradurías Especializadas.
Las Instrucciones Particulares deben ser acatadas por todo el Ministerio Públi-
co cuando son realizadas por el Procurador General de la República directamente
o a través del Director General de Persecución del Ministerio Público, y deberán
versar siempre sobre la dirección de la investigación de los hechos punibles, el
ejercicio de la acción penal y su oportunidad o la protección de sujetos protegidos
o cuando el interés público comprometido lo hicieren necesario.
La ley 133-11 reduce considerablemente el ámbito de acción de los Procura-
dores Generales de Cortes de Apelación ya que solo los Titulares podrán dictar
Instrucciones Particulares y deberán siempre dirigirlas a los Procuradores Fiscales
Titulares, no pudiendo hacerlo de manera directa con el resto de los componentes
de las Fiscalías, los cuales recibirán instrucciones directas del Procurador Fiscal
Titular respectivo, además de los funcionarios señalados en el párrafo anterior.
El incumplimiento de las Instrucciones Particulares dictadas de conformidad
con la ley constituye falta grave a la luz del artículo 91 numeral 3, sancionable con
suspensión por hasta noventa (90) días sin disfrute de sueldo. Esta legislación trae
una innovación en la sanción por falta disciplinaria, aumentando la posibilidad de
suspensión de 30 días que contemplaba la ley 78-03 hasta los 90 días ya indicados.
6. Manejo de la información
en la investigación de los procesos penales
La Constitución de la República expresa en su artículo 44 numeral 4 “El manejo,
uso o tratamiento de datos e informaciones de carácter oficial que recaben las autori-
dades encargadas de la prevención, persecución y castigo del crimen, sólo podrán ser
tratados o comunicados a los registros públicos, a partir de que haya intervenido una
apertura a juicio, de conformidad con la ley”. El Código Procesal Penal en su artículo
93 numeral 1, refiriéndose a la dirección de la investigación de los hechos punibles
por el Ministerio Público y sus alcances, indica: “El cumplimiento obligatorio por parte
de los funcionarios y agentes policiales de todas las órdenes relativas a la investigación de
los hechos punibles emitidas por el Ministerio Público o los jueces. La autoridad adminis-
trativa policial no debe revocar o modificar la orden emitida ni retardar su cumplimiento”.
El artículo 10 de la ley 133-11 hace referencia a la dirección funcional de las in-
vestigaciones que realice la policía o cualquier otra agencia ejecutiva de seguridad
o de gobierno que cumpla tareas auxiliares de investigación con fines judiciales,
señalando que la misma está a cargo del Ministerio Público. Este artículo señala
además lo siguiente: “El Ministerio Público es el responsable del manejo de la informa-
ción sobre las investigaciones de conformidad con la ley”.8
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La anterior comparación normativa nos permite ver como la ley 133-11 viene a
definir quién, de los que participan en la investigación de hechos penales, es el fun-
cionario con la responsabilidad de manejar la información surgida de los mismos.
Esto implica que en los hechos, el Ministerio Público debe asumir cómo, cuándo,
dónde y qué hechos de la investigación pueden hacerse públicos y debe en conse-
cuencia impedir que la policía lo haga, como ha ocurrido tradicionalmente en el país.
La divulgación indebida de las informaciones surgidas en un proceso de inves-
tigación puede comprometer la responsabilidad penal, civil y disciplinaria de la o
las personas que lo hicieren y definitivamente causa perjuicios a la investigación,
a las partes envueltas en el proceso y al conglomerado social. La sociedad no solo
necesita ser informada, sino que además necesita la reducción de la impunidad de
las infracciones a las leyes y esto se puede afectar cuando tergiversando los inte-
reses sociales, un elemento se coloca por encima del otro. El manejo inadecuado
de la información relativa a la investigación de hechos punibles se traduce en un
obstáculo al normal funcionamiento de la administración de justicia.
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inquisitiva. El Ministerio Público por mandato de la Constitución tiene hoy día
la responsabilidad de formular e implementar la política del Estado contra la
criminalidad y dentro de esta gestión debe prevenir, controlar y perseguir los
hechos punibles, lo que lo obliga a organizarse de forma que pueda alcanzar esos
objetivos.
El Consejo Superior del Ministerio Público puede crear Procuradurías Re-
gionales, las cuales deberán estar a cargo de un Procurador General de Corte
de Apelación y para ello solo debe atender a criterios de extensión territorial,
carga de trabajo, facilidad de comunicación y eficiencia en el uso de los recur-
sos. Del mismo modo este órgano podrá crear Procuradurías Especializadas,
las cuales se constituirían en órganos complementarios de la Dirección Gene-
ral de Persecución, sujetas a su director y a cargo de un Procurador General de
Corte de Apelación. Estas Procuradurías tendrían alcance nacional o regional
y para la creación de las misma debe tomarse en cuenta la complejidad de los
casos, la vulnerabilidad de las víctimas, el interés público comprometido o las
prioridades institucionales.
[18] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
serle renovado por un segundo y único período consecutivo. Entre sus funciones
se acentúan las siguientes: ejercer la dirección funcional de la carrera del Minis-
terio Público, planificar la gestión de la carrera, gestionar y mantener actualizado
el escalafón, crear y mantener actualizado el registro del Ministerio Público, reco-
mendar al Consejo Superior del Ministerio Público, por intermedio del Procurador
General de la República, la convocatoria de concursos públicos para aspirantes a
Fiscalizador o concursos internos para ascensos cuando en el escalafón existan
dos o más integrantes en condiciones de optar o cuando se trate de una posición
directiva, ejecutar los concursos internos cuando corresponda, gestionar el siste-
ma de evaluación de desempeño, formular las escalas salariales y programas de
compensación, entre otros.
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ción mediante esta ley del Cuerpo Técnico de Investigación de la Policía Nacional,
el cual tendrá a su cargo, con carácter exclusivo, todas las actividades policiales de
investigación y persecución del delito bajo la dirección legal del Ministerio Públi-
co, no pudiendo sus miembros participar en actividades policiales diferentes de
las que les asigne el Ministerio Público en el marco de sus atribuciones.
Este cuerpo técnico policial fortalecerá significativamente la efectividad de las
labores de investigación de los delitos, lo cual ha sido un requerimiento del Minis-
terio Público a partir de la reforma procesal penal y fortalecerá además las accio-
nes de este órgano de persecución frente al crimen.
El Ministerio Público deberá acompañar a la Policía Nacional en este histórico
proceso de dotar al país de un cuerpo técnico de investigación profesional, eficien-
te, con rigor científico, tal como lo ha concebido el legislador y lo ha reclamado la
sociedad dominicana. Esta creación se traducirá sin lugar a dudas en una herra-
mienta vital para dar respuesta contundente al crimen y aumentar los niveles de
seguridad ciudadana.
[22] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Este nuevo marco jurídico definitivamente revoluciona la regulación del Minis-
terio Público, incorporando instituciones inexistentes anteriormente en nuestro
ordenamiento jurídico en sentido general y en relación con este órgano del siste-
ma de justicia dominicano en sentido particular. Enhorabuena!
RESUMEN abstract
Con la promulgación de la Ley número 133-11, en fe- With the enactment of Law No. 133-11, dated July 9,
cha 9 de julio del 2011, el Ministerio Público obtiene un 2011, prosecutors obtained an important step in the stren-
importante avance en su fortalecimiento como institución gthening of the institution as rector of the investigation,
rectora de la investigación, persecución y tramitación hacia prosecution and handling to the criminal courts of the cri-
los tribunales de justicia penal encargados de la aplicación minal action as well as in the strengthening of operational
de la normativa penal de la acción penal; así como en el autonomy and consolidation of its Career System.
afianzamiento de su autonomía funcional, administrativa The Constitutional Reform proclaimed on January 26
y financiera, y en la consolidación de su Sistema de Carrera. of 2010 establishes definitely the institutional location of
La Reforma Constitucional proclamada el 26 de enero the Public Prosecutor within the justice system, bringing to
de 2010 consagra definitivamente la ubicación institucio- substantive level its purposes and powers as the represen-
nal del Ministerio Público dentro del sistema de justicia de tative of society in the delicate task of prosecuting viola-
la República Dominicana, elevando al nivel sustantivo sus tions of criminal laws.
fines y atribuciones como representante de la sociedad en
la delicada misión de promover el enjuiciamiento de las vio-
laciones a las leyes penales. PALABRAS CLAVE
Constitución de la República, Ministerio Público, Leyes Orgánicas,
Procurador General de la República, Consejo Superior, Sistema de Justicia,
Investigación, Política Criminal, Principios, Autonomía, Carrera.
Introducción
[24] Revista
Revista de la de la Escuela
Escuela Nacional
Nacional del Ministerio
del Ministerio Público,
Público, No.
No. 3, 3, enero-junio
enero-junio 2012,2012
pp. 24-36
nominada Estatuto del Ministerio Público, que en su artículo 117 se expresaba:
“Los miembros del Ministerio Público que se encuentran en funciones a la entrada en
vigencia del presente Estatuto permanecerán en sus cargos hasta el término del presente
período presidencial, salvo que incurran en algunas de las faltas disciplinarias previstas
anteriormente que conlleven su destitución”.
El texto constitucional del 26 de enero 2010 coloca al Ministerio Público en
una perspectiva de autonomía funcional, administrativa y presupuestaria, lo cual
viene a consumarse en su Ley Orgánica, marcada con el número 133-11 del 9 de
junio del año 2011.
La nueva ley contiene innumerables figuras o aspectos novedosos que merecen
ser publicitados, a los fines de conocer más ampliamente la riqueza institucional
contemplada para este órgano especializado, responsable de la formulación e im-
plementación de la política del Estado contra la criminalidad y director de la inves-
tigación y de la acción penal pública en representación de la sociedad.
En este análisis presentamos una visión sucinta de las diversas legislaciones
que en el tiempo han tratado de organizar y normar la vida del Ministerio Público
de la República Dominicana, con énfasis en la Reforma Constitucional del 26 de
enero de 2010 y en su Ley Orgánica número 133-11.
[26] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
miembros, así como la relación de éste con los órganos auxiliares de investigación.
También, en la Ley 136-03 que constituye el Código para la Protección y los Dere-
chos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes; en la Ley 164-00, que crea la
Procuraduría General Adjunta para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales; en la Ley General de Electricidad número 125-01, que establece la Pro-
curaduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico de la República Dominicana;
y en un sinnúmero de leyes más que contienen infracciones penales.
1 Artículo 1 de la Ley 78-03 del 15 de abril de 2003, que crea el Estatuto del Ministerio Público.
[28] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
política del Estado contra criminalidad, dirige la investigación penal y ejerce la ac-
ción pública en representación de la sociedad”4. También, garantizará los derechos
fundamentales que asisten a ciudadanos y ciudadanas, promoverá la resolución
alternativa de disputas, dispondrá la protección de víctimas y testigos y defenderá
el interés público tutelado por la Ley. Incluye, a su vez, al Procurador General de
la República como uno de los miembros integrantes del Consejo Nacional de la
Magistratura.
Esta reforma le garantiza el goce de autonomía funcional, administrativa y pre-
supuestaria. Para las actuaciones o el ejercicio de sus funciones contiene los prin-
cipios de: legalidad, objetividad, unidad de actuaciones, jerarquía, indivisibilidad
y responsabilidad.
Para la designación, contempla que el Presidente de la República nombra al Pro-
curador General y la mitad de sus procuradores adjuntos. El nombramiento de los
demás integrantes está normado por el sistema de carrera, organizado conforme
a la ley que regula su inamovilidad, régimen disciplinario y aquellos preceptos que
rigen su actuación, su escuela de formación y órganos de gobierno, garantizando
la permanencia de sus miembros de carrera hasta la edad de setenta y cinco años5.
Finalmente, crea el órgano de dirección, llamado Consejo Superior del Minis-
terio Público. Determina quienes son sus integrantes, la forma de su elección y
las funciones que ha de desempeñar como mecanismo de gobierno interno del
Ministerio Público.
[30] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
en representación de la sociedad y promueve la resolución alternativa de disputas
y la protección a las víctimas y testigos.
Así mismo, disfruta de autonomía funcional, presupuestaria y administrativa.
Le impone la rendición de cuentas, en el sentido de que el Procurador General de
la República con la asistencia de los Directores Generales del Ministerio Público,
elaborará anualmente las memorias de gestión y las someterá a la aprobación del
Consejo Superior a principios de noviembre. También las remitirá al Poder Ejecu-
tivo a más tardar el 15 de diciembre. El Procurador General rendirá cuentas en au-
diencia pública en el mes de marzo, en las que expondrá los resultados obtenidos
por el Ministerio Público durante la gestión del año anterior7.
En su estructuración interna, indica que el Ministerio Público está integrado
por el Procurador General de la República, quien lo dirige, los Procuradores Ad-
juntos del Procurador General, los Procuradores Generales de Corte de Apelación,
los Procuradores Fiscales y los Fiscalizadores. Su órgano de gobierno interno es el
Consejo Superior del Ministerio Público. Sus integrantes, por esa sola condición –
expresa– no ostentarán ninguna superioridad jerárquica sobre las actuaciones que
realicen los miembros del Ministerio Público en ejercicio de sus funciones.
Está compuesto por el Procurador General de la República, quien lo presidirá;
un Procurador Adjunto del Procurador General elegido por sus pares; un Procu-
rador General de Corte de Apelación o su equivalente elegido por sus pares; un
Procurador Fiscal o su equivalente elegido por sus pares; y un Fiscalizador elegido
por sus pares. Serán electos por tres años, y no podrán ser reelectos para el perío-
do subsiguiente, excepto el Procurador General de la República, que permanecerá
mientras dure su mandato.
A este órgano de control se le atribuyen amplias funciones. Entre ellas desta-
can las de dirigir y administrar el sistema de carrera, la supervisión y control de
la administración financiera y presupuestaria, el control disciplinario sobre sus
representantes, funcionarios y empleados del Ministerio Público, con excepción
del Procurador General de la República; la evaluación del desempeño del Minis-
terio Público y del personal administrativo. Asimismo, el traslado provisional o
definitivamente de miembros del Ministerio Público de una jurisdicción a otra, a
solicitud del propio interesado, o por otros motivos.
El Consejo Superior tiene facultades para disponer el ascenso de los Miembros
de la Carrera del Ministerio Público conforme al escalafón y los concursos inter-
[32] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
De igual manera, el Procurador General de la República, el Director General
de Persecución del Ministerio Público o el superior jerárquico inmediato pueden
emitir instrucciones particulares. Estas últimas deben impartirse por escrito.
El texto señala que el funcionario que las recibe podrá impugnarlas, mediante
escrito motivado, cuando las considere manifiestamente ilegales, arbitrarias o
inconvenientes. Plantea además que la solicitud de reconsideración no exime al
funcionario instruido de la obligación de cumplimiento cuando exista peligro
en la demora. Pero lo exonera de las responsabilidades que se originen de su
acatamiento9.
La dirección funcional de las investigaciones penales que realicen la policía o
cualquier otra agencia ejecutiva, de seguridad o de gobierno que cumpla tareas
auxiliares de investigación con fines judiciales está a cargo del Ministerio Público,
cuyos miembros pueden impartirles órdenes e instrucciones, y éstos deben cum-
plirlas sin poder calificar su fundamento, oportunidad o legalidad, y supervisarán
la legalidad de sus actuaciones. Se establece, por igual, que el incumplimiento in-
justificado de estas órdenes da lugar a responsabilidad penal y disciplinaria. El Mi-
nisterio Público es el responsable del manejo de la información sobre las investi-
gaciones10. Este aspecto rompe con una cultura enraizada por décadas en la policía
y otras agencias auxiliares de seguridad, en relación con el manejo y difusión de
informaciones relativas a casos en proceso o en fase preparatoria.
En relación con los principios rectores del Ministerio Público, su Ley Orgánica
contiene cuatro nuevos, esto es, no contemplados en la Reforma Constitucional
del año 2010 ni en las derogadas leyes números 78-03 y 30-11, que son: respeto a
las víctimas, inmovilidad, exclusividad y apoliticidad, y se unen a los ya existentes
de: legalidad, oportunidad, objetividad, probidad, responsabilidad, independen-
cia, indivisibilidad, unidad de actuaciones y jerarquía.
Otras atribuciones son contar con un cuerpo técnico de investigación de la Po-
licía Nacional, y con otros órganos propios de investigación técnica; también la ley
133-11 le encarga nuevas funciones, entre ellas, custodiar y conservar todos los
objetos, instrumentos y evidencias vinculados al hecho punible o que hayan sido
incautados o secuestrados como consecuencia de la investigación. Exceptuando la
custodia, análisis y disposición de las drogas y sustancias controladas, que pone a
cargo el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).
[34] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
dose la abstención de participar en actividades político partidarias, la prohibición
de los hábitos de juegos de azar o de frecuentar lugares donde se realicen acti-
vidades que afecten la dignidad o el decoro propios de la función de Ministerio
Público; la prohibición de dedicarse tanto en el servicio como en la vida privada a
actividades que puedan afectar la confianza del público en su condición de fiscal;
y la abstención a contraer deudas u otras obligaciones con personas naturales o
jurídicas contra las que haya puesto en movimiento la acción pública.
En relación con el régimen disciplinario, han sido incrementadas las faltas y
sanciones. Las faltas están tipificadas como leves, graves y muy graves. Las faltas
leves dan lugar a amonestación verbal o escrita. Las faltas graves dan cobertura a
la suspensión sin disfrute sueldo de hasta noventa días, en vez de treinta días de
la ley anterior; y las faltas muy graves dan lugar a la destitución. La normativa es-
tablece la Inspectoría General y el Consejo Disciplinario, de primera instancia. En
segundo grado o apelación el juzgamiento disciplinario corresponde al Consejo
Superior del Ministerio Público.
Conclusiones
La reforma procesal del año 2002, con la aprobación del Código Procesal Penal,
hace revolucionar todo el accionar del Ministerio Público en la República Domi-
nicana, ya que le asigna de manera específica la exclusividad de la dirección de la
investigación, persecución y acusación en justicia de los hechos penales. Sus res-
ponsabilidades han sido elevadas a niveles considerables al constitucionalizarse
sus funciones en el marco de la Reforma de la Constitución.
El signo de los tiempos acarrea innumerables tareas en cuanto al desempeño y
la indagación de los tipos penales de reciente aparición en el mundo globalizado,
puesto que el crimen organizado, expresión de la mundialización, representa se-
rios retos para el combate de la criminalidad de nuevo cuño, con manifestaciones
que se advierten en el narcotráfico, el sicariato, testaferrato, el lavado de activos o
blanqueo de capitales, el terrorismo, entre otras graves modalidades.
La hora presente demanda que el Ministerio Público se embarque en el estudio,
prevención y persecución de tipos penales de esta época, tales como la ciberdelin-
cuencia, los delitos de alta tecnología y los que pudieren cometerse a través de las
“redes sociales”, la interceptación de datos o señales, los sabotajes y robos electró-
nicos y tecnológicos, la clonación de sistemas informáticos, el comercio ilícito de
bienes y servicios por internet, el robo de identidades, el tráfico ilícito de perso-
nas, la trata de migrantes y la extinción de derecho de dominio de bienes y cauda-
[36] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Principio de objetividad y poder de acusar:
Aparente antinomia del Ministerio Público
Raúl Reyes Vásquez
RESUMEN abstract
Los Principios Rectores han ido surgiendo paulatina- The guiding principles have emerged gradually as an
mente como plataforma ideológica del Ministerio Público, ideological platform of Public Prosecutors to give greater
para dar mayor cobertura a los originados en los primeros coverage to those originated in the first time of the insti-
tiempos de la institución, presentada ahora con nuevo tution, now presented with new faces and other shapes to
rostro y otros perfiles para el cumplimiento de su alta mi- fulfill its lofty mission for safeguarding the fundamental
sión de tutelar la defensa de los derechos fundamentales rights of all members of society.
de todos los miembros de la sociedad.
PALABRAS CLAVE
Ministerio Público, principios rectores,
principio de objetividad, psicología, discrecionalidad,
poder de acusar.
Introducción
«Principio
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio
de objetividad Público,
y poder de No. 3, enero-junio
acusar: 2012, pp. 37-45
Aparente antinomia...» [37]
Tras la conquista de derechos para las personas y las colectividades, los ór-
ganos de expresión del sistema de justicia - en nuestro caso el Ministerio Pú-
blico -, se ven compelidos a intervenir en esferas que hace tiempo desbordaron
sus facultades primigenias, ahora afianzadas por las normas constitucionales
y los instrumentos sobre derechos humanos adoptados por nuestro derecho
interno, así como por su Ley Orgánica, condensados en los llamados “Princi-
pios Rectores del Ministerio Público”, cuya amplitud no permite abordarlos
en conjunto. Por consiguiente, el presente comentario estará circunscrito al
PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD. Su ponderación será proyectada primeramente
en el plano legal. Luego como factor psicológico. En tercer lugar intentaremos
relacionarloo con el poder de acusar y, finalmente, se hará un ensayo de con-
clusión. Ante todo presentaremos un esquema del nacimiento de esta singular
institución.
Sinopsis histórica.- El origen de la institución del Ministerio Público ha
sido catalogado como “antiguo y modesto”1. En sus inicios, en el siglo XIV, sus
miembros estaban ubicados cerca del poder absoluto, con la misión primordial
de velar por la percepción de los haberes reales, privativos del monarca, no coin-
cidentes, por cierto, con los intereses generales de la comunidad. De ahí su cali-
ficativo de “procuradores del rey” y “abogados del rey”. Huelga decir que su origen
es francés.
Con el discurrir del tiempo estos voceros particulares se fueron convirtiendo
en representantes del poder público ante los tribunales, hasta llegar al lugar que
ocupan en el presente, incorporados al sistema de justicia, con rango constitucio-
nal, a cuyo cargo está la responsabilidad de formular e implantar la política del Es-
tado contra la criminalidad, bastión de la lucha contra las crecientes modalidades
de las acciones delictivas.
[38] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
del sistema judicial. Estas inquietudes fueron acogidas por la Constitución del 26
de enero de 2010, y por primera vez en la historia dominicana quedó consagrado
en el más alto nivel institucional, adaptado a los tiempos modernos. Sus perfiles
están hoy definidos. Sus competencias, poderes y atribuciones, están acordes con
los fines perseguidos por los sistemas penales implantados en gran parte de la co-
municad internacional. La evolución de sus roles ha sido incesante; se observa la
tendencia de hacer a los representantes de la institución “garantes de los derechos
fundamentales que asisten a las personas, defensores del interés público tutelado por la
ley, promotores de la resolución alternativa de conflictos y protectores de las víctimas y
testigos”2.
La Carta Sustantiva del Estado3; la “Ley Orgánica del Ministerio Público”4; y
el Código Procesal Penal5, ubican el principio entre las normas supremas del Mi-
nisterio Público. Su enunciación encierra un deseo, anhelo o aspiración; viene a
superar la concepción prevaleciente durante siglos, que signaba a sus integran-
tes como personeros de persecución y arbitrariedad, generadores de abusos sin
nombre, atributos negativos hoy ampliamente superados. El nuevo rostro exhibi-
do ahora por El Ministerio Público en el seno de la sociedad, sustentada sobre la
plataforma de valores constitucionales, jurídicos, éticos y sociales, denominados
“Principios Rectores”6.
El PRINCIPIO DE OBJETIVIDAD tiende a decolorar el estigma de persecu-
tor y arbitrario recaído sobre los integrantes de esta corporación durante cen-
turias. El concepto-referido a la investigación penal-, está repleto de sutilezas;
de ahí nacen situaciones embarazosas para la institución, pues, en principio,
los hechos deben ser visualizados entre una víctima en busca de protección
y un sindicado en demanda de garantías. Para no caer en vaguedades estos
funcionarios deben hacer acopio de una serie de elementos conducentes a su
aplicación en exacta dimensión y en la temporalidad adecuada.
En cuanto a la dimensión conceptual de la objetividad como principio de ac-
3 Artículo 70.
4 Artículo 15.
5 Artículo 260.
6 Estos principios han ido ensanchándose en el transcurso del tiempo, en correspondencia con el nivel
de respeto a los derechos humanos alcanzado por la sociedad. La Ley Orgánica del Ministerio Público
recientemente aprobada, consagra los principios de legalidad, oportunidad, objetividad, respeto a las
víctimas, independencia, inamovilidad, probidad, responsabilidad, exclusividad, indivisibilidad, unidad
de actuaciones, jerarquía, apoliticidad.
Es este plano dual el Ministerio Público interactúa con los sujetos proce-
sales con objetividad, al recibir la noticia criminis. En este supuesto existe una
imputación recaída sobre alguien. Pero la imputación, según Pérez Sarmiento,
puede ser entendida en un sentido estático y en un sentido dinámico. En el
primero, no pasa de ser la “mera atribución de un hecho punible”7. En el segun-
do allana el camino para llegar a “atribuirle la comisión de un delito concreto a una
persona”8. En su nivel estático, según dicho autor, la imputación no se agota con el
aspecto considerado, sino que comporta tres elementos:
• Calificación jurídica del hecho imputado.
• Calificación de las circunstancias que inciden sobre
la responsabilidad penal.
• La pretensión punitiva.
En el sentido dinámico la imputación requiere llevar a cabo un conjunto
de diligencias resumidas en la investigación9. Lo anterior nos lleva a apreciar
cómo debe ser el comportamiento valorativo del Ministerio Público respecto de la
característica de la imputación de cara al principio de objetividad impuesta por la
Constitución y la ley. Esto nos lleva a analizar el aspecto psicológico comprendido
en el caso.
7 Pérez Sarmiento, Eric Lorenzo: Fundamentos del Sistema Acusatorio de Enjuiciamiento Penal. Editorial
Temis, Bogotá, 2005.
8 Loc. Cit.
9 Loc. Cit.
[40] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
culo de causalidad entre factores preponderantes; están involucrados la conducta
voluntaria o involuntaria, el resultado derivado de tal conducta, el nexo de causa-
lidad objetiva y la imputación de que se trate10.
La objetividad está íntimamente vinculada con la legalidad, pues ambas requie-
ren ajustar las actuaciones al marco de las garantías protectoras para todo indivi-
duo vinculado a un hecho de naturaleza penal. En esta tesitura el Ministerio Públi-
co se encuentra colocado en una disyuntiva: tiene el deber de proteger a la víctima
de un ilícito penal; a la vez debe actuar con neutralidad en esta etapa frente a la
persona sindicada, a fin de respetar sus derechos fundamentales.
El principio de objetividad envuelve un elemento psicológico como guía para
adecuar el objeto dado con la realidad a investigar, a fin de situarse en una pers-
pectiva adecuada para permitir la formulación de hipótesis de admisión o de des-
estimación, bien sea de una querella o de una denuncia presentada a su examen.
Esta búsqueda está respaldada por una percepción sensible, constituida por el
hecho mismo. Para extraer su esencia y precisar su sentido será necesario buscar
grados de coincidencias desde distintos niveles de observación, a partir de los
cuales sea factible emitir juicios sobre el hecho y sus circunstancias de tiempo,
lugar y modo. Esto se explica porque la objetividad, considerándola como méto-
do de investigación científica, no se agota con las coincidencias intersubjetivas;
se extiende a la verificabilidad desde estratos distintos. Pero el Ministerio Públi-
co no puede actuar con criterios subjetivos; él no asume la defensa de derechos
que le son propios, actúa a nombre de la sociedad. No debe conformarse con
la existencia de un parecer coincidente; debe meditar si el juicio forjado en su
mente –hipotético, por demás-, posee tal grado de verificabilidad trascendente
de su personal apreciación. Al proceder de esta forma, según nuestra particular
apreciación, estaría siendo objetivo frente a los sujetos procesales envueltos en
la controversia o enfrentados en el conflicto. Como puede apreciarse, la objeti-
vidad no es un simple vocablo. Es un estado de la mente libre de interferencias,
producto del examen sereno y responsable de quien en un momento dado puede
asumir decisiones orientadas a consolidar la institución o a debilitarla en cuanto
a su credibilidad. Como además está llamado a actuar con independencia, esta
cualidad, a través de la objetividad, le suministra elementos para evaluar e in-
terpretar los hechos a los fines de adoptar una posición respecto al sujeto sobre
quien recae sospecha de autoría o de complicidad.
10 De Jesús, Damásio E.: Imputación Objetiva. Editorial B de F, 3ra. Edición, Buenos Aires, Argentina,
2006. Pág. 48..
11 Traxel, citado por Friedrich Dars, en “Diccionario de Psicología”. Editorial Herder, S. A., Barcelona,
España. 1994. Págs. 527-28.
12 Cruz Castro, Fernando: El Ministerio Público en el Nuevo Código Procesal Penal Costarricense. Trabajo
incluido en el volumen denominado Reflexiones sobre el Nuevo Proceso Penal; publicado por el Fondo
Editorial del Colegio de Abogados. San José, Costa Rica, 1997.
14 Diez-Picazo, Luis María: El poder de acusar. Editorial Ariel, S. A., Barcelona. 2000. Pág. 13.
[42] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
En efecto, en el cumplimiento de sus deberes en cuanto al ejercicio de la acción
penal, el Ministerio Público está obligado a adoptar decisiones de variados conte-
nidos y de consecuencias a veces no previstas. Su accionar está circuido por man-
datos superiores de la Carta Sustantiva del Estado, para morigerar las variadas
posibilidades permitidas por los vastos poderes que le confieren “márgenes ineli-
mitables de discrecionalidad” 15.
El principio considerado abre al Ministerio Público un amplio horizonte de-
cisorio, en cuyos contornos existe la posibilidad de influencias provenientes
de agentes externos, sean políticos, económicos, sociales o de otra índole. Para
aquilatar que esas taras están ausentes, hay varias pautas que permiten catalo-
gar la objetividad como tal:
• Mantener la investigación en el círculo del relato proporcionado por la
parte interesada.
• Eliminar los factores extrajurídicos; no asumir decisiones de carácter dis-
crecional, con tintes arbitrarios, ante cuya presencia colapsan por “efecto
dominó” los otros principios de la institución, pues no serían eficaces.
• Evitar la manipulación del material fáctico por parte de los sujetos proce-
sales, o personas con autoridad o simples particulares.
15 Ib., contratapa.
17 Chaia, Rubén Alberto: La Investigación Penal. Delta Editora, Entre Ríos, Argentina, 2006. Pág. 39.
[44] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
alcance que otras de las normas de actuación de estos funcionarios de nuestro
sistema de justicia.
CONCLUSIONES
RESUMEN abstract
El Ministerio Público concebido en la Constitución Po- The Prosecution intended by the Constitution of
lítica del 26 de enero del año 2010 está provisto de unas January 2010 is provided with guarantees of tenure, career
garantías de inamovilidad, estatuto de carrera, capacita- status, ongoing training, access to competitions for entry
ción permanente, acceso a concursos para su ingreso y pro- and promotion within the institution, right to challenge
moción a lo interno de la institución, derecho de impugnar the guidelines ordered by their superiors when they are
las direcciones ordenadas por sus superiores jerárquicos not consistent with the legality of their actions and disci-
cuando no estén acorde a la legalidad de sus actuaciones plinary proceedings respectful of the minimum guarantees
así como de un procedimiento disciplinario respetuoso de of due process of administrative law, all these rights and
las garantías mínimas del debido proceso administrativo guarantees that encourage the pursuit of an objective and
sancionador, todas ellos derechos y garantías que propi- independent criminal investigation.
cian el ejercicio de una investigación penal objetiva e inde-
pendiente.
PALABRAS CLAVE
Objetividad, independencia, Carrera, autonomía de actuación,
inamovilidad, traslado, concurso, capacitación, derecho formal y
sustancial, proceso disciplinario.
Revista
[46] Revista
de la de
Escuela
la Escuela
Nacional
Nacional
del Ministerio
del Ministerio
Público,
Público,
No. 3,
No.
enero-junio
3, enero-junio
2012,2012
pp. 46-56
que establecía lo siguiente: “Art.66.- El Ministerio Público ante la Suprema Corte
de Justicia estará representado por el Procurador General de la República, perso-
nalmente o por medio de los sustitutos que la ley pueda crearle…”.1 De esa forma
tan precaria el Constituyente se referirá a cada uno de los funcionarios de este
órgano en los diferentes niveles del sistema de justicia dominicano sin establecer
una definición propia del Ministerio público, sus funciones y competencias.
La Constitución Dominicana del 26 de enero del año 2010 rompió de una
vez y por todas con esa anquilosada tradición de restarle importancia a esta
institución del Estado que juega un rol determinante en la vida en democracia
de las naciones. Como respuesta a la sentida necesidad de diferentes sectores
académicos, profesionales, actores del sistema de justicia, políticos y ciuda-
danos en sentido general, de que el Ministerio publico tuviera una definición
precisa en la Carta magna de la nación la asamblea nacional revisora decidió
dedicarle a la Institución del Ministerio Público todo el capítulo quinto con-
tenido en el Título quinto dedicado al Poder Judicial en la recién promulgada
Constitución política de enero del año 2010. La reforma no solo se limitó a
definirlo y a establecer sus funciones sino que abordó los temas relacionados a
su integración e incompatibilidades de sus miembros, al sistema de carrera y a
la creación de su órgano de gobierno interno. Precisamente el objetivo de este
artículo es dimensionar el salto cualitativo que ha producido la sociedad domi-
nicana al rediseñar la institución del Ministerio Público en su ordenamiento
interno sometiendo a sus miembros al beneficio de un sistema de carrera.
En efecto la Constitución en el artículo 173, al referirse a la carrera del Mi-
nisterio Público establece: “Artículo 173.- Sistema de carrera. El Ministerio Pú-
blico se organiza conforme a la ley, que regula su inamovilidad, régimen disci-
plinario y los demás preceptos que rigen su actuación, su escuela de formación
y sus órganos de gobierno, garantizando la permanencia de sus miembros de
carrera hasta los setenta y cinco años.”2
En la actualidad esa reserva de ley que hizo el asambleísta revisor ha sido
llenada por la Ley Orgánica del Ministerio Público no. 133-11 del nueve de
junio del año 2011, que destina los títulos tercero, quinto y sexto al órgano de
gobierno interno del Ministerio Público, a su régimen estatuario y su régimen
disciplinario, respectivamente . Son estos tres títulos de la Ley Orgánica del
[48] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
General de la República y el 50 % de los Procuradores Adjuntos de éste,
una vez nombrados en sus cargos deban abstenerse de participar en nin-
guna actividad político partidista durante el periodo en que ocupen esas
funciones so pena de ser sancionados disciplinariamente pues la inobser-
vancia de dicha prohibición constituye una falta muy grave que da lugar a
la destitución.5 Aunque el Procurador General de la República no está so-
metido al régimen disciplinario establecido en la Ley Orgánica así como
tampoco al juicio político previsto en los artículos 80 y 83 de nuestra
Constitución Política, lo cierto es que una conducta mostrada por este en
contravención de dicha prohibición expresa generaría una crisis de legiti-
midad de sus actuaciones que producirían ingobernabilidad a lo interno
del Ministerio Público así como falta de credibilidad hacia la comunidad
en sentido general, lo cual pudiera generar un proceso de interpelación
ante cualquiera de las Cámaras legislativas que diera al traste con la re-
comendación de destitución de este importante funcionario público.6 De
manera que la clase política solo podrá exigirles a los miembros de esta
institución aquellas conductas que sean compatibles con los Principios
Rectores de su actuación recogidos y desarrollados en el capítulo II del tí-
tulo I de la Ley Orgánica dentro de los que aparece por cierto el principio
de apoliticidad. Conforme este principio, los miembros del Ministerio
Público pueden objetar las Instrucciones Particulares que les dicten sus
superiores cuando se fundamenten en consideraciones político partida-
rias.7 Como se puede apreciar no existe ninguna justificación para que un
funcionario del Ministerio Público oriente sus actuaciones de investiga-
ción por factores de interés político partidista y eso definitivamente es
un extraordinario avance institucional que deberá madurar en la psique
de los que ostentan el privilegio de formar parte de esta Institución del
Estado y en los que conforman sus órganos de gobierno interno y gre-
miales.
2. Objetabilidad de las instrucciones impartidas por los superiores
jerárquicos cuando estas sean ilegales, arbitrarias o inconvenien-
tes. Algunos funcionarios del Ministerio publico pueden verse tentados
a traficar con el poder que le otorga la ley tratando de emitirles a los
[50] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
por la corrupción siempre estará latente. Esas posibilidades se exacerban
en la medida en que dicha actividad tenga por objetivo ejercer algún nivel
de poder sobre otros seres humanos. El rol del Ministerio Público es uno
de los más expuestos a esta tara social pues es este funcionario quien tie-
ne la posibilidad de perseguir a los infractores de la ley, solicitarles con-
denas, medidas cautelares que recaen sobre la persona y el patrimonio
de la gente. En fin se trata de un funcionario público con mucho poder
sobre sus conciudadanos y por lo tanto debe ser sometido a un estricto
sistema de control a fin de evitar el ejercicio abusivo de dicho poder. Es
por esta razón que la Ley Orgánica 133-11organiza un catálogo de obliga-
ciones, prohibiciones e inhabilitaciones8 que procuran que los miembros
del Ministerio Público se abstengan de realizar conductas o actividades
que socaven la imagen pública de honestidad, integridad, credibilidad y
moralidad del Ministerio Público o que cuestionen su independencia res-
pecto de los demás órganos públicos o de las demás partes del proceso.
Resultan de particular interés a fin de preservar la objetividad en la in-
vestigación de los hechos delictivos, las inhabilitaciones contenidas en
el art.80 de la referida ley. Mediante este catálogo de inhabilitaciones
deberán abstenerse de participar en una investigación aquellos represen-
tantes del Ministerio Público que tengan un interés personal o sean parte
de una investigación, que tengan vínculos de consanguinidad, afinidad o
tutor o curador con las partes o sus representantes legales en los grados
dispuestos por dicho artículo, tener una litis pendiente o una enemistad
capital con alguna de las partes, una relación de negocios o laboral con
los involucrados en una investigación, entre otras inhabilitaciones.9 El
párrafo del art. 80 hace aplicable su contenido a los miembros de la poli-
cía u otras agencias de investigación o seguridad y a cualquier auxiliar del
Ministerio Público en una investigación. A fin de que dichas disposicio-
nes no constituyan letra muerta la inobservancia de las mismas conlle-
va sanciones disciplinarias que pueden ser interpuestas por los órganos
disciplinarios correspondientes ante la denuncia fundamentada de cual-
quier usuario del sistema de justicia. Como se puede apreciar el régimen
estatutario del Ministerio Público pone al servicio de los ciudadanos y
ciudadanas las herramientas que facilitan la fiscalización de la conducta
pública y privada de los representantes del Ministerio público a fin de
9 Ver contenido del art.80 de la Ley Orgánica del Ministerio Público no.133-11.
[54] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
sionalidad, no pueden implicar condiciones menos favorables, vistas no sólo
desde una perspectiva objetiva (salarios, prestaciones, nivel del cargo, funcio-
nes, etc.) sino en el contexto subjetivo (costo de vida, relaciones familiares,
etc). De tal suerte, que si se produce una disgregación del núcleo familiar, como
en este caso, es indudable que ello se traduce en una desmejora de las condi-
ciones del servidor público trasladado. No hay que olvidar que la familia es una
institución de rango constitucional, a la que la Carta Magna le asigna el doble
carácter de “núcleo esencial” e “institución básica” de la sociedad, por este mo-
tivo merece amparo especial por parte de esta y del Estado. Al reconocerle el
constituyente esta calidad en el artículo 5º de la Carta, perteneciente al Título
Primero, estableció que la protección aludida a la familia es además un princi-
pio fundamental del Estado Social de Derecho Colombiano. El marco de pro-
tección a esta institución cobija aspectos tales como el patrimonio familiar, la
paternidad y maternidad responsable, la honra y las relaciones familiares; por
ello, no se compadece con la lógica que el Estado como protector y garante de
derechos fundamentales, desconozca uno de los más importantes cuando jue-
ga el papel de empleador, cual es el tener una familia y no ser separado de ella.
Verificado entonces que la administración con los actos acusados infringió las
normas en que debió fundarse, toda vez que el traslado del actor violó sus dere-
chos fundamentales en cuanto implicó unas condiciones menos favorables, la
Sala despachará favorablemente las pretensiones principales de la demanda.”13
Sobre el traslado en razón de la necesidad del servicio el Tribunal Constitu-
cional colombiano en la Sentencia T-532/98 se ha pronunciado en el sentido
siguiente:
“Conforme a la jurisprudencia de esta Corporación, conviene señalar que
la facultad de los nominadores para trasladar funcionarios para atender a las
razones del servicio administrativo se considera, en principio, ajustada a las
normas constitucionales y legales, sin que por la expedición de los correspon-
dientes actos pueda predicarse arbitrariedad o abuso del poder y menos aún
violación de los derechos de las personas; con mayor razón, en cuanto se con-
sidera que la adecuada y eficiente prestación del servicio público es piedra an-
gular sobre la cual se erigen la organización y funcionamiento del Estado. La
facultad de trasladar funcionarios debe obedecer a razones ciertas, objetivas y
fundadas de buen servicio administrativo, cuando se trata de funcionarios de
14 Enlace: http://www.notinet.com.co/serverfiles/servicios/archivos/constitucionales/T-532-98.HTM#_
ftn4. Retirado en fecha: 14 febrero 2012. El subrayado y el resaltado en negro es del autor del artículo.
[56] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Reflexiones en torno al régimen
de carrera del Ministerio Público
Juan Carlos Bircann Sánchez
RESUMEN abstract
Lo primero que resultaba indispensable modificar para The first thing necessary to modified to allow Public
permitir al Ministerio Público cumplir sus nuevas funcio- Prosecutors to fulfill their new roles were the constitutio-
nes eran las disposiciones constitucionales y su Ley Orgá- nal provisions and its organic law to define their structure
nica que definieran su estructura y funcionamiento. Dicha and function. This reform was carried out in parallel with
reforma se ha realizado de manera paralela a la del Código the Criminal Procedure Code, culminating with Law 133-
Procesal Penal, culminando en la Ley No. 133-11 que re- 11 which reflects the recommendations and demands of
coge las recomendaciones y reclamos de amplios sectores large sectors regarding the needs of autonomy and a ca-
respecto a la necesidad de que el MP sea una institución reer system to ensure the independence of their functions
autónoma y que se instituya sobre la base de un sistema and optimal quality based on the continuity and perma-
de carrera a fin de garantizar la independencia de sus nent training.
actuaciones y una óptima calidad de las mismas en base a
la continuidad de esfuerzos y formación permanente.
PALABRAS CLAVE
Carrera, derechos adquiridos, inamovilidad, independencia,
Ministerio Público, reforma constitucional.
«Reflexiones
Revista de la Escuela Nacional del
en Ministerio Público,
torno al régimen deNo. 3, enero-junio
carrera 2012,
del Ministerio pp. 57-63
Público» [57]
sión de vida, nuestro sistema jurídico ha recibido el soplo vivificante de nove-
dosas corrientes doctrinales que ha tocado la sensibilidad hacia el cambio en
las comunidades profesional y académica. Este boom legislativo no se limita a
los ámbitos del Derecho Penal y Procesal Penal, sino que invade positivamente
otras esferas como la legislación inmobiliaria y el régimen de las sociedades
comerciales. Actualmente se debaten en el Congreso los proyectos de reforma
a los códigos Civil y Procesal Civil.
El Ministerio Público, como órgano del sistema de justicia, ha salido forta-
lecido institucionalmente a raíz de estas importantes reformas, que culminan
en la Ley Orgánica del Ministerio Público (Ley No. 133-11. G. O. No. 10621,
del 9 de junio de 2011).
Anteriormente, a la luz de lo dispuesto por el Art. 3 de la Ley No. 78-03,
que consagraba el Estatuto del Ministerio Público, a partir de la fecha de su
publicación los miembros del Ministerio Público quedaban incorporados a la
Carrera; pero este mismo texto condicionaba de manera expresa su ingreso
a que cursaran “los estudios que se establecerán en virtud del reglamento que se
dictará para el funcionamiento de la Escuela Nacional del Ministerio Público”. Esta
misma ley fue que instituyó el Consejo General de Procuradores, que, entre
otras funciones, debía presentar al Ejecutivo el listado para la designación de
los miembros del Ministerio Público, con excepción del Procurador General de
la República y sus Adjuntos, conforme al Art. 24, de entre los que hayan sido
evaluados por la Escuela Nacional del Ministerio Público, “a partir de su entrada
en funcionamiento”.
Conviene precisar que la Escuela Nacional del Ministerio Público (ENMP)
inició sus funciones en lo que respecta a la reglamentación y aplicación de los
procedimientos de evaluación el 10 de abril de 2005. De ahí que a los nom-
bramientos contenidos en decretos anteriores a esa fecha se les haya dado el
carácter de provisionales, con la salvedad de que los así designados debían ser
evaluados y, si fuere de lugar, recomendados para su designación definitiva con-
forme al Art. 44 del Estatuto.
Con la reforma constitucional del 26 de enero de 2010 se obtiene un impor-
tante avance en el fortalecimiento institucional del Ministerio Público, sobre
todo al consolidar su régimen de Carrera y tornar protagónico su rol en la im-
plementación de la política criminal del Estado y la dirección funcional de la
investigación.
Precisamente, ese era el reclamo hecho por el Magistrado Procurador General
de la República, Dr. Radhamés Jiménez Peña, en la Conferencia Nacional del Mi-
[58] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
nisterio Público. En su discurso, pronunciado en fecha 25 de enero de 2007 en el
Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, entre otras cosas,
el Magistrado Procurador expresó: “Una de las debilidades históricas del Ministerio
Público ha sido la carencia de un sistema de carrera. Esto ha creado tres problemas fun-
damentales. Primero, ha impedido que estos funcionarios actúen con independencia en
el cumplimiento de sus funciones. La segunda dificultad es que la designación libre de
fiscales ha llevado en ocasiones a que ocuparan cargos dentro de la institución personas
sin la preparación o vocación mínimas necesarias para ellas… Tercero, la falta de carre-
ra implicaba que no existiera continuidad de esfuerzos ni de formación”.1
En el marco de esa misma tesitura se pronunció el Vicepresidente Ejecutivo
de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), Dr. Servio Tulio Casta-
ños Guzmán. En sus palabras de apertura a su acostumbrada Mesa Redonda
sobre Transparencia y Gobernabilidad, con el tema La Transparencia del Siste-
ma de Carrera del Ministerio Público: Ingreso y Evaluación, expresó: “La justicia
penal, quiérase o no, requiere de un Ministerio Público profesional y estable
con la misma intensidad que requiere jueces independientes” (2).
Ahora bien, si hacemos un ejercicio mental extrapolando a lo social la Ter-
cera Ley de Newton (Principio de Acción y Reacción), según la cual toda fuer-
za que actúa sobre un cuerpo recibe de éste una fuerza igual, pero en sentido
contrario, vemos que muchos de estos cambios generan fuerzas adversas. En
Psicología Social se le llama Resistencia al Cambio y es una forma de canalizar
la ansiedad que produce enfrentarse a una realidad nueva, a una dimensión
desconocida. En ese contexto es que surgen personas o grupos que promueven
la contra-reforma, levantando como bandera el populismo penal. Debo admi-
tir que se precisa gran esfuerzo para que, después de muchos años de repetir
rutinariamente procedimientos, completar formularios, actas y estudiar “ex-
pedientes”, tengamos que romper los viejos esquemas y asumir los nuevos pa-
radigmas dentro del proceso penal. Ese sentimiento de angustia lo experimen-
té cuando, con la nueva legislación en mis manos, veía en los estantes de mi
oficina las obras de Stefani, Levasseur & Bouloc, Bouzat & Pinatel, las cátedras
de Hipólito Herrera Billini, el Derecho Procesal Penal de Del Castillo, Pellerano
& Herrera y los enjundiosos tomos de Dalloz, a los que recurríamos como un
oráculo para sustentar nuestras defensas.
Así las cosas, no resulta extraño que aparezca gente que vea con recelo la
Carrera del Ministerio Público, como pasó en su oportunidad con la Carrera
[60] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Un aspecto que merece destacarse es que, aparte de la consagración de su
autonomía funcional en la Constitución (Art. 170), la misma ha sido concebida
de forma refleja a la del Poder Judicial. Por ejemplo, en el Art. 169 leemos que
el Ministerio Público “es el órgano del sistema de justicia…”. En el Art. 171 halla-
mos que para ser Procurador General de la República o uno de sus adjuntos se
precisan “los mismos requisitos que para ser juez de la Suprema Corte de Justicia”.
Finalmente el Art. 172 establece que el PGR es quien representa al Ministerio
Público ante la Suprema Corte de Justicia y que su representación “ante las
demás instancias judiciales” será determinada por ley.
Dentro de los dos modelos de organización del Ministerio Público en Amé-
rica Latina, a saber, como órgano extrapoder, situado fuera de los poderes tra-
dicionales del Estado, opción seguida por la mayoría de los países de la región
(Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú y
Venezuela), o como institución insertada dentro del Poder Judicial pero con
estatuto de autonomía funcional, la República Dominicana se inclinó hacia
este último.
En el documento Desafíos del Ministerio Público Fiscal en América Latina2 en-
contramos que “en forma paralela a la reforma de los códigos procesales penales,
buena parte de los países de la región han avanzado en modificaciones a los estatutos
legales que regían sus Ministerios Públicos”.3
En la Ley No. 133-11 el régimen de Carrera lo encontramos descrito en el
Art. 71, que reza así: “Miembros del Ministerio Público. La carrera del Ministerio
Público es autónoma y se rige exclusivamente por la Constitución, la presente ley y
los reglamentos adoptados por el Consejo Superior del Ministerio Público. El ingreso
a la carrera del Ministerio Público se realizará a través del cargo de Fiscalizador tras
haber aprobado un concurso público de oposición y el programa de capacitación de-
sarrollado por la Escuela Nacional del Ministerio Público. Los cargos de Procurador
General de la República y sus procuradores adjuntos no forman parte de la carrera
del Ministerio Público, aunque la mitad de estos últimos se integra con miembros de
la carrera”.
Como nadie resulta ajeno al contexto social en que vive y las instituciones se
constituyen con hombres y mujeres de carne y hueso, reales, existentes en una
realidad determinada, es menester tener en cuenta el universo social y político
3 Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA). Alfabeta Artes Gráficas; Santiago, Chile, 2006.
[62] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
clientelismo y la corrupción, fuente de impunidad y de la toma de decisiones
injustas y arbitrarias.
Por esta razón, aparte del blindaje constitucional, el legislador, en el Art.
110 de la Ley No. 133-11, estableció de manera clara lo siguiente:
Art. 110.- Derechos adquiridos. En la implementación de la presente ley se
asegurarán los derechos adquiridos de los funcionarios del Ministerio Público que
fueron incorporados como miembros de carrera al amparo de la Ley No. 78-03 y la
reglamentación respectiva.
¿Y cuáles son esos derechos? Los que están enumerados en los Arts. 73 y 74
de la Ley No. 133-11, que se definen como generales y especiales, respectiva-
mente. Entre estos últimos está la garantía de inamovilidad en el cargo, salvo
que se incurra en alguna causal de destitución prevista en la misma ley. Huelga
decir que en el anterior Estatuto la inamovilidad en el cargo estaba prevista en
el Art. 75-A.
Como puede verse, aquellas propuestas hechas por el Magistrado Procura-
dor General de la República en el Aula Magna de la UASD fueron incorporadas
a la Constitución y posteriormente desarrolladas con amplitud en la Ley Orgá-
nica del Ministerio Público. Así las cosas, al momento de presentar dicha ley,
en un breve mensaje el Magistrado expresó: “El mayor logro institucional lo cons-
tituye el establecimiento de un Sistema de Carrera para garantizar la permanencia
de sus integrantes hasta los 75 años de edad, y promover sus ascensos, separando así
la función de las actividades políticas partidarias”.4
RESUMEN abstract
El crimen organizado en sus diversas modalidades es Organized crime in its various forms is a reality that
una realidad que traspasa nuestras fronteras. Este flagelo transcends our borders. This scourge is one of the main
constituye uno de los factores principales del atraso y sub- factors of backwardness and underdevelopment of our
desarrollo de nuestros países, sin embargo, ha evoluciona- countries, however, it has evolved together as developed
do conjuntamente como avanzan las sociedades desarrolla- societies advance. In this sense, international legal coo-
das. En ese sentido, la cooperación jurídica internacional es peration is the most effective tool for States in combating
el instrumento más eficaz con que cuentan los Estados a la transnational organized crime effectively.
hora de combatir eficientemente la Delincuencia Organiza-
da Transnacional.
PALABRAS CLAVE
Crimen organizado, extradición,
cooperación jurídica, investigación, Europol.
Introducción
Revista
[64] Revista
de la de
Escuela
la Escuela
Nacional
Nacional
del Ministerio
del Ministerio
Público,
Público,
No. 3,
No.
enero-junio
3, enero-junio
2012,2012
pp. 64-77
de ser una cuestión burocrática para convertirse en una de las herramientas
esenciales para el combate de esta realidad.
Debido a las características de estos fenómenos delincuenciales, donde los
impetrantes se caracterizan por las facilidades de insertarse en las esferas le-
gales e ilegales, dentro de las actividades políticas y económicas de los Estados,
muchas veces teniendo consecuencias nefastas para nuestro sistema democrá-
tico, debemos estar alertas ante esta realidad y, según el rol que nos toca des-
empeñar, poner todo nuestro esfuerzo para combatir estas acciones delictivas
que tanto daño hacen a nuestra sociedad.
Cada día, el crimen organizado, con sus fuertes niveles de corrupción, de-
viene en más sofisticado y complejo. El tráfico de armas y municiones, trafico
de drogas, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, corrupción, lavado
de activos, cyber crime o delitos cibernéticos, terrorismo, etc., son actividades
bastantes prolíferas, con una estructura orgánica bastante compleja y con ten-
táculos o ramificaciones bastante fuertes, tanto a lo interno como a lo externo;
es por esto, que son denominadas industrias del crimen.
Ahora bien, combatir estos fenómenos de forma aislada no es una tarea fá-
cil, es por esto que debemos verlos como un circuito o un todo, donde se hace
necesario el esfuerzo aunado de los países cuyos intereses han sido lesionados
y su seguridad jurídica vulnerada. Para esto, se hace menester contar con me-
canismos ágiles y eficientes de cooperación, con el conocimiento claro de que
el crimen organizado no respeta fronteras.
Luego de esta breve contextualización de las tendencias actuales de la crimi-
nalidad, quiero pasar a esbozarles de una manera conceptual en que consiste
entonces la Cooperación Internacional y dentro de esta, hacer referencia a una
de sus modalidades: La Extradición.
Las relaciones entre los Estados se enmarcan dentro de una esfera de igual-
dad, equidad, reciprocidad, cooperación, autodeterminación y sobretodo de
respeto a la soberanía de los pueblos.
La cooperación internacional en materia penal se rige a partir de los acuer-
dos bilaterales o multilaterales suscritos y ratificados por los países, y en su au-
sencia por los principios generales de derecho internacional de voluntariedad
y reciprocidad.
a) En el derecho interno:
1. Constitución de la República Dominicana: Artículo 26, 74 numeral 3,
93 letra 1, 128 numeral 1, letra d y 3b; 185 numeral 2. En estos textos se consa-
gran en la norma constitucional, el Bloque de Constitucionalidad y la posición
[66] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
del Estado Dominicano en cuanto a los acuerdos internacionales y la obligación
de reconocerlos como parte de su derecho interno.
2. Leyes adjetivas:
Como miembro del Ministerio Público, debo destacar en primer orden lo es-
tipulado en la Ley Orgánica del Ministerio Público, 133-11 de fecha 9 de Junio
de 2011, donde se consagra, dentro de las funciones del Procurador General de
la República, específicamente en el Art. 30 numerales 23, 24 y 25, las de coor-
dinar la cooperación judicial internacional, representar al Ministerio Público
en los organismos internacionales y la firma de convenios internacionales con
entidades extranjeras.
Esta disposición de la Ley del Ministerio Público, amplía el campo de acción
del Procurador General de la República, como autoridad central de la mayoría
de los convenios internacionales en materia de Cooperación Jurídica Interna-
cional, por lo que deviene en ser una pieza clave en la Lucha contra la Delin-
cuencia Organizada Transnacional.
-Multilaterales:
• Convención de Derecho Internacional Privado (La Habana 20/02/1928),
Código de Derecho Internacional Privado (Código de Bustamante). Art.
388 (Exhorto o Comisiones Rogatorias) y Art. 344 (Extradición). Publi-
cada en la Gaceta Oficial no. 4042 del 2 de enero de 1929, depósito co-
rrespondiente en fecha 12 de marzo del 1929).
[68] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
• Convención sobre Extradición suscrita en Montevideo, Uruguay, adoptada
en la 7ma Conferencia Internacional Americana de fecha 26 de diciembre
de 1933 ( publicada en Gaceta Oficial no. 426 de fecha 17 de octubre de
1934, depósito correspondiente en fecha 26 de diciembre de 1934).
• Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Tratados de fecha
23 de mayo de 1969 (ejecución provisional). Adhesión el 1 de abril de 2010.
• Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefa-
cientes y Sustancias Sicotrópicas (suscrita en Viena, en fecha 20 de di-
ciembre de 1988). Art. 7 (Asistencia Internacional), Art. 6 (Extradición)).
Adhesión 21 de Septiembre de 1993.
• Convención Interamericana contra la Corrupción Adoptada en Caracas,
Venezuela, en fecha 29/03/1996. Articulo 14 (Asistencia Internacional)
y Articulo 13 (Extradición). Depósito del Instrumento de Ratificación 8
de junio de 1999.
• Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional de fecha 15 de noviembre del 2000. Art. 18 (Asistencia In-
ternacional) y Art. 16 (Extradición), ratificada el 26 de Octubre de 2006.
• Convenio sobre los aspectos civiles de la sustracción internacional de Me-
nores, firmado en la Haya el 25 de octubre de 1980 (Resolución del Con-
greso Nacional 177-04, promulgada por el Poder Ejecutivo 24/05/2004,
depósito del instrumento de adhesión 11/08/2004).
• Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relati-
vo a la venta de Niños, la prostitución infantil y pornografía infantil. (Re-
solución del Congreso Nacional no. 362-06, promulgada por el Poder Eje-
cutivo 03/10/2006, depósito del instrumento de adhesión 06/12/2006).
• Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de personas, espe-
cialmente mujeres y niños que complementa la Convención de las Nacio-
nes Unidas sobre la Delincuencia Organizada Transnacional de fecha 15
de noviembre de 2000 ( Resolución del Congreso Nacional no. 492-06,
promulgada por el Poder ejecutivo el 22/12/2006, depósito del instru-
mento de Adhesión 05/02/2008).
[70] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
B. Exhortos:
Son las comisiones que libran las autoridades judiciales a un agente diplo-
mático o consular para que adelante determinadas diligencias, las cuales serán
aportadas a un proceso o investigación. Entre las más frecuentes se encuen-
tran: notificación personal de decisiones judiciales, interrogatorios de partes,
entrevistas, recepción de elementos materiales probatorios, testimonios, pre-
sentaciones personales, videoconferencias, entre otros.
• En el diligenciamiento de una comisión rogatoria se debe tener en cuenta
que el agente diplomático o consular:
• No tiene poder coercitivo ni conminatorio.
• No puede ejercer coacción sobre las personas o bienes para la práctica de
la diligencia.
• No puede hacer uso de la fuerza pública para la ejecución de la comisión.
• Este tipo de comisión opera generalmente cuando se trata de diligencias
relacionadas con ciudadanos del país requirente en el exterior.
• En algunos países existe una legislación restrictiva que exige que las dili-
gencias judiciales relacionadas con sus nacionales necesariamente tienen
que surtirse a través de sus propias autoridades (carta rogatoria: Italia,
Argentina, Alemania, Medio Oriente etc.).
• No es viable solicitar a un cónsul la obtención de información que esta
amparada por reserva, como es el caso de la información bancaria, finan-
ciera o comercial.
• Si se trata de pruebas que deban ser practicadas, se especificaran los re-
quisitos especiales para su recepción y se darán las informaciones adi-
cionales que se consideran útiles para el adecuado cumplimiento de la
comisión.
• Para la recepción de los testimonios, se especificarán los hechos concre-
tos sobre los cuales debe versar el interrogatorio y se deberá acompañar
el cuestionario respectivo.
C. Notas Suplicatorias:
Son las solicitudes de asistencia judicial elevadas a las representaciones di-
plomáticas acreditadas ante los gobiernos. Se tienen que hacer vía diplomática,
esto es, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores (Cancillería). Su fina-
-Requisitos:
En la mayoría de los Tratados de Extradición se requiere que el Estado re-
quirente demuestre la existencia de causa para enjuiciar o castigar al requerido;
que el delito imputado se haya tipificado como tal en la legislación penal del
Estado requerido como en la del Estado requirente (Principio de doble incri-
minación).
[72] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Se establece la extradición con respecto a las personas procesadas o conde-
nadas por las autoridades de un Estado y que se encuentre en el territorio de
otra. Para ello se requiere que la condena o proceso en el otro Estado sea de
cierta gravedad: una condena superior a un año, un proceso por un juicio del
que pueda resultar sanción superior a dos años.
Se solicita además que el Estado requirente tenga jurisdicción para conocer
y fallar el delito. No se extraditará hacia los Estados que tengan pena de muerte
y en caso de que el mismo delito por el que se requiere a un individuo ya haya
sido juzgado en el Estado requerido (principio del non bis in idem).
-Clasificación:
• Activa: Acto de petición del país requirente al país donde se encuentra el
individuo (Estado requerido)
• Pasiva: Es el que recae en el Estado requerido (captor o poseedor) de la
persona requerida (Estado requirente)
A modo de observación, debo resaltar que la extradición en la mayoría de los
tratados en vigor experimenta ciertas limitaciones. Una de las más relevantes
es la de la nacionalidad de la persona requerida. Por regla general, la mayoría
de los Estados niegan la extradición de sus propios nacionales. Solo existen seis
Estados que se han mostrado dispuestos a entregar a sus propios nacionales,
estos son: Reino Unido, Estados Unidos, Argentina, República Dominicana,
Uruguay y Colombia. Los demás países niegan la extradición de sus nacionales
e incluso esta previsto en su Constitución.
En cuanto al derecho internacional se establece la obligación de extraditar,
sin embargo cuando se trata de nacionales del Estado requerido la entrega es
facultativa, pero, en caso de denegación queda la obligación subsidiaria de que
se juzgue al delincuente y comunicar el fallo al Estado requirente.
[74] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
competente tiene la facultad de ordenar el trámite de su extradición, a petición
del Ministerio Público o de las partes.
Nuestra experiencia ha sido muy pobre, ya que de los Estados Unidos de
Norteamérica solo hemos logrado extraditar a un solo norteamericano de as-
cendencia dominicana que cometió un crimen en Santiago de los Caballeros,
trámite de extradición que duró aproximadamente 5 años.
[76] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
menos corruptible, y por tanto, la consolidación de la anhelada institucionali-
dad.
Desde el rol que nos toca jugar en el proceso penal, entendemos que debe-
mos reafirmar el compromiso de mejorar el sistema investigativo en materia
criminal, fomentar el trabajo interdisciplinario mediante equipos especiali-
zados de investigación y sobre todo el intercambio de experiencias con otras
Fiscalías para generar conocimientos de la actividad criminal organizada, si
en verdad queremos luchar y obtener resultados eficaces en la lucha contra el
Crimen Organizado.
RESUMEN abstract
La Ley Orgánica del Ministerio Público ha adoptado en The Public Prosecutors Organic Law has adopted Ar-
su artículo 20, como parte del Principio de Responsabilidad ticle 20, as part of the Principle of Responsibility that go-
que gobierna sus actuaciones, un régimen de responsabili- verns its actions, a civil liability regime of its members and
dad civil de sus miembros y del Estado, por las faltas en el the State, for the faults in the performance of the function,
desempeño de la función, que no tiene ningún precedente which has no precedent in the Dominican Republic. The
en la República Dominicana. La pieza le brinda una única piece provides a single action to the injured and the same
acción al perjudicado, y la misma debe dirigirse a la juris- should be directed to the administrative court against both
dicción contencioso administrativa, tanto contra el Estado the State and against the servant. By studying the prece-
como en contra del “funcionario”. Al estudiar los preceden- dents in France, and analyzing more carefully the text, the
tes en Francia, y al analizar más cuidadosamente el texto, el author suggests that perhaps was a mistake to adopt this
autor sugiere que tal vez fue un error adoptar este régimen system in the country, being more in accordance to execu-
en el país, por ser más acorde a los funcionarios del Poder tive branch public servants, in wich are not included pro-
Ejecutivo, entre los cuales no están los miembros del Mi- secutors.
nisterio Público.
PALABRAS CLAVE
Ministerio Público, principio de responsabilidad, responsabilidad
civil, funcionario, falta civil, falta administrativa, falta penal, tribu-
nal contencioso administrativo, Constitución, Poder Judicial, Poder
Ejecutivo, administración pública.
[78] Revista
Revista de la de la Escuela
Escuela Nacional
Nacional del Ministerio
del Ministerio Público,
Público, No.
No. 3, 3, enero-junio
enero-junio 2012,2012
pp. 78-84
Uno de los puntos más llamativos para quien escribe, al revisar el texto de
la “LOMP”, fue precisamente el peculiar régimen de responsabilidad civil por
las actuaciones de estos depositarios del poder público, que se aparta de todo
precedente en la República Dominicana y en Francia. Si bien se trata de un ré-
gimen establecido en un solo artículo, ya veremos la contundencia de los cam-
bios que este implica. El artículo de la “LOMP” que da lugar a nuestro análisis,
en lo que sigue de este trabajo, es el que a continuación se copia:
“Artículo 20.- Principio de responsabilidad. Los integrantes del Ministerio
Público serán sujetos de responsabilidad penal, civil y disciplinaria, de con-
formidad con las normas legales correspondientes. El Estado será responsa-
ble solidariamente por las conductas antijurídicas o arbitrarias del Ministerio
Público. La acción para perseguir esta responsabilidad patrimonial en la juris-
dicción contencioso administrativa prescribirá en un año, contados desde la
ocurrencia de la actuación dañina. Cuando haya mediado dolo o culpa grave
del funcionario, el Estado podrá repetir las sumas pagadas realizando el cobro
respectivo a quien causó el daño”2.
Contrario a lo que ocurre con la responsabilidad disciplinaria de los miem-
bros del Ministerio Público, que fue objeto de una extensa regulación en el
Título VI de la “LOMP” (Ver artículos 84 al 100), este texto escueto parece que
dará mucho de qué hablar, dadas las líneas grises que demarcan, precariamen-
te, las implicaciones de su inminente aplicación.
En la jurisprudencia francesa, siempre ha sido claro que el derecho civil so-
bre la responsabilidad por el hecho del otro, y entre ella la de los comitentes
por el hecho de sus mandatarios o preposés, no es adecuado para cimentar la
responsabilidad del Estado por el hecho de sus funcionarios (Cfr. Civ. 7 juill.
1953, D., 1953, 644). Esta verdad de Perogrullo se ha sustentado en múltiples
hechos incontestables, entre ellos la diferencia ostensible que existe entre el
simple contrato de mandato (regulado por los Arts. 1984 y siguientes del Có-
digo Civil), y el hecho de estar investido con las facultades constitucionales
para el ejercicio de un cargo público, sea o no electivo (Colmar, 13 oct. 1924,
D.P. 1925, 2, 59, note Devaux). A partir de este principio, los franceses extraje-
ron las siguientes conclusiones: i) cuando el órgano de la administración actúa
como poder público, realizando actos de gobierno, entonces no compromete su
2 Este artículo difiere sustancialmente de su equivalente en el viejo Estatuto del Ministerio Público,
que leía: “Los representantes del Ministerio Público serán sujetos de responsabilidad penal, civil y
disciplinaria de conformidad con las normas legales correspondientes”.
«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [79]
responsabilidad; ii) la incompetencia de los tribunales civiles para conocer de
las acciones en responsabilidad por los actos de la administración; iii) una con-
cepción de la falta en el servicio administrativo diferente a la falta en el sentido
que se ha aplicado la ley civil; iv) responsabilidad del Estado sin falta probada o
presumida; v) admisión o no de responsabilidad según el carácter necesario del
servicio, conciliándolo con los poderes y derechos de la administración; y vi)
irresponsabilidad personal de los funcionarios, de tal suerte que la administra-
ción no tiene en contra de ellos la acción en repetición que a la postre tendría
el comitente condenado (contra su mandatario o preposé) en el derecho de la
responsabilidad civil ordinario (Cfr. Lalou, Henry; “Traité Pratique de la Res-
ponsabilité Civile”, 5eme. Edition, Dalloz, Paris, 1955, p. 855).
A simple vista, es notorio que las “reglas de oro” francesas sobre la respon-
sabilidad civil de la administración y de sus funcionarios, han sido tomadas en
cuenta por la “LOMP”, aunque con importantes variaciones. Por ejemplo, en
ambos casos las acciones en responsabilidad contra el Estado parecen ser de la
competencia exclusiva de la jurisdicción contencioso administrativa.
Pero mientras en Francia la administración sería, en principio, la única res-
ponsable, sin contar con una acción en repetición en contra del funcionario
que haya cometido el acto que comprometa la responsabilidad del órgano ad-
ministrativo, la “LOMP” se esmera en dejar claro que “en caso de dolo o culpa
grave del funcionario”, habrá una acción en repetición del Estado en contra del
funcionario. Igualmente, mientras en Francia es responsable la administración
sin que ello arrastre al funcionario, en la “LOMP” dominicana es el Estado que,
sin importar el carácter leve de la falta del funcionario, deviene en civilmente
responsable, de manera solidaria, por la actuación del representante del Minis-
terio Público que haya incurrido en la falta.
Ante la realidad que se devela ante nuestros ojos, cabe preguntarse si era
o no conveniente, o al menos ortodoxo, introducir los cambios que trajo la
“LOMP” en esta materia, estableciendo el mismo régimen tanto para la acción
en responsabilidad en contra del Estado como para la acción en responsabili-
dad en contra de los funcionarios3. No estoy convencido de que la respuesta
afirmativa sea la correcta a esta última interrogante…
La mayoría de los autores que he consultado sobre el tema establecen dis-
tinción entre responsabilidad del funcionario y responsabilidad del Estado (o
3 Usamos el término “funcionario” en algunos casos, para usar la terminología de la “LOMP”, aunque no
creemos que sea correcto para designar los miembros del Ministerio Público.
[80] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
de la Administración), por un lado, y de otro lado tratan de fijar criterios de
distinción entre las faltas personales de los funcionarios y las faltas en la pres-
tación de los servicios públicos que comprometen la responsabilidad de la ad-
ministración. Siguiendo la jurisprudencia francesa citada más arriba, solo las
faltas administrativas deberían generar la responsabilidad civil del Estado en
ese país, en cuyo caso la competencia sería arrastrada al tribunal contencioso
administrativo. En cambio, siempre hablando de la situación en el país galo,
cuando la falta fuera personal del funcionario, es claro que la acción en respon-
sabilidad sería llevada, en dicha nación, ante los tribunales civiles ordinarios.
Esa distinción parece muy lógica, pues las relaciones de la administración
con un particular, en ocasión de la prestación de un servicio público, son un
tema de la evidente competencia del derecho administrativo, y no así la comi-
sión de una falta extraña a la prestación misma del servicio, aunque sea come-
tida por el propio funcionario llamado a prestarlo.
También hay que tener en cuenta que la distinción que nos ocupa parece
estar orientada, en Francia, a respetar la separación de los Poderes del Estado,
de modo que una decisión de la autoridad judicial no pueda interferir con las
decisiones de otro Poder del Estado, en este caso con el Poder Ejecutivo, y difi-
cultar la buena marcha de las oficinas públicas con persecuciones bochornosas
contra los funcionarios. Si la falta fuera cometida en ocasión de la prestación
del servicio público, el afectado debería conformarse entonces, en Francia,
con la indemnización del Estado, sin que el funcionario pueda ser demandado
personalmente ni por el afectado ni por el propio Estado (Cfr. Trib. Confl. 24
févr. 1906, D. P. 1907, 3, 102; Trib. Confl. 8 juin 1907, D.P. 1909, 3, 18; Civ. 16
nov. 1908, D.P. 1910, 1, 423; civ. 12 juin 1923, D.P. 1926, 1, 232; Colmar, 13
oct. 1924, D.P. 1925, 2, 59, note Devaux; Paris, 30 juill. 1942, Gaz. Pal. 13 oct.
1942).
Las reglas francesas anteriormente expuestas, que sin dudas ofrecen una
solución más conveniente para el Estado, fueron dejadas de lado por el legisla-
dor nacional al redactar el Art. 20 de la “LOMP”, en la que tampoco se estable-
cieron criterios para distinguir entre las faltas personales de los representantes
del Ministerio Público y aquellas faltas o deficiencias en la prestación del ser-
vicio público a su cargo. De aquí se deduce que el Estado Dominicano podría
ser condenado como solidariamente responsable de indemnizar a personas
afectadas por faltas que no necesariamente estarían vinculadas directamente
con la prestación de un servicio público, aunque fueran cometidas por algún
representante del Ministerio Público desde su despacho oficial, defraudando la
«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [81]
confianza de quienes lo invistieron con los poderes inherentes a una función
pública de la cual éste abuse.
El criterio usado por la jurisprudencia francesa, para determinar que el Es-
tado no es responsable por la actuación personal de un funcionario, es total-
mente opuesto al seguido por la “LOMP”: si el agente se ha servido de su fun-
ción para satisfacer sus propios intereses, ambiciones o pasiones (es decir, si
comete faltas graves), entonces en Francia comete una falta personal, de la cual
no es responsable el Estado (Cfr. Civ. 5 janv. 1921, D.P. 1921, 1, 17); en cambio,
en República Dominicana, la comisión de ese tipo de faltas por los miembros
del Ministerio Público, convierte al Estado en “solidariamente responsable” de
tales faltas.
Podría argumentarse, en beneficio de la disposición legal dominicana bajo
escrutinio, que el Estado tiene la solvencia que no tiene ninguno de sus ser-
vidores, y que la norma tiende a proteger a los administrados. Sin embargo,
esos nobles fines pueden garantizarse instituyendo una póliza de seguros obli-
gatoria para cubrir la responsabilidad por las actuaciones de los representan-
tes del Ministerio Público, a cargo de cada uno de ellos, lo cual podría incluso
generalizarse para todas las profesiones jurídicas y para todos los servidores y
auxiliares de la justicia.
No obstante lo anterior, existen situaciones en las cuales una misma falta
puede ser considerada al mismo tiempo como una falta penal y como una falta
administrativa, cuando el acto delictivo esté estrechamente ligado al cumpli-
miento de la función, de la cual no se distingue ni podría ser separado el de-
lito (Douai, 4 mars 1935, D.P., 1936, 2, 51). Sólo se ha admitido una solución
contraria, en Francia, cuando el funcionario culpable de una infracción a la ley
penal se haya alejado o separado del ejercicio de sus funciones (Nancy, 22 févr.
1940, D.H., 1940, 139).
Continuando con el análisis sobre la pertinencia o no de haberse inspirado
en la responsabilidad por los hechos de los funcionarios de la administración
pública, al votar la “LOMP”, cabe destacar que el tantas veces citado artículo
20 de esta ley se refiere a los miembros del Ministerio Público como “funciona-
rios”. Desde nuestra humilde óptica, ese término suele utilizarse para designar
a los miembros de cierta jerarquía dentro de la administración pública, dirigida
por la rama ejecutiva del Estado. Por ese motivo no luce castiza ni ortodoxa su
utilización en el caso de los miembros del Ministerio Público, además de ser
contrario a nuestro diseño constitucional. No es casual entonces que cuando
la Constitución, dentro de su Título IV dedicado al Poder Ejecutivo, específica-
[82] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
mente en el Capítulo III relativo a la Administración Pública, use permanente-
mente la palabra “funcionario” (o su plural) para referirse a los miembros de la
administración pública.
Por demás, si bien el Procurador General de la República y la mitad de sus
adjuntos seguirán siendo designados por el Presidente de la República (Artí-
culos 171 de la Constitución; 28 y 31 de la “LOMP”), es particularmente rele-
vante para esta explicación que las disposiciones constitucionales relativas al
Ministerio Público están ubicadas en el Título V, Capítulo V, de la Constitución,
dedicada al Poder Judicial, y no en el Título IV, que ya vimos está dedicado al
Poder Ejecutivo.
Coherente con ese criterio, el constituyente no habla jamás de “funciona-
rios” dentro del apartado dedicado al Ministerio Público, sino que se refiere
a “integrantes del Ministerio Público” (Art. 171 de la Constitución), a que el
“Ministerio Público estará integrado por…” (Art. 172 de la Constitución), a
“representantes” (Art. 172 de la Constitución), evitando en todos los casos uti-
lizar el término que criticamos.
Ante tantas situaciones jurídicas contrarias a la posición asumida por la
“LOMP” sobre este aspecto, cabe preguntarse entonces cuál ha sido en Francia
el régimen adoptado para poder perseguir la responsabilidad civil de los inte-
grantes del Ministerio Público.
Los artículos 505 y siguientes del Código de Procedimiento Civil establecen
un procedimiento para las acciones en responsabilidad civil en contra de los
jueces, el cual, además de ser prácticamente letra muerta, es de la competencia
de la Suprema Corte de Justicia (Ver Art. 509 del Código de Procedimiento
Civil Dominicano, idéntico al del Código de Procedimiento Civil Napoleónico –
Ancien Code-). Es evidente que una interpretación literal del texto mencionado
(Art. 509 del Código de Procedimiento Civil) conduce a rechazar su aplicación
a las demandas en responsabilidad civil en contra de los representantes del Mi-
nisterio Público, por una razón muy contundente: los fiscales no son jueces. No
obstante, la jurisprudencia francesa ha optado por aplicar este procedimiento
a todas las acciones en responsabilidad civil en contra de servidores judiciales,
incluidos los representantes del Ministerio Público (Trib. Civ. Caen, 12 juin
1849, D.P. 1850, 3, 30; Bençanson, 23 juin 1873, D.P. 1874, 2, 145)4.
4 La jurisprudencia en ese sentido no es firme. Existen en Francia tantas decisiones a favor como en
contra de esta postura, en un constante vaivén.
«La responsabilidad civil por las actuaciones del Ministerio Público» [83]
La información contenida en el párrafo anterior es muy trascendente, pues
denota que si bien es cierto que, mucho antes de que en Francia se estableciera
un régimen especial de responsabilidad civil por los hechos de la administra-
ción, ya la responsabilidad civil de los miembros del Ministerio Público había
sido objeto de una regulación por vía pretoriana, mucho más conveniente a los
afectados que aquella contenida en el Art. 20 de la “LOMP”, y más respetuosa
de la real posición del Ministerio Público dentro del aparato Estatal.
A modo de conclusión, me permito tomar prestada la frase “a veces, menos
es más”. Por tanto, al dársele una redacción tan ambiciosa al artículo 20 de la
“LOMP”, se incurrió en la poco elegante situación de adjudicarle a las acciones
en responsabilidad civil por los hechos del Ministerio Público un régimen to-
talmente ajeno e inadecuado para dicha institución, que no forma parte de la
administración pública ni es una dependencia del Poder Ejecutivo. Estoy con-
vencido de que una mejor salida habría sido que la “LOMP” adoptara expresa-
mente, para las acciones en responsabilidad contra los miembros del Ministe-
rio Público, el procedimiento de los artículos 505 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, relativo a las demandas en responsabilidad civil en contra
de los jueces.
No obstante, una vez sean aprobados todos los reglamentos necesarios para
que sea aplicada la “LOMP”, momento hasta el cual su aplicación queda sus-
pendida, quedando vigente de manera provisional el expresamente derogado
Estatuto del Ministerio Público (¡!)5, tendremos ocasión de ver cómo funcio-
nan en la práctica las acciones en responsabilidad civil por las actuaciones de
los miembros del Ministerio Público.
[84] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
Ministerio Público y Cuerpo Técnico de Investigación.
Análisis para el caso dominicano
Orlidy Inoa Lazala
RESUMEN abstract
El Ministerio Público, a raíz de la promulgación del Có- The Prosecution, following the enactment of the Cri-
digo Procesal Penal vigente, adquiere una nueva dimensión minal Procedure Code, acquires a new dimension in crimi-
dentro del proceso penal, ahora convirtiéndose en el Di- nal procedure, becoming the Director of Criminal Investi-
rector de la Investigación. Esto necesariamente ha llevado gation. This necessarily led to the need for the assistance
a la necesidad de contar con la colaboración de un cuerpo of a technical investigation team to provide support in the
técnico de investigación que le dé apoyo en la labor de in- investigation and prosecution of crimes. In this paper we
vestigación y persecución del delito. En el presente trabajo analyze the dominican legal framework, and a brief com-
se hace un análisis del marco jurídico dominicano, además parative analysis.
de un breve análisis comparado.
PALABRAS CLAVE
Ley Orgánica del Ministerio Público, Código Procesal Penal,
policía técnico-judicial, cuerpo de investigaciones.
I. Introducción.
Contexto jurídico
Abogada, especialista en Derecho Pro-
cesal Penal. Gerente de Políticas Públicas,
Con la promulgación del Código Pro- Investigación y Análisis de la ENMP,
cesal Penal (CPP), Ley 76-02, se estable- donde también ha sido docente.
ció un nuevo paradigma en el procesa-
miento, persecución e investigación de
los crímenes y delitos. La figura del Mi-
nisterio Público adquirió funciones este-
lares dentro del proceso, dejando de ser
un mero tramitador del juez para conver-
tirse en el verdadero motor de la acción
penal y de la resolución de los conflictos,
en el director de la investigación penal. datoS de la autora
[86] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
par en actividades policiales diferentes de las que les asigne el Ministerio Público en
el marco de sus atribuciones.
En todo caso, los miembros de este Cuerpo Técnico de Investigación depen-
derán funcionalmente del Ministerio Público, y la autoridad administrativa
policial no podrá darle órdenes ni instrucciones de ningún tipo.
a. Chile
Chile cuenta con la Policía de Investigaciones, cuerpo cuya estructura ad-
ministrativa fue tomada de la policía francesa (inspector, comisario, prefecto).
A partir del Decreto Supremo No. 5.115, del 26 de diciembre de 1932, se se-
paró de los Carabineros la Sección de Seguridad de la Policía de Investigaciones
y se la declaró en reorganización. Posteriormente, la Ley No. 5.180, del 19 de
junio de 1933, consagró la autonomía administrativa del servicio, establecien-
b. Colombia
En Colombia la ley establece como órganos de Policía Judicial, los de carác-
ter permanente, supletorio y transitorio.
Dentro de los órganos que ejercen funciones de Policía Judicial con carácter
permanente, se cuentan los servidores investidos de esta función que hacen
parte (CPP, art. 201), del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), adscrito a la
Fiscalía General de la Nación, de la Policía Judicial de la Policía Nacional (Dec.
1512 de 2000, art. 38) y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
Adicionalmente, ejercen funciones permanentes de Policía Judicial de ma-
nera especial dentro de su competencia, la Procuraduría General de la Nación,
la Contraloría General de la República, las Autoridades de Tránsito, los Direc-
tores de los establecimientos de reclusión y el personal de custodia y vigilancia,
conforme con lo señalado en el Código Penitenciario y Carcelario, los Alcaldes
municipales y los Inspectores de Policía (CPP, art. 202).
Ejercen transitoriamente funciones de Policía Judicial, los entes públicos
que por resolución del Fiscal General de la Nación hayan sido autorizados para
ello. Estos deberán actuar conforme con las autorizaciones otorgadas.
De manera supletoria, la Policía Nacional ejerce funciones de Policía Judicial
en los lugares del territorio nacional donde no existe un cuerpo investido de la
referida función de manera permanente.
En Colombia se sigue el modelo dominicano, pues existe una Dirección de
Investigación Criminal adscrita a la Policía Nacional, []que ejerce las funciones
de Policía Judicial, llevando a cabo la investigación penal por iniciativa propia
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o por orden impartida por la Fiscalía General de la Nación. Esta dirección tiene
competencia territorial.
A su vez, la Fiscalía General cuenta con un Cuerpo Técnico de Investigación
que asume las funciones más técnicas como los servicios forenses, de genética
y de administración de la información técnica y judicial que sirve de base para
las investigaciones penales. En nuestro caso esto sería el INACIF.
c. España
La Policía Judicial en España es un órgano auxiliar de los órganos jurisdic-
cionales, es decir, del Poder Judicial y del Ministerio Fiscal, que tiene por obje-
to investigar los delitos públicos que se cometan en el territorio, practicar las
diligencias necesarias para comprobarlos, descubrir a los delincuentes, recoger
todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito, y entregarlos a la autori-
dad judicial y/o fiscal en su caso.
De acuerdo a su configuración, organización y principios de actuación y fun-
ciones, la Policía Judicial se puede abordar en dos aspectos:
En el proceso penal deben respetar y hacer cumplir la Constitución españo-
la, velando al mismo tiempo por los derechos fundamentales de las y los ciuda-
danos y por la mejor eficacia posible de la investigación criminal.
Su función es de carácter auxiliar, pues ni son el órgano acusador, ni tam-
poco el decisor, aunque su actuación tiene gran importancia en la instrucción
de la causa. Por eso la Policía Judicial es una clase de personal no jurisdiccional
auxiliar.
En España, como aquí, ni el juez ni el Ministerio Fiscal pueden investigar
por sí los delitos, pues ni tienen las posibilidades, ni conocimientos técnicos,
ni están capacitados para ello, con lo cual la Policía Judicial se convierte en el
principal auxiliar en la administración de justicia.
La actuación de la PJ comienza inmediatamente sean requeridos para ello,
aunque todavía no se haya incoado formalmente ningún acto procesal, tenien-
do la obligación de participar a la autoridad judicial la comisión de un delito
público, así como de consignar las pruebas que puedan desaparecer, recoger y
poner en custodia cuando conduzca a su comprobación y a la identificación del
delincuente y detener en su caso a los sospechosos.
De acuerdo al artículo 126 de la Constitución española, la Policía Judicial
de España depende de los jueces, de los tribunales y del Ministerio Fiscal en
conclusiones
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cuerpo con funciones específicas de investigación de los crímenes y delitos bajo
la dirección funcional del Ministerio Público.
Para el caso de reclutamientos futuros, se recomienda realizar concursos
públicos, vía la Escuela Nacional del Ministerio Público, cuyo enfoque deben
ser jóvenes, preferentemente, con grado de licenciatura, que presenten aptitud
para estas funciones.
Tomando como base la brecha que la propia ley abre a que se creen cuerpos
de investigadores técnicos adscritos al Ministerio Público, se recomienda ana-
lizar primero el marco constitucional vigente, pues le otorga con carácter de
exclusividad a la Policía Nacional las funciones de investigación y persecución
del crimen.
Referencia bibliográfica
(TRANSCRIPCIÓN)
1 Esta entrevista tuvo lugar antes de que don Jorge Chavarría ocupara la función de Fiscal General de
Costa Rica, en ocasión de su participación como docente de la ENMP.
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Orlidy:
Hablando de los planes de capacitación tomando en cuenta su vasta experiencia
en la materia, cuál usted considera que son esas cuestiones preponderantes y más
importantes, desde el punto de vista de la capacitación integral de un fiscal, que no-
sotros como centro de capacitación especializada debemos de poner más énfasis, es
decir, ¿cuáles son esas cuestiones en las que debemos insistir más?
Chavarría:
La capacitación de fiscales es un tema bastante complejo porque el fiscal es
un profesional que se saca de los esquemas tradicionales en los cuales trabajan
las sociedades, o sea, un fiscal no es un abogado, un fiscal es mucho más que un
abogado, él tiene que dominar la doctrina jurídica pero además tiene que ma-
nejar criminalística, tiene que saber medicina legal, tiene que tener posiciones
de liderazgo para dirigir a la policía, debe saber de planificación, dirección de
despacho y además debe tener una visión de análisis del entorno social en el cual
está encontrado, entonces estamos hablando de un profesional muy completo
y de un perfil muy complejo que en las universidades no hay; las respuestas de
los ministerios públicos o los primeros problemas que enfrentan los ministerios
públicos es el problema universitario, o sea, las universidades por lo general no
todas dan una persona que comuna el derecho penal y el derecho procesal pe-
nal, esto va a depender mucho del trabajo de las unidades de capacitación y las
escuelas de capacitación: de cuál es el producto que están generando las univer-
sidades locales, porque a veces las escuelas de capacitación tienen que suplir las
deficiencias de la universidad, un derecho procesal penal con temas como teoría
del delito, por ejemplo. Lo que quiero decir que además de tratar áreas como la
dirección de la policía, aspectos gerenciales, criminalística, planificación, estruc-
turación de la investigación, aspectos específicos como el conocer los fenómenos
de la criminalidad compleja internacional, trata de personas, tráfico de personas,
narcotráfico, lavado de dinero, etc., la escuela de capacitación tiene que entrar a
suplir la necesidad en materia de derecho procesal penal y derecho penal, dogmá-
tica penal. Para mi es fundamental la labor de la escuela…
Orlidy:
Sobre todo con toda esta formación tan teórica…
Chavarría:
Para eso están las universidades de post grado, no se trata de desarrollar
académicos, se trata de desarrollar personas que manejan diestramente la ex-
periencia jurídica y una investigación para presentar un caso adecuadamente
[94] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
es uno de los problemas a veces más serios en la relación de fiscales – policías,
no de toda la institución de la policía sino de algunos policías con autoestima
muy baja y que tienen reacciones muy negativas. Entonces eso plantea un gran
reto para los cuerpos policiales. Lo cierto del caso es que tampoco debemos
verlo como una amistad, o sea, como una relación de amigos, sino que es un
trabajo en equipo pero regido por reglas muy claras. La policía debe de obede-
cer al fiscal y punto, no hay vuelta de hoja, la ley lo establece.
Si el fiscal no puede tener una policía adecuada no puede hacer bien su tra-
bajo, es imposible, me explico: el que está llamado a recolectar la prueba, a dar-
le el tratamiento con el procesamiento técnico adecuado, es la policía y ese es
uno de los principales problemas que actualmente se presenta en varios países.
Orlidy:
Hablando sobre eso, cuál es su opinión respecto de la creación de un cuerpo poli-
cial o de una policía técnico judicial como existen en otras países que pertenezca al
Ministerio Público y que trabaje en la investigación para el Ministerio Público, no
una policía aislada que haga labores preventivas y también labores de investigación,
¿es usted partícipe de la creación de un cuerpo aparte que se dedique a labores de
investigación?
Chavarría:
Yo creo que uno de los principales problemas de América Latina es que en
muchos países no hay policías, me explico; no hay policías en el sentido de que
las legislaciones procesales no la contemplan. Lo que hay son gendarmerías, la
gendarmería del siglo XIX que anda en la calle con su ---------. Pero eso no es ser
policía judicial; un policía es un hombre capacitado, un hombre que tiene pri-
mero un nivel básico de educación, que sabe escribir bien, que sabe redactar un
informe que tiene que ir ante un juez y un tribunal y tiene que tener cierta edu-
cación para desempeñarse delante del juez, fundamental, ya sea bachillerato o
algunos grados académicos intermedios y además debe tener todo un proceso
de capacitación en el área específica de su trabajo, porque tampoco hay un po-
licía multifacético que siempre dé para todo. Hay policías de narcotráfico que
necesitan un perfil especifico, pero el que trabaja drogas no es igual al que tra-
baja el lavado, cada uno requiere ser o manejar un área de conocimiento distin-
ta, igual en delitos sexuales que requieren otro tipo de perfil y entonces ese es
uno de los principales problemas con la policía. A muchos agentes capacitados
los meten en una patrulla y los mandan a vigilar cualquier cosa en la calle y de
esa forma los están desperdiciando, pero ¿por qué se desperdicia, por qué ocu-
rre esto? porque no hay una policía con sentido de institución, por eso yo estoy
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mos que en realidad no es así, toda reforma debe ir acompaña de un cambio cultural
de los actores, ninguna reforma per se va a cambiar las cosas de la noche a la maña-
na.
Chavarría:
Sí por supuesto, hay un pensamiento muy simplista, muy populista, de gen-
te que realmente no tiene respuestas y como no tienen respuestas frente a
la criminalidad, porque la criminalidad obedece a otros factores, como es la
pobreza o como es la falta de alternativas de desarrollo de los jóvenes o como
es la extensión del problema del tráfico de drogas, etcétera, porque hay co-
munidades donde la policía se pasea pero para cobrarle al traficante no para
combatirlo, entonces todo esto se confabula y el Ministerio Público recibe un
ataque muy injusto, porque no se le da en primer lugar un cuerpo adecuado de
investigación para llevar adelante su caso.
El discurso me parece que es un discurso hipócrita, un discurso muy intere-
sado, pero sobre todo un discurso que está basado en faltas de proposiciones
serias de alternativas para prevenir el delito; hay una gran responsabilidad en
la prevención del delito, nosotros somos como el médico, ya nos llega el pa-
ciente quebrado a emergencias y tenemos que ver qué hacemos con la vícti-
ma, cómo le ayudamos y luego realizar el diagnóstico, etcétera, para darles la
atención y el respaldo, y segundo, llevar su caso para que el paciente se pueda
mejorar, pero ya es una fase donde en nada se afecta la tasa de criminalidad.
La prevención es función de otros órganos muy de políticas públicas no de po-
líticas de persecución criminal o de políticas criminales, políticas públicas que
tienen que ver más con desarrollo económico, donde se involucran todas las
instituciones del Estado.
Orlidy:
Y haciendo énfasis en esa persecución eficaz de los delitos, hablando específica-
mente sobre la persecución penal estratégica de los delitos, que es un término nove-
doso que muchos sistemas están intentando implementar como mecanismo eficaz
en la investigación y persecución de los delitos, ¿usted entiende que los fiscales de
nuestra región están hoy día verdaderamente preparados para implementar políti-
cas de este tipo, me refiero en términos de recursos, de capacitación, o si usted conoce
alguna experiencia exitosa que nos pueda comentar?
Chavarría:
Bueno en este momento la gran actividad de los Ministerio Públicos de la
región es desarrollar políticas de persecución, lo cual es fundamental, o sea, la
[98] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
a hacer acá es trabajar de forma distinta porque por lo visto están trabajando
con un plan preestablecido, con coautores, entonces vamos a enfrentarlo dife-
rente, con mayor inteligencia.
Orlidy:
Claro, es una visión estratégica e integral del delito que se debe conducir para
obtener verdaderos resultados.
Chavarría:
Exactamente, y la criminalidad hoy día ya es muy cambiante.
Orlidy:
Y ya para finalizar don Jorge, en sentido general, ¿como usted estima el nuevo
modelo de gestión implementado por el Ministerio Público aquí en el país, sus con-
sideraciones, y hacia dónde usted cree que nosotros ahora debemos de dirigir los es-
fuerzos?
Chavarría:
Bueno yo creo que el Modelo de Gestión de Fiscalías de República Domini-
cana es una de las experiencias más avanzadas de América Latina, que incluso
he escuchado diferentes comentarios muy positivos de funcionarios de otras
países que han estado acá en contacto con el modelo. Realmente merece una
felicitación la Procuraduría General de la República y los compañeros fiscales.
Algo muy importante para llevar adelante este modelo de gestión, que va a ser
el futuro del Ministerio Público, es la carrera fiscal; con fiscales sin permanen-
cia es imposible llevar a cabo una institucionalización adecuada del Ministerio
Público. Sé que la implementación de la carrera se ha llevado a cabo aquí en
Dominicana con éxito, uno ve las mismas caras con el transcurso de los años,
lo cual implica que hay una carrera que está funcionando, que hay una estabi-
lidad y el futuro es un reto. Ahorita, por ejemplo, hay un espacio de reflexión
para ver cuáles son los vacíos que hay en la investigación y en eso estamos tra-
bajando, junto a fiscales profesionales y técnicos que están haciendo aportes
muy importantes, lo cual indica que el Ministerio Público y la Escuela Nacional
del Ministerio Público han venido trabajando en el camino indicado y están ya
desarrollando su propia manera de pensar y actuar.
Orlidy:
El reto entonces sería seguir consolidando todos esos avances.
Chavarría:
[100] Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público, No. 3, enero-junio 2012
E N M P
Investigación y Análisis MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional
del Ministerio Público
ISSN 2221-6812
NOTAS INSTITUCIONALES
Revista de la Escuela Nacional del Ministerio Público Santo Domingo, República Dominicana