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El valor de Castilla

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El valor de Castilla, estudio económico y semipolítico es un libro del economista, periodista
y activista político Gregorio Fernández Díez publicado en 1926. El libro fue reeditado en
2001 por el Instituto Municipal de Cultura de Burgos, con prólogo de Víctor Munguía.

Obra citada por Ramón Tamames en Estructura económica de España y Los centros de
gravedad de la economía española (1968) ; Fabián Estapé en Una visión castellana del
desarrollo regional (1964); y por el politólogo Andrés de Blas Guerrero.

Temática
Estudio de la estructura económica de España, y muy especialmente de Castilla, en el que
desmitifica la escasez de recursos, industria, minería y agricultura en Castilla y en las
provincias de la España de raíz castellana.

El autor dice al inicio de la obra: "cuando en lo sucesivo hablemos de Castilla nos


referiremos siempre, entiéndase bien, al territorio de la Castilla actual, desde su límite con
Galicia hasta los límites de la misma con Aragón; desde la frontera de Portugal en las
tierras de Sáyago hasta la Ribera del Ebro junto a Logroño y desde el Cantábrico en
Santillana hasta Sierra Morena en Andalucía. Ese territorio es nuestra Castilla".1 Es decir,
Castilla era para el autor Castilla la Vieja, unida a León, y Castilla la Nueva:

la del Pacto Federal Castellano (1869),


la de la Asociación de Escritores Regionalistas Castellanos (1936),
la de la obra Las Castillas y León. Teoría de una nación (1982) o
la de los tres libros de Juan Pablo Mañueco Martínez: El nacionalismo: una última
oportunidad para Castilla (1980), Las raíces de un pueblo. Aproximación al hecho nacional
castellano (1982) y Castilla, este canto es tu canto (2014. 2 Vol.), amén de otros ya en pleno
siglo xxi como "Breve Historia de Castilla", Castilla entre el XX y el XXI. "Las
Generaciones culturales castellanas de 1900 al 2000" y otros cientos de artículos, poemas y
textos de este autor.
En el mismo sentido, el filósofo Pedro González García (zamorano), en 1906, afirmaba que
las fronteras entre la Castilla primigenia y León eran "meros accidentes de limitación
histórica".2 La procedencia de los equipos fundadores de la Federación Castellana de
Fútbol (1932-1987) revelaba el reconocimiento, en gran medida, del mapa de Castilla de los
autores citados y obras mencionadas por parte de los clubes.

A favor de la Mancomunidad Castellana, en 1926, y la animación del castellanismo. Quizá


deba ser considerado el primer texto inequívocamente nacionalista castellano: "[Castilla]
fue nación y que podría volverlo a ser, aún contra su voluntad... [debería] haber
conservado su organización nacional, en un estado federal, porque en nuestro concepto el
régimen "que no fue cosa de Castilla", sino de los Austrias ha perjudicado notoriamente a
Castilla...".3

En 1926, un diario hacía la siguiente reseña de la obra:

"Preocupa a autor de esta obra todo lo relacionado con el progreso y los intereses de
Castilla, y tal actitud es un motivo de encomio y una forma de ejemplaridad. A los
ayuntamientos de Avila, Burgos, Logroño, León, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real,
Madrid, Palencia, Salamanca, Santander, Segovia, Soria, Toledo, Zamora y Valladolid va
dedicada la obra. No se trata de un himnario más, a la sombra de las sobriadas —aunque
gloriosas— alegorías oratorias, sino un estudio de carácter económico y por tanto con
relaciones políticas. La riqueza natural y las estadísticas son fuentes de origen para las
deducciones del autor, el cual confiesa que también le halaga pensar que su esfuerzo
contribuya a desvanecer la idea simplista que sobre la sequedad y esterilidad de las
Castillas suele tenerse en el litoral. «El Pueblo Gris», «el quietismo de las Mesetas —dice—
tienen bastante de error y de equívocos, o cuando menos constituyen una marcada
exageración». Adherido a la espiritualidad de Senador Gómez, muestra por qué su obra ha
sido mal interpretada, y señala el camino del optimismo, puestos los ojos en el valor
económico que se está operando en esas mal comprendidas tierras, fecundas de recursos y
reservas vitales."4

Notas
El Valor de Castilla. Ávila: Senén Martín, 1926, p. 18
El Alma castellana. Salamanca: Andrés Iglesias, 1906, p. 15
El Valor de Castilla. Ávila: Senén Martín, 1926, p. 21 y 373
La Vanguardia, 4 de agosto de 1926, p. 18

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