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La referencia a “la psicopatía como estilo de vida”, ofrece diversos y

singulares caminos de enfoque, que permiten enfocar el discurso de la


práctica de forma totalmente personal, evitando el encorsetamiento
que podría producirse si el título fuera demasiado concreto y preciso.

A continuación ofrecemos algunas ideas y referencias, que ni son las


únicas ni deben ser adoptadas como orientaciones específicas, únicas o
primordiales a seguir, pues el enfoque puede ser otro diferente y
diverso:
1) En el libro publicado hace unos años The Wisdom of Psychopaths: What
Saints, Spies, and Serial Killers Can Teach Us About Success (Scientific
American), del profesor y psicólogo Kevin Dutton, se mantiene que existen
unas profesiones más proclives que otras a la aparición de psicopatías.

2) Un tiempo después, Erick Barker recuperó ese mismo punto de vista en las
páginas de Business Insider, y gracias a ello, comenzó a recibir una nueva
visibilidad la visión neocleckleyniana de la psicopatía ofrecida por Dutton en
su libro.

El autor recordaba que no debemos identificar la psicopatía con “la gente


que te va a cortar por la mitad con una sierra eléctrica”, tal como el cine
nos ha recordado en repetidas ocasiones. Más bien, se trata de un desorden de
la personalidad que se relaciona, con “una emocionalidad fría y
superficial”, “con un menor miedo y tolerancia al estrés, falta de
empatía, insensibilidad, ausencia de culpa, egocentrismo, manipulación,
irresponsabilidad, impulsividad y comportamientos antisociales como
un estilo de vida parasitario y criminalidad”. Solo en contados casos, tales
características pueden derivar en un crimen o asesinato.

3) Un estudio realizado durante el año 2011, se relaciona de manera estrecha


con el punto de vista ofrecido por Dutton, ya que según señalaron los
investigadores de la Universidad de St. Gallen, las características de los
corredores de bolsa más exitosos eran muy semejantes a las que
presentaban los psicópatas, como su capacidad de manipulación de las
emociones y llevar a cabo un comportamiento más temerario sin miedo a las
posibles consecuencias. Los psicópatas son buenos en el pensamiento frío
y calculador, en establecer estrategias para alcanzar unos objetivos
determinados y obviar los sentimientos en este tipo de decisiones.

4) En 2011 se publicó en España ¿Es usted un psicópata? Un viaje a través de


la industria de la cultura (Ediciones B) del periodista británico Jon Ronson,
donde, además de ofrecer un repaso a la historia de la enfermedad a través de
los siglos, delimita algunos rasgos de personalidad que suelen definir a este
tipo de personas, y que, básicamente son los mismos que se habían detectado
con anterioridad, siguiendo el dictado de Cleckley y Hare, como
una tendencia a la crueldad, ausencia de remordimientos y capacidad de
engaño.

Al igual que ocurría en el caso de Dutton, Ronson no considera que la


violencia sea un factor inherente al comportamiento de todos los psicópatas. Y
también coincide en alguna de sus concepciones sobre las profesiones más
proclives a este trastorno de la personalidad. En concreto, reconoce que,
aunque “cualquier jefe puede tener posibilidades de serlo”, cree que “hay
muchos psicópatas en el mundo del periodismo, una de las profesiones
en las que no tener escrúpulos y ser despiadado se considera un factor
positivo”.

Además, señalaba que “la psicopatía es más frecuente en las altas


esferas”, ya que considera que “un montón de los psicópatas de cuello
blanco no cometen crímenes, sino que llegan a ser tremendamente
exitosos en sus profesiones”. Según el autor, “la búsqueda del éxito es un
rasgo común a la psicopatía, pero este no tiene por qué traducirse
necesariamente en la búsqueda de una gran fortuna, sino que puede
limitarse a “tener aterrorizada a una pequeña oficina”.

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