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334 ZBTICA DE LAS VEADADES KO: HOMENAJE A GIANNI VATTIMO Pariser, magalli: La carbarsis chez Aristote. (L’Hamartzan. 2004), SEGAL, Erich: Oxford readings in Greek Tragedy. (Oxford Univer- sity Press. 1983), Sonabyt, Richard: Erzotion and peace of mind: From Stoic agitation 10 Christian tenzptation. (Oxford University Press. 2000). TRuEBA, Carmen: Etica y tragedia en Aristoteles, (Anthro- pos, 2004), ENTREVISTA A JACQUES DERRIDA: «ESTOY EN GUERRA CONTRA MI MISMO». Jacques Deratpa y Jean BIRNBAUM Le Monde, 19 de agosto de 2004. Traduccién: Simén Royo NT. La repentina muerte de Jacques Derrida en octubre de 2004 convirtié esta entrevista, la ttima reftendada por el filésofo, en una suerte de restamenta y despedidas un discurso de gran emotivided y notable importancia intelectual, tanto para los canocedores de su obra como para los que se acercan ella por primera vez. No hemos podido ceder al impulso de ‘raduciela, tanto como homenaje al pensador, como para de ese modo hacerla leger al lector de habla hispana en compa- fia de una serie de escritos de fil6sofos tan afines a las pro- puestas y diagnésticos que siguen abajo como Gianni Vattimo @ Jean Baudrillard, ‘A sus 74 afios, Jacques Derrida, fil6sofo de renombre mundial, prosigue su linea de pensamiento con una singular intensidad, al tiempo que afronta la enfermedad. En su residencia de Ris-Oran sis, en la regis parisina, evoca para Le Monde su obra, su itinera- tio y sus trazos. Desde el verano de 2003 su presencia piiblice jamés habla sido tan ranifiesta, No solamente ba firmado usted numerosas obras, 336 [BTICA DE LAS VERDADES HOY: HOMENAE A GIANNI VAITIMO sino también recorrido el mundo para participar en numerosos colo- ‘quios internacionales organizados em torno a su trabajo —de Lon- res a Coimbra pasando por Paris , en estos dias, Rio de Janeiro. Se le ha consagrado igualmente una segunda pelicula-documen- tal (Derrida, por Amy Kofman y Kirby Dick, tras el extraordinario Diailleurs Derrida, de Safaa Fathy en 2000) asi como numerosos niimeros especiales, destacando en Magazine litvéraire y on la reuis- ta Europe, como también un volumen de Cahiers de ? Heme parti- cularmente rico en inéditos, cuya aparicién estd prevista para el otorio. Todo esto es mucho para un solo aito y sin ensbargo, usted no se esconde, usted esta Digalo, muy gravemente enfermo, es verdad, y bajo la prue- ba de un tratamiento temible, Peto dejemos eso, si usted lo aprue- ba, pues no estamos aqui para realizar un boletin sanitario, ya sea piblico o secreto.. Dejémoslo entonces, Continuando esta entreviste detengémonos més bien sobre Spectzes de Marx (Galilée, 1993), Obra crucial, Libro-etapa, en su totalidad consagrado a la cuestin de una justicia or venir, » que se abre con un exordio enigmdtico: «Alguien, usted © yo, se adelanta y dice: “quisiera aprender a vivir por fin”». Mas de diez afios después, zen qué lugar se encuentra usted boy respecto a este deseo de «savoir vivres? Aain se trata sobre todo de la cuestién de una «nueva intema- cionaly, subtitulo y motivo central del libro, Mas alld del ceosmo- politismo» 9 més allé del «ciudadano del mundo», asi como de un nuevo Estado-nacién mundial. Este libro anticipa todas las urgen- cias «altermundialistas» en las que yo creo y que aparecen mejor en Ia actualidad, Con eso que yo lamaba una «nueva internacio- nal» se nos imponia, dije en 1993, un gran niimero de mutaciones en el derecho intemacional y en las organizaciones que regulan el orden del mundo (FMI, OMC; G8, etc., y sobre todo en la ONU, donde como minimo habria que cambiar la Carta, In composiciéa y de entrada el Ingar de su residencia lo mis lejos posible de New York...) En cuanto a la formula que usted citaba («aprender a vivir por fir), me vino una ver e! libro estuvo terminado. Juega desde el principio, pero con seriedad, con su sentido comin. Aprender a ENTREVISTA A JACQUES DERAUDA: «ESTOY EN GUERRA CONTRA MI MIEMGr 337 vivir es madurar, educar también. Apostrofar a alguien para decir le «voy a enserarte a vivir, esto significa en ocasiones, bajo el ton0 de la amenaza, voy a formatte, te voy a encauzar. Luego el equivo- co de este juego es lo que me importa en un principio. Este suspi- zo se abre también a una intertogacién atin més dificil: eivir es algo que puede aprenderse, enseriarse? @Se puede aprender, por dis- ciplina o aprendizaje, por experiencia o experimentaci6n, a aceptar, © mejor, a afirmar la vida? A través de todo el libro resuena esta inguietud de la herencia y de la muerte, Ella atormenta igualmente alos padres y @ sus hijos: ccuando te volveras responsable? ¢Cémo responders en definitiva de tu vida y de tu nombte? Bien, vale, pues para respondes, yo, sin més rodeos, a su pre: gunta, no, nunca he aprendido a vivir, ;Pero ahora, en absoluto! Aprender a vivir deberia significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceprarla, la mortalidad absoluta (sin salutaci6n, ni resutteccién, ni redencién) —ni para uno mismo ni para el otto. Después de Platén se trata de Ia gran intexpelacién (inyonction) filosofica: flosofar es aprender a mori, Yo creo en esa verdad sin rendirme. Cada vex menos, No he aprendido a aceptatla, la muerte. Todos nosotros somos super vientes en ciemes (y desde el punto de vista geopolitico de Espec- 1705 de Marx, la insistencia se disige sobre todo, en un mundo mas desigualitario que nunca, hacia los miles de millones de seres vivientes —humanos 0 no— a los que les son rehusados, no sola- mente los elementales «derechos del hombte», que datan de dos siglos y que se ensiquecen sin cesar, sino de entrada el derecho a una vida digna de set vivida). Por eso yo me quedo ineducable res pecto a la sabiduria de saber morir. Yo aén no he aprendido nada © adquirido nada a ese respecto. El tiempo de la demora se estre- cha de manera acelerada. No solamente porque yo soy, junto y Toot Miguel lated Aducen snjouctione por sinyunciéan de acueedo con el satiguo uso del vesbo castellano siayugi (imponce alge alguien, emparentada con syugon)y «favor de ls telacionea ‘emdoticas que en aguel tex In palace Hancesa tiene con otros ernines de la ison familia empleedos por el flécafo. En la presente Entrevista se caiglen toe enpresion ate dlicha tres veces, pro la heros verte come requeda el contento no eqpeciieamente fo. sco en el que zparece (co sn dear sla el original, ene pasate). 338 'ETICA DE LAS VERDADES HOY: HOMENATE A GIANNI VATIIMIO otros, heredero de tantas cosas, buenas o terribles: cada vex més a ‘menudo, la mayor parte de los pensadores a los que me encontraba ligado estén muertos, se me trata de superviviente: el tltimo repre- sentante de una generacién, aquella, en sentido amplio, de los afios 1960; algo que, sin ser rigurosamente cierto, no me inspira sola- mente objeciones sino sentimientos de rebelda un poco melancéli- cos. Como, en auinento, ciertos problemas de salud se hacen pre sentes, la cuestién de la supervivencia o de la demota, que siempre me ha atormentado, literalmente, a cada instante de mi vida, de ‘manera concrete infatigable, se colorea de otro modo a dia de hoy. Siempre me interesé por esa temética de la supervivencia, en la cual el sentido no se afiade al vivir 0 al mori. Es originario a: la vida es supetvivencia. Sobrevivir en sentido corriente quiere decir continuar viviendo, pero también vivir éras la muerte. A propésito de la traduccién, Walter Benjamin seiialaba la distincién entre faberleben por una parte, sobrevivit a la muerte, como un libro puede sobrevivir ala muerve del autor o un nio a la muerte de sus padres, y, por otra, fortleben, living on, continuar viviendo, Todos los conceptos que me han ayudado @ trabajar, destacadamente aquellos como el del trazo o lo espectral, estaban ligados a «sobre- ‘divier como dimensién estructural. Esta no deriva ni del vivir ni del morir. Tampoco eso que yo Jamo el «duelo origination. Esto no espera a la muerte llamada «efectivan. Usted ha utilizado la palabra «generacién. Nocién de uso deli- cado que aparece a menudo bajo su pluma: codnso designar eso que, en su nombre, se transmite de una generacién? Esa palabra, la utilizo ahi de manera un tanto cobarde. Se puede ser el contemporineo «anacrénico» de una «generacién» pretérita 0 por ven. Ser ficl a aquellos a los que se asocia a mi ‘egeneraci6n», convertirse en el guardidn de una herencia diferen- cada pero comin, es0 quiere decir dos cosas: de entrada defender, eventualmente contra todo y contra todos, las exigencias compar tidas, de Lacan a Althusser, pasando por Levinas, Foucault, Bart- hes, Deleuze, Blanchot, Lyotard, Sarah Kofman, etc, sin nombrar a tantos pensadores, poetas, escritores,fildsofos 0 psicoanalistas, felizmente vivos, de los que soy heredero también, y a otros sin duda del extranjero, més numerosos y quiz4s més proximos atin. [ENTREVISTA A JACQUES DERMDA: «ESTOY EN GUERRA CONTRA Mi MISMO» 339 Designo asi, por metonimia, un ethos de escritura y de pensa- iiento intransigente, incorruptible (Helene Cixous nos puso el sobrenombre de «los incorruptibles»), sin concesiones incluso res- pecto a la flosofia, y que no se deja atemorizar por aquello que la opinién publica, los medios de comunicacién o el fantasma del lector intimidante, pudiera obligarnos a simplificar o a rechazar. De abi el gusto severo por el refinamicnto, la paradoja, la aporfa ‘Ante esta predileccién queda también una exigencia que vincu- lano solamente a aquellos y aquellas que he evocado un poco arbi- trariamente, es decir, injustamente, sino a todo el medio que los rodeaba y que los sostenia. Se trataba de una suerte de épaca provi sionalmente cumplida, y no simplemente de esta 0 aquella persona Hace falta salvar o hacer renacer todo eso, entonces, a cualquier precio. Y la responsabilidad hoy es urgente: exige uaa guerra infle- xible ala doa, a aquellos a los que se denomina a menudo como «Intelectuales mediaticos», a ese discurso genetal formateado por los poderes mediaticos, ellos mismos en las manos de lobbies politi co-econémicos, a menudo editoriales y académicos también, Siem- pte tanto europeos como mundiales, por supuesto, Resistencia no significa que se deba evitar los medios de comunicacién. Hace falta, cuando ello es posible, desarrollarlos y ayudarlos a diversificerse, la mandolos a hacerse cargo de esa misina responsabilidad. Al mismo tiempo no hay que olvidar que en aquella época «feliz» de poco tiempo atras nada era irenista, ciertamente, Las diferencias y los diferendos hacian estzagos en ese medio que era mucho menos homogéneo de cémo hoy lo podemos reagrupar, por ejemplo, mediante un calificativo débil del género «pense- miento del 68» en el cual la palabra principal como jefe de la acu- sacién domina a menudo hoy en la prensa y en la universidad, Incluso si aquella fidelidad toma alguna vez la forma de la infide- Jidad y del distanciamiento, hace falta ser fiel a esas diferencias, es decir, continuar la discusi6n. Yo continéo la discusién con Bout- dieu, Lacan, Deleuze, Foucault, por cjemplo, que contindan inte- resindome enormemente, mucho mis gue esos autores alrededor de los cuales se prensa la prensa de hoy (salvo excepciones, por supuesto). Yo mantengo ese debate vivo para que no se aplane ni se degrade en denigracioncs. 340 ETICA DE LAS VERDADES HOY: HOMENATE A GIANNI VATTIUO Lo que he dicho de mi genetacién vale también para el pasa- do, de la Biblia a Platén, Kant, Marx, Freud, Heidegger, etc. Yo no voy a renunciar a aquello que se sea, no puedo. Usted sabe, aprender a vivir ¢s siempre narcisiste: se quiere vivir tanto como sea posible, salvarse, perseverar, y cultivar todas esas cosas que, infinitamente mas grandes y potentes que uno mismo, forman parte sin embargo de ese pequefio «yo» que desbordan por todas partes, Pedirme que renuncie a aguello que me ha formado, a quello que tanto he amado, no es sino pedirme que me muera, En aguella fidelidad antedicha hay una suerte de instinto de conser- vacién, Renunciar, por ejemplo, a una dificultad en la formulacién, ‘un pliegue, a una paradoja, a una contradiccién suplementaria, porque ello no va a ser comprendido, o mas bien, porque algin petiodista que no sabe leerla, ai siquiera el titulo de un libro, cree saber de antemano que el lector o el oyente no comprendera y que su audiencia 0 su gana-pan sufriran, es para mi una obscenidad inaceptable. Es como si se me pidiese que me inclinase servilmen- te o que me muriese de imbecilidad. Usted ha inventado wna forma, una escritura de la superviven- cia, que conviene con esa inipaciencia de la fidelidad. Escritura de la promesa heredada, del trazo salvaguardado y de la responsabili- dad confiada Si hubiera inventado mi escritura lo habrfa hecho como una revoluci6n interminable. En cada situacién hace falta crear un modo de exposicién apropiado, inventar la ley del acontecimiento singular, tenet en cuenta su destinatario supuesto 0 deseados y al mismo tiempo pretender que esa escritura determinaré al lector, el cual aprenderd a leer (a «wivir») esto, que ademés, no estaba habi- tuado a recibir. Se espera que renazca determinado de otro modo: por ejemplo, esos transplantes sin confusién de lo poético sobre lo filosdfico o ciertas maneras de usar los homénimos, de indecidi- bles, de estratagemas de la lengua —que muchos leen con confu- sién para ignorat su necesidad propiamente I6gica. Cacla libro ¢s una pedagogia destinada a formar su lector. Las producciones en masa que inundan la prensa y el mundo editorial no forman a los lectores, sino que presuponen de manera fantas- ‘mitica un lector ya programado, Si bien acaban por formatcar a [ENTREVISTA 8 JACQUES DERRIDA: . Diré dos cosas: en efecto me cuesta decir «nosotros» pero a menudo lo digo. A pesar de todos los problemas que me torturan ese respecto, comenzando por la politica desastrosa y suicida de Israel —y de un cierto sionismo (para el que Israel ya no repre senta, a mis ojos, el judaismo, que no representa a la didspora ni tampoco al sionismo mundial u originario, que fue miiltiple y con- tradictotio; hay incluso fundamentalistas cristianos que se dicen sionistas auténticos en los EE. UU. El poder de su lobby es mayor que el de la comunidad judia americana, sin hablar de la saudita cn Ja conjuncién de la politica americano-israeli)— y bien, pese a todo esto y tantos otros inconvenientes que tengo con respecto a mi gudeidads, no la negaré jamés Hee Diré siempre, en ciertas situaciones «nosotros los judios». Este smosotros» si bien atormentado esté en el corazén de lo més inguietante que bay en mi pensamiento, aquello a lo que he deno- ‘inado apenas sontiendo «lo tltimo de los judios». Esto serfa en smi pensamiento como lo que Aristételes dice profundamente de le oracién (ewkbé): que no es verdadera ni falsa. Ademés es literal- mente una otacidn, En ciertas situaciones, por lo tanto, no dudaré en decir «nosotros los judios», asi como «nosotros los franceses» TLuego, desde el comienzo de mi trabajo, y esto seri la «decons- truccién» misma, permaneci extremadamente critico respecto al eurocentrismo, a causa de la modernidad de sus formulaciones, centre Valecy, Husserl o Heidegger, por ejemplo. Le deconstraccién cn general es una empresa que muchos consideran, justamente, como un gesto de desconfianza respecto 2 todo eurocentrismo. [ENTREVISTA A JACQUES DERMIDA: STOY EN GUERRA CONTRA ME NGSMO» 345 Cuando a menudo digo «nosotros los europeos», es de manera coyuntural y muy diferente: todo aquello que puede ser decons- truido dela tradicién europea no impide que, precisamente a causa de todo Jo que ha pasado en Eusopa, a causa de la Hustracién, a causa del estrechamicuto de este pequefio continente y de la encr- me culpabilidad que transita desde entonces su cultura (totalitaris- ‘mo, nazismo, genocidios, Shoah, colonizacién y descolonizaci6n, tc.) hoy, en la situacién geopolitica que es la nuestra, Europa, una otra Europa, peto con Ja misma memoria, podria [es en todo caso mi deseo) reagruparse a la vez contza la politica hegeménica de los Estados Unidos (con relacin a Wolfowitz, Cheney, Rumsfeld, etc.) y-contza un teocratismo drabe-islimico sin Iustracién y sin porve- nit politico (pero sin desdediar las contradicciones y las hetesoge. neidades que entrafian esos dos conjuntos, sino aliéndonos con los que resisten desde el interior de es0s dos bloques). Europa se encuentra bajo la exhortacién (injonction) a asumir una nueva responsabilidad. No hablo de a comunidad europea tal y como existe o se dibuja en su mayoria actualmente (neoliberal), virtualmente amenazada por tantas guerras internas, sino de una Europa por venir y que se busca. Tanto en la Europa («geografi- ca») como fuera de ella. Eso que nosotros denominamos algebrai- camente como «Europa» tiene responsabilidades que tomar para el porvenir de la humanidad, para que funcione el derecho inter. nacional —esa es mi fe, mi creencia. Y aqui no vacilaré en decir «nosotros los europeos>, No se trata de defender la construccién de una Europa que fuese otra superpotencia militar que protegie- se su mercado y forjase contrapoderes entre los otros bloqucs, sino de una Europa que vendria a sembrar el grano de una nueva poli tica altermundialista. Lo que para mi es la tinica solucién posible. Esa fuerza esta en marcha. Incluso si sus objetivos son atin confusos pienso que nada la podré detener. Cuando digo Europa cs eso: una Europa altermundialista, que transforme el concepto y las précticas de la soberania y del derecho inteznacional. Y que disponga de una verdadera fuerza militar, independiente de la OTAN y de los EE. UU., una potencia militar que, ni ofensiva ni defensiva, ni preventiva, interviniera sin tardanza al servicio de las resoluciones de una nueva ONU (por ejemplo, con toda urgencia, 346 BTICA DE AS VERDADES HOY: HOMENATE A GIANNI YATTINO en Israel, pero también en otras partes). También es el lugar a par- tir del cual podemos pensar mejor ciertas figuras de Ia Iaicidad, por ejemplo, o de la justicia social, en tanto que herencias europea. ‘Acabo de decir «laicidad». Permitame hacer aqui un largo paréatesis tal laicidad no concieme el tema del velo en Ja escue- la sino el del velo del «matrimonio». He apoyado sin dudarlo con ‘mi firma Ia inicitiva valiente y bienvenida de Nodal Mamére, inclu- 50 si el matrimonio entre homosexuales constituye un ejemplo de quella hermosa tradicién que los americanos inaugucaron en. el siglo pasado con el nombre de «desobediencia civiby: no desafiar Ia ley, sino desobedecer a una disposicidn legislativa en nombre de ‘una ley mejor —por venir o ya inscrita en el espiritu 0 en la letra ide la Constitucién—. Pues bien, he «fitmado» contra el contexto legislative actual porque me parece injusto —para los derechos de Jos homosexuales—, hipéerita y equivoco, tanto en su espititu como en su letra Si yo fuese legislador, propondria simplemente la desapari- cién de la palabra y del concepto de «matrimonio» de un eédigo Civil y laico. El matrimonio como valor religioso, sacral, heterose- ‘cual — bajo promesa de procreacién, de fidelidad cterna, ete— es dina concesi6n del Estado laico a la Iglesia cristiana —en particular con relacién a su monogamismo que no ¢s ni judio (le fue impues- to alos judies por los europeos del siglo pasado y no constitufa una obligacién hace algunas generaciones en el Magreb judio) ni, es0 se sabe muy bien, musulmn—. Suprimiendo la palabra y el concep: to de «matrimonio», aquel equivoco 0 aquella bipocresia religiosa yy sacral, que no tiene lugar alguno en una constitucién Leica, serfa Sustituico por una «unién civ» contractual, una suerte de pacto ggenctalizado, mejorado, refinado, flexible y ajustado entre dos compafieros de un sexo o de ntimero no impucsto. Respecto a aquellos que quieran, en sentido estricto, ligarse por el «matrimonio» —para los que mi respeto permanece, ade- nds, intacto—, podrian hacerlo ante la autoridad religiosa de su Cleceion —asi ocurre pot otro lado en algunos paises que acep- tan consagrat religiosamente los matrimonios entre homosexua les. Algunos podsfan unitse bajo un modelo u otro, otros de ambos modos, y otros no unirse ni segin Ja ley Jaica ni segéin la ENTREVISTA A JACQUES DERRIDA: @ESTOY EN GUERRA CONTRA MMBC» 347 ley religiosa. Acabo aqui con el paré al, (Es pape ects ike) tee tre ere Eso que yo llamo «deconstruccién» incluso cuando se di contr niga cosa ce Europa es lgo copes, et un prosinns una relacién consigo misma de Europa como experiencia de la alteridad radical. Desde la época de la Lustzacién Europa se ha autocriticado permanentemente y en esta herencia perfectible resi- de una oportunidad para cl porvenic, Al menos asi quisiera espe- zarlo y es lo que alimenta mi indignaci6a frente alos discursos que condenan Europa definitivamente, como si ésta no fuese otra cosa inés qu el agar de su crimenes En cuanto a Europa gno estd usted en guerra consigo mismo? so lady uated ba rurale que ln stenedey dal 11 te epoonbre arruinaron la vieja gramética geopolitica de las potencias soberanas, firmando asi la crisis de un cierto concepto de politica, que usted defnta conto propianente europe. Por oto lado usted e mantiene ligado a ese espiritu europeo 9 de entrada al ideal cosraopolita de un derecho internacional que sin embargo usted describe dectinante, O la supervivencia Hey que

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