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FECHA: 14/07/2023 CICLO: 5A


ASIGNATURA: FILOSOFÍA
OBJETIVO: RECONOCER LOS ASPECTOS ESENCIALES DEL DISEÑO
GRAFICO.
LOGRO: EL ESTUDIANTE ES CAPAZ DE RECONOCER PLENAMENTE LOS
ASPECTOS IMPORTANTES DE LA FILOSOFÍA CONTEMPORANEA, SEGÚN
SU FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA.
DOCENTE: JHORMAN MÉNDEZ VELANDIA
DESARROLLO DEL TALLER Ó TEMA:
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

Las bases del pensamiento del Siglo XX: Darwin, Marx, Nietzsche, Freud.

A partir de la Revolución Francesa, las concepciones filosóficas sobre la realidad del ser
humano se van transformando. En buena medida gracias a un mejor conocimiento del
mundo y de la historia. A partir de Darwin, el ser humano tomará conciencia de su lugar
en el conjunto de los seres vivos y descubrirá que somos un producto de la evolución.
De la mano de Marx, aparecemos como el resultado de la economía y de la historia.
Nietzsche y Freud criticarán la racionalidad y libertad humanas, mostrando que
estamos a merced de fuerzas biológicas e inconscientes que no podemos dominar. Junto
a otros pensadores como Comte, Stuart Mill o Kieerkegaard marcarán las líneas del
pensamiento del s.XX.

La teoría de la evolución de los seres vivos presentada por Charles Darwin (1809-1882)
en su libro “El origen de las especies” causó en su época un revuelo semejante al de
Nicolás Copérnico durante el Renacimiento, cuando explicó que la Tierra y los demás
planetas giraban alrededor del Sol. Con el evolucionismo desapareció la idea de que las
especies vivas eran fijas e inmutables desde que fueran creadas por Dios. Según explicó
Darwin, todos los seres vivos están emparentados y todos han evolucionado a partir de
algún antepasado común. El ser humano también. Para Darwin, pues, el hombre es una
especie animal como las otras, fruto de la evolución de la vida sobre la Tierra. La
selección natural y la lucha por la existencia determinan la supervivencia de las
especies más aptas. Esta teoría, en esencia biológica, fue llevada al terreno social
(darwinismo social de Spencer) y fue aprovechada por los ideólogos racistas para
apoyar su tesis de la superioridad de la raza. Según Hannah Arendt, la teoría de Darwin
explicita la Ley de la Naturaleza que el totalitarismo pretende cumplir.

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Como podía esperarse, la teoría darwinista provocó una feroz oposición entre los
círculos religiosos más conservadores. Darwin conmocionó una imagen del ser humano
que gozaba de una venerable tradición. A la mayoría de personas no le gustaba la idea
de estar emparentados con los monos, y a través de estos con el resto de animales. Con
las ideas de Darwin, el ser humano había perdido su lugar privilegiado en este mundo.

Para Karl Marx (1818-1883), el ser humano es, ante todo, un producto de la naturaleza,
como afirmaba Darwin, pero su actividad no se limita al terreno biológico. A diferencia
de los otros animales, el hombre puede romper los límites que le impone la naturaleza
y producir sus propios medios de vida mediante el trabajo. El ser humano es el animal
que trabaja, según Marx. A través de esta «praxis», el ser humano puede producir
bienes, realizarse como persona, construir sociedades y hacer avanzar la historia.

En cada momento histórico, el trabajo humano se organiza en diferentes modos de


producción. Cuando el modo de producción se basa en la división del trabajo, en el
reparto desigual de la riqueza y en la explotación del hombre por el hombre, el ser
humano, en lugar de realizarse como persona, se des-realiza, pierde humanidad y se
cosifica al convertirse e en un objeto -mercancia- en

manos de los demás. Un ejemplo de esta situación lo encuentra Marx en la sociedad de


su época, caracterizada por el modo de producción capitalista.

En la sociedad capitalista, el trabajo es social, pero la propiedad de los medios de


producción es privada. La burguesía capitalista es dueña de los medios de producción
(fábricas, herramientas, materias primas … ) y también del producto fabricado. Los
obreros son quienes producen las mercancías recibiendo a cambio un salario. Pero este
salario está muy por debajo del precio de las
mercancías producidas. El obrero es, pues, explotado. En estas condiciones, el
trabajador no mejora como persona, sino que cada vez se embrutece más: cuanta más
riqueza produce, más se empobrece como ser humano. Es lo que Marx llama
“alienación” un proceso en el cual los seres humanos solo sirven como instrumentos de
producción y su fuerza de trabajo es una mera mercancía. Para que el hombre recupere
su auténtica dimensión humana es necesario transformar radicalmente el modo de
producción capitalista y crear la sociedad comunista donde cada uno debería dar según
sus capacidades y recibir según sus necesidades. Este es un proceso histórico necesario,
si bien puede y debe ser acelerado por el proletariado. Hannah Arendt se referirá a este
proceso denominándolo Ley de la Historia.

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El pensamiento de Friedrich Nietzsche (1844-1900) conviene enmarcarlo en la crisis


de valores que acompaña al hombre europeo desde la ilustración, pasando por la
Revolución Francesa y el extraordinario desarrollo de la ciencia experimental del siglo
XIX. Progresivamente, los europeos han ido perdiendo la fe en Dios y desoyendo la voz
de la Iglesia. La secularización o la pérdida del sentido de Dios se va extendiendo, y
Nietzsche cree llegado el momento de ponerlo por escrito y sacar algunas
consecuencias. Si ya no creemos en Dios, si «Dios ha muerto», según frase del propio
Nietzsche, ¿en qué lugar queda el hombre? ¿Quién nos dirá lo que está bien y lo que está
mal? ¿Cómo orientaremos nuestras vidas?

Según Nietzsche podemos hacer dos cosas. Primera, continuar viviendo como si Dios
realmente existiese y los valores convencionales y prefijados fuesen los únicos
existentes. Esta posibilidad, desde su punto de vista, ofrece una forma de vida mediocre
y pobre, que niega todo lo positivo, vital y espontáneo que hay en nosotros.

La otra posibilidad consiste en superar al hombre actual, crear nuevos valores y


liberarnos de Dios, transformando la vida humana en la de un superhombre. El
superhombre (o mejor, el ultrahombre) es, para Nietzsche, la gran oportunidad que se
nos abre tras la muerte de Dios y la desaparición de cualesquiera valores prefijados.
Ahora que Dios ya no existe, el superhombre mira hacia la tierra, hacia los instintos
vitales, de creación y superación, que palpitan en el fondo de nuestra naturaleza, pues,
según Nietzsche, el ser humano es voluntad de poder. Esa voluntad de poder se
manifiesta a través de la creación de nuevos valores y la búsqueda y persecución de
nuevos objetivos.

Nietzsche encuentra en el tipo de valores del mundo griego, previos a la racionalidad


de Sócrates y Platón y a la predicación cristiana, los valores auténticos del hombre
heroico: la vida fuerte, creativa, sana, ascendente, deseosa de vivir y gozar sin limite.
Esta es, a ojos de nuestro autor, la moral noble, aristocrática, propia de señores y no de
esclavos, construida sobre la voluntad de poder. Esta será la actitud del superhombre.

Sigmund Freud (1865-1939) fue el creador del psicoanálisis. Sus teorías, junto con las
ideas de Darwin, Marx y Nietzsche, han ejercido una enorme influencia durante todo el
siglo xx, y han ayudado a crear la concepción del hombre que tenemos en la actualidad.

Según Freud, el ser humano desconoce buena parte de lo que es en realidad, porque
bajo una capa superficial de racionalidad y conciencia, se esconde un elemento oscuro
e ingobernable: el inconsciente, origen y causa fundamental de nuestro
comportamiento. El inconsciente freudiano se rige por el principio del placer: desea
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satisfacer sus tendencias sexuales y agresivas, pero la sociedad y la cultura no se lo


permiten. Como consecuencia de esta represión, el ser humano solo puede exteriorizar
sus impulsos de una manera indirecta, por ejemplo, a través de los sueños, la creación
artística, el trabajo o el sacrificio por los demás. Cuando ni siquiera así lo consigue, cae
en la enfermedad mental, en la neurosis.

Para Freud, no hay aspecto de la vida humana que no puede ser interpretado desde sus
teorías: la sexualidad es vista como la causa principal de las acciones humanas; las
enfermedades mentales son la consecuencia de un deseo o instinto reprimido; el yo es
solo una parte de la personalidad, en tensión con el inconsciente; incluso los actos más
cotidianos, los olvidos, los sueños o las equivocaciones, que hasta entonces se habían
considerado irrelevantes, se convierten en medios donde el psicoanalista puede bucear
para acceder a las profundidades del inconsciente. También el arte o la religión se
pueden interpretar desde el psicoanálisis.

I. Aproximación general a las corrientes filosóficas del siglo xx

Como se ha dicho, son muchas las corrientes filosóficas que han quedado prefiguradas
por los autores ya citados. Lo que llamamos filosofía contemporánea no puede
entenderse adecuadamente sin la influencia ejercida por su pensamiento.

Así, el marxismo, originalmente una reacción frente al pensamiento idealista de Hegel,


ha estado presente en todo el siglo XX, bien en su forma ortodoxa, o bien revisada en
ocasiones gracias a otras influencias filosóficas y científicas que no estaban en el
marxismo original (el psicoanálisis, por ejemplo), como sucede en el caso de algunos
representantes de la Escuela de Francfort, como Adorno, Marcuse, y su cabeza visible
actual, Jürgen Habermas.

El positivismo de Comte, inicialmente otra reacción reacción contra el hegelianismo


pretende instaurar un saber positivo, capaz de fundamentar una organización socio-
política nueva basada en las ideas de orden y progreso frente a las tendencias
revolucionarias y disolventes de la sociedad de entonces. Cabe reconocer esta línea de
pensamiento en el positivismo lógico o empirismo lógico del siglo XX. Éste último
constituye (junto con la llamada filosofía analítica) uno de los movimientos integrantes
de la corriente analítica de nuestros días, cuya máxima originalidad consiste en haber
transformado el concepto mismo de filosofía: para la corriente analítica (Carnap,
Wittgenstein, Moore, Ayer…), la filosofía no tiene como objeto la realidad, sino el
análisis del lenguaje acerca de la realidad (trátese del lenguaje ordinario o científico).

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Dentro del neopositivismo se suele mencionar también a Popper, si bien éste mantuvo
siempre una distancia crítica con las tesis fuertes de dicha corriente.

Otras corrientes de la filosofía contemporánea han tomado como principal objeto de


consideración el fenómeno de la vida, en su vertiente puramente biológica o bien
biográfico-histórica y la irreductibilidad de la existencia personal a otras realidades:
son las denominadas filosofías historicistas y vitalistas que originadas en el siglo XIX se
extienden por todo el siglo XX influyendo de diversas maneras en distintas tendencias
filosóficas: existencialismo, personalismo (Mounier). Otras tendencias filosóficas de
este siglo son la fenomenológía (Husserl) y el pragmatismo (Dewey).

El historicismo engloba un conjunto de doctrinas que coinciden en subrayar el carácter


histórico del hombre y tratan de determinar el método propio de las ciencias históricas.
Entre los representantes más conocidos se encuentra Wilhelm Dilthey que asume la
tarea de llevar a cabo una crítica -en el sentido kantiano- de la razón histórica. Las
ciencias históricas (o ciencias del espíritu) estudian la vida no como lo hacen las
ciencias naturales sino desde dentro de la vida misma por medio de la comprensión y
la vivencia.

Suele calificarse de vitalismo toda filosofía que admita un principio vital o una fuerza
vital irreductible a los procesos físico-químicos de los organismos. Así pueden
englobarse bajo esta etiqueta los sistemas de pensamiento más dispares siempre que
entiendan la realidad no de un modo estático, sino dinámico, que valoren lo singular e
irrepetible, es decir, lo vivencial e incluso lo irracional. Ya hemos visto como la filosofía
de F. Nietzsche representa una reacción no sólo contra el espíritu de la Ilustración y
contra Hegel, sino en realidad contra toda la tradición filosófica occidental que,
originada en Platón y prosiguiendo con el cristianismo, es acusada de oponerse a la vida
y a los valores vitales. Otros pensadores vitalistas son H. Bergson y J. Ortega y Gasset
aunque éste último prefiere denominar raciovitalista a su filosofía. Efectivamente
además del vitalismo, el filósofo español recibe también el influjo del historicismo de
Dilthey, así como del existencialismo de Heidegger.

Para terminar, diremos algo acerca de este último movimiento. El existencialismo


analiza la existencia humana como modo fundamental de ser del hombre en el mundo,
pero hay muchas diferencias entre los filósofos que son normalmente llamados
existencialistas. Se reconoce como precursor de esta tendencia al filosofo danés Sören
Kierkegaard y entre los principales representantes en este siglo se puede señalar a J.P.
Sartre (muy influenciado por Husserl), K. Jaspers y al ya citado Heidegger. El
existencialismo es una filosofía que afirma la originalidad de la existencia individual. La
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realidad individual única por antonomasia es la existencia del propio yo, pero no un yo
puro sino concreto y mundano. La existencia es el fenómeno fundamental en el sentido
de que es desde ella como se decide y establece el significado y valor de toda la realidad.
Ahora bien la estructura fundamental y originaria de la existencia humana es la libertad
y desde ella se entiende al hombre como un continuo proyecto.

ACTIVIDAD. ARGUMENTE:
1- ¿Por qué para Marx, el hombre es un animal que trabaja?
2- por qué plantea Nietzsche su teoría del super hombre, al plantear que “Dios ha
muerto”
3- ¿Como conceptúa Freud el inconsciente?
4- ¿En qué medida las transformaciones sociohistóricas, como la Revolución
Francesa, influyeron en la evolución de las concepciones filosóficas sobre la esencia
humana, y cómo se refleja esta influencia en las teorías posteriores de Darwin, Marx,
Nietzsche y Freud?
5- ¿Cuáles son las principales implicaciones filosóficas y éticas de la teoría de la
evolución de Darwin en relación con la comprensión de la naturaleza humana y su
posición en el mundo?
6- ¿Cómo se puede reconciliar la noción de alienación de Marx con la idea de
progreso y desarrollo humano, y qué críticas se pueden plantear a esta reconciliación
desde una perspectiva filosófica más amplia?
7- ¿En qué medida la propuesta de Nietzsche de superación de los valores
convencionales después de la "muerte de Dios" desafía las nociones tradicionales de
moralidad y ética, y qué implicaciones tiene esto para la construcción de una sociedad?
8- ¿Cuál es la relevancia contemporánea de la teoría del inconsciente de Freud en
el análisis de la naturaleza humana y cómo se relaciona esta relevancia con las críticas
postmodernas al concepto de sujeto?
9- ¿Cómo influyeron las corrientes filosóficas del siglo XIX y XX, como el marxismo,
el positivismo y el existencialismo, en la formación de la filosofía contemporánea, y
cuáles son los principales desafíos conceptuales que plantean para nuestra
comprensión del ser humano?
10- ¿En qué medida la idea de la libertad humana se ve cuestionada por los enfoques
deterministas propuestos por Marx, Nietzsche y Freud, y cómo podemos reconciliar
estas tensiones en una visión coherente de la naturaleza humana?
11- ¿Cómo podemos abordar de manera crítica las implicaciones éticas y políticas
de las teorías filosóficas presentadas, especialmente en lo que respecta a la justificación
del poder y la opresión en las sociedades contemporáneas?
12- ¿Cuál es el papel de la crítica literaria y cultural en la interpretación y
contextualización de las teorías filosóficas presentadas, y cómo podemos utilizar
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enfoques interdisciplinarios para enriquecer nuestra comprensión de la complejidad


de la condición humana en el mundo contemporáneo?
13- En una hoja de examen realiza una línea del tiempo con las escuelas filosóficas
vistas hasta el momento durante el módulo, ten como prioridad colocas aspectos
importantes de cada una de las corrientes y sus principales exponentes. Apóyate con
dibujos, sé creativo.

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