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¿PORQUE DIOS NOS COMPARÓ CON UNA OVEJA?

hay varias razones por las cuales la Biblia nos compara con las ovejas. Las ovejas:

1. La oveja no tiene ningún sentido de dirección. No es como un perro o un gato. Si una oveja se pierde,
no tiene manera de encontrar el camino a su redil. Si una oveja se pierde, el pastor tiene que ir a
buscarla.

2. Una oveja no se puede limpiar a sí misma. Los gatos se limpian solos con la lengua, no hace falta
bañar a un gato. Pero las ovejas tienen lana, y esa lana se pone grasosa con el tiempo, y se enreda, y
las ovejas pueden terminar bastante sucias. Si el pastor no las limpia, la oveja se va a quedar sucia.

3. Las ovejas son miopes, y no pueden encontrar alimento fácilmente. La oveja puede ir caminando,
encontrar hierba venenosa, y comérsela. El pastor tiene que limpiar los terrenos donde van a pastar las
ovejas, y tiene que guiarlas a ese lugar.

4. La oveja está indefensa. Las ovejas no muerden, no patean, no arañan, ni tampoco corren muy rápido.
Cuando están matando a una oveja, ésta no hace nada más que balar. El pastor tiene que defender a
las ovejas de los depredadores.

¿Pueden ver por qué los seres humanos somos comparados con las ovejas?

1. Los humanos no tenemos un sentido natural de dirección espiritual.


a. No podemos ver el futuro, ni tenemos el conocimiento suficiente en todas las ocasiones para tomar
la decisión correcta (Jer. 10:23; Mr. 6:34).
b. También, la Biblia menciona que el pecado que cometemos nos ciega, y nos impide tomar las
decisiones correctas (Ef. 4:17–19).
c. Los humanos estamos tan ciegos, que no podemos aceptar nuestra propia ceguera espiritual (Mt.
15:14).

2. Los humanos no podemos limpiarnos del pecado.

a. Los humanos no podemos perdonar pecados, solamente Dios puede (Pr. 20:9; Job 25:4).
b. Tampoco podemos dejar de pecar, ni tampoco conocemos a nadie que jamás peque (Job 14:4; Sal.
51:5; Jer. 13:23).

3. Los humanos tampoco podemos alimentarnos espiritualmente.

a. Siempre estamos buscando experiencias, cosas, o personas, que nos satisfagan, y sin embargo no
podemos ser felices (Jn. 4:13; Jer. 2:13).

4. Los humanos tampoco tenemos defensas verdaderas ante nada:

a. No tenemos control sobre las enfermedades, huracanes, terremotos.


b. Tampoco tenemos control sobre nuestra propia vida. Ni siquiera sabemos si vamos a estar vivos al
terminar esta transmisión (Stgo. 4:13–15).
Como ven, el Señor Jesús nos compara con las ovejas por varias razones. Tú y yo necesitamos
dirección, limpieza, alimento y seguridad física y espiritual. La buena noticia

II. La seguridad de las ovejas (Jn. 10:7–9)


Las ovejas, para poder estar seguras, son resguardadas en un redil. Un redil es un espacio cerrado, con
un muro de piedra, o de madera. En ese lugar las ovejas descansan, duermen, se curan las heridas,
etc.
Estos lugares tenían que ser muy seguros, porque suelen venir ladrones a robarse las ovejas. Las ovejas
son muy valiosas por la lana que producen, así que los pastores tenían que estarlas cuidado todo el
tiempo.

La manera de entrar o salir del redil es a través de la puerta. En este pasaje Jesús se menciona a sí
mismo como la puerta de las ovejas (Jn. 10:7). Hay varias razones para esto:

A) Jesús es el único camino a Dios.


a. Jesús dice “yo soy la puerta”, no dice que es una puerta. Una y otra vez, Jesús nos deja claro que Él
es el único Salvador, la única manera de tener vida eterna (Jn. 14:6; Hch. 4:12; 1Tim. 2:5).
I. Aquí mucha gente se enoja, porque quiere su manera, su propio camino. Pero Prov. 14:12 nos advierte
de esto.
b. Los demás son ladrones y bandido. (Jn. 10:1). Cualquier otra esperanza de salvación, cualquier otro
camino que no es Jesús es un camino falso.
I. Ni Mahoma, Buda, Confucio, José Smith, Karl Marx, son la puerta de las ovejas. Ninguna religión ni
filosofía lo va a poder salvar.
II. En este tiempo de crisis, muchas personas te van a ofrecer caminos y soluciones falsos. No confíes
en ellos. Cristo es el único camino a Dios.
B) Es el único que puede dar vida.
a. Vida en la Biblia habla de una relación personal con el único Dios verdadero (Jn. 17:3). La vida eterna
es la relación eterna y personal con Dios mismo (1Jn. 5:20).
b. “Y vida en abundancia”. La gente tiene un concepto erróneo acerca de qué nos ofrece Dios. Hay
gente que usa esta frase para creer que Dios les va a dar todo el dinero, éxito, prosperidad y salud que
ellos quieren. Pero la vida en abundancia que menciona Jesús no es nada de eso (Flp. 3:7–11).
I. No te estoy prometiendo que si aceptas a Jesús hoy no vas a contagiarte del coronavirus, o que no
vas a perder tu trabajo.
II. Lo que sí te aseguro, es que si crees en Jesús vas a tener una relación personal y directa con Dios,
y Él te va a dar la seguridad, la paz, y la confianza, que muchas personas están buscando en este
momento.
III. El peligro de las ovejas
Por último, si tú no has aceptado a Jesucristo como tu Señor y Salvador, significa que no has entrado
por la puerta. Y eso significa que sí estás en peligro.
Como vimos anteriormente, las ovejas necesitan al pastor para su cuidado. Si Jesús no es tu pastor,
estás solo, por tu cuenta. Y vemos lo peligroso que esto es (Jn. 10:10).
El ladrón que menciona aquí es el diablo. La Biblia dice que el diablo es un “león rugiente, buscando a
quién devorar” (1Ped. 5:8).
Si no has entrado por la puerta, estás indefenso, y estás en peligro.

CONCLUSIÓN
Habiendo visto lo anterior, tengo que insistirte que entres por la puerta. ¿Qué significa esto? Que te
arrepientas de tu pecado, y confíes en el Señor Jesucristo.
1. La Biblia dice que todos hemos pecado (Rom. 3:23). También dice que “todos nos perdemos como
ovejas, cada uno sigue su propio camino” (Is. 53:6). Arrepentirse significa volver. Arrepentirse es
reconocer que estás perdido, que has pecado, y es pedirle a Dios que te perdone.
2. Entrar por la puerta significa dejar de segur tu propio camino, o tu manera de salvarte, y confiar
únicamente en Jesús. Si estás buscando otros caminos para tratar de llegar a Dios, estás tratando de
saltarte la barda. Solo puedes entrar por la puerta.
3. Confiar en Jesús no es solamente “creer” en la manera intelectual. Es confiar en Él como tu Salvador
y Señor. Es buscarlo a Él como un hambriento busca comida, o un sediento busca agua. Es depender
de Jesús para tu salvación, como alguien se aferra a un salvavidas en el mar.

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