Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CONTEMPORANEA
Es una verdadera rareza encontrar una obra que abarque casi toda la historia de la psicología en apretada síntesis,
y más aun que lo haga a su vez develando la dialéctica del desarrollo de la teoría Psicológica y sus
estructuraciones sistemáticas. Este es precisamente el mérito excepcional de esta monografía, que sin dudas llena
El autor en una laboriosa crítica despliega, y simultáneamente integra, todo el pensamiento y la obra psicológica
del siglo XIX, para precisarnos el surgimiento de esta ciencia y los puntos neurálgicos que dieron origen a sus
En toda esta panorámica se detiene en un agudo análisis de la llamada crisis contemporánea de las ciencias
sociales, en especial las que asumen un enfoque marxista y nos propone una original solución para la psicología en
En fin, en esta breve obra, el lector encontrará en un lenguaje rigurozo pero ameno, las ideas básicas acerca del
INDICE
Hacer un libro que trate de historiar y captar el estado de una ciencia en un momento dado, resulta una
empresa en manera alguna sencilla, por diversas razones. Entre ellas podría citar el hecho de la
complejidad que introducen las múltiples posturas y criterios que pueden existir, lo que impone al autor,
para ser veraz, cierta independencia de los mismos y, a la vez, tenerlos en consideración.
Por otro lado se requiere de un amplio conocimiento de la historia de la ciencia, así como de la ciencia
misma.
Valgan estas dos razones para considerar el aprecio en que debe tenerse el libro que ahora tiene el lector
en sus manos.
En el contexto cubano son contados los materiales aparecidos, que traten de aproximarnos al estado
actual de la Psicología. Tal vez el de Valera sea el primero. En Latinoamérica la situación es similar.
Con una visión bastante peculiar y con meticulosidad envidiable, el autor nos revela, el desarrollo de la
Psicología, desde una posición o enfoque materialista dialéctico y marxista. Es de destacar el rigor y la
elegancia con que aborda los diversos temas, y el logro de haber condensado, en relativamente pocas
páginas, aquello que a la Psicología, los psicólogos y otros estudiosos les ha llevado más de un siglo
realizar.
Las soluciones que Valera ofrece a algunos de los más espinosos de los problemas tratados me parecen
sumamente inteligentes, incluso cuando uno podría no compartirlas. Sea ejemplo la cuestión de si es
Piaget materialista dialéctico o no.
Es de destacar que él aborda convenientemente lo necesario, para que el lector, tanto el más conocedor,
como el que lo es menos, se sienta complacidos por el volumen de información que aporta y por la
actualidad que nos transmite, en el propio contenido y la manera en que lo aborda.
La forma sencilla y directa de los tratamientos, hace del libro un material accesible, nada denso - o no
más allá de lo pertinente -, para poder ser leído y comprendido por los más diversos lectores (psicológos,
maestros, entre otros.)
No quiero dejar de recalcar la importancia de que este libro aparezca entre nosotros y producido por
nosotros. Entre nosotros, porque a la psicología cubana le van haciendo falta marcos referenciales
trazados desde nuestras perspectivas y horizonte, en un momento en que como han señalado muchos
estamos plantados ante encrucijadas que crean deslumbramientos, confusiones y abandonos de posturas.
Además porque sólo podremos reconocer los aportes de nuestra psicología, que entre paréntisis sea dicho
cada vez toma más estatura, que debe ser tenida muy en cuenta, cuando comprendamos cómo nos
insertamos en el tronco común de esta ciencia y, entonces, el sentido que deben llevar estos para hacerla
crecer a la vez que vamos resolviendo nuestros problemas dentro y fuera de ella.
Por nosotros, porque aparte el orgullo justificado que apareja una buena obra, debemos sentirnos en la
obligación de rescatar o mantener una posición de análisis desde el marxismo que menos comparten en la
actualidad, pero que es la única vía que consecuentemente aplicada, nos puede ayudar a entender dónde
están los pies y dónde la cabeza.
La posición marxista implica no ser dogmáticos, reconocer y dar cabida a la diversidad, partir de una
posición que considera la posibilidad de que en todo hay lago de verdad que merece ser rescatado, es
decir dialécticamente negado sea el caso. Y el autor da muestra de comprender bien esto, cuando hace
análisis y propone respuestas nada parciales, que ofrecen cabida para posiciones que a veces
rechazamos de plano, sin tomar lo verdadero que hay en ellas.
El hecho de que muchas de las teorías y enfoques que trata el autor, hayan estado o estén en boga en
Latinoamérica, hace que la obra cobre relevancia para quienes,en el continente, se preocupan por la
Psicología.
Si algo pudiera señalarse al libro, o al autor, es que en próximas ediciones, sería conveniente incluir el
tratamiento de la psicología cultural norteamericana. Digo lo anterior por la importancia de esta
corriente y por el parentezco, también a su manera, con el enfoque histórico cultural.
Tiene el lector en sus manos, pues, un libro que no se arrepentirá de haber leído.
El siglo XX ha tenido como rasgo característico el impetuoso desarrollo de la ciencia y la técnica. Han
surgido, particularmente en las últimas décadas, infinidad de nuevas disciplinas científicas como
consecuencia de un lógico proceso de integración y diferenciación simultánea y paulatina de los objetos de
estudio de las diversas ciencias.
El tiempo que transcurre entre los descubrimientos científicos y su aplicación en la práctica social se ha
acortado extraordinariamente; al extremo que, en ocasiones el proceso se invierte y son las propias
necesidades tecnológicas de la sociedad, las que exigen los resultados investigativos a las ciencias.
Por supuesto que todas las ciencias no se han visto comprometidas en el mismo grado con esta compleja
dinámica de la contemporaneidad. Algunas sin embargo, se han convertido en rectoras de la época, entre
las que se encuentran al cibernética, la informática y la psicología. Por ello, el presente siglo ha sido
denominado por algunos autores como el de la computación, por otros, el de la información científico
técnica, y por algunos otros como el de la psicología.
Estas razones ubican a la psicología en un lugar especial en el cuadro científico del mundo actual y le
otorgan un amplio sistema de interacciones con otras disciplinas que ha desarrollado y diversificado
notablemente su estructura como ciencia, lo que puede apreciarse de manera resumida en el esquema que
aparece al final en el anexo I.
Sin embargo, este esquema resulta realmente simplista si nos ubicamos en la complejidad teórica de la
psicología, dada en la diversidad de campos de acción que abarca y el amplio espectro de enfoques y
teorizaciones existentes para su estudio; problemática que le ha caracterizado como ciencia desde su
surgimiento y que ha devenido en infinidad de tendencias, dadas en las diferentes corrientes, escuelas y
teorías psicológicas como se verá más adelante.
Comprender cualquier contenido psicológico desde la tendencia que se enfoca, es un primer e
imprescindible requisito de la ciencia psicológica. Esta es la leimotiv de esta obra, cuyo objetivo esencial
es sistematizar con un sentido crítico, histórico y dialéctico esta diversidad de conceptualizaciones del
fenómeno psíquico dada en estas tendencias; por lo que en ella se analiza el problema desde un punto de
vista cienciológico o quizás desde la filosofía de la ciencia como suele denominársele en Europa
Occidental y Norteamérica, así como desde el ángulo de la filosofía y la epistemología, en particular desde
las posiciones de la dialéctica materialista y la teoría del conocimiento o gnoseología marxistas y la
epistemología genética y crítica, sin dejar por supuesto de historiar el problema como requisito
indispensable para develar su lógica interna, actual y perspectiva; y que nos lleva a comprender el proceso
gradual de surgimiento alternativo y de desarrollo diversificado de la ciencia psicológica que se concretiza
en sus dinámicas y hay veces contrapuestas realizaciones más recientes, como es la pugna entre el
cognitivismo y el humanismo.
De esta manera vamos a entender por corriente aquella tendencia de carácter general y filosófico que
desde una interpretación de la relación del hombre con el mundo, determina la naturaleza de lo
psicológico, produciendo una orientación global en la práctica investigativa y las elaboraciones teóricas de
la psicología.
Las escuelas, por su parte, son agrupaciones científicas que desde las posiciones generales de las
corrientes definen su propio objeto y contenido de estudio y su metodología de abordaje, muchas veces
agrupadas, al menos en sus inicios, en una institución científica o universidad de determinado país y nu-
cleadas por científicos de avanzada que se instalan como principales representantes. También se puede
decir que la escuela es todo un cuerpo de doctrina o sistema creado por un científico o más, aceptado,
seguido y aún reelaborado por otros.
Por último, se comprenderá que el diapasón de intereses que puede despertar un estudio de la naturaleza
que se presenta en esta obra puede ser muy amplio: psicólogos, pedagogos, psiquiatras, médicos,
comunicadores y trabajadores sociales, juristas y humanistas en general, pero me parece resultará de espe-
cial importancia para maestros y profesores, quienes universalmente, pero especialmente en
Latinoamérica, se ven obligados a impartir programas escolares estructurados en diseños curriculares
asentados en enfoques constructivistas, conductistas, personológicos, humanistas, cognitivistas y
psicoanalíticos, entre otros, en ocasiones elaborados eclécticamente; y de los cuales se desconocen sus
fundamentos psicológicos.
Aquí podrán encontrar elementos para la explicación de la histórica e indisoluble relación de la pedagogía
y la psicología que como sabemos propicia el surgimiento de la Psicología de la Educación, Psicología
Pedagógica o Psicopedagogía, como una de las ciencias de la educación de mayor relevancia en el análisis
de los hechos y fenómenos pedagógicos.
En fin, en este trabajo se presenta un balance histórico-cronológico y una valoración crítico-conceptual del
proceso de surgimiento y amplificación de la Psicología, que ofrece una panorámica caracterizadora del
cuadro científico de esa ciencia dada en sus corrientes, principales escuelas y teorías que se intenta
sistematizar, como puede verse en el esquema que aparece anexo al final de este trabajo.
La preocupación por su propia vida psíquica existió en el hombre desde la antigüedad, ligada por supuesto
a las más disímiles especulaciones filosóficas que partieron de concepciones de tipo idealista como las
nociones de Platón acerca del alma, o las materialistas ingenuas de Demócrito al concebir la psiquis como
"átomos finos producidos por el cerebro".
Este desarrollo tardío de la psicología como ciencia es explicada por la cienciciología y la historia de la
ciencia actual como algo propio del progreso escalonado de ésta, que se inicia desde las más ajenas al
hombre (física, astronomía, etc.), hacia las más próximas a sus problemas intrínsecos donde se incluye la
psicología. Particularmente A. Caparrós señala dos razones:
"El carácter espiritual, sagrado y trascendente que la mayoría de las instituciones humanas han
atribuido y atribuyen al ser humano".
"La complejidad del ser humano y de su comportamiento, sea cual fuere la concepción que se tenga de
él". (1)
La realidad histórica para la psicología ha sido tener una larga prehistoria científica que produjo un amplio
arsenal de conocimientos especulativos asentados en las más diversas filosofías acerca de su objeto de
estudio, el psiquismo, en especial el humano; y una extraordinaria dificultad en encontrar métodos de
probada efectividad para su investigación, lo cual sólo era posible por medio del experimento dado el
desarrollo de las ciencias más avanzadas de la época.
Con el surgimiento del empirismo inglés del siglo XVIII encabezado por John Locke y su variante del
asociacionismo mental (D. Hartley, Th. Brown, James Mill, Stuart Mill, A. Bain), así como los múltiples
resultados experimentales de la psicofisiología, se crean las bases para que en la segunda mitad del siglo
XIX aparezca la Psicología como ciencia en Alemania, al tiempo que dos científicos con una sólida
formación experimentalista y psicofísica, Fechner y Wundt, realizan las primeras investigaciones
propiamente científicas de la psiquis. Particularmente este último crea por primera vez, un método
específico de la investigación psicológica: la introspección.
No obstante, los inicios de la psicología científica estuvo cargado de una intensa actividad de búsqueda
conceptual-metodológica donde debería asentarse la nueva ciencia. Debe subrayarse que la definición
operativa de su objeto de estudio, que permitiera su investigación rigurosa, fue un campo de especial
atención, lo que condujo al cuestionamiento de cuál es la estructura de la mente, cómo es su
funcionamiento y sobre qué sustrato existe; así como cuáles son los métodos específicos que permiten dar
respuestas a estas interrogantes, fundamentalmente a nivel experimental.
G.T. Fechner desarrolló previamente a W. Wundt la psicofísica, ya que tomando los patrones de la física,
ciencia especialmente avanzada a la sazón, traslada en gran medida su modelo al estudio de los fenómenos
psíquicos, aportando rigurosos métodos para el estudio cuantitativo y cualitativo de los procesos
senso-perceptuales, de los cuales se elabora por primera vez, una teoría con sus propias leyes y conceptos;
así como el andamiaje metodológico. Por supuesto, estas serias y bien fundamentadas investigaciones
ofrecieron solamente una imagen atomizada y parcializada del psíquismo, que no permitían comprenderlo
en toda su extensión como propiedad esencial de la naturaleza humana.
Otros estudios previos y paralelos a los de Wundt sé desarrollan por la psicofisiología en materia de
fisiología sensorial (J. Müller, E.H. Weber y H. von Helmholtz) y de neurofisiología y fisiología cerebral
(Fluorens, Fritsch, Hitzig, Bell y Hall). Estos permitieron esclarecer las bases materiales y funcionales del
fenómeno psíquico e introducir el rigor metodológico experimental que da salida al control cuantitativo de
los hechos estudiados y producir las correspondientes generalizaciones teóricas.
En los albores de la psicología también hay que considerar a la Psicología naturalista rusa, asentada sobre
la base de la tradición de este país en los estudios neurofisiológicos y en su enfoque materialista del
psiquismo, pero esencialmente espontáneo y mecanicista. Estos esfuerzos científicos se llevan a cabo en
la Rusia Zarista por I, M. Sechenov y V. M. Bechterev entre otros, quienes en una síntesis creativa de lo
mejor de la tradición neurofisiológica de aquella olvidada parte de Europa Oriental, establecían los
mecanismos neurales por los que el hombre se adaptaba al mundo, en primera instancia, para
posteriormente representárselo como producto de su conciencia. Aparecía entonces, una nueva teoría
denominada con propiedad reflexología y la propuesta de Bechterev conocida por psicología objetiva.
Con posterioridad, a principios de este siglo, K. V. Kornilov reelabora con un enfoque
materialista-mecanicista las concepciones de Sechenov y Bechterev, y produce la tendencia identificada
por reactología.
Otra corriente que sentó pautas para el surgimiento de la psicología científica bajo el criterio de la
medición del fenómeno psíquico como una de sus condiciones fundamentales, fue la psicobiología que,
asimilando los avances de la teoría evolucionista de Darwin e importantes estudios del psiquismo animal,
pudo establecer sus propios métodos e instrumentos para el estudio del psiquismo, en particular los tests
mentales. Entre sus más insignes representantes se encuentran Francis Galton y Lloyd Morgan, así como
los sistematizadores de los cuestionarios o tests James M. Cattel, Alfred Binet y Lewis Terman.
Por último, el inglés E. B. Titchener, que pasó a Alemania a trabajar con W. Wundt, muy pronto disintió
en parte de éste y se trasladó a E.E.U.U. con la convicción de que lo que se trata para la psicología es
estudiar la estructura del psiquismo, para lo cual la introspección y la asociación libre resultaban
insuficientes, por lo que se dio a la búsqueda de nuevos métodos que sobre bases experimentales
permitieron caracterizar el comportamiento animal o humano.
Señala Titchener en 1909 en su "Libro de texto de Psicología" que como cualquier otra ciencia la
psicología se hace estas tres preguntas: “qué?, cómo? y por qué?".
La respuesta a la primera pregunta es la solución del problema de orden analítico: se necesita determinar
de qué elementos está formado el objeto que se investiga. Al analizar cómo se combinan estos elementos,
la ciencia resuelve la tarea de la síntesis. Y, por último, es necesario explicar por qué surge precisamente
tal combinación de elementos y no otra. De acuerdo con la psicología esto significa la búsqueda de los
elementos más sencillos de la conciencia y el descubrimiento de la regularidad en la combinación de éstos
(por ejemplo, desde el principio neural de la percepción de los colores hasta las leyes mentales de su
contraste). Decía entonces Titchener que a la pregunta por qué?, el psicólogo responde, explicando los
procesos psíquicos en los términos de los procesos paralelos a ellos que tienen lugar en el sistema
nervioso.
A finales del siglo XIX se desarrolla también en los E.E.U.U. la corriente conexionista en las
concepciones y trabajos experimentales de Edward L. Thorndike, cuya esencia era que el organismo
realizaba acciones activas para la resolución de problemas que le permitían adaptarse al medio. Estas
acciones activas se producían por relaciones, por conexión entre los movimientos y las situaciones
externas. A partir de ella define la Ley del efecto* como una cuarta ley del aprendizaje, ampliando la
concepción que al respecto daba el asociacionismo. Por otra parte, su definición de conexión como la
relación entre la reacción y la situación, establecía los fundamentos del esquema básico del conductismo,
por lo que se puede considerar al conexionismo de Thorndike como su antecedente inmediato.
Amplió de esta manera el campo de acción de la psicología a la interacción entre el organismo y el medio,
por lo que sus aportes conceptuales y experimentales fueron de gran importancia en la consolidación de la
psicología pedagógica como rama de la ciencia.
* Principio según el cual, una respuesta satisfactoria dada a un estímulo tiende a reforzar la asociación
entre ambos, mientras que una respuesta no satisfactoria tiende a debilitarla.
Las otras corrientes como las psicobiología, la psicología naturalista rusa y el conexionismo, aportaron
otros enfoques que sirvieron para la aparición de nuevas corrientes en la siguiente etapa de amplificación
de la psicología científica ocurrida a partir de los inicios del siglo XX.
Podemos concluir, por tanto, que las grandes y diversas elaboraciones sistémicas de la psicología del siglo
XX tuvieron sus antecedentes y condicionamiento en el alternativo cuadro de tendencias en la que se
instaura la psicología como ciencia en el siglo XIX en un proceso lógico de continuidad histórica y meto-
dológica.
Conjuntamente se produce una ampliación de las corrientes filosóficas, que en su mayoría inciden en una
nueva orientación en el análisis de los problemas humanos y de las ciencias que constituyen ahora el
centro de su preocupación. Así es como surge el positivismo, el pragmatismo, el marxismo, el
existencialismo y hasta una nueva óptica filosófica religiosa, dada en el neotomismo. Otros hechos
científicos como son importantes descubrimientos y teorías en el campo de las ciencias biológicas que
replantean el problema del origen y desarrollo del hombre como fue la teoría de la evolución de Charles
Darwin y los descubrimientos de la genética, en particular las leyes de la herencia, formulan de manera
nueva la esencia humana dada la condición de ser bio-psico-social del hombre. Aparecen entonces,
planteamientos como el siguiente de James Angell en 1904: "Adoptaremos el punto de vista biológico...
consideraremos todas las operaciones de la conciencia -todas nuestras sensaciones, todas nuestras
emociones y todas nuestras voliciones- como expresiones de adaptaciones orgánicas a nuestro ambiente,
un ambiente que, debemos recordarlo, es tanto social como físico" (2)".
Si a ello sumamos el enfoque mecanicista y reduccionista del psiquismo que presentan las investigaciones
de la psicología experimental, se comprende entonces, cómo los finales del siglo pasado e inicios del
presente se caracterizaron por una explosión de corrientes, escuelas y teorías psicológicas. Veamos
entonces, las principales tendencias de la psicología desarrolladas fundamentalmente a partir de los
inicios del presente siglo.
2.1 Funcionalismo
Surge como la primera resistencia organizada y sistematizada contra Wundt y Titchener en su posición
del estudio de la conciencia por medio de la introspección y de hecho se convierte en la primera corriente
psicológica típicamente americana.
Su origen está en el artículo "El concepto de arco reflejo en psicología" publicado en 1896 por quien es
considerado su fundador, el psicólogo y pedagogo norteamericano John Dewey (1859-1952).
El funcionalismo tiene su basamento filosófico en el pragmatismo por lo que tiene como predecesor al
filósofo y psicólogo norteamericano William James (1842-1910).
No obstante su fundamento filosófico poco aquilatado, su trascendencia científica fue muy grande, pues
respondía a la lógica del desarrollo de la ciencia, en consonancia con la práctica social. Fue la respuesta
de la psicología norteamericana en la preparación del hombre a la industrialización, tecnocratización y
competencia capitalista. De ahí que su esencia eminentemente práctica consistía en estudiar la forma en
que el individuo se adaptaba al medio cambiante con la ayuda de las funciones psíquicas, y proporcionar
los mecanismos de adaptación más eficientes.
De esta manera, era obvio que superara al estructuralismo en su análisis estático de la conciencia que le
llevó al fracaso ante las nuevas y exigentes tareas que la sociedad norteamericana planteaba a la
psicología.
Por ello, con el funcionalismo surgieron nuevas orientaciones y ramas de la psicología, algunas iniciadas
en Europa pero manufacturadas ahora con la etiqueta "Made in USA", con un nuevo aire y ascendencia.
Así se desarrolla la testología, la psicología matemática y diferencial, invadiendo los tests y los análisis
estadísticos poblacionales todas las actividades: la educación, la industria, el comercio, la administración
pública, la política, la práctica clínica y militar por sólo citar algunas. La patopsicología, la zoopsicología
y la psicología infantil y educativa toman un extraordinario auge, franqueándose las barreras que otras
concepciones psicológicas no habían podido como el análisis de la relación entre lo interno y lo externo,
lo subjetivo y lo objetivo.
John Dewey, principal representante del funcionalismo, fue un hombre de dimensión universal, filósofo
que junto a Charles Pierce y William James funda la corriente filosófica que pudiéramos considerar la
clásica o auténticamente norteamericana, el pragmatismo; pedagogo, iniciador de la pedagogía de la
acción, junto a otros eminentes maestros, rebasando la propia dinámica de la práctica escolar para fundar
la filosofía de la educación y la sociología de la educación junto al francés Emile Durkheim como nuevas
disciplinas científicas en el campo educativo. Es por tanto, precursor de la teoría educativa
macroestructural base de la creación de las políticas educativas de los modernos sistemas educativos de la
actualidad.
Bajo la influencia de Dewey, en su visita en 1894 a la Universidad de Chicago, se inicia la formación del
grupo más compacto de psicólogos funcionalistas norteamericanos encabezados por James Angell
(1869-1949) y Harvey Carr (1873-1954), quienes precisan que el objeto de estudio de la nueva psicología
es la actividad psíquica entendida como la percepción, la memoria, la imaginación, el pensamiento, el
sentimiento y la voluntad. Carr finalmente expresa que la actividad psíquica consiste en adquirir,
reproducir, almacenar, organizar y valorar la experiencia, y en utilizarla posteriormente para dirigir la
conducta.
Respecto a su naturaleza y trascendencia A. Caparrós nos dice ..."es importante subrayar que el
conductismo constituye uno de los productos y manifestaciones más típicos de la cultura americana, la
verdadera encarnación del espíritu americano en la Psicología (entiéndase por norteamericano). Por esto,
hablar del conductismo es inevitable hablar de los Estados Unidos" (3).
El carácter objetivo de la psicología, que puede concretarse en el estudio de las respuestas de los
sujetos manipuladas bajo ciertas condiciones experimentales, las que generalmente se obtienen con
animales en laboratorios y después se extrapolan al hombre; de ahí que desde el punto de vista
psicológico sus fuentes están además de en el funcionalismo, en la psicología animal y el condiciona-
miento.
Rechazo a cualquier concepto o tipo de explicación mentalista de los fenómenos psíquicos que de
hecho se convierten en manifestaciones conductuales. Por esta razón se reacciona ante la psicología
experimental y el método introspectivo de W. Wundt y a cualquier otra escuela psicológica que
pretenda estudiar la conciencia o la esencia psicológica o moral del hombre.
Como precursores del conductismo podemos situar al ruso Iván P. Pavlov con su teoría del reflejo
condicionado y al conexionista norteamericano Edward L. Thorndike con sus estudios experimentales
realizados con animales de laboratorio acerca del aprendizaje y la conducta y que quedan plasmados en
sus obras Animal Intelligence (1898) y Educational Psychology (1903), previas ambas a las primeras
producciones de Watson.
Precisamente John B. Watson (1878-1958) es considerado el padre del conductismo. Fue capaz de
combinar en un solo sistema el espíritu pragmático del funcionalismo, el método experimental propio de
la Psicología animal y el condicionamiento de Pavlov y Bechterev.
En su artículo "La psicología tal como la ve un conductista" publicado en 1913 se puede decir que
Watson deja inaugurada oficialmente su escuela; en el mismo escribía la siguiente síntesis de la nueva
propuesta científica:
"La psicología... es una rama puramente objetiva y experimental de la ciencia natural. Su meta teórica es
la predicción y el control de la conducta... En sus esfuerzos por obtener un esquema unitario de la
respuesta animal, el conductista no reconoce ninguna línea divisoria entre el hombre y el bruto... Parece
haber llegado el momento de que la Psicología descarte toda referencia a la conciencia; de que no necesite
ya engañarse al creer que su objeto de observación son los estados mentales" (4).
Con posterioridad, en su obra "El conductismo" escrita en 1925, Watson hace hincapié en la importancia
del ambiente y propone dar un sentido utilitario a la Psicología que conduzca a un programa positivo de
mejoramiento humano: "Si lo que importa es el ambiente, si la conducta depende del ambiente,
reformemos favorablemente el ambiente y mejoraremos los seres humanos" (5).
Como se comprenderá, las concepciones watsonianas tienen una especial salida para el accionar educativo
en Norteamérica, muy particularmente su teoría del aprendizaje.
A partir de los años 30 surge en los E. U. un grupo de psicólogos que influidos por la fuerza que toma en
la época el positivismo asumen el modelo conductista de Watson con una óptica lógica, epistemológica y
tecnocrática. Conservan la concepción metodológica, la visión mecanicista de la conducta, el ambienta-
lismo y el aprendizaje, pero se introducen en la interpretación del esquema E-R (estímulo-respuesta)
nociones que explican el impulso a actuar, la cognoscibilidad durante el aprendizaje, nuevas formas del
condicionamiento de la respuesta que expresan su carácter operante y por supuesto los métodos
matemáticos como modelo teórico y como forma por excelencia para demostrar la viabilidad y
cientificidad de sus trabajos experimentales. A esta nueva versión ampliada y corregida se le denominó
neoconductismo y tuvo sus pilares en Edwin R. Guthrie (1886-1959), Clark L. Hull (1884-1952), Edward
C. Tolman (1886-1859) y quizás el más conocido y brillante Frederik B. Skinner (1904-1989).
Los tres primeros fundan la primera etapa del neoconductismo que podemos denominar como
cognitivista, ya que se introducen variables intermedias en el esquema E-R que constituyen factores
cognoscitivos y motivacionales como aspectos básicos en la explicación de la interacción de adaptación
del organismo con el medio. Llaman la atención de que en los resultados del aprendizaje experimental
con animales más que relaciones, o conexiones explicables por las leyes clásicas como la del ejercicio o la
del efecto, lo que se forman son estructuras cognoscitivas. En el caso de Tolman hace hincapié en el
aprendizaje de signos mediadores, deductores de la conducta, por lo que su conductismo también es
conocido como intencional. Hull por su parte trató de trasladar la lógica del lenguaje físico-matemático
(no debemos olvidar que al igual que Tolman era ingeniero) a la explicación del aprendizaje, produciendo
un behaviorismo hipotético-deductivo. Ambos, sin embargo, aunque superaron y revolucionaron el
inflexible esquema conductual watsoniano, no pudieron sacudirse del mecanicismo y el reduccionismo al
trasladar sus resultados en animales a la explicación de la conducta humana. Tolman vio al hombre, sin
dudas, como una "gran rata blanca" y Hull como un "pequeño robot" como ha apuntado acertadamente el
ruso M. G. Yaroschevski.
Skinner por su parte inicia la segunda y medular etapa del neoconductismo con su condicionamiento
operante. Constituyó una revolución en la ciencia psicológica que llega hasta nuestros días, penetrando
en las más diversas áreas de la actividad humana. Su significación está en la capacidad lograda para
modelar la conducta humana o modificarla en el sentido deseado. De aquí su éxito en la práctica social y
en especial en la educación, ya que ofrece a la pedagogía un "modelo casi infalible" para la formación del
hombre, (modificación del comportamiento) y para el aprendizaje escolar en particular lo que se ha dado
en llamar como enseñanza programada.
Sobre el enfoque Skinneriano se ha desarrollado una de las más activa y productiva corriente de la
psicología contemporánea denominada por “análisis experimental y modificación del comportamiento”,
de amplia difusión y utilización como modelo científico en la psicología latinoamericana. Entre los
autores destacados en esta dirección podemos citar al colombiano Ruben Ardila y al mexicano Emilio
Ribes.
Por supuesto, que ambas etapas del neoconductismo fueron influidas por los avances de otras
concepciones psicológicas dadas en corrientes y teorías tales como la gestalt y la teoría del reflejo
condicionado de Pavlov. Luego la vuelta al humanismo exigida a partir de la década del 60 bajo las
nuevas ideas del neopsicoanálisis y el develamiento para el occidente y norteamérica del enfoque
histórico-cultural vigotskiano, hizo que apareciera una tercera etapa dada en el conductismo social donde
se destaca la teoría del aprendizaje social de A. Bandura (1925) que destaca la importancia de la
asimilación de los modelos procedentes de otras personas, en particular de la madre, encuadrado en
determinadas condiciones sociales. Estas últimas se han llevado al centro de la actividad humana
socializada, dada en ambientes locales y están produciendo una cuarta etapa: una psicología
neoconductual comunitaria. Hoy en día también hay autores que suelen hablar de un conductismo
personológico al estilo de la obra de Bleger o de Pichón Riveriere, por lo que se puede pensar en una
quinta etapa.
Es una importante corriente psicológica que tuvo por cuna la antigua Rusia zarista, asentada sobre la base
de la tradición fisiológica y filosófica materialista de esta región, pero de determinación esencialmente
mecanicista.
El fundador de la reflexología o más propiamente teoría del reflejo condicionado fue Iván P. Pavlov
(1849-1936), quien posteriormente a Wundt y a Darwin, así como a los primeros representantes del
funcionalismo norteamericano, dio un paso decisivo para el establecimiento de la Psicología como ciencia
objetiva y experimental.
Por ello en esta corriente se sientan por primera vez, las bases para modelar el carácter científico, objetivo
y experimental de la psicología en un enfoque materialista y determinista del psiquismo.
"En la obra de Bejterev es necesario distinguir, por una parte, sus aportes a la fisiología, sus intentos de
fundar la psicología en datos objetivos referidos al trabajo del sistema nervioso y, por otra, sus
concepciones estrictamente psicológicas, que dieron lugar a la formulación de la psicorreflexiología,
teoría que extendió posteriormente a la explicación de los fenómenos sociales" (8)
Refiriéndose al objeto de estudio de la Psicología, planteó que "investiga las manifestaciones externas de
la psiquis, a saber, los reflejos y lo hace por métodos objetivos que permiten no sólo registrar las
reacciones, sino correlacionarlas con los estímulos externos que son los orígenes de las reacciones" (9)
Sin embargo, a pesar de los aportes de Sechenov y de Bechterev al establecimiento de una psicología
objetiva, no fue hasta la aparición de los trabajos de Pavlov y el desarrollo de su teoría del reflejo
condicionado que surge un enfoque del comportamiento sobre bases fisiológicas.
Es paradójico que un fisiólogo se haya constituido prácticamente en uno de los padres de la psicología,
pero ahí está el mérito de este investigador que fue capaz de discernir que el estudio de los reflejos
condicionados (aspecto psicológico) resultaba ser un excelente medio de acceder al funcionamiento de los
hemisferios cerebrales, en particular su corteza. "Pavlov estudió el funcionamiento de la corteza pero
indirectamente, encontraba las leyes que rigen la formación de los reflejos, su extinción, su
generalización, su discriminación, su recuperación espontánea, etc., lo cual es algo directamente
comportamental y por consiguiente, no observa directamente el modo como funcionaban los hemisferios
cerebrales". (10)
El concepto de reflejo elaborado y estudiado experimentalmente por Pavlov constituyó una novedad
decisiva para la psicología, que dio una nueva dimensión a la categoría conducta o comportamiento que a
pesar, incluso de la incomunicación existente con Europa Occidental y Norteamérica, tuvo una gran
influencia en otras escuelas como el conductismo, la psicología dinámica y fue base para el surgimiento
de nuevas ramas como la neuropsicología. Es necesario destacar, sin embargo, que no pocas veces se ha
realizado una inadecuada interpretación de la teoría del reflejo condicionado, desde identificarla
automáticamente con la reflexología de Bechterev o reducirla a la psicofisiología tradicional, o lo que ha
sido peor aún, presentarla como la psicología oficial del estado soviético; todo lo cual ha creado
confusiones e infinidad de nociones infundadas sobre una escuela que creó las bases de una verdadera
psicología materialista objetiva, dialéctica, y aportó una visión de los problemas del aprendizaje de
extraordinario valor para el desarrollo de la Pedagogía.
Otro error frecuente es incluir a la teoría del reflejo condicionado de Pavlov como una variante del
conductismo, cuando realmente aportó importantes datos para el desarrollo de este.
2.4 Psicoanálisis
La escuela psicoanalítica fue la ruptura histórica más espectacular con la forma en que se venía realizando
la psicología científica. Así es como por primera vez se elabora una teoría estrictamente psicológica y se
abandonan los modelos experimentalistas clásicos.
Sigmund Freud (1856-1939) fue una personalidad aplastante y cerrada a la crítica exterior, aunque
extraordinariamente laborioso, paradójicamente autocrítico y con una amplísima cultura que le permitió
sistematizar la realización más importante y extensa de la historia de la joven ciencia psicológica. Con
estas cualidades de su creador, el psicoanálisis se impuso a sus críticos y alcanzó el auge científico y
popularidad jamás conocido por otra escuela o realización científica, al extremo que hay autores que
hablan de la revolución psicoanalítica y la comparan con lo que significó para la ciencia el darswinismo o
la mecánica newtoniana.
La imposición en la práctica del psicoanálisis como teoría científica se debió además a que estaba basado
en una síntesis de elementos objetivos. En primer término, aunque parezca contradictorio recibió una
significativa influencia del empirismo de las ciencias naturales, en particular del darwinismo, la escuela
fisiológica alemana, y del inglés John Stuart Mill. Decimos aunque parezca contradictorio porque una de
las críticas infundadas al freudismo es la falta de un enfoque rigurosamente empírico, lo cual es
comprensible si se parte del concepto estrictamente positivista o empirista de "empiria"; pero no así de la
ampliación cultural y metodológica que toma con Freud al utilizar una exquisita observación, disección y
experimentación de los fenómenos que estudia intensivamente en cada caso por el método clínico
psicoanalítico. También contempló los grandes problemas filosóficos y socio-culturales de su época,
aproximándose a la filosofía idealista especulativa alemana con todo su arsenal de valores desde la
dialéctica hegeliana y las concepciones del hombre y su alienación de Fichte y de la filosofía de la natura-
leza y trascendental de Shelling. Lo que unido a su cultura literaria y tradición religiosa judía de su
familia que le llevó al conocimiento de las religiones orientales, le permitió hacer una interpretación de la
vida psíquica del hombre en una nueva e insospechada dimensión.
Sería imposible en apretada síntesis presentar las realizaciones de Freud en lo que respecta, por ejemplo, a
su teoría del inconsciente, de la personalidad, de la interpretación de los sueños, etc., pero sí es necesario
destacar que fue el primero en señalar la importancia de los primeros años de vida del niño para el
posterior desarrollo de su personalidad, sentando las bases psicológicas para una educación centrada en el
niño, ideal pedagógico fundamental de la contemporaneidad.
Por otra parte, no se puede comprender, atender o corregir los defectos psíquicos o las desviaciones de la
personalidad humana obviando el rico arsenal metodológico del psicoanálisis.
En la actualidad el psicoanálisis ortodoxo ha derivado hacia el neopsicoanálisis, producido en ocasiones
por muchos de los más eminentes discípulos de Freud; algunos de los cuales han centrado su atención en
los problemas del presente o de la educación humana.
Las contradicciones de Freud con algunos de sus discípulos fueron el primer indicio histórico para el
surgimiento del neopsicoanálisis, aunque se reconozca el inicio de esta tendencia en Karin Horney con la
publicación de su obra "The New-Analysis" en 1939, coincidentemente con el año en que muere Freud.
Con posterioridad se desarrolla un fuerte movimiento neopsicoanalítico que llega hasta nuestros días en
múltiples escuelas y teorías que realizan sus propias elaboraciones a partir de nociones freudianas acerca
de la psiquis tales como el inconsciente, los instintos, la sexualidad, la experiencia individual y las
vivencias traumáticas (en particular en los primeros años de la infancia), la dinámica de la personalidad,
lo normal y lo patológico, el método psicoanalítico, etc.
Aunque por su variabilidad de enfoques y concepciones y su intensa evolución histórica durante más de
medio siglo resulta difícil establecer generalizaciones acerca de los rasgos característicos del
neopsicoanálisis, de manera resumida se puede distinguir:
Un rasgo significativo del neopsicoanálisis de las últimas décadas es su fusión con las nuevas búsquedas
del humanismo contemporáneo, dando como resultado la denominada psicología humanista y con el
propio marxismo donde se originan algunas manifestaciones del freudomarxismo, todo lo cual será
analizado más adelante.
Entre el largo listado de psicólogos neopsicoanalistas podemos situar en primer término a A. Adler
(1870-1937) y a C. G. Jung (1875-1961), eminentes discípulos de Freud que disintieron de éste en
algunos aspectos de su teoría, en particular en el tratamiento del problema de los instintos y el
pansexualismo. H. Sullivan y O. Rank también realizan sus propias elaboraciones al igual que Erich
Fromm quien se compromete con algunas elaboraciones de la concepción social del hombre del
marxismo, dando paso a los inicios de una nueva tendencia, el freudomarxismo. Margaret Mead, Rut
Benedict y R. Linton pueden considerarse los representantes de la etnopsicología o psicología cultural,
otra línea del neopsicoanálisis, pero de bases antropológicas que le alejan de sus formas habituales por lo
que hay autores que le clasifican como una corriente particular de la psicología.
Entre las reelaboraciones del psicoanálisis más seguidas en la actualidad se encuentra la de Jacques Lacan
( 1901-1981) quien fundamenta su teoría en la lingüística estructuralista al afirmar que el inconsciente
está construido como un lenguaje. Con Lacan se tiende un nuevo puente entre psicoanálisis y lingüística
que revoluciona la teoría y práctica psicológica, en especial la psicoterapia; razón por la que algunos
teóricos lo consideran como el psicoanalista más importante después de Freud.
Mención especial también requiere Wilhelm Reich (1897-1957) por producir la elaboración más exótica
del psicoanálisis de la contemporaneidad, que ha movilizado a muchos seguidores en la actualidad,
después de un período de rechazo y contraposiciones estando aún en vida y de olvido posterior. Entre sus
aportes a una nueva visión psicoanalítica de la psiquis se encuentran: su interpretación de la neurosis
como derivada de una reactivación de la libido en su teoría de la energía vital del orgón o de los biones y
la utilización de experimentos psicofísicos y la creación de equipos para demostrar sus teorías y
transformar los estados mentales de los sujetos en sustitución de las tradicionales terapias verbales
psicoanalíticas, así como por ejemplo, su denominada “vegetoterapía”.
Por último, es necesario mencionar por su importancia para una interpretación psicoanalítica del
desarrollo psíquico infantil, la obra de Ana Freud (1895-1982) quien puede ser considerada como la
fundadora del psicoanálisis infantil y de Malanie Klein (1882-1960) quien subrayó la importancia del
juego para el conocimiento del inconsciente infantil y el papel determinante de la madre en los derroteros
del psiquismo de los menores. Estas autoras, junto a Hans Zulliger (1893-1965) y Oskar Pfister (1873-
1956) y Agust Aichhorn (1878-1949), podemos considerarlos como los fundadores de una psicología
pedagógica psicoanalítica. Especialmente a Aichhorn se le ha considerado por Werner F. Bonin como el
creador de la “pedagogía psicoanalítica” de corte antiautoritorio, así también expresó el criterio de que la
agresividad de la juventud desamparada y en último término la criminalidad son consecuencias de una
educación errada. Bonin enfatiza que las principales reivendicaciones psicopedagógicas de Aichhorn son
el autoanálisis de los educadores, la renuncia al castigo y al ejercicio del poder en contra del niño, así
como la orientación de todos los niños y jóvenes procedentes de un medio social deteriorado hacia una
nueva “capacidad de relacionarse”.
Se oponían al enfoque analítico asociacionista de la psicología de Wundt que era la dominante en esa
época en Alemania.
"No se oponían a la nueva Psicología científica porque fuera de la conciencia, sino porque los datos
psicológicos tal como se dan inmediatamente en ella quedaban tergiversados y desvirtuados al ser
descompuestos en sus elementos sensoriales. No aceptaban que la experiencia perceptiva fuera un
compuesto de sensaciones combinadas, asociadas, mezcladas o fundidas" (11).
"Hoy por hoy, y en la perspectiva histórica próxima, la observación cualitativa será mucho más fructífera
que las medidas prematuras"... (13)
Los gestaltistas realizaron dos grandes aportes generales a la psicología: la elaboración de una teoría de
la organización perceptual y una teoría del aprendizaje, o más bien acerca de la solución de problemas
sobre la base de la dinámica interventiva de los procesos del pensamiento, por lo que por primera vez se
sientan las bases verdaderamente científicas para el estudio de la creatividad humana.
A todo lo anterior podemos agregar la teoría del campo desarrollada por Lewin que fue un esfuerzo muy
especial, sistemático, integrador y erudito por explicar la conducta individual a partir de la totalidad de los
factores psicológicos que actúan efectivamente sobre una persona en un momento determinado y
concreto. Totalidad que Lewin llama espacio vital y persona con su propia personalidad, sobre la que
influyen factores que emergen de otras personas con sus respectivas personalidades, lo que permite
desarrollar a este autor su operativa teoría sobre la dinámica de grupo, de tan amplia y variada utilidad
para la psicología aplicada de la contemporaneidad.
Los estudios de percepción, solución de problemas, pensamiento y creatividad, así como dinámica de
grupos, son aspectos de especial significación para la Psicología Pedagógica, por lo que el manejo de las
investigaciones y teorías gestaltistas tienen no sólo una importancia histórica como generalmente se
acepta, sino incluso vigencia, que potencia los nuevos estudios realizados por sus continuadores.
Todos los esfuerzos científicos realizados en el campo de la psicología hasta ahora analizados, adolecían
de extrapolar algún factor y diluir al hombre en una maquinaria de respuestas inducidas, aprendidas
donde se disuelve o se pierde la conciencia, o más propiamente, la innegable individualidad psicológica
del hombre o personalidad. Este es el caso del conductismo que ni siquiera se cuestionó la variabilidad
evolutiva de este proceso desde la infancia. Otros enfoques, como los del psicoanálisis, si bien situaron al
hombre como individualidad, como ser biológico en condiciones de la adaptabilidad social, en proceso de
formación dinámica de su psiquis y su personalidad esencialmente patológica, considerando a la vez su
génesis y las etapas cualitativas desde su nacimiento, lo hicieron sin embargo sobre bases especulativas y
de dudosa identidad con el resto del mundo viviente. Por su parte, los gestaltistas buscaron el "todo
hombre", pero dejaron algunas de sus partes fuera, o hicieron demasiado hincapié en algunos
componentes de su psiquismo como son la percepción, el pensamiento y el aprendizaje, o se construyó
muy simbólicamente la personalidad como es el caso de la teoría de campo de Lewin.
En fin, había que buscar un enfoque que posibilitara un estudio en verdad objetivo, no sólo de la
conciencia o de la conducta, sino de la totalidad del comportamiento humano situando justamente al
hombre en lo que es. Ese enfoque únicamente podría buscarse en una orientación filosófica que
permitiera unir en forma creativa y conveniente los añejos problemas de la vieja filosofía en la nueva
ciencia del hombre que pretendía ser la psicología.
Estos problemas son el ontológico y el gnoseológico por una parte, y el lógico-metodológico del quehacer
científico por el otro. Este análisis sugería una nueva combinación de enfoque materialista y dialéctico.
Por otra parte, las ciencias biológicas habían avanzado lo suficiente a partir del darwinismo y la teoría de
la evolución y la genética como para presentar mejor al hombre en su condición de ser individual,
biológico, en proceso de adaptación social. Marx y Engels a su vez presentaron una revolucionaria teoría
que por primera vez puso en orden el caos que se creía reinaba en la sociedad, al explicar cómo está
regida por leyes, tendencias y regularidades como cualquier otro fenómeno u organismo vivo; aparecía,
así, una teoría sociológica coherente, una nueva ciencia de la sociedad.
Todo ello hizo posible que en Francia y Suiza, a la sazón plazas más sintéticas de la cultura y la ciencia
universal y menos comprometidas con el pragmatismo, abreviador de detalles que a la postre pueden ser
decisivos para el desarrollo de la ciencia como era el caso de la pujante psicología de Norteamérica,
surgieran hombres con esa formación científica erudita, con el ojo más agudo para observar sobre todo el
niño "que es el padre del hombre", en su “medio natural que es social” y, si las circunstancias lo
requerían, con el “rigor de la consecutividad” para develar sobre todo causas, génesis.
Casi simultáneamente, pero en un medio muy diferente creado por el primer Estado de obreros y
campesinos fundado por Lenin, y en una flamante revolución de base marxista, se comenzaba a buscar
una nueva psicología, verdaderamente científica, asentada sobre un enfoque materialista dialéctico de la
psiquis.
Ambos esfuerzos separados geográficamente, por los motivos que lo originaron y por la incomunicación,
lamentablemente ni siquiera pudieron confrontarse como era debido para extraer las experiencias
necesarias y enriquecedoras como se muestra en la polémica diferida Vygotsky - Piaget; pero fundaron un
nuevo camino en el deambular de la psicología científica que con propiedad podemos llamar psicología
materialista-dialéctica. Por ello, polemizar para tratar de demostrar si fue primero Piaget, Wallon,
Kornilov, o sólo posteriormente con Vygotsky cuando surgió la psicología materialista dialéctica, no
tiene sentido; ni siquiera de justicia histórica, porque la justicia está en el prestigio científico de estos
investigadores y otros que los han seguido, a pesar del relativo desconocimiento de los soviéticos en el
mundo occidental, de las tergiversaciones y místicas en que se han envuelto otros como Piaget y del
olvido quizás deliberado de otros como Wallon.
Por ello comenzaremos no por un orden cronológico a presentar la esencia de estos trabajos.
Plantea que el enfoque marxista resuelve dos problemas o dificultades fundamentales de la psicología: el
paso de lo biológico a lo psíquico y de lo individual a lo social, o sea, los viejos dilemas filosóficos de la
relación individuo-sociedad y cuerpo-alma, por lo que ve quizás por primera vez, no sólo la relación
filosofía-psicología, sino psicología-filosofía, es decir, la interrelación dialéctica entre ambas ciencias y
en especial lo que la psicología puede aportar como ciencia particular a los problemas globales de las
ciencias dados en los problemas filosóficos generales.
Se propuso y de hecho lo logró, superar las tesis del materialismo mecanicista y del positivismo.
Planteó con claridad que "Ser materialista es, desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, situar
la existencia de lo real antes de la representación que de ello se hace en la mente, situar la materia antes
de la conciencia" (14).
En su obra titulada "A la luz del marxismo" publicada en 1935 definió explícitamente su posición
filosófica marxista y la derivación a partir de ésta de su método científico, la dialéctica materialista; y
caracteriza despojado de todo dogmatismo la esencia y los valores de esta nueva concepción: "Lo que se
llama marxismo es de hecho el surgimiento, a mediados del último siglo, de una nueva edad del
pensamiento. La súbita aceleración de las transformaciones de la sociedad, la revelación de los conflictos
sociales como motor de la historia, la revolución darwiniana que sustituye la eternidad del hombre por la
idea de su génesis, los fulgurantes progresos de la ciencia y de la técnica, el desarrollo paralelo de la
filosofía crítica..., todo converge hacia una toma de conciencia de las leyes que rigen la sociedad, el
hombre, la naturaleza. El materialismo es la afirmación de que la naturaleza, ya sea física o mental, es
una realidad objetiva que existe fuera e independiente de la conciencia.
La dialéctica es el método que consiste en considerar que la naturaleza no es una acumulación accidental
de objetos, que ningún fenómeno puede ser comprendido si se le contempla aisladamente, que los
fenómenos deben ser considerados no solamente desde el punto de vista de sus relaciones y de sus
condicionamientos recíprocos, sino también desde el punto de vista de su movimiento, de su cambio, que
comportan contradicciones internas, conflictos, y que estas contradicciones dan cuenta de procesos de
desarrollo"(15) y concluye que "la ciencia no se deduce del marxismo, es el marxismo el que deduce sus
principios de acción a partir de la ciencia en su proceso de hacerse, a partir de las acciones en las que está
empeñado el hombre" (16).
Toda su obra científica es consecuente con estas ideas por lo que tiene como objetivo alcanzar la realidad
tal como es (complejidad, contradicción, irracionalidad), evitando de una parte la asimilación
empobrecedora, deformante, de la razón clásica; y por otra, fundando su método en la convicción de que
el fenómeno psíquico no es un calco de la realidad. De ahí la complejidad de sus trabajos que se tornan
difíciles al entendimiento científico cotidiano.
Con este proceder abordó de una manera diferente el problema del desarrollo psíquico de la infancia.
Basado en el método genético explicó cómo a partir de los recursos que la especie humana trae en materia
de motricidad, se pueden construir el intelecto y la conciencia humana, descubriendo al mismo tiempo las
leyes y regularidades de este proceso psicogenético, lo que hizo sin proponerse elaborar un sistema como
habían pretendido otros científicos, sobre todo influídos por el positivismo y por las propias posibilidades
integradoras del marxismo.
Wallon es un observador, un clínico, un hombre de intuición tanto o más que un experimentador, pero
también un filósofo en el sentido más profundo y más valioso del término -es decir, un hombre que sabe
reflexionar ante las posturas de la mente, ante la realidad- y que sabe criticar estas posturas para
desprenderse de las ideologías y entender lo real con creciente veracidad y eficacia" (17).
De esta manera penetró como nadie lo había hecho hasta entonces, en los misterios del psiquismo infantil
superando las dos teorías en pugna en aquel momento: la del homúnculo o el niño como reducción del
adulto y la de las mentalidades distintas. Su psicología genética fue una nueva manera de hacer
psicología infantil, legándonos su teoría de las emociones y del origen y desarrollo del pensamiento y la
inteligencia, de la formación de la conciencia y la personalidad, así como una óptica más realista para
interpretar la relación niño - adulto.
Todos estos trabajos son de un incuestionable valor para la pedagogía aunque raramente se hable de ello y
mucho menos aún de que este psicólogo de la infancia, de filiación comunista, llegó a ser Ministro de
Educación de Francia en 1944 y presidente de la comisión de reforma de la enseñanza (1946) que propuso
una de las más avanzadas posiciones en la época, anticipándose en muchos años al movimiento
transformador de la educación que sacudió al universo a partir de la década del 60.
Piaget no se propuso hacer psicología sino evolucionó de los estudios biológicos de la adaptación de las
especies, a la filosofía hasta encontrar sus verdaderos motivos: la epistemología genética o sea, las
causas, la génesis y desarrollo del conocimiento, cómo el hombre construye el conocimiento. Lo que
sucedió fue que para dar cumplimiento a sus objetivos tuvo que necesariamente hacer psicología porque
desde su óptica el conocimiento es, ante todo, una representación de la realidad asimilada a una estructura
psíquica que tiene su origen, que se transforma en el proceso de adaptación del individuo al medio, o sea,
que se construye.
Precisamente este proceso fue explicado biológicamente por Piaget, quien no podía sustraerse, por
supuesto, de su formación científica inicial, ni de las profundas huellas dejadas por el darwinismo; de
aquí que el profesor mexicano Eliseo Guajardo dijera:
"Para Piaget, lo vital, lo biológico, posee una invariante funcional, la adaptación: asimilación y
acomodación, la estructura cambia de una especie a otra, pero la invariante es la misma. La inteligencia
es un proceso de adaptación vital en todas las especies. En el hombre posee las invariantes, la adaptación:
la asimilación y la acomodación; la estructura varía. Pero la estructura posee una génesis, la estructura
cursó por un proceso de construcción, no está dada de antemano. El conocimiento es un proceso
constructivo en el individuo, es un proceso de adaptación.
No obstante, Piaget reconoció al hombre como un ser biológico pero inmerso en una sociedad a la que
tiene que adaptarse y consideró la importancia de la educación como un factor externo para el desarrollo
psíquico humano.
Sin embargo, la construcción de la teoría piagetana sobre bases biológicas fue un factor decisivo para la
comprensión materialista del fenómeno psíquico, lo que queda establecido en su concepción de la
relación sujeto-objeto donde ante todo reconoce al hombre como un ser con las estructuras nerviosas que
le permiten reflejar sujetivamente la realidad y conocerla.
De esta manera acepta el conocimiento del mundo como una verdad que supera cualquier noción
agnóstica o cualquier forma simplista de aprehensión de esta realidad de corte sensualista y empirista.
Acepta, así, la objetividad del conocimiento y del acto de conocer, la existencia de la psiquis como un
producto de la organización de la materia y la del desarrollo psíquico como un proceso que, como todos
sabemos, fue capaz de hacer una magistral periodización por etapas del mismo, en particular del
desarrollo intelectual.
Supera y critica al empirismo como corriente filosófica de la época de amplia penetración en la ciencia,
aunque fue capaz de evaluar y utilizar los resultados empíricos en la elaboración de su teoría científica.
Concretamente afirma:
"En realidad, la objetividad no es de ninguna manera una propiedad inicial, como los empiristas lo
propondrían, y su conquista involucra una serie de constructos sucesivos que se aproximan cada
vez más" (19).
"Esta interpretación pasiva del acto de conocimiento se contradice en todos los niveles del desarrollo,
particularmente en los niveles sensoriomotor y prelingüístico, de adaptación cognoscitiva e intelectual.
En realidad para conocer los objetos, el sujeto debe actuar sobre ellos y por lo tanto transformarles: los
debe desplazar, conectar, combinar, separar y volver a unir.
Desde las acciones sensoriomotoras más elementales hasta las operaciones intelectuales más sofisticadas,
que son acciones interiorizadas que se llevan a cabo mentalmente, el conocimiento está constantemente
unido a las acciones u operaciones, esto es, a las transformaciones" (20).
"De ahí, que el límite entre el sujeto y los objetos no esté determinado de ninguna manera de antemano, lo
que es más importante, no es estable. En verdad, en toda acción el sujeto y los objetos están fusionados.
El sujeto desde luego, necesita información objetiva para estar consciente de sus acciones pero también
necesita varios componentes subjetivos. Sin una práctica prolongada o sin la construcción de
instrumentos refinados de análisis y coordinación, sería imposible para el sujeto conocer lo que le
pertenece al objeto, lo que pertenece a él mismo como un sujeto activo y lo que le pertenece a la acción
misma tomada como la transformación de un estadio inicial y uno final. De este modo, el conocimiento,
en sus orígenes, no surge de los objetos ni del sujeto sino de las interacciones en un principio inescrutable
entre el sujeto y esos objetos" (21).
De esta manera Piaget asume una posición materialista dialéctica en la interpretación de la relación
sujeto-objeto que como sabemos es la concreción del problema global más importante de la filosofía, o
sea, el de la relación del hombre con el mundo, con la realidad. Aquí filosóficamente da una respuesta
positiva al problema ontológico y gnoseológico que le aproximan sin proponérselo intencionalmente al
Marxismo-Leninismo. No obstante, consideramos que Piaget no es un marxista; sin embargo, es de
hecho un filósofo por los objetivos y naturaleza de su obra, pero de una filosofía muy sui géneris:
racional, pero antirracionalista; empírica, pero antiempirista; positiva, pero antipositivista; fenoménica,
pero antifenomenológica; es, sencillamente, filosofía piagetana. Quizás las siguientes palabras de Lucien
Goldman en su libro "Jean Piaget y las ciencias sociales" sirvan para apuntalar la idea anterior:
"De hecho en el ámbito cultural de Europa occidental donde se desarrolla la discusión, un gran número de
sociólogos adoptan, en nombre de la ciencia, una actitud pasiva, mientras que problemas tan importantes,
y que ocupan en la obra misma de Piaget un lugar tan preponderante, tales como los de la unidad del
sujeto y el objeto, la génesis, las relaciones entre estructura y función, la definición, etc., forman parte de
la filosofía.
Esta es la razón por la que, dejando de lado todo problema de terminología, nos parece ciertamente que la
obra de Jean Piaget representa, por su carácter a la vez positivo, antiespeculativo y antipositivista una de
las más importantes realizaciones del pensamiento filosófico contemporáneo" (22).
Esta obra misma de Goldman es una demostración, aunque con algunos desaciertos, de la coincidencia de
las principales concepciones piagetanas con las tesis del marxismo. Por supuesto, no es objetivo nuestro
tampoco realizar una valoración filosófica de Piaget, sólo exponer con algunos elementos ilustrativos, el
carácter materialista dialéctico de su teoría psicológica y cómo la misma constituye una de las
elaboraciones sistemáticas más importantes de la ciencia contemporánea por su multilateralidad, que
garantiza su intención de elaborar una epistemología genética que explique la génesis del conocimiento
humano y su proceso constructivo desde la primera infancia hasta la adultez, así como la complejidad del
saber universal y su construcción dinámica dada en el cuadro clasificatorio de las ciencias.
Todo este empeño dejó un extraordinario dividendo para la psicología: una teoría del desarrollo psíquico,
en particular del desarrollo intelectual; un método para el estudio causal, relacional, lógico e histórico del
psiquismo, el método psicogenético y con ello funda junto a Wallon, una nueva y superior forma de hacer
psicología infantil, que permitió a los pedagogos organizar y dirigir el proceso de enseñanza sobre bases
realmente objetivas y científicas, aunque él nunca se propuso hacer pedagogía, por lo que refiriéndose a la
posición activa del docente deja claro los inconvenientes de una extrapolación de los resultados de sus
investigaciones científicas a la práctica pedagógica:
"Este docente debe conocer muy bien la naturaleza de los procesos de aprendizaje del sujeto, así como su
evolución y en consecuencia, debe remitirse continuamente a los hechos y a las interpretaciones que la
psicología genética le provee. Pero es preciso tener en cuenta que esto no quiere decir que se puedan
tomar esos datos tal cual, para hacer una aplicación pedagógica directa. lo que queda por hacer es,
precisamente, una investigación pedagógica, pero no soy yo la persona más indicada para decir cómo
habría que concebirla; son los pedagogos quienes deben hacerlo" (23).
El otro aporte extraordinario de Piaget al desarrollo de la ciencia psicológica fue haber fundado su
movimiento más amplio, activo y contradictorio de la contemporaneidad: el constructivismo.
Decimos amplio por la infinidad de sectores de la ciencia y problemáticas que abarca, que desborda los
límites mismos de la psicología para constituirse en la actualidad en una filosofía, una epistemología, un
nuevo paradigma pedagógico o alternativa didáctica, un enfoque metodológico investigativo en el campo
de las ciencias sociales y hasta propiamente una teoría del aprendizaje.
Precisamente esta amplitud es causa de confusiones y extrapolaciones que llevan a considerar como
constructivista a casi cualquier teoría que explique el proceso de aprehensión de la realidad por el hombre,
tanto en el sentido filosófico-ontológico objetivo de considerar su existencia como objeto independiente-
mente del sujeto cognoscente, como en el sentido subjetivo de que es el hombre mismo quien construye a
la realidad y a sí mismo en la interacción con el objeto.
Así es como muchas de las teorías clásicas cognitivas surgidas en la década del 50 y que veremos
más adelante, se clasifican en la actualidad de constructivistas, o los propios enfoques cognitivos del
aprendizaje producidos por el neoconductismo, hasta increiblemente, hay autores que catalogan a
Vygotsky y su enfoque histórico cultural como constructivista.¡Error! No se encuentra el origen
de la referencia.
La realidad es que Piaget nunca se autodenominó constructivista, aunque sí dejó claro que en su
desarrollo intelectual y en el proceso de aprendizaje, el hombre construye estructuras mentales como
adaptación del organismo al medio.
Precisamente aquí están algunas de las críticas que pudieran hacer dudar de la naturaleza realmente
dialéctica de su teoría, al hacer primar la naturaleza biológica en este proceso, al definir a la
adaptación como el mecanismo fundamental por el que se produce el desarrollo psíquico,
soslayando o poniendo en un segundo plano a lo social y a la educación.
Considero sin embargo, que este segundo plano, ocupa el segundo lugar no por restarle importancia,
sino por la lógica de análisis del problema que parte por considerar al hombre, en este caso al niño,
como un ser natural con un conjunto de mecanismos y disposiciones sobre el que actúa el medio
social para echarlos a andar y elaborar cada individuo sus propias estructuras mentales. Los
recursos de la lógica formal a la que acude Piaget para desarrollar su teoría no lo pueden llevar por
otro camino, pero su validez en la explicación de la génesis del psiquismo, el proceso de su
desarrollo orgánico, sistemático y cronológico y su concreción en estructuras periodizadas, es
expresión sintética de sus fuerzas motrices, concatenación y tránsito hacia la aparición de nuevas
cualidades lo que le da un viso inevitablemente dialéctico a su enfoque. Destierra de esta manera,
sin proponérselo, las tésis dogmáticas de algunos marxistas que consideran que sólo desde esta
posición puede construirse una dialéctica materialista, negando otros caminos o alternativas válidas
como patentiza el filósofo ruso G. Kursanov al plantear que "la concepción materialista consecuente
de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, lleva inevitablemente a la dialéctica materialista
científica". (Ver referencia 43)
Sólo apuntaré que Piaget desencadena una verdadera revolución psicológica que con justicia
podemos denominar constructivismo postpiagetano y que el listado de autores, teorizaciones y
tecnologías es en la actualidad casi interminable y que por el momento no he considerado en la
presente edición. Se inscriben en este listado los nombres de J. Derval, J. Palacios, P. del Río, J.L.
Hidalgo, C. Coll, E. Ferreiro, C. Kamii, Y. Novak, R. DeVries, L. Kohlberg, R. Shaffev, M.
Carretero, R. Gallego-Badillo, entre otros conocidos en nuestro medio latinoamericano, donde el
constructivismo es una inmensa realidad científica, pero puede ser también un mito, manipulado en
función de intereses, hay veces muy alejados del espíritu de la ciencia y de las necesidades para
afrontar los desafíos de nuestras sociedades con objetividad y eficiencia, en especial en el campo de
la educación.
Desde el punto de vista filosófico a Vygotsky le cabe el mérito de haber podido estructurar el
estudio e interpretación del fenómeno psíquico sobre una metodología dialéctico-materialista, donde
incorpora por primera vez al materialismo histórico como fundamento para la verdadera evaluación
en su tiempo y condiciones del problema del hombre en su mundo. Todo ello es una síntesis
creativa de las tesis del marxismo considerando las aportaciones realizadas por Lenin en las nuevas
condiciones socio-políticas del primer estado de obreros y campesinos de la humanidad.
Esta posición vigotskiana tuvo un valor extraordinario para la psicología, principalmente para la
superación de los esquemas o limitaciones de otros intentos de aproximación dialéctico-materialista
al estudio del psiquismo como por ejemplo J. Piaget, incluso de los que conscientemente abrazaban
para ese fin al marxismo (G. Politzer, L. Sevé, H. Wallon, R. Zazzó, K. N. Kornilov, V. M.
Bechterev, I. P. Pavlov).
En este sentido alerta: "La aplicación directa de la teoría del materialismo dialéctico a los
problemas de la ciencia natural y, en particular, al grupo de ciencias biológicas o a la psicología es
imposible, como es imposible aplicarla directamente a la historia y a la sociología. Entre nosotros
hay quienes piensan que el problema de la psicología y el marxismo se reduce a crear una psicología
que responda al marxismo; pero en realidad, ese problema es mucho más complejo".(24) y luego
precisa: "Hay que saber qué se puede y qué se debe buscar en el marxismo... hay que encontrar una
teoría que ayude a conocer la psiquis y no la solución del problema de la psiquis, no las fórmulas
que resumen y suman al resultado de la verdad científica... no se puede buscar en los maestros del
marxismo la solución del problema, incluso ni siquiera una hipótesis del trabajo porque ellas se
crean en el terreno de la ciencia dada, sino el método de su construcción" (25).
Las funciones psíquicas superiores que constituyen los rasgos distintivos del psiquismo humano del
animal, son un producto de la apropiación de la experiencia histórico-social acumulada por la
humanidad y que se encuentran en los objetos y fenómenos que son a su vez una síntesis del
decursar histórico de la humanidad... "Todas las funciones superiores no se formaron en la biología,
en la historia de la filogénesis pura, sino que el mecanismo mismo que se encuentra en la base de las
funciones psíquicas superiores es un calco de lo social.
*
Modificando la conocida tesis de Marx , podríamos decir que la naturaleza psíquica del hombre
representa el conjunto de las relaciones sociales, trasladadas al interior y convertidas en funciones
de la personalidad y formas de su estructura. No queremos decir que tal es el significado de la tesis
de Marx; pero nosotros vemos en esta tesis la expresión más completa de aquello a que nos conduce
la historia del desarrollo cultural" (27). De esta manera, la apropiación constituye el mecanismo
fundamental por el que se produce el desarrollo psíquico humano y de hecho se convierte en una
nueva categoría psicológica que supera a paradigmas que daban una interpretación menos dialécti-
camente completa de este proceso como es la categoría piagetana de “adaptación” de base
biologista.
"El rasgo fundamental de la actividad humana es su carácter mediatizado por el instrumento, que se
interpone entre el sujeto y el objeto de la actividad. En el proceso de desarrollo
Vygotsky resaltó la naturaleza social del proceso de “interiorización” dado como mecanismo
psicológico de la “apropiación”, al puntualizar el papel decisivo del adulto como mediador de la
relación sujeto-objeto y portador de las formas más generales y concretas de la experiencia
histórico-social y la cultura contenidos en los objetos de la realidad circundante al sujeto.
De esta concepción surgió su noción de "zona de desarrollo próximo" de un inestimable valor para
la comprensión del desarrollo psíquico infantil, la psicología diferencial y la pedagogía.
La zona de desarrollo próximo se determina por lo que el niño puede realizar en colaboración, bajo
la dirección y con la ayuda del adulto o incluso sus propios coetáneos; y nos ofrece una medida de
las potencialidades del desarrollo psíquico infantil, por lo que tiene sin dudas mayor importancia
que al nivel de desarrollo actual en lo que a diagnóstico de este desarrollo y enseñabilidad del niño
tocan.
Y nos nomina su teoría con acertada precisión para los hispanoparlantes que por primera vez nos
asomábamos a la obra vigostkiana como "teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas"
(29).
Todo ello puede verse reflejado en las tres ideas vigotskianas fundamentales acerca de la
localización de las funciones psíquicas:
Sobre estas ideas, Vygotsky elabora su concepto de "sistema psicológico" que define como el
conjunto de relaciones móviles que surgen en determinada etapa del desarrollo, donde llega a
descubrir la ley de la organización jerárquica de las funciones psíquicas superiores a partir del
estudio de sus afectaciones, que enuncia de la siguiente manera: el desarrollo transcurre en
dirección ascendente y la destrucción, al contrario, en sentido descendente.
El enfoque de Vygotsky acerca del desarrollo psíquico humano tuvo consecuencias extraordinarias
para la pedagogía ya que permite replantear el problema de la relación de la enseñanza y el
desarrollo psíquico, presentando un nuevo modelo que fundamenta cómo la enseñanza y la
educación, guían, conducen al desarrollo psíquico, lo que se contrapone a los enfoques más
generalizados en la época como es el de que la enseñanza depende de la maduración, idea contenida
en las concepciones piagetanas o las fórmulas conductistas que conducen por lo general al
paralelismo enseñanza-desarrollo.
Con Vygotsky toma realce, significación, la escuela, la enseñanza institucionalizada como vía para
la optimización del desarrollo psíquico del niño y sugiere a la práctica pedagógica métodos que
tensionan, que exigen el máximo a las potencialidades mentales del niño sobre la base del
conocimiento de su individualidad y leyes generales del desarrollo psíquico. No hay dudas que crea
un nuevo paradigma para la Psicología Pedagógica y las Ciencias de la Educación, que con
asombrosa actualidad recorre todos los confines del planeta para hablarse de "la pedagogía de
Vygotsky" donde "la humanización de la pedagogía, su liberación de la cautividad biológica para
convertirse en humana e histórica es su centro e inspiración fundamental". (30)
Por último, es necesario realizar un breve comentario de lo que significó la obra de Vygotsky, no
sólo por su contenido teórico sino por su valor metodológico para la psicología como ciencia en
general y para la psicología materialista dialéctica en particular, fundamentalmente para la
psicología soviética.
En primer término, como planteara V. P. Zinchenko (31) con su concepción acerca del problema de
las unidades de análisis de la psiquis ("la unidad mínima que conserva las propiedades del todo
complejo") dejó establecidas las bases para resolver el más complejo problema
teórico-metodológico de la psicología científica, el enfoque integrador del fenómeno psíquico, el
poder estudiar los aspectos particulares del psiquismo sin perder de vista el todo del que forma
parte, el mantener el estudio particular en el marco integrador estructura-función tanto en lo onto
como en lo filogenético.
De esta manera Vygotsky construyó una psicología genética más avanzada en lo metodológico que
la psicogenética walloniana, la que ni siquiera llegó a preocuparse por la integración sistemática de
los fenómenos que estudiaba; y que la epistemología genética piagetana, que aunque llegó a
constituir una verdadera filosofía del estudio de la psiquis y su desarrollo, tenía aspectos imposibles
de integrar dado su determinismo causal inicial biologista, como por ejemplo, el problema de la
unidad de lo cognitivo y lo afectivo o la esencia histórico-social del determinismo dialéctico del
fenómeno psíquico, dado en el principio de la correlación de lo biológico y lo social o de la
herencia y el medio. Superó también a Wallon y a Piaget al crear el método genético-experimental,
en particular el de "estimulación dual", ejemplo de creación de instalación instrumental ajustada a la
teoría y a la investigación del problema práctico del cual se elucida.
En este sentido M. Shuare, nos plantea, basándose en las apreciaciones que al respecto expusiera A.
Luria, lo siguiente:
"Las reflexiones metodológicas de Vygotsky adquieren mayor relevancia aún si se tiene en cuenta el
momento en que fueron formuladas, cuando se trataba de construir una nueva psicología sobre la
base del materialismo dialéctico e histórico, intento que muchas veces cobró formas eclécticas o
reduccionistas tanto desde "abajo" -reduccionismo biológico-, como desde "arriba" -reduccionismo
sociológico" (32)
Entre los factores citados encontramos en primer término, la corta vida de Vygotsky, murió a los 38
años y realmente dedicó sólo sus últimos 10 años a su obra psicológica; por lo que muchas de sus
concepciones no pudieron ser completadas o evidenciadas investigativamente por las metodologías
propias desarrolladas por este autor. Por ello, algunas de las críticas que se le han hecho, incluso
por sus discípulos soviéticos, quedan más en el campo de lo que Vygotsky no pudo hacer o
completar que en el del contenido mismo de sus concepciones. No hay mejor caracterización -algo
metafórica- de este problema que la siguiente nota extraída de un trabajo del español Pablo del Río:
"No en vano S. Toulmin (1978) ha llamado a Vygotsky el Mozart de la psicología (33). Su obra,
sinfonía inacabada, pues en su mayor parte inédita, es extensa, compleja y siempre subyugante".
"Intentar sintetizar o simplificar las ideas educativas (y agregamos psicológicas dado los objetivos
de este trabajo) de Vygotsky en escasas líneas puede resultar tan frustrante a quien lo haga y a quien
lo lea, como resumir una poesía o apocopar un buen chiste: solo funciona para aquel que ya lo
conocía y a éste le parecerá incompleto" (34).
Otro factor, en este caso de carácter extracientífico que limitó la realización de la obra de Vygotsky
fue la política stalinista de ideologización de la ciencia, de la que la psicología como ciencia social
fue víctima especial. Junto a la confirmación del papel de la filosofía marxista como fundamento de
todas las ciencias se plantearon una serie de exigencias que condujeron a la dogmatización y
esquematización; y por consiguiente, la castración del contenido verdaderamente dialéctico del
materialismo; por lo que las concepciones vigotskianas fueron duramente atacadas ya que se
separaban de la interpretación materialista oficial del psiquismo dado en la reflexología, y teoría del
reflejo condicionado, incluso fue acusado junto a Luria de "mantener una concepción de
historicismo vulgar, eclecticismo, falta de enfoque clasista y partidario" (35).
Todo ello impidió que la obra de Vygotsky fuera divulgada y se produjo un retraso sensible en las
investigaciones de los más eminentes discípulos que seguían su concepción histórico-cultural: S. L.
Rubinstein, A. N. Leontiev, L. V. Zankov, D. B. Elkonin, P. Ya. Galperin, A. V. Zaporozhets, entre
otros. Sólo a manera de ejemplo podemos citar que desde la primera edición en ruso de
"Pensamiento y Lenguaje" en 1934, no se produjo la segunda edición hasta 1956; y otros trabajos
importantes como "Investigaciones psicológicas escogidas" e "Historia del desarrollo de las
funciones psíquicas superiores" no vieron la luz hasta 1956 y 1960, respectivamente.
Esta situación interna en la URSS, sumada a la incomunicación propia que existió entre el oriente y
el occidente, conllevó al desconocimiento en los más avanzados círculos científicos psicológicos de
una teoría tan extraordinariamente excepcional y que pudo haber cambiado significativamente el
curso del quehacer científico de la psicología en su época. Un ejemplo de ello podemos encontrarlo
en el tardío descubrimiento de Jean Piaget de la obra de Vygotsky, en particular de las
observaciones críticas que le hizo a sus trabajos en el libro "Pensamiento y Lenguaje". Pero nada
más elocuente que la propia expresión de Piaget al respecto:
"No puede ser más que con pena que un autor descubre, veinticinco años después de su publicación,
el trabajo de un colega desaparecido durante este tiempo, sobre todo si se tiene en cuenta que
contenía tantos puntos de interés inmediato para él que podían haber sido discutidos personalmente
y en detalle. Aunque mi amigo A. Luria me había mantenido al tanto de la posición simpatizante y
crítica a la vez, de Vygotsky hacia mi obra, nunca pude leer sus escritos o ponerme en contacto con
él; y hoy, al leer su libro lo lamento profundamente, ya que de haber sido posible un acercamiento
podríamos haber llegado a entendernos sobre cantidad de puntos" (36).
A partir de la década del 80. se manifiesta un interés creciente por el conocimiento y utilización de
la teoría de Vygotsky en Europa Occidental, Latinoamérica y en los Estados Unidos. Esto se
extiende al campo de la Pedagogía donde se ha llegado a plantear por prestigiosas publicaciones y
autores la existencia de una teoría pedagógica vigotskiana. (Ver por ejemplo los números 64 y 141
de la revista española Cuadernos de Pedagogía).
Otro mérito indiscutible de Vygotsky es haber creado sobre la base de su teoría histórico-cultural
del desarrollo psíquico, una nueva línea de la psicología materialista dialéctica de un alto nivel de
elaboración científico-teórico, aunque quizás desde el punto de vista práctico insuficientemente
aplicada, y que se sintetiza en los principales enfoques de la psicología soviética y de los países del
antiguo campo socialista y en la psicología cubana de las últimas décadas, aunque en este caso con
matices muy propios, lo que puede constatarse en la tésis de doctorado del autor de este libro
titulada: "El desarrollo de la psicología pedagógica en Cuba. Sus aportes a la teoría y práctica
educativa nacional". La Habana, 1995.
Es importante destacar, sin embargo, que en la URSS no existió un enfoque, concepción o teoría
única, acerca del fenómeno psíquico, como un poco se ha intentado de hacer creer; y si bien se trató
de exportar una imagen de unidad científico-teórica en la psicología soviética, en realidad existieron
debates, en ocasiones enconados, entre las diferentes posiciones; incluso en las difíciles condiciones
del anonimato en que tuvo que supervivir esta ciencia en la etapa stalinista y la coacción y
dogmatización brezhenevriana.
Entre estas concepciones se desarrollaron algunas bastante distantes del enfoque vigotskiano, como
es la teoría del set (ustanovka: tendencia, disposición, inclinación) del georgiano N. Uznadze
(1886-1950) o los estudios psicofisiológicos de Beritashuili y N. A. Bernshtein o en menor medida
de la escuela de Leningrado encabezada por V. N. Miasischev y B. G. Ananiev, así como los
trabajos de los seguidores de la teoría reflejo condicionado de Pavlov en sus posiciones
reformadoras contemporáneas o no ortodoxas, o sea, los neopavlovianos. Pero los enfoques más
significativos de la psicología soviética descansan en las posiciones de la psicología
histórico-cultural de L. S. Vygotsky y corresponden en muchos casos a sus más eminentes
discípulos. Sólo a manera de ejemplo haremos mención a estos principales enfoques y sus autores.
* Se han traducido al español y editado todos sus libros fundamentales: "Problemas de la psicología en
los trabajos de Carlos Marx", "El ser y la conciencia", "Principios de psicología general", "El
desarrollo de la psicología: principios y métodos" y "El proceso del pensamiento. El pensamiento y
los caminos de su investigación. Las leyes del análisis, la síntesis y la generalización".
psicología, ya que al definir los componentes estructurales de la actividad deja establecida la diferencia
esencial entre la acción y la reacción, al demostrar cómo la acción no es un acto dirigido al estímulo, sino
al objeto. De esta manera, se presenta una teoría que permite comprender el psiquismo como una forma
particular de actividad en la que se ha formado y manifiesta en determinado condicionamiento social, por
lo que se da una nueva connotación en este caso de naturaleza verdaderamente psicológica a la
determinación del comportamiento humano, a la conciencia como forma cualitativamente superior del
psiquismo, exclusiva del hombre y reguladora de su actuación.
Sin embargo, la más acabada y reconocida teoría acerca de la unidad de la psiquis y la actividad en la
psicología soviética es la elaborada por A. N. Leontiev (1903-1979), quien sobre la base de
investigaciones experimentales y de la clínica de guerra (atención y recuperación de los soldados
afectados neurológica y psicológicamente), estableció los elementos constitutivos de la actividad objetal,
su estructura y la unidad estructural entre la actividad externa, la práctica y la interna (psíquica).
Sobre estas concepciones y una aplicación consecuente de la teoría leninista del conocimiento, elabora su
teoría del origen y desarrollo histórico de la psiquis, tanto en el aspecto filogenético como ontogenético
(Ver su libro Problemas fundamentales del desarrollo de psiquismo), que le permitió posteriormente
elaborar una avanzada teoría acerca de la conciencia y con ella sentar nuevas bases para el estudio de la
personalidad (Ver su libro "Actividad, conciencia, personalidad").
Retoma la tesis vigotskiana de la interiorización como medio de conversión de las acciones externas en
internas, que al tomar un carácter orientado en condiciones sociales, determinan lo propiamente
psicológico. De esta manera define a la psiquis como una forma de actividad de orientación del hombre,
derivada de la práctica y al servicio de ésta.
Esta concepción galperiana de la psiquis le llevó a un original replanteo del objeto de la psicología que es
el estudio de "la actividad del sujeto destinada a resolver las tareas de orientación en las situaciones sobre
la base del reflejo psíquico de esas situaciones" (37).
De esta manera, de lo que se ocupa la psicología no es del estudio de la psiquis, sino de la actividad de
orientación del sujeto, porque éste no constituye realmente una organización espiritual sino un organismo
complejo. En este sentido Galperin critica a otros enfoques de línea vigotskiana que estudian el
psiquismo como producto final de la apropiación; él insiste en la compresión del proceso mismo por lo
que metodológicamente se adscribe al enfoque psicogenético que le aproxima a las concepciones
piagetanas y wallonianas.
Producto de estas nociones, Galperin formuló el principio general referido a que el método en el estudio
de la psiquis "debe intentar seguir el proceso de conversión de las acciones externas en acciones
mentales... el método científico deberá consistir en la formación de esas acciones internas, o sea, que no
se trata sólo de observar, de constatar el pasaje, más bien por el contrario, no es la constatación lo que
dará la clave, por cuanto únicamente registrará ciertos cambios en la acción, pero no explicará el porqué
de esos cambios y, lo más importante, no podrá dar cuenta de la aparición de la acción interna que
presenta determinadas características" (38).
En esta forma podemos considerar que su teoría de la formación planificada de la acción mental se
convierte en un método de investigación psicológica, que unido a sus valores como teoría del aprendizaje
y metodología para la formación de la actividad cognoscitiva de los escolares, le dan una connotación
particular, tanto para la Psicología como para la Pedagogía, aún a mi modo de ver insuficientemente
aprovechada por ambas ciencias.
Resaltó el papel del adulto en la organización de la actividad prática del niño en la que se forman sus
diferentes tipos de acciones psíquicas, por lo que prestó gran atención a los problemas de la enseñanza y
la educación.
En este sentido abordó continuamente las formas particulares de relación que toma la enseñanza y el
desarrollo psíquico del niño, buscó criterios para "amplificar" este desarrollo entre los que elaboró ideas
de una gran validez pedagógica como la comprensión del desarrollo psíquico como un proceso de
automovimiento, en el que surgen contradicciones internas que constituyen crisis evolutivas que
manejadas adecuadamente son superadas para dar un sentido y dirección al desarrollo. Puntualizó incluso
cómo cada periodo evolutivo es el óptimo para determinadas adquisiciones (períodos sensitivos), lo que
es básico para la programación de la educación.
Raramente se hace mención a los fundamentos de sus trabajos en la teoría histórico-cultural de Vygotsky;
y menos aún a sus aportes decisivos a esta teoría, ya que a Luria podemos considerarlo más que su
discípulo, un verdadero colaborador o coautor cuando en la década del 30 realiza su estudio de las
transformaciones psicológicas que se operaban en los habitantes de las aldeas del Asia Central sometidos
a las nuevas condiciones socio-históricas de la sovietización, que le permitieron determinar que la psico-
logía como ciencia debe estudiar la actividad psíquica de las personas enmarcada en su origen
histórico-social, por lo que "no hay que buscar los orígenes de la conciencia... dentro del cerebro ni en los
mecanismos de los procesos nerviosos, sino en la relación real del hombre con la realidad, en su vida
social, que constituye la auténtica fuente de las formas más complejas de la actividad del hombre" (39).
Este principio general orientó las investigaciones que desarrolló Luria sobre la fisiología del cerebro y de
la actividad nerviosa superior, para dejar resuelto experimentalmente mediante su teoría de los tres
bloques funcionales del cerebro, el agudo problema de la localización de las funciones psíquicas
superando los enfoques isomorfistas, localizacionistas y globalizadores, que daban siempre una respuesta
mecanicista de una u otra forma al problema de la relación del psiquismo con su base material.
De modo que utilizando el método dialéctico materialista resuelve este problema fundamental de la
psicología de carácter filosófico y sociológico sobre las bases científico-objetivas aportadas por la
biología, lo que se concreta en su concepción del "cerebro humano como un sistema de bloques, cada uno
de los cuales cumple una función determinada, cuyo trabajo conjunto permite hacer un análisis y síntesis
de la información proveniente del mundo externo, crear una imagen subjetiva del mundo objetivo,
anticipar lo que ha de suceder, apreciar los resultados de sus actos y regular su comportamiento (40).
Sin dudas, Luria aporta los fundamentos neuropsicológicos y fisiológicos a la teoría histórico-cultural de
Vygotsky que permiten la construcción de una psicología materialista dialéctica sobre sólidas bases
científicas. Su contribución es importante para la Psicología General y Evolutiva, incluso para la Psico-
logía del Aprendizaje y por ende para la Pedagogía, lo que puede constatarse en su siguiente
planteamiento respecto a los estudios realizados en relación con los procesos neuropsicológicos de la
adquisición de la escritura, el cálculo y las nociones geométricas:
"Los psicólogos soviéticos han elaborado un sistema de asimilación organizada de estos conocimientos,
nociones y habilidades, gracias a lo cual también han demostrado que pueden crearse condiciones que
establezcan sobre una base científica, el proceso de aprendizaje y aseguren una formación de los conoci-
mientos y habilidades mucho más rápida, lógica y sólida de cuanto pudo serlo nunca.
El papel de las nuevas concepciones científicas en la práctica de la formación de los procesos psíquicos
del hombre revela las inmensas perspectivas que se abren ante nosotros" (41).
En fin, que podemos considerar a Luria como uno de los creadores de la concepción histórico-cultural del
psiquismo humano, a la que aporta la comprensión dialéctico-materialista de su sustrato material, para lo
cual funda una nueva ciencia, la neuropsicología; y dirige las investigaciones neurofisiológicas por
nuevos derroteros que reactualizan las concepciones pavlovianas y amplían las de N. A. Bernshtein y P.
K. Anojin que considero bases para su enfoque de lo que llamó "fisiología psicológica o psicológicamente
orientada": "Luria opinaba que era necesario formular nuevas ideas fisiológicas que correspondieran
realmente a la naturaleza histórico-social mediatizada de los fenómenos psíquicos" (42).
No obstante, hay dos cuestiones que se imponen para cerrar este relativamente extenso epígrafe de la
psicología materialista-dialéctica:
En primer término, comprender cómo esta corriente de la psicología contemporánea tiene ya una
larga historia que parte desde los enfoques de la psicología precientífica occidental en el siglo XVIII:
el materialismo francés, desde sus concepciones vulgares hasta los enciclopedistas y el sensualismo
inglés, hasta los esfuerzos de la incipiente ciencia psicológica de la segunda mitad del siglo XIX e
inicios del presente, por abordar el psiquismo como un producto de la actividad de su base material,
el sistema nervioso en general y el cerebro en particular, que condujo a enfoques y teorías
mecanicistas y reduccionistas como es el caso de la psicofisiología alemana y rusa, así como la
reflexología; todo lo cual fue superado en cierta medida por la teoría pavloviana del reflejo
condicionado, que con su orientación marxista en lo filosófico y sólida experimentación en lo meto-
dológico, avanzó hacia un primer esquema bastante objetivo del funcionamiento del psiquismo, su
determinación neurofisiológica y su expresión comportamental. Por supuesto, el modelo pavloviano
no pudo trascender la determinación mecanicista por su comprensión parcializada de la naturaleza
histórico-social del hombre y los esquemas del darwinismo, la neurofisiología clásica, la psicología
animal y el experimentalismo que resultaban un lastre aún muy pesado, en un momento histórico
donde la ideologización de la ciencia llevada a cabo en la URSS le dio el triste mérito de ser el
modelo de ciencia natural, social y psicológica; estigma que de hecho le condenaba a un
encadenamiento al dogmatismo imposible de sacudir.
Sin embargo, la teoría pavloviana fue el escalón más sólido en que se sentó la escalera de la
psicología materialista para ascender hacia posiciones verdaderamente científicas, objetivas,
dialécticas. Le siguió la psicogenética de Wallon y Piaget en su énfasis epitemológico para la
comprensión contradictoria de la relación sujeto-objeto en el proceso de aprehensión y transformación
de la realidad por el primero y en el origen mismo de su proceso de cognoscibilidad o construcción del
conocimiento por el segundo. Los enfoques de estos autores los ubica en una posición dialéctica en la
interpretación de la psiquis, aunque con sus limitaciones: en el caso de Wallon, por no interesarse en
realizar la integración sistémica de los fenómenos psíquicos estudiados; y en el de Piaget, por su
atadura a las nociones biologistas, no tanto en la explicación del desarrollo psíquico como en su
génesis, en su determinación en última instancia.
En segundo término, es necesario realizar una sistematización de los principios que sustentan un
enfoque materialista dialéctico en la psicología actual, sobre la base de este recuento de la teoría
vigotskiana como su núcleo fundamental y las posteriores realizaciones de la psicología soviética.
Para ello es necesario comprender cómo "la concepción materialista consecuente de la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento, lleva inevitablemente a la dialéctica materialista científica" (43). Por
ello, una comprensión realista de la relación hombre-mundo y su concreción en la relación
sujeto-objeto, basada en el espíritu de las ciencias, en la búsqueda de la teoría científica, conduce
hacia el materialismo dialéctico.
Esta es precisamente una tendencia en la ciencia contemporánea dada por la lógica misma de su
desarrollo, que en el caso de la psicología ha tomado particular importancia, tal es el ejemplo de la
psicología piagetana y de las nuevas aproximaciones del psicoanálisis en la interpretación de la
significación de la realidad social para la formación de la personalidad humana*, incluso en las posiciones
avanzadas de la psicología humanista y quizás en menor medida, como se verá posteriormente, en la
psicología cognitiva.
Precisamente el valor para la ciencia del marxismo-leninismo es que encarna como ninguna teoría ese
espíritu esencial de la ciencia y su dialéctica como teoría científica y método filosófico de conocimiento y
transformación de los fenómenos de la realidad, es quizás el logro más importante
del pensamiento filosófico y científico de finales del siglo XIX y que permitió el surgimiento de la
psicología, sin dudas, más avanzada del presente siglo al menos en su estructuración científico-teórico: la
psicología materialista dialéctica.
Por ello, la elucidación de los principios más generales de esta psicología hay que buscarlos en las tesis
filosóficas del marxismo-leninismo y con ellos penetrar las realizaciones más importantes de la psicología
contemporánea, sin perder de vista su decursar histórico y las bases filosóficas o epistemológicas en que
se han sustentado.
• Debemos recordar los frecuentes encuentros que vienen realizándose en Cuba entre psicólogos
psicoanalistas y marxistas, donde revisándose la historia de estos eventos se ha ido produciendo un
tránsito cada vez más palpable desde la confrontación al diálogo, a la comprensión.
este proceder pueda extraer de las nuevas realizaciones científicas. Este es precisamente el verdadero
espíritu científico que dicta la dialéctica materialista marxista-leninista, que lamentablemente ha sido con
frecuencia rígidamente interpretada por los efectos nocivos de la ideologización extrema de las ciencias y
por las lagunas de ignorancia de los conocimientos científico-psicológico y el empobrecimiento cultural
de los psicólogos, llenándose estos espacios con suposiciones, conjeturas, juicios prefabricados obtenidos
muchas veces de manuales y elaboraciones académicas que mediatizan el pensamiento y las teorías
psicológicas propias de los autores. Por supuesto, esta no es la única debilidad gnoseológica o
epistemológica de la ciencia psicológica, pero quizás su grado de generalidad nos ayude al difícil empeño
de la elucidación de estos principios y que las insuficiencias e insatisfacciones que queden sean un
producto más de la ignorancia que de la actitud o espíritu científico; ya que la ignorancia es más fácil de
suplir que cambiar una actitud, además de que indudablemente tiene un valor metodológico en el camino
dialéctico de la construcción del conocimiento científico, que siempre es el proceso de sustitución de un
hecho, dato conocido por uno nuevo desconocido, que propicia a su vez que una teoría sea sustituida por
otra más avanzada, esencial, generalizadora y sistemática, en aproximación ascendente hacia la verdad que
ha de arrancarse a la realidad.
Por último, es necesario una observación dirigida al ánimo del lector, dado el embarazo histórico en que
se encuentran las propias bases en que asentarán las premisas científicas fundamentales para la
elucidación de los principios de la psicología materialista dialéctica y que hemos dicho es el
marxismo-leninismo. El sistema o bloque socialista como primer episodio histórico de un proyecto
universal político-social murió joven, pero esto no nos debe llevar a la conclusión de que el
marxismo-leninismo como teoría científica sea improcedente y que también haya fenecido; su
materialismo filosófico y su dialéctica materialista están presentes como una síntesis del pensamiento fi-
losófico más avanzado de varias generaciones de científicos y de las más connotadas corrientes.
Hay errores de los hombres que pusieron en práctica este sistema socialista que han colocado en
contradictoria crisis al marxismo-leninismo y su materialismo dialéctico como teoría científica. Entre
éstos podemos situar:
• La retórica que bloquea el camino de la práctica investigativa consecuente, así vemos que a pesar
de la extraordinaria riqueza conceptual, las ciencias sociales marxista-leninistas no desarrollaron
un arsenal de métodos empíricos de investigación, ni asimilaron lo avanzado en esta dirección de
los enfoques positivistas y pragmáticos. Así por ejemplo, en la psicología se condenó y en
ocasiones se proscribió el uso de los tests.
• Insuficiente desarrollo de las ciencias sociales como ciencias aplicadas; la teoría se fue delante de
la práctica.
La extensión del enfoque clasista y partidista al problema de la ciencia, al mismo nivel de categoría y
de significación práctica para la confrontación ideológica entre el socialismo y el capitalismo, lo que
de hecho conduce a la tergiversación de la esencia de la ciencia como forma de la conciencia social
universal y al conocimiento científico como producto de su práctica especial, la científica.
• Trabajos cargados de citas y referencias a los clásicos del marxismo, en ocasiones forzadas,
extrapoladas a otros contextos; se produce una tendencia a la descontextualización de los
contenidos utilizados como argumentos, avales o ejemplos que limitan su valor heurístico y
cientifíco.
• Se crea un lenguaje científico muy particular de corte esencialmente filosófico que rompe la
tendencia integradora universal de la ciencia y produce barreras en la comunicación.
Frecuentemente se insiste en mantener un término para conceptualizar un fenómeno para el cual
existe consenso en la naturaleza de su esencia, produciendo un lenguaje paralelo en su denomina-
ción. Se estimula de esta manera la polémica nominativa y semántica en virtud de una
interpretación consecuente de la verdad de lo lógico y lo histórico y la contraposición de la lógica
dialéctica a la lógica formal.
• Estos últimos son de obligado cumplimiento para producir una interpretación verdaderamente
dialéctica del desarrollo de los fenómenos estudiados, pero hay veces que por la complejidad de los
mismos, por la propia naturaleza del objeto estudiado, por el nivel teórico metodológico real
alcanzado por la ciencia en cuestión en ese momento, resulta imposible hacer descansar sobre estas
bases la presentación del contenido de las ciencias. Sin embargo, se trata a todas luces de lograrlo
como prueba de cientificidad, lo que puede conducir contrariamente a la especulación científica,
fundamentalmente de los aspectos genéticos y procesales del fenómeno estudiado.
Todas estas tendencias anteriormente relacionadas son ajenas a la esencia del marxismo-leninismo y este
último inevitable peligro de la subjevitización es alertado por el mismo como ciencia de la sociedad, la
naturaleza y el pensamiento y constituyen, cuando se dan en la práctica, el modelo opuesto de lo que debe
ser un enfoque científico dialéctico materialista.
Contra este handicap debe cabalgar el marxismo en la actualidad, por lo que estas observaciones son
imprescindibles para la comprensión de los principios de la psicología materialista dialéctica que se
exponen a continuación y para lograr una justa evaluación crítica del enfoque histórico – cultural
vigotskiano como teoría científica de dimensión multisectorial, más aun para su adopción y aplicación
consecuente desde la perspectiva de otras corrientes psicológicas contemporáneas como el
constructivismo, el cognitivismo, el neohumanismo, etc, como suele hacerse tan frecuentemente.
a) La psiquis y el sistema nervioso, en particular el cerebro, constituyen una unidad dialéctica que
conduce a la interpretación de la relación de lo psicológico y lo fisiológico, del psiquismo como
función del cerebro con las condiciones propias de los restantes principios siguientes.
b) La psiquis tiene un doble carácter: objetivo y subjetivo a su vez. Objetivo en tanto existe como
fenómeno de la realidad independiente de la conciencia e intención de los hombres. Subjetivo, en
cuanto sólo se da en el sujeto y no constituye una copia fiel, fotostática, de la realidad, sino refractada
por el contenido, experiencia individual y particularidades estructuro-funcionales del psiquismo del
sujeto en cuentión.
c) Las formas ascendentes de complejidad del psiquismo en la escala zoológica en los aspectos
filogenéticos y ontogenéticos son expresión y vía metodológica para el estudio del desarrollo del
psiquismo, para develar su origen, evolución y trasmutación dialéctica, que en el hombre alcanzan
una connotación superior y diferente dada su esencia social.
d) La relación sujeto-objeto como concreción de la relación del hombre con el mundo, es mediatizada
por una forma superior de reflejo psíquico que es la conciencia.
Se puede concluir que "la acción del mundo externo se refleja formando el psiquismo, la conciencia y se
refracta en forma de actividad (conducta, respuesta), pero esta actividad interactúa con el psiquismo
conformándolo y modificando a su vez al mundo objetivo que lo originó" (44).
a) El contenido de la vida psíquica siempre es un producto de la relación con el medio, por lo que no
hay nada ínmanente al propio psiquismo que no sean los propios mecanismos heredados de la
especie. Es decir, que en la actividad psíquica y en la conducta que la expresa siempre hay una
mayor o menor relación con la realidad externa.
b)
b) La naturaleza y formas que adoptan las relaciones del sujeto con el objeto determinan el contenido y
particularidades del psiquismo que es y se manifiesta como actividad psíquica interna (fenómenos
propiamente psíquicos: cualidades, procesos, formaciones) y externas (conductas, comportamientos,
desempeños) y que alcanzan diferentes niveles de integración, siendo la personalidad el
cualitativamente superior como producto más acabado del psiquismo humano.
Su esencia está en que la psiquis se forma, desarrolla y expresa en la actividad, porque es realmente
actividad psíquica estructurada del sistema nervioso del sujeto. Sin actividad no hay psiquismo. Una vez
formado el psiquismo en la actividad, y como actividad, comienza a jugar un papel regulador de ésta.
b) Los niveles de desarrollo del psiquismo se determinan en forma de actividad por lo que la
tipologización de la actividad es un criterio genético y evolutivo del psiquismo en lo filo y
ontogenético.
a) La personalidad como ser individual de las relaciones sociales tiene un proceso de formación con
etapas evolutivas generales de singular significación en el desarrollo psíquico humano y
determinantes históricos concretas, constitucionales y circunstanciales propios de cada sujeto como
expresión de la dialéctica de lo general, lo particular y lo singular en su determinación.
b) La dinámica de lo consciente e inconsciente en la personalidad insertado en el carácter esencialmente
consciente del psiquismo humano.
c) La comprensión del factor motivacional y el aspecto autorregulador de la personalidad como sus
elementos dinamizadores y dinámicos.
d) La comprensión de la personalidad como una estructura sistemática de formaciones psicológicas de
relativa estabilidad y de configuración jerárquica, lo que conlleva a la determinación de niveles de
complejidad y de desarrollo de la personalidad.
Por último, es necesario plantear las particularidades actuantes de estos principios que nos llevan a
enunciar en primer término su objetividad, es decir, su existencia independiente de su reconocimiento
formal; y en segundo término, su interconexión que implican su manifestación íntegra en la interpretación
de cualquier fenómeno psíquico al margen de que dada la naturaleza de este fenómeno, alguno se haga
más evidente; y por último, su inmanencia, dado su enriquecimiento paulatino a la luz de los datos y
resultados de las ciencias.
Finalmente la comprensión del cuadro científico de la psicología contemporánea impone el análisis de dos
tendencias que se han desarrollado con gran fuerza a partir de la segunda mitad del presente siglo y
representan polos opuestos en el enfoque del fenómeno psíquico, dictado no sólo por el amplio proceso
de amplificación de la psicología como ciencia ocurrido en este siglo y que muestra su vertiginoso
desarrollo, sino también por razones pragmáticas que han llevado a focalizar determinados aspectos, ya
sea el desempeño intelectual o la vida afectiva, demostrando una dicotomía entre ambos que constituye
quizás la limitación o problema más importante a resolver por la ciencia psicológica de hoy. Nos
referiremos en este caso a la psicología cognitiva y a la psicología humanista.
3.1 Psicologia cognitiva
La precisión del enfoque o perspectiva cognitiva en la actualidad resulta realmente imposible, por la
relativa amplitud y acelerado proceso de integración a otras ramas de las ciencias contemporáneas, que
hacen incluso que su denominación varíe desde la psicología cognitiva hasta ciencias de la cognición.
Este hecho refleja cuán rica y variada es su actividad científico-investigativa y múltiples los objetos de su
estudio.
En este sentido A. V. Brushlinski afirma que... " hoy en día no hay una unidad de criterios en cuanto a
qué es el objeto de la psicología cognitiva y a cuáles son sus objetivos" (45).
Partimos del criterio de que en el campo de la Psicología, el cognitivismo debemos verlo tanto como una
escuela o tendencia teórica de un amplio espectro, como una esfera de la investigación relacionada con la
construcción del conocimiento, los procesos psíquicos que lo permiten, el procesamiento de la
información basado en modelos cibernéticos, la neurodinámica cerebral que lo sustenta y la esfera de
producción de nuevos conocimientos, todo ello insertado en un amplio y creciente marco relacional con
los aspectos inductores de la actividad cognoscitiva, el funcionamiento integral de la personalidad, el
aprendizaje como proceso, la teoría informática y la estructuración del conocimiento científico,
incluyendo sus fundamentos epistemológicos.
Esta complejidad del cognitivismo impone un breve análisis de sus antecedentes históricos, para poder
movernos mejor en el dinamismo de su lógica interna como fenómeno científico de la actualidad que
desborda los límites mismos de la psicología.
Sus antecedentes primarios lo vemos en la psicofísica, particularmente en las investigaciones del nivel
cognitivo inferior: sensaciones y percepciones realizadas fundamentalmente por Gustav T. Fechner,
quien aportó un método científico para estudiarlos que enriquecido y actualizado mantiene su vigencia,
especialmente para los cognitivistas ocupados en el estudio de la percepción, que continúan siendo
numerosos dado la importancia de esta ventana por la que el hombre se asoma al mundo para la
adquisición de la información que luego ha de procesarse y almacenarse.
Otro antecedente del cognitivismo lo tenemos en la Gestalt, particularmente en su etapa tardía en la que
proliferan los estudios del pensamiento para el análisis de las regularidades de la percepción. Aquí
podemos destacar los trabajos de K. Duncker. Hoy en día muchos estudios de base gestáltica de la esfera
cognitiva han invadido el campo que el cognitivismo reclama como suyo, produciéndose un proceso de
integración paulatino.
Sin embargo, los antecedentes más significativos de la psicología cognitiva están en las teorías
neoconductistas, que al plantearse el problema de los mediadores en el proceso de determinación de la
conducta y el establecimiento de leyes y teorías de aprendizaje sobre un intenso programa
experimentalista, sentaron las bases para comprender la dinámica del procesamiento de la información
como condición de la actividad psíquica.
En menor medida hay que considerar a otro neoconductivista en el aporte histórico al surgimiento de la
psicología cognitiva, este es el caso de Edward C. Tolman, quien es el iniciador del estudio de los
procesos interiores que tienen lugar entre el estímulo y la reacción, desarrollando su teoría del aprendizaje
de los signos en el marco de un conductismo auténtico, molar e intencionalista que le condujo a una teoría
de referencia cognitiva como ha señalado E. R. Hilgard (47).
Finalmente, hay que destacar los aportes de B. F. Skinner como clásico de la perspectiva neoconductista a
la psicología cognitiva, lo que se sintetiza fundamentalmente en su interpretación de la relación entre el
organismo y el medio, su concepto de condicionamiento operante y el papel del reforzamiento que
conducen a un nuevo resultado en la formación y modificación de la conducta que compromete a todas
las estructuras cognitivas del sujeto.
En este sentido la teoría del reflejo condicionado de I. P. Pavlov, también constituyó un antecedente
histórico, ya que permitió explicar desde una óptica neurofisiológica el funcionamiento cognoscitivo del
sujeto.
Es una comprensión racionalista y dinámica de la cognoscibilidad que intenta superar los esquemas
conceptuales y limitaciones metodológicas de la psicología asociacionista, funcionalista y conductista,
que ven al hombre en una posición adaptativa.
Bruner realiza importantes trabajos sobre el papel de la percepción en el desarrollo del pensamiento y
profundiza en los procesos de éste, elaborando técnicas que llegan a caracterizar las estrategias que siguen
los sujetos en la solución de problemas.
Sobre la base de la codeterminación bio-social, también caracteriza al desarrollo psíquico que define
como "el incremento de la capacidad del individuo para manejar información del ambiente, a través de la
adquisición de mecanismos mediadores durante el aprendizaje donde el lenguaje constituye un medio
esencial... por la posibilidad que le ofrece al hombre de independizarse de su contexto más inmediato"
(49).
Pasa posteriormente a elaborar puntos de vista renovadores acerca del aprendizaje y una teoría de la
instrucción de inestimable valor pedagógico.
Como ya se planteó al estudiar a J. Piaget, éste no se propuso hacer psicología, sino una epistemología de
conocimiento científico que le llevó necesariamente a incursionar en los mecanismos y procesos
psíquicos que permiten la construcción del conocimiento.
Su ingenio y vigoroso método científico le permitieron conformar su teoría de la inteligencia que revolu-
cionó en diversas direcciones las nociones existentes en la psicología y de esta manera, sin proponérselo,
una vez más realizó un aporte sustancial a la psicología cognitiva que en este caso se ha ampliado, al
desarrollar en la Escuela de Ginebra importantes estudios de la relación entre lo lógico y lo psicológico y
en el área epistemológica más específica referente al acto de cognoscibilidad científica en las ciencias
particulares, todo lo cual, se recoge en los materiales seriados que conforman el Tratado de Lógica y
Conocimiento Científico que dirigió hasta su muerte.
Sin embargo, la psicología cognitiva contemporánea surge realmente en la década del 50 en los Estados
Unidos, producto de:
"Los rasgos fundamentales de su esquema conceptual consisten en reconocer al hombre como un sistema
que procesa información, para lo cual, cuenta con mecanismos de captación de información del medio, un
conjunto de procesos de diferente cualidad que actúan sobre la información de entrada y la transforma,
estados sucesivos donde se representan los resultados de estos procesamientos y finalmente, mecanismos
de salida a través de los cuales el hombre interactúa con su ambiente" (50).
Se presupone entonces, que existe una similitud entre los programas para computadoras y las estrategias
cognoscitivas de los sujetos en la solución de problemas, por lo que, su paradigma más general, es la
analogía hombre-computadora.
En los años más recientes este paradigma se ha humanizado, viendo al hombre como un procesador
viviente a escala social, productor y utilizador, a su vez, de símbolos semánticos representativos de los
objetos y fenómenos de la realidad.
Este enfoque del hombre como procesador de información lleva a caracterizar cómo en su actuación ante
tareas cognoscitivas "lo importante no es el resultado mismo, sino aquellos índices cualitativos que
permiten descubrir las estructuras de conocimientos y los procesos que las generan" (51).
La perspectiva cognitiva por su esencia misma, está indisolublemente ligada a los problemas de la
enseñanza y al aprendizaje y ofrece una alternativa pedagógicamente válida para la solución de los
problemas actuales de la elevación de la calidad de la educación. Supera y es contraparte, en la psicología
occidental de los tradicionales enfoques conductistas que conciben la escuela transmitiendo de forma más
o menos exitosa cierta cantidad de conocimientos, hábitos y habilidades que permiten la adaptación del
alumno a las dictantes condiciones externas de un mundo en revolución científico-técnica, o más
concretamente el aprendizaje de comportamientos que permiten la adaptación social del sujeto.
No obstante, el paradigma cognitivista del procesamiento de la información hasta en sus variantes más
dinámicas y avanzadas que conciben al pensamiento como vía para descubrir la realidad, presenta como
limitación extrapolar la importancia de la actividad cognoscitiva en el contenido de la vida psíquica
humana; trasladar con mayor o menor mecanicismo los modelos cibernéticos y minimizar el
condicionamiento histórico-social y los efectos de la colectividad y la cultura en la determinación del
psiquismo, incluso hasta en los procesos mismos del pensamiento.
Otro clásico del tema es Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard, EE UU, quien ha
enfocado a la inteligencia como un conglomerado de distintas aptitudes, válidas para todas las culturas y
momentos históricos y que le ha permitido trascender los marcos habituales de la testología para producir
un esquema metodológico de su estudio más dinámico y universal, concretado esencialmente en su teoría
de las inteligencias múltiples.
Robert Penrose, físico-matemático de la Universidad de Oxford, Inglaterra, es otro interesante autor que
pretende explicar el fenómeno psíquico con los principios de la física cuántica.
Otras teorías cognitivistas se mueven más hacia la problemática del aprendizaje, por lo que tienen gran
aceptación por la pedagogía.
Entre ellas podemos situar la teoría de Gagné, que explica el aprendizaje como un proceso que permite a
los organismos vivos modificar sus conductas de manera suficientemente rápida y permanente, para que
dicha modificación no tenga que repetirse en cada nueva situación. El modelo de Gagné es de amplia
utilización en la enseñanza de las ciencias y constituye un ejemplo claro del proceso de acercamiento e
integración que se está produciendo en la actualidad entre las diferentes corrientes y teorías psicológicas.
Gagné desde las concepciones y metodología neoconductista penetra en las exigencias del cognitivismo
contemporáneo avanzado.
Sin embargo, en lo que toca a teorías cognitivistas del aprendizaje la más notable y extendida realización
de la actualidad pertenece a la teoría del aprendizaje significativo de David Ausubel, que ha penetrado
con gran éxito en la práctica escolar.
Su esencia consiste en propiciar un aprendizaje con sentido para el sujeto que aprende, como elemento
que garantiza su efectividad dada en la formación de los constructos de su estructura cognitiva por
medio de los cinco procesos mentales que intervienen en la fase de aprendizaje y en la retención de su
contenido verbal con sentido. Estos procesos son: reconciliación integrativa, subsunción, asimilación,
diferenciación progresiva y consolidación.
Otros autores cognitivistas de amplia divulgación en la literatura científica son Edward de Bono y Reuven
Feuerstein, quienes se han insertado en la actividad investigativa y académica de América Latina,
especialmente en el Proyecto Venezolano para el Desarrollo de la Inteligencia encabezado por Luis
Alberto Machado. Sin embargo, la realización más interesante del problema en esta región, en mi
opinión, es la desarrollada por los hermanos De Subiría Samper en el marco de la Fundación Alberto
Merani y de la Institución que brinda educación especial a niños y jóvenes excepcionales en Bogotá,
Colombia.
Puerto Rico es escenario de otra importante realización en materia de las teorías cognitivas aplicadas a la
educación, en la obra de Angel Villarini y sus colaboradores. Este autor ha llegado a elaborar importantes
estrategias metodológicas para la enseñanza y el diseño curricular a partir de su conceptualización de la
actividad cognoscitiva de los alumnos como es su estrategia ECA (Explora, conceptualiza y aplica) y su
diseño del currículo integrado que resuelve con eficiencia el viejo dilema pedagógico de la vinculación
intermateria y la formación de una concepción del mundo realista y dinámica en los escolares.
Sus orígenes están en el movimiento existencialista europeo, encabezado por los filósofos Jean Paul
Sartre, Karl Jaspers, Gabriel Marcel y Martín Heiddegger, que se plantea desde una óptica irracional, una
nueva interpretación de la relación sujeto-objeto centrada en el lado subjetivo de ésta, en las vivencias
humanas; luego se extiende a Norteamérica y Latinoamérica.
Estas concepciones, tienen una fuerte carga psicológica, por lo que, frecuentemente, se denomina
psicología existencial a una tendencia donde aparecen nuevos temas y métodos de la investigación
psicológica que constituye una respuesta a "cierta insatisfacción producida por la imagen del hombre que
había construido la psicología científica, una imagen que se veía unilateral, incompleta y parcial" (53).
Este enfoque psicológico centrado en el ser humano, ha movido la acción de infinidad de psicólogos,
provenientes en muchos casos del neopsicoanálisis, de la psicología de la personalidad y de la clínica e
incluso de los aspectos técnicos de la psicoterapia y funda una verdadera nueva corriente denominada con
propiedad psicología humanista, o tercera fuerza, considerando al psicoanálisis y al conductismo la
primera y segunda fuerza, respectivamente.
"De manera general, el enfoque humanista representaba una superación del positivismo en favor de un
regreso al hombre y a su subjetividad, así como la posibilidad de emprender el estudio de la mente desde
una posición fenomenológica que tomaba como puntos de partida el carácter integral, único, irrepetible,
innato y activo de la naturaleza humana.
Las principales características de la psicología humanista pueden resumirse a partir de la panorámica que
nos ofrecen A. Caparrós y F. González Rey en la siguiente forma:
Base filosófica existencialista en lo que respecta a objeto y contenido que ubica al hombre como una
persona individual que existe en el mundo; y fenomenológica, en lo que respecta al método que se
dirige a lo cualitativo de la conciencia, vivencias y sentimientos referidos a la experiencia del
individuo en su mundo y entre los demás hombres.
Presupone que cada hombre es único, que como persona no puede ser comprendido en términos de
funciones o elementos, ni ser explicado por nociones químicas, físicas o neurofisiológicas.
Mentaliza o psicologiza el psiquismo humano, por lo que, la personalidad es el centro como
expresión de una vivencia existencial singular del sujeto, por lo que se rechaza todo intento de
explicar al hombre y su psiquis por leyes naturales o generalidades.
Es una psicología de las diferencias individuales (psicología diferencial) cuyos temas centrales son las
relaciones interpersonales, la libertad y la responsabilidad, la escala individual de valores, el sentido
de la vida, el dolor, la ansiedad, la muerte, los conflictos del sujeto consigo mismo y la sociedad; los
estados mentales que pueden generar trastornos patológicos.
Interés creciente por la teoría de la personalidad para la explicación de la individualidad humana que
le conduce paulatinamente, aunque desde posiciones disímiles, a explicar muchas particularidades
funcionales de la personalidad en ocasiones asociadas a una u otra de sus formaciones psicológicas y,
a veces, caracterizando sus procesos generales.
Entre los enfoques de la psicología humanista más significativos de la actualidad podemos mencionar a
los siguientes autores:
Carl R. Rogers (1902-...) que desarrolla una teoría del sí mismo, como una representación de uno
mismo, de carácter autorregulador; por lo que una terapia dirigida a modificar la estructura del sí
mismo es la más efectiva. Esta es la denominada terapia no directiva de amplia difusión práctica en
la investigación en el campo de la psicoterapia.
Abrahan Maslow (1916-1970) que desarrolla una teoría de la persona autorrealizada, sobre la base de
la jerarquía motivacional que determina la realización exitosa de su conducta para la satisfacción de
sus necesidades. Presenta las características de la personalidad autorrealizada, entre ellas: aceptación
de sí y de los demás, espontaneidad, necesidad de intimidad, autonomía, interés social, sentido del
humor y de la democracia, amor auténtico.
Gordon Allport (1897-1967) que desarrolla una teoría acerca de la personalidad madura que le
conduce a una tipología, que al igual que Maslow, fundamenta en una concepción de contenidos
motivacionales invariables.
También son significativos los trabajos de Erich Fromm, con su teoría de aproximación marxista a la
lucha del hombre por evitar su propia destrucción y vivir en un mundo más sano donde la educación y la
buena voluntad juegan un papel importante. Fromm da apertura al neomarxismo en su variante del
freudo- marxismo.
El análisis transaccional es otra tendencia (Thomas Harvis y Eric Berne) que cree que "si los individuos
pueden cambiar, en el sentido de ganar autenticidad, intimidad y madurez, es posible cambiar el curso del
mundo" (56).
Entre las contribuciones más importantes del pensamiento humanista norteamericano a la psicología
debemos considerar la obra, quizás poco conocida en nuestro medio latinoamericano de Andras Angyal.
Este autor produce los principios teóricos sintéticos que permiten integrar la psicodinámica con la teoría
holística propiciando un modelo de tránsito del funcionalismo y del conductismo al psicoanálisis y a la
psicología de la personalidad sobre una plataforma humanista en la que se contemplan tanto criterios
biológicos como existenciales, produce entonces, una auténtica psicología humanista de la personalidad
como puede verse en su libro “Fundamentos para una Ciencia de la Personalidad” (1941) que junto a “La
Personalidad” (1937) de G. Allport son a mi modo de ver, las obras fundamentales sobre las que se
erigen la psicología humanista contemporánea y en gran medida la actual.
El otro autor que en Norteamérica puede ser considerado en la actualidad como clave en la perspectiva
humanista de la psicología es el austriaco de origen judío Viktor Frankl, radicado desde 1970 en los
Estados Unidos.
Si bien son ampliamente conocidas sus concepciones psicoterapéuticas como creador de la “logoterapia”
y remodelador del “análisis existencial” con fines clínicos como su método del “distanciamiento del
dolor”, sus aportes al desarrollo de una teoría humanista de la personalidad no han sido totalmente
aquilatados.
Su teoría del cambio de actitud existencial del hombre ofrece una nueva forma de interpretación de la
personalidad, en que la “posición natural” de este dada por su “disposición vital” y “situación social”,
puede ser potenciada hacia metas u objetivos deseables de la dimensión humana contemplando su
espiritualidad, libertad y responsabilidad como sus factores principales.
Sus planteamientos están muy bien contextualizado en el sentido de una globalización espiritual del
hombre en busca de su lado humano, lo que le permite como teoría de la personalidad moverse en un
amplio espectro filosófico e ideológico, y encaja en las más diversas concepciones de la esencia humana,
de ahí su creciente expansión universal y en especial en nuestro medio latinoamericano, en el que es
aceptado por psicólogos clínicos, educacionales, organizacionales de las diversas corrientes y hasta
credos religiosos.
Sin embargo, el surgimiento oficial de la psicología humanista contemporánea se debe sin dudas a
Charlotte Bühler (1893-1974), quien fundó a fines de los años 50 junto a K. Goldstein, A. Maslow y C.
Rogers la Asociación Americana de Psicología Humanista. Se destaca en esta autora su intento por
comprender el sentido de la vida humana desde los propios escenarios de su existencia, particularmente
en las grandes ciudades, foco de relaciones humanas y de conflicto, así como el proceso de desarrollo de
la vida humana desde el nacimiento hasta la adultez, legándonos la primera periodización del desarrollo
psíquico elaborada por la psicología humanista. De esta manera, es ampliamente reconocida como
psicóloga de la niñez y la juventud, por lo que sus trabajos han quedado inscriptos también en la
psicología evolutiva o de las edades y en la psicología pedagógica.
Existen infinidad de otras teorías humanistas que al igual que con el cognitivismo representan
aproximaciones de las diversas corrientes de la psicología contemporánea en un proceso de integración y
diferenciación paulatina, pero singularmente importante es plantear la unidad y quizás indeterminación
que se da con el enfoque personológico en la psicología y la denominada psicología personalista.
Sin el ánimo de hacer la historia del problema debemos decir que su comprensión actual requiere del
análisis de la tendencia psicológica fundada por William Stern (1871-1938) bajo la denominación del
“personalismo crítico’, aunque con anterioridad el concepto de personalismo había sido acuñado por
Friedrich Schleiermacher (1768-1834) y con frecuencia se identifica su fundación con la obra Enmanuel
Mounier.
La esencia psicológica del personalismo de Stern está en el ”hecho de que las personas pueden
reconocerse y actuar dentro de su medio para alcanzar un objetivo” (57). O como el propio Stern afirma:
“el hecho fundamental del mundo no consiste en la existencia de lo físico y lo psíquico, sino en la de las
personas reales”. (58)
El surgimiento del personalismo estuvo condicionado por la posibilidad de una comprensión humanista
individualizada del hombre como personalidad a partir del desarrollo alcanzado por el psicoanálisis, la
psicología profunda, la psicometría y la psicología diferencial, bajo los influjos de presupuestos
filosóficos y sociológicos antropocéntricos.
A partir de aquí ha continuado un desarrollo ascendente e interactivo como una forma particular de
psicología de la personalidad en el contexto de la psicología humanista, que ha tenido como esencia, un
enfoque de la naturaleza humana que integra dinámicamente las concepciones individualistas con las
sociologistas y ambientalistas de la personalidad.
Es una respuesta actualizada y cualificada a las nuevas necesidades de realización del hombre en un
mundo de tecnologías que aplasta al hombre como personalidad y le llevan con frecuencia al status de una
“cosa más”, manipulable y dirigible.
Por ello no es de extrañar que en el campo de la educación se esté abriendo paso bajo la denominación de
“educación personalizada” o del estudio y solución de los problemas ambientales con enfoques como los
de la “ecología humana” o de la “ecoformación del yo para el desarrollo humano”.
En la actualidad existen algunas concreciones del estudio del sujeto como personalidad que subrayan su
esencia en la categoría “persona”, para lo cual se utilizan los recursos de la ciencia psicológica. Esta
definición y lógica de abordaje del problema de la personalidad se le ha denominado con frecuencia
“enfoque personológico”, sin embargo, aun resultan inconsistentes sus conceptualizaciones que por lo
general, finalmente terminan ascriptas a algunas teorías de la personalidad reconocidas.
El surgimiento de este enfoque se identifica frecuentemente con los planteamientos de Emmanuel Mounier
quien nos define a la persona para la psicología con profundo sentido filosófico y metodológico de la
siguiente manera:
“La persona no es el más maravilloso objeto del mundo, un objeto al que conoceríamos desde fuera, como
a los demás. Es la única realidad que podemos conocer y que al mismo tiempo hacemos desde dentro”
(59).
No hay dudas que es tarea de la epistemología y la ciencialogía de la psicología profundizar en el estudio
de estas tendencias que, dados los actuales derroteros de la humanidad tienen un futuro promisorio.
La evaluación crítica de la psicología humanista nos permite señalar algunas de sus limitaciones como la
inconsistencia científica entre la filosofía general del hombre y la explicación de su comportamiento, lo
cual es común a la mayoría de las corrientes psicológicas de la actualidad. También se le puede señalar la
hipertrofia de lo individual, ya que por razones culturales muchos sujetos jamás alcanzan los niveles de
actuación individual postulados. Todo ello es debido en gran medida a una conceptualización inapropiada
de la naturaleza humana.
No obstante, nadie mejor que la autorizada opinión del Dr. Fernando González Rey para dimensionar la
significación real de la psicología humanista en la actualidad.
“Los psicólogos humanistas ubicaron en su justo lugar el complejo proceso de la subjetividad humana, y
se plantearon al hombre en una comprensión sistémica y activa, lo cual trascendió tanto al psicoanálisis,
como al conductismo, fuerzas que durante mucho tiempo monopolizaron la lógica para la comprensión del
comportamiento humano.
Por primera vez en la historia de la psicología, el movimiento humanista enfrentó, de manera resuelta, las
necesidades, tanto teóricas como metodológicas, imperantes en el estudio de la personalidad humana. Su
lógica no podía ser aprehendida en la orientación parcial, que los tests y experimentos de laboratorio
exigían para la determinación de la autenticidad científica de los resultados.
…los psicólogos humanistas propusieron una alternativa audaz, con exigencias metodológicas de un
nuevo tipo, orientadas a una utilización de lo cualitativo en la metodología de nuestra ciencia”. (60)
Conclusiones
El pensamiento psicológico tiene una larga historia que se inicia desde que el hombre primitivo tiene sus
primeras representaciones acerca de su propia vida psíquica. Es quizás, la forma más particular de la
relación del hombre con su mundo, pues se trata de pensarse a sí mismo como parte del mundo que a su
vez, es la vía por la que éste se concibe. Por ello, rápidamente las ideas acerca del psiquismo, bajo la
rúbrica del alma, el espíritu, la mente, etc., ocuparon un lugar importante en el pensamiento filosófico de
la antigüedad, transitando como pensamiento especulativo o precientífico en la historia de la filosofía
hasta los inicios del último cuarto del siglo XIX en que surge la psicología como ciencia independiente.
En la etapa del surgimiento de la psicología científica en el último cuarto del siglo pasado se pueden
distinguir los inicios de estas corrientes: el asociacionismo estructural de W. Wundt con el que se
reconoce el surgimiento de la psicología científica, la psicofísica de G. T. Fechner, los múltiples estudios
de la psicofisiología, la psicobiología, las variantes de la psicología naturalista rusa y el estructuralismo
de E. B. Titchener que junto al conexionismo de E. L. Thorndike, se identifican como las primeras
tendencias en América.
A finales del siglo XIX y particularmente a inicios del XX se produce un intensivo proceso de
amplificación reactivo a las seis tendencias anteriormente mencionadas y la aparición del extenso cuadro
de corrientes que caracteriza la actividad de la psicología en el presente siglo, donde hay que agregar la
influencia de la concepción de la naturaleza humana, de la relación del hombre y el mundo concretada en
la relación sujeto-objeto dada por las múltiples corrientes filosóficas de la contemporaneidad.
Así es como el viejo litigio filosófico entre el racionalismo y el irracionalismo y las concepciones
epistemológicas acerca de las posibilidades cognoscitivas del hombre, la veracidad de su conocimiento,
de cómo lo construye habitual y científicamente, llenan el accionar de la investigación psicológica y
producen corrientes de corte más cientificistas y pragmáticas como el funcionalismo y más
particularmente el conductismo norteamericano, en los que la esencia psicológica del hombre se diluye en
el estudio de sus funciones psicológicas o de su comportamiento. En esta dirección se mueve también la
Gestalt, al buscar la esencia de lo psíquico en la manera en que se construye por mecanismos
senso-perceptuales y el pensamiento, pero arreglado a leyes no solo internas, sino también sociales.
Otras corrientes psicológicas pretenden ir a la búsqueda de la subjetividad humana, a la noción de su
propia existencia y con un viso fenomenológico o existencialista se mira hacia el interior del hombre
como personalidad y a los intrincados senderos de su conciencia, este es el caso por ejemplo del
psicoanálisis.
Hay también una extensa agrupación de psicólogos que desde una óptica materialista manipulan la
relación del sujeto con su medio y pretenden ver en ello, desde la génesis del psiquismo hasta su proceso
de crecimiento y desarrollo con una interpretación más o menos dialéctica de éste. Aquí encontramos a la
psicología genética y la que abrazando las concepciones marxistas aceptan la naturaleza
socio-histórico-cultural del psiquismo humano.
Tanto el cognitivismo como el humanismo se han correspondido como ciclos históricos alternativos y
contradictorios en el devenir de la civilización humana.
La historia del pensamiento humano desde la antigüedad es un transitar entre la razón y la vivencia en los
más variados matices, ligados por supuesto a las necesidades de la base económico-política en que se han
erigido. Así por ejemplo, el humanismo ha tenido cuatro vueltas históricas a través de las diferentes
civilizaciones: el humanismo de la Antigua Grecia que marcó el real inicio de la civilización humana y
que con su sustento clasista buscó el ideal de hombre para su época en el arte, la ciencia y la filosofía; el
humanismo renacentista que proclamaba, retomando las realizaciones de los griegos un nuevo hombre
apto para la nueva sociedad capitalista que surgía y como reacción al aplastamiento de la personalidad
ocasionado por más de un milenio de oscuridad producida por los intereses de la iglesia en el medioevo;
la tercera vuelta al humanismo ocurre a finales del siglo XIX, surge entonces, un neohumanismo que
pretende devolver la libertad de espíritu arrebatada al hombre por el modo de producción capitalista que
lo había encadenado como esclavo asalariado a la máquina de la factoría y a la ciudad industrial como
nueva agrupación social, y finalmente, después de la frustración de las guerras mundiales y la actualidad
matizada por los grandes avances de la ciencia, la electrónica y la comunicación social donde el hombre
se pierde en los laberintos de la tecnología y los intereses transnacionales, comienza una nueva lucha
contra la enajenación y la búsqueda del lugar que realmente le corresponde a cada ser humano de la
Tierra, por encima del invento más sofisticado o de la sociedad más democrática o cosmopolita. Ese es el
humanismo actual que por ello tiene tanto de psicológico y se ha levantado sobre múltiples tendencias
previas de la psicología y nos ofrece un amplio espectro de concepciones, como amplia y compleja es la
sociedad contemporánea.
Esta puede ser en apretada y necesariamente incompleta e insuficiente síntesis la lógica, la dialéctica del
desarrollo de las concepciones psicológicas que hoy ofrecemos, particularmente a los maestros, porque su
influencia es notable en la educación como fenómeno social y en la pedagogía como ciencia de la educa-
ción, al extremo de que la mayoría de las corrientes pedagógicas de la contemporaneidad son derivaciones
de las corrientes, escuelas y teorías psicológicas descritas en el presente libro.
REFERENCIAS
1. Caparrós, Antonio. Historia de la Psicología. Ediciones CEAC, Barcelona, 1982. Pág. 12
2. Idem. Pág. 27
3. Idem. Pág. 58
4. Watson, John Broadus. La Psicología tal como la ve el conductista.
En: Historia de la Psicología. Lecturas Escogidas. Editorial Pueblo y
Educación. Ciudad de La Habana, 1985. Pág. 51
5. Caparrós, Antonio. Historia de la Psicología. Ediciones CEAC. Barcelona, 1982. Pág. 61
6. Shuare, Marta. La psicología soviética tal como yo la veo. Editorial
Progreso. Moscú, 1990. Pág. 43
7. Idem. Pág. 44
8. Idem. Pág. 44
9. Idem. Pág. 45
10. Caparrós, Antonio. Ob. cit. Pág. 48
11. Caparrós, Antonio. Ob. cit. Pág. 74
12. Caparrós, Antonio. Ob. cit. Pág. 74
13. Caparrós, Antonio. Ob. cit. Pág. 82
14. Wallon, Henri. Materialismo dialéctico y psicología, 1946. Pág. 15
15. Zazzó, René. Psicología y marxismo. La vida y obra de Henri Wallon.
Pablo del Río, Editor. Madrid, 1976. Pág. 23
16. Idem. Pág. 23
17. Idem. Pág. 83
18. Guajardo, Eliseo. Jean Piaget. En: Paquete del autor Jean Piaget. Licenciatura en educación básica. Sexto
Curso Optativa. Universidad Pedagógica Nacional, México, 1988. Pág. 25
19. Piaget, Jean. La teoría de Piaget. En: Paquete del autor Jean Piaget. Pág. 67
20. Idem. Pág. 66
21. Idem. Pág. 66-67
22. Goldman, Lucien. "Jean Piaget y las Ciencias Sociales". Editorial Agora, España. Pág. 28
23. Saló, Nuria y Emilia Ferreiro. Entrevista a Jean Piaget. En:
Cuadernos de Pedagogía, No. 27, Barcelona, España, 1977. Pág. 12-13
24. Vygotsky, L.S. El sentido histórico de la crisis psicológica. Obra en seis tomos, T. 1. Pág. 491
25. Ibid. Pág. 421
26. Ibid. Pág. 421
27. Vygotsky, L.S. Historia del desarrollo de las funciones psíquicas
superiores. Obra en seis tomos. T. 3. Pág. 31
28. Shuare, Marta. La psicología soviética tal como yo la veo. Pág. 60
29. Itzigsohn, José. Prólogo. En: Pensamiento y Lenguaje. Ed.
Revolucionaria, La Habana, 1966. Pág. 8
30. Manacorda, Mario A. La pedagogía de Vygotsky. En: Cuadernos de
Pedagogía, No. 64. Barcelona, España. Pág. 33
31. Zinchenko, V.P. Las ideas de L.S. Vykotsky acerca de las unidades de
análisis de la psiquis. Cuestiones de Psicología, No. 2, 1981. Pág.
118-133
32. Shuare, Marta. La psicología soviética tal como yo la veo. Pág. 84
33. Toulmin, S. The Mozart of Psichology. New York. The New York Review of Books, 1978.
34. Del Río, Pablo. Una sinfonía inacabada. En Vykotsky para maestros.
Revista Cuadernos de Pedagogía, No. 141. Barcelona, España, 1986. Pág. 8
35. Shuare, Marta. Ob. cit. Pág. 95
36. Piaget, Jean. Comentarios sobre las observaciones críticas de
Vygotsky. En: Pensamiento y Lenguaje (Apéndice). Ed. Revolucionaria, La
Habana, 1966. Pág. 167
37. Galperin, P. Ya. Introducción a la psicología. Ed. Pueblo y Educación.
Ciudad de La Habana, 1982. Pág. 54
38. Shuare, Marta. Ob. cit. Pág. 175
39. Luria, A.R. El lugar de la psicología entre las ciencias sociales y
biológicas. En: Cuestiones de Filosofía, No. 9, 1977. Pág. 68
40. Luria, A.R. El cerebro y la psiquis. En la presentación que se
realiza en: Superación para profesores de psicología. Ed. Pueblo y
Educación. Ciudad de La Habana, 1982. Pág. 24
41. Luria, A.R. El cerebro y la psiquis. Ob. cit. Pág. 29
42. Shuare, Marta. Ob. cit. Pág. 144
43. Kursanov, G. Problemas fundamentales del materialismo dialéctico.
Ed. de Ciencias Sociales. La Habana, 1976. Pág. 129
44. Leontiev, A.N. La psiquis y el mundo material. Folleto mimeografiado.
IPEN. La Habana, 1986. Pág. 4
45. Brushlinski, A.V. Pensamiento: proceso, actividad, comunicación.
Ed. Nauka. Moscú, 1983. Pág. 224
46. Idem. Pág. 220
47. Hilgard, Ernest R. Teorías del aprendizaje. Edición Revolucionaria.
Instituto Cubano del Libro. La Habana, 1972. pp. 210-211
48. Corral Ruso, Roberto. La perspectiva cognoscitiva. En: Corrientes pedagógicas contemporáneas. CEPES.
Universidad de La Habana. s/a.s/p.
49. Idem.
50. Idem.
51. Idem.
52. Pilipovski, V. Ya. Crítica de las teorías burguesas contemporánea de
la formación de la personalidad. Ed. Pedagoguika, Moscú, 1985. Pág. 13.
53. Caparrós, A. Historia de la psicología. Ediciones CEAC. Barcelona, 1982. Pág. 115
54. May, Rollo. Existential Psychology. En: International Encyclopedia of
Social Science, 1968. Vol. 13. Pág. 73
55. De la Torre Molina, Carolina. Para una historia de la psicología
latinoamericana. Editado por la Facultad de Psicología. Universidad de La
Habana, 1989. Pág. 87
56. Idem. Pág. 88
57. Bonin, Werner F. Diccionario de los grandes psicológos. De las ciencias
del espíritu a las ciencias de la conducta. Pág. 383
58. Idem. Pág. 383
59. De Avella, Martha y otros. Educación personalizada. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 1978. Pág.
11
60. González Rey Fernando e Hiram Valdés Casal. Psicología Humanista. Actualidad y desarrollo. Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 1994. Pág. 209
BIBLIOGRAFIA
ABBAGNANO, Nicolás. Diccionario de filosofía. Ed. Estudios. Instituto Cubano del Libro. La Habana, 1967.
ABBAGNANO, Nicolás. Historia de la filosofía (Tres tomos). Ed. Estudios. Instituto del Libro. La Habana, 1967.
AGRAMONTE, Roberto. Tratado de Psicología General. Un estudio sistemático de la conducta humana. Ed.
Cultural S.A. La Habana, 1940.
AGUAYO, Alfredo M. Pedagogía científica. Psicología y dirección del aprendizaje. Cultural S.A. La Habana,
1959.
ALLPORT, G. W. La personalidad: su configuración y desarrollo. Ed. Revolucionaria. La Habana, 1971.
ANASTASI, Anne. Tests psicológicos. Edición Revolucionaria. La Habana, 1970.
ARDILA, Rubén (Compilador). Psicología en Colombia. Contexto social e histórico. TM Editores, Bogotá, 1993.
ASRATIAN, E. I. P. Pavlov, Su vida y obra científica. Editorial Mir. Moscú, 1949.
AUSUBEL, David. Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. Ed. Trillas. México, 1980.
AUSUBEL, David P. Theory and problems of child developmen. Grune Stratton, New York, 1958.
De AVELLA Martha V, E.M. de Dueri, R. Pérez, A. Benasso y A. Vargas. Educación personalizada. Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá, 1978.
BELAUNDE San Pedro, Miguel. Manual de Psicología. Editorial UCACIA. La Habana, 1946.
BERNAL, John D. Historia social de la ciencia (Dos tomos). Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1986.
BONIN, Werner F. Diccionario de los grandes psicólogos. De las ciencias del espíritu a las ciencias de la
conducta. Fondo de cultura económica, México, 1991
BRUNER, Jerome S. Hacia una teoría de la instrucción. UTEHA. México, 1972.
BRUNER, Jerome. Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Ed. Alianza. Psicología Minor.
España
BRUSHLINSKI, A. V. Pensamiento: proceso, actividad, comunicación. Ed. Nauka. Moscú, 1983.
CAPARROS, Antonio. Historia de la psicología. Ediciones CEAC. Barcelona, España, 1982.
CUELLAR, Antonio y G. Roloff. Nociones de Psicología General. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La
Habana, 1977.
DE LA TORRE Molina, Carolina. Para una historia de la psicología latinoamericana. Editado por la Facultad
de Psicología, Universidad de La Habana, 1989.
DEL RIO, Pablo. Una sinfonía inacabada. En: Vygotsky para maestros. Revista Cuadernos de Pedagogía No.
141. Barcelona, España, 1986.
DEWEY, John. The Child and the School and Society. Carmichael. Chicago, 1943.
DEWEY, John. La escuela y el niño. Ediciones de La Lectura. Madrid, 1926.
DEWEY, John. How we think. D.C. Heath, New York, 1910.
DEWEY, John. La ciencia de la educación. Losada, Buenos Aires, 1951.
FREUD, Sigmund. Obras escogidas (tres tomos). Ed. Ciencia y Técnica. Instituto Cubano del Libro. La Habana,
1971.
FROMM, Erich. Marx y su concepto de hombre. Fondo de Cultura Económica. México, 1966.
FROMM, Erich. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea: hacia una sociedad sana. Fondo de Cultura
Económica. México, 1974.
FROMM, Erich. La revolución de la esperanza; hacia una tecnología humanizada. Fondo de Cultura Económica.
1970.
FROMM, Erich y Michael Maccoby. Sociopsicoanálisis del campesino mexicano; estudio de la economía y la
psicología de una comunidad rural. Fondo de Cultura Económica. México, 1974.
GALPERIN, P. Ya. Introducción a la Psicología. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana, 1982.
GARCIA Galló, Gaspar J. y otros. Filosofía y medicina. Editorial de Cienias Sociales. La Habana, 1987.
GONZALEZ Rey, F. e Hiram Valdés Casal. Psicología humanista. Actualidad y Desarrollo. Editorial de
Ciencias Sociales. La Habana, 1994.
GONZALEZ Rey, Fernando. Psicología, Principios y Categorías. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana,
1989.
GONZALEZ Rey, Fernando. Psicología de la Personalidad. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana,
1990.
GONZALEZ Serra, Diego J. Problemas filosóficos de la Psicología. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de
La Habana, 1984.
GUZMAN, Jesús C. y Gerardo Hernández Rojas. Implicaciones educativas de seis teorías psicológicas. Facultad
de Psicología. UNAM, 1993.
HARPER, Roberts S. Intruducción a la Psicología. Edición Revolucionaria. La Habana, 1970.
HEIDBREDER, Edna. Psicología del siglo XX. Edición Revolucionaria. La Habana, 1964.
HIEBSCH, Hans y otros. Psicología soviética. Selección de artículos científicos. Editora Universitaria. La
Habana, 1965.
HILGARD, Ernest R. Teorías del aprendizaje. Edición Revolucionaria. Instituto Cubano del Libro, La Habana,
1972.
HUISMAN, Denin. Enciclopedia de la pychologie (seis tomos). Fernand Nathan. París, 1971.
IOVCHUK, M.T.; T.I. Oizerman e I. Shchipanov. Compendio de Historia de la Filosofía. Editorial Pueblo y
Educación. Ciudad de La Habana, 1979.
JAMES, William. Principios de Psicologia. Editorial Glem. Buenos Aires, 1945.
JAMES, William. Psychology. Henry Holt. New York, 1910.
KEDROV, B.M. Clasificación de las Ciencias (Dos tomos). Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1974.
KELLE, V. y M. Kovalzón. Ensayo sobre la teoría marxista de la sociedad. Editorial Progreso. Moscú, 1985.
KOHLER, Wolfgang. Dinámica en psicología. Paidós. Buenos Aires, 1955.
KOHLER, Wolfgang. Gestalt psychology; an introduction to new concepts in modern psychology. Liveright.
New York, 1947.
KOHLER, Wolfgang. Psicología de la configuración. Ediciones Morata. Madrid, 1967.
KON, I. y otros. Historia de la sociología del siglo XIX y comienzos del XX. Editorial Progreso. Moscú, 1989.
KURSANOV, G. Problemas fundamentales del materialismo dialéctico. Editorial de Ciencias Sociales. La
Habana, 1976.
LANGARICA Monroy, Salvador, E. Navarrete, J.A. Rodríguez y J.M. Ramírez (compiladores). Corrientes
contemporáneas de la Pedagogía. Antología. Primera y Segunda Parte. Escuela Normal Superior de Nayarit.
Tepic, 1994.
LEONTIEV, Alexei N. Actividad, conciencia, personalidad. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La
Habana, 1982.
LEONTIEV, A. N. Problemas del desarrollo del psiquismo. Ed. Universitaria. La Habana, 1966.
LOPEZ Hurtado, Josefina y B. Durán Gondar (compiladores). Superación para profesores de psicología.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1975.
LURIA, Alexandr Romabovich. El cerebro en acción. Fontanella. Barcelona, 1974.
LURIA, A. R. El lugar de la psicología entre las ciencias sociales y biológicas. En: Revista Cuestiones de
Filosofía, No. 9, Moscú, 1977.
MACHADO, Luis Alberto. La revolución de la inteligencia. Seix Barral. Barcelona, 1975.
MANACORDA, Mario A. La pedagogía de Vygotsky. En: Cuadernos de Pedagogía, No. 64. Barcelona, España.
MASL0W, A. H. Motivación y personalidad. Sagitario. Barcelona, 1954.
MAY, ROLLO. Existential Psycology En: International Encyclopedia of Social Science, vol. 13, 1968.
MERANI, Alberto L. Psicología y pedagogía. (Las ideas pedagógicas de Henri Wallon). Editorial Grijalbo, S.A.
México, D.F., 1969.
MINISTERIO DE EDUCACION. Elementos de Psicología General. Primera parte. (Asesoría de Enseñanza
General. Departamento Nacional de Psicología Educacional). Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1970.
MINISTERIO DE EDUCACION. Encuentro de psicólogos que trabajan en la educación. Revista Psicología y
Educación No. 17. Jul-Dic. 1974. La Habana.
MINISTERIO DE EDUCACION. Principios y lineamientos básicos del trabajo de la psicología en el Ministerio
de Educación . Revista Psicología y Educación No. 17. Jul-Dic. 1974. La Habana.
NARSKI, I. S. La filosofía de Europa Occidental en el siglo XVII. Ed. Pueblo y Educación. Ciudad de La
Habana, 1985.
OIZERMAN, T. I. Las corrientes filosóficas fundamentales. Ed. Pueblo y Eduación. Ciudad de La Habana,
1985.
O'NEIL, W. M. The Beginings or Modern Psychology. Penguin Book, 1968.
PAVLOV, Iván Petrovich. Obras escogidas, Ed. Quetzal. Argentina, 1960.
PAVLOV, Iván Petrovich. Los reflejos condicionados aplicados a la psicopatología y la psiquiatría. Edición
Revolucionaria. La Habana, 1996.
PEEL, E. A. Fundamentos psicológicos de la educación. Ed. Aguilar. Madrid, 1970.
PETROVSKY, A. V. Psicología Evolutiva y Pedagógica. Ed. Progreso. Moscú, 1979.
PETROVSKY, A. V. Psicología General. Ed. Progreso, Moscú, 1980.
PIAGET, Jean. La construcción de lo real en el niño. Edic. Revolucionaria. La Habana, 1972.
PIAGET, Jean, H. Wallon y otros. Los estadios en la psicología del niño. Edición Revolucionaria. La Habana,
1966.
PIAGET, Jean. La formación del símbolo en el niño. Edic. Revolucionaria. La Habana, 1966.
PIAGET, Jean. Psicología y Pedagogía. Ediciones Ariel. Barcelona, 1971.
PILIPOVSKI, V. Ya. Crítica de las teorías burguesas contemporáneas de la formación de la personalidad. Ed.
Pedagoguika. Moscú, 1985.
PLANA Ruíz, Emilio. Historia general de la pedagogía II. Principales tendencias modernas y contemporáneas en
la educación. Universidad Central de Las Villas, Cuba, 1958.
ROGERS, Carl R. Freedom to learn; a view of what educational might become. Charles E. Merrill Publishing.
Columbus, Ohio, 1969.
ROGERS, Carl R. Psicoterapia centrada en el cliente; práctica, implicaciones y teoría. Paidós. Buenos Aires,
1972.
ROGERS, Carl R. La relación interpersonal en la facilitación del aprendizaje. En: Diálogo e interacción en el
proceso pedagógico. Ed. El Caballito. México, D.F., 1985.
ROSENTAL, M. y P. Iudin. Diccionario filosófico. Edición Revolucionaria. La Habana, 1967.
RUBINSTEIN, S.L. El desarrollo de la Psicología, principios y métodos. Ed. Universitaria. La Habana, 1965.
RUBINSTEIN, S.L. Principios de Psicología General. Ed. Revolucionaria. La Habana, 1966.
RUBINSTEIN, S.L. El ser y la conciencia. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana, 1979.
SALO, Nuria y Emilia Ferreiro. Entrevista a Jean Piaget. En: Cuadernos Pedagógicos, No. 27. Barcelona,
España, 1977.
SECHENOV, I. M. Los reflejos del cerebro. Academia de Ciencias, La Habana, 1965.
SHOROJOVA, E. V. y otros. Problemas teóricos de la Psicología de la Personalidad. Editorial Pueblo y
Educación. Ciudad de La Habana, 1983.
SHUARE, Marta. La psicología soviética tal como yo la veo. Editorial Progreso. Moscú, 1990.
SKINNER, B. F. y J. G. Holland. Análisis de la conducta. Texto programado. Trillas, México, 1976.
SKINNER, Charles E. Psicología de la Educación (2 vol). UTEHA. México, 1946.
SMIRNOV, Leontiev y otros. Psicología. Imprenta Nacional de Cuba. La Habana, 1961.
SZEKELY, Bela. Diccionario Enciclopédico de la Psique. Editorial Claridad. Buenos Aires, 1950.
TALIZINA, Nina. Psicología de la enseñanza. Editorial Progreso. Moscú, 1988.
TITCHENER, Edward Bradford. Elementos de Psicología. Vda. de Ch. Bouret. París, 1904.
TITCHENER, Edward Bradford. Experimental Psychology; a manual of laboratory practice. (en 4 volúmenes).
The Macmillan. New York, 1906.
TOULMIN, S. The Mozart of Psychology. The New York Review of Books. New York, 1978.
UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Corrientes pedagógicas contemporáneas. Ed. CEPES. La Habana, 1991.
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL. Sistema de Educación a Distancia. Licenciatura en Educación
Básica. Sexto Curso Optativo. Paquete del Autor Jean Piaget. Editorial Xalco. Estado de México. Primera
impresión, 1988.
VALERA Alfonso, Orlando. El desarrollo de la psicología pedagógica en Cuba. Sus aportes a la teoría y práctica
educativa nacional. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. ICCP. Ciudad de La
Habana, 1995.
VALERA Alfonso, Orlando. Fundamentos psicológicos de la pedagogía. Una propuesta para su estudio y
periodización. Escuela Normal Superior de Nayarit. SEP. Tepic, México, 1995.
VARONA, Enrique J. Curso de Psicología. E. "La Moderna Poesía". La Habana, 1921.
VELAZQUEZ, J. M. Curso elemental de psicología. Editorial Minerva. La Habana, 1950.
VYGOTSKY, Lev S. Obras en seis tomos. Moscú, s/a
VYGOTSKY, Lev. S. Pensamiento y lenguaje. Edición Revoluciona ria. La Habana, 1966.
VYGOTSKY, Lev. S. Psicología del Arte. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana, 1987.
WUNDT, Wilhelm y otros. Historia de la Psicología. Lecturas Escogidas. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad
de La Habana, 1985.
WALLON, Henri. Del acto al pensamiento. Editorial Lautaro. Buenos Aires, 1964.
WALLON, Henri. Los orígenes del carácter en el niño. Editorial Lautaro. Buenos Aires, 1964.
WOLMAN, Benjamín B. Teorías y sistemas contemporáneos en Psicología. Edición Revolucionaria. La Habana,
1967.
YAROSCHEVSKI, M. G. Historia de la Psicología (Primera y Segunda parte). Editorial Pueblo y Eduación.
Ciudad de La Habana, 1985.
YAROSCHEVSKI, M. G. La psicología del siglo XX. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de La Habana,
1983.
ZAZZO, René. Psicología y Marxismo. La vida y obra de Henri Wallon. Pablo del Río, Editor. Madrid, 1976.
ZAZZO, René. Manual para el examen psicológico del niño. Ed. Ciencia y Técnica. Instituto del Libro. La
Habana, 1970.
ZINCHENKO, V.P. Las ideas de L. S. Vygotsky acerca de las unidades de análisis de la psiquis. En: Revista
Cuestiones de Psicología, No. 2. Moscú, 1981.
DE ZUBIRIA Samper, A. y J. De Zubiria Samper. Tratado de Pedagogía Conceptual. 5 partes. Fondo de
Publicaciones. Fundación Alberto Merani. Bogotá, 1990-1995.
ANEXO II
Original(K. Horney)
Psicoanálisis Psicología profunda (C.G. Jung, A. Adler, H.
Sullivan y O. Rank y otros)
Neopsicoanálisis Etnopsicología o Psicología cultural(M. Mead, R.
Benedict y R. Linton)
Psicoanálisis lacaniano(S. Lacan)
Psicoanálisis de W. Reich
Psicoanálisis del desarrollo psiquico infantil (A.
Freud, M.Klein, H.Zulliger,
O. Pfister y A. Aichhorn)
Walloniana
Psicogenética
Piagetana
Psicología tracendentalista