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Scoot habla de dos escritores, cuando trae a colación el tema de estudiar a hombres y

mujeres como contrapuestos, Lawrence Kohlberg y Carol Gilligan.


Kohlberg argumentaba que el desarrollo moral ocurre a medida que las personas
enfrentan dilemas éticos y toman decisiones basadas en su razonamiento sobre lo
correcto y lo incorrecto. Las etapas iniciales están más orientadas hacia el castigo y la
obediencia, mientras que las etapas posteriores se basan en principios éticos más
abstractos y universales.
Es importante tener en cuenta que la teoría de Kohlberg ha sido objeto de críticas,
especialmente por su supuesta falta de consideración hacia las diferencias culturales y
de género en el desarrollo moral. Esta crítica es lo que llevó a Carol Gilligan a desarrollar
su propia teoría, centrada en la ética del cuidado y las diferencias de género en el
razonamiento moral.

Carol Gilligan
Lawrence Kohlberg sobre el desarrollo moral. Mientras Kohlberg se centraba en un
enfoque de justicia y derechos individuales en el razonamiento moral, Gilligan
argumentaba que las mujeres a menudo utilizan un enfoque diferente basado en el
cuidado y las relaciones interpersonales.
Gilligan sugiere que las mujeres a menudo valoran el cuidado y la responsabilidad hacia
los demás como principios morales fundamentales. Esto contrasta con la tendencia de
Kohlberg a ver el razonamiento moral masculino como más enfocado en la justicia y los
principios abstractos.
Según Gilligan, esta diferencia en el razonamiento moral está influenciada por las
experiencias y roles sociales de hombres y mujeres en la sociedad. Las mujeres,
históricamente responsables del cuidado de otros, tienden a tener una sensibilidad
moral más centrada en las relaciones y el cuidado, mientras que los hombres, que a
menudo han ocupado roles más orientados hacia la acción y la justicia, pueden tener un
enfoque moral más basado en la ley y el orden.
En resumen, la teoría de Gilligan sobre la ética del cuidado destaca la importancia de
considerar las diferencias de género en el desarrollo moral y sugiere que la moralidad
no se basa únicamente en principios abstractos de justicia, sino también en valores de
cuidado y responsabilidad hacia los demás.
¿Qué deberían hacer los historiadores que después de todo han visto despreciada su
disciplina por algunos teóricos recientes como reliquia del pensamiento humano?
stá señalando la crítica que algunos teóricos contemporáneos han hecho a la historia
como una disciplina académica. Estos críticos consideran que la historia es obsoleta o
que ha sido superada por enfoques teóricos más recientes y sofisticados.
Al plantear esta pregunta, Scott está instando a los historiadores a reflexionar sobre su
posición en el campo académico y a considerar cómo pueden responder a esta crítica.
Scott argumenta que, lejos de ser obsoleta, la historia sigue siendo una disciplina vital y
relevante, especialmente cuando se incorpora el análisis de género y otras categorías
de análisis en la investigación histórica.
En este sentido, Scott sugiere que los historiadores deben continuar desarrollando su
trabajo de manera crítica y reflexiva, incorporando nuevas perspectivas y enfoques
teóricos para enriquecer su comprensión del pasado y su relevancia para el presente.
También les insta a resistir la idea de que la historia es simplemente una "reliquia" del
pensamiento humano, demostrando así la vitalidad y la importancia continua de la
disciplina histórica.
“Para alcanzar el significado, necesitamos considerar tanto los sujetos individuales
como la organización social, y descubrir la naturaleza de sus interrelaciones, porque
todo ello es crucial para comprender cómo actúa el género, cómo tiene lugar el
cambio”
¿CUALES SON LAS DEFINICIONES QUE JOAN SCOT ENTONCES PLANTEA SOBRE EL
GENERO?
“el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las

diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones

significantes de poder.”

Scott sostiene que el género no se refiere simplemente a las diferencias biológicas


entre hombres y mujeres, sino que es un concepto más amplio que se refiere a las
formas en que estas diferencias son socialmente construidas y significadas.
En primer lugar, Scott argumenta que el género es un elemento constitutivo de las
relaciones sociales. Esto significa que el género no es simplemente algo que existe de
manera independiente a las relaciones sociales, sino que es parte integral de cómo se
estructuran y se experimentan esas relaciones. Las expectativas, roles y normas de
género influyen en cómo interactuamos con los demás y cómo nos relacionamos en
sociedad.
En segundo lugar, Scott sostiene que el género es una forma primaria de relaciones
significativas de poder. Esto significa que las relaciones de género no son simplemente
relaciones de igualdad o de diferencia, sino que están imbuidas de relaciones de poder,
donde ciertos géneros son privilegiados sobre otros. Estas relaciones de poder se
manifiestan en diversas formas, como la división sexual del trabajo, las normas de
comportamiento y las estructuras institucionales que perpetúan desigualdades de
género.
En resumen, la definición de Scott sobre el género destaca su carácter dinámico y
relacional, así como su papel central en la configuración de las relaciones sociales y las
estructuras de poder en la sociedad.
“En esta afirmación, Joan Scott destaca que el género es un elemento constitutivo de
las relaciones sociales que se basan en las diferencias percibidas entre los sexos. Ella
argumenta que el género no es simplemente una característica individual, sino que es
una construcción social que afecta la forma en que las personas interactúan y se
relacionan en la sociedad.
1. Símbolos culturalmente disponibles: Se refiere a las representaciones
simbólicas de género que están presentes en una cultura determinada. Por
ejemplo, en la tradición cristiana occidental, Eva y María son símbolos que
representan diferentes ideales o roles de la mujer.
2. Múltiples y a menudo contradictorias representaciones: Destaca que las
representaciones de género pueden ser diversas y contradictorias, reflejando las
diferentes formas en que se percibe y se representa el género en la sociedad.
Esos conceptos se expresan en doctrinas religiosas, educativas, científicas,
legales y políticas, que afirman categórica y unívocamente el significado de
varón y mujer, masculino y femenino
3. Mitologías de luz y oscuridad, purificación y contaminación, inocencia y
corrupción: Estos son ejemplos de dicotomías que se utilizan para representar
conceptos relacionados con el género. Por ejemplo, la dicotomía entre la pureza
y la contaminación puede estar asociada a ideas sobre la sexualidad y el género.
4. Posiciones normativas: Scott señala que, aunque existen diversas
representaciones y mitologías de género, a menudo una posición predominante
se presenta como la única posible. Esto significa que, a pesar de la diversidad de
representaciones, en la práctica se puede imponer una norma o ideal de género
como el estándar aceptado. como si esas posiciones normativas fueran
producto del consenso social más bien que del conflicto

EL GÉNERO ES UNA FORMA PRIMARIA DE RELACIONES SIGNIFICANTES DE PODER


Esta frase significa que el género no solo se trata de las diferencias biológicas entre
hombres y mujeres, sino que también es un aspecto fundamental en la forma en que se
estructuran y se experimentan las relaciones de poder en la sociedad. El género influye
en cómo se distribuyen y se ejercen las relaciones de poder, y cómo se construyen
jerarquías y desigualdades en función del género. En resumen, el género es una
dimensión clave en la dinámica de poder en la sociedad. Por medio del cual se articula
el poder(pag 26)

El planteamiento de Joan Scott se centra en la idea de que el género es una categoría


de análisis fundamental para entender las relaciones sociales y las estructuras de poder
en la sociedad. Ella sostiene que el género no es simplemente una cuestión de
diferencias biológicas entre hombres y mujeres, sino que es una construcción social
que afecta todos los aspectos de la vida humana.

Scott argumenta que el género es una forma primaria de relaciones significativas de


poder, lo que significa que influye en cómo se distribuyen y se ejercen las relaciones de
poder en la sociedad. Además, sostiene que el género es una herramienta conceptual
que nos permite entender las complejas interacciones humanas y cómo se establecen
significados en la sociedad.

En resumen, el planteamiento de Joan Scott es que el género es una categoría analítica


crucial para entender cómo se estructuran las relaciones sociales, cómo se construyen
las identidades y cómo se distribuyen las jerarquías de poder en la sociedad.

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