El primer automóvil propulsado por un motor de combustión interna se atribuye generalmente

al ingeniero alemán Karl Benz. En 1885, Benz completó el desarrollo de lo que se considera el
primer automóvil práctico del mundo, conocido como el Benz Patent-Motorwagen.

El Benz Patent-Motorwagen era un vehículo de tres ruedas con un motor de un solo cilindro y
cuatro tiempos que funcionaba con gasolina. Tenía una potencia de alrededor de 0.75 caballos
de fuerza y podía alcanzar una velocidad máxima de alrededor de 10 millas por hora (unos 16
kilómetros por hora). El diseño del vehículo incluía una carrocería de madera montada sobre un
chasis de acero, con ruedas de hierro y neumáticos de caucho macizo.

El Motorwagen de Benz no solo fue el primer automóvil propulsado por gasolina, sino que
también introdujo varias innovaciones importantes, como el sistema de encendido por chispa
eléctrica, el carburador, y el radiador de refrigeración de agua, que sentaron las bases para el
desarrollo posterior de la industria automotriz.

El éxito del Benz Patent-Motorwagen marcó el inicio de la era del automóvil, que transformaría
radicalmente la movilidad y la sociedad en todo el mundo. Aunque el Motorwagen original
tenía un impacto limitado debido a su alto costo y a la falta de infraestructura vial adecuada en
ese momento, sentó las bases para el desarrollo posterior de la industria automotriz y la
producción en masa de automóviles.