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El personal que trabaja en la escena del delito puede estar expuesto a diversos riesgos
relacionados con la salud y la seguridad. No todos los riesgos son evidentes de inmediato, y
algunos pueden surgir durante el desarrollo de la investigación.
•Productos químicos (tanto los que se encuentran en la escena del delito, como por ejemplo, en
el caso de los laboratorios clandestinos, o los productos químicos utilizados como parte de la
investigación);
•Materiales biológicos (por ejemplo, la sangre y los fluidos corporales pueden presentar un
riesgo de contraer el VIH/SIDA y otras infecciones);
La amenaza derivada de los artefactos explosivos comprende una cadena de actividades
distribuidas en el tiempo, como financiación, acopio de material, transporte, ensamblaje,
planificación, colocación, detonación y «explotación» propagandística de la acción. Contrarrestar o
anular la efectividad de cada una de estas actividades forma parte de las múltiples tareas para
luchar contra los artefactos explosivos. De un modo general, estas tareas se pueden clasificar en:
predicción, prevención, detección, protección o mitigación, neutralización, y finalmente, análisis
forense del incidente.
Las trampas en una escena del crimen pueden representar un peligro significativo tanto para los
investigadores como para otras personas presentes. Estas trampas pueden ser colocadas por
delincuentes con la intención de proteger o encubrir pruebas, o simplemente para causar daño o
dificultar la investigación
Escenas inseguras: Las escenas del crimen pueden ser inestables y peligrosas, con objetos afilados,
estructuras derrumbadas o lugares de difícil acceso, lo que aumenta el riesgo de accidentes y
lesiones.
Exposición a radiación: En ciertos casos, los criminalistas pueden enfrentar riesgos de exposición a
radiación en escenas que involucren materiales radiactivos o equipos utilizados para examinar
pruebas.
Peligro de incendios o explosiones: Algunas escenas del crimen pueden implicar materiales
inflamables o explosivos, lo que aumenta el riesgo de incendios o explosiones accidentales.
Escenas en espacios confinados: Algunos crímenes pueden ocurrir en espacios confinados, como
túneles, alcantarillas o espacios subterráneos, donde los riesgos incluyen peligro de asfixia, falta de
oxígeno o caídas.
Escenas en entornos naturales remotos: Los criminalistas pueden encontrarse trabajando en áreas
remotas y de difícil acceso, donde los peligros pueden incluir encuentros con animales salvajes,
falta de recursos básicos y riesgos de navegación.