Está en la página 1de 3

Chicharito regresa a Chivas en el ocaso de su carrera

El delantero, de 35 años, ficha con el club que le edificó como uno de los mejores
goleadores de su país. Su primer reto será superar una rotura de ligamento
cruzado anterior

Dos corazones rotos se unen en Guadalajara. Javier Hernández jugará de nuevo


con las Chivas después de una trayectoria en la que destapó el jarrón de los goles
en Europa. Vuelve en un momento frágil para el equipo mexicano, el cual perdió
una final de la Liga MX en casa y que también probará como entrenador a
Fernando Gago, exjugador de Boca y del Real Madrid. Tanto el club
como Chicharito se necesitan para la redención.
Hernández, de 35 años, desapareció del radar del fútbol europeo en 2020 tras
deslumbrar en el Manchester United, tener una decente temporada a préstamo en
el Real Madrid, un ferviente paso por el Bayer Leverkusen y tres años a buen nivel
en el West Ham United. El mexicano renunció a su lugar en el Sevilla para ser el
ídolo de los mexicanos en Estados Unidos con el LA Galaxy. El mexicano
reconoció entonces que era el principio de su retiro. “Quiero que sea lo más
grande posible”, comentó. Pero no fue así. Las lesiones y el bajón de rendimiento
le privaron del glamur. En cuatro temporadas acumuló 39 goles. Tan solo en sus
cinco temporadas con el Manchester United marcó 59 goles. La comparación, sin
embargo, requiere el matiz de la tibia competitividad en el fútbol de Estados
Unidos.

Fuente : Javier Hernández: Chicharito regresa a Chivas en el ocaso de su carrera |


EL PAÍS México (elpais.com)
CUENTO

En el vasto universo del fútbol, hay historias que trascienden más allá de las
canchas y los estadios. Son relatos de pasión, perseverancia y redención
que inspiran a millones de personas en todo el mundo. Y la historia de Javier
"Chicharito" Hernández que regresa a las Chivas es una de esas historias que
nos recuerdan que nunca es demasiado tarde para volver a empezar.

En Guadalajara, dos corazones rotos se unen para reconstruirse


mutuamente. Por un lado, está el Club Deportivo Guadalajara, más
conocido como las Chivas, un equipo que lucha por recobrar su gloria
perdida tras una dolorosa derrota en la final de la Liga MX. Por otro lado,
está Javier Hernández, un legendario goleador que brilló en Europa pero
que se vio opacado por lesiones y un bajo rendimiento en los últimos años
de su carrera.

A sus 35 años, Chicharito regresa al equipo que lo vio nacer


futbolísticamente, el club que lo construyó como uno de los mejores
goleadores de su país. Es un regreso cargado de simbolismo y emociones
encontradas. La afición lo recibe con los brazos abiertos, ansiosa por verlo
enfundarse de nuevo en la camiseta rojiblanca y liderar al equipo hacia la
redención.

Pero el camino no será fácil. Antes de poder pisar el césped, Chicharito


enfrenta un desafío considerable: una rotura de ligamento cruzado anterior
que pondrá a prueba su fortaleza física y mental. Sin embargo, él no se
amilana. Con determinación y voluntad de hierro, se entrega por completo
a su proceso de recuperación, dispuesto a superar cualquier obstáculo que
se interponga en su camino.
Mientras tanto, en los pasillos del Estadio Akron, se respira un aire de
renovación. El equipo mexicano apuesta por un nuevo enfoque,
incorporando a Fernando Gago como entrenador, un exjugador de
renombre que aporta su experiencia y visión estratégica al proyecto de las
Chivas. Juntos, jugador y entrenador, se preparan para escribir un nuevo
capítulo en la historia del club.

La espera llega a su fin cuando por fin llega el día del regreso. El estadio
retumba con el estruendo de los cánticos de la afición, que vibra de
emoción al ver a su ídolo de vuelta en el terreno de juego. Chicharito, con
la camiseta número 14 en la espalda, se coloca en la línea de ataque, listo
para hacer lo que mejor sabe hacer: marcar goles.

El pitido inicial marca el inicio de una nueva era para las Chivas y para Javier
Hernández. Con cada sprint, cada regate y cada remate a puerta,
demuestra por qué es considerado uno de los mejores delanteros de su
generación. Su habilidad, su instinto goleador y su liderazgo contagian al
equipo, que responde con entrega y determinación en cada jugada.

A medida que avanza el partido, la magia de Chicharito comienza a


desplegarse sobre el campo. Un pase preciso, una carrera explosiva, y de
repente, el balón besa las redes. El estadio estalla en júbilo, coreando el
nombre del héroe de la jornada. Es el primero de muchos goles que marcará
en su regreso a casa.

Al finalizar el encuentro, Chicharito es recibido con aplausos y vítores por sus


compañeros, su entrenador y la afición. Aunque el resultado del partido es
importante, lo que verdaderamente importa es el mensaje de esperanza y
superación que transmite su regreso. Javier Hernández nos recuerda que,
incluso en el ocaso de su carrera, nunca es tarde para volver a empezar,
nunca es tarde para buscar la redención y nunca es tarde para seguir
persiguiendo nuestros sueños con pasión y determinación.

FIN.

También podría gustarte