TIPOS DE PÁRRAFOS
ORDINARIO
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
ORDINARIO
Samsa se despertó convertido en un monstruoso insec-
to. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón
y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro,
surcado por curvadas callosidades, sobre el que casi no
se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse
hasta el suelo. Numerosas patas, penosamente delgadas
en comparación con el grosor normal de sus piernas,
se agitaban sin concierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No
estaba soñando. Su habitación, una habitación normal,
aunque muy pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre
la mesa había desparramado un muestrario de paños
- Samsa era viajante de comercio-, y de la pared colga-
ba una estampa recientemente recortada de una revis-
ta ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pieles,
envuelta en una estola también de pieles, y que, muy er-
guida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de piel,
que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la pa-
red colgaba una estampa recientemente recortada de
ORDINARIO
una revista ilustrada y puesta en un marco dorado. La
estampa mostraba a una mujer tocada con un gorro de
pieles, envuelta en una estola también de pieles, y que,
muy erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo
Una mañana, tras un sueño intranquilo,
Gregorio Samsa se despertó convertido en
un monstruoso insecto. Estaba echado de
espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la
cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surca- ILLUSTRATOR
do por curvadas callosidades, sobre el que casi CUADRO ‘PÁRRAFO’
no se aguantaba la colcha, que estaba a punto
de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas,
penosamente delgadas en comparación con el
grosor normal de sus piernas, se agitaban sin
concierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba
soñando. Su habitación, una habitación nor-
mal, aunque muy pequeña, tenía el aspecto ha-
bitual. Sobre la mesa había desparramado un
muestrario de paños - Samsa era viajante de
comercio-, y de la pared colgaba una estampa
recientemente recortada de una revista ilustra-
da y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro
de pieles, envuelta en una estola también de
pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
manguito, asimismo de piel, que ocultaba todo
su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un
muestrario de paños - Samsa era viajante de
comercio-, y de la pared colgaba una estampa
recientemente recortada de una revista ilustra- INDESIGN
CUADRO ‘PÁRRAFO’
SANGRÍA DE PRIMERA LÍNEA > INTERLINEADO (MÍNIMO)
A MAYOR CUERPO Y CAJA DE TEXTO MAYOR SANGRADO
EL SANGRADO “SEPARA” LOS BLOQUES DE TEXTO
 TIPOGRAFÍA
MODERNO
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
MODERNO
Samsa se despertó convertido en un monstruoso in-
secto. Estaba echado de espaldas sobre un duro ca-
parazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas pa-
tas, penosamente delgadas en comparación con el
grosor normal de sus piernas, se agitaban sin con-
cierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando.
Su habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Sam-
sa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pieles,
envuelta en una estola también de pieles, y que, muy
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
MODERNO
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas,
penosamente delgadas en comparación con el grosor
normal de sus piernas, se agitaban sin concier-
to. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando. Su
habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Samsa
era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una
estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pieles,
envuelta en una estola también de pieles, y que, muy ILLUSTRATOR
CUADRO ‘PÁRRAFO’
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
LA SEPARACIÓN DE PÁRRAFOS PUEDE VENIR MARCADA
POR EL BLANCO DE LA LÍNEA DE TEXTO ANTERIOR O POR
UNA LÍNEA BLANCA ESPACIADA.
 TIPOGRAFÍA
COMBINACIÓN MODERNO-ORDINARIO
CAPÍTULO I
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
MODERNO
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre con-
vexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades,
sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que
estaba a punto de escurrirse hasta el suelo.
La estampa mostraba a una mujer tocada con
ORDINARIO
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
manguito, asimismo de piel, que ocultaba todo su
antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un mues-
ORDINARIO
trario de paños - Samsa era viajante de comercio-,
y de la pared colgaba una estampa recientemente
recortada de una revista ilustrada y puesta en un
marco dorado. La estampa mostraba a una mujer
tocada con un gorro de pieles, envuelta en una
estola también de pieles, y que, muy erguida, es-
grimía un amplio manguito, asimismo de piel, que
CAPÍTULO I
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo.
La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
manguito, asimismo de piel, que ocultaba todo su
antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
manguito, asimismo de piel, que ocultaba todo su
antebrazo.
LA COMBINACIÓN DE PRIMER PÁRRAFO MODERNO
Y SIGUIENTES ORDINARIOS ES COMÚN EN
COMIENZOS DE TEXTO.
CAPÍTULO I
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se des-
pertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado de
espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su
vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades, so-
bre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de
escurrirse hasta el suelo.
La estampa mostraba a una mujer tocada con un gorro de pie-
les, envuelta en una estola también de pieles, y que, muy erguida,
esgrimía un amplio manguito, asimismo de piel, que ocultaba
todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario de paños
- Samsa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una es-
tampa recientemente recortada de una revista ilustrada y puesta
en un marco dorado. La estampa mostraba a una mujer tocada
con un gorro de pieles, envuelta en una estola también de pieles,
y que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
TIPOGRAFÍA
SEPARACIÓN DE PÁRRAFOS
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre con-
vexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades,
sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que
estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Nume-
rosas patas, penosamente delgadas en comparación
con el grosor normal de sus piernas, se agitaban
sin concierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba
soñando. Su habitación, una habitación normal,
aunque muy pequeña, tenía el aspecto habitual.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recor-
tada de una revista ilustrada y puesta en un marco
dorado. La estampa mostraba a una mujer toca-
SALTO DE PÁRRAFO ENTER
da con un gorro de pieles, envuelta en una estola
también de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un
amplio manguito, asimismo de piel, que ocultaba
todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recor-
tada de una revista ilustrada y puesta en un marco
dorado. La estampa mostraba a una mujer toca-
da con un gorro de pieles, envuelta en una estola
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas,
penosamente delgadas en comparación con el grosor
normal de sus piernas, se agitaban sin concier-
to. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando. Su
habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Samsa
era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una
estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pieles,
envuelta en una estola también de pieles, y que, muy
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
ESPACIO DESPUÉS
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
LA SEPARACIÓN DE PÁRRAFOS SE PUEDE HACER POR
SALTO DE PÁRRAFO (ENTER) O AÑADIENDO ESPACIOS
MANUALMENTE (ESPACIO ANTES/DESPUÉS)
ILLUSTRATOR
CUADRO ‘PÁRRAFO’
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso
insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro
caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre con-
vexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades,
sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que esta-
ba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas
patas, penosamente delgadas en comparación con
el grosor normal de sus piernas, se agitaban sin con-
cierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando.
Su habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Sam-
sa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pie-
les, envuelta en una estola también de pieles, y que,
muy erguida, esgrimía un amplio manguito, asimis-
mo de piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco dora-
do. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
 TIPOGRAFÍA
EN BLOQUE
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
BLOQUE
Samsa se despertó convertido en un monstruoso in-
secto. Estaba echado de espaldas sobre un duro ca-
parazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas pa-
tas, penosamente delgadas en comparación con el
grosor normal de sus piernas, se agitaban sin con-
cierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando.
Su habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Sam-
sa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estam-
pa mostraba a una mujer tocada con un gorro de
pieles, envuelta en una estola también de pieles, y
que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito,
asimismo de piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario de
BLOQUE
paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la pa-
red colgaba una estampa recientemente recortada de
una revista ilustrada y puesta en un marco dorado. La
estampa mostraba a una mujer tocada con un gorro
de pieles, envuelta en una estola también de pieles,
y que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito.
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso in-
secto. Estaba echado de espaldas sobre un duro ca-
parazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el
que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto
de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas, penosa-
mente delgadas en comparación con el grosor normal
de sus piernas, se agitaban sin concierto. - ¿Qué me ha
ocurrido? No estaba soñando. Su habitación, una habi-
tación normal, aunque muy pequeña, tenía el aspecto
habitual. Sobre la mesa había desparramado un mues-
trario de paños - Samsa era viajante de comercio-, y
de la pared colgaba una estampa recientemente recor-
tada de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con un
gorro de pieles, envuelta en una estola también de pie-
les, y que, muy erguida, esgrimía un amplio mangui- ILLUSTRATOR
CUADRO ‘PÁRRAFO’
to, asimismo de piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario de
paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la pa-
red colgaba una estampa recientemente recortada de
una revista ilustrada y puesta en un marco dorado. La
estampa mostraba a una mujer tocada con un gorro
de pieles, envuelta en una estola también de pieles,
y que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito.
LA SEPARACIÓN DE PÁRRAFOS VIENE DADA POR UNA LÍNEA
BLANCA ESPACIADA.
NO ES RECOMENDABLE PORQUE LLENA LA LÍNEA AL MÁXIMO.
 TIPOGRAFÍA
ESPAÑOL
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
ESPAÑOL
Samsa se despertó convertido en un monstruoso in-
secto. Estaba echado de espaldas sobre un duro ca-
parazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre
el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a
punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas pa-
tas, penosamente delgadas en comparación con el
grosor normal de sus piernas, se agitaban sin con-
cierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No estaba soñando.
Su habitación, una habitación normal, aunque muy
pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la mesa
había desparramado un muestrario de paños - Sam-
sa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una revista
ilustrada y puesta en un marco dorado. La estampa
mostraba a una mujer tocada con un gorro de pieles,
envuelta en una estola también de pieles, y que, muy
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-, y de la
pared colgaba una estampa recientemente recortada
de una revista ilustrada y puesta en un marco do-
rado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también
de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un amplio
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un monstruoso in-
secto. Estaba echado de espaldas sobre un duro ca-
parazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo
y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el
que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto
de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas, peno-
samente delgadas en comparación con el grosor nor-
mal de sus piernas, se agitaban sin concierto. - ¿Qué
me ha ocurrido? No estaba soñando. Su habitación,
una habitación normal, aunque muy pequeña, tenía
el aspecto habitual. Sobre la mesa había desparrama-
do un muestrario de paños - Samsa era viajante de
comercio-, y de la pared colgaba una estampa recien-
temente recortada de una revista ilustrada y puesta en
un marco dorado. La estampa mostraba a una mujer
tocada con un gorro de pieles, envuelta en una estola
también de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un ILLUSTRATOR
CUADRO ‘PÁRRAFO’
amplio manguito, asimismo de piel, que ocultaba
todo su antebrazo.
FIN
SE UTILIZA PARA FINALES DE TEXTOS (“FIN” DE NOVELAS,
DEDICATORIAS, POEMARIOS, ETC.), ES DECIR, SIN PÁRRAFOS
A CONTINUACIÓN. NO ES USUAL EN OTROS CONTEXTOS.
TIPOGRAFÍA
FRANCÉS
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio
Samsa se despertó convertido en un mons-
truoso insecto. Estaba echado de espaldas
sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza,
vio su vientre convexo y oscuro, surcado por
curvadas callosidades, sobre el que casi no se
SALTO DE PÁRRAFO ENTER
aguantaba la colcha, que estaba a punto de
escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas,
penosamente delgadas en comparación con
el grosor normal de sus piernas, se agitaban
sin concierto. - ¿Qué me ha ocurrido? No
estaba soñando. Su habitación, una habita-
ción normal, aunque muy pequeña, tenía el
aspecto habitual. Sobre la mesa había despa-
rramado un muestrario de paños - Samsa era
viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una
revista ilustrada y puesta en un marco dora-
do. La estampa mostraba a una mujer tocada
con un gorro de pieles, envuelta en una estola
también de pieles, y que, muy erguida, esgri-
mía un amplio manguito, asimismo de piel,
que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario
de paños - Samsa era viajante de comercio-,
y de la pared colgaba una estampa recien-
temente recortada de una revista ilustrada
ILLUSTRATOR
CUADRO ‘PÁRRAFO’
FRONTEX (2018), Risk Analysis for 2018, Warsaw. FRONTEX (2018), Risk Analysis for 2018, Warsaw.
[www.frontex.europa.eu]. [www.frontex.europa.eu]
ESPACIO DESPUÉS
Godenau, D. y Zapata Hernández, V.M. (2008), “The
Godenau, D. y Zapata Hernández, V.M. (2008),
“The Case of the Canary Islands (Spain): A
Case of the Canary Islands (Spain): A Region
Region of Transit between Africa and Euro-
of Transit between Africa and Europe”, in
pe”, in Pinyol, G. (ed.), Immigration flows and
Pinyol, G. (ed.), Immigration flows and the
management of the EU’s southern maritime
the management of the EU’s southern mariti-
me borders, Editor CIDOB, Barcelona.
borders, Editor CIDOB, Barcelona.
López-Sala, A. y Godenau, D. (eds.) (2018), Esta-
López-Sala, A. y Godenau, D. (eds.) (2018), Estados dos de contención, estados de detención. El
de contención, estados de detención. El control de la inmigración irregular en España,
control de la inmigración irregular en España, Anthropos Editorial, Barcelona.
Anthropos Editorial, Barcelona.
SE SUELE UTILIZAR PARA TEXTOS CORTOS PARA SEÑALIZAR
DE UN “VISTAZO” EL COMIENZO: BIBLIOGRAFÍAS, LISTAS,
DICCIONARIOS...
SE PUEDE USAR EN MAQUETACIÓN DE TEXTO INMERSIVO
(TEXTO SEGUIDO) AUNQUE NO ES MUY HABITUAL.
A PESAR DE LA SANGRÍA SE PUEDE COLOCAR UN ESPACIO
BLANCO (ENTER/ESPACIO DESPUÉS) ENTRE PÁRRAFOS
PARA MEJORAR LA LEGIBILIDAD.
https://pampatype.com/es/blog/tipografia-para-textos-inmersivos
TIPOGRAFÍA

LA METAMORFOSIS
FRANZ KAFKA, 1915

PARTE I
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Grego-
rio Samsa se despertó convertido en un mons-
truoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre
un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su
vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas
callosidades, sobre el que casi no se aguanta-
ba la colcha, que estaba a punto de escurrirse
hasta el suelo. Numerosas patas, penosamente
delgadas en comparación con el grosor normal
de sus piernas, se agitaban sin concierto. - ¿Qué
me ha ocurrido?
No estaba soñando. Su habitación, una habi-
tación normal, aunque muy pequeña, tenía el
aspecto habitual. Sobre la mesa había despa-
rramado un muestrario de paños - Samsa era
viajante de comercio-, y de la pared colgaba
una estampa recientemente recortada de una
revista ilustrada y puesta en un marco dorado.
La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola tam-
bién de pieles, y que, muy erguida, esgrimía un
amplio manguito, asimismo de piel, que oculta-

PUESTA EN PÁGINA
DE TEXTO EN ‘BRUTO’
TIPOGRAFÍA

LA METAMORFOSIS
franz kafka, 1915

PARTE I

Una mañana, tras un sueño intranquilo,

Gregorio Samsa se despertó convertido en un
monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas
sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio
su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas
callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la
colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el
suelo. Numerosas patas, penosamente delgadas en
comparación con el grosor normal de sus piernas,
se agitaban sin concierto. - ¿Qué me ha ocurrido?
No estaba soñando. Su habitación, una ha-
bitación normal, aunque muy pequeña, tenía el
aspecto habitual. Sobre la mesa había desparrama-
do un muestrario de paños - Samsa era viajante
de comercio-, y de la pared colgaba una estampa
recientemente recortada de una revista ilustrada y
puesta en un marco dorado. La estampa mostraba
a una mujer tocada con un gorro de pieles, en-
vuelta en una estola también de pieles, y que, muy
erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo
de piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un mues-
trario de paños - Samsa era viajante de comercio-,
y de la pared colgaba una estampa recientemente

INTERVENCIÓN
PRIMARIA DEL TEXTO
TIPOGRAFÍA
LA METAMORFOSIS
franz kafka, 1915
parte i
U na mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa
se despertó convertido en un monstruoso insecto. Esta-
ba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la
cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curva-
das callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha,
que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas
patas, penosamente delgadas en comparación con el grosor
normal de sus piernas, se agitaban sin concierto. -¿Qué me
ha ocurrido?
No estaba soñando. Su habitación, una habitación nor-
mal, aunque muy pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la
mesa había desparramado un muestrario de paños - Samsa era
viajante de comercio-, y de la pared colgaba una estampa re-
cientemente recortada de una revista ilustrada y puesta en un
marco dorado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también de pieles, y
que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario de paños
-Samsa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una
estampa recientemente recortada de una revista ilustrada y
LA METAMORFOSIS
franz kafka, 1915
parte i
U na mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa
se despertó convertido en un monstruoso insecto. Esta-
ba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la
cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas
callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que
6 6
estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas,
penosamente delgadas en comparación con el grosor normal
de sus piernas, se agitaban sin concierto. -¿Qué me ha ocu-
rrido?
No estaba soñando. Su habitación, una habitación nor-
mal, aunque muy pequeña, tenía el aspecto habitual. Sobre la
mesa había desparramado un muestrario de paños - Samsa era
viajante de comercio-, y de la pared colgaba una estampa re-
cientemente recortada de una revista ilustrada y puesta en un
marco dorado. La estampa mostraba a una mujer tocada con
un gorro de pieles, envuelta en una estola también de pieles, y
que, muy erguida, esgrimía un amplio manguito, asimismo de
piel, que ocultaba todo su antebrazo.
Sobre la mesa había desparramado un muestrario de paños
-Samsa era viajante de comercio-, y de la pared colgaba una
estampa recientemente recortada de una revista ilustrada y
AJUSTE DE PUESTA
ELEMENTOS EN PÁGINA
COMPOSITIVOS DEFINITIVA