INTRODUCCION
En este articulo voy a abordar el tépico de
jlacién entre las partes psicéticas y no psi-
ticas de la personalidad, revisando en pri-
er lugar brevemente las ideas de Freud, ast
su profundizacion y desarrollo por parte
Bion. Luego examinaré esta relacién in-
apsiquica tal como es actuada en la transfe~
yncia, usando para ello material de un pa~
ente psicético. Plantearé que es posible ser
ite claro respecto a lo que distingue a
‘personalidades psicéticas de las no psic6-
si éstas son tratadas esqueméticamen-
. Lo mas dificil de entender es qué es lo que
esta sucediendo en un paciente especifico. Allé
“puede verse la coexistencia de elementos psi-
{éticos y no psicéticos, reveldndose la division
de la personalidad en partes como algo artifi
tial. De hecho, tal subdivision puede ser una
Seminari® 5
[A ORGANIZACION PSICOTICA DE LA PERSONALIDAD
JOHN STEINER, LONDRES
Freud (1924) y considerar que la personal
dad psicética es aquella en la que existe una
perturbacién en las relaciones entre el yoy el
mundo externo, Segin Freud, existe una fi-
sura en la relacién entre el yoy la realidad y
es este aspecto del psicotico el que Bion (1957)
profundiza y atribuye a ataques contra elego
provocados por una intolerancia y odio hacia
Ja realidad. El escribe: ‘Deseo enfatizar que
cen esta fase el psicdtico escinde su objeto, y al
‘mismo tiempo toda aquella parte de su perso-
nalidad que lo haria tomar conciencia de la
realidad que él odia, en fragmentos tremen-
damente diminutos, siendo esto lo que contri-
‘buye materialmente a la sensacién del psic6-
tico de que no puede restaurar sus objetos 0
suyo’(p. 286).
‘En otras palabras, al igual que Freud, Bion
sugiere que el psicdtico, en su intento por li
erarse de la experiencia de una realidad odia~
em Gals obra defensiva por parte del paciente 0 day temida, ataca al yo pereeptor, os decir, 8
aso come, all del analistay representa un intento por man- la parte de su mente que tiene como ob-
ao narcisismo tener la cordura mediante el encapsulamien- jetivola percepcién dela: realidad. Sin embar-
ndo-se, na se- to de los elementos desquiciados. Como otras £0 él describe mas detalladamente el proce-
entre duas po- ‘maniobras defensivas basadas en la e: in, $0, planteando que el ataque Teva a una frag-
a Virgem Ma- ‘ésta tiende a derrumbarse bajo presién, pu- ‘mentacién del yoy que los elementos elimina-
rodote qua Hy \do generarse una psicosis propiamente dos mediante la escisién son proyectados en
trea mastur-
eyectiva, Rev.
don, 1981
.a si los elementos psicdticos ya no pueden
ser seguir siendo segregados y amenazan con
invadir toda la personalidad.
LA PERSONALIDAD PSICOTICA
Esqueméticamente, podemos seguir a
los objetos, Esto da como resultado cambios
‘en el yo, que es vaciado en el proceso, y eam-
bios en el objeto, que es alterado por la pro-
ryeccién.
‘Otro resultado importante de la identifica-
cién proyectiva, particularmente en las for-
‘mas masivas vistasen la psicosis, es el pensa~
Bonado en a ponencia presentada a.un Panel tituladoPartes psicsticas de la personalidad o psicosis:
Implicancias para el diagnéstco y a tratamiento’ en el Congreso Internacional de Psicoandlisi, Roma,
1989.
En la psicosis, 1a eacisién y la proyeecin pueden realizarse con tal violencia que tanto el yo come 198
bjetoe 20h fragmentados en particulas diminutas que dan lugar a fo que Bion Tlama ‘objetos grotescod
‘Cada uno de los cuales est consistituide por partes del sujeto y partes del objeto.ir con el
» surge de
proyec-
na recu-
a intro-
nte pro-
Bion plantea que este tipo de iden-
jon proyectiva reversible es necesario
rel desarrollo de la capacidad de pensar.
parte como resultado de la introyeccién
ida y del pensamiento asociado, que
‘ser rudimentario pero que toma en
sracién a los objetos, la personalidad
ca desarrolla la eapacidad para to-
a realidad y esta capacidad le permite
jente modificar la realidad en lugar de
“la (Bion, 1962). El puede, en cierta
ida, elaborar el dolor mental, la afliecién,
sculpa y otras emociones que dan forma ala
én depresiva (Klein, 1952). A diferencia
‘paciente psicético, él es ayudado en esta
‘por su capacidad de simbolizacién, que
ee posible una verdadera reparacién. Esto
‘algo que le es negado al paciente psicético,
fen sélo puede concebir la restitucién con-
a través de mecanismos omnipotentes
(Rey, 1986). Yo he planteado anteriormente
er, 1990) que siel paciente logra renun-
iar a sus objetos y experimentar el duelo por
‘su pérdida, él podré, en este proceso, recupe-
ar partes del si-mismo perdidas a través de
Ta identificacién proyectiva. De esta manera,
fl paciente no psicético sera capaz de em
quecer su yoy, debido a la disminucién de la
confusién entre si-mismo y objeto, también
serd capaz de desarrollar atin mas sucapaci-
dad para simbolizar.
Por lo tanto, la personalidad no psict
no esta obligada a recurrir a defensas tan
dafiinas en su lucha con la realidad, aunque,
por supuesto, despliega diferentes defensas,
incluyendo la identificacién proyectiva. Sin
embargo, a diferencia de lo que sucede con el
Paciente psicético, los fragmentos proyecta-
{dos no permanecen aprisionados en sus obje-
tos, por lo que se produce un tipo mas fluido
de alternancia entre procesos proyectivos ¢
introyectivos, generdndose repetidosciclos de
posesién seguida por renuncia y pérdida
Para resumir, Bion hace la distineién en-
tre las partes psicéticas y no psicéticas de la
personalidad sobre la base de los recursos
mentales disponibles para el paciente y la
principal preacupacién que éste tiene. Asi, la
parte psicética esta preocupada con el proble-
ma de reparar el yo mientras que la parte no
psicétiea se preocupa de problemas neuréti
{08 centrados en la resolucién de un conflicto
de ideas y emociones. Aunque existen otras
caracteristicas importantes de la personali-
dad psicética, como la intensidad de los im-
pulsos destructivos, el grado de fragmenta-
UNA ORGANIZACION PSICOTICA DE LA PERSONALIDAD 149
cién y persecuci6n y la tenacidad de la trans-
ferencia, el aspecto central de un yo dafiado
por ataques destructivos y de la relacién obje-
tal requerida para remediar dicho dafio pue-
de servir para definir la parte psicética de la
personalidad y diferenciarla de la parte ne
rétiea mas normal.
LA COEXISTENCIA DE LAS PERSONALIDADES
PSICOTICA ¥ NO PSICOTICA
Esta deseripcién engafiosamente simple es
complicada por la coexistencia de partes psi-
céticas y neuréticas en la personalidad de un
mismo paciente. En consecuencia, es necesa-
rrio entender al paciente como una totalidad
‘para reconocer cémo se relacionan entre sf es
“Jementos de la personalidad y eémo par-
ticipan en las relaciones objetales, particular-
mente en Ia transferencia.
‘Nuevamente fue Freud (1940) quien sefta
16 que incluso en un paciente claramente psi-
cético existe, junto con la parte psicétiea, una
parte normal o neurética algunas veces domi-
nada y oscureeida por la primera. También es
posible reconocer islas o momentos psicéticos
fen los individuos més normales o neuréticos
(Klein, S., 1980). Sin embargo, es claro que la
relacién entre las dos partes de la personali-
des siempre muy compleja. La parte psicé-
tiea tiene que mantener el control omnipo-
tente del objeto, mientras que la parte neuré-
tica intenta enfrentar la realidad psiquica y
dejar libre al objeto. Esta incompatibilidad de
‘objectives leva a una especie de enemistad
entre las dos partes de la personalidad y, en
la transferencia, una u otra parte es repudia-
day proyectada en el analista. Luego, la ene
mistad es revivida en la transferencia. Si el
‘analista se convierte en el vocero de la cordu-
ra, él es objeto de ataques sadicos por parte
del paciente, identificado con la parte psicét
ca de la personalidad. Entonces, el analista
‘que contiene la cordura del paciente es simul-
téneamente odiado y retenido posesivamente
‘como un remiendo colocado sobre el yo dafia-
do, Por otro lado, si se proyecta la parte psicé-
tica, el paciente trataré de mantener su cor
dura ante los ataques sédicos que espera del
‘analista, quien puede parecerle bastante des-
quiciado en el ejercicio de la tarea analitica.
‘MATERIAL CLINICO
‘Trataré de ilustrar algunos de estos aspec-
tos con un fragmento elinico de un paciente148
miento conereto que se produce cuando el s{-
mismo y el objeto no estan claramente dif
renciados. Segal (1957) ha demostrado que
cuando el paciente es incapaz de diferenciar
al sf-mismo del objeto, también es ineapaz de
diferenciar al simbolo de la cosa simbolizada.
Lo que se produce es una forma de simboliza-
cign que ella llama ‘ecuacién simbélica’, don-
de el simbolo es en muchos aspectos igualado
a la cosa simbolizada, en vez de considerarlo
como algo distinto que la representa. Es posi-
ble que existan grados en esta coneretizacién
de los simbolos que avancen paralelamente
al grado de confusién entre si-mismo y objeto
resultante de la identifieacién proyectiva. En
los pacientes psiedticos, esta concretizacién
es frecuentemente extrema y la consiguiente
incapacidad para hacer un uso adecuado de
los simbolos profundiza inconmensurable-
‘mente sus problemas,
Por ejemplo, un resultado de esto es queen
lugar de experimentar las palabras del ana-
lista como simbolos que transmiten significa-
dos, el paciente psiestico puede sentirse ata-
cado por las palabras como si ellas fueran
misiles hostiles. Asi, Bion explica que: ‘La
‘consecuencia para el paciente es que él ahora
se mueve no en un mundo de suefios sino en
‘un mundo de objetos que comunmente consti-
tuyen el mobiliario de los suesios’ (Bion, 1957,
p. 269). El pensamiento conereto también
incrementa la desesperacién del paciente,
ues no tiene nocién de reparacién simbélica
Y, Para él, reparar el dafio que ha hecho signi-
fica tener que restaurar el objeto real, una
tarea con frecuencia imposible a menos que
se recurra a medidas omnipotentes.
Tanto Freud como Bion enfatizan que
muchos de los sintomas de la psicosis surgen
de los intentos por parte del paciente de res-
taurar su yo dafiado y reconstituir un mundo
que ha sido destruido. Asi, en el caso Schre-
ber, Freud (1911) sefiala que: ‘El in del mun-
does la proyeccién de esta catsstrofe interna;
‘su mundo subjetivo ha llegado a su fin desde
que él le retirara su amor...Y el paranoico lo
construye nuevamente, no més espléndido,es
verdad, pero por lo menos lo suficiente como
ara que él pueda vivir nuevamente alli. Lo
construye mediante el trabajo de sus delusio-
nes. La formacién delusoria, que nosotros
consideramos un producto patolégico, es en
realidad un intento de recuperacion, un pro-
ceso de reconstruccién’ (pp. 70-71). Posterior-
‘mente (Freud, 1924), él fue mas especifico y
Planteé que ‘una importante cantidad de
JOHN STEINER
andlisis nos han ensefiado que Ja delusion
ubica como un parche sobre el lugar do
originalmente habia aparecido una fisura,
{a relacién del yo con el mundo externa
151, las cursivas son mfas).
Bion también enfatiza que el paciente ps
6tico busca restaurar su mundodafiadoy qu
se siente impulsado a aferrarse a objetos qu
‘contienen partes del si-mismo y a traerlos d
regreso en un intento de restitucién del
Siguiendo la deseripcién de la creacién de ob
jetos grotescos mediante la identificaci
royectiva, Bion plantea que: ‘Si él desea ti
er de regreso cualquiera de estos objetos
un intento por restituir el yo, y en el andlisis,
se siente impulsado a inientarlo, tiene q
traerlos de regreso mediante la identificaci
proyectiva inversa y a través de la ruta por la
cual ellos fueron expulsados’ (1957, p. 270,
Jas cursivas son mias).
En el transcurso de sus comentarios sobre
el material clinico, sugiere que para efectuar
inmediatamente la reparacién del yo, que es
tan imperativa debido al dafio causado por la
identificacién proyeetiva excesiva, el pacien-
te psieético algunas veces es capaz de movili-
zar un ‘ideografo’. Si bien no es facil entender
con precision lo que Bion quiere decir con el
término ‘ideografe’, es claro que éste surge de
tun objeto en el eual se han proyectado ele-
‘mentos del si-mismo. El objeto es experimen-
tado concretamente y, en consecuencia, pue-
de funcionar de manera concreta para rep:
rar el yo dafiado. Tal reparacién requiere la
disponibilidad constante dol objeto que con-
tiene la parte perdida del si-mismo y es posi
ble que el paciente trate de conseguir esto
ejereiendo una poderosa presién coercitiva
sobre sus objetos. Cuando esto falle, como
inevitablemente debe suceder, serdn necesa-
rias medidas omnipotentes, por lo que la fisu-
raen elyo es remendada superponiéndole una
delusién, tal como lo describiera Freud.
LA PERSONALIDAD NO PSICOTICA
Seguin Bion, la principal caracteristica de
Ja parte no psicética de la personalidad es su
capacidad para lo que él llama ‘introyeeciény
royeccién balanceadas’. Yo pienso que me-
diante esto él quiere decir que la identifica
cign es utilizada flexiblemente, eon un movi
‘miento constante que consiste en una proyee-
ign hacia los objetos, seguida por una recu-
peracién del si-mismo a través de una intro-
yyeecién de los fragmentos anteriormente pro-150
‘que tuvo una crisis psicética de la eual se re-
‘euperé lo suficiente como para retornar a su
puesto de residente en psiquiatria, Presento
este material gracias a la gentileza de su
analista, un colega europeo quien reciente-
mente discutiera el caso conmigo.
Después de quejarse amargamente de sus
‘empleadores, que habian sido injustos con él,
y de su analista, quien no hacia nada para
corregir esta injusticia, el paciente empezé a
hablar sobre un ataque de mastitis que habia
sufrido su madre cuando él era un bebé y
mencioné triunfalmente su capacidad de he-
ir al analista, Luego mencioné su intencién
buscar un puesto en neurologia y, dado que
esto requeriria que se mudara a otra ciudad,
ello significarfa el fin de su andlisis.
El analista se sintié triste ante la idea de
perder a su paciente e interprets que éste
queria que él sintiera la pena de la separa-
ign y la pérdida. El paciente dijo: Si, yo pue-
do hacerle a usted lo que usted me hace a mf.
Usted esta en mis manos. Nos hemos hecho
‘iguales’. Pero luego pas6 a quejarse de ser
envenenado y a discutir las politicas de di
suasién nuclear, que él pensaba eran estuipi:
das porque implicaban la aniquilacién total;
pero también lo eran las politicas de desarme
porque no se podia neutralizar los armamen-
tos existentes. Luego mencioné que tenia pro-
blemas gastricos y diarrea y dijo que recien-
temente habfa estado yendo al baflo después
de cada sesion. El dijo queal defecar expulsa-
ba cada una de las palabras que el
daba para asf no ser afectado por
mastiti
Enla siguiente sesin, empezé diciendoque
habia enviado ochentay cinco solicitudes para
el puesto de neurélogo, las cuales su padre le
habia ayudado a preparar, y se torné grandi-
locuente, diciendo que se iba a convertir en
un gran neurdlogo muy rico. Luego se quejé,
diciendo que a pesarde queel analistalohabia,
restaurado luego de su crisis, nolo habia ayu-
dado a convertirse en un psiquiatra impor-
tante.
Al amenazar con interrumpir el andlisis,
el paciente esté tratando de herir al analista
en.un punto que él sabe que es débil, proyee-
tando de esa manera su propia sonsacién de
dolor. El paciente expresa esto de una mane-
a psicética, usando el lenguaje concreto de
tun pecho con mastitis, pero el analista es ca-
az de entender la necesidad subyacente,
sentir la sensacién de dolor y pérdidae inter-
retar que el paciente le esta haciendo sentir
leche con
JOHN STEINER
algo que de otra maneraél tendria que ser
Elanalistaes capaz de transformar las
nicaciones psicéticas y darles una interps
cién aun nivel no psicético.
En su respuesta, el paciente primero
tay admite que esta intentando controlar.
analista y generar una igualaeién, pero
momento después siente que est siendo
venenado. Creo que é1 se sintié am
por la experiencia de emociones como la
teza, laafliccién, la angustiay la culpa, que
temia que el analista estuviera tratando
obligarlo a reincorporar dentro de él. Est
significaria que él tendria que tomar con,
‘mientode la realidad de la pérdida del analis-
ta, pero la parte psicética de la personalic
experimenta este conocimiento como veneno
y trata de evacuarlo en las heces. Al mismo
tiempo, se transmite la sensacién de angus
tia catastréfica cuando él habla sobre la ame-
naza de un desastre nuclear. El quiere que él
analista reconozea que el paciente podr
mantener una relacién con él sélo si el analis-
ta acepta retener los elementos no psicéticos
en su propia mente y refrenarse de tratar de
regresérselos prematuramente al paciente. El
Proceso psicdtico se reafirma en la grandiosi-
dad del paciente.
ORGANIZACIONES PSICOTICAS DE LA,
PERSONALIDAD
La distineién entre las partes psicéticas y
no psicéticas de la personalidad se basa en la
fantasia que tiene el paciente de una escisién
en el yo que permite que locura y cordura se
mantengan separadas. Esto se refleja en las
relaciones objetales del paciente psicético, las
cuales trata de separar en dos campos opues-
tos. Por lo general, el paciente llega a solucio-
nes psicéticas para sus problemas acudiendo
a figuras poderosas dentro de su ambiente ¢
identifiedndose con ellas. Estas figuras pue-
den ser ficticias 0 reales y pueden ellas mis-
mas ser psicéticas o tener atributos psicéticos
royectados en ellas.
Rosenfeld (1971) ha demostrado detallada-
‘mente eémo las partes destructivas del si-
mismo pueden formar una alianza con pode-
+0808 objetos destructivos que son idealiza-
dos y a los cuales se recurre. Luego, éstos
pueden dar origen a una organizacién psicéti-
ea de la personalidad que anula 0 controla
cualquier oposicién a ella. Otras figuras mas
benignas pueden tratar de resistir y sefialar
lo desquiciado de estas soluciones, pero cuan-10 psicdticos
de tratar de
paciente. El
a grandiosi
SDE LA
psicéticas y
e basa en la
ina escisién
rcordura se
fleja en las
sicdtico, las
npos opues-
yaa solucio-
s acudiendo
ambiente e
iguras pue-
1 ellas mis-
8 Bsicéticos
> detallada-
vas del sf-
acon pode-
n idealiza-
0 controla
iguras mas
ry sefialar
Pero euan-
‘en comparacién con la omnipotenci
sta frecuentemente es visto como parte
Jun grupo de objetos benignos pero débiles;
‘embargo él puede amenazar en tal grado
Ja organizaciGn psicética que tiene que ser
io para evitar que el sistema sea
sstabilizado. Entonces, la lucha con la lo-
esté representada por una lucha entre
, grupos de objetos, cuerdos y desqui-
‘Algunos de estos mecanismos pueden ser
ilustrados con material del mismo paciente
‘una o dos semanas después. Un plan impor-
tante que habia ocupado gran parte del andl
sis ora la intencién del paciente de convertir-
se al judaismo. El decia que habia: fortalecido
us contactos judfos, estaba aprendiendo
hebreo y habia solicitado que le enviaran un
‘manto de oraciones hechoen Israel. Sele habia
dicho que la circunsicién era deseable pero no
esencial y él se sentia emocionado por la:
de poseer un manto de oraciones y hablaba
sobre David y Goliat.
‘Luego, pasé a repetir sus intenciones de
‘buscar un trabajo como neurdlogo, lo que sig-
nifieaba el probable fin de su anélisis y empe-
26a preocuparse por la idea de que: elanalista
tenfa un yerno judio. El se quejaba de que
habia tenido que trabajar duro para obtener
‘una identidad judia, mientras que la hija del
analista simplemente habia tenido que casar-
se con un judio. A continuacién, empezé a
sultar cada vez mds violentamente a los ju-
dios que vivian en la localidad del analista,
diciendo que ellos practicaban secretamente
‘un antisemitismo més peligroso que el de los
nazis; igualmente se quejé de los israelies que,
segin él, estaban demorando el envio de su
manto.
‘Cuando finalmente llegé el manta, lo trajo
‘a la sesién jubiloso y triunfante. El explicé
Gue el manto le daba seguridad através desu
vineulo con Yavé y que, si él lo hubiera tenido
hace seis afios, no se hubiera producido la
catdstrofe de su crisis
Elanalista interpret6 que el paciente creia
que con la ayuda de Yavé seria tan poderoso
que podria derrotar a sus enemigos como
David derrotara a Goliat y que era claro que
él pensaba que ésta era una fuente de seguri-
ne ‘mayor que la que podria obtener ‘del and-
isis.
UNA ORGANIZACION PSICOTICA DE LA PERSONALIDAD 151
Gradualmente, su énimo se calmé y con
mayor tristeza explicé que antes delacris
no necesitaba ayudas como la del manto. El
dijo que entonces sabia cémo vivir y sabia que
‘yosoy yo’. Algo dentro de él se habia ablanda~
doy disuelto. Ahora, con el manto, él tenia un
poder invencible. Estaba contento perotriste.
‘Usualmente se quejaba del tiempo perdido que
le habia ocasionado la crisis, pero ahora sen-
tia que podia soportarlo. Lo que no podia so-
portar era la idea de que algo se hubiera per-
ido y no pudiera ser recuperado nunca.
Esta experiencia bastante inusual de con-
tacto con sentimientos depresivos fue segui-
da por sesiones extremadamente violentas,
en las cuales él afirmaba que él y Yavé des-
truirian el mundoy hablaba del aniquilamien-
to de la humanidad. Esa noche, el paciente
telefones al analista y le dijo que temia con-
fundir el bafio con el consultorio. Habia tele-
foneado porque temia olvidar ese temor al dia
siguiente y queria que el analista se lo recor-
dara. En la sesién, él dijo: ‘Comprenda que si
‘me enfurezco cagaré en su consultorio. La
limpieza es problema suyo, La gente me hace
‘es a mi, asi que por qué yo no se lo voy a
hacer a usted’.
‘Creo que es posible ver en este material
como la mayor parte del tiempo el paciente
festd comunicdndose de una manera psicéti
a, preocupado por remendar el dafioinflingi-
do a su yo. El necesita ser poderoso y encon-
traruna identidad y puede hacerlo convirtién-
dose en un neurdlogo o en un judfo con una
relacién especial con Yavé. Si el remiendo del
yo no se realiza o se demora, él se lena de
panico y se enfurece y la atmésfera se vuelve
paranoide, siendo enfrentada mediante la
omnipotencia.
Podrfamos pensar que éste es el modo de
operacién de la parte psicética de su person
lidad que ha dominado su vida desde la crisis.
Sin embargo, emergen otros sentimientos que
‘son experimentados primeramente en la con
tratransferencia. El analista siente pena ante
la idea de perder a su paciente y se conmueve
ante su anhelo de tener una identidad.
El paciente encuentra atemorizantes estos
sentimientos de anhelo y dependencia y creo
{que esto fue lo que él temia que lo envenena-
ra, al empezar a porcibir parte del dolor del
analista, representado en una eeuacién sim-
bélica por el pecho con mastitis. El traspasé
‘estos sentimientos al analista, para que sea
ste el que los enfrente, diciéndole: ‘La li
pieza es su problema’.152
Al mismo tiempo, queda claro que las fan-
tasias psiedticas involueran complejas re
ciones objetales. El pacionteha acudidoa Yavé
como una fuente de omnipotencia debido a
que se ha persuadido de que puede convertir
Ja sensacién de pequefiez y persecucién en un
triunfo. Aunque el modo de expresion de es-
tos anhelos es claramente psicotico, no es
ficil reconocer que su deseo de convertirse en
judio y muchas de sus quojas contra su ana-
lista representan su anhelo de ser aceptado
por el analista como su hijo, recibiendo de esa
‘manera su proteccién y su apoyo. La cordura
del analista es vista como un obstdculo para
ellogro de estas soluciones omnipotentes, por
loqueesta cordura tienequeser seducida para
ograr su sumisién o tiene que ser abrumada
‘através de la omnipotencia.
Al interpretar que con la ayuda de Yavé el
aciente queria ser poderoso y derrotar a sus
enemigos, el analista reconocia la necesidad
que tenia el paciente de la omnipotencia como
fuente de seguridad. El entendié que, cuando
el paciente se sentia pequetio y perseguido
or figuras tipo Goliat, experimentaba el
‘andlisis como algo débil e insignificante en
‘cuanto a lo que podia ofrecer. Luego de esta
interpretacién, el paciente pudoreconocer que
desde su crisis habia perdido su sentido de
identidad y yano sabia que'yo soy yo. Elpudo
expresar pesar por esta pérdida de su identi-
dad que no cre‘a poder recuperar alguna vez
y, aunque estaba contento de tener un poder
veneible a través del manto de oraciones,
claramente deseaba poder retornar al estado
anterior a la crisis, cuando no necesitaba de
esta omnipotencia.
Enfrentar la realidad significa reconocer
el dafio que probablemente nunca se podré
reparar y el paciente era capaz, por lo menos
‘momentaneamente, de mantenerse en contac-
to.con tales sentimientos dolorosos cuando se
sentia apoyado por un analista que lo podia
ayudar a experimentar el duelo por la pérdi-
da de sus capacidad y de sus objetos. Tempo-
ralmente, sonaba como un paciente impoten-
te pero cuerdo. Sin embargo, el contacto no
podia ser mantenido y las fuerzas psicéticas
retomaban répidamente el control de su per-
sonalidad en un intento por reparar y negar
el dafio a través dela omnipotencia.
S6lo tenemos un entendimiento parcial de
or qué una parte psiestica de la personali-
dad que se ha mantenido dormida, o por lo
‘menos contenida, puede emerger y dominar
al individuo generandole una psicosis abier-
JOHN STEINER
ta. La estructura esencial de la personalid
se construye en la infancia, cuando consti
cidn y experiencia interactian en el trans
‘so de la evolucién. Todos los individuog,
nen la tarea de constrefiir y vivir con ele
tos destructivos que amenazan a la pers
lidad desde dentro y que han sido descrito
distintas maneras, como manifestacion
instinto de muerte, como envidia primitis
como fuerzas del mal. Estas fuerzas ame
zan nuestra integridad personal, ast
nuestras relaciones objetales, por lo que
despliegan una serie de defensas para
nerlas y constrefiirlas, de tal manera que:
obtengan el control de la personalidad.
Mas adelante, cuando un cambio en.
cién, en la cual las fuerzas destructivas se li
beran y asumen el liderazgo de las partes psi
c6tieas de la personalidad, con su odio hai
la realidad, ganando el control.
Sin embargo, existe siempre un eonfli
en la raiz de éste parece encontrarse un cone
flicto entre los elementos en el paciente y.
sus objetos que se sustentan en un conta:
con la realidad y los elementos destructivos
omnipotentes que amenazan la propia super-
vivencia del individuo. La psicosis abierta
parece producirse cuando los elementos mas
sanos de la personalidad y de los objetos en
los cuales ellos buscan proteccién son abru:
mados o seducidos para que entren en una
situacién de colaboracién que no quieren ono
pueden resistir. Existe mucho por entender
sobre esta batalla que es revivida en la trans-
ferencia, donde, en consecuencia, el analista
es tremendamente presionado para que des-
empefie varios roles. En particular, los atri-
butos humanos del analista parecen tan in-
suficentes para la tarea de remendar y res-
taurar el yo dafiado que se requiere de la
omnipotencia. Algunas veces, por ejemplo, es
4ificil para el analistaevitar el convencimien-
to de que enfrentando resueltamente el pro
eso psieético el podria revertirlo y liberar al
aciente.
En la busqueda del objetivo psicético de la
posesién y control del objeto, vemos la puesta
en funcionamiento de una variedad de meca-
nismos mentales, incluyendo aquellos que
normalmente asociamos con condiciones no
8 y son éstos los que complican la
idad de entender al paciente psiestico,
He encontrado que los mecanismos perversos
son de particular importancia, pues ellos sonfalsear la verdad y para inere-
fl poder de las identificaciones psicé-
“frecuentemente inclinando la balanza
de su dominio sobre las figuras mas
‘més honestas, que el paciente pre-
‘como deseables pero demasiado ende-
‘como para servirle en su lucha contra las
destructivas omnipotentes. En cual-
rr easo especifico, es fascinante seguir las
lejas identificaciones e interacciones
sradas en las luchas, cuando éstas son
‘hacia el exterior mediante proyeccio-
fen la relacién analitica. Sin embargo, no
‘subestimar el esfuerzo que esto
jiea para el analista, quien puede estar
Geto a una enorme presién de un tipo extre-
damente perturbador.
‘RESUMEN
UNA ORGANIZACION PSICOTICA DE LA PERSONALIDAD
153
céticas y no psicdticas dela personalidad. Se sugic-
‘re que la parte psicstica de la personalidad busca
poseer y controlar sus objetos, pues lor necesita,
para epararun yo dando, Por otro lado, l parte
ho psicética es capaz de enfrentar la lo
buficente como para renunciar a sus objetos y ex-
perimentar el duelo por su pérdida. Se discute Ia
Tateraccién entre las dos partes en un mismo pa-
ciente,
‘ResuMO
Apresenta-e nesta trabalho um material elini-
coquellustraa iferenga existent entre asorgan-