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RCO emo (em Outs tara aeons Mees remy HISTORIA Y CULTURA LA MODERNIDAD Y SUS CRISIS: LAS CARTAS DEL EXILIO FOUCAULT «©: llustraciones de Juan Carlos Romero Jiirgen Habermas MODERNIDAD: UN PROYECTO INCOMPLETO 1 1980, la Bienal de Venecia incluyd arquitectos en la muestra. La nota dominante en esa primera bienal de Arquitectura fue la desilusion. Diria que losque estaban en ‘Venecia formaban parte de una vanguardia que habia inver {ido sus frentes, sacrificando la tradicién de la modemidad en nombre de un nuevo historicismo. En esa ocasion, el critico del Frankfurter Allgemeine Zeitung esbord una texis cuya significacion superaba el hecho mismo de la fhienal para convertirse en Un diagnostic de nuestro tiem- po: ““La postmodemidad se presenta, sin duda, como Anti- modemidad’’Esta afirmacion se aplica a una corriente emo- ional de nuestra época que ha penetrado todas las esferas de la vida intelectual. Y ha convertido en puntos priorita- fios de reflexion a las teorias sobre ei postilumizismo, ls postmodemidad e, incluso, la poshistoria. De la historia’ nos lega una expresion: “Antiguos y modemos”. Comencemos por definir estos conceptos. El término "modem ha realizado un largo camino, que Hans Robert Jauss investigd,' La palabra, Dajo su forma latina “modemus”, fue usada por primera vee a fines delsiglo V, pura distinguir el presente, ya oficialmente cristiano, del pasado romano pagano, Con diversos contenidos, el térmi- no “modemo” expresb uns y otra vez la conciencia de una época que se mira a si misma en relacidn con el pasatlo, considerindose resultado de una transicion desde lo viejo hacia lo nuevo. “Algunos restringen el concepto de “modernidad™ al Re- nacimiento; esta perspectiva me parece demasiado estrecha. Hubo quien se consideraba modemno en pleno siglo XIl o en la Francia del siglo XVI, cuando 1a querella de Antiguos y Modemos. Esto significa que el término aparece en todos aquellos periodos en que se formé la conciencia de una mueva época, modificando su relacion con la antigiedad y considerindosela un modelo que podie ser recuperado a través de imitaciones. Este hechizo que los elisicos de la antigiiedad mantenian sobre l espirits de épocas posteriores fue disuelto por los ideales del Tluminismo francés. La idea de ser “moderno” @ través de una relacion renovada con los clisicos, cambi6 a partir de la confianza, inspirada en 1a ciencia, en un pro- reso infinito del conocimiento y un infinito mejoramiento gocial y moral. Surgid asi una nueva forma de la conciencia modema. El modemisma roméntico quiso oponerse 3 los viejos ideales de los clisicos; buscd una nueva era histérica y la encontré en la idealizacion de la Edad Media. Sin em- Bango, este nuevo periodo ideal, descubierto a principios det 27 =e siglo XIX, no se convirtid en un punto inconmovible. En et ‘Gurso del siglo XIX, el espiritu romintico, que habia radica- fizado su conciencia de lamodemidad, se liber® de remisio~ seepatbrieas especificas. Ese nucro modemismo planted ‘ina oposicion abstracta entre tradicion y presente. Todavia Somos hoy, de algiin modo, los contemporincos de esa jnodemidad estética surgida a mediados del siglo XIX. Des- Ge entonces, la marca distintiva de Io modemo es “To nuc- yor, que es superado y condenado a la obsolescencia por la Tovedad del estilo que le sigue. Pero, mientras que lo que es Inoramente un “estilo” puede pasar de moda, lo modemo Conserva un 1220 secteto con To clisico, Se sabe, por supues- to, que todo lo que sobrevive al tiempo llega a ser conside- fede elisico, Pero el testimonio verdaderamente modemo vevtatrae su clasicidad de 1a autoridad pretérita, sino que ke convierte en clisico cuando ha logrado ser completa y Suténticamente modemo. Nuestro sentido de 1a moderni- lad produce sus pautas sutosuficientes. Y la relacion entre Smodemo” y “slasico™ ha perdido asi una referencia hist®- ica fila, Disciplina de la modemidad estética El espirit y la disciplina de 1a modemidad estétics se seid daramente en la obra de Baudelaire. La modemidad se Gesplep6 luego en varios movimientos de vanguardia y, finalmente, alcanz® su culminacién en el Café Voltsire de Jor dadaistas y en el surrealismo, La modemidad estética se caracteriza por actitudes que tienen su ¢je comén en una hnucva conciencia del tiempo, expresada en las metaforas de fa vanguardia. La vanguardia te ve a si misma invadiendo te- itorios desconocidos, exponiéndose al peligro de encuen- {fos inesperados, conquistando un futuro, trazando huellas fen un paisajé que todavia nadie ha pisado. Pero cate volearve hacia adelante, esta anticipacion de un futuro indefinido y este culto de fo nuevo, significan, en realidad, Ia exaltacion del presente. La nueva conciencia del tiempo, que penetra en la filosofia con los escritos de Bere- son, expresa algo mis que 1a experiencia de ts movilidad ten {o social, de Ia aceleracion en la histori, de Ia disconti- nuidad en la vida, Este valor nuevo atribuido a la transito~ edad, a lo elusivo y efimero, la eelebracion misme del 4 amismno, revela una nostalgia por un presente inmaculado y estable "Todo esto explica ef lenguaje bastante abstracto con el cual el modemo se refiere al “pasado”. Las epocas pierden sus risgos distintivos. La memoria historica ¢s reemplacada por la afinidad heroica del presente con los extremos de la Ristoria: un sentido del tiempo en el cual Ia decadencia se reconoce a si misma en Ia barbarie, lo salvaje y lo primi vo. Se detecta fa intension andrquica de hacer explotar el continuum de ta historia, a partir de 1a fuerza subversive de esta nueva conciencia estética. La modemidad se rebela contra la funcion normalizadora de la tradicion; en verdad, Jo modemo st alimenta de la experiencia de su rebelion permanente contra toda normitividad. Esta rebelion ex {ina manera de neutralizar las pautas de la moral y del uti- tarismo. La conciencia estética pone constantemente en cescena un juego dialéctico entre ocultamiento y escindalo pUblico; se fascina con el horror que acompaiia a toda pro- fanacién y, al mismo tiempo, siempre termina huyendo de los resultados triviales de la profanacién, Por otro lado, la conciencia del tiempo articulada por el arte de vanguardia no es simplemente ahistorica; se diti- ge més bien contra lo que podria denominarse una falsa hommatividad de la historia El espiritu modemo y de van- guandia ha tratado de utilizar el pasado de manere diferen- fe: dispone de esos pasados que le son proporcionados por Is enadicion objetivizante del histoncismo, oponiéndose al ‘mismo tiempo a la historia neutralizada que permanece en el encierro del museo historicista. ‘A partir del espiritu del surrealismo, Walter Benjamin construye la relacion de 1a modemidad con le historia, dee- de una actitud que yo llamaria posthistoncista, Recuerda la 28 autocomprnsion de la Revolucion Francesa: “La Revolu- cin citabe a la Roma antigua, del mismo modo que la froda cita un vestido viejo, La moda tiene el olfato de to ‘Setual, incluso moviendose en le espesura de lo que alguna Vez lo fue’. Este es el concepto de Benjamin del Jerzrzeit, Uel presente como momento de revelacion: un momento fen que se mezclan destellos de actualidad mesiinica. En es- te sentido, la Roma antigua era. pa.a Robespierte, un pase- do cargado de revelaciones actuales.* ‘Ahora bien, este espiritu de 1a modemidad estética ha comenzado a envejecer. Citado nuevamente en los aos Sesenta, debemos conocer que, después de los setenta. ste modemismo origina respuestas mucho més débiles que face quince afos, Octavio Paz, un compafiero de ruta de lo modemidad, sefalaba que ya a mediados de la década del ‘a vanguardia de 1967 repite los gestos de 1917 Estamos enfrentados a la idea del fin del arte modemo”. La obra de Peter Birger nos ensena hoy Ia idea de “post vanguardia”, término elegido para indicar el fracaso de la Jebelion surrealista.® Pero, cual es el significado de este fracaso? Significa un adios a a modemidad? jLa existen- cca de la post-vanguardia marca uns transicién hacia ese fe- nomeno mas amplio denominado postmodernidad” Esta ex, en realidad, la interpretacion de Daniel Bell, el mis brillante de los neoconservadores norteamericanos. En fn libro, The Cultural Contradictions of Capitalism, Bell rma que las crisis de las sociedades desarrolladas de Occi- Gente deden temifirse a una escision entre cultura y socie- dad. La cultura modema ha penetrado los valores de ta vida ‘cotidiana: el mundo est infestado de modemsmo. A causa Gel modernismo, son hegeménicos el principio de autorrea lizacion jlimitada, la exigencia de una autoexperiencia au tentica y el subjetivismo de una sensibilidad hiperestimula- da, Estas tendencias liberan motivaciones hedonisticas, izre- ‘onciliables con l2 disciplina de 1a vide profesional en socie- dad. Mis ain, continaa Bel, 12 cultura modemista es total- {mente incompatible con las bases morales de une conducts ‘Singida y racional, De este modo, Bell responsabiliza de 1a disolucion de la "ética protestante” (fenomeno que ya ha- bia preocupado a Max Weber) a la “cultura enemiga”. En su forma modema, la cultura alimenta el odio por las conven- Clones y virtudes de la vida cotidiana, que habia sido racio- alizada bajo las presiones de imperativos econdmicos y ad- ‘ministrativos. ‘Me gustaria llamar la atenciOn sobre un pliegue partic tarmente complejo de este punto de vista, Se nos dice que el impulso de la vanguardia esta agotado, que cualquiera que wr vonsidere de vanguardia puede ir leyendo su condena a Muerte, Aunque [a vanguardia siga expandiéndose, ya no ¢s mas creativa. El modernismo dominaria, pero muerto. Aqui Surre ia pregunta para el neoconservador: ;,como se onigina- Hin las norma: en una sociedad que limitard los impulsos libertinos y Teestablecera Ia ética de la disciplina y el traba- jo? ;Qué normas frenarin Ia nivelacion producida por et fstado de bienestar, para que yuelvan a ser dominantes las Virtudes de la competencia individual por el éxito? Bell tree que la nica solucion est en un resurgimiento religio- So. La fe religiosa y la fe en la tradicion podrian proporcio- hhar a los hombres una identidad definida y seguridad exis- tencial. Modemidad cultural y modernizacién societal Evidentemente, no hay magia que pueda conjurar y pro- ducir Iss creencias necesariss a este principio de autoridad ‘Anilisis como los de Bell desembocan, entonces, en sctitu- es difundidas en Alemania y Estados Unidos: confronta- clones intelectudles y politicas con los curses de la moder- nidad. Cito a Peter Steinfels, observador del nuevo estilo ‘ue 10s neoconservadores impusieron en 1a escena intelee- tual durante los aos setenta: ‘La lucha toma la forma de Ia denuncia de toda manifestacion que pueda ser considera- da propia de una mentalidad de oposicién, disefando su Yogica para vinctlaria con las diversas formas de extremis- me: la conexién entre modemismo y aihilismo; entre regulacion estatal y autontanismo, entre critica del gasto militar y rendicibn al comunismo, entre 1a iberacion feme- nina o los derechos homosexuales y la destruccién de la familia, entre la izquierda en general y el terrorismo, el antisemitismo y el fascism, El argumento ad hominem y estas acidas acusaciones ‘mteiectuaies se difundieron en Alemania. No deberian ex- plicarse en los términos de 1a psicologia de los ensayistas moconservadores, sino que testimonian mis bien le debili- dad de la doctrina neoconservadora misma. EI neoconservatismo desplaza sobre el modemisme cul- tural [as incOmodas cargas de unz mac o menos exitosa modemizacién capitalista de 1a economia y la sociedad. La doctrina neoconservadora esfuma la relacion entre el proce- so de moemnizacion societal, que aprueba, y el desarrollo cultural, del que se lamenta. Los neoconservadores. no pueden abordar lat causas econdmicas y sodales del cambio de actitudes hacia e1 trabajo, el consumo, el éxito y el ocio, En consecuencia, responsabilizan ¢ la cultura del hedonis- auencia de identificacién social y de obediencia, el narcisismo, el abandono de la competencia por el status y el éxito. Pero, en realidad, la cultura interviene en el origen de todos estos problemas de modo soto indimcto y mediado, Desde el punto de vista neoconservador, los intelectuales que estin todavia comprometidos con el proyecto de la mo- demidad ocupan ¢! lugar de esas causas ain no analizadas. El estado de animo neoconservador no se origina, hoy, en el descontento frente a las consecuencias opuestas de un flujo de cultura que irrumpe en la sociedad desde los muscos. Su descontento no ha nacido por obra de los inte- lectuales modemos, Esta arraigado en reacciones muy pro- fundas frente a los procesos de modemnizacién societal. Bajo las presiones de la dinamica econdmica y dela organizacion de las tareas y logros del Estado, esta modernizacion social penetra cada vez mas profundamente en formas previas de Jaexistencia humana. Asi, por ejemplo, los neopopulistas expresan en sus pro- testas un difundido temor respecto de la destruccién del entorno urbano y natural y de las formas de relacién entre tos hombres. Los neocomervadores se permiten tronias sobre estas protestas. Las tareas de trasmision de una trad ion cultural, de integracion social y de socidlizacion requie- ren una determinada adhesion a lo que yo denomine racio- nalidad comunicativa. Las situaciones de donde surgen la protesta y el descontento se originan precisamente cuando las esferas de la accién comunicativa, centradas sobre la reproduccion y trasmision de valores y normas, son penetra- das por una forma de modemizacién regida por estindares de racionalidad econdmica y administrativa, muy diferentes de los de la racionalidad comunicativa de Ia que dependen esas esferas. Justamente, las doctrinas neconservadoras des- vvian su atencibn de esos procesos societales, proyectando Jas causas, que no iluminan, hacia el plano de una eultura subversiva y sus defensores, ‘Sin dud, la modemnidad cultural genera también sus pro- pias aporias. Independientemente de las consecuencias de la ‘modemizacion societal y dentro de una perspectiva de desa- rrollo cultura, se originan motivos que arrojan dudas sobre el proyecto de la modemidad. Después de haber abordado una critica débil ala modemidad como la de los neoconser- vadores, permitaseme ahora pasar a la cuestion de las po- rigs de la modernidad cultural, cuestion que muchas veces sblo sirve como pretexto para las defensas del postmoder- nismo, para recomendar una vuelta a alguns forma premo- dema 0, por iltimo, para rechazar de plano la modemidad. El proyecto del Huminismo La idea de modemidad esti intimamente ligada al desa- rrollo del arte europeo, pero lo que llamo el “proyecto de la modemi¢ad” sblo se pone a foco cuando se preseinde de Ja habitual focalizacion sobre el arte. Permitaseme comen- zar un anilisis diferente, recordando una idea de Max We- ber. i caractenzo 1a modemidad cultural como la separa- cion de la razon sustantiva expresada en la religion y la metafisica en tres esferas autonomas: ciencia, moralidid y arte, que se diferenciaron porque las visiones del mundo uunificadas de a religion y 1a metafisica se escindieron, Des- de el siglo XVIII, 10s problemas heredados de estas viejas visiones del mando pudieron organizase segin aspectos especificos de validez: verdad, derecho normativo, autenti- cidad y belleza. Pudieron entonces ser tratados como pro- blemas de conosimiento, de justicia y moral o de gusto, A su vez pudieron institucionalizane el discurso ciertifico, las teorias morales, la jurisprudencia y 1a produccion y critica de arte. Cada dominio de la cultura correspondia 2 profesio- nes cullurales, que enfocaban los problemas con perspectiva de especialistas, Este tratamiento profesional de la tradicion cultural trae a primer plano las estructuras intrinseeas de cada una de las tres dimensiones de la cultura. Aparecen las estructuras de la racionalidad cognitivo-instrumental, de la moral-practica y de la estético-expresiva, cada una de elles someti¢a al control de especialistas, que parecen ser mis proclives a estas lopicas particulares que e! resto de los hom- bres. Como resultado, crece la distancia entre la cultura de los expertos y lade un piblico mas amplio. Lo que se incor- pora a la cultura a través de la reflenion y la practic espe ializadas no se convierte necesaria ni inmediatamente en propiedad de Ia praxis cotidiana. Con una racionalizacion cultural de este tipo, crece 1a amenaza de que el mundo, cuya sustancia tradicional ya ha sido desvalonzada, se em- pobrezea aiin mis. El proyecto de modemidad formulado por los filésofos el iluminismo en el siglo XVIII se basaba en el desarrollo de una ciencia objetiva, una moral universal, una Tey y un arte auténomos y regulados por logicas propias. Al mismo tiempo, este proyecto intentaba liberar el potencial cogni- tivo de cada una de estas esferas de toda forma esoténica Deseaben emplear esta acumulacion de cultura especializa- du en el enriquecimiento de la vida diaria, es decir en la o- ganizacion racional de lacotidianidad social. Los filésofos det iluminismo, como Condoreet por ejem- plo, todavia teagan la extravagante esperanza de que les artes y las ciencias ban a promover no sbio el control de les fuerzas naturales sino también la comprension del mundo y del individuo, | progreso moral, la justicia de las institucio- nes y Ia felicidad de los hombres. Nuestro siglo ha conmovi- do este optimismo. La diferenciacién de la ciencia, la moral y el arte ha desembocado en la autonomia de segmentos manipulados por especialistas y escindides de la hermenéu- tica de la comunicacion diaria. Esta escinon esta en la base de Jos intentos, que se le oponen, para rechazar la cultura de la especializacion, Pero el problema no se disuelve: jde- beriames tratar de revivir las insenciones del iluminismo 0 reconocer que todo el proyecto de la modemidad es una oes Tl POESIAS DE D. Ver C. Riccardo M. Espejo 0. Zapata C. Calleré APARECE EN JULIO ‘causa perdida? Quiero volver ahora al problema de la cultu- ra artistica, después de haber selalado les rezones por las que, desde un punto de vista historico, la modemidad esté tica es sOlo una parte de la modemidad cultural. Los falsos programas de Ia negacion de fa cultura ‘Simplificando, éiria que en la historia del arte modemo puede detectarse Ja tendencis hacia una autonomia ain mayor de sus definiciones y pricticat. La categoria de Belle- 2a y ia exfera de los objetos bellos se constituyeron en el Renacimiento. En el curso del siglo XVI, laliteratura, las bellas artes y 1a mésica fueron institucionalizadas como actividades independientes de lo sagrado y dela corte. Lue 0, 2 mediados del siglo XIX, emergi6 una concepcion este- ticista del arte, que impuls6’a que el artista produjera sus cobras de acuerdo con la conciencia diferenciada del arte por el arte. La autonomia de la esfera estética se convertis {si en un proyecto consciente y el artista de talento podis entonces trabajar en la busqueda de la expresin de sus experiencias, experiencias de una subjetividad descentrali- da, iberada’ de 13s presiones del conocimiento rutinizado 0 de la accién cotidiana. Hacia mediados del siglo XIX, comenz6 un movimiento cen la pintura y la literatura, que Octavio Paz piensa puede resumirce en los textos de critica de arte de Baudelaire, Las Iineas, el color, 1os sonidos, el movimientodejaron de servi, en primer lugar, ala representacion, en la medida en que los medios de expresion y Ias téenicas de produccion se convir- tieam, por si mismos, en objeto estético. Por exo Theodor ‘Adomo pudo comenzar su Teoria estética de este modo: “His legado a ser evidente que nada referents al arte ¢s ov dente: ni en el él mismo, ni enssu relacién con la totalidad, ri siquiera en su derecho a Ia existencia”. Y esto es preci samente lo que el surrealismo techazb: das Existenzrecht der Kunst als Kunst. Segurameate, el surrealismo no hubie- ra cuestionado el derecho del arte’a Ia existencia, si el arte modemo no hubiera prometido 1a felicidad de su propia relacién “con Ia totalidad” de 1a vida. Para Schiller, esa promesa se basabt en la intuicion estética, pero no se reali- zaba por ella. En sus Cartas sobre 1a educacion estética de or hombres se refiere a tna utopia colocada més allé del arte, Pero cuando legamos a la época de Baudelaire, que Tepitio esta promesse de bonheur por el arte, 1a utopia de Ia reconeiliacion con Ia sociedad ya tenia un gusto amargo. Una relacidn de opuestos habia surgido a la existencia; cl arte ce habia convertido en un espejo critica, que mos- traba la naturaleza irreconciliable de los mundos estético ¥ social. El costo doloroso de esta transformacién moder- zna aumentaba cuanto mis se alienaba el arte de la vida y se refugiaba en una intocable autonomis completa. De ests contentes, finalmente, nacieron las energias explosivas que se descargaron en el intento del surrealismo de destruir la ‘esfera autirquica del arte y forzar su reconeiliacion con la vida Pero todos estos intentos de poner en un mismo plano el arte y a vida, Ia Gecidn y Ia praxis;los intentos de disol- ver las diferencias entre artefacto y objeto de uso, entre puesta en escena consciente y excitacion esponténca; los intentos por los cuales se declaraba que todo era arte y to- dos artistas, disolviendo los criterios de fuicio y equiparan- do el juicio estético con la expresion de las experiencias subjtivas: todos estos programas se demostraron como experimentos sin sentido. Experimentos que s6lo lograron eviir e iluminar con intensidad exactamente las mismas estructuras. artisticas que pretendian disolver. Otorgaron tuna nueva legitimidad, como fines en si mismos, ala forma en ia ficcidn, a la trascendenca del arte sobre la sociedad, al caricter concentrado y planificado de la produccion artistica y al especial estatuto cognoscitivo de los juicios de gusto. El proyecto radicalizato de negar el arte terniné, frbnicamente, legitimando justamente aquellas categorias mediante las cuales el iluminismo habia delimitado 1a esfe- 12 objetiva de lo estético. Los surrealistas protagonizaron 30 las batallas més extremas y encamizadas, pero su rebelion se vio profundamente afectada por dos errores. En primer ugar, cuando los continentes de une esfera cultural aut6- noma se destrayen, sus contenidos se dispersan. Nada queda fen pie después de 1a desublimacién del sentido o la deses- tructuracion de la forma. El efecto emancipatorio esperado no se produce . El segundo error tuvo consecuencias mis importantes. En la vida diarla, los significados cognoscitivos, las expecta- tivas morales, las expresiones subjetivas y las valoraciones eben relacionarse unas con otras. El proceso de comunica- ‘ibn necesita de tna traficion cultural que cubra todas las fesferas. La existencia racionalizada no puede sahanse del empobrecimiento cultural slo a través de la apertura de tuna de las esferas en este caso, el arte~ y, en coasecuen- ia, abriendo los accesos a sélo uno de los conjuntos de Sonocimiento eepecializado, La rebeli6n surrealista reempla- zaba asblouna abstraccibn. Pueden encontrarse otros ejemplos de intentos fallidos de Io que es una falsa negacion de Ia cultura, tambign en lax esferas del conocimiento tebrico o de la moral. Pero son menos morcados. Desde la época de los jovenes hegelianos se ha hablado de la negacién de 1a flosofia. Desde Marx, ts central la relacion entre teoria y practica. Sin embargo, Jos marcistas intentaron confluir en el movimiento social yy solo en sus maxgenes se produjeron intentos seciarios de tina negaci6n de ta Filosofia similar ala del programa surrea- lista de la negacion del arte, El paralelo com los errores de Jos surrealistas se hace visible cuando se observan las conse- cuencias del dogmatisme y el rigorismo moral. ‘Una prictica cotidiana reificada slo puede modificarse por la eressién de una interaccién libre de presiones de los Glementos cognitivos, morales, précticos y estéticoexpresi- Yos. La reificacion no puede ser superada s6lo mediante la apertura de una de estas esferas culturales, altamente estil- zadas y especializadas. En determinadas circunstancias, nos fue dado descubrir una relacion entre las actividades terro- ristas y Ia extension extrema de cualquiera de las esferas sobre las otras. Abundan los ejemplos de una estetizacion de la politica, o del reemplazo de la politica por el rigoris- ‘mo moral Su sumision al dogmatismo de una doctrina, Extos fendmenos, sin embargo, no deben conducimos 2 denunciar 1a tradicion del iluminismo como armaigada en tuna “razin terrorista”. Quienes juntan el proyecto de la ‘modemidad con la conciencia y ia accion espectacular del terrorismo son tan ciegos como quienes proclaman que el mis persistente y extenso terror burocratico practicado en la oscuridad de las celdas militares y policiales, es la raison d'étre del Estado moderno, por la sola razén de que l terror administrativo utiliza los medios proporcionados por las burocracias modemas. Alternativas. Me parece que, en lagar de abandonar el proyecto de la modemidad como una causa perdids, deberiamos aprender de los exrores de aquellos programas extravagantes que tra- taron de negar la modemidad. Quizis la recepciOn del arte offezca un ejemplo que, por lo menos, sefiale un camino de salida, El arte burgués despertaba, al mismo tiempo, dos expec tativas en su piblico, Por un lado, el lego que gozaba con el arte debia eduearse Basta convertirse en un expecialista, Por el otro, también debia comportarse como un consumi- dor competente que utiliza el arte y vincula sus experien- cias estéticas a los problemas de su propia vide. Esta segun- da modalidad, al parecer inocua, ha perdido sus implicacio- bes radiciles porque mantuvo una selacion confusa con las actitudes del experto y del profesional. ‘Sin duda, la producci6m artistica se debiitaria, si no se 1 realizara segin las modalidades de un abordaje especializado de problemas autonomos y si dejara de ser el objeto de specialists que no prestan demasiada atencién a cucstion nes extemas. Tanto estos criticos como estos artistas acep- O_O OO tan el hecho de que tales problemas estin sometidos a la fuerza de lo que antes Uamamos “logica intema” de una esfera cultural, Sin embargo, esta delimitaciOn clara, esta soncentracion exclusiva sobre un aspecto de validez, con exclusion de los aspectos concemientes a 1a verdad y la justicia, se deshace tan pronto como la experiencia estética st acerca a la vida individual y su historia y es absorbida por ella. La recepcién del arte por parte del lego y del “ex- erto coma” tiene una direccién diferente de Ia del exitico profesional. Albert Wellmer me seiial6 uno de los modos en que una experiencia estética, que no ha sido enmarcada por juicios criticos especializados, puede ver alterada su significacion. En Ia medida en que esa experiencia es utilizada para ilu nar una situscién de vida y se relaciona con sus problemas, entra en un juego de lengugje que ya no es el del critico, Asi la experiencia estttica no solo renueva la interpreta: ibn de las necesidades a cuya luz percibimos el mundo, sino que penetra todas nuestras significaciones cognitivas ¥ nuestras esperanzas normativas cambiendo el modo en ‘que todos estos momentos se refieren entre si. Vayamos a un ejemplo. Esta modalidad de recepciOn esta sugerida en el primer volumen de Die Asthetik des Widerstands (La estética de Ja resistencia) de Peter Weiss, Weiss describe el proceso de reapropiacién del arte a través de un grupo politicamente motivado, ¢ inteprado por obreros ividos de conocimiento, en el Berlin de 1937 Gente joven que, a través de la educacién secundaria noctuma, adquiere los medios inte- lectuales para sumemgine en la historia social general del arte europeo, Del resistente edificio del arte, y de las obras que visitaban una y otra vez en los mussos de Berlin, ‘somenzaron a extreer bloques de pledra, juntandolos y rear: mindolos en su propio medio, Icjano tanto al de 1a educa- sion tradicional como al del régimen politico imperante. Estos jévenes obreros iban y venian entre el edificio del arte ‘europeo y su propio mundo hasta legar a iuminar a ambos. En ejemplos como éste, que ilustran la reapropiacion de Ja cultura de los expertos desde el punto de vista de la vida, puede descubrirse un elemento que hace justicia a las inten siones de las rebeliones surrealistas y, quizis mis todavia, al interés de Benjamin y Brecht sobre cOmo funciona el arte cuando, después de perdida si aura, todavia puede ser percibido de manera iluminadora, En una palabra: e! pro- yeeto de 18 modemidad todavia no se ha realizado. Y le Tecepcion del arte es sblo uno de sus aspectos. El proyecto intenta volver a vincular diferenciadamente a la cultura modema con la prictica cotidiana que todavia depende de ‘sus herencias vitales, pero que se empobrece si se Ia limita al tradicionalismo. Este nuevo vinculo puede establecerse sélo si la modemizacion societal se desarrolla en una dimec- cién diferente. El mundo vivido deberd ser capaz de desa- rrollar instituciones que pongan limites ala dinamica inter- nha y 2 los imperativos de un sistema economico casi auto- nomo y a susinstrumentos administrativos. Si no me equivoco, nuestras posibilidades actuales no son muy buenas, En casi todo el mundo occidental se impo- ne un clima que impulsa los procesos de modemizacion capitalista y, al mismo tiempo, ctitica la modemidad cultu- ral, La desilision frente a los fracasos de los programas que abogaban pot la negacion del arte y ia filosofia se ha con- vertido en un pretexto para posiciones conservadoras. Qui- siera distinguir aqui el antimodemismo de los “jévenes conservadores”, del premodemismo de los “viejos conserva- dores” y del postmodemismo de los neoconservadores, Los “jOvenes conservadores” recuperan la experiencia bisica de 1a modemidad cstética, Reclaman como propias lias revelaciones de una subjetividad descentrada, emanci pada de los imperattvos del trabajo y ta utilidad, y con esta experiencia dan un paso fuera del mundo modemo. Sobre Ja base de actitudes modemistas, justifican un irreconcilia- ble antimodemisme. Colocan en Ia esfera de lo Iejano y 10 arcrico a las potencias espontiness de la imaginacién, Is experiencia de si y la emocin. De manera maniquea, contraponen 1 Ja razén instrumental un principio sblo acce- sible @ través de la evocacién, sea éste In voluntad de Poder, al Ser o Ia fuerza dionisiaca de lo poético. En Francia esta linea va de Georges Bataille, via Michel Foucault a Derrida. Los “viejos conservadores” no se permiten la contami- nacidn con el modemismo cultural. Observan con tristeza la decinacién de Ia razén sustantiva, 1a especializacion de la clencia, 1a moral y el arte, 1a racionalidad de medios del mundo modemo. Y recomiendan retirarse hacia posiciones anteriores a 1s modemidad. De alli el relativo éxito actual del neoaristotelismo. En esta linea, que se origina en Leo ‘Strauss, pueden ubicarst obras interesantes como las de Hans Jonas y Robert Spaemann, Finalmente, los neoconservadores saludan el desarrollo de Ia ciencia modems, en la medida en que posibilite el Progreso tecnico, el crecimiento capitalista y la adminis- tracign racional. Sin embargo, recomiendan, al mismo tiem- po, una politica que diluya el contenido explosivo de 1a modemidad cultural. Segin una de sus tesis, la ciencia care- ce de significacion en la onentacion de la vida. Otra tesis es Que la politics debe estar tan escindida como sea posible de las justificaciones morales. Una teroera tesis afirms la inms- nentia pura del arte, no le reconoce un contenido de utopia ¥ subraya su caricter tlusomio para limitar la experiencia estética 2 la esfera privada. En esta linea podrian incline el primer Wittgenstein, Cari Schmitt en su segunda etapa y Gottfried Benn, en su dltima manera. Pero con el confina- micato definitivo de la ciencia, Ia moral y el arte en esferas auténomas, separadas de la vide y administradas por espe- cialistas, Lo que queda del proyecto de la modemidad cultu- ral ¢s irrisorio. Como reemplazo se apunta a tradiciones gue, sin embargo, parecen ser inmunes a las demandas de Justificacién normativa y de validacién. Esta tipologia es, como suelen serlo las tipologias, una simplificacidn, aunque no del todo initil paral anilisis de las confrontaciones intelectuales y politicas contempori- reas. Me temo que las ideas de Iz antimodemidad junto con un toque de premodemidad estan teniendo amplia circula- cién en los circulos de 1a cultura altemativa, Cuando se observan las tmasformaciones de la conciencia en Ios parti- dos politicos alemanes, se hace visible un cambio de ten- dencia: la alianza de los postmodemistas con los premoder- nistas. De ninguno de los partidos puede decirse que mono- Police el ataque a los intelectuales y las posiciones del neo- conservatismo. Debo entonces agradecer al espiritu liberal de la ciudad de Frankfurt que me ha otorgado un premio que lleva el nombre de Theodor Adomo, uno de los signif. cativos hijos de esta ciudad, quien como filésofo y escritor forj6 una imagen de intelectual que se ha convertide en un modelo para intelectuales.* Novas Juss dscute la concep y tas nociones de modemidad y mo- desma en La mater drs a tadton tracts consewe aujourd"hul,Incluido en Pour une exthtique de eee sis Gallimard, 1978 aa Benjamin, Tes defloofis dele historia, en Discursorinterum- dos I, Madd, Taurus, 1973. 5 ser wurger & autor de Theory of the Avantgarde, Minneapo- te, 1983, e * Peicr Steinfels, The neocontervetves, Nueva York, Simon and Schuster, 1969, Pie 65 5 La novela de Peter Wels, Die Aestherk des Widentande, fae pi bicada entre 1975 y: 1978. La obra de atte que for obreron se spropian es el altar de Pérgamo, emblema del poder, dl claismo Ydels rcionalida © Exe ensayo fo, en a orgen, una corfeencia pronunciada per Habeas, en acpicmbre de 1960, en ocasibn de fecbir el premio Theodor Adomo. Habermas la repltié eo 1981 en et New York Institute of Humanities y fue publiada en New German Critique, en 1981, 31

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