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La babosa de mar Elysia Chlorotica (A.A. Gould, 1870), es capaz de mantener los cloroplastos del alga que
come, la Vaucheria litorea (Hofman ex. C.Agardh), y de esta forma, y gracias a la fotosíntesis que es capaz
de llevar a cabo, puede estar largos períodos sin necesitar comer.
En la zona de Nueva Inglaterra y Canadá, se halla la babosa de mar Elysia Chlorotica, un nudibranquio de
color verde y semejante a una hoja de lechuga con una alimentación rica en algas pardas. Este, es el primer
animal que se conoce que puede producir clorofila, ya que, de las algas que come, le extrae los cloroplastos.
Todo este proceso, lo realiza sin provocarle daño a los cloroplastos, los cuales, son los encargados de la
parte fotosintética del alga.
Gracias a esto, es capaz de producir energía sin tener que alimentarse, todo ello, gracias a
la fotosíntesis que producen estos órganos, dándole así, una mayor autonomía, pudiendo estar largos
períodos sin realizar ingesta de alimentos.
Este estudio, lo realizó el biólogo Sydney Pierce, de la Universidad de Florida del Sur, el cual, lleva 20
años estudiando estas babosas. Hace poco, hizo público sus descubrimientos.
El proceso que realiza la Elysia Chlorotica, es sencillo. Mediante succión, ingiere algas de la
especia Vaucheria litorea. Posteriormente, con un proceso de endosimbiosis, incorpora los cloroplastos de
esta alga, dentro del citoplasma de sus propias células, y los mantiene vivos en todo el proceso, con lo que,
siguen realizando la fotosíntesis, como si estuvieran en la propia alga.
Cabe indicar que la simbiosis entre diversos organismos es, desde hace tiempo, conocida, siendo famosa la
relación que establecen los corales con las algas zooxantelas, los cuales, debido al calentamiento global,
están sufriendo el blanqueamiento de coral.
Además, ya se sabía que esta babosa contaba con cloroplastos, pero se desconocía como los mantenía
vivos, ya que, los cloroplastos necesitan un aporte de clorofila para ser operativos. Sin este aporte,
después de un tiempo, se morirían, teniendo que volver a comer algas para seguir haciendo este proceso.
Lo único que les faltaría conseguir para ser un organismo autónomo y no necesitar de las algas, sería
que fueran capaces de sintetizar sus propios cloroplastos. Aunque esto, aparentemente no es un
problema, ya que, con ingerir los suficientes del alga, ya no necesitarían comer más, produciendo su propia
energía gracias a la fotosíntesis que realizan los cloroplastos.
Este descubrimiento de este nudibranquio que fija carbono con los cloroplastos que adquiere para tener
su propia energía, nos hace pensar que, en un futuro, podremos generar nuestra propia energía limpia para
siempre, sin tener que necesitar de otras fuentes.