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documental en prime

persona -
Paidós Comunicación Hf-aH _ ¿ ,
El cine documental en primera persona
Paidós Comunicación Cine Pablo Piedras
Autores varios - Alain Resnais: viaje al centro de un demiurgo
O. Mongin - Violencia y cine contemporáneo
S. Cavell - La búsqueda de la felicidad
R. Stam y otros - Nuevos conceptos de la teoría del cine
El cine documental en
M. Chion - El sonido
J. Batlle y otros - Profondo Argento
primera persona
J. L. Castro de Paz - El surgimiento del telefilme
D. Bordwell - El cine de Eisenstein
J. Augros - El dinero de Hollywood
R. Altman - Los géneros cinematográficos
S. M. Eisenstein - Hacia una teoría del montaje, vol. 1
S. M. Eisenstein - Hacia una teoría del montaje, vol. 2
R. Dyer - Las estrellas cinematográficas
J. L. Sánchez-Noriega - De la literatura al cine
L. Seger - Cómo crear personajes inolvidables
N. Bou y X. Pérez - El tiempo del héroe
R. Stam - Teorías del cine
E. Morin - El cine o el hombre imaginario
J. M. Catalá - La puesta en imágenes
C. Metz - El significante imaginario
E. Shohat y R. Stam - Multiculturalismo, cine y medios de comunicación
G. De Lúea - Vida secreta de las sombras
C. Metz - Ensayos sobre la significación en el cine (1964-1968), vol. 1
C. Metz - Ensayos sobre la significación en el cine (1968-1972), vol. 2
A. Darley - Cultura visual digital
S. Sánchez y otros - Fantípodas
M. Ledo - Del cine-ojo a Dogma-95
C. Deleyto - Angeles y demonios
A. De Baecque (comp.) - La política de los autores. Textos
H. A. Giroux - Cine y entretenimiento
L. Tirard - Lecciones de cine
R. Lardin y J. Sánchez-Navarro - El principio del fin. Tendencias y efectivos del
novísimo cine japonés
V. J. Benet - La cultura del cine
J. Aumont - Las teorías de los cineastas
A. De Baecque y Ch. Tesón (comp.) - Una cinefilia a contracorriente
J. Ranciére - La fábula cinematográfica
A. De Baecque (comp.) - Teoría y crítica del cine
T. Miller y otros - El nuevo Hollywood
L. Jullier - ¿Qué es una buena película?
A. De Baecque - Nuevos cines, nueva crítica
J. Nacache - El actor de cine
F. Casetti y F. Di Chio - Cómo analizar un film
P. Piedras - El cine documental en primera persona W
III
PAIDOS
Barcelona • Buenos Aires ■ México
Indice
Diseño de cubierta: Gustavo Macri
Imagen de cubierta: fotograma de Fotografías (Andrés Di Telia, 2006). Imagen
gentilmente cedida por el director.

Edición: Ana Ojeda

Piedras, Pablo
Ei cine documental en primera persona -1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Paidós, 2014.
284 pp.; 23x15 cm.

ISBN 978-950-12-7587-2

1. Cinematografía. 2. Cine documental. 3. Cine Latinoamericano. I. Título


CDD 778.5____________ ______________________________________ _____________

Iaedición, junio de 2014

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita Prólogo. La historia reciente del documental argentino,
de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción Ana Laura Lusnich / 9
parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y
el tratamiento informático.
Presentación y agradecimientos / 15
Introducción / 21
©2014, Pablo Piedras
©2014, de la presente edición: 1. Los antecedentes del documental en primera persona
Editorial Paidós SAICF
Subjetividad, reflexividad y realismo en el cine argentino
Publicado bajo su sello PAIDÓS®
Independencia 1682/1686, posterior a los sesenta / 35
Buenos Aires - Argentina Conciencia lingüística y marcas de autor en el cine de la
E-mail: difusion@areapaidos.com.ar Generación del 60 / 38
www.paidosargentina.com.ar El documental de los sesenta y setenta / 40
La primera persona en estado de excepción / 45
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Problemas compartidos, antecedentes cercanos / 58

Impreso en Master Graf, 2. Inflexiones del yo en el documental argentino contemporáneo:


Moreno 4794 - Munro, formas, influencias y categorías
Provincia de Buenos Aires,
en mayo de 2014. La irrupción de la primera persona autoral / 63
Modelos e influencias / 65
Tirada: 2.000 ejemplares Factores históricos, culturales y estéticos de la subjetivación / 72
ISBN 978-950-12-7587-2 Taxonomía de la primera persona / 77
Estrategias de autoexposición / 81
Nuevas dinámicas entre lo público y lo privado / 95
La primera persona: una variante productiva y multiforme / 97
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 8

3. Los discursos del yo en el cine documental y en la literatura Prólogo


La autobiografía, el autor y la historia del cine / 101 La historia reciente del documental argentino
El estatuto de lo autobiográfico y el problema del receptor / 103
¿Qué es un documental? / 106
Las formas del documental autobiográfico / 108
El “espacio biográfico” en la cultura contemporánea / 111
El documental y la literatura: una zona de confluencias / 113
Enfrentamientos, reparaciones / 115
Máscaras, pactos / 127
Saberes, lecturas / 136
La voz del autor construida y revelada / 144

4. Historia y memoria en primera persona


Discurso documental e historiografía / 149
Las tensiones historia-memoria / 753
Los años ochenta: el gran relato y la contrahistoria / 755
Los años noventa: testimonio, militancia y subjetividad / 158 En las páginas de este libro, el lector encontrará el primer estudio
Reflexividad y subjetividad en el nuevo siglo / 164 profundo y sistemático del documental en primera persona, una de
La historia orgánica / 168 las tendencias centrales del cine contemporáneo en la Argentina.
Los bordes de la historia / 175 Como testigo directo de la escritura de este trabajo, quiero destacar
La memoria laberíntica / 183 que la motivación principal de su autor, Pablo Piedras, fue la de
La historia y la memoria en la dialéctica del nuevo indagar sobre la historia reciente del documental argentino. Más
documental /192 allá de presentarse este como un objeto fluctuante y polimorfo
a primera vista, el autor supo reconocer en este campo toda una
5. La representación de los otros y el vínculo con el espectador serie de interrogantes que poco a poco delinearon una perspectiva
Etica y representación / 795 teórica distintiva. Así, el proceso de subjetivación que las prácticas
El yo y los otros en el documental argentino / 796 documentales experimentaron en nuestro país en la primera década
La ética: núcleo contractual entre el autor, los actores sociales y del siglo XXI abarca para Pablo Piedras la interpretación histórica,
el espectador / 199 dada la posibilidad de localizar antecedentes culturales y cine­
La perspectiva etnográfica / 203 matográficos en las décadas precedentes, tanto como la reflexión
Relaciones esquivas / 208 teórica, de la cual emergen un conjunto de modalidades o variantes
Diálogos distantes / 220 que exhiben la singular riqueza de la primera persona en nuestro
Conversaciones cercanas / 225 cine documental.
Desafíos y encrucijadas / 233 Sin descuidar la indagación estética, arriesgándose con ciertas
determinaciones a las réplicas y a las discusiones, creo que el autor
se propuso asimismo demarcar una visión integral del fenómeno
Conclusiones. El documental en primera persona y la historia de la subjetivación en el terreno documental, al reflexionar sobre
(del cine argentino) / 235 las implicaciones culturales y políticas que suponen las formas de la
Bibliografía / 243 primera persona. Especialmente, hizo hincapié en aquellas circuns­
Fichas de las películas / 267 tancias que discuten los presupuestos históricos del documental
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 10 11 PRÓLOGO

(objetividad, resguardo del hecho real, inhibición de autor) y aun y la imposición de la voz narradora del realizador. En su inter­
en las que propician intercambios y mezclas con las prácticas ficcio- pretación de las formas documentales, Pablo Piedras presenta una
nales. serie de ideas originales que permiten comprender las situaciones
Las particularidades y virtudes del libro son, sin lugar a equí­ a partir de las cuales se va gestando un campo relativamente autó­
vocos, los desafíos y los hallazgos que recorren la introducción y nomo del contexto internacional, que implica la emergencia en
los cinco capítulos que lo componen. Los desafíos son estructurales nuestro país de modos de producción independientes y de una
y definitorios, en tanto precisan la perspectiva del análisis y la perspectiva amoral en fases tardías, promediada la década de los
voluntad de cambio en la concepción del problema que se inves­ cincuenta, y el desfase de algunas de las modalidades de represen­
tiga. El autor manifiesta una filiación directa con los teóricos e tación frente a la permanencia de otras (la dominancia del docu­
historiadores que desde los años ochenta renovaron los estudios mental expositivo, fundamentalmente).
de las prácticas documentales a nivel mundial, y que en la Argen­ Respecto de las últimas décadas, considero que uno de los
tina han comenzado a circular en los últimos años a través de hallazgos del trabajo reside en incluir las prácticas documentales
traducciones al español o en su idioma original. A partir de los en la renovación impulsada por el Nuevo Cine Argentino que
escritos de Bill Nichols, Erik Barnouw, Michael Renov, Carl Plan- irrumpe en los años noventa, en tanto la puesta en primer plano
tinga, Stella Bruzzi, Jean Breschand, John Corner, Maria Luisa del “yo autora!” se hará presente en los dominios de la ficción y del
Ortega y Antonio Weinrichter, especialmente, articula un mapa documental, incluso borrando las fronteras que históricamente los
teórico-conceptual que posibilita un tratamiento renovado del cine deslindaban. De esta manera, a Piedras le es posible sostener que,
argentino de corte documental. En líneas generales, todos estos en tanto las ficciones se nutrieron de aquella categoría presentada
autores se han interesado en discutir las definiciones tradicionales por Noel Burch (1970) en su libro Praxis del cine (Burch compro­
del documental y por encontrar, y conceptualizar, modalidades o baba que el “alea”, lo azaroso y lo indeterminado de la realidad,
variantes innovadoras en este tipo de cine. En ese sentido, otor­ fue ocupando un espacio mayor en las ficciones), los documen­
garon singular espacio en sus reflexiones a las prácticas que incen­ tales experimentaron el abandono de la objetividad mediante la
tivan la participación de los sujetos filmados, la performatividad proliferación de la primera persona, que se ancló en el personaje
de los cuerpos y la reflexión acerca del medio y del dispositivo. para luego localizarse en el realizador. El cambio de siglo, con las
Prácticas todas ellas situadas en umbrales más o menos cercanos películas Gombrowicz, la Argentina y yo (Alberto Yaccelini, 1998) y
a la experimentación de la subjetividad y la primera persona. Papá Iván (María Inés Roqué, 2000), indica que las novedades en
Fruto de una investigación extensa, otro de los desafíos de El cine el campo del documental no solo inciden en el mapa cinemato­
documental en primera persona es el abordaje de todos los aspectos gráfico general, sino que también perfilan los intereses que años
(productivos, estéticos, receptivos) que atañen a los documentales más tarde se tornarían prioritarios en nuestro cine.
en primera persona, así como la opción por reconstruir las etapas En el capítulo 1, la impronta personal del autor reside, en mi
de emergencia y consolidación de esta modalidad en nuestro país. opinión, en la reconstrucción del proceso de subjetivación de
Si, como explica Pablo Piedras, hasta la fecha se han escrito artí­ las prácticas documentales, situando en los años sesenta y en la
culos o textos parciales sobre el tema, centrados en los títulos segunda la mitad de los ochenta dos momentos claves. En ambas
emblemáticos o en una serie acotada de films, el libro supone fases del cine argentino, las ficciones y los documentales se carac­
un fecundo avance en el conocimiento de una tendencia'que ha terizaron por la toma de conciencia de las mediaciones que el
ocupado el centro de la producción cinematográfica local desde dispositivo y las personas involucradas ejercían sobre el material
principios del presente siglo. filmado, y con igual fuerza, por las transformaciones operadas
La introducción sitúa al lector en el fructuoso mundo del docu­ en los modelos realistas tradicionales de representación. En estos
mental argentino, para luego delinear los componentes que signan a contextos, la apuesta por la subjetividad y por un tono autobio­
una de las expresiones dominantes en la actualidad: la subjetividad gráfico se fue ampliando de manera exponencial, encontrándose
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 12 13 PRÓLOGO

diversas estrategias para su manifestación. De las más complejas sión y las relaciones que los realizadores entablan con los sujetos
y sofisticadas, se analizan el desdoblamiento y las relaciones espe­ filmados y con los espectadores. En este terreno, Pablo Piedras
culares trazadas entre las distintas instancias narrativas en el film advierte que la puesta en primer plano de la subjetividad y la vida
de Carlos Echeverría Juan, como si nada hubiera sucedido (1987). privada de los directores en el discurso documental modifica en
El capítulo 2 presenta las tesis medulares acerca de las modali­ algunas ocasiones los pactos históricamente establecidos con esos
dades de la primera persona del cineasta en el documental argen­ otros que componen los relatos (quienes prestan sus testimonios y
tino contemporáneo. A partir del desciframiento de las formas participaciones o sobre quienes se estructuran los films), transgre­
espectaculares y discursivas que un amplio conjunto de films va diendo con ciertas decisiones los comportamientos y las conductas
articulando, el autor se enfoca, con agudeza, en las necesidades socialmente aceptados.
y conveniencias de estas primeras personas y en las maneras en He intentado en este prólogo destacar los aportes más relevantes
que fueron aflorando en los documentales el mundo privado y la de un rico y complejo estudio abocado a recabar en los aspectos más
intimidad de los realizadores, hasta el momento de verse exhibidos novedosos del documental argentino contemporáneo. Se trata de un
y expuestos en los relatos de manera directa y descarnada. libro pionero en la Argentina en tanto brinda, de forma profunda
El capítulo 3 demarca las relaciones existentes entre las “escri­ y compleja, atención a un fenómeno que ha ganado cuerpo y ha
turas del yo” en el campo de la literatura y del cine documental, extendido las potencialidades expresivas del cine argentino.
siendo este apartado, a mi criterio, una de las novedades para
destacar. Comparar las producciones que se deciden por expandir el Ana Laura Lusnich,
espacio de la experiencia autoral permite explicar de forma convin­ noviembre de 2013
cente los factores culturales, históricos y estéticos que acompañan a
ciertas formas de expresión, tanto como ubicar en los films algunas
particularidades y recursos propios. Tal es el caso del desarrollo
de diseños de puesta en escena que dan voz y cuerpo al yo del
realizador de formas muy diversas e ingeniosas.
Avanzando hacia las implicaciones culturales y políticas de la
modalidad estudiada, el capítulo 4 se concentra en los vínculos del
documental en primera persona con la historia y la memoria. En
tanto, el capítulo 5 lo hace con la ética y la representación de los
actores sociales. En estos tramos del libro, se abordan una serie
de cuestiones de real interés en la interpretación de la tendencia
y que atañen tanto a los realizadores como a los receptores. El
autor advierte la adhesión del documental en primera persona a
los sistemas explicativos de la realidad que en las últimas décadas
cuestionaron las perspectivas totalizantes y la posibilidad de cons­
truir una memoria colectiva. Frente a estos nuevos paradigmas,
el cine documental tratado va delineando diferentes orientaciones
más o menos orgánicas en su abordaje del pasado y del presente
histórico, siempre tamizadas por los impulsos autobiográficos y el
prisma personal de los directores.
Ese capítulo final, el más polémico a mi juicio, debate acerca de
dos temas en particular: los márgenes y los límites de la autoexpre-
Presentación y agradecimientos

Este libro es la conclusión del proceso de trabajo iniciado en 2007,


con la presentación de un proyecto de doctorado que, en marzo de
2012, se convirtió en tesis y, tras múltiples capas de reescrituras y
modificaciones, adquirió la forma que hoy se revela ante el lector.
Como suele ocurrir en todo desarrollo investigative, los comienzos
estuvieron sembrados de dudas y preguntas, pero, con el curso de
los años, avanzó sobre la base de dos certezas: el cine documental
argentino, desde el año 2000, entró en una etapa de profunda reno­
vación en términos estéticos, culturales y políticos; en este contexto,
la irrupción de la primera persona del cineasta en las narrativas no
ficcionales era, sin duda, la tendencia más innovadora y disruptiva.
Algo estaba cambiando en el cine documental argentino, y este
trabajo surgió como respuesta analítica a dicho fenómeno.
Emprender una investigación sobre cine documental argentino
en el marco de un doctorado era, por aquel entonces, un hecho
no muy frecuente. Habiendo egresado de la carrera de Artes de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires,
el interés y la pasión por el cine nacional se originaron, en buena
medida, tras la cursada en 1998 de la asignatura Historia del Cine
Latinoamericano y Argentino, dictada por los profesores Claudio
España y Ricardo Manetti. Más tarde, el ingreso al Centro de
Investigación y Nuevos Estudios sobre Cine (ClyNE), dirigido por
Ana Laura Lusnich, consolidó este interés y lo orientó hacia la
investigación. Sin embargo, tanto en mi formación de grado como
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 16 17 PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

en la oferta editorial del mercado argentino, el cine documental, A mis compañeros del grupo ClyNE. Junto a ellos me formé
como campo de conocimiento teórico e historiográfico específico, como investigador y descubrí cómo las actividades académicas
ocupaba un lugar más bien relegado. La conjunción entre dicha pueden ser realmente disfrutables cuando se realizan en equipo.
falta y la notoria profusión de obras documentales desde fines de Deseo mencionar en especial a Marcelo Cerdá, porque cada charla
la década de los noventa terminó de confirmarme que existía un con él me ilumina sobre alguna cuestión; a Gloria Diez, por haber
camino que valía la pena de ser recorrido. colaborado en la desgrabación de las entrevistas; y sobre todo al
En el plazo de los últimos años, la situación ha mutado conside­ núcleo duro histórico, por tantos encuentros, diálogos y momentos
rablemente. El panorama editorial comenzó a demostrar una ascen­ compartidos: Andrea Cuarterolo, Silvana Flores, Marcos Adrián
dente producción teórica a nivel nacional y regional sobre asuntos Pérez Llahí, Jorge Sala y Paula Wolkowicz.
referidos al cine documental, un hecho que se complementa con el
surgimiento de publicaciones especializadas y con la mayor circu­ ★ ★★

lación de textos sobre la materia. Asimismo, el documental es el


eje de múltiples investigaciones de grado y posgrado, individuales Del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales agradezco
y grupales, abordadas desde diversas perspectivas de las ciencias a Adrián Muoyo, a Julio lammarino y a todo el equipo de la Biblio­
humanas y sociales. Este trabajo se inscribe, entonces, en un campo de teca, por estar siempre ahí, colaborando activamente con todo aquel
estudios en ebullición, al cual pretende acercar su moderado aporte. que busca materiales sobre cine. También agradezco a Carolina
En general se afirma que la actividad académica es una tarea Selzer, por haberme facilitado contactos cuando precisaba ubicar
solitaria, particularmente cuando está relacionada con la inves­ a determinados realizadores y películas.
tigación. Si bien esto es cierto, en el momento de recapitular las Al personal de la Biblioteca de la Filmoteca de Catalunya.
diversas circunstancias vividas, uno toma conciencia de las múlti­ A todos aquellos que me acercaron material fílmico o me asis­
ples personas e instituciones que lo acompañaron y apoyaron en el tieron para conseguir documentales incunables, entre otros, Lidia
camino. Por eso me resulta grata esta instancia en la que, al menos Acuña, Clara Garavelli, Pablo Lanza, Celina López Seco, Hernán
textualmente, me es posible agradecer a cada cual. Sassi, Laura Gómez Vaquero, Ana Mohaded, Hayrabet Alacahan
El financiamiento para abocarme a este trabajo fue provisto (Fundación Cineteca Vida) y a la Unidad de Recursos Audiovi­
por dos becas otorgadas por la Agencia Nacional de Promoción suales de la Universidad Autónoma de Madrid.
Científica y Tecnológica y el Consejo Nacional de Investigaciones A los realizadores que cedieron su tiempo e ideas en las entre­
Científicas y Técnicas. Creo que es importante reconocer este vistas y, en algunos casos, también facilitaron sus películas:
apoyo, que, por otra parte, forma parte de una política de Estado, Alejandra Almirón, Natalia Bruschtein, Andrés Di Telia, José Luis
fortalecida desde el año 2003, que no puedo dejar de celebrar. García, Germán Kral, Cristian Pauls, Lupe Pérez García, Cecilia
El Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias Priego, Nicolás Prividera, María Inés Roqué, Susana Blaustein
brindó un subsidio de apoyo a este proyecto en el año 2012. Muñoz y Herman Szwarcbart.
De la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y A Mara Guevara, por haberme soportado en los momentos más
Letras, Carrera de Artes, agradezco: difíciles del proceso de escritura de la primera versión del libro.
A las autoridades del Instituto de Historia del Arte Argentino A Argelia Perazzo Olmos, por haberse prestado a la insana tarea
y Latinoamericano, por haber sido mi sede de trabajo durante de revisar cuestiones de estilo y redacción de la primera versión
todos estos años. del texto.
A mis colegas y amigas de la cátedra de Historia del Cine Lati­ A Silvina Gibbons, Paola Margulis, Marina Moguillansky,
noamericano y Argentino -Lucía Rodríguez Riva, Dana Zylberman Natalia Pineau y Tomás Crowder-Taraborrelli, por su oportuna
y María Aimaretti-, por el apoyo permanente, la camaradería y colaboración y/o consejos en ciertas etapas de la investigación.
haber compartido sus saberes en diversas circunstancias. A los amigos que siempre estuvieron ahí cuando hizo falta,
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 18 19 PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

escuchando las mil y una digresiones sobre la primera persona, el las muchas alegrías que me ha ofrecido este recorrido, cuenta el
cine documental y los vericuetos de la vida académica: Mariana haberme podido nutrir de sus lúcidos comentarios y críticas, en los
Astutti, Sebastián González, Paloma Macchione, María Florencia cuales siempre hizo gala de un trato tan profesional como amistoso.
Heredia, Mirella Hoijman, Juan José Vidal, Lorena Lagostena. A Ana Laura Lusnich, por ser quien me abrió las puertas de la
A mis compañeros de la revista Cine Documental. Particular­ investigación en el terreno del cine latinoamericano. Desde hace
mente a Lior Zylberman, por su asistencia bibliográfica y sus más de diez años soy una de las personas que se han beneficiado de
atentas lecturas, y sobre todo a Javier Campo, por facilitarme infi­ su generosidad intelectual y de su inagotable capacidad de trabajo.
nidad de documentales y bibliografía, así como por haber colabo­ El hecho de haber concretado este libro no podría explicarse sin
rado con sus críticas constructivas sobre más de un capítulo de mencionar su constante apoyo personal y académico, como así
la tesis. también sus incisivas lecturas, críticas y consejos profesionales.
A Ximena Triquell y Mariano Mestman, por su lectura crítica y A Raquel López Nogues, por su amor y su compañía. El proceso
comentarios constructivos sobre el texto en su rol de jurado de tesis, de escritura siempre estará ligado en mi memoria a los momentos
a Clara Kriger por sus aportes como evaluadora del plan de tesis. transcurridos a su lado. Agradezco a mi familia (Ariel, Juan José,
A Ricardo Manetti y Héctor Kohen, quienes siempre han hori- Dalmau, Núria) por el afecto y el sostén que me brindaron en todo
zontalizado sus conocimientos en todos los ámbitos, a quienes momento. Especialmente, a Alicia Gambone, mi madre, a quien
admiro y respeto. además dedico este libro.
A María Valdez, por sus consejos, su frontalidad y su forma de
expresar la estima. Ella es la responsable de que este texto haya
llegado a Paidós y que el libro sea hoy una realidad.
A la editorial Paidós, por brindarme la oportunidad de publicar
este libro y, con gran énfasis, a Ana Ojeda, del Departamento
de Preproducción. Sus consejos fueron absolutamente vitales para
que el libro adquiriera su forma actual y, además, resultaron una
fuente de aprendizaje.

★★★

Deseo expresar un profundo y sentido agradecimiento a tres


personas que, en diferentes instancias, han sido los mentores, guías
y referentes académicos de mi trabajo (lo que no los responsabiliza
de sus flaquezas).
A María Luisa Ortega, por haber sido mi tutora durante una
breve estadía en la Universidad Autónoma de Madrid. Mi deuda
con ella es inmensa, ya que por su intermedio conocí a la mayor
parte de los autores que conforman el marco teórico de la investi­
gación, sus observaciones sobre el plan inicial del libro fueron clave
para reorientar la escritura y, en síntesis, gracias a ella descubrí
una zona del cine documental que desconocía hasta el momento.
A David Oubiña, quien se sumó como codirector de la tesis en
su segunda etapa y que confió en mí casi sin conocerme. Entre
Introducción

Fenómeno clave para comprender la renovación formal, esti­


lística, discursiva y temática del documental desde los noventa
en adelante, la profusión de narrativas en primera persona está
en sintonía con transformaciones profundas en el arte, la cultura
y la política argentinas. El cine documental -previamente remiso
a las enunciaciones en primera persona y a las manifestaciones
subjetivas del autor en el seno del texto fílmico- se convierte en
vehículo -y, desde entonces, exponente privilegiado- de la nece­
sidad de los sujetos sociales de expresar y repensar sus identidades
en el marco de los discursos de lo real.
En este libro me propongo analizar las implicaciones esté­
ticas, políticas, éticas y culturales relativas a la incorporación del
cineasta como vector organizativo de la enunciación, la narración
y la puesta en escena en el cine argentino de no ficción. Mi interés
se concentra, en especial, en aquellos documentales en los que el
realizador asume en primera persona la autoría y el protagonismo
mediante un conjunto de estrategias discursivas heterogéneas. La
posibilidad de vincular los rastros de la primera persona en el
interior del texto fílmico con la figura del cineasta real se funda
en elementos que exceden dicho texto y se asocian con parámetros
comunicativos e institucionales que hacen al pacto de lectura del
cine documental.
El concepto documental en primera persona permite distinguir un
grupo amplio de obras que incorporan alguna modulación del yo
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 22 23 INTRODUCCIÓN

del cineasta en su entramado significante, como responsable y autor principio constructivo es una voz exterior al mundo represen­
del discurso audiovisual. Considero esta categoría más precisa y tado en la obra, que se dirige al espectador con una alta carga
operativa que otras, tales como “documental subjetivo”, dado que de autoridad epistémica. Por dicha razón, se ha denominado
toda obra es producto de algún tipo de subjetividad, o “documental a esta voz voz de Dios.
performative”, debido a las características restrictivas que el yo • El modo poético es una derivación del expositivo, en la cual
asume en los documentales en primera persona si tomamos como la voz over se desentiende de sus funciones argumentativas y
parámetro el concepto de performatividad definido por autores como persuasivas, para explorar variantes discursivas más flexibles,
Bill Nichols (2006) y Stella Bruzzi (2006). como la lírica y la poética.
Las narrativas en primera persona trastornan los modos habi­ • El modo observational fue instalado por el Direct Cinema
tuales del documental para explicar el mundo, representar a sujetos estadounidense a comienzos de la década de los sesenta. La
sociales y establecer pactos comunicativos con el espectador. propuesta originaria e ideal de este modo documental es
Indagar las múltiples modulaciones que adquiere el yo autoral registrar el mundo excluyendo cualquier tipo de interven­
en un conjunto representativo de documentales contemporáneos ción o control sobre lo representado por parte del cineasta.
habilita la reflexión sobre la constitución de las prácticas documen­ • El modo participativo permite la intervención del director bajo
tales en la Argentina, prestando atención a la estrecha conexión la forma de “mentor, participante, acusador o provocador
entre estas y las esferas cultural y sociopolítica. En este sentido, en relación con los actores sociales” representados (Nichols,
mi propuesta tiene que ver con abordar el fenómeno desde una 1997: 32). El realizador actúa como agente catalizador dentro
perspectiva que privilegie no solo las rupturas, sino también las de la narración y su intromisión moviliza procesos de trans­
continuidades con la tradición documental argentina y las vincula­ formación en los sujetos y agentes sociales abordados, pero
ciones -en un mundo audiovisual transnacional- con los modos de no necesariamente la interactividad repercute de manera
representación documental desarrollados en los centros de produc­ perceptible en su experiencia subjetiva y en su corporalidad.
ción estadounidense y europeos, siguiendo la línea historiográfica • El modo reflexivo es aquel en el cual, para Nichols (1997: 93),
de Paulo Antonio Paranaguá (2005). “la representación del mundo histórico se convierte, en sí
misma, en el tema de meditación cinematográfica”. Este modo
problematiza el encuentro entre el realizador y el espectador,
Las categorías de Nichols antes que entre el realizador y los sujetos representados. Por
lo tanto, “tiene una actitud menos ingenua y más desconfiada
En el campo de los estudios sobre cine documental en español, con respecto a las posibilidades de comunicación y expresión
los planteos teóricos de Bill Nichols (1997, 2001, 2006) han sido que otras modalidades dan por sentadas” (1997: 97).
los más abordados y pregnantes. Los seis modos de representa­ • El modo performativo, por último, intenta distraer la aten­
ción definidos por este autor son útiles para comprender algunas ción del espectador de los aspectos referenciales del discurso
formas de la primera persona en el documental argentino, a pesar documental. En este sentido, promueve los rasgos subjetivos
de las limitaciones que presentan para percibir los matices y parti­ de un discurso tradicionalmente objetivo y hace foco en las
cularidades del fenómeno tal como se expresa en nuestro país. cualidades evocativas del discurso y no en su representaciona-
Son herramientas teóricas potentes, que podríamos resumir de la lismo (Nichols, 2006: 199-209). En el modo performativo hay
siguiente manera: un trastorno perceptible de la experiencia del director -de su
cuerpo, de sus disposiciones psicológicas y de sus actitudes-,
• El modo expositivo caracteriza la etapa fundacional del docu­ que desvía nuestra atención de la cualidad referencial del
mental (Robert Flaherty y John Grierson, entre otros). Su documental.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 24 25 INTRODUCCIÓN

La tradición documental en la Argentina mayor visibilidad en el campo cultural e intelectual con obras
como Tire dié (Fernando Birri, 1958-1960), Buenos Aires (David José
En la Argentina, los comienzos del cine documental coinciden Kohon, 1958) y Faena (Humberto Ríos, 1960). Birri, fundador del
cronológicamente con las primeras películas producidas en el país, Instituto de Cinematografía en la Universidad Nacional del Litoral
es decir, con el cine de precursores como Eugenio Py, Federico (después conocido como Escuela Documental de Santa Fe), fue el
Valle, Eugenio Cardini y Alcides Greca. La toma de vistas, las actua­ primero en proponer -influenciado explícitamente por una doble
lidades, el cine científico, el travelogue1 y el documental histórico filiación con el Neorrealismo Italiano y la Escuela Documental
son las primeras formas que adopta el registro documental2 en la Británica- un documental de índole nacional, social, realista y
Argentina en el período 1897-1925.3 El advenimiento del sonido, a crítico, en el período 1956-1966.5
inicios de la década de los treinta, generó el resurgimiento de una Esta fase del cine documental se caracterizó por focalizar sus
cinematografía nacional que no podía enfrentar la superioridad relatos en la realidad social, política y económica, y por darles
técnica y narrativa de la estadounidense y la europea. Gracias al visibilidad a sujetos sociales, espacios geográficos y situaciones
impulso brindado por el universo del tango, la configuración del de marginalidad y subdesarrollo hasta el momento ocluidos de
sistema de estrellas, la recurrencia de los géneros cinematográficos las imágenes del cine industrial. Si bien el documental de esta
y el progresivo desarrollo de los estudios confluyen en el armado etapa privilegió el registro, la documentación y el testimonio,
de un esquema industrial de producción en el cual el cine docu­ se trató de discursos bastante sólidos y desgarrados acerca de la
mental adopta el formato del noticiario, las actualidades y el film realidad, la lucha de clases, el vaciamiento económico, la miseria
institucional, ya fuera con apoyo estatal o privado.4 y la represión del Estado. Estos discursos ya no estaban única­
A mediados de la década de los cincuenta, el documental empieza mente mediados por procedimientos de dramatización y ficcio-
a desarrollarse en su veta autoral e independiente, adquiriendo nalización deudores del modelo de representación institucional,
sino que adoptaron estrategias narrativas modernas, como la
1. Se trata de documentales con elementos exploratorios y/o etnográficos en ruptura de la narración aristotélica, la mostración del sujeto de
los que el viaje y el desplazamiento son centrales para brindarle al espectador la enunciación y el debilitamiento de la intriga dramática. Los
una mirada sobre diferentes zonas del mundo y sus culturas. modos de producción se vieron modificados con el autofinancia­
2. Antonio Weinrichter (2004: 25) señala que “el cine empezó registrando miento (o la financiación por entidades culturales), la filmación
la realidad, pero el documental no nació con el cine. El cinematógrafo en soportes no convencionales (16 mm, super-8 mm y 8 mm), la
comenzó filmando la realidad de forma inconsciente, en función del carácter
fotográfico del invento: no sabía que este servía para otra cosa, a saber,
preferencia por los formatos de cortometraje y mediometraje, y
para contar historias. Para existir, y pensarse como categoría, la no ficción el trabajo en cooperativas. La distribución y exhibición fueron
debía antes tener enfrente a su ‘contrario’, el cine de ficción”. En el marco vehiculizadas por carriles alternativos a los de la industria y del
internacional, habrá que esperar hasta los años veinte para que el documental circuito comercial, con proyecciones en universidades, sindicatos
se convierta en una práctica distinta de las primitivas actualidades y a los años y diversas instituciones sociales y comunales. Por estos años se
treinta para que se institucionalice, adoptando ya conciencia propia.
empezó a considerar el cine como una herramienta de análisis y
3. La historiadora Irene Marrone (2003) aborda los documentales de
propaganda institucional producidos por Cinematografía Valle y Cinematografía transformación de la sociedad.
Max Glücksmann entre 1920 y 1930, analizándolos desde una perspectiva Promediando la década de los sesenta, la aparición de La hora de
amplia, como prácticas culturales relacionadas con los procesos identitarios en los hornos (Grupo Cine Liberación, 1966-1968) marcó el comienzo
el contexto de la modernización periférica de la Argentina. de un cine de intervención política, también denominado cine mili­
4. El cine documental durante el período clásico (1933-1955) y especialmente tante, durante el período 1966-1973. El cine documental de esta
durante los años de gobierno peronista (1946-1955) tuvo una fuerte presencia
como producto institucional estatal y privado. Clara Kriger (2009a: 111-133)
analiza las obras realizadas bajo la égida de la Subsecretaría de Información 5. Estas ideas fueron expuestas en reiteradas oportunidades por Fernando
y Prensa del peronismo, prestando especial atención a los docudramas de Birri tras el estreno de Los inundados (1961) y se fraguaron finalmente en “El
propaganda estatal. manifiesto de Santa Fe” (1964).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 26 27 INTRODUCCIÓN

época asumió y representó de diversas maneras la exclusión de la de la izquierda marxista (y del peronismo revolucionario,8 en el
vida política, social y económica que soportaba un amplio sector de caso argentino).
la sociedad. La necesidad de un discurso más complejo y elaborado El proyecto cinematográfico y político integrado por los docu­
derivó en la adopción del largometraje como formato de expresión. mentalistas argentinos en el marco del Nuevo Cine Latinoame­
Los nuevos largometrajes documentales estructuraron sus relatos a ricano se vio brutalmente interrumpido con el golpe de Estado
partir de dos grandes ejes: en primer lugar, la mostración inicial de cívico-militar del 24 de marzo de 1976 y encontró algunas conti­
una situación de inequidad e injusticia social y, en segundo lugar, nuidades en el cine documental que se realizó tras el retorno de la
una instancia en la que se proponían métodos o vías para restituir democracia, en 1983. Entre los años 1983 y 1994, se desarrolló un
la justicia o para torcer el rumbo de los acontecimientos. De esta cine documental caracterizado por sus rasgos testimoniales y/o de
manera, el documental empezó a funcionar como una herramienta denuncia. Ya fuera en producciones institucionales, cooperativas o
al servicio de un actor social específico (recuérdese la proclama en proyectos concretados de forma individual, se abordaron temá­
de La hora de los hornos-, “todo espectador es un cobarde o un ticas como la memoria y el olvido tras el terrorismo de Estado,
traidor”), más restringido e identificable: el par, el compañero, ya la identidad de los pueblos originarios de América Latina y la
no el espectador abstracto y desvinculado de la lucha política. Las marginalidad en las grandes ciudades. Entre los exponentes más
obras más representativas de este período -además de La hora de destacados de este período, cabe mencionar las películas de Miguel
los hornos- son México, la revolución congelada (Raymundo Gleyzer, Pérez, La República Perdida (1983) y La República Perdida II (1986);
1969), El camino hacia la muerte del viejo Reales (Gerardo Vallejo, las producciones de los grupos Cine Testimonio y Cine Ojo, y el
1968-1971), Argentina, mayo de 1969: los caminos de la liberación film de Carlos Echeverría Juan, como si nada hubiera sucedido (1987).
(Grupo Realizadores de Mayo, 1969) y Ya es tiempo de violencia Hacia fines de la década de los noventa, el documental cobró
(Enrique Juárez, 1969).6 más relevancia y visibilidad en el campo cultural. Incorporados
Este cine formó parte de un movimiento regional más al inmenso caudal de obras producidas en el marco del que se ha
amplio: el Nuevo Cine Latinoamericano.7 Así, el documental fue denominado Nuevo Cine Argentino de los noventa y a la profusión del
ocupando un lugar más importante en las cinematografías lati­ “cine sobre piquetes”,9 los nuevos documentales abordaron tópicos
noamericanas -aunque continuó siempre marginal en el marco diversos, como la crisis social y económica, la dictadura militar,
de la institución cinematográfica-, convirtiéndose en una herra­ la guerra de Malvinas, la militancia de los setenta y las biogra­
mienta para la concientización ideológica y las luchas activas fías de reconocidos personajes de la cultura nacional. A lo largo
por la liberación en ciertos países de la región, en consonancia de este período, resurgió fuertemente el modo participative en el
con el accionar de diversas organizaciones políticas y militantes documental de autor en su vertiente política y etnográfica (Marcelo
Céspedes, Carmen Guarini, Tristán Bauer y Carlos Echeverría), sin
desaparecer el modo expositivo en las producciones más cercanas
a la televisión.
6. En otro artículo (Piedras, 2013) examino el proceso de radicalización
En este contexto se divisa la progresiva conformación de una
política del documental argentino del período 1956-1974 en relación con las
modalidades de representación que este adopta.
nueva modalidad narrativa y representacional vinculada con diversas
7. Para un estudio pormenorizado del proyecto cultural, cinematográfico y
político denominado Nuevo Cine Latinoamericano de la década de los sesenta,
consúltese Pick (1993). La producción teórica de Mariano Mestman (2001; 8. Cabe agregar que el peronismo revolucionario también tenía su
2002; 2003, entre otros ensayos) aborda de manera amplia cuestiones referidas componente marxista a través de su cercanía con el guevarismo.
al cine de intervención política de los sesenta y setenta, y a su inserción en el 9. Un artículo señero de Alejandro Ricagno (2003) reflexiona sobre las
marco del Nuevo Cine Latinoamericano. Para un estudio reciente sobre el principales características del cine que documentó los piquetes y las luchas
movimiento, especialmente focalizado en las relaciones entre los cines de la populares desde mediados de la década de los noventa, así como cuestiona la
Argentina y Brasil, véase Flores (2013). denominación cine piquetero para referirse a estas obras.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 28 29 INTRODUCCIÓN

formas de inscripción del yo del autor/realizador en la obra docu­ de un realizador que es testigo, actor o provocador del registro,
mental. Al considerar, con Bill Nichols (1997), que el documental se transformando la “lógica de la persuasión”, propia del documental
ha definido históricamente como una práctica diversa de la del cine institucional y del documental de intervención política, en una
de ficción, entre otros factores, por su proximidad con los “discursos lógica acorde con los nuevos tiempos de incertidumbre y ruptura
de sobriedad”,10 la exposición de la subjetividad trastornó, en alguna de los sistemas explicativos totalizantes (Ortega, 2005). Luego, es
medida, las proposiciones de saber (la posición epistémica) que posible identificar películas en las que el cuerpo del cineasta se
dichos discursos construyen respecto de lo real. materializa y moviliza los hilos del relato, otras en las que su cuerpo
es mero testigo, otras en que solo las tonalidades de la voz en off
son el indicio de ese cuerpo que se ubica tras la cámara y otras
Las modalidades de la primera persona en las que la primera persona se delega explícitamente a un actor
o intérprete. Estas modulaciones del yo, entre otras, se articulan
Las inscripciones del yo autoral en los relatos audiovisuales en muchos casos con el cruce de los territorios del documental y
trastocan una cuestión clave del documental moderno: la relación de la ficción, tendencia que se ha profundizado en las dos últimas
que las imágenes establecen con los otros; plantean, así, cuestiones décadas, sirviendo para cuestionar el estatuto de referencialidad
de carácter ético e ideológico, constituyéndose la enunciación en de cada cual y situando el eje de la discusión en la formulación
un problema privilegiado (Bernini, 2004: 42). En este sentido, narrativa, en los pactos comunicativos y en los procedimientos
es notorio el nuevo cristal interpretativo que los documentales constructivos que hacen a la representación de lo real.
surgidos en estos años les imprimen a tópicos recurrentes del cine Los usos de la primera persona en el documental argentino
argentino, como el derrotero de figuras reconocidas;11 la revisión de contemporáneo son tan abundantes como multiformes. La irrup­
un pasado traumático saturado de represión, muerte y violencia;12 ción de un creciente número de películas que adoptan este formato
la conformación identitaria familiar, étnica y/o cultural;13 y los a partir de 2OOO15 es también producto de un contexto sociopolítico
imaginarios del centro y su periferia,14 entre otros. de poscrisis (Giunta, 2009), en el que se reconfigura el campo
Cuando se observan los procedimientos narrativos, enunciativos artístico a partir de la emergencia de la experiencia y de la subje­
y de puesta en escena de los films mencionados, se pueden distin­ tividad como ejes necesarios para sostener un discurso sobre el
guir modulaciones, mestizajes y mutaciones de la primera persona. mundo, cuando parecen encontrarse en trance los grandes relatos
Sin embargo, estas obras mantienen siempre el denominador común ideológicos, sociales, económicos y políticos. En el marco del cine
de no ficción argentino, estos fenómenos dan cuenta de una nueva
forma de leer e interpretar lo real y sus contornos, desviada del
10. De acuerdo con el autor (1997: 31-33), estos incluyen los discursos de
las ciencias, la economía, la política y la historia que intentan dar cuenta de lo
real con pretensiones de verdad respecto de su referente. 15. Tomo este año como inicio del período de análisis porque es justamente
11. Gombrowicz, la Argentina y yo (Alberto Yaccelini, 1999-2001), Por la en el comienzo del nuevo siglo cuando se difunde en la Argentina el
vuelta (Cristian Pauls, 2002), Yo no sé qué me han hecho tus ojos (Sergio Wolf y documental Papá Iván, de María Inés Roqué. Este film significa una fuerte
Lorena Muñoz, 2003), Cándido López. Los campos de batalla (José Luis García, renovación en el modo de abordar la historia personal y familiar en relación
2005), El retrato postergado (Andrés Cuervo, 2009). con la historia política del país a partir de una narrativa en primera persona.
12. En memoria de los pájaros (Gabriela Golder, 2000), Los rubios (Albertina Asimismo, la directora forma parte de la generación de hijos de los militantes
Carri, 2003), Papá Iván (María Inés Roqué, 2000), M (Nicolás Prividera, 2006). desaparecidos durante la dictadura militar y esto implica el surgimiento de una
13. Un tal Ragone (Vanessa Ragone, 2002), Fotografías (Andrés Di Telia, voz y de una identidad hasta entonces poco frecuentes en el cine documental
2006), Hacer patria (David Blaustein, 2006), Familia tipo (Cecilia Priego, 2009). argentino. Considero que el film de Roqué es una bisagra porque, si bien en
14. Río arriba (Ulises de la Orden, 2004), Bialet Massé, un siglo después términos formales tiene puntos de contacto con obras precedentes, encuentra
(Sergio Iglesias, 2006), El exterior (Sergio Criscolo, 2006), Querida Mara, cartas mayores afinidades discursivas, generacionales e identitarias con documentales
de un viaje por la Patagonia (Carlos Echeverría, 2009). posteriores, como Un tal Ragone, Los rubios y M.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 30 31 INTRODUCCIÓN

modelo expositivo-objetivista tradicionalmente dominante en el privilegiado para la expresión de nuevas identidades (polí­
campo del cine documental. Se trata, en otras palabras, de nuevos ticas, sociales, culturales y de género). Es así como la inscrip­
modos de interpretar, construir y reinventar la imagen simbólica ción del yo en los discursos del cine documental no solo se
de lo colectivo a partir de una mirada subjetiva, pero susceptible refiere a cuestiones relacionadas con la lógica interna del
de ser transferida a formaciones sociales más amplias. campo cinematográfico, sino que se vincula con el giro subje­
tivo de los discursos en general, progresivamente perceptible
en nuestro país desde la década de los ochenta.
Nuevas formas para nuevas identidades • La subjetivación del discurso documental provoca que lo
mostrado en los films ya no sea “verdadero” debido a un
El surgimiento de narrativas en primera persona en el docu­ supuesto pacto de objetividad entre la obra y el espectador,
mental argentino de la última década expresa, en el terreno de lo sino que obtiene su estatuto de verdad cuando el autor se invo­
audiovisual, nuevas identidades políticas, sociales, culturales y de lucra en algo que declara ser parte de su propia experiencia, lo
género que, si bien habían sido representadas en el documental cual implica, en esencia, un nuevo pacto de credibilidad entre
precedente, no constituían la fuente y el eje de validación de la el autor y el espectador. Este nuevo pacto comunicativo tiene
enunciación. Las condiciones de posibilidad para la irrupción de la particularidad de interrogar al espectador no ya primor­
estas nuevas voces están dadas por un proceso de subjetivación dialmente como sujeto histórico, sino como sujeto biográfico,
de los discursos del cine documental nacional e internacional, remitiendo a su experiencia de vida como instancia de vali­
como así también por la formación y el desarrollo de un “espacio dación del discurso. Sin embargo, la repetición de una voca­
biográfico” (Arfuch, 2002) que atraviesa distintas esferas del campo ción subjetivista corre el riesgo, en ciertas oportunidades, de
cultural -la literatura, las artes plásticas, el teatro, los medios convertirse en un gesto retórico: así lo demuestra una serie
masivos de comunicación, Internet, etcétera- desde la década de de obras en que la inscripción del yo funciona principal­
los noventa en adelante. Sin embargo, el fenómeno no se limita mente como un artificio narrativo sin mayores alcances en las
a la expresión de nuevas voces e identidades, sino que implica esferas de la experiencia y de la subjetividad de los autores-
una transformación profunda en el estatuto epistémico del cine narradores-personajes (abordo esta cuestión en el capítulo
documental, por cuanto modifica sus pactos comunicativos con 2, cuando defino y examino las modalidades de la primera
el espectador, sus formas de acercarse a lo real y sus modos de persona).
representar al otro. Esta afirmación descansa sobre tres ideas: • Las innovaciones tecnológicas relacionadas con el avance del
video digital han producido un comienzo de masificación de
• La incorporación de las formas de la primera persona en el los medios audiovisuales, convirtiendo a estos últimos en una
documental argentino desde fines de los noventa se explica, vía de expresión personal. Algunos de estos nuevos documen­
entre otros factores, a partir de la dificultad del documental tales se han trasformado en un ejercicio solitario, íntimo, en
expositivo, pero también del participativo y del observacional, el cual el realizador ya no necesita de un andamiaje tecno-
para manifestar una mirada crítica y perturbadora sobre los lógico-colectivo para producir su obra. Entonces, es posible
hechos traumáticos de la historia reciente. Resignificando la comprobar que el desarrollo técnico del dispositivo es también
lectura del pasado a través de la subjetividad de los realiza­ responsable de impulsar cambios estéticos, narrativos, éticos y
dores, el nuevo documental enuncia proposiciones parciales, políticos en los modos de representación. Ante esta situación
tentativas y provisorias, pero profundamente encarnadas y será necesario repensar las limitaciones de las herramientas
operativas para la construcción de una memoria cercana que convencionales de análisis audiovisual, por cuanto no parecen
transite de lo personal a lo colectivo, encontrando un espacio ser suficientes para desentrañar los múltiples elementos signi­
ficantes de ciertas obras contemporáneas.
1. Los antecedentes del documental
en primera persona
Subjetividad, reflexividad y realismo en el cine
argentino posterior a los sesenta

La aparición sistemática de marcas de estilo que pueden adju­


dicarse a la figura del autor en la enunciación, la narración y la
puesta en escena cinematográficas no es un aspecto frecuente en las
películas nacionales anteriores a los años sesenta.1 La configuración,
según Noel Burch (1987), de un “modo de representación institu­
cional” (MRI) durante el período clásico-industrial (1933-1955) está
basada, entre otros factores, en una compleja codificación del discurso
audiovisual, entre cuyos elementos principales se encuentran el borra-
miento de las huellas del enunciador de la narración fílmica y la
ocultación rigurosa de los procesos constructivos propios de la repre­
sentación cinematográfica. Para decirlo de otra manera, la narración
clásica se estructura, en términos formales, sobre dos prohibiciones
estrechamente vinculadas: la de develar la instancia enunciativa (las
concepciones de montaje transparente y de una narración que se
cuenta sola son exponentes de esto) y la de mostrar el andamiaje de
artificios que operan en la construcción de una película.2
El agotamiento y la crisis del sistema clásico-industrial hacia fines
de los cincuenta y el surgimiento de los nuevos cines (a nivel nacional
e internacional) a comienzos de los sesenta generan una reformula­
ción de las concepciones sobre el sujeto y el lenguaje imperantes en el
cine clásico. Las propuestas estéticas y estilísticas de los nuevos cines
reformulan los cánones del cine de la tradición acerca de la figura del
autor -como sujeto que expresa una visión de mundo y una poética
personal a partir del discurso cinematográfico- y del lenguaje fílmico.
Si esto es cierto, las características formales y estilísticas que definen
la producción documental argentina contemporánea (la manifestación

1. Esta afirmación no cuestiona la posibilidad de pensar como “autores” a


ciertos directores del período clásico-industrial, como Luis Saslavsky, Mario
Soffici o Lucas Demare, por citar solo tres ejemplos, desde los parámetros
establecidos por la politique des auteurs francesa (Bazin, 1966; De Baecque
y Lucantonio, 2001) y por su posterior desarrollo académico anglosajón, la
author’s theory (Sarris, 1976; Wollen, 1998).
2. El teórico Ismail Xavier analiza las discusiones en torno de la idea de
transparencia narrativa” y de las propuestas de deconstrucción del discurso
cinematográfico de la tradición, en cuyo seno se hallan los debates acerca de
la explicitación del sujeto de la enunciación y de la reflexión sobre el lenguaje
Papá Iván (María Inés Roqué, 2000). fílmico (2008: 182-195).
Crédito: Imagen cedida por la directora.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 36 37 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

del yo autoral y la reflexividad) tienen sus primeros antecedentes modernidad cinematográfica en la Argentina, expone una serie de
vernáculos en las obras que formaron parte de la modernidad cine­ problemas susceptibles de ser analizados en el marco del cine docu­
matográfica, encabezada por los autores de la denominada Gene­ mental. Aunque el documental se defina como una práctica distinta
ración del 60. de la ficción, el concepto de “mediación” continúa siendo funda­
La vinculación entre una nueva subjetividad y la reflexividad mental para comprender su funcionamiento. En consecuencia, la
está confirmada por Bill Nichols cuando define el modo performa- incorporación de la reflexividad y la mostración de la enunciación,
tivo (asociado a la exposición y práctica subjetiva de los documen­ recurrentes en el documental argentino contemporáneo, encuentran
talistas) como una derivación del modo reflexivo. En palabras del un primer antecedente en la metamorfosis del realismo cinemato­
autor, el modo performativo, a diferencia del reflexivo, no llama gráfico de comienzos de los sesenta.
la atención sobre las cualidades formales o el contexto político, El cine documental adopta, desde los años cincuenta y sesenta,
“sino que se caracteriza por desviar nuestra atención de la cualidad modalidades de representación que están desfasadas en relación con
referencial del documental” con el fin de “subrayar los aspectos las renovaciones estéticas modernas impulsadas por los cineastas de
subjetivos de un discurso clásicamente objetivo” (2006: 199-204). la Generación del 60. Esto se debe a que la evolución lingüística
Subrayo entonces que las condiciones de posibilidad que marcan el desa­ del campo documental tiene una autonomía relativa respecto de
rrollo del documental contemporáneo se instauran en el cine argentino lo que sucede en el campo de la ficción, a causa de la cercanía del
con la aparición de la primera modernidad en los sesenta. El proyecto documental con los discursos de sobriedad y a los avatares de su
moderno, como lo entendió la Generación del 60, se interrumpe a historia interna dentro de la cinematografía argentina. En otros
mediados de los setenta y se reactiva con el Nuevo Cine Argentino de términos, el documental mantuvo -por lo menos hasta mediados
los noventa. No es casual, entonces, que el cine documental en primera de los noventa— ciertas “obligaciones” con el referente (las series
persona se despliegue en paralelo al nuevo cine de ficción. histórica, política y social) que acotaron su margen de experimen­
La discusión en torno del realismo3 estaba atravesada precisamente tación y la elasticidad de su dispositivo narrativo/enunciativo.5
por el cuestionamiento de una concepción convencionalizada por el Si la modernidad cinematográfica fue un proyecto incon­
cine clásico-industrial, que se vería transformada por la intervención cluso en el cine de ficción de los sesenta (Bernini, 2003: 87), la
del director/autor de la obra y por una nueva perspectiva respecto de modernidad del cine documental alcanzó un desarrollo aún más
la relación entre realidad, lenguaje y representación. En palabras de limitado y esporádico, modulado por la preeminencia del modo
Robert Stam, “al poner el énfasis en la mediación fílmica, las pelí­
culas reflexivas subvierten la idea comúnmente aceptada de que el 5. Me refiero al cine documental argentino y no al europeo y al
arte puede ser un medio de comunicación transparente, una ventana estadounidense. En estas cinematografías las innovaciones tecnológicas
abierta al mundo, un espejo al margen del camino” (2001: 182).4 La surgidas a fines de los cincuenta, entre otros factores, promovieron el
advenimiento de dos movimientos cinematográficos vinculados con la
crítica al realismo, llevada a la práctica por ciertos realizadores de la modernidad del cine documental: el Direct Cinema en los Estados Unidos y el
Cinema Vérité en Francia. Asimismo, se trata de una generalización, dado queexiste
3. El centro de estos debates fue Italia y tuvo como mayores vidrieras a las una sene de obras que experimentaron con el lenguaje y distendieron el vínculo
revistas Bianco e Nevo y Cinema Nuovo, en las cuales críticos como Umberto referencial con lo real. Aludo, entre otros, a ciertos cortometrajes realizados
Bárbaro, Guido Aristarco y Luigi Chiarini discutieron sobre los problemas de por cineastas de la Generación del 60 -La flecha y el compás (David José
la estética realista a la estela de las teorías de Gyórgy Lukács, Antonio Gramsci Kohon, 1950), Moto perpetuo (Osías Wilenski, 1959), Buenos Aires (David
y Benedetto Croce, entre otros. Los estudios de Xavier (2008) y Casetti (1994) José Kohon, 1960), Quema (Alberto Fischerman, 1962), etcétera-; a los films
dedican sendos capítulos a retomar los debates mencionados. producidos por el Fondo Nacional de las Artes (FNA) -Antonio Bemi (grabado
4. El realismo practicado por el cine clásico se constituía por “un conjunto collage) (Alberto Barbera, 1963), Cuatro pintores, hoy (Fernando Arce, 1964),
de parámetros formales que incluyen prácticas de montaje, usos de la cámara y Integraciones (Adolfo Vispo, 1967), etcétera-, y más tarde al largometraje
del sonido, que suscitan la apariencia de continuidad espacial y temporal [...]• bombrowicz, o la seducción (representado por sus discípulos) (Alberto Fischerman,
El cine clásico era ‘transparente’ porque pretendía borrar todos los rastros del 86). Para un estudio de los cortometrajes de los años sesenta, véanse los
‘trabajo del film’, presentándolo como algo natural” (Stam, 2001: 172). capítulos 2 y 3 de Campo (2012).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 38 39 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

expositivo. Este modo de representación resultaba necesario para del campo cultural. El cine ocupó un sitio privilegiado, junto con
el control de significados en una etapa en que la producción docu­ la literatura, la plástica y el teatro, en las renovaciones emergentes
mental independiente se hallaba monopolizada por el discurso por esos años.
político-militante. Si a lo dicho sumamos las restricciones propias Aunque directores como David José Kohon, José Martínez
de una implementación tecnológica demorada y a veces costosa Suárez, Manuel Antín y Rodolfo Kuhn, entre otros, fueron defi­
(cámaras ligeras, película sensible y sonido directo), es posible niendo un estilo propio a lo largo de su filmografía, es posible señalar
afirmar que el programa del Cine Directo y del Cinema Vérité, un conjunto de rasgos que caracterizan la etapa más rupturista y
como agentes de la revolución modernizadora en el documental renovadora (1960-1965) de la Generación del 60. En primer lugar,
de los sesenta, en contadas ocasiones se practicó plenamente en el rechazo a las estructuras narrativas tradicionales, configuradas
la Argentina. a partir de tramas novelescas, personajes y argumentos orgánicos,
sin fisuras ni digresiones. Se formularon obras abiertas en busca de
un espectador activo que construyera y cerrase, en la instancia de la
Conciencia lingüística y marcas de autor en el cine de recepción, el sentido de las propuestas fílmicas. En segundo lugar,
la Generación del 606 en términos de puesta de escena, de cámara y de montaje, se optó
por un lenguaje y una composición cinematográfica que tendieron
El primero de los nuevos cines surgidos en el país tuvo su a visibilizar los procedimientos constructivos y no necesariamente
epicentro en los sesenta. Como en otras latitudes de América Latina a ocultarlos en pos de transparencia discursiva. En tercer lugar,
y del mundo, esta época estuvo signada por profundas transfor­ según Simón Feldman (1990) -un precursor de la Generación que
maciones políticas, sociales y culturales. El derrocamiento del también reflexionó tempranamente sobre esta-, los nuevos cineastas
gobierno democrático de Juan Domingo Perón en 1955 inició dos ampliaron el registro temático de la época o, en términos de Emilio
décadas agitadas y complejas, selladas por cíclicos golpes mili­ Bernini (2000), aumentaron el campo de lo filmable.
tares, la proscripción del peronismo y la consecuente imposibilidad La expansión de una nueva subjetividad y el estiramiento de
de sostener un orden institucional con legitimidad popular. Sin los límites de experimentación con el lenguaje cinematográfico
embargo, el proceso de modernización del Estado iniciado por el estuvieron vinculados a nuevos modos de dar cuenta de lo real y
gobierno desarrollista de Arturo Frondizi desde 1958 (que pronta­ de expresar el contorno de lo social. En este sentido, la concep­
mente defraudaría las expectativas de la base social progresista que ción de realismo cinematográfico sustentada por los cineastas de
le brindó su apoyo), los ecos de los sucesos revolucionarios que esta­ la Generación del 60 planteó fisuras en las convenciones y en
llaban alrededor del mundo -la Revolución cubana; las luchas por la los códigos realistas dominantes en el modo de representación
liberación de los países colonizados del Tercer Mundo; los sucesos institucional. La reformulación del realismo sobre la base de una
del Mayo francés; la causa negra impulsada por Martin L. King, reflexión sobre el lenguaje y de la preeminencia de una mirada
entre otros- y los fenómenos artísticos y culturales provenientes subjetiva ostentada por el autor nos acerca a problemas lindantes
en su mayoría de los países centrales -el jipismo, el rock and roll, el con el documental contemporáneo en primera persona, entre ellos
pensamiento existencialista, las neovanguardias artísticas, etcétera- la crítica a la noción de “objetividad documental” y la consecuente
configuraron una década de plena efervescencia y ensanchamiento puesta en escena del sujeto de la enunciación; la transformación
de los pactos de veracidad entre el autor, la obra y el espectador;
la negación de la transparencia en la representación; los quiebres
6. Algunas de las ideas vertidas en este apartado fueron producto de la linealidad temporal y el surgimiento de una nueva tempo­
de un artículo en coautoría con Jorge Sala (véase Piedras y Sala, 2009). ralidad subjetiva.
Asimismo, remito a dicho texto para un análisis fílmico más extenso de las
manifestaciones de subjetividad autoral y reflexividad en las películas de la
Generación del 60.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 40
41 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

El documental de los sesenta y setenta otros. La narrativa puede emplear muchas técnicas en común con
la ficción para mantener el interés, despertar el suspenso, crear o
La historia de las formas documentales en la Argentina ha estado demorar el cumplimiento de las expectativas. No obstante, la narra­
condicionada durante el período clásico-industrial por cierta depen­ tiva en sí misma no es inherente a lo ficcional o a lo no ficcional.9
dencia del poder estatal y de los grandes estudios cinematográficos,
que se plasmó en obras regidas por la idea de “espectáculo”. Esta El intercambio de procedimientos con la ficción también
prioridad de lo espectacular, desde mediados de los cincuenta, con encuentra su justificación si se piensa que son pocos los ejemplos
la creación de la Escuela Documental de Santa Fe, se desplaza, de cineastas argentinos que puedan ser definidos como “documen­
cediéndole la preeminencia al accionar de la institución política,7 que talistas”, entendiendo a estos como una comunidad profesional de
moviliza la necesidad de dar cuenta de mundos sociales excluidos y/o practicantes.10 Hasta la década de los ochenta, con la formación de
periféricos.8 Sin embargo, el territorio del cine documental, todavía los grupos dedicados al documental, como Cine Testimonio y Cine
en proceso de consolidación en la Argentina, carecía de la autonomía Ojo, el trabajo en el medio estuvo más relacionado con la necesidad
interna que sí tenía en otros países, por lo cual las formas del cine de generar representaciones veristas que pudieran dar cuenta de
de ficción permearon más frecuentemente sus discursos, alimentán­ -y, en ocasiones, intervenir políticamente sobre- la sociedad y lo
dolos de otras variantes expresivas. En términos narrativos existen real, que con una convicción sobre las posibilidades expresivas y
estrategias y procedimientos que surgieron inicialmente en nuestro artísticas de las prácticas documentales. La escasez y la inesta­
país en el campo de la ficción, debido a la riqueza y al despliegue bilidad de las instituciones públicas y privadas que fomentan, a
sistemático de esta, lo que no necesariamente significa que la narra­ través de subsidios, créditos y apoyos financieros, la producción
ción sea un préstamo de la ficción al documental. Coincido en este sistemática de cine documental son también factores relevantes
punto con Cari Plantinga (1997: 102) cuando señala: para comprender la configuración del campo de la no ficción hasta
los ochenta, cuando se divisaron los primeros indicios de creci­
La narrativa es un modo fundamental de explicación enraizado en miento con el arribo de las tecnologías videográficas analógicas.
la necesidad del ser humano de representar hechos e historias para Estos elementos explican el doble desfase perceptible en el
desarrollo del cine documental argentino respecto de las rupturas
producidas por la modernidad cinematográfica, en la ficción local y
7. Utilizo el concepto de “institución política” en línea con los planteos de aun en el documental internacional, con la irrupción de las técnicas
Getino y Velleggia (2002: 29). Los autores caracterizan el cine político como
aquel en el que la función política de la obra se coloca por delante de sus
y retóricas del cine directo en Europa y los Estados Unidos en los
búsquedas cinematográficas.
sesenta. Sin embargo, ciertos documentales argentinos producidos
8. Si bien esta ha sido una seña identificatoria del documental argentino, no hacia fines de dicha década demuestran fisuras en el modo de
puede afirmarse que la dependencia de instituciones privadas y/o estatales o el representación expositivo a partir de marcas distintivas de subje­
desarrollo de un documental de índole política y social militante determinen tividad y reflexividad.
en todos los casos las formas y el estilo de los documentales. La historia
La segunda y tercera partes de La hora de los hornos (Grupo
del cine documental entrega sobrados ejemplos de obras con elementos de
reflexividad y experimentación realizadas por encargo de empresas privadas
Cine Liberación, 1966-1968), tituladas “Acto para la liberación”
o al amparo del Estado. Por solo mencionar algunos exponentes, Night Mail y Violencia y liberación”, promueven una apertura del férreo
(Correo nocturno, Harry Watt y Basil Wright, 1936) fue producida por dispositivo narrativo de la primera parte -basado en el montaje
una institución estatal como la unidad fílmica de la General Post Office,
los documentales y noticieros que Santiago Álvarez realizó en los sesenta 9. Todas las traducciones de textos en inglés utilizadas en este libro son
y setenta fueron producidos por el Instituto Cubano del Arte e Industria propias.
Cinematográficos (ICAIC), así como Lejos de Vietnam (Loin du Vietnam, DD. 10. Entre estos sobresale la figura de Jorge Prelorán, quien desarrolló de
VV., 1967), documental militante por antonomasia, es una pieza cargada de iorma personal una extensa producción, compuesta por más de cincuenta
reflexividad y de experimentación. obras entre cortos, medios y largometrajes.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 42 43 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

como principio constructivo-, dándole voz, mediante el recurso acontecidos los hechos. En un desplazamiento característico del
de la entrevista, a un grupo amplio de militantes peronistas.11 Los cine militante, el relato en primera persona fluctúa a lo largo del
cineastas, aun manteniendo la voz over como eje rector y orga­ documental entre el yo y el nosotros, sintetizando en una supuesta
nizador del sentido de la obra, comparten parcialmente con los experiencia personal lo vivido por todo un colectivo. Lo que me
entrevistados la autoridad textual. Los relatos en primera persona interesa remarcar del cortometraje de Szir es que el narrador y el
sobre la historia reciente del peronismo tienen la particularidad de personaje del documental se hallan vinculados formalmente a la
remitir a una experiencia subjetiva que expresa y se relaciona con instancia enunciativa, aunque todavía no existe correspondencia
la experiencia de resistencia de toda una generación de militantes.12 explícita entre estos y el autor del film.
En ocasiones, los directores se inscriben en el plano cumpliendo Gustavo Aprea (2010) concibe este tipo de expresiones como
la función de entrevistadores, aunque no comprometen su propia “subjetividad colectiva”. En ella, los cineastas
subjetividad en el intercambio. Es un incipiente modo de repre­
sentación participativo, que extiende la validación del discurso a apelan a la subjetividad de los testimoniantes para construir argu­
la palabra de los otros, difundiendo relatos subjetivos pero aún mentos que, dentro del marco de interpretación de la realidad social
inscriptos en el tapiz de un gran relato colectivo y generacional. y política de los documentales, construyen tipos sociales represen­
Para decirlo de otro modo, se trata de relatos personales paradig­ tativos de colectivos que permiten la construcción del pueblo como
sujeto, rescatar sus características originales y proyectar un modelo
máticos de la figura del militante.
de sociedad más justa.
“Testimonio de un protagonista” es un cortometraje de Pablo
Szir que forma parte del trabajo colectivo dedicado al Cordobazo
Argentina, mayo de 1969: los caminos de la liberación (Grupo Realiza­ En síntesis, las subjetividades expresadas en los testimonios
dores de Mayo, 1969). La operación discursiva distintiva de este durante este período se inscriben como ilustración o ejemplo del
documental militante es que la subjetividad del testimonio de un discurso político e ideológico que sostienen las obras. Se trata de
obrero en off está enlazada con la instancia enunciativa a través de un movimiento de lo general a lo particular, desde las ideas precon­
una progresiva inscripción de la voz en un cuerpo y en una mirada. cebidas a las encarnaciones subjetivas que las representan. En el
De esta manera, el relato en primera persona en la serie sonora es documental argentino contemporáneo esta situación se modifica,
acompañado por un plano medio de un trabajador que camina hacia en la medida en que la subjetividad -tanto de los testimoniantes
la fábrica. El plano se acerca recortando sus piernas hasta integrarse como de los cineastas que enuncian en primera persona- no tiene
en su cuerpo con una toma subjetiva. El relato de la voz en primera como función primordial representar a un sector social o agrupa-
persona tendrá en paralelo una cámara subjetiva que reconoce en miento colectivo, manteniendo, por lo tanto, un carácter personal
el espacio urbano los rastros de la revuelta, cinco días después de y, en ocasiones, intransferible. De esto no se desprende necesaria­
mente que los nuevos documentales se agoten en una búsqueda
solipsista, sino que sus indagaciones circulan en un sentido inverso
11. Los testimonios de los entrevistados, en ocasiones, se caracterizan por al anterior, de lo subjetivo a lo colectivo, de lo individual a lo social.
ser relatos explicativos sobre la historia reciente antes que la exposición de También del año 1969 datan dos obras que exponen otros
experiencias personales y subjetivas. Tal es el caso de los entrevistados con
matices de la primera persona: Damacio Caitruz, etnobiografía13
una trayectoria reconocida (Rodolfo Ortega Peña y Julio Troxler, entre otros),
que funcionan como fuente de legitimidad que refuerza el discurso ideológico
de Jorge Prelorán, y Nota sobre Cuba, de Raymundo Gleyzer. En el
de la obra. prólogo del primer caso, el realizador explícita desde una voz en
12. El mediometraje documental de Enrique Juárez (Ya es tiempo de
violencia, 1969) hace uso de una estrategia similar condensando la experiencia 13. El estilo autoral de Prelorán, uno de los pioneros indiscutidos del cine
colectiva de los que participaron en el Cordobazo, en un ficticio relato en documental de autor en la Argentina, a la hora de componer sus documentales
over de un obrero (interpretado por un actor, Héctor Alterio) que enuncia en etnográficos basados en figuras marginales ha sido examinado por varios
primera persona del plural. investigadores: entre otros, Kohen (2004) y Pérez Llahí (2011).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 44 45 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

off en primera persona el contexto en el cual conoció a su perso­ de rodaje (entre los que se encuentra el propio Yaccelini, junto a
naje y este accedió a la entrevista.14 Si bien se trata de una primera Carlos Sorín y Bebe Kamin, entre otros).
persona discreta y de leve carácter subjetivo, la exhibición de una La modernidad del film radica en la adopción de un modo de
situación que hace a las condiciones de producción del film y no a representación que combina performatividad y reflexividad. La
la historia misma del personaje es un elemento de modernidad que primera se relaciona con la función de la palabra de los entrevistados.
es retomado en el documental reflexivo contemporáneo. El informe Los enunciados de intención emitidos por los testimoniantes son
sobre Cuba que Raymundo Gleyzer produce para el noticiero de performativos, ya que, al describir, terminan reconstruyendo imagi­
televisión Telenoche se destaca por incluir tempranamente en el nariamente aquello que la película nunca pudo registrar. De manera
cuadro la presencia del realizador, que adopta el rol de cronista. adicional, la reflexividad se impone desde las primeras imágenes,
La figura de Gleyzer funciona como personaje-guía y entrevistador dado que estas muestran a tres personas (presuntamente los reali­
que organiza narrativamente el recorrido por la isla. El uso de la zadores) colocando el rollo de 35 mm en la movida y más tarde
primera persona como recurso narrativo, por sobre la autoinda- accionándola. El tema de la obra deja de ser Alberto Demiddi, para
gación o el relato de la experiencia subjetiva, es una técnica afín convertirse en la reflexión sobre las condiciones de construcción de
al formato de la no ficción televisiva que tendrá una influencia un documental, incluyéndose como material de primera mano todo
constatable en una vertiente del documental contemporáneo.15 aquello que en un documental tradicional quedaría excluido del corte
El cortometraje Single (un ejercicio incompleto) (1970), de Alberto final. Para Paul Arthur (1993: 129), este tipo de documentales prac­
Yaccelini,16 da cuenta de una de las variantes más modernas del tican una “estética del fracaso”, dado que el conflicto principal son
documental del período. Realizado como trabajo de fin de curso los inconvenientes y obstáculos con que el cineasta -sujeto inestable
para el Departamento de Cinematografía de la Escuela Superior y dubitativo- se encuentra a la hora de llevar adelante el rodaje del
de Bellas Artes de la Universidad Nacional de la Plata, el obje­ film. Los objetivos iniciales defraudados y la irresolución dramá­
tivo inicial de filmar un documental sobre el campeón de remo tica son, entonces, los ejes de estas obras, que contemporáneamente
Alberto Demiddi resulta frustrado ante la negativa y nula predispo­ hallan en la figura de Andrés Di Telia a uno de sus cultores.
sición de su protagonista. Frente a esta situación, Yaccelini decide
componer su obra documentando los hechos y reflexionando sobre
los avatares que lo condujeron al fracaso. El registro documental de La primera persona en estado de excepción
Demiddi en plena actividad se inserta como metraje encontrado y
se articula con los testimonios en off de los miembros del equipo Si bien los relatos en primera persona de los cineastas se mani­
fiestan con sistematicidad y recurrencia en el documental argen­
tino contemporáneo, es posible hallar en documentales de los
14. Dos años más tarde, Gerardo Vallejo presenta de forma similar su
relación con el protagonista en El camino hacia la muerte del viejo Reales (1971).
ochenta los primeros indicios de sus líneas expresivas y modelos
15. Mirta Varela (2005: 218-219) puntualiza algunas líneas de continuidad de representación, así como la indagación sobre problemas de iden­
y limitaciones en la relación entre la televisión y el cine documental argentino tidad, memoria y territorio. Realizados por argentinos radicados
de fines de los sesenta, a partir del trabajo como camarógrafo y reportero de en el exterior o recientemente retornados al país, la cuestión de
Raymundo Gleyzer para Telenoche entre 1966 y 1969. También Carla Masmun la nacionalidad de estos films resulta de intrincada definición,
(2011: 170-171) analiza los informes de Gleyzer para televisión en el contexto
ya que, no obstante ser los autores argentinos, la producción y el
del proceso de radicalización política de su obra hasta la creación del Grupo
Cine de la Base. equipo técnico son extranjeros y en algunos casos las películas no
16. Radicado en Francia desde los setenta, Alberto Yaccelini se desempeña han sido rodadas en el país.
en el cine francés profesionalmente como montajista. Es también autor de Resulta sintomático que hasta comienzos del nuevo siglo las
dos documentales narrados en primera persona: Gombrowicz, la Argentina y yo expresiones más contundentes del documental en primera persona
(1998) y Volvoreta (2001).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 46 47 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

hayan sido llevadas a cabo por cineastas argentinos instalados y/o Reflexiones de un salvaje (Gerardo Vallejo, 1978)19 es un docu­
formados en el exterior, generalmente en el marco de producciones mental con elementos de ficción en el que se aborda la historia
extranjeras.17 El abordaje de estos films permite observar que la de los antepasados castellanos del director, oriundos del pueblo
emergencia del yo está ligada a la necesidad de examinar aspectos de Cespedosa de Tormes (Salamanca). La inclusión de recursos
referidos a la historia personal cuando los autores se encuentran narrativos ficcionales lo acerca al formato del docudrama. Vallejo
en una situación de extranjería nacional, cultural y política. El reconstruye escenas del pasado utilizando como actores naturales
desarraigo y la crisis identitaria provocados por vivir fuera del a los habitantes del pueblo que originalmente las protagonizaron.
país son los que movilizan en ellos la manifestación expresa de la La más elocuente de estas reconstrucciones surge en la última
subjetividad autoral. Exceptuando el film de Céspedes y Guarini secuencia, cuando los pobladores reinterpretan la revuelta de
Jaime de Nevares, último viaje (1995), el móvil de estas obras es el 1917 contra un terrateniente, ocurrida tras el asesinato de Manuel
exilio, la emigración o el reencuentro con los orígenes culturales, Vallejo (abuelo del cineasta).
sociales, nacionales y familiares. Se trata del primer largometraje de Gerardo Vallejo en España,
Al considerar las subjetividades expresadas en estas obras como después de haber trabajado en el Panamá del general Ornar Torrijos. El
un efecto del estado de excepción de sus realizadores, deseo sugerir director había recalado inicialmente en el país centroamericano tras su
que el desarrollo interno del campo documental argentino se halló exilio político de la Argentina, motivado por su reconocida militancia
condicionado, con el retorno de la democracia en 1983, por la peronista y su participación activa en el Grupo Cine Liberación.
urgencia de abordar el pasado reciente y las problemáticas socio- Tras regresar a filmar al pueblo de su abuelo paterno, el reali­
políticas vigentes desde una perspectiva colectiva y/o institucional. zador indaga las causas sociales, políticas y económicas que llevaron
El compromiso inmediato con lo real y la necesidad de brindar a sus antepasados españoles a abandonar forzosamente el terruño.
visibilidad a situaciones encubiertas durante la dictadura militar La imposibilidad de autosustentarse como campesinos, la difícil
limitaron los márgenes expresivos del discurso documental. En situación económica en la que España se encontraba hacia 1910 y
este contexto de producción nacional, una búsqueda que recalase las posteriores persecuciones políticas del franquismo provocaron
en aspectos de la vida íntima del autor podría haberse considerado el destierro de una importante cantidad de ciudadanos españoles.
un exceso o una impostura.18 La narración de esa historia es la estrategia que Vallejo encuentra
para aludir metafóricamente a su presente de exiliado. El paralelo
es evidente: el niño que ayer escuchaba los relatos de su abuelo
17. Esta observación podría trasladarse a lo ocurrido en otras cinematografías
sobre la España natal mientras paseaba por los montes tucumanos
latinoamericanas. Por ejemplo, en el caso de Chile, los documentales en
primera persona surgidos en la década de los noventa corresponden a hoy restituye en imágenes aquella historia desde una tierra que le
dos directores exiliados en Francia que realizan sus obras en el marco de es propia y ajena a la vez.
producciones extranjeras. Me refiero a La flaca Alejandra (Carmen Castillo
y Guy Girard, 1994) y Chile, la memoria obstinada (Patricio Guzmán, 1997).
En el caso de México, si bien existe un fuerte antecedente de documental más tarde, seguramente la figura de Filippelli tendría algún tipo de visibilidad
en primera persona -La línea paterna (José Buil y Marisa Sistach, 1994)-, El en el texto fílmico (de hecho, películas posteriores del autor así lo demuestran).
diablo nunca duerme (1994) es la obra que anticipa cierto tipo de documental Rafael Filippelli explícito la incomodidad que significaba autorrepresentarse
de búsqueda performativo; su directora, Lourdes Portillo, se identifica como en un documental de los noventa, en una exposición pública realizada el 29 de
chicana y su producción es estadounidense. junio de 2011 en la Biblioteca Nacional tras la proyección del film en cuestión.
18. Un ejemplo ilustrativo de esta situación de impostura se observa En dicho evento, el director mencionó que tenía material filmado en el cual
incluso en un documental posterior de Rafael Filippelli (Retrato de Juan José compartía con Saer una caminata y un diálogo por las calles de París, pero que
Saer, 1996). En esta obra, la presencia del director está completamente elidida. decidió no incluirlo en el corte final por resultarle inapropiada su exposición
Esto resulta extraño porque Filippelli era amigo de Saer y formaba parte del personal frente a la cámara.
núcleo cercano de intelectuales y artistas que prestan testimonio a lo largo del 19. Este film recién se estrenó en la Argentina en agosto de 1995. Véase La
documental. Podría inferirse que, si esta obra se hubiese realizado una década Razón, Buenos Aires, 28 de agosto de 1995.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 48 49 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

El dispositivo construido para narrar esta sucesión de exilios por la repetición del vestuario del protagonista: sobretodo marrón,
es por demás innovador: el propio cineasta se constituye como pantalón negro y sombrero a tono.22
personaje-guía del documental recogiendo los testimonios de los Susana (1980) es un cortometraje de veinticinco minutos reali­
viejos paisanos, recorriendo las casas de aquel pueblo detenido en zado por Susana Blaustein Muñoz23 como trabajo de fin de curso del
el tiempo y enunciando en primera persona.20 Instaura tempra­ San Francisco Art Institute. Inscribiéndose en una línea afín al cine
namente un pacto autobiográfico de veracidad con el espectador, experimental estadounidense de fines de los sesenta,24 el documental
al hacer suyo un relato retrospectivo y generar una identidad se instala entre la autobiografía y el autorretrato, toda vez que orga­
entre narrador, personaje y autor. Sin embargo, el dispositivo niza su discurso a partir de una narración retrospectiva de la vida
no se limita a exponer la historia personal del realizador, sino de la propia directora, pero esta narración nunca es el eje del relato,
que apela a extender su relato particular como mito de origen de sino uno de los trazos que componen su retrato. La obra está cons­
un amplio sector de los inmigrantes españoles en la Argentina. truida sobre la base de los testimonios de la cineasta, de su hermana,
Este movimiento de lo particular hacia lo colectivo es efectuado Graciela, y de otros miembros de la familia, articulados con viejas
a partir del montaje de las voces en off de los testimoniantes fotos domésticas y materiales en super-8 registrados para la ocasión.25
referenciadas con las reconstrucciones ficticias de los hechos rela­ Mientras las entrevistas a su madre y a su padre y las imágenes
tados.21 La imposibilidad de anclar los relatos en la imagen de familiares han sido tomadas en su Mendoza natal, el testimonio
sujetos concretos (Vallejo evade el uso de primeros planos para de su hermana, como el de sus amigas y/o amantes, es registrado
individualizar a los intérpretes de las reconstrucciones) hace que por ella misma en San Francisco. La obtención y la exposición
estos se generalicen y se emparenten con historias compartidas de los testimonios se caracterizan por ostentar un alto grado de
por el colectivo. reflexividad. En ningún momento se ocultan los mecanismos de la
La modernidad de Reflexiones... radica asimismo en una narra­ puesta en escena y en más de una ocasión los propios entrevistados
ción que evoca el pasado desde un presente ensanchado en el que son los que detienen la grabación de sonido con anterioridad a que
coexisten varias capas temporales indiferenciadas. A esto contri­ la cámara interrumpa la toma.
buye la indeterminación espacial (la fisonomía del pueblo apenas
ha mutado en los últimos ochenta años) y la omisión de deícticos 22. La conservación de un atuendo como recurso de continuidad en
visuales o sonoros que demarquen temporalmente lo represen­ documentales de investigación es también utilizada por otras obras de no
ficción que adoptan parcialmente el formato del film noir para caracterizar las
tado. El personaje-investigador interpretado por Vallejo es el hilo
funciones del investigador/detective. Tales son los casos de Edgardo Cozarinsky
conductor que atraviesa las diversas capas de pasado, articulán­ en Boulevard del crepúsculo {Boulevard du crépuscule, 1992), Sergio Wolf en Yo no
dolas en el presente de la enunciación. La continuidad y cohesión sé qué me han hecho tus ojos (2003) y Nicolás Prividera en M (2006).
de las esferas temporales se aseguran por una puesta en escena 23. Esta directora, prácticamente desconocida en la Argentina, fue
homogénea -en cuanto a espacio, iluminación y escenografía- y distinguida por organizaciones defensoras de las minorías sexuales, raciales y
culturales. En los años ochenta, realizó dos obras junto a Lourdes Portillo, Las
madres: the Mothers of Plaza de Mayo (1985) y La ofrenda: the Days of the Dead
(1989), la primera de ellas nominada al Oscar en la categoría de cine documental.
20. Fernando Birri envió una carta a Gerardo Vallejo a raíz de su film, 24. El San Francisco Art Institute, por aquellos años, se hallaba fuertemente
reconociendo justamente la inclusión en este del “elemento autobiográfico”.
consustanciado con las vanguardias artísticas de fines de los sesenta y promovía
Según Birri, la expresión de la subjetividad era una de las carencias del cine
un tipo de documental político y social mixturado con elementos de las artes
político-militante. Véase carta abierta de Fernando Birri en Vallejo (1984: gráficas, el cine de ficción experimental, la performance, el arte conceptual y
241-251).
otras tendencias rupturistas.
21. Cabe mencionar el recurrente uso de la cámara en mano en estas 25. La cineasta pidió a su hermana que filmara a sus padres en sus tareas
reconstrucciones Acciónales, que les brinda una pátina de espontaneidad diarias en la Argentina con una cámara de super-8. Cuando la hermana viajó a
y sensación de discurso “directo”, como si las imágenes estuviesen siendo los Estados Unidos, le entregó estos materiales a la directora, quien los integró
registradas por una cámara de televisión. al documental.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 50 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA
51

En una decisión avalada por las condiciones de producción (el lugar solo un año antes, en la Segunda Semana de Feminismo y
film estaba dirigido a los profesores estadounidenses que lo evalua­ Cine del Festival de Edimburgo (1979). En dicho evento se reunió
rían), todos los textos y testimonios incluidos en el documental están un importante número de cineastas y teóricas que compartieron
en inglés. Sin embargo, esta decisión tiene implicaciones políticas sus reflexiones alrededor de las posibilidades del cine dirigido
que refuerzan el espíritu confrontativo de la obra. Aunque los miem­ por mujeres. Susana se configura a partir de dos componentes
bros de su familia se expresan con claridad en inglés, Susana tiene que, según Sophie Mayer (2011: 14), son centrales en los primeros
un dominio superior del idioma. Este poder diferencial también documentales feministas: “el empleo (y, en concreto, la reconfigu­
se despliega en el montaje, ya que la directora responde y cues­ ración) de las películas domésticas como elemento de la práctica
tiona los testimonios de sus padres, interceptándolos en sus fisuras autobiográfica [...] y el uso de la voz en primera persona”.
e imposturas. Desde esta perspectiva, en la película se invierten las Juan, como si nada hubiera sucedido (Carlos Echeverría, 1987) se
asimetrías que marcaron el devenir biográfico de Blaustein Muñoz. ha convertido en un auténtico referente del documental político de
En Susana la protagonista afirma su identidad sexual frente a la posdictadura. Se trata de una coproducción entre la Argentina y
los miembros de su familia, representada fundamentalmente por Alemania que se estrenó, con una difusión muy limitada, en Río
Graciela, dado que es ella quien se encuentra in situ para exponer los Negro, en julio de 1987.27 La difusión de esta película se debió a
prejuicios que avalan un discurso conservador y discriminatorio. su proyección en cineclubs, universidades, plazas y otros espacios
En este sentido, las estrategias de confrontación son aplicadas por alternativos durante las décadas de los ochenta y noventa. Recién en
la directora para deconstruir el discurso de los otros y sostener julio de 2007, se exhibió por la televisión pública para todo el país.
el propio. Para Richard Dyer (2001: 40), es central el concepto de El film investiga los sucesos acontecidos alrededor del secuestro
“autoría” en este tipo de obras, dado que en el corazón de este se del estudiante Juan Herman, único desaparecido político de la
encuentra la idea de ejercer autoridad para reclamar legitimidad y ciudad de Bariloche. Carlos Echeverría realizó esta película en
poder sobre la afectación y el significado del texto fílmico: la praxis coproducción con Alemania, tras haberse formado en la Escuela
documental se convierte en una técnica del sujeto para reparar su de Cine y Televisión de Múnich. Como en el caso de Vallejo, aquí
condición de subalternidad y discutir la legitimidad de su elec­ también existe una vuelta al origen, ya que Bariloche es la ciudad
ción sexual en el campo de las representaciones culturales. Así, natal de Echeverría y, de alguna manera, otorgarle visibilidad a la
la distancia de Susana respecto de su tierra natal es un elemento desaparición de Juan Herman significa deshilvanar la trama de
que sustenta la posibilidad de enunciar una política de la elec­ complicidades, engaños y traiciones existentes en un espacio que
ción sexual divergente. No obstante, la vocación confrontativa de es familiar para el director.28 El relato construido por Echeverría
la directora se distiende en la última secuencia, cuando se ubica es complejo en su aparente simplicidad. Esteban Buch, periodista
por primera vez en el cuadro junto a su hermana e intenta abrir de Bariloche, es el que pone el cuerpo frente a cámara y funciona
un espacio para el diálogo y la aceptación mutua de las diferen­ como un investigador presente en casi todas las secuencias del
cias. Finalmente, tras la crítica, la ironía y el escepticismo, el film documental. Si bien no hay una identidad exacta entre realizador
apuesta por la tolerancia, pero también efectúa un pedido urgente
y angustiante de reconocimiento familiar. 27. Véase “Se estrenó ‘Juan, como si nada hubiera sucedido’”, Río Negro,
La obra de Susana Blaustein Muñoz se inscribe en el marco del sección “Cultura y Espectáculos”, 9 de julio de 1987.
documental feminista de la época,26 cuyo epicentro había tenido 28. El tópico del retorno ya había sido abordado por Carlos Echeverría
en su primer largometraje, Cuarentena, exilio y regreso (1983). En este caso, el
director registró el primer viaje de regreso de Osvaldo Bayer a la Argentina tras
26. De hecho, la obra de esta cineasta ha merecido la atención de la su exilio en Alemania. Aunque en este film la puesta en escena y el proceso de
organización Women Make Movies. La institución, creada en 1972, se encarga Limación carecen de la reflexividad de Juan..., el trabajo sobre la subjetividad
de promover, distribuir y exhibir películas independientes realizadas por y ocupa un rol central, dado que la narración se focaliza en la figura de Bayer y
sobre mujeres. no la abandona durante todo el metraje.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 52 53 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

y periodista, la voz en off en primera persona de Buch da cuenta gráficos que habitualmente se insertan en el montaje de forma
de una delegación de la autoridad textual del director en el perio­ transparente. De esta manera, las fotos y los videos registrados
dista o, para ser más preciso, el dispositivo enunciativo despliega son revisados por Buch frente a cámara, creando la impresión de
una autoridad textual compartida, duplicando las instancias de un film “en proceso”, una investigación en el curso de la cual el
enunciación. Así como Echeverría es el responsable de la filmación espectador es también un participante activo. Las características
en 16 mm, registrando al periodista en las diferentes etapas de de este tipo de puesta en escena pueden observarse, aunque mixtu­
la investigación, Buch es el responsable de manejar una cámara radas con otras estrategias de representación, casi veinte años más
de video con la que filma indefectiblemente cada entrevista. La tarde en Los rubios (Albertina Carri, 2003).29
potestad de Echeverría sobre el montaje final es equiparable al Una obra que ha marcado el documental contemporáneo en
poder de Buch sobre las entrevistas y la información que de ellas primera persona es, sin duda, la producción francesa Boulevard del
obtiene. crepúsculo, dirigida por Edgardo Cozarinsky en 1992. Este film no
Este desdoblamiento demuestra un amplio nivel de reflexividad, tuvo estreno comercial en nuestro país, pero fue distribuido por
ya que la puesta de cámara está continuamente denunciándose y Cine Ojo en una edición de video a fines de los noventa.
los protocolos de negociación entre el periodista y los entrevistados A comienzos de esa década, Edgardo Cozarinsky regresa a
se incorporan como materia del relato. El documental, realizado Buenos Aires con objetivos no del todo precisos. Principalmente,
en un momento histórico en el cual la corporación cívico-militar sigue las huellas de dos actores franceses exiliados en la Argentina:
que encabezó la dictadura todavía mantenía una parte de su poder Renée Falconetti30 y Robert Le Vigan.31 También el documental se
dentro de las instituciones estatales (las Leyes de Obediencia constituye como una reflexión del autor sobre los cambios de la
Debida -1986- y Punto Final -1987- acababan de dictarse), se ciudad de Buenos Aires en su ausencia, sus recuerdos infantiles
vale de la cámara oculta y del falseamiento de los propósitos de de los festejos en Plaza Francia tras la liberación de París en 1944
los realizadores para obtener los testimonios de sujetos implicados y la indagación sobre los derroteros de otros exiliados europeos
directamente o cómplices del terrorismo de Estado. De acuerdo menos conocidos que los mencionados. En forma semejante a lo que
con Paola Margulis (2009), el uso de la cámara oculta en Juan... sucedía en el film de Vallejo, aparece aquí el motivo de los exilios o
preanuncia un procedimiento que es reiteradamente utilizado en las emigraciones invertidas. El retorno al país del cineasta dispara
la televisión argentina de los noventa para el develamiento y la en él una especulación sobre su identidad. Así parece confirmarlo
denuncia de actos de corrupción y de índole similar. Según la su voz en off hacia el final del film: “No hay investigación desin­
autora: teresada. El detective siempre termina aprendiendo algo sobre sí
mismo”. Se trata, entonces, de un travelogue de reterritorialización,
Carlos Echeverría jugará un rol importante en dicho traspaso, en el que “el descubrimiento de nuevos lugares [...] se sustituye
como productor periodístico del programa televisivo Edición Plus
entre los años 1992 y 1995, emisión en la que se utilizará inno-
vadoramente la cámara oculta para denunciar a personalidades 29. Las fichas técnicas y artísticas de las películas que componen el eje del
ligadas a la dictadura. presente estudio pueden consultarse en las páginas 261 a 280.
30. Reconocida por su interpretación de la heroína francesa en la La pasión
de Juana de Arco (La passion de Jeanne d’Arc, Carl T. Dreyer, 1928), huye de
Asimismo, delegar la presencia en la imagen sin perder la rancia durante la Segunda Guerra Mundial; se radica inicialmente en Suiza
ubicuidad tras la cámara es una de las herramientas fundamen­ Y después en la Argentina.
tales de las que el director se vale para mantener un amplio control 31. El actor participó en numerosos films del cine francés de las décadas
sobre la representación e intervenir políticamente sobre la realidad. de los treinta y cuarenta; entre los más destacados: Los bajos fondos (Les bas-
jonds, ]ean Renoir, 1936) y El muelle de las brumas (Le quai des brumes, Marcel
El carácter reflexivo del documental también está subrayado por arné, 1938). Habiendo colaborado con el régimen nazi durante la ocupación,
la exposición mediatizada de los materiales fotográficos y video­ en 1948 se exilia en la Argentina.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 54 55 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

por el redescubrimiento de los orígenes y el autodescubrimiento” situación de “emergencia” planteada durante la producción del
(Ortega, 2008: 68). film. Ante el empeoramiento de la salud de Jaime de Nevares y los
El documental organiza la trama y presenta al director recu­ consecuentes problemas que este acarrea para finalizar el rodaje, el
rriendo al formato del género policial. Para esto, Cozarinsky adopta yo de Guarini irrumpe para saldar los hiatos del relato y a la vez
el rol de su arquetípico protagonista, el detective, que se entrevista para exponer algunas de las dificultades que supuso la realización.
con diversos testigos, habitualmente tomado de espaldas por la Las dudas, los comentarios y las reflexiones manifestados por la voz
cámara, invitando así al espectador a ocupar su lugar en la investi­ en off de la directora modulan el retrato de De Nevares, esbozando
gación. Sin embargo, el elemento clave de la obra es la articulación una vocación moderna por no ocultar aquello que se encuentra en
de componentes del ámbito de lo público con otros del ámbito de la trastienda de la producción de sentido.
lo privado y la consecuente oscilación entre la historia pública y las Gombrowicz, la Argentina y yo (Alberto Yaccelini, 1998) es una
microhistorias. Un buen ejemplo de estas articulaciones es la forma producción francesa que no tuvo estreno comercial en la Argen­
de mostrar un periódico de la época. La cámara conecta un plano tina.32 El documental tiene algunos puntos de contacto con el film
detalle de grandes titulares que informan sobre la liberación de de Cozarinsky. Su director, también radicado en Francia, emprende
París con otro plano detalle de un pequeño recuadro que describe el un viaje de regreso a la Argentina con el objetivo de reflexionar
deceso de un hombre sirio-libanés mientras entonaba La Marsellesa e investigar sobre la estadía en el país del escritor polaco Witold
en el acto celebrado en Plaza Francia. Similar procedimiento se Gombrowicz,33 entre los años 1939 y 1963. Usando de guía los céle­
halla en la alternancia de testimonios provenientes de voces auto­ bres diarios de Gombrowicz,34 Yaccelini recupera la mordaz mirada
rizadas (José Martínez Suárez, Adolfo Bioy Casares, Néstor Tirri, de este sobre la sociedad argentina y sus dificultades para inte­
Adelaida Castagnino) y de otras voces no tan reconocidas, como así grarse al campo intelectual de la época. Tal como lo indica el título
también en el descubrimiento de una foto de niño de Cozarinsky de la obra, esta indagación sobre Gombrowicz en la Argentina se
hacia el final del film, en la que se lo muestra participando en el imbrica con la propia trayectoria del cineasta, quien, tras un largo
acto de Plaza Francia. El dispositivo narrativo construido por el período de ausencia, necesita comprender qué permaneció y qué
director cuenta además con la incorporación de una voz en off con mutó de aquel Buenos Aires de los años sesenta que lo vio partir.
funciones descriptivas y poéticas, cuya tonalidad y estilo serán En un sentido más amplio, el documental es una reflexión sobre la
retomados explícitamente años más tarde por Sergio Wolf y Lorena identidad nacional o, más precisamente, sobre la forma en que la
Muñoz en Yo no sé qué me han hecho tus ojos (2003). pertenencia a un mundo cultural, social, político y geográfico deno­
Jaime de Nevares, último viaje es uno de los primeros documen­ minado patria determina profundamente la identidad de un sujeto.
tales producidos en la Argentina en los que el cineasta se expresa en Así como Cozarinsky trazaba un paralelo entre las experiencias
primera persona. La última etapa de la vida del obispo de Neuquén del exilio de Robert Le Vigan y Renée Falconetti y su experiencia
es narrada a partir de una incipiente primera persona, fluctuante de migrante, Yaccelini invoca discretamente su propio devenir al
entre el singular y el plural. Si bien el cuerpo de Carmen Guarini contemplar el derrotero argentino del autor de Ferdydurke (1937).
comparte en ocasiones el plano con los entrevistados y sus medi­ La figura de Gombrowicz en el film se reconstruye a partir
taciones en off se incorporan al relato, aquí la primera persona
es un recurso narrativo que toma el relevo de la clásica “voz de
Dios” con funciones primordialmente explicativas y descriptivas. 32. Si bien lapelícula se difundió anteriormente en festivales internacionales,
recién en 2004 se proyectó en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos
Lo prioritario de estas alocuciones no es su carácter autobiográfico, Aires (MALBA) en la sección “El film del mes”.
confesional o íntimo, sino su rol narrativo y, en menor medida, 33. Witold Gombrowicz se exilió en la Argentina tras el estallido de la
reflexivo. Sin embargo, también es posible pensar que la irrupción Segunda Guerra Mundial y la invasión nazi a Polonia. Durante los años de
del yo en la obra de dos documentalistas de dilatada trayectoria exilio, escribió gran parte del material que más tarde integraría sus diarios.
que no suelen adoptar tales estrategias discursivas se debe a una 34. Véase Gombrowicz (2009).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 56 57 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

de un relato testimonial coral ensamblado a la lectura en off, por y 2001 en la sala Leopoldo Lugones del Centro Cultural General
parte del cineasta, de fragmentos de los diarios. La omnipresencia San Martín de la Ciudad de Buenos Aires. El film también surge a
simbólica del escritor polaco, invocada en las entrevistas a Axel partir de un viaje de retorno a la Argentina. Su director, radicado en
Harding, Juan José Saer, Rodolfo Rabanal, Antonio Dal Masetto, Alemania, regresa al terruño para intentar desbrozar la razón de la
Néstor Dipaola, Alejandro Russovich, Simón Feldman, Lili Berni, separación de sus progenitores y, particularmente, de la prolongada
Miguel Grinberg y Jorge Goldenberg, y la lectura de sus textos, ausencia de su padre. Kral, desde el comienzo del relato, aborda
tiene su contrapartida en la ausencia del cuerpo de Alberto Yacce- en un tono confesional la historia de su familia recurriendo a foto­
lini (quien retrae su protagonismo hasta la última secuencia). El grafías, películas domésticas y entrevistas a sus padres. Asimismo,
director es un auténtico “hombre con la cámara”, siendo que la establece un pacto de confianza con el espectador al comunicarle
mayoría de los entrevistados dialogan frontalmente con la cámara- los interrogantes que el documental busca responder.
Yaccelini, provocando en el espectador una sensación de intimidad Imágenes... es el primer documental de los examinados hasta
y cercanía infrecuentes en el documental participativo tradicional. ahora en el que lo performativo y lo autobiográfico se plasman
Las diferencias idiomáticas también resultan un elemento central de modo orgánico. Por un lado, el discurso del film se organiza
en el discurso sobre la identidad del film. Las intervenciones de principalmente sobre la memoria emotiva y los recuerdos perso­
la voz en off de Alberto Yaccelini, ya sea repitiendo textos de nales del realizador, evitando proponer o insinuar paralelos con
Gombrowicz o emitiendo sus propias opiniones, se efectúan en las historias de otros sujetos o grupos sociales. En otras pala­
francés, mientras que las alocuciones de los entrevistados y de Yacce­ bras, el film no se preocupa en especial por imbricar la historia
lini en su rol de entrevistador se hallan en español. En este esquema privada con la historia pública, aunque promediando el relato
discursivo, las voces de Yaccelini y de Yaccelini-Gombrowicz se toque de manera tangencial el problema de la inmigración para
configuran desde un espacio en off como sujetos que hablan de comprender los orígenes de su padre. El acotamiento al ámbito de
la Argentina desde una posición externa. Se reproduce, entonces, lo personal es tal que, hacia el final del documental, el director
el emparejamiento de Yaccelini y Gombrowicz, dado que ambos, se pregunta en off si su historia individual tendrá interés para
con cuatro décadas de diferencia, observan el país con una mirada nosotros, los espectadores, en una interpelación al público algo
distanciada y crítica por razones culturales, políticas y geográficas. inesperada. El mismo cineasta se responde afirmativamente
En los testimonios, en cambio, se invierte la situación, dado que son indicando que, si bien su indagación es personal, los problemas
Gombrowicz y, transitivamente, Yaccelini quienes son observados tratados en el film son también compartidos por muchas otras
desde la perspectiva de los nativos que caracterizan a “los de afuera”.35 personas. Aunque este último parlamento implica un interés por
Este dispositivo narrativo pone en escena cinematográficamente la vincular lo individual con lo colectivo, se ubica como epílogo de
escisión de la identidad provocada por el exilio y el destierro: el una obra que omitió este tipo de proposiciones a lo largo de toda
desdoblamiento del cineasta, como extranjero (a partir de sus inter­ su extensión. Por otro lado, la performatividad se construye no
venciones en off y en francés) y como nativo (desde sus intervenciones solo por el continuo énfasis puesto en los aspectos afectivos del
en cuadro y en español), sustenta la tensión y el desacoplamiento discurso, sino por el modo en que el documental opera sobre lo
cultural que definió el devenir de Gombrowicz en la Argentina. real. Si suscribimos el pacto de veracidad que nos plantea la obra,
Por último, Imágenes de la ausencia (Germán Kral, 1998) no se entonces seremos testigos del reencuentro de Germán Kral con
estrenó en el país, pero tuvo al menos dos proyecciones entre 2000 su padre y, en lo que podría considerarse el clímax del relato,
de la postergada e impensable “reunión cumbre” entre su padre
y su madre después de años de separación tras el divorcio. Con
35. Tal es la rigidez del dispositivo narrativo del film que la intervención en estos recursos performativos, el documental moviliza hechos y
francés de uno de los testimoniantes -Alejandro Russovich- produce un verdadero
efecto de extrañamiento. Russovich, al expresarse espontáneamente en francés, es
situaciones que se constituyen por y para la obra, actuando direc­
portador de una voz que parece provenir de otro tiempo y de otro espacio. tamente sobre el dominio de lo real.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 58 59 LOS ANTECEDENTES DEL DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

El film de Germán Kral se destaca por exponer en primera espacio de origen que, sin embargo, pareciera resultarles impropio.
persona una historia íntima y familiar que no se caracteriza por Sylvia Molloy (1996: 223) señala que los autobiógrafos rememoran
sus contornos extraordinarios ni especialmente atípicos, sino por y configuran sus relatos de identidad añorando lugares que se
ser una historia entre otras, sin mayores derivaciones en la Historia encuentran fuera de su alcance, apartados en tiempo y espacio.
política y/o social. Aunque siempre es posible que el espectador Según la autora, el distanciamiento geográfico marca las autobio­
relacione la historia personal de Kral con la suya propia, el ejer­ grafías, toda vez que alejarse de los sitios de origen brinda una
cicio de este emparejamiento no es impulsado primordialmente perspectiva más acabada de la propia historia. Esta observación se
por los procedimientos de la obra. Habrá que esperar una década confirma en los directores mencionados; empero, no es la lejanía
para que surja un film de similares características, con Familia la que incita en ellos la rememoración, sino el contacto con un
tipo (Cecilia Priego, 2009).36 territorio cultural y afectivo que alguna vez les perteneció y, tras
la ausencia, se ha vuelto extraño sin dejar de resultar familiar.
Retomando a Molloy, los sitios de la memoria son el germen de
Problemas compartidos, antecedentes cercanos estas autobiografías fílmicas, en la medida en que la rememoración
impulsada por la distancia espacial o temporal se define como
Los aspectos compartidos que conectan la irrupción de la inactual: “los sitios que reclama la autobiografía para los ritos de
primera persona en los documentales examinados son los despla­ la memoria están fuera del alcance del autobiógrafo, porque se los
zamientos de los cineastas como apertura de la experiencia y de la ha dejado para siempre atrás o porque el tiempo los ha desgastado
mirada, y el destierro como situación de emergencia que impulsa hasta dejarlos irreconocibles” (1996: 223). Desde esta perspectiva,
la manifestación explícita de la subjetividad.37 Vallejo exiliado en el surgimiento de narrativas del yo en el documental argentino
España, Echeverría transitando desde Alemania a su Bariloche se vincula parcialmente con lo ocurrido en los Estados Unidos y
natal, Cozarinsky y Yaccelini retornando a Buenos Aires para final­ Europa una década antes, ya que Michael Renov (2004) observa
mente reintegrarse a París, Céspedes y Guarini desplazándose por que los primeros documentales de corte autobiográfico fueron
Neuquén, Kral regresando a la Argentina desde Alemania para precisamente los realizados por cineastas que deseaban examinar
desentrañar la trama familiar parecen demostrar que, hasta la su identidad de exiliados o emigrados.38
llegada del nuevo siglo, en el cine documental argentino la inscrip­ Si bien los documentales en primera persona se convierten en
ción del yo autoral solo puede plasmarse en una zona inestable o una tendencia dominante durante la última década, una serie de
ajenamente propia, en la que la identidad se negocia en primera elementos formales que constituyen sus dispositivos narrativos ya
habían sido ensayados y puestos en práctica por films documentales
persona. El movimiento es la contrapartida figurativa y formal de
los conflictos identitarios que se exponen en estos documentales. precedentes. En este sentido, la renovación no se produce solamente
debido a la mimesis de modelos extranjeros -tema que se tratará
Los films de Vallejo, Cozarinsky, Yaccelini y Kral, de marcado
tono autobiográfico, tienen su detonante en el regreso de estos a un
38. El autor se refiere a films como Lost, Lost, Lost (Perdido, perdido,
perdido, Jonas Mekas, 1976), News from Home (Noticias del hogar, Chantal
36. Cabe señalar, sin intentar certificar con esto una influencia lineal, Akerman, 1977), De grands événements et des gens ordinaires (De grandes eventos
que la directora de Familia tipo, Cecilia Priego, ha mencionado en un correo y gentes ordinarias, Raúl Ruiz, 1979), Journal inachevé (Diario inacabado,
electrónico personal el impacto que le causó la visión en la sala Leopoldo Marilú Mallet, 1982), Voices of the Morning (Voces de la mañana, Meena Nanji,
Lugones del documental de Kral en 2001. 1991), History and Memory (Historia y memoria, Rea Tajiri, 1991) y Rambling
37. En relación con este fenómeno, Hamid Naficy (2001: 22) indica que Man (Dick Hebdige, 1994), los cuales reflexionan sobre problemáticas afines
la documentación del espacio, entendido este en términos territoriales, a las de los films de Vallejo, Cozarinsky, Yaccelini y Kral, aunque los primeros
geográficos y culturales, suele ser un elemento central en las películas de adoptan modos de representación fuertemente arraigados en la vanguardia
directores que se han desplazado de su país de origen. experimental y en la modernidad cinematográfica.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 60

en el capítulo siguiente-, sino también por el impulso brindado 2. Inflexiones del yo en el documental
por un grupo de obras de autores argentinos.
Para finalizar, deseo destacar que la puesta en escena y la puesta
argentino contemporáneo: formas,
en cuadro de estos documentales comparten la inclusión de estra­ influencias y categorías
tegias de mediación que serán elementos constructivos recurrentes
de las obras en primera persona posteriores al año 2000. La función
de estas estrategias es justamente subrayar la irremediable interpo­
sición subjetiva y lingüística que existe entre toda representación
documental y lo real. En esta línea, los documentales analizados
se preocupan por exponer sus instancias de preproducción en el
núcleo del texto fílmico, incorporar materiales de archivo heterogé­
neos (fotos, películas, dibujos) explicitando su origen a través de su
manipulación frente a cámara, inscribir la figura del entrevistador
en el mismo plano que el entrevistado y mediatizar los testimonios
al mostrarlos a través de televisores, monitores y otros dispositivos
de reproducción de imágenes.
La irrupción de la primera persona autoral

En la introducción no ficcional de la segunda película de Ana


Poliak, La fe del volcán (2001), una frase en la parte inferior de la
imagen revelaba la disyuntiva de la narradora parada al borde del
precipicio. El film de Poliak se cuestionaba hacia dónde consumar
el salto: ¿hacia afuera o hacia dentro? Este preludio autobiográ­
fico abría paso a un relato ficcional que funcionaba como una
puesta en abismo a través de la cual la directora buscaba exorcizar
los fantasmas y las angustias de un pasado traumático, abierto y
doliente. La respuesta de esta película al dilema era, entonces,
efectuar ese salto, sí, pero hacia las profundidades del yo.
Es tentador pensar la secuencia inicial de La fe del volcán como
una metáfora que da cuenta del proceso de interiorización y subje-
tivación del cine documental argentino que había comenzado,
apenas, un año antes. La mención de Poliak es particularmente
significativa porque se trata de una realizadora que a través de su
filmografía1 manifestó una marcada preocupación por mixturar los
registros de ficción y documental, una decisión estética y política
compartida por un conjunto de nuevos cineastas cuyas produc­
ciones renovaron la cinematografía nacional desde mediados de
la década de los noventa.2 Asimismo, La fe del volcán describe el
vínculo de dos personajes, en el que reverberan las heridas y la
memoria del terrorismo de Estado, siendo esta una problemática
que impregna un amplio sector del cine documental en primera
persona de los últimos años.

1. Ana Poliak -así como Martín Rejtman- es una figura bisagra entre el
Nuevo Cine Argentino de los noventa y el cine precedente. En la formación
previa de Poliak, se destaca su labor como montajista en numerosos films y la
ayudantía de dirección en el documental de Alberto Fischerman, Gombrowicz
o la seducción (Representado por sus discípulos) (1986). Su ópera prima como
directora sería ¡Que vivan los crotos! (1990). Parapalos (2004) es hasta el
momento su tercer y último largometraje.
2. Gonzalo Aguilar (2006: 64-66) señala un “retorno de lo documental”
en el Nuevo Cine Argentino de los noventa, configurado a partir de una
renovación de las ideas y prácticas inscriptas en el realismo cinematográfico.
La reformulación del realismo en la ficción debido a su tratamiento
documentalizante es un elemento pregnante en algunas de las obras más
reconocidas del nuevo cine, como Pizza, birra, faso (Adrián Caetano y Bruno
Fotografías (Andrés Di Telia, 2006). Stagnaro, 1997), Mundo grúa (Pablo Trapero, 1999), La libertad (Lisandro
Crédito: Imagen cedida por el director. Alonso, 2001) y Bolivia (Adrián Caetano, 2001), entre otras.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 64 65 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

En este sentido, 2000 es un año significativo porque surgen los noventa y en el documental europeo y estadounidense desde
dos documentales de corte autobiográfico: Papá Iván (María Inés las décadas de los sesenta y setenta. Asimismo, el desarrollo de
Roqué, 2000) y En memoria de los pájaros (Gabriela Golder, 2000). narrativas subjetivas en el cine documental argentino, si bien es
Aunque se trata de dos piezas disímiles en lo formal (el medióme- una tendencia en franca expansión desde 2003 -año bisagra, en
traje de Roqué está elaborado a partir de entrevistas y materiales el que se produce el estreno de Los rubios, de Albertina Carri-,
de archivo y el cortometraje de Golder se halla en la frontera con ha adoptado diferentes modulaciones marcadas por la dialéctica
el video experimental), uno y otro exploran las problemáticas de entre tendencias cinematográficas locales; procesos históricos,
la memoria sobre el terrorismo de Estado y la militancia de los culturales, políticos y sociales nacionales; e influencias de modelos
setenta, ambos enuncian en primera persona (usando la voz en off narrativos y representacionales extranjeros.
en el caso de Roqué y el texto en el plano en el caso de Golder),
son coproducciones3 y, sobre todo, expresan la toma de la palabra
de una nueva generación: la de los nacidos en la década de los Modelos e influencias
setenta (véase Amado, 2009: 155-203).
El recambio generacional es también un factor clave para comprender La enunciación en primera persona no es un elemento nove­
las búsquedas, estrategias narrativas y modos de representación del doso en el cine documental internacional. Algunas de sus mani­
cine documental contemporáneo. La nueva generación de directores, festaciones más reconocidas aparecen a partir de la década de los
formada en su mayor parte en las escuelas de cine, cimienta una rela­ sesenta, tras la revolución del cine directo, que buscaba una aproxi­
ción más versátil con el medio audiovisual y circula con libertad de mación a lo real menos mediatizada y controlada.5 La tendencia
la ficción al documental y de la televisión al videoarte de acuerdo con francófona del directo denominada Cinéma Vérité, cuyo modo de
sus necesidades expresivas y con los medios de producción disponi­ abordar la realidad fue definido por Bill Nichols (1997) como parti­
bles.4 Si en los documentales en primera persona anteriores al año cipative, propone la inclusión del proceso de rodaje en el seno del
2000 el impulso subjetivo provenía de la radicación de los cineastas texto fílmico y la intervención del director como provocador de la
en el extranjero y de la necesidad de repensar la identidad en (y tras) acción. En Crónica de un verano (Chronique d’un été, Jean Rouch y
situaciones de destierro, los documentales del siglo XXI son producto Edgar Morin, 1961) y Le joli mai (El adorable mes de mayo, Chris
de la conciencia de la historia y del lenguaje cinematográfico adqui­ Marker, 1963), la escenificación del cineasta funciona como un
rida en las instituciones de enseñanza cinematográfica, como de la agente catalizador de los testimonios y el tipo de investigación se
intención de instaurar la voz de una nueva generación en el contexto vincula con los métodos de estudio de campo de la sociología y de
de renovación general del audiovisual argentino. Estas nuevas voces la antropología social. Mucho más tarde, y dentro de la tendencia
raramente se validan o encarnan un proyecto colectivo y totalizante, más televisiva del documental participativo, se encuentra, entre
sino que son la expresión de una generación que prioriza el derecho otros, Michael Moore, que, en films como Roger y yo {Roger and
a la subjetividad y al discurso personal. me’ 1989) o Bowling for Columbine (2002), se convierte en portavoz
La creciente presencia de relatos en primera persona es un hecho de un discurso político alternativo al hegemónico, pero -como
observable en un sector del documental latinoamericano desde señala María Luisa Ortega (2005: 205)— “tan seguro de sí mismo
Y de su poder explicativo como este”. La voz de Michael Moore
3. Las dos obras se originan en el marco de instituciones educativas del es la de un narrador “sin fisuras epistemológicas ante el mundo
exterior, las cuales funcionan a su vez como coproductoras: el Centro de
Capacitación Cinematográfica (CCC) de México {Papá Iván) y el Centre
Y su forma de interpelar a los sujetos sociales obedece no tanto a
Internationale de Création Vidéo (CICV) de Francia {En memoria de los pájaros).
4. Para una descripción precisa de los espacios de formación y de
producción que caracterizan el Nuevo Cine Argentino de los noventa, véase 5. Para más información sobre el cine directo, véase más adelante el
Aguilar (2006: 15-22). apartado “Factores históricos, culturales y estéticos de la subjetivación”.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 66 67 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

un ejercicio de preguntar y preguntarse, sino a una práctica más Unidos se identifica con el cine industrial y comercial. No obstante,
clásica: testimonios e interacciones al servicio de un discurso prees­ la vanguardia norteamericana, desde la década de los sesenta, ha
tablecido” (2005: 205). Ya sea en su vertiente televisiva como en su producido un conjunto de documentales de índole experimental,
veta etnográfica, esta variante de la primera persona es un referente en los que la subjetividad del director se plasma en múltiples vías
decisivo para ciertos documentales en los que la irrupción de la de expresión. Nostalgia (Hollis Frampton, 1971), The Family Album
figura del director no implica una exploración de su experiencia (El álbum familiar, Alan Berliner, 1986), Tongues Untied (Lenguas
subjetiva ni de su mundo afectivo. sueltas, Marlon Riggs, 1989), Sink or Swim (Nadar o hundirse, Su
A comienzos del año 2000, es posible sostener que algunas de las Friedrich, 1990) y History and Memory (Historia y memoria, Rea
principales líneas del documental en primera persona internacional Tajiri, 1991), entre otras, son obras con elementos autobiográficos
habían llegado a quienes más tarde se convertirían en sus cultores que exploran formatos híbridos entre el documental, el videoarte
a través de festivales, cineclubs, salas de cine arte, emisiones de y el cine experimental. Tal vez la escasa pregnancia e influencia
televisión por cable y videocasete. Adicionalmente, la actividad en de este tipo de cine en el territorio documental argentino explica,
producción, distribución y asesoramiento de Cine Ojo contribuyó en parte, el limitado uso del montaje experimental como proce­
en diferente medida a la realización de obras con fuerte presencia dimiento central de la construcción fílmica y el mayor énfasis en
del yo del cineasta. Entre estas, Bialet Massé, un siglo después (Sergio los testimonios, la puesta en escena y las dramatizaciones, propios
Iglesias, 2006), El tiempo y la sangre (Alejandra Almirón, 2004), de cierto documentalismo europeo.
Fotografías (Andrés Di Telia, 2006), La televisión y yo (Andrés Di La indagación de experiencias personales traumáticas es un eje
Telia, 2002), Por la vuelta (Cristian Pauls, 2002), Un pogrom en Buenos examinado por documentalistas de diversas latitudes geográficas.
Aires (Herman Szwarcbart, 2007) y Yo, sor Alice (Alberto Marquardt, Sin embargo, tres obras disímiles han repercutido particularmente
2001). No es un dato menor que Cine Ojo aconsejara a los directores en algunas zonas del documental argentino contemporáneo. La
de algunas de sus producciones como Yo no sé qué me han hechos guerra de un solo hombre {La guerre d’un seul homme, Edgardo Coza­
tus ojos (Sergio Wolf y Lorena Muñoz, 2003) que ingresasen como rinsky, 1982) fue proyectada en la sala Leopoldo Lugones en los
narradores en estas, cuando inicialmente este recurso no estaba en ochenta? Elaborada sobre el montaje creativo de noticieros de la
sus planes (Chaher, 2004). Esto demuestra que Cine Ojo buscaba época de la ocupación nazi en París y los diarios del escritor y
impulsar a nivel nacional una tendencia que estaba siendo valorada oficial del ejército alemán Ernst Jünger, constituye un auténtico
en los festivales y circuitos internacionales. Asimismo, esta empresa, referente por la innovadora articulación del discurso íntimo en
que ya había editado en videocasete algunas obras de autores como primera persona del escritor con imágenes de archivo públicas,
Jean Rouch, Alexandr Sokurov y Edgardo Cozarinsky, consolida develando las ficciones que se construyen a nivel personal y colec-
su rol en la difusión y exhibición de cine documental con la crea­
ción de la muestra docBsAs en el año 2000, dirigida por Marcelo
6. Esta película también formó parte de una importante retrospectiva que
Céspedes y Carmen Guarini. se hizo de la obra de Edgardo Cozarinsky en el marco de la segunda edición
Si bien el documental en primera persona estadounidense ha ael Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI),
sido prolífico durante los ochenta y noventa con la obra de reali­ en el ano 2000. En dicha ocasión pudo verse además Boulevard del crepúsculo
zadores como Ross McElwee, Alan Berliner, Lourdes Portillo y dU cr^fuscu^e: $ur Falconetti, Le Vigan et quelques autres en Argentine,
Marlon Riggs, entre otros, en nuestro país las compañías distribui­ ¿). La elección de La guerra de un solo hombre para la función de reapertura
el mítico Cine Cosmos (ahora administrado por la UBA) a fines de 2010
doras y los circuitos de exhibición han privilegiado la difusión de
Puede leerse como la consolidación de un “canon Cozarinsky”. Cabe agregar
documentales europeos. Podría decirse que en la Argentina, como 2nn<T0Z*rinsky fUe °b,etO de Un documental de Carmen Guarini (Meykinof,
en otros países latinoamericanos, tradicionalmente se ha vinculado ' y ha asesorado formal e informalmente la realización de algunos films
el cine de autor independiente y el cine “de arte” con las expresiones Producidos por Cine Ojo, como El tiempo y la sangre y Por la vuelta, y también
fílmicas provenientes del Viejo Continente, mientras que Estados Producciones externas como Un pogrom en Buenos Aires.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 68 69 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

tivo para dar cuenta de la realidad. Berlín 10/90 (Robert Kramer, articula el montaje de películas domésticas filmadas por el abuelo
1991) es un ejercicio cinematográfico que examina los límites de la del director. Estas muestran las costumbres, las tradiciones, los
experiencia de un sujeto, en este caso, el propio cineasta. Kramer juegos y las angustias de su familia entre 1920 y 1950. Aunque el
filma un plano secuencia de sesenta minutos dentro del baño de relato permanece en el ámbito de lo privado, las diferentes circuns­
un hotel de Berlín, mientras reflexiona sobre las cartas visuales tancias cotidianas que franquea una familia acomodada permiten
que había grabado un año atrás, en la misma ciudad, poco antes leer los signos del proceso de modernización de todo un país. El
de la caída del Muro. La exposición solitaria y directa frente a la documental de Berliner, por su parte, también sigue las huellas
cámara, la construcción de un discurso confesional y reflexivo, y la del abuelo del director -un inmigrante judío- con el objetivo de
repercusión de la agotadora experiencia de la filmación en el cuerpo revisar su legado cultural. La trayectoria de su abuelo funciona
del realizador son marcas que asimilaron directores como Nicolás como epítome de una situación compartida por una generación
Prividera y Cristian Pauls. La flaca Alejandra (Carmen Castillo y de personas llegadas al Nuevo Continente durante el siglo XX.
Guy Girard, 1994) es una coproducción franco-chilena que tuvo Apelando a técnicas de montaje contrapuntístico, materiales de
una difusión reducida en la Argentina en los noventa. La directora, archivos públicos y privados y entrevistas, el trabajo de Berliner se
ex compañera de Miguel Enriquez (dirigente del MIR7 asesinado destaca por la persistente imbricación entre su historia personal y
por la dictadura de Pinochet), efectúa una extensa entrevista a la de muchas familias estadounidenses.9 Las preocupaciones temá­
Marcia Merino, ex militante del MIR quebrada que colaboró con la ticas y las propuestas estéticas de este realizador pueden pensarse
dictadura. El tratamiento de la figura del traidor, la reconstrucción en relación con documentales de Andrés Di Telia como La televisión
de la memoria desde el diálogo inter subjetivo, el rol de las mujeres y yo (2002) y Fotografías (2006).
dentro de los movimientos militantes de izquierda son elementos El nuevo énfasis en los relatos no ficcionales subjetivos trajo
de La flaca Alejandra que parcialmente pueden detectarse en los consigo la transposición de diferentes subgéneros de la autobiografía
documentales posteriores de Alejandra Almirón, Albertina Carri, literaria al formato audiovisual. Los diarios, cartas y autorretratos
Nicolás Prividera y Cristina Raschia. son algunas de las formas que adquieren estas “escrituras íntimas”
Las vinculaciones entre la “novela familiar”8 y la historia colec­ (Giordano, 2006) audiovisuales. Caro diario (Nanni Moretti, 1993) se
tiva son seguramente el núcleo de un numeroso grupo de documen­ destaca por componer su relato tripartito basándose en un supuesto
tales en primera persona, entre ellos algunos de los que tuvieron diario íntimo escrito por el propio director. Internándose en las
más repercusión pública. Esa es una problemática que atraviesa aguas de la autoficción, Nanni Moretti utiliza la libertad expresiva
obras como Papá luán, Los rubios, M (Nicolás Prividera, 2006), de la que lo provee el formato ensayístico para transmitir sus comen­
Hacer patria (David Blaustein, 2007) y Diario argentino (Lupe Pérez tarios sobre costumbres, valores y parámetros de comportamiento
García, 2006). de la Italia de los noventa. En términos de puesta en escena, el film
Los cruces entre la historia familiar y la historia pública son está más cerca de la ficción que del documental, pero los múltiples
el foco de La línea paterna (José Buil y Marisa Sistach, 1994) e elementos autorreferenciales y el pacto construido por el uso de
Intimate Stranger (Extraño íntimo, Alan Berliner, 1991). El film de imágenes documentales en el tercer episodio tensionan la frontera
Buil y Sistach se compone de un relato en primera persona que entre ambos territorios. El film de Moretti, estrenado comercial-

7. Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Fue una agrupación marxista- i 9' Los documentales de Alan Berliner tuvieron una amplia difusión en
leninista que se sumó a la confluencia de fuerzas políticas que, a través de la a televisión pública estadounidense. En la Argentina, fueron objeto de una
Unidad Popular, llevó a Salvador Allende al poder en 1970. Productiva recepción en la década de los noventa, que culminó con la visita
8. El concepto freudiano se refiere al resultado de representar a través e irector en 2001, ocasión en la que se proyectó una de sus más logradas
de una narrativa ficcional o documental -en la que se incorporan elementos Películas (Nobody’s Business, Asunto de nadie, 1996) en el Centro Cultural
simbólicos e imaginarios- el transcurrir de una familia. Ricardo Rojas.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 70 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...
71

mente en la Argentina -igual que Aprile (Abril, 1998), su siguiente Estos son algunos de los antecedentes, de los modelos y de las
película- es una referencia para pensar obras como Diario argentino influencias del documental internacional en la producción documental
y Opus (Mariano Donoso, 2005). Otros documentales que inscriben argentina contemporánea en primera persona. Se destaca la preemi­
la primera persona en el ámbito de las escrituras íntimas son Journal nencia del cine de no ficción europeo, caracterizado por su tendencia
tnachevé (Diario inacabado, Marilú Mallet, 1982), Mourir á trente ans a adoptar formatos discursivos reflexivos, como el film-ensayo. Si
(Morir a los treinta años, Romain Goupil, 1982) y Lettres d’amour en bien he mencionado algunos nombres propios y películas influyentes,
Somalie (Cartas de amor en Somalia, Frédéric Mitterrand, 1982). El existen otros cineastas que también han impactado -aunque en menor
primero testimonia la vida privada de la directora, Marilú Mallet, medida- en la producción nacional de documentales, al tiempo que
exiliada en Canadá, tras su huida de la dictadura pinochetista. Los han sido puntos de referencia para críticos, analistas y docentes del
documentales de Mitterrand y Goupil fueron difundidos por la mundo cinematográfico. Siempre dentro del perfil europeo, las obras
televisión europea y se convirtieron en puntos de referencia para documentales de varios cineastas reconocidos tuvieron difusión en
Andrés Di Telia (en Piedras y Zylberman, 2011) por recurrir a la Argentina. Entre ellos se destacan Jean-Luc Godard, Chamal
relatos personales con el objeto de abordar conjuntamente cues­ Akerman, Raymond Depardon, Agnés Varda, Alexandr Sokurov,
tiones de la historia social y política. Johan van der Keuken y Wim Wenders, entre otros.
Desde el punto de vista narrativo, el formato del viaje le ha brin­ Por último, ciertas obras en primera persona de documentalistas
dado al documental una dinámica —fundada en el uso de un recurso latinoamericanos han tenido una importante presencia a nivel
formal como el travelling para registrar los desplazamientos- que internacional y, a través del circuito de festivales y muestras, han
lo diferencia del estatismo propio de algunos documentales testi­ terminado por impactar, si bien de manera oblicua, en la produc­
moniales anteriores. Tal es así que la movilidad que brindan ción nacional. A los anteriormente nombrados, merecen sumarse
diversos medios de transporte como coches, trenes y ómnibus es los nombres de Lourdes Portillo (El diablo nunca duerme, 1994),
un elemento identificable en casi todas las obras que se examinan Patricio Guzmán (Chile, la memoria obstinada, 1997) y Carlos Marco-
en este libro.10 Por un lado, los desplazamientos espaciales repre­ vich (¿Quién diablos es Juliette?, 1997). La razón de la influencia
sentan una posibilidad de deriva o vagabundeo que domina la más reducida en nuestro país del documental latinoamericano debe
narración dispersiva de documentales como Fotografías, Los rubios, buscarse en el lugar absolutamente periférico que ocupó el cine
El tiempo y la sangre y El retrato postergado (Andrés Cuervo, 2009). de no ficción en el circuito de exhibición comercial, como así
Por otra parte, el viaje se vincula a un formato de fuerte tradición también en las escasas ediciones en VHS y DVD y exhibiciones
en el cine documental como el travelogue. Route One USA (Ruta televisivas de este material hasta fines de los noventa. Asimismo,
Uno USA, Robert Kramer, 1989) y Sherman’s March (El marzo de la limitada distribución y exhibición de films latinoamericanos, ya
Sherman/La marcha de Sherman, Ross McElwee, 1986) son dos sean de ficción o documentales, es una característica que, desde
exponentes que adoptan la figura del travelogue para indagar, en hace décadas, la Argentina comparte con otros países de la región.
primera persona, un conjunto de problemáticas políticas, sociales Sin embargo, durante los últimos años la situación ha mejorado.
y culturales que hacen a la historia de los Estados Unidos y a la A la acción cultural promovida por diversos festivales y muestras
identidad de sus habitantes. de cine, como BAFICI,11 docBsAs, DerHumALC, Festival Interna­
cional de Cine de Mar del Plata y muchos más en otras provincias
10. Coincido en este punto con Ana Amado (2009: 180), quien indica que del país, se agrega el surgimiento de canales de televisión como
“la figura de la itinerancia, a bordo de un vehículo o caminando hasta situar
significativamente un lugar o persona definidos por el relato, es un rasgo
característico en una serie de documentales subjetivos recientes”. La autora 11. Vale recordar que en la primera edición del BAFICI, en el año 1999,
señala algunos ejemplos en films como Montoneros. Una historia (Andrés Di se proyectó el mencionado film de Carlos Marcovich y una retrospectiva
Telia, 1994), Juan, como si nada hubiera sucedido (Carlos Echeverría, 1987) y En completa de Nanni Moretti. En la edición del año siguiente, se produjo el
memoria de los pájaros. estreno en la Argentina de Yo, sor Alice.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 72 73 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

Encuentro e INCAA TV, que, junto con la renovada programación de de la película. La conquista de esta nueva reglamentación se debió,
la Televisión Pública, están divulgando (y también produciendo, en sin duda, a la presión ejercida desde la crisis de 2001 por un amplio
el caso de Encuentro) obras relevantes del documental de la región. grupo de cineastas independientes, como así también a los reclamos
corporativos efectuados por las asociaciones de documentalistas
desde el año 2005.
Factores históricos, culturales y estéticos Por sobre las cuestiones relativas al régimen de promoción del
de la subjetivación documental en la Argentina, existe una serie de factores estéticos,
discursivos, sociales y tecnológicos que habilitan y explican las trans­
El desarrollo de documentales en primera persona no debe formaciones decisivas que desembocan en la creciente subjetivación
considerarse únicamente un fenómeno derivado del impulso econó­ de las prácticas documentales a nivel mundial de las últimas décadas.
mico brindado por la Nueva Ley del Cine n° 24.377, del año 1994,
dado que las vinculaciones del documental con los beneficios,
incentivos y fomentos otorgados por la naciente regulación resultan 1
más difusas e indirectas. Aunque la nueva ley significó un cambio
radical en la relación entre el Estado y la producción cinemato­ María Luisa Ortega (2005) llama la atención sobre la influencia
gráfica porque recompuso el sistema de subsidios, el apoyo estuvo del Direct Cinema y del Cinéma Vérité. Movimientos surgidos hacia
dirigido fundamentalmente al cine de ficción, ya que era requisito fines de la década de los cincuenta en Estados Unidos y Francia
excluyeme la producción y finalización de las obras en formato respectivamente, liberan al cine documental de sus férreas estruc­
de 35 mm. Los documentales que podían acceder a este tipo de turas, promoviendo la experimentación formal y un mayor acerca­
financiamiento debían tener, entonces, ciertos rasgos industriales miento entre el cineasta y la realidad que lo circunda.
y comerciales que facilitaran la distribución y exhibición en el
circuito de salas convencional.12 Una solución intermedia hallada El minimalismo observacional favorecido por el primero y la
por algunos documentalistas fue la concreción de sus proyectos de puesta a punto de la cámara como dispositivo provocador y cata­
manera independiente en video digital y la posterior solicitud de lizador al servicio de la encuesta social del segundo enfrentaron
apoyo al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) al espectador, como estaban haciendo las vanguardias contempo­
ráneas, con nuevas temporalidades del devenir de los aconteci­
y otras instituciones para su pasaje a formato fílmico de 35 mm.
mientos, con las capacidades reveladoras del azar y el registro no
La instancia de solución a este conflicto posiblemente haya sido
controlado [...] y con el placer del intercambio verbal no narrati-
el dictado de la resolución 632 en 2007,13 en cuanto estableció un vizado (Ortega, 2005: 196).
nuevo régimen de subsidios para los documentales no comerciales,
respetando la concepción del documentalista como ‘ realizador Debido a las dificultades económicas para importar la tecno­
integral”, responsable último de la producción, dirección y control logía de registro audiovisual directo que caracterizó a estos dos
movimientos, su influencia sobre el documental argentino solo
12. La exigencia de presentar un guión previo -sin demasiadas diferencias
respecto del que se solicitaba para películas de ficción- también resultaba parcialmente se percibe en las décadas de los sesenta y setenta,
una limitación para acceder al sistema de subsidios. No se debe olvidar que encontrándose un desarrollo más productivo desde los años
los documentales en primera persona muchas veces surgen como “films en ochenta. No obstante, las técnicas y retóricas del directo impac­
proceso” y que no tienen la estructura estable de un documental convencional. taron en la estética de la televisión argentina, en la cual se desem­
13. Una cláusula relevante de la nueva regulación (bautizada en el medio peñaban algunos de los realizadores del cine político de la época.
como “quinta vía”) es el financiamiento otorgado por el INCAA a partir de
la adquisición por adelantado de los derechos para la exhibición televisiva de
proyectos audiovisuales finalizados en formatos menores de 35 mm.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 74 75 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

2 Nichols (1997), Palacio (2005), entre otros-, los modos de repre­


sentación, los modelos de producción, las estrategias narrativas y
Un factor desencadenante para propulsar la expresión del yo en el los dispositivos discursivos del cine de no ficción se han desarro­
cine documental es el desarrollo de las tecnologías videográficas hacia llado históricamente a través de una relación compleja y productiva
fines de los cincuenta, aplicadas sistemáticamente recién en los años con los avances tecnológicos videográficos y las transformaciones
ochenta. El video (surgido como evolución necesaria para la difusión del medio televisivo. Si esto es así, la irrupción de documentales
masiva de la televisión) impone cambios sustanciales en las tradiciones en primera persona desde el año 2000 tiene como antecedente y
hegemónicas del documental del período, cambios que, si bien tienen dialoga con los formatos televisivos de no ficción que brindan
una raíz tecnológica, terminan siendo promotores de transforma­ recurrentemente, desde comienzos de la década de los noventa,14
ciones estéticas. Dichas modificaciones, señaladas por el historiador un lugar de privilegio a las enunciaciones subjetivas y al rol del
español Manuel Palacio, podrían resumirse en dos aspectos: periodista investigador. En la Argentina, este fenómeno televisivo
tuvo un momento de ruptura y renovación con la aparición de los
a) La duración de la cinta de video, al momento de su creación, programas El otro lado (1993-1994) y El visitante (1995), conducidos
era de 30 minutos, contra los 11 minutos de la bobina de 16 e ideados por Fabián Polosecki.15
mm. Esta diferencia es clave para la producción de planes de
rodaje más versátiles y permite, a su vez, un acercamiento
menos rígido entre el cineasta y su objeto (Palacio, 2005: 163). 4
b) Con el video se pueden visualizar instantáneamente las
imágenes registradas, existiendo en la base de la tecnología Recuperando una idea de María Luisa Ortega, existiría una
cinematográfica un hiato insoslayable entre la instancia de tendencia -asentada en el relevo que la televisión hace del docu­
captación y la de reproducción. De esta manera, en el disposi­ mental como práctica referencial durante los sesenta- a pensar el
tivo videográfico el documentalista tiene mayor control sobre cine documental como práctica discursiva y ya no como práctica
el material y más posibilidades de manipularlo (Palacio, mimética, lo que lo emparentaría con el trabajo de experimentación
2005: 164). sobre la materia narrativa realizado por las vanguardias. Películas
como Berlín, sinfonía de una ciudad (Berlin, Die Sinfonie der Grofistadt,
Walter Ruttmann, 1927) y/1 propósito de Niza (A propos de Nice, Jean
3 Vigo, 1930) serían algunos de los antecedentes de esta tendencia no
mimética y experimental, que se habría visto domesticada por el
Hacia comienzos de la década de los sesenta, aparece el “giro sociopolítico” que el documental efectúa hacia la década de los
denominado “Nuevo Periodismo” en el campo de la televisión treinta, con el fin de “hacer sus mensajes más directos y efectivos
estadounidense. Este movimiento impulsa “la doble operación de como instrumento de acción” (Ortega, 2005: 188).
incorporar al narrador en primera persona en géneros de no ficción
y [...] construir relatos tan entretenidos como lo hace la ficción”
(Palacio, 2005: 177). El nuevo periodismo fue un estilo de escritura 14. Aunque este formato se propaga durante la década de los noventa,
en los años ochenta ya existían algunos programas que trabajaban una línea
renovador que se relacionaba con un tratamiento más literario y documental con dramatizaciones que incluían la primera persona. Entre los
personal de la información y encontró su cauce principalmente en más destacados se encontraba Yo fui testigo, de Ricardo Halac y Jorge Cernadas
revistas de noticias. El escritor y periodista Tom Wolfe (1972) fue Lamadrid, conducido por Arturo Bonín.
uno de los primeros en teorizar sobre el fenómeno. 15. Véase la tesina de Ana Scannapieco (2008). En dicho trabajo, la autora
En relación con el surgimiento de un nuevo periodismo audio­ efectúa un análisis comunicacional de los modos de representar lo real en dos
visual, de acuerdo con una serie de estudiosos -Córner (1996), Programas televisivos inscriptos en el neoperiodismo: El otro lado y Ser urbano.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 76 77 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

5 formas de vehiculización estética de estas nuevas políticas de la


identidad, impulsadas, entre otros, por los movimientos feministas.
El crítico francés Jean-Louis Comolli piensa la primera persona De acuerdo con el autor, en este nuevo paradigma, un abanico
en el cine documental como una suerte de antídoto o reacción al de asuntos personales de raza, sexualidad y etnicidad se vuelven
discurso de los medios masivos de comunicación y específicamente políticos (2004: 177). En una línea similar, Bill Nichols (2006:
al de la televisión. El autor indica que los medios de comunicación 219) señala que el documental performativo “se emplaza en las
construyen un mundo devenido en espectáculo, donde los hechos situaciones estratégicas exigidas por los parámetros cambiantes
parecen ocurrir en la televisión antes que en la realidad, ocupando de la política de la identidad y la predilección postmoderna por
lo real de la representación el lugar de la representación de lo real las ciberafinidades. [Asimismo] constituye la opción idónea en un
(2004: 46). El documental en primera persona respondería a esta tiempo en que las grandes narrativas, como los proyectos maestros,
impostura, reconciliándose con el registro del documento al crear están desprestigiadas”.
un vínculo “cuerpo-palabra-sujeto-experiencia-vida que garan­
tiza que la experiencia de la filmación repercutirá en el cuerpo
filmado”. De esta forma, “el cuerpo filmado del cineasta impone Taxonomía de la primera persona
una prueba más de la esencia documental de la película capaz de
producir un efecto de verdad indiscutible” (2004: 48). Es posible demarcar la existencia de tres modalidades en las que
La propuesta de Comolli resulta valiosa para repensar los la intervención del realizador en primera persona se plasma en el
nuevos pactos que el documental en primera persona construye cine documental, teniendo en cuenta la proximidad entre el objeto
con el espectador; sin embargo, necesita ser matizada, ya que del discurso y el sujeto que se lo adjudica: la autobiográfica, la de
conceptualiza de forma homogénea y nociva el rol de la televi­ experiencia y alteridad y la epidérmica. Estas modalidades no deben
sión, descuidando sus nexos históricos y contemporáneos con el pensarse como compartimentos estancos en los cuales enmarcar
cine documental. El medio televisivo, siempre interesado en el cada uno de los films, sino como categorías que identifican estrate­
contacto con lo real, brindó tempranamente a los documentalistas gias y modos de narrar comunes dentro de un amplio flujo de obras.
una vía alternativa de producción y exhibición, al margen de los Los documentales propiamente autobiográficos son aquellos en
condicionamientos económicos y comerciales de la industria cine­ los que se establece una cercanía extrema entre el sujeto y el objeto
matográfica (aunque con otro tipo de condicionamientos). del relato. Como se sabe, la autobiografía tiene una nutrida historia
como género literario y ha movilizado intensos debates acerca de
la validez de su régimen narrativo. Más allá de los problemas para
6 delimitar claramente el concepto de “autobiografía cinematográfica”
-sobre los que volveré en el capítulo siguiente-, lo cierto es que, a
Michael Renov (2004: 176) indica que en las décadas de los mi entender, debe reservarse el uso del término para caracterizar un
setenta y ochenta, cuando comienza a instalarse con más fuerza el conjunto de documentales en los que la primera persona se encarna
fenómeno de hacer presente la subjetividad en el cine documental en la narrativa fílmica como una identidad en crisis y/o en proceso de
europeo y estadounidense, los colectivos políticos y sociales (movi­ introspección y cuestionamiento. Es por eso por lo que solo algunas
mientos antibélicos, de derechos humanos, estudiantiles y otros) obras de las abordadas pueden pensarse desde esta categoría, entre
pierden su representatividad. Este hecho deriva en un desplaza­ ellas: Los rubios, M, Papá Iván, Fotografías y Familia tipo (Cecilia
miento de los sujetos sociales hacia las políticas de la identidad: Priego, 2009). El denominador común de estos films es la presencia
“en este escenario, el toque de clarín por la acción unificada y de un realizador que, frente a la cámara, organiza sus materiales y
colectiva se ahoga en el murmullo de las diferencias humanas”. dirige la investigación, indagando de forma crítica sobre el pasado
El documental en primera persona, según Renov, es una de las y el presente de sus vínculos familiares y afectivos. Las estrategias
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 78 79 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

discursivas en este tipo de relatos, lejos de ser homogéneas, se carac­ subjetividad y la experiencia del cineasta. La clave de este tipo de
terizan por la diversidad, observándose una ecuación paradójica: relatos está en que desde sus primeras imágenes ponen en práctica
para narrar historias personales, circunscriptas al ámbito del yo, los una operación discursiva caracterizada por cierto grado de arbi­
cineastas recalan en los más complejos y variados dispositivos narra­ trariedad, que se sostiene únicamente por un contrato que la obra
tivos. Así, la experimentación suele ser la opción formal apropiada efectúa con su espectador. Esta operación consiste en vincular algo
cuando la experiencia es la materia discursiva de la obra. ligado a la experiencia personal del realizador con el devenir de un
En Los rubios, por ejemplo, Albertina Carri recurre a una serie de otro, de una instancia inicialmente ajena al sujeto, pero que, por
artificios, como la delegación de la primera persona en una actriz, diversas razones, lo construye y lo determina, aunque también lo
la narración de situaciones traumáticas a través del uso de muñecos excede. La incorporación de la primera persona en esta modalidad
Playmobil y la manipulación consciente, explícita y crítica de los testi­ se sostiene, entonces, por una convención mediante la cual el sujeto
monios que tradicionalmente estructuran los relatos del cine docu­ de la enunciación le pide al espectador que otorgue un estatuto
mental político. Mediante estas estrategias, Carri plantea que, para de verdad a ciertas proposiciones incontrastables referencialmente
ella, la única posibilidad de representar y poner en acto la memoria fuera de la diégesis de la obra. Así es como Cristian Pauls nos dice
es a través del distanciamiento y de diversas capas mediadoras entre que creamos que la música de Leopoldo Federico modificó drás­
el sujeto, la experiencia y la memoria. Distinto es lo que sucede en M, ticamente su percepción del mundo. En la secuencia de créditos
Papá Iván y Fotografías. Ejercicios de posmemoria16 -al igual que Los de apertura, sobre una imagen en negro, la voz en off de Pauls
rubios-, M y Papá Iván comparten con Fotografías la sensación de que introduce su nexo afectivo y perceptivo con la música de Federico,
existe un saber al que el desarrollo de la película permitiría acceder, construyendo así el contrato entre experiencia y alteridad, que dará
aunque finalmente esta tentativa resulte frustrada o insatisfactoria. sentido a todo el film:
La respuesta formal de Al y Papá Iván es incorporar múltiples testi­
monios en el relato, pero interviniendo dialécticamente sobre ellos, ya Esa noche el sonido de su orquesta me estremeció como pocas
sea por medio del montaje alternado o por la confrontación directa cosas. La línea de bandoneones lo atravesaba todo, sin nada que
se le interpusiera. Era una experiencia física, como si de repente
del testimoniante por parte del realizador.
pudiera sentir mis órganos y decir: “Este es mi hígado, acá está
En la modalidad de experiencia y alteridad, se produce una
mi estómago, este es mi corazón”. Por unos instantes ese presente
retroalimentación entre la experiencia personal del realizador y el
me pareció borrar el mundo y hacerme sentir cerca de la esencia
objeto del discurso, percibiéndose una contaminación entre ambos de las cosas y las personas. Creo que en el intento de explicar esa
niveles. Así, la experiencia y la percepción del cineasta resultan conmoción está el origen de esta película.
visiblemente conmovidas, y el objeto del relato resignificado, al
ser atravesado por una mirada personal y subjetiva. En La televisión y yo (2002), Andrés Di Telia nos pide que
Es lo que sucede, por ejemplo, en Por la vuelta, donde la figura creamos que la pérdida de siete años de televisión argentina ha
del excepcional bandoneonista Leopoldo Federico es bosquejada sido significativa para comprender su historia personal y participar
por la mirada deslumbrada de Cristian Pauls, a la vez que el devenir de la memoria de su generación. El director también introduce el
del artista, su música, su enfermedad, su enseñanza modifican la vínculo entre su objeto de representación y su subjetividad en la
primera secuencia del film a partir de una alocución en off:
16. “La posmemoria caracteriza la experiencia de aquellos que crecen
dominados por narrativas que precedieron a su nacimiento, cuyas propias Quería hacer una película sobre la televisión. Todo lo que significa
historias tardías son evacuadas por historias de la generación previa moldeadas la televisión en la vida de una persona. Pero me salió otra cosa.
por eventos traumáticos que no pueden ser entendidos o recreados” (Szurmuk Lo que quedó son como notas en una libreta. Apuntes sobre la
y McKee Irwin, 2009: 222). Para un análisis de estos documentales que retoma televisión o, mejor dicho, la televisión y yo.
los conceptos de posmemoria y de “segunda generación”, véase Quilez Esteve
(2008; 2009).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 80 81 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

En la modalidad epidérmica,^ en cambio, el yo del cineasta es por develar el artificio narrativo, dando cuenta de las formas en que un
lo general una presencia desencarnada o enlazada externamente relato se construye frente a los ojos del espectador, proponiéndose,
con la historia que se cuenta. No es simple discernir en estas obras a la vez, como una versión “personal y subjetiva” de los hechos.
si el objeto del discurso es una mera excusa para la mostración de Estos films en ocasiones exponen la subjetividad existente en toda
la personalidad del realizador o si la primera persona es realmente representación de lo real, destotalizando la mirada y, por lo tanto,
esencial para contar una historia determinada y no otra. En algunas asumiendo explícitamente que siempre hay un resto de mundo que
oportunidades el antecedente de esta forma de la primera persona la obra no puede, ni desea, representar. La primera persona es
se halla en el modelo del periodismo de investigación televisivo y entonces un filtro desde el que se busca desobjetivar las relaciones
no en el documental de autor. entre el discurso documental y su referente.
¿Qué es lo que motiva que un film como Yo no sé qué me han Resumiendo la taxonomía, podrían distinguirse tres tipos de rela­
hecho tus ojos se ocupe de Ada Falcón y no de alguna otra cancio­ ciones entre los cineastas y el mundo que, en primera persona, repre­
nista y actriz de las tantas que poblaron la pantalla del cine argen­ sentan en sus obras: un sujeto que habla sobre sí mismo, un sujeto
tino? ¿Qué ligazón existe específicamente entre Ada Falcón y la que habla con el/los otro/s y un sujeto que habla sobre el/los otro/s.
experiencia de Sergio Wolf? ¿Por qué Sergio Iglesias, en su film
Bialet Massé, un siglo después, decide seguir la huella del médico y
abogado español? ¿Qué justifica el empeño de José Luis García por Estrategias de autoexposición
retratar la vida del pintor Cándido López y su participación en la
guerra de la Triple Alianza, en su film Cándido López. Los campos En los documentales en primera persona, puede distinguirse
de batalla (2005)? Los tres documentales requieren fundamentar una tendencia a exhibir o bien a ocultar la interioridad del autor,
su lazo con el tema que los ocupa y lo hacen de modo sintético, en su visión de mundo, su historia personal y su experiencia afectiva.
el caso de Sergio Wolf y José Luis García, o más biográficamente, Para decirlo de otro modo, las enunciaciones de los cineastas en
en el caso de Sergio Iglesias. primera persona no siempre implican la apertura de una ventana
La cuestión se traslada entonces a la siguiente pregunta: ¿cuál hacia la intimidad y el cuestionamiento de la propia identidad.
es la pertinencia o necesidad de las inscripciones de la primera En la modalidad autobiográfica, se detecta una predisposición
persona en estos documentales? Por un lado, se trata de la conso­ de los directores a mostrar aspectos íntimos de su personalidad, así
lidación de un modo discursivo que gradualmente se ha conver­ como a narrar hechos y peripecias que consideran relevantes de su
tido en dominante a través de la mimesis de formas provenientes historia de vida. En las modalidades de experiencia y alteridad y
del cine de no ficción europeo y estadounidense, pero también a epidérmica, la manifestación de la subjetividad se halla más limi­
través de la adopción de un modelo televisivo en el que de manera tada. Es posible distinguir, entonces, un conjunto de estrategias
progresiva la figura del periodista, investigador o reportero ha de autoexposición mediante las cuales los directores inscriben su
pasado a ocupar un sitio de privilegio con relación al tema de presencia en el texto fílmico, que se sustentan a partir de diversas
la narración. Por otro lado, en esta modalidad la mostración del operaciones de puesta en escena y recursos narrativos.
cuerpo y la exacerbación de la subjetividad tienen la función de

a) La escritura en el plano
17. La expresión “epidérmica” no tiene en este caso un significado peyorativo
ni, por lo tanto, valorativo, sino que remite a una relación menos necesaria,
esencial y cercana entre el cineasta, el mundo representado y los sujetos que lo
En Familia tipo, En memoria de los pájaros, Encontrando a Víctor
habitan. Dicho de otra manera, la inscripción de la primera persona en estos
(Natalia Bruschtein, 2004) y Los rubios, documentales autobiográ­
films no implica una puesta en cuestión de la experiencia, la interioridad y los ficos dirigidos y protagonizados por mujeres, la grafía en el plano
afectos del cineasta. brinda índices reflexivos sobre lo que se observa en la banda de
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 82 83 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

imágenes. Estos films comparten además la decisión de evitar el b) La voz en off


uso de la voz en off como elemento rector del relato, eludiendo
así adoptar cierta veta confesional muy propia de las narrativas en La voz over neutra y normativa del locutor, característica del docu­
primera persona. La escritura en el plano es una huella discreta de mental institucional, pero también del documental político-militante,
los sujetos que narran que remite al soporte textual de la autobio­ es reemplazada en las obras contemporáneas por voces ordinarias que
grafía literaria, en la que se figura el yo a través de una construcción corresponden a individuos concretos y no a una instancia externa,
simbólica e imaginaria, antes que a partir de relaciones icónicas.18 “objetiva” y abstracta. Las nuevas voces en off conllevan un perfil de
En la obra de Gabriela Golder, la grafía es el elemento mediante unicidad, toda vez que remiten a sujetos identificables dentro de la
el cual el discurso de la realizadora se inscribe en tiempo presente. diégesis. El timbre, el tono, la cadencia y la sonoridad son los índices
La omisión de su voz, como de su imagen actual, conforma un de un cuerpo que, aunque se muestre o se escamotee, no siempre
audiovisual que apoya su construcción de sentido en el trabajo de refleja la construcción imaginaria que el espectador realiza de él.
montaje, reclinado en la yuxtaposición de materiales fílmicos de Sin embargo, ciertas voces en primera persona se convierten en
archivo e imágenes registradas para el film. El efecto del cuadro un recurso que no se limita a expresar una subjetividad o a distri­
dividido en dos le permite a la cineasta hacer convivir dos texturas buir informaciones necesarias para la organización y comprensión del
visuales (el super-8 y el video) que tienen su correlato en dos relato, sino que se arrogan una fuerte dosis de autoridad textual por
tiempos históricos (el año 1976 y otras capas de pasado no del sobre los otros niveles del discurso audiovisual. Orientando el sentido
todo definidas) y que dialogan y permean el acto de memoria que del documental o redundando sobre aspectos que las imágenes ya han
motoriza la obra.19 Familia tipo y Encontrando a Víctor articulan la transmitido suficientemente, estas voces terminan por adquirir carac­
escritura en el plano con la exposición del cuerpo de las realiza­ teres análogos a los de la voz over de los documentales de la tradición.
doras, en su rol de entrevistadoras de sus respectivos familiares y Los documentales autobiográficos suelen recurrir a la voz en off
allegados. En Los rubios, la grafía es uno más de los componentes de los directores para narrar aspectos de sus vivencias, para trazar
que integran un complejo dispositivo de autor representación: los interrogantes que se hallan en el núcleo del relato, así como
desdoblamiento y duplicación de Albertina Carri por medio de la para remitirse en forma retrospectiva a la historia personal. Papá
inclusión de una actriz que la interpreta, utilización parcial de la Iván es un caso paradigmático por la expresividad y omnipresencia
voz en off, participación personal en algunas escenas y entrevistas, de la voz en off de María Inés Roqué. La realizadora vehiculiza
autofiguración a partir de juguetes Playmobil, etcétera. su subjetividad a partir de este recurso, evitando rigurosamente
mostrar su cuerpo frente a cámara.20 La voz de Roqué adquiere
un matiz confesional, dado que su relato se dirige a un otro al
18. Este tipo de escritura en el plano remite al formato epistolar y al diario cual se le intenta explicar dos series diferenciadas de hechos: los
íntimo, géneros literarios “menores” identificados históricamente con los referidos a la biografía personal y política de su padre (Juan Julio
discursos femeninos. Véanse Molloy (2006) y Loureiro (1991).
Roqué, alias Iván o Lino) y los relacionados con el impacto que la
19. Las intervenciones de la escritura de Golder se inician con la asunción
de la primera persona de la enunciación: “Empieza la historia. Yo tengo cinco pérdida temprana de este ha causado en el mundo afectivo de su
años”. Posteriormente, esta “voz” que se expresa a través de los textos se hija/directora.21 En Los nueve puntos de mi padre (2009), la omni-
desdobla en la misma medida en que lo hacen los planos. La convivencia de
imágenes procedentes del acervo público e imágenes domésticas se rubrica
con las palabras de Golder, que también se dividen en dos líneas discursivas. 20. Excepcionalmente se divisa de forma fugaz su cuerpo en dos planos de
Rotulando las imágenes distribuidas verticalmente en dos a cada lado del a película. Asimismo, la directora opta en las entrevistas por mantener su voz
plano, los textos formulan: “Lo he visto todo/No he visto nada”, “Lo indecible/ Y ocultar su cuerpo, lo que le otorga continuidad a la política de autoexposición
Lo inimaginable”. Este esquema le permite a la directora exponer el trabajo Practicada en el film.
de la memoria, el cual recupera la dimensión de la experiencia de la infancia 21. La voz en off fue grabada a modo de conversación con Hugo Rodríguez,
articulándola con una reflexión originada en el presente. coproductor y fotógrafo del film y amigo de la directora. Este dato sirve para
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 84 85 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

presencia de la voz en off de Pablo Romano suplementa la falta de carse en Barcelona a fines de los noventa. En adelante, la figura
mostración de su cuerpo. de Criscolo comienza a diluirse; la voz en off desaparece para
En Fotografías y Madres con ruedas (Mario Piazza y Mónica dejar paso a los testimonios de otros emigrados argentinos que,
Chirife, 2006), el uso de la voz en off se complementa con la cons­ al igual que el cineasta, decidieron viajar a Barcelona en busca de
tante presencia de los cineastas en la imagen. Los discursos de Di un futuro más próspero. Tanto Almirón como Criscolo ponen en
Telia y de Piazza tienden a problematizar, cuestionar y comentar juego un fragmento de su experiencia e indagan en la vida de los
lo que las imágenes muestran, y manifiestan un alto componente otros sobre problemáticas que directa o indirectamente también
lírico en cuanto a su contenido. Se trata de voces que abundan en consideran propias.
la descripción de las percepciones y experiencias de los sujetos En Por la vuelta, Un pogrom en Buenos Aires, La televisión y yo
que las emiten, pero que asimismo cumplen la función de proferir y Volvoreta, el uso de la voz en off es más constante y sistemático
ciertas informaciones necesarias para la continuidad narrativa del porque, en el diálogo entre el sujeto de la enunciación y los otros,
documental. A diferencia del film de Roqué, Fotografías y Madres las obras se mantienen del lado del primero, a diferencia de la
con ruedas no depositan todo el peso en las entrevistas para contar delegación de la voz efectuada en los films de Almirón y Cris­
sus historias, por lo cual las funciones de la voz en off se multi­ colo. La tensión entre sujeto y objeto del relato -Cristian Pauls y
plican y expanden. Leopoldo Federico (Por la vuelta}, Herman Szwarcbart y su abuelo
En obras de la modalidad de experiencia y alteridad como Un (Un pogrom...}, Andrés Di Telia y la televisión argentina, y Alberto
pogrom en Buenos Aires, La televisión y yo, Volvoreta (Alberto Yacce- Yaccelini y la potranca Volvoreta-22 retorna recurrentemente al eje
lini, 2001), El tiempo y la sangre, El exterior (Sergio Criscolo, 2006) y del sujeto, dado que su experiencia y su mirada son las que orga­
Por la vuelta, la voz en off también adquiere un rol central, ya que nizan el discurso de las obras. Se trata de voces con funciones inte­
es el vehículo de los realizadores para transmitir su experiencia. rrogativas, empapadas de dudas y cuestionamientos que exponen el
Dado que en esta modalidad la obra construye su discurso en una acontecer de sujetos de la enunciación de carácter inestable antes
instancia de diálogo intersubjetivo entre el director y los actores que con autoridad y seguridad sobre los hechos que abordan.
sociales representados, la voz en off puede no presentar el mismo En los documentales epidérmicos, la voz en off suele ser el
espesor que en los documentales autobiográficos. procedimiento que brinda cohesión al relato. En films como Yo no
Así ocurre en El tiempo y la sangre y El exterior. En ambos films, sé qué me han hecho tus ojos, Río arriba (Ulises de la Orden, 2004),
la voz en off de los autores se incorpora prioritariamente en la intro­ Querida Mara, cartas de un viaje por la Patagonia (Carlos Echeverría,
ducción del relato para después desvanecerse en forma progresiva. 2008), Fuerza Aérea Sociedad Anónima (Enrique Piñeyro, 2006), La
En la primera obra mencionada, Alejandra Almirón enuncia los próxima estación (Fernando Solanas, 2008), El país del diablo (Andrés
motivos de su interés por la militancia de los setenta y las razones Di Telia, 2008), Cándido López... y Yo, sor Alice, estas voces, si bien
que la llevaron a realizar el documental. Tras la primera secuencia, pertenecen a los sujetos que se adjudican la enunciación, escasa­
señala: “Un día conocí a Sonia”. A partir de ese momento, la mente dan cuenta de una apertura hacia la interioridad, el mundo
narración se delega al personaje de Sonia Severini, ex militante afectivo y la subjetividad de los cineastas, adquiriendo sobre todo
de Montoneros, cuyos textos y pensamientos son interpretados por aspectos narrativos y descriptivos. Se trata de voces que ponen
la voz en off de una actriz. Similar procedimiento adopta Sergio el foco en las cualidades literarias y dramáticas de los discursos, a
Criscolo, quien introduce su voz al comienzo del documental para la vez que brindan informaciones relevantes para la disposición de la
explicar las razones que lo impulsaron junto a su familia a radi­ trama. La subjetividad autoral tiende a mostrarse como instancia

explicar el particular clima de intimidad y confianza que se genera entre la 22. Se trata de una reducción de los objetos de cada uno de los films con
instancia enunciativa y el espectador (entrevista personal con María Inés mes argumentativos, dado que en todos los casos las contrapartidas son la
Roqué, 18 de enero de 2011). sinécdoque de problemas y temas más amplios.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 86 87 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

de locución y voz de autoridad que explica y comenta lo mostrado, Esta es la última carta de Sor Alice en libertad, fue la primera que
o como la voz de un sujeto que pugna por convertirse en personaje tuve entre mis manos. El primer paso hacia la vida de Alice Domon,
a su identidad y a su historia [...]. Me niego a que su historia y la
y subrayar sus rasgos de tal.
de miles de hombres y mujeres de la Argentina quede sepultada
En Yo no sé qué me han hecho tus ojos, El país del diablo y Cándido
en las aguas del Tigre.
López..., los directores se involucran como investigadores en histo­
rias que, por algún motivo explicitado durante el film, los movi­
lizan. Centradas estas en las figuras de Ada Falcón, Estanislao Las voces de Querida Mara... y Río arriba son las propias del
Zeballos y Cándido López, la exposición de las voces en off tiene travelogue, subgénero al que ambos films en cierta medida perte­
como principal objetivo narrar el pasado, reponer la cronología necen. Narran las instancias y los sucesos del viaje, así como las
histórica y mantener informado al espectador de los avances de impresiones subjetivas que las nuevas peripecias y encuentros
la investigación. La voz de Sergio Wolf está dotada de un tamiz provocan en el enunciador. La particularidad de Querida Mara...
nostálgico y evocativo que descansa en la descripción de un Buenos es que construye un narrador que periódicamente describe, valién­
Aires que ya no existe, de una época de oro de la que sobreviven dose de un formato epistolar, los progresos del viaje, a un personaje
apenas algunos restos. Entre evocaciones poéticas, el discurso de la ficticio llamado Mara. En este caso, la instancia de la enunciación
voz en off dosifica la información para fomentar la intriga sobre el no se identifica de un modo directo con el autor del film, pero
destino y el estado actual de la cancionista Ada Falcón, prematu­ propone un pacto de lectura documentalizante desde el cual orga­
ramente retirada de la escena. La voz de Di Telia es más discreta nizar en forma dinámica los materiales de la observación. Por su
que en otros de sus films y se limita a informar sobre la Campaña parte, Ulises de la Orden, en Río arriba, se inscribe como perso­
del Desierto y a leer algunos documentos de la época. La voz de naje, vinculando su viaje al norte argentino con la historia de sus
antepasados.
José Luis García atraviesa todo el documental desempeñando la
función de un historiador que brinda las referencias contextúales Fuerza Aérea Sociedad Anónima y La próxima estación24 se destacan
necesarias para que el espectador comprenda cabalmente el relato. de otros documentales epidérmicos porque sus directores son
A diferencia de Wolf, García no abunda en juicios de valor o en figuras con reconocimiento público (significativamente mayor en
comentarios sobre su percepción del mundo, sino que se limita el caso de Fernando Solanas). Por lo tanto, debido a las problemá­
ticas sociales que ambos documentales abordan y al estatus de sus
a describir los sucesos de la Guerra de la Triple Alianza y las
pinturas de Cándido López. Desde el punto de vista del pacto de narradores, los discursos de estas voces se caracterizan por estar
veracidad sustentado por las obras, la voz en off se ocupa en ambas cargados de autoridad epistémica respecto del mundo representado
de explicar la pertinencia de la inclusión del yo del realizador en y por tener un tono de denuncia. La subjetividad de sus realizadores
el relato documental.23 Algo similar ocurre en la introducción de se valida, entonces, por su posicionamiento en la esfera pública y
Yo, sor Alice, único momento en el que surge la voz de Marquardt no por la apertura hacia la interioridad. Se trata de voces que se
para informar acerca del proyecto del film. La trascripción de la constituyen como representantes de un conjunto social, cercanas
al estatuto del discurso periodístico.
alocución del director en off es por demás elocuente:

23. La primera (fraguada) secuencia de Yo no sé qué me han hecho tus ojos


muestra a Sergio Wolf escuchando tangos en la casa de Aníbal Ford. La 24. La próxima estación es un ejemplo significativo del sistema de
figura de Ada Falcón surge en ese marco, casi por casualidad, eclipsando representación que Fernando Solanas ha construido desde su retorno al cine
y obsesionando a Wolf. A partir de ese momento, la voz en off de Wolf se ocumental con Memoria del saqueo (2003). En esta obra se hallan contenidos
encarga de señalar el porqué de tan repentino interés. José Luis García, en todos los elementos de autorrepresentación que se anticipan en los tres
cambio, elige asignar la explicación del móvil del film al encuentro fortuito documentales anteriores, pero, a la vez, es el film en el que Solanas asume más
con el nieto de Cándido López en una librería. Patentemente un rol de personaje.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 88 89 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

c) La figuración del cuerpo: de la persona al personaje Este es un planteo que Arfuch retoma de Mijaíl Bajtín (2008), para
quien, en el acto de rememorar, el enunciador se confronta entre
La figuración visual del cuerpo de los realizadores es la tercera lo que fue y lo que ha llegado a ser, erigiéndose a sí mismo como
de las estrategias de autoexposición -ligada a la puesta en escena- otro.26 Lo que esta doble perspectiva permite afirmar es que en
que me interesa distinguir. Gonzalo Aguilar (2007a: 173) subraya toda obra documental existe una mediación, una figuración que el
la importancia de la inscripción del cuerpo en documentales sobre director opera en todos los niveles del relato, incluso en la repre­
personas desaparecidas como M, Los rubios y Papá Iván. Para el sentación de su propio cuerpo. No obstante, esta mediación, este
autor, habría que hablar, “más que de una puesta en escena, de una acto de creación, se realiza en el marco de un pacto de veracidad
puesta en cuerpo, y más que de un documental en primera persona, que el documental ha establecido históricamente como territorio de
de documentales sobre la dificultad de llegar a una enunciación representación diverso del de la ficción. Las operaciones de narra-
personal (la primera, la segunda, la tercera). La pregunta [...] no es tivización, construcción dramática y caracterización no convierten
dónde pongo la cámara, sino cómo se pone el cuerpo en la cámara”. a estos films en “ficciones documentales” o algo semejante, dado
Por lo general, en los documentales en primera persona, los que no son procedimientos exclusivos del campo de la ficción.27
directores suelen exponer su cuerpo frente a la cámara; sin embargo, Cari Plantinga (2007: 46-67) aborda el modo en que los docu­
el nivel de exhibición u ocultamiento del propio cuerpo no significa mentales eligen representar a los actores sociales. Es posible
necesariamente un emplazamiento de la subjetividad. De acuerdo trasladar sus planteos a las formas que adopta el cineasta para
con el pacto de veracidad que el film documental habitualmente representarse a sí mismo, ya que, al momento de enfrentarse a la
propone, no habría razones para dudar respecto de la identidad cámara, al realizador le caben semejantes consideraciones que a
entre el cuerpo representado y la figura real del autor/director. los otros; de hecho, él mismo de cierta manera se convierte en un
Sin embargo, los directores eligen mostrar su yo utilizando dife­ otro cuando entra en escena.28 Plantinga indica que siempre de
rentes disfraces o máscaras.25 Para decirlo junto con Jean-Claude algún modo existe una construcción en la forma de presentar a
Bernardet, la puesta en relato audiovisual de la vida personal tiene sujetos reales frente a la cámara, dado que el cineasta se ve en la
dos facetas: “como todo arte autobiográfico, expone a la persona, necesidad de seleccionar y omitir en el momento de la puesta en
pero en la misma medida en que la expone, la enmascara. Nada escena y del montaje. Sin embargo, por más que la caracterización
como el arte biográfico para no revelarse, haciendo creer a los sea insoslayable en los documentales,
lectores o espectadores que la persona se revela” (2011: 122).
En las diferentes modalidades de los documentales en primera 26. Retomo el problema de la identidad narrativa en el capítulo 4.
27. Difiero en este punto del planteo de Jean-Claude Bernardet cuando
persona, se detecta un proceso de construcción de la identidad
señala que “podemos hablar de una vida personal que se moldea según las
narrativa complejo y contradictorio. Por un lado, en el cine docu­ reglas de la ficción. O de una ficción que se alimenta directamente de la vida
mental existe un pacto comunicativo de creencia entre el enunciador personal; [o] de una ficción a la que se le agrega la vida personal” (2011:
y el receptor, mediante el cual el espectador confía en la posible iden­ 122). En el cine, a diferencia de lo que sucede en literatura, como se verá más
tidad entre director, narrador y personaje. Por el otro, de acuerdo adelante, allende de todas las operaciones de figuración, enmascaramiento u
con algunos autores, la completa identidad de estas tres instancias ocultamiento que puedan efectuarse, hay un cuerpo concreto (el del cineasta)
que se muestra y expone ante la mirada del espectador.
no es posible. Según Leonor Arfuch (2002: 47), no puede haber 28. Aquí resuenan nuevamente los ecos de Bajtín (2008), para quien la
coincidencia entre autor y personaje, entre experiencia vivencial y autobiografía es siempre una forma de la biografía, dado que solo puede
“totalidad artística”, ya que la identidad es una construcción que escribirse sobre un yo al precio de convertirlo en un otro. Un interesante trabajo
surge en el acto de narrar y no es un hecho que preexiste a la obra. en este sentido es el realizado por Nicolás Rosa (2004) sobre los desplazamientos
entre autor y personaje en la escritura autobiográfica. En la misma línea, Andrés
Di Telia, en un ensayo sobre la autobiografía fílmica, indica que “lo interesante
25. En el capítulo siguiente, desarrollo las formas y funciones que tienen del mecanismo autobiográfico es que, justamente, permite verse a uno mismo
estas máscaras en los documentales autobiográficos. como otro: el que escribe narra la vida del que la vivió” (2008: 250).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 90 91 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

esta se encuentra sujeta al análisis de su exactitud, honestidad sí hay una escisión en la identidad del sujeto. Por un lado, la iden­
y veracidad, un análisis que no se aplica en las cintas de ficción tidad surge como mismidad, que conlleva la idea de permanencia
El hecho de que la caracterización de las personas sea, hasta temporal de los caracteres psíquicos y físicos del sujeto; por el otro,
cierto punto, creativa y constructiva (y que no se limite meramente como ipseidad, en la cual el cuerpo no está dotado de una imagen
a copiar o reproducir) no elimina el requisito de veracidad, pero preexistente, sino que el sujeto lo construye en el acto discursivo
consigue que sea mucho más difícil obtener una representación al reclamarlo como propio. Para el caso de los documentales, la
que lo cumpla (Plantinga, 2007: 54-55). exposición como persona es un tratamiento de la identidad que
se resuelve en cuanto ipseidad, mientras que la exposición como
Considero que las diferentes políticas de exposición del cuerpo personaje lo hace como mismidad.
de los directores -articuladas con los múltiples usos de la voz en Yo no sé qué me han hecho tus ojos, Río arriba, Fuerza Aérea Sociedad
off- se conforman en el eje de dos polos: persona y personaje. Con Anónima, La próxima estación, El país del diablo, Cándido López... y
persona no me refiero a la inexistencia de mediación o de proce­ Bialet Massé..., aunque representan diferentes variantes del docu­
dimientos de figuración, sino a la vocación por parte de algunos mental epidérmico, adoptan una actitud similar para la exhibición
directores de negar o defraudar la posibilidad de construir su del cuerpo del realizador. El film de Wolf y Muñoz es quizás el más
subjetividad como identidad homogénea, estable y clausurada. notable exponente de esta tendencia en cuanto abreva en una fórmula
Para decirlo de otro modo, la configuración de la subjetividad del genérica como el “film de detectives” para componer su entramado
director como persona traccionaría los procedimientos discursivos
narrativo. La figura de Wolf se manifiesta iconográficamente sobre
(narratividad, construcción dramática, caracterización) en contra
la base del personaje del agente investigador y el montaje del film
de la tendencia a constituirse como personaje. organiza la pesquisa según un concepto de evolución dramática
En los documentales epidérmicos y en algunos documentales de
generada por la siguiente intriga: ¿encontrará el detective a Ada
experiencia y alteridad y autobiográficos, existe una predilección Falcón?, ¿en qué condiciones?, ¿será posible volverla a ver? En Río
por la construcción de la primera persona en cuanto personaje. arriba, Cándido López... y El país del diablo, los directores inscriben
Esta puede pensarse desde cinco procedimientos: su cuerpo en la imagen brindándole una recurrente centralidad
respecto de lo que el documental muestra. Si bien la caracteriza­
a) uniformar las intervenciones del cuerpo a partir del vestuario ción es más discreta que en Yo no sé..., también se busca conformar
y contener la expresividad y el compromiso afectivo en el ciertos arquetipos con la figura de los directores: Di Telia se carac­
accionar de los personajes; teriza con el atuendo del expedicionario Zeballos, José Luis García
b) formular narraciones orgánicas y con tendencia a la linea-
como un fotógrafo viajero y Ulises de la Orden como mochilero.
lidad temporal; En Bialet Massé..., la figura de Sergio Iglesias está más sustraída y
c) construir el drama sobre la base de un esquema de evolución
apenas se constituye como personaje a partir de un hilo discursivo
clásico en el cual se dosifica la información de la historia;
que vincula su propio viaje con el de Bialet Massé. Fuerza Aérea...
d) focalizar el relato desde un punto de vista central que coin­ y La próxima estación se permiten reinscribir en cuanto personajes
cide con la figura del narrador, quien además suele ocupar
a sujetos que ya tienen una identidad construida en el marco de los
un lugar preponderante en el plano; medios masivos de comunicación y de la cultura cinematográfica.
e) constituir la identidad del personaje como una instancia
Documentales de experiencia y alteridad como El exterior y
estable y sin fisuras, en la que no se divisan transforma­ Un pogrom en Buenos Aires, y autobiográficos como Palabras (Ana
ciones sustantivas en el devenir del relato. Mohaded, 2008) y Diario argentino se asientan también -aunque en
menor medida- en esta línea. En el primero, Sergio Criscolo tiene
Recurriendo a Paul Ricoeur (1990: 159), podría decirse que en una presencia circunspecta en las imágenes, colocando su figura de
todos los casos en que el sujeto se autorrepresenta, lo hace como si entrevistador y emigrado a la par de los sujetos representados. La
fuera un otro. El filósofo francés sostiene que en la narración de
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 92 93 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

narración orgánica de la película, estructurada en torno a los relatos e) constituir la identidad del protagonista como una instancia
de una serie de testimoniantes, impacta en Criscolo, quien utiliza inestable, en crisis y en proceso de mutación.
el proceso documentado en su film como reflexión preparatoria
de su retorno a la Argentina. Un pogrom... ostenta una estructura Los rubios, M, Papá Iván, Madres con ruedas y Fotografías son
narrativa que no respeta una linealidad temporal. No obstante, la documentales autobiográficos que basculan entre los procedi­
figura del director (con un vestuario que no casualmente recuerda mientos referidos y abordan la situación de sujetos con identidades
al de Wolf y al de Cozarinsky) otorga unidad y continuidad al inestables o en estado de transformación. En estas obras, como
relato. Szwarcbart se inscribe en la imagen físicamente como un afirma Andrés Di Telia,
investigador, que a la vez está implicado filial, cultural y políti­
camente en los hechos que narra. La constante performatividad la identidad del autor ya no es un punto de partida, sino que en
del film produce que su estabilidad como personaje se perturbe. todo caso la autobiografía se convierte en una experiencia que
Palabras es un ejercicio autobiográfico radical compuesto por un permite dibujar una identidad, uniendo los puntos. La identidad
solo personaje (la propia directora) que se desenvuelve en un único como algo contingente, necesariamente incompleto, que muta
permanentemente, en función de la experiencia, que la confronta
espacio escénico (un lugar indeterminado con una computadora) y
con diferentes posibilidades (2008: 250).
realiza una sola acción (poner en palabras sus recuerdos). Su figura­
ción es homogénea (apenas interrumpida por algunas imágenes no
Los narraciones no son unidireccionales (en ninguna de ellas
figurativas) y su discurso, de índole epistolar, se dirige frontalmente
existe una intriga nítida por resolver ni hay un punto de llegada
a la cámara. Desde la perspectiva de su relato oral, se configura
preestablecido) y la temporalidad -sobre todo en el caso de Los
como un sujeto inestable, dolido y fluctuante, pero la permanencia
rubios y Madres con ruedas- es fragmentaria. El documental de
e inmutabilidad de su cuerpo otorgan equilibrio a su personaje.
Albertina Carri se halla atravesado por elementos de distancia-
Diario argentino también es un ejemplo ambiguo, dado que, si bien
miento que vuelven conflictiva la constitución de la cineasta en
el personaje de Lupe Pérez García se configura de acuerdo con los
cuanto personaje orgánico. Los más notorios de estos procedi­
parámetros de la autoficción, exagerando todos los atributos que la
mientos son la inclusión de una actriz que interpreta el papel de la
convierten en un antihéroe, la tónica del personaje es la del eterno
cineasta, así como el develamiento constante de la instancia enun­
titubeo e indecisión. No obstante, la sofisticación de la puesta en
ciativa mediante la reflexión continua sobre la puesta en escena. En
escena y la construcción de una narración sólida y lineal permiten
M la organización episódica y los múltiples y, a veces, simultáneos
pensarla fundamentalmente como personaje.
roles que adopta Prividera (investigador, acusador, hijo, entrevis­
En un grupo amplio de documentales autobiográficos y de expe­
tador, observador) producen un desajuste en la constitución de la
riencia y alteridad, se percibe una vocación de los cineastas por expresar
identidad del autor como personaje. En Madres con ruedas, Mario
una subjetividad irredimible, en detrimento de devenir personajes. Las
Piazza y Mónica Chirife configuran sus identidades a través de un
operaciones que apuntan en esta dirección son las siguientes:
juego de espejos y de una puesta en abismo. La instancia de autoría
compartida se revela compleja, dado que se trata de un film de
a) desarticular la uniformidad de la figura del cuerpo del Mario Piazza sobre la relación con su esposa, Mónica Chirife, en el
cineasta a partir de intervenciones sobre la puesta en escena;
que al mismo tiempo se inserta, como en un juego de cajas chinas,
b) generar narraciones fragmentadas que tiendan a quebrar la
un documental de Chirife sobre la problemática de las madres
linealidad temporal;
con insuficiencia motriz. Fotografías pone en relato justamente
c) desalentar la empatia con el espectador mediante procedi­ d conflicto identitario de Andrés Di Telia y la búsqueda de sus
mientos de distanciamiento;
orígenes a la estela de su madre hindú. Para exponer este problema,
d) fomentar la pluralidad de los puntos de vista y descentrarse d documental adopta una narrativa laberíntica que expresa, en
como narrador;
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 94 95 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

términos formales, los complejos recorridos de la memoria y la Nuevas dinámicas entre lo público y lo privado
construcción ininteligible de la identidad.
Otros documentales de experiencia y alteridad, como Por la El cine documental en América Latina se ha definido en torno
vuelta, Memoria de un escrito perdido (Cristina Raschia, 2009) y El a su ciclo de mayor visibilidad durante las décadas de los sesenta y
retrato postergado, también apuestan por figurar de manera opaca la setenta. Por aquellos años, el documental fue la forma fílmica privile­
identidad del director. En Por la vuelta, Cristian Pauls se inscribe giada para la expresión de un cine político y social cuya prioridad era
en el plano generalmente de espaldas (en su coche o en recorridos intervenir sobre lo real, en un continuo y conflictivo diálogo con el
a pie) u ocupando sectores laterales del cuadro. El personaje nunca contexto social. En la Argentina, durante los ochenta y noventa, tras
termina de definirse dado que el barroquismo de su discurso en off la recuperación de la democracia, el ímpetu del documental militante
colisiona con la parquedad e inexpresividad de su cuerpo y rostro. se expresó en nuevos modos de representación, vinculados con la
Por otra parte, la deriva narrativa que se genera en el documental observación participativa y el formato testimonial, aunque siempre
tras la hospitalización de Leopoldo Federico fomenta la sensación conectados con la representación de hechos de cierto impacto en la
de inestabilidad y el distanciamiento hacia la personificación del esfera pública. Para Michael Chanan (2003: 22),
director. Memoria de un escrito perdido se estructura a partir del reen­
cuentro de Cristina Raschia con antiguas compañeras de prisión la película de ficción es heredera de la novela y del arte dramá­
durante la dictadura militar. Entre todas intentan reconstruir la tico de la cultura burguesa, y, así, desde muy pronto, se dirige al
memoria de los días de encierro y de la figura de Graciela Lo espectador como individuo privado, es decir, a su subjetividad y
Prete, una compañera que se suicidó en 1983 en el exilio después a su vida sentimental. El documental, por el contrario, es guiado
de su liberación. En este documental producido para televisión, por lo antropológico, lo social y lo político, y se dirige al espec­
la innovación radica en que Raschia se configura a la par de sus tador como ciudadano, como un miembro de la comunidad, como
compañeras de reclusión, prestando testimonio y participando en participante putativo de la esfera pública.
las discusiones grupales sin distinción respecto de las demás. La
moderación de su yo es tal que difícilmente se la podría identificar Durante casi cuatro décadas, el documental argentino apuntó
como la directora del film si no se rotularan las apariciones de las sus principales inquisiciones hacia la esfera pública. En los últimos
testimoniantes con nombre y apellido por medio del videograph. años, en el marco de una cultura cada vez más volcada hacia el
El retrato postergado, por su parte, es un metadocumental en el terreno de lo biográfico y de los discursos íntimos, la irrupción
que Andrés Cuervo retoma el proyecto (y las imágenes rodadas de la primera persona revela, también en el cine documental, una
en los años setenta) de su fallecido padre, Roberto Cuervo, para creciente atención hacia la esfera de lo privado. Paula Sibila (2008)
componer un retrato del escritor desaparecido Haroldo Conti. En considera el “giro subjetivo” como un fenómeno propio de la tran­
una estructura narrativa fragmentaria y dispersiva, conformada sición entre modernidad y posmodernidad. En la “sociedad del
por reconstrucciones ficcionales, animaciones, trucajes y material espectáculo” posmoderna, surge un conjunto de prácticas subje­
de archivo, el director oculta sistemáticamente su cuerpo para tivas que la autora considera una espectacularización de la inti­
invocar la figura de su padre, pero también la de Conti. Si Roberto midad. En sus propias palabras,
Cuervo había proyectado convertirse en el biógrafo audiovisual
tanto la exhibición de la intimidad como la espectacularización
de Conti, su hijo Andrés se transforma en el biógrafo de ambos.
de la personalidad [...] denotan cierto desplazamiento de los ejes
Nuevamente, la primera persona del cineasta rehúsa estructurarse alrededor de los cuales se construían las subjetividades modernas.
en cuanto personaje y cede ese sitio a las figuras de Roberto Cuervo Se nota un abandono de aquel locus interior hacia una gradual
y Haroldo Conti. exteriorización del yo. Por eso, en vez de solicitar la técnica de la
introspección, que intenta mirar hacia dentro de sí mismo para
descifrar lo que es, las nuevas prácticas incitan el gesto opuesto:
impelen a mostrarse hacia fuera (Sibila, 2008: 131).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 96 INFLEXIONES DEL YO EN EL DOCUMENTAL ARGENTINO...

Cada una de las tres modalidades que he definido se caracteriza también una forma de reflexionar acerca de su propia identidad y
por establecer un conjunto específico de negociaciones entre la de su herencia. Desde el inicio del documental, se visualiza algo
esfera pública y la privada, que complejiza los vínculos habituales que podría ser el living de la casa de la directora, la habitación de
entre el documental y el contexto sociopolítico. su madre y los espacios en donde viven los amigos de su padre,
La polaridad sujeto-objeto del relato, en el documental epidér­ y además concurre a las redacciones y a los espacios públicos por
mico, se resuelve en favor de un énfasis en el segundo término. los que su padre circuló y en los que dejó un recuerdo-huella. El
Ya sea mediante el retrato de figuras culturalmente reconocidas material de archivo incorporado al film articula sobre todo foto­
(Ada Falcón, Cándido López, Bialet Massé, Alice Domon, Haroldo grafías domésticas y otras obtenidas por su padre que adquirieron
Conti) o del abordaje de problemáticas sociales y políticas compar­ estado público, con imágenes de cine y televisión.
tidas (las transformaciones en el modo de vida en el noroeste argen­ En los documentales autobiográficos, el foco de atención está
tino, el desmantelamiento de la red ferroviaria, la falta de controles puesto precisamente sobre el cineasta, dado que la representación
en la aeronavegación de pasajeros), los directores colocan en una que este lleva adelante indaga cuestiones que hacen a su historia de
zona secundaria las exploraciones sobre su mundo privado y su vida. La inmersión en el propio mundo no se limita a lo sentimental
experiencia. Estos films en general ostentan un elaborado trabajo y a lo afectivo, sino que implica un sistemático sumergimiento
de puesta en escena, dado que el acercamiento a las problemáticas en los espacios cotidianos del realizador, en la intimidad de sus
y a los personajes reconocidos requiere de una dosis de intriga para familiares y en las imágenes domésticas que expresan y movilizan
mantener el interés del espectador. En el nivel del espacio cinema­ la memoria. Madres con ruedas, Fotografías y M, por citar solo tres
tográfico, en estos documentales rara vez se accede al hogar de los ejemplos, ingresan en el espacio cotidiano de sus directores, bucean
directores o a su entorno cercano, sino que existe una preeminencia en sus fotografías y objetos personales, y hacen intervenir a los
de los espacios públicos, biográficamente significativos para los miembros del grupo familiar. La representación de la esfera pública
testimoniantes y las figuras retratadas. Por último, las elecciones no está, sin embargo, excluida en ninguna de estas obras, ya que,
de imágenes de archivo fotográficas o cinematográficas tienden aunque no sea el móvil que las origina, se convierte generalmente
a provenir de acervos públicos, ya sean del cine comercial, de la en el lugar de llegada, toda vez que los problemas que estos films
prensa gráfica, de la televisión o de noticieros. abordan (el terrorismo de Estado y la desaparición forzada de
Los documentales de experiencia y alteridad se caracterizan personas, la identidad como construcción social, cultural y étnica,
por emparejar las interrogaciones sobre lo público y lo privado. la crisis económica e institucional de 2001) son de común interés
La construcción de sentido de estas obras se realiza a partir de para grupos sociales más amplios.
las indagaciones en primera persona de sujetos cuya experiencia
y percepción resultan conmovidas por la existencia de personas o
eventos que forman parte del territorio de lo público. La cámara La primera persona: una variante productiva y
suele ingresar a sitios y espacios que les pertenecen y que, de multiforme
alguna manera, definen su identidad, y las inclusiones de material
de archivo pivotan entre lo doméstico y lo social. En Un tal Ragone Como he planteado al comienzo de este capítulo, detrás del
(Vanessa Ragone, 2002), la directora equipara la indagación sobre la surgimiento de narrativas en primera persona a partir del año
figura de su padre (Carlos Ragone) como sujeto privado (su espacio 00j se halla una serie de factores cinematográficos, estéticos y
afectivo, sus amistades, sus obsesiones) y como sujeto público (su Po íticos que exceden, y a la vez complementan, el devenir histó­
labor como fotorreportero profesional, su interés por las temáticas rico del documental local. Las formas de la primera persona en
sociales, su militancia política). Asimismo, la cineasta transmite a no ficción argentina contemporánea se articulan con diversas
sus pensamientos y percepciones sobre los descubrimientos de la Vertientes de la tradición vernácula, moduladas por las influencias
pesquisa, ya que el proceso de investigación sobre su padre es e modelos de representación provenientes del exterior.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 98

El cine de lo real se ha quitado de encima algunas obligaciones 3. Los discursos del yo en el cine documental
para con la esfera pública y parece constituirse como una herra­
mienta del sujeto para procesar su pasado, sus vínculos afectivos y
y en la literatura
negociar con otros actores sociales su identidad. Andrea Molfetta
(2011a: 550) define esta “poética performativa” como una técnica
de sí29 que reelabora los modos en que los cineastas se relacionan
con el dispositivo fílmico. Las modalidades autobiográfica y de
experiencia y alteridad son las que más profundamente apuntan
en esta dirección.
Las formas de la primera persona en los documentales epidér­
micos parecieran remitir a un fenómeno de mimesis de modelos
televisivos y documentales extranjeros y a una reformulación
vicaria del concepto de “autoría cinematográfica”. En concordancia
con lo dicho, Emilio Bernini señala que la actual es una generación
de autores sin obra, en la que precisamente la noción de “autor” se
ha convertido en una herencia más que en una construcción. Así es
como “el documental contemporáneo parece asentar su verdad en
la experiencia misma del cineasta como autor [...] que se muestra
a sí mismo en la imagen, antes que en el mundo histórico, en los
otros, o en el modo de representarlos” (2004: 43).30

29. La autora toma este concepto de la hermenéutica del sujeto de Michel


Foucault, para caracterizar las operaciones liberadoras que los sujetos realizan
en el documental performativo sobre sí mismos y sobre su grupo, interpretando
y procesando su presente con vistas a un proyecto de transformación futuro.
30. En el caso de directores como Fernando Solanas y David Blaustein, la
construcción de la autoría es previa a sus documentales en primera persona,
por lo que sus inscripciones subjetivas están cargadas semánticamente con el
aval de su trayectoria autoral.
La autobiografía, el autor y la historia del cine

Como primer interrogante surge la cuestión de la virtual inexis­


tencia -hasta fines de la década de los noventa- de documentales
autobiográficos realizados en la Argentina (con las excepciones
apuntadas y examinadas en el capítulo 1) y la prolífica irrupción
de obras que adoptan figuras autobiográficas sobre todo a partir del
nuevo siglo. Como ya he sostenido, hasta comienzos de los ochenta,
el documental estuvo condicionado, en sus formas y posibilidades
de expresión, por sus responsabilidades respecto de la representa­
ción fidedigna del mundo histórico y, en términos específicos, por
la necesidad de intervenir políticamente sobre la esfera pública y
el entorno social. Sin embargo, desde el retorno de la democracia,
con el trabajo de agrupaciones como Cine Ojo y Cine Testimonio,
se percibe una apertura hacia la palabra de actores sociales que
no necesariamente validan sus discursos por la pertenencia a un
grupo o colectivo más amplio. Se registra en estos años una dispo­
sición especial hacia relatos que adoptan parcial o totalmente una
línea biográfica en primera persona, aunque no sean los cineastas
los que asumen de un modo explícito el lugar del narrador en la
enunciación fílmica. Desde fines de los noventa, lo biográfico se
torna awtobiográfico cuando los realizadores se inclinan a narrar
su propia experiencia.
El Nuevo Cine Argentino de los sesenta marca un punto de
inflexión en cuanto a la concepción y valoración del realizador
como responsable último de la autoría del film. No obstante, ya a
fines de la década, la figura del autor sufre un doble revés. Por un
lado, el que le asestan los exponentes del cine político-militante,1
para quienes la figura del autor burgués debe disolverse en el
colectivo de los que militan por un cine descolonizado y comple­
tamente al margen del sistema de producción hegemónico y del
circuito comercial. Por el otro, el propio discurrir de la historia
del cine nacional demostró la progresiva asimilación de muchos
de los directores de la Generación del 60 por parte de un sistema

1. Octavio Getino y Susana Velleggia (2002) realizan un amplio estudio de


los objetivos comunicacionales y los soportes teóricos del cine militante de las
décadas de los sesenta y setenta. Ana Laura Lusnich (2009: 107-125) analiza
Familia tipo (Cecilia Priego, 2009). la producción teórica de los colectivos cinematográficos, en la que se incluye
Crédito: Imagen cedida por la directora. su perspectiva respecto a la cuestión de la autoría.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 102 103 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

industrial que acotó su margen de experimentación y de expre­ sentido regido por la “voz de Dios”. En la segunda, el documental
sión personal, homogeneizando sus estilos y reconduciéndolos de participativo construye sus proposiciones sobre el mundo de forma
acuerdo con parámetros institucionales y comerciales.2 dialógica, articulando las voces de los sujetos en una situación de
La aparición de una serie de documentales autobiográficos en mayor paridad con los responsables de la instancia enunciativa.
los noventa es, en primer lugar, la continuación de un proyecto En esta tercera, los documentales performativos y autobiográficos
cinematográfico autoral interrumpido a mediados de los setenta reconstruyen el mundo a partir de la puesta en discurso de la
y retomado por una nueva generación. Desde esta perspectiva, el experiencia subjetiva y personal del propio cineasta.
documental de autor sería la contrapartida en el terreno de la no El documental autobiográfico se asienta en un territorio cultural
ficción de lo ocurrido con la renovación en la ficción del Nuevo amplio, en el cual el sujeto es fuente, materia y agente de reflexión.
Cine Argentino que le fue contemporáneo, aunque, en el caso del Comparte así caracteres estilísticos, discursivos y políticos con
documental, el autor no siempre se construye a partir de una trayec­ otras narrativas del yo, en el contexto de un fenómeno expandido
toria consolidada en el medio, sino gracias a la inscripción explícita en la cultura contemporánea denominado “espacio biográfico”
de su subjetividad en el texto fílmico. En otras palabras, la noción (Arfuch, 2002) o “espacio autobiográfico” (Catelli, 2007).
de “autor” está más heredada que construida en el documental
argentino contemporáneo y funda su legitimidad en la presencia
del cineasta en el núcleo del relato y en la exposición de su expe­ El estatuto de lo autobiográfico y el problema
riencia e historia personal.3 Los protagonistas de los documentales del receptor
autobiográficos son los “héroes sin atributos”4 que, al expresar sus
“historias mínimas”, instituyen su estatus de autor cinematográ­
Los debates acerca del régimen discursivo de la autobiografía
fico, dado que, en la mayoría de los casos, se trata de óperas primas. han sido asiduamente tratados en la crítica y la teoría literarias
Esta podría ser una tercera fase de la introducción del sujeto en desde la década de los setenta en adelante. La aparición y circu­
los relatos no ficcionales. En la primera, la palabra de los actores lación de narrativas que de manera renovada incursionaban en
sociales es incorporada en el marco de modos de representación
un género que ya tenía, al menos, más de dos siglos de historia5
expositivos, para ejemplificar, justificar o validar un discurso de
movilizó discusiones en las cuales se dirimían, además de cues­
tiones conceptuales, posicionamientos de índole epistemológica: la
2. Marcelo Cerdá (2011: 387-410) aborda algunos de estos recorridos existencia de una subjetividad previa al lenguaje; la posibilidad de
prestando especial atención a la figura de Leopoldo Torre Nilsson. transmitir narrativamente la experiencia personal; las relaciones
3. Remito nuevamente a Emilio Bernini (2004: 43) cuando caracteriza la entre texto, referente y referencia; los problemas de verdad, vera­
generación actual de realizadores de documental como una generación de
cidad y verosímil en los discursos literarios; entre otros. De la
“autores sin obra”.
4. Desde el ámbito de la literatura, el crítico y teórico literario Julio copiosa bibliografía acerca del tema, solo deseo focalizarme en dos
Premat (2009) acuña el concepto de “héroes sin atributos” para describir Perspectivas divergentes.
el retorno de la figura del autor en el seno de los textos ficcionales, tras su Philippe Lejeune, en “El pacto autobiográfico”, editado original­
descrédito y cuestionamiento en las décadas de los sesenta y setenta por parte mente en 1975, define la autobiografía como un “relato retrospectivo
de estructuralistas y postestructuralistas. Según Premat, escritores como Juan
en prosa que una persona real hace de su propia existencia, poniendo
José Saer, Ricardo Piglia y Osvaldo Lamborghini incorporan en sus textos
vetas de su historia personal a partir de diversas estrategias de autofiguración.
En una línea contigua, Florencia Garramuño (2009: 240-241) observa una 5. Existe cierto consenso teórico en ubicar los inicios del género
reintroducción del sujeto, la experiencia y el cuerpo en las literaturas argentina autobiográfico hacia fines del siglo XVIII, con las Confesiones (1770) de Jean-
y brasileña desde los años ochenta, destacando que este fenómeno es una crítica Jacques Rousseau. No obstante, se trata sobre todo de una toma de conciencia
al proyecto modernista que había relegado la expresión de estas voces amorales MnUna forma de escritura 9ue ya tenía larga data en Occidente. Véanse May
de las producciones literarias. U982: 23), Catelli (2007: 217-218) y Loureiro (2001: 144-145).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 104 105 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

énfasis en su vida individual y, en particular, en la historia de su y es comunicable debido a su interposición. Por esta razón, De
personalidad” (1991: 48), en el cual existe identidad entre las dimen­ Man habla de “desfiguración”, ya que declara la imposibilidad de
siones del autor, el narrador y el personaje. Para saldar el problema postular la identidad certera entre una instancia extratextual y una
relativo a la posibilidad de identificar autor, narrador y personaje figura textual. En síntesis, los argumentos contra la validez de la
principal, Lejeune instala la noción de “pacto autobiográfico”. Solo autobiografía como género literario la consideran como “la escenifi­
a través de este pacto referencial -que excede lo estrictamente lite­ cación de un fracaso: [ya que] es imposible dar vida a los muertos; es
rario, en el sentido de que desborda hacia áreas paratextuales- entre imposible establecer lazos confiables entre pensamiento y lenguaje;
el receptor y la obra sería factible postular la identidad entre los tres es finalmente imposible que el relato de la propia vida se evada de
componentes mencionados. Para el teórico francés, la autobiografía es esa dialéctica entre lo informe y la máscara, en cuyo juego queda
un género contractual (Lejeune, 1991: 60) con pautas de negociación presa la estrategia del discurso del yo” (Catelli, 2007: 232).
variables históricamente, a través de la interacción de códigos como Estos abordajes expresan concepciones opuestas, desde ya, pero
los datos de publicación, la firma del autor, la información contex­ también complementarias, sobre los estatutos de los discursos de
tual de la edición, la publicidad, etcétera. Según Nora Catelli (2007: ficción y de no ficción. Las indagaciones de Lejeune sobre la auto­
295), el énfasis que Lejeune coloca en los elementos contractuales se biografía como género literario postulan la existencia de un exce­
debe “al reconocimiento explícito de la imposibilidad de hallar, en dente de realidad, de algo que está más allá del texto y que le otorga
el plano de los modos o voces del relato y en el de sus estructuras, una identidad singular a la autobiografía como género de no ficción.
criterios válidos para fundar una diferencia genérica. Sin la existencia La idea de “pacto autobiográfico” permite pensar en una negocia­
del nombre propio, todos los otros elementos (identidad, semejanza, ción particular entre el espectador y la obra que es asimilable a
diferencia) carecerían de importancia”. El nombre propio y la firma los vínculos que establece con su espectador el cine documental.
del autor son, entonces, los elementos de nominación que garantizan Se trata de una concepción que presta atención al funcionamiento
el funcionamiento del pacto y del género autobiográfico mismo. pragmático de los discursos y no solo a su textualidad.
Paul de Man publicó en 1979 “La autobiografía como desfigu­ Si el cine documental, desde su temprana definicióngriersonianaf
ración”, en donde fue uno de los primeros en criticar la concep- es un territorio de representación delimitado por factores que
tualización anterior de la autobiografía. De acuerdo con De Man exceden lo textual y se encuentran en el orden de lo institucional
(1991: 114), la autobiografía no es un género o un modo discursivo, y de lo comunicacional, entonces la formulación de Lejeune es
sino una figura de lectura y de entendimiento que puede hallarse apta para pensar el documental, el género autobiográfico y, por
potencialmente en todo texto. Donde Lejeune observa el funcio­ ende, el documental autobiográfico en términos de un contrato de
namiento de un pacto, De Man señala la existencia de un tropo, lectura entre el emisor y el receptor. Roger Odin (2008: 201), desde
de una figura retórica denominada “prosopopeya”. Para el autor, un enfoque semiopragmático, propone la existencia distintiva de
la autobiografía es la prosopopeya de la voz y del nombre, dado un modo de lectura documentalizante basado en tres elementos:
que se caracteriza por darles voz a los ausentes, a los muertos, a
los seres sobrenaturales o inanimados. Lo complejo de esta voz a) la construcción de un enunciador al que el lector hace partí­
es que se trata de un tropo que hace las veces de sujeto de lo que cipe de su mismo espacio y al cual se siente autorizado a
narra, sin poder garantizar identidad entre sujeto y tropo (Sarlo, interrogar;
2005: 39). Para el autor, en la autobiografía no habría verdad, sino
una máscara que señala decir su verdad.
6. El realizador inglés John Grierson es considerado uno de los padres del cine
La refutación de De Man se dirige a cuestionar la existencia de documental. En el año 1926 fue uno de los primeros en asignar “valor documental”
un yo (como esencia o sustancia) precedente al acto discursivo. Solo a un film, en oportunidad de la crítica que efectuase de Moana (Robert Flaherty,
a través de la narración -y del lenguaje- se modela una máscara 1926). Más tarde, su definición del documental como creative treatment ofactuality
(personaje, figura, representante) en la que se aloja un yo que vive (tratamiento creativo de la realidad) se volvería canónica. Véase Grierson (1993).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 106 107 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

b) el cuestionamiento de este enunciador en términos de verdad, teóricos tienen una posición escéptica respecto de la posibilidad de
más allá de su respuesta (es el tipo de pregunta que se le hace demarcar territorios disímiles a nivel textual para la ficción y para
al film lo que lo hace documental y no la respuesta que el el documental. Desde perspectivas postestructuralistas o decons­
film brinda); tructivas, sostienen que el documental es eminentemente un modo
c) la evaluación de orden informativo del film que se muestra. de recepción y que, por lo tanto, cualquier film es susceptible de
ser leído como documental o como ficción (Winston, 1995: 253).
La perspectiva contractual permite conectar los pactos de la Carl Plantinga (2011) cuestiona este tipo de planteos. De acuerdo
autobiografía como género literario con los del cine documental, con el teórico inglés, la concepción “escéptica” confunde un docu­
dado que en ambos casos existe un vínculo indicial con lo real, con mento con un documental y no tiene en cuenta que “el estatus
predominio de la función referencial y se propone al espectador de una película como ficción o documental es una construcción
un contrato de lectura diverso del cursado por la ficción (Cuevas, social arraigada en la función comunicativa que se cree que los
2005: 222). Las advertencias que formula De Man, por otro lado, documentales deben tener en el discurso social”. Plantinga propone
alertan sobre las diferentes máscaras y figuras utilizadas por los una concepción superadora de los enfoques meramente textualistas
realizadores de autobiografías fílmicas y literarias. En otras pala­ o espectatoriales, asentándose en las teorías de la acción comu­
bras, este autor nos señala el peligro de adoptar un sesgo ilusionista nicativa.7 Para el autor, en la no ficción el director adopta una
en la interpretación de las obras, perdiendo de vista el complejo postura asertiva con relación a la existencia en el mundo real de
entramado de mediaciones textuales que intervienen en el pacto, las proposiciones efectuadas en su obra. Mientras en la ficción el
aun en los géneros no ficcionales y en las representaciones más narrador toma una postura ficticia hacia el mundo proyectado por
veristas. la obra, en el documental se adopta una postura asertiva, presen­
tándose dicho mundo como algo que verdaderamente ocurre en
el mundo real.
¿Qué es un documental? En relación con la anterior, la incorporación de la primera
persona autoral en el cine documental producirá perturbaciones
Los problemas en torno a la definición de la autobiografía como en los pactos comunicativos entre la obra y el espectador, dado
género literario y a la conexión de su discurso con el ámbito de que el tipo de aserción sobre el mundo histórico formulada por
lo real se asocian con las indagaciones contemporáneas sobre la el documental ingresaría en una zona de relativismo a causa del
especificidad del cine documental. énfasis en la subjetividad. Precisamente Bill Nichols (2006: 200)
Bill Nichols (1997: 54-55) señala que para identificar una obra señala como uno de los rasgos específicos del modo performative de
como documental no es suficiente circunscribirnos al área de representación documental la ruptura con la lógica persuasiva que
emisión de los discursos ni tampoco al texto fílmico. Para Nichols domina los otros modos de representación, ya que la enunciación
(1997: 56), el espectador de cine documental utiliza “procedimientos se desvía de las cualidades referenciales operando a partir de una
de compromiso retórico” que dirigen su visionado e identificación combinación mutable de cualidades retóricas, poéticas y expresivas.
del film. Estos procedimientos hacen que el espectador le asigne
una motivación a aquello que percibe en las imágenes y los sonidos.
Entre estas motivaciones se encuentran la búsqueda del realismo,
la funcionalidad de la construcción audiovisual y el trabajo con la 7. Según Plantinga, las teorías de la acción comunicativa son “aquellas que
intertextualidad para promover un efecto de corpus con obras ante­ caracterizan o definen el documental como una especie de acto lingüístico o
riores del terreno documental. Otros autores conciben enteramente acción comunicativa. Las teorías de la acción comunicativa se desprenden de
el cine documental a partir de la instancia espectatorial. Estos la teoría de los actos lingüísticos y tienden a encontrar que el rasgo distintivo
del documental es una clase de acto ilocutorio” (2011).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 108 109 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

Las formas del documental autobiográfico del documentalismo -Chris Marker, Johan van der Keuken, Joris
Ivens, por nombrar solo algunos exponentes ilustres-.
La intersección entre autobiografía y cine documental es, sin Las formas autobiográficas -diarios íntimos, autorretratos,
duda, una de las variantes expresivas más prósperas del cine de no cartas, diarios de viaje, confesiones, memorias- se han instalado en
ficción de las últimas décadas. Alain Bergala (2008: 27-28) sintetiza los últimos años, no solo en los ámbitos de la literatura y del cine,
esta productividad en tres puntos. En primer lugar, señala que sino también en el teatro9 y en las artes visuales.10 La multiplicidad
en el mundo del cine, conjuntamente con una creciente norma­ de un corpus que se acrecienta cada día es la más categórica muestra
lización de la producción y difusión, han surgido nuevas formas de la vigencia de las narrativas del yo, a pesar de las impugnaciones
de libertad toleradas, de las que los discursos audiovisuales en teóricas que se le han realizado al género. Así lo confirma Philippe
primera persona son parte. En segundo lugar, observa la aparición Lejeune, en un artículo dedicado al cine autobiográfico, al señalar
de nuevas tecnologías de registro y reproducción que día a día se que “¡el cine autobiográfico tal vez no sea posible en teoría, pero
acercan a cumplir el viejo sueño de la caméra-stylo* En tercer lugar, en la práctica existe! Incluso si es rara vez y confidencialmente,
distingue la existencia de un cierto “malestar de la civilización”, incluso si es de otro modo” (2008: 17).11 En un sentido semejante
que explicaría la necesidad de autoexpresión por parte de indivi­ se pronuncia Sylvia Molloy en la introducción de su estudio sobre
duos que no hallan en las estructuras tradicionales de referencia la escritura autobiográfica en Hispanoamérica (1996: 11-12). La
simbólica (la familia, el mundo laboral, la sociedad de clases) un autora indica que le parece de mayor interés analizar las formas de
sitio apto para tramitar su identidad. En este sentido, toda filma­ autofiguración, las estrategias textuales y las atribuciones genéricas
ción autobiográfica “forma parte más o menos de una estrategia que detenerse en los dilemas lingüísticos y filosóficos que plantea
del cineasta para actuar” (Bergala, 2008: 29), con el objetivo de la escritura autobiográfica.
modificar tanto su propia vida como su entorno. Desde la perspectiva de la teoría del cine documental, el
La productividad de la autobiografía ha comprendido histórica­ encuentro con la autobiografía ha sido considerado mayormente
mente diferentes formas de la no ficción. La vanguardia estadouni­
dense de los cincuenta y sesenta es seguramente uno de los ejem­ 9. Tal como ocurre en el campo audiovisual, la productividad de las
plos más contundentes de los trabajos experimentales con rasgos escrituras del yo en el teatro argentino se ha extendido notoriamente en las
autobiográficos. Me refiero a un sector de la obra de Maya Deren, últimas dos décadas. En esta línea, Vivi Tellas coordinó el Proyecto Museos
Kenneth Anger, Hollis Frampton, Jonas Mekas y Stan Brakhage, (1995-2000), compuesto por quince espectáculos teatrales, y continuó sus
indagaciones sobre lo biográfico con el Ciclo Biodrama: sobre la vida de
que fue continuado, en cierta medida, por un conjunto de cineastas
las personas, desde 2002 hasta la fecha. Otros teatristas, como Alejandro
experimentales contemporáneos como Marlon Riggs, Su Friedrich, Tantanian, Lola Arias y Mariana Obersztern, han incursionado también en
Ross McElwee, Alan Berliner y Jay Rosenblatt, entre tantos otros. el terreno del biodrama, el teatro documental y el teatro autobiográfico. Para
En su estudio sobre el documental autobiográfico en los Estados un estudio más exhaustivo de estas expresiones, véanse Trastoy (2002; 2008)
Unidos, Jim Lane (2002: 15-16) da cuenta de las continuidades y Sagaseta (2006).
entre estas dos “generaciones” y su común rechazo de la tradición 10. Anna María Guasch (2009) realiza un estudio interdisciplinario de una
serie de manifestaciones autobiográficas en el terreno de las artes visuales
del Direct Cinema. Las manifestaciones de la autobiografía fílmica
contemporáneas, deteniéndose en las producciones de On Kawara, Mary
abarcan también la autoficción más o menos comercial -Nanni Kelly, Hanne Darboven, Sol LeWitt y Cindy Sherman.
Moretti, por ejemplo- y los ejercicios de autoindagación en el marco 11. El autor está confrontando con el cuestionamiento de la poetisa
estadounidense Elizabeth W. Bruss (1980) a la validez del régimen
autobiográfico en el audiovisual. El eje de la crítica de Bruss es muy similar
8. En el año 1948, Alexandre Astruc (1993) expresaba la posibilidad de al de la propuesta de Paul de Man: si el yo no es una entidad preexistente al
que el realizador cinematográfico utilice con suma libertad la cámara para lenguaje y solo se constituye a través de este, entonces la materia audiovisual
componer fílmicamente, así como el autor literario usa la pluma. imposibilitaría la fusión completa del yo entre el enunciador y el enunciado.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 110 111 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

de forma optimista. Entre los diversos estudios que se dedicaron El “espacio biográfico” en la cultura contemporánea
al tema,12 me interesa retomar una propuesta reciente de Michael
Renov (2008), ya que se conecta especialmente con las preocu­ Desde mediados de la década de los ochenta, tras la recuperación
paciones de este libro. El teórico estadounidense sostiene que la y estabilización del sistema democrático, en la Argentina, así como
incorporación de las formas autobiográficas al sistema del cine en otras latitudes del mundo occidental, se ha manifestado una
documental produjo una auténtica conmoción en sus estructuras renovada emergencia de los discursos del yo. Estos discursos de
narrativas y estéticas y en sus concepciones de mundo. Las cuatro orden social, político y cultural manifiestan la expresión de subje­
tesis de Renov (2008: 49) son por demás elocuentes: tividades que hasta el momento se hallaban parcial o totalmente
desplazadas, marginadas o inscriptas en sistemas de representación
a) el propio concepto de “autobiografía” reinventa el concepto y referencia colectivos que, por una miríada compleja de razones
canónico de “documental”; -el acotamiento del rol protector del Estado, el avance de políticas
b) la autobiografía fílmica no es algo nuevo; socioeconómicas neoliberales, el persistente resquebrajamiento del
c) la autobiografía fílmica tiene múltiples formatos; funcionamiento tradicional de las instituciones familiar y laboral,
d) lo autobiográfico comprende y conjuga lo político. la avanzada de los medios masivos de comunicación sobre la esfera
privada en una era de globalización, etcétera-,13 dejaron de operar
Los argumentos generales detrás de estas aserciones indican como ejes de pertenencia e identificación social. La narración de la
que la autobiografía interseca el cine de no ficción tempranamente propia experiencia, la apertura hacia la intimidad y la exposición de
en la década de los sesenta y trastoca la “gloria epistemológica” la subjetividad se instalaron en los discursos y en las prácticas de
del discurso documental. Podría decirse que lo autobiográfico las esferas artísticas e intelectuales, así como en el horizonte de los
inyecta en el territorio sólido del documental cierto escepticismo medios masivos de comunicación (primordialmente la televisión),
factual e incertidumbres subjetivas que derrumban cualquier el cine documental y los medios electrónicos. Beatriz Sarlo (2005)
idea de “conocimiento verificable”, sustentado en datos fácticos y denomina este proceso “giro subjetivo” y, analizándolo desde una
argumentaciones lógicas. Según Renov, “las verdades privadas, las perspectiva local, lo vincula especialmente con el modo en que
realidades internas, se han vuelto el asunto del documental tanto los actores sociales contemporáneos construyen sus discursos y
como las proclamaciones públicas” (2008: 42). Desde un planteo reflexiones sobre el pasado cercano (y, más específicamente, sobre
foucaultiano, el autor sostiene que en el mundo contemporáneo, las décadas de los sesenta y setenta). En términos de la autora:
organizado alrededor de instituciones que controlan, disciplinan y
presionan al sujeto, la autobiografía es una herramienta de reacción Este reordenamiento ideológico y conceptual de la sociedad del
contra la sujeción, que habilita una construcción más justa de la pasado y sus personajes, que se concentra sobre los derechos y la
propia identidad. Renov afirma así la politicidad inherente a ciertas
expresiones autobiográficas, en contra de los que asignan al género 13. Estos fenómenos podrían sintetizarse bajo el rótulo de “posmodernidad”.
caracteres de “ensimismamiento y solipsismo, [ya que carecería Esta daría cuenta, ampliando el foco de reflexión, de la ruptura con los grandes
de] poder de acción [y sería] incapaz de dilucidar o comprender sistemas explicativos del mundo (el marxismo, el estructuralismo, las corrientes
el campo social” (2008: 47). macrosociológicas, la historiografía y la antropología clásicas, etcétera), el
descentramiento y la fragmentación del sujeto y el surgimiento de epistemologías
que, para los críticos del “nuevo paradigma”, son excesivamente relativistas y,
para otros, simplemente fragmentarias, tentativas, ligadas a la experiencia y,
Por lo tanto, más funcionales y operativas. Lo anterior remite a la discusión
12. Además de una serie de ensayos monográficos específicos sobre sobre modernidad y posmodernidad, de cuya extensísima literatura se pueden
directores, destaco el ya mencionado estudio de Jim Lane (2002) y la destacar: Vattimo (1994); Berman (1988); Lyotard (1989); Lipovetsky (1993) y
Bauman (1999), entre otros.
compilación de Gregorio Martín Gutiérrez (2008).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 112 113 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

verdad de la subjetividad, [...] [c]oincide con una renovación análoga diversas disciplinas artísticas y culturales, entre ellas, el cine
en la sociología de la cultura y los estudios culturales, donde la documental. Retomando la idea de Leonor Arfuch, todo docu­
identidad de los sujetos ha vuelto a tomar el lugar que, en los años mental en primera persona es susceptible de ser interpretado como
sesenta, fue ocupado por las estructuras [...]. [L]a historia oral y la manifestación de una experiencia colectiva que da cuenta de
el testimonio han devuelto la confianza a esa primera persona que
una época, pero algunas obras disponen de estrategias discur­
narra su vida (privada, pública, afectiva, política), para conservar el
sivas que tienden a privatizar la experiencia personal reduciendo
recuerdo o para reparar una identidad lastimada (Sarlo, 2005: 22).
su conexión con lo social, mientras que otras operan de forma
inversa, radicando su politicidad en el reenvío dialógico entre lo
La profusión contemporánea de narrativas autobiográficas en
colectivo y lo individual.
distintas disciplinas artísticas se inscribe, entonces, en un proceso
más amplio que compromete no solo las escrituras específicamente
autobiográficas, sino una red heterogénea de manifestaciones del
yo que Leonor Arfuch (2002) caracteriza como “espacio biográ­ El documental y la literatura: una zona de confluencias
fico”. Asentada en la teoría de los géneros discursivos de Mijaíl
Bajtín (2008), que postula la imposible coincidencia entre autor y A partir del concepto de “espacio biográfico”, es posible deli­
narrador, Arfuch se despega de la idea de lo autobiográfico, para near un conjunto de relaciones entre expresiones artísticas que
definir como biográfico el territorio discursivo complejo en que pertenecen al territorio de las narrativas del yo en la literatura y
se expresa la subjetividad contemporánea. Así concibe un espacio en el cine. Esta operación permite comprender que ciertos docu­
biográfico comprehensivo, que no es una suerte de macrogénero en mentales argentinos contemporáneos en primera persona sean
el que convive una serie de géneros establecidos y regulares, sino exponentes cinematográficos que, si bien se vinculan y dialogan
como “un escenario móvil de manifestación -y de irrupción- de con la tradición del cine de no ficción local, forman además parte
motivos, quizá inesperados”, en cuya órbita de interés ingresan “los de un entramado cultural más extenso, atravesado por múltiples
diversos momentos biográficos que surgen, aun inopinadamente, en discursos del yo y manifestaciones de la subjetividad. El análisis
diversas narrativas, en particular, las mediáticas” (Arfuch, 2002: 60). de obras literarias anteriores y contemporáneas a los films docu­
Arfuch se ubica a medio camino entre dos interpretaciones anta­ mentales permite reconocer la existencia de similares dinámicas
gónicas: la concepción crítica del proceso, que vincula la irrupción de de enfrentamientos y reparaciones, así como de tensiones entre
las narrativas personales con el repliegue de los sujetos sociales en mostración y ocultamiento de la identidad, cuando los autores
la década de los noventa tras la disolución del Estado benefactor, el incluyen en sus relatos materiales relacionados con su experiencia
crecimiento del cuentapropismo, la exaltación de los valores de lo y su mundo de referencia.
privado y el énfasis en el bienestar personal; y la concepción optimista, Me detendré en los documentales Papá Iván (María Inés Roqué,
que encuentra en la expresión de nuevas subjetividades la posibi­ 2000), Los rubios (Albertina Carri, 2003), M (Nicolás Prividera,
lidad concreta de consolidar políticas de la diferencia que cuestionen 2006), Diario argentino (Lupe Pérez García, 2006), Fotografías
las configuraciones tradicionales de la identidad. Avalada en un (Andrés Di Telia, 2006), Madres con ruedas (Mario Piazza y Mónica
pensamiento plural, Arfuch propone un enfoque no disociativo de Chirife, 2006), Familia tipo (Cecilia Priego, 2009), y en los textos
lo público y lo privado, señalando que “no hay posibilidad de afir­ Prisión perpetua (Ricardo Piglia, 1988), Cómo me hice monja (César
mación de una subjetividad sin intersubjetividad, y por ende, toda Aira, 1993), Historia del llanto (Alan Pauls, 2007), La casa de los
biografía, todo relato de la experiencia es, en un punto, colectiva/o, conejos (Laura Alcoba, 2009) y Los topos (Félix Bruzzone, 2008).
expresión de una época, de un grupo, de una generación, de una Estas obras muestran recurrencias en sus formas de:
clase, de una narrativa común de identidad” (2002: 79).
La existencia de un espacio biográfico heterogéneo y abar- a) plantear enfrentamientos y reparaciones de orden genera­
cativo permite trazar relaciones entre las narrativas del yo en cional;
el cine documental en primera persona 114 115 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

b) construir máscaras y pactos para negociar el vínculo entre Enfrentamientos, reparaciones


obra y espectador;
c) exponer un discurso personal apoyándose en saberes y Las narrativas del yo en ocasiones se convierten en auténticas
lecturas no convencionales. herramientas de los autores para procesar asuntos referidos a su
historia familiar, sentimental, cultural y política, pero también
Los documentales mencionados se ajustan al concepto de “auto­ para sentar posición desde el presente sobre los conflictos, los
biografía” según los parámetros de Lejeune (1991) y se distinguen traumas y las vivencias del pasado. Las prácticas autobiográficas
por poner en escena —fílmica, simbólica, discursiva— situaciones reelaboran la experiencia del pasado desde la perspectiva, los
referidas a la experiencia de vida de sus creadores. En este sentido, la valores y los intereses que el sujeto de la narración tiene en el
asunción de la primera persona y la inscripción del yo no son sola­
presente y, también, de acuerdo con sus expectativas de futuro.
mente un recurso narrativo entre otros disponibles, sino una nece­ Según Alberto Giordano, “el recurso al pasado viene a sostener
sidad que funda la ética —y la existencia misma— de sus discursos. una representación del presente que es respuesta a un llamado del
Incluir en este grupo las obras de Pérez García, Di Telia, Priego, futuro” (2006: 172). Alain Bergala sostiene que “cuesta imaginar a
y Piazza y Chirife es una decisión en pos de que el análisis de las alguien emprendiendo un proyecto autobiográfico sin que haya, en
narrativas del yo trascienda los límites del concepto de “generación” su fuero interno, algo que reclame de uno u otro modo reparación”
y las indagaciones sobre posmemoria del terrorismo de Estado, en (2008: 28). Las escrituras del yo, además de un acto individual,
busca de continuidades en torno a las formas autobiográficas. La buscan algún tipo de impacto social; de lo contrario, los autores
elección de las novelas no tiene pretensiones de exhaustividad,14 optarían por mantener sus discursos en la esfera de lo privado,
sino la intención de exponer un abanico de variantes discursivas, expresándose a través de diarios íntimos, cartas o confesiones,
estilos amorales y perspectivas generacionales, que se conectan en
que no necesariamente tomarían estado público. En este sentido,
diferentes puntos con los films documentales.15 es lícito suponer que la puesta en discurso de algo que podría
estar relacionado con la historia personal también se debe a que el
14. Del extenso conjunto de obras literarias atravesadas por las narrativas
autor no se considera del todo representado por los relatos sociales
del yo y los discursos de la experiencia publicadas durante los últimos años,
pueden señalarse, entre otras: ¿Vos me querés a mí? (Romina Paula, 2005), El establecidos o, por lo menos, no encuentra en estos los contornos
mendigo chupapijas (Pablo Pérez, 2006), La vida descalzo (Alan Pauls, 2006), que refieren particularmente a su identidad.
Monserrat (Daniel Link, 2006), Confesionario I y II (editados por Cecilia Esta dinámica reparatoria involucra inherentemente cierta
Szperling, 2006-2007), Derrumbe (Daniel Guebel, 2007), Sola, otra vez (Patricia conflictividad. Para definir su identidad, para expresar su yo,
Suárez, 2007) yLas teorías salvajes (Pola Oloixarac, 2008). Esta profusión artística el sujeto recorta su discurso en el enfrentamiento con un otro,
está acompaña por una serie de estudios críticos; entre los más relevantes.
Giordano (2006); Catelli (2007); Garramuño (2009). Sobre la presencia de la
que puede ser la propia familia, una determinada concepción
figura del autor en la narrativa literaria, cabe destacar Premat (2009); Molloy político-ideológica o el sistema de valores imperante. La disputa
y Siskind (2006); Giordano (2008). La temática (y la legitimidad de este tipo generacional es un tópico regular de las autobiografías fílmicas y
de literatura) también se ha consolidado académicamente en eventos como los de algunos relatos literarios contemporáneos, que cruza en línea
coloquios internacionales “Escrituras del yo”, organizados por la Facultad de transversal cuestiones como familia, ideología y creencias.
Humanidades y Artes de Rosario en 2008,2010 y 2014.
15. Ricardo Piglia, César Aira y Alan Pauls son autores que han tenido
una relación estrecha con el campo cinematográfico. Piglia, además de haber aldmi dieron a conocer el libro que acompaña el film homónimo (Hachazos,
sido guionista de films como El astillero (David Lypszyc, 1999)y La sonámbula nares Di Telia, 2011). El evento se realizó en la Fundación Telefónica el 10 de
(Fernando Spiner, 1998), reelabora elementos del imaginario cinematográfico gosto de 2011. Pauls, por su parte, es autor de varios guiones cinematográficos
recurrentemente en su obra literaria. En el ámbito del cine documental es y ambién desarrolló una amplia tarea como crítico y ensayista sobre cine. En
destacable su vinculación con Andrés Di Telia hasta el punto de haber oficiado ámbito del documental, Pauls colaboró en el guión de Los rubios y fue el
de presentador de la performance “Hachazos”, en la que Di Telia y Claudio oguionista del pionero fake vernáculo La era del ñandú (Carlos Sorín, 1987).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 116 117 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

Veamos, para aclarar este punto, lo que hace Pauls en Historia protagonista siente frente a los valores, la estética y la ideología que
del llanto, en la que incorpora, de manera lúdica e imaginaria, parecen concentrarse, de un modo significativo, en la figura del
ciertos elementos autobiográficos. El protagonista, de clase media músico. El narrador habla de su aversión por esa suerte de culto
progresista, relata una serie de sucesos ligados a su formación senti­ a “lo cercano”, compuesto por una extorsión político-sentimental
mental, cultural y política desde mediados de los años sesenta mediante la cual el cantautor se comunica con su público:
hasta el retorno de la democracia, en la década de los ochenta.
Siguiendo la cronología de una memoria tan dispersa y selectiva Llama a desalambrar la tierra, o a expropiar los medios de produc­
como absolutamente precisa en detalles cuando los sucesos abor­ ción con el mismo tono próximo, cómplice, confidencial, con que
dados así lo requieren, el narrador da cuenta en paralelo de la hasta entonces celebra el milagro cotidiano de un chaparrón, invita
conflictiva relación con sus progenitores -especialmente con su al bar a la chica que ve todos los días en la parada del colectivo o
contempla envejecer a su padre en una ensoñación piadosa (Pauls,
padre- y de un conjunto de hechos que basculan entre lo personal y
2010: 35).
lo colectivo: la temprana fascinación con el personaje de Superman,
el vínculo amoroso con una novia chilena de derechas y el posterior
impacto ante el golpe de Estado contra Salvador Allende de 1973, El encarnizamiento de la novela para con la figura del cantautor
el rechazo frente a la figura de un cantautor de protesta, la lectura y sus deudos16 no remite únicamente a una perspectiva escéptica o
crítica sobre los valores políticos que estos representan, sino a una
de la literatura militante de los años setenta, etcétera.
ruptura vital que imposibilita la comunicación entre el protagonista
La obra de Alan Pauls revisa algunos de los tópicos de la lite­
y un mundo ajeno, al que somete al escarnio de su mirada. Podría
ratura testimonial (no casualmente el subtítulo del libro es “Un
testimonio”) sobre la década de los setenta, para devolver una inter­
señalarse, a modo de hipótesis, que la molestia y la angustia por
pretación crítica y -pretendidamente- desmitificante. Para tal fin sentirse fuera de ese círculo, de ese territorio de afectos políticos al
adopta un procedimiento regular de las escrituras íntimas: hacer que pertenece su padre, explica la agresividad con la que lo carac­
teriza. La “náusea” que le producen todos aquellos que celebran
circular los eventos de la Historia por el filtro de una mirada fuer­
el mundo de “lo cerca” es un rasgo que define la identidad del
temente subjetiva. En este caso, se asume el punto de vista de un
personaje central de esta historia. Él es justamente el distinto, el que
joven, cuya edad en la ficción coincide con la edad real del autor
al momento de la escritura. Esto le permite a Pauls construir un
repudia y considera abyecta esa comunidad político-sentimental:
relato agrio, irónico y despiadado que se contrapone ostensible­
De ahí en más, todo lo que rodea al cantautor de protesta [y a]
mente al relato mítico e idealizado que formuló sobre la época un sus contemporáneos, sus coetáneos, sus, como se dice en la época,
sector de la militancia política. La novela enlaza lo íntimo y lo compañeros de ruta”, como también la época que lo encumbra,
político de tal forma que no es posible separarlos. Por eso mismo, los valores que defiende, la ropa que usa, todo se le aparece rancio,
el enfrentamiento, la bravata entre escéptica y angustiante que el viciado de la pestilencia singular, tan tóxica, de esos manjares que
relato dedica a los lugares comunes del imaginario social de los más allá de cierto umbral de tiempo, cuando se descomponen,
setenta es directamente proporcional a la cáustica descripción que irradian una fetidez bestial, difícil aun de concebir en las cosas
se realiza de la figura del padre del protagonista. en que la putrefacción es el único estado de existencia posible
La embestida y la desafección frente a ciertos emblemas (Pauls, 2010: 40).
culturales y políticos de aquellos años se reflejan ejemplarmente en
dos momentos de la obra. En el primero, el padre del protagonista 16. El término se ajusta a la relación que, según el protagonista, el cantautor
mantiene con su público: “Es la atracción, el magnetismo del cantautor de
lo lleva al concierto de un conocido cantautor de protesta (sobran
Protesta, difícil ya de resistir para cualquiera, como lo prueban los miles y
índices para que el lector nativo de inmediato reconozca que se miles de imbéciles que a lo largo de los años corean su nombre, se nutren
trata de Piero) que retorna del exilio. La anécdota le sirve a Pauls de sus declaraciones a la prensa, cantan sus canciones, compran sus discos y
para encargarse minuciosamente de señalar la repugnancia que el agotan las entradas a sus conciertos” (Pauls, 2010: 42).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 118 119 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

El segundo momento no refiere a una posición cáustica como la el personaje emprende un recorrido físico (circula por diferentes
anterior, sino a la inquietante situación de quien no puede -aunque espacios de la ciudad de Buenos Aires, Moreno y Bariloche) y
quiere- conmocionarse ante una inflexión trágica de la historia. afectivo, que lo lleva a vincularse amorosamente con Romina, su
Es lo que le sucede al protagonista cuando, en la casa de un amigo primera novia, militante de la agrupación H.I.J.O.S. (aunque no es
militante, se entera por televisión del bombardeo de La Moneda hija de desaparecidos); Maira, una travestí que elucubra podría ser
y del golpe de Estado en Chile. Lo que este hecho contribuye a su hermano nacido en cautiverio; Mariano, un compañero que le
remarcar es el desajuste entre su estructura de sentimientos y las brinda casa y trabajo; y el Alemán, un brutal ingeniero que dirige
convicciones políticas de sus amigos, convicciones que comparte, la obra para la cual termina trabajando en Bariloche.
aunque nunca terminan de encarnarse, de estar lo suficientemente El enfrentamiento se concreta entonces como decepción de un
“cerca” de sus modos de sentir: mandato social que responde, en esencia, a la cultura política de
los padres. El protagonista de Los topos, aunque realiza conjeturas
Él también quisiera llorar. Daría todo lo que tiene por llorar, pero sobre la desaparición de su madre y sobre la posible existencia
no puede [...]. [E]nvidia el llanto, desde luego, lo incontenible del de un hermano nacido mientras esta se hallaba en cautiverio, no
llanto [...]. [E]nvidia lo cerca que su amigo está de las imágenes que responde con su accionar (con su deseo) al precepto de búsqueda,
lo hacen llorar [...]. [E]se día fatídico, pues, maldice el día también justicia y reparación representado por la organización H.I.J.O.S.
fatídico, siete años atrás, en que decide no ceder más, no darle el Así, la trayectoria del personaje devela una mutación en cuanto a
gusto a su padre, dejar de llorar para siempre (Pauls, 2010: 74-76).
su identidad sexual. Emilio Bernini (2010) señala la coexistencia
de una novela queer y una novela de hijo de desaparecidos, que a
La última frase de la cita conecta con la narración de un episodio lo largo de la narración decanta primordialmente hacia la primera,
entre él y su padre en el club de tenis. La conflictiva relación con el dado que la identidad como construcción proviene de la cultura
padre, distante pero “cercano”, tras la separación de su madre, es la queer antes que de la cultura política (que requiere de identidades
que instala en el protagonista la imposibilidad del llanto, de unión estables). La reparación que solicita Los topos no se halla en el
con un mundo del que nunca se siente contemporáneo, aunque orden de saber qué pasó con la madre desaparecida, sino en el
cuente -o quizá justamente porque cuenta- con todas las herra­ derecho de un hijo a hacer otra cosa con el legado y construir una
mientas intelectuales para comprenderlo. El padre se configura identidad que de alguna forma se subleve ante la insistencia del
como la sombra de una herencia que lo acecha y de la cual intenta de pasado sobre el presente. Según Bernini, la tesis central de la
un modo doloroso despegarse, si bien persistentemente le demuestra novela se apoya en la particular lectura de las huellas del pasado
que esta herencia también es parte de su personalidad: sobre el presente:
No ha dado tres pasos, sin embargo, y ya siente a su padre atrás, Entre el terrorismo de Estado que aniquiló a los padres y la vida
ya escucha su voz que ahora con alarma vuelve a llamarlo. No hay devastada de los hijos no hay corte sino continuidad. Pero no por
vida nueva, no hay horizonte, no hay indulto. Todo ha fallado. el hecho mismo de que ser un hijo de desaparecidos es una devas­
Solo queda escapar y si quiere escapar no le queda más remedio tación de la vida del hijo (que la novela no deja de narrar en las
que apurarse (Pauls, 2010: 78). pesadillas, en los desmayos, en la deriva misma —en su deriva social,
en su deriva erótica, en la deriva identitaria- del narrador), sino
Los topos también relata un enfrentamiento, no contra los padres, porque en la cultura aun democrática se perpetúa el fascismo en
sino contra los restos de la cultura de los padres en el tejido social sus formas familiares, cotidianas, micropolíticas.
contemporáneo. El narrador y protagonista de la novela, cuyo
nombre -como ocurría con el personaje de Historia del llanto- El enfrentamiento en la novela de Bruzzone es más indirecto,
nunca se nos informa, es un hijo de desaparecidos que vive con elíptico y despersonalizado que en Historia del llanto, ya que apunta
su abuela (situación que comparte con su autor). A través del relato, a los mecanismos sociales de identificación, antes que a los actores
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 120 121 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

sociales -partidos políticos, organizaciones militantes, núcleos fami­ la convivencia en la clandestinidad, el sentimiento de encierro
liares- que en una determinada coyuntura formaron parte de él. y persecución- que marcaron la experiencia de vida de muchas
Cómo me hice monja es una nouvelle contada desde la mirada de familias de militantes.
una niña llamada César Aira, en la que el autor plasma literariamente La escritora codifica el texto emplazando como receptora imagi­
de forma radical el concepto de prosopopeya de De Man (1991) y las nada a Diana Teruggi,18 a quien dedica el libro. En la introduc­
desfiguraciones que este implica. El relato retrospectivo comprende ción, además, expone los motivos que originaron el relato: “Te
una serie de peripecias que comienzan cuando el personaje tiene preguntarás, Diana, por qué dejé pasar tanto tiempo sin contar
6 años (“antes de eso no hay nada”, señala la niña) y se muda a esta historia [...]. [D]ebía esperar a que los pocos sobrevivientes
Rosario desde Coronel Pringles junto a su padre y a su madre. Hasta ya no fueran de este mundo o esperar más todavía para atreverme
el momento surrealista del desenlace (la niña es ultimada por la a evocar ese breve retazo de infancia argentina sin temor de sus
vengativa mujer de un heladero que había sido, a su vez, asesinado miradas, y de cierta incomprensión que creía inevitable” (Alcoba,
previamente por el padre de la niña), cuando ya tiene 14 años, las 2009: 11). El relato se configura entonces como la forma de saldar
más absurdas circunstancias que la protagonista debe atravesar le una deuda hacia un otro, pero también como un instrumento del
sirven para describir el mundo bastante desarreglado en el que le ha yo para procesar el pasado y clausurar el duelo:
tocado vivir. Desde la impostada mirada de una púber -que no se
oculta y se muestra como construcción literaria en frecuentes opor­ Antes de comenzar esta pequeña historia, quisiera hacerte una
tunidades a través del relato-,17 los espacios en los que se desarrolla última confesión: que si al fin hago este esfuerzo de memoria para
la acción remiten a instituciones del Estado: la escuela, el hospital hablar de la Argentina de los Montoneros, de la dictadura, del
terror, desde la altura de la niña que fui, no es tanto por recordar
y la cárcel. Estos espacios normativos y organizados develan sus
como por ver si consigo, al cabo, de una vez, olvidar un poco
grietas y disfunciones al ser observados por la niña-Aira. (Alcoba, 2009: 12).
La empresa reparatoria también está en el origen del texto de
Laura Alcoba. Con una estructura cronológica, un estilo realista
Los documentales autobiográficos anteriormente mencionados,
y un concepto autobiográfico más transparente que las obras ante­
al igual que las obras literarias, tienen un rasgo en común: todos
riores, la autora explora sus recuerdos para recuperar la historia de
ellos son indagaciones subjetivas en el territorio de la familia y, con
“la casa de los conejos”. Situándose en los zapatos de la niña que
excepción de Madres con ruedas, los realizadores enuncian desde su
fue, relata su experiencia cuando, tras ser encarcelado su padre,
posición de hijos. No obstante, la actitud adoptada por estos hijos
militante de la organización Montoneros al igual que su madre, se
frente a su familia y, de modo más general, frente al entorno social
muda con esta a una casa en la zona de La Plata. En la vivienda
es diversa. Mientras que Nicolás Prividera, María Inés Roqué y,
funciona una imprenta clandestina de la organización, en la cual
sobre todo, Albertina Carri se ubican en una postura francamente
se imprime el periódico Evita Montonera, pero como fachada se
cuestionadora de sus padres y de los modos de pensar de su genera­
instala un criadero de conejos. La narración de Alcoba articula, ción, de forma similar a lo que sucede en el corpus literario que he
sobre la mirada ingenua y confundida de una niña, la restitución
de un conjunto de sucesos —el nacimiento y la caída de la imprenta,
18. Hacia el final de la autobiografía, se nos informa que Diana y Cacho,
17. Entre los momentos de reflexividad se destacan la explicitación del el matrimonio de militantes asesinados, con el que convivían ella y su madre
artificio al comienzo del capítulo 2 -“La discusión, como dije al terminar en la casa de los conejos”, son Diana Teruggi y Cacho Mariani. La madre del
el capítulo anterior, había llegado a su fin”, enuncia en primera persona la segundo es María Isabel Chorobik de Mariani, “Chicha”, quien fue presidenta
protagonista (Aira, 2009: 19)- y la interpelación lúdica del pacto comunicativo Y fundadora de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. El juicio relacionado
con el espectador al final del capítulo 7: “Si me está leyendo [...]. Mi número con el Circuito Camps concluyó en diciembre de 2012 con la sentencia de
está en la guía. Siempre tengo encendido el contestador automático, pero estoy Prisión perpetua a dieciséis represores militares (Miguel Etchecolatz entre
al lado del teléfono. No tiene más que darse a conocer...” (Aira, 2009: 80). ellos) y un civil.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 122 123 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

abordado hace poco, Andrés Di Telia, Cecilia Priego, Lupe Pérez los hijos y nietos que prestan testimonio en documentales como (h)
García y Piazza y Chirife formulan visiones más conciliatorias o historias cotidianas (Andrés Habegger, 2000), H.I.J.O.S., el alma en
reivindicativas del mundo familiar. Aunque sean disfuncionales, dos (Marcelo Céspedes y Carmen Guarini, 2002), Nietos (identidad
multiculturales o incompletas, las familias del segundo grupo no y memoria) (Benjamín Avila, 2004),20 estos hijos no solo cuestionan
han sufrido drásticamente en su núcleo el accionar del terrorismo al Estado represor (por su actividad terrorista) y al Estado demo­
de Estado, lo que hace que los cineastas reflexionen sobre ellas con crático (por la falta de respuestas y justicia), sino también a sus
arreglo a otros parámetros. propios padres. Ana Amado, en su análisis de los films de los hijos
Lo analizado en las obras literarias permite comprender cómo como memorias críticas y poéticas de identificación, indica que
las dinámicas de los enfrentamientos y las búsquedas reparatorias, estos efectúan la demanda
en el marco de un espacio cultural biográfico contemporáneo, son
caracteres que permean con estrategias bastante similares múltiples por aquel que siguió el rumbo de un deseo -el de la causa revolucio­
expresiones artísticas, incluso las del cine documental, cuando este naria, aun cuando la muerte era una de sus alternativas- antes que
garantizar a los hijos su presencia. En un desajuste de emblemas,
-avances tecnológicos mediante- se lleva a cabo como una práctica
sus discursos dejan entrever una imagen indecidible entre el perfil
de autoindagación desprendida de la maquinaria institucional e
épico de padres protagonistas de una gesta histórica colectiva, y
industrial que en otras épocas lo condicionó. desertores a la vez en la economía de los afectos privados (Amado,
Como proyectos reparatorios de identidades, memorias y expe­ 2009: 157).
riencias que se encuentran fracturadas o desgarradas, la articula­
ción que estos films realizan entre las esferas de lo público y de La revisión que Albertina Carri efectúa de la experiencia de
lo privado es heterogénea. Papá Iván, Los rubios y Fotografías son haber perdido a sus padres observa puntos de contacto con Historia
relatos personales que deben lidiar de alguna manera con una del llanto y Los topos. Con la primera comparte una pose escéptica
versión de la historia familiar que ya tiene cierto nivel de conoci­ respecto del pasado, los símbolos y valores de la generación de sus
miento público.19 En su exploración subjetiva de la novela familiar, padres. Los dardos de Pauls21 hacia el cantautor de protesta son
los realizadores descubren la existencia de una parte de su propia equiparables a los desaires y críticas que Albertina Carri les depara
historia que, de una u otra forma, ya está contada. Deben entonces a los testimonios de los “compañeros de ruta” de sus padres y a
optar por desmontar, confirmar o enunciar en los márgenes de esos los integrantes del comité de evaluación del INCAA que rechazan
relatos que los preceden. En Familia tipo, Diario argentino, Madres financiar el proyecto de Los rubios. La primacía estética-cinemato­
con ruedas y M, los cineastas son los responsables de construir gráfica y el deseo de presente que caracterizan el film se asemejan
públicamente, por vez primera, el relato familiar, pero también de al desvío de lo testimonial efectuado por Félix Bruzzone en pos
exponer, de un modo cinematográfico, los motivos por los cuales de una narrativa -la novela queer- que se conecta con un deseo y
su historia (singular, anónima) merece ser puesta en imágenes. una identidad configurados en tiempo presente. Gonzalo Aguilar
En Los rubios, M y Papá Iván, los cineastas interpelan a sus padres (2006: 183) indica que Albertina Carri adopta una “pose frívola”
y a la generación de estos desde la filiación identitaria como descen­ en su forma de tratar los temas que hacen a su historia familiar. El
dientes de desaparecidos. Mientras que Félix Bruzzone rechaza término “frivolidad” no tiene un valor peyorativo, de acuerdo con
asociarse con su identidad de hijo de desaparecidos, Carri, Prividera
y Roqué establecen la base de sus indagaciones precisamente en su
20. Estos documentales han sido estudiados por Ana Amado de forma
calidad de tales. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con
extensa en varios ensayos y artículos académicos. Véase Amado (2003a;
2003b; 2004; 2005; 2009).
19. Juan Julio Roqué (Papá Iván), Roberto Carri y Ana María Caruso (Los 21. Vale recordar que Alan Pauls colaboró en el guión de Los rubios y fue
rubios) y Torcuato Di Telia (Fotografías) son, por distintas razones, personas además el presentador del libro Los rubios, cartografía de una película, junto con
medianamente conocidas en la esfera pública. Ana Amado, en el BAFICI del año 2007.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 124 125 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

el autor, sino que hace referencia a la particular vía de la cineasta y los recuerdos de su protagonista, narradora y directora, Lupe
para procesar el desencanto. Según Aguilar, “su frivolidad no está Pérez García. Radicada en Barcelona, la cineasta retorna a la Argen­
en las antípodas de lo siniestro, sino que es un modo de tratarlo tina para visitar a su familia en Mar del Plata y escudriñar en los
en relación de contigüidad” (2006: 183).22 derroteros de su vida privada y de la historia argentina entre los años
Los enfrentamientos de María Inés Roqué y Nicolás Prividera 1970 y 2002. Como suele ocurrir con las narrativas del yo, en la
con la generación de sus padres se hallan más en el terreno de lo historia personal de la realizadora son reconocibles las trazas de
declarativo que en el de lo estético. Ambos films les brindan un identidades sociales más amplias. Podría decirse que la historia
lugar privilegiado a los testimonios y a las entrevistas con familiares, de la directora funciona como ejemplo de un sector social (la clase
compañeros, amigos y conocidos de sus padres, y es en ese campo en media) y de una generación (los nacidos en los setenta) notoria­
el que inscriben mayormente sus cuestionamientos. En Papá Iván, mente despolitizados y escépticos, que en algunos casos optaron
María Inés Roqué, desde el lugar de la entrevistadora, interpela a por salir del país cuando estalló la crisis de 2001. La reparación
su madre y a los ex compañeros de su padre respecto de las razones que significa la realización de la película se vincula con la posi­
que los llevaron a jugarse la vida a sabiendas de que eso podía signi­ bilidad de comprender las razones de su confusión ideológica, de
ficar el abandono de sus hijos. Con un planteo más intelectual que su aislamiento en un núcleo familiar politizado y de su decisión
afectivo, Prividera, además de abordar de un modo incisivo a los postrera de abandonar el país. La necesidad de resarcimiento se
entrevistados, expone frontalmente a la cámara, en algunos tramos materializa simbólicamente en la manía reparatoria de la prota­
del film, su disconformidad ante las respuestas que le brinda un gonista, quien en reiteradas ocasiones arregla papeles, pósteres y
sector de la militancia. En una de las escenas más críticas, señala: afiches que se han desprendido de su sitio original.
Las palabras finales de la voz en off de Mario Piazza sinte­
Tenía ese discurso que tienen siempre: “Nos mandamos algunas tizan algunas de las características autobiográficas y reparatorias
cagadas”. Y cuando uno quiere ahondar en eso, te dicen: “No de Madres con ruedas: “Hacer un documental es, entre otras cosas,
es momento de hacer autocrítica, para no hacerle el juego a la condensar hechos y emociones que en la vida están extendidos en
derecha”. Y ahí yo lo que le decía es que creo que el juego a la el tiempo. Para nosotros, hacer este documental tiene también el
derecha se lo hicieron en el setenta. Ser de izquierda es ser auto­
sentido de una revancha y, al igual que tener un hijo, es una modesta
crítico. Si no sos crítico, sos de derecha.
victoria sobre la muerte”. La analogía entre un documental y un
hijo no es una licencia poética en la obra de Piazza y Chirife, dado
Diario argentino se presenta como un film en que su realizadora
que el propio film narra de forma paralela el proceso de creación
busca dirimir un antiguo trauma psicológico (e ideológico) que la
de un documental sobre la maternidad en mujeres con discapacidad
incapacita para distinguir entre la mano izquierda y la derecha
motriz y el crecimiento de la hija de Mario Piazza y Mónica Chirife
en su propio cuerpo y, en términos políticos, para comprender (codirectora del film, esposa de Piazza y madre discapacitada).
el discurrir de la historia argentina reciente, en obvia alusión a
Así como en La televisión y yo (2002) Andrés Di Telia indagaba
la “versatilidad ideológica” del movimiento peronista. Este relato
en la vía paterna de su familia, en Fotografías vuelve sobre los pasos
imbrica historia personal e historia pública a partir de las vivencias de su madre hindú, Kamala Apparao. En un recorrido que lo lleva
a la India, el director examina los motivos del abandono del país
22. Es interesante que Aguilar (2006: 183) plantee una analogía en cuanto natal por parte de su madre y la negativa de esta a transmitir a sus
al tratamiento “frívolo” de lo político con la música del grupo Virus, dado hijos aquella cultura que, indefectiblemente, constituía parte de su
que Los topos se inicia con un epígrafe de la letra de “Amor descartable”, del legado y de su identidad. El acto de reparación de esta narrativa
mismo grupo. Según Aguilar, “Virus fue el grupo más político de los ochenta,
así como la película de Carri es la más política del corpus de los documentales
autobiográfica apunta a restituir el fragmento más ocluido de la
sobre desaparecidos: no solo porque hace memoria, sino porque se plantea las historia familiar, intentando descubrir qué es lo que persiste de la
posibilidades de hacer una comunidad con los signos del presente” (2006: 184). cultura materna en la identidad del cineasta y de su hijo Rocco.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 126 127 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

En Familia tipo, Cecilia Priego se dedica a desentrañar una intriga tensión revela el nuevo rol que las fotografías tienen en el docu­
familiar que tiene como protagonista a su padre. En el prólogo explí­ mental contemporáneo. Mientras su función probatoria de la historia
cita los motivos que detonaron la producción del film: en uno de se opaca, se descubren como auténticas reactivadoras de la memoria.
sus viajes a España, encontró viejas películas familiares que mues­ La referencialidad y la evidencialidad del soporte fotográfico, para
tran escenas de la infancia paterna. El visionado de estas películas poder significar, necesitan ahora de la mediación del sujeto.
le permitiría comprender las decisiones que tomó su padre. Así,
la narradora instala una intriga que en los siguientes minutos se
encargará de despejar: su padre, Fernando, llegado desde España Máscaras, pactos
a la Argentina en 1962, ocultaba la existencia de otra familia en el
Viejo Continente, a la que abandonó cuando recaló en Buenos Aires.
Mediante diversas estrategias discursivas en las que se alternan
En 1992, el llamado telefónico de su hija española, Belén, reveló
elementos de referencialidad y de distanciamiento, algunos de los
la historia oculta. En lo que podría considerarse como la segunda
textos literarios analizados exploran, en tanto recursos expresivos,
secuencia del film, la cineasta acude a los testimonios de su padre y
los caracteres que habitualmente configuran el pacto autobiográ­
de su madre con el objetivo de deshilvanar la madeja de los secretos
fico.23 Se trata de relatos que hacen explícita la máscara en la cual
mantenidos durante tantos años. Sin embargo, esta tentativa resulta
se instala el yo y, con esta operación, tienden un manto de duda,
frustrada. Las respuestas de su madre son incompletas y parciales,
de incertidumbre, sobre las proposiciones que realizan sobre lo
su padre no tarda en negarse a seguir participando de la película.
real, incluso las de mayor nivel de referencialidad. Lo novelesco
Con este escenario adverso, la cineasta viaja a España junto con
y lo testimonial se amalgaman de tal forma que resulta complejo
su hermano. La segunda parte del film se ocupará de registrar
para el receptor discernir entre ambos registros.
el recorrido por los diversos sitios en los que vivió su padre y el
Las obras de César Aira y Félix Bruzzone presentan dos casos en
encuentro con su hermana Belén y otros familiares.
los que la figuración del yo se caracteriza por su fragmentación y
El documental de Priego es una suerte de ejercicio de arqueo­
distanciamiento respecto de la idea preconcebida que pueda tenerse
logía histórica y figurativa respecto del concepto de “familia”.
de la identidad de sus autores. Lo hacen a través de estrategias
Las viejas fotografías y documentos de su padre son el mapa que
narrativas que producen la ruptura de la identidad entre autor,
organiza el desplazamiento de Cecilia y de su hermano a través
narrador y personaje y también avanzan sobre el verosímil verista
del territorio español. La necesidad de conocer, de comprender,
que suelen adoptar este tipo de relatos. Sin embargo, las dos obras
de recuperar la historia que no les fue contada los hace volver
incluyen elementos referenciales que inmediatamente pueden iden­
insistentemente a los lugares del pasado registrados en las fotos.
tificarse con elementos externos a los textos. El protagonista de Los
Cuando los encuentran, entrevistan a los familiares españoles
topos es hijo de padres desaparecidos, al igual que Félix Bruzzone.
para ir completando las piezas del rompecabezas. Los diferentes
A través de la novela existen referencias a la cuestión (la agrupación
capítulos se inician con cada una de las definiciones del término H.I.J.O.S., la Escuela de Mecánica de la Armada) y también a otros
“familia”. Las escalas en la historia paterna no hacen más que
aspectos de la vida del escritor, como, por ejemplo, la casa familiar
reconstituir una a una estas definiciones: la familia de sangre, de Moreno y la edad del protagonista. En Cómo me hice monja, los
la familia adoptada, la familia del colegio, la constitución de una
aspectos referenciales son tan categóricos como las desfiguraciones
nueva familia. y fabulaciones. Salvo por él mismo, que se autonomina en género
Hacia el final del documental, los hijos les recriminan a sus padres femenino, el protagonista es nombrado por todos los demás perso-
su falta de memoria. Por alguna razón, estos últimos no pueden
asociar aquello que muestran las fotos con las vivencias de su pasado.
No recuerdan. Se desconocen. Los hijos, en cambio, se esfuerzan 23. Elizabeth Bruss (1980) señala que las tres cualidades fundamentales de
por restituir las historias que esas fotografías aún conservan. Esta la autobiografía son el valor de verdad, el valor de acto y el valor de identidad.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 128 129 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

najes “César Aira”. Coronel Pringles es la localidad de la que el término griego autopseustos (citado en Catelli, 2007: 268): “el que
escritor es oriundo y Rosario es la ciudad en la cual realizó sus miente sobre sí mismo”. En una dirección similar, el narrador
estudios. Estos son datos lo suficientemente públicos (por inter­ del relato de Ricardo Piglia Prisión perpetua manifiesta que “no
medio de entrevistas, notas biográficas, paratextos del libro y la hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia
propia literatura previa del escritor) al momento de difundirse la vida. Uno se convierte automáticamente en un clown” (2009: 12).
novela. Arturo Carrera, el amigo al que hace referencia la narradora Reivindicar la faceta de impostor o de clown es un procedimiento
de la novela, es también reconocido por ser un poeta oriundo de deliberado en los relatos de Aira y Bruzzone para dar cuenta de
Coronel Pringles, amigo desde la infancia del propio Aira. las máscaras que el uso de la primera persona ordinariamente
El principio constructivo que atraviesa Cómo me hice monja es el intenta disimular.25 El vacío de nominación del protagonista de
desajuste identitario del/de la protagonista. Mientras la narración Los topos se halla ligado a las mutaciones que va sufriendo a lo
en primera persona le asigna una identidad de género femenino, los largo del relato. El vínculo amoroso es el elemento que vehiculiza
demás personajes que integran el mundo diegético (padre, madre, estos cambios. Así, el protagonista se enamora primero de una
maestra, amigos) se refieren a la protagonista como sujeto mascu­ mujer (Romina), después de una travestí (Maira), más tarde de
lino. Como si llevase al extremo el concepto de “desfiguración” de un hombre (Mariano) y por último del Hombre (“el Alemán”). El
Paul de Man, la novela de Aira,24 sin dejar de narrar las peripecias arco de su identidad sexual, hasta su última transformación en
de la joven protagonista, de manera metadiscursiva juega con los travestí, expresa una concepción de la subjetividad como cons­
límites teóricos y con la tradición del género autobiográfico. Hasta trucción y conflicto, territorio en el que se libra contemporánea­
tal punto esto es así que hacia el final del texto el lector descubre mente la batalla por la identidad. El mote de “topo”26 a través de
que la narradora fue asesinada y que, por lo tanto, ha leído el relato la narración es asignado a más de un personaje, ya que todos, al
de un difunto. Esta operación puede interpretarse como una litera- igual que el protagonista, se caracterizan por tener una identidad
lización de la prosopopeya: la novela, en efecto, ha puesto en relato poliédrica, en permanente metamorfosis. Como el topo, que tran­
la voz de un ausente, de un muerto. Finalmente, la inscripción sita bajo y sobre la superficie, es justamente la dialéctica entre lo
del yo realizada por Aira se articula primordialmente con su rol que se muestra y lo que se oculta la que define a los personajes de
de creador. “Hacerse monja” o “tomar los hábitos”, como indican la novela. Vale la pena citar la lectura que Emilio Bernini (2010)
el título y el primer párrafo de la obra respectivamente, remiti­ hace de este aspecto, porque caracteriza con precisión el tipo de
rían a la mutación -o reivindicación- del sujeto como escritor. Se subjetividad que indaga la obra:
trata, entonces, de una parodia de lo autobiográfico, en la que las
alusiones referenciales, al mismo tiempo que deconstruyen la tradi­
ción de la autobiografía literaria, paradójicamente se convierten en
la garantía de la ficción.
En consonancia con la novela de Aira, Los topos pareciera asentar 25. Los trazos necrológicos de la autobiografía de Roland Barthes reverberan
en estas concepciones “constructivistas” de lo autobiográfico: “Prescindo de
su trabajo en aquella acepción de “autobiógrafo” proveniente del la imitación (y de la descripción) y me confío a la nominación [...]. Soy yo
mismo mi propio símbolo, soy la historia que me sucede: en rueda libre dentro
24. Ana Amado (2009: 168) se basa precisamente en un texto César Aira del lenguaje, no tengo nada con que compararme; y en ese movimiento, el
sobre Kafka para identificar tres rasgos de la prosopopeya que caracterizan los pronombre imaginario, ‘yo’, se descubre im-pertinente [...]. [E]scribir sobre sí
relatos audiovisuales de los hijos de desaparecidos: “1) la toma de la palabra mismo puede parecer una idea pretenciosa; pero es también una idea simple:
de un sujeto no destinado a hablar [...], 2) la organización intencional del simple como una idea de suicidio” (2004: 79).
discurso, 3) el que habla está exento de las limitaciones temporales de los 26. Entre los múltiples significados que puede adoptar el término, en el
personajes y atraviesa sus vidas de un lado al otro”. Estos tres rasgos teóricos contexto de esta obra remite sobre todo a la jerga de la militancia política de
son reelaborados por el propio Aira en su obra literaria. Cómo me hice monja es los setenta: el topo es el infiltrado, el traidor, aquel que oculta su identidad
un ejemplo de ello. con el objetivo de delatar al enemigo.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 130 131 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

Pero lo inquietante no es tanto la tesis que el texto en su forma Una muestra sintomática de la duplicidad de miradas que
comprueba27 sino el tipo de sujetos que la cultura produce, que la convergen en una situación es la descripción que la protago­
novela llama topo. El topo no es solo el doble agente, el traidor, nista realiza del “embute”. En la novela, el término refiere a la
como el padre del narrador; es también algo así como una condi­ imprenta clandestina que los Montoneros ensamblaron en la casa
ción de los sujetos en la historia. Topo es llamado el propio narrador de La Plata. El embute es precisamente un sitio oculto donde
por las travestís de Bariloche y por el Alemán; y el narrador es un
se realizan las actividades que en el afuera están prohibidas. La
topo en el punto mismo en que se enamora del Alemán, que sin
niña se ve atraída desde el primer momento por la tecnología del
embargo abusa de él, lo tortura y además ha secuestrado a Maira;
topo también es Maira, en su infiltración entre la policía y los
embute y la describe desde una mirada que poco tiene que ver
militares para matarlos. Pero topo también es el Alemán, porque con el significado histórico y político del término (el embute es
en él el amor convive con el abuso de la misma persona amada. El el mecanismo que reproduce la condición de clandestinidad de
topo, en consecuencia, es algo más que el tránsfuga de la política; la madre y su hija). No obstante, en el sexto capítulo (Alcoba,
parece ser algo así como una forma de la supervivencia. 2009: 47-50), la autora efectúa una suerte de excursos en el que su
palabra, como en el primer capítulo, se instala en tiempo presente.
Si bien la identidad de la protagonista de La casa de los conejos Allí repasa algunas de las acepciones posibles del término que
es más transparente y homogénea que la de las obras precedentes, significativamente se revela como un iceberg en su memoria. El
la máscara se instala en la imposibilidad de discernir una voz embute remite al ocultamiento de su identidad (tenía prohibido
uniforme en el relato en primera persona de la niña. Las observa­ decir su apellido) por aquellos años y al desdoblamiento entre el
ciones, las opiniones y los juicios de valor que profiere el personaje afuera y el adentro que marcó su experiencia del pasado. Pero
se hallan modulados convergentemente por las perspectivas de un también, como se señala en la novela, el embute forma parte de
niño (pasado) y de un adulto (presente), lo cual también produce una jerga, la de los movimientos revolucionarios de los setenta,
un efecto de distanciamiento que escamotea la identificación plena que, actualmente, se encuentra en extinción, “desaparecida”. Esta
del lector con el personaje-narrador.28 distancia terminológica que simboliza el acaecer de tantas otras
rupturas (ideológicas, políticas, sociales, generacionales) entre los
27. Se refiere a “la continuidad del fascismo en el presente democrático, setenta y la actualidad es un tópico que no casualmente elaboran
[lo que] no supone ninguna inocencia heroica en los padres, ni tampoco una algunas obras literarias y fílmicas sobre el período. La distancia,
victimización martirológico-cristiana. Por el contrario, [los padres] parecen la extrañeza o el impacto del argot se subraya en las definiciones
más bien incluidos en una misma época de violencia fascista, cotidiana y
estatal, que atraviesa las épocas y las formas políticas: la forma de la repetición
que de estos términos se hacen mediante los videograph de Papá
desplazada y desdoblada de la novela da cuenta de ello” (Bernini, 2010). Iván, en las observaciones corrosivas realizadas por el protagonista
28. En el último capítulo de La casa de los conejos, surge, como en Los topos, de Historia del llanto y en la centralidad que el término “topo”
la figura del traidor. Tras la caída de la casa clandestina, la narradora recibe la adquiere en la novela de Bruzzone.
perturbadora información de que alguien, posiblemente “el Ingeniero”, habría La situación de clandestinidad en la que debieron sumirse
sido un doble agente. Este punto me parece relevante porque el abordaje de la
muchos militantes durante la dictadura para lograr sobrevivir es
figura del traidor es un elemento que se repite en los relatos autobiográficos de
la causante, en los relatos de los hijos, de conflictos identitarios.
hijos de desaparecidos en el cine documental. En Papá Iván esa sospecha recae
sobre todo en Miguel Ángel Lauletta (ex militante montonero colaborador de En la novela de Alcoba, la protagonista tarda en reconocer a su
la dictadura) y en menor medida en el colaborador de Montoneros apodado madre cuando esta viene a buscarla, después de un tiempo, con
“el Tío”. En M, Prividera entrevista a la mujer que fue la jefa de su madre el pelo teñido de color rojo: “¿Puede ser que ella también haya
y que, según algunos testimonios, la habría entregado a los militares. Los
rubios, alejándose de la figura del traidor, señala la desconfianza y el recelo
ficción también ha incursionado en esta problemática en los últimos años.
de los vecinos del barrio ante la familia de Albertina Carri. Desde diferentes
ángulos, estas obras remiten a la complicidad civil con la dictadura militar, Uos ejemplos sobresalientes son Villa (Luis Gusmán, 1995) y Dos veces junio
un tema aún latente en el debate público. Cabe agregar que la narrativa de (Martín Kohan, 2002).
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cambiado de cabeza, como mi madre, antes morocha de pelo largo, realmente Albertina Carri. En otras palabras, son los recursos
hoy pelirroja y de pelo corto?” (Alcoba, 2009: 35-36). El protago­ del documental los que validan y resemantizan los elementos de
nista de Los topos se entrega a un proceso de travestimiento en el ficcionalización.
que el pelo también es motivo de preocupación: “Al principio, me La pulida estructura narrativa de Diario argentino brinda acabada
costaba lograr que mi pelo, no tan largo, pareciera el de una chica, cuenta de sus búsquedas: el eje del relato es un presente en el cual se
pero como no quería usar peluca me las ingeniaba aplicándome un ponen en escena los encuentros familiares, discusiones, actividades
gel que le daba volumen” (Bruzzone, 2008: 144). y recorridos de la protagonista, la propia Lupe Pérez García, por
En Los rubios, las pelucas no solo son el elemento mediante el la ciudad de Mar del Plata. Estas escenas ofrecen el contrapunto
que Albertina Carri termina de construir visualmente un nuevo reflexivo de una serie de bloques rememorativos que, a la manera
grupo de pertenencia,29 sino que remiten a un período de clan­ de flashbacks, narran y comentan el devenir histórico del país desde
destinidad y a los peligros de distinguirse ante la mirada de los el punto de vista de la protagonista. En la organización de estos
otros.30 El enmascaramiento se apoya asimismo en la estrategia de fragmentos de pasado se impone el formato del diario en sus dos
desdoblamiento de la figura de Carri en la delegación parcial de vertientes: el diario íntimo y el diario comercial y público.32 La
su identidad en la actriz Analía Couceyro.31 Aunque habitualmente estructura de los parlamentos en off de la directora es concordante
se ha analizado este recurso como un procedimiento que tiende con el montaje de la banda de imágenes, en un juego de interco­
a diluir la frontera entre ficción y documental, considero que su nexiones constantes entre historia privada y pública. De esta forma,
eficacia radica en su forma de vulnerar el pacto autobiográfico, el relato de cada episodio del pasado se construye por medio de
pero cuidando de mantenerse en el terreno del documental. No frases que van de lo individual a lo colectivo -del diario íntimo
debe perderse de vista que el film, reflexivamente, hace explícita al diario público-: “El 20 de junio de 1973 yo cumplía 3 años y
frente a la cámara esta delegación y que las diferentes personas que Perón volvía del exilio”, “En 1999 tuvimos a Yuri y nuestro primer
participan en la obra (ya sean testimoniantes o el propio equipo de triunfo político. Después de 10 años con Menem hubo elecciones
filmación) interaccionan con Analía Couceyro como si esta fuese y ganó la Alianza”, “Me gusta pensar en una Argentina revolu­
cionaria [refiriéndose a 2001], pero esa Argentina por lo general
termina mal. Por eso yo agarré el primer avión y me las tomé”.
29. Gonzalo Aguilar (2006:175-191) sostiene que, a través de la construcción En paralelo a la voz en off, la banda de imágenes, operando con
de una nueva familia con el equipo de rodaje, Albertina Carri logra realizar
una redundancia deudora de la narrativa clásica, alterna imágenes
cinematográficamente el trabajo del duelo.
30. Alan Pauls señala haberse inspirado en el uso que Albertina Carri hace públicas de archivo obtenidas de la televisión y de otros medios
de las pelucas en Historia del pelo. En ella, el autor indaga alrededor de la con filmaciones caseras que muestran a la directora y a los suyos
peluca que Norma Arrostito usó para el secuestro de Aramburu. La peluca es en cada una de las épocas.
utilizada por Pauls como un “fósil” desde el cual evocar algunos contornos La autora elige construir su máscara mediante recursos de
de la militancia en los setenta (véase Bertazza, 2010). Adicionalmente, cabe
puesta en escena que podríamos caracterizar como autoficción.
recordar que Alan Pauls ya había reflexionado sobre las formas de escritura
del diario íntimo (Pauls, 1996); en dicho texto pueden encontrarse algunas
Según Angel Quintana (2004), en la autoficción fílmica,
claves de lectura de su escritura “yoica” posterior y de los procedimientos de
autorrepresentación utilizados en Los rubios. el director construye un personaje y lo interpreta haciendo uso de
31. El desdoblamiento o duplicación practicado por Albertina Carri es una un sofisticado sistema de amplificación de algunos rasgos esen­
estrategia frecuente de la autobiografía de acuerdo con Alberto Giordano: ciales de su propio carácter. De este modo, el cineasta nos hace
“para escribir sobre sí mismo (el que es), el autobiógrafo necesita construirse creer que pone en escena sus propias neurosis personales y que
como otro (el que fue). Esta duplicación constitutiva del acto autobiográfico se
realiza de acuerdo con dos tipos de condicionamientos, inter y transubjetivos:
el sujeto de la rememoración se representa a sí mismo como otro, para los otros 32. Los vínculos entre autobiografía y diario filmado son analizados en
y desde los Otros” (2006: 173). Profundidad por Yann Beauvais y Jean-Michel Bouhours (1995).
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la película es la proyección pública de su situación de extranjería en rituales que habitualmente le están vedados (por ejemplo, los
por no saber estar en el mundo de hoy. juegos cómplices entre él y su hijo Rocco).33 Por último, Di Telia
se inscribe como personaje en el relato (el protagonista) a partir
De esta manera la narración fluye parcialmente como un relato de la exposición de su propio cuerpo. Si la voz en off se destaca
de ficción, pero el film mantiene un pacto de lectura híbrido al por su mesura y contención, el personaje compuesto a través del
adoptar elementos de los dos regímenes de representación. Luz cuerpo se caracteriza por actuar con cierto histrionismo y soltura.
Herrera Zamudio (2007: 49) explica este pacto basándose en la Teniendo en cuenta los últimos cuatro largometrajes de Di
coexistencia de un protocolo nominal (“indica que se trata de una Telia -La televisión y yo, Fotografías, El país del diablo (2008) y
obra en la que el autor se ‘enrola’ bajo su nombre propio o de un Hachazos (2011)-, podría decirse que este erige una máscara rela­
derivado indiscutible”) y de un protocolo modal (da cuenta de tivamente inédita en el documental argentino, ya que el personaje
la naturaleza ficcional de la estructura narrativa de la obra). La se constituyó gracias a sus apariciones fílmicas y no a través de
autoficción produce entonces un efecto ambiguo en el espectador, su reputación previa como director de cine (Fernando Solanas);
ya que las operaciones formales (la puesta de cámara, la banda o como actor, periodista y personaje mediático (Enrique Piñeyro
sonora y el decoupage de este documental tienen la estructura de y Jorge Lanata). Quizá se pueda analizar la actuación de Di Telia
una película de ficción) remarcan el doble estatuto de la cineasta en sus propios documentales recurriendo a la noción de “texto-
como protagonista real de los hechos y como personaje. estrella”.34
La construcción del yo de Andrés Di Telia en Fotografías se M se diferencia de Familia tipo y Papá Iván por la jerarquía que
formula en torno a una división en cuatro capas de los modos de adquiere en el film la presencia del cuerpo del autor con relación
expresar su subjetividad. En primer lugar, la presencia del autor a los demás elementos de la narrativa documental. En las entre­
como gran organizador del film se detecta en la composición narra­ vistas las tres películas exponen políticas diferentes a la hora de
tiva. A través del montaje, el narrador implícito se encarga de retratar el cuerpo de los entrevistadores. Si bien en los tres casos la
mostrar, en más de una oportunidad, que tiene cierta autonomía situación de base es la misma (un cineasta formula preguntas a un
respecto de las demás instancias del relato. Esto se visualiza clara­ entrevistado), la forma de incorporar la presencia del entrevistador
mente cuando se intercalan algunos inserts de imágenes del viaje en el encuadre es diversa. Mientras que Prividera se instala a la
a la India aun antes que la voz en off informe que se emprenderá par de los entrevistados en el plano y sus preguntas, en ocasiones,
dicho desplazamiento. En segundo lugar, se inscriben los comen­ son más extensas que las respuestas de estos, Priego permanece en
tarios en off del realizador. Estos textos se instalan en un nivel una posición periférica o lateral (espacio compartido, en general,
intermedio entre el narrador implícito y la banda de imágenes, sin por su hermano) y Roqué está completamente ausente del cuadro,
identificarse por completo con ninguno de los dos. En un discurso formulando sus preguntas desde el fuera de campo.
de orden confesional, la voz en off es utilizada por Di Telia para
transmitir la línea reflexiva del documental y también para brindar
algunas informaciones necesarias para la continuidad dramática. 33. Arlindo Machado estudia las diferentes estrategias audiovisuales por
medio de las cuales el espectador es convocado a participar de la diégesis.
En tercer término, se distingue una subjetividad expresada a través Respecto de la cámara subjetiva, el autor señala que, “en los ambientes en que
de la portación de la cámara. En las escenas más cercanas al cine se intenta producir un efecto de inmersión, la cámara subjetiva suele ser uno
doméstico, Di Telia filma solitariamente con su cámara de mano. de los recursos más utilizados dado que es la manera más efectiva de hacer que
Aunque generalmente no se registra a sí mismo, la cercanía de el espectador se sienta ‘dentro’ del ambiente virtual, incorporando una mirada
su voz y sus comentarios dan cuenta de que es él quien se halla Presente y prevista en la imagen” (2009: 197).
34. El texto-estrella hace a la economía narrativa del cine clásico y se refiere
operando la cámara. Estas tomas efectuadas con cámara subjetiva
al establecimiento de un vínculo de continuidad, a través de un corpus de
son utilizadas por Di Telia en los momentos en que desea cons­ dms, entre la figura pública de un actor y los personajes que este interpreta,
truir escenas de mayor intimidad, invitando al espectador a espiar véase Russo (2008).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 136 137 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

En esta variación se asienta la articulación entre el pacto comu­ carácter incompleto que irremediablemente tendrán sus posibili­
nicativo y las máscaras propuestas por cada obra. El documental de dades de saber. Negando la identificación en el espejo del colectivo
Prividera organiza la veracidad de su discurso en una estructura de “hijos de desaparecidos”, el relato demuestra que los desarreglos
narrativa episódica que tiene como hilo conductor la figura del provocados por los sucesos traumáticos no son posibles de suturar,
director. El cuerpo del cineasta es la garantía de credibilidad de la pero sí de conjurar por medio de la literatura. La búsqueda infruc­
obra, ya que es su accionar el que moviliza todos los eventos que el tuosa de la travestí Maira puede leerse en esta dirección, dado que
documental registra. Familia tipo y Papá Iván, en cambio, confían la falta que se instala en el protagonista desde su desaparición es
en el establecimiento de un pacto comunicativo más tradicional, en una huella indeleble en el orden de su experiencia subjetiva. El
el que la credibilidad del discurso no se sustenta principalmente en narrador manifiesta esta sensación de la siguiente manera:
la performance de las protagonistas, sino en la cualidad evidencial
de los testimonios y de las imágenes de archivo. Era como si ella, poco a poco, hubiera entrado en mí. Una astilla
que al principio duele porque no se puede sacar, pero al final, sin
infecciones, sin pus, pasa a formar parte de uno y ya no duele
ni molesta porque eso es lo que uno es, un hombre con astilla
Saberes, lecturas (Bruzzone, 2008: 118).

Un rasgo común de las escrituras del yo es su capacidad de Las novelas de César Aira y Laura Alcoba, desde narrativas
expresar cosmovisiones, historias y subjetividades periféricas o diversas, construyen su percepción del mundo a través de la pers­
marginales respecto de los discursos sociales hegemónicos. En pectiva de protagonistas infantiles. La protagonista de Cómo me
este sentido, las escrituras íntimas son herramientas de los sujetos hice monja se caracteriza por asumir la tarea de contar su infancia
para instalar en la esfera pública problemáticas que se encuen­ como una empresa difícilmente realizable, señalando el abismo
tran excluidas de esta o para reelaborar desde un prisma personal de comunicación con su entorno y el problema que implica la
y diferenciado asuntos cuyas interpretaciones sociales se hallan transmisión de la propia experiencia. En el primer capítulo de
coaguladas. Paralelamente, los saberes o conocimientos de que los la novela, cuando la niña prueba por primera vez un helado que
sujetos disponen para explicar las circunstancias que hacen a su -desafortunadamente- se encuentra en mal estado, no acierta la
recorrido vital y a su visión de mundo también suelen caracte­ forma de comunicar esta sensación a su padre:
rizarse por no corresponderse con la doxa oficial y dominante,
recurriendo aquellos a epistemologías menores, como el chisme, el Se lo había dicho, pero era algo que no valía la pena decir, que
melodrama, el trascendido y el esoterismo. La irrupción de estos aun después de decirlo seguía en mí, incomunicable. Porque a él
saberes en el cine documental, definido este normativamente por la le gustaba, le parecía exquisito. Todo era imposible, para siempre
sobriedad y el racionalismo de sus discursos, es causal de notorias [•••]• La situación era inexpresable por ambos lados (Aira, 2009: 17).
transformaciones en las pretensiones de veracidad de sus propo­
siciones sobre lo real. El conflicto de comunicación y la negatividad consustancial
El recorrido geográfico del protagonista de Los topos repone respecto de la posibilidad misma de expresar la experiencia vuelven
espacialmente las continuas transformaciones que va sufriendo a presentarse cuando la protagonista comienza a ir a la escuela:
su identidad sexual. Bruzzone construye una auténtica poética
del desplazamiento, dado que el personaje, movido más por el Era mi historia, no una ajena. El drama había comenzado en el
destino que por su propio deseo, se traslada constantemente en una momento en que pisé la escuela, y estaba todo frente a mí, entero,
búsqueda que tiene varios nombres, pero que al final es siempre intemporal, yo estaba y no estaba en él, estaba y no participaba, o
la de la propia identidad. Estos desplazamientos expresan la nece­ participaba solo por mi negativa, como un agujero en la represen­
sidad de conocer más sobre su pasado, pero también indican el tación, ¡pero ese agujero era yo! (Aira, 2009: 50).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 138 139 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

En cambio, la narradora de La casa de los conejos encara su En el film de Priego, la idea de “tipicidad” refiere al relato de una
empresa de reconstrucción del pasado con cierto positivismo, familia ordinaria, no excepcional, una familia como tantas otras,
instalándose como protagonista de los hechos en el tiempo una familia tipo. No obstante, en las primeras secuencias del film
presente de la historia que relata. La narradora se concentra descubrimos que tras la regla se halla la excepción, y que debajo
sobre todo en la descripción, lo más minuciosa posible, de los de la supuesta normalidad se esconde una historia paterna oculta y,
movimientos de la casa, de la construcción de la imprenta, de las con ella, la existencia de otra familia, otra esposa y otra hija. En este
relaciones de los militantes durante la vida en la clandestinidad. punto, Familia tipo, si bien narra un hecho particular que marcó la
La novela busca mediante este procedimiento quebrar una lógica experiencia de vida de la directora, también postula, con su misma
de explicación del pasado llevada a cabo por los propios militantes, existencia, que en el seno de muchas familias podrían encontrarse,
relatando los hechos desde un punto de vista “menor” como lo embrionariamente, historias que merecen ser contadas.
es el de una niña. En una época en la que producir un film tiene un costo cada
Otro elemento compartido y relativamente inédito de algunos vez menor y en la que no solo las problemáticas sociales sobresa­
documentales argentinos contemporáneos en primera persona es lientes son el objeto de los documentales, en el cine documental,
el abordaje de pequeñas historias familiares o personales. Aunque como en el de ficción, el eje de atención se va desplazando desde
el documental de Piazza y Chirife, como su título lo indica, trate quién cuenta y qué cuenta hacia el cómo se cuenta. Es justamente
la cuestión de la maternidad en mujeres con dificultades motrices, el cómo, la elaboración estética, lo que vuelve cautivante a Familia
el foco del relato está colocado en el modo en que los directores tipo y lo que resulta más débil en otros films autobiográficos, como,
procesaron esa situación en el seno de la familia. El film es la por ejemplo, Los nueve puntos de mi padre (Pablo Romano, 2009).
conjugación de varios pequeños relatos: la declaración de amor de La comparación entre ambos documentales no es casual, dado
un hombre (Mario Piazza) hacia su mujer y su hija, el registro de que los dos presentan como problema la existencia de una historia
la vida doméstica en una familia integrada por una madre disca­ familiar oculta y en ellos los cineastas actúan como investigadores
pacitada, el backstage de la producción de un documental sobre para descubrirla, pero las estrategias narrativas adoptadas son abso­
madres discapacitadas dirigido por una de ellas (Mónica Chirife). lutamente disímiles. Es interesante que la tensión dramática y la
Las profusas escenas familiares registradas en super-8 y video solidez narrativa le permitan a Cecilia Priego construir un relato
sitúan inicialmente la obra en el terreno de una variante del cine cautivante aun revelando desde la primera secuencia el núcleo de
autobiográfico como el film doméstico. Según Roger Odin (2010: la intriga. Los nueve puntos de mi padre, al contrario, reserva para el
39), el film doméstico es una película realizada por un miembro de final la resolución del interrogante y, sin embargo, esto no garantiza
una familia, a propósito de personajes, acontecimientos y objetos la efectividad narrativa del film.
ligados de una u otra manera a la historia de esa familia, para ser Los documentales autobiográficos, a diferencia de otras moda­
usada preferentemente por los miembros de la misma familia. Se lidades del documental, suelen prescindir del uso de archivos
trata entonces de un documental que recicla material de archivo públicos, fuentes y testimonios para construir conocimiento sobre
característico del modo doméstico y lo organiza en una trama lo real. Al corroer el hálito de sobriedad y objetivismo del docu­
narrativa cuyo eje complementario es el documental testimonial mental tradicional, otros saberes menores adquieren similar o
sobre madres discapacitadas. La historia personal de los narradores mayor importancia para explicar el mundo histórico. En obras
(Chirife y Piazza) se articula, así, en un relato más amplio a partir como Familia tipo, Los rubios, M, Papá Iván, surge de las entrevistas
de la representación de la vida de otras madres que se hallan en una y de otras fuentes un cierto tipo de información sobre lo real que
situación afín. Madres con ruedas no tiene como objetivo principal podríamos relacionar con el trascendido y con el chisme.35 A partir
interrogar e interpelar a las instituciones públicas, sino construir
un espacio de visibilidad para una experiencia compartida por 35. Nora Catelli (2007: 78-79) señala que el chisme no remite únicamente
muchos, pero desconocida por gran parte de la sociedad. a un saber caótico e incompleto, sino a “un arte precioso y devaluado,
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 140 141 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

de estas informaciones, que hubiesen sido descartadas por el docu­ La historia de mi padre no es la historia que quiero contar. La
mental clásico -así como también por un historiador ortodoxo-, convención pide que yo les hable de mí pero el que escribe no
los sujetos autobiográficos intentan acercarse a la historia de sus puede hablar de sí mismo. El que escribe solo puede hablar de
su padre o de sus padres y de sus abuelos, de sus parentescos y
padres y, aunque sea de modo parcial, la recomponen.
genealogías. De modo que esta será una historia de deudas como
Fotografías recupera la historia no oficial del célebre escritor
todas las historias verdaderas (Piglia, 2009: 10).
argentino Ricardo Güiraldes a partir del contacto del cineasta con
el hijo hindú, adoptado tras el fallecimiento del autor, por quien
Prisión perpetua es un relato que se propone saldar la mencionada
fuera su esposa. Ramachandra Gowda introduce a Di Telia en una
deuda, una deuda intelectual y formativa. Solo en las primeras
faceta desconocida de la vida de Güiraldes, en la que se enlaza
páginas el narrador se explaya sobre su pasado familiar y cuenta
un conjunto de saberes no convencionales, como los experimentos
una serie de sucesos que podrían o no asociarse a la vida del autor
relacionados con las drogas, el mundo de los espíritus y la adhesión
del libro, pero, inmediatamente, el relato se enfoca en la narración
al hinduismo. Di Telia, ante las limitaciones para reconstruir la
de los avatares de un conjunto de personajes (Steve Ratliff, el Pájaro
historia materna únicamente a través de testimonios y fotografías,
Artigas, Lucía Nietzsche, Aldo Reyes) que, de alguna manera,
también echa mano de otros recursos, más informales, como las
marcaron la experiencia del narrador. No obstante, es la figura
historietas inglesas de la década de los cincuenta centradas en
del supuesto escritor estadounidense Ratliff, un trotamundos que
relatos ambientados en la India y una (impostada) sesión con un
recaló en la Argentina, la que acapara la atención de la novela. En
médium en la que se invoca a su fallecida madre.
la influencia que Ratliff habría tenido sobre el narrador se instala
Otro elemento que marca la experiencia de los sujetos auto­
la escena de lectura: “Sin él yo no sería escritor; sin él yo no
biográficos y que estos suelen elaborar en sus relatos se vincula
habría escrito los libros que escribí” (Piglia, 2009: 14). El narrador
a la necesidad de dar cuenta de las lecturas que conformaron su
inscribe así el supuesto relato de su experiencia en el mundo de
subjetividad. Sylvia Molloy (1996: 28-31) señala la recurrente apari­
la literatura, subrayando que mediante su interposición puede
ción de “escenas de lectura” en las autobiografías de escritores
narrarse la propia vida y la de los otros. A lo largo de la novela,
hispanoamericanos. Según la autora, “no solo necesitan re-crear
la primera persona fluctúa entre el narrador y Ratliff, de quien se
la escena de lectura como tópico [sino que] necesitan advertir al
restituyen algunas breves anécdotas. Como en un juego de espejos,
lector que se encuentra ‘en literatura’, que el texto autobiográ­
el narrador decide hablar de sí mismo mediante la construcción de
fico es una fabricación literaria” (1996: 32). En las autobiografías
un otro, y ese otro, más allá de personaje, se formula como recurso
documentales, también es posible hallar este tipo de estrategias,
literario: “He contado lo que no conozco de su historia y la he
ya sea como “escenas de lectura” o como escenas de “formación
entreverado con la mía, como debe ser [...]. No he querido contar
cinematográfica”.
otra cosa que la experiencia única de sentirlo narrar. Porque él fue
En el inicio de su relato Prisión perpetua, Ricardo Piglia da
para mí la pasión pura del relato” (Piglia, 2009: 52).
cuenta de cierta imposibilidad para hablar de su propia vida,
En Prisión perpetua la escena de lectura funciona como una
evitando así colocarse en el espacio narrativo de la autobiografía:*
36
bisagra en el devenir del escritor, una narrativa que, en cierta
medida, funda su identidad en términos intelectuales. Por el
inmemorialmente asociado, en el pensamiento occidental, a sirvientes,
homosexuales y mujeres” y agrega que “en la historia de la literatura este
contrario, las escenas de lectura adquieren un carácter distribu-
saber se alojaba en la comedia, la fábula y los géneros no serios. A principios cional en Historia del llanto. Dado que la novela de Alan Pauls
del siglo xx el saber de los subalternos [...] se desplaza hacia el centro. Se debe
precisamente a Freud y a Proust (y después a Joyce, entre otros) el despliegue relaciones paródicas, esquivas e incluso falsas de Prisión perpetua con el género
de este saber hacia la centralidad del sistema literario”. autobiográfico han sido examinadas en diversos textos académicos y de crítica
36. Ricardo Piglia y César Aira, con estilos de escritura diversos, comparten literaria. Recomiendo la reevaluación que Amor Hernández Peñaloza (2008)
el rasgo de explorar las fronteras del género autobiográfico en sus narrativas. Las realiza de este corpus bibliográfico y su interpretación del relato de Piglia.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 142 143 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

explora los años de formación de su personaje principal, las escenas biológicas ausentes. Complementariamente a esta interpretación,
de lectura están organizadas como rastros de una enciclopedia considerarlas como diferentes componentes de escenas de lectura
cultural desde la cual es posible reconstruir los modos de ver el permite leer estos elementos como soportes de la formación afectiva
mundo del protagonista. En diversos pasajes de la obra, aparecen e intelectual de la cineasta y también como claves interpretativas
huellas de las lecturas con las que el personaje se identifica y del documental.
que determinan su universo de referencias culturales, artísticas e En otro ensayo, Gonzalo Aguilar (2007a: 171) señala que M es
intelectuales: desde la historieta (Superman) hasta la teoría política un documental que deliberadamente cita otros films argentinos
(los Grundisse de Marx), pasando por el cine (Akira Kurosawa y -otras lecturas- sobre la memoria, la militancia y los desapare­
Nanni Moretti) y la literatura (Manuel Puig). cidos, explicitando así el corpus con el cual pretende dialogar o
A diferencia de las novelas, en los documentales autobiográficos discutir.39 Si bien estas referencias demarcan el campo de repre­
los directores no enfocan sus relatos en sus trayectorias o formación sentaciones en el que el documental conscientemente se inscribe,
como cineastas, pero sí manifiestan una preocupación por exponer son otras las lecturas que Prividera exhibe como elementos que
trazos de imágenes y lecturas que son elementos explicativos de condicionan su perspectiva política y cinematográfica. Desde el
su experiencia vital y de su modo de pensar. punto de vista fílmico, las referencias a Fritz Lang -El vampiro
En Los rubios, las escenas de lectura adquieren diferentes negro (M, 1931)- y Orson Welles -El ciudadano (Citizen Kane, 1941)-
funciones. La lectura por parte de Analía Couceyro de un frag­ funcionan como índices de los tópicos y de la estructura narrativa
mento del ensayo Isidro Velázquez (Roberto Carri, 1968) se destaca del film. El título de la película de Lang comparte la simbólica
por instalar intelectualmente en el film la figura del padre de la inicial con el del documental de Prividera, y la obra de Welles es
directora por sobre el contenido mismo de lo que se reproduce. todo un emblema de la investigación, de la búsqueda que intenta
La apuesta de la obra es perforar el gran relato sobre los padres recomponer las piezas del pasado de una persona y de una época.
militantes e indagar, desde la perspectiva personal de la hija, el En contraste con otros documentales de hijos de desaparecidos
significado íntimo de la pérdida. Asimismo, de una forma similar en los que se explora el mundo íntimo y emotivo de los protago­
a aquella por la que Bruzzone intentaba despegarse de las determi­ nistas, Af es un film fuertemente marcado por la razón, por la
naciones identitarias que se hallan detrás de la categoría de “hijo de necesidad de comprender intelectualmente la historia personal y el
desaparecidos” en Los topos, Albertina Carri asienta este desplaza­ pasado reciente del país. Lo anterior explica la actitud recurrente
miento en la acentuación de su rol de cineasta. Para abonar la tesis de Prividera de llevar los cuestionamientos desde el ámbito de lo
de que Albertina Carri, en Los rubios -a diferencia de lo que sucede personal a lo social. En la segunda secuencia, esto se visualiza
en Papá Iván y (h) historias cotidianas-, logra concretar el duelo claramente en las entrevistas que Magdalena Ruiz Guiñazú y una
gracias al “trabajo del cine”, Gonzalo Aguilar (2006: 181) presta periodista extranjera le efectúan al realizador. En ellas, ante las
atención al funcionamiento de los afiches que adornan el estudio
de la directora. Las referencias a Jean-Luc Godard y John Waters,37 39. De acuerdo con Aguilar (2007a: 171), “Las imágenes del río en el
entre otras tantas que circulan en el film,38 son interpretadas por inicio y su título evocan (h) historias cotidianas, de Andrés Habegger (1998-
Aguilar como “pliegues de afiliación” que suplantan las filiaciones 2000), así como el cartel de El día que paralizaron la tierra (The Day the Earth
Stood Still), de Robert Wise (1951), trae inmediatamente a la memoria Los
rubios, de Albertina Carri (2003) [...]. [E]l piloto que viste el protagonista (el
37. Se visualizan un póster con la imagen multiplicada de los ojos de propio director) y su actitud inquisitiva recuerdan a Juan, como si nada hubiera
Godard y otro de la película Cecil B. Demented (John Waters, 2000). sucedido, de Carlos Echeverría (1984-1987)”. La confrontación con el film de
38. Entre ellas, puede destacarse el epígrafe de la historiadora y novelista Albertina Carri es más que explícita y ha generado una serie de debates en la
Régine Robin tras los créditos iniciales, los inserts de poemas de Stanislaw prensa especializada. El propio Prividera indica que su film surge, en cierto
Witkiewicz y Olga Orozco, y el tema musical “Influencia”, con el que se sentido, como una respuesta a Los rubios (véase Prividera, entrevista personal,
clausura el film, interpretado por Charly García. 22 de enero de 2011).
el cine documental en primera persona 144 145 LOS DISCURSOS DEL YO EN EL CINE DOCUMENTAL...

preguntas personales, el cineasta evade el discurso afectivo, concen­ a su vez en un espacio cultural biográfico más amplio. Es en esta
trando sus respuestas en el terrorismo de Estado y los desaparecidos modalidad de la primera persona en la que se observan mayores
como problemas que atañen a todo el cuerpo social. El diálogo contactos con otros discursos de la cultura contemporánea, dado
con la periodista extranjera es más que elocuente en este sentido. que lo subjetivo se encarna en una forma de explicar el mundo
Cuando ella le pregunta si está enojado, Prividera responde: “Por y comprender la historia personal, expresando su pertinencia y
supuesto que estoy enojado, y no solo que estoy enojado, digo, creo necesidad en un terreno de representación -el cine documental-
que todos deberíamos estar enojados. Esta es la cuestión. No es un que tradicionalmente tendió a expulsarlo.
enojo personal por lo que me hicieron”. Las diferencias en los soportes discursivos (el audiovisual y el
Prividera le concede a la mostración de la biblioteca (asentada texto escrito) y la relación que los discursos del yo entablan con
en su espacio de trabajo) un sitio preponderante. La escena de la historia interna de cada disciplina artística habilitan a observar
lectura se insinúa desde el plano secuencia por la casa ubicado dos tendencias opuestas en los modos de construir la identidad.
al comienzo del film y se refuerza en varios pasajes en los cuales En los textos literarios (aun en los más realistas), los autores dan
existe una deliberada intención de encuadrar los pósteres y libros por sentada cierta imposibilidad consustancial del lenguaje para
que funcionan como escenografía. En este sentido, la centralidad expresar homogénea y transparentemente la subjetividad y desde
del afiche de La confesión (L’aveu, Constantin Costa-Gavras, 1970) esta limitación formulan estrategias narrativas para manifestar la
en un film sobre desapariciones y persecuciones no puede resultar identidad como un problema estético que se negocia en cada obra,
casual, como tampoco la aparición del póster de La hora de los hornos en diálogo, confrontación o relación lúdica con la tradición del
(Grupo Cine Liberación, 1966-1968), dado que el documental de género autobiográfico.
Prividera se adjudica una enérgica impronta militante en su inves­ En cambio, los films autobiográficos deben disponer de una
tigación. Desde el punto de vista literario y sociológico, el cineasta ingeniería audiovisual que opere negativamente si desean agrietar
también expone las huellas de su formación: el epílogo corresponde el carácter analógico propio de lo audiovisual y la consecuente
a una cita de William Faulkner40 y, en un pasaje del film, Prividera ilusión de comunicabilidad transparente de la subjetividad y de
hace referencia a las propuestas de Hannah Arendt41 como herra­ la experiencia. Se trata de una operación compleja porque los
mientas teóricas para comprender el funcionamiento del Estado cineastas, al mismo tiempo que coaccionan la representación
totalitario durante la dictadura militar. verista interponiendo diversas mediaciones entre el yo, la obra y
el mundo representado, entablan un pacto comunicativo autobio­
gráfico con el espectador, que sitúa la obra en el terreno del cine
La voz del autor construida y revelada documental. Coincido entonces con David Oubiña (en Beceyro et
al., 2005: 30) cuando señala que, si bien un cineasta puede autorre-
El análisis de ciertas operaciones discursivas y de tópicos en presentarse adoptando diversas máscaras y creando un personaje,
un conjunto de obras literarias y documentales demuestra que las existe un resto de realidad que radica en que siempre es su cuerpo
autobiografías audiovisuales no solo responden a las determina­ el que se halla frente a la cámara, y esta presencia adquiere un peso
ciones propias del territorio documental, sino también a un modo radicalmente diverso en el significante escrito.
de acercamiento a lo real con raíces en el campo literario, inscrito La intersección entre autobiografía y cine documental en la
Argentina ha posibilitado el ensanchamiento estético del docu­
mental. Esto se debe a que el pacto comunicativo ya no está
40. Se trata de un fragmento de ¡Absalón, Absalón! (1936): “Su niñez
sostenido únicamente en la fiabilidad mimética del mundo repre­
estaba poblada de nombres, su propio cuerpo era como un salón vacío lleno
de ecos de sonoros nombres derrotados. No era un ser, una persona. Era una sentado -lo cual implicaba el mantenimiento de ciertos límites
comunidad”. en las estructuras narrativas y representacionales para no romper
41. Los orígenes del totalitarismo (cuya edición original es de 1951). la condición de creencia necesaria en el documental-, sino en el
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 146

sujeto que se adjudica la autoría del relato. Si la garantía de verdad 4. Historia y memoria en primera persona
o creencia, a nivel textual, ya no se sustenta exclusivamente en las
dimensiones analógicas o narrativas del dispositivo cinematográ­
fico, entonces el cineasta adquiere mayor libertad para experi­
mentar con la materia audiovisual y proponer nuevas búsquedas
estéticas. No obstante, la prioridad de lo estético y el énfasis en
lo subjetivo también parecieran diluir -o, al menos, reducir- la
capacidad de impacto del documental sobre la esfera pública, dado
que la interpelación al espectador, cuando solo opera en el terreno
de los afectos y obstruye la comunicabilidad social de la experiencia
personal, limita su potencia política y transformadora.
Discurso documental e historiografía

La adopción de sistemas explicativos de lo real alternativos a


los tradicionales para abordar el pasado histórico constituye el
rasgo clave de un conjunto de documentales en primera persona
contemporáneos. El paso de relatos que examinan la historia desde
esquemas totalizantes a relatos focalizados en microhistorias, obser­
vable en diferentes áreas del conocimiento, encuentra su manifesta­
ción fílmica en documentales en los que los discursos de la memoria1
se tensionan con las narrativas de la historia, en la recuperación
del pasado y en la construcción de memorias colectivas. Estas obras
ostentan una renovada conciencia del lenguaje y del discurso como
medios desde los cuales se constituye lo real, en contraposición con
una concepción del cine documental que confía en la posibilidad
de representar el mundo histórico sin fisuras epistémicas.
El cine documental ha mantenido desde sus inicios una estrecha
vinculación con la historiografía dado que sus representaciones están
dirigidas a postular algo sobre el mundo histórico.2 Esta relación
con la esfera extrafílmica, que lo ha caracterizado -retomando el
concepto de Nichols (1997)- como discurso de sobriedad, adquiere
caracteres de cientificismo y objetividad toda vez que la mediación
que existe en la representación de hechos y objetos del mundo histó­
rico no resulta motivo de cuestionamiento, reflexión y análisis.
Asimismo, al igual que la historiografía clásica, el documental
tradicional aborda los hechos históricos como si fuesen preexis­
tentes y autónomos respecto del acto discursivo. Desde esta pers-

1. Me refiero al conjunto de discursos sobre el pasado emitidos desde


diferentes ámbitos sociales organizados en torno a la experiencia, que no
se adscriben necesariamente a la actividad de la historia como disciplina
institucional. Paul Ricoeur (1999: 41) caracteriza las formas en que la historia,
como disciplina, critica y, a la vez, se apropia de los discursos de la memoria.
2. Hayden White (2010: 271) propone el concepto de “historiofotía”
(historiophoty) para definir “la representación de la historia y nuestro
pensamiento acerca de ella en imágenes visuales y discurso fílmico”. White
plantea una reflexión en la cual el problema de la traducibilidad de la
representación textual o en imágenes de la historia ocupa un lugar central.
A través de su argumentación, el autor desbroza una serie de cuestiones que
son retomadas a lo largo de este capítulo: el problema de la referencialidad
Un pogrom en Buenos Aires (Herman Szwarcbart, 2007). y la evidencia en el discurso literario y en el audiovisual; y la disyunción,
Crédito: Imagen cedida por el director. complementariedad o redundancia entre el texto y las imágenes, entre otras.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 150 151 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

pectiva, el documentalista, como el historiador, es el encargado el ámbito de la no ficción revelan quizás el límite o la frontera de
de descubrir, seleccionar y organizar un material que precede al un territorio discursivo en constante redefinición y transformación.
proceso de creación audiovisual. Esto no significa que el docu- Michael Renov (2010) explícita los presupuestos filosóficos e histó­
mentalismo clásico sostuviese una idea eminentemente mimética ricos alrededor de los cuales se han generado estos debates:
de la relación entre realidad y representación -la prerrogativa de
entender el documental como “tratamiento creativo de la realidad” El enfrentamiento entre “verdad” y “belleza” es producto de un
(Grierson, 1993) indicaba la actividad formativa del documenta­ lamentable dualismo (occidental) que responde a la escisión entre
lista como autor-, pero sí subyace a él la noción de que existe una ciencia y arte, mente y cuerpo. Raymond Williams ubica el endu­
recimiento de la distinción arte/ciencia en el siglo XVIII, momento
realidad a priori susceptible de ser expresada en la obra, aunque
en el cual la experiencia (“sentimiento” y “vida interna”) comenzó
sea mediante operaciones constructivas. a ser definida como contraria a la experimentación. La explicación
La historiografía presta atención a cuestiones que hacen a la de Hans Richter del desarrollo cinematográfico ofrece una ilustra­
confiabilidad de las fuentes con las que se construye la historia, al ción de los efectos de este supuesto binarismo y su contribución a
marco ideológico de la corriente histórica abordada y a la narrativa una clase de documental antiestético: “Se hizo claro que un hecho
utilizada para exponer los hechos relevados. La historia, conver­ no siguió siendo un ‘hecho’ si apareció bajo una luz demasiado
tida en una disciplina profesional desde comienzos del siglo XIX, hermosa. El énfasis corrido, dado que una imagen ‘bella’ no podría
adquirió rasgos positivistas al considerarse a sí misma como una haber sido normalmente obtenida salvo a expensas de su cercanía a
ciencia. Para ella, como para otras ciencias, la verdad consistía en la realidad. Algo esencial debía ser suprimido para proveer una
la correspondencia entre la narración de los hechos y los hechos apariencia bella”.
tal como objetivamente ocurrieron.3
Por su parte, el cine documental, durante el siglo XX, se ha Los avalares del cine documental desde las décadas de los
convertido en un vehículo privilegiado al que diversos cineastas e sesenta y setenta ubican en el centro de la escena la crisis de este
instituciones han acudido para explicar el mundo, la historia y las dualismo. El denominado “giro lingüístico”, acaecido en los años
múltiples circunstancias que hacen a la vida y el desarrollo de los sesenta a partir del auge de la semiótica, del psicoanálisis laca-
hombres y de las sociedades en las cuales estos se relacionan.4 A niano y de las nuevas escuelas historiográficas, antropológicas y
pesar de su emparejamiento con los discursos de sobriedad, el estatus sociológicas inscriptas en el estructuralismo y en el postestructu-
epistémico del documental ha estado tensionado desde su mismo ralismo, y el posterior “giro subjetivo” de los discursos artísticos y
nacimiento debido a sus dimensiones artísticas y estéticas. Los derro­ de las ciencias sociales transformaron el campo artístico y cultural.
teros de las vanguardias históricas y sus recurrentes incursiones en El cine documental fue particularmente sensible a estos sismos,
quizá por su originaria identidad proveniente de la intersección
entre arte y ciencia. La reflexividad y la performatividad son los
3. Esta definición de la historiografía está basada en los conceptos de Georg modos discursivos y representacionales que se hacen eco de los
Iggers (2005). Huelga decir que esta concepción positivista de la historia y de giros mencionados.5
la actividad historiográfica ha recibido múltiples cuestionamientos desde las
tesis de Walter Benjamin (1982) hasta nuestros días, pero es funcional para
reflexionar acerca de los modos de representación del mundo histórico del 5. Este no es un proceso lineal, sino que cuenta con mestizajes,
documental tradicional. hibridaciones y persistencias de otros modos de representación, a la vez que
4. Alejandro Cattaruzza (2003: 205) indica que en las últimas décadas ambas modalidades -la reflexiva y la performativa- ya habían tenido sus
del siglo XX se percibe un desdibujamiento del papel del historiador como primeros desarrollos en la experiencia de las vanguardias de los años veinte,
intelectual en relación con la esfera pública en la Argentina, función que con cineastas de la talla de Dziga Vertov, Jean Vigo y Hans Richter, entre
comienza a ser desempeñada por otros agentes de la cultura letrada, como otros. De hecho, Stella Bruzzi (2006: 226) sostiene que el modo performativo
literatos, filósofos, periodistas, maestros, partidos políticos y -agrego- es una línea fundante de la tradición del documental desde sus inicios, que ha
cineastas. sido relegada debido a la institucionalización del cine de no ficción.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 152 153 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

El proceso de conciencia lingüística y de subjetivación en los Las tensiones historia-memoria


discursos del cine no ficcional altera el alineamiento constitutivo
que el documental tradicional tenía con la ciencia clásica de la A lo largo del siglo XX, el siglo en el que se consolidó y desa­
historia en su oposición a la literatura de ficción y a los usos de la rrolló el arte cinematográfico como espectáculo de masas, la
imaginación (Guynn, 1990: 13). Si esto es así, existiría un paren­ historia como disciplina se vio transformada por el impacto de
tesco entre los cuestionamientos hacia los modos de abordar el nuevas epistemologías. Estas dieron lugar a narrativas que, ante­
pasado que los debates historiográficos postulan desde hace tres riormente, no formaban parte de los procedimientos con los cuales
décadas y las formas en que los documentales, como representa­ se construía el discurso histórico. En una centuria signada por dos
ciones audiovisuales del mundo histórico, organizan y narrativizan guerras mundiales y un conjunto de catástrofes sociales, políticas,
el pasado. culturales y étnicas (el holocausto judío, el genocidio armenio y,
Como sostiene Hayden White (1987), el problema con la narra­ en el caso latinoamericano, las dictaduras militares de los años
tiva histórica -y, añado, con la representación documental- es que, sesenta y setenta), la narración de la experiencia y la consecuente
si bien construye sus discursos con hechos y eventos validados, preeminencia de los testimonios se convirtieron en elementos
necesariamente requiere la mediación de la imaginación de un imprescindibles -aunque problemáticos para ciertos campos del
autor para organizarlos en un relato coherente. Son justamente los pensamiento, como la ética, la filosofía y la epistemología-7 para
elementos constitutivos de la mediación -el sujeto o instancia que cualquier empresa historiográfica.
la produce y las operaciones estéticas- los materiales destacados Cuando la narración de la experiencia -la única forma de
de la nueva historia y en el modo de referirse al pasado del docu­ explicar eventos traumáticos de los que no se conservaron archivos,
mental en primera persona. Continuando con White (2010: 55), si pruebas u otros materiales factuales- ingresa en el campo de la
“la historiografía es -o ha sido tradicionalmente pensada para ser- disciplina histórica, es el sujeto el que se reposiciona como fuente
una empresa de representación por excelencia de la cual la narración de conocimiento y de saber. Los relatos orales o escritos mediante
fue el principal instrumento discursivo”,6 algo similar podría postu­ los cuales los actores sociales transmiten sus experiencias son actos
larse respecto de la relación entre el cine documental y el mundo de memoria, en la medida en que revisitan el pasado ante una
histórico. Para representar la historia pública, un determinado solicitud que proviene del presente. Maurice Halbwachs (2011),
tipo de narración (causal, unilineal, coherente, transparente) fue el en su ya clásico estudio publicado en 1950, señala la intersección
principio constructivo dominante del documental argentino hasta entre lo individual y lo colectivo en los procesos de memoria.
fines de la década de los noventa. Ya fuera apelando a imágenes Según el autor, el sujeto se halla en el eje de confluencia entre dos
de archivo o tomadas en directo, a testimonios o a la voz over, a memorias, una personal y autobiográfica, otra colectiva e histórica,
carteles explicativos o a metraje doméstico, el pasado se representó con diferentes usos y funciones: “la memoria colectiva envuelve
a partir de la narración, por sobre el análisis, el ensayo, la poética a las memorias individuales, pero no se confunde con ellas [...].
y otras formas del discurso. La aparición de films que adoptan [S]i se entiende que conocemos nuestra memoria personal desde
elementos de los modos de representación reflexivo y performative dentro y la memoria colectiva desde fuera, habrá entre una y otra
ha puesto en crisis el predominio de lo narrativo -o de un cierto
tipo de narración- en las obras de no ficción argentinas de los 7. Beatriz Sarlo (2005: 31), en la estela del pensamiento benjaminiano,
últimos diez años. indica que hay una relación inextricable entre experiencia y relato y que,
Por lo tanto, “llamamos experiencia a lo que puede ser puesto en relato,
algo vivido que no solo se padece sino que se transmite. Existe experiencia
cuando la víctima se convierte en testigo”. En el mismo libro, la autora retoma
algunos de los debates acerca de la (im)posible narración de la experiencia, en
una línea que va desde Walter Benjamin hasta Jacques Derrida, pasando por
6. Las itálicas son del original. Primo Levi, Paul de Man y Jean-Pierre Le Goff (2005: 27-58).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 154 155 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

un vivo contraste” (2011: 100-101). Vale decir que la concepción también se emancipa de ella, al punto de hacer de la memoria
de “memoria colectiva” de Halbwachs prosperó en los ámbitos uno de sus temas de investigación como lo prueba la historia
contemporánea (Traverso, 2007: 72).
académicos por varias décadas, pero también recibió críticas de
sociólogos, historiadores y filósofos.8
La memoria, si bien es un acto individual, en determinadas En síntesis, la historia, a diferencia de la memoria, continúa
ocasiones se convierte en una actividad colectiva, dado que para definiéndose por su carácter de disciplina y en este punto se conecta
recordar se necesita de la colaboración de los otros. No obstante, las con una cierta tradición del cine documental.
relaciones entre historia y memoria siguen siendo un problema no Los desafíos que la inscripción de la subjetividad le plantea a
saldado, aun cuando existe un consenso respecto de la persistente la idea clásica de “cine documental” pueden pensarse en paralelo
interpenetración de ambas esferas.9 a los modos en que los discursos de la memoria interpelan a la
Enzo Traverso sintetiza estas conflictivas relaciones al señalar historia como disciplina. En otros términos, las tensiones entre
que la historia y la memoria son dos esferas distintas con una historia y memoria perceptibles en la cultura contemporánea son
misma preocupación: la elaboración del pasado. en algún sentido convergentes con la polaridad arte-ciencia, consti­
tutiva del cine documental, aludida anteriormente en la cita de
La historia es una puesta en relato, una escritura del pasado según Michael Renov (2010). El foco de interés del documental contem­
las modalidades y las reglas de un oficio -digamos, incluso, con poráneo radica entonces en sus persistentes intentos por romper
muchas comillas, de una “ciencia”- que constituye una parte, un este dualismo, sin por ello resignar su identidad, que se apoya en
desarrollo de la memoria. Pero si la historia nace de la memoria, un vínculo diferencial con lo real.
El avance de una “cultura de la memoria” (Feld y Stites Mor,
8. Entre estos, Jan Assmann (2008) indicó precisamente que dentro 2009: 25) en diferentes áreas de las ciencias sociales y humanas es
del terreno de la memoria no siempre es posible deslindar claramente las entonces otro de los aspectos que explican la subjetivación en el
instancias de lo individual y de lo colectivo. El autor reelabora las nociones cine documental. No obstante, la inscripción de la primera persona
de Halbwachs y distingue la existencia de dos memorias -la comunicativa y la
en los documentales que remiten (de forma transparente u opaca)
cultural- con funciones diferentes dentro de la memoria colectiva, en las que
se confunden lo individual y lo social. Paul Ricoeur (2008:161) entiende que la al mundo histórico no siempre implica la práctica de un discurso
debilidad de la conceptualización de Halbwachs radica en su basamento en la subjetivo y memorialista que desmonte los modos de representación
teoría sensualista de la intuición sensible. Para el filósofo francés, el recuerdo tradicionales de la historia. Por lo tanto, en el cine documental
es siempre activado desde el presente, y tiene una dimensión pragmática y en primera persona contemporáneo, conviven ciertos modos de
lingüística, en contraposición con el presente de la intuición sensible, sobre explicar el mundo histórico y organizar el pasado propios del docu­
el que se repliega la argumentación de Halbwachs. De acuerdo con Ricoeur, la
memoria individual es, en cierto sentido, un relato intransferible y la “historia mental de la tradición, con nuevas formas que ponen en crisis una
no puede pretender apoyar, corregir, criticar, incluso incluir la memoria más idea reificante de la historia.
que bajo la forma de la memoria colectiva” (2008: 157).
9. De hecho, Pierre Nora (1984), uno de los primeros en instalar la
cuestión de la memoria como parte de la reflexión historiográfica, mantiene
la oposición entre historia y memoria. Para Nora, la memoria por naturaleza
Los años ochenta: el gran relato y la contrahistoria
es afectiva y emotiva, de características colectivas aunque psicológicamente
se experimente como un fenómeno individual; en cambio, la historia es una La República Perdida y La República Perdida II (Miguel Pérez,
construcción realizada a partir de rastros, basada en un discurso de orden 1983 y 1986) yJuan, como si nada hubiera sucedido (Carlos Echeverría,
explicativo y argumentativo de carácter fuertemente crítico e intelectual. 1987) son films faro para comprender los modos de representar
Desde una perspectiva más reciente, Henry Rousso (2002) también señala
la existencia de marcadas diferencias entre los discursos de la historia y de
el mundo histórico durante la década de los ochenta. Los dos
la memoria. Resta decir que ambos historiadores mantienen actualmente su primeros son documentales de carácter institucional que tienen su
posición respecto de este asunto. Véanse Corradini (2006) y Bétard (2010). origen en un proyecto de la Unión Cívica Radical para difundir
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 156 157 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

una determinada mirada de la historia argentina, meses antes de articulado casi integralmente por imágenes de archivo y una voz
las elecciones democráticas y dos años después de haber ascendido over omniexplicativa, la obra de Echeverría se adelanta bastante
al poder Raúl Alfonsín.1011La obra de Echeverría es, en cambio, a su tiempo: a través del estilo reflexivo desde el que da cuenta
una producción independiente, rodada en 16 mm, cuya postura de su proceso de investigación, de la performatividad constante
cuestionadora no solo apunta a la pasada dictadura militar, sino del periodista (Esteban Buch) que lleva adelante la investigación
también a las políticas públicas del gobierno radical y la perma­ y del uso de las entrevistas como herramienta privilegiada para
nencia del sistema represivo en la sociedad de la época. Asimismo, develar y denunciar la trama terrorista responsable del secuestro
las marcadas diferencias de signo político e ideológico entre ambos y desaparición del estudiante Juan Herman.
documentales se acentúan en el señalamiento de los responsables Desde el punto de vista historiográfico, ambos films confían en
del golpe. En el film de Echeverría, el foco no solo se coloca en el que es posible acceder al pasado a partir de la investigación histó­
poder militar, sino en las complicidades de las capas medias y altas rica y del acercamiento a lo real, ya sea trabajando con material
de la sociedad civil, así como en el rol de los partidos políticos. de archivo, con testimonios o con recursos que pertenecen a la
A la masividad inédita de espectadores que obtuvo La República retórica del directo. Poseen, entonces, una predisposición positiva
Perdida," se contrapone la casi invisibilidad de Juan..., conver­ respecto a las respuestas que puede brindar el abordaje del referente
tida en contraseña de los pocos que pudieron verla en cineclubs histórico/social/político para el presente. Igualmente, estas obras
y circuitos alternativos.12 Las diferencias también son apreciables comparten una noción del tiempo unilineal, plasmada en la orga­
en sus modos de representación. Mientras que el film de Miguel nización narrativa causal de los hechos, adoptando perspectivas de
Pérez adopta el formato de un documental de montaje expositivo,13* análisis que se abren desde lo estrictamente político hacia lo socio­
lógico. En síntesis, ambos films adhieren a una concepción histo-
riográfica moderna abierta a los aportes de las ciencias sociales,
10. Para mayor información sobre el film y un análisis comparado con otros
pero con la convicción de la existencia de un pasado dotado de
documentales institucionales del período, véase Casale (2011). También Ana
Laura Lusnich y Clara Kriger abordan los modos de representar la historia continuidad y direccionalidad que es factible desbrozar.14 Ya sea
reciente, y no tan reciente, en una serie de films Acciónales y documentales a través de un marco ideológico sustentado por la creencia en la
del período 1983-1993 (1994: 83-103). democracia y en el republicanismo (La República Perdida y La
11. Paola Margulis (2007) señala, retomando una cifra de Octavio Getino, República Perdida II) o en la reivindicación de la militancia y de
que al menos un millón de espectadores consumieron la obra en salas los ideales de la izquierda en los años setenta (Juan, como si nada
cinematográficas. Sin embargo, la autora también indica un hecho más relevante
que sustenta el carácter institucional de este documental: “La República Perdida
fue consumida culturalmente como un documento de educación cívica: se
pasa recurrentemente en aulas escolares y se recomienda su contemplación legitimar [...] que para producir un efecto persuasivo o retórico”. Asimismo,
en ámbitos universitarios” (2007: 1-2). Margulis sostiene que el film se ha también debe tenerse en cuenta que en La República Perdida II se incluyen
convertido en un reservorio de imágenes al que han acudido habitualmente los algunas entrevistas. Para un estudio profundo de las variantes expresivas
noticieros y otros productos televisivos para extraer material de archivo. En contemporáneas del film de montaje, véase Weinrichter (2005: 43-61; 2009).
este sentido, La República Perdida habría tenido un rol de mediación en lo que 14. De acuerdo con el historiador Georg G. Iggers, las tendencias
hace a la construcción de nuestra memoria histórica” (2007: 1-2). historiográfícas modernas que se consolidaron hasta mediados del siglo XX
12. Esta película fue revalorada durante la última década a partir de transformaron la narración histórica decimonónica orientada a los hechos,
sucesivas proyecciones en diversos espacios de exhibición y de su difusión en adoptando metodologías y enfoques provenientes de las ciencias sociales.
la Televisión Pública. Según el autor, aunque se pasó de una metodología cuantitativa a una
13. Solo parcialmente podría caracterizarse el documental de Miguel Pérez cualitativa (utilizada desde la escuela de los Annales hasta la línea marxista),
-montajista de profesión- como un film de montaje o compilation film, dado se mantuvieron casi intactas dos nociones: por un lado, que la historia trata
que el modo autoritativo de la voz over subraya el carácter ilustrativo con con objetos reales con los cuales las formulaciones de los historiadores deben
fines de legitimación factual que ocupa el archivo. En los films de montaje, coincidir, y, por el otro, una concepción del tiempo unilineal, para la cual
como señala Antonio Weinrichter (2004: 77), “el archivo se usa menos para existe continuidad y dirección en la historia (2005: 3-4).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 158 159 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

hubiera sucedido),15 estos films construyen sus proposiciones sobre setenta, desde el punto de vista generacional, político e ideológico
el mundo y la historia a partir de un discurso de la certeza. de la militancia, en particular de la organización político-militar
Existe, sin embargo, una diferencia singular que tendrá implica­ más importante que operó durante aquella época: Montoneros. Los
ciones decisivas en el documental de las siguientes décadas. Mien­ documentales de Di Telia y Blaustein acometen su relato sobre el
tras que La República Perdida en sus dos partes promueve un gran pasado reciente estructurando sus narraciones a partir de los testi­
fresco de la historia argentina efectuando un recorte temporal de monios orales de una serie de militantes. De aquí su singularidad. La
casi sesenta años y construyendo discursos que refieren una y otra jerarquía de las entrevistas y de la historia oral para la reconstrucción
vez a la república como una totalidad,16 yuan... dedica su aten­ de una memoria colectiva está en sintonía con un proceso de reva­
ción a la historia de un desaparecido (Juan Herman) y al accionar lorización de los testimonios en diversas disciplinas de las ciencias
del terrorismo de Estado en una ciudad (Bariloche). Si bien su sociales y humanas (véase Wieviorka, 2007) en la Argentina, que,
línea argumentativa tiende con frecuencia a analizar el caso como comenzado en los ochenta, se extiende hasta nuestros días, pero que
ejemplo de un evento particular que refiere a una situación general, cristalizó hacia fines de los noventa con el libro de Eduardo Anguita
la elección de un sujeto del cual se subraya una serie de rasgos que y Martín Caparros, La voluntad (1997-1998).18 El surgimiento de estas
hacen exclusivamente a su personalidad es un índice del cambio narrativas testimoniales a mediados de los noventa puede entenderse
de paradigma que sobrevendrá tras los años noventa. como una reacción cultural de los sectores más reprimidos por el
terrorismo de Estado ante las últimas inflexiones de las políticas
estatales de derechos humanos: Ley de Punto Final (1986), Ley
Los años noventa: testimonio, militancia y subjetividad de Obediencia Debida (1987) y decretos de indulto (1989 y 1990).19
Desde la primera secuencia, el documental de Blaustein explícita
Montoneros, una historia (Andrés Di Telia, 1994) y Cazadores de su posicionamiento político, ideológico y militante, con una inscrip­
utopías (David Blaustein, 1995) se hallan narrados desde un prisma ción en el plano que señala: “La recuperación de nuestra historia no
personal y desde una épica colectiva respectivamente. Ambas pelí­ podría ser desapasionada ni imparcial”. Seguidamente, un montaje
culas marcan un quiebre en el cine documental de la década de los de imágenes y sonidos de Eva Duarte y Juan Perón funciona como
noventa,17*por tratarse de obras pioneras en la revisión de los años prólogo del primer testimonio, centrado en el relato de los años
iniciales de la resistencia peronista. A lo largo de su metraje, el
15. Las diferentes perspectivas políticas e ideológicas de estos documentales
no se agotan en esta descripción. Mientras La República... establece una
versión de la historia oficial fundada en un ideal o valor como la democracia, Natalia Bruschtein y María Inés Roqué, realizadoras de films sobre sus
Juan... presenta una contrahistoria en la cual no se cuestiona la democracia respectivos padres algunos años más tarde, lo que anuncia cierto “trasvasamiento
como valor, pero sí su funcionamiento vigente. Agradezco a Lior Zylberman generacional” en los discursos sobre la dictadura y el terrorismo de Estado.
sus señalamientos sobre estas contraposiciones y sus recomendaciones 18. Beatriz Sarlo realiza un análisis de los paradigmas teóricos que sustentan
bibliográficas para este capítulo. el giro subjetivo y la revalorización contemporánea del testimonio. La autora
16. Gonzalo Aguilar (2007b: 19) caracteriza la explicación de la historia efectúa un fuerte cuestionamiento a los testimonios como única fuente de la
que realiza el film como teleológica, dado que las diferentes etapas del pasado historia, solicitando el cruce con otras fuentes y documentos, aunque no critica
se muestran como jalones que inevitablemente desembocan y justifican el los testimonios como instrumento jurídico (2005: 24-25). Algunos historiadores
presente de la obra. y sociólogos reaccionaron enérgicamente frente a la postura de Sarlo, sosteniendo,
17. Un tercer documental que dialoga con los films de Di Telia y Blaustein Por ejemplo, que “las ricas fuentes que enarbola Sarlo están ausentes en épocas
es Argenmex, 20 años. La historia esta (Jorge Denti, 1996). Si bien se trata de de la dictadura y quien pretenda lograr una mínima aproximación sobre esos
una producción mexicana, está dirigida por un cineasta argentino y sus días, difícilmente pueda hacerlo sin recurrir al entrecruzamiento de datos que
testimoniantes son precisamente los hijos de militantes desaparecidos o surge del testimonio de los protagonistas” (Basabe y Sadi, 2008: 107).
exiliados. La obra de Denti muestra en varios aspectos las características del 19. Las dos primeras leyes fueron promulgadas durante el gobierno de
documental de los noventa, con una estructura coral de testimonios, montada Raúl Alfonsín (1983-1989) y los decretos de indulto por el gobierno de Carlos
de acuerdo con ciertos tópicos o temas. Entre las testimoniantes se encuentran Menem (1989-1999).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 160 161 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

documental replica narrativamente la estructura inicial, colocando Ciertos cuestionamientos que se le hacen a este film desde los estu­
en la secuencia diacrónica los diversos testimonios que, a la manera dios sobre cine lo han convertido en un auténtico antimodelo del cine
de postas, van tomando el relevo de la historia allí donde el anterior político, posición, con la cual no coincido. Algunas de las críticas se
halló su fin.20 Es un relato unilineal, sin fisuras, que avanza crono­ basan en un paradigma estético-político de representación instaurado
lógicamente hasta la culminación del film, en el cual las imágenes desde el nuevo siglo, para indicar los “fallos” y las discordancias del
de archivo se articulan con los testimonios de forma ilustrativa. La documental de Blaustein respecto de este. En una época en la cual
palabra de los testimoniantes configura un gran tapiz narrativo sin las dos partes de La República Perdida se habían constituido como la
demasiadas grietas ni cuestionamientos. Cabe recordar que varios representación audiovisual documental canónica del pasado reciente,
de los entrevistados son hombres y mujeres de relativa notoriedad en la que se producían films profundamente adversos hacia la mili-
pública (Envar “El Kadri”, Andrés Framini, Aníbal Jozami y Juan tancia peronista de los setenta, como Permiso para pensar (Eduardo
Manuel Abal Medina), por lo que sus relatos están cargados de un Meilij, 1989), y ante la previa aparición del crítico documental de Di
alto nivel de autoridad respecto de las proposiciones que construyen Telia sobre la agrupación Montoneros, tal vez sea excesivo pedirle a
sobre el pasado. La estructura homogénea y la visión monolítica de Cazadores de utopías -un film explícitamente dedicado a reivindicar a
la historia de Montoneros impulsada por el documental de David un sector de la militancia de Montoneros- que sea autocrítico y audaz­
Blaustein serán objeto de un número significativo de cuestiona­ mente reflexivo. Su interpretación de la historia es políticamente
mientos políticos e ideológicos en el marco de su estreno,21 y de intencionada, y traspone al campo audiovisual un relato sobre los
orden estético-epistémico -también político- en los últimos años.22 setenta que, como bien indica Aguilar (2007b: 22), ya estaba trazado
en los documentos de la propia organización.
20. Me refiero a la estructura general del film, observándose algunas Quizá sea más productivo pensar que la obra de Blaustein, así como
superposiciones en los segmentos narrativos en los momentos cuando el otros films de este período, no representa el modelo de documental
realizador desea enfatizar una situación en particular. al que se oponen otros contemporáneos como Los rubios (Albertina
21. La discusión, titulada “Debate sobre la memoria, los Montoneros y el Carri, 2003) o M (Nicolás Prividera, 2006), sino que es la condición
futuro”, se inició en el diario Página/12 con dos notas publicadas por Gabriela
Cerruti (1996) y Miguel Bonasso (1996), el 7 de abril de 1996, dos semanas
de posibilidad del tipo de narrativa que estos adoptan. Por ejemplo,
después del estreno del film. Días más tarde otros intelectuales, periodistas y Alejandra Almirón (entrevista personal, 2010) señala que, más allá
cineastas se sumaron a la discusión. Un extracto de la nota de Cerruti expresa de no concordar con la perspectiva política del film de Blaustein,
con claridad el carácter de las críticas que se le hicieron al film: “Toda una este fue una fuente de inspiración muy movilizadora. María Inés
proeza: una película de más de dos horas sobre la historia de los montoneros Roqué (entrevista personal, 2011) indica justamente que ella pudo
sin nombrar ni una sola vez a Mario Eduardo Firmenich, ni a Rodolfo
prescindir de cierta cronología histórica sobre la época porque esa
Galimberti, ni a Roberto Perdía o Fernando Vaca Narvaja”. Vale aclarar que
Cerruti, quizá para dotar de mayor impacto su argumento, también “olvida” función ya había sido cumplida audiovisualmente por Cazadores de
que Rodolfo Galimberti sí es nombrado y además mostrado por el film en un utopías. Nicolás Prividera también expresa su interés por este film
acto en la cancha de Atlanta. Esto se debe a que gran parte de los testimoniantes en la instancia de preproducción de Ai.23 Además, David Blaustein
pertenecían a la Columna Norte de Montoneros y Galimberti era el jefe de esta. fue el productor asociado del film de Roqué, el productor ejecutivo
22. Gonzalo Aguilar (2007b: 17-32) indica las deficiencias del modelo de de (h) historias cotidianas (Andrés Habegger, 2000) y colaboró con la
representación elegido por Blaustein para construir un documental que sea
políticamente complejo y dialéctico en sus formas de trazar las relaciones
producción de Encontrando a Víctor (Natalia Bruschtein, 2004).24
entre pasado y presente. Andrea Molfetta (2011b: 531) también señala la
composición de un dispositivo narrativo clásico que vehiculiza un relato sin
fisuras ni cuestionamientos, compuesto por simplificaciones y omisiones. 23. Entrevista personal con Nicolás Prividera, 22 de enero de 2011.
Lorena Verzero (2009: 185) asevera que “la operación realizada en Cazadores 24. Adicionalmente, Blaustein había producido en la década de los ochenta
de utopías consiste en apelar al mandato del líder del movimiento [Perón] el film Malvinas, historia de traiciones (Jorge Denti, 1984). En el libro No dejes
como cita de autoridad para justificar la violencia revolucionaria de los años que te la cuenten (1997), de Ernesto Jauretche (coguionista de Cazadores...), se
setenta en tanto respuesta a la violencia de Estado”. narra la génesis de Cazadores de utopías.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 162 163 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

La aparición de este documental suplió una falta importante En Montoneros..., la retórica de la protagonista cataliza y resig­
en el mundo de la no ficción argentina, referida a la memoria nifica los demás testimonios (más uniformes en la argumentación)
audiovisual-testimonial de la agrupación político-militar de mayor conformando un discurso más interrogativo que persuasivo. Ana
peso durante la década de los setenta, practicada por sus prota­ es un sujeto fracturado por la historia y el documental de Di Telia
gonistas. Aunque se trata de un relato sobre la experiencia de la se encarga de transmitir esta escisión. La extensión y la profun­
militancia que tiende a monumentalizar antes que a cuestionar y didad que adquiere el relato de la experiencia de Ana permiten
problematizar el pasado, Cazadores de utopías fue una película nece­ pensar su discurso desde la categoría de “memoria” ya que se ajusta
saria, en extrema sintonía con las condiciones políticas y sociales a la caracterización que de este tipo de narrativas efectúa Enzo
de su tiempo, convertida en objeto de discusión y crítica, a la Traverso: “la memoria es cualitativa, singular, poco cuidadosa de
que se referirán -generalmente para contendería- muchos de los las comparaciones, de la contextualización, de las generalizaciones,
documentales posteriores sobre la militancia.25 no tiene necesidad de pruebas para quien la transporta [...]. [P]or
La obra de Di Telia,26 si bien cuenta con el testimonio de ciertos su carácter subjetivo, jamás está fijada” (2007: 73).
ex militantes y simpatizantes de Montoneros de notoriedad pública El trabajo cinematográfico con el material de archivo también
(Roberto Perdía, Graciela Daleo, Jorge Falcone, Sylvina Walger difiere del empleo primordialmente ilustrativo que de este se hace
y Roberto Baschetti), coloca el eje de su relato en la experiencia en Cazadores de utopías. En su mayor parte fragmentos audiovi­
personal de Ana Testa.27 El punto de vista del documental, su pers­ suales extraídos de la televisión de la época, el material de archivo
pectiva ideológica y su mirada sobre el pasado están claramente funciona como contrapunto del discurso de la militancia, dando
filtrados por el cristal de su subjetividad. Pero en este caso la prota­ cuenta de la mirada hegemónica que los medios de comunicación,
gonista no es un sujeto estable y seguro de su accionar durante aque­ aliados o cómplices del gobierno de facto, intentaron persisten­
llos años. Por el contrario, es un individuo vacilante, con dudas. temente imponer en el cuerpo social, pero también sugiriendo
En su discurso, los cuestionamientos hacia la agrupación y hacia lo extrañadas que estaban las lecturas de la realidad que hacían
su devenir personal son constantes. Podría sostenerse que en este ciertos militantes de base y, sobre todo, la cúpula de la organiza­
aspecto el relato de la protagonista tiende a la despolitización, ción Montoneros.
dado que, al observar la historia colectiva a través del cristal de Por último, en ambos documentales existe un compromiso
la subjetividad, la convierte en parte de su destino individual. En autoral diferente. Mientras David Blaustein estuvo involucrado
este punto los films de Di Telia y de Echeverría son radicalmente de un modo personal en la historia que narra, Andrés Di Telia
opuestos, ya que la obra del segundo representa la historia personal no tuvo participación política activa en dicho período. Esta dife­
de Juan Herman como exponente de un colectivo político. rencia explica parcialmente la distancia y perspectiva de cada obra
respecto del pasado.
A pesar de las divergencias contundentes entre estas dos pelí­
25. La investigadora María Sonderéguer (2001) reconstruye la prolífica culas, la concepción historiográfica que las subyace no se ha modi­
recepción que el film de Blaustein tuvo en el campo cultural argentino, ficado sustancialmente, en su matriz epistémica, en relación con
colocando la obra en el contexto de un amplio grupo de relatos sobre el pasado
los films de los ochenta. Existe una continuidad en la organización
reciente surgidos al promediar la década de los noventa, que colaboraron en
impulsar modificaciones en las políticas de la memoria. narrativa causal: la forma en que Blaustein y Di Telia concatenan
26. Montoneros, una historia comienza a producirse a fines de 1992 y una serie de hechos y experiencias implica la misma fe en la capa­
se proyecta por primera vez en 1994. En este sentido, según palabras del cidad del documental para decir, ya sea de modo crítico, interroga­
realizador, la obra de David Blaustein se inspira en y es una respuesta a este tivo o asertivo, algo confiable sobre el referente histórico. El relato
film (véase Di Telia en Piedras y Zylberman, 2011). de una experiencia más dispersa y vacilante en el film de Di Telia
27. Militante de Montoneros, secuestrada y torturada en la ESMA
(Escuela de Mecánica de la Armada), más tarde liberada. Su compañero fus no deja de validarse en una trama que gestiona sus materiales a
desaparecido en el año 1979. partir de una intriga dramática deudora de la narración clásica.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 164 165 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

No obstante, como sucedía con el film de Carlos Echeverría, revela vasos comunicantes con las concepciones de la microhistoria
también Montoneros, una historia plantea rupturas en el modo de lo que significa una crisis en la continuidad de los grandes relatos
representar el pasado. Su énfasis en una microhistoria (insinuado De acuerdo con Hayden White, la microhistoria otorga un énfasis
desde el título) es un rasgo distintivo que será retomado por el renovado a las relaciones entre historiografía y narrativa, y aspira a
documental en primera persona contemporáneo. Aunque no haya poner en tela de juicio “la distinción entre los elementos del relato y
coincidencia entre la primera persona de la protagonista y el sujeto de la trama en el discurso histórico” (1987: 20). Bill Nichols (2006:
de la enunciación, la acentuada focalización del film en el punto 216) también señala las afinidades existentes entre el documental
de vista de Ana Testa pone en crisis el sistema explicativo de la performativo y los nuevos instrumentos de indagación histórica
obra como mirada totalizante, hallando sus proposiciones sobre vinculados al formalismo y al contextualismo. Ambos métodos se
el mundo histórico un estatus más tentativo, parcial e inconcluso. interesan menos por las generalizaciones que por indagar las carac­
Los cuatro documentales analizados, allende sus divergentes terísticas únicas de los sucesos y su relación con contextos precisos.
ópticas políticas e ideológicas y sus variantes narrativas, hallan La interrogación sobre el lenguaje fílmico y la construcción
un común denominador en el impulso por reconstruir un pasado de la representación documental son impulsadas por voces que se
compartido. En la tensión entre historia y memoria, tienden a identifican -por interposición de índices textuales y extratextuales
inclinarse hacia el primero de los términos. Si bien las narrativas y debido al pacto comunicativo que se establece entre la obra y el
de la memoria encuentran una expresión locuaz en la intervención espectador- con el director del film, ya sea porque este expone
de los testimonios en los films de Di Telia y Blaustein, se articulan su propio cuerpo frente a la cámara o porque dispone de otros
en estructuras de relato orgánicas, regidas por la organización del elementos discursivos, como la voz en off, los intertítulos o el uso
discurso de la historia. De hecho, tanto Montoneros... (en su título) de grafismo para intervenir en las imágenes. Los documentales
como Cazadores... (en su epígrafe) hacen referencia a la historia que subrayan y visibilizan la subjetividad del responsable de la
por sobre la memoria, una ecuación que invertirá sus términos en enunciación, además de reflexionar sobre los modos de representa­
algunos documentales de la década siguiente. ción, tienen como eje la explicitación de quién es el que enuncia y
desde dónde lo hace. Antonio Weinrichter (2004: 50) señala que la
irrupción del sujeto coloca en una segunda instancia el problema
Reflexividad y subjetividad en el nuevo siglo de la objetividad o veracidad del discurso respecto de su referente
real y brinda mayor relevancia al acto de la comunicación.
Un conjunto de films surgidos desde el año 2000 expresan un A pesar de lo dicho, las expresiones del yo del cineasta en el
cambio de paradigma epistémico en los sistemas explicativos del documental argentino contemporáneo no siempre modifican los
documental respecto del mundo histórico. Este cambio se asienta modos asertivos en que este explica el mundo histórico, tratándose
en la reflexión sobre los elementos formales y los modos de organizar en algunos casos de voces que, si bien están encarnadas en un
el discurso y en la acentuada presencia de la performatividad como sujeto que enuncia en primera persona, construye proposiciones tan
instancia mediadora entre el texto fílmico y el referente. En el seno de definitivas y concluyentes sobre lo profílmico como las del docu­
la producción documental, parece manifestarse cierto agotamiento de mental expositivo tradicional. Podría sostenerse que la recurrente
los relatos totalizantes sobre el pasado histórico, reforzándose parale­ aparición de la voz en off en primera persona, en ocasiones, toma
lamente la dimensión de la experiencia subjetiva de sus protagonistas. el relevo de la tan temida “voz de Dios” del documental institu­
Retomando los conceptos de Michael Renov (2010), si en el docu­ cional, convirtiéndose en un recurso narrativo tan convencional y
mental anterior predominaban las funciones de registro, preserva­ artificial como aquella. María Luisa Ortega (2005: 203-204) indica
ción y persuasión, el nuevo documental apelará reiteradamente a que, “frente a las modulaciones de la subjetividad y la experiencia
estrategias analíticas o interrogativas y, sobre todo, a procedimientos privada e íntima en los cines experimentales y de vanguardia, el
expresivos. En relación con la historiografía, esta nueva tendencia documental que mantiene una vocación de hablar sobre el mundo
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 166 167 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

social domestica la subjetividad para convertirla en instrumento generándose una interacción entre un yo que se adjudica la narración
de conocimiento y representación compartidos”. y un otro, el personaje que lleva adelante la investigación o pesquisa.
La primera tendencia que identifico en la indagación sobre el Lo que distingue a este personaje de un personaje de ficción no es
pasado personal y colectivo de los documentales en primera persona su dependencia de los designios del creador, sino su relativo compro­
es la historia orgánica. Implica una continuidad con los modos más miso afectivo con los demás actores sociales intervinientes en el docu­
clásicos de organizar y representar el pasado. Para estos documentales, mental. Esto deriva en una mínima transformación del personaje hacia
los hechos históricos son susceptibles de ser expresados con vera­ el final del relato. Retomando el capítulo 2, la voz formal comparte
cidad y la cronología resulta un modo plausible y verista de recom­ varios rasgos con la modalidad epidérmica de la primera persona.
ponerlos. Aquí la narración adquiere un peso fundamental entre otras La segunda tendencia —los bordes de la historia— expresa un
formas discursivas. Estructurada generalmente a partir de una lógica quiebre manifiesto en cuanto a la posibilidad de reconstituir el
causal, la voz del narrador en primera persona construye proposi­ mundo histórico por parte de la representación documental. La
ciones asertivas sobre los hechos que describe. Cari Plantinga (1997) indagación de una historia personal y la inscripción del yo del
concibe este tipo de enunciaciones como voces formales y formula cineasta modulan las formas en que el documental explica el
una taxonomía de voces discursivas siguiendo el modelo de David pasado. Sin embargo, estas obras siguen buscando en la historia
Bordwell (1996) para el cine de ficción, que se caracteriza por atra­ pública y compartida las respuestas para comprender las histo­
vesar géneros, movimientos, escuelas y cines nacionales, y basarse en rias personales o familiares y, de manera inversa, mantienen la
convenciones estilísticas y estructuras narrativas. Plantinga propone intención explícita de que las exploraciones del mundo privado
un esquema tripartito de voces28 de carácter transhistórico para pensar produzcan efectos en hechos de la esfera pública o sirvan para
los discursos del cine de no ficción. Estas voces solo en ocasiones explicarlos. En estos films, el mundo histórico es un horizonte
particulares aparecen de forma exclusiva y adquieren dominancia sobre el cual se recortan e inscriben relatos personales.
alternativamente de acuerdo con las necesidades de los documentales En esta tendencia, los discursos de la memoria y aquellos que
en que se plasman. La tipología se basa “en el grado de autoridad tienen la vocación de comprender aspectos de la historia pública se
narrativa asumida por el film (en los casos de las voces formal y articulan y tensionan, así como las representaciones documentales
abierta), y en la ausencia de autoridad a favor de una preocupación basculan entre los polos de subjetividad y objetividad. Estas obras
estética más amplia en el caso de la voz poética” (Plantinga, 1997: se caracterizan por poseer una voz abierta (1997: 106), dotada de
106). La primera, la voz formal, se define por tres características: una autoridad y jerarquía menor sobre el mundo representado.
Esta voz es más reticente a impartir conocimiento certero sobre
a) se reserva un alto grado de autoridad epistémica para explicar
lo profílmico, adquiriendo funciones observacionales y explorato­
el mundo al espectador; rias, antes que explicativas y expositivas. Según Plantinga, dicha
b) tiene rasgos estéticos y estilísticos clásicos, ya que respeta
enunciación tiene afinidades con las narraciones del cine de arte,
cierto canon de armonía, unidad y moderación; dado que propone “una concepción del mundo distintiva, en la cual
c) mantiene afinidades con las narrativas clásicas de ficción, la realidad es incognoscible, los sujetos inefables, y los eventos se
dado que plantea una serie de preguntas al comienzo del
suceden unos tras otros sin resolución posible” (1997: 108). En la
relato que serán respondidas cuando este finalice. voz abierta, la expresión de la primera persona es uno más de los
Por otra parte, en dichos documentales, la relación entre autor y discursos que interaccionan en el relato y a partir de los cuales el
personaje es tan compleja y elaborada como en una obra de ficción, documental construye conocimiento sobre el mundo. La identidad
entre autor, narrador y protagonista es más fluida, trasladándose los
28. Si bien utilizo “voz” como traducción del inglés “voice”, no debe entenderse procesos de intersubjetividad desde la dupla autor-personaje hacia
el término de manera literal en sus aspectos sonoros, sino como perspectiva la dupla sujeto-otro. Aquí resuenan los ecos de las modalidades de
enunciativa. Agradezco a Javier Campo haberme sugerido esta aclaración. experiencia y alteridad y autobiográfica.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 168 169 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

En la tercera tendencia, el mundo histórico y la historia pública examen comparativo por compartir un conjunto de objetivos,
se construyen como un referente opaco al que resulta dificultoso formas y estilos. En los tres films se inscribe un narrador en
acceder, mostrar o representar. Se trata de obras que apuntan sus primera persona, más discreto y oculto en el caso de Yo, sor Alice,
discursos a la experiencia personal y complejamente transferible de más visible e instalado como personaje en los otros dos films. Dicho
sus realizadores. La exploración de la memoria y la reflexión sobre narrador, a través de índices textuales30 y extratextuales,31 se iden­
sus mecanismos de olvido y recuerdo se priorizan frente al deseo tifica con la figura del director y autor de cada una de las obras.
de explicar el pasado mediante un sistema homogéneo o totalizante. Por otra parte, los títulos de los films denotan claramente quiénes
A pesar de lo dicho, en estos documentales no es posible hablar de serán los objetos de representación y los personajes centrales. En
una negación de la historia pública en favor de una indagación de otras palabras, los tres documentales reconstruirán la trayectoria
la memoria subjetiva, sino de una relación problemática entre estas biográfica de Cándido López y la Guerra de la Triple Alianza,
dos instancias. Son narraciones débiles, fragmentarias y difusas. Bialet Massé y Alice Domon respectivamente, incorporando en la
Los discursos de estos films se preocupan más por la expresión narración la figura de los cineastas y biógrafos.
que por la narración y en este sentido priorizan la capacidad de Estas películas también comparten el carácter de reparación
“provocar una respuesta emocional o inducir placer en el espec­ histórica, relacionado con la idea de memoria como contrahistoria,
tador a través de medios formales, para generar poder lírico a propio de algunos proyectos biográficos y autobiográficos: las tres
través de matices de sonido e imagen en un modo exclusivo de obras indican en su primera secuencia los motivos por los cuales los
verbalización” (Renov, 2010). El énfasis en la dimensión estética no directores han decidido reponer esos relatos al mundo simbólico,
es un alarde de virtuosismo o formalismo, sino la única posibilidad otorgándoles la posibilidad de una representación audiovisual. José
para expresar la subjetividad en un medio como el documental, Luis García señala, en los créditos iniciales del film, que la Guerra
que tradicionalmente ha tendido a borrar las huellas del autor de la Triple Alianza es un evento poco frecuentado por los libros
del enunciado. Acercándose a los bordes del videoarte o del film- de historia. En la primera secuencia, además, el director expresa
ensayo, estas obras despliegan voces que transitan de lo abierto su fascinación por la obra de Cándido López y relata su encuentro
a lo poético. Plantinga describe la voz poética como aquella que fortuito con el nieto del pintor. Así se justifican y ponen en escena
está “menos interesada en la observación, exploración, o explica­
ción -preocupaciones tradicionalmente epistémicas- [...] que en
la exploración de la representación en sí misma” (1997: 109). El 30. Estos índices se vinculan con la autoexposición frente a la cámara,
diversas inscripciones (cartas, documentos) que mencionan sus nombres; la
autor también señala que estos films mantienen cierta clase de interacción con otros personajes, que se dirigen a ellos empleando su nombre
“esteticismo epistémico”, emparentándolos con las narraciones y apellido; y la apelación al espectador en los primeros minutos del film para
paramétricas29 definidas para la ficción por David Bordwell (1996). establecer un pacto comunicativo que justifica y explica el proyecto de la obra,
así como la pertinencia de la primera persona.
31. Me refiero a los créditos iniciales y a la publicidad en afiches, prensa y
otros medios periodísticos. De cierta manera, un análisis básico de los afiches
La historia orgánica de difusión de cada obra permite comprender qué tipo de preeminencia
tendrá el yo de los autores en los relatos. Considerando la presencia en una
Cándido López. Los campos de batalla (José Luis García, 2005), escala ascendente, Alberto Marquardt se encuentra absolutamente ausente del
afiche de Yo, sor Alice, ocupando la foto de Alice Domon el espacio central de
Bialet Massé, un siglo después (Sergio Iglesias, 2006) y Yo, sor Alice
la imagen. En el afiche de Bialet Massé... el reflejo de la foto del español en
(Alberto Marquardt, 2001) son documentales que habilitan un tamaño amplio está acompañado por la figura pequeña, pero definida, en la
parte superior izquierda del cuadro, del realizádor del film, Sergio Iglesias;
en el afiche de Cándido López..., las fotos de José Luis García y Cirilo Batalla
29. Se trata de narraciones que otorgan preferencia al sistema estilístico Hermosa (compañero de ruta del cineasta) ocupan un lugar de privilegio bajo
con independencia del sistema argumental. el nombre de Cándido López, que le da título al film.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 170 171 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

los cimientos del doble proyecto que vehiculiza el film: por un lado, una alocución en off que acompaña la imagen de las cartas dejadas
el proyecto artístico, que examina la obra y figura de Cándido López por la monja. Tras dicho comienzo, la enunciación en primera
como artista plástico y “cronista” en imágenes de la guerra; por otro persona de Marquardt quedará vacante para ser ocupada por la
lado, el historiográfico, que compone las vicisitudes de la contienda palabra de la monja a partir de la lectura de sus cartas (realizada
rehaciendo el trayecto de sus principales batallas en diálogo con por la voz en off del propio director). Tal como se formula en el
los habitantes del lugar y los documentos encontrados. El acople de título del film, la expresión del yo en este título estará delegada
los dos proyectos, el artístico y el historiográfico, se hará patente del biógrafo a su biografiada, brindándole quizá la voz de la que
cuando, en el último cuarto del relato, el realizador se despida de careció debido a su temprana desaparición.
buena parte del equipo de filmación, para continuar con un equipo Una afinidad relevante que comparten los films con relación a
reducido tras las huellas de los últimos combates de la guerra. Esta sus modos de representar el mundo histórico es el deseo de recons­
escisión es relevante, dado que reproduce el alejamiento del propio truir un período del pasado desde una enunciación que respira
Cándido López de los campos de batalla debido a una herida de en tiempo presente. El mundo histórico se encuentra evocado a
guerra y su retorno a Buenos Aires. Se desacoplan, entonces, los partir de testimonios, documentos de época, pinturas, imágenes de
dos proyectos iniciales, prevaleciendo el historiográfico. archivo fílmico y fotográfico y otros recursos, pero existe una elec­
La primera secuencia del film de Sergio Iglesias, ubicada antes ción consciente de convocar el pasado, desde los registros audiovi­
de los créditos iniciales, opera presentando a Bialet Massé, pero suales de los espacios más significantes en los que acaecieron las
también planteando la base argumental autobiográfica que será el respectivas historias retratadas en la actualidad. Volviendo a Morón
eje complementario del relato. En una foto, padre e hijo observan y a los sitios que recorrió sor Alice; atravesando las provincias y
(y a la vez fotografían) el cartel de entrada a un pueblo cordobés establecimientos que documentó Bialet Massé; fotografiando los
llamado Bialet Massé. Luego, el reverso de la foto indica que fue campos de Cándido López, hoy silenciosos pero ayer enardecidos
obtenida en 1974, posiblemente en unas vacaciones familiares. Con por las batallas; los directores entienden la representación del
esa excusa argumental se inicia un travelogue en el que un cineasta pasado como una actividad que impacta en la configuración del
(Sergio Iglesias) rehace la ruta del médico español Juan Bialet presente, como si los espacios conservasen recuerdos y los cineastas
Massé en paralelo con el desarrollo elíptico y ficcionalizado del activasen la memoria latente que estos guardan al mostrarlos en
viaje de un padre y su hijo por el interior del país. De esta manera, su contemporaneidad.32
los primeros minutos del film instalan en escena un esquema que La estructura de estos documentales está determinada prin­
se replicará en el resto del recorrido y del documental. Se trata de cipalmente por el polo del objeto de la enunciación y del mundo
una narración lineal y cronológica pero articulada en tres líneas histórico. El soporte del relato de los tres films es material real,
arguméntales diversas: tangible, preexistente a la realización de las obras: las pinturas
de Cándido López y los documentos sobre la Guerra de la Triple
a) el relato de Juan Bialet Massé en su “Informe sobre el estado Alianza, el informe de Juan Bialet Massé, las cartas de sor Alice.
de las clases obreras en el Interior de la República”, de 1904; Los documentos son entonces la guía desde la cual se reconstruye
b) la travesía imaginaria de un padre y su hijo mientras efectúan el mundo histórico y ellos demarcan el comienzo y el final de cada
un trayecto análogo al del primero; una de las narraciones. Con esto quiero decir que la línea argu-
c) el viaje en tiempo presente del cineasta, para mostrar el
estado contemporáneo de los mismos lugares y problemá­
ticas que Bialet Massé describió un siglo atrás. 32. En el campo de los estudios sobre la memoria, diversos teóricos han
propuesto el concepto de “lugar de memoria” para reflexionar acerca de
los espacios y sus capacidades evocativas. Estos lugares pueden ser sitios
Alberto Marquardt da cuenta de su subjetividad y de sus inten­ concretos (museos, monumentos, nombres de calles), personajes inventados,
ciones reparatorias en la primera secuencia de Yo, sor Alice mediante instituciones, insignias, etcétera. Véanse Nora (1984) y Yates (1974).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 172 173 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

mental que desarrollan los documentales está fijada por instancias El documental de Blaustein permite comprender cómo la voz
exteriores a la experiencia de los sujetos que enuncian en primera formal no necesariamente se organiza a partir de una voz over
persona. Sin embargo, los documentos mencionados distan de ser autoritativa, dado que, estando ausente dicho recurso, también es
fuentes objetivas y científicas, dado que están cargados de una posible establecer desde la instancia enunciativa un relato orgá­
fuerte dosis de subjetividad: los cuadros de Cándido López, si bien nico. En Hacer patria, los testimonios y documentos del pasado se
son figurativos y testimoniales, están atravesados por una serie de estructuran de manera secuencial, con coherencia causal y lineal.
mediaciones estéticas y de estilo autoral que desbordan cualquier A su vez, las imágenes de archivo ilustran o evocan aquello que
esquema verista de representación; el texto de Bialet Massé enuncia los testimonios mismos ya se han encargado de anunciar. Blaus­
una y otra vez la subjetividad de su autor y en algunos pasajes está tein es el guía indiscutido del relato, pero existe un hiato en la
más cerca del ensayo que del informe científico; las cartas de Alice identidad entre el director y la figura de carne y hueso que en
Domon, como toda escritura íntima y personal, están compuestas las imágenes realiza la pesquisa. Esta separación posiblemente se
por subjetivemas y miradas de mundo sin aspiraciones de obje­ deba a la desafección mostrada por Blaustein/personaje con rela­
tividad. Estos documentos alrededor de los cuales se organizan ción a las revelaciones obtenidas durante la investigación, a raíz
los relatos carecen de las propiedades “neutrales” de las fuentes de la utilización constante de estrategias de reconstrucción para
tradicionales de la disciplina histórica, pero aun así funcionan la puesta en escena y a la manipulación redundante de la música
como elementos legitimados para reconstruir el pasado. extradiegética. Dichos elementos, extrapolados de la tradición
En síntesis, la subjetividad de los autores se manifiesta en los tres documental expositiva, generan una distancia incómoda, dado que
documentales, pero el tipo de discurso y de mirada sobre el mundo desvirtúan cualquier idea de búsqueda y de manifestación de una
histórico que estos construyen tiende hacia una estructura orgánica experiencia personal, para convertirse en la transmisión previsible
y cronológica, modulada por la dominancia de una voz formal. No de una historia que ya se conoce de antemano.
obstante, estos films presentan características que los separan de la Fuerza Aérea Sociedad Anónima (Enrique Piñeyro, 2006) es un
representación monolítica y homogénea que del mundo histórico documental que aborda el tema de la seguridad aérea en la Argen­
efectúan los documentales tradicionales, ya que organizan su mirada tina, colocando el foco, por ser un evento cargado de ejemplaridad,
de la historia y de lo real a partir del prisma de otras subjetividades. en la tragedia de LAPA de 1999.33 El film remite a un suceso
La lectura de la sinopsis de Hacer patria (David Blaustein, todavía vivo en la memoria comunicativa, debido a la ausencia de
2007) rápidamente podría conducir a la (errónea) conclusión de resolución judicial y a la alta visibilidad mediática que tuvo en su
que es un documental autobiográfico. David Blaustein, su director, momento.34 En su primera incursión en el terreno del documental,
narrador y personaje, emprende una investigación para conocer en Piñeyro adopta un formato eminentemente televisivo, propio de
profundidad sus orígenes familiares y culturales. Se trataría de una versión del autodenominado “periodismo de investigación”
una búsqueda identitaria que hurga en los documentos privados y popularizado por TN Investiga, un segmento de Telenoche, el
públicos y en los testimonios familiares -ligados al devenir de toda longevo noticiero emitido por Canal 13. La primera persona del
una generación de inmigrantes de Europa del Este- para restituir director se constituye en cuanto narrador, investigador, fiscal y
una memoria cultural relegada. Sin embargo, aunque existe esta juez, poniendo a punto un dispositivo estético inspirado en la tele-
matriz en el origen del documental, la puesta en escena, el trata­
miento de los testimonios y el uso del material de archivo desplazan 33. El 31 de agosto de 1999, un avión de la aerolínea nacional LAPA
la obra hacia un terreno más sólido, propio de una reconstrucción se incendió luego de no poder despegar por desperfectos técnicos, en el
Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires. En el incidente fallecieron sesenta
histórica tradicional y despersonalizada. Para decirlo de otro modo,
y siete personas.
desde la temática el film podría pensarse como discurso sobre la 34. Enrique Piñeyro ya había realizado su ópera prima de ficción basada en
memoria, pero en términos formales se organiza como un discurso el mismo hecho, Whisky Romeo Zulú (2004), de la cual fue también guionista
histórico convencional sobre el pasado. y actor protagónico.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 174 175 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

visión, pero bastante más sofisticado y estilizado. El film consta de Los bordes de la historia
una dinámica -y a veces vertiginosa- concatenación de imágenes
de cámaras ocultas,35 animaciones y trucajes digitales, y archivo Papá Iván (María Inés Roqué, 2000), Un tal Ragone (Vanessa
televisivo, tuteladas, desde el punto de vista diegético, por la figura Ragone, 2002), La televisión y yo (Andrés Di Telia, 2002), M y
de Piñeyro, que se sitúa en una suerte de limbo escénico (su propia Un pogrom en Buenos Aires (Herman Szwarcbart, 2007) tienen un
“torre de control”). La posición epistémica de la obra es fuerte­ núcleo común de elementos formales:
mente positivista: los materiales que el cineasta dispone desde la
escena y desde el montaje tienen una función probatoria y eviden- a) los directores se inscriben como narradores y/o personajes
cial. Piñeyro, en su doble rol de director y presentador, es el gran en el centro del relato, pero, a diferencia de lo que ocurre
explicador; las imágenes, su principal recurso didáctico. en los documentales anteriores, brindan un cierto grado de
En este tipo de documentales en primera persona -deudores, en incertidumbre a las proposiciones que las obras expresan
términos cinematográficos, de una modalidad narrativa cultivada sobre lo real;
por Michael Moore-, se visualiza la correspondencia entre una b) la organización narrativa elude, por medio de estrategias
subjetividad monolítica, dueña del saber y segura de sí misma, y heterogéneas, la linealidad y el ordenamiento causal de los
una representación del pasado como sucesión de hechos que, si hechos;
bien inicialmente pueden estar ocultos, son susceptibles de ser c) aunque todos ellos cuentan con testimonios, estos son cues­
revelados y comunicados mediante la obra. La posibilidad de emitir tionados en su aura de autenticidad y confiabilidad a través
estos discursos sobre lo real se funda en la notoriedad pública de la fragmentación, el montaje discontinuo, la mediatiza-
de los realizadores (con las diferencias de cada caso, podríamos ción y la interpelación verbal. Asimismo, ninguno de los
citar como otros ejemplos los últimos documentales de Fernando documentales tiene la vocación de explicitar la identidad y
Solanas y el film Deuda -2004-, codirigido por Jorge Lanata), profesión de sus personajes o testimoniantes;36
dado que este reconocimiento los habilita a expresar una primera d) la utilización de fotografías y de archivos audiovisuales se
persona que, en cualquier otra circunstancia, no tendría motivo encuentra generalmente revelada a partir de la exposición
de aparición. En el caso particular de Piñeyro, su todavía módico manifiesta de su manipulación frente a la cámara;
reconocimiento público es conjurado en el film a través de la inclu­ e) si bien una parte de estos documentales acude a los servicios
sión de fragmentos de una batería de programas periodísticos de de la voz en off en primera persona, esta deja de lado sus
televisión que lo tuvieron como (polémico) participante. Con este funciones explicativas e informativas en pos de búsquedas
recurso, sumado a la actitud porfiada de aquel que “estuvo ahí”, poéticas y expresivas que, más allá del contenido, exploran
que conoce por dentro, como testigo, el universo que describe, se las entonaciones y cadencias.
construye una voz narrativa cargada de autoridad epistémica sobre
lo representado. La primera secuencia de Un tal Ragone es ejemplar en cuanto
a las tensiones entre memoria e historia, entre lo personal y lo
colectivo, entre el deseo y el deber de narrar, propias de estos
documentales. A modo de epígrafe, el film se inicia con una frase
de Rosi Braidotti (filósofa y teórica feminista) sintomática respecto
35. El uso de la cámara oculta asocia la obra de Piñeyro con los programas del posicionamiento de la realizadora: “Si la linealidad y la objeti­
de investigación televisiva. En el film, como en la televisión, la utilización vidad fueran aún la ley, yo ni siquiera habría podido comenzar a
de este recurso -que desde la perspectiva ética de cualquier tendencia de
cine documental debe ser, al menos, un eje de cuestionamiento- no requiere
mayores justificaciones, dado que se asume como instrumento en pos del bien
público. 36. Algo que habitualmente se realiza mediante el videograph.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 176 177 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

relatar mi historia: soy fragmentada, luego existo”. Seguidamente, diría: desde una perspectiva “menor”, dado que la participación
un plano de situación muestra a Vanessa Ragone haciendo la valija de Ragone fue limitada. No obstante, en un documental en el cual
antes de emprender el viaje a Santa Fe con el fin de explorar la la realizadora explícitamente indaga cuestiones que hacen a su
vida, obra y ciudad natal de su fallecido padre, Carlos Ragone, reco­ identidad, tratando de conocer más sobre su padre, la irrupción
nocido fotógrafo de la prensa gráfica argentina. La escena rehúye de la figura de Birri y las imágenes de Tire dié (Fernando Birri,
cualquier atisbo realista, al ser mostrada de manera acelerada, y 1958-1960) también dan cuenta de una potencial paternidad de
la banda sonora da cuenta de un índice de reflexividad al acudir orden cinematográfico.
al mismo tema musical que Caro diario (Nanni Moretti, 1993), Con el avance del film, el itinerario de viaje se entrevé difuso,
todo un emblema de la autoficción fílmica comercial. La primera así como tampoco es posible afirmar que Vanessa Ragone intente
incursión de la voz en off de Vanessa Ragone concluye la secuencia hacer una investigación estructurada. Los testimonios fragmen­
explicitando los motivos de la obra: “Una vez me dijeron que tenía tados por el montaje se enlazan con secuencias de observación
que hacer un documental más personal y también algo sobre la de Santa Fe, con fotografías realizadas por Carlos Ragone y con
historia. Así que acá estoy haciendo un documental sobre Carlos imágenes de dos periodistas que recorren la ciudad preguntando
Ragone, fotógrafo santafecino, mi padre”. El film establece así su a los santafesinos si conocieron a “un tal Ragone”. La posibilidad
pacto comunicativo con el espectador, conjurando explícitamente de cuajar una imagen homogénea de la figura de su padre parece
los terrenos de la historia (lo intelectual) y de la memoria (lo afec­ estar al alcance de la mano; sin embargo, la directora frustra insis­
tivo), en la búsqueda de un posible diálogo entre el sujeto retratado tentemente dicha opción, a partir de diversas irrupciones en la
y el contexto en el que se desempeñó. continuidad entre las imágenes y la banda sonora, y de la ruptura
Desde esta instancia la película adopta el formato del viaje del orden causal del relato.39 La disposición del film busca analo-
de retorno37 -figura compartida por una llamativa cantidad de garse con los procedimientos de la memoria, caracterizados, en una
documentales durante toda la década- hacia Santa Fe capital, alocución de la voz en off de la directora, por su “construcción de
su ambiente político-cultural durante los sesenta y setenta, y cadáveres exquisitos”.
particularmente hacia los rastros que allí ha dejado la figura del La cautivante sensibilidad de Un tal Ragone radica entonces en
padre de la directora. La segunda secuencia también se consti­ el modo sutil en que la cineasta construye un emotivo retrato de
tuye en torno a un vaivén entre la historia personal y la colectiva. su padre, evadiendo comentarios directos, pero sin descuidar, en
Mediante entrevistas a los amigos de juventud de su padre y a su su faceta de biógrafa, la obra que este, como fotógrafo y cronista
propia madre, la cineasta recupera la escena cultural santafecina de su época interesado en lo social y lo popular, legó a la memoria
de los años cincuenta, en la cual sobresale Fernando Birri.38 Así, visual de los santafesinos. En la secuencia de clausura del film, la
el nacimiento de una institución clave para el documentalismo cuestión del legado, la herencia y la memoria familiar se sintetiza
nacional (la creación del Instituto de Cinematografía de la Univer­ en el montaje de las fotos de Carlos Ragone acompañadas en la
sidad Nacional de Litoral) es narrado desde una nueva óptica. Se banda de sonido por el tema musical “Influencia”, interpretado
por Charly García.40
37. A su manera, el documental de Vanessa Ragone se inscribe en
continuidad con los documentales autobiográficos de los ochenta y noventa 39. Esta vocación por desfamiliarizar la percepción y cualquier concepto
analizados en el capítulo 1. El disparador del relato, como en aquellos de representación mimética de lo real se anticipa en los primeros minutos del
documentales, es el retorno a Santa Fe de la directora. Nuevamente, la film, cuando la directora convoca el fantasma de Dziga Vertov en la mítica
movilidad espacial es el soporte del trabajo de rememoración y de indagación secuencia de El hombre con la cámara (Chelovek s kino-apparatom, 1929) en que
identitaria. la acción se detiene y se pasa a la sala de montaje.
38. Carlos Ragone formó parte del teatro de títeres denominado “El 40. La canción dio título al disco homónimo que Charly García editó en
retablillo de maese Pedro”, una de las primeras incursiones de Fernando Birri 2002. Sin embargo, es el único tema del LP cuya autoría no es de García,
en la escena cultural santafesina. sino de Todd Rundgren, guitarrista estadounidense. Es sugestivo que esta
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 178 179 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

En Un pogrom en Buenos Aires se observa una alquimia similar a política y cultural, ya que reelabora la diversidad lingüística,
la del film de Ragone, ya que combina la indagación de la memoria cultural y religiosa existente en el Buenos Aires de comienzos del
familiar de su director, Herman Szwarcbart, y la investigación histó­ siglo XX y que conformaba el trasfondo social de los conflictos
rica sobre el primer pogromo antijudío de la Argentina, ocurrido en de 1919. Asimismo, en otra secuencia el director organiza una
Buenos Aires contemporáneamente a la Semana Trágica de 1919. puesta en escena teatral en la que se representa El judío Aarón
La búsqueda intenta saldar el hiato existente entre la generación (Samuel Eichelbaum, 1926), una de las pocas obras que contaron
que todavía mantiene las tradiciones de la cultura yiddish y fue el pogromo. Por otro lado, lo performativo se construye como
víctima del pogromo (representada en el documental por el abuelo intervención sobre lo real mediante una serie de acciones llevadas
de 95 años del director) y la generación del cineasta, caracterizada a cabo exclusivamente por y para el documental por el propio
por pertenecer a una comunidad cuya historia, cultura e idioma director. Así, se lo visualiza colocando cintas rojas en algunas de
parcialmente desconoce. La realización del documental implica las casas de judíos que fueron atacadas, reproduciendo el audio
un gesto de reparación histórica y un acto de restitución de un de un texto de denuncia sobre el pogromo desde un parlante que
hecho excluido de la memoria colectiva, ya que la historiografía es abandonado en la vía pública y limpiando las tumbas de los
hegemónica casi no registró la persecución y asesinato de judíos judíos perseguidos.
comunistas y socialistas -por lo menos así lo señala Szwarcbart- Lo que distingue Un pogrom... de la mayoría de los docu­
entregados por miembros ortodoxos de la propia comunidad a las mentales examinados es la articulación entre una investigación
“Guardias Blancas”.* 41 De lo anterior se desprende que la presente histórica rigurosa, en la cual los rastros del pasado revisten el
obra se acerca al referente histórico de manera más transparente carácter probatorio propio del documental tradicional, y una
y afirmativa que el film de Ragone. Sin embargo, tras un plan­ rememoración personal, intencionada y subjetiva, que impacta
teamiento en el que prima la función informativa del relato y la directamente sobre el presente apropiándose de modalidades
historia se aborda con un rigor científico académico, la narración narrativas contemporáneas. La interacción entre lo individual y
multiplica sus líneas de fuga para trazar los contornos de la perse­ lo colectivo se refuerza cuando el documental recurre a imágenes
cución de judíos. La mostración se convierte en interrogación y públicas de archivo (fotográficas y cinematográficas) y a filma­
análisis, y la narrativa histórica cede paso a una exploración más ciones familiares para articular su doble discurso sobre la historia
abierta. personal y la historia pública. Entre el primer grupo de imágenes,
En este marco surge la performatividad de dos modos distin­ destacan aquellas del film de ficción (“casi profético que se vuelve
guibles vinculados a la noción de Stella Bruzzi (2006). Por un documental”) Juan Sin Ropa (Georges Benoit, 1919), pieza clave de
lado, tres series escénicas son interpretadas por actores que leen la historia del cine político y social argentino.
textos referidos a los sucesos del pogromo. Lo particular de estos La fricción entre historia pública y memoria personal es uno de
textos es que son reproducidos verbalmente en sus respectivos los tópicos que atraviesan M. En la primera secuencia, el cineasta
idiomas de origen: yiddish y español. El gesto tiene una finalidad dice estar enojado, pero que no se trata de un disgusto personal,
sino de un enojo social; también señala que, si bien la represión
canción, que versa sobre influencias y herencias, se recuerde sobre todo por aplicada por el Estado terrorista fue sistemática y recayó sobre
ser el leitmotiv de la última secuencia de Los rubios, estrenada un año después todo el cuerpo social, los casos deben activarse en forma personal.
del film de Ragone. Los ensayos de Amado (2004: 77) y Aguilar (2006: 182) Entonces, según Prividera, la iniciativa particular debe aparecer
reflexionan sobre su funcionamiento con relación al duelo en la secuencia
ante la ineficacia del Estado para obtener las respuestas adecuadas.42
final del film de Albertina Carri.
41. Las “Guardias Blancas” fueron cuerpos de ciudadanos armados
organizados por sectores de la derecha civil y militar. En 1919 el almirante 42. Algunos ensayos han criticado esta perspectiva de Prividera, sosteniendo
Manuel Domecq García fue uno de los responsables de la organización, que que por esos años el Estado había encarado una política pública en pos de
después se autodenominó “Liga Patriótica Argentina”. resolver estas situaciones (Verzero, 2009: 200); sin embargo, debe tenerse en
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 180 181 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

En la segunda secuencia, el cineasta parece responder a esta inicia­ tantas desaparecidas de la misma institución.44 Claro que, tomada
tiva y se dirige a instituciones públicas (ATE, CELS, Conadep)43 como una proyección simbólica de lo individual en lo colectivo,
con el objetivo de obtener más información sobre la desaparición de en la placa dedicada a la madre de Prividera, podrían leerse los
su madre. Dado que el resultado de la búsqueda es exiguo, Prividera nombres de los demás desaparecidos del INTA.
debe avanzar en la indagación del entorno privado, entrevistando En Papá Iván la actividad de rememoración emprendida por la
a los ex compañeros y compañeras de su madre, y recogiendo los directora tiende a descomponer el discurso histórico. Juan Julio
testimonios que en buena medida estructuran el resto del film. Roqué, padre de María Inés, fue un reconocido militante de las
Tras la negativa institucional, la inmersión en el mundo de la FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros, asesinado
militancia a partir de las entrevistas no limita la capacidad (ni la en un brutal operativo de la dictadura en 1977. El acto de memoria
necesidad) de Prividera de exponer sus opiniones personales y impulsado por la cineasta busca penetrar ese gran relato heroico
cuestionar el discurso político de los setenta. Por dicha razón, estas y compacto, con el fin de comprender las razones que movieron
escenas desbordan el marco de lo privado e ingresan en la esfera a su padre a convertirse en militante, abandonando así su rol en
del debate público. Se trata, entonces, de una obra que reenvía la estructura familiar (y en el vínculo filial). Para decirlo de otra
constantemente de lo privado hacia lo público y de la memoria manera, María Inés Roqué indaga las decisiones tomadas por su
hacia la historia, construyendo su discurso en los intersticios de padre, aquellas que lo alejaron de la esfera familiar es pos de una
estos movimientos de ida y vuelta. El segundo de los epílogos es vocación política y social y, por lo tanto, pública.
una contundente demostración de las intenciones del cineasta. El Los polos de lo privado y de lo público, de la memoria y de la
“trabajo” del film concluye en la inauguración de una placa de historia, son los que enmarcan el discurrir del relato. A partir de
recordación -un “lugar de memoria”- dedicada a Marta Sierra los testimonios de los compañeros de militancia, se aborda primor­
(madre del director) en la sede del Instituto Nacional de Tecnología dialmente la trayectoria política de su padre. El retrato que estos
Agropecuaria (INTA) en la que militaba cuando fue desaparecida. brindan se asienta en la descripción racional, aunque no faltan
Este suceso da cuenta de una situación problemática que el docu­ algunas anécdotas de profunda emotividad. La entrevista con la
mental no puede (y quizá tampoco desea) resolver: mientras la madre, en cambio, repone la faceta más humana y sentimental de
investigación de Prividera originalmente pretendía, con el acto de Julio Roqué. En la intersección de estas memorias, expresadas a
filmación de Af, enlazar la experiencia personal con lo colectivo y través de los testimonios, se encuentra la lectura de la carta que
lo político, la placa está dedicada a una sola persona de entre las “papá Iván” dejó a sus hijos. Este documento funciona como el hilo
conductor del relato y tiene la particularidad de traer al presente de
cuenta que el rodaje de la película se llevó a cabo durante el segundo semestre la narración la palabra textual de Julio Roqué. Leída en off por su
de 2004, previamente a la derogación de las Leyes de Obediencia Debida y hija María Inés, la carta transmite la relación vital que el mundo de
Punto Final, y cuando todavía no se había puesto en marcha el grueso de las la política y el de la familia tenía, de acuerdo con el punto de vista
políticas del gobierno de Néstor Kirchner para activar las causas colectivas del militante. Si bien el documental organiza estos materiales de
contra los represores. Desde otra óptica, Gustavo Noriega, en las páginas de
la revista El Amante (2007: 33-35), también atacó duramente la actitud de
una forma más bien lineal y cronológica, la explicación del mundo
Prividera: “la disolución del reclamo personal en uno únicamente general, histórico que postula se aparta de cualquier esquema totalizante al
social, colectivo, es un gesto aparentemente político pero de difícil ejecución
y de consecuencias dudosas”. Con estos argumentos Noriega reivindicaba 44. El cineasta indica que, en un diálogo con Beatriz Sarlo, ella “dijo algo
la irremisible sujeción a lo social que caracteriza la propuesta de Los rubios. [en] que tenía razón: dijo que no había que hacer treinta mil películas para
Prividera sostuvo su posición y respondió a Noriega en el número siguiente que tenga sentido. En realidad, contar una historia tiene sentido, si de alguna
de la revista. manera esta historia representa algo más que sí misma, y habla por otras, y
43. Se trata respectivamente de la Asociación Trabajadores del Estado, del conecta con algo que vaya más allá de lo personal. Y para mí era un punto
Centro de Estudios Legales y Sociales, y de la Comisión Nacional sobre la esencial, hay que hacer político lo personal” (Prividera, entrevista personal,
Desaparición de Personas. 22 de enero de 2011).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 182 183 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

hacer convivir la subjetividad irreductible del discurso filial con La postura inquisitoria e inestable del cineasta niega la posi­
una pluralidad de voces y versiones de la historia. bilidad de construir un relato integrado y homogéneo sobre la
En uno de los encuentros personales que Andrés Di Telia tiene historia familiar. Di Telia incorpora como materia narrativa los
con su padre, el sociólogo Torcuato Di Telia, en La televisión y vaivenes del rodaje, sus incertidumbres y las preguntas a su padre,
yo, el segundo, respecto de la propuesta del primero de hacer un de una manera que evade la organización causal y, por momentos,
documental sobre la familia, comenta: “Uno está demasiado metido dirige el relato hacia una deriva ensayística. En este film, la articu­
como para ver [la propia historia] con un poco de distancia”, a lo lación entre memoria e historia es más armónica y complementaria
cual Andrés responde que esa es precisamente su motivación. Desde que en los anteriores, dado que la indagación del autor no busca
esta perspectiva, La televisión y yo es la concreción de un proyecto vulnerar las herencias y los mandatos familiares, sino entablar
múltiple, dentro del cual se halla contar la historia de la familia Di un diálogo que le permita repensar su propia identidad y, a la
Telia o, por lo menos, una parte significativa de ella. El otro eje del vez, ensayar una reflexión personal sobre el último medio siglo
film es el referido a la televisión argentina, ya que un período de la de historia argentina.
historia de esta se encuentra excluido de los recuerdos del cineasta,
por encontrarse ausente del país durante más de diez años. El punto
de confluencia entre la televisión (representada por la figura de La memoria laberíntica
Jaime Yankelevich, uno de sus iniciadores) y las industrias SIAM
Di Telia45 (representadas por la figura de su abuelo, también llamado Películas como En memoria de los pájaros (Gabriela Golder,
Torcuato) es que ambas iniciativas formaron parte de un proyecto 2000), Los rubios, El tiempo y la sangre (Alejandra Almirón, 2004)
de desarrollo industrial y comercial nacional, próspero a mediados y El retrato postergado (Andrés Cuervo, 2009) expresan un modo
de los años cincuenta y plenamente desmantelado en la actualidad. enrarecido de representar el pasado. Aunque se remontan a un
A partir de este vínculo, para Andrés Di Telia, conocer la historia momento histórico bien determinado -la década de los setenta
de la televisión es también conocer una zona de su historia familiar. y, particularmente, la dictadura militar que comienza en 1976-,
Di Telia no intenta adentrarse en su memoria personal y familiar en ellas se percibe la búsqueda consciente por desfamiliarizar los
(el acceso a la biografía y a la obra de sus reconocidos antepasados es hechos históricos y los actores sociales a los cuales se remite. La
limitado), sino que adopta el mecanismo inverso: narra la historia reconstrucción histórica, la organización de una serie de sucesos en
de las industrias SIAM Di Telia valiéndose de todo tipo de mate­ una secuencia diacrónica, es una tarea que los films se abstienen
riales visuales y audiovisuales públicos y privados, que le sirven de llevar a cabo. El tiempo pretérito se convierte en una zona de
sobre todo para evocar, y no para reconstruir, el pasado pujante difícil acceso y solo a través de rodeos, mediaciones y laberintos
del negocio familiar. En esta línea, es interesante el contrapunto se podrán asir algunos retazos de pasado con los cuales construir
que se genera entre las imágenes de archivo, en las que se percibe una memoria colectiva.
el vertiginoso desarrollo industrial, y las imágenes del presente, El pasado ya no es un horizonte transparente y compartido por
cuando el director y su padre visitan las ruinas de aquel imperio. la obra y el espectador, sino el sitio en el que opera un complejo
de memorias que será necesario activar, procesando e interrogando
45. Torcuato Di Telia fue el fundador de la fábrica SIAM, una empresa los recuerdos personales de los testimoniantes, los archivos fotográ­
que comenzó confeccionando máquinas amasadoras de pan en la década ficos, sonoros y audiovisuales, y las huellas de lo pretérito en el
de 1910. En los decenios siguientes, la compañía se afianzó dedicándose a
tejido social contemporáneo. No se trata solo de films que rechazan
rubros como la fabricación de bombas de petróleo, oleoductos, surtidores de
combustible y, más tarde, maquinaria industrial y electrodomésticos. Tras el componer un gran relato sobre la militancia de los setenta o los
fallecimiento de su fundador, la compañía se renombró SIAM Di Telia y se años de plomo de la dictadura militar, sino de obras que además
abocó principalmente a la fabricación de automóviles y refrigeradores, hasta marcan los límites de la representación para reconstruir orgánica-
su bancarrota, en el año 1981.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 184 185 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

mente las memorias parciales que cada cual aborda: la experiencia de este film está organizada sobre la base de dicho procedimiento
personal y familiar de la persecución y el terrorismo de Estado con origen en la modernidad fílmica, particularmente de los deno­
(En memoria de los pájaros), el impacto individual de la desaparición minados “cineastas de la memoria” de los sesenta y setenta, como
de los padres (Los rubios), la militancia en la zona oeste (El tiempo Alain Resnais y Marguerite Duras. Amado indica que el recurso
y la sangre) y la trayectoria vital e intelectual de Haroldo Conti de la disyunción, si bien principalmente opera entre palabras e
(El retrato postergado). La imposibilidad de circunscribir el objeto imágenes, también se traslada a otros terrenos “entre lo próximo y
histórico de cada uno de estos films (cualquiera que los haya visto lo lejano, entre lo familiar y lo extraño, entre la ciudad y el campo”.
confirmará que la descripción anterior solo repone un fragmento La enunciación en primera persona de los autores es una
de los problemas abordados en ellos) se debe a que reproducen entidad fuertemente inestable en estos documentales y su puesta
la indeterminación y labilidad de los “trabajos de la memoria”46 en discurso no es homogénea. Así, lo fragmentario y tentativo de la
en su estructura formal y en su estilo narrativo. Existe en ellos instancia enunciativa vehiculiza un sistema explicativo del mundo
la expresión de una subjetividad que extrañamente se integra en de similares características, en el cual el lenguaje fílmico se torna
la objetivación y organicidad que requiere la disciplina histórica. más opaco en su capacidad de representar el mundo histórico.
Si bien indudablemente son documentales disímiles, comparten La fluctuación de la primera persona se plasma en dos ejes.
tres características: Por un lado, en la búsqueda identitaria que los discursos de la
memoria efectúan, el acceso al pasado a partir de testimonios,
a) la identidad como falta; imágenes de archivo y otros materiales es una herramienta para
b) la memoria como eje temporal de la narración, y hallar fragmentos de relato que permitan elaborar una identidad
c) la representación del mundo histórico como problema por acorde con las necesidades del presente, a partir de un proceso
resolver. de rememoración en el que entran en juego operaciones propias
de la imaginación. Aquí es donde la idea clásica del documental
La puesta en relato de estas cuestiones se efectúa mediante voces como discurso de sobriedad con pretensiones de objetividad se
abiertas y poéticas (Plantinga, 1997), dado que la representación en pone en crisis. Como indica Paolo Rossi, “el pasado imaginado
sí misma es la preocupación central de las obras, advirtiéndose un se vuelve un problema no solo para la psicología, sino también (y
“esteticismo epistémico” que contrasta con la autoridad textual que se debería decir, sobre todo) para la historiografía... La memoria
la voz en off tiene sobre lo representado en otros documentales. En [al igual que la historia], como se ha dicho, ‘coloniza’ el pasado
términos formales, son films que comparten rasgos con los relatos y lo organiza sobre la base de las concepciones y emociones del
de ficción paramétricos: narraciones débiles e inorgánicas, ruptura presente” (citado en Sarlo, 2005: 92). Por otro lado, por tratarse de
o distensión de los vínculos causales del relato, temporalidad frag­ documentales autobiográficos (al menos tres de ellos), el desajuste
mentaria, disyunción entre la banda de sonido y la de imágenes y identitario entre autor, personaje y narrador plantea un problema
cuestionamiento de los caracteres de evidencialidad y verdad de las que tiene consecuencias en la adjudicación de sentido y en los
imágenes de archivo y los testimonios. Incorporo el concepto de pactos de veracidad. En otros términos, estos dos ejes son comple­
“disyunción” en línea con la propuesta de Ana Amado (2009: 186). mentarios, ya que exponen formal y temáticamente la vocación de
En su análisis de Los rubios, la autora señala que la representación las obras de convertirse en vehículos y herramientas para construir
identidades. El concepto de “identidad narrativa” de Paul Ricoeur
sintetiza lo antedicho: “sin el recurso de la narración el problema
46. Retomo el concepto de Elizabeth Jelin (2002: 14-16), en el sentido de de la identidad personal está, en efecto, condenado a una antinomia
comprender los actos de memoria como una tarea necesaria que los sujetos
realizan para transformarse individualmente y transformar el mundo social.
sin solución: o bien se piensa en un sujeto idéntico a sí mismo en
La autora indica que la elaboración del pasado, para ser crítica y productiva, la diversidad de sus estados, o bien se sostiene que este sujeto no
requiere una distancia que el sujeto debe adoptar para recordar. es sino una ilusión sustancialista” (1987, t. II: 30).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 186 187 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

El desencaje de identidad desde el punto de vista de los narra­ mente, el elemento que surca estas secuencias es el retrato foto­
dores en El tiempo y la sangre, En memoria de los pájaros y El retrato gráfico. Resulta interesante que el tipo de retrato que se expresa
postergado se basa principalmente en el ocultamiento de un sujeto en cada obra se ajuste a la formulación de la identidad elaborada
de la enunciación que, si bien dice “yo”, lo hace de manera discreta durante el relato. El documental de Cuervo ya mostraba en la
y parcial, sin mostrarse de modo homogéneo ni constituirse en secuencia de créditos iniciales un marco de madera vacío sobre
cuanto personaje en la narración. En la primera obra, su directora, una pared, en el cual se inscribían los nombres de los directores
Alejandra Almirón, colabora con Sonia Severini, ex militante de del film: Andrés y Roberto Cuervo. En la secuencia conclusiva,
Montoneros, acompañándola en su regreso a Morón (la ciudad en la el propio Andrés coloca sobre la misma pared aquel marco con
cual ella y su ex compañero desaparecido militaron). La directora la foto restaurada de Haroldo Conti, mientras un travelling lateral
enuncia con voz propia en el prólogo del relato e interviene, en descubre otros retratos, de Rodolfo Walsh, Raymundo Gleyzer y
forma esporádica, a través de la voz en off, en algunos momentos Paco Urondo.47 Prevalece así la identificación con un legado de arte
del film. Sin embargo, la voz narrativa central es ocupada por Sonia militante por sobre la herencia familiar. Alejandra Almirón, por su
Severini, aunque también esta se oculta doblemente. Por un lado, parte, elige cerrar la última secuencia inscribiendo los nombres de
el contenido de su relato en off es de su autoría, pero la voz en los militantes desaparecidos de la zona oeste sobre una foto de la
que se materializa no le pertenece, ya que es la de una actriz. Por joven Sonia Severini en los setenta, resumiendo así el recorrido del
el otro, aunque su cuerpo se muestra en reiteradas ocasiones en documental, entre la experiencia de vida de Severini y el recuerdo
el plano, su rostro (seña de identidad por antonomasia) es cuida­ de aquellos que ya no están. La secuencia de créditos finales de En
dosamente elidido, ya sea por el encuadre o por el encubrimiento memoria de los pájaros se plasma sobre los fragmentos fotográficos de
que Severini se autoaplica tapándose el rostro con el cabello. En un rostro difícil de identificar. Antes de esto, los textos inscriptos
el video de Gabriela Golder, la primera persona del narrador se en las imágenes preanunciaban el posible significado de este rostro
plasma únicamente a través de la escritura en las imágenes. No fraccionado: “Es una cuestión de tiempo. Estoy sin identidad”.
obstante, los textos oscilan de una primera persona que podría A diferencia de los films anteriores, Los rubios materializa el
adjudicársele a la cineasta hacia una primera persona colectiva que problema de la identidad narrativa en operaciones de saturación
ve, escucha y percibe aquellos horrores que la directora no podría y no de sustracción, trasmutando su conflicto identitario a partir
haber experimentado en persona. En El retrato postergado, Andrés de múltiples estrategias formales de autofiguración.
Cuervo se constituye en vicario de su padre, Roberto Cuervo, para Si, como señalaba Ricoeur (1987), la identidad se expresa y se
reconstruir lo que fue un documental inconcluso de este último construye en el acto de narrar, el conflicto identitario en estos
sobre Haroldo Conti. No obstante, la identidad del narrador es un documentales se sustenta en la ruptura de la organización causal
problema, dado que el realizador es como un fantasma que solo y de la evolución dramática de las narraciones. En otras palabras,
en ocasiones se deja ver y expresa su subjetividad. En cambio, le
cede la voz narrativa al desaparecido Haroldo Conti y a Cristina 47. El retrato postergado al que remite el título del film adquiere varios
Pannunzio (madre de Andrés y responsable de esconder el mate­ significados en el transcurrir del relato. En primer lugar, el documental
rial filmado durante la dictadura). Andrés Cuervo reivindica una restituye el perfil de Haroldo Conti que Roberto Cuervo había dejado
herencia política y literaria a partir del retrato (postergado) de inconcluso; en segundo lugar, al retratar a Conti, también retrata a su original
Haroldo Conti y, de manera más elíptica, una herencia filial y biógrafo, o sea, el padre de Andrés Cuervo (siempre hay algo del biógrafo en
toda biografía); y, por último, la secuencia final da cuenta de una conciencia
cinematográfica, dado que en las filmaciones y audios de los setenta fílmica, dado que el retrato postergado de Conti se ubica al lado de otras tres
permanecen las huellas de su padre ausente. figuras de la época que tuvieron sus oportunos retratos cinematográficos en
El trastorno de identidad que se encuentra en el origen de los documentales de la última década: Operación Walsh (Gustavo Gordillo, 1999),
films y que estos de alguna forma intentan tramitar se manifiesta Raymundo (Virna Molina y Ernesto Ardito, 2002) y Paco Urondo, la palabra
con potencia en sus respectivas secuencias de clausura. No casual­ justa (Daniel Desaloms, 2004).
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se trata de narraciones débiles y fragmentarias, que reproducen la y militancia de sus padres. No casualmente, el conector fílmico
fractura y la imposibilidad de construir un relato orgánico sobre el más utilizado por este relato es la sobreimpresión, procedimiento
pasado a través de la desarticulación temporal del discurso fílmico. que alude a los palimpsestos de la memoria. Con algunos pasajes
Pareciese que cuando los documentales intentan dar cuenta de que lindan con las formas del videoarte, la recurrente aparición de
cuestiones referidas a la memoria y a la experiencia personal, en dibujos, animaciones, pinturas y fotografías distorsionadas remite a
ocasiones traumática, de los realizadores, el único correlato posible las capas de representación que necesariamente median cualquier
es una narración descompuesta, que se haga cargo de las afecciones acto de memoria.
que la originan y las exprese. Desde el punto de vista historiográ- El espíritu performative que caracteriza a Los rubios lo convierte
fico, Verónica Tozzi (inspirada en Hayden White) señala que uno en un documental que, si bien remite irremediablemente a una
de los desafíos para el historiador es encontrar las formas de relato escena traumática del pasado, constituye su narrativa en tiempo
para dar cuenta de los “acontecimientos modernistas” que signan presente.48 Sin embargo, no se trata de un presente que se desa­
el siglo XX. En esta línea, la historiadora afirma: rrolle lineal y cronológicamente en el transcurso del relato, sino
de secuencias de presente que refieren, en forma directa o indi­
La antinarrativa modernista es ese discurso que justamente se hace recta, a la memoria de la cineasta. El documental de Carri evade
cargo de la imposibilidad de discriminar la experiencia por un lado cualquier intento de establecer una cronología de los hechos que
y la representación por el otro. El estilo modernista abre paso para llevaron a la desaparición de sus padres, en pos de activar ciertas
que se presentifique tanto la experiencia como la representación imágenes-recuerdo que le resultan significantes para responder a
del acontecimiento modernista (2010: 18). sus personales e intransferibles interrogantes del presente. En vez
de un relato histórico, se organiza un tejido precario de algunos
En sintonía con este planteo, Florencia Garramuño (2009) se hechos del pasado, a los cuales tampoco es posible atribuir una
refiere a una “experiencia opaca” para señalar los problemas inhe­ cuota elevada de certeza. Esto se debe a que la restitución del
rentes a la narración de la experiencia en el arte moderno, un pasado se halla mayormente fabulada: a través de los imprecisos
concepto que describe con precisión el enrarecimiento lingüístico testimonios de los vecinos, de las escenas imaginarias narradas con
de los documentales analizados en este apartado. animaciones de muñecos Playmobil, de la repetición obsesiva de
En la primera secuencia de El tiempo y la sangre, la voz en off de fragmentos de discursos y de los relatos incompletos de los compa­
la directora nos cuenta de su difusa memoria de los años setenta. ñeros de militancia de los padres de Albertina Carri. Asimismo,
Sincrónicamente, se muestran imágenes de los funerales de Juan la casi nula utilización de material de archivo es una decisión
Domingo Perón alternadas con fragmentos de Meteoro, uno de los deliberada que apunta a romper con cualquier tipo de “prueba” o
primeros anime que circularon en los setenta en América Latina. rastro de evidencia respecto del pasado.
En forma intermitente se visualiza y oye lo que será algo así como En memoria de los pájaros y El retrato postergado también organizan
el objeto semiótico emblema del film: el juego de memoria Simon. sus narraciones de la memoria sobre la base de la indeterminación
Este anticipa y problematiza las imbricadas configuraciones de la temporal. El primero, aunque al comienzo sitúa cronológicamente
memoria y las dificultades para colocar en una secuencia lógica el relato en el año 1976, después no brinda índices o informantes
un conjunto de eventos del pasado. El Simon es en sí un juego precisos del tiempo de la representación. Los fragmentos audio-
para ejercitar la memoria, para hacerla trabajar. El documental se
desarrolla en clave diaspórica y laberíntica, recurriendo alterna­
tivamente a imágenes públicas de archivo y a fragmentos de cine 48. Mauricio Alonso (2007: 167-168) cimienta su lectura de Los rubios
doméstico articulados con una voz en off interrogativa, testimo­ precisamente en este aspecto. Para el autor, lo que diferencia el film de Carri
de otros documentales sobre la misma problemática es su trabajo de puesta en
nios interrumpidos y secuencias de observación en las cuales los
escena en tiempo presente o, para decirlo de otra manera, su voluntad creativa
hijos de desaparecidos cuestionan y preguntan acerca de la vida antes que reconstructiva.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 190 191 HISTORIA Y MEMORIA EN PRIMERA PERSONA

visuales y las fotos domésticas remiten constantemente al período Los rubios obstruye cualquier acceso directo a la palabra de los
de la dictadura, pero no existe una vocación por objetivar una testimoniantes a partir de tres procedimientos: la disyunción entre
temporalidad, sino por evocar el evento traumático en sus niveles el sonido y la imagen, la mediatización de las entrevistas a través
afectivos y sensoriales. Trabajando con dos series de imágenes de televisores y monitores, y la descomposición del discurso a
simultáneas y con un conjunto de superposiciones sonoras, la esté­ través del montaje. Procedimientos afines son adoptados en El
tica de esta obra abandona el concepto de “narración” y se acerca tiempo y la sangre. En la mayor parte de los testimonios, se desar­
a la experimentación perceptual del videoarte. El documental de ticula la imagen del sonido, pero también se interviene sobre las
Cuervo, al abordar la figura de Conti por medio del formato del pocas entrevistas que se hallan en unísono sonoro y visual, apli­
retrato y no de la biografía, se ubica en los lindes de la narración, cando efectos visuales de posproducción a las imágenes o eligiendo
toda vez que un retrato no requiere de una estructura narrativa encuadres excéntricos para retratar a los emisores de los relatos. La
fuerte, sino de trazos, opiniones, imágenes y objetos que permitan disyunción entre imagen y sonido en los testimonios es uno de los
recomponer la identidad del retratado. Así es como los testimo­ principios constructivos del documental de Andrés Cuervo, ya que
nios de Cristina Pannunzio, Marta Lynch, Eduardo Galeano y del el director elige componer un tapiz sonoro a través de la articu­
propio Haroldo Conti están primordialmente organizados sobre lación de una serie de voces originadas en diversas temporalidades.
la base de facetas de su personalidad y no buscan recomponer Estas obras también se caracterizan por la incorporación de
temporalmente la trayectoria de vida del escritor. material de archivo doméstico, que evoca memorias privadas y
Por último, estas obras desplazan de manera parcial su foco familiares. Si bien las imágenes de archivo públicas -provenientes
desde el mundo histórico hacia los parámetros desde los cuales se de la televisión, de noticieros o de films de ficción- son también
construye la representación. Nos hallamos en la esfera del modo utilizadas, ya no tienen la función de ilustrar el discurso de la
reflexivo tal como lo define Nichols (1997), dado que los procedi­ voz en off o el testimonio de los personajes, sino de cuestionarlo,
mientos discursivos se dirigen a desfamiliarizar las convenciones complementarlo o enrarecerlo. No obstante, la articulación de
vigentes del documental, buscando volver consciente al espectador estos materiales en el documental prioriza la mostración de la
de las capas de mediación existentes entre toda representación y instancia compositiva y no intenta invisibilizar la costura narrativa.
su referente. Los rubios evita sistemáticamente incorporar imágenes del pasado
La ruptura con el esquema de cabezas parlantes (entre otros en su narración, pero cuando lo hace (se trata de fotos familiares
esquemas esclerotizados de representación) parece cuestionar el de los setenta), se visualiza su manipulación por parte de Analía
valor de verdad y evidencia que tradicionalmente se les asigna. Couceyro. El retrato postergado tiene su material de base en las
Estos documentales se estructuran alrededor de la narración de filmaciones que Roberto Cuervo realizó de Haroldo Conti; sin
la experiencia -fragmentaria, dispersa, inestable- subjetiva de embargo, estas no se integran orgánicamente al relato, sino que
los narradores y, en algunos casos, de los testimoniantes; pero, lo hacen de forma fragmentaria y mediatizadas por tratamientos
a diferencia de lo que sucede en las obras analizadas anterior­ visuales. En memoria de los pájaros se estructura a partir de registros
mente, el sujeto de la experiencia ya no coincide con el sujeto de familiares en super-8 color, en paralelo con imágenes de archivo
conocimiento. Florencia Garramuño (2009: 126) encuentra aquí el públicas procedentes de la televisión, en blanco y negro. El recurso
punto nodal de la reintroducción del sujeto y de la experiencia en del cuadro dividido en dos permite la convivencia y el diálogo de
el arte latinoamericano, dado que se trataría de una fisura en la estos dos registros, problematizando los vínculos entre la memoria
autonomía estética propia del paradigma del arte moderno (expul­ colectiva (lo visto y oído por un grupo amplio de personas) y la
sión del sujeto-autor y de la experiencia). En síntesis, la narración memoria individual.49
de la experiencia personal, sea a través de los testimonios, de las
voz en off o de otras estrategias discursivas, ya no garantiza el 49. Una de las líneas de texto sugiere la dificultad de objetivar, de
conocimiento del mundo histórico. poner en discurso, los hechos traumáticos en su dimensión más trágica e
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 192

La historia y la memoria en la dialéctica del nuevo 5. La representación de los otros y el vínculo


documental
con el espectador
El primer rasgo distintivo que irrumpe en las representaciones
documentales del nuevo siglo es el reposicionamiento del sujeto
como agente nodal en torno del cual se construyen los discursos
históricos y, sobre todo, como autor de representaciones en las que se
restituye alguna zona de lo real o del mundo histórico. Si los films
abordados en este capítulo comparten la centralidad del sujeto en
este último aspecto, el análisis demostró que esta nueva posición no
siempre redunda en una ruptura plena con los modos de explicar el
mundo propios de la tradición documental (tal es el caso de las obras
examinadas en el apartado “La historia orgánica”). Las diversas
disposiciones de las estructuras y voces narrativas, la organización
del montaje, el uso de los testimonios y de las imágenes de archivo
determinan líneas de continuidad y de quiebre con los modelos de
representación tradicionales y permiten comprender que la primera
persona es un recurso cuyas implicaciones no son uniformes. El nivel
de relativismo, de provisionalidad o de escepticismo de los documen­
tales respecto del referente histórico no se agota en la asunción de la
primera persona en la enunciación, sino que se plasma en la relación
de esta con los múltiples componentes del discurso documental.
El segundo rasgo distintivo se vincula con la aparición de un
cambio de paradigma respecto de los sistemas explicativos de lo
real y de la representación del pasado. La adhesión de los docu­
mentales contemporáneos a diversas formas de exploración de la
memoria (personal, colectiva, popular, social) deteriora en mayor
o menor medida la certeza epistémica y la posibilidad de construir
relatos totalizantes, y se relaciona con nuevas formas de expresar
la identidad. Estos films en disímiles escalas conjugan y superan
el dualismo constitutivo del cine documental entre arte y ciencia,
mente y cuerpo, estética e historia, tal como lo caracterizaba Renov
(2010), dado que la experimentación formal se ha vuelto el requisito
insoslayable para narrar la experiencia personal en la no ficción
contemporánea.

irrepresen table: “Lo he visto todo/No he visto nada”. La frase no puede dejar
de remitir a un film que puso en el centro de su reflexión el problema de la
memoria y la representación de sucesos traumáticos: Hiroshima mon amour
(Alain Resnais, 1959).
Ética y representación

La relación que establecen las obras no ficcionales con los sujetos


representados y con los espectadores comprende concepciones
éticas distintivas de las prácticas del cine documental. Existe, en
primer lugar, una ética del cineasta hacia los actores sociales que
serán representados en su película: dado que el documental, a dife­
rencia de la ficción, trata con seres humanos y situaciones acaecidas
en el mundo real, las decisiones del director pueden perturbar
fácticamente la vida de las personas. Por lo tanto, el documentalista
asume necesariamente algún tipo de responsabilidad respecto de
los otros con los cuales se relaciona en el film. En segundo lugar,
aparece una ética de los documentalistas hacia los espectadores.
Si el cine de no ficción debe buena parte de su especificidad a la
relación contractual de veracidad y/o credibilidad entre la obra y
el público, entonces el cineasta se compromete con el receptor no
solo a ser honesto consigo mismo, sino a no fraguar o tergiversar
de un modo consciente los materiales de lo real con los que trata.
Con esto no atribuyo al pacto entre documentalista y espectador
caracteres de orden jurídico o de objetividad, pero sí subrayo que el
régimen de representación propio del cine documental es distinto
del de la ficción, ya que, aun en sus manifestaciones más experi­
mentales y subjetivistas, su estatuto se define en mayor o menor
medida a partir del vínculo con la esfera pública.
En relación con el documental, entiendo por “ética” un conjunto
de valores, normas y principios en los que se apoyan las decisiones
y conductas de los cineastas. No se trata de un código explícito
compartido por el colectivo de realizadores, sino de una serie de
pautas, instaladas en las prácticas documentales, que responden
estructuralmente a la influencia de un paradigma social, político
e ideológico. En el marco de la ética, se dirimen cuestiones como
los derechos de propiedad de las imágenes registradas, el tipo de
consentimiento que prestan los actores sociales representados, el
derecho al conocimiento frente al derecho a la intimidad, los códigos
de conducta con relación al sistema legal o jurídico, etcétera.
Cuando la subjetividad y la vida íntima de los realizadores
comienzan a ocupar un sitio de privilegio en el discurso docu­
mental, estas dos zonas de contacto entre los cineastas y los otros
Por la vuelta (Cristian Pauls, 2002). parecen transformarse. En algunos casos, los directores, al enunciar
Crédito: Imagen cedida por la productora Cine Ojo. sobre situaciones y cuestiones que hacen a su propia experiencia,
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 196 197 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

no se sienten obligados a mantener un compromiso de veracidad y la consecuente formación de equipos de rodaje más pequeños
rígido con el espectador y tampoco a cuidar de los actores sociales permitieron filmar con una cercanía y espontaneidad que hubiese
que participan en sus obras. En otra serie de films, la intervención sido impensable con los planes de producción del cine industrial. A
del yo autoral en la narrativa horizontaliza las relaciones entre los diferencia de las pretensiones de objetividad y no intervención del
cineastas y los sujetos representados, logrando que las proposi­ cine directo-observacional, el documental participativo, ya fuera en
ciones que la obra construye sobre el mundo histórico se originen su vertiente etnográfica, sociológica o política, buscó inmiscuirse
de una situación de diálogo e intersubjetividad, antes que de una en el terreno de lo real con el fin de movilizar acciones y situaciones
cesión vertical de la palabra. que, de otra manera, no necesariamente se hubiesen revelado ante
el dispositivo cinematográfico.1 Este modelo de acercamiento a la
realidad, basado sobre todo en la entrevista, perduró con ciertas
El yo y los otros en el documental argentino variantes hasta fines de la década de los noventa, cristalizándose
en el formato testimonial de los “bustos parlantes”. Este sistema
La producción documental argentina de la década de los sesenta, se volvió canónico a la hora de registrar y montar la imagen y la
en sus diversas variantes -desde la Escuela Documental de Santa palabra de los entrevistados: un plano de medio cuerpo, con la
Fe y Jorge Prelorán hasta el cine político-militante-, se caracteriza dirección ligeramente oblicua de la mirada respecto de la cámara,
por la decisiva incorporación de múltiples actores sociales en sus acompañado por un montaje que, en la mayoría de los casos, excluye
representaciones. Si bien en el documental institucional exposi­ de la diégesis la voz y el cuerpo del entrevistador.2
tivo y en los noticiarios cinematográficos del período industrial la La estandarización de las formas de representar al otro en el
palabra y el cuerpo de diversos actores sociales irrumpían ocasio­ cine documental se halla asimismo relacionada con un paradigma
nalmente en el relato, estas apariciones se ubicaban en la periferia de composición televisivo. En los noticieros y otros programas de
del discurso y por lo general cumplían funciones ilustrativas o no ficción, el formato de los bustos parlantes se constituyó en las
ejemplificatorias en el seno de narrativas organizadas en torno de últimas décadas en el modo dominante de incorporar la palabra de
una voz over autoritativa. El surgimiento de un cine documental los actores sociales. Se trata de un formato unificado mediante el
no comercial y con fuerte impronta social, política y antropológica cual se vehiculizan las voces de los otros, ya sea en narrativas que
genera un nuevo espacio para la inclusión de sujetos sociales que recuperan la historia de vida de un sujeto en particular o en aque­
previamente carecían de voz propia en las representaciones cine­ llas que construyen su objeto de conocimiento a partir de las voces
matográficas. Aunque el volumen semántico de los testimonios y de múltiples entrevistados. Esta forma de concebir la entrevista
de las imágenes de estos otros en el documental social y político tiende a borrar la presencia del enunciador (y del entrevistador)
de la época también estuvo codificado por discursos de carácter y a concentrarse en la palabra de los actores sociales como fuente
expositivo, lo cierto es que desde aquel momento la participación
de los más heterogéneos sectores sociales, ya fuera a través de 1. Erik Barnouw (2005: 221-231) definió la intervención del cineasta sobre
entrevistas, testimonios, relatos en off, o mediante la inscripción lo real como “agente catalizador”. Recuperando un vocablo proveniente de la
silenciosa de sus cuerpos, comenzó a adquirir vigor en la retórica terminología química (un catalizador es una sustancia externa que, cuando
del cine documental. se inserta en un conjunto, acelera o induce una reacción en sus elementos,
sin participar activamente en esta), el autor caracteriza así el accionar de los
La consolidación de la televisión y la expansión de las nuevas
realizadores en algunas obras de Jean Rouch, Chris Marker, Allen Funt y
tecnologías de registro audiovisual en la Argentina derivaron en Grigori Chukhrai que, desde el formato de la encuesta social o de la entrevista,
un creciente desarrollo de las filmaciones en directo a fines de producen sus propios eventos documentales.
los años sesenta, lo que acortó la distancia entre los realizadores y 2. Para un análisis sistemático del testimonio y del dispositivo de la
los sujetos representados. La reducción del andamiaje tecnológico entrevista en el documental, remito a los estudios de Gustavo Aprea (2008;
2010; 2012).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 198 199 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

de información o relato de la experiencia de vida. En este sentido, llevada a límites amarillistas de espectacularización en programas
la comunicación entre los sujetos representados y el espectador se televisivos como Ser urbano (2003-2004) y Humanos en el camino
establece en una relación punto a punto, dado que el entramado (2005-2006), conducidos por Gastón Pauls- se fundamenta en que
textual adopta rasgos de transparencia.3 la construcción de conocimiento sobre lo real se efectúa mediante la
La inscripción visual y sonora del investigador, entrevistador relación intersubjetiva entre el entrevistador y los actores sociales.
o reportero en el texto fílmico es deudora en el campo de la no Los documentales argentinos contemporáneos en primera
ficción argentina de un modelo que se inicia en la década de los persona producen importantes mutaciones en los modos de repre­
ochenta en el medio televisivo en noticieros y programas de inves­ sentar al otro, trastocando una serie de pautas éticas, estéticas y
tigación. Sin embargo, es a comienzos de los noventa cuando surgen políticas constitutivas de las prácticas documentales. La puesta en
dos programas que trastocan los modos en que el entrevistador, crisis del valor tradicional de los testimonios, la distensión de una
que también ocupa el rol del narrador, se vincula con los actores ética referida a la obtención y al uso de las imágenes de los otros
sociales. Inscriptos en el denominado “neoperiodismo”,4 El otro y el nivel de representatividad que la palabra de los entrevistados
lado (1993-1994) y El visitante (1995)5 son innovadores en las formas ofrece en la construcción global de sentido de las obras son algunas
de tratar el rol del presentador, los modos de narrativizar lo real de las características de esta metamorfosis.
y, sobre todo, las estrategias para abordar la relación con los otros.
La figura de Fabián Polosecki, ideólogo, productor y conductor
de estos ciclos, resulta central como antecedente de un modo de La ética: núcleo contractual entre el autor, los actores
vincularse con los otros asentado en la empatia, la confianza y la sociales y el espectador
puesta en juego (corporal y psicológica) de la experiencia del sujeto
narrador, inmerso en un entorno social que no le es propio. La
La afirmación de veracidad y la relación con sujetos y situa­
relevancia de la propuesta de Polosecki -más tarde trivializada y
ciones del mundo real tienen implicaciones que hacen a la ética de
las prácticas documentales. Si bien las representaciones del cine
3. El falso documental realizado para televisión por Carlos Sorín (La era
de ficción pueden ofender, agraviar o afectar la sensibilidad de
del ñandú, 1987) parodia tempranamente la esclerotización de un modelo
de documental de orden televisivo, en el cual las entrevistas abusan del grupos sociales, políticos, religiosos, étnicos y sexuales, las del cine
reconocible formato de las cabezas parlantes. Vale recordar que los falsos documental, además, pueden alterar el curso de la vida de personas
documentales o fakes, en una apuesta metalingüística, suelen mofarse de los reales. Existe en la historia del cine documental una importante
modos de representación canónicos del cine documental. cantidad de casos en que los films generaron la apertura o modi­
4. Como adelanté en el capítulo 2, se trata de un fenómeno surgido hacia
ficación de causas judiciales, que transformaron drásticamente la
la mitad de la década de los sesenta, que convulsionó el panorama literario
estadounidense. La aparición del llamado “Nuevo Periodismo”, según Tom
vida de los actores sociales implicados.6
Wolfe (1972), arrebata el centro de atención a la esterilizada y agonizante El análisis de Aufderheide, Jaszi y Chandra (2009) se organiza
novela y se convierte en el género literario más rico de la época. Los nuevos sobre la base de una amplia encuesta respecto de la realización
periodistas se sumergían donde “pasaban las cosas” para tomar contacto con documental a una serie de profesionales del medio en los Estados
completos desconocidos, meterse en sus vidas de alguna manera, preguntar Unidos y Europa. Refiriéndose al problema de la ética, los autores
sobre cuestiones que no tenían derecho natural a saber y pretender ver cosas
que no se tenían por qué ver. Fabián Polosecki y parte de su equipo de trabajo
indican que “los cineastas identifican desafíos en dos tipos de
habían sido colaboradores del diario Página!12, en el cual practicaban una
línea periodística afín. Véanse Abraham et al. (2005), y los documentales 6. Mientras que la ficción habitualmente no puede utilizarse como insumo
Polosecki: el otro lado (Horacio Ramos, 2002) y La vereda de la sombra (Gustavo judicial, el documental sí. Por ejemplo, la investigación y los testimonios de
Fabián Alonso, 2003). The Thin Blue Line (La delgada línea azul, Errol Morris, 1988) fueron usados
5. Programas producidos por Insert Coin y Krakus, respectivamente. como prueba en el proceso judicial que salvó de la pena de muerte a un hombre
Ambos fueron emitidos por Argentina Televisora Color (ATC). acusado de un asesinato que no había cometido.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 200 201 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

relaciones que abordan cuestiones éticas: con los protagonistas y le valió una serie de cuestionamientos éticos por parte de la crítica
con los espectadores. Las tensiones éticas en la primera relación especializada.8 En el segundo, Carlos Echeverría oculta a algunos
se focalizan en cómo mantener un vínculo de trabajo humano de sus entrevistados -militares involucrados en el terrorismo de
con el sujeto que está contando su historia. La tensiones éticas Estado- los verdaderos motivos de la filmación, con el objetivo
en el segundo caso se centran en las formas de mantener la fe del de obtener testimonios a los que de otra manera no accedería.
espectador en la veracidad e integridad de la obra”. Bill Nichols Reproduce así una lógica propia del cine militante, según la cual la
(2007: 33) se expresa en la misma dirección al señalar que “un vulneración de ciertos códigos éticos se justifica cuando se trata de
código de ética documental debe centrarse en proteger los intereses exponer o denunciar al enemigo.9 El film de Lanzmann utiliza un
de dos grupos diferentes: los sujetos del film y los espectadores recurso similar al de Juan... En este caso, el director incluye en la
reales”. Por su parte, Cari Plantinga (2007: 46) también indica que película el momento en que promete a Franz Suchomel, un oficial
“el documentalista se enfrenta a obligaciones éticas que afectan SS que colaboró en el campo de exterminio de Treblinka, que no
a los individuos que aparecen en las imágenes y participan en el revelará su identidad, con el objetivo de conseguir la entrevista.
documental [...] como a aquellos a los que se refiere la cinta en Lanzmann registra la secuencia con cámara oculta -incluida la
último término”. negociación por él infringida- y brinda al espectador elementos
Más allá de estos planteos, considero que los parámetros que para que juzgue éticamente la situación que se le presenta. Estos
regulan esta doble ética del documentalista tienen un nivel de tres ejemplos permiten pensar que las cuestiones referidas a la ética
contingencia y están históricamente determinados. En el núcleo en el cine documental no se conectan con la oposición tajante entre
de la definición institucional griersoniana del cine documental verdad-objetividad y mentira-subjetividad, sino con las razones que
como “tratamiento creativo de la realidad”, ya se encuentran insta­ sustentan las decisiones de ocultamiento o falsificación frente a
ladas las nociones de “verdad superior” o “verdad sociológica” los sujetos representados y en los elementos que la obra ofrece al
(Grierson, citado en Forsyth, 1979: 36-37), conceptos que indican espectador para discernir ante situaciones conflictivas.
cierta libertad del documentalista para construir un discurso que Aunque estos parámetros éticos tienen un carácter contingente
puede no ser completamente “fiel” al referente real, pero que tiene y se hallan regulados por el contexto institucional, comunicacional
la capacidad de penetrarlo para revelar alguna verdad oculta en y sociopolítico de producción del film, también existen para­
su seno. digmas históricos de largo alcance, que establecen un conjunto
Las alteraciones de aspectos que hacen a una ética documental de normas sobre las cuales se erigen las prácticas documentales.
en pos de una verdad o necesidad superior pueden visualizarse en
tres exponentes del documental internacional y nacional: Roger and (2011), y entrevista personal con José Luis García, 12 de noviembre de 2010.
me (Roger y yo, Michael Moore, 1989), ./«un, como si nada hubiera Sin embargo, debido a la estructura y propuesta de los films, estas alteraciones
sucedido (Carlos Echeverría, 1987) y Shoah (Claude Lanzmann, no provocan problemas éticos ni vulneran el pacto de veracidad con el
espectador.
1985). En el primero, el director modifica en el montaje final la 8. Sobre esta problemática es interesante consultar la polémica entrevista
verdadera cronología de los sucesos alrededor del cierre de la fábrica que Harlan Jacobson realizó a Michael Moore para el número 6 de la revista
de General Motors en Flint, Michigan, su pueblo natal. En busca Film Comment, en Ortega (2007: 263-291).
de un fin “políticamente justo” -concientizar y activar ideológica­ 9. Carlos Echeverría explícita estos presupuestos con claridad: “El uso
mente al espectador-, Moore incurre en un desordenamiento de la de la cámara oculta me parece legítimo en tanto y en cuanto se trate de
desenmascarar a criminales. Yo introduje esta técnica en televisión en el
secuencia temporal real, nunca explicitado en el film.7*7 Esta decisión
programa Edición Plus, la utilicé para denunciar a gente ligada a la dictadura.
Me interesa usarla siempre que le sirva al espectador para comprender
7. En Fotografías (Andrés Di Telia, 2006) y Cándido López. Los campos de determinados esquemas. El problema es que, después, la cámara oculta se
batalla (José Luis García, 2005), los cineastas modifican la cronología de los volvió un atractivo de mercado en sí mismo y se empezó a usar para cualquier
hechos de como realmente habían ocurrido. Véanse Piedras y Zylberman cosa” (citado en Margulis, 2007: 11).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 202 203 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

En este sentido, coincido con Josep Maria Catalá y Josetxo Cerdán la esfera de lo micropolitico foucaultiano, [en la que] la consti­
cuando señalan: tución de las dirigencias entra en crisis, y también las militancias
partidarias concebidas como disputa dentro de una diversidad
Que la ética sea el fundamento de la estética quiere decir que históricamente estable” (2011b: 555). Siempre según Molfetta,
la función de la estética es dar forma a la ética. Esta ecuación, el modelo opuesto -en vías de superación- sería una “ética de
sin embargo, no funciona en la dirección contraria: lo estético la infinitud” propia del paradigma político-cinematográfico de
no garantiza ninguna ética (y menos en el documental). En el
los proyectos modernos totalizantes, que asumiría una posición
documental, la ética nos guía por los caminos de la veracidad, la
política insostenible en estos tiempos.10
estética conduce a la verosimilitud (2007: 13).
Desde mi óptica, los documentales, por muy acentuadas que
tengan sus facetas performativas y subjetivas, se vuelven legibles
Los rubios (Albertina Carri, 2003), Yo no sé qué me han hecho tus
en la esfera de las representaciones públicas y se relacionan con
ojos (Sergio Wolf y Lorena Muñoz, 2003), Opus (Mariano Donoso,
sujetos que interaccionan en el mundo real. Por lo tanto, se exponen
2005) y M (Nicolás Prividera, 2006) son obras que expresan fisuras
a una lectura y a un compromiso intersubjetivo que excede en
en algunas de las pautas éticas más frecuentes del cine documental.
todos los casos la esfera de lo privado y de lo individual. Esto
Estos films, al inscribir sus discursos en el terreno de la subjeti­
no necesariamente enrola al cine documental en una ética de la
vidad y de la experiencia personal, pareciesen no registran mayores
infinitud ni lo convierte en un exponente de un proyecto político
responsabilidades con los actores sociales que -aunque sea late­
totalizante e iluminista, sino que lo ubica en un territorio social en
ralmente- participan en sus films. Para decirlo de otro modo, el
el que opera un sistema de valores y responsabilidades colectivo.
énfasis en la autoexpresión, en ocasiones, habilita la puesta en
En otras palabras, el documental, allende las estrategias textuales
práctica de una ética que comprende los derechos del realizador y
que despliega para encuadrarse dentro de una ética de la finitud
de su entorno, pero no siempre los de los demás actores sociales.
y de la micropolítica, opera con actores sociales y espectadores
De acuerdo con Andrea Molfetta (2011b), films como Los rubios
cuyas subjetividades siempre se articulan en un sistema ideológico
son documentales performativos que funcionan como una “técnica
socialmente compartido.
de sí” del sujeto enunciador, son una forma de práctica política y
establecen una política de la subjetividad:

En el modo performativo del documental la cámara y el dispo­ La perspectiva etnográfica


sitivo fílmico en su conjunto son una herramienta que [...] es
indisociable y explícitamente asumida por y para el propio reali­ La etnografía se revela como una disciplina particularmente
zador de la performance, que es al mismo tiempo tema, operador pertinente para la reflexión sobre la representación de los otros,
y lector ideal de su propio film, haciendo de esta poética uno de dado que estos debates han sido uno de los ejes de sus preocupa­
los resultados más expresivos y frecuentes del fenómeno de recen- ciones. Si bien los vínculos entre documental y etnografía son de
tramiento del sujeto en la narrativa contemporánea (Molfetta,
2011b: 542).

Si bien Molfetta señala que el documental performativo se inicia 10. Recuperando las formulaciones sobre ética de la hermenéutica
con la obra de Jean Rouch y que, desde esta matriz basada en la heideggeriana, Molfetta indica que “la ética de la infinitud piensa la política
etnografía, construye su discurso sobre el mundo en una relación y plantea la práctica de una ética político-programática capaz de planear y
dialógica con los otros, también indica que el documental perfor­ ejecutar la transformación del mundo desde el poder de la voluntad de un
sujeto. [Esta ética implicaría] un cine político y social pensado y realizado para
mativo contemporáneo se constituye en torno a una “ética de la el esclarecimiento de la conciencia, como herramienta para la transformación
finitud”. Esta concepción se refiere a “una política rediseñada en moral y social a partir de su circulación” (2011b: 548).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 204 205 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

larga data y se remontan a los comienzos del cine,11 en las últimas representación del colonialismo occidental, silenciando visiones
décadas la teoría del cine documental manifestó un renovado y voces alternativas en favor de discursos que se alinean con la
interés por la etnografía como campo de conocimiento que indaga ideología y el sistema de valores de los investigadores (1999: 116).
las múltiples formas de acercamiento a sujetos que pertenecen a Elisenda Ardévol puntualiza este problema como uno de los incon­
una otredad cultural, étnica, religiosa, política o social. Definida venientes centrales que debe resolver la etnografía audiovisual
originalmente como una rama de la antropología que se preocupa contemporánea:
por la documentación de la cultura a través de múltiples medios,
como el cine, la fotografía, la escritura, el sonido y la música, La crítica a la representación, centrada en la política de la repre­
ha sido cuestionada desde la década de los ochenta por la teoría sentación en el cine etnográfico, cuestiona la autoridad de los reali­
zadores, que pretenden hablar por las gentes representadas en sus
poscolonial, a causa de sus ambiciones de objetividad y veracidad.
películas y les imponen su significado. Catherine Lutz, entre otros
Desde las teorías poscoloniales se propone un acercamiento diverso
autores, ha observado que el uso de la imagen de otras gentes para
a la otredad, que supere las estructuras binarias establecidas por el la construcción de un discurso sobre ellas supone un ejercicio
iluminismo de la era colonial, y sus férreas divisiones entre sujeto de poder, ya que el realizador, generalmente, perteneciente a la
y objeto, mente y materia, arte y ciencia. Catherine Russell (1999: cultura dominante, impone su punto de vista sobre las sociedades
10 y ss.) describe de la siguiente manera el ideal al que se enfrenta representadas (Ardévol, 1996).12 '<
una etnografía posmoderna dedicada a la “evocación textual” del
otro antes que a su representación: En los documentales en primera persona, la construcción de
representaciones dotadas de un alto nivel de subjetividad, relati­
El film etnográfico ideal es aquel en el que la observación social vismo y reflexividad se adapta a los requerimientos de la crítica
se presenta como una forma de conocimiento cultural, pero dado
posmoderna, en la medida en que explícita el lugar de la enuncia­
el contexto colonial de desarrollo de la antropología y su vertiente
ción desde el cual el sujeto formula conocimiento sobre el mundo
etnográfica, este “conocimiento” está arraigado en jerarquías de
y, asimismo, las proposiciones construidas evitan postularse como
raza, etnicidad y dominio implícitas en la cultura colonial. La
historia del cine etnográfico es entonces una historia de la produc­ relatos totalizantes. Pero, por otro lado, aun en documentales
ción de la otredad (Russell, 1999: 19). fundados en torno de la subjetividad y de la historia personal del
autor, aparecen actores sociales que necesariamente participan en el
Nancy Lutkehaus y Jenny Cool (1999) también cuestionan el mundo que los cineastas desean proyectar, evocar o representar. En
paradigma de conocimiento basado en el proyecto iluminista de consecuencia, la representación del otro sigue siendo un problema
racionalidad y objetividad, con raíces en la historia imperialista y que deben enfrentar.
colonial de Occidente. Estas autoras coinciden en señalar la “crisis Las críticas y preguntas que plantea la nueva etnografía respecto
de representación” que se detecta en la antropología y en otros de los modos de representar y vincularse con los otros son parti­
campos de las ciencias humanas desde la década de los ochenta. cularmente productivas si se las traslada al marco del cine docu­
En línea con los planteos de Russell, para Lutkehaus y Cool esta mental contemporáneo. ¿Qué tratamiento se efectúa de los cuerpos
crisis se debe a que la metodología de trabajo tradicional de la y las voces de los otros cuando el eje del discurso documental
etnografía reproduce las relaciones hegemónicas de autoridad y explora la subjetividad del autor? ¿Cómo incorporar testimonios
de actores sociales para reforzar el discurso personal del realizador
sin borrar las diferencias y las huellas de otras subjetividades?
11. Véase la segunda parte de Russell (1999), denominada “Documentary
before documentary”. La autora traza una serie de correspondencias entre el
cine de los inicios, la etnografía y el experimentalismo de las vanguardias, 12. El texto citado compila las ideas principales que la autora vierte en su
a partir del análisis de las experiencias protocinematográficas de Eadweard extenso estudio sobre cine etnográfico (Ardévol, 1995), uno de los escritos
Muybridge y las obras de Robert Flaherty y Edward Curtis, entre otros. más completos publicados en español sobre el tema.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 207 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...
206

¿De qué manera es posible horizontalizar el discurso del yo y el Este tipo de práctica cinematográfica combina las experiencias de
discurso de los otros en busca de opciones de diálogo? ¿Existen la etnografía posmoderna y del cine experimental.15
formas para superar los esquemas binarios de representación en La segunda tendencia explora las sociedades contemporáneas
los que se establecen relaciones asimétricas de poder entre sujeto atravesando las fronteras nacionales en busca de persistencias iden-
y objeto? ¿Hasta qué punto la concepción moderna de la ética no titarias en una cultura de orden transnacional. En estos films, la
se convierte en una “estética de la solidaridad” o en una “práctica documentación de actores sociales procura traspasar los límites
cinematográfica neopaternalista”?13 de una única cultura o comunidad con el objetivo de comprender
Lutkehaus y Cool (1999) observan dos tendencias en el documental las formas transnacionales de circulación de personas y bienes
contemporáneo que apuntan a subvertir los modelos de acercamiento (Lutkehaus y Cool, 1999: 128-129).
y representación de los otros de la tradición etnográfica. La primera En resumen, estas dos tendencias, ya sea a través de la cesión de
se vincula con las estrategias de autorrepresentación, en las que el los medios de representación a sujetos subalternos o de la ruptura
otro cultural que habitualmente es el objeto de los documentalistas de la unidad espacio-cultural, pretenden descomponer la lógica
se convierte en el productor de su propia imagen, trastornando así binaria de la representación y los presupuestos político-ideológicos
las relaciones de poder entre sujeto y objeto de la representación. que esta conlleva.
Esta tendencia se asocia principalmente a las variadas iniciativas La operatividad de estos planteos debe considerarse a la luz del
de video indígena, en las que, en colaboración con antropólogos o giro cultural y temático de la antropología. En los últimos años,
de forma independiente, las comunidades producen audiovisuales algunos practicantes de esta disciplina han cambiado sus objetos de
como una herramienta de acción política y cultural.14 De acuerdo estudio, abandonando parcialmente al “otro primitivo” o exótico y
con las autoras, estas prácticas “alteran la distancia social entre el prestando creciente atención a las sociedades y culturas en las que
observador y el observado fundiendo ambas instancias” (1999: 127). los investigadores se encuentran inmersos. Michael Renov (2004)
En la misma línea, Catherine Russell (1999) encuentra posible la denomina “etnografías domésticas” a las prácticas documentales
sutura de la brecha entre el sujeto y el objeto de la representación en que proponen este tipo de abordaje. El autor caracteriza la etno­
los trabajos fílmicos que denomina “etnografías experimentales”. grafía doméstica como una modalidad

de práctica autobiográfica que empareja la autointerrogación con la


13. Ana Amado (2010: 174), en una ponencia sobre el documental Estrellas preocupación etnográfica por la documentación de la vida de los
(Federico León y Marcos Martínez, 2007), retoma estos conceptos del escritor otros. Pero el otro en esta instancia es un miembro de la familia [de
brasileño Julio Ramos. De acuerdo con Ramos, existiría cierto discurso sangre o elegida] que sirve menos como una fuente desinteresada
cultural contemporáneo que tiende a dignificar al sujeto de la representación de investigación sociocientífica que como un espejo o marco para
“con el gesto de la solidaridad” que toma a su cargo la responsabilidad de la el yo (Renov, 2004: 218).
justicia.
14. Algunos autores llaman la atención respecto de la inmediata adhesión
ingenua y acrítica que este “paso de manos” de los medios tecnológicos
de representación genera en ciertos profesionales. Faye Ginsburg (1999:
156) considera que estas prácticas que se pretenden poscoloniales y 15. En otro artículo, la autora indica que un exponente de esta propuesta
descentralizantes pueden producir una suerte de “efecto de paralaje”. Este fílmica es Bill Viola. Según Russell, en el film I do not know what it is I am
consiste en el fenómeno que se origina cuando “un cambio en la posición del like (No sé qué es lo que soy, 1986), el cineasta busca trascender la división
observador crea la ilusión de que un objeto se ha desplazado o movido” (1999: entre observador y observado representándose a sí mismo como un otro.
158). El foco del argumento de Ginsburg es que en ocasiones los documentales Transformando la cultura en un efecto de representación, “el film imagina
realizados por comunidades indígenas no representan más auténticamente la una ruptura utópica entre observador y observado, tecnología y naturaleza,
otredad, sino que lo hacen desde los intereses y valores de un particular sector y espectador y realizador [...]. [P]aradojicamente, este deseo es articulado a
de esta. Por lo tanto, la interpretación y el análisis de estos audiovisuales través de una elaborada demostración de la imposibilidad de trascender las
debería mantener la distancia crítica y contextualizar sus contenidos. barreras entre subjetividades” (Russell, 1998: 344-345).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 208 209 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

La conceptualización de Michael Renov apunta a una práctica vención sobre el mundo y, por lo tanto, un reacomodamiento de
documental que trastoca las posiciones habituales entre el sujeto los sujetos que lo habitan. En otras palabras, si el yo se convierte
y el objeto de la representación. Haciendo uso de una metáfora en el centro mismo de la indagación del documental, los otros, los
de la danza, el autor observa que en las etnografías domésticas se actores sociales, adquieren identidad a partir de las transacciones
plasma una suerte depas de deux entre el yo y el otro. La creación se que generan con esta figura dominante.
transforma en un diálogo intersubjetivo “porque la vida del artista En paralelo a esto, los nexos comunicativos que el documen­
y la de los sujetos representados se interpenetran a través de lazos talista establece a través de su obra con el espectador adquieren
de sangre o comunitarios, [entonces] la documentación de uno nuevos contornos cuando el cineasta, antes que interesarse por
tiende a implicar al otro de formas complejas” (Renov, 2004: 218). brindar una determinada representación del mundo histórico, se
En concordancia con estos planteos, Bill Nichols (1997) aboga por concentra en la narración de su experiencia y de su universo afec­
una etnografía que incorpore en sus prácticas el diálogo, la hetero- tivo. Si en el documental expositivo tradicional cierta lógica de la
glosia, la reflexión política y la subversión del etnocentrismo. Para persuasión dominaba la argumentación y el entramado narrativo,
el autor, “todas estas alternativas requerirían un distanciamiento en un sector del documental contemporáneo la autoexpresión y la
del efecto etnográfico de jerarquía y control [...] [con el fin de efectividad dramática son señas recurrentes. En este marco, los
eliminar] las oposiciones ellos/nosotros, uno mismo/otro, hombre/ pactos de veracidad con ese otro que es el espectador se distienden
mujer que enmarcan la jerarquía como diferencia” (1997: 286). o, al menos, se reformulan.
En la primera secuencia de Los rubios, los dos polos que
componen su estructura se hallan en estado puro (artificio y cine
Relaciones esquivas directo). Al comienzo, se relata una escena del pasado por medio de
una animación con muñecos Playmobil. Al promediar la secuencia,
Si el realizador funciona como agente catalizador en el docu­ del artificio radical pasamos a una escena propia de la retórica del
mental participativo, entonces es posible pensar que lo real, antes cine directo. El equipo de filmación, encabezado por Albertina
de la llegada del cineasta y de la cámara, goza de una vida y Carri, llega al barrio de Hurlingham en el que fueron secuestrados
una dinámica autónomas, previas a cualquier representación y, Roberto Carri y Ana María Caruso y se aproxima a la casa de
por eso mismo, incognoscibles. Cualquier acercamiento de una una vecina. Tras un breve falso raccord, Carri y su grupo entablan
entidad externa a su propio devenir, incluso de la cámara discreta diálogo con una mujer mayor. Es una conversación a distancia:
del documental de observación, provocará algún tipo de cambio, las rejas del jardín y la puerta de entrada a la casa separan a los
de mutación. Aun en el caso más extremo de la no intervención interlocutores. La señora, en más de una ocasión, aparece encua­
y de la invisibilidad (la cámara oculta), el film documental solo drada tras las rejas y recortada por la ventana de la casa, por la
se convierte en tal al adquirir algún grado de estado público de cual se asoma para hablar.
mayor o menor masividad. Cuando esto sucede, la no intervención Como indica Martín Kohan (2004: 24), la actitud de la entrevis­
en una primera instancia -cámara discreta u oculta- se transforma tada se caracteriza por “una mezcla de disposición y reparo”. ¿Qué
en intrusión en el momento de exhibición y recepción. En los es lo que justifica la lejanía? ¿Por qué Albertina Carri y su equipo
documentales en primera persona, el cineasta intercede ostensible­ no son invitados a pasar? Desde el punto de vista de la producción
mente en lo real; lo hace poniendo en juego su propia subjetividad del documental, hay una predisposición más bien negativa hacia
y dejando sobre el mundo las huellas de su performance, de una lo que la entrevistada puede aportar. De lo contrario, la negocia­
actividad que realiza de forma consciente. ción con esta mujer podría haberse realizado fuera de cámara y
Teniendo en cuenta esta dinámica de acción y reacción en tal vez así el resultado hubiese sido distinto. Vale recordar que, en
el territorio de lo real, la creciente presencia del yo en el docu­ el comienzo de la escena, Santiago Giralt (asistente de dirección)
mental contemporáneo implica necesariamente una fuerte inter­ toca el timbre y entabla una comunicación con la vecina, mien-
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 210 211 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS

tras que la cámara se hace visible para esta recién unos segundos se basa esencialmente en el conocimiento: los que filman saben
más tarde. La filmación la toma por sorpresa, desprevenida. Así, más que los que son filmados.
el tipo de acercamiento a los otros que propone Los rubios no está Promediando el documental, se retoma la investigación en el
abierto a la impronta y al diálogo, sino que suele confirmar sus barrio sobre el secuestro de Roberto Carri y Ana María Caruso. La
propios preconceptos. organización y metodología de la secuencia es similar a la anterior.
La representación del otro en Los rubios, de la cual esta escena En una primera escena, Analía Couceyro interroga a unos chicos
es un ejemplo claro, está más deliberadamente construida que de las inmediaciones sobre la antigua casa y los cambios que esta
fundada en un diálogo con lo real. Más allá de la escasa predis­ sufrió.17 La escena posterior retoma la narrativa con muñecos Play-
posición a colaborar que demuestra la entrevistada en cuestión, da mobil, es una representación imaginaria del barrio en aquellos años
la sensación de que el film asimila con agradecimiento esta barrera. setenta, antes del secuestro. La siguiente escena muestra a Alber­
La reacción de Carri y sus colaboradores ante las contradicciones tina Carri y su equipo de rodaje dialogando con otra vecina. Este
y la reticencia de la mujer confirma esta percepción y plantea encuentro es equivalente al de la primera secuencia, pero también
algunos problemas éticos. Cuando la vecina en dos oportunidades tiene particularidades disímiles. Los términos de la entrevista de
les pregunta a sus entrevistadores -hasta el momento perfectos inmediato confirman que nuevamente la entrevistada no está del
desconocidos para ella, dado que nunca se identificaron- para qué todo informada de los motivos de la filmación. Asimismo, dado que
la están filmando, Santiago Giralt le responde, sin demasiados los entrevistadores le solicitan a la vecina que les vuelva a contar
reparos, que es para un ejercicio de la universidad. ¿Qué se espera el evento del secuestro, comprendemos que no es la primera vez
obtener de la testimoniante a través del falseamiento de los verda­ que la señora presta su testimonio al equipo de rodaje y, además,
deros motivos de la entrevista? El tratamiento fílmico también que sus ansias de colaboración -también las de lucirse frente a la
refuerza el perfil acusatorio de las preguntas. Por medio del zoom, cámara- son superiores a las de la primera vecina. Hasta tal punto
la cámara acecha con un primer plano su rostro y registra en tres es así que, en esta oportunidad, la directora y sus colaboradores son
ocasiones la placa de la dirección de la casa en la que habita. Si invitados a pasar al patio de la dueña de casa, que sin demasiados
se prestase atención únicamente a las formas, esta podría ser una reparos relata el operativo militar y revela un dato escalofriante:
filmación efectuada por el móvil de un noticiero o incluso por un ante una equivocación inicial de los militares, fue ella quien señaló
paparazzi. a las fuerzas represoras la casa en la que se ocultaban “los rubios”,
En algún punto, el planeamiento de esta escena contiene una o sea, la familia de Albertina Carri. En el que quizá sea uno de los
cuota de agresividad, quizás una reverberación inesperada de la momentos más perturbadores del film, la cineasta asiste, mediante
violencia del pasado. La propia Carri parece reconocer esta situa­ el ocultamiento de su identidad, al encuentro cara a cara con la
ción cuando el equipo se retira de la casa, al expresar: “No pude posible delatora de sus padres.
sacar la cámara, era muy violento”. ¿De qué se culpa a esta mujer? Estas dos secuencias pueden interpretarse de formas opuestas,
¿Qué posibilidades de defenderse se le ofrecen? Estos son los inte­ aunque también complementarias. Por un lado, dan cuenta de una
rrogantes que surgen cuando se toma la decisión de indagar lo contradicción o, por lo menos, de una situación ambigua: una película
real desde el marco del documental,16 dado que los que poseen los que aborda el problema de la identidad -de su falta, de su construc­
medios de representación se encuentran en una relación de asime­ ción, de su cuestionamiento- organiza buena parte de su contacto
tría con los que no los tienen. El poder que ofrece esta asimetría con lo real a partir del ocultamiento y/o falseamiento de la verdadera

16. No coincido con Jaime Pena (citado en Noriega, 2009: 85) cuando 17. Teniendo en cuenta las estrategias Acciónales llevadas adelante por el
señala: “Sabemos que Los rubios es por encima de cualquier otra cosa una film (de hecho, en esta escena Analía Couceyro está interpretando el rol de
película -un documental, un ensayo, una ficción: ¿importa tanto?- sobre Carri), resulta simbólicamente curioso que lo primero que le diga uno de los
Albertina Carri”. En este caso, considero que sí importa. niños a Couceyro es: “¿Están haciendo una novela?”.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 212 213 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

identidad. Por el otro, no se trata más que de la replicación de un un discurso que apela a la memoria emotiva del espectador. En
principio constructivo que atraviesa toda la obra: la formulación de consonancia con el género musical que cultivaba Ada Falcón, el
apariencias, dobles o simulacros.18 Así lo sostiene Martín Kohan al contenido y la cadencia de la voz de Wolf intentan recuperar cierta
analizar los diferentes niveles del relato en los que se opera por dupli­ lírica nostálgica del tango. Situado en la vereda de enfrente del
cación o desdoblamiento, para concluir que Los rubios “parece una emblema “mañana es mejor”, el film revisa el pasado con la actitud
búsqueda original de la identidad, parece un ejercicio original de la del coleccionista melancólico y fascinado. Prevalece, entonces, una
memoria, parece una evocación original de la historia de los padres, vocación narrativa clásica que organiza la trama con el objetivo de
parece un testimonio original de una hija de desaparecidos, parece un apuntalar la intriga sobre el destino actual de la cancionista. El
documental original sobre lo que pasó en los años setenta” (Kohan, documental informa que Ada Falcón en 1942, cuando solo tenía
2004: 30). En términos formales, el film sustenta su propuesta política 35 años y estaba en la cima de su carrera, se retiró a Córdoba,
y su reflexión sobre la memoria en esta dialéctica entre originalidad recluyéndose en un convento franciscano. Desde aquel momento,
y apariencia. No obstante, las implicaciones éticas de algunas de sus un manto de misterio se tendió sobre su decisión y su destino. ¿Por
decisiones cinematográficas quebrantan el pacto de veracidad entre qué se aisló tan abruptamente? ¿Qué le habrá ocurrido para decidir
el cineasta y el espectador propio del documental de la modernidad.19 ausentarse en forma tan drástica de la vida pública? ¿Por qué no
Sergio Wolf y Lorena Muñoz emprenden en Yo no sé qué me da entrevistas y no permite que se la vea? ¿Cómo se encontrará?
han hecho tus ojos (2003) un recorrido por Buenos Aires y Córdoba Estas son las dudas que el film va sembrando y las intrigas que
tras la huella de Ada Falcón y, a través de ella, de un universo intentará zanjar.
cultural asociado a la bohemia del tango, cuyo mapa se ha modifi­ Las respuestas llegarán en la última parte del documental,
cado en la urbe contemporánea. En este documental, estructurado cuando el detective, exitoso, encuentre a Falcón tras seguir sus
sobre la base de testimonios e imágenes de películas argentinas huellas hasta un geriátrico de las monjas de San Camilo, en Moli­
de los treinta y cuarenta,20 la voz en off de Wolf es la que dirige nari, un pueblo cordobés. Allí Wolf obtiene autorización para
entrevistar a la ex cancionista, quien lo recibe a sus 94 años. La
18. Con relación a las operaciones formales de mediación, construcción primera toma de la secuencia muestra de manera discreta a la
de dobles y simulacros, Emilio Bernini (2004: 46) señala que en “Los rubios diva de espaldas, maquillándose para “salir a escena”. Durante la
hay un derecho a la no-mediación que está otorgado a los que no encarnan la entrevista, Wolf intenta hacerle recordar viejas épocas, mostrán­
conciencia política del proceso, lo desconocen, o son responsables, en todo
caso, de su ignorancia política: los vecinos y los niños, justamente aquellos
dose particularmente interesado en el “affaire Canaro”.21 A través
que menos están en condiciones de dar cuenta de la historia, y aquellos que, de antiguas fotografías y revistas y hasta del visionado de un film
por esos mismos motivos, están en condiciones de delatar, aunque sin saberlo”. que la tuvo como protagonista -ídolos de la radio (Eduardo Morera,
19. Algo se trastoca en el vínculo entre el espectador y la obra documental 1934)-, el investigador examina el cuerpo anciano tratando de
cuando en esta se detectan estrategias de filmación y de tratamiento de los descubrir algo del mito.
otros sustentadas en la falta de autenticidad. La celebrada escena en la que
Las últimas imágenes del film muestran a una Ada Falcón muy
Albertina Carri expone la negativa del INCAA a financiar el proyecto de
Los rubios (sobre la base de argumentos francamente cuestionables) también debilitada: tiene dificultad para hablar, las manos le tiemblan, no
avanza en esta dirección. Si bien la obra fue producida mayoritariamente por ve ni oye bien. La misma obra, minutos antes, había informado
la Universidad del Cine, más tarde el INCAA le brindó apoyo financiero al que desde hace años Falcón está esclerótica y senil. ¿Qué nivel de
proyecto. Este dato no se incorpora al relato. conciencia tiene para tomar decisiones una persona que visible-
20. Si se divide el film en torno a los recorridos espaciales por Buenos Aires
y Córdoba, los testimonios y las entrevistas ocupan un lugar preponderante en
el periplo cordobés, mientras que las citas de películas argentinas, por aludir 21. Francisco Canaro, el famoso músico y compositor de tango, habría sido
al universo del tango, se concentran en la primera parte. La voz en off es el el amor imposible de Ada Falcón (estaba casado), hasta el punto de que el
discurso que sutura y organiza a lo largo del documental los testimonios y las tema musical que da título al film, un vals del propio Canaro, está inspirado
imágenes de archivo. por y dedicado a la cancionista.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 214 215 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS

mente no se halla en posesión de todas sus facultades psíquicas? tan sólidas como las de la ficción es un recurso histórico del cine
Aun en el caso de que las monjas, como sus tutoras, hayan brin­ documental, el escamoteo del fallecimiento de Ada Falcón en esta
dado el consentimiento para entrevistarla, ¿desde qué lugar el obra es un elemento que tensiona su pacto comunicativo de vera­
documentalista resuelve exponer la imagen de la vejez de alguien cidad, dado que el golpe de efecto dramático termina deteriorando
que, sesenta años atrás, había decidido recluirse? Reformulando la la confianza en la investigación. A mi entender, el documental de
pregunta, ¿qué necesidad había de transfigurar la imagen pública Wolf y Muñoz utiliza una multiplicidad de artificios narrativos para
que, consciente y por sus propios medios, Falcón había decidido (reconstruir, frente a los ojos del espectador, el mito de Ada Falcón,
legar oportunamente a la sociedad?22 y finalmente profanarlo. Emilio Bernini explica esto con precisión:
Los directores cuentan (en Chaher, 2004) que el film surgió de la
fascinación por el misterio del personaje de la cancionista. Si bien El film marca sin duda los límites de una idea de documental por la
fragua deliberada, y eso forma parte de su autoconciencia, pero ella
al principio iba a tratarse de una ficción, cuando lograron encon­
no tiene aquí el objetivo de plantear problemas relativos al modo en
trar a Ada Falcón, el proyecto tomó el cauce del documental. Así,
que puede darse cuenta de algo del orden de lo real, sino de exhibir
lo primero que realizaron fue la entrevista con Falcón y después una elaborada cinefilia [...]. Se diría que el film hurga en el mito y
construyeron el resto del film. De hecho, poco después del comienzo encuentra el despojo corporal que lo sostuvo. En esto, el documental
del rodaje, Ada Falcón falleció, una información que, en busca de contemporáneo establece una relación con el cuerpo del otro que
efectos dramáticos, los realizadores eligen reservarse para el final parece haber clausurado las dificultades de orden ético e ideológico
del documental.23*Aunque la elaboración de estructuras narrativas que delimitaban el documental moderno (Bernini, 2004: 50).

Yo no sé qué me han hecho tus ojos abreva en elementos del film


22. Lorena Muñoz explica desde el punto de vista de la dirección la
policial para construir una narrativa que atrape al espectador,
respuesta a estos interrogantes: “Cuando la conocimos nos planteamos si
estaba bien romper con su juramento de retirarse y que nadie la viera más. dejando en un segundo término las implicaciones éticas que esta
Decidimos seguir porque creíamos que lo mejor era hacer un documental para decisión tiene en cuanto al vínculo del documental con el espec­
no olvidarla. Y cuando murió y al entierro fueron seis personas, ya no tuve tador y con el otro representado. Si, como señala Muñoz, el docu­
dudas, no debía haber olvido” (Chaher, 2004). mental tenía como objetivo rescatar del olvido la figura de Ada
23. El documental de los últimos años ha manifestado un interés creciente Falcón, no termina de comprenderse hasta qué punto el avance
en registrar el testimonio de personas mayores cuya historia de vida,
por diferentes razones, considera relevante conservar audiovisualmente.
sobre su reclusión era un elemento estrictamente necesario para
Es sugestivo que en muchos casos estos testimoniantes hayan fallecido concretar este objetivo o si, en todo caso, se trata de un golpe de
inmediatamente después de cumplir con esta tarea, como si el hecho de prestar efecto emotivo para coronar la evolución narrativa del film. Me
testimonio los liberase de algo que los ataba a la vida. Entre otros ejemplos inquieta cierto uso desmesurado del poder del documentalista para
puede mencionarse a Cirilo Batalla Hermosa, el historiador paraguayo que modificar la realidad, sustentado en una exploración que repara
guía el trayecto de Cándido López. Los campos de batalla-, Enrique Gorriarán
principalmente en los resultados estéticos y dramáticos.24
Merlo, que brinda testimonio en Gaviotas blindadas (Mascaré Cine Americano,
2005-2008) y Trelew (Mariana Arruti, 2003); el pintor Carlos Gorriarena,
protagonista de Gorri (Carmen Guarini, 2010); Eduardo Kimel, el periodista
en el que se basa la investigación de 4 de julio. La masacre de San Patricio (Juan constituye una amenaza de disminución, fabricación y distorsión”. En una
Pablo Young y Pablo Zubizarreta, 2008); buena parte de los protagonistas de línea semejante, Vivian Sobchack (1984) se cuestiona sobre los problemas
Café de los maestros (Miguel Kohan, 2008); Ramachandra, el hijo adoptivo éticos para representar la muerte en el cine documental.
hindú de la mujer de Ricardo Güiraldes en Fotografías-, Miguel Angel Sugo, 24. María Luisa Ortega (2014), en divergencia con esta perspectiva, tiene
el anciano escultor de Opus (Mariano Donoso, 2005). Por otra parte, Bill una mirada más optimista sobre el film: “El espectador dispuesto a entrar, en
Nichols (1997: 291-294) dedica un apartado especial (“Mortalidad, mito y los términos de esa nueva relación [la que se entabla entre Wolf y Falcón en el
magnitud”) a la reflexión sobre la representación de la muerte y la enfermedad final de la obra] conseguirá relegar y olvidarse de las habituales dudas éticas
en el cine documental, ya que que en dicho terreno “cualquier representación que en el documental plantea el ‘consentimiento informado”’.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 216 217 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

Opus (Mariano Donoso, 2005) es un ensayo documental atrave­ puntos de contacto con el cine de Mariano Llinás (coproductor y
sado por una línea ficcional. La excusa argumental es atractiva: un coguionista de Opus), quien ya se había internado en los caminos
productor estadounidense, cansado de documentales sobre cacero- del falso documental y del ensayo fílmico en Balnearios (2002) y
lazos y piquetes, encarga al director un film sobre la crisis social La más bella niña (2004).26
y económica en un pequeño pueblo. El realizador toma el encargo, En esta obra cargada de reflexividad y de guiños intelectuales,
pero le efectúa una contrapropuesta: el documental abordará el el pacto de veracidad con el espectador se encuentra en constante
problema de la crisis en la Argentina a partir de la observación del tensión. Los devaneos sobre la historia personal del cineasta,
estado de la educación en la provincia de San Juan (provincia de sumados a la veta lúdica e irónica de la narración, convierten la
la que Donoso es oriundo). A los pocos días de haber arribado a la crítica situación social y política que se describe en un escenario para
locación, el equipo de filmación se encuentra con un paro docente la exposición del ego del director. Así, la representación de ciertos
que se esparce por toda la provincia (durante el año 2002, San Juan actores sociales tiende a consumar estereotipos y, en ocasiones, a
registró una importante huelga de maestros, que paralizó las clases la burla más bien directa. Una escena resulta anticipatoria en este
durante meses). Ante esta situación, Opus fluye en múltiples cauces: sentido. En medio de la crisis educativa y del paro docente, un
un equipo de filmación desmotivado, sin guión y sin ideas, que avión arroja golosinas sobre una escuela como regalo por el Día
comienza a desmembrarse; la dificultosa búsqueda de alguna escuela del Niño. La voz en off de Donoso, siempre parodiando el estilo
rural en la que aún se dicten clases; el registro de las movilizaciones ampuloso de la voz over del documental tradicional, expresa su
docentes; la reflexión histórica sobre la figura de Domingo Faus­ desaprobación ante una situación poco agradable: “En instantes el
tino Sarmiento y, por si esto fuera poco, el casamiento de Mariano lugar es un completo caos, una confusa y desdorosa escena que me
Donoso durante el proceso de producción del film. niego contundentemente a filmar”. Luego la imagen vira a negro,
La película se organiza sobre la búsqueda de un objeto esquivo,25 mofándose, quizá, de lo que sería una decisión estética y ética. No
ya que el tema mismo del documental es la dificultad de cumplir obstante, un momento después, la voz en off añade: “Finalmente,
con los objetivos originales que el cineasta se había planteado. a desgano, lo hago”, y a continuación se reponen las imágenes de
Como resistiéndose a ser capturada, la realidad frustra cada uno los niños que corren tras las golosinas que llueven del cielo, todo
de los intentos del documentalista. Este tipo de films, sustentados esto, con el acompañamiento de un vals en la banda sonora. Es
en una suerte de “estética del fracaso”, literalizan la idea de que la evidente que el director está jugando de manera reflexiva con una
realidad es incognoscible, derivando en la consecuente imposibi­ idea de la ética documental de la cual es consciente y, de alguna
lidad de todo proyecto documental positivista. En el caso de Opus, forma, hace referencia crítica a las decisiones que adopta cierto
la estructura del objeto esquivo se convierte en un pretexto ideal tipo de documental ante circunstancias similares. Sin embargo,
para las digresiones del cineasta sobre el origen de la crisis en la las imágenes siguen mostrando aquello de lo que el film supues­
Argentina, la reflexión sobre los héroes patrios y la constitución del tamente se distancia: los chicos lanzándose sobre las golosinas y
sistema educativo, pero también para abordar de un modo lúdico el avión surcando el cielo.
algunos temas que hacen al oficio cinematográfico. La película La prioridad de lo estético-narrativo en relación con la repre­
utiliza irónicamente los recursos tradicionales del cine documental sentación de los sujetos sociales se vislumbra en la secuencia que
(la voz en off, las entrevistas, la reconstrucción histórica) y también Opus dedica a Miguel Angel Sugo. Este último era un célebre
parodia la falta de ideas estéticas que existe en ciertas obras no escultor de la provincia de San Juan, que se consagró durante
ficcionales. La veta humorística e irónica de Donoso tiene varios décadas a realizar estatuas y bustos de proceres patrios, entre los
que se destacaba, dada la locación, la figura de Sarmiento. En el
25. Los documentales de Alan Berliner y Ross McElwee son un buen
ejemplo de esta tendencia. En la Argentina, Andrés Di Telia organiza La 26. Lara Esteverena y Rita Falcón (2010) señalan la existencia de una
televisión y yo (2002) sobre una premisa bastante similar. “reflexión lúdica sobre la imagen” en este tipo de acercamiento.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 218 219 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

medio de su especulación sobre la obra sarmientina, Donoso arriba entrevistas -sobre todo con las ex compañeras de militancia de su
al taller del muy anciano escultor y, tras ser atendido por su hijo, madre- es que los sujetos están siendo, en alguna medida, juzgados.
finalmente logra entrevistarlo. En esta instancia, la voz en off se ¿De qué serían culpables los ex militantes de base de la Juventud
desplaza a Jerry, el supuesto productor norteamericano, dado que, Peronista y Montoneros sobrevivientes? Esta pregunta ha suscitado
según la línea argumental del documental, el director le envió varios debates en la sociedad, pero lo que aquí interesa es que el
el crudo de los materiales filmados y se esfumó sin dar mayores tratamiento que el film dedica a los otros tiende a asignarles una
explicaciones. La revisión del material por parte del productor es cuota de culpabilidad o de responsabilidad: el montaje acentúa las
la excusa diegética de las imágenes que se visualizan. En ellas, se preguntas incisivas y, a veces, recriminatorias de Prividera y los
muestra el infructuoso diálogo entre Donoso y el escultor, con la momentos de duda y cavilación de los testimoniantes.
colaboración del hijo, que cumple funciones de “traductor”. Sugo Este tipo de posicionamiento ético halla su punto más delicado
casi no oye y tampoco parece entender demasiado las preguntas en la escena en que Prividera entabla comunicación telefónica con
que se le hacen, solo habla de caballos y cuenta anécdotas deshil­ Marquita, una ex compañera de su madre a la que hasta el momento
vanadas. La voz de Jerry comenta jocosamente la escena, subra­ no había podido contactar. La susodicha informa al director que
yando lo que es obvio: Sugo está mayor y sufre la enfermedad está bajo tratamiento médico por haber caído en una depresión tras
de Alzheimer; ergo, su testimonio es una digresión constante. Si sufrir de cáncer y que, por recomendación del psiquiatra, prefiere
bien la figura de Miguel Ángel Sugo y su taller son un motivo que no bucear demasiado en sus recuerdos. Por corte directo se pasa a la
apoya la reflexión sobre la crisis educativa27 y, además, el film está siguiente escena en la que Nicolás discute sobre esto con su hermano
dedicado a su memoria, el tratamiento que se hace del entrevistado Guido. Este último indica que el argumento de Marquita es una
por medio de los primeros planos de su rostro y del discurso de excusa y que con esa actitud se desentiende del problema, y después,
la voz en off es de corte utilitarista y satírico. dirigiéndose a Nicolás, señala: “pero me parece que tampoco te
M (Nicolás Prividera, 2006) es un film abiertamente confron- podés convertir en...”, dejando inconclusa la frase. Es sintomático
tativo. Compartiendo el espacio del plano con los sujetos entrevis­ que Guido Prividera no pueda terminar la oración. ¿En qué no se
tados, Prividera trasciende su posición de hijo y de víctima, para puede convertir el cineasta? ¿En juez?, ¿en acusador?, ¿en fiscal?
convertirse en investigador y, a veces, en acusador. Si se pondera Nicolás a continuación responde que los que militaron en aquella
que el cineasta, al estar a cargo de la cámara y también del montaje, época tienen la obligación de hablar y que deben hacerlo “de entrada,
tiene una posición de privilegio y de poder frente al entrevistado, la porque, si no, ya no le creo nada a nadie”.28 La puesta en escena
asunción adicional de una postura fuertemente cuestionadora hacia de esta conversación es por demás ilustrativa: un plano americano
los actores sociales representados es un asunto sensible. Como señala muestra a su hermano sentado en un sillón; Nicolás, de pie frente
el propio Prividera, “cuando se investiga la ausencia de alguien, a él y más cercano a la cámara, duplica su figura al reflejarse en
la presencia del cuerpo de uno está en lugar de esa ausencia” (en el espejo que se halla sobre la cabeza de su hermano. Por lo tanto,
Kairuz, 2007). No obstante, la sensación que se desprende de las dialoga con su hermano, pero también con su propia imagen.29
Si bien Marquita posteriormente presta testimonio en el film
(véase entrevista personal con Nicolás Prividera, 22 de enero de
27. Así lo señala el director en una entrevista: “En Sugo descubrimos una
especie de metáfora de lo que estábamos tratando de mostrar en imágenes,
esa Argentina tan inasible. Su taller es una especie de museo de los ‘ideales’
argentinos; en los patios estaban tirados pedazos de proceres: Belgrano, Las 28. Dentro del campo del cine documental, en la actitud y los argumentos
Heras, Rosas. Había creado ese imaginario de los grandes hombres de la de Prividera resuenan los procedimientos de Claude Lanzmann en Shoah
patria, y ahí estaban los pedazos y los moldes, y él, que solo nos quería hablar (1985).
de caballos; de los hombres a caballo que llegaron a fundar la ciudad y el país, 29. La puesta en escena del diálogo en el que Prividera narra a su hermano
que se bajaban con las maletas y las ollas; de grandes viajeros” (citado en el encuentro con el sindicalista recupera una estructura similar, en la que se
Kairuz, 2006). duplica la imagen del cineasta a través de un espejo.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 220 221 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

2011), esto es algo que nunca queda claro, dado que los entrevistados que plasma en primera persona su experiencia vital sobre la base
generalmente no son presentados con nombre y apellido. de los intensos encuentros con la música del saxofonista Johnny,
Los interrogantes de los apartados anteriores retornan en el Pauls intenta capturar algunos girones de esa figura extraordinaria
cierre de este análisis. ¿Hasta qué punto el cineasta que se autorre- que Federico es para él. Como todo perseguidor, no busca mermar
presenta puede aplicar un cierto destrato hacia el otro? ¿El haber la distancia con su perseguido, sino encontrar el lugar preciso para
sido víctima directa o indirecta del accionar del terrorismo de observarlo, para mantener algún contacto con él que no ponga
Estado justifica una distensión en los postulados éticos del docu­ en riesgo la constitución de su ideal. Acercarse demasiado podría
mentalista? ¿Se pueden franquear los límites del terreno del otro significar la pérdida de una construcción simbólica que excede,
sobre la base de necesidades dramático-narrativas? con diferencia, la estampa real del bandoneonista.
Dicha construcción remite a un procedimiento mediante el que
Pauls puede mirarse a sí mismo en el espejo del otro. Así, lo que
Diálogos distantes inicialmente podría haber sido el retrato de Leopoldo Federico
se convierte en el autorretrato del cineasta. Como señala María
En Por la vuelta (Cristian Pauls, 2002), Cándido López. Los Luisa Ortega:
campos de batalla, La próxima estación (Fernando Solanas, 2008) y
El genuino autorretrato literario/cinematográfico es aquel en el que
Río arriba (Ulises de la Orden, 2004), los cineastas organizan su
el sujeto no se retrata a sí mismo, ni tampoco se muestra como autor
discurso en primera persona a partir del contacto con diversos
absoluto, sino [aquel en que] muestra lo que como autor percibe,
actores sociales. Sin embargo, el diálogo que los otros establecen se presenta como soporte de la escritura y se representa en el acto
con el sujeto que lleva adelante el relato mantiene siempre una de escribir, sin que el ego ocupe el lugar que correspondería en el
cierta distancia. Así, el acercamiento a la palabra de los otros tiene mundo (Ortega: 2014).
una vocación eminentemente funcional y narrativa antes que un
espíritu de comunicación interpersonal. Debido a estas razones, la narrativa de Por la vuelta se constituye
Se trata, en general, de obras que abordan lo real para examinar en torno a digresiones y fugas del cineasta hacia su memoria emotiva
y desarrollar un proyecto preestablecido (Cándido López..., La -apuntaladas por las imágenes emblema de una autopista nocturna-
próxima estación, Río arriba') o para explorar cuestiones referidas a y no avanza en ningún momento en dirección al músico. La voz
la experiencia personal del realizador (Por la vuelta). En cualquiera en off de Cristian Pauls va relatando la conexión entre diferentes
de los casos, la asimetría entre los que poseen los medios de comu­ aspectos de su percepción y el significado del tango, tal y como
nicación y los actores sociales nunca resulta comprometida, dado lo interpreta Federico. La distancia entre el sujeto narrador y su
que la comunicación entre ambas entidades no es bidireccional. objeto se sostiene desde la puesta en escena: en reiteradas ocasiones
La particularidad de Por la vuelta es que aborda la relación del se visualiza a Pauls conduciendo su coche por la ciudad, las pocas
cineasta y protagonista, Cristian Pauls, con una única persona, el veces en que conversa con Federico no lo hace de manera frontal, la
bandoneonista Leopoldo Federico. El interés del director no es cámara registra los ensayos del bandoneonista tímidamente desde el
esbozar un retrato del músico, o formular algún tipo de biografía sesgo. Esto se subraya también en los momentos en que el director
rigurosa de su trayectoria, sino expresar cómo la música de Federico observa en un televisor la imagen de Federico, dando cuenta de la
conmovió su sensibilidad artística y, en términos más amplios, su brecha irremediable que existe entre los dos. Asimismo, el estilo
mirada de mundo. Cristian Pauls adquiere a lo largo del film el rol epistolar y confesional que asume la narración en off sintetiza la
del perseguidor. Como el narrador del cuento de Julio Cortázar,30 unidireccionalidad del vínculo propuesto por el cineasta.
La clave de la conexión entre Cristian Pauls y Leopoldo Fede­
rico termina de develarse en la poética secuencia de clausura. En
30. “El perseguidor”, que forma parte de Las armas secretas (1959).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 222 223 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

ella, por primera vez en el relato, el músico mira directamente a comunicación que se halla siempre mediada por la voz en off del
la cámara, estableciendo así un contacto frontal con la mirada del cineasta. El contenido de esta voz suele ser redundante con rela­
director, que a su vez lo observa a través de la lente. Retratista y ción a lo registrado audiovisualmente o adoptar una veta reflexiva
retratado se encuentran en un mismo eje de miradas y el autorre­ que expresa una afectación que apenas se divisa en la imagen del
trato adquiere sus últimas aristas. El parlamento de la voz en off cuerpo del director/protagonista.
de Pauls transmite líricamente esta idea: La vocación por construir una narración dinámica, en la que los
encuentros personales son determinados por el ritmo del montaje,
Ponía al descubierto, casi sin saberlo, una verdad oculta hasta tiende a simplificar las diferencias (étnicas, culturales, sociales)
allí que revelaba mi propio misterio. Entendí entonces que ese
entre los sujetos representados, formulando un otro más bien
misterio tenía la forma de mi propio rostro y que esa, su mirada,
homogéneo. El dispositivo fílmico recurre a una estética en la
podía haber sido la mía, la que una vez tuve de chico sobre las
cual la belleza pictórica es un vehículo que puede albergar los más
cosas que me conmovían.
diversos contenidos. Por todo esto, el planteo del documental desde
En el intento de saldar la distancia entre dos culturas y de el punto de vista del relato personal resulta artificioso y, desde la
revertir las relaciones históricas de poder, Ulises de la Orden en perspectiva etnográfica, refuerza los modelos de representación
Río arriba emprende un viaje hacia el noroeste argentino. El reali­ asimétricos y fetichizantes de la etnografía tradicional.
zador se acerca a las culturas colla y aymara desde una posición El nuevo siglo marca un punto de inflexión en la filmografía
que, en principio, se asemeja a la de los etnógrafos de los países y en la vida política de Fernando Solanas. En su personal fusión
coloniales: sus antepasados familiares habían sido dueños de los de proyecto político y cinematográfico, es difícil separar su acti­
ingenios azucareros que explotaban a los indígenas. Con el paso vidad al frente del espacio político Proyecto Sur del conjunto de
de los años, el cierre de los ingenios y la mutación del negocio documentales realizados a lo largo de los últimos años. Las proble­
familiar, De la Orden busca adentrarse en aquella misma cultura máticas y los ejes de su plataforma política son abordados en sus
de la que sus antecesores fueron opresores y comprenderla. documentales y la difusión de estos es, quizá, la herramienta más
El film adopta el formato del travelogue, dado que registra las efectiva de su política comunicacional. En un mismo movimiento,
diferentes escalas del cineasta por pueblos de Salta y Jujuy. Con el cuestiones como la entrega y el desmantelamiento del patrimonio
objetivo de conocer la historia, las costumbres y la forma de vida nacional (los recursos naturales, la red ferroviaria, la industria
contemporánea de sus habitantes, el realizador traba una serie de naval, etcétera), la crisis de los partidos políticos tradicionales y
diálogos con ellos. Sin embargo, estas entrevistas están organi­ la parálisis de la industria vernácula son examinadas en los docu­
zadas sobre la base de una planificación absolutamente deudora del mentales de forma sincrónica a los debates sociales que Solanas
modelo televisivo de los programas de viajes. En este formato, los impulsa en su actividad política. Asimismo, se establece un cruce
“forasteros”, ya sean Ewan McGregor o Mario Markic,31 simulan singular entre sus trayectorias cinematográfica y política. En un
encontrarse por primera vez con sus entrevistados, como si la proceso de doble legitimación, la carrera de Solanas como cineasta
espontaneidad y la impronta garantizasen algún tipo de auten­ avala sus ideas en el campo de la política y, de manera inversa, el
ticidad a la hora de retratar al otro. El montaje de los relatos de asentamiento de su figura pública a partir de su intervención polí­
los nativos se limita a restituir lo más fútil de sus saberes, en una tica sustenta sus perspectivas y propuestas como documentalista.
Desde Memoria del saqueo (2004) hasta Tierra sublevada. Parte II:
Oro negro (2011),32 Solanas compone narrativas fuertemente regidas
31. Me refiero, respectivamente, a los programas de no ficción
estadounidense Long Way Round (2004-2005), protagonizado por Ewan 32. En otro lugar (Piedras, 2011) analizo la progresiva incorporación
McGregor y Charley Boorman; y argentino En el camino (2006-actualidad) de la subjetividad de Solanas como garantía de veracidad en sus narrativas
emitido por la señal de cable Todo Noticias (TN). documentales posteriores al año 2000.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 224 225 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

por una voz formal configurada por la presencia física y sonora ciento cincuenta años de historia no lograron borrar los vestigios
del cineasta en la diégesis. La próxima estación es el film en el físicos y simbólicos del conflicto bélico.
que se estabiliza un modelo en el que el testimonio de los actores Aun cuando la presencia del yo en el documental de José Luis
sociales adquiere una función probatoria. En primera instancia, García es más bien discreta, en dos ocasiones construye relaciones
los entrevistados se dirigen de manera frontal a la cámara, enta­ con los otros que indican un nivel de intersubjetividad cercano a
blando un diálogo llano con el cineasta y con el espectador. Sin la etnografía doméstica. En primer lugar, a lo largo de buena parte
embargo, Solanas regula esta veta conversacional hilvanando del trayecto, el historiador paraguayo Cirilo Batalla Hermosa es
narrativamente los relatos por medio de una voz en off con fuerte el partenaire del director. Batalla se desempeña como una especie
autoridad epistémica. Esta intervención reduce la subjetividad de guía cultural del recorrido, pero con el progreso del viaje su
de cada uno de los actores sociales representados y controla el presencia adquiere un espesor que excede dicha función y lo
sentido de sus testimonios, instrumentalizándolos para afianzar convierte en uno de los protagonistas del documental. En segundo
un discurso político preexistente al film. Aun recurriendo a la lugar, el encuentro “azaroso” del cineasta con una escritora inglesa,
primera persona, Solanas mantiene las estructuras discursivas y biógrafa de madame Lynch,34 inicia una serie de entrevistas en las
la utilización factual de la palabra de los otros características del que se articula de forma sutil el choque de perspectivas ideológicas
documental expositivo-testimonial y del cine político de la década sobre la figura de Francisco Solano López, en confluencia con
de los setenta. cierta tensión amorosa entre el director y la entrevistada.35
El viaje de José Luis García a la frontera entre la Argentina,
Brasil y Paraguay en Cándido López..., además de tener fines histo-
riográficos y artísticos, se revela como un proyecto etnográfico Conversaciones cercanas
que indaga los orígenes de la identidad nacional y cultural de
los pueblos. Rehaciendo la ruta del artista plástico argentino en Existe un grupo de documentales en los que la primera persona
su participación en la Guerra de la Triple Alianza, el director de los cineastas se entrelaza de forma más cercana con los actores
incorpora el testimonio de un conjunto de ciudadanos de las tres sociales representados. Estas películas manifiestan un deseo de
nacionalidades. Si bien la articulación de estos relatos mantiene la comunicación de carácter recíproco. Por un lado, los cineastas
estructura del documental testimonial, García ostenta una preocu­ ponen en juego parte de su vida privada, de su subjetividad y
pación especial por observar con detenimiento la forma de vida
de cada uno de los participantes y les brinda a estos el tiempo 34. Elizabeth Alecia Lynch fue la compañera del presidente del Paraguay
suficiente para que organicen su propio discurso sobre la memoria Francisco Solano López (1862-1870), madre, además, de sus siete hijos.
colectiva de la guerra y las heridas que esta dejó en el cuerpo 35. Esta tensión se percibe en la composición de los planos que García le
dedica a la escritora y en las miradas que esta efectúa a cámara, en un registro
social. La propensión a la escucha y la observación participativa
totalmente distinto al del resto del film. Consultado sobre esta cuestión, el
permiten un acercamiento que supera el abordaje cuantitativo y la director señala: “Me enteré [de] que había una escritora inglesa que estaba
función probatoria de los testimonios, en pos de una representación escribiendo un libro sobre madame Lynch, que había estado viajando por
de los otros que repara en sus subjetividades y en las narrativas todo Paraguay. Me encontré con ella en Londres y charlamos. Después nos
a través de las cuales ellos construyen su filiación identitaria. El volvimos a ver y la invité a Paraguay, porque ella tenía ganas; le dije que estaba
documental descubre cómo las identidades nacionales y culturales haciendo una película. Yo ya había filmado casi todo el viaje. Ella es un viaje
aparte, pero en la película eso no se nota. Organizamos el viaje de ella, como
son dinámicas y complejas33 en un territorio fronterizo en el que
un año después. Nos encontramos en Asunción e hice dos o tres escenas del
encuentro casual con ella. Funcionó una, y seguimos el viaje con ella hasta
33. Los testimonios, más allá de su contenido, se definen por las Cerro Corá. El encuentro azaroso con ella es ficción, pero todo lo que ella dice
diferentes apropiaciones idiomáticas (español, portugués, guaraní), que no es lo que piensa” (entrevista personal con José Luis García, 12 de noviembre
necesariamente coinciden con la nacionalidad de los hablantes. de 2010).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 226 227 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

experiencia personal; por el otro, los actores sociales encuentran se interna en el micromundo del turf parisino. Allí se contacta con
en la obra un vehículo para expresarse con cierta libertad. Sin Carlos Lerner, un entrenador de caballos argentino radicado en
disolverse completamente la asimetría entre el que posee el medio Francia. Este hombre se encuentra ante una oportunidad excep­
de representación y aquellos que serán representados, la autoridad cional: por primera vez es el encargado de entrenar a una potranca
textual del relato tiende a ser compartida por el narrador y los (Volvoreta) que competirá en un gran premio internacional. Si
otros. Volvoreta gana, Lerner dará un gran paso en su carrera y terminará
En estos films, el cineasta establece un diálogo con los otros de asentarse profesionalmente en el país extranjero.
representados, con el fin de comprenderse y de repensar su iden­ El documental se compone, entonces, del acercamiento de
tidad. Esta particular forma de vincularse con la realidad da cuenta Yaccelini al entorno del entrenador, a su historia y forma de vida
de un giro epistemológico: ya no se trata de una explicación, de en Francia, y a su familia, pero sobre todo a las diferentes activi­
un análisis o de una mostración del mundo (relación monológica dades que hacen al cuidado y puesta a punto de la potranca para
con el objeto), sino que el otro es necesario para lograr una percep­ el gran premio. El cineasta, siempre portando la cámara, adopta
ción del yo (relación dialógica). En la voluntad de tender puentes una posición tan discreta como atenta hacia lo que sucede. Dado
entre la subjetividad del realizador y otras subjetividades sociales que el mundo del turf se caracteriza por las cábalas y los rituales,
que comparten el terreno de la representación, estos documentales sus integrantes suelen ser reacios a cualquier elemento exterior que
construyen un discurso personal que se conecta recurrentemente perturbe el funcionamiento cotidiano y sistemático del entrena­
con lo social y lo colectivo. miento. Desde el principio, Yaccelini se sabe un intruso dentro de
La concepción de la identidad como fenómeno de intersubjeti­ esa familia y por eso la actividad de la cámara es principalmente de
vidad en la interacción entre el yo y el otro proviene de la teoría observación. Esta observación solo se interrumpe cuando el docu­
bajtiniana. La propuesta del autor ruso trasciende el binarismo de mentalista encuentra los momentos adecuados para conversar con
la doctrina positivista, desde el cual la alteridad es vista como un Lerner o con Roberto, su ayudante, también argentino, encargado
no-yo excluido, en oposición al sujeto. De acuerdo con Mijaíl Bajtín de cuidar a Volvoreta.
(2000; 2008), la identidad no es un fenómeno de mismidad, esen- El otro eje de la obra es el discurso en primera persona de
cialista y predeterminado, sino una construcción social, resultado Yaccelini que acompaña la observación participativa. El director
de una compleja relación del ser consigo mismo y con el otro. La expresa mediante este recurso los sentimientos y las reflexiones que
identidad se comprende entonces como un fenómeno de frontera, le despierta la situación de Lerner y su ferviente admiración ante la
conformándose en el umbral de intersección entre el yo y el otro. estampa de la potranca. En el tesón y las esperanzas del entrenador,
Estas dos formas diversas de pensar la identidad se plasman en Yaccelini encuentra un espejo en el que se reflejan sus propias
la práctica antropológica tradicional y en la nueva antropología heridas e interrogantes como argentino radicado en Francia. En
respectivamente. En palabras de Michael Renov, el documental en cierta forma, la observación de ese micromundo (el de los caballos
primera persona “pone en escena identidades -fluidas, múltiples, de carrera) y de esa familia (la de Lerner) que le son inicialmente
y contradictorias- que permanecen profundamente enlazadas con ajenos le permite al director revisar su propia identidad cultural
los discursos públicos. En este sentido, [estas obras] se alejan del y nacional. Sucede que en los destinos de Lerner y Volvoreta se
solipsismo y del ensimismamiento” (2004: 178). juega mucho más que una carrera de caballos: el triunfo significaría
En Volvoreta (2001), Alberto Yaccelini aborda la cuestión de la posibilidad del inmigrante de integrarse a la sociedad francesa
la identidad del emigrado desde una perspectiva novedosa. Asi en condiciones de igualdad, combatiendo el nacionalismo galo y
como en su anterior documental, Gombrowicz, la Argentina y yo revirtiendo las relaciones de poder vigentes. No por casualidad
(1998), perseguía los pasos del escritor polaco exiliado en la Argen­ Yaccelini se encarga de resaltar que Lerner está en una posición
tina como una parábola para reflexionar indirectamente sobre su de debilidad, ya que trabaja para la cuadra Maisons-Laffitte, más
propia situación de extranjería en Francia, en Volvoreta el cineasta modesta que la poderosa y aristocrática Chantilly.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 228 229 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

El desenlace del documental pone en escena estas cuestiones. Torcuato y Kamala se conocieron en la India y tras enamorarse
Volvoreta no es la favorita, pero tiene grandes chances. Alcanzar la decidieron casarse, instalarse en Inglaterra y después en la Argen­
victoria no solo simbolizaría el éxito del débil sobre el más fuerte, tina. Para el cineasta, averiguar sobre la historia de la madre es la
sino que también remite a toda una épica de cuño tanguero en manera de recuperar un universo cultural y étnico que forma parte
la cual el argentino se impone a fuerza de talento y trabajo en la de su herencia, pero del que poco conoce. No obstante, entre los
Ciudad de las Luces. Yaccelini elige narrar el evento a través del recuerdos de su estadía en Inglaterra, permanece el mote de wog,
relato televisivo y de su propio registro directo de la competencia. una expresión sajona peyorativa de origen colonial, utilizada para
Al acercarse el tramo final de la carrera, Volvoreta se halla “cabeza designar a los extranjeros de cabello y tez oscuros.
a cabeza” con otra yegua, pero finalmente irrumpe la decepción: Este es el punto de partida que mueve a Di Telia a repensar su
Volvoreta queda segunda, tras Egyptband, una potranca de la caba­ identidad de argentino con padres provenientes de dos culturas
lleriza Chantilly, cuyos dueños son los propietarios de la firma diversas, un legado que en alguna medida cederá a su hijo, Rocco.
Chanel. La tristeza se apodera de Lerner y los suyos; también de Para reflexionar sobre este tema, el cineasta no se contenta con
Yaccelini, quien, aún más en la derrota, confirma su vínculo con abocar la investigación en sí mismo y sus antepasados, sino que
el entrenador: “Carlos recibe a Volvoreta como si hubiera ganado. busca otros sujetos que se hallen en una situación similar a la
Imagino su decepción pensando en la mía, que es grande”. No propia, dando cuenta de que la identidad es un fenómeno inter­
obstante, tras un desenlace gravemente melancólico, Yaccelini se subjetivo y que para comprender la historia personal es a veces
reserva un aliciente. En lo que vendría a ser el epílogo del film, necesario observarse en un otro. Así es como entra en contacto con
cuenta cómo Volvoreta al final obtiene un gran premio interna­ Ramachandra, el hombre hindú adoptado por la viuda de Ricardo
cional tres meses más tarde. Güiraldes. Después de algunos impedimentos, el director consigue
Fotografías (2006) y parcialmente La televisión y yo (2002), de viajar al sur argentino para encontrarse con Ramachandra, con
Andrés Di Telia, se enmarcan dentro del terreno de la autobiografía quien inicia una relación de camaradería. El interés del cineasta
adoptando las características de la etnografía doméstica tal y como por “Rama” es doble: el susodicho, al igual que su madre, perdió
la define Michael Renov. Esta última es una práctica autobiográfica su cultura de origen al instalarse en la Argentina y, al igual que
suplementaria que “funciona como vehículo de autoindagación, un Di Telia en Inglaterra, fue discriminado por ser distinto. La figura
medio a través del cual construir conocimiento sobre uno mismo de Ramachandra le permite entonces reflexionar sobre su propia
recurriendo a un otro familiar” (2004: 218). En Fotografías, al igual historia, en una relación triangular con su madre. Una operación
que en su película anterior, Di Telia concentra su investigación en similar llevaba a cabo Di Telia en La televisión y yo al hallar en el
el ámbito de la familia: filma dentro de su propia casa; su mujer, bisnieto de Jaime Yankelevich a su “otro semejante”. En los dos
su hijo y sus amigos son de la partida. Su padre, Torcuato Di Telia, casos, Di Telia reconoce en sus interlocutores una inestabilidad
es el partenaire con el que comparte más de una conversación en identitaria que considera afín. Si en Ramachandra ese conflicto
ambos films. Pero, si La televisión y yo estaba más centrada en la tiene un carácter cultural y étnico, en Sebastián Yankelevich es
figura de Torcuato, Fotografías se caracteriza por la exploración de orden social y de clase, ya que los dos son descendientes de
de la figura materna y de todo lo referente a esa rama familiar.3 prohombres que crearon un imperio industrial y comercial.36 *37

36. Es interesante resaltar que la búsqueda encarada por Di Telia en puntos de mi padre (Pablo Romano, 2009), la relación con la figura paterna
relación con las figuras de su padre y de su madre es un elemento que comparte implica el desvelamiento de una historia familiar doble u oculta. Agradezco a
con otros documentales de corte autobiográfico. En Fotografías, M, Papá Ivan David Oubiña haberme llamado la atención sobre este aspecto.
(María Inés Roqué, 2000), Un tal Ragone (Vanessa Ragone, 2002), Encontrando 37. No es del todo arriesgado extender este análisis a las siguientes
a Víctor (Natalia Bruschtein, 2004), el narrador adopta caracteres detectivescos producciones de Andrés Di Telia. En El país del diablo (2008), el cineasta
para conocer, a partir del contacto con el otro (padre, madre, amigos), una dedica una parte importante del metraje al diálogo con Nazareno, un
especie de secreto familiar. En Familia tipo (Cecilia Priego, 2009) y Los nueve mestizo descendiente de un indio que sobrevivió a la Campaña del Desierto.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 230 231 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

En la segunda parte del documental, Di Telia viaja a la India condiciones de suma precariedad, sin los suficientes controles del
acompañado por su mujer y su hijo con el objetivo de conocer Estado, y, a la vez, provoca grandes pesares en los obreros: durante
más sobre el pasado y los orígenes de su madre. En su recorrido meses deben abandonar a sus familias y amigos para internarse en
por diferentes pueblos hindúes, entabla contacto con sus parientes el frío patagónico, clima que, dada su idiosincrasia litoraleña, les
lejanos, con quienes comparte un extraño vínculo: en algunos casos resulta totalmente adverso. El acortamiento de la distancia entre
se parecen mucho a él, pero sus costumbres, valores y cultura son el cineasta y los sujetos a los que representa se expresa en que
bastante disímiles. La transposición de las fronteras nacionales en este asume para sí las condiciones de vida (alimenticias, sanitarias,
busca de similitudes con otra cultura se convierte en un ejercicio que habitacionales) de los otros. Esto le permite conseguir una mayor
se alinea con los nuevos modos de la etnografía para salir del corsé empatia y confianza con los trabajadores de la esquila y evitar cons­
de las prácticas tradicionales, con el fin de vislumbrar formas trans­ truir una mirada ingenua y fascinada sobre sus vidas. Por otra parte,
nacionales de construcción identitaria (Lutkehaus y Cool, 1999: 129). retratar las formas de trabajo y la distribución de las tierras en el
En Querida Mara, cartas de un viaje por la Patagonia (Carlos sur argentino le sirve a Echeverría para conectar las injusticias y
Echeverría, 2008) y El exterior (Sergio Criscolo, 2006), la represen­ opresiones de hoy con las huellas del exterminio “civilizatorio” de
tación de los otros es el eje del relato. En ambos documentales los ayer impulsado por la denominada “Conquista del Desierto”.
realizadores muestran su preocupación por darle voz a un conjunto El exterior es un film que aborda las causas y consecuencias del
de actores sociales con experiencias que urgen ser contadas. No destierro en un conjunto de ciudadanos argentinos de clase media
obstante, la cercanía entre los cineastas y los otros no es el móvil y media baja que, tras la crisis de 2001, buscó nuevos horizontes
de la representación, ya que en escasas ocasiones comparten el en Barcelona. Criscolo, el director del documental, es uno más de
mismo espacio en el plano. A diferencia de los documentales de Di estos ciudadanos. Sin embargo, en vez de explayarse sobre su expe­
Telia y Yaccelini, las presencias de Criscolo y Echeverría tienden riencia personal, en lo que podría ser una autobiografía fílmica, el
a encubrirse y disolverse a medida que avanzan los relatos. El cineasta opta por indagar en los otros los problemas, las alegrías y
acortamiento de la distancia entre el yo y el otro se debe principal­ los pesares que experimentan bajo su condición de inmigrantes. El
mente a la vocación de los narradores por compartir la autoridad documental muestra con sencillez, adoptando el modelo de la entre­
textual de sus obras con los actores sociales representados. En vista participativa, que, más allá de las profesiones y los orígenes
ambos casos, la identidad de estos sujetos se define por formar parte sociales de cada inmigrante, existe una sensación compartida de
de un colectivo: los trabajadores golondrina del litoral argentino pérdida y duelo que es difícil superar. La película puede entenderse
(Querida Mara...) y los ciudadanos argentinos que se radicaron en como parte del proceso de repatriación del propio director. Las
España tras la crisis de 2001 (El exterior). últimas imágenes parecen responder los interrogantes planteados
En Querida Mara..., Carlos Echeverría realiza un viaje de norte al comienzo del film (el documental se iniciaba con una discusión
(Corrientes) a sur (La Pampa y Neuquén) de la Argentina acompa­ entre Criscolo y su esposa sobre la posibilidad de regresar a Buenos
ñando a una comparsa38 de trabajadores golondrina que se dedica a Aires), ya que muestran al realizador y su familia emprendiendo
la esquila de la oveja durante la temporada. Acoplarse a este periplo el viaje de retorno a la Argentina.
le permite documentar los avatares de una actividad que se hace en Memoria de un escrito perdido (Cristina Raschia, 2009) y Cineasta
compañero piquetero (Tino, 2002)39 son documentales en los que la
En Hachazos (2011), se plasma la idea del retrato/autorretrato -tal como lo
caractericé en el film de Cristian Pauls- a partir del diálogo con la figura del
realizador experimental Claudio Caldini. Observando la obra de Caldini, 39. El cortometraje se consigna en toda la bibliografía y referencias que he
Di Telia reflexiona sobre la práctica cinematográfica, la autonomía y la recopilado como Compañero cineasta piquetero (Proyecto ENERC e Indymedia
dependencia, y la relación entre el arte y el mundo real. Video, 2002). No obstante, el título correcto del mismo explicitado en los
38. Grupo de trabajo que realiza la esquila, compuesto por el esquilador, el créditos iniciales es Cineasta compañero piquetero. Asimismo, por las razones que
agarrador, el embolsador y el benteveo. indico al final de este apartado, he decidido en este libro “rebautizar” su autoría.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 232 233 LA REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS...

inscripción del yo en relación con los otros es absolutamente infre­ Este cortometraje es un referente local de la primera de las
cuente. En el primero, la directora se autorrepresenta como una tendencias que, de acuerdo con Lutkehaus y Cool (1999: 127),
testimoniante más en un conjunto de mujeres que compartieron apuntan a superar en la etnografía cinematográfica las relaciones
la prisión durante la dictadura militar. Lo excepcional de la obra asimétricas de poder entre los cineastas y los objetos de la represen­
es que la participación personal de la cineasta en la narración tación. Así, los sujetos que habitualmente en el cine sobre piquetes
no tiene mayor preponderancia que la de las otras compañeras son el objeto de la representación se convierten en los productores
de encierro. A su manera, este documental logra parcialmente de su propia imagen. Catherine Russell denomina a estos trabajos
resolver el problema de la asimetría entre el sujeto y el objeto de “autoetnografías”. Según la autora, “la autobiografía se vuelve etno­
la representación, colocando el propio yo autoral en condiciones grafía cuando el film, o el cineasta, comprende que su historia
de horizontalidad respecto de los otros. personal se halla implicada en formaciones históricas y sociales
La noción de “autoría” es un núcleo de interrogación en Cineasta más amplias” (1999: 276). El hecho que de forma generalizada se
compañero piquetero. Este cortometraje de apenas quince minutos consigne este film como una obra de Proyecto ENERC e Indymedia
está filmado y editado en cámara digital por Tino, un militante Video y no de Tino responde a una tradición de pensamiento para la
piquetero del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) cual la autoría se relaciona con nociones burguesas de propiedad.40
de Lanús. La obra surge como consecuencia del trabajo territorial
de los colectivos de cine militante Proyecto ENERC e Indymedia
Video, sumamente activos tras la crisis de 2001. En dicho marco, Desafíos y encrucijadas
estos grupos cedieron el dispositivo de registro audiovisual a un
joven de 20 años que, a lo largo del film, repone mediante su voz en
El examen de las formas de representar a los otros, de la comu­
off la historia de la ocupación de tierras que lleva a cabo el MTD en
nicación con el espectador y de la concepción ética de las prác­
el barrio La Fe, de Monte Chingólo. Mientras tanto, con su cámara
ticas documentales contemporáneas demuestra que la subjetivación
captura el paisaje de casas precarias y coches desarmados que lo
acarrea un desafío profundo en las estructuras del cine de no ficción.
rodea. Es interesante cómo Tino, quien solamente cuenta con una
En la era del audiovisual y del video digital, el documental parece
formación básica en el uso de la cámara, construye su propio estilo
haberse convertido en una herramienta de los sujetos para comuni­
aplicando un código ético que pertenece al barrio. De esta manera,
carse con los otros, antes que para persuadir, informar o transmitir
sirviéndose del zoom y de paneos rápidos de la cámara, controla la
una determinada visión de mundo al espectador. En este sentido,
distancia precisa entre lo que puede y lo que no puede mostrarse.
el espectador contemporáneo de cine documental enfrenta nuevos
Alejandro Ricagno (2003) considera que este es el único film
desafíos a la hora de vincularse con las obras, ya que la veracidad
que merece la denominación de “cine piquetero”, encuadrando el
que otorgará al mundo representando dependerá en buena medida
resto de la producción audiovisual del período sobre el tema bajo
de la empatia que experimente hacia la figura del cineasta, quien
el rótulo de “cine sobre piquetes”. Esta diferenciación apuntada por
mediatiza en primera persona el eje comunicacional entre la repre­
Ricagno da cuenta de un problema común a muchas experiencias
sentación de lo real y el público.
etnográficas: la distancia entre sujeto y objeto de la representación
El viraje hacia el yo reformula los modos de representar a los
y las relaciones de poder que esta implica. En el caso de Cineasta
otros, respondiendo a la crisis contemporánea de los modelos y
compañero piquetero, la asunción de la primera persona por parte las instituciones sociales que históricamente regulaban las interac­
de uno de los sujetos subalternos se descubre, siempre en línea
ciones entre los sujetos. En esta línea, la propuesta más convincente
con el lúcido análisis de Ricagno, como “una aventura, militante,
orgullosa y lúdica” que logra aprehender un elemento que está
40. La cuestión de la autoría también está impresa en el título del film.
“curiosamente ausente de la gran mayoría de los registros de la Podría conjeturarse que, si esta se viese reformulada, el film debería nominarse
vida piquetera: la alegría” (Ricagno, 2003: 65). Yo, cineasta piquetero (Tino, 2002).
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 234

que parece tener el documental en primera persona es la posibilidad Conclusiones


de ejercer una política de la identidad sobre la base del diálogo El documental en primera persona y la historia
entre minorías y semejantes, instituyendo una ética del contacto (del cine argentino)
intersubjetivo por sobre las certezas que brindaban los sistemas
explicativos del mundo totalizantes.
Algunos nuevos documentales ostentan asimismo una forma
privatista y subjetivista de comprender el mundo y de relacionarse
con los otros, que muestra sus complejidades éticas cuando vulnera
el ámbito de subjetividades disidentes, así como cuando quebranta
la confiabilidad de los pactos comunicativos con el espectador.
Sin embargo, la producción de discursos que evaden las certezas
y la lógica persuasiva del documental tradicional, en los casos en
que los realizadores evitan recostarse en el solipsismo y el relati­
vismo, también puede ser una oportunidad para alertar al receptor
sobre la naturaleza construida, intencionada y contingente de los
discursos de no ficción audiovisuales hegemónicos (los documen­
tales institucionales, los discursos informativos autodenominados Durante la última década, el documental argentino ha sufrido
“independientes” de los medios masivos de comunicación, etcé­ una de las transformaciones más contundentes de su historia. El
tera). El interrogante o desafío de los documentales en primera surgimiento y despliegue de narrativas que expresan la subjetividad
persona radicaría en buscar las formas para sostener los derechos de del cineasta a partir del uso de la primera persona es, segura­
autoexpresión y de reflexión sobre la propia identidad, en sintonía mente, una de las vertientes más relevantes y persistentes de este
con el establecimiento de nuevos protocolos para negociar con lo proceso de cambio; así lo demuestran la cantidad y la diversidad
real, apoyados en el diálogo intersubjetivo con lo social y con la de propuestas que se manifiestan en los films examinados en este
esfera pública. libro.
Abordado habitualmente como partícipe de los discursos de
sobriedad, el cine documental había mantenido una tensión consti­
tutiva entre modos de representación y esquemas de conocimiento.
Sin embargo, las formulaciones teóricas de realizadores y estu­
diosos habían establecido un conjunto de problemas y conceptos
que en pocas ocasiones fueron objeto de reformulaciones tan drás­
ticas como las ocurridas a partir de la irrupción explícita de la
subjetividad en la representación de lo real. La inscripción de la
primera persona autoral reabre el debate sobre cuestiones funda­
mentales del estatuto del cine documental, como la ética a la hora
de representar a los otros, los sistemas explicativos utilizados para
dar cuenta de la realidad y los pactos comunicativos dispuestos
entre el film y el espectador. La pluralidad formal y estilística
que adquiere el documental en primera persona en la Argentina
convoca a repensar los aspectos descriptos, como así también la
función social habitualmente asignada a este tipo de cine.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 236 237
CONCLUSIONES

Como se ha puntualizado en los primeros capítulos, desde el año realizadores fundan su identidad como autores es la enunciación
2000 se verifica en el cine documental argentino un giro “estético- en primera persona. La subjetivación del discurso, la inscripción
subjetivo” que se caracteriza por cuestionar su inscripción específica del yo del cineasta en el texto fílmico, es un gesto privilegiado
dentro de los discursos de sobriedad. Además de la adopción de en términos estéticos, políticos y éticos, sobre el que se basa la
diversas modulaciones del yo como eje de las narrativas audiovisuales, noción de “autoría” en un territorio como el del cine documental,
una línea de fuerza que atraviesa los documentales abordados se previamente remiso a explicitar las condiciones de producción y a
relaciona con la renovada atención y reflexión sobre los aspectos exponer la identidad de los emisores del relato.
estéticos. Esto significa que la producción de cine documental Sin embargo, desde la perspectiva de la historia del cine argen­
contemporánea, en términos generales, se sustenta en nuevos crite­ tino, para comprender cabalmente el fenómeno estudiado no es
rios narrativos, estéticos, espectaculares y dramáticos que tienen suficiente examinarlo en términos de ruptura -lo que intenté
como elemento distintivo la creciente conciencia de sus practi­ evidenciar a lo largo de estas páginas-, siendo necesario plantear
cantes de las mediaciones inherentes a toda empresa de represen­ grandes líneas de desarrollo del documental en el ámbito de la cine­
tación. Dicho en otras palabras, la exploración estética implica, matografía nacional. A través del análisis efectuado en el capítulo
en el nuevo documental, la visibilización y reflexión respecto de 1, he detectado la existencia de una subjetividad latente en el cine
las formas cinematográficas y la explicitación, en mayor o menor argentino desde la década de los sesenta, que se ha manifestado
medida, de la instancia subjetiva responsable de la enunciación. diacrónicamente de diversas formas en la obra de los directores de
En este sentido, los realizadores de documentales han tomado una esa generación y que de manera gradual fue adquiriendo cuerpo en
mayor conciencia del arsenal de recursos retóricos y figurativos algunos documentales de los setenta, pero que sobre todo comienza
con el que cuentan para penetrar en el territorio de lo real, así a plasmarse en los films de no ficción de los ochenta y noventa.
como han descubierto que la adopción de algunas de estas estra­ Vale decir que, desde el punto de vista de los modos de repre­
tegias no implica, per se, un grado de fidelidad más elevado en la sentación del cine documental, obras como Reflexiones de un salvaje
representación del mundo histórico. (Gerardo Vallejo, 1978), Juan, como si nada hubiera sucedido (Carlos
En el orden institucional, la renovación da cuenta del reposi- Echeverría, 1987) y Boulevard del crepúsculo (Edgardo Cozarinsky,
cionamiento del cine documental respecto de la ficción, que se 1992) ya contienen estructuralmente los elementos característicos
confirma en la progresiva inclusión del primero en las competencias de los documentales posteriores al año 2000: los cineastas narran
de festivales de cine, en el avance sobre los espacios de exhibición en primera persona exponiendo su cuerpo o el de un delegado
cinematográfica y en la creciente atención que le ha dedicado la frente a la cámara, explicitan en el texto fílmico los pormenores
crítica especializada. La existencia de este giro estético-subjetivo de la producción del documental y abordan problemáticas referidas
es uno de los ejes que permiten explicar la reubicación del cine a su historia personal o íntimamente ligadas a esta, entre las que
documental, aunque, vale aclarar, dista de situarlo en relación de encuentran prioridad asuntos referidos al accionar del terrorismo
paridad con la ficción en el mercado de distribución, exhibición de Estado, la militancia de los setenta y la violencia política en el
y consumo de productos audiovisuales. pasado reciente.
Si tenemos en cuenta que el documental en primera persona El reconocimiento de esta continuidad histórica no pretende
se desarrolla durante un marco temporal similar al del Nuevo quitarle entidad a la aparición persistente de documentales en
Cine Argentino de los noventa, puede proponerse una relación primera persona, que es, ciertamente, un fenómeno del nuevo siglo.
entre ambos fenómenos. Mientras que los realizadores del segundo Es decir, los antecedentes permiten una inscripción en la diacronía,
buscaron actualizar la figura del autor cinematográfico a través pero no son suficientes para explicar la profusión de documentales
de la creación de nuevas poéticas y estilos, reelaborando los lazos en primera persona de la última década. La expansión y el abara­
entre estética y política característicos del cine de los ochenta, en tamiento de las tecnologías digitales de filmación, el asentamiento
el campo del cine documental la vía mediante la cual los nuevos de un espacio biográfico que atravesó múltiples capas de la cultura,
238 239 CONCLUSIONES
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA

el debilitamiento de las narrativas totalizantes del mundo histó­ Los límites de la teoría y la reconfiguración del
rico dentro del cine de no ficción y la renovación generacional territorio documental
de los cineastas son algunos de los factores que, junto con otros
que abordé en el capítulo 2, dan cuenta del sistemático proceso de El recorrido analítico por el heterogéneo campo del docu­
subjetivación del cine documental argentino desde el año 2000. mental argentino contemporáneo ha mostrado las limitaciones
Estos elementos deben entenderse en un contexto de crisis social, de ciertas categorías provenientes de teóricos estadounidenses y
política y económica que también promovió cambios y dejó al descu­ europeos para dar cuenta de forma compleja de fenómenos que,
bierto la necesidad de expresión de un conjunto de identidades que, incluso siendo parte de un entramado audiovisual transnacional,
hasta el momento, se hallaban contenidas en colectivos o grupos no dejan de expresar su arraigo en un contexto cultural nacional.
de pertenencia más amplios: los hijos de desaparecidos -Los rubios Por un lado, como vimos, resulta forzado e improductivo pensar
(Albertina Carri, 2003), M (Nicolás Prividera, 2006), etcétera-, los sistemáticamente la mayor parte de los documentales en primera
damnificados por la crisis económica -Diario argentino (Lupe Pérez persona argentinos sobre la base de los modos reflexivo y perfor-
García, 2006) y El exterior (Sergio Criscolo, 2006)- y los marcados mativo definidos por Bill Nichols (1997; 2006). Con las excep­
por una fuerte herencia familiar -Un tal Ragone (Vanessa Ragone, ciones de Los rubios respecto del modo performative (desvía la
2002), La televisión y yo (Andrés Di Telia, 2002), Fotografías (Andrés atención del espectador de los aspectos referenciales y la dirige a los
Di Telia, 2006), Familia tipo (Cecilia Priego, 2009), etcétera-. rasgos subjetivos del discurso) y, parcialmente, de Opus (Mariano
Tras el estallido de 2001, los hechos críticos y traumáticos de la Donoso, 2005) respecto del modo reflexivo (se concentra en los
historia reciente movieron a los cineastas de una nueva generación problemas que hacen a la representación del mundo histórico),
a contar su propia versión de la historia acudiendo a narrativas en las producciones argentinas en primera persona se detectan
subjetivas e íntimas en primera persona, escasamente transitadas de manera híbrida elementos pertenecientes a los otros modos de
por los realizadores que los precedieron. Si pensamos el cine docu­ representación. Sobre todo en los documentales epidérmicos se
mental en el ámbito de una dialéctica entre discursos colectivos/ perciben los caracteres del modo participative (el realizador actúa
sociales y personales/subjetivos, no parece casual que entre los años como catalizador sobre lo real, pero la interacción no necesaria­
2002 y 2004, mientras se atenúa la producción del cine militante mente repercute en su experiencia subjetiva) antes que los de los
-representante de un proyecto colectivo asociado a los piquetes y otros dos modos mencionados. En el cine argentino, los modos de
a la revuelta social-, aflore la primera camada de documentales en representación que surgen en el ámbito internacional en los años
primera persona: La televisión y yo, Por la vuelta (Cristian Pauls, sesenta se plasman de forma recurrente en las obras de no ficción
2002), Un tal Ragone, Los rubios, Yo no sé qué me han hecho tus recién después del año 2000.
ojos (Sergio Wolf y Lorena Muñoz, 2003) y El tiempo y la sangre Lo señalado anteriormente se explica por la persistencia de una
(Alejandra Almirón, 2004), entre otros. El énfasis en la subjeti­ tensión referencial aun en los documentales más experimentales y
vidad que caracteriza la expresión contemporánea de la dialéctica rupturistas de la filmografía examinada. El mundo histórico en
mencionada, en la mayoría de los documentales examinados, no general y los hechos traumáticos de los años setenta en parti­
se agota en una exploración solipsista, sino que, como señalé en el cular conforman el horizonte referencial que abordan, mediante
capítulo 1, implica un recorrido inverso al del documental prece­ diferentes estrategias discursivas, los documentales en primera
dente, efectuado desde lo personal hacia lo colectivo y desde lo persona de los ochenta y noventa, como así también los docu­
individual hacia lo social. mentales en primera persona de la última década. Planteándolo en
En resumen, desde una perspectiva histórica, el documental en otros términos: el devenir interno de las formas del documental
primera persona es la tendencia que encabeza el proceso de reno­ argentino estuvo signado por sus obligaciones respecto del mundo
vación y ensanchamiento del cine de no ficción en la Argentina, histórico. En estas relaciones, al menos hasta el decenio anterior,
aún en vías de desarrollo. el modo expositivo -con elementos del participativo y del observa-
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 240 241 CONCLUSIONES

cional- brindó las líneas de expresión centrales para cumplir con manifiesta en el significante audiovisual. Esta taxonomía, expuesta
estos “deberes” para con lo real y con el pasado. Esta ecuación se en el capítulo 2, no se organiza sobre la base de la relación entre
debilitó con el giro estético-subjetivo, pero la tensión referencial el discurso audiovisual y el mundo histórico, sino a partir de los
continúa marcando el horizonte expresivo de los documentales en vínculos que el yo del director establece con los otros. La elección
primera persona contemporáneos. de este tipo de organización se fundamenta en el lugar central que
La insuficiencia analítica de los modos de representación plan­ el otro, como fuente de conocimiento y de testimonio sobre lo real,
teados por Nichols -utilizados de manera generalizada por gran u objeto de exploración, ha tenido en el documental argentino de
cantidad de críticos y estudiosos del cine documental- descansa las últimas décadas.
en el particular desarrollo del cine documental argentino, signado, La creciente masificación en el acceso a los medios audiovisuales
indefectiblemente, por los procesos históricos, políticos y sociales impulsada por las constantes innovaciones en las tecnologías de
que condicionaron el devenir de los campos artístico y cultural. registro y reproducción de imágenes y sonidos es un elemento clave
Las categorías teóricas de Nichols, como las de otros estudiosos para comprender la profusión de documentales en primera persona.
(Stella Bruzzi, Catherine Russell y Michael Renov, entre otros), La flexibilidad y la libertad para la expresión subjetiva que brindan
están sustentadas en la reflexión sobre la historia del documental los nuevos medios promueven la posibilidad de expresar audiovisu­
estadounidense y europeo. La conformación del territorio del cine almente una mirada de mundo sin la necesidad de adherir a ciertas
documental en la Argentina, como en otros países latinoamericanos, prácticas habituales de la actividad cinematográfica profesional2
ha sido absolutamente diferente. Entre otras especificidades, en e, incluso, evitando la mediación de instituciones de aprendizaje,
la historia del cine argentino, no se registra la existencia de una financiamiento y regulación. Este hecho produjo, en lo que pude
vanguardia asociada de manera específica al cine documental, ni constatar, una distensión de ciertos parámetros éticos tradicionales
en las décadas de los veinte y treinta ni en las de los sesenta y referidos a la representación del mundo histórico y de los actores
setenta, ni tampoco la de una línea de producción sostenida y de sociales. Vale preguntarse, entonces, hasta dónde se estirarán los
cierta visibilidad de cine experimental ligado a la exploración de límites de lo representable si el hipotético cine del futuro puede
lo real.1 Asimismo, a diferencia del documental estadounidense, el prescindir, asimismo, de las mediaciones institucionales, sociales y
cine de no ficción argentino se caracteriza hasta nuestros días por comerciales que operaban en los films examinados en el capítulo 5.
no hacer del montaje el principio constructivo de sus discursos La metamorfosis perceptible en el documental argentino
sobre el mundo histórico. Salvo en algunas variantes del cine experi­ contemporáneo no debe entenderse primordialmente como la
mental y del videoarte, en el cine documental argentino interesado concreción, en el campo cinematográfico, de los cambios propios
en reflexionar sobre la representación de la realidad ha primado la de una sociedad y de una cultura posmodernas, caracterizadas
manipulación y experimentación sobre los elementos de la puesta en por la expresión de una imaginación transnacional en la que los
escena y de la puesta en cuadro, por sobre la experimentación con los cineastas crean con libertad sin atenerse a parámetros nacionales
procedimientos del montaje. Estos contrastes son los que explican y territoriales (Rascaroli, 2009: 190-191). Esta transformación solo
las limitaciones a la hora de utilizar ciertas categorías teóricas de puede comprenderse con profundidad si -además de examinar las
autores extranjeros para el estudio del cine documental nacional. relaciones de mimesis con los modelos de representación interna­
Con respecto a lo anterior, he optado por proponer una taxonomía cionales- se la estudia en el marco de la historia del documental
tripartita de modalidades a través de las cuales el yo del cineasta se argentino y del desarrollo de formas y modos de representación

1. Vale aclarar que esta afirmación conlleva un nivel de generalización, ya 2. Me refiero a la filmación con equipos de rodaje de varias personas, la
que existen obras -La hora de los hornos (Grupo Cine Liberación, 1966-1968), solicitud de créditos, la confección de guiones y de planes de producción, e
entre otras- y cineastas -Claudio Caldini, entre otros- que son ejemplos no incluso a la consecución de determinados cánones de lenguaje audiovisual
frecuentes de experimentación y vanguardia asociada al cine de no ficción. propios de la actividad.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 242

condicionados por pautas sociales, políticas y culturales locales, Bibliografía


como se ha hecho aquí. La existencia de herencias, tradiciones y
referentes vernáculos imprime al documental argentino rasgos de
identidad irreductibles a las tendencias y categorías de las cine­
matografías de los países centrales. En estos elementos debemos
indagar en busca de nuestra identidad y de nuestro sitio en el mapa
audiovisual mundial.

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Josetxo, Documental y vanguardia, Madrid, Cátedra, 43-61.
— (2007), La forma que piensa. Tentativas en torno al cine-ensayo,
Pamplona, Festival Internacional de Cine Documental de
Navarra.
— (2009), Metraje encontrado: la apropiación en el cine documental
y experimental, Navarra, Fondo de publicaciones de Gobierno
de Navarra.
White, Hayden (1987), The content of the form. Narrative discourse
and historical representation, Baltimore-Londres, The Johns
Hopkins University Press.
— (2010), Ficción histórica, historia ficcional y realidad histórica, trad.
María Inés La Greca et al., Buenos Aires, Prometeo.
Wieviorka, Annette (2007), La era del testigo, trad. Ana Ñuño,
Barcelona, Reverso.
Fichas de las películas

Estas son las fichas técnicas y artísticas de los documentales


que conforman el corpus central de este libro. Las sinopsis, en
general, fueron tomadas de los materiales oficiales de difusión de
los films, mientras que el resto de los rubros fue extraído de los
créditos de las películas.

Bialet Massé, un siglo después

Dirección: Sergio Iglesias.


Guión: Sergio Iglesias.
Año: 2006.
Producción: Cine Ojo. Marcelo Céspedes.
Financiamiento: INCAA, SIGNIS, Cine Ojo.
Origen: Argentina.
Montaje: Gustavo Codella.
Música y Sonido: Sergio Iglesias.
Fotografía: Andrei Durán.
Testimonios/Intérpretes: Osvaldo Galdeano, Damián Iglesias y
otros.
Duración: 93 minutos.
Estreno comercial: 22 de junio de 2006.
Sinopsis: Un informe escrito en 1904 por Juan Bialet Massé (médico,
abogado, ingeniero agrónomo, empresario, investigador y aven­
turero español) revela el abuso y la injusticia que sufrían en
esos tiempos los trabajadores y nativos de un país de Sudamé-
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 262 263 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

rica: Argentina. Cien años más tarde y guiado por la voz de Montaje: Tino.
Bialet, el realizador sale a recorrer ese mismo país, para convivir Fotografía: Tino.
con el pasado y el presente de un pueblo inmensamente rico Testimonios/Intérpretes: Habitantes del Barrio “La fe”, Monte Chin­
y dominado. gólo, Lanús.
Duración: 12 minutos.
Sinopsis: Tino cuenta en primera persona la vida y la historia del
Cándido López. Los campos de batalla asentamiento en Monte Chingólo del MTD Lanús.

Dirección: José Luis García.


Guión: José Luis García con la colaboración de Darío Schvarzstein Diario argentino
y Roberto Barandalla.
Año: 2005. Dirección: Lupe Pérez García.
Producción: Ana Aizenberg, Renate Costa. Guión: Lupe Pérez García.
Financiamiento: INCAA, FONDEC. Año: 2006.
Origen: Argentina/Paraguay. Producción: Impossible films, Rizoma. Marta Esteban, Hernán
Montaje: Marie Joseph Nenert, Fernando Cricenti, Miguel Colombo Musaluppi, Santiago Bontá.
y José Luis García. Financiamiento: Universidad Pompeu Fabra, TVE, Canal-I- España,
Fotografía: Marcelo laccarino. Televisió de Catalunya, INCAA, entre otros.
Testimonios/Intérpretes: Cirilo Batalla Hermosa, Adolfo López, Origen: Argentina/España.
entre otros. Montaje: Domi Parra.
Duración: 102 minutos. Fotografía: Carlos Essmann.
Estreno comercial: 2 de marzo de 2006. Testimonios/Intérpretes: Lupe Pérez García, María Teresa García,
Sinopsis: La guerra de la Triple Alianza (1865-1870) fue uno de los Mario Bernich, Ariana Spinelli, Gerardo Almirón, Laura
episodios más sangrientos entre países de América del Sur. Una Villar, Nahuel Farías.
guerra que muy pocos recuerdan, pero que Cándido López, un Duración: 75 minutos.
pintor devenido en soldado, se encargó de retratar. Un fotógrafo Estreno comercial: 17 de julio de 2008.
argentino y un paraguayo aficionado a la historia realizan un Sinopsis: Lupe, una argentina emigrada a Cataluña durante la crisis
viaje guiado por la obra del pintor y soldado argentino. El reco­ del 2001, se despide de su marido y de sus dos hijos pequeños
rrido los lleva por la Argentina, Brasil y Paraguay, donde se en Barcelona. Viaja para visitar a su madre durante unas cortas
encuentran con quienes conservan la memoria de un episodio vacaciones en la costa atlántica argentina. Debido a una dislexia
que apenas aparece en los libros de Historia. leve, Lupe no puede diferenciar la izquierda de la derecha, y
las huellas de la memoria impresas en ese viaje la obligan a
buscar las causas de su problema por fuera de la psicología y
Cineasta compañero piquetero la anatomía: la desorientación que sufre puede provenir de la
historia reciente de la Argentina.
Dirección: Tino.
Año: 2002.
Producción: Proyecto ENERC e Indymedia Video.
Origen: Argentina.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 264 265 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

El exterior originarias de La Pampa por parte del Ejército Nacional-, pero


también fue el primero en rescatar la cultura y la historia de los
Dirección: Sergio Criscolo. indios argentinos, los mismos que propuso exterminar. De su
Guión: Sergio Criscolo. extraña toponimia, que mezcla nombres de caciques mapuches y
Año: 2006. coroneles expedicionarios, sacó Di Telia el título de la película:
Producción: Sergio Criscolo. Antiguo País del Diablo.
Financiamiento: Fondo Cultura BA. Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires.
Origen: Argentina. El retrato postergado
Montaje: Alejandra Almirón.
Fotografía: Tayo Cortes. Dirección: Andrés Cuervo.
Testimonios/Intérpretes: Pablo Goycochea, Ana Inés Kukurutz, Guión: Andrés Cuervo.
Susana Britez, Hernán Ameijeiras, Eduardo Landsmann, Juan Año: 2009.
Villarreal, Agustín Matias Tartarí, Sergio Criscolo. Producción: Andrés Cuervo.
Duración: 109 minutos. Financiamiento: INCAA.
Sinopsis: Sergio decide regresar a Buenos Aires luego de vivir seis Origen: Argentina.
años en España. Antes de volver, captura diversos momentos Montaje: Emiliano Serra.
de la vida cotidiana de siete de los argentinos con los que se Fotografía: Jorge Crespo.
ha cruzado durante su estadía en Barcelona. Testimonios/Intérpretes: Cristina Pannunzio, Haroldo Conti, Eduardo
Galeano, Marta Lynch.
Duración: 55 minutos.
El país del diablo Sinopsis: El documental gira en torno a la relación que tuvo el
escritor desaparecido Haroldo Pedro Conti con un joven reali­
Dirección: Andrés Di Telia. zador cinematográfico llamado Roberto Cuervo, a mediados de
Guión: Andrés Di Telia, Darío Schvarzstein, Cecilia Szperling. la década del setenta en la Argentina. Durante los años de la
Año: 2007-2008. última dictadura argentina, Haroldo es secuestrado y asesinado,
Producción: Diego Marquis, Julián Troksberg. sin conocerse aún datos de su destino ni del de sus restos.
Financiamiento: Secretaría de Cultura de la Nación, INCAA, Canal Roberto Cuervo, por su parte, muere en un trágico accidente
Encuentro. dejando solos a su mujer Cristina, viuda a los 25 años, y a su
Origen: Argentina. único hijo, Andrés. Este recupera el material filmado por su
Montaje: Alejandra Almirón. padre y completa la película, dando cierre así al trabajo comen­
Fotografía: Fernando Locket. zado por Roberto hace treinta años.
Testimonios/Intérpretes: Héctor Puricelli, Raúl Amadori, Juan José
Estévez, Nazareno Serraino, Juan Serraino, Daniel Cabral,
José Carlos Depetris. El tiempo y la sangre
Duración: 75 minutos.
Sinopsis: El film retrata un viaje de Andrés Di Telia por La Pampa Dirección: Alejandra Almirón.
en el que siguió las huellas de Estanislao Zeballos. Escritor, Guión: Alejandra Almirón, Sonia Severini (proyecto, investigación
periodista, geógrafo, entre otras cosas, fue el principal ideó­ y textos).
logo de la Conquista del Desierto -el exterminio de las tribus Año: 2004.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 266 267 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Producción: Cine Ojo. Marcelo Céspedes, Carmen Guarini, Sonia Argentina y, con ella, el terrorismo de Estado”. Como señala
Severini. la directora: “Yo tenía 5 años. Intento recomponer minuciosa­
Origen: Argentina. mente algunas piezas del pasado. Es una cuestión de tiempo,
Montaje: Alejandra Almirón. estoy sin identidad”.
Fotografía: Alejandra Almirón.
Testimonios/Intérpretes: Sonia Severini, Alejandra Almirón, María
Giuffra, Diego Hobert, Luis Fucks, Julio Vitoria, Tino Moglie, Encontrando a Víctor
Alcira Camusso, Juan Manuel Villarreal, Victoria Kuhn, Ricardo
Outker, Alejandra Hobert, Iván Roqué, Marga Torres, Roque Dirección: Natalia Bruschtein
Condelo, Enrique Márquez, Teresa Robles, Norma Robles, Guión: Natalia Bruschtein
Viviana Jumelli, Samantha Giuffra. Año: 2004.
Duración: 65 minutos. Producción: Ángeles Castro, Hugo Rodríguez.
Sinopsis: Sonia es una ex militante de Montoneros. En los setenta Financiamiento: Centro de Capacitación Cinematográfica, Consejo
militó en la Juventud Peronista, en los suburbios del Oeste del Nacional para la Cultura y las Artes.
Gran Buenos Aires. Inicia su viaje al Oeste, al pasado, buscando Origen: México/Argentina.
y preguntándose qué es lo que quedó de aquella práctica revo­ Montaje: Natalia Bruschtein.
lucionaria, en el propio territorio donde se ensayó y se fracasó. Fotografía: Alejandro Ester, Everardo González.
Pero su intención inicial se frusta y encuentra, en cambio, otras Testimonios/Intérpretes: Shula Erenberg, Luis Bruschtein, Natalia
cosas: un balance y reclamo inesperados de los hijos de esa Bruschtein, Laura Bonaparte, Ana Villa.
generación imbatible; el descubrimiento de que en el Oeste Duración: 30 minutos.
casi no quedaron sobrevivientes, por una particular modalidad Sinopsis: Natalia es hija de Víctor, quien fue desaparecido el 19 de
represiva; y lo más importante: descubre su profunda necesidad mayo de 1977, durante la última dictadura militar en la Argen­
de reflexión para poder concluir con la etapa más intensa y tina. Natalia y su mamá llegaron a México exiliadas. A los 25
trágica de su vida. años, Natalia regresó a la Argentina para encontrar a su papá o
más bien para tratar de hallar respuesta a las preguntas que le
dejó la ausencia de un desaparecido en la familia. La búsqueda
En memoria de los pájaros es a través de los sobrevivientes de su familia.

Dirección: Gabriela Golder


Guión: Gabriela Golder Familia tipo
Año: 2000
Producción: Gabriela Golder, CICV de Francia. Dirección: Cecilia Priego.
Origen: Argentina/Francia. Guión: Cecilia Priego y Blas Eloy Martínez.
Montaje: Frangois Clévy. Año: 2009.
Fotografía: Gabriela Golder, Juan Manuel Seoane. Producción: Blas Eloy Martínez.
Duración: 17 minutos. Financiamiento: INCAA, Universidad del Cine, Observatorio de
Sinopsis: “Llorar aun sin quererlo. No llorar, aunque quisiéramos. Cine.
No poder detenerse en la búsqueda frenética por la identidad. Origen: Argentina.
Algunas imágenes lejanas, una lucha sórdida, una pérdida total Montaje: Carolina Cappa, Rodrigo Caproti, Miguel Colombo y
del sentido. Año 1976, la dictadura militar se instaura en la Cecilia Priego.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 268 269 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Fotografía: Germán Drexler e Iván Gierasinchuk. Sinopsis: Ensayo personal sobre la madre de Di Telia, basado en una
Testimonios/Intérpretes: Fernando Priego, Ana Brusco, Nando caja de fotografías de su padre. Una investigación documental,
Priego, Fernando Ruiz Gálvez Villaverde, Marisa Ruiz Gálvez, un viaje al pasado y también un viaje real desde la Argentina
Estrella Ruiz Gálvez, Cecilia Priego, Juan Priego, familia Priego hacia el sitio donde ella nació y que siempre quiso olvidar: la
Brusco, familia Ruiz Gálvez, familia Priego, entre otros. India. A medida que Di Telia intenta develar los misterios del
Duración: 73 minutos. destino de su madre, en una serie de encuentros con personajes
Sinopsis: El film aborda el tema de la falta de memoria histórica sorprendentes, las vueltas inesperadas del camino revelan algo
a través de la reconstrucción de una historia familiar. “Mi más: el descubrimiento de su propia identidad oculta.
nombre es Cecilia Priego. Llevo años atorada en el pasado,
desenterrando aquello que otras generaciones quisieron ocultar,
tratando de recuperar aquello que mis padres intentaron silen­ Fuerza Aérea Sociedad Anónima
ciar. Durante quince años me dediqué a desentrañar la intriga
familiar y decidí registrar todas las etapas de esta investigación, Dirección: Enrique Piñeyro.
que comenzó con una historia aparentemente simple y terminó Guión: Enrique Piñeyro.
enfrentando a una familia con los secretos que la sostienen. Año: 2006.
Familia Tipo es un documental que trabaja sobre la certeza de Producción: Aquafilms. Verónica Cura.
que uno se descubre a sí mismo a través del diálogo con su Origen: Argentina.
pasado y de que la identidad no es otra cosa que un conjunto Montaje: Germán Cantore, Lorenzo Bombicci, Alejandro Broder-
de narraciones”. sohn.
Fotografía: Ramiro Civita, Marcelo Lavintman.
Testimonios/Intérpretes: Enrique Piñeyro y otros testimoniantes en
Fotografías material de archivo, cámaras ocultas y grabaciones de audio.
Duración: 80 minutos.
Dirección: Andrés Di Telia. Estreno comercial: 31 de agosto de 2006.
Guión: Andrés Di Telia con la colaboración de Cecilia Szperling. Sinopsis: A siete años del accidente de LAPA, que aún permanece
Año: 2006. sin condena, esta película se propone profundizar la problemá­
Producción: MC Producciones. Andrés Di Telia, Marcelo Céspedes tica del transporte aéreo argentino denunciando los conflictos
y Carmen Guarini. y anomalías en su funcionamiento cotidiano. Mafias, oculta-
Financiamiento: INCAA, MC Producciones, Hubert Bals Fund. miento de la información y negligencias son reveladas a través
Origen: Argentina. de cámaras ocultas que denuncian una realidad que no puede
Montaje: Alejandra Almirón. seguir impune.
Fotografía: Víctor González.
Testimonios/Intérpretes: Andrés Di Telia, Torcuato Di Telia, Rocco
Di Telia, Cecilia Szperling, Mayra Bonard, José Rivarola, Hacer patria
Manuel Güiraldes, Juan José Güiraldes, Ramachandra Gowda,
Marta Minujín, Gautam Apparao, Lakshmi Apparao, Sitaram Dirección: David Blaustein.
Redy, Padma Rao, Radha Rao, Vidya Singh, Ariel Rosner, Guión: Luisa Irene Ickowicz y David Blaustein.
Napoleón, Shiva Shankar. Año: 2007.
Duración: 110 minutos. Producción: David Blaustein, Mariela Besuievsky.
Estreno comercial: 14 de junio de 2007. Financiamiento: Zafra Difusión y Tornasol Films.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 270 271 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Origen: Argentina. Sinopsis: La película narra la historia de los ferrocarriles argen­


Montaje: Juan Carlos Macías. tinos, su historia desde 1857 hasta la crisis del sistema de trans­
Fotografía: Marcelo laccarino. porte actual. El cierre de ramales de las líneas de ferrocarriles
Testimonios/Intérpretes: David Blaustein, Eduardo Blaustein, Ariel convirtió en ciudades fantasma a los pueblos cuya principal
Blaustein, Bubi Cuatz, Daniel Fiszman, Gerardo Fiszman y fuente de trabajo era el tren. La privatización de las líneas
otros testimoniantes de la familia de David Blaustein. ocasionó el despido de decenas de miles de trabajadores así
Duración: 127 minutos. como el deterioro del servicio público, originando a su vez el
Estreno comercial: 9 de agosto de 2007. aumento del transporte automotor y la multiplicación de acci­
Sinopsis: En la década del veinte, un judío, como tantos, parte de dentes automovilísticos. El documental denuncia el saqueo de
algún puerto de Europa junto a su familia con la esperanza de materiales ferroviarios abandonados, propiedad del Estado, por
encontrar en la pampa bonaerense el porvenir de su ilusión. Sus parte de las corporaciones, la falta de inversión de las empresas
hijos y los hijos de sus hijos desarrollarán su vida en la Argen­ privadas así como el destino de los subsidios otorgados por el
tina, compartiendo la devoción por el origen de su identidad y Estado.
por el país donde viven. Entonces, un director de cine decide
desandar ese camino, construir un documental de exploración
buscando conocer y comprender ese viaje, la aventura de sus La televisión y yo (notas en una libreta)
abuelos y de sus padres. El director recupera el tema de la
identidad, con la cámara como herramienta y sabiendo que un Dirección: Andrés Di Telia.
documental puede ser una forma particular de indagar sobre Guión: Andrés Di Telia.
las distintas formas de “hacer patria”. Año: 2002.
Producción: Andrés Di Telia y Cine Ojo. Marcelo Céspedes, Carmen
Guarini
La próxima estación. Historia y reconstrucción Financiamiento: Andrés Di Telia, Cine Ojo, Fundación Antorchas,
de los ferrocarriles Fundación Rockefeller, Fundación MacArthur, J. S. Guggen­
heim Memorial Foundation.
Dirección: Fernando Solanas. Origen: Argentina.
Guión: Fernando Solanas. Montaje: Andrés Di Telia, Alejandra Almirón.
Año: 2008. Fotografía: Esteban Sapir, Goran Gesten
Producción: CineSur. Fernando Solanas, Pablo Rovito. Testimonios/Intérpretes: Andrés Di Telia, Torcuato Di Telia, Mex
Financiamiento: CineSur, INCAA. Urtizberea, Raúl Urtizberea, Sebastián Yankelevich, Cecilia
Origen: Argentina. Szperling, Rocco Di Telia, entre otros.
Montaje: Alberto Ponce, Mauricio Minotti, Fernando E. Solanas. Duración: 75 minutos.
Fotografía: Riño Pravato, Mauricio Minotti, Alejandro Fernández Estreno comercial: 12 de septiembre de 2003.
Mouján, Fernando E. Solanas. Sinopsis: El film recuerda los comienzos de la televisión en la Argen­
Testimonios/Intérpretes: Fernando Solanas, Trabajadores del ferro­ tina a través de la mirada autobiográfica de Andrés Di Telia y
carril y habitantes de los pueblos aledaños a las estaciones, reflexiona sobre el destino de algunos emprendimientos comer­
funcionarios y gremialistas. ciales nacionales, como la televisión y las industrias Di Telia,
Duración: 115 minutos. de las que el director es heredero.
Estreno comercial: 4 de septiembre de 2008.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 272 273 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Los nueve puntos de mi padre Elena Caruso, Lila Pastoriza, Ricardo Carri, Jorge Carpio,
Amalia Caruso.
Dirección: Pablo Romano. Duración: 89 minutos.
Guión: Pablo Romano. Estreno comercial: 23 de octubre de 2003.
Año: 2009. Sinopsis: El film es un recorrido por diversos estados de la memoria
Producción: Digital Buró. Pablo Romano. a partir de la ausencia de los padres de la protagonista. Frag­
Financiamiento: INCAA, Gobierno de Santa Fe (Ministerio de mentos, fantasías, relatos y fotos dan forma a una realidad que
Innovación y Cultura), Espacio Santafecino (Industrias crea­ pertenece al pasado y se proyecta en el presente. Un equipo de
tivas), Digital Buró, Centro Audiovisual Rosario, Secretaría de filmación a la deriva, una actriz y unos muñecos Playmobil
Cultura Municipalidad de Rosario, Helene Wurlitzer Founda­ felices construyen el universo fracturado en que la protagonista
tion, Grupo Faena. descubre una y otra vez lo imposible de la memoria.
Origen: Argentina.
Montaje: Pablo Romano.
Fotografía: Pablo Romano. M
Testimonios/Intérpretes: Isabel Ferradal, Guillermo Romano,
Matías Romano Martín, Carmen Rodríguez, Adriana Troglio, Dirección: Nicolás Prividera.
Martino Romano Troglio. Guión: Nicolás Prividera.
Duración: 70 minutos. Año: 2006.
Estreno comercial: 26 de mayo de 2010. Producción: Trivial. Pablo Ratto, Nicolás Prividera, Vanessa Ragone.
Sinopsis: ¿Qué es lo que queda de un hombre después de muerto? Un Origen: Argentina.
documental que, a través de la entrevista a sus familiares más Montaje: Malu Herdt.
directos, intenta hablar de la herencia en su sentido más amplio. Fotografía: Carla Stella, Josefina Semilla, Nicolás Prividera.
Un viaje documental sobre la memoria y el duelo, para revelar Testimonios/Intérpretes: Graciela Prividera, Olga Botto, Isabel
esa cartografía invisible que es la que construye a una familia. Gómez, Antonia Scuteri, María Inés Quiroga, Delia Suárez,
Graciela Suárez, Ana Zimmerman, Jorge Morello, Agustín
Moglie, Rodolfo Burkart, Verónica Noé, Haydee López, Silvia
Los rubios Tolchinsky.
Duración: 150 minutos.
Dirección: Albertina Carri. Estreno comercial: 30 de agosto de 2007.
Guión: Albertina Carri. Texto escrito a mano: Ricardo Foster. Sinopsis: Cerca de cumplir los 36 años, la misma edad que tenía su
Asesoría: Alan Pauls. madre cuando fue secuestrada por la última dictadura militar,
Año: 2003. Nicolás Prividera inicia una investigación para descubrir lo
Producción: Barry Ellsworth, Albertina Carri. sucedido con ella, Marta Sierra. Al no encontrar mayores datos
Financiamiento: Universidad del Cine, Fondo Nacional de las Artes, sobre su destino ulterior, empieza a indagar en su pasado mili­
INCAA. tante para develar el porqué de su desaparición.
Origen: Argentina.
Montaje: Alejandra Almirón.
Fotografía: Catalina Fernández
Testimonios/Intérpretes: Analía Couceyro, Albertina Carri, Santiago
Giralt, Jesica Suárez, Marcelo Zanelli, Alcira Argumedo, María
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 274 275 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Madres con ruedas Sinopsis: Un viaje en el tiempo entre la década del setenta y la
actualidad, de la mano de un pequeño grupo de mujeres que
Dirección: Mario Piazza, Mónica Chirife. fueron presas políticas en la Argentina entre 1974 y 1979.
Guión: Mario Piazza.
Año: 2006.
Producción: Cine Ojo. Mario Piazza, Carmen Guarini. Opus
Financiamiento: Cine Ojo, Secretaría de Cultura y Educación de
Rosario, Unesco, INCAA. Dirección: Mariano Donoso.
Origen: Argentina. Guión: Mariano Donoso, Mariano Llinás y Agustín Mendilaharzu.
Montaje: Hernán Buffa, Mario Piazza, Carmen Guarini. Año: 2005.
Fotografía: Mario Piazza, Mónica Chirife, Carmen Guarini y otros. Producción: El Pampero Films y El Zonda Films. Mariano Llinás.
Testimonios/Intérpretes: Mario Piazza, Mónica Chirife, María Apoyo financiero: Jerry Rubin, Estela Donoso.
Victoria Piazza, Eleonora Saccone, Noemí Sacchi, María Angé­ Origen: Argentina.
lica Escalante, Viviana Marchetti, Mónica Chazarreta y sus Montaje: Mariano Donoso.
hijos e hijas. Fotografía: Agustín Mendilaharzu, Ignacio Masllorens.
Duración: 70 minutos. Testimonios/Intérpretes: Mariano Donoso, Agustín Mendilaharzu,
Estreno comercial: 19 de abril de 2007. Ignacio Masllorens, Miguel Angel Sugo, maestros y personajes
Sinopsis: Mónica contrajo poliomielitis a los 7 años, durante una de San Juan.
de las epidemias nacionales, en 1957. A pesar de que la enfer­ Duración: 85 minutos.
medad la confinó a una silla de ruedas, con gran dificultad en la Sinopsis: Un documentalista se propone realizar una película sobre
movilidad de sus cuatro miembros, Mónica se ha desempeñado la educación. Una huelga de docentes complica las cosas y, ya sin
como maestra particular de inglés, y, más importante, ha sido salida, el retrato se sumerge en una realidad argentina invisible
mamá de una niña que hoy tiene 15 años. y persistente como pocas.

Memoria de un escrito perdido Palabras


Dirección: Cristina Raschia. Dirección: Ana Mohaded.
Guión: Cristina Raschia. Guión: Ana Mohaded.
Año: 2009. Año: 2008.
Producción: Tango films, DOC TV. Diego Conejero, Juan Pablo Producción: Kipus Documenta.
Lasserre. Origen: Argentina.
Origen: Argentina. Montaje: Juan Pablo Antún, Juan Avaltroni.
Montaje: Miguel Pérez, Alexis Pellegrini. Fotografía: Juan Pablo Antún.
Fotografía: Andrei Durán. Testimonios/Intérpretes: Ana Mohaded.
Testimonios/Intérpretes: Silvia Gabaraín, Cristina Pinal, Graciela Duración: 23 minutos.
Dillet, María Josefa Dal Dosso, Cristina Raschia, Alba Tello. Sinopsis: Relato en primera persona sobre el proceso de memoria que
Voz de Graciela Lo Prete: Ana Celentano. atraviesa una testigo en el juicio a los genocidas de la dictadura
Duración: 52 minutos. militar que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 276 277 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Papá Iván Sinopsis: Un film personal, un viaje íntimo a una ficción descono­
cida: la de Leopoldo Federico, su música y su bandoneón. El
Dirección: María Inés Roqué. viaje no es otro que el que realiza Pauls internamente buceando
Guión: María Inés Roqué. en sus recuerdos y experiencias escondidas, buscando en las
Año: 2000. huellas de una música infinita la figura y el arte de Federico
Producción: David Blaustein, Hugo Rodríguez, Gustavo Montiel junto a su manera de entender el tango.
Pagés, Ángeles Castro.
Financiamiento: Zafra Difusión S.A, Centro de Capacitación
Cinematográfica, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes Querida Alara, cartas de un viaje por la Patagonia
(México).
Origen: Argentina/México. Dirección: Carlos Echeverría.
Montaje: Fernando Pardo. Guión: Fernanda Álvarez, Carlos Echeverría.
Fotografía: Hugo Rodríguez, Carlos Arango. Año: 2008.
Testimonios/Intérpretes: Pancho Rivas, Azucena Rodríguez, Aníbal Producción: Carlos Echeverría.
Roqué, María Bournichón, Miguel Lauletta, Miguel Bonasso, Financiamiento: INCAA, Fundación Antorchas y Fundación Jan
Roberto Perdía, José Pardo, Héctor Vasallo, María Inés Roqué. Vrijman.
Duración: 55 minutos. Origen: Argentina.
Sinopsis: Documental que pone en imágenes, a través de la mirada Montaje: Alejandro Brodersohn y Carlos Echeverría.
de su hija, la vida de Juan Julio Roqué, fundador de las Fuerzas Fotografía: Carlos Echeverría.
Armadas Revolucionarias (FAR), miembro de la organización Testimonios/Intérpretes: Hans Schulz (voz narrador), trabajadores
Montoneros, uno de los responsables del fusilamiento del Secre­ de la esquila.
tario General de la CGT, José Ignacio Rucci, y asesinado por Duración: 90 minutos.
la dictadura militar en 1977. Sinopsis: El antiguo colectivo urbano sale desde un pueblo pampeano
rumbo a la Patagonia, en un viaje de seis meses de duración. Un
grupo de esquiladores viaja con alguien más, que solo aparece
Por la vuelta en la película a través de su voz omnipresente. En Santa Cruz,
el colectivo con los esquiladores toma el camino de las carretas
Dirección: Cristian Pauls. que antiguamente transportaban la lana. La huella coincide
Guión: Cristian Pauls. con aquella que recorrió una columna del Ejército en 1922
Año: 2002. para perseguir y fusilar a peones de campo que, en huelga,
Producción: Cine Ojo. Carmen Guarini, Marcelo Céspedes, Cristian reclamaban mínimas mejoras en sus condiciones de trabajo.
Pauls. En algún momento los esquiladores volverán a su provincia
Financiamiento: Cine Ojo, Fondo Nacional de las Artes. con la esperanza de contraer pocas deudas, de encontrar algún
Origen: Argentina. trabajo que los ayude a sobrellevar el tiempo que media hasta
Montaje: Alejandra Almirón, Cristian Pauls. el comienzo de una nueva zafra lanera en la Patagonia.
Fotografía: Carlos Essmann, Cristian Pauls.
Testimonios/Intérpretes: Leopoldo Federico, Horacio Cabarcos,
Juan José Mosalini.
Duración: 70 minutos.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 278 279 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Río arriba Duración: 70 minutos.


Estreno comercial: 6 de diciembre de 2007.
Dirección: Ulises de la Orden. Sinopsis: A principios del siglo XX, muchos judíos llegaron a Buenos
Guión: Paz Encina, Germán Cantore, Miguel Pérez, Ulises de la Aires escapando de la miseria y las persecuciones que sufrían
Orden. en Europa. En 1919, durante la Semana Trágica, en el barrio
Año: 2004. de Once se produjo un pogromo (persecución de judíos). De
Producción: Juan de la Orden, Ulises de la Orden. ese hecho se ha llegado a decir que “fueron unos niños bien
Financiamiento: INCAA, Universidad del Cine, Polo Sur Films, que salieron a la caza del ruso”. Este documental parte de las
Kato Lajos. preguntas que el propio director, cuyo abuelo llegó a Buenos
Origen: Argentina. Aires a principios del siglo XX, se hace sobre el suceso y sus
Montaje: Germán Cantore. implicancias, las causas y consecuencias de su escasa difu­
Fotografía: Lucio Bonelli. sión, los datos falseados acerca de la cantidad de muertos y las
Testimonios/Intérpretes: Ulises de la Orden, Bernabé Montellanos, disputas internas dentro de la comunidad judía.
Pepe Lascano, Emiterio Gutiérrez, Darío de la Orden, Don
Lucas Silisque, Raúl Campos, Tina, Manuel Montellanos,
Malena de la Orden, Irene de la Orden, Olga Lescano, Carlos Un tal Ragone (deconstruyendo a pa)
Matrichuck, Elsa Gutiérrez, Mariela Gutiérrez, Saturnino
Gutiérrez, Reinaldo, Juan José Gramajo, Raúl Moyano, Jesús Dirección: Vanessa Ragone.
Zubelsa. Guión: Vanessa Ragone.
Duración: 72 minutos. Año: 2002.
Sinopsis: Ulises de la Orden recorre la quebrada del río Iruya, en Producción: Florencia Enghel.
Salta. A través de sus pobladores, se entera de los motivos Origen: Argentina.
que produjeron la erosión de las antiguas terrazas de cultivo, Montaje: Vanessa Ragone, María Astrauskas.
cuando los campesinos eran llevados a trabajar a la zafra, con Fotografía: Diego Olmos, Mariana Bruno.
sistemas de contratación esclavista, similares a la encomienda Testimonios/Intérpretes: Vanessa Ragone, Atilio Pravisani, Beto
de la colonia. Pecorari, Cocho Paolantonio, Chiri Rodríguez, Danilo Birri,
Diana Bilmezis, Eduardo Burba, Eduardo Soloa, Fernando
Birri, Georgina Ragone, Jorge Reynoso Aldao, Juan Carlos
Un pogrom en Buenos Aires Bettanin, Lalo Salva, Marcos López, Mercedes Pardo, Mirta
Cettour, Mónica D’Uva, Raquel Lehmann, Roberto Schneider.
Dirección: Herman Szwarcbart. Duración: 51 minutos.
Guión: Herman Szwarcbart. Sinopsis: Vanessa Ragone reconstruye en este documental la figura
Año: 2007. de Carlos Ragone, su padre, reportero gráfico, hincha de fútbol
Producción: Herman Szwarcbart, Gabriel Kameniecki. del club Colón, a partir de los recuerdos de quienes lo conocieron
Origen: Argentina. y de un sinnúmero de sus fotografías, que desnudan -anudan-
Montaje: Alejandra Almirón. treinta años de su vida familiar y del devenir cultural y político
Fotografía: Mariano Monti. de la Argentina.
Testimonios/Intérpretes: Herman Szwarcbart, Zelko Szwarcbart,
Eduardo Vigovsky, Leonardo Senkman, Eliahu Toker, Mario
Ber, Eduardo Wigutow, Sammy Lerner, Gabriel Feldman.
EL CINE DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA 280 281 FICHAS DE LAS PELÍCULAS

Volvoreta Estreno comercial: 4 de diciembre de 2003.


Sinopsis: Documental sobre la enigmática vida de la cancionista Ada
Dirección: Alberto Yaccelini. Falcón, una de las grandes leyendas de la historia del tango.
Guión: Alberto Yaccelini. Ella se retira muy prematuramente, en 1942, convirtiéndose en
Año: 2001. monja franciscana y haciendo un juramento de no volver a dar
Producción: Equidia, Les films á Lou. Anne-Marie Marsaguet-Chion. entrevistas, dejarse fotografiar ni volver a cantar, hasta hoy, en
Origen: Francia. que rompe su silencio.
Montaje: Alberto Yaccelini.
Fotografía: Alberto Yaccelini.
Testimonios/Intérpretes: Carlos Lerner, Roberto López, Thierry Yo, sor Alice
Pélerin, Volvoreta, Alberto Yaccelini.
Duración: 58 minutos. Dirección: Alberto Marquardt.
Sinopsis: Un objeto y objetivo idéntico persigue Yaccelini en Volvo­ Guión: Alberto Marquardt.
reta, documental sobre la preparación de la potranca homónima. Año: 2001.
En los suburbios de París, elegante con su pelo marrón torna­ Producción: Cine Ojo, La Crujía, Point du Jour, France Televisions.
solado, Volvoreta es firme candidata para el premio Diana, y Marcelo Céspedes, Carmen Guarini.
Carlos Lerner, entrenador argentino exiliado, se dedica a su Origen: Argentina/Francia.
arte con un mutismo que hace que el documental se aleje de Montaje: Claudio Martínez.
crear su mundo con fatigados planos de testimonios orales. El Fotografía: Livio Pensavalle, Pascal Sutra-Furcade.
premio puede cambiar la vida de Lerner, y la tensión hasta Testimonios/Intérpretes: Familia Domon y otros.
la carrera convierte al turf en un relato en la tradición de las Duración: 75 minutos.
grandes emociones puramente deportivas. Estreno comercial: 10 de mayo de 2001.
Sinopsis: El film es una travesía por un período de la historia argen­
tina de la mano de Alice Domon, una religiosa francesa pertene­
Yo no sé qué me han hecho tus ojos ciente a la Congregación de las Misiones Extranjeras, que vivió
en la Argentina desde 1967 y fue secuestrada y desaparecida
Dirección: Lorena Muñoz, Sergio Wolf. por la última dictadura militar por su compromiso social con
Guión: Lorena Muñoz, Sergio Wolf. los pobres. La visión de la propia Alice sobre esos años difíciles
Año: 2003. es narrada a través de la lectura de la correspondencia que ella
Producción: Cine Ojo. Marcelo Céspedes, Carmen Guarini. mantuvo con su familia. Sus cartas revelan la confrontación
Financiamiento: Cine Ojo, INCAA. con una sociedad en crisis y el avance de su compromiso con
Origen: Argentina. la realidad que le tocó vivir.
Montaje: Alejandra Almirón.
Fotografía: Segundo Cerrato, Federico Ransenberg, Marcelo
Lavintman, Emilio López.
Testimonios/Intérpretes: Ada Falcón, Aníbal Ford, Rolando Goyaud,
José Martínez Suárez, Miguel Ciacci, Sergio Wolf, Estela dos
Santos, Oscar del Priore, Oscar Bassi, Bruno Cespi, Sor Silvia,
Sor Irene, Noemí Morelli, Luis Tarantino.
Duración: 64 minutos.
Uno de los aspectos más estimulantes de la renovación que ha tenido
lugar en el cine argentino a partir de los años noventa es el protagonismo QJ
adquirido por los films documentales. Nunca antes se habían realizado
tantos y nunca antes habían tenido una importancia equivalente a las
películas de ficción. Pero no es solo que hay más documentales.
También son diferentes. La narración de la propia experiencia, la expresión ÍD
de la subjetividad y la exposición de lo íntimo son las coordenadas que
definen el grupo heterogéneo de películas estudiadas en este libro: Papá QJ
Iván (María Inés Roqué), Fotografías (Andrés Di Telia), Los rubios (Albertina en
Carri), Yo no sé qué me han hecho tus ojos (Sergio Wolf y Lorena Muñoz),
M (Nicolás Prividera), Parla vuelta (Cristian Pauls) o La fe del volcán
(Ana Poliak), entre otras.
Esta utilización de las formas de la primera persona puede inscribirse
dentro del "giro subjetivo" que atraviesa las más variadas dimensiones
de la cultura; pero en el terreno específico del documental, eso supone una
transformación profunda de sus estatutos clásicos. El cine documental en
primera persona comenta los aportes y evalúa los riesgos que supone
la incorporación del yo en el centro mismo de un discurso que, desde
los inicios, siempre se había definido por su pretensión de objetividad, su
ausencia de intervención y su vocación de verdad.
La investigación que lleva a cabo Pablo Piedras es tan exhaustiva como
rigurosa: ha visto todos los films y ha leído todos los textos (desde las obras
canónicas a los aportes más recientes). Pero, sobre todo, ha sabido
aprovechar esa información para componer un mapa sistemático y
fascinante del cine contemporáneo. Inteligente, lúcido, audaz, Piedras hace
avanzar la reflexión histórica y teórica para que sintonice con la vibrante
escena documental en la Argentina.
David Oubiña

Pablo Piedras es Doctor en Filosofía y Letras con orientación en Teoría e


Historia de las Artes por la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
Buenos Aires. Se licenció en Artes Combinadas en la misma institución.
Actualmente es investigador asistente de CONICET y docente de la cátedra
de Historia del Cine Latinoamericano y Argentino (FFyL, UBA). Es además CU

codirector del Centro de Investigación y Nuevos Estudios sobre Cine (ClyNE) (n


y de la revista Cine Documental.
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