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El monstruo del molino

Antes me gusta ir a el molino, papa vivía preocupado porque el tanque de vez en cuando se queda sin agua sin
explicación, ! ¡No entiendo que pasa! el molino funciona bien, se quejaba, así que yo quedé encargado de pasar un
día la tardecita y controlar si había agua, me gustaba ver el tanque australiano lleno, oír el ruido de las aspas de
chapas agitada por el viento, y subí para mirar la pradera que imaginaba, repleta de liebres, de martinetas, de
perdices y de víboras, me sentía alto en el terraplén del molino, antes me gustaba ir pero el otro día pasó lo del
monstruo y todo cambió. Camino al molino hay una hermosa hilera de Pinos, mi papa le dice la Avenida de los
pinos, son terrible las ramas de Los Pinos, están cubiertas de agujas como que pinchan, pero a mí, a mí me gustaba
andar bajo esos árboles, encontrar nidos, los pájaros se sienten seguros entre tanta sombra y tanto silencio, un
silencio igual al que hay en la iglesia del pueblo, yo voy poco a la iglesia porque el pueblo queda lejos, igual rezo un
montón. El otro día sin ir más lejos rece cuando escuche ese ruido, no supe si venia de Los Pinos, del aire, del cielo
o de la tierra, era un ruido que no se parecían al de ningún otro bicho, del campo, un ruido que podía ser muchas
cosas, podría ser una generación mía, por ejemplo, pero no no no no no no era mi imaginación. Al día siguiente a
pesar del susto, no pude evitar las ganas de volver al molino, esta vez fue diferente porque el ruido comenzó
acercaste, eran sonidos cortos a veces aullidos, a veces rezongos, a veces susurros, Ya no estaba entre los pinos,
parecía que venía al ras del piso, ¿ Sería una víbora?, pero, ¿Qué clase de víbora? yo sé muy bien que las víboras no
aúllan, ni rezongan, y sin embargo, no no, el grito no venía de arriba del suelo, tarde en darme cuenta, venia, de
abajo, comprendí porque me sonaba tan raro, aullaba como desde el adentro de la Tierra ,como si fuera un topo. El
suelo comenzó a moverse como que temblaba, ¿ha ha ha así serán los terremotos?, le pregunte, no se…. pensé en
una lombriz gigante, pensé en una bestia llena de barro, una bestia de las lluvias y las raíces, supe que estaba
perdido, que me había quedado paralizado por el terror, como en las pesadillas, cuando uno no puede correr porque
los pies pesan como si fueran de plomo. Así pesadamente me acerque al terraplén, para protegerme, para estar más
alto, el suelo ya no temblaba… silencio…Comencé a sentir otro tipo de sonidos, se parecía al chapoteo que hacen
los animales cuando toman agua, entonces mire el agua, alguien tomaba, pero desde abajo de la tierra, el monstruo
del molino tenía sed, mucha sed. Cuando el ruido termino, corrí hasta la casa y le conté a papa, volvimos con los
perros, también llevamos palos, por las dudas, el tanque estaba casi vacío…¡¡¡ había una rajadura pequeña en el piso
de cemento, por ahí se va el agua, dijo papa, si… pero se va del todo cuando el monstruo viene y se la toma, le dije.
Creo que nunca creyó mi historia, sobre el monstruo subterráneo, simplemente lo forzó el piso del tanque, para que
ya no se filtrara más el agua, pero yo sé que eso esta ahí, acechando bajo los pinos, y que un día, no soportara más la
sed y saldrá a la superficie, y entonces, lo conoceremos….¡¡¡¡
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El monstruo del molino


Antes me gusta ir a el molino, papa vivía preocupado porque el tanque de vez en cuando se queda sin agua sin
explicación, ! ¡No entiendo que pasa! el molino funciona bien, se quejaba, así que yo quedé encargado de pasar un
día la tardecita y controlar si había agua, me gustaba ver el tanque australiano lleno, oír el ruido de las aspas de
chapas agitada por el viento, y subí para mirar la pradera que imaginaba, repleta de liebres, de martinetas, de
perdices y de víboras, me sentía alto en el terraplén del molino, antes me gustaba ir pero el otro día pasó lo del
monstruo y todo cambió. Camino al molino hay una hermosa hilera de Pinos, mi papa le dice la Avenida de los
pinos, son terrible las ramas de Los Pinos, están cubiertas de agujas como que pinchan, pero a mí, a mí me gustaba
andar bajo esos árboles, encontrar nidos, los pájaros se sienten seguros entre tanta sombra y tanto silencio, un
silencio igual al que hay en la iglesia del pueblo, yo voy poco a la iglesia porque el pueblo queda lejos, igual rezo un
montón. El otro día sin ir más lejos rece cuando escuche ese ruido, no supe si venia de Los Pinos, del aire, del cielo
o de la tierra, era un ruido que no se parecían al de ningún otro bicho, del campo, un ruido que podía ser muchas
cosas, podría ser una generación mía, por ejemplo, pero no no no no no no era mi imaginación. Al día siguiente a
pesar del susto, no pude evitar las ganas de volver al molino, esta vez fue diferente porque el ruido comenzó
acercaste, eran sonidos cortos a veces aullidos, a veces rezongos, a veces susurros, Ya no estaba entre los pinos,
parecía que venía al ras del piso, ¿ Sería una víbora?, pero, ¿Qué clase de víbora? yo sé muy bien que las víboras no
aúllan, ni rezongan, y sin embargo, no no, el grito no venía de arriba del suelo, tarde en darme cuenta, venia, de
abajo, comprendí porque me sonaba tan raro, aullaba como desde el adentro de la Tierra ,como si fuera un topo. El
suelo comenzó a moverse como que temblaba, ¿ha ha ha así serán los terremotos?, le pregunte, no se…. pensé en
una lombriz gigante, pensé en una bestia llena de barro, una bestia de las lluvias y las raíces, supe que estaba
perdido, que me había quedado paralizado por el terror, como en las pesadillas, cuando uno no puede correr porque
los pies pesan como si fueran de plomo. Así pesadamente me acerque al terraplén, para protegerme, para estar más
alto, el suelo ya no temblaba… silencio…Comencé a sentir otro tipo de sonidos, se parecía al chapoteo que hacen
los animales cuando toman agua, entonces mire el agua, alguien tomaba, pero desde abajo de la tierra, el monstruo
del molino tenía sed, mucha sed. Cuando el ruido termino, corrí hasta la casa y le conté a papa, volvimos con los
perros, también llevamos palos, por las dudas, el tanque estaba casi vacío…¡¡¡ había una rajadura pequeña en el piso
de cemento, por ahí se va el agua, dijo papa, si… pero se va del todo cuando el monstruo viene y se la toma, le dije.
Creo que nunca creyó mi historia, sobre el monstruo subterráneo, simplemente lo forzó el piso del tanque, para que
ya no se filtrara más el agua, pero yo sé que eso esta ahí, acechando bajo los pinos, y que un día, no soportara más la
sed y saldrá a la superficie, y entonces, lo conoceremos….¡¡¡¡

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