Está en la página 1de 10

CÓMO

SOBREVIVIR SELLO
COLECCIÓN
PLANETA
PLANETA VISIÓN
AL AMOR FORMATO 15 X 23 cm

OLGA SALAR Rustica con solapas

SERVICIO 07/04/2015

OLGA SALAR nació el 22 de enero de Nora está a punto de terminar bachillerato, pero el inglés se «Tras media hora de brochas y polvos,
1978 en Valencia, aunque reside desde interpone en su camino hacia la universidad. Fran, un veci- todos quedaron listos. Incluso Nora y PRUEBA DIGITAL
siempre en Sagunto. Se licenció en Filo- no, da clases particulares de inglés, así que la madre de Nora Tania se decidieron a probar los colores VALIDA COMO PRUEBA DE COLOR

CÓMO SOBREVIVIR AL AMOR OLGA SALAR


logía Hispánica porque era la manera de labios de Marta, y todos, incluyendo EXCEPTO TINTAS DIRECTAS, STAMPINGS, ETC.
y Marta embarcará a sus hijas en clases extraescolares.
más sencilla de engañar a su madre, que a Mateo, terminaron con los labios rojos
pensaba que se estaba sacando una ca- y pintados como puertas.
rrera, mientras ella saciaba su curiosidad Al final será Nora la única alumna de Fran. Inmediatamente, —¡Estamos guapísimos! —anunció Gise- DISEÑO 23/02/2015 GERMÁN

por las palabras al tiempo que compagi- entre los dos surge una buena amistad, y la idea de Nora de la dando saltitos de alegría—. La pena es
naba su pasión por la lectura. emparejarle con Gisela, su mejor amiga. Tramará encuentros que no nos vayan a ver. EDICIÓN

imposibles, pero como sus geniales planes no dan sus frutos —Eso hay que remediarlo. ¡Gisela, coge
Escribió su primera novela con una teo- recurre a sus amigos: Tania es radical en sus opiniones, las llaves de casa! ¡Marta, los pintalabios!
ría, para ella brillante y contrastada, Chicas, estamos buenísimas, vayamos a
Mateo propone una cita a ciegas, pero será Marta quien dará hacer el amor y no la guerra.
sobre lo desastroso de las primeras veces, CARACTERÍSTICAS
Un amor inesperado, y tras ella siguió la idea definitiva, esto es, que Nora finja que está interesada —Me gusta hacer el amor —canturreó
la bilogía juvenil Lazos inmortales. en Fran, de ese modo Gisela, quien siempre ha mantenido Marta siguiendo a Mateo, que se dirigía IMPRESIÓN 4/0 tintas CMYK
Aunque, fi nalmente, se ha dedicado a la una rivalidad con su amiga, se lanzará en picado a por él. hacia la puerta de la calle.
novela romántica adulta, género en el —¡Esperad! —pidió Nora—. Primero
tenemos que llenar esto —dijo levantan-
OLGA SALAR
que ha publicado Quédate esta noche, Por primera vez en su vida, Gisela se soltará la coleta e in-
Íntimos enemigos, Una cita pendiente, do una botella de cola vacía.
tentará ir a por lo que cree suyo. PAPEL XX
Una noche bajo el cielo, Jimena no —Nora, eres un genio —alabó Mateo.

CÓMO
deshoja margaritas, Solo un deseo, Di —Yo quiero hacer el amor y no la guerra
que sí y He soñado contigo. —lloriqueó Gisela. PLASTIFÍCADO BRILLO
—Sí, cariño, pero primero hay que con-
http://olga-salar.blogspot.com.es seguir suministros. El amor y la guerra UVI XX
dan mucha sed —se rio Tania, achispada

SOBREVIVIR
por el alcohol ingerido.» RELIEVE XX

BAJORRELIEVE XX

AL AMOR
STAMPING XX

PVP 17,00 € 10122319


INSTRUCCIONES ESPECIALES
Diagonal, 662, 08034 Barcelona Diseño de la cubierta: Departamento de Arte y Diseño, LLEVARA FAJA
Área Editorial Grupo Planeta 4/0 tintas CMYK
www.editorial.planeta.es
Fotografía de la cubierta: © Shutterstock
www.planetadelibros.com 9 788408 139706 Plastificado Brillo
Fotografía del autor: © Verónica Chiachio

12 mm
Olga Salar

Cómo sobrevivir al amor

Basada en una idea de Susana López Rubio,


Manuela Moreno y Núria Valls

comosobreviviralamo(224)r.indd 5 25/02/15 08:38

LIBRO MARTIN OJO PLATA 1.indd 5 22/7/11 11:03:43


No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación
a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por
cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por
grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La
infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito
contra la propiedad intelectual (art. 270 y siguientes del Código Penal)
Diríjase a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar
con Cedro a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el
91 702 19 70 / 93 272 04 47

© Olga Salar, 2015


© Atlantis, 2015
© Editorial Planeta, S. A., 2015
Avda. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona
www.editorial.planeta.es
www.planetadelibros.com

Primera edición: abril de 2015


Depósito legal: B. 6.636-2015
ISBN: 978-84-08-13970-6
Preimpresión: J. A. Diseño Editorial, S. L.
Impresión: Black Print
Printed in Spain - Impreso en España

El papel utilizado para la impresión de este libro es cien por cien libre de cloro y
está calificado como papel ecológico

comosobreviviralamo(224)r.indd 6 25/02/15 08:38


CAPÍTULO 1

«Nora, deja a tu hermana»


(Belén, madre de Nora y Marta)

Era bastante evidente que las tres mujeres, que hablaban acalo-
radamente en medio de la panadería, eran familia. No porque
su conversación las delatara ni porque sus cabellos, sus ojos, o su
tono de piel fueran delatores de la relación que las unía. Más bien
el parecido entre ellas residía en sus gestos. En las expresiones tan
parecidas e igual de contrariadas con que se miraban las unas a las
otras.
La más joven de las tres, Marta, miró a su madre con los ojos
abiertos como platos mientras su hermana mayor, Nora, se reía de
ella sin el menor disimulo.
—¡Joder! No puedes estar hablando en serio. ¡Me cago en la
leche! ¡Dime que es una broma!
—Esa boca, niña. Te la voy a lavar con jabón —la regañó su
madre al tiempo que arrancaba un trocito de papel del único
anuncio pegado en el cristal del establecimiento—. Yo no bro-
meo, al menos no lo hago con las cosas serias. Y el inglés es im-
prescindible en los tiempos en que vivimos.
Consciente de que su hermana estaba a punto de estallar de
rabia, Nora se dio la vuelta fingiendo que miraba algo que estaba
más allá de su familia. La dirección que estaba tomando la discu-
sión entre su madre y su hermana le estaba impidiendo mantener-
se formal por más tiempo. Por un lado, Marta no dejaba de mal-
decir, y por el otro, tampoco era plan atraer más la atención de los

comosobreviviralamo(224)r.indd 7 25/02/15 08:38


clientes de la panadería, que a duras penas les quitaban la vista de
encima.
—Mamá, no puedes hacerme esto. Haré lo que quieras, pero,
mami, no me hagas ir.
—Por Dios, Marta, que solo son clases de inglés. No dramatices,
hija. —Su hermana mayor estaba empezando a sentirse incómoda,
teniendo en cuenta la cantidad de gente que las miraba en la pana-
dería.
—Hasta mañana, Adela —se despidió Belén, la madre de las
chicas, de la panadera, caminando delante de sus hijas, que la se-
guían cada una centrada en lo suyo—. Si vais Nora y tú juntas a las
clases, nos ahorraremos un dinerito para las vacaciones de vera-
no, y aprovecharemos el dinero invertido en las clases.
La tienda estaba a la vuelta de la esquina de su casa, por lo
que todos los parroquianos conocían a la familia, los que no sim-
plemente comprendían lo complicado que era lidiar con dos hi-
jas en esa edad en que ni eran adolescentes ni adultas propia-
mente dichas.
—Y si no voy ahorraremos más. Mami, por favor. ¡No quiero ir!
—Marta, estás empezando a cansarme.
—Pero es que no es justo que sea Nora la que suspenda inglés
y me toque a mí pagar el pato. Es ella la que tiene que aprobar pa-
ra entrar en la universidad, no yo.
—El inglés es bueno para todos, Marta. Además, seguro que no
te viene mal concentrarte en otra cosa que no sean los chicos.
Marta se quedó parada unos segundos, sorprendida por la res-
puesta de su madre, ¿cómo que los chicos no eran importantes?
No cabía duda de que la edad causaba estragos en las personas,
por muy inteligentes que fueran.
Echó a correr tras su madre y Nora cuando comprendió que
no iban a esperarla.
—Mamá, en serio, dime qué tengo que hacer para salvarme y
lo hago —insistió desesperada, comprendiendo que la excusa de
las vacaciones no iba a servir para nada—. No puedes coartar así

comosobreviviralamo(224)r.indd 8 25/02/15 08:38


mi libertad. Soy una adolescente que necesita de su espacio para
encontrarse a sí misma en el mundo.
Marta se calló de golpe cuando escuchó las risas de su hermana
tras ella. De acuerdo que había sido un poco dramática, pero era
justificado. ¡Estaba desesperada! Y su madre estaba tan acostumbra-
da a sus tácticas de evasión que iba a tener que esforzarse mucho
para lograr su objetivo: escaquearse de las dichosas clases de inglés.
Ella tenía las tardes ocupadas en asuntos más importantes.
Se sintió un poco mejor al comprobar que, aparte de Nora y
de su madre, no la había escuchado nadie más. Al menos ya no es-
taban frente a las viejas chismosas del horno, aunque, a juzgar por
la actitud de su familia, a ella era a la única que le importaba no
hacer el ridículo en público.
—De acuerdo, haremos un trato, si eres capaz de dejar de de-
cir palabrotas durante lo que queda de curso escolar, te libras de
las clases de inglés. Si no lo haces, asistirás a ellas durante el vera-
no, y adiós a las vacaciones. Estamos en marzo, Marta, son menos
de cuatro meses. No es tan difícil. —Su madre se detuvo para en-
cararla—. ¡Y desde ya te aviso que no es negociable! Ni una pala-
bra malsonante.
—¡Joder, mamá! ¡Qué putada!
—Lo tienes difícil, bonita —comentó Nora, sin poder callar-
se—. Y deja de dar esos gritos, que se va a enterar toda Barcelona
de que no quieres estudiar inglés.
Su madre enarcó una ceja antes de hablar.
—Nora, deja a tu hermana, y Marta, no te creas que porque
no esté delante no me voy a enterar. Tengo ojos hasta en la nuca.
Y espías por todas partes. Si te comprometes, tienes que cumplir.
—Tú no eres una madre normal, tú eres el jodido James Bond.
¡Me das miedo!
—Esa boca, Marta. Qué va a ser, ¿trato hecho? —ofreció ex-
tendiendo la mano.
—Sabes que nunca digo que no —aceptó esta estrechándo-
sela.

comosobreviviralamo(224)r.indd 9 25/02/15 08:38


Retomaron la marcha cada una de ellas satisfecha por haber
conseguido lo que pretendía.
—Vistos tus últimos novios, quizás tendrías que aprender a ha-
cerlo —se burló Nora en voz baja, pero no lo suficiente para que
su hermana no la escuchara—. Decir que no de vez en cuando te
hará más interesante, ¿no crees?
—¡Vete a la mierda, Nora!
—Mamá, Marta ha dicho mierda.
—Eso no es una palabrota, es una necesidad fisiológica univer-
sal —se defendió Marta, y girándose para encararla, le espetó—:
Espero que tu profesor sea un cero patatero: feo, viejo y sudoroso.
Te lo mereces por p… pava —dijo, corrigiéndose a tiempo.
—No voy a hacer nada con él. Solo me va a dar clase, aunque
supongo que tú eres incapaz de aprender nada si no te lo enseña
un número diez. —Se detuvo un instante y arqueó una ceja—. No,
espera. Que para ti los dieces son animales mitológicos.
—¡Imbécil! —le soltó en un susurro.
—Mamáááááááááááá, Marta ha dicho una palabrota.

Cuatro semanas después…

Nora no tenía dudas al respecto, disfrutaba de una vida estupen-


da, puede que últimamente un poco aburrida, ahora que su her-
mana se había convertido en santa Marta de Jesús, pero estupen-
da al fin y al cabo.
De hecho, si dejaba fuera del tanteo que tenía que aprobar in-
glés para poder graduarse y hacer la selectividad, que su vida amo-
rosa era un desastre y que no se preveían vistas de mejora, pasaba
de estupenda a sensacional. Porque, aunque esos eran puntos que
tener en cuenta, el disfrutar de unas amigas maravillosas, comer
sin engordar y tener la mente repleta de ideas y el empuje necesa-
rio para llevarlas a cabo ganaban la partida a todo lo demás. Des-
pués de todo, era una realidad que el amor estaba sobrevalorado.

10

comosobreviviralamo(224)r.indd 10 25/02/15 08:38


—Nora, ¿has escuchado algo de lo que te he dicho? —pregun-
tó el improvisado profesor de inglés que su madre le había im-
puesto, y que había resultado ser uno de los estudiantes de Dere-
cho que vivían en el quinto piso de su edificio.
Estaban sentados alrededor de la enorme mesa del comedor
de Fran, justo en el piso de arriba del que Nora compartía con sus
padres y su hermana. A pesar del tamaño del mueble, apenas se
veía la madera, enterrada entre libros de leyes, manuales de Dere-
cho e infinidad de apuntes. De hecho, estaba igual que el primer
día que había entrado en el salón cuatro semanas antes. Como si
en todo ese tiempo no hubieran movido un solo folio.
—¿Dónde coméis? Es imposible que desmontéis esto dos ve-
ces al día y que os quede exactamente igual.
—¿Qué?
—¿Dónde coméis? Aquí hay mucho trasto.
—No son trastos, son apuntes de clase. El material más valioso
de cualquier estudiante.
—Vale, pero ¿dónde coméis?
Fran se llevó las manos a la cabeza, y ella estuvo a un segundo
de detenerle. Convencida de que tocarse mucho el pelo, al menos
en su caso, no era una buena opción, puesto que las entradas de
Fran apuntaban a una calvicie inminente y sin otro remedio que
un implante capilar.
—En la mesa de la cocina.
—Ya decía yo que aquí no podía ser.
—Nora, vas a tener que concentrarte si quieres aprobar tus
exámenes. Tienes que tomártelo en serio. Además, tendrás que
aprobar la selectividad si quieres sacar la nota que te piden para
matricularte en…
Cerró los ojos y casi creyó estar escuchando a su mejor amiga,
Gisela, alias Pepito Grillo, dándole un sermón. Gisela era la amiga
que toda madre quería que tuviera su hija: educada, recatada, es-
tudiosa, seria y sumamente responsable. La hija perfecta, la amiga
perfecta. Demasiado perfecta para dejarse llevar por las hormo-

11

comosobreviviralamo(224)r.indd 11 25/02/15 08:38


nas, lo que se traducía en que a sus dieciocho años todavía no ha-
bía disfrutado de su primer beso en condiciones.
De repente, una de esas ideas que hacían que Nora fuera esa
persona ingeniosa y metomentodo surgió en su cabeza y se exten-
dió por ella elaborándose a cada palabra que Fran pronunciaba, y
que ella ignoraba deliberadamente y sin remordimientos de nin-
guna clase.
Acababa de descubrir que no había dos personas más afines
que Gisela y Fran, incluso sus sermones sonaban similares, y, có-
mo no, seguían las mismas pautas: tendrías que dejar de hacer es-
to y hacer esto otro...
Aunque, para ser justa, tenía que aceptar, en favor de Fran,
que su profesor particular tenía más sentido del humor que su
mejor amiga, que era un palo. Por lo demás eran perfectos el uno
para el otro: sosos, responsables y perfectamente educados.
Abrió los ojos y le miró con una sonrisa brillando en ellos:
—Fran, ¿tienes novia? ¿Amiga especial?
Él achicó los ojos, especulando sobre la razón que motivaba la
inesperada pregunta.
—No, ¿por qué? ¿No estarás pensando en pedirme que salga-
mos juntos? —Su cara era seria mientras hablaba—. No sería éti-
co, ya sabes, soy mayor y soy tu profesor…
—No, yo… Había pensado… Que a lo mejor...
—Nora, déjalo. Te estoy tomando el pelo —confesó riéndose
de su azoramiento—. No eres mi tipo, a mí me van las rubias, aun-
que reconozco que las pelirrojas no estáis tan mal —siguió con la
broma.
Nora se alegró de que fuera su pelo el tomado y no el de él.
Dadas las circunstancias, ella era la única que podía permitirse
perder algún mechón.
Respiró más tranquila y se rio con Fran, que parecía haber
disfrutado con su incomodidad. «Sí —pensó—, definitivamente,
Fran sabe reírse.» Y por si necesitara algún incentivo más, acababa
de confesarle que le gustaban las chicas rubias, lo que convertía a

12

comosobreviviralamo(224)r.indd 12 25/02/15 08:38


Gisela en la mujer de sus sueños, aunque todavía no sabía que los
tuviera.
Tenía que conseguir que su nuevo vecino y su mejor amiga se
conocieran. Qué narices, ella era una persona completamente al-
truista, y había decidido dedicar el valioso tiempo que tenía para
aprobar inglés a conseguir que Gisela, la virtuosa, se estrenara, en
más de un sentido. Y encima para lograrlo le había buscado a un
estudiante universitario, la fauna más codiciada entre las estu-
diantes de bachillerato.
Sí, volvió a la carga, era una amiga estupenda, y es que no solo
le estaba haciendo un favor a Gisela, sino que también iba a con-
seguirle a Fran una novia antes de que se quedara sin pelo.

13

comosobreviviralamo(224)r.indd 13 25/02/15 08:38

También podría gustarte