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Algunos Subtipos de Depresión
Algunos Subtipos de Depresión
El deseo puede consistir, entre muchos otros, en deseos de apego (2) (es decir,
de presencia física del objeto, de compartir estados emocionales con él, de
fusionarse con él), o en deseos de sentirse seguro (3), o en deseos relacionados
con el bienestar del objeto, o en deseos narcisistas de omnipotencia,
grandiosidad o de identificación con un self ideal (4), o en deseos de satisfacción
pulsional, o de experimentar bajos niveles de tensión mental y física, o en
deseos de dominar los impulsos y de poseer control sobre la propia mente, etc.
Diagrama 2
El diagrama intenta indicar varios caminos que pueden conducir al estado
depresivo, cada uno de los cuales es impulsado por diferentes factores y áreas
de patología. Después de analizar esos caminos y factores, que no deben de
ser considerados de ninguna manera como los únicos posibles, me referiré a
algunas de las formas en que pueden estar interrelacionados.
La identificación tiene lugar con las fantasías inconscientes de los padres, con
los mensajes que ellos le transmiten al niño/a de maneras muy sutiles, con
cómo ellos se representan a sí mismo y a la realidad. Las fantasías de los
padres y sus conductas en la realidad, si ellos perciben a la vida como
intrínsicamente frustrante o abrumadora, o como placentera y excitante,
determina en parte las formas inconscientes y conscientes con las cuales el
niño/a se relacionará con la realidad y con el/ella mismo/a. La realidad será
construida ya sea como manejable o como fuera de control, y el niño/a se verá
como potente o impotente. La transmisión intergeneracional desempeña un
papel importante en el origen de la patología, un factor que ha sido relegado en
psicoanálisis durante mucho tiempo.
Agresión y depresión
“... una pérdida del yo sin miramiento por el objeto (una afrenta del yo
puramente narcisista...”(1917, p. 250).
Sin dudas, sólo una breve mención en el seno de un texto centrado alrededor
de la agresión, ambivalencia, y culpa pero una observación que se puede luego
rastrear en una larga lista de autores que consideraron a la depresión como
manifestación de un trastorno narcisista.
En este caso, es una identidad global, la de ser malo/a, la de ser agresivo/a -un
trastorno de la representación del self- a partir de lo cual la persona va a
concluir en cada ocasión que es malo/a. La creencia previa de que se es
malo/a determina que se llegue a una conclusión que se piensa, sin embargo,
que derivaría de una presunta evaluación objetiva de los deseos o conductas.
Ansiedades persecutorias
Me detendré ahora en otra condición que puede conducir a la depresión: las
angustias persecutorias, provengan éstas de la existencia de personajes
perseguidores reales que atacan al sujeto, o de la identificación proyectiva de
impulsos del propio sujeto, o de la identificación desde la temprana infancia con
padres que ellos mismos vivían en un mundo imaginario sentido como lleno de
peligros y persecución. En cualquiera de estos casos, las ansiedades
persecutorias pueden producir y mantener un trastorno depresivo debido a las
consecuencias que tienen sobre el funcionamiento mental: perturban el
desarrollo del yo, las relaciones interpersonales, y la relación con la realidad en
general. Las defensas que se activan para disminuir los sentimientos
persecutorios -ej.: evitación fóbica, conductas masoquistas para aplacar a los
personajes del entorno del sujeto renunciando a logros en la realidad, los
rituales obsesivos, etc.- limitan seriamente las capacidades del sujeto, le hacen
sentir impotente, indefenso para dominar su mente, la realidad externa y para
satisfacer sus deseos. La depresión termina por sobrevenir cuando se dan
estas condiciones.
Déficits yoicos
En algunos casos, el sentimiento de impotencia para la realización de deseos
es el resultado de déficits reales de recursos yoicos y no simplemente de un
trastorno en la representación del self. Estos déficits pueden ser cognitivos, o
afectivos, o en capacidades relacionales, o en el control de los impulsos y de la
ansiedad, o en la relación con la realidad, etc. En ciertos duelos patológicos
que siguen a una pérdida de un trabajo, o de una persona amada (muerte,
divorcio, etc.), o de migración, la incapacidad de la persona para obtener un
nuevo objeto que reemplace al perdido determina que éste sufra un progresivo
proceso de idealización. Idealización que no existía antes de la pérdida; es
equivalente a la creación imaginaria de un paraíso –algo que supuestamente
habría existido en el pasado- una vez que la vida ha mostrado su dureza.
Diagrama 6
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