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1
2
Índice
Primera Semana
II
III
IV
VI
VII
Segunda Semana
II
III
IV
VI
VII
Tercera Semana
3
I
II
III
IV
VI
VII
4
Primera Semana
un amado momento,
blancos salones
como una paciente labor guardada entre los años, las eras, los días,
rosas,
de que una Alegre brisa llene por completo esta desértica hondonada,
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II
a.
hacia esta
encomienda
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ante tu contenido tan pleno,
Castillo:
la dimensión sobrecargada
Cósmico Argumento,
existente,
cósmico, protopotente
sangra
reconocer,
Celestial
b.
juguetones corros,
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III
a.
prorrumpe,
un celestial departir.
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bajo apocalípticos cielos testigos, entre grandes y pequeños hijos,
le denuncie su rumbo,
la tierra escabel,
b.
el mundo
se desató para mí una lene melodía, más allá del foso de los muros de
16
IV
a.
recrea,
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con tu boca de armonía de perfumados sotaventos
b.
mente y corazón!
cielos infrarrojos,
nos descubra con ustedes más cercanos, por el obrar inspirado del
termina encontrando las más raras, y por ellas las vende todas!;
y preservar…
elevarse…
c.
cotidiana marcha
desde los pisos bajos ascendiendo, las gentes poco a poco descendiendo,
Bajo esa armonía conocida donde se reflejan, aún aquí sólo presentidos
compás -
marcha,
otra cara:
nube cotidiana,
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mientras en los campos se debatían lujosas metrallas y achiltados cascos,
testimonio clamante
compatriotas!,
Mañana…
nocturnal.
casa,
alcanza,
sembraban,
esplendente,
transformadora hora,
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sobre las lívidas siluetas que conmovían, sobre los cuerpos que tiernos
reposan,
deshojados tilos
cofrades,
comunión
criatura cabe!
Magnánima!
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V
Espacio de la Experiencia,
paso
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hasta evidenciarlo en cualquier prodigado destino que encuentre para
su mensaje nido,
de El Protocelestial,
inunda, unido a la paternal Voz del Sol primero del que como hijo el
espíritu participa,
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los profundos recovecos
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VI
Que así,
fauno
alumbramiento
iluminada,
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Que sagradamente preparada,
alegre, transparente?
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cuando errantes escarlatas ya penetran las habitaciones, devenidos a
ilustres ardorosos,
lo galopante
de lo vívidamente acaecido,
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VII
Así
simplemente construida,
amar,
Tú en su espíritu, la Fuente
en el ruido debatida,
manera!
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para potenciar nuevamente las mentes hacia el Águila,
de Estrellas
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Segunda Semana
¿este es el Tiempo
susurrantes
El Tiempo
donde viran
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como barcos aquilinos
elevar,
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II
su consabido asunto!
en la marea Libre,
su renacer,
abastecer,
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III
a.
como es la tarea primera del Espíritu del Tiempo, que les espera y que
les llora,
olvidados
Para mostrar,
más,
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el camino inteligible hacia Tí, llama encendida de la Luz de lo
viviente…
luz permite.
b.
patria renovada…
vislumbra,
c.
No, no es menester…
51
IV
querido acompañante;
52
Para proyectar un feliz Diciembre con sus cariñosas comparsas
53
V
a.
Sangrante,
sin la fama que permea los anaqueles de racimos, las vitrinas que
deslumbran,
en la Noche de Bodas del Tiempo, que por ustedes espera, que ya les
deslumbra!
Humanidad!
mil infiernos,
Celeste,
que la victoria del Espíritu musita, como una angelical promesa, hacia un
¡Para los que untados del planeta desnudo, encarnaron un trepidante día!
b.
Hoy, por ello, es esa Noche de nuestra alma cual Luna Nueva,
c.
cuando allá, y sólo con su vida y la de los suyos en sus manos propias
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encontraron lo Pleno en una dolorosa y profusa hora,
sempiternamente ustedes,
pacientes,
su redimido corazón!
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Para los que respetaron la Vida aún desde sus despojadas manos;
¡para los que sin adorno abastecidos, entrevieron la pequeña abertura que
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VI
sempiterna
paciendo entre los sauces del Alto Sacrificio. Y sea al fin un pleno Cielo.
iluminando así formas más elevadas de nuestra jornada sobre esta tierra,
vecinamente resolviéndose,
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invitándonos, como a los primeros, a en nuestras obras ascender
¡la Eternidad!,
Celestiales
trascendentales compañías.
maneras:
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VII
bienaventurados,
divinamente inspirados
invitando
muy por encima de mi frugal humanidad, desde más allá de este mundo,
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Una suave y gentil Sinfonía
sangrante,
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ardorosos, atravesando valles de sueños mortales.
Así,
asombro, se alegra,
de los brios,
confín,
¡dichosa fatalidad!
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Tercera Semana
sino los Superiores Reales, los Celestiales Estelados, a las almas del
Por ello celebremos juntos, te invito a Ti, guardián de más cercano cielo
y sobretemporal también,
condición mestiza.
ardentías.
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Que cuando en los hombres haya frutecido lo Santo
Existente!
harto diferentes,
con la elíptica copa rebosante, como no puede ser de otra tan especial
manera,
dirección!,
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a la voluntad de Aquel que todo lo llamado a permanecer congrega, con
de redimidos,
cuyo propósito se ha de cumplir, por aquí aún - entre las veras esteladas -
para después,
visión prodigada,
la rueda de la Existencia,
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II
vergeles!
aflora un perdonar.
Esfera
lánguidas veredas.
mirarles!
a.
equinocciales,
¡Mira si no!: las causas allende los muros que nos rodean al despertar
los Sepulcros;
pueden percibir,
transformen,
bienvenida,
extranjeros,
esparcidos,
b.
Así
empezaron a reconocer
hasta que, ¡cántalo alma toda mía como en el primero de los días!,
la Victoria de lo Alto,
otoño tiñera!
c.
multicolores fuegos,
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Porque ya cayó la gota que rebasó el vaso, en la Tierra del Dolor,
humanoides ateridos,
propio,
80
IV
a.
toda vez que los labriegos en los distintos campos del espíritu humano
calladamente regocijados,
entrañablemente conmovidos
Inmortal,
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corros arrobados en desiertos afiebrados,
b.
y preñada enunciación,
el único estandarte,
Sea.
83
V
en un divino ascender,
jornadas
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Por ello espérame allí santamente, sólo después, oh amabilísimo Señor,
también
abrevado
fatiga,
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Que así se hace más grato volver, de largo viaje regresar, oh Ilustrísimo
Acompañante
de la Medianoche,
violín periclitados,
y augusta emergencia
Seguro será.
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VI
Parousía prometida,
consumada,
impelido eternamente,
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VII
humanidad entera!
bonifacio,
acendrado
en la gruta suspendida!
el puente reconstruyendo
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entre Cielo y tierra. Y equinocciales fueron, como sus frutos lo
mostraron.
abismales,
quehacer.
Aliento Culminador,
los que hasta las puertas del mismo infierno tuvieron que desembocar,
encendida,
el profuso brazo,
Mira que ella los alentaba, jóvenes y viejas, renovadas melenas, hacia
connatural ambiente!
Era la cuerda de las brillantes frentes trenzada con la del querer del
mismo Señor.
manifestación!
después,
palomas, y cantante
ocaso,
emerger definitiva,
fenomenal y esclarecedor,
ha agotado su alentar:
de esta Celestial Justicia yo canto, en las primicias: ¡oh qué dichosa Paz!
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preñada de pequeñas y grandes alegrías en la vera de los días, y del
camino
de la vía de la Paz.
Por eso hoy la flor de los poetas respira mejor. Hoy. Y se expande el
estro
Inmortal.
con su fruto.
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Datos del autor.
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