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Capítulo I
Capítulo I
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN A LA MORAL SEXUAL
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La sociología se distancia de la relación matrimonio — familia. Así la encuesta
Casen 2006 de Mideplan maneja una tipología que además incluye las familias
unipersonales y las familias formadas por convivientes, anulados o separados. En
este esquema, las parejas homosexuales también pretenden ser consideradas
familias.
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Cfr. Gaudium et Spes: 57-59.
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Cfr. V.S.12.
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3
Otro factor que hace difícil la tarea de establecer normas éticas para la
conducta sexual es el carácter polivalente de la sexualidad. Podemos
distinguir las dimensiones biológica, psicológica y sociológica de la
conducta sexual, las cuales se han hecho objeto de sendas ciencias
humanas. Sus conocimientos son indispensables para un adecuado
discernimiento ético. Antes de llegar a emitir juicios éticos sobre los
comportamientos sexuales es preciso adquirir un amplio conocimiento
acerca de la sexualidad en cada una de estas dimensiones. La moral
sexual, como también los otros ramos de la moral, requieren un trabajo
interdisciplinar muy intenso.
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Tony Mifsud, Moral de Discernimiento III; Una Reivindicación ética de la
Sexualidad. Santiago de Chile, 2002. Ed. San Pablo, pág 46.
5
M.Vidal, Moral de Actitudes segunda parte; Moral del Amor y de la Sexualidad.
Madrid, 1991. Ed. P.S. Pág. 13.
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5
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9
Carlos Oviedo Cavada, Moral, Juventud y Sociedad permisiva. Santiago de Chile,
1991. Ed. Salesianos, n.1.
10
O.C. n. 20. Cfr. Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana; Verdad y
Significado. 1995. En n.6 habla de una civilización enferma.
11
Jorge Hourton, Sexualidad, Familia, Divorcio. Santiago de Chile, 1994. Ed. San
Pablo.
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12
O.C. pág. 35.
13
O.C. pág. 28.
14
Eduardo López Azpitarte, Ética de la Sexualidad y del Matrimonio. Madrid, 1992.
Ed. Paulinas
15
O.C. pág. 33.
16
O.C. pág. 38.
17
Cfr. Tony Mifsud, Moral de Discernimiento III; Una Reinvindicación ética de la
Sexualidad. Santiago de Chile, 2002. Ed. San Pablo, pág. 229-233.
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Pero existe una razón mucho más poderosa: la ética es una condición
indispensable para el carácter humano de la conducta sexual. Sin duda,
las ciencias humanas son de gran interés para comprender la dimensión
sexual del hombre. La biología, la psicología, la sociología cultural y la
antropología han ampliado en gran medida nuestros conocimientos
acerca de esa realidad un tanto enigmática de los seres humanos. Pero,
cada una dentro de su campo, nos dan a conocer la realidad existente, el
“ser” de la sexualidad y de la conducta sexual. Para el carácter humano
de la sexualidad, hace falta algo más: entender el “deber ser” de ese
comportamiento sexual; ese es el terreno de la ética.
19
E. López Azpitarte, Ética de la Sexualidad y del Matrimonio. Madrid, 1992. Ed.
Paulinas, pág.114.
9
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20
Édouard Boné, ¿Es Dios una Hipótesis inútil? Santander, 2000. Ed. Sal Terrae,
pág. 109 y 111.
21
Cfr. M. Vidal, Moral de Actitudes II, segunda parte; Moral del Amor y de la
Sexualidad. Madrid, 1991. Ed. P.S. pág. 184.
22
Cfr. O.C. Pág. 117. También José Vico Peinado, Liberación sexual y Ética
cristiana. Madrid, 1999. Ed. San Pablo, pág. 23-25.
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4.1. Noción
25
G.S. 46.
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Damos aquí un tratamiento resumido al tema. Para mayor profundidad, consulte los
textos de moral fundamental. Por ejemplo: M. Vidal, Nueva Moral fundamental; un
Hogar teológico de la Ética. Bilbao, 2000. Ed. Desclee De Brouwer, pig. 913-976, Cfr.
Leonardo van Marrewijk, Moral fundamental; Para dar frutos en la caridad. Santiago,
2006. Ed. UCSH, pág 15-20.
27
D.V.7.
28
D.V.10.
29
Cfr. D.V. 10.
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30
G.S. 44.
31
Cfr. G.S. 4.
32
Cfr. G.S. 62.
33
Cfr. Fides et Ratio 68; G.S. 44 y 62.
34
Cfr. G.S. 62.
35
Cfr. G.S. 53-62.
36
Cfr. M. Vidal, Moral de Actitudes II, segunda parte; Moral del Amor y de la
Sexualidad. Madrid, 1991. Ed. P.S. pág. 11-93. T. Mifsud, Moral de Discernimiento
III; Una Reivindicación ética de la Sexualidad. Santiago de Chile, 2002. Ed. San
Pablo, pág. 25-108. E. López Azpitarte, Ética de la Sexualidad y del Matrimonio.
Madrid, 1992. Ed. Paulinas, pág. 11-75. A. Hortelano, Problemas actuales de Moral
II; La Violencia, el Amor y la Sexualidad. Salamanca, 1990. Ed. Sígueme, pág. 271-
414.
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O.C. Pág. 25.
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38
Etología: ciencia de la conducta animal.
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M.Vidal, Moral de Actitudes II, segunda parte; Moral del Amor y de la Sexualidad.
Madrid, 1991. Ed. P.S. pág. 23 Cfr. también T. Mifsud, Moral de Discernimiento III;
La Reinvindicación ética de la Sexualidad. Santiago de Chile, 2002. Ed. San Pablo,
pág. 31.
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40
Es ilustrativo el pequeño texto de José I. Gonzáles Faus, Sexo, Verdades y
Discurso eclesiástico. Maliaño (Cantabria), 1993. Ed. Sal Terrae, pag.7-15.
41
M.Vidal, Moral de Actitudes II, segunda parte; Moral del Amor y de la Sexualidad.
Madrid, 1991. Ed. P.S. pág. 32.
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En este campo psicológico, existe para todo hombre y mujer una tarea
ética importante: alcanzar una madurez personal suficiente, sin la cual
no es posible construir una relación equilibrada en la vida sexual.
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Cfr. Veritatis Splendor n.33.
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No todas las formas culturales son éticamente válidas, por extensa que
sea su práctica, ya que no siempre aportan a la configuración de la
persona. Es la difícil tarea de la moral analizar, criticar y valorar las
expresiones socio-culturales de la sexualidad y ofrecer propuestas de
corrección y criterios y normas de convivencia.
Nuestra cultura científica nos impide ver la sexualidad como una realidad
sacralizada. Pero no evita que también en nuestros tiempos existan
múltiples tabúes, mitos y ritos, que son manifestación de esa misteriosa
realidad de la sexualidad humana.
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T. Mifsud, Moral de Discernimiento III; Una Reivindicación ética de la Sexualidad.
Santiago de Chile, 2002. Ed. San Pablo, pág. 56.c
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