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Una ONDA es la propagación de una perturbación a través del espacio. Decimos que un
medio está perturbado o que está oscilando cuando una propiedad física del medio (la
altura, la presión, la densidad, la temperatura,…) varía con el tiempo.
En este capítulo estudiaremos fundamentalmente la onda asociada a medios
deformables o elásticos (ejemplos: las deformaciones en una cuerda, las ondas de
sonido, ondas en el agua, ...), desplazándose a través de este medio; a estas ondas las
denominaremos ONDAS MECÁNICAS. Existen ondas que para transmitirse no necesitan
un medio material, como las ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS que estudiaremos más
adelante.
En un movimiento ondulatorio las partículas que constituyen el medio no se propagan
con la perturbación sino que se limitan a transmitirla, para lo cual vibran alrededor de su
posición de equilibrio.
Por ejemplo, cuando tiramos una piedra en un estanque, se crean unas olas en la
superficie del agua. Estas ondas se mueven desde el punto de creación en círculos que
se expanden hasta que llega a la orilla del estanque. Si dejamos un corcho flotando, el
agua perturbada se moverá verticalmente y horizontalmente, pero no sufre un
desplazamiento neto. Y el agua que rodea el corcho se comporta de la misma forma. Es
decir, la ola se mueve del punto de origen a la orilla pero el agua no se traslada con ella.
Para iniciar una onda debemos aportar energía realizando trabajo mecánico. Siguiendo
con el ejemplo de la piedra en el estanque, cuando las olas alcanzan el corcho,éste se
mueve hacia arriba y hacia abajo ganando energía cinética. Es decir, tiene que haber
trasferencia de energía desde donde tiramos la piedra hasta donde se encuentra el
corcho. Lo que se propaga es el “estado del movimiento” y en consecuencia se transmite
la energía y la cantidad de movimiento, pero no la materia.
Una perturbación puede estar constituida por un solo PULSO aislado o varios
pulsos , denominado TREN DE ONDAS. Si la acción perturbadora es periódica,
definida o indefinidamente, el tren de ondas será una ONDA PERIODICA finita o
indefinida, respectivamente.
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Si agitamos el extremo de una cuerda que está tensada y que está fija en el otro
extremo, podemos generar un único pulso que viaja a lo largo de la cuerda con
una velocidad concreta que, como veremos más adelante, dependerá de la
tensión y de la masa por unidad de longitud de la cuerda. La cuerda es el medio
material a través del cual viaja el pulso.
Conforme avanza el pulso, cada elemento de la cuerda se desplaza en la
dirección perpendicular (transversal) a la dirección de propagación, pero no se
desplaza en la dirección de propagación.
Otro tipo de pulso es el que podemos encontrar al empujar brevemente un
muelle como el de la figura. Este movimiento crea una compresión de una zona
de las espiras que se va desplazando hacia donde las espiras están mas estiradas.
La dirección del desplazamiento de las espiras del muelle es paralela a la
dirección de la propagación de la zona comprimida.
Otras ondas que nos encontramos en la naturaleza son una combinación de
desplazamientos longitudinales y transversales, como las olas en la superficie de
aguas profundas.
Resumiendo, un movimiento ondulatorio es TRANSVERSAL cuando la dirección de
propagación de la onda (dirección en que se transmite la energía) es
perpendicular a la dirección de vibración de las partículas oscilantes, y
LONGITUDINAL cuando ambas direcciones coinciden.
Las ondas tridimensionales que viajan de un punto por debajo de la superficie
terrestre a lo largo de una falla donde ocurre el terremoto, son de los dos tipos,
longitudinales y trasversales. Cerca de la superficie, las ondas longitudinales
(ondas P) son mas rápidas (7‐8km/s) que las ondas transversales (ondas S), que
viajan a 4‐5km/s. Es decir, las ondas P (o primarias) llegan antes al sismógrafo. A
partir del intervalo de tiempo que tardan en llegar los dos tipos de ondas a los
sismógrafos, se puede localizar el epicentro del terremoto.
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Siguiendo con el modelo de un pulso en una cuerda, queremos encontrar la ecuación
que describa la altura de todos los puntos de la cuerda en todos los instantes, y = y (x, t).
La forma geométrica de un cierto pulso, se puede representar mediante la función
matemática f(x). Ésta se suele denominar patrón o perfil de onda. En general, describe
una posición trasversal o longitudinal (dependiendo del tipo de onda) para cada punto
del medio, x, en un cierto instante.
Si en el instante inicial y(x,0)=f(x), y el pulso se desplaza hacia la derecha con velocidad
v, en un instante posterior t el pulso se habrá desplazado una distancia vt. Cualquier
elemento del medio en x para el instante t tiene el mismo valor de la perturbación que
el elemento en x‐vt en el instante t=0: y(x,t)=y(x‐vt,0)=f(x‐vt).
Es decir, toda onda viajera que se desplace hacia el sentido positivo del eje x se puede
describir mediante la función de onda: y(x,t) =f(x‐vt). Análogamente, si la onda viaja
hacia la izquierda: y(x,t) =f(x+vt).
El caso más general será una combinación de ondas que viajen en ambos sentidos: y(x,t)
=f(x‐vt)+g(x+vt).
Onda periódica es una onda que se repite, que podemos conseguir si agitamos el
extremo de una cuerda tensa con un movimiento repetitivo. Entre las ondas
periódicas es especialmente relevante el caso de las ondas sinusoidales porque
cualquier otra onda periódica puede expresarse como combinación de ondas
sinusoidales.
Con un movimiento armónico simple (M.A.S.) al extremo de una cuerda tensa
podemos obtener una onda con un patrón de onda sinusoidal como el de la
figura. Cada uno de los puntos de la cuerda se mueve hacia arriba y hacia abajo
describiendo a su vez un MAS. (Cuidado: éste es el movimiento de las partículas
o elementos del medio; es importante distinguir entre el movimiento de las
partículas del medio y el movimiento de la onda.)
Veamos algunas definiciones importantes: La figura muestra la forma de la onda
para un cierto instante de tiempo. Los puntos más altos y bajos se denominan
crestas y valles, respectivamente. La máxima perturbación respecto de su estado
de equilibrio se denomina amplitud de la onda, A.
La distancia entre dos crestas (o dos puntos con la misma perturbación) se
denomina longitud de onda, λ. De forma que el patrón de onda se repite cada λ,
y la función sinusoidal se puede reescribir convenientemente, para reflejar esta
periodicidad espacial: y(x,t)=Asen((2πλ)(x‐vt))
El periodo, T, es el intervalo de tiempo requerido para que un punto pase por
todo el patrón de ondas completo. Coincide con el período del MAS que describe
cada uno de los elementos del medio.
La longitud de onda, λ, es la distancia que recorre la perturbación durante un
período. Por lo que la razón entre longitud de onda y periodo es precisamente la
velocidad de propagación de la onda, v que depende únicamente de las
propiedades del medio.
La frecuencia, f, de una onda periódica es el número de crestas (o cualquier otro
punto del patrón de onda) que pasa por un punto determinado en un segundo.
Es decir, el inverso del periodo.
Resulta conveniente expresar la función de onda a partir de la frecuencia angular
y el número de onda.

En general y(x,t) = A sen(kx – t + )

Donde  es la fase inicial de la función de ondas que dependerá de cómo se


elija origen de tiempos.
Conocida la función de onda, que nos da la información de la perturbación
(respecto a la posición de equilibrio), podemos determinar la velocidad y la
aceleración que lleva cada uno de los elementos del medio.
Dado que la dependencia de la función de onda con la posición es muy similar
podemos encontrar una relación entre la segunda derivada de la función de
onda respecto del tiempo y de la posición.
Operando y teniendo en cuenta que 2/k2=v2, se obtiene una ecuación
diferencial que se denomina ECUACION DIFERENCIAL DE ONDA.
Siempre que obtengamos la ecuación diferencial de onda, sabemos que la
perturbación puede propagarse como onda a lo largo del eje x con una velocidad
v.
Se puede demostrar que toda onda cumple la ecuación diferencial de onda, sea
periódica o no, sea longitudinal o transversal.
De forma análoga a lo que ocurría cuando teníamos MAS aislados o puntuales, en los
sistemas continuos, cuando la resultante de la fuerzas sea proporcional a la segunda
derivada de la perturbación con el tiempo, podremos llegar a la ecuación diferencial del
movimiento ondulatorio y en consecuencia, la solución será una onda.

La diapositiva muestra la descripción matemática de una onda sinusoidal que se


propaga con velocidad v a lo largo del eje OX sin distorsión: y(x,t) = A sen(kx  wt + 0)
siendo 0 la fase inicial de la onda. Esta función es válida para las partículas del medio
que realizan un movimiento armónico simple (MAS) respecto a su posición de equilibrio:
Cada punto x del medio oscila con frecuencia angular  y amplitud A. El argumento de
la función sinusoidal se denomina fase de la onda .
Si la propagación tiene lugar en el espacio tridimensional, la ECUACIÓN DE ONDAS
queda como se indica arriba.
Se denomina frente de onda o superficie de onda al lugar geométrico de los puntos del
medio que son alcanzados en un mismo instante por una determinada onda. Dada una
onda propagándose en el espacio o sobre una superficie, los frentes de onda pueden
visualizarse como superficies o líneas que se desplazan a lo largo del tiempo alejándose
de la fuente sin tocarse.
En un medio isótropo, las ondas producidas por un foco o fuente (F) se propagan
alejándose de dicho punto de forma radial. Los frentes de onda son esféricos
(concéntricos con la fuente).
Cuando las distancias a la fuente sean grandes comparadas con la longitud de onda de la
perturbación, podemos considerar planos a los frentes de onda y las partículas del
medio que estén contenidas en un plano perpendicular a la dirección de propagación de
la onda estarán en idénticas condiciones de movimiento, o lo que es lo mismo “se
encuentran en fase”.
Ejemplo: La luz que viene del sol (son ondas electromagnéticas) tiene forma de onda
plana cuando llega a la tierra (es lo que se conoce como aproximación de onda plana,
como veremos en el tema 6).
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En particular, volviendo al caso de un pulso en una cuerda, si nos centramos en un
elemento de la cuerda. ¿Qué fuerza es la que hace que se mueva y que vaya adoptando
la forma del pulso?: Se trata de la tensión, que como veremos es uno de los parámetros
que determinará la velocidad de propagación del pulso, junto con la masa por unidad de
longitud.
Suponga que una onda viajera se propaga a lo largo de una cuerda que está bajo una
tensión T. Considere un pequeño elemento de cuerda de masa m, su movimiento vendrá
determinado por la 2ª Ley de Newton. Si definimos la densidad lineal de masa,  como
la masa por unidad de longitud, entonces la masa del elemento de cuerdas será m= μx,
donde x, es la longitud del elemento. Los extremos del elemento de cuerda forman
pequeños ángulos Ay B con el eje x. Si despreciamos la contribución de la fuerza
gravitatoria y consideramos que la cuerda no se deforma elásticamente (no se estira) o
que si se estira lo hacen por igual todos los elementos de la cuerda, podemos expresar
la fuerza neta Fy que actúa sobre el elemento en la dirección vertical como se indica en
la diapositiva.
Para desplazamientos pequeños, tendremos ángulos pequeños y podremos aproximar el
seno a la tangente y obtener la relación entre la resultante y las pendientes en cada uno
de los extremos del elemento de la cuerda.

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Sustituyendo en la segunda ley de Newton, y tomando el límite cuando las dimensiones
del elemento de cuerda tienen a cero, nos queda la ecuación diferencial de ondas, de
donde2se deduce la velocidad de propagación de las ondas transversales v.
T y  y 2

 x 2 t 2
T
v



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Si el extremo está sujeto a un soporte rígido se dice que es un extremo fijo, que no
puede moverse. La onda incidente ejerce una fuerza sobre el soporte, la reacción a esta
fuerza (3ª ley de Newton), crea un pulso u onda reflejada que viaja en dirección opuesta.
En la figura se muestra una serie de fotografías de la reflexión de un pulso en el extremo
fijo. El pulso reflejado se mueve en dirección opuesta a la del pulso incidente y el
sentido de su desplazamiento también es opuesto.
Cuando un pulso llega a la pared, la cuerda tira de la pared y, como consecuencia de la
tercera ley de Newton, la pared tira de la cuerda en sentido opuesto. Es decir, la fuerza
que ejerce la pared sobre el elemento de la cuerda que está en extremo fijo es la
tensión que recibe cualquier elemento de la cuerda cuando es alcanzado por el pulso
pero con signo opuesto. Está por tanto generando otro pulso con la perturbación en
sentido contrario, y viajando en dirección opuesta.
Dicho de otra forma, la formación del pulso reflejado es similar a la superposición de dos
pulsos que viajan en direcciones opuestas y en los que la perturbación tiene sentido
contrario, de forma que en la posición del extremo fijo la suma de ambos
desplazamientos se anule.
La situación opuesta es un extremo libre que puede moverse sin resistencia en la
dirección perpendicular a longitud de la cuerda.
Por ejemplo, la cuerda está atada a una anilla ligera que se desliza sin fricción en un
poste perpendicular a la cuerda. La anilla y el poste mantienen la tensión pero no
ejercen una fuerza transversal. En cualquier caso la tensión tiene que ser paralela a la
cuerda, por lo que la cuerda permanecerá horizontal en el extremo de la anilla. Es decir,
la pendiente de la función de onda que dibuja la cuerda, tiene que ser cero en el
extremo libre, para cualquier instante de tiempo.
Alcanza un desplazamiento máximo, se detienen momentáneamente y vuelve a bajar,
produciendo un pulso reflejado que se dirige en la dirección opuesta al pulso incidente.
La fuerza que ejerce la anilla sobre el elemento de la cuerda que está en el extremo
compensa únicamente la componente horizontal de la tensión que recibe de la parte
izquierda, de forma que la anilla subirá mientras el pulso incidente esté ascendiendo y
bajará cuando empiece a bajar. La fuerza que ejerce la anilla genera otro pulso que viaja
en sentido opuesto, pero que mantiene la dirección de la perturbación.
En el instante en el que la máxima amplitud del pulso incidente alcanza el extremo libre,
el pulso reflejado también, por lo que el desplazamiento del extremo libre que es la
suma de ambos, será dos veces la amplitud del pulso incidente.
El que la fuerza de la anilla no tenga componente vertical, se traduce en que la
componente perpendicular de la tensión y por tanto la pendiente de la perturbación se
anule en el extremo libre.
Considere una situación en la que la frontera es intermedia entre el extremo fijo y el
extremo libre. Parte de la energía en el pulso incidente se refleja y parte se transmite, es
decir pasa a través de la frontera. Por ejemplo una cuerda ligera se une a una cuerda
más pesada como en la figura. Cuando el pulso viaja sobre la cuerda ligera y alcanza la
frontera entre las dos cuerdas parte del pulso se refleja y parte se transmite a la cuerda
más pesada. La velocidad de propagación será distinta en ambos tramos, siendo la
velocidad más pequeña en la cuerda más pesada.
Para que la cuerda no se rompa, la altura a ambos lados de la frontera tiene que ser la
misma.
Por otra parte, la tensión es siempre paralela a la cuerda, y por tanto la tangente del
ángulo que forma con la horizontal, es la derivada parcial (respecto de la posición) de la
función de onda que dibuja la cuerda. Además, la tensión que ejerce la cuerda gruesa
sobre la cuerda delgada tiene que ser igual y antiparalela a la tensión que ejerce la
cuerda delgada sobre la gruesa (3ª Ley de Newton). Por tanto, la derivada parcial
(respecto de la posición) de la función de onda a ambos lados del punto de contacto
tiene que ser la misma.
Estas son las condiciones de frontera de las que podemos deducir que el pulso reflejado
se invierte, y que tiene una amplitud menor que el pulso incidente ya que la energía se
ha repartido entre el pulso transmitido y reflejado.
Si dos o más ondas se mueven a través de un medio, el valor resultante de la función de
onda en cualquier punto es la suma algebraica de los valores de las funciones de onda
individuales.
En consecuencia dos ondas viajeras pueden pasar una a través de la otra sin destruirse
ni alterarse.
Matemáticamente este principio es consecuencia de que la ecuación de onda es lineal,
es decir sólo aparece la primera potencia de y(x,t). Por tanto si dos funciones y1(x,t) e
y2(x,t) son soluciones de la ecuación de onda, también lo será su suma. Algunos sistemas
físicos, como en un medio que no obedece la ley de Hooke, la ecuación de onda no es
lineal y el principio no se cumple.
El principio de superposición es muy importante para todo tipo de ondas, considere el
caso de las ondas sonoras y cómo podemos distinguir la voz de un amigo del sonido
emitido por un equipo de música aunque estén emitiendo simultáneamente.
Un caso sencillo es el de dos pulsos viajando en una cuerda tensa en direcciones
opuestas, y cuyo desplazamiento es en el mismo sentido (figura de la izquierda), se
observa que al cruzarse suman sus efectos, conservando posteriormente su forma
original.
Si los pulsos son de sentido contrario (es decir que la perturbación tiene el signo
distinto) cuando interfieren tienden a anularse, la anulación es completa cuando las
formas son idénticas.
Cuando la onda incidente es una onda sinusoidal, la interferencia de la onda incidente y
reflejada que se propagan en sentido contrario produce las ONDAS ESTACIONARIAS. Se
llaman estacionarias porque parecen no avanzar, ya que el patrón de la onda se forma y
se deshace alternativamente permaneciendo siempre en el mismo lugar.
Como veremos el punto fijo en la pared es un nodo de la onda estacionaria. Mientras
que si el extremo es libre, corresponde a un antinodo de la onda estacionaria.
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La superposición de dos ondas sinusoidales idénticas que viajan en sentidos opuestos
resulta en una onda estacionaria cuya función de onda será la suma y1(x,t)+y2(x,t).
Utilizando la igualdad: sen(a)+sen(b)=2sen((a+b)/2)cos((a‐b)/2)
podemos deducir la expresión de la onda resultante. Notar que se ha separado la
dependencia con la posición y con el tiempo. Cada elemento del medio oscila con un
MAS con la misma frecuencia angular . Mientras que la amplitud de un elemento
depende de su ubicación x. Se llaman NODOS a los puntos de amplitud cero y
ANTINODOS o vientres a los lugares de máxima amplitud.
Si tomamos el origen de la coordenada x de forma que haya un nodo en x=0, entonces:
‐ el desplazamiento es cero en aquellos puntos (nodos) en los que sen(kx)=0, lo cual
ocurre cuando: x  λ λ λ, etc… = n λ con n=0,1,2,3, etc… (llamamos λ=lambda)
‐ la amplitud adquiere el valor máximo 2A en los puntos (antinodos) tales que:
sen(kx)=1 => x λ λ, 5λ…  nλ con n=1,3,5,…
En cualquier caso, la distancia entre antinodos consecutivos es igual a la distancia entre
nodos consecutivos, igual a λ/2.
Considere una cuerda de longitud L fija en ambos extremos, en x=0 y en x=L. La
condición de frontera será que necesariamente el desplazamiento cero en los dos
extremos. Es decir, son nodos por definición.
En consecuencia sen(kL)=0, y por tanto sólo las ondas con longitudes de ondas λ=2L/n
crean ondas estacionarias. De la misma forma no todas las frecuencias están permitidas,
sólo las frecuencias naturales asociadas a los modos de oscilación que se obtienen de la
relación fn=v/λn=nv/2L donde n=1, 2, 3,…
La frecuencia más baja que permite tener una onda estacionaria, f1=v/2L, se denomina
frecuencia fundamental o primer armónico.
La reflexión en un extremo libre, aunque un poco artificiosa en el caso de una cuerda, es
una aproximación muy razonable de lo que le ocurre a una onda de sonido al encontrar
una abertura al final de un tubo, como ocurre un órgano.
En el caso de que la onda incidente sea sinusoidal, el resultado de la reflexión en un
extremo libre es una onda estacionaria, en la cual la derivada (parcial respecto de la
posición) de la función de onda se hace cero en el extremo. En consecuencia cos(kL)=0,
y por tanto el extremo libre es un antinodo de la onda estacionaria.
Además sólo las ondas con longitudes de ondas λn=4L/(2n+1) crean ondas estacionarias.
De la misma forma, sólo están permitidas las frecuencias naturales asociadas a los
modos de oscilación que se obtienen de la relación fn=v/λ=(2n+1)v/4L donde n=0,1,2,…
Por último, si ambos extremos están libres, llegamos al mismo resultado que para el
caso de los dos extremos fijos.
Cuando pulsamos la cuerda de una guitarra, la forma de la cuerda desplazada no
coincide con el patrón de ninguno de los modos normales. Sin embargo,
sabemos que la cuerda oscila y se mantiene durante cierto tiempo una onda
estacionaria.
El motivo es que el patrón de onda que hemos creado en la cuerda se puede
descomponer en varios armónicos: en concreto, en la figura se representan el
fundamental, el segundo y tercer armónico, cada uno con una cierta amplitud. La
suma de las tres contribuciones corresponde de forma muy ajustada al perfil
original.
El contenido en armónicos (distintos del fundamental) determinan el timbre, es
decir porqué suene distinto una cuerda de piano de una de guitarra aunque
correspondan a la misma nota (determinada por la frecuencia fundamental).
Vamos a estudiar el caso de dos ondas de distintas frecuencias propagándose
simultáneamente en el mismo medio. Consideremos que las dos ondas tienen igual
amplitud, y viajan en el sentido positivo del eje x, con frecuencias 1 y 2 y números de
onda k1 y k2.
Aplicando el principio de superposición y operando encontramos que la función de onda
resultante es el producto de dos términos, que se van a propagar cada uno como una
onda viajera, aunque con distinta velocidad.
La figura representa la forma típica de esta función: la onda resultante está formada por
grupos o paquetes de ondas individuales separados por puntos de amplitud nula. Estos
grupos de ondas se denominan pulsaciones o batidos.
Los batidos, viajan con la envolvente que está descrita por la expresión:
2Acos (Δt‐ Δkx)
Y como hay dos batidos en cada periodo de la envolvente, la frecuencia con la que llegan
los pulsos a un cierto punto será fbatidos=2(Δ)f1‐f2
Los batidos progresan a lo largo del eje X con una velocidad llamada velocidad de grupo,
que no coincide necesariamente con la velocidad con la que se mueve un punto de fase
determinada. La importancia de ésta velocidad de grupo radica en que en un
movimiento ondulatorio la energía es proporcional al cuadrado de la amplitud y, por
tanto, la velocidad de transmisión de energía es la velocidad de grupo.
Las velocidades de fase y de grupo son iguales en un medio no dispersivo, en el que la
velocidad de fase de cada onda no depende de su longitud de onda.
EJEMPLO: aplicación en ondas sonoras (lo veremos más adelante).
Si se golpean dos barras de un xilófono, una que emite f1 = 440 Hz (LA) y otra que emite
f2 = 438 Hz se producirán dos oscilaciones de volumen discernibles por segundo: esto es
debido a que la frecuencia de batido ( o pulso) fb= f1‐f2 = 2 Hz y el periodo de oscilación
del volumen es Tb = 0.5 s.
Utilidad pulsos : afinación de instrumentos.

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Si la propagación tiene lugar en el espacio tridimensional, la ECUACIÓN DE ONDAS
queda como se indica arriba.
Se denomina frente de onda o superficie de onda al lugar geométrico de los puntos del
medio que son alcanzados en un mismo instante por una determinada onda. Dada una
onda propagándose en el espacio o sobre una superficie, los frentes de onda pueden
visualizarse como superficies o líneas que se desplazan a lo largo del tiempo alejándose
de la fuente sin tocarse.
En un medio isótropo, las ondas producidas por un foco o fuente (F) se propagan
alejándose de dicho punto de forma radial. Los frentes de onda son esféricos
(concéntricos con la fuente).
Cuando las distancias a la fuente sean grandes comparadas con la longitud de onda de la
perturbación, podemos considerar planos a los frentes de onda y las partículas del
medio que estén contenidas en un plano perpendicular a la dirección de propagación de
la onda estarán en idénticas condiciones de movimiento, o lo que es lo mismo “se
encuentran en fase”.
Ejemplo: La luz que viene del sol (son ondas electromagnéticas) tiene forma de onda
plana cuando llega a la tierra (es lo que se conoce como aproximación de onda plana,
como veremos en el tema 6).
Para poder producir un movimiento ondulatorio se necesita aplicar una fuerza a una
porción del medio, que se mueve y transmite este estado de movimiento por el medio.
Se efectúa así trabajo mecánico sobre el sistema. Al propagarse la onda cada porción del
medio ejerce una fuerza y realiza trabajo sobre la porción adyacente. De esta forma la
onda transporta energía de una región del espacio a otra.
Considere un pulso que viaja hacia la derecha por una cuerda tensa y alcanza un cierto
elemento de la cuerda. La cuerda a la izquierda ejerce una fuerza T. El trabajo realizado
por esta fuerza será la energía mecánica que adquiere el elemento de cuerda. Y la
potencia, o rapidez de transferencia de energía vendrá dado por el producto escalar de
la fuerza neta por la velocidad.
Esta potencia instantánea depende de las derivadas de la función de onda con la
posición y con el tiempo.
Para el caso particular de una onda sinusoidal, dada su función de onda, podemos
determinar la potencia instantánea y potencia media. Encontramos que la potencia o
rapidez de transferencia de energía de cualquier onda sinusoidal es proporcional al
cuadrado de la frecuencia angular y al cuadrado de la amplitud.
Para poder producir un movimiento ondulatorio se necesita aplicar una fuerza a una
porción del medio, que se mueve y transmite este estado de movimiento por el medio.
Se efectúa así trabajo mecánico sobre el sistema. Al propagarse la onda cada porción del
medio ejerce una fuerza y realiza trabajo sobre la porción adyacente. De esta forma la
onda transporta energía de una región del espacio a otra.
Considere un pulso que viaja hacia la derecha por una cuerda tensa y alcanza un cierto
elemento de la cuerda. La cuerda a la izquierda ejerce una fuerza T. El trabajo realizado
por esta fuerza será la energía mecánica que adquiere el elemento de cuerda. Y la
potencia, o rapidez de transferencia de energía vendrá dado por el producto escalar de
la fuerza neta por la velocidad.
Esta potencia instantánea depende de las derivadas de la función de onda con la
posición y con el tiempo.
Para el caso particular de una onda sinusoidal, dada su función de onda, podemos
determinar la potencia instantánea y potencia media. Encontramos que la potencia o
rapidez de transferencia de energía de cualquier onda sinusoidal es proporcional al
cuadrado de la frecuencia angular y al cuadrado de la amplitud.
Para poder producir un movimiento ondulatorio se necesita aplicar una fuerza a una
porción del medio, que se mueve y transmite este estado de movimiento por el medio.
Se efectúa así trabajo mecánico sobre el sistema. Al propagarse la onda cada porción del
medio ejerce una fuerza y realiza trabajo sobre la porción adyacente. De esta forma la
onda transporta energía de una región del espacio a otra.
Considere un pulso que viaja hacia la derecha por una cuerda tensa y alcanza un cierto
elemento de la cuerda. La cuerda a la izquierda ejerce una fuerza T. El trabajo realizado
por esta fuerza será la energía mecánica que adquiere el elemento de cuerda. Y la
potencia, o rapidez de transferencia de energía vendrá dado por el producto escalar de
la fuerza neta por la velocidad.
Esta potencia instantánea depende de las derivadas de la función de onda con la
posición y con el tiempo.
Para el caso particular de una onda sinusoidal, dada su función de onda, podemos
determinar la potencia instantánea y potencia media. Encontramos que la potencia o
rapidez de transferencia de energía de cualquier onda sinusoidal es proporcional al
cuadrado de la frecuencia angular y al cuadrado de la amplitud.
Para poder producir un movimiento ondulatorio se necesita aplicar una fuerza a una
porción del medio, que se mueve y transmite este estado de movimiento por el medio.
Se efectúa así trabajo mecánico sobre el sistema. Al propagarse la onda cada porción del
medio ejerce una fuerza y realiza trabajo sobre la porción adyacente. De esta forma la
onda transporta energía de una región del espacio a otra.
Considere un pulso que viaja hacia la derecha por una cuerda tensa y alcanza un cierto
elemento de la cuerda. La cuerda a la izquierda ejerce una fuerza T. El trabajo realizado
por esta fuerza será la energía mecánica que adquiere el elemento de cuerda. Y la
potencia, o rapidez de transferencia de energía vendrá dado por el producto escalar de
la fuerza neta por la velocidad.
Esta potencia instantánea depende de las derivadas de la función de onda con la
posición y con el tiempo.
Para el caso particular de una onda sinusoidal, dada su función de onda, podemos
determinar la potencia instantánea y potencia media. Encontramos que la potencia o
rapidez de transferencia de energía de cualquier onda sinusoidal es proporcional al
cuadrado de la frecuencia angular y al cuadrado de la amplitud.
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Los sonidos que percibimos en el oído son ondas longitudinales que se propagan en el
aire. Las ondas sonoras también se propagan en líquidos y sólidos. En los sólidos
pueden existir ondas sonoras tanto longitudinales como transversales, incluso ondas
más complejas. Aunque en este curso nos limitaremos a los casos más simples de ondas
longitudinales.

Aunque las ondas sonoras se propagan en todas direcciones a partir de la fuente de


sonido, con una amplitud que depende de la dirección y la distancia de la fuente,
consideraremos por ahora el caso idealizado de una onda sonora unidimensional, que se
propaga en la dirección +x.

Tanto el oído humano como micrófonos y dispositivos similares perciben las ondas
sonoras como variaciones de presión. La figura animada muestra una variación de
presión que se propaga por un fluido encerrado en un cilindro. Es posible describir la
misma onda con ayuda de los desplazamientos longitudinales de las diferentes partes
del medio. A continuación estudiaremos ambas descripciones desde el punto de vista
matemático, así como la relación entre ellas.

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Comencemos por la descripción de los desplazamientos longitudinales. Si la onda es
senoidal podemos describirla usando la función de ondas

y(x,t)=A cos (kx‐ωt),

donde A es la máxima amplitud de desplazamiento. Recuerde que, en una onda


longitudinal, los desplazamientos son paralelos a la dirección de propagación, así que las
distancias x e y se miden paralelas entre sí, no perpendiculares, como en las ondas
transversales.

Si, por otra parte, tenemos en cuenta las variaciones de presión de una onda sonora en
el aire, la presión fluctúa por encima y por debajo de la presión atmosférica, pa, con la
misma frecuencia con que vibran las partículas en el aire.

Estudiemos ahora la relación entre las ondas de desplazamiento y las ondas de presión.
Sea p(x,t) la presión manométrica, es decir la diferencia entre la presión absoluta y la
presión atmosférica normal, pa.

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Para comprender el vínculo entre la fluctuación de presión p(x,t) y el desplazamiento
y(x,t) en una onda sonora que se propaga en la dirección +x, considere un cilindro
imaginario de un material dado (sólido, líquido o gas) con área de sección transversal S y
su eje a lo largo de la dirección de propagación.
Si la onda sonora no está presente, el cilindro tiene longitud ∆x y volumen V=S∆x
(volumen sombreado en azul en la figura).
Si la onda está presente, el extremo del cilindro que estaba en x tiene un
desplazamiento al tiempo t dado por y1=y(x,t), y el extremo que estaba en x+∆x se
desplaza y2=y(x+ ∆x,t); esto se indica en la figura con líneas rosas.
Si y2>y1 como en la figura, el volumen aumenta, originando una disminución de presión.
Si y2<y1 el volumen disminuye y aumenta la presión. Si y2=y1 el cilindro se ha desplazado
a la izquierda o la derecha; no hay cambio de volumen ni fluctuación de la presión. Por
tanto, la fluctuación de presión depende de la diferencia entre los desplazamientos de
puntos vecinos del medio.

51
En el límite en que ∆x→0, el cambio fraccionario de volumen es dV/V=∂y(x,t)/∂x. Este
cambio se relaciona con la fluctuación de presión mediante el módulo de volumen B
que, por definición, es B=‐p(x,t)/(dV/V). Despejando p(x,t)=‐B ∂y(x,t)/∂x. El signo
negativo se debe a que, cuando ∂y(x,t)/∂x es positivo, el desplazamiento es mayor en
x+∆x que en x, lo cual implica un aumento de volumen y una disminución de la presión.

Al evaluar ∂y(x,t)/∂x para la onda de desplazamiento senoidal, vemos que


p(x,t)=BkAsen(kx‐ωt).

La presión máxima de la onda es pmáx=BkA. Esta magnitud no sólo depende de la


amplitud A sino también de la longitud de onda, k=2π/λ. Las ondas de longitud de onda
λ más corta tienen mayores variaciones de presión, para una amplitud dada, porque los
máximos y mínimos están más cerca unos de otros. Un medio con un módulo de
volumen B grande requiere una amplitud de presión relativamente grande, para una
amplitud de desplazamiento dada, porque B grande implica un medio menos
compresible, es decir, que requiere un mayor cambio de presión para un cambio dado
de volumen.

52
Comparemos nuevamente los perfiles de y(x,t) y p(x,t) para una onda senoidal en t=0. Si
bien y(x,t) y p(x,t) describen la misma onda, estas funciones están desfasadas un cuarto
de ciclo; en un instante dado, el desplazamiento es máximo donde la fluctuación de
presión es cero, y viceversa. En particular, observe que las compresiones (puntos de
máxima presión y densidad) y las expansiones (puntos de mínima presión y densidad)
son puntos de cero desplazamiento.

Tenga presente que las gráficas de la figura muestran el perfil de la onda en un solo
instante. Dado que la onda se está propagando en la dirección +x, al paso del tiempo los
perfiles de y(x,t) y p(x,t) se desplazan a la derecha con la misma rapidez v=ω/k. Por lo
tanto, las posiciones de las compresiones y expansiones también se desplazan a la
derecha con la misma rapidez. Las partículas, en cambio, simplemente oscilan en
movimiento armónico simple, como se indica en la figura.

53
Para el cálculo de la velocidad de propagación de una perturbación longitudinal en el
interior de un fluido, supondremos que está encerrado en el interior de un tubo
indefinido por un lado y cerrado por un pistón por el otro, como en la figura.
En el equilibrio, el fluido está sometido a una presión p0, tiene una densidad que
llamaremos ρ y se encuentra a temperatura constante; en estas condiciones
provocamos un aumento local de la presión moviendo el pistón hacia la derecha.
Considere un elemento de fluido con forma de disco delgado, cuyas caras planas sean
paralelas al pistón en la figura. El elemento de fluido tiene un grosor Δx en la dirección
horizontal y un área de sección transversal A, de modo que su volumen inicial es V=AΔx,
y su masa m=ρV=ρAΔx .
El módulo de compresibilidad (B) nos permite obtener la variación de presión en el
elemento de fluido como una función de su cambio de volumen. Relacionando, como
hicimos antes, el cambio fraccionario de volumen con la derivada parcial de la amplitud
de los desplazamientos y(x,t) respecto a x, podemos obtener la ecuación diferencial de
onda y deducir la velocidad de propagación de una onda sonora en un fluido.
En el caso de un gas, la propagación de las ondas sonoras se realiza por medio de
compresiones y dilataciones adiabáticas que cumplen la condición: paVγ = cte, siendo pa
= presión absoluta, V = volumen y γ = Cp /Cv (capacidades caloríficas molares a presión y
a volumen constante, respectivamente). Tomando logaritmos neperianos y
diferenciando, resulta:

ln(pa)+γln(V)=cte
dpa/pa+ γ dV/V =0

Por tanto, el módulo de compresibilidad adiabático es: B= γpa. Teniendo en cuenta le


ecuación de los gases ideales, pa= nRT/V => pa = rRT/M (r = densidad del gas, M = masa
molecular), la velocidad de propagación queda como muestra la transparencia

55
v

Este ejemplo no muestra la importancia de la expresión para la ecuación de la velocidad


del sonido en los gases ideales. Los valores típicos para la atmósfera estándar a nivel del
mar son los siguientes:
R = 8.314 J/mol∙K = 8.314 kg∙m2/mol∙K∙s2
T = 293.15 K (20 °C)
M = 0.029 kg/mol para el aire

Si suponemos que el aire es un gas diatómico, compuesto por un 20% de O2 y un 80% de


N2, obtenemos que γ = 1.4. Este resultado es una buena aproximación a los valores
medidos experimentalmente. Obtenemos una velocidad de 344 m/s.

Como el helio es un gas monoatómico con una mayor masa molar, la velocidad del
sonido en el He es casi tres veces la velocidad del sonido en el aire. Dado que la
frecuencia fundamental de una cavidad llena de gas es proporcional a la velocidad del
sonido en el gas. Si se inhala He las frecuencias de resonancia de las cuerdas vocales
son más altas.
El sonido puede propagarse en sólidos, líquidos y gases. La velocidad de propagación de las ondas sonoras,
v, depende de las características del medio. Sin embargo, en cualquiera de estos medios, v es
directamente proporcional a la raíz cuadrada de la fuerza de restitución que regresa el sistema al
equilibrio, e inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la inercia que se opone al retorno al
equilibrio.
Resumamos brevemente lo que ya hemos visto para la propagación de ondas sonoras en estos medios:
Fluidos. Una onda sonora provoca compresiones y expansiones en el volumen del fluido, como discutimos
antes, de modo que el término de fuerza se relaciona con la facilidad para comprimir al fluido. Este
comportamiento es caracterizado por el módulo de volumen del medio B=‐p/(dV/V). La inercia del fluido
se describe por la densidad de masa, ρ. He visto antes que la velocidad de propagación es v=(B/ρ)1/2.
Sólidos. Si una onda longitudinal se propaga en una varilla o barra sólida, hemos visto anteriormente que,
la rapidez de la onda viene dada por v=(Y/ρ)1/2, donde Y es el módulo de Young. Es importante aclarar que
esta ecuación es válida sólo para una varilla, cuyos lados pueden arquearse y encogerse libremente al
viajar la onda; no es válida para ondas longitudinales en un gran volumen, ya que aquí el movimiento
lateral de cualquier elemento es impedido por el material circundante.
Gases. En el caso de un gas, la propagación de las ondas sonoras se realiza por medio de compresiones y
dilataciones adiabáticas que cumplen la condición: paVγ = cte, siendo pa = presión absoluta, V = volumen y
γ = Cp /Cv (capacidades caloríficas molares a presión y a volumen constante, respectivamente). Tomando
logaritmos neperianos y diferenciando, resulta:

ln(pa)+γln(V)=cte
dpa/pa+ γ dV/V =0

Por tanto, el módulo de compresibilidad adiabático es: B= γpa. Teniendo en cuenta le ecuación de los
gases ideales, pa= nRT/V => pa = RT/M (= densidad del gas, M = masa molecular), la velocidad de
propagación queda como muestra la transparencia
Casi todas las ondas sonoras que escuchamos se propagan en el aire. Si queremos usar la velocidad del
propagación de las ondas en los fluidos debemos tener en cuenta que el módulo de volumen depende de
la presión en equilibrio del gas, B=γp0, donde γ=Cp/Cv es la relación entre las capacidades caloríficas que
estudiamos en termodinámica. Además, la razón p0/ρ es función de la temperatura. Para un gas ideal
tendremos p0/ρ=RT/M, donde M es la masa molar del gas. Por tanto, v =(γRT/M)1/2. Esta expresión es
idéntica a la expresión para la rapidez media molecular. Esto demuestra la íntima relación entre ambas
magnitudes.
En la tabla se muestran velocidades típicas en los diferentes medios.

57
La figura muestra una columna de gas con un extremo abierto y otro cerrado, donde hay
una onda estacionaria. Un partícula en un nodo de desplazamiento (N) no se mueve;
mientras que una partícula en un antinodo de desplazamiento (A) oscila con amplitud
máxima.
Cuando hay reflexión en un extremo cerrado de un tubo (con una barrera o tapón
rígido), el desplazamiento de las partículas en ese extremo siempre debe ser cero, como
en el extremo fijo de una cuerda. Así, el extremo cerrado del tubo es un nodo de
desplazamiento y un antinodo de presión; las partículas no se mueven, pero las
variaciones de presión son máximas.
Un extremo abierto de un tubo es un nodo de presión porque está abierto a la
atmósfera, donde la presión es constante. Por ello, tal extremo siempre es un antinodo
de desplazamiento, análogo al extremo libre de una cuerda; las partículas oscilan con
amplitud máxima, pero la presión no varía. Podemos resumir nuestras observaciones del
siguiente modo:

Un nodo de presión siempre es un antinodo de desplazamiento, y un antinodo de


presión siempre es un nodo de desplazamiento.

58
Una de las aplicaciones de las ondas sonoras estacionarias es la producción de tonos
musicales con instrumentos de vientos. Los tubos de órgano son uno de los ejemplos
más sencillos. Un fuelle alimenta aire a una presión manométrica del orden de 103 Pa
(10‐2 atm) en el extremo inferior del tubo. Una corriente de aire sale por la abertura
angosta en el borde de la superficie horizontal y se dirige hacia el borde superior de la
abertura, llamada boca del tubo. La columna de aire en el tubo comienza a vibrar, y hay
una serie de modos normales posibles, igual que en una cuerda estirada. La boca
siempre actúa como un extremo abierto, así que es un nodo de presión y un antinodo
de desplazamiento. El otro extremo del tubo (arriba en la figura) puede estar abierto o
cerrado.

59
En la figura, ambos extremos del tubo están abiertos, así que son nodos de presión y
antinodos de desplazamiento. El sombreado indica las variaciones de presión. Las curvas
rojas indican el desplazamiento a lo largo del tubo en dos instantes separados por medio
período.

Un tubo de órgano abierto en ambos extremos se llama tubo abierto. La frecuencia


fundamental f1 corresponde a un patrón de onda estacionaria con un antinodo de
desplazamiento en cada extremo y un nodo de desplazamiento en medio, ver Fig. a). La
distancia entre antinodos adyacentes siempre es media longitud de onda que, en este
caso, es igual a la longitud L del tubo: L=λ/2. La frecuencia correspondiente es
f1=v/λ=v/(2L).

Las figuras b) y c) muestran el segundo y tercer armónico; sus patrones de vibración


tienen dos y tres nodos de desplazamiento, respectivamente. Para estos, media longitud
de onda es L/2 y L/3, respectivamente, y las frecuencias son dos y tres veces la
fundamental, respectivamente. Es decir, f2=2f1 y f3=3f1. Para todo modo normal de un
tubo abierto, la longitud L de ser un número entero de semilongitudes de onda, L=nλ/2,
con n=1,2,3,…. Las frecuencias correspondientes son fn=nv/(2L).

60
La figura muestra un tubo abierto en el extremo izquierdo, pero cerrado en el derecho;
se llama tubo cerrado. El extremo izquierdo (abierto) es un antinodo de desplazamiento
(nodo de presión), pero el derecho (cerrado) es un nodo de desplazamiento (antinodo
de presión). La distancia entre un nodo y el antinodo adyacente siempre es ¼ de
longitud de onda. La figura a) muestra el modo de más baja frecuencia: la longitud del
tubo es un cuarto de longitud de onda (L=λ/4). La frecuencia fundamental es f1=v/(4L).

La figura b) muestra el siguiente modo normal, para el cual la longitud del tubo es tres
cuartas partes de una longitud de onda, correspondiente a una frecuencia de 3f1. Para la
figura c) L=5λ/4 y la frecuencia es 5f1.

Las posibles longitudes de onda están dadas por L=nλ/4 y los armónicos por fn=nv/(4L),
donde n=1,3,5…, o sea, sólo son posibles los armónicos impares.

Una posibilidad adicional es un tubo cerrado por ambos extremos, con nodos de
desplazamiento y antinodos de presión en eso extremos. Esto no sería muy útil como
instrumento musical porque las vibraciones no podrían salir del tubo.

61
Cuando las ondas sonoras longitudinales se propagan en un fluido dentro de un tubo con
longitud finita, se reflejan en los extremos al igual que las ondas transversales en una cuerda. La
superposición de las ondas que viajan en direcciones opuestas forma también una onda
estacionaria, y la reflexión en ambos extremos del tubo determina la aparición de modos
normales. Estos modos normales pueden servir para crear ondas de sonido en el aire
circundante. Éste es el principio de operación de la voz humana y de muchos instrumentos
musicales.

A diferencia de las ondas transversales en cuerdas, las ondas de sonido no sólo se pueden
describir en términos de desplazamientos sino también en términos de las variaciones de
presión. Para evitar confusiones, usaremos los términos nodo de desplazamiento y antinodo de
desplazamiento, para referirnos a puntos donde las partículas del fluido tiene cero
desplazamiento y máximo desplazamiento, respectivamente.

Podemos demostrar las ondas sonoras estacionarias en una columna de gas con un aparato
llamado tubo de Kundt. Un tubo horizontal de vidrio de aproximadamente 1 m de longitud se
cierra por un extremo, y en el otro se instala un diafragma flexible que puede transmitir
vibraciones. Un altavoz cercano se conecta a un oscilador y amplificador de audio, y produce
ondas sonoras que obligan al diafragma a vibrar sinusoidalmente con una frecuencia que
podemos variar. Esparcimos además un polvo fino dentro del tubo. Si la amplitud de las ondas
estacionarias es lo bastante grande como para que el polvo sea desplazado, éste se acumula en
los nodos de desplazamiento (donde el gas no se mueve). Los nodos adyacentes están separados
una distancia igual a λ/2, la cual podemos medir. Podemos calcular la velocidad de la onda
multiplicando la frecuencia f del oscilador por la λ medida, v=λf.

Por otra parte, el sombreado azul muestran dónde la densidad y la presión tienen sus máximos.
Observe que estos puntos coinciden con los antinodos de desplazamiento.

62
EJEMPLO: aplicación en ondas sonoras
Si se golpean dos barras de un xilófono, una que emite f1 = 440 Hz (LA) y otra que emite
f2 = 438 Hz se producirán dos oscilaciones de volumen discernibles por segundo: esto es
debido a que la frecuencia de batido fb= f1‐f2 = 2 Hz y el periodo de oscilación del
volumen es Tb = 0.5 s.
Utilidad pulsos : afinación de instrumentos.

63
Intensidad del sonido. La intensidad instantánea se define como potencia por unidad
de área. Para una onda sonora, la intensidad es igual al producto de la fluctuación de
presión p(x,t)=BkAsen(kx-ωt) (p es una fuerza por unidad de área) por la velocidad de
vibración en cada pundo vy(x,t)=∂y(x,t)/∂t=Asen(kx-ωt) (recuerde que vy no es la
velocidad de propagación de la onda). Por tanto, la intensidad es igual a BkA2sen2(kx-
ωt).
La intensidad media es, por definición, el promedio en un período de la magnitud
anterior. Como al promediar la función seno al cuadrado obtenemos ½, tendremos para
la intensidad media Im=BkA2/2. Si escribimos Im como función del valor máximo de la
fluctuación de presión pmáx=BkA, tendremos Im=(pmáx)2/(2Bk).

Escala de decibelios. Dado que el oído es sensible a una amplia gama de


intensidades, suele usarse una escala de intensidad logarítmica. El nivel de intensidad
del sonido β de una onda sonora es definido por la ecuación β=(10 dB) log (I/I0), donde
I0 es una intensidad de referencia que se toma como 10-12 W/m2, aproximadamente el
umbral de la audición humana a 1000 Hz. Los niveles de la intensidad del sonido se
expresan en decibelios, cuya abreviatura es dB. Un decibelio es 1/10 de un belio,
unidad llamada así en honor a Alexander Graham Bell (físico británico nacionalizado
estadounidense, inventor del teléfono). El belio es demasiado grande para casi todos
los fines, así que el decibelio es la unidad usual de nivel de intensidad del sonido.

La tabla muestra los niveles de intensidad del sonido de varios sonidos comunes.

64
Estudiar de forma independiente la sección 16.5 del libro de Sears.

65
El oído humano funciona detectando variaciones de presión. Una onda sonora que entra
en el canal auditivo ejerce una presión fluctuante sobre un lado del tímpano; el aire del
otro lado, comunicado con el exterior por la trompa de Eustaquio, está a presión
atmosférica. La diferencia de presión entre ambos lados del tímpano hace que este
vibre. El sistema auditivo se encarga de amplificar la presión en el oído interno (ver
ejemplo 16.2 del libro de Sears). La gama audible del oído humano se extiende desde
los 20 Hz a los 20000 Hz.

66
Para una frecuencia dada, a mayor amplitud de presión de la onda sonora, mayor será su
potencia, y será por tanto mayor el volumen percibido por el oyente. Aunque, la relación entre
presión y volumen no es sencilla porque el oído no es igualmente sensible a todas las
frecuencias de la gama audible, y la percepción varía de una persona a otra y depende de la
salud del oído (ver detalles en S&Z).

La frecuencia de una onda sonora es el factor primordial que determina el tono de un sonido, la
cualidad que nos permite clasificarlo como “agudo” o “grave”. Cuanta más alta sea la frecuencia
de una sonido (dentro de la gama audible), más agudo será el tono percibido. La amplitud de
presión también ayuda a determinar el tono. Cuando un receptor compara dos ondas sonoras
senoidales con la misma frecuencia pero diferente amplitud de presión, aquella con mayor
amplitud suele percibirse como más fuerte pero también un poco más grave.

Los sonidos musicales tienen funciones de onda mucho más complicadas que una simple función
seno. En la figura se muestra con una línea roja las fluctuaciones de presión en la onda sonora
producida por un clarinete. El patrón es tan complejo porque la columna de aire vibra con la
frecuencia fundamental y muchos armónicos al mismo tiempo. Las barras azules representan el
contenido armónico del clarinete. El proceso matemático de traducir la curva roja en las
columnas azules se denomina análisis de Fourier.

Dos tonos producidos por diferentes instrumentos podrían tener la misma frecuencia
fundamental (y por tanto el mismo tono), pero sonar distinto por la presencia de diferente
cantidades de los diversos armónicos. La diferencia se denomina color de tono, calidad o timbre.

Finalmente, el ruido es una combinación de muchas frecuencias, no sólo las que son múltiplos
enteros de una frecuencia fundamental.

67
68
Quizás usted habrá notado que, cuando un tren se acerca tocando el silbato, el
tono parece bajar al pasar el tren. Este fenómeno se llama efecto Doppler,
porque fue descrito en el siglo XIX por el científico austriaco Christian Doppler.
Cuando una fuente de sonido y un recetor están en movimiento relativo, la
frecuencia del sonido oído por el receptor no es la misma que la frecuencia de la
fuente. Un efecto similar se observa con ondas de luz y radio.

Con la finalidad de analizar el efecto Doppler para el sonido, deduciremos una


relación entre el cambio de frecuencia y las velocidades de la fuente y el receptor
relativas al medio (usualmente aire) por el que se propagan las ondas sonoras.

69
Usaremos los siguientes convenios y suposiciones:

•Por sencillez, sólo consideraremos el caso especial en que las velocidades de la


fuente y el receptor están a lo largo de la línea que los une.
•Sean vS y vL las componentes de la velocidad a lo largo de esta línea entre la
fuente (source) y el receptor (listener), respectivamente, relativas al medio.
• Elegimos como sentido positivo el que va del receptor L a la fuente S.
•La rapidez del sonido relativa al medio v siempre se considera positiva.

70
Receptor en movimiento. Imaginemos primero un receptor L que se mueve con
velocidad vL hacia una fuente estacionaria S, como en la figura. La fuente emite una
onda sonora con frecuencia fS y longitud de onda λ=v/fS. La figura muestra varias crestas
de la onda, separadas por distancias iguales λ. Las crestas que se acercan al receptor en
movimiento tienen una rapidez de propagación relativa al receptor de v+vL, así que la
frecuencia fL con que llegan a la posición del receptor (esto es, la frecuencia que el
receptor oye) es fL=(v+vL)/ λ =(v+vL)fS/v.

Así, un receptor que se mueve hacia una fuente (vL>0), como en la figura, oye una
frecuencia más alta (tono más agudo) que un receptor estacionario. Un receptor que se
aleja de la fuente (vL<0) oye una frecuencia más baja (tono más grave).

71
72
Fuente y receptor en movimiento. Suponga ahora que la fuente también se mueve, con
velocidad vS, como en la figura. La rapidez de la onda relativa al medio (aire) sigue
siendo v; está determinada por las propiedades del medio y no cambia por el
movimiento de la fuente. Sin embargo, la longitud de onda ya no es igual a v/fS; veamos
por qué.
El tiempo que tarda en emitirse un ciclo de la onda es el periodo T=1/fS. Durante este
tiempo, la onda viaja una distancia Tv=v/fS y la fuente se mueve una distancia vST=vS/fS.
La longitud de onda es la distancia entre crestas sucesivas, y depende del
desplazamiento relativo de la fuente y la onda. Como muestra la figura, éste es diferente
adelante y atrás de la fuente.
En la región a la derecha de la fuente (es decir, adelante de ella), la longitud de onda es
λal frente=(v‐vS)/fS. En la región a la izquierda de la fuente (es decir, atrás de ella), es
λdetrás=(v+vS)/fS. Las ondas adelante y atrás de la fuente se comprimen y estiran,
respectivamente, por el movimiento de la fuente.

Para obtener la frecuencia que oye el receptor detrás de la fuente, sustituimos la


ecuación anterior en fL=(v+vL)/λdetrás=fS (v+vL)/(v+vS).

Aunque dedujimos esta ecuación para la situación específica de la figura, ella incluye
todas las posibilidades de movimiento de la fuente y el receptor (relativas al medio) a lo
largo de la línea que los une. Siempre que el sentido de la velocidad de la fuente o del
receptor sea opuesta al sentido del receptor a la fuente (que definimos como positivo),
la velocidad correspondiente que debemos usar en la ecuación es negativa.

Tienen a su disposición en Moodle (ejercicios resueltos) varios ejemplos resueltos que


representan las diferentes situaciones.

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El lector tal vez haya experimentado “estampidos sónicos” causados por un avión que pasa
volando con una rapidez mayor que la del sonido. La figura muestra cualitativamente por qué
sucede esto. Denotemos con vS la rapidez del avión relativa al aire, que siempre es positiva. El
movimiento del avión en el aire produce sonido; si vS es menor que la rapidez del sonido v, las
ondas delante del avión se apretarán con una longitud de onda dada por la ecuación λen frente=(v‐
vS)/fS. Conforme la rapidez del avión vS se acerca a la rapidez del sonido v, la longitud de onda se
acerca a cero y las crestas de la onda se apilan, como en la figura. El avión debe ejercer una
fuerza grande para comprimir el aire frente a él; por la tercera ley de Newton, el aire ejerce una
fuerza igualmente grande sobre el avión; por lo tanto, hay un aumento considerable en el
arrastre aerodinámico (resistencia del aire) conforme el avión se acerca a la rapidez del sonido;
se trata de un fenómeno llamado “barrera del sonido”.

Cuando el módulo de vS es mayor que v, la fuente del sonido es supersónica, y las ecuaciones
anteriores para el efecto Doppler ya no describen la onda sonora al frente de la fuente. La figura
b) muestra un corte transversal de lo que sucede. Al avanzar el avión, desplaza el aire
circundante y produce sonido. La punta del avión emite una serie de crestas de onda; cada una
se expande en un círculo centrado en la posición del avión cuando emitió esa cresta. Después de
un tiempo t, la cresta emitida de un punto S1 se extendió a un círculo de radio vt, y el avión se
ha movido una distancia mayor vSt, a la posición S2. Podemos ver que las crestas circulares se
interfieren constructivamente en puntos a lo largo de la línea azul que forma un ángulo α con la
dirección de la velocidad del avión, dando lugar a una cresta de onda de amplitud muy grande
sobre la línea. Esta cresta se llama onda de choque.

Por el triángulo rectángulo de la figura b), vemos que el ángulo α está dado por sen
α=(vt)/(vSt)=v/ vS. La relación vS /v se llama número de Mach; es mayor que 1 para todas las
rapideces supersónicas, y sen α es su recíproco.

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