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January, 2019
RESUMEN
En esta oportunidad, el autor estudia un tema sumamente interesante dentro del estu-
dio de la responsabilidad civil: la cuantificación de los denominados “daños materia-
les” (“daño emergente” y “lucro cesante”). En ese sentido, primero aborda la defi-
nición del término “daño”, seguidamente señala las principales características que
debe presentar para que logre ser considerado “resarcible”. Luego de ello, repasa
las técnicas que tanto la doctrina como la jurisprudencia, nacional y extranjera, han
elaborado para lograr determinar el monto adecuado del daño emergente y del lucro
cesante padecido por la víctima del siniestro.
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
PALABRAS CLAVE En materia civil, el daño constituye la base
de un sistema de responsabilidad. Es, en tal
Daño material / Daño emergente / Lucro
sentido, condición y objeto de la responsabi-
cesante / Prueba del daño / Cuantificación
lidad civil (Barros Bourie, 2006, p. 215). El
daño es inherente a la obligación de resar-
cir o, si se prefiere, a la responsabilidad civil.
Recibido: 07/01/2019
Al extremo que, como se suele afirmar, no
Aprobado: 14/01/2019 hay responsabilidad civil sin daño (Zannoni,
2005, p. 2).
* “En la comisaria me presenté, no como abogado sino como médico, pues quise ser –dijo sonriente– parte de la
solución y no del problema”. Mauricio Botero Montoya. Otto, el vendedor de música (2001).
** Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Candidato a Magíster en Derecho Civil en la Pon-
tificia Universidad Católica del Perú. Curso de especialización en Contratos y Daños en la Universidad de Sala-
manca. Estancia de investigación en la Universidad Autónoma de Madrid y Pontificia Universidad Javeriana.
Jefe de Prácticas de Derecho Civil en la Universidad de Lima y en la Universidad Nacional Mayor de San Mar-
cos. Asociado al Estudio Rodríguez Angobaldo Abogados.
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resarcibilidad sobre los cuales exista claridad
Comentario relevante en su aplicación.
del autor
Estando a ello, en el presente artículo anali-
zaremos, desde la óptica sustantiva y proce-
El daño, en nuestra opinión, por sí
sal, en principio, cuáles son los rasgos defi-
mismo, se refiere a todo menoscabo nitorios del denominado daño resarcible;
que sufre un sujeto de derecho o esto es, “del daño que es relevante de cara a
su patrimonio; por el cual quien lo la responsabilidad” (Rojas Quiñones, 2015,
causó se haya en la obligación de p. 44); y, una vez ello, a la luz del formante
resarcir. doctrinal, legal y jurisprudencial (nacional y
comparado), nos centraremos en el estudio
de la valoración y cuantificación del denomi-
Con frecuencia, cuando se alude a la valo- nado daño material, que comprende el daño
ración y cuantificación del daño se dirige emergente y el lucro cesante.
el debate al daño moral, el cual, como es
sabido, resulta confuso debido a la inexis- I. ¿QUÉ ES EL DAÑO Y QUÉ REQUISITOS
DEBE TENER PARA QUE SEA RESARCI-
tencia de criterios objetivos; sin embargo, BLE?
como consecuencia de ello, se asume
de manera acrítica que la determinación de Daño alude al detrimento, menoscabo,
la entidad (valoración) y quantum (cuan- lesión, perjuicio y –en general– a todo aque-
tificación) de los perjuicios materiales llo que invade la esfera del sujeto de dere-
resulta sencilla. cho, ya sea en sus bienes vitales naturales o
en su patrimonio. Según De Cupis (1975),
Como indica Visintini (1999, p. 200), eva- daño es el “nocimiento o perjuicio; es decir,
luar el daño derivado del incumplimiento o la aminoración o alteración de una situa-
del hecho ilícito significa, en primer lugar, ción favorable” (p. 81). Es el menoscabo
identificarlo (es la primera investigación que una determinada persona sufre en sus
cognoscitiva sobre la existencia del daño: an bienes vitales o en su patrimonio (Larenz,
debatur), y, en segundo lugar, convertirlo en 1958, p. 215).
valor monetario equivalente (es la segunda
investigación, que implica la cuantificación Daño es sinónimo de perjuicio. Actualmente,
del daño: quantum debeatur). resulta una redundancia la expresión “daños
y perjuicios”, pues ambos aluden a un mismo
Lastimosamente, el ejercicio profesional nos fenómeno patológico que afecta a la per-
demuestra que, en los procesos de respon- sona o su patrimonio. La expresión “daños
sabilidad civil –por ejemplo, derivados de y perjuicios”, por lo tanto, resulta un pleo-
daños por mala praxis médica, accidentes de nasmo “con el propósito de conseguir una
tránsito, enfermedades y accidentes labora- lectura más ágil de los diversos preceptos del
les, entre otros– ni la valoración ni cuanti- Código evitando la monotonía que genera-
ficación del daño material (daño emergente ría una excesiva reiteración de un mismo tér-
y lucro cesante) son aspectos del juicio de mino para aludir a la misma realidad”1.
1 Con relación a los términos “daños” y “perjuicios” se advierte que el legislador utiliza ambos términos, en
ocasiones, de forma conjunta y, otras veces, alternativamente. La expresión “daños y perjuicios” resulta un
pleonasmo, con la única finalidad de embellecer la exposición. La explicación al uso de vocablos y locuciones
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El daño, en nuestra opinión, por sí mismo, se Con relación al primer requisito, la certeza del
refiere a todo menoscabo, que sufre un sujeto daño implica que las simples expectativas no
de derecho o su patrimonio; por el cual quien son resarcibles, de manera que los perjuicios
lo causó se haya en la obligación de resarcir. meramente hipotéticos o eventuales no darán
El concepto más adecuado de daño, por ser lo lugar a reparación alguna. La certeza del daño
suficientemente genérico y distinguir con pro- se encuentra referida a la realidad de su exis-
piedad entre la actividad que causa el daño y tencia. Este requisito impone, a quien solicita
el daño en sí mismo, es el que lo enfoca como el resarcimiento, la carga de probar la existen-
las consecuencias negativas derivadas de la cia del perjuicio.
lesión de un interés jurídico tutelado.
En posición que compartimos, se sostiene
El daño consiste en una valoración en tér- que:
minos económicos de la situación, nueva y
desfavorable, propiciada por el evento; situa- (…) la certeza es un estado de la mente en
ción que impone al damnificado decidir si que se tiene algo como verdadero o real;
sobrelleva el estado de hecho (y mantiene es la condición necesaria para toda senten-
viva su necesidad) o si actúa para erradicarlo cia judicial por medio del acervo proba-
(mediante alternativas satisfactorias) (León torio (indicios, testimonio, presunciones,
Hilario, 2007, p. 152). confesiones, pericias, etc.). El juez ha de
llegar a la convicción de que el daño exis-
El ordenamiento jurídico no tiene por fun- tió o existirá. (Velásquez Posada, 2013,
ción señalar qué situaciones deben ser consi- pp. 269-270)
deradas como daños, sino la de establecer las
bases de su reparación, a partir de la evalua- En los procesos de responsabilidad civil, la
ción del supuesto de hecho del que se deriva. certidumbre del daño exige que la acción
Según una atenta doctrina nacional, el daño se dañosa haya generado o generará un perjuicio
distingue del evento que lo genera (León Hila- en la esfera moral o material del perjudicado.
rio, 2007, p. 151). El daño es una “cualidad”
de las situaciones que subsiguen al evento; Cabe precisar que la certeza de la existencia
no se identifica, entonces, con su antecedente del daño no hace necesario que dicho daño sea
fáctico: lo califica, más bien, en términos eco- actual, pues –como lo advertiremos más ade-
nómicos (León Hilario, 2007, p. 151). lante– puede haberse configurado con ante-
rioridad o simplemente construirse con toda
En el ordenamiento jurídico peruano, natu- certeza en el futuro (Tamayo Jaramillo, 1986,
ralmente, no cualquier perjuicio es relevante p. 5). Como indica De Cupis (1975), “con-
para la responsabilidad civil. El daño resar- viene precisar que aunque sea aproximado,
cible, para que ostente dicho atributo, debe o con una certeza relativa, no deberá dejar
reunir una serie de requisitos, tales como su de ser una auténtica certeza, que no puede
carácter cierto, personal, subsistente y antiju- confundirse con mera posibilidad futura”
rídico (injusto). (p. 323)2.
distintas aludiendo a un mismo significado se halla en una razón puramente lingüística, apartada de toda
justificación jurídica, que se concreta con el propósito de conseguir una lectura más ágil de los diversos
preceptos del Código evitando la monotonía que generaría una excesiva reiteración de un mismo término para
aludir a la misma realidad (Naveira Zarra, 2006, pp. 72-73).
2 Así, existen daños ciertos porque, aunque sean pasados, presentes o futuros, no existe duda sobre su existencia.
En cuanto a los daños “inciertos”, no importa que sean pasados, presentes o futuros, no son resarcibles.
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La jurisprudencia comparada “califica el perjui- (Velásquez Posada, 2013, p. 275). Natural-
cio futuro de cierto y ordena repararlo, cuando mente, en el plano procesal, podrán preten-
su evaluación es inmediatamente posible, al der un resarcimiento la víctima o sus fami-
mismo título que el perjuicio actual”3. Según liares 5, pues respecto de aquellos existe
De Trazegnies Granda (1988), no cabe duda un interés que se ha visto afectado, ya sea
de que el daño futuro no es todavía un daño directa o indirectamente.
efectivo en el momento en que se pronuncia
la sentencia [o laudo], pero el juez [o árbitro] El interés afectado debe ser propio, referido
puede tomarlo en cuenta si existe la posibili- a la persona perjudicada; es decir, que no
dad efectiva de que se produzca (p. 19). es posible reclamar el derecho a un resar-
cimiento cuando el daño es causado a per-
La certeza del daño futuro, entonces, aun sona distinta, a no ser que se trate de ejercer
cuando no se identifique con su certidumbre un derecho de representación. En el supuesto
absoluta, exige que se encuentre sustentado de muerte de una persona, los familiares son
en una fundada probabilidad, de modo tal perjudicados indirectamente, por lo que se
que queden descartados los perjuicios hipo- encuentran legitimados a reclamar en tanto
téticos, que se basan en meras conjeturas o existe una lesión a su propio interés.
suposiciones.
Por otro lado, la subsistencia del daño signi-
En cuanto a su carácter personal, se ha enten- fica que al momento en el cual se pretende
dido que, en principio, la persona que exige exigir un resarcimiento por el mismo, aquel
el resarcimiento debe ser la misma que no haya sido reparado en ninguna forma.
resultó perjudicada, aun cuando el objeto de Pero ¿qué ocurre cuando la víctima asume
la lesión no hubiera sido ni su persona ni su el costo del perjuicio sufrido? En dicho esce-
patrimonio. Se trata, en consecuencia, de un nario, el perjuicio subsiste por el valor de la
requisito del daño resarcible “íntimamente reparación, el mismo que deberá ser resar-
ligado con la legitimación para reclamar la cido por el responsable.
reparación, pues solo al titular del interés
jurídico afectado, o a sus herederos, otorga Así:
el ordenamiento jurídico dicha prerrogativa”
(Rojas Quiñones, 2015, p. 46)4. [N]adie puede reclamar la reparación de
un perjuicio que ya ha sido resarcido. Si
Conforme a ello, en estricto, el carácter per- el propio responsable es quien ha resar-
sonal no es una característica ontológica del cido el daño, su obligación queda extin-
daño resarcible, sino un problema de legi- guida por pago, o por alguno de los
timación en la causa, relativa a identificar otros modos de extinción previstos en
“quiénes pueden solicitar la reparación” el ordenamiento. Si, por el contrario, el
Existe incertidumbre cuando las consecuencias del hecho dañoso no se manifiestan realmente o no son lógicas,
necesarias, sino simplemente posibles, contingentes o hipotéticas (Martínez Rave, 1993, p. 31).
3 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 31 de marzo de 1998.
4 Ello implica que, únicamente, la persona que sufrió el menoscabo puede requerir su resarcimiento, resultando
inadmisible reclamar la reparación de daños ocasionados a terceros. Solo aquel cuyo interés haya sido afectado
a raíz de la lesión de un interés propio puede reclamar su reparación (Pizarro y Vallespinos, 1999, p. 654).
5 “Artículo VI del Código Civil.- Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés
económico o moral.
El interés moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al agente o a su familia, salvo disposición
expresa de la ley”.
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Como sostiene Jansen (2003), “el requi- en el ordenamiento jurídico peruano, a fin de
sito de que el daño sea antijurídico solo se intentar delimitar la tipología de los daños,
puede entender en el sentido de un concepto radica en referirnos al daño moral y daño
de antijuricidad dirigido al resultado puro: material.
iniuria no indica aquí un comportamiento
antijurídico sino la lesión de un derecho sub- No es nuestro propósito, en esta oportunidad,
jetivo absoluto” (p. 16)7. El daño, según lo analizar los alcances del daño moral, sino
establece el artículo 2:101 de los Principios más bien el daño material. Si el daño recae
de Derecho Europeo de la Responsabilidad sobre un bien jurídico material destruyendo
Civil, requiere “un perjuicio material o moral o deteriorando una cosa que es objeto de
a un interés jurídicamente protegido”. un derecho patrimonial y, al mismo tiempo,
afecta un interés legítimo de carácter econó-
Una vez verificada la existencia de un daño mico porque altera la integridad del patri-
resarcible, sus consecuencias pueden recaer monio disminuyéndolo, estamos en presen-
sobre la esfera moral o material de la víc- cia de un daño material (Bustamante Alsina,
tima, siendo que –con ocasión del presente 1997, p. 239).
ensayo– nos limitaremos al análisis de lo
relativo al daño material. Para nosotros, el daño material está dado
por las consecuencias o repercusiones del
II. ¿CUÁNDO NOS ENCONTRAMOS perjuicio en la esfera económica del recla-
FRENTE A UN DAÑO MATERIAL? mante. La medida de esas consecuencias en
Respecto a los diversos modos de clasificar su patrimonio determina el alcance o el valor
los daños, por las consecuencias que estos del derecho a ser resarcido por concepto de
producen, tenemos el daño moral y el daño daño material. El daño material, por lo tanto,
material. afecta el patrimonio de un sujeto de derecho,
“con independencia del interés sobre el cual
Aunque algunos prefieren referirse a daño recaiga la afectación, en el daño patrimonial
“patrimonial” y “no patrimonial”, lo cierto la característica estructural es la posibilidad
es que, como señala León Hilario (2007, de cuantificar de manera relativamente pre-
p. 23), dichas voces no se encuentran recono- cisa el valor de la pérdida” (Martínez Rave y
cidas en nuestro Código Civil. Se desconoce, Martínez Tamayo, 2003, p. 263).
igualmente, que en los ordenamientos jurídi-
cos alemán e italiano, que sí acogen de forma Según Corsaro (1997), la naturaleza patri-
explícita tal distinción, existen particulari- monial o no patrimonial del interés afectado
dades que no compatibilizan con el régimen no determina de suyo la naturaleza del daño,
vigente en el Perú, en el cual solo cabe dife- “porque consecuencias de naturaleza eco-
rencia entre el daño moral y el daño material. nómica, y por lo tanto un daño patrimonial
puede derivar, tanto de la lesión de un bien
Estando a ello, somos de la opinión de que, patrimonial, cuanto de la lesión de un bien
en sentido estricto, la terminología pertinente de naturaleza no patrimonial (p. 655). De ese
7 Desde un punto de vista lógico, el requisito de la antijuridicidad se presentaría como una condición indispensable
para poder imputar el daño a un sujeto distinto de la víctima. Para que el Derecho reaccione, por definición, es
necesario que el hecho dañoso afecte a un bien jurídicamente relevante, sin un momento dogmático en el juicio
de responsabilidad en el que se dilucide esta cuestión no se podría conocer cuándo debe intervenir el Derecho y
cuándo no (Céspedes Muñoz, 2008, p. 32).
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8 Para mayor claridad, Visintini (1999) indica que la diferencia entre estos dos elementos del daño está en el
hecho de que la pérdida sufrida corresponde a la sustracción de una utilidad que ya existía en el patrimonio
del damnificado, mientras que el lucro cesante corresponde a nuevas utilidades que el damnificado habría
presumiblemente conseguido si no se hubiera verificado el hecho ilícito o el incumplimiento (p. 206).
9 “Artículo 1321 del Código Civil.- (…) El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto
sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución (…)”.
10 “Artículo 1985 del Código Civil.- La indemnización comprende las consecuencias que deriven de la acción u
omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral, debiendo existir
una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido (…)”.
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cesante, bien se trate del ámbito contractual Así, podrán catalogarse como daño emer-
o extracontractual, teniendo en ambos casos gente todos aquellos activos que han salido
el mismo significado (p. 63). o indefectiblemente saldrán del patrimo-
nio de la víctima, en virtud de la situación
De acuerdo a la tradicional categorización nociva padecida por el damnificado (Rojas
bipartita del daño material, nuestro sistema Quiñones, 2015, p. 47). Los menoscabos
jurídico –en ambos regímenes– diferencia que corresponden a erogaciones o, en gene-
dos modalidades de perjuicios materiales; se ral, a activos que salieron del patrimonio
trata del denominado daño emergente y del o que en un futuro saldrán con ocasión del
lucro cesante. Cada uno de los dichos rubros hecho dañoso (bajo el criterio de razonabili-
se encuentra sujeto a una metodología espe- dad) constituyen un daño emergente (Infante
cial de valoración y cuantificación, los cuales Ruiz, 2003, p. 145).
analizaremos a continuación.
Para determinar si un rubro constituye un
III. ¿CÓMO SE VALORA Y CUANTIFICA EL daño emergente, resulta conveniente apli-
DAÑO EMERGENTE? car la metodología sugerida por Friedrich
1. El daño emergente, como disminu- Mommsen, denominada como teoría de
ción patrimonial, debe ser resarcido la diferencia, en el sentido de comparar
aun cuando no se hubiera generado su el estado actual del patrimonio del lesio-
desembolso
nado con aquel en que dicho patrimonio se
Por daño emergente se entiende toda pér- encontraría si el hecho dañoso no hubiese
dida, gasto, erogación o “disminución del tenido lugar.
patrimonio” (Le Tourneau, 2004, p. 70)
generado como consecuencia del daño pade- Y es que el daño emergente es la diferen-
cido por la víctima. En nuestra opinión, el cia que se produce en el activo del patrimo-
daño emergente involucra aquellos perjui- nio de una persona, como consecuencia del
cios efectivamente producidos o aquellos ilícito civil, entre su valor original (anterior
que, de manera razonable, se producirán con al hecho que se reprocha) y el valor actual
ocasión del hecho generador del daño y que (posterior al mismo hecho). Esta diferencia
importan una disminución en el patrimonio matemática es la que determina el monto del
de la víctima. resarcimiento por este concepto (Rodríguez
Grez, 1999, p. 291).
Según la jurisprudencia colombiana, el daño
emergente implica: Cabe advertir que el daño emergente deberá
ser resarcido aunque no se hubiera generado
(…) un empobrecimiento del patrimo- el desembolso del costo para su reparación,
nio en sus valores actuales, que ordina- por ejemplo, por falta de recursos de víc-
riamente está representado en un menor tima, pues “la base jurídica real de la acción
valor de los activos patrimoniales –por resarcitoria está fundamentada en una pér-
destrucción, deterioro, menoscabo o dida patrimonial” (Tamayo Jaramillo, 2007,
inutilización de los elementos que lo con- p. 839).
forman–, o en la realización de eroga-
ciones o gastos con ocasión del hecho El daño emergente existe, entonces, en
ilícito11. los casos en los que se haya generado
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4. La certeza en el daño emergente pasado
Comentario relevante y futuro
del autor Por otro lado, el daño emergente puede ser
consolidado (pasado) o futuro, “en relación
El daño emergente involucra aquellos con el momento del juicio sobre el mismo”
perjuicios efectivamente producidos (De Cupis, 1975, p. 321)15. El resarcimiento
o aquellos que, de manera razonable, por el daño emergente pasado, en realidad,
se producirán con ocasión del hecho es un “reintegro de gastos efectuados” (Isaza
generador del daño y que importan Posse, 2011, p. 23), con relación a los gas-
tos efectuados con anterioridad a la senten-
una disminución en el patrimonio de
cia o laudo definitivo, que contienen la liqui-
la víctima. dación del daño.
15 Las consecuencias temporales del daño son, necesariamente, futuras en relación al hecho dañoso. Pero, respecto a
la sentencia o laudo arbitral, los daños pueden ser pasados o futuros al hecho dañoso (Martínez Rave, 1993, p. 57).
16 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 24 de abril de 1979.
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según nuestra jurisprudencia17, “se refiere En otro supuesto, como manifiesta Scogna-
al reintegro de gastos efectuados”, mientras miglio (1969), no es lo mismo la ruptura de
que el daño emergente futuro equivale a las un jarrón que será valorada de manera dife-
“sumas que salen del reclamante en fecha rente si ese bien hace parte de una colec-
posterior al momento de la liquidación y ción o si es una pieza aislada, pues de eso se
pago”. deriva una pérdida mayor o menor respecto
al patrimonio de la víctima18, criterio que
5. Cuestiones a tener en consideración al
momento de cuantificar el daño emer-
no se debe confundir con el precio de afec-
gente pasado y futuro ción que puede tener un bien para su titular
(que está dentro de la órbita del daño moral)
Con relación a la cuantificación del daño
(p. 16).
emergente, debemos tener en cuenta que “si
el objeto dañado solo tiene un valor econó- Por ende, el juez o el árbitro deberán remi-
mico y no afectivo para la víctima, el monto tirse, en el marco de la liquidación del daño,
reparable debe ser igual al valor que comer- a parámetros de naturaleza estrictamente
cialmente tenga el mismo bien en el mercado económica, pero que, lejos de ser parámetros
local” (Tamayo Jaramillo, 2007, p. 399). De automáticos, respondan a un criterio social
manera tal que, en dicho escenario, el quan- típico (Monateri, 2001, pp. 153-154), el sen-
tum del daño emergente se determinará por tido de que no es siempre el mercado quien
el promedio del valor comercial del bien, al ofrece el precio (Franzoni, 1997, p. 299).
momento en el que se produjo el daño.
Adicionalmente, para la cuantificación del
Pero ¿qué ocurre con aquellos bienes depre- daño emergente, a efectos de ser riguro-
ciados por el uso y que solo pueden conse- sos y precisos en su medida, se debe distin-
guirse complemente nuevos en el mercado? guir si se trata de uno consolidado (pasado)
o futuro. Así, en la cuantificación del daño
Según Tamayo Jaramillo (2007, p. 399),
emergente consolidado se debe tener en
corresponde distinguir si la víctima tenía el
cuenta lo siguiente:
bien para la venta, en cuyo caso el daño emer-
gente será el equivalente al precio comercial i) Es preciso identificar en qué consistió
del bien usado, pues, de haber sido vendido, el daño emergente pasado; esto es, el
ese sería el precio recibido por el demandante. valor de la erogación
Si, por el contrario, la víctima usaba el bien
y no tenía como fin inmediato enajenarlo, De ese modo, por ejemplo, si la víctima
el resarcimiento deberá liquidarse sobre la de la afectación está cobrando los gas-
base de lo que valga un objeto de reemplazo, tos de traslado o los gastos funerarios,
así haya que comprarlo nuevo, puesto que la resulta necesario determinar cuál fue el
víctima simplemente exige que se le deje en valor de dichos gastos (Henao Pérez,
las mismas condiciones en que se hallaba; es 1998, p. 306), el cual –por lo demás–
decir, que pueda seguir usándolo. debe estar suficientemente respaldado en
17 Casación Nº 1318-2016-Huancavelica.
18 De esa manera, si el costo de reparación de una cosa (de un vehículo viejo) es superior al costo de la cosa misma,
se deberá el costo de la cosa, a menos que se trate de una cosa de colección o, por ejemplo, de un vehículo
acondicionado para una persona con limitaciones físicas (Franzoni, 1997, p. 277).
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meses o años tuvo un valor determi-
Comentario relevante nado, hoy en día tenga un costo –tam-
del autor bién nominal– mayor. En términos sim-
ples, el resarcimiento del daño emergente
El mero incumplimiento de una obli- por gastos ascendentes a S/ 150,000.00,
gación –o, en general, una conducta que realizó la víctima hace cuatro años,
que pueda ser calificada como “anti- nunca es el mismo en valor actual.
jurídica”– por sí misma no determina Por dicha razón, como sostiene San-
ni resulta concluyente para la gene- tos Ballasteros (2012, p. 355), si el vic-
ración de un daño. timario solamente pagara el precio de
la erogación sin más, en realidad, esta-
ría pagando un monto menor al del per-
un medio probatorio que permita verifi- juicio sufrido, en la medida que, por la
car su certidumbre y precisión19. inflación, dicho precio no representa, al
momento de la liquidación, el valor real
ii) Determinada la suma en que consistió del gasto respectivo.
la erogación, es necesario actualizar su
monto a valor presente De ahí que sea necesario actualizar o
corregir la suma con base en un índice
Como es natural, por tratarse de una que permita ajustarla de conformidad con
suma en la que se incurrió en el pasado, el efecto inflacionario (Velásquez Posada,
el efecto de la inflación conduce a que el 2013, p. 373). En el caso peruano, dicho
simple pago de su valor nominal no sea, índice es el Índice de Precios al Consu-
en realidad, un resarcimiento satisfacto- midor (IPC). Para realizar este cálculo,
rio (Rojas Quiñones, 2015, p. 49). se debe acudir a una fórmula matemática
que permite la actualización de la suma
El dinero tiene dos valores debidamente
que ha sido pagada en el pasado. Dicha
diferenciados: el nominativo (el valor
fórmula es la siguiente:
numérico o absoluto) que representa una
suma determinada y otro valor relativo
IPC final
que se relaciona con su capacidad de Suma actualizada = Suma histórica x
IPC inicial
adquisición. Un bien que hoy vale 100,
en cuatro años (a un ritmo de 25 % anual
de la devaluación o pérdida del valor La suma histórica, según Rojas Quiño-
adquisitivo), vale 200. Por lo tanto, los nes20, es el valor nominal de la erogación
100 de los cuatro años anteriores son (es decir, el costo que tuvo sin más), la
nominalmente 100, pero realmente son cual se multiplica por el resultado de la
solo la mitad (Martínez Rave, 1993, división del IPC final (esto es, el IPC del
p. 58). mes y el año en el que se hace la liqui-
dación) sobre el IPC inicial (que corres-
La pérdida de poder adquisitivo del ponde al mes y año en el que se incurrió
dinero genera que lo que hace algunos en el gasto).
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Para obtener el IPC se debe acudir a las Por otro lado, con relación a la cuantificación
tablas que certifica y difunde la Super- del daño emergente futuro, el cual se trata de
intendencia Nacional de Aduanas y de un perjuicio “que se sabe, con razonable cer-
Administración Tributaria (Sunat). Cabe teza, que existirá una erogación que se pro-
advertir que, como indica una atenta doc- ducirá en una época ulterior a la sentencia
trina, “el índice que se debe utilizar es el que ponga fin al litigio” (Rojas Quiñones,
nacional y no el de las ciudades o de los 2015, p. 57), debemos seguir una metodo-
departamentos en concreto” (Rojas Qui- logía de cálculo similar a la que rige el daño
ñones, 2015, p. 52). emergente consolidado, con las siguientes
precisiones:
iii) Una vez que la suma ha sido actuali-
zada conforme al IPC, se debe recono- i) Considerando que la erogación se hará en
cer un monto de rendimiento mínimo, el futuro, naturalmente, no es necesario
que corresponde al interés legal aplicar ningún procedimiento de correc-
ción monetaria o de ajuste conforme al
El sustento de ello radica en que se pre- IPC.
sume que si la víctima no se hubiera visto
abocada a pagar la erogación en la que ii) El resarcimiento del daño emergente
consistió el daño emergente, dicho dinero futuro supone un pago anticipado del
habría permanecido en su patrimonio y le gasto por parte del agente dañador a la
habría generado un rendimiento mínimo. víctima, toda vez que aquella recibirá el
Por ende, dicho rendimiento también dinero con anterioridad a que deba incu-
debe serle reconocido (Rojas Quiñones, rrir en el gasto.
2015, p. 52).
En ese entender, se presume que:
Así, a la suma actualizada se le debe adi-
cionar un rendimiento mínimo que está (…) el beneficiario acometerá con ese
dado por el denominado interés legal, que dinero alguna clase de actividad que
consiste en un interés estándar que se pre- le genere rendimiento (inversión). Por
sume genera una suma de dinero21. La tasa esa razón, en lugar de sumar un interés
de interés viene determinada, en atención puro, proceden a descontar dicho inte-
a ello, por el monto que fija el Banco Cen- rés de la suma que recibe la víctima, a
tral de Reserva del Perú (BCRP). efectos de evitar cualquier posibilidad
de enriquecimiento. (Rojas Quiñones,
En síntesis, la cuantificación del daño emer- 2015, p. 58)
gente consolidado o pasado requerirá: i) que
se tome la suma en que consistió la eroga- En consecuencia, respecto a la liquidación del
ción; ii) se actualice su monto para traerlo quantum del daño emergente futuro, corres-
a valor presente, de conformidad con el IPC ponde: i) determinar la suma por la cual deba
nacional, determinada por la Sunat; y iii) se realizarse la erogación en un momento pos-
le sume el interés puro legal, de acuerdo con terior a la sentencia y ii) aplicar una fórmula
la tasa fijada por el BCRP. que permita descontar el interés puro legal.
21 “Artículo 1985 del Código Civil.- (…) El monto de la indemnización devenga intereses legales desde la fecha
en que se produjo el daño”.
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percibiendo. Es la ganancia, el lucro o utili-
Comentario relevante dad el que cesa. Ingreso no es lo mismo que
del autor utilidad. La utilidad es, siempre, una parte
del ingreso bruto. El lucro cesante, en tal
El juez o el árbitro deberán remi- sentido, conceptualmente, se manifiesta de la
tirse, en el marco de la liquidación siguiente manera:
del daño, a parámetros de naturaleza
estrictamente económica, pero que, Lucro cesante = Ingreso bruto - Gastos
22 Según Espinoza Espinoza (2013), el lucro cesante se manifiesta por el no incremento en el patrimonio del
dañado (sea por el incumplimiento de un contrato o por un acto ilícito) (p. 253).
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2. El requisito de la sólida probabilidad en frustrada deberá sustentarse sobre una sólida
la valoración del lucro cesante pasado probabilidad o ser razonablemente cierta25.
y futuro
Siendo una ganancia esperada, por defini-
Al igual que el daño emergente, el lucro
ción, el lucro cesante nunca será absoluta-
cesante también puede ser pasado (consoli-
mente cierto; siempre existe la posibilidad
dado) o futuro. Según Isaza Posse (2011), el
de que algún sorpresivo obstáculo lo malo-
lucro cesante pasado “corresponde a la can-
gre. Ha de exigirse, pues, un razonable grado
tidad de dinero dejada de percibir por la víc-
de certeza, equivalente a una sólida probabi-
tima o por el reclamante desde el momento
lidad. Se deberán probar elementos objetivos
en que se produjo el daño hasta su liquida-
que permitan desprender verosímilmente un
ción” (p. 37). Por su parte, el lucro cesante
curso (futuro) normal sobre la base de una
futuro es aquel que “se habrá de producir,
ganancia hasta ahora producida (Peñailillo
con probabilidad –y no como mera conje-
Arévalo, 2018, p. 12).
tura– en el patrimonio del damnificado con
posterioridad a la sentencia” (Zannoni, 2005, El resarcimiento por este concepto no se
p. 338). puede conferir si no existe seguridad en
torno a la ganancia frustrada, lo cual excluye
El lucro cesante (pasado o futuro) tiene –en
los denominados sueños de ganancia que,
su propia naturaleza– una dosis de incerti-
en muchas ocasiones, campean en las recla-
dumbre, pues la realidad nos demuestra que
maciones elevadas por las víctimas (Rojas
no se llegó a obtener la ganancia; no obs-
Quiñones, 2015, p. 80).
tante, debe existir una cierta probabilidad
objetiva, de acuerdo con las circunstancias El resarcimiento del lucro cesante pro-
concretas, para evitar que el perjudicado pre- cederá siempre que se acredite de forma
tenda obtener un resarcimiento por pérdidas concluyente:
que nunca se hubieran producido (Reglero
Campos, 2008, p. 330 y ss.). (…) la verdadera entidad de los mismos y
su extensión cuantitativa, lo que significa
Por ello, aun cuando se trate de una ganancia rechazar conclusiones dudosas o con-
que no ingresa al patrimonio de la víctima, el tingentes acerca de las ganancias que se
lucro cesante debe ser demostrado en cuanto dejaron de obtener, apoyadas en simples
a su existencia, así como en su monto espe- esperanzas, expresadas estas en ilusorios
cífico. La víctima debe acreditar, de manera cálculos que no pasan de ser especula-
objetiva, la utilidad que iba a obtener tanto ción teórica, y no en probabilidades obje-
en su entidad como en su cuantía. La utilidad tivas demostradas con el rigor debido26.
25 Un punto que suele generar discrepancias es el que tiene que ver con el lucro cesante de los menores de edad.
¿Qué sucede en aquellas hipótesis en que la lesión o muerte es sufrida por un menor? ¿Cuál es el parámetro para
la tasación de sus ingresos? ¿Es válido considerar la expectativa que tenía respecto de una vida laboral futura?
En realidad, considerando que la vida productiva del menor aún no ha comenzado, existe incertidumbre sobre el
hecho de que, de empezar, el sujeto afectado por muerte o lesión (actualmente menor) destinaría tales ingresos
a quienes ahora reclaman el lucro cesante, de donde se colige entonces que el perjuicio, en principio, no se
puede reparar. Esta es, sin embargo, una conclusión que deberá analizarse a la luz de cada caso concreto. Podrán
existir circunstancias en las que la certeza se encuentre reunida (por ejemplo, el caso del menor que devenga
efectivamente un ingreso por talentos propios –musicales o escenográficos– y destina una parte a la colaboración
respecto de sus padres) (Rojas Quiñones, 2015, p. 105).
26 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 4 de marzo de 1998.
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cesante el afectado (víctima directa) y, según
Comentario relevante lo analizaremos más adelante, sus depen-
del autor dientes económicos.
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que los cónyuges o convivientes tengan sus 5. La especial situación de los hijos
propias fuentes de ingreso, que no existan para exigir el resarcimiento del lucro
cesante, por la muerte de su padre/
ni dependencias ni relaciones económicas
madre
entre uno y otro, no corresponde resarcir el
lucro cesante. Como es sabido, padres e hijos son parien-
tes consanguíneos en línea recta del primer
En síntesis, solo el cónyuge o conviviente grado; ascendente, el padre y la madre, y
–que reciba una ayuda económica perma- descendente, el hijo o la hija. En este caso, la
nente de la víctima– puede pretender el resar- relación jurídica entre ellos surge de la filia-
cimiento del lucro cesante, en caso acredite ción, la cual puede ser matrimonial, extrama-
la dependencia económica que tenía con la trimonial o legal (adopción) (Torres Mal-
víctima y que, lastimosamente, terminó con donado, 2016, p. 75). En ese contexto, se
la muerte de aquella. Según la jurispruden- deberá analizar cuándo le corresponde al hijo
cia comparada, “podrán reclamar los ingre- exigir el resarcimiento del lucro cesante deri-
sos que han dejado de percibir en razón del vado de la muerte de su padre/madre.
fallecimiento de la víctima directa, siempre
que logren acreditar el consabido criterio de La situación particular de los hijos meno-
dependencia”30. res de edad, debido a la relación paternofi-
lial, hace presumir la dependencia econó-
No obstante, si el cónyuge sobreviviente mica en relación con los padres, en tanto
contrae segundas nupcias, el lucro cesante “así lo exige la personalidad del menor de
solo abarcará el tiempo transcurrido entre edad, requirente de resguardo para llegar a
la muerte del primer esposo y el día de su total desarrollo” (D’Antonio, 1986, p. 37).
las segundas nupcias (Tamayo Jaramillo, Por ende, si uno de los padres muere, deberá
2007, p. 434). Lo mismo ocurre en caso determinarse la contribución económica que
haya constituido una unión de hecho esta- aquel aportaba para el mantenimiento de su
ble, aun cuando no haya sido declarada hijo o hijos, en atención a sus circunstancias
como tal. y edad.
30 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 5 de noviembre de 1999. Se resarce, entonces,
el lucro cesante que sufren los que dependían económicamente de los ingresos de la víctima (y por eso tienen
la condición de perjudicados), por lo que de tales ingresos se deben detraer los que la víctima destinaba a su
consumo (quota sibi), de modo que el lucro cesante de los parientes nunca puede coincidir con el importe de las
ganancias que habría obtenido la víctima de no haber fallecido (Medina Crespo, 2013, pp. 52-53).
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31 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 17 de noviembre de 2011. Entonces, todas las
personas que acrediten haber recibido ayuda económica de la víctima fallecida están legitimadas para reclamar
el lucro cesante que su muerte les causa. No interesa si esos perjudicados son herederos o no, o sin son mayores
de edad. El fundamento jurídico para reclamar consiste en que la ayuda económica recibida de la víctima
fallecida es un daño cierto, personal y antijurídico. El lucro cesante lo constituye la pérdida de la ayuda que
recibían, periódicamente, de la víctima fallecida y no está determinado por las condiciones de edad, capacidad
económica o ingresos por otras fuentes que obtenían los demandantes (Velásquez Posada, 2013, p. 275).
32 Cuando el periodo resarcible de los hijos termine porque se supone que ya han empezado a trabajar, el porcentaje
del resarcimiento que les corresponde acrecentará la indemnización de la cónyuge sobreviviente, pues se
entiende que la carga económica de esta en realidad no disminuye. A ello debe agregarse que si el esposo y
padre no hubiera fallecido, el posible remanente que resultase después de que un hijo se hubiere independizado,
se invertiría en el resto de la familia. Normalmente, cuando un hijo deja de ser una carga económica para sus
padres, el resto del grupo familiar se beneficia en la medida que su nivel económico aumenta. Es esa época
de viajar, de brindarle universidad a otros hijos que, de otra forma, no habrían tenido oportunidad de hacerlo
(Tamayo Jaramillo, 2007, p. 1014).
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como podría ser en favor del cónyuge o con- y, por lo tanto, se da el lucro cesante a pesar
viviente. Por ello, “quien no recibe el acre- de ser mayores” (Martínez Rave, 1993,
cimiento sufre una situación de injusticia, pp. 73-74)35.
como quiera que debe tratarse de la distribu-
ción equitativa del patrimonio familiar desti- Lo mismo ocurre cuando un sujeto de treinta
nado a la satisfacción del núcleo familiar en años dependía económicamente de sus
su universalidad”33. padres. En tal escenario, la muerte de uno
de ellos, en realidad, es fuente generadora
Lastimosamente, si al momento de la muerte de lucro cesante, de modo tal que debe resar-
de su padre/madre, el hijo no recibía nin- cirse. Habrá de aplicarse la realidad sobre la
guna ayuda económica (por ejemplo, pen- mera forma legal, a efectos de resarcir, en la
sión de alimentos) o tenía su propia fuente de mayor medida de lo posible, el daño causado
ingreso, no podría reclamar un resarcimiento (Rojas Quiñones, 2015, p. 100).
por el lucro cesante. Como indica Martínez
Rave (1993) “aunque está favorecido por la Por lo demás, como lo veremos en el siguiente
presunción legal que establece el parentesco punto relativo a la cuantificación del lucro
para los alimentarios, esa presunción puede cesante, no basta establecer la productivi-
ser desvirtuada y negársele el resarcimiento dad de la víctima en general ni la existencia
por dicho concepto” (p. 73). de una situación de dependencia económica;
sino que es necesario conocer cuánto, de esa
En síntesis, se presume la dependencia eco- productividad, se convertía en beneficio eco-
nómica de los hijos menores por la sim- nómico para el hijo perjudicado.
ple relación paternofilial de parentesco, la
6. Cuestiones a tener en consideración al
cual deberá acreditarse de manera idónea.
momento de cuantificar el lucro cesante
No obstante, dicha presunción –por ser iuris
tantum– puede ser desvirtuada en caso se En principio, una vez dilucidado el aspecto
demuestre que la dependencia económica en torno a los legitimados para exigir el lucro
no existía y, por ende, desparece el lucro cesante, corresponderá determinar, antes de
cesante. proceder a liquidar el referido perjuicio, el
monto de la ganancia frustrada.
Cabe precisar que en el supuesto de los hijos
mayores de dieciocho años, que se encuen- Dicha cuestión, tratándose del lucro cesante,
tran impedidos para trabajar o valerse por tiene una complejidad un poco mayor, pues
sí mismos; o que sigan con éxito estudios “no se trata propiamente de una erogación,
de una profesión u oficio (artículo 424 del sino de un activo que no ingresará al patri-
Código Civil34), ciertamente se desvirtúa la monio del afectado” (Rojas Quiñones, 2015,
presunción de dependencia, pues “es posi- p. 85), por lo que deberá considerarse cada
ble demostrar que, por circunstancias espe- caso particular, en aras de tener en cuenta
ciales, dependían económicamente del padre los diferentes factores que inciden en los
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sibi se presume en un porcentaje del 25 %
Comentario relevante del total del ingreso. Es necesario, enton-
del autor ces, descontar el valor que la víctima
dedicaba “a su propia manutención o sos-
Se presume la dependencia econó- tenimiento, el cual, de no establecerse en
mica de los hijos menores por la sim- un valor diferente, se ha calculado en un
ple relación paternofilial de paren- 25 %” (Gaviria Cardona, 2017, p. 53).
tesco, la cual deberá acreditarse de En nuestro medio, a partir de lo
manera idónea. No obstante, dicha previsto en el numeral 6 del artículo 648
presunción –por ser iuris tantum– del Código Procesal Civil37, considera-
puede ser desvirtuada en caso se mos que el porcentaje de los gastos de
demuestre que la dependencia eco- mantenimiento personales –esto es, de
nómica no existía y, por ende, despa- la propia víctima– corresponde al 40 %
rece el lucro cesante. de los ingresos –que deberán ser deduci-
dos–, en tanto dicho monto resulta inem-
bargable para garantizar obligaciones
alimentarias.
progresivamente van incorporándose a
la vida laboral en el desempeño de tareas No obstante lo anterior, consideramos
laborales, muchas veces en condiciones que no es posible establecer una regla
iguales a los que no sufren ningún tipo de absoluta en este punto, por lo que cada
discapacidad (Velásquez Posada, 2013, caso deberá ser analizado por separado.
p. 403). Lo mismo puede ocurrir con los Por ejemplo, en el supuesto en el que solo
menores de edad. exista una víctima indirecta que depen-
diera del causante, será razonable asumir
iv) Si la víctima fallece, como lo hemos ana- que los gastos personales del fallecido
lizado, la determinación del ingreso frus- serían el 50 %, y la otra mitad destinada a
trado exige que se descuente el valor su dependiente.
que dicha persona destinaba a su propia
manutención (conocido como la cuota v) Naturalmente, como lo hemos señalado,
sibi). Lo anterior en la medida que, en para el caso de los dependientes eco-
virtud del fallecimiento, dicho dinero ya nómicos, el valor del ingreso frustrado
no será empleado por la propia víctima deberá corresponder al que, en realidad,
y, por su particular destinación, tampoco destinaba la víctima directa a favor de
les corresponde a los dependientes eco- tales dependientes. Así las cosas, deberá
nómicos (Rojas Quiñones, 2015, p. 86). acreditarse cuál era la cuota de manu-
tención que la víctima directa entregaba
En algunos ordenamientos jurídicos, a los reclamantes. En caso ello no fuese
como es el caso del colombiano, la cuota posible, se repartirá 50 % para el cónyuge
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Una vez se cuenta con la cifra actuali- Un presupuesto procesal necesario de lo que
zada, por ser un daño pasado, se le deberá hemos desarrollado es que el daño material
sumar el interés legal puro, en los térmi- (daño emergente y lucro cesante) se encuen-
nos que indicamos al abordar lo relativo tre, debidamente, acreditado o probado.
al daño emergente.
Así, al igual que en cualquier otro campo,
ii) Finalmente, en el supuesto de un lucro rige respecto del daño el principio enun-
cesante futuro –esto es, cuando aquel ciado por Paulo que prescribe que ei incum-
no se haya producido al momento de la bit probatio qui dicit, non qui negat; esto es,
expedición de la sentencia o laudo, “pero la prueba incumbe a aquel que afirma, no al
que con razonable certeza se producirá que niega. Por consiguiente, el demandante
en una etapa ulterior” (Rojas Quiñones, (víctima) tiene que probar necesariamente
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como se arriba al quantum que exige como
Comentario relevante resarcimiento por el daño material.
del autor
Para tal efecto, el afectado podrá valerse de
los diferentes medios probatorios que admite
La valoración y cuantificación del
la legislación procesal peruana, así como de
daño emergente y lucro cesante se cualquier evidencia que, dentro de los cauces
realizan por separado. de la legalidad, pueda aportar la prueba docu-
mental, la pericial, la inspección judicial, la
declaración de parte, la declaración de terce-
su propio daño. De esta manera, la probanza ros, entre otros mecanismos más, serán, en
del daño por el actor es una regla general que general, idóneos para la tarea demostrativa
se aplica aunque funcione la presunción de que la víctima debe desarrollar (Rojas Qui-
culpa o se trate de un criterio de imputación ñones, 2015, p. 61).
objetivo (De Trazegnies Granda, 1988,
p. 21). Naturalmente, la prueba de la existencia y
cuantificación se deberán realizar por separa-
El artículo 1331 del Código Civil establece dos, en lo relativo al daño emergente y lucro
que “[l]a prueba de los daños y perjuicios y cesante, toda vez que se tratan de partidas
de su cuantía también corresponde al perju- autónomas. El otorgamiento de uno de ellos,
dicado por la inejecución de la obligación, o por ende, a través de una sentencia o laudo
por su cumplimiento parcial, tardío o defec- arbitral, no puede significar que el otro tam-
tuoso”. Conforme a ello, según Taboada bién será concedido. La valoración y cuanti-
Córdova (2003), es menester que el deman- ficación del daño emergente y lucro cesante
dante pruebe, por un lado, que los daños se se realizan por separado.
han materializado efectivamente y, por otro,
que esos daños puedan o cuantificarse o esti- Pese a ello, en la práctica se advierte que, con
marse dinerariamente (pp. 76-77). frecuencia, algunas demandas resultan oscu-
ras, en tanto solo incluyen un monto general
Lo anterior supone, entonces, que la carga de resarcimiento del “daño material”, sin dis-
de la víctima, en su calidad de deman- criminar –y, a veces, ni acreditar– lo corres-
dante, deba apuntar hacia la consecución pondiente al daño emergente y lucro cesante.
de dos tareas fundamentales, a saber: i) de En tal sentido, a fin de evitar cualquier con-
una parte, la acreditación de la existencia tigencia futura, se debe acudir al siguiente
del daño material; y ii) la demostración de esquema, el cual puede ser utilizado por
su cuantía, explicando y probando la forma cualquier operador jurídico:
Ahora bien, de manera excepcional, dadas las valoración equitativa, ha “aliviado la carga
dificultades que implica –en ciertos casos– la del demandante exigiendo que se acredite de
prueba exacta de la cuantía del daño mate- una manera genérica la existencia del daño,
rial, nuestro legislador, a partir del criterio de acreditado este hecho, el monto resarcitorio
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38 Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, de fecha 5 de octubre de 2004. La equidad como
criterio excepcional de cuantificación del resarcimiento ha sido propuesta, especialmente, para la valorización
de los daños morales, es decir, de aquellos que no admiten una estimación directa. No habría razón para que el
demandante que pretende un resarcimiento por daño material no ofrezca el material probatorio que sustente su
pedido (León Hilario, 2016, p. 60).
39 Sentencia Nº 4534 de la Corte di Cassazione, de fecha 22 de febrero de 2017.
DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA | Nº 244 • ENERO 2019 • ISSN: 1812-9587 • pp. 87-117 113
Corresponde al juez o árbitro:
Comentario relevante
del autor (…) aplicar al caso criterios que, sobre la
base de la equidad y las reglas de la expe-
riencia, permitan arribar a una determina-
La aplicación del criterio de valora-
ción razonada del lucro cesante [o daño
ción equitativa también se desnatu- emergente] cuando, a pesar de haberse
raliza cuando, no obstante en el peti- probado su existencia, existan circuns-
torio se exige una suma determinada tancias que razonablemente impidan al
por resarcimiento del daño material, demandante acreditar con exactitud la
el juez o árbitro –al momento de cuantía a la que esta asciende (no por
resolver– fija –con total vulneración causa de negligencia o insuficiencia pro-
del principio de congruencia procesal batoria, debe precisarse)41.
(vicio ultra petita) y al “amparo de la
Por ende, el criterio de valoración equita-
equidad”– un monto mayor. tiva, al amparo de lo previsto en el artículo
1332 del Código Civil, no significa que la
víctima, en su calidad de demandante, no se
Según una atenta doctrina nacional, en posi- encuentre obligada a demostrar la existencia
ción que compartimos, para que proceda la del daño, con todos sus requisitos para que
evaluación equitativa del daño material son sea resarcible. El mencionado artículo solo
necesarios dos requisitos: i) la prueba de la flexibiliza, de forma excepcional, la obliga-
existencia del daño y ii) la imposibilidad mate- ción de la víctima en acreditar el monto, en
rial de su cuantificación. Por lo tanto, no podrá tanto haya demostrado la imposibilidad de
emplearse la evaluación equitativa en la cuan- probar su cuantía en forma exacta.
tificación del daño material si, previamente, el
damnificado no ha cumplido con acreditar su Por otro lado, la aplicación del criterio de
existencia (Medina Cabrejos, 2018, p. 182). valoración equitativa también se desnatura-
liza cuando, no obstante en el petitorio se
Así: exige una suma determinada por resarci-
miento del daño material, el juez o árbitro –al
[L]a liquidación del daño de forma equi- momento de resolver– fija –con total vulne-
tativa, que solo puede tener lugar en ración del principio de congruencia procesal
caso de imposibilidad o dificultad de una (vicio ultra petita) y al “amparo de la equi-
prueba precisa del importe y del alcance dad”– un monto mayor.
del daño sufrido, no exime al interesado
de la obligación de aportar pruebas sobre Finalmente, resulta frecuente que, en el
la existencia del mismo, pues deviene en marco de un proceso judicial o arbitral, se
el requisito previo indispensable para la realicen pericias orientadas a cuantificar el
evaluación equitativa40. daño material. Sin embargo, se debe tener en
40 Sentencia Nº 4948 de la Corte di Cassazione, de fecha 27 de febrero de 2013. Cuando el dañado no ofrece una
prueba exhaustiva del quantum, cuando se trata de una prueba posible, la demanda deberá ser rechazada. En
otros términos, la norma sobre la valorización equitativa del daño no atribuye al juez un poder ni una función de
suplencia para las hipótesis en las cuales no se ofrece la prueba del monto del daño (Espinoza Espinoza, 2016,
pp. 105-106).
41 Casación Nº 3499-2015-La Libertad.
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cuenta que si la víctima ha solicitado en sus tópico sencillo. Por el contrario, la praxis
pretensiones una cifra menor que la suma judicial y arbitral demuestra que no existe
resultante del dictamen pericial, esta última claridad sobre diversos aspectos sustantivos
será irrelevante para variar el monto de la y procesales, tales como la prueba del daño,
pretensión resarcitoria, puesto que el interés legitimación, aplicación del criterio de equi-
para obrar de la víctima tendrá como límite dad, entre otros.
lo fijado en el petitorio de su demanda.
En ese contexto, el presente estudio ha
El principio de congruencia procesal tenido como propósito formular –desde una
demanda que el resultado de la sentencia o perspectiva más moderna y real– diferen-
laudo tenga un monto máximo al planteado tes consideraciones en torno a la valoración
en el petitorio. Un dictamen pericial emite y cuantificación del daño emergente y lucro
una opinión con base en la causa petendi de cesante. Se trata, únicamente, de una apro-
la demanda, mas no del petitum, por lo que la ximación general, a la luz del ordenamiento
suma resarcitoria –que podría otorgar el juez jurídico peruano, que resulta necesaria tener
o árbitro– tendrá como límite el petitum y no en cuenta al momento de administrar justicia
el formulado en dictamen pericial, en caso o en el marco de una negociación sobre res-
haya sido posterior. ponsabilidad civil.
En consecuencia, aun cuando exista un dicta- Corresponderá a cada uno de nosotros estu-
men pericial, el mismo será irrelevante si es diarlo, analizarlo y aplicarlo.
que, como conclusión, se fija un monto que
excede a la cifra que la víctima solicitó como REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
petitorio por concepto de resarcimiento del
daño material. A fin de evitar ello, se sugiere Barros Bourie, E. (2006). Tratado de respon-
sabilidad extracontractual. Santiago de
que el dictamen pericial se realice de manera
Chile: Editorial Jurídica de Chile.
anticipada y se presente como medio proba-
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tenda adaptarse a la celeridad de nuestros Jurídica(246).
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DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA | Nº 244 • ENERO 2019 • ISSN: 1812-9587 • pp. 87-117 115
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116 pp. 87-117 • ISSN: 1812-9587 • ENERO 2019 • Nº 244 | DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA
INFORME JURISPRUDENCIAL
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