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INTRODUCCION

“Escribir... escribir... escribir sobre el vídeo es como explicarle


un viaje a alguien que nunca se ha tomado un ácido”.

Esta cita de Marco Vassi nos ubica directamente en la “drug-culture” de los 70,
poniendo de manifiesto las dificultades que encuentran quienes pretenden escribir
sobre el vídeo. A pesar de ello, este libro tiene por objeto caracterizar los primeros
años del vídeo a través del entorno cultural y social que hizo posible su aparición en
el arte y, a su vez, determinar cuáles fueron los cambios e influencias que el propio
medio acabaría imprimiendo al arte. Entre ellos, destacamos el ejercicio de una
influencia social y política sin precedentes, la reestructuración de las expectativas
institucionales y las del mercado del arte, la incidencia en el carácter procesual de la
obra y en la participación del espectador, y la definitiva alteración del estatus del arte
y del artista.

La base de este libro es una tesis doctoral elaborada con los criterios de
ordenación, síntesis y rigurosidad que requiere un “manual” y expresada ahora bajo la
forma de un texto cuya intención es divulgar, de una forma clara y exhaustiva, esa
parte de la historia que ha propiciado la actual revolución electrónica en el arte y en la
sociedad.
Pero para poder definir mejor este texto debo comenzar diciendo qué no es. Y
esto no es una Historia del Vídeo, sino un análisis crítico de las múltiples “Historias
del Videoarte” que se han escrito hasta la fecha (1998), y que pretende desmarcarse
de éstas a partir de dos premisas: en primer lugar, presta especial atención al
desarrollo de su faceta meramente comunicacional, es decir, a la vinculación del
vídeo con su entorno socio-político; y en segundo lugar, intenta no aislar el videoarte
del contexto general del arte, cuestionando las argumentaciones sobre su
especificidad como “arte tecnológico”.
Esta última postura ha quedado especialmente reflejada en el interés obsesivo de
ciertos sectores por demostrar la singularidad y especificidad a ultranza del vídeo a
partir de un determinismo tecnológico que llegó a generar frases tan absurdas como
la siguiente: "La palabra "historia" nació para que los acontecimientos que se
relataban pudieran consignarse a continuación. Hoy en día -escribía Nam June Paik
en 1973-, la historia se registra en imágenes o en vídeo. Por lo tanto, de ahora en
adelante, ya no habrá "Historia", sino sólo "Imaginería" o "Videoría"- Las
universidades, por ejemplo, tendrán que modificar la asignatura de "Historia
americana contemporánea" por la de "Videoría americana contemporánea". (1)

Sobre el vídeo se vienen escribiendo "Historias" parciales desde 1974, cuando


apenas habían transcurrido 10 años de su aparición -"Es posible que el vídeo sea el
único arte que ha tenido una Historia antes de tener una historia”, asegura Bill Viola
(2) -. Según la crítica Marita Sturken, existen dos razones básicas para que se haya
producido esta compulsión por definir y configurar la historia del vídeo: una es

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VÍDEO. CONTEXTO SOCIAL Y ARTÍSTICO DE LOS AÑOS 60/70

tecnológica y la otra institucional. La primera está relacionada con la inmediatez y la


celeridad que trajo consigo la televisión y, consecuentemente, con la facilidad de
deterioro del medio. (3) "Nos encontramos, pues, -escribe Sturken- ante un marco
temporal nuevo, acelerado, para aprehender una forma artística y su desarrollo, un
marco temporal que ha tenido un efecto inmediato en la aparente necesidad del vídeo
de tener una historia. En apenas 20 años, las transformaciones técnicas y estéticas
en el vídeo se nos antojan equivalentes a décadas de desarrollo en fotografía y
pintura, provocando de este modo la sensación de que hay que hacer su historia
rápidamente. La necesidad de una historia se ve reforzada cuando la información
comienza a desgastarse y llega a ser irrecuperable. La otra razón para la
preocupación del vídeo por su propia historia no es tecnológica sino institucional; pero
también comporta un cierto temor a la supervivencia. Formular una historia es sentar
la legitimidad". (4)

A partir de los 70, la inicial resistencia del vídeo al mercado del arte empezó a
debilitarse y se produjeron los primeros contactos institucionales y mercantiles,
gracias a las subvenciones de diferentes organismos estatales y privados. Pero el
vídeo sólo se introduciría definitivamente en el mercado del arte a través de los
departamentos especializados de algunos prestigiosos museos que comenzaron a
reconocer el pujante interés que despertaban las formas de arte más alternativas en
los sectores culturales y artísticos. A su vez, entre los artistas del vídeo también se
detectó un creciente interés por el reconocimiento de un arte hasta entonces relegado
al “ghetto” de los circuitos contra-culturales. No sería hasta 1974, cuando las obras
videográficas consiguieron su pequeña parcela en el mercado del arte (distribuidoras,
revistas, festivales, documentas y bienales) gracias al proceso de legitimación llevado
a cabo, sobre todo, desde las instituciones museísticas; un proceso que, por otra
parte, nunca fue desinteresado (no debemos olvidar que sólo un arte legítimo es
susceptible de reportar beneficios).

En su intento de legitimación del medio, tanto las instituciones como el mercado


serían los primeros interesados en argumentar la existencia de unos pioneros que
determinasen el origen del videoarte y para ello construyeron una historia del vídeo
que reafirmaba su carácter de aislamiento en torno a sus dos grandes mitos: el
coreano Nam June Paik y el alemán Wolf Vostell.
Consecuentemente, ambos han sido quienes mayor renombre han alcanzado,
favorecido, sin duda, por la propia publicidad que ellos mismos generaron. Así pues,
la historia mítica construida a su alrededor estuvo fomentada tanto por sus propias
declaraciones como por los intereses de un engranaje artístico necesitado de mitos.
(5) Aunque este texto evita gravitar en torno a la atrayente órbita de de Paik y Vostell,
procura también no perderlos nunca de vista, pues olvidar estas dos grandes
personalidades sería ofrecer una visión de los hechos gravemente mutilada. Ambos
fueron los artistas que primero se interesaron y experimentaron con el vídeo, tan
simultáneamente que carece de interés determinar su prioridad o su importancia (6).
(Jean-Paul Fargier, en un arranque de ecuanimidad, asegura que Paik fue quien
primero utilizó el magnetoscopio y Vostell la televisión (7). No se puede asegurar, sin

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INTRODUCCIÓN

embargo, que sólo fuesen ellos quienes decidieran el rumbo del videoarte: abrieron
dos brechas importantes, pero no las únicas. Una simple mirada a los numerosos y
cambiantes sucesos de la época nos permitirá constatar que fueron las circunstancias
socio-políticas y el entorno cultural quienes verdaderamente posibilitaron la aparición
y posterior evolución del vídeo en el arte.

Debido a la inexistencia de antecedentes inmediatos sobre la intersección entre


arte, tecnología y telecomunicación, la interpretación histórica del vídeo y su
legitimidad presentan numerosos problemas a la hora de abordarlas. A lo largo de sus
más de 30 años de existencia, se ha demostrado que es prácticamente imposible
sistematizar el vídeo en apartados estancos; no obstante, desde aquí defiendo que
sigue siendo necesario un análisis exhaustivo que permita su caracterización. Este
texto, pues, plantea los inicios del vídeo y el entorno cultural, social y político en el
que apareció este fenómeno; todo ello como aspectos de los cuales no se puede
desligar su evolución.
Finalmente cabe apuntar que aquí también se determinan las circunstancias que
favorecieron la introducción del vídeo en el arte de los 60. El análisis no se remite tan
sólo a las obras -cómo y cuándo se generaron-, sino también a los artistas que se
dedicaron al vídeo: tiene en cuenta su formación y sus inclinaciones artísticas, su
trayectoria y la corriente(s) con la que se sintieron identificados.

Aunque este texto se concentra en el medio videográfico intenta no perder nunca


de vista que son una reducida minoría quienes se dedican a él con exclusividad; no
nos engañemos, la predisposición de los artistas es multidisciplinar, como el propio
medio. Y no es de extrañar que encontremos en sus exposiciones todo tipo de
objetos y artefactos que no incorporan el vídeo, e incluso dibujos y pinturas realizados
antes, durante y después de crear sus obras. Tampoco debe ser una sorpresa la
referencia a performances grabadas en vídeo, o a instalaciones cuyo soporte es
exclusivamente cinematográfico.

Consciente de que existen múltiples posibilidades en el videoarte, he tratado de


presentar un panorama lo más amplio posible, atendiendo siempre a lo que el
mercado, las instituciones, los críticos y los artistas han definido como tal, pero
presentando también sus propias contradicciones.
He intentado definir el medio, caracterizarlo. Extraerlo fuera de ese limbo en el que
lo han sumido los múltiples ensayos y críticas condensados en antologías y las
"Historias" del vídeo cuyos criterios han sido fijados institucionalmente, y articular un
"entorno posible" que, por supuesto, no pretende sistematizar ni normalizar -pues es
característica del medio su peculiar resistencia a ello- sino ofrecer un amplio
panorama, una visión globalizadora que recomponga su esqueleto. Se trata, ante
todo, de un intento de comprensión del medio.

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VÍDEO. CONTEXTO SOCIAL Y ARTÍSTICO DE LOS AÑOS 60/70

Notas
(1) Nam June Paik, "Binghamton Letter", extracto de una carta dirigida a Beryl Korot, Phyllis Gershuny,
Michael Shamberg e Ira Schneider, editores y miembros de redacción de la revista Radical Software. La
carta, que contenía varios spots publicitarios escritos fué publicada en el catálogo Nam June Paik: Videa 'n'
Videology 1959-1973, Everson Museum of Art, Syracuse, New York, 1974.

(2) Bill Viola, "History, 10 Years, and the Dreamtime", en el catálogo Video. A Retrospective 1974-1984,
Kathy Huffman (ed). Long Beach Museum of Art, 1984.

(3) "La velocidad con la que esta tecnología ha progresado carece de precedente en la historia de las
artes de la imagen. El desarrollo acelerado de la tecnología electrónica de la imagen y de la tecnología de
la televisión en las dos últimas décadas ha sido resultado directo de una ideología y está directamente
relacionada con el deseo de captar la realidad en tiempo real. La televisión se convierte en el símbolo de lo
inmediato, la imagen viva transmitida a muchos lugares a la vez. Nunca ha sido concebida, ni material ni
culturalmente, por la industria como un medio de archivo. En consecuencia, el vídeo es materialmente un
medio de deterioro rápido. Cintas de vídeo grabadas en 1973, con sus imágenes borrosas y de amplio
grano y su sonido bronco, parecen extraños y fugaces artefactos de otra era". Marita Sturken, "La
elaboración de una historia, paradojas en la evolución del vídeo", El Paseante, n.12, Ediciones Siruela,
Madrid, 1989. Versión revisada de un texto publicado anteriormente en Vidéo. Communications n.48, "Les
grandes ésperances et la construction d'une historie", Raymond Bellour y Anne-Marie Duguet (ed.), Seuil,
París, 1988.

(4) Para Sturken, la historia que conformaron las instituciones, además, hacía caso omiso del uso del
vídeo como instrumento social. Ibídem.

(5) Aún hoy en día, los 60 son contemplados como un período utópico que les fué permitido vivir a unos
cuantos elegidos: "Según el mito, hubo una era en la que abundaba la libertad de espíritu, en la que los
artistas y los activistas descubrieron un nuevo medio y con él tomaron las calles convencidos de que la
táctica de guerrillas a la postre transformaría la televisión". Ibídem. Las premisas de la modernidad estaban
a la orden del día.

(6) "A pesar de que es muy importante saber cuando suceden las cosas, todos los viejos debates sobre
si fue Paik o Vostell quien primero utilizó la televisión en su trabajo, me parecen simplemente ridículos.
Esto indica que se ignora por completo la realidad de la situación: es decir, que la contribución de Paik al
videoarte es tan sumamente importante como la de Vostell". Bill Viola, en Video. A Retrospective 1974-
1984. (1984), Op. cit.

(7) "Paik a sido el primero con el magnetoscopio y Vostell el primero con la televisión". Jean-Paul Fargier
en la entrevista realizada a Wolf Vostell, Cahiers du Cinéma, nº 332, février, 1982.

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INTRODUCCIÓN

INDICE

Introducción ...................................................................................................... ….. 1

CAPITULO I

1. El vídeo en Fluxus
1.1. La filosofía Fluxus .......................................................................................... 5
1.2. “Conciertos Fluxus”: música, happening y humor ........................................... 11
1.3. De la “música/acción” al vídeo de Fluxus ....................................................... 17
1.4. El “fin” de Fluxus ............................................................................................. 21

CAPITULO II

Primeros usos del vídeo en el arte ....................................................................... 25


1. El vídeo como respuesta social y política de la contra-cultura
1.1. Años 60/70: el período de los grandes cambios ............................................. 26
1.2. La contra-cultura, una concepción social del arte ........................................... 32
1.3. Vídeo versus Televisión ................................................................................. 45
La televisión en los 60. Marshall McLuhan ......................................................... 45
Arte contra Televisión ........................................................................................ 49
La postura de los artistas .................................................................................. 62
Los artistas, la TV,... la pasividad del espectador medio ................................... 76
Fin de década: actitudes pro-televisión ............................................................. 82

2. Registro de acciones: Función documental/Función artística


2.1. Vídeo y arte de acción .................................................................................... 87
2.2. El cuerpo humano en el vídeo ........................................................................ 99
2.3. Vídeo-danza ................................................................................................... 112
2.4. Land-Art. La función de registro ..................................................................... 115

3. Intención experimental del vídeo en el arte


3.1. Primeros experimentos ................................................................................... 121
3.2. Colaboración entre artistas y técnicos ............................................................ 127
3.3. La actitud de los videoartistas experimentales. .............................................. 133

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VÍDEO. CONTEXTO SOCIAL Y ARTÍSTICO DE LOS AÑOS 60/70

CAPITULO III

Caracterizando el medio
1. Dialéctica entre obra y espectador.
Integración del espectador en el contexto de la videoinstalación
1.1. Interpretación y participación. ......................................................................... 137
1.2. Circuitos cerrados: sin espectador no hay obra .............................................. 141
1.3. Acción, participación, interacción ................................................................... 154

2. El vídeo en el mercado del arte


2.1. Aspecto anti-mercantilista del vídeo ............................................................... 159
2.2. Las dos tendencias del vídeo en el mercado del arte ..................................... 163
2.3. El lugar del vídeo en el mercado del arte. ....................................................... 179

3. Vídeo y Cine
3.1. Cine y vídeo, dos soportes y dos intenciones en el arte ................................. 183
3.2. Cine experimental y videoarte. Puntos de encuentro ..................................... 191
3.3. El tiempo en el cine experimental y en el vídeo .............................................. 197
3.4. Obras mixtas: cine videográfico y vídeo cinematográfico. .............................. 207
3.5. Instalaciones con soporte fílmico .................................................................... 212

4. Características generales
4.1. Hacia una definición del medio ....................................................................... 219
4.2. Perfil general de los artistas ........................................................................... 225
4.3. Cinta de vídeo y videoinstalación ................................................................... 230

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................... 243

ENLACES ............................................................................................................. 253

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