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1.

HISTORIA

Los primeros asentamientos en la colina datan del siglo VI AC, convirtiéndose rápidamente en un importante centro
comercial, pues se encuentra en medio de la ruta entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, así como en el
camino entre la Península Ibérica y el resto de Europa. Los romanos construyeron una fortaleza oppidum en el
promontorio rocoso que domina el valle del río Aude. Entre los siglos III y IV, la ciudad ya estaba protegida por un
muro de 1200 metros de largo, con dos líneas de muralla y un castillo.

Los visigodos ocuparon la ciudad en el siglo V y construyeron más fortificaciones que aún se conservan. La
importante familia Trencavel tomo posesión de la ciudad en el 1067, por medio de unión matrimonial. Entre las
obras que emprendieron, está la de la basílica de Saint-Nazaire, cuyas vitrinas están consideradas las más bonitas del
sur de Francia.

Tras una revuelta en 1247, la ciudad pasó de los Trencavel a manos del rey de Francia Luis IX. Es en esta época
cuando se funda la ciudad baja, en la orilla occidental del río. Se construyeron las fortificaciones exteriores,
considerándose inexpugnable la ciudad amurallada, y adquiriendo el aspecto que tiene hoy en día. Durante la guerra
de los cien años la fortaleza logró resistir el ataque de Eduardo, el Príncipe Negro, demostrando su efectividad
defensiva.

2.RECONSTRUCCIÓN

Hasta la firma en 1659 del Tratado de los Pirineos, Carcasona era la frontera entre Francia y Aragón, reduciéndose
a partir de ese año su importancia militar y concentrándose en la industria textil. La ciudad amurallada se fue
poco a poco abandonando, llegando a estar en ruinas en el siglo XIX, momento en que el arquitecto Eugène
Viollet-Le-Duc, el mismo que restauró la catedral de Notre Dame y construyó su torre central, emprende los
trabajos de restauración.

En 1844 empezaron las obras del considerado mejor ejemplo de arquitectura militar medieval, terminándose en
1911. En 1997, Carcasona es declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, debido a su importancia
histórica y peculiar belleza.

3.VISITA
La ciudad amurallada de Carcasona se puede visitar en un día, aunque lo más recomendable es estar dos noches
en la ciudad para dar un pequeño paseo por la parte baja y disfrutar de todo lo que nos ofrece esta ciudad.

Las vistas más bonitas a la fortaleza se tienen desde el puente viejo (pont vieux) sobre el río Aude. Seguimos el
recorrido por las callejuelas antiguas a pie de la fortaleza, para entrar a la ciudadela por la puerta del Aude (Porte
de l'Aude) o, dando una vuelta alrededor de la muralla, la puerta principal, también conocida como puerta
Narbonnaise. Las puertas están situadas justo a cada lado de la muralla.

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