Está en la página 1de 15

FILOSOÇIA,

¿ESO QUE ES?

«¿Qué es lo que hace que yo sea yo, en vez de mi hermallB O 2T11 madre? (Y
qud habia venido a buscar a la nevera?». Ahí me tienes, plantado en la co-
<ina, un %aval extrañ o con preguntas exWaü as. Sacudí la cabeza tratando
dR RXpulsar ese pensamiento intrusO, O KOITio mínimo intentando que se pu-
siera a la cola, ya que no era, en a&snlutn, la primera pregunta incó moda que
me hacía. Debía de tener unos catorce n quince añ os, pern llevaba tiempo
peleando por mantRnerme a flote Re uri océano da pzeguntaa al que sentía
que aiguien me había arrojado, iconías de la vida, sin pxguntazrne antes.
(Somos realmente libxes y dueíios de nuestros actos? ¿Hay algo después de
la munrte n desapazecemos sin mas? i Tiene sentido la vida? ¿Vale la pena
vivirla si la respuesta es que no? ¿Por qué esto? ¿ Por qué lo otro* ¿Por qué,
por qué, por qué?
Supongo que cerré A nevera de unpnnazo, no sin antes agaKzar lo que
necesitaba para prepararme el desayuno. ProntD tendría que decidir si híiKÍa
el Bachillerato ciRtltíflcn n el humanistico. Tndns me decian que el científien:
no se me dab:xn trial las malemá tiKaz (aunque me ab ian), y sRgÚ Ii las
malas lenguas el Bachillemto de letras era para los que no desta Kaban en
ciencias. Pero al mismo tiempo disfrutaba mucho con la literatura y me en-
cantaba escribir. Ya, pero todos sabemos que las letras no tienen salidas: leer
y escribir siempre puedes hacerlo en tu tiempo libre, cuando termines de
trabajo en la empresa que te contratará pnr haber hechn una carrera cien-
tífico-tecnoló gica. ¿Có mo decidir? ¿Qué criteririusar‘* En ú ltimo término,
supongo que la feli£'•idad, ¿ un* (Pern en qué consistR? ¿Có mo alcanzarla? ¡Ay!,
yaeztamosotravez...
TRrminé nptando por el Bachillerato científico, pero las preguntas seguían
estandn ahí y resurgían a cada nueva oportunidad, amenazando CDR fans-
trarme hasta lo má s prnfundn. Entonces, como un regalo en el mnmento
má s npnNuno, llegó hasta este pobre naufrago uria tablilla a la que aga-
rraxse. Una asignatura nueva, llamada «Filosofia» . De prontn aprendí que
todas esas preguntas que me había estado haciendo, que no me permitían
dnrmir, que me dejaban absortn en mitad de una conversació n, eran pregun-
tan filosóficas, que existía una disciplinaviva, en la que habían trabajado
algunas de los mentes mas b llantes de la humanidad, que hevaba cnmn
mínimo veintiséis siglos abordá ndolas de manej sistemá tica: la filosofía.
Siempre que intento describir mi encuentro
con la íilnsnfía IIle Kuesta dar cDn mejor
imagen que la de un enamoramíentn. Cnn-
taba lDs segundos hasta Rmpezar lii Klase, lo
escuchaba todo con la má xima atenció n, me
pasaba hnras pensando en lo que habia
apren-
dido, quería lRer má s y má s fiObie esas personas que se habian hecho
preguntas aú n má s raras que las mías. En compañ ía de gRnte muREta siglos
atxá s estaba Korno en Kasa: empecé a sentirme amigo de Plató n, fan de Aris-
tó teles, có mpkee de Nietzsche. Si, mR enamoré, la filosofía me conquistó .
Tndo pasó a ser filosofía y la filosofía pasó a serlo todn: i••*•• •za lo que había
estado buscando y por fin lu habia enconwado! Y emg›ezó a nacer en mí eI
des co de estudiarla fiOITtO t2ENTRE .
Eu su diá logo C›orgias, Plató n recnge un enfrentamento entre Só crate e, su
maestro, y un peraonaje llamado Calicles. Este, enojado por las pxeguntas de
SÓ Czates, s'R biwla de su pasió n poK la filosofía, diciendo que tiene su encanto
en la juventu8 QRro qu'R resulta vergsnzosa y ridícula en un hombre adu$to,
qae debería dedicaise a cnsas elás importantes. 2.4O0 aú os despuó s, sigue
igual elpanorama: el ó esdén poz la filosofía (y en general por cualquier
isciplina humanís ca) contizú a vigente. Porejemplo, recuerdo que, Á u-
iunte Rl recreo de X manana, un  a un pic•fesoK me preguntó : a¡¥ate has
planteado qué quieres estudiar?». «No 1c›1engo rlaro —le dije—, pero quizá
Filosofia, se llama muchn la atenció n». «¿Filosofía? ¿Y qué vaa a comer?•,
soltó en un tono bwlesco. de puse un poCn Khulo: «¿Pero iisted no sabe que
no som de pan vive el hombre? •(¡Kasi me quitó el bocadillo, eI tipo!).
Lo triste es que, inicialmente, cedí. Cel a todas esaa presinnes, a
todas esas voces, implícitas y explícitas, que me susurraban que este
desen RrEi
una fase, que ya ac me pasaría cuando creKiera un poquito má a, que no valia
la pena perdex el tiempn con algo tan iú til. •¿Estudiar Filosc›fía? ¿Y hacer
algo de pxDVOChD RO se te ha ncurrido?». Si todos me dicen lD IRismo, penaé,
será que eienen razó n. Y inc maCiculé en Binquímica. Las voce-s cdlazon,
saõ sfechas.
Pezo huba una voz que no c£ló . Una que tenía muy adRFlnn, que se había
despertado con esa asignatuia milenaria y que me iba susunando, tímida
pern dRCidida, que estaba cO22LRü enÁ o un enor. EKa la voz que me hacía decir,
cada vez que alguien me pKeguntaba qizé iba a eau ar: •£í, voy a estudar
Bioquímica. . ., pero dcr,plJés hfird Jifoso e». Siempre aíiadía esa coletilli2, Rse
«peru después», y lo hacía casi sin darme cuenta. ;5obre todo› sin darme
cuRntã de lo absuzdn que soriaba! Al parecer tenía esta idea de que iba a dedi-
car cuatro, cinco aíios de mi vida a estudiar algo que tro me apasionaba en
lo tná s mínimo, solo po después, siempre dcspi s ,
estndiar lo qun realmente me hacía vibxar. • No —zusuzraba lavocecita—, tú lo
tienea claro, quieres es- tudiar Filosofia. Pues extudía Fi1osofia•.
Cumo el xsto de las voces se habían apagado, ganó la que nn hizo sü enÙ o.
Una semana antes de empezai la carrera, me cambié a Fü osofia, y hoy hace
rriá s de diez anus de aquella decisió n. Nunca me hR arrepentidn. Y nurica me
pentirè.

2. Quu 6i qizÎuzu bolsa (o quê es lx filosofía)

«Vuy bien por Ú , Eniic, pero nye, jqué es esto åe la filosofía? ». iGenid que
me lo pzeguntes! (Tienes maden de filó sofo). %za, dar una definiĞ ó n
exacre de la Vosofía no es tarea fácil, si es que acaso puede û evarse a cabn.
Exagerando psdríamos decir que hay tantas defini<innes de filosofia como
f ìló sofos. . . ¡Pero nn te vayas! Algunas pinreladas para intuir de qué eatamos
hablando sí te las puedo dar.
Probablemente la definició n informal má s perfecta de filosofia es la que
da uno ‹le mls filó snfos rontempnNneBs favoritos, Alviri PI tinga. 5egú n
Plantinga, filosofía es pe nsar sobre al gn. . . pero may fuerte. ¡NoIN rías!Lo
cierto es ue esła de ció n lo tienR todn: la osofia ea, efectivamente,
un ejerKiKio ò el pensamiento, pero nence, em esternides, en plari radical. De
hecho, tú mismo puRdes haKer el expRrimeuto: agarza cualquier tema, Kual-
quier expeNencia ordinazla, y empieza a hacerte preguntas sobze eso. Si lo
vas haciendo Ae modn consistente, profundizando cadavez un pnquitn m-äs,
terminarà ø Hcando fondo en algum pregunta filoaô fica.
Por ejempio, ahora estás leyendo este û bro (ihola!). ¿De qué color son las
l«zas? Negro, ¿ciexo? P:usala m.ano poz la pá ğ na. ¿Tiene un tacto suave?
¡Bien! Acéreate el û bro y huélelo (bueno, mejor nu, eso seń a muy Kaax›). Estáz
tomando concieRcia de una serie åe expeKienĞ as quR a menudo das poz
supuestas. Los filó sobs (nos gusta ponerle nnmbre a todo) las llãmaIDBfl
qualia. las cualidades subjetivas dela experieneia, el color, el tactn, el olor
de algo, también el placer y el dnlox. ¿Te has planteado alguna vez dó xde
eats R8tos çva/ie° Asumimns que en el cezebrn. Pero el cerebus, en ’ultiino
términn, está liecho de tax mismas particular fundamentales que ellibro, y
no pensamos que el libro tenga cnsquillas coda vez que pasamns una pá gina.
¿Có mo puede ser que eI cerebKo, que no dRja de sex un cacho de eazne, genere
toda una serie de expeiienciæ$ an@etiVRß }f QEİVßdRs que no son obsez-
vøbles «desde fuera», pox dRCIFlO ã 5i? Y si no non nbsfirvaßles dRs de fuera,
¿có mo puedo aabeI que otros tienRn taIRbién experiencias subjetivas cOIRo
las mías ante Ins rnismos estimulc›s, en lugar be ser merax carcasas vacías
sin concieneia? ¡Eh, bienvenido a la filosofia d< la œente!
Tnmemøs ntro camino. No siempre has tenîAo este û bro en tub manos.
PrnbablRmentR te In ha regalado alguien que te quiere mucho (o todo lo
contrario), o talvez hasta te lo hayas Kompradn Hi mismo en uiia librería, en
UR arrRbatø de locura. A la libxería llegó en una caja junto con muehns ntros
É bros desde la distcibuidora, y antes se encuademó y tudo en la imprRnta.
Estalo recibió en formato elecnó nico, después de pasar øor una editorial.
A la editDrial se lc› envió en autor ( yo!), y a mí me concibieron mrs padrea
(yo nCt estaba, pero eso me han dicho). ¿€uá n aŁrú s podezrios ir (Hasta el
infmito? ¿O hay à lgú n iniĞ o de la seń e?;Poä ría el Ń bro haber empezado a
exislå em mesa sim ninguna causa en absoluto? ¿Acaso tiene sentido la
noeió n misma de causaû dad? iEnhorabuena, está s haciendo»izeafíă ica!
Pero quizá hemos idD demasiado rá pido. Hemos empezadB asiimiendo
que está s leyendo este libro. ¿Y st no es así? Por lo genRral pensamDs que,
k en eaperiencia, enlramos en conu.cto con objetos re&es, pero algunns
filó sofos ham planteado que In que redmente oonocemos sun nueztxas im-
pxesiones senaiblR8. Es d'RCl“z, nn eztäs vienò o eí SißFö , 5İTàD QHe tiRnes una
peIcepció nvisua1(eXQRzimentasuna serie de colores) e irzeflexivarnente
asumes que está coriectada cm objetn real, extramental, llamado •libro•.
Si esto es así, ¿no podiía set que estuvieras teniando esta experiencia sin que
esté el iibro ahí %em, como en una alucinacién? ¿9uä conecCa tus peccep-
cioneg con la reaIidad7 ¡Pues de estn se encarga la epiøtemnlogia!
La ’ultima (lo prometB). Piensa en todas Ian cosas que podrías hacer Kon
eate libro. Sé creativo, no tengas miedo. Podría leerln, guardarlD en tu estan-
tería para que haga bonito, usarlo KOIxln pisapapeles, haKer romo que lo lees

en el «ietro a ver si ligas con alguien (efisacia demostnda al 1D0 %),.. Por
poder, pndrias tirárselo a tuprc•fesoi a la cabeza, es«nnderlRdentrn estam-
pas de Hegel para hacer contrabandD o prenderle fuego y echarlo dentro de
la secció n de neonatoE del hnspital. Comn espern que estés viendo, de entre
todas las curas que pxedes hacer con este libro, hay muchan que no dabes
hacez bajD oingú n preiexfo(especidmente lo de laa eztampitas ó e Hegel,
io< é indecencia!). ¿9ero qué determina una cosa y $a ntra? Este «fiebeK ser»,
¿en qué se fundamenta › ¡Hemos llegado a la ética!
Filosofía de la mRnte, metafísica, epistemolngía, ética... son toda ramas
de ene gxan á rbol que es lx fztosnfia. Y hemos llegado a ellas partiendo de
una expei•iencia &e lo más cotidiana:1aIectura que está s haciendo xle este
Ubro. Tü osofía es, efemivamente, pensar sobre algn, pero nxJ/iierte.

3. Lo que busca la filosofía

DélTlosle Otra VLlRlta. • Fi1osofia•, en elgriegn clá sico, viene de la unió n de


dos pdabras,/Jin, que significa «amor o amistad•, y sean, que significa
«sabiduria» (esto es un tó pico que tndo el mundn repite, y yo no voy a ser
menos). a£ü osofía», por tantn, etimoló gicaznente es el amnr por la sabi-
duría. El oKigen de la pdabm Roz dicR mu%o a<exa de có mo los primeros
filó sofos sR entendieron a sí mismos. NO SR Rntendieron, fíjatR, Como «sa-
bros» (corro sofós ), zinci cnmo «amantes de la sabiduria lfíló-sofos).
De hecko, de sofó sterminaría derivá ndnse «sofista», la némesis del filó -
sofo. El sofista es aquel que, pBr decirlo asi, «va de sabio», pero en realidad
es un ignnmnte. Solo quR, como tiene uR graR dnminin de la palabra, es
capaz de apazentac sabiduría y ganaz cualquier discusió n. Así, el soñ sta
antepone
su propio éxito, su propia opmió n preconcebida, a la verdad, y echa mann de
cualquier método, lícito O ilícitn, para engatusar a lris demá s. El filó sofo, en
carnbin, no quiere quedar bien, nu quiere ganar ninguna discusió n, no busca
el aplauso. Z< ú nico que busca ea la ver&d. Aeia la ver8ad, la sabiduría, y
G persigue sin descanso hasta donde zea que le conduzca, consciente de que
nunca podrá agotarla ni poseRrla por entRFO.
Ahora bien, la sabiduría lla sofía nu es cual-

quier Kosa, no es c quien tipo de connci-


miento. El filó sofn un anhela, digamos,
alcanzar el cnnocimiento de có mn preparar
los mejores bocadillos de atán(que 9uizá
también, pern solo de modn tangencial). Lo
que quien es la sabiduría, que Aris ó tRles nos
dice que es •e1 má s perfecto de los moilos de
conocimiRnto» lÉtica a I•íicómaco , 114 la 16) y que versa«sobre las primeras
causas y principios» lMet-afísica, 98 lb 28-29). El filó sofo, pnr tanto, no busca
cualquier tipo de conocimiento o saber, sinn el conocimiento más alto, el
que lR ofrezca una ventarm a la explicació n ú ltima Á e todas las cosas, a la
verdad de aplicació n má s universal.
EntDnCH S, lo primero que pndernos decir de la filnsoÜ a es que, pmpia-
mente hablanfin, no es lo que los clá sicos llamaban una fechZ2é, liRfit tÓ t2l3ÍCíI.
En una techn , CBmo la caxpinteria, se pone el conocimiento al servicio de
algo fliainto, poK lo general la elaborac’ió n ó e un producto{como una mesa,
io un GbKo!). La filosofÍiá Ro pone el conocimiento que persigue al sezx'icio de
nada distinto, sino que lo busca por si mismo. no por la utilidad prá ctica que
pueda tener despiJú s, sino porque en sl ezicuentxa an fin ’ultimo y descansa.
En otras palabras, la filoaofia ea una ciencia o ep‘ u t emc en el sentido
clásicn, un saber, una disciplina intelectual, en tanto que persigue de modo
riguroso ciento tipn de cOROcizRiento por si mismo, y no pnc otra aosa.
Pero sres una cienC r Í Kuá l es su objeto? La física estudia la estructura
fundamental de la materia; la astronomía, los planetas y el espacio exterior;
la biología, los seres vivos. ¿Qué e&udia la fílo8Dfla? Mira, aveces sucede
que un filó snfo n grupo de filó anZos se emocionan mucha con un tema
concreto y anuncian un •giro• de la filosofia. Hemos tenido un girn episte-
lTlOlÓ KO (dnride de pronto el tema del coriocimientn ha pasado a aer
fundamental), un giro lingü ístico (con el lenguaje en el centro de todo), Kant
se pusn Khulo y a lo suyo lo llamó giro

coperriicaRB (haciendo que todo diese vuRltas


entorno al sujeto), giros ó ticos, giros anlropo-
ló ¡;icoS, gizns políticos, y al final un mareo
impresionante. Llevadns al extremn-, estoa
movimientos parecen querer limitar la
filosofía a uTlii Cit fiDSíl, sea el conocimiento, los valores, el ser humann, el
lenguaje, el poder... Pern lo que realmente muestran es que la filosofía zio xe
IimiLa a un ú nico nbjeto o grupo de objetos, sino que trata todos estos
temas y nxcfios nÁ . Con lo cual podemos decü que la filosoÚ a es un sabRT O
ema ciencia anivenes, que busca entender o expÉ car, esclarecer, to da Jn
renlidaden seconjunto, sin •$ejarse na‹ta.
Por eso a veces también se há dicho quR elObjeto de la filosoÚ a es el ser en
general, o el ente en cuanto ente. ¿Qué quien decir eato? (Como decia un pro-
fesc›r mio: «No se preocupen, que ahora traduzco»). Pues fíjate, si tnmas una
ciencia cnmo la biología, verá s que su objeto es lo vivo (dio-Jo,gín significa
precisamente la ciencia, el lógos, 6e lo vivo). Es de<ir,Ia biología no lo estudia
tada, sino solo un aspemo o á rea concreta del todo, esa parcela que coná ene
a los seres que está n vivos. Ln mismo hacen Ía física, la química, la psico-
logía, etcétem: compartimenon un aspecno de A realidad(lo material, lo
quimico, In mental...) y lo toman cnmo au objeto de estudio particular.
Hacer esto está genial(qu.e no me pegue nadie): noa permite profundizar
muchisimn en algo Koncretn. Pero si nos quRdamos salD ahí, es a cnsta de
pRzdex una perspectiva glnbal de- la realidad. Y por eso aveces (no sé si te
habrá pasadn) salRS de claae de Física paza ir a la ó e Biolngía yno ve> de qué
manexa encajar lo quR te está diciendo la unacon la otra. La física nos in-
forma de que, enel fondo, todo es lo mismo y está hecího ó e lo miamo, pero
la biolngía está basaü a en la cnnvicció n de quR hay iana distinció n radical
R7lÍPe unos seKes que está n viws y otms que no. ¿Có mo se compatibiliza
esfio?
Si solo tuviéramos &isc1pÉnas compartimenÍadas, estaríamos condRna-
dos a quRdarnos con esa incógnita, a vivir con un discurso esquizofíéniro
sobxe la reali'áaét, diciendo cosas distintas según el sombxern que Éevásemos
puesto. Pox suerte, aqui es donde RI2tra la filosoÚa, porque R OosofÍa no se
limita de esta maners, süio que lo indaga todo. Su objeto no es es e o ague!
tipn dR entes («ente• aignifiKa «algo que es»), siria todo este, tndn lo que es eri
tanto que es. La filosof‘m busca una comprensión rocal de las cosas, quieKe
en- tender lo Que la física estudia, lo que la biología estudia, lo que la
psicología estudia, y también el lenguaje y el sec humano y Íos valores, y
todavía máz: cóno se relacionan todas estas cosaa entre si y cómo encajan en
una visión completa dR lH xeálidad.
;A la sart6nl

Par eso no tiene mucho sentïdo la


idea de que la ciencia empirica es la
únìca foma de CanOCimientD VÚIÌda,
y que par ello no necesi&i7\as a la
fİlO5ofîa I,llamãWDs a esto cientrfi-
cismo). De entrada, os una 1aałs
autoconoadictaria: que la cien«ia es
el único medio para alcanzar conocimiento no es una conclusïón a la
que se pueda Ilegar por meòïo dB la ciencia, quR sOlO hay que creer la
que es deMDstrzble cientîficamente no es cientifïcamente demostra-
ble.
Además, la ciancia «mpirica estś baaada Bn un montón de
preaupueetoa que ea objato dø lø filoaofia eetudia« que existe una
realidad extramental. que hay otra personas además de nosotroz,
que nueßtFas facultades cog«itivas son fiables, que el pasado exis1ió y
nos ïnforma acerCa de Cómo seró el futuro, elcétera. Por úhimo, no pocas
veces las resultad•os cientíÏicos »sfán abie1os a múltlples interpreta-
ciones, y ahí entra de nuevo la filosofia, pæa evaluar las consecuencias
de cada una con respecto a todo lo demás que cabemos acerca del
munda,
Por todo esto, la filosofía •eø mńx &ndarnenté -que la cianciø,
pDrque estă en la base o entrada de la Cìencia(es Io única que puede
analizar 3uz presupuestDs metodOlóglCD3] y también en su salida (pues
muchas veCes es Io que necesi1amos para interpretar sus resultados e
integrarlos en una explicación comøleta de la realidad).
4. De zaźces, pzoblemœ y œ1sterios

PerO VA1 IOS & VRC, Enric. .., st la filnsofía no sR li2Tlita en cuanto a su nbjeto, puede
suceder go estudie Io mismo que otra cìencia, ¿rim* Si tantn la filnsofía KOfHO• Í8
biología, per eJnmpIn, estudian los screw vivos, ¿entnnces en que se ‹listLRQt2RR?
¡Buena pregunta! De entrada, en que una re fimíto a estudiaz los seres vivos, mien-
tras quR la ntra no. Pexo per encirna de esto, y cmmc dice Rl fìlÓ sofo JÓ zef Bochenski
(ï 902-1995), filnsofÏa y biología (por seq ir cnn el ejeniplo) se distinguen en su
pmno dc vistn, incluso cuandn tratan del mismn nbjeto. ¿Por que? Bozque cuando It
filosofia esŁudia algo, sLempre In hace desde eI punio de visin de los fundamenłol
de la raìz. 5i eI bió togo estudia los seres vivos, el fìló sofo se pregunta qué es la vida;
si el antropó logo estudia los screw humanos, el filó sofo se pregunta qué es el ser hu
mans, etcétera.
La filosofía, pues, trata con los problem&I lİmİt , con lcds conceptos mas fun-
damentales: todo aquella que las otras eiencias due por supueatD, lit filosnfía In
investiga porque quiere llegar a la raíz de las coaas. Las OLraS KienKiívE asumen su
objeto para pokex estudiarlo, la filosofía indaga quó es loque hace posible ese misma
objeto y, pnr extensİó n, la ciencía que In estudia, ademá s de explorer aquellas pre-
guntas que se Rscapan por los agujeros be en redrnetnéiolÓ giKíi(¿hayalgo que no sea
material?, ¿por quG existe ese mmdc matexialqu.e la física, por ejerriplo, estudia*).
AderásdeuniverZa ,portanto,ÎB D9OÃBEBŁDƣ΀O ÆFŒ F .
Tenemos que añ adìr también que la fìlnsofía trata de power en el centro n fn razóu.
Es deck, no se contenta fá cilmente con histories o mítos, rn apelando a autoridnñ es
(dR hechn, el argumento be autoriö afi es el má s dêbil, ;lo dice santo Tomá s en la
Sumn teoíógica, y ademá s citazlÕ B Et ßOeClo!). La filosofía pide argumentos, raznnes,
evidencias, y en este sentido es un saber crífïco, porque busca, en la rnedida ‹le lo po-
sible, ma jætiBca ó n zœional paza todaz las eoøaa. Qiiiere cnnc•cerIo todn segú n
STLS Q ÍRClpLos ’ultirnos, a la luz de la razõ n.
De momen,to podemos decl, pues, que la filosofía es un sabeI o ciencia universal,
rndzret y crítico, que rim se cies aningú n campn ni se limita a us sole metoda,
sino que trata de extender todas las dímensiones de la realidad a través be la razò n,
echando mano de I.odna lns myedios evidencias disponibles. ¿@ué roá s queñ a? dia,
pues para el ‘ultímo retnque vamos a echaE mhm del filó sofn existeTiCiaJista GabriRl
Marrel ( L B89- 19 7z).
2•larcel distinguía entre problema y misterio. Un problema, segú n El, es un obs-
tá culo que me encuentro en el camino, pero que puedn objetivas, clasifica, define y,
con el tiempn, resnlvez. Piensa en el típico prnblema dR examen de matemá ticas,
que si cuá ntas peras le quedan a Jorge, de 300, después de darle un tercio a su
hermano Guillermo y que 'Federico le robe la mitad má s uno de tres cuartos al
Euadradn, Con las herramientas adecuadas y suficiente tiempo, lo puedes resolver
(¡yo creo en ti!).
un misterio, en cambio, es aqueha pregunta que, poz aiucho que prsfundices
E21 flÍ18 Rt£Rfl8 RÓ BB bg£lt8X. El, misterio no lo puedc• abarcar, no lo puedn reducir,
no lo puedo dorrtesticaz: cuanto má s penetra en él, má s se me escapa, má s me sur-
prende, má s me dnsfiorda.
Entnoces, lu que quiero decir es qu la filosofia se encuenHa, sí, con problemas
quR muChas veces puede desenHar ar: argumentDs o tesis, por ejemplo, cuya
falsedad cabe’mostrar plausiblemente Y 3«<go pasar a ola cosa. Pern el núcleo Pie la
filosofía,1o que despiRrtala actitud filosófica, es sobrR tedod encuenRo coneá
mis- terío: cnnesas prRgimtas y realidades que, sin importar las oltas que
los demos y la luz que consigamos arrojar sobre ellas, siempre parecen contener
mucha rriá s ri-
quRzá de la qxie somos capaces de desvelar.
Mo en vazio para los clá sicos el inicio y el motar de la filosofía, aquello gore
empezaba y sostenía el fiiosnfar, era el asombro, 1s adxriiració n. Se cuenta de Só -
crates, por ejemplo, que a rece s podía estar paseando y charlando con alguien y,
ñ e prnnto, detenerse y pmarse horas absnrto contemplando on Abel. Enel mis.mo
espiritu, el filó sofo es esn persona que, ante lo má s nervio y cotidiano, ante lo que nDs
sunle pasar desapexcibidn, queda cnmo hexidn pDr el tenue Rilgor de un mintezio
inabazcable, el misterio mismo del ser é;¿por que existe aigo ex four de nndn?'). Ante
El, cae de rodillas en actitud casi reverente, reconociendo su propia ignorancia y per-
siguiendo haata la má s ínfima gota de comprensió n que le sea concedidn alcanzar.
Resumiendo, la filosofía es ese saber o ciencia universal, radical y crítico que
indaga los priori.eros principios y las 'ultimas causas de tas cosas, junto con los
presu- puestos fundamentales ‹del resto de las disciplinas, cuyo objeto, eri ’ultimo
termino, es el misterio del ser y cuyo motnx es la admiració n. Dicho de oro modo,
filosofía es pensar muy fuerte sobre las preguntas má s radicales que llevamos
dentro.
5. OX, ¿y esto pa qué ažzve?

Se dice de Tates Pte MîI£•tD, el pri.mer CÖ zofo, que un Õ ÎaIbacamîzsando tax absorŁo

err sts movidas fìlosó ficas que sR Gayó en vin pc›Efi. Uria perscma que pasafia por at

to air y rcirnpió a rear: «jDe que te sirve tndn tu cnnocìmienlo si rin sabes ni dó ride
pnnes los pies ». Un par de siglos despues, el poeta Aristò fartRs representó at mismí-
simo 5ó cxãtRs, en su obTã LŒS nuöes, KOERo im tipo que no se enteraha be nada y que
estaba todo el dia, pues es», ¡en las nu.bes!
Los fiió sofos, per tanto, llevamos escuchando la pregunta de «¡Y esto pa qué
sieve* » desde que hay Min sofía, Parece que la f11os‹sfía kiene alga que irtquieta a la
rnentalidad uŁiIitmia, que qoie re rri etezlo ŁOTO• He ciCID productor, en e1 que cada
cc›sa sirva para algt dİStİ 'iŸ D. TodCi lİene que ser monetizablii, todo tiene quR pzodu-
cìr NgÚ n berieficin I arigible, y si rim, to bese chaxrios cOiTlD lM1S eTdi da Õ R t lfiIYIQO.
Lo que está en el origen dR Esta mentalidad es haber perdido la capacidad de ver el
valor de lo inú tü .
D£i•CİrnDs que una cos a os ú tip ouandn sirvo para algn di stiriln, en fin as us medio
para conseguir otra cosa. łnúlif, en cambio, es aqu.ello que se queda en sí mis mo, que
no me cnnsigue nada íiistinto. El problema es que In ú til øolo puede tenex valor si,
en ú ltimo tó zmino, hay algo inćrJl que sea valioao pot sí cismo, y no pox return-
era a otra cosa, Si este libro solo tiene valor en la medida en que te ayude a apxobar
una asignatura, y apiobar ma asignatura solo tiene valor e o fn medid a en q con-
tribiiya a sacarte us título, y sacarto im título soln tions valor en I‹i rnedidz e u quc te
permit a conseguw un OabajD, y esta cadena no texmina nunca, entonces nada de
estn puedR tener en realidad ningú n valor, Pensar In contrario sería cDiTlo cIeer que
puedn cageelrnó vil enchufá ndolo a una serie infinita de alargà dDres quo on nin-
gú n rnomento se cDnectan a ìa red eló ctrica, Err “ultimo tó xrnino, por tanto, to que es
un medlo (to que es ú fií) solo tiene và lDr st hay algo que posea ese valor per st mìs
mv y que, at no estar raferido a nada ćtistinto, S£ì h DZ
ISO itltÍŁfł. Dicho de otro m ono: eI valor de lv ú til, de lo que deriva su valor be otra cosa,
está siempre en re:ferencia a. ìo inù til, lo que no deriva su valor be nada dìstinto, sinD
que lo pDsee por sí mrs mv.
Pues bien, en ú ltimo término, la' Hosofía es asi: no sirve para cada, es inú ti1,y da
Agua/. Art stó t eles, en im a nbra de juventud lla’mada Protrépf ICO, £YDS pide iITLagiri-ar

a un grupo de personas que se traslada a la Isla de lris Bienaventuladns, en la cual


todas sus necesLdades materiales van a est ar cubiertas. ¿ Qué hará n con su
tiempo
estas personas * Hará n ciencia, contesta, hará n filosofía, busc POR €•1 Conncirriiento,

la verdad. Nc• porque lo necesitará n para atgo distinto , sirio porque esn es lo que les
llenada el cDEazó n cuando tOdD lo demá s esté cubierto.
Por ejemplo, la fJsica es una ciencia utilísima, gracias a la cual hemos obtenido y
seguimos obteniendo avan•cR5 tRCRDIó gicos impresionantes. jPero es este RI motivo
principal por el que hacemos fío ica? jin responder ía que nn! xaDPlTlDS fÍsira
porque el universo nos fascina y queremos entender cémo funciona. Haríamos
física in- cluso si no obtuvió ramos de elia nada má s aparte de estH carne imientD
(¡iriclusn si viviésemos en la Isla de los Bienaventuiados!), yel que diga lo rontrario la
está deva- luando, está suboréiinando lo má s a lo menos,
Pues ln iaismo vde para la Blosofia. La filOSDÉ Íá UDes ni pretende ser una
ciencia prndmtiva, una disciplina que se justifique con vistas a un producto
externo, como la c irttería con respecto a la mesa. A1 contrmio, lo que la fü osofía
nos puede aporte (a ti, a mí, y a todos) es un tipo de c onocimiento, un tipD de
experiencia, que es valioso por sí mismo p no por referencia aotxz coaa. Sí eso la
hace inú til, ¡es a muc1xa honra! Qmen insiste en insfruxrientalizar la filosofía se piexdGi
ID lTlR nr que esta puede ofrecer.

PDF si Vera poco, piensa en esto: es imposible estar ein filosnfia. Hasta la per-
snna má s cnntraria a la filDsofia vive y se mueve en el mundo segú n presupuestos
filosó fic os, s mo que nunca habla reflexionado críticamente sobre ellos. lo que esto
significa es que lit tÍRéfia alternativa a hacec filosofía de mudo gzopin es estar vi-
VÍR21dD SIJ liz JlOBDfie dn O M8 , segú n la fíIO5DfÍa que, desde posiciones de poder
e influencia, haya C onseguido ponerse de moda en el lugar y el mBmento histó ria o
que te ha t ocado vivir, Si alguien, por tanto, Insiste en preguntar por la «utilidad»
de la filosofía, es esta: es la ciencia que te ofrece un camino hacia la emancipació n
Una źilŒoźa del congelador

La filósofa Hannah Arendt(1906-1975)


vivió de primera ixiano el auge del totalifa-
rismo nazi en Alemania. Terminnda la
gøerra, Euanòo tuvo la oportunidad de ser
testigo del juicio Öe Adolf Ei«hmann, uno
de Io3 principales responsables del Halo-
caustB, le impactõ profundamente su
mediacridad. Eichmann no era Satanás
encarnado, sinD un tipo vulgar que dejó de cuestionarse la que Io ideo-
logîa le pedía. ¿Su concIl‹sión* Las personas mús nDrmales pueden
terminar cometiendo las mayores atrocidades, ælo con que dajeri de
peesar pDr sí aismxs

También podría gustarte