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PSICOANALISTA
Recorrido
DELACAN
Jacques-Alain Miller
OCHO CONFERENCIAS
MANANTIAL
HÍL
JACQUES-ALAIN MILLER
RECORRIDO
DE LACAN
OCHO CONFERENCIAS
biblioteca
UNiVEhCLAí ds r-Alírm
Prohibida su neprodjcció>i • Luy /»E?3
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RAIDOS
DEL FONDO
SANTA FE 1685 - CAP.
V 4812-6685
MANANTIAL
CONFERENCIAS CARAQUEÑAS
Traducción: J.L. Delinont-Mauri
CONFERENCIA EN GINEBRA Y CONFERENCIAS PORTEÑAS
Traducción y establecimiento del texto; Diana S. Rabinovich
Versión nó rivisada por el autor
8»!VEBSI0AD ÍE FAIEE^O
iiClJOTECA
O^ISii¿f ¡
Heche-'c! deposito que marca la Ley 11.723
ISBN 950-9515-9-4
Derechos rc.scrvados
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medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros
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las leyes 11.723 y 25.446.
RECORRIDO DE LACAN
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Tomemos la primera vertiente, la vertiente de la palabra. Mien-
tras que la relación imaginaria, tal como la esbozamos, es fundamen
talmente una dimensión de guerra, de rivalidad mortal, Lacan en
cuentra en la función de la palabra una función pacificadora. Li^^-
labra, opera también identificaciones,pero ellas son, si se quiere, iden
tificaciones salvadoras que permiten superar la rivalidad imaginaria.
Al respecto, habla a menudo, sobre todo al principio de su enseñan
za, de la palabra como función de mediación entre los sujetos.
En esta vertiente ¿qué podemos decir del síntoma? Podemos de-
cir que el síriLtojna_s^ debe a un defecto de simbolización, que cons
tituye un centro de opa^ad_ en ejjuiéto porque no fueyerbsdjzada,
porque nqjp^ó a ^^5hace„en_cuj[ntp^p^a a^^
palabra. Si quieren, la cura analítica aparece ante todo, en esta di
rección, como un cura de simbolización, es necesario señalar que mu
cha gente se detuvo en esta concepción de Lacan. Lo asombroso, si
me permiten la expresión, en su teoría, es que existen montones de
pisos, cada uno de los cuales tiene un tipo de consistencia, y es posi
ble distinguir a los lacanianos, en Francia especialmente, por su año,
así como se distinguen las cosechas de los vinos. Como hay además
cierto número de personas que dejaron a Lacan en diferentes mo
mentos —hasta tal puento que en todas las escuelas psico^alíticas,
en Francia, hay antiguos discípulos de Lacan— se puede reconocer
el momento en que lo abandonaron por el nivel teórico de la teoría
de Lacan en el que permanecieron, porque debe decirse <pie en Fran
cia no se propuso ninguna otra teoría que se sostenga. En_gsta v^-
tiente entonces, la cura es un proceso_^dMn^td^^
jSivo en el cGrso del HiíTl sujeto^ Ueva^Jj;^
nuidad de su historia que_eOíntómaJntei^ o que c^
expresaba diciendo que el inconsiente era un capitu o censura u ®
la historia del sujeto. Ucura opera porque permite dar
retroactiva a lo que pernianeció opaco p^a-el suÍQÍp^B-51L^^----^
cia.^Es'lo que la idea de traumatismo intenta traducir. Ciando se
haWaba de traumatismo en relación al psicoanálisis, cuan o
imaginaba que había un traumatismo real en el ®^
sis, que porque efectivamente tal niña había sido se uci V
pida por un adulto luego se tranformaba en. histenca..., teoría q
Freud abandonó, lo que intentaba aprehender era
idea de una experiencia inasimilable al sujeto que ®ugen ra
ma y que la cura por simbolización debe permitir deshacer. Esta es
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una de las vertientes de lo simbólico. La vertiente de la palabra.
La otra vertiente concierne lo que se puede llamar el orden sim
bólico como conjunto diacrítico de elementos discretos, separados.
I^crítico quiere decir que los elementos adquieren valor unos res
pectj) a los otros, es un concepto que viene de Saussure, de la lin
güística estructural. Estos elementos separados están, en tanto ta-
le^ jjrivados de sratido y forman en su conjugación una estructura
articulada, combinatoria y autónoma.Por un razonamiento muy sen
cillo, comprenden que esta estructura no tiene origen, que, si existe,
no se puede hacer su génesis; está siempre ya allí puesto que los ele
mentos solo valen unos en relación a los otros. Entonces precisemos
que la lingüística estructural sólo comenzó en el momento en que de
jaron de plantearse las preguntas acerca del origen. Por esta razón el
sentido de la enseñanza de Lacan se opone totalmente a toda idea de
psicogénesis. Este es un punto en que habría que insistir, puesto
que muchas veces se consideró que la enseñanza esencial de Freud
fue la teoría de los estadios. Lacan vuelve a leer la teoría de los es
tadios y demuestra, en forma convincente, que lo esencial no es la
concepción histórica del desarrollo psicológico. Si quieren que ilus
tre rápidamente este carácter de "ya allí» de la estructura piensen
que contranamente a lo que uno imagina, no hay adquisición pro
gresiva del lenguaje. Los niños pequeños utilizan formas de lensuaie
sumamente elaboradas ya desde el punto de vista sintáctico el niño
está de entrada en un baño de lenguaje. No hay que permitir que la
idea de aprendizaje nos ciegue frente al hecho de que la estructura
del lenguaje preexiste a la entrada del sujeto en esa estructura sea
cual seá el aprendizaje,el niño no modifica esta estructura, debe so
meterse a ella. En esta vertiente, observarán que se trata de una es
tructura hecha de sin-sentido. —"
Estas dos vertientes de lo simbólico presentan un problema par
ticular. La pnmera vertiente es ante todo significación y la segunda
es ante todo sin-sentido. Se puede decir que el acento de Lacan pa
só mdudablemente de la primera vertiente a la segunda. La primera
vertiente lo acercaba aún alos fenomenólogos y -como, por ejemplo,
era amigo de Merleau-Ponty, quien hizo mucho para d^lo a cono-
cer en rancia muchas personas aún hoy ven en Lacan a alguien que
desciende de HusserI incluso a un heideggeriano; pero,evidentemente,
ésta es una idea totalmente errada. Lacan elaboró, si se quiere, la di
mensión común a estos dos aspectos de lo simbólico.
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Distinguiré aquí tres puntos. En primer lugar, rectificó el para-
lelismo que Saussure postulaba entre,,el_signifi-Qaiit&-y el signifícadcu
insistió sobre el hecho de que el primero, el significante, actúa sobre
fil_segm)Ldfi>,_eL significada,^ contrariamente a la posición que sos
tiene que el significante sirve solamente para expresar el significa
do. La tesis de Lacan es que el significante actúa sobre el significa-
co, e incluso en un senrid^radical que el significante crea el signi
ficado, y es a p^tó del sin-sentido del significante que se engendra la
significación...
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él mismo puede informarle acerca de su deseo, a través del circuito
de esta comunicación, que, pueden ustedes ver, no es la comunica
ción lineal que se representa en la teoría de la comunicación.
Diría que solamente hice aquí una pequeña sinopsis de ese Otro,
que interviene en la teoría de Lacan en niveles muy diversos, pero
todos estos niveles se distinguen por el hecho de que conciemen una
dimensión de exterioridad en relación al sujeto. Lo que Lacan llama
el Otro, es una dimensión de exterioridad que tiene una función de
terminante para el sujeto. En este sentido es, si se quiere, el nombre
genérico de lo que Freud llamó, retomando una expresión de Fech-
ner, la "Otra escena*', esa otra escena donde se sitúa toda la maqui
naria del inconsciente. Leer a Lacan,como ya pueden ver, supone que
cuando se ve esta palabra "Otro" se tenga una idea de la diversidad
de significaciones ligadas a este significante, que aquí no pude sino
intentar hacerles entrever.
Esta construcción implica que el inconsciente no resiste, contra
riamente a lo que pasó a primer plano de la teoría freudiana, en su
interpretación por parte de los anglosajones. El inconsciente no re
siste, el inconsciente repite, el inconsciente gira como un mensaje
en una calculadora, no deja de girar y dice, además, siempre la mis
ma cosa. Si hay resistencias, ellas estarán ubicadas a nivel de la relá-
ción imaginaria entre el yo y el otro. Lo imaginario existe, y las for
maciones imaginarias han fascinado a los psicoanalistas. Lacan expli
ca,que estasformaciones imaginarias se manifiestan ante todo pw su
inercia, en tanto difuminan las relaciones del sujeto con el gi^ Otro
que es el único determinante fundamental para el sujeto. A par
de este momento, la operación analítica se juega esencialmen e en
lo simbólico. ,. t. u 1 ^
¿Cuál es la función del psicoanalista? ¿A que debe haberlo pre
parado su formación? Su función es desaparecer en t^to que
yo (moi), no permitir a la relación imaginaria dominar la situación.
En este sentido, su posición misma en el dispositivo analítico ma
nifiesta esta sustración a la relación imaginaria. Por el rantrano, en
la experiencia analítica debe estar en el lu^ del gran
terpreta, debe interpretar desde esta posición excénti^a, s o Q e
ese lugar tiene posibilidad de deshacer el síntoma. Debo e
diato agregar que es ésta una primera teoría de Lacan acerca de a
posición analítica, hay tres o cuatro sucesivas, que tratan, cada vez,
de deümitar en forma más precisa la operación analítica. Pero és a
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es valiosa, está en la base de numerosos esquemas de Lacan que con
sisten en oponer el eje de la relación imaginaria y el eje de la rela
ción simbólica. Dibujaré simplemente una cruz, por un lado tienen
el eje de la relación imaginaria entre los ténninos recíprocos yo:
a y d'(otro con minúscula), y en el otro eje, cruzado, están el sujeto
y el gran Otro. Como pueden ver, no les mentía cuando les decía
que los esquemas de Lacan eran sencillos.
a' otro
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y descompletada. Diría que el primero de los tres aspectps es bien co
nocido y que los otros dos son mucho menos conocidos.
El sujeto de Lacan, no es un dato inicial, el único dato inicial es
el gran Otro. De allí la pregunta ¿cómo puede constituirse el sujeto
en el lugar del Otro que lo preexiste? Es una pregunta que recibió,
en la enseñanza de Lacan, respuestas cada vez más precisas a medida
que su concepción de la estructura se logifícó, se hizo máscercana a la
lógica en el sentido formal del término. La estructura de Lacan no
es una potencia invisible que actúa imperceptiblemente. Saben como
hablaba Adam Smith, en los albores del capitalismo, de la mano in
visible que pone en su lugar las actividades humanas y las hace com
patibles y armoniosas. No somos nosotros, evidentemente, a quienes
nos pueden venir a contar esto... Pero la estructura de Lacan no es
en modo alguno una mano oculta. La estructura de Lacan es una es
tructura que captura a un viviente particular, al viviente que habla.
En el fondo, esto hace una diferencia con toda forma de psicología,
tanto humana como animal. El rasgo fundamental valorizado por la
experiencia analítica es que el hombre es un viviente, pero un vivien
te que habla, lo cual incluso tiene consecuencias en su cuerpo, que la
estructura esclaviza al sujeto, que lo fragmenta en efectos de signi
ficante. ¿Qué pueden comprender de la histeria sino admiten esta
fragmentación significante del cuerpo mismo? No hay que ver al
lenguaje simplemente como un medio de expresión. En pnmer lu
gar, es algo material, que exige instrumentos, como por ^emplo es
te micrófono —por cierto muy pesado—, que exige bandas magne
tofónicas, que es material,pero que más allá moviliza los afee os mas
profundos del cuerpo. El significante, la estructura ®
un efecto de desvitalización sobre el cuerpo,lo mortifica, s o
ca que la pulsión de Freud esté absolutamente fuera del dommio e
toda psicología, la pulsión freudiana no es de ningún mo o un empu
je del instinto. Si no me creen, lean el texto sobre as u siones y
sus Vicisitudes que está en la Metapsicología de Freud, verán que o
que se llama pulsión obedece a una gramática. , .• x
Es a partir de esta captura de la estructura sobre el viviente que se
explica también esta pérdida constitutiva del objeto a a que reu se
aproximó en su teoría de los estadios.Lo fundamenta en a eoria
los estadios es que cada uno está organizado ^^
perdido. Tanto el seno, que es abordado a partu de
las heces que son abordadas a partir de la relación ana , e a cap
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ra de esta dimensión por la educación, pues sin ella el niño nunca se
separaría de ellas, sólo anhela jugar con ellas como todo el mundo sa
be. También la castración y el estadio genital, que está lejos de ser
en Freud una plenitud, son abordados a partir del falo como perdido,
como faltante. Esto constituye el núcleo de la teoría del Edipo, que
el falo, allí, también está fundamentalmente perdido. No se trata, ob
viamente, del órgano real, y la cuestión es saber que se trata del falo
en su dimensión simbólica e imaginaria.
Digamos, en forma general, —porque de todos modos debo ya in
terrumpir— que las necesidades del hombre están completamente
transformadas en él por el hecho de que habla, por el hecho de que
dirige demandas al Otro, y se le puede colocar a ese otro una O ma
yúscula, ese Otro que Lacan llama el Otro omnipotente de la de
manda. En forma general, en el hombre, el significante es sustituido
a la necesidad, ya que la demanda al Otro tiende por su propio mo
vimiento a convertirse en la demanda pura de la respuesta del Otro,
allí se coloca el amor. El amor, está más allá de lo que sería la satis-
fación de la necesidad. Ustedes pueden satisfacer perfectamente la
necesidad de comer, pueden satisfacer el hambre; pueden satisfacer
tanto esa necesidad que pueden llegar a fabricar anoréxicos. La de
manda de ser alimentado no se sitúa a nivel de la pura y simple ne
cesidad de comer. Lo más importante que se tiene para dar es lo que
no se tieiie como una propiedad, como un bien, y esa es, por cierto
la definición lacaniana del amor, dar lo que no se tiene. Esa respues
ta del Otro, la pura respuesta del Otro es más importante que 1¡
satisfacción de la necesidad, y es allí precisamente donde encuentra
Lacan el principio de la identificación simbólica: a partir del signifi
cante de la respuesta del gran Otro se opera la primera identifica
ción del sujeto. A esto se agrega que es el intervalo entre la necesi
dad y el amor lo que explica lo que Freud descubrió en el sueño con
el nombre de wunsch" —anhelo—, y que es el deseo.
Terminaré aquí diciendo que el deseo freudiano no es una fun
ción vital. El deseo en el sentido de Freud, el deseo inconsciente, es
un deseo siempre particular de cada uno de nosotros, excéntrico,
que no camina en el sentido de la supervivencia y la adaptación.
Es un deseo, que por el contrario, daña. Es al mismo tiempo, revela
do en la asociación libre, un deseo indestructible, Freud lo llama así
"indestructible", no es un deseo que se pueda olvidar. Y este deseo es
esencialmente insatisfecho. No es una función que pueda satisfacerse.
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No hay satisfacción para el deseo, y por eso Lacan llamó a uno de sus
seminarios "Aún". El deseo está capturado en el deslizamiento de
la cadena significante hasta tal punto que Lacan lo identifica con este
deslizamiento, habla de la metonimia del deseo. Este lema de
can se volvió popular, por lo menos en Francia, el analista es quien
no responde a la demanda, y así intenta situarse e interpretar a nivel
del deseo. El deseo no es educable, no es susceptible de una pedago
gía, tampoco de una sexología que se sitúa en otro nivel, en un nivel
puramente instrumental. El deseo es solamente susceptible de una
ética, ética que Lacan formuló en los años 50 en la forma siguiente,
no ceder en cuanto a su deseo, y el síntoma es precisamente eso, ce
der en cuanto a su deseo .Esto no quiere decir que el deseo pueda ser
liberado. Claro, no faltaron interpretaciones de Lacan en este sentido,
puesto que en cierta forma la mayor parte de los discursos produa-
dos en Francia en este campo desde hace diez años, constituyeron va
riantes de Lacan. No es posible liberar el deseo, porque el desea freu-
diano no está prometido a la plenitud. El deseo está coordmado con
una función de falta, de carencia, y lejos de ser mfmitamente plásti
co, sus formas son limitadas en número. Lacan lamentaba que la ex
periencia analítica no hubiese permitido crear una nueva foima de
perversión. Pero no se crean así tan fácilmente las formas e a per
versión... Existe un determinado número. níptiso nue
Hasta aquí llega la mitad de mi pnmera conferencia I^ienso^q^^^
en la segunda retomaré estas cuestiones a partir de
niana del lenguaje, la cual tiene ^
teoría de la literatura como para la teoría de la Z""
tercera hablaré del psicoanálisis y la teoría de la ciencia. Gracias.
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