Desde que me llegó el periodo (a los 15 años) sufrí de fuertes
cólicos menstruales y migrañas. A través de los años desarrollé inflamación del nervio ciático, situación que me limitaba aún más. Es verdad que ninguna de estas enfermedades es de muerte, pero la limitación del diario vivir no se la deseo a nadie. En mi presupuesto mensual siempre estaban los analgésicos y desinflamatorios, porque sin ellos creía que no podía vivir. Debo aclarar que hoy soy la esposa de tu doctor Bayter pero, aun así, por muchos años y a pesar de ver su disciplina y preparar junto a él los alimentos, no cambiaba mi dieta, pues para mí el pan, las pastas y una que otra champañita eran necesarias. Finalmente, me había acostumbrado a vivir mal y con medicamentos para apaciguar el dolor. Sin embargo, llegó el detonante más grande: mi hija menor, con la que ya no podía ni jugar. En ese momento la respuesta de mi esposo, es decir, del doctor Bayter, fue la que todos conocen. Comencé el método y el cambio fue casi inmediato. No fue fácil, pero cada día que mi salud iba cambiando, me daba más fuerza para continuar. Hoy tengo ya, a mis 53 años, más de 5 años siendo una KETO perfecta y, lo mejor es que pasé del periodo menstrual a la menopausia sin esos efectos que todas las mujeres afirman tener. Sí, soy la esposa del doctor Bayter y es inevitable decirles todo lo que lo admiro. Decirles lo disciplinado y estudioso que es ese hombre. Pero eso no me hace perder la objetividad para asegurarles que ser KETO Bayter fue mi mejor decisión. Porque una cosa es ser KETO y, otra, ser KETO Bayter perfecta.