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Idea

Fiesta de los dulces centenarios: Nuestra protagonista va al


pueblo de donde proviene su familia, a visitar a uno de sus
abuelos que se encuentra en cama y con problemas para ver.

Pasando un tiempo con su abuelo, este le cuenta sobre la


festividad de los dulces, y de cómo esta era una tradición que
se llevaba a cabo en el pasado, donde los vecinos, con lo poco
que tenían, compartían entre sí con todo el pueblo, haciendo
dulces con aquello que les sobraba, yuca, ñame, papaya, mango,
coco o ajonjolí.

Ante esto, nuestra protagonista se dirige a comentarle esto a


uno de sus tíos y este le habla a todo el pueblo, para volver
a seguir esta tradición y con su sobrina, estos se ponen a
preparar un dulce, que él entrega a su abuelo, recordando este
los momentos de celebración de la festividad en su pasado.

Argumentos:

Nuestra protagonista va en un viaje familiar al pueblo de sus


padres, un lugar algo recóndito y de difícil acceso, aquí se
encuentra su abuelo paterno, un señor de ya 80 años, el cual
se encuentra en cama desde hace un tiempo y que con el tiempo
ha perdido la vista.

Al principio a nuestra protagonista se le hace aburrido el


viaje, y una vez en el pueblo, se ve cómo las personas de
escasos recursos se encuentran algo tristes y extrañadas de
ver de nuevo a sus padres en el pueblo y llegando a la casa de
su abuelo se encuentra con unas máquinas algo raras en su
patio y unas pequeñas máquinas de dulces en frentes ya vacías.

La niña se pone a hablar con su abuelo, pero tras un tiempo


sin nada de lo que hablar, esta le pregunta por aquellas
máquinas que vio afuera, ahí su abuelo sonríe contándole que
hace mucho tiempo él fue el dueño de la única dulcería de este
pueblo y le menciona casi dormido, de una fiesta anual.

Nuestra protagonista intrigada le habla de esto a su tía y a


su padre y ahí le cuentan la historia de la fiesta de los
dulces, mientras estos le invitan a hacer un dulce con ella.

La historia de la fiesta de los dulces, donde su bisabuelo y


su abuelo, iban por las casas a explicarle a los padres el
cómo se hacían los dulces de lo poco que tenían, para
repartirlos a los niños, una semana donde el pueblo olvidaba
sus diferencias y se unían con el simple propósito de
compartir entre todos.

Tras esto, nuestra protagonista, su padre y tía le dan el


dulce a su abuelo y a sus vecinos, cumpliendo por fin los 100
años de esta tradición, viendo a su abuelo sonreír de nuevo
otra vez.

Escaleta:

1 esc. Auto.

La Protagonista y sus padres se encuentran en camino montado


en el auto.

2 esc. Llegando los al pueblo

La protagonista y sus padres llegan al pueblo y la


protagonista ve a la gente del pueblo.

3 esc. La puerta de la casa

Nuestra protagonista llega a la puerta de la casa de sus


abuelos, donde ve varias máquinas expendedoras de dulces.

4 esc. Dentro de la casa

La protagonista entra a la casa y ve varias máquinas raras(Son


para hacer dulces) y algunos estantes vacíos.
5 esc. Hablar con el abuelo.

La protagonista va al cuarto donde se encuentra a su abuelo en


cama y pasan unas horas sin hablar mucho.

6 esc. El abuelo.

La protagonista le menciona a su abuelo sobre las máquinas y


este casi dormido le menciona sobre una feria de dulces.

7 esc. La tía y el padre.

La protagonista se encuentra con su tía y su padre y les


pregunta sobre lo que le dijo su abuelo.

8. esc. la cónica

La protagonista, su tía y su padre se ponen a preparar dulce


en la cocina, mientras hablan y la tía le cuenta a nuestra
protagonista sobre la semana de los dulces.

9 esc. El pasado.

Se muestra a los abuelos de la protagonista, empezaron a hacer


el festival del dulce, cocinando con la gente del pueblo.

10 esc. Los niños

Se muestran el fin último del preparar de los dulces donde el


pueblo comparte entre sí con sus hijos y todos los niños.

11 esc. El dulce.

Se muestra al dulce ya terminado en forma de un bocadillo


sólido, y a la protagonista sonriendo por como quedo y va a
dárselo a su abuelo.

12 esc. El regalo del abuelo.

La protagonista le da el dulce a su abuelo y este empieza a


sonreír y recordar lo que ocurrió.

13 esc. La feria.
Se muestra al pueblo alejándose y los familiares del
protagonista dando los dulces a los demás del pueblo,
completando la tradición de 100 años de la feria de los
dulces.

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Guión.

1 esc.
Leim de 12, de estatura pequeña, dientes separados, una niña
algo tímida, introvertida y algo curiosa; va en el auto de sus
padres. Su madre de 34 años (una abogada de pelo castaño,
ojeras y lentes) y su padre (Edwin) de 36 años (profesor de
sociales,castaño y bien vestido), manejan por carreteras algo
desgastadas y llenas de árboles de tamboril y cedros, con el
cielo nublado.

2 esc.
Lein y sus padres llegan al pueblo, encontrándose con personas
con semblante triste y apagado, con cabellos negros y
castaños, y de tes algo más morena. Las casas son de madera,
ladrillo y barro y unas calles de tierra pisada y grava, con
árboles y fincas de fondo donde se alcanzan a distinguir
plantas de plátano, tallos de yuca, ñame y papaya; y perros,
gatos y gallinas caminando alrededor. La atmósfera se siente
pesada, triste y gris, con las personas viviendo su rutinario
día.

3 esc.
Lein se baja del auto con algo de timidez, y mira hacia su
derecha y a su izquierda, encontrándose de frente a su tía
(Olga) de 40 años, una mujer de pelo negro canoso y enredado,
vestida con un delantar y una falda holgada. También se
encuentra a sus 2 perros, Uno negro y otro manchado que están
debajo de un balcón de madera sostenido por su casa de
ladrillo que esta ya algo vieja y un poco descuidada. Junto a
su entrada, hay unas raras máquinas oxidadas, con la pintura
caída y ventanales de vidrios desgastados por el tiempo.

4 esc.
Al entrar a la casa, se encuentra en la sala un viejo
televisor sostenido por un estante de madera gastado con unos
grabados a los costados, que muestran la ya casi imperceptible
figura de una cara feliz y unas letras que ya no se logran
entender, y, junto al televisor, unos pequeños muñecos de un
payaso feliz. También hay una mesa algo pequeña, cubierta por
un mantel de rojo, azul y blanco, con 3 sillas algo
desgastadas, en la esquina se encuentran un extraño conjunto
de maquinas ya oxidadas y desteñidas que estan cubiertas con
una manta de color blanco sucia por la humedad y el polvo.

5 esc.
Subiendo unas escaleras de madera, se encuentra el cuarto del
abuelo Emilio, el cual se encuentra en una gran cama, de color
blanco y menta, con una mesa de noche que posee retratos sobre
ella con figuras borrosas; y sobre el, se encuentra una placa
de cobre ya oxidada, con la leyenda de “A memoria de Confitero
Emilio”. Su abuelo Emilio es un señor de 86 años, grande y
corpulento, de barba blanca, prominente nariz, con ojos ya
entrecerrados y una leve sonrisa apenas distinguible entre su
barba y bigote. junto a él hay un pequeño banco con una
ventana al exterior, algo grande y de madera, con forma de
cuadrado por el interior y que por el exterior, se logra
apreciar la ligera forma de un caramelo que, al abrir las
puertas, muestra unas cortinas con un simple patrón de rojo,
azul y blanco.

La niña Leim se sienta frente a la ventana, observando el


tiempo pasar desde afuera, sin poder hablar mucho con su
abuelo.

6 esc.
A las 6 de la tarde, Leim se levanta del banquillo y nota la
placa que se encuentra reposando sobre la cabeza de su abuelo
y le menciona:

–Leim: ¿Qué es esa placa?.

Su abuelo Emilio empieza a reír entre murmullos, despertando


la curiosidad de su nieta, leim empieza a recordar las
extrañas máquinas de la entrada y las de la sala.

–Leim: Abuelo, abuelo, ¿de qué ríes?, ¿qué es esa placa?, ¿qué
son esas cosas que están en la sala?

Su abuelo entre un ligero murmullo y una risa nostálgica le


menciona…
–Emilio: Dulces jaja, muchos dulces y un gran festival.

Quedándose dormido con estas palabras, Leim se queda extrañada


y baja a cenar y a dormir.

7 esc.
Leim se levanta de mañana y ve a su padre y a su tía hablando
cerca de una de las extrañas máquinas tapadas por el enorme
telón y decide acercarse para preguntarle sobre lo que su
abuelo le dijo en la noche.
Leim pregunta con curiosidad:

–Leim: Papá, papá, ¿qué son esas cosas?

-Edwin: oh, hola Leim, ¿qué ocurre?

–Leim: ¿Qué son esas cosas papá, y por qué el abuelo mencionó
que eran dulces? y ¿por qué mencionó algo sobre un festival?.

Entonces su padre y su tía se miran un momento y con cara de


sorpresa, para volver a mirar a Leim, y su tía exclama:

–Tía Olga: Leim,¿te gustaría venir a cocinar con nosotros?

–Leim: ehh, esta bien.

Su tía le sonríe a ella y al padre de Leim.

8 esc.
En la cocina, repleta de armarios y gavetas de madera, con 2 o
3 ventanas que iluminan el interior, varias ollas, sartenes y
moldes que cuelgan a su alrededor, además de una fila de
ingredientes locales que reposan sobre el mesón y sobre sacos
que hacen una pila en el suelo; se percibe una pintoresca
paleta de colores cálidos de naranja, rojo, blanco, marrón y
gris.

Sobre el mesón se encuentran yuca, ñame, papaya, mango y


ajonjolí. Cuchillos y ollas con agua y azúcar preparadas para
preparar los dulces.

Se pelan los productos, cortandolos en partes pequeñas


–Tía Olga: En el pasado, en este pueblo tu abuelo y
bisabuelo,eran los únicos que creaban dulces, de lo poco que
se tenía, para traer felicidad a todo el pueblo.
(se muestra a los abuelos: el bisabuelo y al abuelo de jóvenes
alistando los ingredientes y su trage de color rojo junto a su
overol)

Con el agua caliente, se echan los ingredientes al agua para


que se cocinen bien,

–Tía Olga: Ellos iban de casa en casa, enseñando a los padres


jóvenes y niños cómo se preparaban aquellos dulces que vendían
en su antigua tienda.
(se regresa a mostrar los ancestros de Leim que se encuentran
en las afueras de la casa, están en el mismo pueblo, con un
poco más de vida y con una paleta de un acogedor naranja,
pasan de casa en casa con la gente feliz en su llegada.)

Se prepara el azúcar y se mezcla para reducir el agua, Leim


mezcla esta misma en una olla grande con un cucharón.

–Tía Olga: Durante esa semana, todos compartían de lo poco que


tenían, convertido en dulces y festejaban agrupados en el
centro de la plaza.
(se vuelve a mostrar donde se reúnen los ancestros de Leim con
las personas en la plaza del pueblo, con todos reunidos con
sus ollas, caldero y envases)

Al final se deja enfriar los dulces en los moldes y están


listos para servir, Leim coloca los moldes mientras el tiempo
pasa y el sol se va atenuando. Leim coloca el azúcar glass y
su tía sigue contando.

-Tía Olga: Al final, los dulces se entregaban y se hacía un


gran compartir. los dulces se entregaban en las típicas hojas
de plátano y en ese momento, todo el pueblo era capaz de
sonreír y se les veía a tus abuelos, reír entre toda la
felicidad.
(Se muestra lo que hay dentro de los recipientes, siendo
estos, los dulces que habían preparando. También se muestra a
la gente sonriendo y disfrutando; muestrando al bisabuelo y al
abuelo de forma imponente y sonriendo con una sonrisa de
felicidad.
con los dulces preparados en un pequeño plato, Leim sonríe
sabiendo qué hacer.

9 esc.
El abuelo toma uno de los dulces de Leim y lo prueba,
mostrando nostalgia y sonriendo de una forma marcada incluso
tras su barba, cerrando sus ojos y diciéndole a su nieta:

–El abuelo: Gracias.

El abuelo suelta una pequeña lagrima de felicidad y Leim salta


a abrazarlo mientras se aleja de la cámara.

10 esc.
Se muestra afuera de la ventana y se ve el pueblo con una
atmósfera viva. Se presencia al pueblo reunirse una vez más
mientras se muestra al padre de Leim sonreír recordando que
esta vez, se cumplieron los 100 años de este hermoso festival.

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